14
“La Continuidad de los Parques” Carpeta de Arte V.1

La Continuidad de Los Parques

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cuento

Citation preview

Page 1: La Continuidad de Los Parques

“La Continuidad de los Parques”Carpeta de Arte V.1

Nombre: César González Carrera: Cine Asignatura: Dirección de Arte IIProfesor: Macarena Aguiló

Page 2: La Continuidad de Los Parques

La Continuidad de los Parques Basado en un cuento de Julio Cortázar

Cuento Original:

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Page 3: La Continuidad de Los Parques

Belleza Esencial:

Una delgada línea separa la ficción de la realidad

Page 4: La Continuidad de Los Parques

Propuesta Conceptual:

Se trata de una composición con elementos de rigidez y uniformidad en un contexto caótico y frío. La búsqueda pasa por volver difuso el límite entre los objetos formales e informales, entre los objetos decodificados a simple vista y aquellos que se pierden en la confusión. Las texturas definidas, más formales y que siguen un patrón reconocible poseen una paleta de color mucho más cercana a los elementos de ficción, plásticos, fluorescentes, imposibles de encontrar fácilmente en la naturaleza. Las texturas caóticas y enmarañadas sin embargo, poseen tonalidades oscuras y frías, mucho más familiares en la naturaleza. Se trata de una composición que juega con la dualidad en que las figuras más cómodas visualmente son más ficticias y las incómodas más realistas.

Page 5: La Continuidad de Los Parques

Primera propuesta visual:

La primera propuesta visual pasa por enmascarar la naturaleza de la ficción y la realidad definida en el cuento. Si bien en la historia original se apuesta por difuminar el límite entre ficción y realidad, se considera en un principio que el mundo del “lector” que lee la novela es el real y el de “los amantes” el ficticio que invade el real. Por esa razón, esta propuesta de arte pretende dotar de irrealidad al mundo formal del lector y a su vez, dotar de realismo este supuesto mundo creado por la novela.

Por un lado, el mundo de la realidad (encarnado en el contexto del “lector”) se construiría con formas geométricas tradicionales, definidas, apostando a la horizontalidad y verticalidad, líneas rectas y tapices con patrones definidos y reiterativos, sin embargo, la paleta de colores pasará por tonos brillantes, al borde de la fluorescencia; Fucsia, Verde Esmeralda, Dorado, Violeta, etc. A su vez, las formas variaran de forma y tamaño, ventanas más anchas y altas de lo normal, el sillón con un respaldo deformado, lámparas con formas extrañas. Una amplia habitación de la casa de campo, tan lujosa como extraña.

Por otra parte, el mundo de la fantasía de la novela (encarnado en el contexto de los “amantes”) se construirá con formas geométricas poco definidas, llevadas al borde de su transformación, terminaciones en punta, formas quebradizas, patrones de trizaduras y formas enmarañadas, pero matizando con texturas orgánicas propias de la realidad, de lo natural; tierra, musgo, corteza de árbol, hojas secas, humedad, frío, ramas, etc. Este mundo de formas inconclusas y tramas difíciles de codificar, será el mundo de la realidad, de naturaleza. La cabaña de la fantasía pasional, es a su vez el mundo exterior, la realidad.

Page 6: La Continuidad de Los Parques

Referencias universo del “lector”:

“Dark Shadows” Tim Burton

Page 7: La Continuidad de Los Parques

“Looney Tunes” Chuck Jones

Page 8: La Continuidad de Los Parques

“Suspiria” Dario Argento

Texturas referenciales universo del “lector”:

Page 9: La Continuidad de Los Parques

Referencias universo de los “amantes”:

“Cabin in the woods” Dred Goddard

“Magic Magic” Sebastían Silva

“Sleepy Hollow” Tim Burton

Page 10: La Continuidad de Los Parques

Texturas referenciales universo de los “amantes”:

Page 11: La Continuidad de Los Parques

Desglose:

Escena 01

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles.

Escena 02

Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Page 12: La Continuidad de Los Parques

Espacios:

Finca Estudio del lector (Salón) Parque de los Robles Cabaña del Monte Sala Azul (Casa) Galería (Casa) Escalera Alfombrada (Casa) Habitación 1 (Casa) Habitación 2 (Casa)

Objetos – Ambientación:

Novela Carta Sillón Cigarrillos Puñal

Personajes:

Mayordomo Lector Amante Mujer Amante Hombre