15
La estructura de personalidad: El enfoque lexico y los «Cinco grandes» M. L. SANCHEZ BERNARDOS Universidad Complutense Resumen Este trabaio expone la alternativa que abre el enfoque texico para el estudio de la estructura de la personalidad. El enfoque lexica asume que las caracteristicas mds relevantes para describir la perso- nalidad deben estar refleiadas en ellengua;e. Se describen !as etapas por las que ha discurrido el enfoque texico y se examinan lo que se ha dado en /lamar «los cinco grandes» factores de personalidad y sus componentes. Se dis cute la significaci6n de estos facto res y sus relaciones con otras medidas de persona- lidad e inteligencia. Palabras clave: Estructura de Ia personali9ad, enfoque lexico, cinco grandes factores de personalidad, factores como estructuras cognitivas. Abstract This paper illustrates the possibilities of the lexical approach to the study of the structure of personality. The lexical approach assumes that the most relevant characteristics of human personality should be contained in natura/languages. The developmental history of the lexical approach is presented and the so called <<Big five» personality factors and its components are examined. The meaning of those factors as well as their relations with other personality and intelligence meastres are discussed. Key words: Personality structure, lexical approach to personality, big five personality factors, factors as cognitive structures. Direcci6n de Ia autora: Dpto. de Personalidad, Evaluaci6n y Psicologfa Clinica. Facultad de Psicologfa. Campus de Somosaguas. 28023 Madrid. ©1992 by Aprendizaje, Estudios de Psicologia, 1992, 47, 73-87 ISSN 0210-9395

La estructura de personalidad: El enfoque lexico y los ... · PDF file75 basicamente a lo largo de tres etapas (vease John, Angleitner y Ostendorf, 1988, para una revision historica

Embed Size (px)

Citation preview

La estructura de personalidad: El enfoque lexico y los «Cinco grandes»

M. L. SANCHEZ BERNARDOS

Universidad Complutense

Resumen Este trabaio expone la alternativa que abre el enfoque texico para el estudio de la estructura de

la personalidad. El enfoque lexica asume que las caracteristicas mds relevantes para describir la perso­nalidad deben estar refleiadas en ellengua;e. Se describen !as etapas por las que ha discurrido el enfoque texico y se examinan lo que se ha dado en /lamar «los cinco grandes» factores de personalidad y sus componentes. Se dis cute la significaci6n de estos facto res y sus relaciones con otras medidas de persona­lidad e inteligencia.

Palabras clave: Estructura de Ia personali9ad, enfoque lexico, cinco grandes factores de personalidad, factores como estructuras cognitivas.

Abstract

This paper illustrates the possibilities of the lexical approach to the study of the structure of personality. The lexical approach assumes that the most relevant characteristics of human personality should be contained in natura/languages. The developmental history of the lexical approach is presented and the so called <<Big five» personality factors and its components are examined. The meaning of those factors as well as their relations with other personality and intelligence meastres are discussed.

Key words: Personality structure, lexical approach to personality, big five personality factors, factors as cognitive structures.

Direcci6n de Ia autora: Dpto. de Personalidad, Evaluaci6n y Psicologfa Clinica. Facultad de Psicologfa. Campus de Somosaguas. 28023 Madrid.

©1992 by Aprendizaje, Estudios de Psicologia, 1992, 47, 73-87 ISSN 0210-9395

74 INTRODUCCION

Tal vez una de las tendencias fundamentales de Ia naturaleza humana sea Ia de distinguir, ordenar y poner nombre a los objetos del mundo. Esta actividad clasificatoria puede encontrarse en muy diversos grados de pericia: desde los intentos mas o menos certeros de los niiios pequeiios por agrupar objetos, hasta Ia actividad experta del cient{fico para quien Ia clasificacion constituye uno de sus objetivos.

Biologos, zoologos, quimicos, etc., se han esforzado en los comienzos de sus respectivas disciplinas por encontrar un marco sistematico en el que, merced al establecimiento de unos cuantos criterios, poder hacer manejable Ia amplia variedad de los objetos que caen en su ambito de estudio. El psicologo de Ia personalidad no constituye una excepcion a este empeiio.

Ya desde los comienzos de Ia disciplina ha habido intentos por encontrar Ia estructura basica de personalidad, esto es, los criterios fundamentales que permitan dar cuenta de toda Ia variabilidad que presenta Ia naturaleza humana. Desde los griegos, se vienen dando explicaciones de los seres humanos en terminos de caracteristicas propias del individuo que permiten agruparlos. Mas modernamente, el modelo de personalidad de Eysenck constituye una aproxima­cion emp{rica al problema de Ia variabilidad humana.

Para conseguir los mismos fines, en suma, contestar a Ia pregunta de cuantas y cuales son las unidades basicas que conforman Ia personalidad de los humanos, existe un enfoque alternativo: Ia denominada estrategia lexica.

La idea fundamental de esta estrategia es que para llegar a conocer cuales son los atributos o caracteristicas que definen Ia personalidad de los individuos podemos partir de las palabras que se refieren a dichos atributos.

Rasgos codificados en lenguaje natural

El supuesto bdsico del enfoque lexico es que aquellas diferencias individuales que son mas sobresalientes y socialmente relevantes en Ia vida de las personas han quedado codificadas en sus respectivos lenguajes naturales -cuanto mas importante es dicha diferencia, mas probable es que se exprese con una palabra­(Goldberg, 1982).

Se considera, por tanto, que el analisis del lenguaje puede contribuir a esclarecer los elementos que definen Ia personalidad, de ah{ que inicialmente se recurra a los diccionarios de Ia lengua, ya que es en ellos donde se encuentran los terminos que sirven para Ia descripcion de las personas.

El enfoque texico constituye, por tanto, una forma indirecta de apresar los atributos de personalidad o unidades basicas de su estructura. Es indirecta porque se centra, en primer Iugar, en los terminos lingiiisticos en los que tales propiedades estdn codificadas. La pregunta que se halla en Ia base de dicho enfoque puede formularse como sigue: cde todos los terminos posibles que existen en un idioma para designar caracteristicas de las personas, cudles son los que mejor sirven para describir Ia personalidad?

Aunque en realidad este planteamiento ha dado sus frutos recientemente, no es nuevo en Psicolog{a de Ia Personalidad.

La evoluci6n del enfoque texico en Psicologia de Ia Personalidad

Esta estrategia, por Ia que partiendo del lenguaje se persigue llegar a deterrninar las caracteristicas de personalidad de los individuos, se ha desarrollado

75 basicamente a lo largo de tres etapas (vease John, Angleitner y Ostendorf, 1988, para una revision historica completa).

La primera etapa corresponde a los comienzos y constituye el punto de arranque del enfoque 16dco. Fue Galton el iniciador del estudio de las diferencias individuales, quien por primera vez recurri6 al diccionario para extraer terminos referidos a caracteristicas de personas. Su trabajo, no obstante, fue bastante asistematico y sin mucho impacto. Posteriormente, durante los aiios 20 y 30, los estudios de dos investigadores alemanes, Klages y Baumgarte, llevaron a enunciar el supuesto basico anteriormente expuesto.

La segunda etapa arranca del 'trabajo de Allport y Odbert (1936) quienes seleccionaron del diccionario unos 18.000 terminos (en su mayor parte adjetivos y participios). Estos terminos fueron agrupados en cuatro categorias segun el criterio de tres jueces.

FIGURA 1

Taxonomia de Allport y Odbert (1936)

Categoria

«Tendencias generalizadas consistentes y estables» «Estados de animo temporales o actividades» «] uicios sociales o Ia influencia de otros» Categoria mixta: cualidades Hsicas, capacidades

Ejemplo

Agresivo Furioso Irritante

(n = 17.953) %

25 25 29 21

Asi, adjetivos como «agresivo» eran considerados por los jueces de manera unanime como terminos que expresaban una tendencia generalizada a comportarse de manera consistente y estable; adjetivos como «furioso» eran vistos como terminos que expresan un estado de animo temporal; mientras que terminos como «irritante» tradudan el efecto que la conducta del sujeto tenia sobre otros. Por ultimo, habia una categoria de terminos mixtos.

En esta segunda etapa cabe situar los trabajos de Raymond B. Cattell, cuyo objetivo era el de elaborar un modelo multidimensional de la estructura de personalidad. Cattell elimin6 y aiiadio elementos ala lista de Allport y Odbert, y, tambien con la ayuda de jueces, construy6 un conjunto amplio de escalas, la mayor parte de elias bipolares, a partir de las cuales surgieron posteriormente sus 16 factores de personalidad. La aportacion de Cattell a esta estrategia representa el desarrollo de los metodos cuantitativos en el estudio de la personalidad. Las escalas de Cattell fueron sucesivamente empleadas por Fiske y por Tupes y Christal.

Fiske (1949) hizo que una muestra de psicologos clinicos se evaluaran a si mismos, fueran evaluados por sus compaiieros y por el personal del centro. La estructura que apareci6 al analizar estas tres fuentes de datos sugiri6, por primera vez, que las diferentes escalas de adjetivos empleadas se agrupaban en torno a cinco grandes elementos.

Posteriormente, Tupes y Christal (1961) emplearon muestras diferentes de sujetos que eran evaluados por sus compaiieros, supervisores o clinicos con experiencia. En su analisis volvieron a encontrar el mismo resultado anterior:

76 cinco factores relativamente fuertes a los que pusieron nombre: I. Extraversion (Surgency); II. Sensibilidad a las relaciones interpersonales (Agreeableness); III. Minuciosidad (Conscientiousness); IV. Estabilidad emocional (Emotional Stability), y V. Apertura ala experiencia (Culture).

Esta segunda etapa esta caracterizada fundamentalmente por el empleo de jueces que revisaban las listas -lo que dio como resultado cierto agrupamiento de los diferentes terminos en categorias-, el empelo de distintos jueces que evaluan al sujeto, el uso pleno de metodos cuantitativos para el analisis de los datos y, por ultimo, lo que es mas importante, la deteccion y denominacion de cinco grandes ambitos que describen la personalidad.

El trabajo de Tupes y Christal abre la tercera etapa. Este trabajo se publico en un informe para el ejercito, pero no paso inadvertido para Norman (1963, 1967), quien a partir de la lista de Allport y Odbert, y de su propia busqueda en el diccionario, utilizo criterios de exclusion e inclusion que eran aplicados por cuatro jueces.

Los casi 8.000 terminos susceptibles de expresar caracteristicas de la personalidad quedaron agrupados en categorias muy semejantes a las que habian propuesto los pioneros Allport y Odbert: rasgos estables, estados temporales y roles sociales, pero en esta ocasion el contenido de dichas categorias esci depurado merced al uso que los jueces hadan de los criterios que se les proporcionaba.

Posteriormente, Norman centro su trabajo en la categoria de rasgos estables para los que construyo la siguiente taxonornia en la que los cinco factores detectados previamente constan de cuatro escalas de adjetivos bipolares.

La taxonornia de Norman supone un hito importante para el enfoque lexico ya que a partir de esta -y estas son las caracteristicas de esta tercera etapa-; se hacen explicitos los criterios de inclusion y exclusion de terminos, la investigacion se centra mayoritariamente en los rasgos estables y, por ultimo, tambien a partir de sus estudios se han elaborado taxonomias de rasgos estables que describen la personalidad en lenguas diferentes.

El procedimiento, en sintesis, seguido por el enfoque lexico es el siguiente: en primer Iugar, se trata de seleccionar todo el conjunto amplio de descriptores de personalidad acuiiados en lenguaje natural-a partir del diccionario-. Este primer paso plantea problemas, de los cuales el mas importante es decidir que tbminos describen Ia personalidad. Dado que no existe una definicion ampliamente consensuada de que es la personalidad, el empleo masivo se ha centrado en adjetivos por tratarse de terminos que conllevan cierta caracteristica de disposicion en los individuos.

En segundo Iugar, a partir del gran volumen de terminos iniciales, se trata de llevar a cabo una depuraci6n y, por tanto, una reducci6n del conjunto inicial de items. Es aqui donde entran en juego los criterios de inclusion y exclusion, y la participacion de jueces que aplican estos criterios. A lo largo de su desarrollo, el enfoque lexico ha considerado que los terminos ambiguos, metaforicos, evaluativos o de jerga medica deben excluirse como elementos susceptibles de traducir caracteristicas de personalidad. Los criterios de inclusion, sin embargo, son mas dificiles de elaborar. Una posible instruccion para los jueces es: «Considerese com<} adjetivo descriptive de personalidad si puede contestar a la siguiente pregunta»: (Que tipo de persona es X?

En tercer Iugar, el conjunto de terminos que sobrevive a la seleccion de los jueces se emplea para que un grupo de sujetos se evalUen a si mismos -p. ej.,

77 FIGURA 2

Taxonomfa de ad;etivos bipolares de Norman (1967). Tomado con modificaciones de John, Angleitner y Ostendorf (1988).

EXTRAVERSION

Hablador-callado Franco, abierto-cerrado Aventurado-precavido Sociable-retraido

SENSIBILIDAD RELACIONES INTERPERSONALES

Buen canicter-irritable No celoso-celoso Dulce, suave-obstinado Cooperativo-negativista

MINUCIOSIDAD

Exigente, pulcro-descuidado Responsable-informal Riguroso-no riguroso Perseverante-inconstante

ESTABILIDAD EMOCIONAL

Equilibrado-nervioso, tenso Tranquilo-ansioso Sosegado-excitable No hipocondriaco-hipocondriaco

APERTURA A LA EXPERIENCIA

Sensibilidad artistica-insensibilidad lntelectual-estrecho de mente Refinado-Rudo lmaginativo-simple

en una esacala tipo Likert- y tambien para que otras personas, como p. ej., sus compaii.eros, evahien al sujeto en estas mismas dimensiones.

Por ultimo, estas dos fuentes de datos se someten a un procedimiento de analisis factorial. Es en este punto final del proceso en el que los resultados dan Iugar a los cinco superfactores que por primera vez encontrara Fiske y a quien Goldberg clio la denominacion de los «Cinco grandes» factores de personalidad. Asi, el conjunto de caracterfsticas que incialmente resulta inmanejable, redundante y opaco queda reducido a cinco grandes elementos significativos, independientes entre sf, que parecen resumir las diferentes facetas de que consta la personalidad humana normal. Estos cinco elementos podrian, por tanto, ser buenos candidatos para constituir la «estructura universal de personalidad».

Estructura universal de personalidad: Los Cinco grandes»

Realmente ha sido el trabajo de dos investigadores de Baltimore, Costa y McCrae, el que ha dado a los «Cinco grandes» una proyeccion mas amplia.

Siguiendo de cerca el enfoque lexico, Costa y McCrae (1985) han construido el NEO-PI (Neuroticism, Extraversion, Openness-Personality Inventory). El

78 NEO-PI es un cuestionario de Personalidad que operacionaliza los «Cinco grandes» a traves de un sistema tradicional de evaluacion. Esto es, se le proponen al sujeto una serie de afirmaciones del tipo «me gusta tener mucha gente alrededor» y su tarea consiste en valorar este item en una escalade 1 a 5, donde 1 indica que esta totalmente en desacuerdo con dicha afirmacion, y 5 que esta totalmente de acuerdo. El NEO-PI esta diseiiado para cubrir los cinco ambitos de personalidad aislados a traves de los trabajos que acabamos de exponer. Los ambitos de Extraversion, Estabilidad emocional y Apertura a Ia experiencia, estan desglosados en seis escalas o componentes diferentes:

I. Extraversion

El primer componente importante de este aspecto de la personalidad es la capacidad para establecer vinculos con otros: cordialidad que expresa la cualidad de la interaccion social.

El segundo elemento es el gregarismo, o la preferencia del sujeto por estar en compaiiia de otros, captando asi aspectos cuantitativos de la interaccion social. La asertividad es el tercer elemento de la extraversion y recoge las nociones de dominancia, ascendencia, etc., o bien, en el otro polo, la tendencia a evitar confrontaciones. El aspecto activo, de tempo cipido, necesidad de estar ocupado es la actividad. La bUsqueda de emociones, definida como la tendencia a acercarse a las fuentes de estimulacion, y, por Ultimo, la tendencia a experimentar emociones positivas.

IV. Neuroticismo (inestabilidad emocional)

El primer elemento del neuroticismo es Ia ansiedad, que abarca tension, ner­viosismo, tendencia a preocuparse y a experimentar miedos. La hostilidad es la tendencia a experimentar irritacion y estados afines. La escala de depresi6n abarca sentimientos de culpa, tristeza, soledad, etc. La escala de autoconciencia (ansie­dad social) esta definida por sentimientos de vergiienza, sensibilidad al ridiculo, inferioridad. La impulsividad por dificultad en el control de impulsos y, por ul­timo, vulnerabilidad o dificultad para controlar el estres.

V. Apertura a Ia experiencia

Constituye una autentica novedad del NEO-PI, ya que se trata de un ambi­to no contemplado en cuestionarios previos. Evalua la busqueda y apreciacion de experiencias, el gusto por lo desconocido y su exploracion en las seis areas que sus autores han llamado: fantasia, estetica, sentimientos, acciones, ideas y valores.

Las escalas que componen cada uno de estos tres factores cumplen una serie de requisitos: a) para el mismo ambito son maximamente diferentes entre si, b) representan al ambito en cuestion de la forma mas completa posible, y c) son importantes y reconocidas en la literatura psicologica.

Los otros dos ambitos todavia no se han desglosado en facetas. Se trata del factor IT. Sensibilidad a las relaciones interpersonales y del factor ill. Minu­ciosidad.

El factor II. Sensibilidad a las relaciones sociales es una caracteristica gene­ral de personalidad que se expresa en adjetivos como «cooperativo, empatico, y fiable», y hace referenda a la forma en que el individuo se relaciona con los demas, esto es, la orientacion positiva o negativa hacia los otros. Este factor,

79 junto con extraversion, constituyen las dos dimensiones adecuadas para descri­bir la conducta social.

El factor III. Minuciosidad se expresa en adjetivos como «persistente, es­crupuloso y organizado». Abarca atributos relacionados con la autodisciplina, y la organizacion y persistencia de la conducta dirigida a metas (se ha llamado tambien «deseo de lagro»).

Si estos cinco elementos estan llamados a ser las unidades basicas de perso­nalidad, hay dos cuestiones que responder. La primera es si la estructura de per­sonalidad que reflejan estos cinco ambitos tiene un buen grado de solidez. A este respecto, un resultado bien constatado es el de que la evaluaci6n que hace el sujeto de si mismo cuando contesta al cuestionario coincide con la evaluacion que de este mismo sujeto hace un juez (p. ej., un compafiero, o su mujer) utili­zando el mismo cuestionario (redactado en tercera persona); ello da como con­secuencia correlaciones significativas sujeto-juez para los distintos factores. Tambien cuando se pide a varios jueces que contesten evaluando al sujeto, se ha encontrado que las evaluaciones de los jueces suelen coincidir entre si (vease Funder, 1989 para una discusion sabre el acuerdo interjueces). El patron de acuer­do, no obstante, varia un poco para los diferentes factores. Asi, los factores de Extraversion, Meticulosidad y Apertura a la experiencia muestran un mayor acuerdo sujeto-juez y acuerdo interjueces que los factores de Sensibilidad a las relaciones interpersonales y Estabilidad emocional (Norman y Goldberg, 1966; Watson, 1989). Estos resultados podrian estar indicando que aquellos rasgos que conllevan cierta «observabilidad» son los que dan lugar a un mayor consenso, dato que se ha puesto reiteradamente de manifiesto en la literatura (Kenrick y Stringfield, 1980; Funder y Dobroth, 1987; Funder y Colvin, 1988).

La segunda cuestion es si estos factores se mantienen a lo largo del tiempo, es decir, su estabilidad. Los estudios de Costa y McCrae (1988a) han empleado muestras de sujetos de edades comprendidas entre los 21 y los 96 afios, a fin de comprobar los posibles cambios que puedan darse en el transcurso del tiem­po. En estudios por grupos de edad, dividieron la muestra utilizando como punta de corte en torno a los 50 afios. La figura 4 recoge los cinco factores en la eva­luacion del sujeto y de un juez. Para simplificar, se ha incluido solo el signa de las correlaciones de las variables con la edad.

Los resultados sefialan que los ambitos de Neuroticismo, Extraversion y Aper­tura a la experiencia exhiben descensos en el grupo de mas edad, y ello de ma­nera convergente tanto en el autoinforme de los sujetos como en el que hadan sus jueces (maridos y mujeres).

El patron de los otros dos ambitos, Sensibilidad a las relaciones interperso­nales y Minuciosidad, es un poco diferente: la edad correlaciona positivamente con Sensibilidad a las relaciones interpersonales y es independiente de Minu­ciosidad, cuando es el sujeto quien se autoevalua, mientras que si es su esposa (o marido) quien contesta, la edad correlaciona con minuciosidad, pero es inde­pendiente de la sensibilidad a las relaciones sociales. Cabe decir aqui que no se puede saber si estos resultados reflejan un sesgo del sujeto, que se ve a si mismo evolucionando bacia los aspectos sociales, o un sesgo del otro, quiza con­taminado por su trato con el.

Ahara bien, la relacion de la edad no es uniforme para las distintas facetas que componen los factores. Asi, para Extraversion los sujetos mayores son me­nos asertivos, activos, etc., que los j6venes, pero la edad no afecta a la escala de cordialidad; para Neuroticismo, los sujetos mayores son menos ansiosos, hosti-

80 TABLA I

Relaci6n de los cinco factores de personalidad con Ia edad (Costa y McCrae, 1988a)

Extraversion Cordialidad Gregarismo Asertividad Actividad Busqueda de emociones Emociones positivas

Neuroticismo Ansiedad Hostilidad Depresi6n Autoconciencia Impulsividad Vulnerabilidad

Apertura experiencia Fantasia Estetica Sentimientos Acciones Ideas Valores

Sensibllidad relaciones interpersonales Minuciosidad

(- = Negativa; + = Positiva; 0 = Independiente)

Sujeto Juez

0

0

0

0

+ 0 0 +

les, que los jovenes, pero no menos vulnerables, y para Apertura ala experiencia, los sujetos mayores muestran menos apertura en general que los jovenes, pero tam­poco la edad afecta a los intereses esteticos o la curiosidad intelectual.

Los estudios por grupos de edad se han completado con estudios longitudi­nales en los que se ha seguido a la muestra de sujetos durante un periodo de 30 aiios. Los resultados de estos estudios ponen de manifiesto una notable esta­bilidad de los factores a lo largo del tiempo, y solo un cierto descenso en las escalas especificas de Actividad (por parte de Extraversion), Apertura a las ac­ciones y Neuroticismo. La estabilidad de los factores Neuroticismo y Extraver­sion es un dato bien conocido; sin embargo, la inclusion de la variable Apertura a la experiencia como elemento de personalidad que permanece en el tiempo resulta un dato nuevo. A veces se argumenta que la estabilidad de este aspecto de la personalidad no es otra cosa que la estabilidad de la inteligencia y que, como variable cognitiva que es, no es de extraiiar su mantenimiento. A este res­pecto, el grupo de Baltimore (McCrae y Costa, 1985a; McCrae, 1987) sostiene

81 que «Apertura a Ia experiencia» es una variable de personalidad independiente de las habilidades cognitivas. Algunos estudios han indicado que Ia correlacion de las medidas de inteligencia (p. ej., Ia escalade vocabulario del WAIS) con apertura no llega a .30, si bien hay que llamar Ia atencion sobre el hecho de que este factor se ha llamado siempre «Cultura», probablemente debido a Ia carga que esta pueda tener en el factor. En esta misma linea de argumentacion, siem­pre que se han buscado las relaciones entre los factores del NEO-PI y las medi­das de Ia inteligencia, el resultado ha sido dos bloques bien diferenciados: por un lado, los factores de personalidad, y, por otro, las medidas de Ia capacidad intelectual, seiialando asf su independencia.

Las relaciones de Apertura a Ia experiencia con inteligencia se complican, ademas, por los juicios que las personas hacen sobre su propia capacidad inte­lectual, o Ia de los demas (juicios estos que suelen estar muy poco relacionados con las medidas psicometricas de habilidad cognitiva). Borgatta (1964) y Nor­man (1963) utilizaban autoinformes en los que se pedfa a los sujetos que hide­ran una serie de juicios sobre su propia inteligencia y respondieran ademas al cuestionario NEO. Los autores comprobaron que los juicios de los sujetos se agrupaban en las escalas de «Minuciosidad», <<Apertura a Ia experiencia» o am­bas. Este resultado vendria a indicar que las personas tienden a pensar que al­guien que es organizado, pulcro en su trabajo y responsable, o que es original, interesado por temas diversos y exhibe curiosidad intelectual, o ambas cosas, tiene que ser un sujeto inteligente, y al reves. En suma, dado que los datos indi­can insistentemente Ia independencia de «Apertura a Ia experiencia» -como elemento de Ia personalidad- de Ia inteligencia, las posibles conexiones entre elias pudieran estar debidas a cierto «efecto de halo».

Relaci6n con otras medidas de personalidad:

Dado que Ia propuesta de los cinco grandes factores afirma que «Extraver­sion», «Sensibilidad a las relaciones interpersonales», «Minuciosidad», «Neu­roticismo» y «Apertura a Ia experiencia» constituyen las unidades basicas de personalidad, Ia cuestion es si estas unidades son capaces de dar cuenta de las medidas de personalidad recogidas en otros cuestionarios.

Estas cinco variables del NEO se han comparado con distintos instrumen­tos de medida derivados de posiciones teoricas muy diferentes, y el resultado ha sido sistematicamente el hallazgo de correlaciones elevadas entre otras medi­das y los cinco grandes. Quiza Ia comparacion mas representativa sea entre el NEO y las escalas de personalidad de Eysenck (McCrae y Costa, 1985b), ya que ambos sistemas incluyen Ia extraversion y el neuroticismo como variables de personalidad.

El Neuroticismo de Eysenck esta estrechamente relacionado con el neuroti­cismo del NEO, y negativamente con extraversion (manteniendose asf Ia inde­pendencia entre ambos). Tambien Ia Extraversion medida con el cuestionario de Eysenck correlaciona significativamente con Ia extraversion del NEO. Aper­tura a Ia experiencia es una dimension no incluida en el cuestionario de Eysenck. Ya hemos seiialado como Ia inclusion de esta variable en el NEO-PI es total­mente novedosa. Por Ultimo, se observa que Ia variable psicoticismo de Eysenck no correlaciona con ninguna de las variables del NEO -como era de esperar, ya que el psicoticismo no constituye una unidad de personalidad en el modelo de los cinco grandes-. En algunos estudios, McCrae y Costa han encontrado

82 TABLA II

Correlaciones entre los factores del NEO-PI y el Cuestionario de Personalidad de Eysenck (McCrae y Costa, 1985b)

EPQ N E 0

Neuroticismo .84*** -.25* ns

Extraversion -.31** .76*** 31**

Psicoticismo ns ns ns

(n = 64) (*p~.05; **p~.01; ***p~.001)

que el psicoticismo aparece con cargas negativas en el factor Minuciosidad y en el de Sensibilidad a las relaciones sociales, sugiriendo asi la relacion de psicoti­cismo con una escasa y mala socializacion.

Asimismo, al comparar el NEO con las «necesidades» de Murray (a traves del Jackson's Personality Research Form PRF, 1984) se comprobo que el factor Apertura a la experiencia equivale a las necesidades de Comprensi6n y Cambio, el factor Minuciosidad a las necesidades de Logro y Orden y el factor Extraver­sion a la necesidad de Afiliaci6n (Costa y McCrae, 1988b).

A partir de todo lo expuesto basta aqui, puede decirse que la estructura de personalidad que reflejan los «Cinco grandes» se muestra contundente en la me­dida en que reiteradamente surge en condiciones muy diversas, esto es, a partir de: (a), distintos metodos de evaluaci6n: adietivos (recuerdese el enfoque lexico) y cuestionarios: (b) distintos ;ueces que evaluan al sujeto: jueces que conocen al sujeto en grados diversos e incluso que no le conocen en absoluto (Passini y Norman, 1966); (c) distintas muestras: estudiantes, miembros del ejercito (Tu­pes y Christal, 1961), adultos (McCrae y Costa, 1987), niiios (Digman y Takemoto­Chock, 1981; (d) empleando diversos metodos de analisis factorial (Goldberg, 1981, 1989); (e) en idiomas diferentes como el ingles-americano, el holandes y el aleman; (f) ademas, se muestran estables a lo largo del tiempo; y (g) capaces de englobar las variables que se miden en diversos cuestionarios de personalidad, aunque dichos cuestionarios se hayan construido a partir de posiciones teoricas distintas. Con todas estas caracteristicas, las cinco grandes unidades se configu­ran como candidates a constituir las unidades basicas en las que se asienta la personalidad. Debe entenderse que esta «estructura universal de personalidad» constituye un afan no por abolir intentos previos, sino mas bien al contrario, un interes por servir de marco universal en el que integrar la tradici6n de estu­dio psicometrica, evitando las posibles redundancias en cuanto a las variables propuestas (McCrae, 1989).

Ahora bien, aunque los resultados son muy satisfactorios queda, sin embar­go, una cuestion importante, a saber: la naturaleza de estos cinco elementos.

iDisposiciones o elementos en «el oio del obseroador?

.::Que son estos cinco elementos? .::Son realmente los diferentes ambitos en los que podemos resumir la personalidad humana, esto es, son disposiciones de personalidad, y, por tanto, traducen como son las personas, que coocurrencias

83 se dan entre los rasgos, etc., o, por el contrario, se trata del conocimiento que los individuos tienen sobre como son las cosas en el mundo, y refleja, por tanto, no ya como son las personas sino las formas de pensar del observador?

Naturalmente, para el enfoque en cuyo seno se ha desarrollado el NEO-PI, las cinco variables de personalidad son disposiciones de personalidad. Una se­gunda posibilidad es la postura que sostiene que los elementos detectados son «elementos en el ojo del observador» y fue expllcitamente expuesta por Mischel cuando, en su cr1tica a los rasgos, planteaba lo siguiente:

«Despues de varias decadas parece que los datos resultantes pueden ser mas perti­nentes para las categorias del clasificador que para la conducuz del clasificado» (Mis­chel, 1968. Trad cast.: 1974, pag. 56).

Desde esta posicion, entonces, «Extraversion», «Sensibilidad a las relacio­nes interpersonales», «Estabilidad emocional», «Minuciosidad» y «Apertura a la experiencia» sedan los conceptos, categor1as o teor1as impllcitas que maneja­mos para relacionarnos, y no propiedades o atributos de personalidad de los otros.

(Existen datos que puedan aducirse a favor del papel que estas variables de personalidad tienen como categorias «en el ojo del observador»? El tra­bajo de referenda es el de Passini y Norman (1966), en el que se formaron pequefios grupos de estudiantes que no se conodan entre ellos, a los que se dejo durante quince minutos en una habitacion con la instruccion de no hablar entre sl. Utilizando las escalas bipolares de adjetivos de Norman, que como hemos expuesto expresan los cinco grandes, los estudiantes tenian que elegir los polos que describian al resto de los componentes del grupo siguiendo la instruccion: «Describa a X tal como Vd. imagina que es X» (a los sujetos se les deda que sus resultados se iban a comparar con los obtenidos por otras muestras de personas que se conodan bien). Los resultados de Passini y Norman pusieron de manifiesto que la estructura de las clasificaciones que estos sujetos hadan correspondfa con la estructura de los «Cinco gran­des», y ello a pesar de que se trataba de calificar a desconocidos. La cues­tion es que para poder llevar a cabo esta tarea los sujetos tendr1an que haber recurrido no a la informacion externa que proporciona el sujeto que esta siendo evaluado (ya que es un desconocido y se restringe la relacion entre ellos), sino a algun tipo de informacion con la que ya cuentan, su teoria implicita de como son las personas, teoria que muy bien pudiera ser constituida por estas cinco grandes unidades.

Empleando otro recurso, Dl\ndrade (1965) hizo que los sujetos estima­ran la semejanza semantica de los pares de adjetivos de Norman, y encontro que los juicios de los sujetos en esta tarea se agrupaban como los cinco fac­tores vistos, lo cual muestra una agrupacion significativa entre los elemen­tos, pero de naturaleza semantica que, en principio, no tiene por que corresponderse con los datos acerca de como son las personas.

Tanto el estudio de Passini y Norman como el D'Andrade vienen a sefia­lar la posibilidad de que estemos ante el conocimiento implicito que los su­jetos tienen de como son los demas, y no en la pista de los rasgos de personalidad entendidos como propiedades de las personas. Asi, las evalua­ciones o juicios no sedan, por tanto, resumenes de la conducta observada objetivamente, sino constructos que maneja el observador. Esta postura ven­dria a encajar con la idea de un sistema de procesamiento que tiene una capacidad para manejar 7 ±2 elementos (Miller, 1956); los «Cinco grandes» podrian ser asf agrupaciones que entrarian en esta capacidad limitada.

84 Smithy Kilhstrom (1987) han comprobado Ia posibilidad de que los «Cin­

co grandes» sirvan como estructuras de conocimiento. En un primer estu­dio hicieron que los sujetos llevaran a cabo un juicio respecto a Ia relacion rasgo-factor. Para ello, se daba a los sujetos los 40 rasgos de Norman (es de­cir, los 20 adjetivos bipolares) listados al azar, y se les pedia que escogieran los dos rasgos que estuvieran mas asociados con un individuo alto en extra­version (una lista), un individuo bajo en extraversion (otra lista), un indivi­duo alto en estabilidad emocional (otra lista), y asi basta completar los cinco factores en sus versiones alto y bajo. Las posibles alternativas de eleccion de los sujetos son varias. Supongamos que el sujeto esta escogiendo los ras­gos del individuo alto en extraversion. Las posibles alternativas son (vease figura 2):

a) puede escoger un item que pertenezca al polo positivo y al factor (p. ej., sociable). Esta es Ia alternativa que vendria a sefialar el uso de un conoci­miento previo por parte del sujeto, semejante en su estructura a Ia estructu­ra empirica obtenida por Norman; b) puede escoger un item que pertenece al mismo factor, pero al otro polo (p. ej., cerrado); c) puede escoger un item que pertenece al polo positivo, pero a otro factor (p. ej., dulce); d) puede escoger un item que pertenece a otro polo y a otro factor (p. ej., inconstante).

Los resultados de este estudio ponen de manifiesto que los sujetos res­ponden escogiendo significativamente los items que satisfacen Ia alternati­va a) siendo esta mas probable que Ia suma de las demas. Ello parece indicar que, efectivamente, los sujetos tienen algun tipo de conocimiento sobre las relaciones entre rasgos y factores; dichas relaciones servirian a modo de una estructura de conocimiento, o teoria implicita para hacer juicios sobre que rasgos estan asociados con el hecho de ser, p. ej., extravertido.

El siguiente paso era comprobar en que condiciones se evoca esa estruc­tura. Para ello, los autores emplearon una tarea de recuerdo libre en Ia que despues de leer los adjetivos a los sujetos, les pedian que los recordasen en el orden que quisieran. La hipotesis es que si se utiliza Ia categoria (esto es, el factor), los sujetos van a recordar seguidos items que pertenecen a di­cha categoria; esto es, van a producir un recuerdo «a rachas». Los resultados de este trabajo, sin embargo, no confirmaron Ia hipotesis: nose encontraron indicios de que los sujetos estuvieran apelando a su conocimiento de «que va con que» para llevar a cabo Ia tarea de recuerdo.

En un tercer estudio, Smith y Khilstrom comprobaron si Ia posible es­tructura mental de los sujetos se asemejaba a Ia estructura empirica de Nor­man. Para ello emplearon una tarea de estimacion de semejanza en Ia que daban a los sujetos los rasgos y los factores, y les pedian que juzgaran, por ejemplo, «cuan semejantes son en significado "hablador" (el rasgo) y "Ex­travertido" (el factor)». El sujeto contestaba en una escalade 1 a 9, donde 1 significaba en absoluto similar, y 9 muy similar. A modo de ilustracion, Ia tabla 3 muestra los resultados de tres factores. Como se ve en Ia diagonal, las medias de los items de cada factor son mayores que las restantes, lo cual significa que los items del factor extraversion se parecen mas a extraversion y entre si que a otros elementos o factores. Como media, los sujetos consideran que «hablador» se asemeja mas a Extraversion que «dulce». Ahora bien, los re­sultados ponen tambien de manifiesto que hay ciertas superposiciones: por ejem­plo, los items mas cercanos a «Sensibilidad a las relaciones interpersonales» son

85 TABLA III

Medias de los juicios de semejanza (Smith y Kilhstrom, 1987)

I II IV

I. Extr. Hablador 6.7 3 3.6

Franco 4.5 2.9 3.1 Aventurado 7 2.6 3.9 Sociable 6 6.1 5.1

(Media) (6) (3.6) (3.9)

II. Sens. Inter.

Buen caracter 4.6 7 4.8 No celoso 4 4.3 6.2 Dulce 2.4 4.6 4.4 C:ooperativo 5 7.6 4.4

(Media) (4) (5.9) (5)

III. Est. Emoc.

Equilibrado 3.3 4.1 6.8 Tranquilo 2.2 5.7 7.5 Sosegado 2.9 4.8 7 No hipocondriaco 3 3.8 5

(Media) (2.8) (4.6) (6.5)

«cooperativo» y «de buen cacicter», ambos Items del factor en cuestion, pero los sujetos tambien consideraban que «sociable» se asemeja mucho a «Sensibili­dad a las relaciones», y otro tanto cabe decir de «tranquilo», siendo que para la taxonomia empirica, «sociable» es un rasgo de «extraversion», y «tranquilo» lo es de «estabilidad emocional». Este ultimo aspecto de solapamiento afectaba sobre todo a los factores de «Sensibilidad a las relaciones interpersonales» y «Mi­nuciosidad», y en menor medida a «Neuroticismo», «Extraversion» y «Apertura».

En resumen, los resultados de los estudios de Smith y Kilhstrom sefialan que las cinco grandes unidades basicas de personalidad podrian funcionar co­mo estructuras de conocimiento, o «categor{as en el ojo del observador» a la bora de hacer juicios de coocu"encia entre elementos, pero que no son operati­vas para organizar el recuerdo. Por ultimo, se sefiala la falta de distintividad de algunos elementos, produciendose as! un solapamiento entre factores. En ul­tima instancia, parece que las representaciones cognitivas que los sujetos pudie­ran tener previamente son menos precisas y distintivas que las relaciones psicometricas encontradas emplricamente.

Resumen y comentarios finales

Los esfuezos del enfoque lexico se han traducido en dos resultados: prime­ro, en el hallazgo de las cinco variables de personalidad que parecen capaces de resumir en s{ mismas las dimensiones generadas en otros marcos teoricos, y, estrechamente vinculado a ello, en el cuestionario NEO para la medida de dichas unidades. Desde este punto de vista, estas cinco variables de personali-

86 dad son las disposiciones o rasgos estables de Ia personalidad humana. Desde otra perspectiva, se sostiene Ia naturaleza mental de estas unidades como cons­tructos que emplea el hombre de Ia calle. Esta es Ia linea de pensamiento de Kelly cuando afirmaba:

«En el pensamiento magico, el objeto estaba sujeto a Ia palabra (cuando Ia pala· braes dicha, el objeto debe producirse). En el pensamiento objetivo, Ia palabra esta sujeto a! objeto. Pero si construimos nuestra ciencia en un reconocimiento de Ia naturaleza psicol6gica del pensamiento, tomamos una tercera posicion: La palabra esta unida a Ia persona que Ia pronuncia, o mas concretamente a su sistema de cons­trucci6n.» (La construcci6n humana de las alternativas. Revista de Psiquiatr!a y Psi­colog!a Humanista, 26, pag. 24.)

Asi, estas unidades o constructos son producto de una actividad propia e intrinseca del aparato cognitivo humano, precisamente esa actividad clasificato­ria, de ordenacion, y poner nombre con Ia que empezabamos Ia introduccion de este tema, y que es una actividad del cientifico en cuanto tal, y tambien una actividad de su sujeto.

La conclusion final que quiza podamos extraer de lo visto es que, aunque las personas poseen y utilizan sus conocimientos sobre personalidad, estos son menos distintivos y mas solapados que los conceptos y las relaciones que los psicologos han establecido empiricamente.

No obstante, Ia pregunta de que son estas unidades sigue siendo una cues­don abierta.

Referencias ALLPORT, G. W., v OnBERT, H. S. (1936). Trait-names: A psycholexical study. Psychological

Monographs, 47, 1. BoRGATTA, E. F. (1964). The structure of personality characteristics. Behavioral Science, 9,

8-17. CosTA, P. T., v McCRAE, R. R. (1985). The NEO Personality Inventory Mannual. Odessa, Fl.:

Psychological Assessment Resources. CoSTA, P. T., v McCRAE, R. R. (1988a). Personality in adulthood: A six-year longitudinal

study of self-reports and spouse ratings on the NEO Personality Inventory. Journal of Personality and Social Psychology, 54, 853-863.

CosTA, P. T., v McCRAE, R. R. (1988b). From cataloj! to classification: Murrays needs and the five factor model. Journal of Personality and Social Psychology, 55, 258-265.

D'ANDRADE, R. G. (1975). Trait psychology and componential analysis. American Antropo­logist, 67, 215-228.

DIGMAN, J. M., vTAKEMOTO-CHOCK, N. K. (1981). Factors in the natural language of perso­nality: Re-analysis and comparison of sixmayor studies. Multivariate Behavioral Research, 16, 149-170.

FISKE, D. W. (1949). Consistency of factorial structures of personality ratings from different sources. Journal of Abnormal and Social Psychology, 44, 329-344

FuNDER, D. C. (1989). Accuracy in personality judgment and the dancing bear. En D. M. Buss y N. Cantor (Eds.), Personality Psychology: Recent trends and emerging directions (pp. 210-223). N. Y.: Springer.

FuNDER, D. C., Y DoBROTH, K. (1987). Differences between traits: Properties associated with interjudge agreement. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 409-418.

FuNDER, D. C., Y CoLVIN, C. R. (1988). Friends and strangers: Acquaintanceship, agreement and the accuracy of personality judgment. Journal of Personality and Social Psychology, 55, 149-158

GoLDBERG, L. R. (1981). Language and individual differences: The search for universals in personality lexicons. En L. Wheeler (Ed.), Review of Personality and Social Psychology (vol. 2, pp. 141-165). Beverly Hills, CA: Sage.

GoLDBERG, L. (1982). From Ace to Zombie: some explorations in the language of persona­lity. En Ch. D. Spielberger y J. N. Butcher (Eds.), Advances in personality assessment (Vol. 1, pp. 203-234). Hillsdale, N. ].: Lea

87 GoLDBERG, L. (1989). The magical number five, plus or minus two: Factor representations

of personality-trait terns. First European Congress of Psychology: Amsterdam. JoHN, 0. P., ANGLEITNER, A., v OsTENDORF, F. (1988). The lexical approach to personality:

A historical review of trait taxonomic research. European Journal of Personality, 2, 171-203. KENRICK, D. T., v STRINGFIELD, D. 0. (1980). Personality traits and the eye of the beholder:

Crossing some traditional boundaries in the search for consistency in all of the people. Psychological Review, 87, 88-104.

McCRAE, R. R. (1987). Creativy, divergent thinking and Openness to experience. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 1.258-1.265.

McCRAE, R. R. (1989). Why !advocate the five factor model: Joint factor anlyses of the NEO-PI with other instruments. En D. M. Buss y N. Cantor (Eds.), Personality Psycho­logy: Recent trends and emerging directions (pp. 237-245). N. Y.: Springer.

McCRAE, R. R. v CosTA, P. T. (1985a). Openness to experience. En R. Hogan y W. H. Jo­nes (Eds.), Perspectives in Pmonality (Vol. 1, pp. 145-172). Greenwich, Jai Press.

McCRAE, R. R., v CosTA, P. T. (1985b). Comparison of EPI and Psychoticism scales with measures of the five factor model of personality. Personality and Individual Differences, 6, 587-597.

McCRAE, R. R., vCosTA, P. T. (1987). Validation of the five factor model of personality across instruments and observers. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 81-90.

MILLER, G. A. (1956). The magical number seven, plus or minus two: Some limits on our capacity for processing information. Psychological Review, 63, 81-97.

NoRMAN, W. T. (1963). Toward an adequate taxonomy of personality attributes. Journal of Abnormal and Social Psychology, 66, 574-583.

NoRMAN, W. T. (1967). 2.800 personality trait descriptors: Normative operating characteristics of a university population. Ann Arbor, Mich.: Department of Psychology.

NoRMAN, W. T., v GoLDBERG, L. R. (1966). Raters, ratees, and randomness in personality structure, Journal of Personality and Social Psychology, 4, 681-691.

PASSIN!, F. T., v NoRMAN, W. T. (1966). A universal conception of personality structure? Jour­nal of Personality and Social Psychology, 4, 44-49.

SMITH, S., v KILHSTROM, J. (1987). When is a schema not a schema. The «big five» traits as cognitive structures. Social Cognition, 5, 1, 26-57.

TuPES, E. C., v CHRISTAL, R. E. (1961). Recurrent personality factors based on trait rating. Lack­land Air Force Base. Texas.

WATSON, D. (1989). Stranger's rating of the five robust personality factors: Evidence of a surprising covergence with self-report. Journal of Personality and Social Psychology, 57, 1, 120-128.