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¿Qué importancia filosófica tiene el estudio de Ficciones en Ciencias Sociales? Estudiar ficciones en ciencias sociales tiene importancia filosófica puesto que las ficciones proponen problemas de lenguaje de los cuales ninguna otra actividad, sino sólo filosofía, puede hacerse cargo. Por otra parte las ficciones en ciencias sociales nos proponen una perspectiva de las ficciones en la cuál éstas pueden desarrollarse de un modo distinto al que lo hacen en literatura o en alguna práctica o disciplina tradicionalmente artística: la ficción en ciencias sociales, pese a ser identificable y no tener referente, permite concluir verdaderamente si esta está sujeta a contextos temporales y de conocimiento, es decir considerando como elementos fundamentales actitudes de conocimiento, agentes y tiempos, además de proposiciones. Por ejemplo, un acuerdo entre dos personas puede considerarse una ficción cuya verdad o falsedad puede admitirse bajo un tipo de argumentación que considere los elementos antes mencionados. En filosofía, en una parte de ella (que procede desde la línea que tiene como punto de partida a Marx), se ha introducido el análisis de ficciones en contextos sociales para explicar comportamientos de valoración social de determinados objetos, a través de la producción de fetiches, estos se entienden como objetos reales transformados por un objeto de ficción que permite otorgarle cierto valor en términos económicos (Marcel Mauss, Claude Lévi-Strauss, entre otros). Esto relaciona la ficción con el fetiche, el que ha sido un objeto fundamental del aparato teórico de las ciencias sociales, particularmente de la antropología y disciplinas afines. Por otro lado de filosofía, quizá temáticamente cercano al anterior, las ficciones han sido introducidas en contextos sociales a través de lo que ciertos filósofos y filósofas del feminismo han llamado ficciones performativas (Judith Butler, Beatriz Preciado, Eve Kosofsy Sedgwick, entre otros). Una ficción performativa es el producto de un acto de habla performativo o realizativo (J. L. Austin, John Searle) en el cual se produce un objeto que carece de referente, el que es propuesto mediante una actividad, en la cual los objetos y agentes participantes son afectados por esa ficción de forma que se fuerza a que estos sean reinterpretados (lo que implica una cadena de interpretaciones). Un ejemplo, que es el ocupado por Austin y, posteriormente, por Kosfsky Sedgwick, es el matrimonio: un objeto de ficción que se produce mediante la realización de un determinado acto en un momento determinado, el cual es oficiado por un juez o un sacerdote (o alguna otra autoridad competente), observado por una serie de personas dentro de las cuales una cantidad x participa oficialmente como testigos, produciendo que dos personas se conviertan en esposos, en tanto los que observan se convierten en testigos. Sin embargo esta serie de trasformaciones (esposos y testigos) no están dadas solo por la conjunción de todos estos elementos, sino también (y este es el acto de habla realizativo) porque uno de los agentes, el cura o el juez, dice “yo los declaro casados”. Aquí se produce lo que llamaremos (convenientemente para nuestro análisis, puesto lo relacionará con el fetiche) un acto mágico: las palabras declaradas por la autoridad que oficia, a pesar de ser proferidas en un contexto dado en el cual se puede identificar un sentido proposicional, no tienen la intención de afirmar ni comunicar que los contrayentes “están o son casados”, sino de realizar en ellos esto mismo y convertirlos en casados. Para ponerlo en términos formales: propondremos tres momentos m 0 , m 1 y m 2 en lo que serán respectivamente el momento anterior al acto del juez profiriendo “yo los declaro casados”, el momento en el que lo profiere y el momento posterior a éste, cuando el juez en m 1 les dice a los contrayentes “yo los declaro casados” no está profiriendo una proposición normalmente, es decir no está afirmando que ellos están casados, de forma que ellos podrían decir “sí, es cierto” o “no, es falso”. En m 0 no se podría afirmar verdaderamente “los contrayentes están casados”, en tanto que esa misma proposición en m 2 es verdadera, pero en m 1 ¿qué se puede decir de esa proposición como afirmación? Nada concluyente en tanto afirmación puesto que ellos no están casados sino que se están casando. Esta expresión “yo los declaro casados” que tiene consecuencias en términos proposicionales (como mencioné anteriormente, para m 2 y m 0 ) no está sólo convirtiendo a estos sujetos, sino que esa conversión está instanciada por la producción de un objeto de ficción que es, en este caso particular, el matrimonio de los contrayentes.

La Importancia Filosófica Del Estudio de Ficciones en Ciencias Sociales

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Sobre la importancia del estuio de ficciones en Ciencias Sociales

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Page 1: La Importancia Filosófica Del Estudio de Ficciones en Ciencias Sociales

¿Qué importancia filosófica tiene el estudio de Ficciones en Ciencias Sociales?

Estudiar ficciones en ciencias sociales tiene importancia filosófica puesto que las ficcionesproponen problemas de lenguaje de los cuales ninguna otra actividad, sino sólo filosofía, puede hacersecargo. Por otra parte las ficciones en ciencias sociales nos proponen una perspectiva de las ficciones enla cuál éstas pueden desarrollarse de un modo distinto al que lo hacen en literatura o en alguna prácticao disciplina tradicionalmente artística: la ficción en ciencias sociales, pese a ser identificable y no tenerreferente, permite concluir verdaderamente si esta está sujeta a contextos temporales y deconocimiento, es decir considerando como elementos fundamentales actitudes de conocimiento,agentes y tiempos, además de proposiciones. Por ejemplo, un acuerdo entre dos personas puedeconsiderarse una ficción cuya verdad o falsedad puede admitirse bajo un tipo de argumentación queconsidere los elementos antes mencionados.

En filosofía, en una parte de ella (que procede desde la línea que tiene como punto de partida aMarx), se ha introducido el análisis de ficciones en contextos sociales para explicar comportamientosde valoración social de determinados objetos, a través de la producción de fetiches, estos se entiendencomo objetos reales transformados por un objeto de ficción que permite otorgarle cierto valor entérminos económicos (Marcel Mauss, Claude Lévi-Strauss, entre otros). Esto relaciona la ficción con elfetiche, el que ha sido un objeto fundamental del aparato teórico de las ciencias sociales,particularmente de la antropología y disciplinas afines.

Por otro lado de filosofía, quizá temáticamente cercano al anterior, las ficciones han sidointroducidas en contextos sociales a través de lo que ciertos filósofos y filósofas del feminismo hanllamado ficciones performativas (Judith Butler, Beatriz Preciado, Eve Kosofsy Sedgwick, entre otros).Una ficción performativa es el producto de un acto de habla performativo o realizativo (J. L. Austin,John Searle) en el cual se produce un objeto que carece de referente, el que es propuesto mediante unaactividad, en la cual los objetos y agentes participantes son afectados por esa ficción de forma que sefuerza a que estos sean reinterpretados (lo que implica una cadena de interpretaciones). Un ejemplo,que es el ocupado por Austin y, posteriormente, por Kosfsky Sedgwick, es el matrimonio: un objeto deficción que se produce mediante la realización de un determinado acto en un momento determinado, elcual es oficiado por un juez o un sacerdote (o alguna otra autoridad competente), observado por unaserie de personas dentro de las cuales una cantidad x participa oficialmente como testigos, produciendoque dos personas se conviertan en esposos, en tanto los que observan se convierten en testigos. Sinembargo esta serie de trasformaciones (esposos y testigos) no están dadas solo por la conjunción detodos estos elementos, sino también (y este es el acto de habla realizativo) porque uno de los agentes, elcura o el juez, dice “yo los declaro casados”. Aquí se produce lo que llamaremos (convenientementepara nuestro análisis, puesto lo relacionará con el fetiche) un acto mágico: las palabras declaradas porla autoridad que oficia, a pesar de ser proferidas en un contexto dado en el cual se puede identificar unsentido proposicional, no tienen la intención de afirmar ni comunicar que los contrayentes “están o soncasados”, sino de realizar en ellos esto mismo y convertirlos en casados. Para ponerlo en términosformales: propondremos tres momentos m0, m1 y m2 en lo que serán respectivamente el momentoanterior al acto del juez profiriendo “yo los declaro casados”, el momento en el que lo profiere y elmomento posterior a éste, cuando el juez en m1 les dice a los contrayentes “yo los declaro casados” noestá profiriendo una proposición normalmente, es decir no está afirmando que ellos están casados, deforma que ellos podrían decir “sí, es cierto” o “no, es falso”. En m0 no se podría afirmarverdaderamente “los contrayentes están casados”, en tanto que esa misma proposición en m2 esverdadera, pero en m1 ¿qué se puede decir de esa proposición como afirmación? Nada concluyente entanto afirmación puesto que ellos no están casados sino que se están casando. Esta expresión “yo losdeclaro casados” que tiene consecuencias en términos proposicionales (como mencioné anteriormente,para m2 y m0) no está sólo convirtiendo a estos sujetos, sino que esa conversión está instanciada por laproducción de un objeto de ficción que es, en este caso particular, el matrimonio de los contrayentes.

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Las ficciones en ciencias sociales tienen la particularidad de, por llamarlo de alguna forma,transformar objetos reales. Es decir, no sólo hablamos de la admisión de las ficciones por ellas mismas,sino por la fuerza que éstas tienen en el medio en el que se desarrollan y su relación con otros objetos.Sin embargo podamos admitir un objeto de ficción en un contexto, por ejemplo el matrimonio, nosvemos obligados a admitir también que las ficciones se afirman por tanto le dan forma a una ciertaeconomía de los objetos afectados por la fuerza del acto de habla que produce esa ficción. Es ahí dondeme parece que lo que se ha desarrollado filosóficamente desde la perspectiva filosófica del fetiche y losactos de habla realizativos, complementariamente, permiten enriquecer la interpretación en la que sehan desarrollado las ficciones en contextos de ciencias sociales.