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La lectura en los manuales escolares Textos e imágenes Roberta Paula Spregelburd (org.) María Cristina Linares (org.) Isabel C. Alves da Silva Frade, Teresa Artieda, Hugo Cañete, H. Rubén Cucuzza, Roberto Bottarini, Mónica Demarco, Marcia de Paula Gregorio Razzini, Noemí Milton, Kazumi Munakata, Ma. Andrea Nicoletti, Gabriela Ossenbach Sauter, Sara Pallma, Rosana Pasquale, Francisca I. Pereira Maciel, Ma. Inés Piriz, Miguel Somoza Rodríguez, Susana Tarantino y Susana Vital Universidad Nacional de Luján Universidad Nacional del Nordeste

La Lectura en Los Manuales Escolares

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  • La lectura en los manuales escolares

    Textos e imgenes

    Roberta Paula Spregelburd (org.) Mara Cristina Linares (org.)

    Isabel C. Alves da Silva Frade, Teresa Artieda, Hugo Caete,

    H. Rubn Cucuzza, Roberto Bottarini, Mnica Demarco, Marcia de Paula Gregorio Razzini, Noem Milton,

    Kazumi Munakata, Ma. Andrea Nicoletti, Gabriela Ossenbach Sauter, Sara Pallma, Rosana Pasquale, Francisca I. Pereira Maciel, Ma. Ins Piriz,

    Miguel Somoza Rodrguez, Susana Tarantino y Susana Vital

    Universidad Nacional de Lujn Universidad Nacional del Nordeste

  • LA LECTURA EN LOS MANUALES ESCOLARES

    2

  • PRESENTACIN

    3

    ndice PRESENTACIN.................................................................................Pg. 5

    Retrica de la escena de lectura en las cartulas del libro escolar...Pg. 13

    Rubn Cucuzza

    Los Manuales Escolares Espaoles en la poca Digital. De la

    textualidad a la iconicidad..................................................................Pg. 31

    Miguel Somoza Rodrguez

    Gabriela Ossenbach Sauter

    Los libros de lectura en la Argentina, sus caractersticas a lo largo

    de un siglo..........................................................................................Pg. 47

    Mara Cristina Linares

    Livros de leitura brasileiros: repositrio de moralidade, piedade,

    amor famlia e Ptria...................................................................Pg. 59.

    Francisca Izabel Pereira Maciel

    Isabel Cristina Alves da Silva Frade

    Kazumi Munakata

    Marcia de Paula Gregorio Razzini

    De espejos y eclipses. Cultura nacional y cultura extranjera en

    los manuales de francs contextualizados........................................Pg. 71

    Rosana Pasquale

    Escenas de lectura en libros de primer grado en Argentina.

    1900-1945..........................................................................................Pg. 81

    Roberta Paula Spregelburd

  • LA LECTURA EN LOS MANUALES ESCOLARES

    4

    La Congregacin Salesiana y los Buenos Libros............................Pg. 97

    Mara Andrea Nicoletti

    Susana Tarantino

    Esta carta te guiar hacia El. Anlisis de escenas de lectura

    en Cartas a Gente Menuda, de Constancio C. Vigil......................Pg. 111

    Susana Vital

    Roberta Paula Spregelburd

    El adulto analfabeto, entre la niez y la barbarie.............................Pg. 125

    Roberto Bottarini

    Constitucin del Espacio literario en la escuela de la Argentina

    Moderna: El caso de la revista Figuritas.........................................Pg. 141

    Mnica Demarco

    Escenas de lectura en los textos peronistas (1946-1955)............Pg. 159

    Teresa Laura Artieda

    Hugo Caete

    Escenas de la Infancia en los libros de lectura de los primeros

    grados durante el desarrollismo (1957-1968)..................................Pg. 179

    Noem Milton

    Mara Ins Piriz

    Sara Pallma

  • PRESENTACIN

    5

    PRESENTACIN

    Textos e imgenes fueron los dos componentes esenciales del libro

    escolar desde sus orgenes.

    En la modernidad temprana despuntaba el proceso de escolarizacin

    que consagrara a la escuela como agencia hegemnica de transmisin

    de saberes tres siglos ms tarde. En el contexto del naciente capitalismo,

    la escuela comenzaba a disear sus formas institucionales, sus mtodos y

    sus textos.

    Comenio, estando convencido de que nada entra en el intelecto si no

    es a travs de los sentidos, public en 1658 su Orbis Pictus o El mundo

    sensible en imgenes, considerado el primer texto escolar ilustrado. Este

    pequeo libro enciclopdico para ensear todo a todos, organizaba su

    contenido en torno a las imgenes de los objetos, sus nombres y sus

    descripciones, en lengua vulgar y no solamente en latn (cosa novedosa

    para la poca) y estaba destinado a ponerse en las manos mismas de los

    nios.

    Recin en el siglo XIX, bajo el impacto de la revolucin francesa y la

    revolucin industrial, casi todos los estados nacionales sancionaron sus

    leyes de educacin gratuita y obligatoria. La expansin universal de la

    lectura se convirti en poltica de Estado. Fue entonces cuando los textos

    escolares adquirieron caractersticas ms especficas y se convirtieron en

    el soporte didctico para la ansiada (y nunca cumplida) alfabetizacin

    universal.

    An cuando la relacin entre texto e imagen sufri importantes

    modificaciones, los dos elementos continuaron siendo esenciales en los

    libros escolares hasta la actualidad.

    Los doce artculos que componen este libro se proponen analizar la

    lectura escolar considerando la forma en que sta estuvo presente en los

    textos escolares: tapas, cartulas, prlogos, ilustraciones, apndices,

  • LA LECTURA EN LOS MANUALES ESCOLARES

    6

    instrucciones, dicen tanto acerca de las maneras de leer como los propios

    contenidos de las obras.

    Los trabajos se generaron en el marco del Proyecto RELEE: Redes

    de Estudios en Lectura y Escritura. All se propona, entre otras

    actividades, la creacin de una biblioteca virtual que puede consultarse en

    el siguiente sitio administrado por la Universidad Nacional del Nordeste:

    http://hum.unne.edu.ar/investigacion/educa/web_relee/biblio.htm 1

    El proyecto conform una red interuniversitaria que se constituy en

    diciembre de 2006 ante la convocatoria de proyectos de fortalecimiento de

    redes interuniversitarias realizada por el Ministerio de Educacin, Ciencia

    y Tecnologa a travs de su Programa de Promocin de la Universidad

    Argentina (PPUA).

    Bajo la direccin del Prof. Rubn Cucuzza (Universidad Nacional de

    Lujn) y la Mg. Teresa Artieda (Universidad Nacional del Nordeste) la red

    realiz diferentes actividades a lo largo del ao 2007 tendientes a afianzar

    la experiencia de trabajo compartido entre equipos de investigacin

    dedicados al estudio de la lectura y los textos escolares, as como a la

    incorporacin de nuevas instituciones con especial nfasis en el Mercosur.

    La publicacin del presente libro responde a los objetivos que all se

    plantearon acerca de la generacin de condiciones para el mantenimiento

    y consolidacin de proyectos conjuntos de investigacin y transferencia,

    entre equipos de investigacin que ya acreditaban exitosas experiencias

    anteriores de trabajo en red. Por otro lado refleja la continuidad y

    profundizacin de los debates, la construccin cooperativa de

    conocimiento y la difusin de resultados de investigaciones referidas a la

    historia de los textos escolares entre los equipos participantes.2

    1 El proyecto se planteaba la continuidad con la experiencia previa en la elaboracin de la biblioteca

    biblioteca virtual Las identidades nacionales en manuales escolares de Europa y de Amrica Latina, 1870-1930 elaborada en el marco de un proyecto ALFA/ PATRE-MANES, vase: http://hum.unne.edu.ar/investigacion/educa/alfa/index.htm 2 Para mayores informaciones sobre el Proyecto RELEE pueden consultarse los siguientes sitios:

    http://redesenlecturayescritura.blogspot.com/ http://hum.unne.edu.ar/investigacion/educa/web_relee/inicio.htm

  • PRESENTACIN

    7

    Valga mencionar a las instituciones participantes como demostracin

    del fortalecimiento de las vinculaciones logradas en la red hasta la

    actualidad:

    1) Argentina:

    Universidad Nacional de Lujn, Universidad Nacional del Nordeste,

    Universidad Nacional de La Plata, Universidad Nacional del Comahue, Red

    IPARC (de Investigacin Participativa Aplicada a la Renovacin Curricular.

    Institutos Superiores de Formacin Docente. Provincia de Buenos Aires),

    Biblioteca del Docente del GCBA

    2) Brasil:

    Universidad Federal de Minas Gerais , Pontifcia Universidade Catlica de

    So Paulo, Universidad Federal de Ro de Janeiro, Revista Leitura: Teoria

    e Prtica Associao de Leitura do Brasil

    3) Espaa:

    Universidad Nacional de Educacin a Distancia, CEINCE. Centro

    Internacional de la Cultura Escolar. Berlanda de Duero, SIECE.

    Seminario Interdisciplinar sobre Cultura Escrita. - Universidad de Alcal

    de Henares

    4) Uruguay:

    - Universidad Ort

    5) Ecuador

    - Instituto Fronesis. Pedagoga, comunicacin y Sociedad

    Bajo el convencimiento de que la pantalla no reemplaza al texto

    impreso sino que las distintas tecnologas de la palabra pueden convivir y

    complementarse, es que reunimos estos trabajos en un libro.

    Como ya anunciamos, los doce artculos breves incluidos aqu,

    analizan textos e imgenes acerca de la lectura escolar. Los cinco

    primeros estudian obras publicadas desde fines del siglo XIX hasta la

    actualidad, proponiendo clasificaciones o periodizaciones que dan cuenta

    de las transformaciones operadas a lo largo de un siglo, aproximadamente.

    Los siete artculos siguientes trabajan con recortes temporales ms

    pequeos, poniendo la mirada en libros pertenecientes a un perodo o un

  • LA LECTURA EN LOS MANUALES ESCOLARES

    8

    momento histrico particular. Hemos intentado en este caso un

    ordenamiento cronolgico.

    Encabeza el libro el artculo de Rubn Cucuzza: Retrica de la

    escena de lectura en las cartulas del libro escolar (UNLu). All

    presenta a la lectura y la escritura como prcticas sociales y seala etapas

    en su construccin histrica. Para el anlisis de las prcticas de lectura

    presenta el concepto de escenas de lectura -recuperado en algunos de

    los artculos siguientes - y analiza aquellas que aparecen en las tapas de

    los libros escolares argentinos. El anlisis de la retrica de las imgenes

    seleccionadas conduce a la identificacin de cinco metforas acerca de la

    lectura y de la lectura escolar.

    El segundo artculo: Los manuales escolares espaoles en la

    poca digital. De la textualidad a la iconicidad, escrito por Miguel

    Somoza Rodrguez y Gabriela Ossenbach Sauter (UNED), muestra la

    manera en que los modelos textuales y grficos de los manuales escolares

    espaoles fueron evolucionando materialmente desde finales del siglo XIX

    hasta los primeros aos del siglo XXI. Los autores proporcionan una

    seleccin de imgenes de los mismos que permite identificar tales

    transformaciones, centrando la atencin en la variacin de la relacin entre

    texto e imagen. Cierran el trabajo con sugerentes preguntas acerca de la

    utilidad pedaggica de los textos escolares y los medios tecnolgicos de

    informacin producidos en la era digital.

    El tercer artculo: Los libros de lectura en la Argentina, sus

    caractersticas a lo largo de un siglo escrito por M. Cristina Linares

    (UNLu), propone una periodizacin de los libros de lectura en Argentina

    atendiendo a las modificaciones que stos sufrieron en cuanto a la

    materialidad y los contenidos, desde fines del siglo XIX hasta fines del

    siglo XX.

    El cuarto artculo: Livros de leitura brasileiros: repositrio de

    moralidade, piedade, amor famlia e Ptria es un trabajo colectivo de

    distintos investigadores brasileros -Francisca Izabel Pereira Maciel

    (UFMG), Isabel Cristina Alves da Silva Frade (UFMG), Kazumi Munakata

    (PUC-SP), Marcia de Paula Gregorio Razzini (UNICAMP). Se concentra en

  • PRESENTACIN

    9

    las formas de escritura contenidas por los libros didcticos consideradas

    como un dispositivo para la escolarizacin de determinados saberes. El

    artculo presenta una pequea muestra de obras brasileras de distintos

    perodos.

    El quinto artculo: De espejos y eclipses. Cultura nacional y cultura

    extranjera en los manuales de francs contextualizados.

    Construccin de la imagen de s y del otro extranjero pertenece a

    Rosana Pasquale (UNLu). Analiza los textos para enseanza del francs

    producidos en Argentina. La imagen de la cultura nacional frente a la

    cultura extranjera constituye un eje fundamental en estos libros, que se

    sitan por definicin en la confluencia de culturas. A lo largo del siglo XX

    pueden identificarse tres fases diferentes en la manera en que los textos

    escolares muestran la relacin entre las dos culturas.

    El sexto artculo: Escenas de lectura en libros de primer grado en

    Argentina. 1900-1945 de autora de Roberta Paula Spregelburd (UNLu),

    se pregunta acerca de la relacin entre las escenas de lectura

    representadas por los libros de lectura de primer grado y las prcticas

    sociales de lectura contemporneas. Se plantea all que mientras la

    sociedad argentina viva una notable expansin de la cultura escrita, en los

    espacios urbanos sumamente diversificada en sus fines, medios y

    soportes, la escuela se insertaba en ese proceso intentando orientar hacia

    los modelos de lectura que consideraba adecuados.

    El sptimo artculo: La Congregacin Salesiana y los Buenos

    Libros pertenece a Mara Andrea Nicoletti (CONICET/UNCo) y Susana

    Tarantino (UNCo). Las autoras analizan la obra editorial de los salesianos

    durante la primera mitad del siglo XX bajo la hiptesis de que la posibilidad

    de producir enteramente textos propios proporcionaba, a pesar de su

    adaptacin a la currcula oficial, una autonoma poco comn para una

    Congregacin educativa. El anlisis de tres libros de lectura producidos por

    esta editorial conduce a identificar mensajes moralizantes muy precisos en

    sus imgenes y textos, a partir de los cuales se infiere una vinculacin

    directa entre la moral y la religin catlica, considerada como la nica

    moral posible.

  • LA LECTURA EN LOS MANUALES ESCOLARES

    10

    El octavo artculo: Esta carta te guiar hacia El. Anlisis de

    escenas de lectura en Cartas a Gente Menuda, de Constancio C.

    Vigil fue escrito por Susana Vital y Roberta Paula Spregelburd (UNLu). Se

    centra en la concepcin acerca de la lectura presentada en los textos e

    imgenes de este libro dirigido al pblico infantil y publicado por primera

    vez en 1927. Del anlisis de los distintos textos e imgenes se desprende la

    finalidad moralizante que el autor atribuye a la lectura, tomando nuevamente

    como modelo a la moral cristiana.

    El noveno artculo El adulto analfabeto, entre la niez y la barbarie

    de Roberto Bottarini (UNLu) analiza un libro de lectura de 1937 destinado a

    las escuelas de adultos y militares: El Adulto. El anlisis del contenido, as

    como de la nica escena de lectura que la obra presenta, son utilizados

    para identificar el sujeto interpelado y caracterizar la concepcin del adulto

    analfabeto: un peligro social, un sujeto incompleto, un nio, carente de

    valores, en situacin de minoridad, al que se debe inculcar la moral

    adecuada que genere el necesario consenso social y poltico, sin tomar en

    cuenta sus experiencias laborales y de vida previa.

    El dcimo artculo Constitucin del Espacio literario en la escuela

    de la Argentina Moderna: El caso de la revista Figuritas fue escrito por

    Mnica Demarco (Maestra en Escritura y Alfabetizacin, UNLP). Se

    propone relevar las marcas que la publicacin ha dejado en torno a la

    produccin, distribucin, circulacin y acceso del pblico destinatario,

    observar el espacio publicitario en tanto objeto de anlisis dado que se

    constituye en mediador entre el productor y los crecientes consumidores y

    establecer las relaciones entre la poltica educativa oficial y la propuesta

    editorial en torno a la cercana o no al currculum prescripto. Por ltimo

    centran el anlisis en el espacio, temas, autores y caractersticas de

    edicin que ocupa la literatura infantil en esta revista y su carcter en torno

    a la construccin de un nacionalismo estatista.

    El undcimo artculo: Escenas de lectura en los textos

    peronistas 1946-1955, escrito por Teresa Artieda y Hugo Caete

    (UNNE), se propone aportar al conocimiento de la escena de lectura

    escolar durante los dos primeros gobiernos peronistas (1946-1955). Se

  • PRESENTACIN

    11

    focaliza en las representaciones icnicas de las escenas de lectura que se

    encuentran en los libros de lectura adems de tomar en consideracin los

    textos que las acompaan y propone respuestas iniciales a interrogantes

    tomando un conjunto de variables consistentes en finalidades, actores,

    espacios, tiempos, modos de lectura, soportes materiales y objeto

    portador.

    Por ltimo: Escenas de infancia en los libros de lectura de los

    primeros grados durante el desarrollismo (1957-1968), de Noem

    Milton, Mara Ins Piriz y Sara Pallma (RedIPARC, ISFD N 22 y Asociados

    Direccin de Educacin Superior DGCyE de la Provincia de Buenos

    Aires), analiza la construccin de la idea de infancia en cuatro textos

    propios del perodo. Relevan all diversas concepciones de niez

    instaladas en los dispositivos didcticos en uso en las escuelas de la

    Provincia de Buenos Aires, las cuales perviven segn las autoras-

    yuxtapuestas en las prcticas escolares actuales.

  • RUBN CUCUZZA

    12

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    13

    Retrica de la escena de lectura

    en las cartulas del libro escolar

    Rubn Cucuzza

    Universidad Nacional de Lujn (UNLu)

    Programa HISTELEA

    Lectura y escritura o lectoescritura. La manera de denominar estas

    prcticas sociales arrastra una doble problemtica sea en sus aspectos

    didctico-metodolgicos como en sus aspectos socio-histricos.

    Es problema de los didactas resolver las implicancias para la enseanza

    en caso de adoptar la primera o la segunda denominacin por cuanto

    suponen estrategias diferentes en el aula.

    Nos referimos a la separacin histrica de siglos entre ambas prcticas

    desde el surgimiento de la escritura, su conjuncin terica y prctica en los

    momentos de constitucin de los sistemas educativos al calor de las disputas

    metodolgicas y, nuevamente, su ms reciente separacin terica con el

    cuestionamiento a la expresin lectoescritura.

    Pero es problema de los historiadores comprender las razones de los

    movimientos de oscilacin antemencionados tanto como las reales relaciones

    que se establecieron entre lectura y escritura de hecho a pesar de las

    desventuras de los pedagogos.

    As, en la direccin de analizar conjuntamente lectura y escritura como

    prcticas sociohistricas, e insinuando la determinacin de la una sobre la

    otra, sealaba Raymond Williams que la literatura oral de las sociedades que

    no conocan la escritura, o la conocan slo de forma marginal, fue, a travs

    de muchas y complejas etapas, transferida a esta nueva tcnica material y

    adicionalmente desarrollada gracias a ella, para proponer un intento de

    periodizacin:

  • RUBN CUCUZZA

    14

    "La escritura pas de ser 1) una funcin de apoyo y registro, en las

    cuales la tradicin y la composicin oral eran todava predominantes,

    pasando por 2) una etapa en la que a esta funcin se aadi la

    composicin escrita para su interpretacin oral y 3) una etapa

    posterior en la que la composicin era adicionalmente escrita slo

    para ser leda, hasta 4) la etapa ms reciente y conocida en la que la

    mayor parte o virtualmente todas las composiciones eran escritas

    para ser ledas en silencio, y la escritura, por esta razn, se

    generaliz finalmente como literatura" 3

    De aqu sale que, en distintos y largos perodos, "unos" leen mientras

    que "otros" slo escuchan, hasta que en la lectura silenciosa ambas prcticas

    sociales confluyen en la cabeza de un slo individuo, de modo que, la lectura

    silenciosa sera el punto de inflexin en que las prcticas sociales de escritura

    pasaron a determinar las prcticas sociales de lectura.4

    Desde este marco nuestros trabajos se propusieron combinar la historia

    de la escritura y su tecnologa con la historia de la lectura y sus variaciones

    desde la oralidad residual de la lectura colectiva en alta voz del catecismo en

    las aulas conventuales, hasta la ruminatio que preanunciaba la lectura

    silenciosa individual.

    De otro modo, del texto para "oir" y memorizar en los "claustros", al

    texto para "ver" y discutir en los "clubes" ilustrados, con lo que, el control de la

    ortodoxia se desplaza desde la relacin cara a cara al control distante de la

    palabra tipografiada.5

    No obstante, dichas transiciones motorizadas por la imprenta desde

    comienzos de la modernidad, no eliminaron las prcticas de lecturas

    colectivas y corales que se mantienen hasta nuestros das, en especial, como

    escenas de lectura ms o menos ritualizadas y codificadas que se desarrollan

    en el interior de algunas corporaciones, parroquias o comunidades

    especficas. Y aqu no podemos dejar de mencionar ciertas prcticas

    3 WILLIAMS, 1982:88.

    4 CUCUZZA, 1998

    5 CUCUZZA, 1996

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    15

    escolares en la lectura inicial hasta las acadmicas presentaciones en

    congresos power-point mediante.

    De manera sinttica para esta presentacin recuperamos algunas

    hiptesis a cuenta de otros desarrollos, a saber:

    - los usos sociales y las prcticas de la lectura, determinaron en un primer

    momento, los usos sociales y las prcticas de escritura.

    - los usos sociales y las prcticas de escritura pasaron, en un segundo

    momento, a determinar los usos sociales y las prcticas de lectura.

    Con lo que, el poder/control de la ortodoxia se expres de manera

    dominante y en primer lugar, sobre las prcticas sociales de lectura antes que

    en las prcticas sociales de escritura, en el largo perodo que transcurre entre

    las primeras marcas como registro de la propiedad hasta la escrituracin

    alfabtica quirogrfica del poder en el Mediterrneo mundo clsico.

    Mientras que, el poder/control de la ortodoxia de la modernidad se

    traslad hacia las prcticas sociales de la palabra tipogrfica impresa, en un

    largo, largusimo perodo de transicin, en que la escrituracin del poder

    transcurri conviviendo, bajo diversas formas, con las diversas persistencias

    de la oralidad cotidiana no alfabetizada.

    Finalmente desde comienzos del Siglo XX, el poder/control de la

    ortodoxia se desplaz hacia los medios elctricos y electrnicos, cine, radio,

    televisin e intenta resolver el control de la palabra biteada en los

    ordenadores.

    De alguna manera, intentamos completar el reclamo de Peter Burke,

    realizado a los historiadores sociales del lenguaje (sic), sobre que una de las

    "tareas inmediatas" que tienen frente a s, es descubrir quin, en un

    determinado lugar y tiempo, empleaba el medio de la escritura para

    comunicarse con quin y sobre qu 6; para agregar la tarea "inmediata"

    complementaria e inversa: quines, cmo, cundo, dnde y para qu, lean o

    escuchaban leer la comunicacin. (destacado propio)

    Definiremos la escena de lectura como el lugar donde se

    realiza/materializa la escritura como prctica social de comunicacin. Para

    describir los componentes de la escena aplicaremos el siguiente protocolo de

    6 BURKE,1996:32.

  • RUBN CUCUZZA

    16

    anlisis a los discursos sobre la lectura o a sus representaciones icnicas

    teniendo en cuenta los siguientes tems:

    1) Los actores

    Quin o quines intervienen en la escena? Individual/colectiva,

    masculino/femenino, nio/adulto, joven/anciano

    Qu tipo de relaciones sociales se evidencian? jerrquica/igualitaria,

    dominacin/democratizacin, escolarizante/recreacional, elitista/popular

    Cules son las posiciones corporales del o los personajes?

    Sentado/acostado/de pie, diferencias de posturas lector/escucha,

    2) Las finalidades

    Para qu fines se lee? Explcitos/simblicos, formacin cultural/placer,

    crecimiento personal/goce esttico, mgico /racional,

    3) Los espacios

    Cul es el marco espacial del lugar en que se lee? Interior/exterior,

    espacio especfico/inespecfico, arriba/abajo, trabajo/ocio, escolar/otros,

    pblico/privado, urbano/rural, oculto clandestino/abierto manifiesto,

    sagrado/profano, abierto/cerrado, individual/colectivo,

    particular/institucional

    4) Los tiempos

    Puede determinarse el momento de la lectura? regular peridico/ ocasional

    casual, Da/noche, cuantitativo/cualitativo, planificado/espontneo,

    periodizable/no periodizable, datado/ no datado

    5) Modos de lectura

    La escena supone una lectura silenciosa o en alta voz?

    6) Los soportes materiales o la tecnologa de la palabra

    Es posible determinar el tipo de soporte material de la escritura en que se

    lee? Arcilla, piedra, papiros, pergaminos, hueso, cermicas, madera,

    cuero, papel, tela, etc

    Cul es el objeto portador? Tablillas, sellos, estelas, vitrales, rollos,

    cdices, cuadernos, libros, edictos, bandos, diarios, revistas, pizarras,

    paredes, cartas, carteles, monumentos, letreros, panfletos, utensilios,

    pintura, grabado, televisin, cine, computadora, etc

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    17

    Cul es el lugar del objeto en el espacio representado?

    Centralidad/marginalidad

    Estas reflexiones que venimos reseando de manera sinttica para

    esta presentacin acompaaron una serie de trabajos realizados en

    funcin de historizar lo que denominamos tempranamente como escena

    de lectura escolar luego de una serie de entrevistas a docentes que

    describieron la prctica de la siguiente manera que citar extensamente 7:

    Desde la consigna "pase al frente" de la clase, a leer de pie al lado

    del pupitre personal, hasta consignas posturales ms severas como

    "talones juntos puntas separadas" (MORANDI, E.) la prctica de la

    lectura en alta voz apareca ritualizada en las prcticas escolares

    cotidianas de aula.

    Se prescriba tomar el libro en el medio abajo con la mano izquierda

    mientras la mano derecha se colocaba en la punta derecha superior

    preparada para voltear la hoja (ASBORNO, S.).

    La consigna atraves por lo menos tres generaciones de maestros

    en Argentina, estuvo presente durante el primer peronismo, y se fue

    licuando progresivamente, para ser slo un recuerdo recuperado por

    las indicaciones que le realizara una abuela ex-maestra a una nieta,

    a la que su maestra ya no le exiga el cumplimiento del ritual en sus

    clases de lectura (SPREGELBURD, P.).

    Al llegar al punto aparte se deba pausar y levantar la vista mirando

    al auditorio (ASBORNO, S.) lo que implicaba romper la secuencia

    visual-escriturada introduciendo el silencio como poderoso recurso

    especfico de la secuencia auditiva-oral de la narracin.

    El logro mayor de la elocuencia se premiaba si el lector adelantaba

    la lectura visual del prrafo antes del punto para mirar al auditorio

    "oralizando" el cierre expresivamente "como si no estuviera leyendo"

    (BOTTARINI, R.).

    7 CUCUZZA, 1998

  • RUBN CUCUZZA

    18

    Y mantener el volumen de la voz hasta pronunciar la ltima slaba de

    modo que fuera audible para el ltimo alumno de la clase o del

    discurso en el "acto escolar" de efemrides (LORENZO, R.).

    Previamente, la maestra desde el frente de la clase realizaba la

    lectura "modelo", luego vena la lectura "coral", y despus la lectura

    individual mientras el grupo realizaba el seguimiento con lectura

    silenciosa (NACIMENTO, R.).

    Se interrumpa la lectura en las comas, un alumno contaba "uno" , al

    llegar a la coma, "dos" en el punto y coma, "tres" en el punto, a la

    manera del bastonero y se levantaba la vista del texto.

    (NACIMENTO, R.).8

    Se parta del supuesto terico de que la lectura expresiva facilitaba la

    comprensin (PERELSTEIN, B.), aunque mecanizada la prctica condujo a

    la invencin de mecanismos de control que consistan en interrumpir al

    alumno que lea en voz alta para reclamar a otro al azar que siguiera la

    lectura donde se haba interrumpido. Y pobre del que, obligado a seguir a

    un camarada, no est en condiciones de recomenzar el texto en el punto

    que ste lo dej. No le sigue..., se le castiga!"9

    Para historizar esta escena de lectura realizamos un recorrido

    histrico en la larga duracin donde comparbamos la escena de lectura

    descripta por San Agustn en Las Confesiones, el lector de la semana en la

    Regla de San Benito de Nursia y el Requerimiento procurando demostrar

    que, a modo de capas geolgicas, diversas prcticas sociohistricas de

    realizacin de la lectura se encontraban presentes subsumidas en una

    nueva forma que acompa el surgimiento de la querella del mtodo: la

    escena de lectura escolar.10

    Para esta ocasin, en el presente trabajo, hacemos entrega de las

    primeras aproximaciones al anlisis del soporte de dicha escena de

    lectura, el libro de lectura, tal como se le conoce en Argentina,

    8 Ibid, p. 157

    9 DOTTRENS,1966:125.

    10 CUCUZZA, 2002

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    19

    detenindonos en la propuesta de la cartula en su particular combinacin

    de texto e imagen.

    Dos problemas estuvieron presentes de manera simultnea cuando

    observamos y seleccionamos las imgenes de las cartulas de los textos,

    aunque solamente los dejaremos indicados en esta presentacin, a saber:

    1) En qu medida la cartula contina recogiendo los rasgos del

    incipit de los cdigos medievales en la direccin de identificar su contenido

    como ocurra en los momentos previos al surgimiento de los recursos

    paratextuales que facilit la imprenta tales como, ttulo, subttulo, ndice,

    pgina, etc.?

    Recurdese que los cdices no tenan una primera pgina con el ttulo del

    libro y dems indicaciones paratextuales sino que, como persistencia de

    las inscripciones que aparecan en los rollos sealando el comienzo

    (incipit) y el fin del rollo (explicitus), fueron y son reconocidos por las

    primeras palabras con los que el autor inauguraba la obra.

    Todava hoy las encclicas papales se identifican por sus primeras

    palabras en latn al modo del incipit. 11

    2) Cules son las posibilidades de aplicacin de los estudios que

    reconocen sus primeros antecedentes en Roland Barths12

    acerca de la

    retrica de la imagen en escenas de publicidad a las escenas de lectura

    que proponen los libros escolares en el largo proceso de los comienzos de

    su configuracin como gnero desde fines del siglo XIX, su apogeo a

    mediados del XX, hasta los inicios de su cuestionamiento metodolgico y

    desaparicin en el ltimo tercio del siglo XX?

    Estos ltimos procesos transcurrieron simultneamente con otros

    procesos tcnicos, sociales, econmicos y culturales que les dieron

    sustento y origen, como seala Sandra Szir:

    11

    Tales indicaciones en los cdices eran una supervivencia del comienzo y el final de los volumina o rollos: en ellos, el comienzo vena tambin indicado por la palabra incipit (p. e. Incipit Aeneidos liber primus, 'Comienza el primer libro de la Eneida'), mientras que al final figuraba una advertencia de que el volumen estaba totalmente desenrollado, es decir, explicitus (p. e. Explicitus (est) Aeneidos liber primus, 'Desenrollado el primer libro de la Eneida'); la abreviatura explicit., se conserv cuando los rollos fueron sustituidos por los cdices, pero desprovista de su sentido, pues los cdices ya no se desenrollaban, y se tom como una forma verbal correlativa de incipit ('comienza'), con el significado de 'ha terminado'. http://w3.cnice.mec.es/eos/MaterialesEducativos/mem2001/scripta/trad/trad4.htm 12

    BARTHES,1964

  • RUBN CUCUZZA

    20

    el desarrollo tecnolgico experimentado en el mbito de la

    produccin grfica produjo una industrializacin en la produccin de

    impresos y la multiplicacin de imgenes [] Pero al mismo tiempo,

    este progreso tecnolgico formaba parte de un proceso de

    industralizacin, urbanizacin y modernizacin vinculado con el

    desarrollo capitalista de pases europeos y de Estados Unidos. Estos

    procesos condujeron al surgimiento del consumo como prctica que

    se extendi a todos los grupos sociales, prctica a la que es

    incorporada la infancia. Consumo de alimentos especialmente

    dirigidos a los nios, ropa, juguetes, productos culturales y tambin

    imgenes.13

    Finalmente, en razn de la sntesis de esta presentacin, sealamos

    que hemos seleccionado las cartulas del Fondo Bibliogrfico Maestro Luis

    Iglesias lo que constituye uno de los lmites de este trabajo en cuanto al

    universo de estudio.14

    Y a ellas les aplicamos los siguientes tems de

    anlisis:

    1. La escena de lectura como metfora de la formacin de la

    identidad argentina

    Bajo el proyecto de las oligarquas liberales a fines del siglo XIX, se

    da una estrecha relacin entre el maestro, el libro y la cultura letrada

    impresa, colocada al servicio de la exigencia de "nacionalizar" al

    inmigrante y "civilizar" al gaucho por medio de la conformacin del sistema

    educativo obligatorio, laico y gratuito. Vanse las imgenes desde Fig 1 a

    Fig. 4.

    13

    SZIR, 2006:78 14

    DEMERGASSO, Luciano y FIRPO, Iliana (2008)

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    21

    F1 F2

    F3 F4

  • RUBN CUCUZZA

    22

    2. La escena de lectura como metfora de la formacin moral laica

    Desplazada la Iglesia del control de la moralidad al estilo de los viejos

    Catones y tratados de buenas costumbres, los nuevos textos procuran

    conformar la nueva moral secular que se apoya en los principios de la

    construccin de la civilidad en el sentido que le otorga Elas.

    F5 F6

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    23

    F7 F8

    Vanse las cartulas desde Fig. 5 a Fig 9. Si bien las primeras aluden

    a figuras aladas no son ngeles los que guan al nio sino casi

    F9

  • RUBN CUCUZZA

    24

    representaciones escultricas de la Repblica ornada de laureles y la

    ltima que interpela con el Se bueno muestra a la madre en

    representacin de la familia encaminando al nio hacia el nuevo templo

    con su delantal escolar.

    3. La escena de lectura como metfora de actividad escolarizada

    Vase la figura 10 donde la imagen

    muestra la disposicin fsica del lector

    alumno tal como la describiramos algunos

    prrafos ms atrs. Esta sera la escena de

    lectura "normalista" que form

    masivamente lectores hasta mediados del

    XX.

    Las cartulas siguientes refuerzan la

    imagen de la escena como una escena de

    lectura escolar (Fig. 11 a 13)

    F10

    F11 F12 F13

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    25

    4. La escena de lectura como metfora del porvenir y del progreso

    La cartula del texto de la figura 14 interpela explcitamente a la lectura

    (materializada en el libro) como vehculo de conduccin hacia un

    mundo feliz simbolizado en otras imgenes del progreso que seala el

    nio con su brazo extendido.

    La metfora se repite en las Fig. 15 y 16.

    F14

  • RUBN CUCUZZA

    26

    F15 F16

    5. La escena de lectura como metfora de actividad placentera

    Finalmente las escenas que se reproducen en las cartulas desde la

    Fig. 17 a la Fig. 20 quiebran la rigidez de la escena de lectura fundacional,

    transcurren en espacio no escolares y no solamente aparecen animales y

    mascotas acompaando al lector sino que en algunas se constituyen en

    ellas mismas en lectores suplantando a los nios.

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    27

    F17 F18

    F19 F20

    Bastara con realizar un registro de los lemas de las campaas de

    promocin de la lectura para advertir una tendencia publicitaria que

    procura desembarazarla de los contenidos metafricos enunciados, la

    lectura como deber escolar para adscribirle nuevos y hasta descomunales

  • RUBN CUCUZZA

    28

    objetivos donde la metfora se asemeja ahora a un ejercicio del ocio

    reconfortante.15

    Para cerrar, de ex profeso hemos presentado las imgenes sin apelar

    a periodizaciones sucesivas cronolgicamente para sealar que todas las

    metforas estuvieron presentes en cada etapa de la historia de la lectura

    en Argentina aunque se evidencia el nfasis puesto en alguna de ellas en

    algn perodo.

    Los cambios tecnolgicos en la impresin, con todo, permitiran una

    sencilla datacin en los libros presentados.

    En un sinuoso continuum las escenas de lectura se representaron con

    variaciones en su iconografa aunque las prcticas de aula manifestaron

    una seria invariancia a pesar de los cambios en las propuestas tericas.

    Pero esto ya es motivo de otro trabajo.

    Bibliografa citada

    BARTHES, Roland (1964?) Retrica de la Imagen, consultado el

    22/2/2008en

    http://es.geocities.com/tomaustin_cl/semiotica/barthes/retoricaimg.htm

    BURKE, Peter (1996) Hablar y callar. Funciones sociales del lenguaje a

    travs de la historia, Barcelona, Gedisa, p. 32.

    CUCUZZA, Hctor Rubn (1996) Ruptura hegemnica ruptura pedaggica:

    catecismos o contrato Social durante el predominio jacobino en la Primera

    Junta de Buenos Aires, en PILAR BALLARIN, Domingo, et. al.,

    organizadores, El currculum: historia de una mediacin social y cultural,

    Granada, Ediciones Osuna.

    15

    La nueva campaa lanzada en la Pcia. De Buenos Aires dice "Leer para conocer, imaginar y ser libre http://www.lanacion.com.ar/cultura/nota.asp?nota_id=1002573

  • RETRICA DE LA ESCENA DE LECTURA EN LAS CARTULAS DEL LIBRO ESCOLAR

    29

    CUCUZZA, Hctor Rubn (1998) Ruptura hegemnica. Ruptura

    pedaggica: La Razn de mi Vida como texto escolar durante el primer

    peronismo,en Anuario Galego de Historia de la Educacin, N 2, Espaa,

    Universidad de Vigo.

    CUCUZZA Hctor Rubn (1998) Oir o leer: el poder y las escenas de

    lectura, en RAMOS DESAULNIERS, Julieta Beatriz, editora, Revista

    Veritas, trimestral de Filosofa e Cincias Humanas, Porto Alegre,

    Pontificia Universidad Catlica de Ro Grande do Sur.

    CUCUZZA, Hctor Rubn (2002) Conferencia Magistral Para una historia

    de las prcticas sociales de lectura: del surgimiento de la lectura silenciosa

    a la escena de lectura escolar, en el VII Congreso Latinoamericano para

    el Desarrollo de la Lectura y Escritura, Centro de Convenciones de la

    Ciudad de Puebla, Mxico, mimeo.

    DEMERGASSO, Luciano y FIRPO, Iliana (2008) Imgenes del Fondo

    Bibliogrfico Maestro Luis Iglesias, proyecto de extensin del Programa

    Histelea, Departamento de Educacin, Universidad Nacional de Lujn

    http://www.histelea.unlu.edu.ar/

    DOTTRENS, Robert (1966) Didctica para la escuela primaria, Bs. As.,

    Eudeba/UNESCO.

    GARCA Y GARCA, Francisco (2005) Bibliografa sobre potica y retrica,

    en Revista cono14, Revista de Comunicacin Audiovisual, Madrid,

    consultado el 30/3/2008 en http://www.icono14.net/revista/num5/index.htm.

    SZIR, Sandra M. (2006) Infancia y Cultura Visual. Los peridicos ilustrados

    para nios (1880-1910), Buenos Aires, Mio y Dvila.

    WILLIAMS, Raymond (1982) Cultura. Sociologa de la comunicacin y del

    arte, Barcelona, Paids.

  • RUBN CUCUZZA

    30

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    31

    Los Manuales Escolares Espaoles en la poca

    Digital. De la textualidad a la iconicidad.

    Miguel Somoza Rodrguez

    Gabriela Ossenbach Sauter

    Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED)

    Como ha sido dicho, los libros escolares son objetos muy complejos

    (JOHNSEN, 1996): constituyen la condensacin en un objeto de

    numerosos intereses, intenciones, intervenciones y regulaciones. Son la

    resultante del trabajo y la participacin del autor, del editor, del diseador,

    de la imprenta, del distribuidor, del maestro, de las autoridades educativas,

    etc., y constituyen un fenmeno pedaggico, pero tambin cultural,

    poltico, administrativo, tcnico y econmico.

    El profesor Agustn Escolano seala, al respecto, la existencia de un

    modelo editorial diferenciado (...) por sus peculiares modos de

    maquetacin, composicin, edicin y encuadernacin, as como por la

    tipografa y las ilustraciones y de un modelo textual propio de los

    manuales escolares: (...) si bien los diversos gneros didcticos pueden

    sugerir una cierta ausencia de cohesin en las producciones escolares,

    tambin es posible encontrar, como sustrato de todas ellas, una

    pragmtica textual que les confiere unidad y coherencia. Esta pragmtica

    se sustentara en una misma lgica comunicativa, en la semiologa que la

    refuerza y en la invencin de un sujeto lector que se prefigura desde la

    textualidad como destinatario de este tipo de publicaciones (ESCOLANO,

    1998).

    El modelo editorial diferenciado al que se refiere Escolano ha dado

    lugar a lo que se viene denominando cultura material del libro escolar, es

    decir, una tipologa especfica de este objeto cultural caracterizada por un

    conjunto de patrones, estndares y modelos grficos que se fueron

    sistematizando y estereotipando a lo largo del proceso de

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    32

    institucionalizacin de los sistemas pblicos de enseanza, y que se

    extendieron por todo el mundo occidental en forma de tendencias

    pedaggicas transnacionales. Aqu se intentar mostrar la manera en que

    los modelos textuales y grficos de los manuales escolares espaoles

    fueron evolucionando materialmente desde finales del siglo XIX hasta los

    primeros aos del siglo XXI, a travs de una seleccin de imgenes de los

    mismos que permitira identificar tales transformaciones, centrando nuestra

    atencin, sobre todo, en la variacin de la relacin entre texto e imagen.

    Los que podramos llamar libros de texto tradicionales en Espaa,

    los libros producidos entre finales del siglo XIX y la primera mitad del XX,

    presentan un conjunto de rasgos que los caracterizan como producto de

    una poca histrica, de un modelo pedaggico y de un modelo editorial

    especfico y diferenciado. Entre estas caractersticas podramos mencionar

    que, siendo, por definicin, instrumento y recurso gnoseolgico, se inclinan

    frecuentemente a presentar al saber como un objeto concluido, definitivo,

    y, en cambio, muchas menos veces, el saber es propuesto como un

    resultado provisional, parcial, relativo o condicionado del proceso de

    conocimiento. Pocas veces el saber es presentado en dichos manuales

    como una construccin social e histrica, sujeta a limitaciones de validez y

    veracidad. Pocas veces aparecen en ellos el error, el ensayo, la

    aproximacin y la duda como parte constitutiva del proceso del

    conocimiento. La imagen ms habitual es la del saber como camino

    rectilneo, que conduce de lo simple a lo complejo, de lo rstico a lo

    educado.

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    33

    Una buena parte de los libros escolares de este perodo rara vez

    contienen dudas ni presentan la accin de dudar de un modo favorable:

    por el contrario, tienden a establecer, prescribir, clasificar, dictaminar.

    Incluso evitan presentar la duda sistemtica como accin intelectual

    deseable.

    En el mismo sentido, la pregunta y la accin de preguntar pocas

    veces las hemos encontrado en ellos asociadas a la curiosidad natural, a

    la libertad intelectual o al inters del educando por conocer y desentraar

    el significado de las cosas y de las relaciones. La pregunta, la

    interrogacin, est, con ms frecuencia, asociada a la accin

    disciplinadora del enseante, a la evaluacin sancionadora, que a su

    utilizacin como instrumento de aproximacin y apropiacin de la realidad.

    Frecuentemente tambin, el estilo de aquellos manuales escolares

    parece mezclar la descripcin con la prescripcin, el ser con el deber ser,

    la reflexin con la sugestin, la inteleccin con la conviccin emocional, y

    el dilogo con la predicacin.

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    34

    Aquel modelo textual configuraba un discurso nico, fuerte y cerrado,

    que se lea o deba ser ledo de principio a fin. Tales caractersticas

    dotaban al texto escrito y al libro que lo contena de un aura de autoridad,

    fijeza y firmeza, en la que se acumulaban operaciones discursivas de

    naturaleza y propsitos dismiles pero indiferenciadas en su presentacin,

    proporcionando al lector escolar, al mismo tiempo, informacin, certeza,

    verdad y legitimidad.

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    35

    El paradigma textual era coincidente con el paradigma institucional de

    la escuela templo del saber, en el que el conocimiento se consideraba

    como un objeto acabado, consolidado, invariable, posedo por los sabios

    polticamente autorizados y se adquira principal y fundamentalmente en la

    propia escuela. En este modelo el saber estaba depositado en un extremo

    del organismo social y circulaba en sentido nico, de arriba hacia abajo, de

    lo culto a lo inculto, de lo urbano a lo rural, de lo masculino a lo femenino,

    de lo senescente a lo adolescente. Texto escolar y contexto escolar,

    discurso e institucin, se reafirmaban. Aquel modelo textual anterior

    configuraba un discurso nico, fuerte y cerrado, que se lea o deba ser

    ledo de principio a fin. Tales caractersticas dotaban al texto escrito y al

    libro que lo contena de un aura de autoridad, fijeza y firmeza, en la que se

    acumulaban operaciones discursivas de naturaleza y propsitos dismiles

    pero indiferenciadas en su presentacin, proporcionando al lector escolar,

    al mismo tiempo, informacin, certeza, verdad y legitimidad.

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    36

    Las ltimas dcadas del siglo XX

    fueron profundamente innovadoras

    en toda los mbitos culturales, y en el

    campo de los manuales escolares

    consolidaron cdigos de

    comunicacin, de edicin, de

    produccin y de diseo (y de

    marketing y distribucin) de las obras

    que pueden ser interpretados como la

    culminacin de las transformaciones

    iniciadas en los 60, o bien, debido a

    la magnitud de los cambios, como el

    inicio de una fase nueva (asociada a

    la llamada cultura de masas, a la

    televisin, a la informtica y a lo digital) en la produccin de libros de texto.

    En primer lugar, el relativo crecimiento econmico y el desarrollo

    tcnico de la industria editorial espaola permitieron la utilizacin de papel

    satinado y barnizado que, adems de

    mejorar la presentacin de los textos y

    del libro en general, era apto para

    incluir ilustraciones y grficos de alta

    calidad, con abundancia de colores y

    diseos modernos que aumentaron el

    atractivo esttico de los manuales

    escolares.

    Al mismo tiempo que aumentaba

    la calidad de las imgenes y el

    espacio que ocupaban en los libros,

    los textos centrales se hicieron ms

    breves, dando lugar a la aparicin de

    otros textos, complementarios o

    paralelos al central, en forma de

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    37

    cuadros de texto. Junto con ellos se incorporaron grficos, mapas

    conceptuales, fuentes, actividades para el alumno y diagramas, de modo

    generalizado. El esquema visual de estos nuevos manuales se transform

    notablemente respecto del anterior, definido por la centralidad del texto

    escrito y la funcin secundaria o subsidiaria de las ilustraciones, fuese

    cual fuese el propsito de las mismas: motivar, explicar, adornar, etc. Decir

    que la relacin entre texto e imgenes se invirti resultara quizs

    excesivo, pero s es posible afirmar que el texto principal qued si no

    relegado al menos condicionado por la presencia dominante de los

    elementos grficos. La lectura de un manual escolar implicara desde

    entonces operaciones mentales de decodificacin de naturaleza diferente y

    ms complejas que la anterior lectura prcticamente secuencial y

    continua de desciframiento y comprensin de un texto escrito

    complementado con alguna imagen.

    Los elementos iconogrficos

    fueron ocupando (invadiendo) el

    espacio del manual escolar, tanto en

    cantidad de ilustraciones como en

    tamao de las mismas, no siempre

    aportando informacin relevante

    respecto de los contenidos. En

    mltiples casos lo meramente

    decorativo comenz a predominar por

    s mismo, buscando atraer por la

    calidad de las imgenes y el colorido la

    atencin de un pblico escolar (y de

    sus padres) interpelado ms como

    consumidor de un objeto comercial

    atractivo que como sujeto de

    aprendizajes sociales valiosos. Si el pblico lector de los tiempos pre-

    televisivos era el sujeto de una cosa por vez, los lectores post-televisivos

    son sujetos de varias cosas al mismo tiempo. El foco de atencin, antes

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    38

    centrado en un objeto que lo colmaba, debi ampliarse para dar cabida a

    una variedad de elementos que lo saturan.

    La visualidad contempornea

    est marcada por su carcter mltiple

    y disperso, siendo la densificacin

    iconogrfica uno de los sntomas ms

    evidentes de nuestra cultura. El

    desarrollo tecnolgico trae consigo un

    progresivo e imparable aumento de

    produccin de imgenes que implican

    la adquisicin de nuevos hbitos

    perceptivos caracterizados, cada vez

    ms, por la exigencia de una

    disminucin en el tiempo de su

    contemplacin. La velocidad, como

    ingrediente inseparable de la vida

    urbana moderna, impone su ley, de la

    que no escapa la visualidad cotidiana forjada bajo el signo de una mirada

    que yuxtapone una multitud de imgenes.

    (MARTNEZ, 1989)

    Los procesos de percepcin y

    desciframiento de la comunicacin

    pasaron de la unicidad diacrnica (o casi)

    a la multiplicidad de tipologas y cdigos

    sincrnicos. Prestar atencin slo a un

    objeto o cdigo por vez fue considerado, a

    partir de entonces, un indicador de escasa

    agilidad mental, un resabio del mundo

    mental rural, una manifestacin de

    desadaptacin a las normas de la

    modernidad.

    Los cambios de patrones grficos y

    visuales afectaron igualmente al diseo

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    39

    del libro escolar. Si el esquema visual de una pgina de un manual escolar

    tradicional se compona de un texto principal claramente dominante y

    ninguna imagen o una imagen bicolor colocada generalmente arriba, el

    esquema de una pgina de un manual de la segunda generacin se

    compona ya de un texto principal pero de dominancia relativa, al lado de

    una imagen multicolor principal o varias imgenes ms pequeas,

    colocadas arriba, abajo, a los lados o intercaladas en el cuerpo del texto.

    En los manuales de ltima generacin la imagen multicolor y de gran

    calidad es la dominante, engullendo, rodeando, constriendo el texto,

    colocada como fondo del mismo texto (a veces incluso dificultando su

    lectura) o dividindose en varias imgenes de menor tamao pero

    dominantes en conjunto. El texto principal se ha empequeecido dejando

    paso, como decamos antes, a un conjunto de cuadros de texto ms o

    menos complementarios o paralelos, y a esquemas, diagramas,

    organigramas y mapas conceptuales.

    No queremos decir con esto, que la cantidad total de texto haya

    disminuido, ni siquiera la que correspondera al texto principal. En

    realidad, la extensin de los textos ha aumentado, al igual que la cantidad,

    la calidad y la actualidad de la informacin que contienen los manuales

    escolares actuales, al mismo tiempo que aumentaba el espacio ocupado y

    la calidad grfica del material icnico. Todo esto ha resultado en un notorio

    incremento de la cantidad de pginas de los libros escolares, del tamao

    de los mismos y hasta de su peso.

    Otro elemento positivo a sealar en los ltimos libros de texto

    respecto de los manuales tradicionales es que la presencia de los cuadros

    de texto, conteniendo informacin complementaria, paralela, comentarios,

    fuentes primarias, concepciones u opiniones divergentes, etc., termina con

    el tipo de discurso nico, cerrado, monovalente, autopresentado como

    verdadero, que caracterizaba a aquellos, reemplazndolo por un polifona

    o pluralidad de voces que se asemeja a un dilogo, lo que, a su vez,

    predispone, habita y forma para aceptar, or, comprender, intercambiar o

    rebatir con argumentos y razones, juicios o percepciones diferentes a las

    propias.

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    40

    Existe una llamativa similitud entre el formato de una pgina de

    manual escolar actual y una pgina web, ambas muy fragmentadas en

    cuanto a sus contenidos, ambas con sus cuadros de texto, imgenes

    principales, tablas, imgenes secundarias, fondo de pantalla (o de pgina),

    tipografas y colores diversos para diferenciar reas. Razonablemente

    podramos preguntarnos si una pgina de manual escolar es una pgina

    web puesta en sentido vertical o una pgina web es una pgina de manual

    escolar apaisada.

    Desde los ltimos aos 70 y los primeros 80 se consolida la

    tendencia a la predominancia iconogrfica en los manuales escolares y la

    creciente incorporacin de textos fragmentados, precediendo en el

    tiempo a los que luego seran los tpicos diseos web, proceso que no

    debe sorprendernos porque siempre lo nuevo se construye a partir de lo

    viejo y conocido, copiando y adaptando al principio hasta alcanzar un

    lenguaje maduro y propio recin en fases ms avanzadas de la nueva

    tecnologa.

    Se podra sugerir

    que la fragmentacin, la

    no-secuencialidad y la

    iconicidad del hipertexto

    no seran totalmente

    comprensibles sin la

    previa o simultnea

    parcializacin y la no-

    secuencialidad del texto

    impreso de los

    manuales escolares y

    de las enciclopedias

    divulgativas juveniles, por una parte, y la creciente influencia de la

    estructura narrativa de la televisin, por otra, con sus breves unidades de

    comunicacin, con su saltos constantes del foco de atencin, con la

    sucesin de imgenes desvinculadas entre s, con el entrecruzamiento

    catico de tiempos y de espacios, con los recursos de la sorpresa, de lo

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    41

    impactante, de lo espectacular, constantemente buscando atraer y

    mantener la huidiza atencin del televidente y su presencia frente al

    aparato. Por otra parte, este troceo del texto y de la temporalidad lineal

    coinciden con el desarrollo del videoclip a partir de los aos 80, siendo

    ste un elemento de gran influencia en la cultura juvenil: un breve

    cortometraje musical con imgenes llamativas, fragmentarias, inconexas,

    que apuntan a movilizar la emocin.

    Una de las principales caractersticas del texto hipertextual es la

    fragmentacin del mismo y la ruptura de una prefijada secuencialidad de

    la lectura, dando intervencin al sujeto lector en la eleccin o elaboracin

    de un itinerario de lectura personal. Los manuales escolares de ltima

    generacin parecen haber incorporado esta estructura textual,

    presentndose como un coro de voces y de imgenes, cada una diciendo

    lo suyo. Pero en algunos casos al menos, esa fragmentacin puede

    haberse tornado exagerada y excesiva, y la ruptura de la secuencialidad

    del mensaje desemboca en la ruptura de la comprensin del significado.

    Los libros de texto de ltima generacin ya no cuentan una historia, pocos

    describen un fenmeno, o escasamente explican un proceso, sino que

    proporcionan trozos ms o menos parciales (y hasta inconexos), cada uno

    incompleto en s mismo, y se espera que los alumnos los organicen en su

    mente y los reproduzcan como, ahora s, un relato secuencial. Si el alumno

    se expresa durante la evaluacin al modo hipertextual se dir de l que

    no sabe expresarse, o que

    no sabe expresarse con

    fluidez y coherencia.

    Partiendo de estas

    prcticas escolares,

    podramos preguntarnos en

    qu momento la institucin

    escolar proporciona a nios

    y jvenes los instrumentos y

    el entrenamiento necesarios

    para construir un relato

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    42

    organizado, continuo, lgico, que relacione causas y efectos, pasado con

    futuro, objeto con concepto, acontecimiento con norma. Y hacemos

    constar que nombrando estas operaciones slo hacemos mencin de los

    pasos primarios del proceso de conocimiento, resignndonos a no poder

    aspirar a la utilizacin de una lgica de la complejidad acerca del mundo

    social y natural que en la escuela hable, por ejemplo, de bucle recursivo,

    de que los efectos actan sobre las causas, de que el futuro tambin

    condiciona el pasado, de que existe memoria de hechos que no ocurrieron

    nunca, de que la transformacin del sujeto en objeto de s mismo es

    condicin del desarrollo de su propia humanidad (MORIN, 2004). Nuestra

    percepcin personal es que, en algunos casos de manuales escolares de

    ltima generacin, el exagerado estilo hipertextual, ms que recurso

    comunicativo eficiente, aparece como una moda trivial o, incluso y en el

    peor de los casos, un fraude comunicativo.

    Que no se entienda por esto que estamos en contra de la

    hipertextualidad a causa de prejuicios tecnofbicos o aoranza de viejos

    libros escolares, algunos de los cuales merecen, por derecho propio, estar

    en un museo de los espantos. Nada ms lejos de nuestra intencin. Por

    supuesto tiene que haber ordenadores en el aula y la alfabetizacin digital

    tiene que llegar a todos, pero las nuevas tecnologas de la informacin y la

    comunicacin no proporcionan mgicamente la capacidad de descifrar,

    comprender, ordenar, interiorizar la informacin y convertirla en

    conocimiento. Planteamos aqu, entonces, nuestras reservas acerca de

    que la institucin escolar y el mundo editorial hagan, por lo menos a veces,

    un uso fetichista y acrtico de las nuevas tecnologas de la palabra en la

    formacin de las generaciones jvenes.

    Pero lo que creemos ms importante en esta llamativa similitud de

    formatos entre distintos soportes y medios es que tanto la segmentada

    pgina de manual como la segmentada pgina web parten de presuponer

    un sujeto lector con escasa capacidad de atencin. La premisa central que

    comparten ambos formatos es la de un lector fugaz que le dedicar poco

    tiempo y menos atencin a los contenidos. Por eso hay que fragmentar la

    informacin en parcelas fcil y rpidamente distinguibles (cuadros de texto,

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    43

    tablas, etc.), y por esa misma razn hay que utilizar imgenes vistosas,

    colores llamativos, una esttica provocativa.

    En tanto que el manual escolar de primera enseanza se caracteriz

    tempranamente por ser un producto editorial especfico, los manuales

    destinados a la educacin secundaria mantuvieron una similitud mayor con

    los que podramos llamar libros para adultos durante un periodo ms

    prolongado de tiempo. Sin embargo, a partir, aproximadamente, de

    mediados de los aos 60, se produjo una gran transformacin tambin en

    los modelos textualesde los manuales de nivel secundario.

    Los manuales del nivel secundario de los ltimos aos se asemejan,

    en cuanto a formato, cada vez ms a los del nivel primario, siguiendo una

    evolucin que podramos designar como de infanti- lizacin del lector. En

    el afn de ofrecer un producto visual- mente atractivo, de allanar

    dificultades de lectura y de comprensin del significado destacando los

    contenidos o partes ms importantes sobre las menos relevantes por

    medio de diferentes tipografas, colores, formatos; de facilitar la retencin y

    la recuperacin de la informacin; de distinguir entre textos principales,

    fuentes, ejercicios, tareas a realizar, etc., parece que se ha cambiado la

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    44

    premisa originaria: el escolar del nivel secundario es tambin ahora un

    lector inmaduro y poco competente, a quien hay que facilitarle una

    comprensin del significado que no alcanzara por s mismo en un texto de

    formato semejante al que lee un adulto.

    Finalmente y atendiendo a lo expresado hasta aqu, dejamos

    planteada la cuestin de si los recursos que pueden ser perfectamente

    tiles, funcionales y adaptados a las necesidades de los usuarios para la

    consulta de las pginas web, o a las necesidades de los consumidores

    para distinguir rpidamente las mercancas, lo sean tambin para

    propsitos tan diferentes, en principio, como desarrollar habilidades y

    proporcionar entrenamiento en lectura, compresin, asimilacin,

    internalizacin, organizacin y exposicin de contenidos socialmente

    relevantes a los sujetos en formacin de las generaciones jvenes.

    Bibliografa citada

    ESCOLANO BENITO, A. (1998). La segunda generacin de manuales

    escolares, en: (Dir.)ESCOLANO BENITO, Agustn : Historia ilustrada del

  • LOS MANUALES ESCOLARES ESPAOLES EN LA POCA DIGITAL

    45

    libro escolar en Espaa. De la posguerra a la reforma educativa, Madrid,

    Fundacin Germn Snchez Ruiprez..

    JOHNSEN, E. B. (1996): Libros de texto en el calidoscopio, Barcelona,

    Pomares-Corredor.

    MARTNEZ, A. (1989). Televisin y narratividad, Valencia, Univ.

    Politcnica de Valencia.

    MORIN, E. (2004). La identidad humana. La humanidad de la humanidad,

    Barcelona, Crculo de lectores.

  • MIGUEL SOMOZA RODRGUEZ / GABRIELA OSSENBACH SAUTER

    46

  • LOS LIBROS DE LECTURA EN LA ARGENTINA

    47

    Los libros de lectura en la Argentina, sus

    caractersticas a lo largo de un siglo

    Mara Cristina Linares

    Universidad Nacional de Lujn (UNLu)

    Programa HISTELEA

    Los libros de lectura surgidos a fines del siglo XIX, nacidos bajo la

    supervisin del Estado, respondieron a la ideologa del nuevo "orden

    liberal oligrquico-burgus" para implantar los valores con que se quera

    configurar a la ciudadana del futuro.

    La especificidad del libro de lectura sufri modificaciones desde

    fines del siglo XIX hasta fines del siglo XX. Hemos identificado tres etapas:

    1) Perodo de conformacin del libro de lectura como sub-gnero

    de los libros de texto escolares (fines del siglo XIX- fines de la dcada de

    1930).

    Las principales caractersticas

    que definieron a este tipo de libro

    escolar fueron:

    Influencia del higienismo: sta se

    puede observar en el tipo de papel

    utilizado y en el tratamiento de los

    caracteres tipogrficos. El papel es

    fino con la intencin de poder dar

    vuelta una pgina sin llevarse los

    dedos a la boca lo que producira la

    transmisin de microbios. El color del

    papel blanco mate se relaciona con la

  • MARA CRISTINA LINARES

    48

    economa de la fatiga de la vista. La particularidad, del positivismo en la

    Argentina, fue su orientacin biolgica y evolucionista antimecanicista.

    Las fundamentaciones para las prcticas docentes como para la

    construccin de todo el aparataje escolar (pupitres, cuadernos, mapas,

    libros, modelos, etc.) comenzaron cada vez ms a tener sus bases en la

    fisiologa y la biologa.

    Graduacin tipogrfica segn los grados de la enseanza: La

    graduacin en la tipografa est relacionada con la orientacin metodolgica

    que ingresaba a la Argentina a travs de la articulacin entre Pestalozzi y

    Spencer. Las etapas evolutivas del hombre necesitaban de pasos (ms o

    menos formales segn sigan la lnea Herbartiana o no) para el pleno

    desarrollo de las facultades. Los caracteres ms grandes facilitan la lectura

    de los ms pequeos y su reduccin corresponde con el nivel de aprendizaje

    adquirido. Suponemos tambin que la influencia de la medicina a travs de

    mdicos pedagogos como Ramos Meja ha sido significativa, como la del

    Cuerpo Mdico Escolar, en cuanto a la relacin del tamao de la letra con la

    reduccin de la fatiga en la lectura.

    Elaboracin de los mismos por parte de editoriales especializadas: A

    fines del siglo XIX hubo un despegue del mercado editorial. Las editoriales,

    que se van a especializar principalmente en textos escolares, comienzan a

    editar libros de autores nacionales. La incorporacin de adelantos

    tecnolgicos a la produccin de los mismos renueva y pone en circulacin

    una notable variedad de libros que hacen su aparicin principalmente a

    principios del siglo XX.

    La imagen acompaando al texto: La Renovacin pedaggica vena

    de la mano de las ideas de Pestalozzi respecto al mtodo intuitivo y las

    lecciones de cosas. El nio relacionaba la idea al objeto en el momento de

    aprendizaje por lo que en ausencia del objeto mismo las imgenes podan

    reemplazarlo. Es as que las palabras fueron acompaadas por imgenes

    en los libros de lectura

    Encuadernacin en tapa dura (empastado) Este aspecto se relaciona

    con la ritualizacin de la escena de lectura escolar (CUCUZZA, 2008) que

    se impuso a fines de siglo, la lectura oral expresiva. Para ello, el libro

  • LOS LIBROS DE LECTURA EN LA ARGENTINA

    49

    pequeo y de tapas duras permita que el nio de pie al lado del pupitre o en

    el frente de la clase tomara el libro con la mano izquierda y con la derecha

    diese vueltas a las pginas.

    Dirigido hacia un "sujeto lector ampliado": A fines del siglo XIX y

    prcticamente hasta mediados del siglo XXX, el Estado, las editoriales y

    los autores tienen en cuenta a un "potencial sujeto lector" que adems de

    ser el escolar son los adultos, los padres de familia y los adultos por

    alfabetizar. El libro de lectura era considerado como medio de transmisin

    y comunicacin de la cultura dominante.

    Regulado por el Estado: El Estado intervino sobre la produccin y

    circulacin del libro de lectura escolar a travs del Consejo Nacional de

    Educacin y los Consejos provinciales hasta muy avanzado el siglo XX

    (1983). Su participacin se realiz a travs de distintos canales: leyes,

    reglamentos, programas de estudio, comisiones para la seleccin de

    textos, licitaciones y distribucin de libros a las escuelas, etc.

    Separacin por gneros en determinadas temticas: La cuestin de

    gnero a fines del siglo XIX era vista desde una discriminacin establecida

    y fundamentada desde las ciencias biolgicas. Las discusiones sobre la

    capacidad de razonamiento de la mujer eran muy variadas, pero se

    fundamentan en las ciencias biolgicas para establecer sus parmetros.

    Algunos opinaban que la mujer poda llegar a tener derechos polticos en

    cuanto a poder elegir a sus autoridades, otros lo contrario, pero ambos no

    le daban el crdito de poder ser ellas elegibles. Algunos libros de lectura

    estaban destinados para nias y otros para nios, como tambin en un

    mismo libro el autor haca referencia que contemplaba lecturas especficas

    para ambos sexos.

    Ausencia del conflicto social: Los libros deban transmitir la idea de

    una sociedad en la cual estuviera ausente el conflicto. Cuando analizamos

    el libro de lectura El Nene observbamos que para su autor la divisin en

    clases de la sociedad es una condicin de derechos y deberes polticos, no

    econmicos, como as tambin, la ausencia de la mujer en la vida poltica

    de aqul momento. La sociedad dividida en clases no generaba conflictos

    ya que se vea como natural que haya grupos inferiores y superiores.

  • MARA CRISTINA LINARES

    50

    Discurso tendiente hacia la conformacin de una identidad nacional:

    Uno de los problemas que surgieron a fines del siglo XIX frente a la

    presencia de libros de lectura extranjeros fue el de la "construccin de una

    identidad nacional". Frente a la presencia de distintos grupos inmigratorios,

    y como necesidad de legitimacin del naciente Estado Nacional, surgieron

    posturas interesadas en homogeneizar las distintas representaciones

    sobre las cuestiones fundamentales.

    Tal como sugiere Cecilia Braslavsky (1992) una tendencia comn en

    los textos escolares fue utilizar a la historia para contribuir a implantar

    normas morales. Fue necesario construir un imaginario comn acerca del

    origen y la historia de la Nacin. En este sentido, el contenido de los libros

    de lectura se impone con un discurso a la vez moralizante16

    y nacional",

    sin llegar a ser "nacionalista" al comienzo. Coherente con esta situacin,

    hacia principios del siglo XX los impresores buscaron autores argentinos, y

    en algunos casos reconocidas personalidades del mbito educativo, para

    escribir obras escolares.

    No obstante este libro que caracterizamos como "moderno" conserva

    las caractersticas de un modelo anterior de races eclesisticas y

    humanistas y de una sociedad escriturada con rastros de una "oralidad

    residual" (ONG, 1996)

    - Discurso textual moralizante y adoctrinador, basado en la estructura

    de mximas, sentencias, moralejas (1890-1920)

    - Fuerte relacin con la oralidad (leer para ser escuchado, textos con

    pautas mnemotcnicas y organizacin formulaica)

    2) Perodo de consolidacin y permanencia (desde la dcada de

    1940 hasta finales de la dcada de 1960) Durante este perodo las

    caractersticas enunciadas permanecen estables. Existen pocas diferencias

    entre los libros llegando a ser este perodo el de mayor homogeneidad en

    cuanto a las producciones.

    16

    "Todas estas ideas terminarn por imponerse, dando nacimiento al libro de lectura moderno. Estas obras que conjugaban la emocin con la moralizacin y cuyos personajes infantiles favorecan la identificacin del pequeo lector seran el vehculo fundamental para la difusin de valores" (BRAFMAN, 1996: 71)

  • LOS LIBROS DE LECTURA EN LA ARGENTINA

    51

    A partir de 1941 mediante la aprobacin de un Reglamento se

    sumaron dos caractersticas:

    - Libro fundamentalmente

    literario: El Reglamento de 1941

    estableci que los libros deberan

    tener contenido literario y

    eliminar los contenidos

    informativos.

    - Ausencia de la ficcin: La

    ficcin, el desarrollo de la

    imaginacin no deban estar

    incorporados en los libros de

    lectura escolares, aunque s

    permitidos en los libros de cuentos

    infantiles. Los cuentos de ficcin,

    las historietas, fueron aprobados,

    en algunos casos, como medios

    pedaggicos para el desarrollo del

    vocabulario y la elocucin. El realismo deba ser la forma adecuada.

    Debemos aclarar que cuando hablamos de realismo hacemos referencia

    a una realidad modlica en donde como dice Snyders (1972) definiendo

    una pedagoga tradicional, [] educar es proponer modelos, escoger

    modelos confirindoles una pureza, una perfeccin; dicho brevemente: un

    estilo que la realidad habitual no puede alcanzar (en TRILLA, 2002) El

    recurso al texto adoctrinador del deber ser se tradujo en las narraciones

    edificantes, vidas ejemplares, idealizacin de los prceres, las fbulas

    moralizadoras, etc.

    3) Perodo de transicin y decadencia (desde finales de la dcada

    de 1960 hasta finales de la dcada de 1990) En este perodo persisten

    producciones que responden al inmediato anterior con otras que comienzan a

    introducir algunos cambios.

  • MARA CRISTINA LINARES

    52

    A mediados de la dcada de 1960 comienzan a observarse los

    primeros cambios significativos en los contenidos y en la materialidad de

    los libros de lectura escolar nacidos a fines del siglo XIX (WAINERMAN y

    HEREDIA, 1999- LINARES, 2002)17

    . La mayora de las modificaciones que

    se produjeron se vieron pronto interrumpidas durante la dictadura militar

    (1976-83) para continuar una vez terminado este perodo. Observemos

    cules son estos cambios.

    Algunos libros entre 1967-1976

    comenzaron a incluir actividades de

    escritura y recorte en el propio libro

    como: "El libro Volador"18

    , "El sol

    albail"19

    , "Cuaderno de Tupac"20

    ,

    "Cuaderno de Tito"21

    , "Mi amigo

    Gregorio"22

    , "Dulce de leche"23

    y

    "Papel picado"24

    . Estos libros

    podramos considerarlos como

    precursores de la desaparicin del

    libro de lectura como propiamente

    literario y soporte de la oralidad.

    Tambin encontramos cambios

    en los roles asignados a la mujer. Es

    as que podemos encontrarla en

    otras situaciones adems de ser ama

    17

    Refirindose a los textos de civismo se puede observar con posterioridad una continuidad similar: "Hasta 1984, se observa en los textos varias continuidades, por encima de las diferencias en cuanto a denominacin y contenidos de las asignaturas. El tono general es prescriptivo. Los autores asumen la tarea de definir los contenidos de una moral nacional, es decir, de socializar al alumno en un conjunto de valores que atribuyen a una identidad nacional esencializada, con el fin de "formar al hombre argentino".(ROMERO, 2004:146) 18

    VERONELLI, A. A. (1967) El libro Volador. Buenos Aires, Kapelusz 19

    CAMILLI, E. (1986, Copy 1967) El sol albail. Buenos Aires, ngel estrada y Ca. 20

    SARCEDA M. y DURN, C. (1976) Cuaderno de Tupac. Buenos Aires, ngel estrada y Ca. 21

    SARCEDA M. y DURN, C. (1977)Cuaderno de Tito, Buenos Aires, ngel estrada y Ca. 22

    FERRARI A.F. DE y LAGOMARSINO E. TROGLIERO DE (1968) Mi amigo Gregorio Buenos Aires, ngel Estrad y Ca. 23

    DURN, C. y TORNAD B. (1974) Dulce de Leche, Buenos Aires, ngel Estrada y Ca. 24

    SOLVES, H. ((1970) Papel Picado, Buenos Aires, Librera Huemul

  • LOS LIBROS DE LECTURA EN LA ARGENTINA

    53

    de casa, maestra o costurera: "Aire libre"25

    y "Martn y Yo"26

    .

    Por otro lado comenzaron a ser desplazados los juicios normativos.

    Tales son los casos de: "El libro volador", "El sol albail", "Martn y Yo"27

    ,

    "Papel picado", "Aire libre", "Dulce de leche", "Mi amigo Gregorio" que ya

    no utilizaban frases prescriptivas. Wainerman y Heredia (1999) le dan un

    tratamiento especial a la editorial Aique ya que observaron que los libros

    producidos por sta "no pretenden moralizar", pero s transmitir el valor de

    la responsabilidad, la consideracin y el respeto por el otro, la solidaridad,

    la generosidad y la independencia. No estn sobrecargados de juicios

    normativos [...]" (p.118)

    Paralelamente a estos cambios seguan imprimindose libros con alta

    carga "moralizante" como: "Escarapela"28

    , "Albricias"29

    y "Canta Boyero"30

    as como con referencias religiosas: [al hombre y a la mujer] "Su relacin

    constituye la fuente nica, absolutamente nica, sealada por Dios para

    que la vida permanezca sobre la Tierra."31

    ; " El sacrificio es lo que cuenta

    a los ojos de Dios"32

    A finales de la dcada de 1990 podemos considerar nuevas

    caractersticas que van a definir a los libros actuales. Wainerman y Heredia

    (1999) sealan las siguientes:

    -Predominio de la imagen sobre la palabra.

    -Mensajes fragmentados, alternancia entre diversos gneros estilsticos.

    -Temticas relacionadas casi exclusivamente con las experiencias

    infantiles.

    -No incluyen pautas normativas acerca de los roles de gnero, coexisten

    modelos tradicionales con nuevos modelos.

    -Inclusin de modelos familiares alternativos.

    -Liberalizacin de la prescripcin.

    25

    WALSH, M.E. (1967) Aire libre, Buenos Aires, ngel Estrada y Ca. 26

    FERRARI, A. de y LAGOMARSINO E. T. de (1973) Martn y Yo, Buenos Aires, ngel Estrada y Ca S.A. 27

    FERRARI, A. de y LAGOMARSINO E. T. de (1973) Martn y Yo, Buenos Aires, ngel Estrada y Ca S.A. 28

    FELCE Emma (1969, Copy 1967) Escarapela, Buenos Aires, Codex 29

    BENAVENTO G.L. (1966, copy 1957) Albricias, Buenos Aires, Codex. 30

    FERNNDEZ GODARD, Laura M.A.S. de (1974) Canta Boyero!, Buenos Aires, Codex 31

    PESCETTO A. y RIBA E. (1974) Grupo 5, Buenos Aires, ngel Estrada y Ca. 32

    FERNNDEZ GODARD, Laura M.A.S. de (1974) Canta Boyero!, Buenos Aires, Codex

  • MARA CRISTINA LINARES

    54

    A estas caractersticas sumamos:

    -Eclecticismo didctico (en los libros de iniciacin a la lectura)

    -Integracin con otras reas del conocimiento.

    -Encuadernacin con tapa blanda (modificacin de la escena de lectura33

    )

    -Utilizacin del voseo.

    -Incorporacin de otras actividades adems de la lectura propiamente

    dicha.

    -Incorporacin del conflicto social.

    -Laicidad.

    -Ampliacin del concepto de ciudadana.

    -Aceptacin de la diversidad cultural.

    Pensamos que las modificaciones en los libros de lectura no pueden

    relacionarse exclusivamente con situaciones, instituciones y estructuras

    sociales que lo enmarquen de manera excluyente y que algunos cambios

    responden a distintas articulaciones entre esferas diferentes como la

    cultural, la poltica, la pedaggica, la tecnolgica, etc.

    La abstencin de incluir pautas normativas acerca de los roles de

    gnero, la inclusin de modelos familiares alternativos y la utilizacin del

    voseo, pensamos que deberan ser interpretados a la luz de los cambios

    culturales que se producen a partir de los 60, "[...] cambios que, en el

    mundo desarrollado, han acompaado a la autonoma de las mujeres en el

    mercado de trabajo, a la marcha del movimiento feminista y a la ruptura de

    la relacin entre sexualidad y procreacin, a partir de la introduccin de la

    pldora" (WAINERMAN y HEREDIA, 1999: 130)

    En cambio, el eclecticismo didctico, la integracin con otras reas

    del conocimiento, la modificacin de la escena de lectura, la incorporacin

    de otras actividades en los libros adems de la lectura propiamente dicha,

    pensamos que se relacionan ms estrechamente a las concepciones

    pedaggico-didcticas en vigencia.

    El modelo pedaggico que por lo general marc a los libros de

    lectura hasta los 70 y, en algunos casos hasta los 90, consideraba a la

    enseanza de la lectura desde tres aspectos: lectura mecnica, lectura

    33

    CUCUZZA, 2008

  • LOS LIBROS DE LECTURA EN LA ARGENTINA

    55

    intelectual y lectura expresiva. Aunque los mismos deban ser apreciados

    simultneamente, durante la actividad escolar le fue otorgada

    preponderancia al ltimo de ellos. Los objetivos perseguidos en la

    enseanza y prctica de la lectura resultaron ser tan importantes como los

    modos de hacerlo: la emocin con un fin esttico, el tono de voz, los

    gestos y los modales del lector. La prctica ms habitual de lectura

    comprenda: Lectura modelo por parte del maestro, comentario y anlisis

    de la lectura y lectura individual o coral por parte de los alumnos. Esta

    prctica fue acompaada por un tipo de libro que la permitiera: el libro

    pequeo de tapas duras, tal cual lo requeran las reglamentaciones hasta

    1965.

    Con la introduccin de las teoras psicolingisticas y psicogenticas el

    concepto de lectura cambi en su concepcin. Por un lado se tomaron en

    cuenta las experiencias del nio con lo escrito ya que se sostiene que el

    contacto de ste con distintos soportes textuales es anterior a su ingreso al

    colegio. Por otro lado el acto de leer-escribir se consider como un acto de

    construccin de significado, se aprende a leer leyendo y a escribir

    escribiendo de modo significativo para el nio. Ambas prcticas son

    prcticas sociales del lenguaje en un ambiente de trabajo cooperativo

    donde el error est previsto y permitido y el autor no es quien le da un

    significado nico y definitivo a su obra sino que el texto termina en el

    trabajo del lector. Por ello, adems de los objetivos relacionados

    especficamente a la adquisicin de la tcnica de lectura-escritura, se

    sumaron los de comprender y producir textos, expresarse en un estilo

    propio y obtener placer al construir sentidos con el de los otros.

    Cuando observamos la incorporacin del conflicto social, la ausencia

    del discurso religioso, la ampliacin del concepto de ciudadana, la

    incorporacin de los derechos del consumidor o la aceptacin de la

    diversidad cultural deberamos indagar en las esferas poltico-econmicas,

    contextos ideolgicos en donde el Estado, las relaciones internacionales,

    las empresas editoras, etc. tendrn preponderancia.

    Por ltimo, indagar en los cambios ocurridos en las tecnologas de la

    comunicacin nos permitira interpretar los cambios relacionados con el

  • MARA CRISTINA LINARES

    56

    predominio de la imagen sobre la palabra, la utilizacin de mensajes

    fragmentados y la incorporacin de otras actividades adems de la lectura

    propiamente dicha.

    No obstante, y con fines analticos que ayuden a la interpretacin,

    podemos observar y analizar algunas instituciones y/o sujetos que estn

    presentes en el momento de produccin del libro como el Estado, las

    editoriales, los autores, los maestros, los potenciales sujetos lectores, la

    Iglesia, las concepciones pedaggicas, los parmetros culturales, etc.) en

    una relacin dialctica jugando distintos roles condicionantes y

    comunicativos al mismo tiempo que constituyentes del propio objeto.

    Bibliografa citada

    BRAFMAN, Clara (1996: 71) Los libros de lectura franceses en las

    escuelas de la ciudad de Buenos Aires. 1856-1910 en Propuesta

    educativa No 15.

    BRASLAVSKY, Cecilia (1992): Los usos de la historia en la educacin

    argentina, Bs. As., FLACSO.

    CUCUZZA, Hctor Rubn (2008) Retrica de las escenas de lectura en las

    cartulas del libro escolar, biblioteca virtual del Proyecto RELEE, Redes de

    Estudios en Lectura y Escritura, Ministerio de Educacin, Argentina.

    http://hum.unne.edu.ar/investigacion/educa/web_relee/biblio.htm

    LINARES, Mara Cristina (2002) Nacimiento y trayectoria de una nueva

    generacin de libros de lectura escolar: El Nene (1895-1956), en

    CUCUZZA, Hctor Rubn (dir.) y PINEAU, Pablo (codir.) Para una historia

    de la enseanza de la lectura y escritura en Argentina. Del catecismo

    colonial a La Razn de mi Vida, Buenos Aires, Mio y Dvila.

    ONG, Walter J. (1996), Oralidad y escritura. Tecnologas de la palabra,

    Mxico, Fondo de Cultura Econmica.

  • LOS LIBROS DE LECTURA EN LA ARGENTINA

    57

    ROMERO, Luis Alberto, 2004:146, La Argentina en la escuela. La idea de

    Nacin en los textos escolares, Buenos Aires, Siglo veintiuno editores.

    TRILLA, Jaume (2002) La aborrecida escuela, junto a una pedagoga de la

    felicidad y otras cosas, Espaa, Laertes.

    WAINERMAN, C. y HEREDIA, M. (1999), Mam amasa la masa? Cien

    aos en los libros de lectura de la escuela primaria, Buenos Aires, Editorial

    Belgrano34

  • MARA CRISTINA LINARES

    58

  • LIVROS DE LEITURA BRASILEIROS

    59

    Livros de leitura brasileiros: repositrio de

    moralidade, piedade, amor famlia e Ptria

    Francisca Izabel Pereira Maciel (UFMG)

    Isabel Cristina Alves da Silva Frade (UFMG)

    Kazumi Munakata (PUC-SP)

    Marcia de Paula Gregorio Razzini (UNICAMP)

    Apresentao

    Segundo VINCENT, LAHIRE e THIN (1994), o que eles denominam

    forma escolar, cuja inveno teria ocorrido no decorrer dos sculos XVI e

    XVII, caracteriza-se, entre outros aspectos, pela escrituralizao-

    codificao dos saberes e das prticas:

    Uma pedagogia do desenho, da msica, da atividade fsica, da

    atividade militar, da dana etc. no se faz sem uma escrita do

    desenho, uma escrita musical, uma escrita esportiva, uma escrita

    militar, uma escrita da dana. O modo de socializao escolar ,

    pois, indissocivel da natureza escritural dos saberes a transmitir. (p.

    31.)

    A transmisso desse cdigo torna-se