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La Luz de sus Ojos

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Cuento corto

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Page 1: La Luz de sus Ojos
Page 2: La Luz de sus Ojos

Una Mañana de primavera, cobijados en el calor de un sentimiento de

juventud, entrelazaron vivencias Daniel y Emy, ya se conocían de

siempre y fueron haciendo un camino de inquietudes y fantasías, con el

tiempo esquivo de situaciones complejas, con afectos comprensibles

entre jóvenes que se decidieron a vivir cada día una nueva ilusión, con

promesas incumplidas y desdenes que embriagaban el espacio, donde

navegaban a veces en plena tormenta que los alentaban a esbozar una

sonrisa cómplice de un querer, ya manifiesto de dos seres que se

empeñan en seguir adelante.

Daniel, con su tenaz ímpetu de gobernar el destino ajeno y Emy, con su

inseguridad casi perfecta, galoparon sin freno por la inmensidad del

desierto de sus carencias, ellos fueron moldeando un querer

insatisfecho un amor en el desamor, una ola en el remanso de su

quietud, alborotada por indecisiones de querer plasmar una visión, de

una unión que no llegaba.

Daniel, ya caminaba cabizbajo añorando a Emy, la de antes, mas

íntegra en su quehacer, mas ponderada en su sentir, pero Emy a su vez

esperaba mas coherencia en el decir y hacer de Daniel, pero el tiempo

sorprendió a ambos al no tener la respuesta exacta para el proyecto

llamado “Mary” de su experiencia nonata de querer ver la luz, aun sin

tenerla en cuenta.

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Una tarde de verano, Daniel y Emy calcinados por parte del

olvido entre curvas de asoleado mar que a sola vista llega y

calla, eran dos soles en un mismo firmamento, dos ases en la

misma mano, que se apuntan a ganar dejando nada para

imaginar.

Era la senda de compresión de ensayos y fantasías que se

retroalimentaba de pequeños detalles que emanaban del

subconsciente, atemorizado por lo desconocido que se acercaba

sin poder detenerlo y con tanta dicha en la desdicha que

separaba lo que unido debería estar, por aquellos motivos que

sin descubrirlo Daniel y Emy disfrutaron, entre calles mudas que

les gritaban en silencio el sinuoso camino del laberinto, en el que

sin saberlo recorrían de la mano en sus locas fantasías.

Todo parecía resuelto y bien por ellos que así lo entendían entre

caricias retorcidas de recuerdos y pesadillas que a la memoria

abordaba.

Page 4: La Luz de sus Ojos

Una noche de otoño, Daniel y Emy como hojas caídas del

frondoso árbol de la felicidad, jugueteaban con sus horas de

intimidad que se fundieron en el abrazo que deja huella, que

alimenta la esperanza de prolongar su tiempo más allá del

tiempo, sin medir las consecuencias de tan irresponsable

sociedad, que dejaba al descubierto el gran proyecto actualizado

para la llegada de “Mary” en el momento ya caduco y

yuxtapuesto en el sentimiento de caminar juntos pero a la misma

vez distantes, dos realidades sin respuesta, decisiones

radicales, egoístas y frustrantes de tronchar el vector que los

uniría a su propio proyecto, una partida de espaldas a la razón,

un reclamo a tanta indiferencia, un pedido no escuchado, un

destino truncado y un olvido premeditado.

Emy, giró para protegerse del reproche altanero y la amenaza

lacerante de Daniel, pues para Emy, era poco o nada la oferta

de estabilidad que acechaba y sin pensarlo dos veces terminó

con el desatino de la separación inevitable.

Page 5: La Luz de sus Ojos

Una madrugada de invierno, Daniel y Emy envueltos en la bruma

de sus irreversibles decisiones y con el llanto en la piel de saber

que no van bien las cosas, con el dolor permanente de Daniel de

saberse parte del proyecto y a la misma vez sin poder

contemplar la luz de sus ojos ni por un segundo en las tinieblas

de la incertidumbre, quedó profundamente dormido, pero al

despertar ya no tenía lágrimas en su corazón abierto y cantando

una canción de puro amor, que solía cantarle a Emy en otros

tiempos, llegó al fondo de su corazón y comprendieron que

tenían una nueva oportunidad, ya mas serenos y mas cautos,

predispuestos a entender, perdonar y amar en la distancia,

abrazar y compartir momentos etéreos que van quedando como

parte de una nueva vida de responsabilidades compartidas y

dejando al tiempo que trajine por las coincidencias para

fortalecer a los tres que merecían ser felices, descubriendo en

“Mary” tanta inocencia en su cautivadora sonrisa y mirada

especial.

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