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LA MUERTE TECNIFICADA Stella Navarro Estrada

LA MUERTE TECNIFICADA - guzlop-editoras.com · ARIES, Philippe. El hombre ante la muerte. Editorial Taurus, Madrid, 1999. Pág. 485. Memorias de los trabajos libres 300 un ser humano

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LA MUERTE

TECNIFICADA

Stella Navarro Estrada

LA MUERTE TECNIFICADA

Primera edición digital

Noviembre, 2013

Lima - Perú

© Stella Navarro Estrada

PLD 0760

Editor: Víctor López Guzmán

http://www.guzlop-editoras.com/[email protected] facebook.com/guzlop twitter.com/guzlopster731 2457 / 959552765Lima - Perú

PROYECTO LIBRO DIGITAL (PLD)

El proyecto libro digital propone que los apuntes de clases, las tesis y los avances en investigación (papers) de las profesoras y profesores de las universidades peruanas sean convertidos en libro digital y difundidos por internet en forma gratuita a través de nuestra página web. Los recursos económicos disponibles para este proyecto provienen de las utilidades nuestras por los trabajos de edición y publicación a terceros, por lo tanto, son limitados.

Un libro digital, también conocido como e-book, eBook, ecolibro o libro electrónico, es una versión electrónica de la digitalización y diagramación de un libro que originariamente es editado para ser impreso en papel y que puede encontrarse en internet o en CD-ROM. Por, lo tanto, no reemplaza al libro impreso.

Entre las ventajas del libro digital se tienen:• su accesibilidad (se puede leer en cualquier parte que tenga electricidad),• su difusión globalizada (mediante internet nos da una gran independencia geográfica),• su incorporación a la carrera tecnológica y la posibilidad de disminuir la brecha digital (inseparable de la competición por la influencia cultural),• su aprovechamiento a los cambios de hábitos de los estudiantes asociados al internet y a las redes sociales (siendo la oportunidad de difundir, de una forma diferente, el conocimiento),• su realización permitirá disminuir o anular la percepción de nuestras élites políticas frente a la supuesta incompetencia de nuestras profesoras y profesores de producir libros, ponencias y trabajos de investiga-ción de alta calidad en los contenidos, y, que su existencia no está circunscrita solo a las letras.

Algunos objetivos que esperamos alcanzar:• Que el estudiante, como usuario final, tenga el curso que está llevando desarrollado como un libro (con todas las características de un libro impreso) en formato digital.• Que las profesoras y profesores actualicen la información dada a los estudiantes, mejorando sus contenidos, aplicaciones y ejemplos; pudiendo evaluar sus aportes y coherencia en los cursos que dicta.• Que las profesoras y profesores, y estudiantes logren una familiaridad con el uso de estas nuevas tecnologías.• El libro digital bien elaborado, permitirá dar un buen nivel de conocimientos a las alumnas y alumnos de las universidades nacionales y, especialmente, a los del interior del país donde la calidad de la educación actualmente es muy deficiente tanto por la infraestructura física como por el personal docente.• E l pe r sona l docente jugará un r o l de tu to r, f ac i l i t ador y conductor de p r oyec tos

de investigación de las alumnas y alumnos tomando como base el libro digital y las direcciones electró-nicas recomendadas.• Que este proyecto ayude a las universidades nacionales en las acreditaciones internacionales y mejorar la sustentación de sus presupuestos anuales en el Congreso.

En el aspecto legal:• Las autoras o autores ceden sus derechos para esta edición digital, sin perder su autoría, permitiendo que su obra sea puesta en internet como descarga gratuita.• Las autoras o autores pueden hacer nuevas ediciones basadas o no en esta versión digital.

Lima - Perú, enero del 2011

“El conocimiento es útil solo si se difunde y aplica” Víctor López Guzmán Editor

Memorias de los trabajos libres

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La muerte tecnificada

Stella Navarro Estrada

Resumen

La tecnología no solo invade cada vez nuestros espacios, sino también, literalmente,

nuestras vidas. A medida que el conocimiento científico acerca del funcionamiento del

cuerpo humano avanza, también se desarrollan máquinas que logran mantener vivos a

organismos que se encuentran deteriorados. Pero el aspecto biológico no es el único

componente que caracteriza la vida. Al crear esta simbiosis de vida y tecnología,

aparecen cada vez más situaciones donde, mientras algunas personas solicitan el

retiro de estos soportes para dejar que su ciclo biológico continúe y que la muerte

llegue de manera ininterrumpida, otros demandan cada vez más aparatos, prótesis,

ventiladores, trasplantes, etc., hasta crear situaciones donde la existencia biológica

sería insostenible sin toda esta tecnología. En estos escenarios donde el proceso

biológico natural se ha intervenido, la muerte ya no es un evento natural, sino que

pasa de ser desde una solicitud hasta un fenómeno que se controla y se regula, lo que

requiere que los conceptos de muerte y moribundo sean objeto de análisis. Si bien los

médicos ejercen profesión cercana a los límites de la muerte y logran entender las

situaciones biológicas que generan estos eventos, es necesario analizar cómo definen

los momentos y las situaciones que rodean el fin de vida de un individuo, para poder

dar herramientas para solucionar conflictos y señalar aquellas situaciones donde se

debe analizar no sólo lo que se hace, sino el sentido de lo que se hace.

Presentación

Este es un trabajo reflexivo acerca cómo las intervenciones que a través de la

medicina y la tecnología han impactado uno de los eventos ineludibles de los

seres humanos, como es la muerte. Porque la muerte no solo es inevitable, sino

Médica, Anestesióloga Intensivista. Magíster en Bioética. Intensivista de la Clínica Universitaria Bolivariana, Medellín –

Colombia. Docente de Cátedra de la Universidad CES y de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín – Colombia. Correo

electrónico: [email protected].

Memorias de los trabajos libres

298

que además es inherente a nuestra existencia, y esto es un hecho de tanta

certeza que desde que empezamos a tomar conciencia reconocemos que

tenemos una finitud. Así que este no es un concepto aprendido a través de la

academia; sin embargo, el estar embebidos en una sociedad tecnificada e

industrializada ha llevado a que se trate, por medio de las intervenciones que

nos ofrecen hoy la ciencia y la tecnología, de evadir, modificar y postergar ese

fenómeno final de nuestras vidas.

De esta manera hemos cambiado la manera como morimos. El morir ya no es

una muerte acompañada de familiares donde básicamente el médico era un

espectador, sino que ahora es el médico quien ejerce un rol determinante de

cuando una persona ahora si está en ―capacidad de morir‖, definiendo

entonces muchas veces el momento y el lugar donde fallecemos, todo esto

modificado a través de la ciencia y la tecnología que en su intento de prolongar

la vida altera entonces el cuándo y el cómo se muere1.

Al entrar a depender de avances tecnológicos, la posibilidad de fallecer en casa

pasa a ser un evento cada vez más infrecuente, mientras que la muerte pasa a

ser un fenómeno institucionalizado. Se calcula que al 2030 el 90% de las

muertes se dará en una institució2 . Este fenómeno implica que en última

instancia va a ser un médico quien decide si a un paciente se le van a

implementar maniobras de reanimación o no, hasta cuándo se va a continuar

con un tratamiento que mantenga a un ser humano, determinando en última

instancia el momento de su muerte.

Sin embargo, si bien podemos afectar su momento, y modificar su proceso, la

muerte sigue siendo parte de nuestro ciclo vital. De esta manera, ―...la duración

de la vida es proporcional al grado de civilización, a la capacidad que tiene una

cultura de remedar la vida de su gente y de sus animales (vacuna, cirugías,

1 HARVEY, Janet. The Technological Regulation of Death: With Reference to the Technological Regulation of Birth. Janet Harvey.

Sociology 1997; 31; 719 – 735.

2 Barbara Gomes and Irene J. Higginson Where people die (1974_2030): past trends, future projections and implications for

care. Palliat Med 2008; 22; 33.

Memorias de los trabajos libres

299

coagulantes, prótesis dentales, bastones, marcapasos) por eso los países más

adelantados la gente vive más tiempo que los atrasados. Pero, con todo, no

podemos posponer la muerte indefinidamente‖3.

1. Tipos de muerte

La muerte no se puede ver solamente como este evento biológico. Ya que somos

seres como capacidades cognitivas y sociales, también se deja de existir en

estas otras esferas, por lo que es posible reconocer diferentes tipos de muerte,

donde no sólo mostramos a la muerte como fenómeno físico, sino también como

fenómeno biológico, social y psíquico4.

La muerte física es aquella que los médicos siempre hemos reconocido,

determinada entonces por la ausencia de signos vitales. Pero la claridad con

respecto a la presencia de esta muerte se nos ha complicado con las nuevas

definiciones que en el fondo son facilitadas por el desarrollo de la ciencia y la

tecnología, como serían los casos de los pacientes con marcapasos cuyos

latidos persistirán de manera independiente de la vida del resto del organismo,

o el caso de la muerte cerebral, que a pesar de continuar con signos vitales, se

considera que ya fallecieron.

La muerte biológica es definitivamente la muerte ya establecida a nivel celular,

acompañada de aquellas características inconfundibles como la putrefacción,

las livideces y la rigidez, donde ya es la naturaleza quien se manifiesta. Sobre

ésta ni el médico ni la tecnología han esparcido su dominio, aunque los

intentos preliminares de criopreservación buscan suspender este fenómeno

biológico de manera que se sueña con que algún día la ciencia logre resucitar

estos cadáveres.

La muerte síquica corresponde a los casos de pacientes que ha perdido la

capacidad de ser lo que nosotros reconocemos como persona; se reconoce así a

3 CEREIJIDO, Marcelino, BLANCK-CEREIJIDO Fanny. La Muerte Y Sus Ventajas. 3

ra edición. FCE, 2007, México. Pag 60.

4 ARIES, Philippe. El hombre ante la muerte. Editorial Taurus, Madrid, 1999. Pág. 485.

Memorias de los trabajos libres

300

un ser humano que comparte con nosotros características biológicas, pero se

señala el hecho de que ese ser ha perdido la capacidad de compartir con los

demás y su entorno. Esta definición cobija tanto a pacientes con enfermedades

psiquiátricas en estados avanzados como la esquizofrenia, hasta aquellos

pacientes que hayan tenido un deterioro mental irreversible asociado con la

presencia inicial de una enfermedad. Este fenómeno muchas veces es

consecuencia, o más bien facilitado, por toda esta tecnología que se

implementa, que luego de encontrar herramientas para sustituir

progresivamente órganos vitales como riñones, pulmones y corazón, no tiene la

capacidad de reemplazar aquello que por muchos es considerada la misma

esencia del hombre.

Por último la muerte social, que se refiere a individuos que si bien

biológicamente están vivos, están alejados de su entorno, negándosele la

posibilidad de compartir con sus comunes a un ser humano que mantiene este

potencial. Aunque esta definición se aplica a situaciones de restricción de la

libertad como el encarcelamiento5, hoy en día una serie de eventos no punitivos

afectan nuestra posibilidad de expresión, de continuar en convivencia con otros

semejantes. Esta muerte social no implica únicamente restricción espacial

asociada a fenómenos cada vez más frecuentes en nuestra sociedad como el

recluir a nuestros ancianos en asilos. Aquellos pacientes que quedan con

compromiso neurológico o con pérdida de las capacidades que garanticen

mínimamente el auto cuidado, quedan supeditados finalmente en manos de

extraños afectivos a los cuales se les paga porque se mantenga a esta persona

en determinadas condiciones de vida.

2. Los muertos de la tecnología

Pero los anteriores no son los únicos tipos de muerte. Como resultado de las

intervenciones médicas en el proceso de atención en salud, aparecen creaciones

de la tecno ciencia, que nos llevan a replantear entonces nuestros conceptos

5 ARIES, Philippe. Op. Cit. Pág. 485

Memorias de los trabajos libres

301

básicos acerca de lo que es morir, la muerte y el moribundo. Jean Louis

Baudouin nos plantea dos de estas situaciones, los muertos vivientes y los

muertos aplazados6.

Por un lado, los muertos vivientes son aquellos pacientes quienes han logrado

sobrevivir gracias a la tecnología médica, pero el resultado solo puede ser visto

como positivo desde un aspecto meramente biológico, ya que son individuos

ausentes en lo cognitivo, como es el caso de los pacientes en estado vegetativo

persistente. Estos pacientes quedan relegados al cuidado de sus seres queridos

en el mejor de los casos, pero también muchas veces, institucionalizados,

entrando no solo a la muerte psíquica sino también a la social, donde este ser

humano ha perdido la posibilidad de volver a ser persona.

Los muertos aplazados ―son consecuencia de medidas de ensañamiento donde

se pospone una muerte que se reconoce inevitable, y siempre han existido, a

diferencia de algunos muertos vivientes que son consecuencia de la tecnología

actual‖7. Estos aumentan gracias a la aplicación continua de amplios recursos

tecnológicos para lograr mantener a seres humanos con vida. Este escenario es

más frecuentes en las unidades de cuidados intensivos, donde son fácilmente

reconocidos como aquellos que han de fallecer, pero sin embargo se prolonga el

proceso de muerte al continuar las medidas tecnológicas que lo mantienen con

vida porque, tanto desde lo personal como desde lo profesional, nunca va a ser

sencillo el hecho de verse implicado en la muerte de otro ser humano8.

Llegamos entonces a plantear problemas tan críticos y paradójicos como el ser

incapaces de señalar las diferencias entre la vida y la muerte. Pues, ¿cómo se

define hoy la muerte, si es posible mantener con vida a personas que ya se

reconocen como muertas, como sería el caso de una persona con muerte

cerebral, quien está desde la perspectiva médica y legal, muerta, para que

6 BAUDOUIN, Jean-Louis y BLONDEAU, Danielle. La ética ante la muerte y el derecho a morir. Barcelona, Ed. Herder 1995. Pag

29.

7 BAUDOUIN, Jean-Louis y BLONDEAU, Danielle Op. Cit. Pág. 33.

8SAYERS, G M. Withholding life prolonging treatment, and self deception.J Med Ethics 2002;28:347-352.

Memorias de los trabajos libres

302

hagan cosas que hacemos los seres vivientes, como sería el caso de mujeres

embarazadas con diagnóstico de muerte cerebral que se han mantenido con

vida para que puedan dar a luz?9 En este juego que puede parecer el hacer uso

la tecnología, hemos llegado a resultados donde es necesario plantearnos, ya no

simplemente lo que somos capaces de hacer, pero más bien cuál es el sentido

desde nuestro actuar.

3. El papel del médico respeto a la enfermedad y la muerte en

la historia

¿Cuál ha sido entonces el rol del médico en la historia? En la medicina

hipocrática el médico era básicamente un ayudante de la naturaleza sabia. Era

entonces la naturaleza la que determinaba nuestros estados de salud y

enfermedad, donde la técnica se encontraba entonces al servicio de la

naturaleza. En el renacimiento empezamos a avanzar y de ahí pasamos a

buscar reparar como si fueran errores lo que la naturaleza instauro como

enfermedad. Y en los últimos siglos, el médico ya toma un papel de actor10. Un

actor que no solo busca y corrige las fallas de la naturaleza sino que busca

superar además las leyes naturales, al forzar aquellos fenómenos de vida más

allá de lo imaginable.

¿Pero cuáles eran –y deben seguir siendo– los fines de la medicina? Estos,

hasta nuestra época, siempre habían sido claros. La medicina va más allá de

un objetivo único de curar enfermedades, y aparecen otros no menos

importantes como el prevenir, el aliviar el sufrimiento y el cuidar y atender de la

mejor manera posible a los que tienen que morir 11 . Estas últimas dos

situaciones cada vez son más rechazados por los médicos que se forman hoy en

día, quienes perciben estas acciones como funciones inútiles, llegándolas a

9http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/7824462.stm

10 MEJIA RIVERA, Orlando. La Muerte y sus símbolos. 3

ra edición. Editorial Universidad de Antioquia, 2008, pág. 6.

11MENDEZ BAIGES, Víctor. Sobre Morir: eutanasias, derechos, razones. Editorial Trotta, S.A, 2002, Madrid. Pag 80.

Memorias de los trabajos libres

303

considerar una pérdida de tiempo y tratan de delegar esta responsabilidad en

otro tipo de profesionales.

La medicina del siglo XX, ha logrado en generar mejorar el estado de salud de

la población en general, pero no está exenta de consecuencias ya no tan

favorables. Su conquista sobre el fenómeno de la enfermedad –y sin embargo no

así sobre el sufrimiento- ha llevado a olvidar en algún momento esa prioridad

de fines para concentrarse únicamente en el objetivo de la curación de la

enfermedad. Este cambio de paradigma en lo que es la esencia de la medicina

es precisamente la raíz de algunos de sus problemas actuales12. Si bien la

medicina tecnológica ha logrado que muchos pacientes sobrevivan a

situaciones que trágicamente hubieran acortado su vida, el alterar los objetivos

fundamentales de la medicina genera al mismo tiempo problemas que nacen

del propio uso de una tecnología vinculada al quehacer médico.

De esta manera, ―se vence la muerte natural pero, en cambio, deja de verse con

claridad cuáles son los signos de la vida. Se perfecciona la técnica del cuerpo

pero se pierde la percepción de la persona enferma como algo más que una

máquina‖13. En las unidades de cuidados intensivos esto parece ser una verdad

absoluta. Los pacientes no son seres humanos; son signos vitales, datos. No

tienen nombre, familia; no tiene historia ni sueños.

Básicamente esta manera de percibir la vida de un paciente desde la

perspectiva netamente académica del médico, hace que un ser humano pierda

estas características de persona y se convierta en netamente un ente biológico,

mantenido en vida a través de una técnica, una tecnología. Al crear este vínculo

de ser biológico–técnica, finalmente es el médico quien se empodera de esta

situación, al apropiarse en última instancia de la decisión que establece el

cómo proceder en estos casos, decisión que determina la vida o la muerte de un

ser humano.

12

MENDEZ BAIGES, Víctor. Op. Cit. Pág. 80.

13 MEJIA RIVERA, Orlando. Op. Cit. Pág. 9.

Memorias de los trabajos libres

304

4. Determinar cuándo morir, responsabilidad de quién

¿Quién va a determinar entonces cuando morimos? Los cambios anteriormente

expuestos muestran como no es ya una situación natural, sino que pasa a ser

determinada. Sin embargo, hay diferentes puntos de vista que deben ser

tenidos en cuenta, donde se representen las perspectivas de los diferentes

actores implicados, que serían entonces el paciente o sus representantes, el

médico, la sociedad y por último, el Estado.

Para el individuo que se encuentra en situación de paciente, se aplica el

discurso de los derechos. La Organización Mundial de la Salud cataloga el

derecho a la Salud como uno de los derechos fundamentales, donde los

Estados deben garantizar la atención en salud para sus ciudadanos. Así que el

individuo tiene derecho a la tecnología en la atención en salud, teniendo en

cuenta que se le da al bien común una cierta preferencia con respecto al bien

individual14, porque a pesar de sus necesidades particulares, no se puede poner

en riesgo de agotar los recursos de un sistema para garantizar la subsistencia

de un individuo, y en esto es función del Estado entrar a vigilar y a determinar

la justicia de las relaciones entre lo particular y la comunidad. De allí que los

médicos como intermediarios en esta situación de derechos no pueden atender

indiscriminadamente a las solicitudes de los pacientes, sobre todo cuando son

valoradas desde lo científico como fútiles. En este punto es necesario tratar de

aclarar los límites entre prolongar una subsistencia y recuperar un estado de

salud.

En caso de que los pacientes dejan de ser sujetos con capacidad de ser

autónomos, queda en manos de sus representantes, los subrogados, las

decisiones en torno a su tratamiento – o al retiro de este-. Pero el papel del

subrogado no es manejar conceptos técnicos, sino manifestar la voluntad de

alguien cuya autonomía se ve restringida15. Las decisiones a tomar por los

14

JONAS, Hans. Técnica, medicina y ética. La práctica del principio de responsabilidad. Editorial Paidós, Barcelona, 1997, Pág. 79.

15 FLEMING, David A. Futility: Revisiting A Concept Of Shared Moral Judgment. HEC FORUM 2005; 17(4): 260-275.

Memorias de los trabajos libres

305

subrogados no son sencillas. El hecho de que la muerte se haya convertido en

un tema tabú genera desconocimiento acerca de la voluntad de un ser querido.

Además, es necesario tener en cuenta que un juicio realizado por terceros

puede a llegar a tener un sesgo personal, ya que los vínculos afectivos y la gran

responsabilidad al llegar a sentir que sus decisiones van a causar la muerte de

otra persona, hacen que actúen no únicamente como traductores de la

voluntad de una persona que ya no puede expresarse, sino que juzgan las

decisiones que tratan de hacer respetar, bajo el contexto de correcto o

incorrecto con respecto a ser responsables de una muerte, alterando su función

de ser referentes de la voluntad de un sujeto.

Pero ante la complejidad de esta situación, los médicos, para poder empezar a

tomar estas decisiones, argumentan no desde conceptos científicos,

tecnológicos, mucho menos filosóficos o éticos. Su discurso cae rápidamente en

lo que cada uno de ellos tiene incorporado en su sistema de valores, pero

pasando a realizar juicios personales acerca de conceptos que son tan auto

determinados como calidad de vida y dignidad humana 16 . De allí que,

independiente de lo que una persona considere válido como ser autónomo, el

médico realiza un juicio personal determinando si esa es una vida digna de ser

vivida17. El discurso del médico no debe ser estar basado en la valoración sobre

la validez de la vida de otros sujetos, sino que se corresponde con un ejercicio

serio, donde se debe realizar un análisis acerca de las causas –ya sean de

orden biológico, personal o social- que llevan a considerar que la continuación

de un tratamiento no es una opción de la cual se beneficie realmente un

individuo en particular18.

Por su parte la sociedad, al ver los resultados referentes al estado de salud de

algunos individuos que persisten dependientes de la tecnología, plantean si esa

16

FRICK, Sonia, et all. Medical futility: Predicting outcome of intensive care unit patients by nurses and doctors—A prospective

comparative study. Crit. Care Med 2003; 31:456 –461.

17 MAK, Yvonne et all. Patients’ voices are needed in debates on euthanasia. BMJ, 26 July, pp 213-5.

18 WICCLAIR, Mark R. “Medical Futility: A Conceptual and Ethical Analysis,” en MAPPES, Thomas et all. Biomedical Ethics,4

Edicion, 1995, Mcgraw-Hill College; pag. 347.

Memorias de los trabajos libres

306

carga, percibida generalmente desde lo económico, es justa para una sociedad y

sus recursos. Dentro de lo que se pudiera describir como parte del discurso del

pacto social, la sociedad puede pasar a analizar lo que puede permitir con

respecto a sujetos particulares19.

Finalmente, y sobre todo si no llegamos a un entendimiento, el Estado entra a

realizar imposiciones para determinar entonces cuales son aquellas situaciones

o características que determinan que situaciones vamos a vivir, velando por los

derechos tanto del hombre como individuo como por los de la sociedad a la que

rige, teniendo en cuenta los recursos con los que dispone. Bajo este marco se

instauran las solicitudes los representantes de la comunidad, pasando a la

legislación sobre temas como por ejemplo la eutanasia20, donde lo que en el

fondo se pretende legislar desde la perspectiva del paciente no es solo ya el

fundamental derecho a la vida, sino, dentro de lo que se refiere a la vida misma,

el derecho a morir.

5. En búsqueda de herramientas

El señalar un problema nos mueve a buscar soluciones. Pero en una situación

donde aún no se tiene claridad acerca de sobre quién recae la toma de

decisiones, es necesario pasar a escuchar los puntos de vista de todos los

actores implicados y los aportes y responsabilidades que atañen a cada uno de

estos, tratar de generar un diálogo realmente incluyente donde se respeten las

necesidades, derechos y deberes de cada una de las partes implicadas.

Ante todo, tanto para la sociedad como para los individuos, dentro de los cuales

se incluye a cada médico como persona, es necesario devolverle el sentido a la

muerte, de manera que, sin necesidad de plantearnos un cambio desde lo

jurídico, sería pasar a reconocer que ―hemos alejado voluntariamente a la

muerte de la vida. Buscando después una mejor integración del mundo de los

moribundos en el de los vivos, dejando de acusar a la medicina y a la ciencia

19

JONAS, Hans, Op. Cit. Pág. 54.

20 PROYECTO DE LEY ESTATUTARIA No. 05 DE 2007 SENADO DE COLOMBIA.

Memorias de los trabajos libres

307

como tales de esta alienación y admitiendo que no son más que el reflejo de

valores falsos que solemos tomar por auténticos dioses‖21. Porque la medicina y

su tecnología se han convertido en nuestros dioses en la actualidad.

Por su parte el médico, que por el momento es quien tiene la responsabilidad de

la toma de gran parte de las decisiones, no es capaz muchas veces de hacer

esta conexión entre lo que se le enseña acerca de la ética y el sentido de su

profesión y el ejercicio de la medicina como tal. En el marco de la bioética, el

referirse a la necesidad de un cambio en la formación de los médicos es una

constante. En este sentido, el generar no solo un vínculo meramente cognitivo

sino uno ya más de carácter afectivo implicaría una mirada más atenta acerca

del quehacer diferente a una rutina mecanizada.

De allí que considero imperativo para el médico de hoy que pase reconocer al

otro como persona, lo cual se aparta del concepto tradicional de mantener

distancia. Si bien la distancia prudente es indispensable para el ejercicio

médico, ésta se ha visto reemplazada por una indiferencia por el otro, incluso a

pesar de su sufrimiento. Si la empatía no va en contra de los cánones de la

medicina, entonces ―el acercamiento trae consigo un incremento de la

vulnerabilidad y efectiva afectación. Acercarse es encontrarse implicado… La

aproximación es perdida de seguridad, de tranquilidad y de dominio, y un

especial regalo de inquietud‖22. Esta vulnerabilidad será necesaria para que el

médico reconozca entonces el real poder que está en sus manos y se

responsabilice de sus acciones. Si el médico recupera la sensibilidad con

respecto al ser humano que trata, es de esperar que también sea más sensible

a sus exigencias, solicitudes y necesidades.

Por último, con respecto a los que muchos señalan como culpables-la ciencia y

la tecnología-, es necesario reconocer que la ciencia es incapaz de proponer

tanto las referencias éticas necesarias para su uso y desarrollo como los límites

21

BAUDOUIN, Jean-Louis y BLONDEAU, Danielle. La ética ante la muerte y el derecho a morir. Barcelona, Ed. Herder 1995. Pag

129.

22 ESQUIROL, Josep M. El respeto o la mirada atenta. Gedisa editorial, Barcelona, 2006. Pág. 61.

Memorias de los trabajos libres

308

de su poder, donde si bien la ciencia está al servicio de la humanidad, esto no

implica que pueda ocupar su lugar, ni sobre todo, decidir su lugar23. La técnica

es un ejercicio del poder humano, es decir, una forma de actuación, y toda

actuación humana está expuesta a su examen moral. Los encargados entonces

de hacer el examen moral somos nosotros, los seres humanos. ―La ciencia no es

conciencia. No puede serlo‖24. Somos llamados entonces nosotros, los seres

humanos -médicos, pacientes, sociedad, políticos-, los que estamos encargados

de hacer la reflexión.

Bibliografía

1. ARIES, Philippe. El hombre ante la muerte. Editorial Taurus, Madrid, 1999.

2. GOMES, Barbara y HIGGINSON, Irene J. Where people die (1974_2030): past

trends, future projections and implications for care. Palliat Med 2008; 22; 33

3. BAUDOUIN, Jean-Louis y BLONDEAU, Danielle. La ética ante la muerte y el

derecho a morir. Barcelona, Ed. Herder 1995.

4. CEREIJIDO, Marcelino, BLANCK-CEREIJIDO Fanny. La Muerte Y Sus

Ventajas. 3ra edición. FCE, 2007, México.

5. ESQUIROL, Josep M. El respeto o la mirada atenta. Gedisa editorial, Barcelona,

2006.

6. FLEMING, David A. Futility: Revisiting A Concept Of Shared Moral Judgment.

HEC FORUM 2005; 17(4): 260-275.

7. FRICK, Sonia, et all. Medical futility: Predicting outcome of intensive care unit

patients by nurses and doctors—A prospective comparative study. Crit. Care

Med 2003; 31:456 –461.

8. HARVEY, Janet. The Technological Regulation of Death: With Reference to the

Technological Regulation of Birth. Janet Harvey. Sociology 1997; 31; 719 – 735.

9. http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/7824462.stm

10. http://www.semana.com/documentos/Doc-1792_200917.doc PROYECTO DE

LEY ESTATUTARIA No. 05 DE 2007 SENADO DE COLOMBIA.

23

BAUDOUIN, Jean-Louis y BLONDEAU, Danielle. La ética ante la muerte y el derecho a morir. Barcelona, Ed. Herder 1995 pag

37.

24BAUDOUIN, Jean-Louis y BLONDEAU, Danielle. La ética ante la muerte y el derecho a morir. Barcelona, Ed. Herder 1995 pag 37.

Memorias de los trabajos libres

309

11. JONAS, Hans. Técnica, medicina y ética. La práctica del principio de

responsabilidad. Editorial Paidós, Barcelona, 1997.

12. MAK, Yvonne et all. Patients‘ voices are needed in debates on euthanasia. BMJ,

26 July, pp 213-5.

13. MEJIA RIVERA, Orlando. La Muerte y sus símbolos. 3ra edición. Editorial

Universidad de Antioquia, 2008.

14. MENDEZ BAIGES, Víctor. Sobre Morir: eutanasias, derechos, razones. Editorial

Trotta, S.A, 2002, Madrid.

15. SAYERS, G M. Withholding life prolonging treatment, and self deception. J Med

Ethics 2002;28:347-352.

16. WICCLAIR, Mark R. ―Medical Futility: A Conceptual and Ethical Analysis,‖ en

MAPPES, Thomas et all. Biomedical Ethics, 4 edición, 1995, Mcgraw-Hill

College.

Memorias de la mesa sobre Bioética Clínica

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