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LA NUEVA GNOSEOLOGÍA DE MERLEAU-PONTY A diferencia de Descartes que fundamentaliza el dualismo res pensante y res extensa Merleau-Ponty plantea claramente la necesidad de un cambio epistemológico radical. La corporalidad fenoménica es lo auténticamente relevante y esencial para trascender el espiritualismo idealista cartesiano. Como escribe Fernando Martínez Rodriguez en relación con el enfoque de Merleau-Ponty: «El cuerpo fenoménico se va a erigir en un auténtico trascendental. La subjetividad se va a construir a través de la subjetividad corporal.» Y es que lo visible fenoménica y empíricamente es lo que debe contar realmente como conocimiento. Porque la denominada conciencia, razón o mente posee componentes físicos y materiales que son el origen de su función pensante y reflexiva. A mi juicio, el eje principal de una nueva epistemología es una consideración profunda de lo que representa el proceso perceptivo en el sentir y conocer humano. Las numerosas y diversas modulaciones del sistema sensorial de cada sujeto son lo que conforman los procesos de pensamiento o al menos los estructuran de alguna forma. Quizás el pensamiento se puede derivar de la percepción en cierto sentido limitado. La descripción fenomenológica que propicia la filosofía de Merleau-Ponty parte de la base de la imposibilidad de alcanzar respuestas contundentes y definitivas en el ámbito de la experiencia interna de los seres humanos por la ambigüedad característica de ciertos procesos sentientes que no son objetivables probablemente de una manera absolutamente precisa y firme. De hecho como también escribe Fernando Martínez Rodriguez respecto a la significación de la 1

La nueva gnoseología de Merleau-Ponty

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LA NUEVA GNOSEOLOGÍA DE MERLEAU-PONTY

A diferencia de Descartes que fundamentaliza el dualismo res pensante y res extensa Merleau-Ponty plantea claramente la necesidad de un cambio epistemológico radical. La corporalidad fenoménica es lo auténticamente relevante y esencial para trascender el espiritualismo idealista cartesiano. Como escribe Fernando Martínez Rodriguez en relación con el enfoque de Merleau-Ponty: «El cuerpo fenoménico se va a erigir en un auténtico trascendental. La subjetividad se va a construir a través de la subjetividad corporal.» Y es que lo visible fenoménica y empíricamente es lo que debe contar realmente como conocimiento. Porque la denominada conciencia, razón o mente posee componentes físicos y materiales que son el origen de su función pensante y reflexiva. A mi juicio, el eje principal de una nueva epistemología es una consideración profunda de lo que representa el proceso perceptivo en el sentir y conocer humano. Las numerosas y diversas modulaciones del sistema sensorial de cada sujeto son lo que conforman los procesos de pensamiento o al menos los estructuran de alguna forma. Quizás el pensamiento se puede derivar de la percepción en cierto sentido limitado. La descripción fenomenológica que propicia la filosofía de Merleau-Ponty parte de la base de la imposibilidad de alcanzar respuestas contundentes y definitivas en el ámbito de la experiencia interna de los seres humanos por la ambigüedad característica de ciertos procesos sentientes que no son objetivables probablemente de una manera absolutamente precisa y firme.De hecho como también escribe Fernando Martínez Rodriguez respecto a la significación de la corporalidad y de lo fenoménico desde una perspectiva fenomenológica como la desarrollad por Merleau-Ponty: «El cuerpo traduce y expresa, haciéndolo visible, todo lo que la psicología tradicional depositaba en el haber del alma o espíritu.»La potencia analítica del procedimiento fenomenológico del pensador francés supera el idealismo de corte platónico ya que las ideas o esencias forman parte de la propia experiencia viviente del sujeto porque como escribe Merleau- Ponty en la Fenomenología de la percepción: «Buscar la esencia del mundo no es buscar lo que es en idea, una vez que lo hemos reducido a tema de discurso, es buscar lo que es de hecho para nosotros antes de toda lematización.» Ciertamente, la presencia de lo pre-reflexivo como experiencia humana común es una clara expresión de la unidad óntica de mente o conciencia y mundo. Y en este ámbito desaparece la separación entre sujeto y objeto en el sentido radical que adquiere en la consciencia plenamente reflexiva. Uno de los resultados gnoseológicos de lo anteriormente explicitado es que la intencionalidad y el sentido de la

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misma se corporalizan de alguna manera y no son exclusivamente entidades abstractas sin correlación con lo mundano y empírico. Se comprende que Merleau escriba: «Si el sujeto está en situación, si incluso no es más que una posibilidad de situaciones, es que solamente realiza su ipseidad siendo efectivamente cuerpo y entrando por este cuerpo en el mundo.» Ya que la realidad para Merleau es el origen de las ideas desde su perspectiva fenomenológica. Lo que supone, a mi juicio, una transformación necesaria en el planteamiento cognoscente que supera el conciencialismo idealista y reafirma la plena coherencia y justificación de una descripción de lo fenoménico desde lo corpóreo y no desde la pura inmaterialidad de las ideas. Por tanto es perfectamente entendible que escriba Merleau-Ponty: «Si hay un acto humano que de una vez atraviesa todas las dudas posibles para instalarse en plena verdad: este acto es la percepción, en el sentido amplio de conocimiento de existencias.» Se observa claramente que es definible una fenomenología del conocimiento que parte de la impresión perceptiva y de la presencialidad de lo real ante el ser humano. La visibilidad de lo material es uno de los puntos de partida del conocer significativo del mundo. La infinidad de campos de presencia posibles pone de manifiesto la ilimitación de lo que puede ser percibido que está determinada y condicionada por la finitud temporal de la existencia humana. Indudablemente, la valoración de la temporalidad parte de su división en tiempo objetivo y subjetivo. Pero incluso en la determinación cualitativa y cuantitativa de ambos interviene la interrelación con lo cósico y con lo humano. Como escribe Martínez Rodriguez explicitando los planteamientos de Merleau: «La percepción no une lo que estaba aislado, más bien reafirma en otra dimensión la unidad experiencial fenomenológica de un mundo lleno de humanidad y de hombres empapados de mundanidad.» En efecto, el papel extraordinario de la experiencia en el ámbito de la gnoseología adquiere una relevancia enorme porque es el eje configurador de lo que es realmente el conocimiento. Porque lo experiencial desde las descripciones y análisis fenomenológicos está lleno de innumerables representaciones interpretables desde innumerables variaciones judicativas y descriptivas que a su vez también son reinterpretables de modo ilimitado. Porque como dice Merleau-Ponty: «La vida humana «comprende» no solamente tal medio definido, sino una infinidad de medios posibles, y se comprende a sí misma, porque está arrojada a un mundo natural.» Frente a una dialéctica formalista se abre camino una hiperdialéctica como la propuesta por el pensador galo que no niega la existencia de multiplicidad de relaciones en los pensamientos y que admite también la ambigüedad como campo de investigación de la verdad. El sentido

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de la realidad y el recuerdo como revivencia posibilitan unas nuevas formas de significación recreadas temporalmente y modificadas por la rememoración parcialmente creativa del pasado. Evidentemente la influencia de la Gestalt también está presente en Merleau como se observa en esta consideración respecto a la percepción: «No existen datos indiferentes que empezarían a formar conjuntamente una cosa porque ciertas contigüidades o semejanzas de hecho los asociarían; es, al revés, porque percibimos un conjunto como cosa que la actitud analítica puede ver en él semejanza o contigüidades.» En conclusión, es evidente que la filosofía fenomenológica de Merleau- Ponty critica profundamente el idealismo y el racionalismo y afirma una especie de realismo hiperdialéctico fundamentado en la corporalidad como modelo o paradigma estructurador de una gnoseología más amplia y crítica que también toma en consideración lo ambiguo e impreciso y la reinterpretación constante de la realidad en todos los sentidos. Lo que hace posible, a mi juicio, el logro de una teoría del conocimiento más profunda porque comprende muchos más aspectos del sentir y del pensar así como de la intuición e incluso de lo pre-reflexivo en cuanto que tiene que ser descrito cognoscitivamente.

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