La Presencia Espanola En Mexico 1930-1990-2327685

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Dolores Pla Brugat

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  • RESUMEN:

    Este artculo pretende dar una panormica, como su ttulo lo indica, de la pre-sencia espaola en Mxico entre 1930 y 1990 y de la historiografa que existe sobre lamisma. Inicia con la caracterizacin de estos espaoles subdivindolos en tres subgru-pos, los antiguos residentes, los refugiados republicanos y los nuevos residentes. Acontinuacin pasa revista a la historiografa que han generado, mostrando sus princi-pales caractersticas, su evolucin y, finalmente, algunas de las lneas de investigacinque estn pendientes de estudio.

    Palabras clave: Mxico, Siglo XX, Inmigracin espaola, Exilio espaol, Historiografa.

    ABSTRACT:

    This article aims to offer a vision, as its title indicates, of the Spanish presence inMexico from 1930 to 1990, and of the existing historiography. It begins with a descrip-tion of the Spaniards, divided in three groups old residents, Republican refugees, andnew residents. It then reviews the historiography of these groups, showing their mainfeatures, their evolution, and, finally, some themes of investigation for future study.

    Key words: Mexico, XX Century, Spanish inmigration, Spanish exile, Historiography.

    Mxico nunca ha sido un pas de inmigracin, al contrario, se ha caracterizadoy se sigue caracterizando por ser un pas de emigracin. Pero si bien la presencia deextranjeros ha sido siempre escasa, su importancia en la vida econmica, poltica,social y cultural del pas ha sido de primera magnitud.

    Dentro de los grupos de extranjeros que se han establecido en tierras mexica-nas, los espaoles han tenido un lugar preponderante. Segn la informacin que se

    La presencia espaola en Mxico,1930-1990.

    Caracterizacin e historiografa

    Dolores Pla Brugat

    Migraciones y Exilios, 2-2001, pp. 157-188

  • desprende de los Censos Generales de Poblacin que empezaron a elaborarse a par-tir de 1895, en trminos numricos ocuparon el primer lugar en importancia hastaque fueron desplazados al segundo en la dcada de 1920 por los estadounidenses, yno perdieron este puesto sino hasta la dcada de 1980, cuando fueron desplazadospor los guatemaltecos y pasaron a ocupar el tercer lugar.

    Para el perodo que nos ocupa, los espaoles de Mxico pueden subdividirseen tres subgrupos: aquellos que formaron parte de la llamada emigracin en masa,de los 3.5 millones de espaoles1 que se estima atravesaron el Atlntico hacia tierrasamericanas entre 1880 y 1930, conocidos cono antiguos residentes; los refugiadosllegados a raz de la derrota republicana en la guerra civil espaola, y los que MichaelKenny llam nuevos residentes2, es decir, aquellos llegados a partir de 1945 y queno formaban parte del exilio.

    I. CARACTERIZACIN

    I.1. Los antiguos residentes

    Cuando se levant el Censo de 1930 los individuos nacidos en Espaa y resi-dentes en Mxico ascendan a 28.8553, y representaban el 0.17% de la poblacin delpas4. Estos inmigrantes procedan sobre todo del norte de Espaa. Segn el impor-tante estudio realizado por Clara E. Lida con base en el Registro Nacional deExtranjeros de Mxico las diez provincias espaolas que ms contribuyeron a la emi-gracin a Mxico fueron: Oviedo (21.83%), Santander (17.76%), Vizcaya (6.93%),Barcelona (5.04%), Len (4.65%), Burgos (4.25%), Navarra (3.74%), Madrid (3.19%),

    01 Aunque se calcula que el saldo neto fue de 1.5 millones de personas. ARSTEGUI J.: La emi-gracin de los aos treinta, en Historia general de la emigracin espaola a Iberoamrica, I, Quinto Centenario-Historia16-CEDEAL, Madrid: 1992, p. 439.

    02 Inmigrantes y refugiados espaoles en Mxico (siglo XX) Centro de Investigaciones Superiores delINAH-Ediciones de la Casa Chata, Mxico: 1979.

    03 Varios autores, entre ellos Clara E. Lida y Concha Pando Navarro, dan otra cifra porque serefieren a las personas que ostentan la nacionalidad espaola y no a los nacidos en Espaa. Las perso-nas con nacionalidad espaola residentes en Mxico en 1930 ascendan 47.239. SALAZAR D.: La pobla-cin extranjera en Mxico, 1895-1990. Un recuento con base en los Censos Generales de Poblacin, Instituto Nacionalde Antropologa e Historia, Mxico: 1996.

    04 La poblacin total del pas era entonces de 16.412.135 habitantes.

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  • Orense (3.09%) y Lugo (2.06%)5. La mayora de los emigrantes eran hombres6 jve-nes7, provenan mayoritariamente del medio rural8 y su formacin acadmica o pro-fesional era ms bien pobre9. Generalmente llegaban a travs de la emigracin encadena, es decir, reclamados por tos u otros familiares que ya estaban establecidosen el pas y que los llamaban para trabajar en sus negocios10. Y haban llegado aMxico muy especialmente en dos oleadas: entre 1905 y 1914 arribaron el 25.2%, yentre 1920 y 1929 el 38.1%11.

    Pero en contra de lo que los nmeros y su modesto origen econmico y socialpodran hacer pensar, la presencia de estos espaoles en Mxico era importante debi-do a su insercin econmica y social. Siguiendo nuevamente a Clara E. Lida, el per-fil ocupacional de la colonia era el siguiente: el sector primario agricultura, gana-dera y pesca incorporaba slo al 6.67%; la industria, el comercio y las finanzas, el43.48%; 25.92% eran asalariados ocupados en estas reas; 5.64%, trabajadores espe-

    05 LIDA C. E. y PACHECO ZAMUDIO P.: El perfil de una inmigracin: 1821-1939, en LIDA C. E.(comp.): Una inmigracin privilegiada. Comerciantes, empresarios y profesionales espaoles en Mxico en los siglosXIX y XX, Alianza Editorial, Madrid: 1994, p. 42. Distinta es la estimacin de Concha Pando, prove-niente del Archivo de la Secretara de Relaciones Exteriores de Mxico: Asturias (37%), Galicia(22.5%), Madrid (12.5%), Catalua (9.5%), Pas Vasco (7.5%), Cantabria (4.5%), Castilla (3.5%),Baleares (1.5%), Mlaga (1.5%). PANDO NAVARRO C.: La colonia espaola de Mxico, 1930-1940, Tesis dedoctorado, (s.l.), (s.f)., p. 189. Pero con todo y las importantes diferencias que muestran ambas estima-ciones, lo que resulta definitivo es que los espaoles residentes en Mxico provienen en palabras deClara E. Lida de una periferia poco urbanizada, con la excepcin de Madrid, Barcelona y Bilbao.LIDA C. E.: op. cit., p. 41.

    06 Segn un muestreo realizado por Concha Pando Navarro, 70.65% eran hombres y 29.35%mujeres. PANDO NAVARRO C.: op. cit., p. 188. Segn estimaciones de Clara E. Lida estos porcentajes cam-bian a 87.74% y 12.25% respectivamente. LIDA C. E.: op. cit.,p 47.

    07 Segn Clara E. Lida, los emigrantes espaoles que se encontraban en Mxico a fines de losaos veinte y principios de los treinta, haban abandonado su pas cuando contaban entre 15 y 25 aos.Ibidem, p. 45.

    08 Segn un estudio de Consuelo Naranjo, para los aos 1882-1930, las ocupaciones en su pasde origen de los emigrantes espaoles eran las siguientes: 52 por 100 eran agricultores, el 8 por 100 sededicaban al comercio y a los transportes, el 6 por 100 corresponde a industriales y artesanos, el 2 por100 lo integran los dedicados a profesiones liberales, 1 por 100 los sirvientes, y otro 1 por 100 funcio-narios y clero. El resto, un 30 por 100, agrupa a todos los `sin clasificar. NARANJO C.: Anlisis cuan-titativo, en Historia general de la emigracin..., I, p. 182.

    09 Segn algunas estimaciones, en 1932, alrededor del 12% del total de la emigracin era analfa-beta. PANDO NAVARRO C.: op. cit., p. 170.

    10 Ibidem, p. 187.11 LIDA, C. E.: op. cit., p. 45.

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  • cializados; 2.28% estaban dedicados a actividades profesionales; por ltimo, un16.1% est asociado a trabajos no especializados o no especificados, entre los cua-les posiblemente predomine el trabajo domstico y de servicios12. El que estosespaoles estuvieran insertos de manera casi abrumadora en el mbito de la indus-tria, el comercio y las finanzas, y como propietarios ms que como asalariados, ponede manifiesto que se haban colocado dentro de las clases ms o menos acomodadasde la sociedad mexicana.

    Se establecieron a todo lo largo y ancho del territorio mexicano, pero no demanera uniforme. Segn el Censo General de Poblacin de 1930, slo tres entidadesreunan a casi tres cuartas partes del total: la principal, el Distrito Federal, reuna ams de la mitad (52.88%), le seguan de lejos el estado de Veracruz, con 12.79%, y elde Puebla con 6%13, y en la medida en que sus actividades se deban desarrollar enmbitos bsicamente urbanos, estaban establecidos, sobre todo, en ciudades.

    El encontrar a los espaoles en Mxico en un mbito urbano y bsicamente enel centro del pas donde se concentra el podero econmico y poltico, en contrastecon su procedencia en Espaa, son elementos que indican, observa Clara Lida, quevivieron una fuerte y rpida movilidad social ascendente14. Pero ciertamente notodos eran burgueses, como se puede observar por el perfil ocupacional que se haexpuesto. Muchos pertenecan a sectores medios, y an haba algunos [que] nopodan sobrevivir en su situacin y deban ser devueltos a su tierra15.

    En la medida en que la colonia espaola de Mxico no era uniforme ni en tr-minos socioeconmicos ni de la regin de origen de sus integrantes, sus posturaspolticas tampoco lo eran. Esto pudo constatarse frente al establecimiento de la

    12 Ibidem, p. 36. Concha Pando Navarro presenta su propio cuadro acerca de la ocupacin enMxico de los espaoles, con base en los datos proporcionados por los espaoles inscritos en elConsulado General de Mxico en 1932. Es el siguiente: Industriales, 221 (5.85%); Agricultores y hacen-dados, 144 (3.8%); Comerciantes, 905 (23.9%); Empleados, 1.093 (28.9%); Profesionales, 19 (0.5%);Obreros y jornaleros, 101 (2.7%); Estudiantes, 48 (1.3%); Agentes viajeros, 1.203 (31.8%); Sociedades,47 (1.25%). PANDO NAVARRO C.: op. cit., p. 217. Si bien esta informacin difiere tambin de la propor-cionada por Clara E. Lida, si sumamos comerciantes e industriales resulta que significan una nada des-preciable tercera parte del total (29.75%).

    13 Les seguan en importancia: Tamaulipas, 3.96%; Coahuila, 2.63%; Yucatn, 2.45%; Estado deMxico, 1.99%; San Luis Potos, 1.59%; Hidalgo, 1.57% y Guanajuato, 1.55%. PLA, D.: Espaoles enMxico (1895-1980). Un recuento. Secuencia: 24, (sept-dic. 1992), nm. p. 116.

    14 LIDA C. E.: op. cit., p. 35.15 PANDO NAVARRO C.: op. cit., p. 215.

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  • Repblica en Espaa y, posteriormente, el estallido de la guerra civil, cuando lasdiversas posiciones fueron puestas sobre el tapete sobre todo por sus organizaciones.

    La Cmara Espaola de Comercio, que era el organismo de mayor influencia, novio con buenos ojos la instauracin de la Repblica. Tampoco las otras cuatro insti-tuciones representativas de la colonia espaola en su conjunto y con sede en la ciu-dad de Mxico: la Sociedad de Beneficencia Espaola, fundada en 1842 de la queera parte sustancial el Sanatorio Espaol, la Junta Espaola de Covadonga, fun-dada en 1901 (que junto con la institucin antes mencionada tena a su cargo labo-res asistenciales); el Casino Espaol de Mxico, fundado en 1863, y el Real ClubEspaa, que se haba fundado en 1912. Por otra parte, los centros espaoles esta-blecidos en todas aquellas ciudades de provincia donde existiera un nmero ms omenos relevante de peninsulares16, no pocas veces celebraban los xitos de la reac-cin en Espaa, aunque tambin haba quienes apoyaban a la Repblica17.

    Adems de los centros que reunan a los espaoles en su conjunto, existan cen-tros regionales, y fue en el interior de stos, cuya creacin era relativamente msreciente, donde las divisiones entre izquierdistas y derechistas aparecieron con msfrecuencia. Ello sucedi en toda Amrica Latina18. Fue as porque, primero, sus inte-grantes no eran tan homogneos en trminos socioeconmicos y, segundo, porquepes mucho en su nimo la disposicin del republicanismo espaol de apoyar lasautonomas. En Mxico existan: Orfe Catal (fundado en 1906), Centro Vasco(1907), Centro Asturiano (1908), Centro Gallego (1911), Centro Valenciano deMxico (1919), Agrupacin Castellana de Mxico (1925) y Agrupacin Montaesade Mxico (1924)19. Para 1931 se haban creado adems la Agrupacin Madrilea y

    16 Concha Pando localiz centros espaoles en tres ciudades de Veracruz (Crdoba, Orizaba y elpropio puerto), en dos de Puebla (Atlixco y la capital)), en dos de Yucatn (Progreso y Mrida), uno enGuadalajara (Jalisco), otro en Pachuca (Hidalgo), otro en Oaxaca (Oaxaca) y otro ms en Tampico(Tamaulipas). Ibidem, p. 237.

    17 En MATESANZ J. A.: Las races del exilio. Mxico ante la guerra civil espaola 1936-1939, El Colegiode Mxico-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico: 1999, se encuentran evidencias deambas posturas, aunque ms de la primera que de la segunda.

    18 TABANERA, N.: Las colectividades espaolas en QUIJADA M.; TABANERA N. y AZCONA J. M.:Actitudes ante la guerra civil espaola en las sociedades receptoras en Historia general de la emigracin...,I, p. 497.

    19 ORDEZ V.: La colonia espaola en Mxico durante el periodo 1924-1928. Tesis de licenciatura enHistoria, Universidad Iberoamericana. La autora menciona, adems de las agrupaciones citadas hasta aqu,una Agrupacin Aragonesa de Mxico, de la cual no consigna fecha de fundacin, p. 177.

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  • el Grupo Zamorano20. Las diferentes posturas polticas al interior de los centrosregionales tuvieron consecuencias sobre todo entre los vascos, cuando en 1935 ungrupo de descontentos se escindi para formar el Crculo Vasco Espaol, que comosu nombre lo indica no participaba tan claramente del nacionalismo vasco como elcentro inicial21.

    Por otra parte, en estos aos actuaron en Mxico partidos y organizacionesespaoles propiamente polticas tanto de derecha como de izquierda, entre las quedestacaron, por ambos bandos, Falange Espaola de Mxico que fue con muchola que ms impacto tuvo y el Frente Popular Espaol. Aunque, como apunta JosAntonio Matesanz las simpatas de la colonia eran mayoritariamente para las dere-chas espaolas.

    I.2. Los refugiados republicanos

    La llegada de los refugiados republicanos, iniciada en 193922 a raz de su derro-ta en la guerra civil, signific una ruptura de la imagen que hasta aqu hemos dadode los espaoles en Mxico.

    Mucho se ha especulado acerca del nmero de refugiados espaoles que llega-ron a la repblica mexicana. Segn la Direccin General de Estadstica de Mxico elnmero de espaoles llegados entre 1939 y 1950 fue de 19.960, y hasta muy recien-temente pensbamos que la inmensa mayora de ellos, si no es que todos, deban serrefugiados. Una investigacin reciente de Clara E. Lida, prxima a publicarse, mues-tra que esto no fue exactamente as, que no pocos de los que llegaron a partir de 1946muestran un perfil mucho ms parecido al de los antiguos residentes que al de losrefugiados. As, la doctora Lida estima que de los 17.800 espaoles mayores de quin-ce aos consignados en el Registro Nacional de Extranjeros de 1939 a 1950, slo

    20 PANDO NAVARRO C.: op. cit., p. 237.21 ICAZURIAGA C.: Espaoles de Veracruz y vascos del Distrito Federal: su ubicacin en la

    estructura econmica de Mxico, en KENNY M.: et al., op. cit., p. 212.22 Si bien generalmente aceptamos esta fecha como el inicio del exilio espaol en Mxico, hay que

    recordar que con anterioridad, en 1937, llegaron un grupo de cerca de 500 nios espaoles a refugiar-se a tierras mexicanas que con el tiempo seran conocidos como Los Nios de Moreliay en 1938un puado de cientficos e intelectuales para los que se fund La Casa de Espaa.

    162 Dolores Pla Brugat

  • entre dos terceras y tres cuartas partes del total eran exiliados o parientes de stos23,lo cual dara un total de 11.865 o 13.350. Si a estas cifras sumados el 18% que esti-mamos corresponde a los menores24 tenemos unos totales de 13.441 a 15.123 refu-giados espaoles llegados a Mxico. Por otra parte, el anlisis de los registros de losorganismos de ayuda de los propios refugiados (SERE, Servicio de Evacuacin deRepublicanos Espaoles, y JARE, Junta de Ayuda a los Republicanos Espaoles) per-mite observar que, entre ambos, apoyaron a un poco ms de 16.000 personas25, porlo cual se puede afirmar que, sin duda, el exilio no debi ser menor a esta cifra, sinomayor, sin llegar, sin embargo, a los 20.000.

    Aunque con la llegada de estos espaoles Mxico se convirti en el segundo pasen importancia, despus de Francia, en la recepcin de republicanos, de cualquiermanera en trminos numricos sta fue una migracin reducida. Por una parte, porquesignificaba una proporcin muy menor del total del exilio: aun si aceptramos que fue-ron 20.000, oscilara, segn diversas estimaciones, entre el 8% y el 12,35%26. Por otra,esta migracin resulta muy modesta si consideramos que se incorpor a un pas quecontaba con casi veinte millones de habitantes segn el censo de 1940 19.653.552 ennmeros exactos; apenas signific el 0,1% de la poblacin. Por ello se puede afir-mar que si el exilio fue importante para Mxico es por razones que no tienen que vercon la cantidad, sino con las caractersticas de esta emigracin.

    Los republicanos espaoles que se refugiaron en Mxico fueron una emigracinselecta en los dos sentidos de la palabra: producto de una seleccin, constituyeronadems un grupo de excelencia, aunque no fuera una emigracin de intelectualescomo generalmente se ha planteado.

    No tenemos en este momento cifras que nos permitan elaborar un perfil definiti-vo del exilio. Pero s las tenemos de los refugiados llegados en las tres principales expe-diciones patrocinadas por el SERE en 1939: las del Sinaia, el Ipanema y el Mexique27,

    23 LIDA C. E. y GARCA MILL L.: Los espaoles en Mxico de la guerra civil al franquismo,1939-1950. En LIDA C. E. (Comp.): Espaa y Mxico durante el primer franquismo (en prensa)

    24 Este porcentaje lo suponemos de acuerdo a otras informaciones con que se cuenta. Vase, PLABRUGAT, Dolores: Els exiliats catalans. Un estudio de la emigracin republicana espaola en Mxico, InstitutoNacional de Antropologa e Historia-Orfe Catal de Mxic-Libros del Umbral, Mxico: 1999, p. 164

    25 Ibidem, pp.241-247.26 Segn se estimaran dos cifras posibles del saldo definitivo del exilio, 162.000 o 250.000 perso-

    nas. PLA BRUGAT D.: Ibidem, pp. 160-161.27 El perfil que aqu se presenta est tomado de Dolores Pla Brugat, Els exiliats..., pp. 163-172.

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  • que trajeron a Mxico un total de 4.660 refugiados, los cuales constituyen ms que unamuestra representativa de acuerdo con las cifras totales del exilio mexicano.

    De los pasajeros de estos barcos sabemos que 18% eran menores de 15 aos.Los mayores de esta edad (72%) se dividan en 67% hombres y 33% mujeres. Deellos 63% eran casados y 33% solteros, 4% viudos y, aunque prcticamente no pue-den figurar en nmeros estadsticos, no faltaron quines haban estrenado la pocoexitosa ley de divorcio que trajo consigo la Repblica (ocho individuos). Los pasaje-ros que viajaron solos eran un 32% y el restante 68% lo hizo en compaa de susfamilias. El hecho de que mujeres y nios representen el 45% del grupo nos permi-te confirmar que, a diferencia de las emigraciones econmicas, en las polticas el tras-lado de la familia completa es mucho ms comn.

    Segn esta misma informacin, los refugiados provenan de toda la geografaespaola, aunque la mayora eran originarios de Catalua, (22,4%), Castilla la Nueva(20,6%), Andaluca (11,4%), Pas Vasco (6,7%), Castilla la Vieja (6,2), Aragn (6%),Valencia (5,7%) y Asturias (5,6%). Por otra parte, si atendemos a las ocupaciones delos jefes de familia llegados en estos barcos (2.432 en total, aunque en esta categorase incluye tambin a los que viajaron solos, hombres o mujeres), resulta que estosrefugiados no slo tenan una gran diversidad de orgenes geogrficos, sino tambinocupacionales se registraron entre ellos 128 ocupaciones distintas. Casi la mitad delos refugiados (48,77%) que llegaron a Mxico en 1939 eran individuos que enEspaa estaban ocupados en el sector terciario; del secundario provena prctica-mente la tercera parte (29,07%), en tanto que el sector primario, bsicamente la agri-cultura, aportaba el resto (22,16%). Los trabajadores no calificados en este casoslo agricultores representaban apenas un 20% y el resto de los refugiados tenanalgn grado de especializacin o calificacin. Al analizar el sector secundario sepuede observar que en buena medida quines lo integraban provenan de los secto-res modernos de la industria metalurgia, siderurgia, mecnica y electricidad yaque significaban el 41% del sector. Pero es sobre todo el anlisis de la composicindel sector terciario lo que mejor muestra que el exilio que se estableci en Mxico erade una cualidad muy especial: profesionales, catedrticos, maestros, intelectuales yartistas significaban el 58,34% del sector, seguidos de lejos por los ocupados en lascomunicaciones y los transportes, y ms lejos an por los empleados, los individuosprovenientes del comercio y, por ltimo, los militares.

    Este perfil del exilio en Mxico, permite observar que si bien estos refugiadosse desprendieron de muy diversos sectores de la vida espaola, distaban de ser repre-

    164 Dolores Pla Brugat

  • sentativos, en trminos numricos, de la Espaa de su tiempo. En los aos treintaEspaa era un pas esencialmente agrcolay habra de seguir sindolo por bastan-te tiempo ms. En 1930 la agricultura ocupaba el 45,51% de la poblacin econ-micamente activa, la industria el 26,51% y los servicios el 27,98%. En 1940 el impac-to de la guerra hizo que las cifras cambiaran a: agricultura 50,52%, industria 22,13%y servicios 27,25%28. Estas proporciones no se corresponden con la composicin delexilio. Los refugiados se desprendieron bsicamente de los sectores ms modernosde la sociedad espaola, en trminos econmicos, y ms ilustrados, en trminos deconocimientos.

    Un dato permite confirmar que el exilio mexicano se desgaj de la porcin mseducada de la Espaa de la poca. Si consideramos que el ndice de analfabetismoestimado en Espaa era del 32% en 1930 y del 23% en 1940 y lo comparamos conel de este grupo de refugiados que apenas alcanza el 1,4%, queda claro que stos sonrepresentativos de apenas un poco ms de la mitad de la sociedad espaola. Y noslo todos saban leer y escribir; adems, el 26% de los jefes de familia conocan elfrancs, 6% el ingls, 2% el portugus, otro 2% el italiano y el 1% el alemn. Y aunhaba quienes saban cinco idiomas ms: ruso, rabe, esperanto, latn y checo.

    De lo dicho hasta aqu se desprende que el perfil del exilio en nada se asemejaal de la emigracin tradicional de espaoles a Amrica, y a Mxico en particular. Losrefugiados son prcticamente una copia en negativo de esta imagen. Se trata de unaemigracin bsicamente familiar, proveniente de toda la Pennsula pero con predo-minio de las grandes ciudades las provincias de Madrid y Barcelona aportan casila tercera parte, que se desgaja en mucho de los sectores medios de la sociedad ycuenta con una importante formacin acadmica y profesional. Los motivos de laemigracin, por supuesto, tampoco fueron los mismos, ni los mecanismos del pro-ceso migratorio. La mayora de los refugiados llegaron gracias a los organismos deayuda (SERE y JARE) creados con recursos propios por las instancias del gobiernorepublicano en el exilio, que tenan el aval del gobierno mexicano, el cual les conce-di la calidad asilados. Por ltimo, por supuesto, estos nuevos espaoles en Mxicoeran hombres y mujeres que provenan de la amplia gama de la izquierda espaola.

    Los refugiados espaoles se organizaron por separado de sus paisanos que leshaban antecedido. En este sentido quiz no es exagerado decir que slo la enferme-dad y la muerte los uni, tanto el Sanatorio Espaol como el Panten Espaol ins-

    28 TAMAMES R.: La Repblica. La era de Franco, Alianza Editorial-Alfaguara, Madrid: 1973, p. 410.

    165La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • tituciones ambas creadas por los antiguos residentes han sido las que ambos gru-pos han compartido. En el resto de la red institucional de los antiguos residentes, nifueron mayormente bienvenidos ni los refugiados tuvieron inters en incorporarse29.En cambio, crearon sus propias instituciones. Entre ellas habra que mencionar enprimer lugar a los dos organismos de ayuda, SERE y JARE, que a su vez se encar-garon de apoyar la formacin de otras de diversa ndole. Las hubo que intentaronagrupar a todo el exilio, como el Centro Republicano Espaol, creado a su llegada,o el Ateneo Espaol de Mxico, fundado ms tardamente, en 1949. O como loscolegios que junto con el Ateneo han sido las instituciones ms duraderas, delos que destacan el Instituto Luis Vives, el Colegio Madrid y la Academia Hispano-Mexicana. Hubo adems un nmero considerable de instituciones que agrupabanslo a determinados sectores, desde la Junta de Cultura Espaola y la Asociacin deProfesores Espaoles en el Extranjero, hasta otras creadas por y bsicamente pararefugiados de determinada filiacin poltica o determinado origen regional.

    De la insercin econmica y social del exilio en Mxico se conoce poco: sabe-mos mucho de pocos refugiados y prcticamente nada de la mayora. Se ha estudia-do y se sigue estudiando con inters a aquellos que formaban la lite del exilio, enten-diendo por tal a intelectuales, artistas, maestros, catedrticos y profesionales, peromuy poco sabemos del resto de los refugiados.

    Que el exilio tuvo un impacto de primera magnitud en los mbitos del conoci-miento y de las artes en Mxico, sobre todo a travs de la insercin de refugiados enel mbito de las instituciones de educacin superior, es un hecho absolutamenteconstatado. Menos sabemos cmo impactaron los otros refugiados, que eran sobretodo trabajadores calificados, en la vida productiva de Mxico, al ofrecerle al pas susconocimientos en un momento en que eran particularmente tiles, es decir, duranteel proceso de crecimiento econmico, modernizacin e industrializacin que vivi elpas justamente desde los aos de la segunda guerra mundial hasta principios de ladcada de 1970. Lo que si se puede afirmar es que ni sus formas de insercin a lavida productiva mexicana fueron a travs de los mecanismos propios de la emigra-cin tradicional ni en los mismos nichos econmicos30.

    29 Slo aquellos que refugiados que residieron en lugares de provincia eventualmente participa-ron en las instituciones de sus paisanos antiguos residentes

    30 Un avance al respecto, puede consultarse en PLA BRUGAT D.: Els exiliats...,

    166 Dolores Pla Brugat

  • En lo que s coincidieron ambos grupos fue en que se asentaron mayoritaria-mente en la ciudad de Mxico. Una observacin que, aunque con limitaciones, puedehacerse sobre el sector cataln del exilio, pone de manifiesto que estos refugiados,an ms que los antiguos residentes, prefirieron la capital del pas para establecerse:ah habran de vivir casi tres cuartas partes de ellos (70,02%). Sin embargo, no es des-preciable el nmero de los que, en definitiva, se instalaron en provincia. Ms de unacuarta parte vivieron en diversos estados, unos de manera permanente (14,06%) yotros por temporadas largas o muy largas (11,75%)31. Seguramente hubo refugiadosen todos los estados de la Repblica, sin embargo la informacin slo permite con-signar su presencia en veintiuno de ellos, siendo los principales, por el nmero derefugiados que ah vivieron: Jalisco, Veracruz, Nuevo Len, Puebla, Morelos,Coahuila, Quertaro y Baja California32.

    I.3. Los nuevos residentes

    Ya en 1979, cuando Michael Kenny y colaboradoras publicaron su estudio,pusieron de manifiesto la presencia de los que ellos llamaron nuevos residentes, alos que consideraron un grupo conceptual bsicamente porque sus integrantes notenan una conciencia de s mismos. El trabajo ms reciente de la doctora Clara E.Lida, al que ya hemos hecho referencia, pone de manifiesto con precisin cmo apartir de 1946 se reinicia la emigracin tradicional de espaoles a Mxico.

    Lida pudo observar en la revisin que hizo del Registro Nacional de extranjerosde 1939 a 1950, que a partir de 1946, quienes llegaban al margen del exilio, lo hac-an insertndose en las redes familiares y econmicas establecidas entre los antiguosresidentes33. Encontr que para el sexenio 1945-1950 la proporcin entre solterosy casados recuerda el patrn de la migracin tradicional. Aunque observa diferenciascon respecto a este patrn, como que al inicio de los aos cincuenta la proporcinentre hombres y mujeres era mucho ms equilibrada que la que mostraba la migra-cin anterior a 1936, lo cual mostrara un comportamiento nuevo en los patronesemigratorios de la postguerra, muy diferenciado de los anteriores a 1936, particular-

    31 De los restantes no se pudo saber el lugar de residencia.32 PLA BRUGAT D.: Els exiliats..., p. 296.33 LIDA C. E.: y GARCA MILL L.: op. cit.

    167La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • mente en lo que se refiere a las mujeres34. En cuanto a edades, observa que si bien enesta variable hay diferencias con respecto al proceso migratorio tradicional, tambin latendencia entre los llegados despus de 1945 es a recuperar una mayor presencia dehombres jvenes de entre los 15 y los 30 aos, como suceda con anterioridad35.

    En contraste con los lugares de procedencia de los refugiados, en el sexenio1945-1950 Oviedo y Santander recuperan el predominio como provincias tradicio-nalmente emisoras, aunque ya no vuelven a aproximarse a los porcentajes previos a1936. Adems, hacen su aparicin con porcentajes ms significativos que antes de1936, Barcelona, Madrid, Orense y Vizcaya, y reaparece Len como provincia deemigrantes, aunque con menor fuerza que antes de la guerra civil36.

    Comparndoles con los refugiados llegados entre 1939 y 1945, los espaoles lle-gados entre 1945 y 1950 fueron menos capacitados y escolarizados37. Y de acuerdoa las ocupaciones que declararon, 9,54% estaban ocupados en el sector primario,9,96% en el sector secundario, al sector terciario pertenecan 32,54% (12,77% a acti-vidades comerciales y financieras) y 47,96 tienen actividades no remuneradas, de lascules las ms importantes eran hogar con 34,64% y estudiantes con 11,08%38. Estosdatos, escribe la doctora Lida (...) permiten reconocer que el perfil sociocupacionalde quienes llegaron se fue asemejando cada vez ms al de los antiguos residentes.Esto es particularmente cierto en el sector terciario que, al igual que antes de laGuerra Civil, muestra una fuerte insercin de los recin llegados en las actividadesvinculadas al comercio y a las finanzas, as como a los servicios personales. En lasdems ocupaciones tampoco hay grandes contrastes con los perfiles ms tradiciona-les, aunque despus de la segunda guerra es de notar el aumento entre quienes sededicaban a empleos tcnicos y quienes se declaraban estudiantes. Lo anterior indi-cara que quienes llegaban, aunque seguan de cerca el patrn de los antiguos resi-dentes, deban poseer un mayor nivel educativo y tcnico como requisito para emi-grar. Tambin es posible que esto revele los cambios que durante el primer tercio delsiglo XX se haban producido en la propia Espaa en trminos educativos, que sereflejaban en la mayor capacitacin de quienes emigraban. En cambio, entre las muje-res, el grupo de las que estaban dedicadas al hogar era tan abrumador como lo haba

    34 Ibidem.35 Ibidem.36 Ibidem.37 Ibidem.38 Ibidem.

    168 Dolores Pla Brugat

  • sido antao39. Y concluye:(...) recomenzaba una inmigracin econmica de tipotradicional, aunque ahora en una escala mucho menor y ms seleccionada que enpocas anteriores40.

    I.4. La dinmica de la poblacin espaola en Mxico

    De 1930 a 1990, siguiendo la informacin de los Censos Generales dePoblacin, los nacidos en Espaa residentes en Mxico pasaron de ser 28.855 en1930 a 37.540 en 195041, 49.637 en 1960, 31.038 en 1970, 32.240 en 1980 y 24.873en 199042.

    A primera vista parecera que estos datos deben ser errneos. Dos cifras llamanparticularmente la atencin, la de 1950, que parece no incorporar cabalmente a losms de 16.000 refugiados que sabemos llegaron a tierras mexicanas, parecera haberun subregistro, y la de 1960, que al mostrar un aumento de la poblacin espaola de32,22% con respecto a 1950, parecera adolecer exactamente de lo contrario, unsuperegistro. Sin embargo, las siempre muy vapuleadas estadsticas mexicanas hanresistido mejor de lo que se poda suponer las pruebas a que las han sometido losespecialistas. En el caso del exilio, siempre se pens que su nmero era mucho mayorque el registrado en las documentos oficiales mexicanos, pero los anlisis cada vezms acuciosos de diversas fuentes, han mostrado que los datos que desde los aosmismos de la llegada del exilio dio a conocer la Direccin General de Estadstica eranbsicamente certeros.

    Partiendo de este antecedente, quin sabe si la cifra de espaoles en Mxico quemuestra el censo de 1950, que hoy nos parece poco creble, no se deba tan slo a quehaya sido producto de un trabajo hecho con poco cuidado lo cual es muy posi-ble sino que tenga adems otras explicaciones. Revisando con ms detalle losresultados de este censo se puede observar que mientras en trminos generales lapoblacin espaola de Mxico disminuy en 30% con respecto a 1930, su presencia

    39 Ibidem.40 Ibidem.41 No es posible saber esta informacin para 1940 porque el censo que se levant en este ao

    slo consigna a los extranjeros por nacionalidad y no por lugar de nacimiento que es la variable ms tilpara conocer el movimiento de la poblacin espaola en Mxico.

    42 SALAZAR ANAYA D.: op. cit.

    169La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • en el Distrito Federal aument en 71,41% en estos mismos aos, al pasar de 15.259a 26.156. En otros trminos, el Distrito Federal pas de concentrar a un 52.88% dela poblacin espaola en 1930 a 69,67% en 1950, mientras Veracruz y Puebla luga-res de asentamiento tradicionalpasan, respectivamente, de 12,79% y 6% a 5,94% y4,72%. Si, como ya vimos, los espaoles refugiados tendieron a concentrarse muchoms en el Distrito Federal que la migracin tradicional, posiblemente estos datos nosindiquen que en estos aos, de 1930 a 1950, la que disminuy fue la presencia de losespaoles de la migracin tradicional, que no logr ser reemplaza a cabalidad con elreinicio de esta emigracin en los ltimos aos de la dcada de 1940. Por otra parte,tampoco es improbable que se haya dado, as sea modestamente, una disminucin dela poblacin refugiada por la va de la reemigracin. Sabemos que hubo refugiados quevivieron esta experiencia en algn momento43 y probablemente los aos inmediatosposteriores al trmino de la segunda guerra mundial, cuando el gobierno republicanoen el exilio, reestructurado en Mxico en 1945, se traslad a tierras francesas, fueran unmomento en el cual este proceso se viviera con una relativa mayor intensidad.

    Por otra parte, el aumento del 32,22% que presenta el censo de 1960 con res-pecto al de 1950, quiz no sea tan difcil de creer si lo inscribimos en el repunte dela emigracin a Iberoamrica que se vivi entre 1947 y 1960. Entre ambas fechas,segn lo muestra Valentina Fernndez Vargas44, el saldo neto de la migracin deespaoles a Iberoamrica fue de 430.647 y con toda seguridad un porcin lleg aMxico45. De cualquier manera, 1960 sera una cspide y tambin el principio del fin.Si bien en la dcada de los aos setenta hay un pequeo repunte con respecto a laanterior, cuestin a la que seguramente no fue ajena el auge petrolero, la tendenciade la presencia espaola en Mxico se mantuvo a la baja conforme nos acercbamosal fin del siglo XX.

    43 Indicios de este posible proceso de reemigracin, si bien con cifras relativamente reducidas, seencuentran dentro de la comunidad refugiada catalana. De ella sabemos que un poco ms del 4% de susintegrantes reemigraron de forma definitiva y otro casi 5,5% lo hizo por temporadas. PLA BRUGAT D.:Els exiliats..., pp. 308-309.

    44 FERNNDEZ VARGAS V.: Anlisis cuantitativo en Historia General de la Emigracin..., I, pp. 579-614.

    45 Valentina Fernndez Vargas afirma que para 1990 en Mxico vivan el 4% de los espaolesresidentes en Iberoamrica. Si esta cifra se pudiera extrapolar a 1960, significara que a Mxico pudie-ron haber llegado una porcin no desdeable de los espaoles que formaron esta oleada.

    170 Dolores Pla Brugat

  • II. HISTORIOGRAFA46

    A fines de la dcada de 1980, seis historiadores revisamos las bibliotecas de lacapital mexicana para ubicar cuanto hubiera registrado hasta entonces sobre extran-jeros en Mxico, a partir de que el pas logr su independencia. Entonces, de 812 ttu-los que pudimos localizar, casi la tercera parte (274) correspondan a espaoles. Perode estos 274, prcticamente dos terceras partes (184) correspondan a textos sobre elexilio, que para entonces estaba cumpliendo cuarenta aos de su establecimiento enMxico, mientras que de la emigracin tradicional que cumpla ya, al parejo que laindependencia del pas, 160 aos, slo podan localizarse, 90 ttulos. De stos, slo28 se referan y casi nunca como su inters principala la emigracin tradicionalen Mxico posterior a 1930.

    En la actualidad el panorama no es el mismo, pero en lo sustancial no se hamodificado. Las publicaciones de y sobre los refugiados, son con mucho las que ocu-pan el primer lugar en importancia en la historiografa sobre la presencia espaola enMxico, y si bien han aumentado las publicaciones acerca de la migracin tradicio-nal, stas se han referido bsicamente al siglo XIX y primeros aos del XX, por loque seguimos teniendo un gran desconocimiento de lo sucedido con esta emigracinen lo que resta del siglo.

    II.1. Los refugiados republicanos

    A fines de los aos setenta, en las bibliotecas de la capital mexicana se podanconsultar 138 ttulos acerca del exilio republicano. Cuatro se haban escrito en el aomismo de su llegada, 1939; cuarenta y seis ttulos ms fueron escritos en los aos cua-renta; treinta, en la dcada de los cincuenta; quince ms en los sesenta, y treinta ysiete en la dcada siguiente. De seis no se poda conocer el ao de publicacin, peropor su ttulo se poda deducir que eran anteriores a 1970. La gran mayora de esostextos se publicaron en Mxico (91%). Casi la mitad (43%) eran publicaciones de lospropios centros y organizaciones de los refugiados, en las que daban a conocer su

    46 La revisin historiogrfica que se hace a continuacin tiene, seguramente entre muchas otras,dos limitaciones: en el caso de las publicaciones hechas fuera de Mxico, slo se tratan aquellas de lasque por diversos medios se tiene noticia en nuestro pas y, por otro lado, se analizan bsicamente librosy slo en contadas ocasiones otro tipo de trabajos.

    171La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • funcionamiento, sus posturas polticas, reglamentos internos, informes, etctera, loscuales bien podan ser considerados fuentes primarias. El resto de los textos eran deinterpretacin y no pocos haban sido escritos por los mismos refugiados, aunqueel exilio espaol en Mxico tambin haba logrado interesar a mexicanos, a espao-les de la Pennsula y a personas de otras nacionalidades.

    El hecho de que la mayor parte de los ttulos hubieran surgido de la propiacomunidad refugiada pona en evidencia que se trataba de un grupo particularmen-te interesado en la conservacin de su memoria y que contaba con suficientes ele-mentos capaces para realizar esta tarea. Por otra parte, la gran abundancia de publi-caciones generadas por las instituciones del exilio pona de manifiesto que se tratabade una emigracin extraordinariamente organizada.

    Por otra parte, esta vasta bibliografa haba contribuido a la creacin de una ima-gen del exilio espaol en Mxico que pona el nfasis en la importante y voluminosaobra que haban llevado a cabo los refugiados en el mbito del conocimiento, tantoen las ciencias, como en las humanidades y el arte. Se haba consolidado, no sinrazn, la imagen de los refugiados como la de una emigracin de intelectuales y artis-tas, de hombres de conocimiento.

    Pero no siempre se pens en el exilio espaol como en una emigracin de elitesculturales. En el momento mismo de su llegada, y en medio de la encendida polmi-ca que sta gener en Mxico, apareci un folleto escrito por el general mexicanoAntoln Pia Soria en defensa de la poltica asumida por el presidente LzaroCrdenas47. Uno de los argumentos del general Pia fue que se trataba de una emi-gracin de trabajadores, sobre todo campesinos, de acuerdo con las instruccionesque Crdenas haba dado al respecto. Es ms, en este momento era mal vista la lle-gada de intelectuales y profesionales ya que se pensaba que podran ocasionar pro-blemas de competencia laboral con mexicanos.

    Pero la idea de que el exilio estaba constituido por trabajadores se abandonpronto. En 1950, a once aos de la llegada de los refugiados, el diplomtico mexica-no Mauricio Fresco public el libro La emigracin republicana espaola: Una victoria deMxico. En l escribi que el pueblo de Mxico fue el que recibi a la emigracinespaola ms valiosa de cuantas ha tenido hasta la fecha este pas; formada por unabrillante generacin de sabios, de investigadores, de artistas, de profesores, de hom-

    47 PIA SORIA A.: El Presidente Crdenas y la inmigracin de espaoles republicanos, Multgrafos SCOP,Mxico: 1939.

    172 Dolores Pla Brugat

  • bres de empresa, de idealistas, de filsofos, de obreros especializados48. Parademostrarlo, el autor se encarg de hacer el primer recuento, de los varios que luegose haran, de los hombres ms conspicuos de la emigracin y seal los diversos cam-pos de la vida mexicana en los que haban influido. Otro recuento parecido lo hizonueve aos ms tarde, en 1959, el refugiado Carlos Martnez en Crnica de unaEmigracin (la de los republicanos espaoles de 1939), libro que, amn del recuento, pre-senta una visin ms general del exilio49.

    Estos tres textos son seguramente los ms importantes que se publicaron sobreel tema en los primeros aos de la emigracin republicana en Mxico. No son aca-dmicos en un sentido estricto, y responden ms a un intento de justificacin que deexplicacin. Pero mientras Pia Soria basa su justificacin en el hecho de que se tratade una emigracin de trabajadores, los otros dos autores la encuentran de signoopuesto, en que se trataba de una emigracin de individuos altamente calificados. Talvez no es exagerado decir que el Estado mexicano, representado por Fresco, y losexiliados representados por Martnez, sentaron las bases de lo que habra de conver-tirse en la imagen definitiva del exilio que se sustenta en dos ideas centrales; la pri-mera, que ste era radicalmente distinto de la emigracin tradicional espaola aMxico, y, la segunda, que la mejor prueba de ello era la vasta obra realizada por losintelectuales desterrados violentamente de Espaa.

    Los acadmicos que se sumaron con su trabajo en un segundo momento a lalarga bibliografa sobre el tema, con pocas excepciones, encaminaron la mayor partede sus investigaciones, precisamente, hacia el conocimiento de esta obra. En la dca-da de los aos setenta aparecieron importantes trabajos apuntando en esta direccin:en particular el de la investigadora norteamericana Patricia Fagen, Transterrados y ciu-dadanos. Los republicanos espaoles en Mxico, publicado en espaol, en Mxico, en 1975y que estaba llamado a convertirse en un texto clsico sobre el tema, y la monumen-tal obra en seis volmenes, dirigida por Jos Luis Abelln y publicada en Espaainmediatamente despus de la muerte de Franco, El exilio espaol de 1939, si bien este

    48 FRESCO M.: La emigracin republicana espaola: Una victoria de Mxico, Editores Asociados, Mxico:1950, p. 9.

    49 Otros dos recuentos se hicieron sobre la obra impresa de los refugiados y sobre sus aporta-ciones en el campo de la medicina. El primero, publicado en 1950, es el de AMO J. y CHARMION S.(Comps.): La obra impresa de los intelectuales espaoles en Amrica, 1936-1945, Stanford University Press,California: 1950. El segundo es: SOMOLINOS DARDOIS G.: 25 aos de medicina espaola en Mxico, AteneoEspaol de Mxico, Mxico: 1966.

    173La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • ltimo no trata slo del exilio establecido en Mxico, sino de la dispora republicanaen su conjunto.

    En estos mismos aos aparecieron tambin otros dos textos importantes para elconocimiento del exilio republicano en Mxico: Ascensin H. de Len Portilla publi-c su Espaa desde Mxico. Vida y testimonio de refugiados, un conjunto de entrevistas rea-lizadas a distinguidos universitarios exiliados en Mxico, acompaado por una ampliaintroduccin de la autora, y sali de la imprenta la compilacin de documentos hechapor Jos Antonio Matesanz Mxico y la Repblica Espaola. Antologa de documentos, 1931-1977, que se ocupa de las relaciones entre Mxico y la Repblica espaola50.

    Al cerrarse la dcada de 1970 estos cuatro trabajos eran ampliamente conocidosy reconocidos en Mxico. En cambio, no lo eran tanto dos trabajos ms, el de LoisElwyn Smith, Mxico and the Spanish Republicans y el de Javier Rubio La emigracin de laguerra civil de 1936-1939. Historia del xodo que se produce con el fin de la II RepblicaEspaola. El primero, publicado por la Universidad de California en 1955, es el tra-bajo acadmico pionero sobre el tema y seguramente el primer intento de hacer his-toria social del exilio espaol en Mxico. El segundo, publicado en Espaa en 1977,tambin es en buena medida una historia social que llama particularmente la atencinpor la calidad y abundancia de sus fuentes, y no se limita al exilio establecido enMxico, sino que ofrece una visin de conjunto. Pero ya fuera porque el primeronunca se tradujo al espaol o, en el caso del segundo, por la antipata que despiertasu autor, quien dista de ser simpatizante de los republicanos y su exilio, ni estos librostuvieron la atencin que se merecan ni su enfoque el de la historia social tuvoseguidores.

    La dcada de los aos ochenta marca cambios pero tambin continuidades en labibliografa sobre el exilio. Se pueden localizar 42 ttulos publicados en estos aos.La mayora aparecieron en Mxico (79%), pero tendi a aumentar el nmero de lospublicados en el extranjero (21%), sobre todo en Espaa (17%). Se empez a mos-trar as una tendencia que contina hasta la fecha: el estudio del exilio se ha ido des-plazando progresivamente de Mxico a Espaa.

    En cuanto a las temticas, prevaleci en buena medida el inters por estudiar laobra de la elite. En 1982 apareci en Mxico un libro de destacada importancia, aus-

    50 Otra antologa importante se public en 1990: ENRQUEZ PEREA A.: Mxico y Espaa: solidari-dad y asilo poltico (1936-42), Secretara de Relaciones Exteriores, Mxico: 1990.

    174 Dolores Pla Brugat

  • piciado por la presidencia de Jos Lpez Portillo, El exilio espaol en Mxico, 1939-1982, que si bien es un enfoque general sobre el tema, la mayora de los trabajos queah se reunieron versan sobre la labor de los refugiados dentro de diversas discipli-nas. En la misma lnea se inscribira el trabajo compilado por Mara Luisa Capella, Elexilio espaol y la UNAM, publicado en 1987. Y, en cierta medida, tambin el libro deClara E. Lida con la colaboracin de Jos Antonio Matesanz, publicado en 1988, LaCasa de Espaa en Mxico, si bien la intencin principal de este texto fue sobre todo lahistoria de esta importante institucin cultural. Del otro lado del Atlntico, se publi-c en 1989 la obra colectiva coordinada por Jos Luis Abelln y Antonio Moncls,El pensamiento espaol contemporneo y la idea de Amrica, obra en dos volmenes, de lacual el segundo se dedica a analizar bsicamente la idea de Amrica de varios pen-sadores exiliados en diversos pases americanos.

    Pero en este mismo decenio se public tambin un libro que me atrevo a decirque marca una inflexin importante, La oposicin poltica al franquismo. De 1939 a 1952,del alemn Hartmut Heine. Traducido del ingls al espaol y publicado en Espaa en1983, este libro, si bien no tiene como objetivo nico al exilio, hace importantes con-tribuciones al conocimiento de la vida poltica de la emigracin republicana, asu-miendo una postura crtica avalada en un importante trabajo de fuentes.

    As, al finalizar la dcada de 1980 era posible observar que prevaleca el intersen la obra y el pensamiento de la lite del exilio y que, aunque en menor medida, sehaban dado pasos firmes en la historia poltica del exilio. En cambio, la historiasocial avanz poco en estos aos. Quiz la aportacin ms importante en este senti-do sean los cuatro libros que comparten el ttulo Palabras del Exilio (Contribucin a lahistoria de los refugiados espaoles en Mxico; Final y comienzo: el Sinaia; Seis antroplogos mexi-canos. Los que volvieron) fruto del proyecto de Historia Oral sobre los RefugiadosEspaoles en Mxico, iniciado en el Instituto Nacional de Antropologa e Historiade Mxico a fines de los aos setenta, y tambin mi propio libro, Los nios de Morelia,un estudio sobre los primeros refugiados espaoles en Mxico, publicado en 1985, acerca de losnios espaoles que llegaron a refugiarse en Mxico en 1937, basado tambin demanera fundamental en entrevistas.

    En la dcada de los noventa, siguiendo la tendencia que ya se anunciaba en laanterior, los principales trabajos se producen en Espaa. En el mismo ao de 1990se publica all un libro delicioso, Carretera de Cuernavaca, de Carlos Blanco Aguinaga.El autor, refugiado l mismo y quien saliera al exilio siendo un jovencito, no hace untrabajo de investigacin sino una obra literaria que resulta uno de los textos que

    175La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • mejor muestran, en su diversidad, al exilio en Mxico, y que es una mirada del exilioque se toca con una historia social del mismo51. Y esta dcada que tan bien empez,se ha resuelto en otros trabajos de gran calidad. Al ao siguiente aparecieron tambinen Espaa dos libros referidos al exilio en Amrica, el coordinado por Jos MaraNaharro-Caldern, El exilio de las Espaas de 1939 en las Amricas: adnde fue la cancin?,y el compilado por Nicols Snchez Albornoz, El destierro espaol en Amrica: un tras-vase cultural, ambos trabajos destacados, abundan asimismo en la hasta ahora princi-pal lnea de investigacin sobre el exilio. En 1997 se public el trabajo de InmaculadaCordero Olivero, Los transterrados y Espaa: un exilio sin fin, acerca de la imagen que deEspaa se ha tenido en Mxico y cmo en ella incidieron los refugiados, y el deFrancisco Caudet, Hiptesis sobre el exilio republicano espaol de 1939, que como bienapunta la especialista del tema Alicia Alted en el prlogo, es a la vez un trabajo his-toriogrfico, un ensayo y un estudio de crtica literaria, para ver al exilio republicanoen su conjunto si bien hace nfasis en el exilio mexicano con una mirada de laque no est ausente la crtica . Este mismo ao se public un nmero especial deTaifa. Publicacin trimestral de literatura, bajo la direccin de Manuel Aznar y con el ttu-lo Monogrfico sobre el exilio espaol en Mxico (1939-1977), que si bien tiene como temacentral a la literatura, se ocupa tambin de msica, artes plsticas, teatro y cine. Enlos aos noventa tambin se publicaron los trabajos presentados en dos reuniones deespecialistas, una en Espaa y otra en Mxico, cuyo ttulo comn es Los refugiados espa-oles y la cultura mexicana.

    En esta dcada aparecen tambin textos con intereses muy puntuales, como elde Francisco Giral, Ciencia espaola en el exilio (1939-1989).. El exilio de los cientficos espa-oles, o la investigacin de Pilar Domnguez Prats, Voces del exilio. Mujeres espaolas enMxico (1939-1950)52. Pero sin lugar a dudas, lo que se ha estudiado con ms intersdesde Espaa es la literatura del exilio. En 1992 apareci el trabajo de FranciscoCaudet, El exilio republicano en Mxico : las revistas literarias, 1939-197153, en 1997 y 1998,

    51 La obra propiamente literaria que se ocupa del exilio es muy abundante y merece un estudioparticular. En esta ocasin me atrevo a mencionar el libro de Blanco Aguinaga porque me parece espe-cialmente importante.

    52 Acerca de las mujeres refugiadas aparecieron en estos aos otros dos libros, stos de carcter mstestimonial: Nuevas races. Testimonios de mujeres espaolas en el exilio, Joaqun Mortiz, Mxico: 1993, y Mdulasque han gloriosamente ardido (El papel de la mujer en el exilio espaol), Claves Latinoamericanas-Ateneo Espaolde Mxico, Mxico: 1994.

    53 CAUDET F.: El exilio republicano en Mxico: las revistas literarias, 1939-1971, Fundacin BancoExterior, Madrid: 1992.

    176 Dolores Pla Brugat

  • Eduardo Mateo Gambarte public dos trabajos sobre los literatos de la segundageneracin del exilio mexicano54. Mencin especial merecen en este rubro los estu-dios que se hacen alrededor de GEXEL (Grupo de Estudios del Exilio Literario),con sede en la Universidad Autnoma de Barcelona, bajo la direccin de ManuelAznar Soler55.

    En Mxico aparecen tambin varios ttulos en los aos noventa, y la revisin delos mismos parece poner de manifiesto que es desde este lado del Atlntico dondese analiza el exilio desde enfoques ms diversos. La Universidad Nacional Autnomade Mxico public en 1991 una serie de ensayos que, en 1989, en el marco de la con-memoracin del 50 aniversario del exilio, haban sido escritos por diversos autoresanalizando la presencia del exilio republicano en la UNAM56. En 1992, VctorAlfonso Maldonado public Las tierras ajenas. Crnica de un exilio, que ofrece informa-cin novedosa e interesante sobre los primeros tiempos del exilio y en especial des-taca la labor de Mxico en el auxilio a los refugiados. Apareci tambin un libro msde la serie Palabras del Exilio, el de Elena Aub, Historia del ME/59. Una ltima ilusin,acerca del movimiento poltico que en 1959 reuni a la refugiados y sus descendien-tes en una tarda esperanza de recuperacin de Espaa. El ao siguiente, 1992, apa-rece el trabajo de Mara Mercedes Molina Hurtado, En tierra bien distante. Refugiadosespaoles en Chiapas, que es el primer intento importante de abordar la presencia de losrefugiados en la provincia57. Ya para terminar el siglo, en 1999, aparecen dos librosms, el libro de Jos Antonio Matesanz Las races del exilio: Mxico ante la guerra civilespaola, 1936-1939, texto capital para entender las relaciones entre Mxico y Espaaen el tiempo de la guerra civil y la gnesis del exilio, y el mo propio Els exiliats cata-lans : un estudio de la emigracin republicana espaola en Mxico, que si bien hace nfasis enla presencia catalana, quiere ser bsicamente una historia social del exilio. En l, seretoma lo ya aportado en este sentido por la historiografa hasta el momento y seincorpora informacin novedosa proveniente de fuentes primarias buena parte de

    54 Diccionario del exilio espaol en Mxico : de Carlos Blanco Aguinaga a Ramn Xirau, Eunate, Pamplona:1997, 314 p., y Literatura de los nios de la guerra del exilio espaol en Mxico, Pags Editors/Universitat deLleida, Lleida: 1996.

    55 Entre sus aportaciones pueden mencionarse El exilio literario espaol de 1939 y Las literaturas delexilio republicano de 1939, donde se renen los trabajos presentados a dos congresos sobre la materia.

    56 Cincuenta aos del exilio espaol en la UNAM, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico:1991.

    57 MOLINA HURTADO M. M.: En tierra bien distante. Refugiados espaoles en Chiapas, Gobierno delEstado de Chiapas, Mxico: 1993.

    177La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • ellas, entrevistas a los propios refugiadospara dar una visin del exilio que pone elnfasis en el proceso migratorio propiamente dicho (se intenta precisar cuntos yquines fueron los refugiados, y cules fueron las vas del exilio), en el hecho, casinunca enfocado con la importancia que merece, de que se trat de una emigracinorganizada y autofinanciada, y se pasa revista a las formas de insercin econmica ysocial del exilio en Mxico.

    Asimismo, tambin en Mxico aparecen trabajos que se ocupan de facetas y sec-tores muy puntuales del exilio en tierras mexicanas, tales como los artistas plsticos58,las neurociencias59, la msica60 y la arquitectura61. Pero quiz tambin de este ladodel Atlntico, el principal nfasis est puesto en la literatura. En este rubro destacanlos esfuerzos hechos para el rescate y difusin de la letras del exilio desde El Colegiode Mxico, encabezados por James Valender, y que estn desembocando en la SerieLiteratura del Exilio Espaol62.

    Por otra parte, es necesario destacar que a raz de la reinstauracin de la demo-cracia en Espaa, se ha incrementado notablemente el inters por parte de las auto-nomas que la componen por recuperar su propio exilio y a sus propios refugia-dos. Este inters ha sido particularmente notorio, hasta donde tenemos noticia enMxico, en Catalua y Valencia.

    Pero, al menos en el caso cataln, esta historiografa viene de ms lejos. Tanpronto como 1949 se public en Mxico el trabajo del escritor refugiado Manuel

    58 CABAAS BRAVO M.: Artistas contra Franco : la oposicin de los artistas mexicanos y espaoles exiliados alas bienales hispanoamericanas de arte, Instituto de Investigaciones Estticas, Universidad NacionalAutnoma de Mxico, Mxico: 1996.

    59 FERNNDEZ GUARDIOLA: A.: Las neurociencias en el exilio espaol en Mxico, Fondo de CulturaEconmica, Mxico: 1997.

    60 RUIZ ORTIZ: X.: Rodolfo Halffter. Antologa, Introduccin y catlogos, Centro Nacional de Investigacin,Documentacin e Informacin Musical Carlos Chvez, Mxico: 1990.

    61 Tal es el inters de la tesis de doctorado de CUETO RUIZ-FUNES J. I. de: Arquitectos espaoles exi-liados en Mxico, su labor en la Espaa Republicana (1931-1939) y su integracin en Mxico, presentada en laUniversidad Politcnica de Catalua. Escuela Tcnica Superior de Arquitectura de Barcelona, en 1996,pero de autor mexicano descendiente de refugiados.

    62 Entre ellos se puede mencionar: Ultramar: revista mensual de cultura, Centro de EstudiosLingsticos y Literarios, El Colegio de Mxico, Fondo Eulalio Ferrer, Mxico: 1993; VV.AA. Poesa yexilio : los poetas del exilio espaol en Mxico, Fondo Eulalio Ferrer, Centro de Estudios Lingsticos yLiterarios, El Colegio de Mxico, Mxico: 1995; Homenaje a Mara Zambrano. Estudios y correspondencia, ElColegio de Mxico, Mxico: 1998, y ROJO LEYVA R. y VALENDER J. (Eds.): Las Espaas, Historia de unarevista del exilio (1946-1963), El Colegio de Mxico, Mxico: 1999.

    178 Dolores Pla Brugat

  • Andjar, La literatura catalana en el destierro. En 1963 se public, tambin en Mxico,un recuento, el de Antoni Peyr, Els metges catalans emigrats. En la dcada de los 70, lostrabajos historiogrficamente ms destacados se publican ya en Catalua. Apareceentonces el fundamental sobre la literatura catalana en el exilio, de Albert Manent,publicado en Barcelona en 197663. Y dos ms sobre el exilio poltico, el de MiquelFerrer64 y el de Joan Sauret65, publicados ambos en Barcelona en 1977 y 1979, res-pectivamente. En los aos de 1980 se insiste desde Catalua en el estudio de las letrascatalanas del exilio. Se publican al menos tres trabajos al respecto, dos de AlbertManent y Joan Crexell y uno de Josep Maria Balcells66.

    En los aos noventa aumenta considerablemente el nmero de publicaciones yal igual que con el exilio en su conjunto, definitivamente en este momento el interspor el exilio cataln ha cambiado de lugar, se manifiesta sobre todo en Catalua y enmucho cuenta con el apoyo de instituciones oficiales. Tambin al igual que sucedecon los estudios del exilio en su conjunto, los del exilio cataln tienden a recurrir alas temticas ya abiertas con anterioridad. Se sigue trabajando en la historia polticadel exilio en 1991 aparece el libro de Daniel Daz Esculies, El catalanisme poltic alexili y se avanza en el conocimiento de la obra de la lite. En esta ltima direc-cin destacan un trabajo dedicado a los mdicos del exilio67, otro ms a los maes-tros68 y, nuevamente, las letras ocupan un lugar preponderante. Destaca en este sen-tido el trabajo de Teresa Frriz quien, primero desde Mxico y despus en Cataluay formando parte de GEXEL, se ha ocupado del estudio de la literatura y el trabajoeditorial de los catalanes refugiados en Mxico.

    Para finalizar con la revisin de lo publicado en la dcada actual hay que men-cionar un par de trabajos dedicados precisamente al exilio cataln en Mxico, de dosescritores que estuvieron refugiados en esta repblica. En 1993 apareci enBarcelona el libro de A. Blad i Desumvila, De lExili a Mxic, reunin de diversos

    63 MANENT A.: La literatura catalana a lexili, Curial, Barcelona: 1989.64 FERRER M.: La Generalitat de Catalunya a lexili, Aym, Barcelona: 1977.65 SAURET J.: Lexili poltic catal, Aym, Barcelona: 1979.66 MANENT A. y CREXELL J.: Bibliografia catalana del anys ms dificils, 1939-1943, Publicaciones de

    lAbadia de Montserrat, Barcelona, 1988; MANENT A. y CREXELL J.: Bibliografia catalana: cap a la represa,1944-1946, Publicaciones de lAbadia de Montserrat, Barcelona: 1989 y BALCELLS J. M.: Revistes del cata-lans a las Amriques, Generalitat de Catalunya, Barcelona: 1988.

    67 PUCHE MANAUT A.: Els metges catalans exiliats a Mxic, Tesis presentada en la Universitat deBarcelona: 1994.

    68 MARQUS S.: L exili dels mestres, 1939-1975, Universitat de Girona, Girona: 1995.

    179La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • textos del autor escritos en distintos momentos, afortunado collage de crnicas, tes-timonios, memorias y biografas que, ms cerca de la literatura que de la historiogra-fa, da como resultado una fresca visin del exilio cataln en Mxico. En 1994 sepublic el libro de Vicen Riera Llorca, Els exiliats catalans a Mxic. A medio caminoentre la autobiografa, las memorias y el trabajo historiogrfico, es un esfuerzo mssistemtico por acercarse al exilio cataln en Mxico. Partes substanciales de esteescrito son las que se ocupan de las publicaciones y de otras actividades culturales ytambin de las instituciones catalanas en el exilio mexicano. Y en 1999, aparece,como ya se mencion, mi libro Els exiliats catalans. Un estudio de la emigracin republica-na espaola en Mxico.

    Despus de los catalanes, quien ms inters han mostrado en recuperar a suspropios refugiados han sido los valencianos. En Mxico, hemos podido conocer lossiguientes resultados de este esfuerzo: el de Santi Corts, El valencianisme republic alexili, publicado por la Generalitat Valenciana en 1993; el de Albert Girona y Ma.Fernanda Mancebo, publicado en 1995, que rene una serie de trabajos presentadosoriginalmente al congreso que da ttulo al libro, El exilio valenciano en Amrica, obra ymemoria, y en 1994 Jos Ignacio Cruz public La Educacin republicana en Amrica(1939-1992). Maestros y profesores valencianos en el exilio.

    Analizando las investigaciones ms recientes se puede observar que, como ya semencion, el estudio del exilio a ido recayendo cada vez ms en investigadores espa-oles en la Pennsula69. Pero si bien con el paso del tiempo el estudio del exilio hacambiado de centro y ha pasado de Mxico a Espaa, la orientacin y el enfoque delas investigaciones ha prevalecido, se sigue privilegiando el estudio de la obra reali-zada por la elite del exilio70.

    69 Un botn de muestra al respecto puede ser el hecho de que a mitad de los aos noventa sefundara en Espaa la Asociacin para el Estudio de los Exilios y Migraciones Ibricas Contemporneos(AEMIC). Aunque esta asociacin pretende reunir a los investigadores de diversas nacionalidades quese ocupan tanto del exilio como de otras migraciones, el hecho es que la mayora de sus afiliados sonespaoles que se ocupan singularmente del exilio de la Guerra Civil. En un listado de investigadores quepresent dicha Asociacin en 1998, de 41 que se registran, al menos 32 se ocupan del exilio, y de ellos27 (82%) son espaoles. Investigadores sobre Exilios y Migraciones Ibricos Contemporneos (IParte) en Migraciones & Exilios. Boletn de la Asociacin para el Estudio de los Exilios y Migraciones IbricosContemporneos, (Madrid): 3, (1998), pp. 10 y 11.

    70 De acuerdo con el listado que acabamos de mencionar, de las investigaciones en marcha quese daban a conocer, 21 (66%) se centran en diversos aspectos de la obra realizada por la lite de la emi-gracin.

    180 Dolores Pla Brugat

  • Hay razones de peso para que la mayor parte de los trabajos realizados y actual-mente en marcha tanto sobre el exilio en su conjunto como el exilio en Mxico versensobre la obra desplegada por la porcin ms ilustrada de los refugiados. Visto desdeEspaa, el poner el inters en la obra de la elite republicana en el exilio es un intentode recuperar algo muy importante que la dictadura de Franco le neg al pas obligan-do a exiliarse a muchos de sus ms importantes pensadores, cientficos y artistas. Quizno siempre ser posible esta recuperacin: habr partes de la obra de este exilio quepodrn rescatarse en favor de la memoria espaola, pero otras no. Entre las primerasseguramente est la literatura. Escrita casi siempre pensando en el pblico del pas deorigen, por fin, despus de muchos aos, los escritores refugiados podrn encontrar asus lectores. Pero me parece que muy diferente es el caso de otras disciplinas. Las cien-tficas, por ejemplo, parecen irrecuperables; los verdaderos herederos de la obra reali-zada en este campo por los refugiados, no son ni podrn ser los espaoles, sino losdiscpulos que los especialistas formaron en sus pases de acogida. En este sentido, lonico que se puede hacer desde Espaa es el inventario de las prdidas. Tambin sepuede entender el inters por la historia poltica del exilio. Conocer la historia mismade Espaa es imposible si falta esta parte. Como dira el historiador Hartmut Heine, aldesbrozar los motivos de la larga duracin de la dictadura franquista, es inevitable ynecesario advertir la funcin que en ello tuvo el exilio, por ejemplo.

    Visto desde Mxico, la razn fundamental es que la obra de la porcin ms dis-tinguida del exilio tuvo una importante y muy notable incidencia en la vida del pas.Seguramente no es exagerado decir que no hay mbito de la vida cultural y cientficamexicanas en la que los exiliados no tuvieran un impacto positivo. Cuando uno ter-mina de leer, por ejemplo, La Casa de Espaa en Mxico o El exilio espaol en Mxico, 1939-1982, la impresin que queda es de verdadero asombro ante la magnitud y variedad dela obra realizada. Cmo no interesarse, entonces, en esta vertiente del exilio. Cmo noentender, tambin, que tanto el Estado mexicano como los propios refugiados y susdescendientes, se adscriban a esta parte de la historia del exilio que, por un lado, justi-fica ms que ampliamente la decisin que Mxico tom de abrir las puertas a los refu-giados y, por otro, muestra cmo el exilio ha pagado la generosidad mexicana.Tampoco es de extraar que haya despertado inters el estudio del papel de Mxicofrente a la Guerra Civil espaola y el exilio, pues constituye un captulo impecable, silos hay, de la diplomacia internacional y, tambin, de la solidaridad inteligente.

    Pero quiz est llegando la hora de, sin abandonar los terrenos y caminos en losque ya se ha incursionado y sobre los que falta mucho por hacer, se ahonde en otros.

    181La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • El exilio espaol que se estableci en Mxico, si bien fue una migracin selecta, distde ser una migracin de intelectuales. Los intelectuales, artistas, maestros, catedr-ticos y profesionales, a los que se han dedicado mayoritariamente los investigadores,si bien constituan una porcin importante del exilio el 28% del total distaronde conformar la mayora del mismo. Del restante 72% por ciento, los refugiados delcomn, sabemos muy poco. Pareciera que este otro sector del exilio, que mostra-mos siempre, precisamente, para ilustrar la tragedia de esta migracin forzosa a tra-vs de las fotografas del paso de la frontera hispano-francesa, de las campos de con-centracin franceses, o del arribo de los vapores a Mxico, pierde todo inters unavez establecido en tierras mexicanas.

    A esta asignatura pendiente se suman otras, como el hecho de no haber estu-diado, en la profundidad que merecen por su importancia y por la documentacinque dejaron, los organismos de ayuda del propio exilio, sin los cuales es impensablesu presencia en Mxico, y que constituyen, sin lugar a dudas, una caracterstica pro-pia del exilio espaol que lo diferencia de casi todos los otros. La llegada de los refu-giados a Mxico, lejos de ser una aventura personal y azarosa fue un proceso extraor-dinariamente organizado gracias a los organismos de ayuda y a los importantes recur-sos econmicos con los que ste contaba71.

    Tampoco se ha estudiado por mencionar una tercera tarea pendiente esteexilio, en el marco de la larga relacin hispano-mexicana, y es necesario hacerlo por-que si bien se recibi a estos hombres y mujeres en tanto que refugiados en desgra-cia, nunca se perdi de vista, desde el gobierno y la sociedad mexicana, que eran, ade-ms, espaoles. Y ello, sin duda, tuvo mucho que ver con las formas con las que seinsertaron en Mxico y se vincularon con la sociedad receptora.

    II.2. Los otros espaoles

    Frente al panorama que acabamos de bosquejar, referido al exilio, el estudio delos espaoles no refugiados se muestra extraordinariamente magro. Por principio decuentas destaca el hecho de que los antiguos residentes prcticamente no escribieron

    71 Algunas estimaciones hacen ascender estos recursos, con los que se habra de atender a alrede-dor de 18.000 personas, al equivalente al 10% del presupuesto de gobierno mexicano para 1939, y todohace suponer que en la realidad debieron haber sido mayores. PLA BRUGAT D.: Els exiliats... p. 248.

    182 Dolores Pla Brugat

  • sobre s mismos. La conformacin de este subgrupo, tan radicalmente distinta a lade los refugiados, es seguramente la principal explicacin de por qu no pudieron ono supieron hacerlo. Y si bien la antigua colonia espaola en Mxico cont en algnmomento con intelectuales orgnicos encargados de ensalzarla o de contribuir a laconservacin de su propia memoria como grupo, para los aos que nos interesaestos individuos han prcticamente desaparecido del panorama.

    Decamos en pginas anteriores que a fines de la dcada de 1980 localizamos enbibliotecas de la ciudad de Mxico 28 textos que se referan, as fuera tangencial-mente, a la migracin espaola tradicional a Mxico posterior a 1930, pero una revi-sin reciente hace ascender este nmero a 32. De ellos, seis se publicaron en los aostreinta; ocho en los aos de 1940; tres en la dcada de 1950; cinco en los sesenta;siete en los setenta y tres los ochenta. De los 32 ttulos, ms la mitad (17) son, enriguroso sentido, fuentes primarias, se trata sobre todo de directorios, documentospublicados y un anuario, o bien de materiales biogrficos o relativos a homenajes apersonajes importantes de la colonia espaola, y an de un texto novelado. Siete tex-tos ms estn asimismo muy cerca de ser fuentes, se trata sobre todo de panegricosde la emigracin, que si los presento por separado es debido, sobre todo, a que losautores consideran que hacen un trabajo de interpretacin. Slo ocho son trabajosque hacen un intento serio de interpretacin o son decididamente acadmicos.

    De estos ocho, dos se publican en los propios aos treinta. En 1932, Juan deDios Bojrquez, poltico mexicano quien en estos aos estaba al frente delDepartamento Autnomo de Estadstica, public La inmigracin espaola en Mxico.Conferencia sustentada ante el grupo cultural Jovellanos del Centro Asturiano de Mxico, el dadomingo 25 de septiembre de 1932, donde expone una visin de conjunto de la presen-cia espaola en Mxico, pero sobre todo aporta datos estadsticos de esta presenciaen la dcada de 1920 y principios de la siguiente. El otro trabajo es el de Juan PosadaNoriega espaol el mismo, socialista, segn afirma, y seguramente residente enMxico, Mxico y Estados Unidos (Espaa y el Japn), publicado en Mxico en 1939,donde despus de reflexionar sobre las relaciones Mxico-Estados Unidos se ocupade los espaoles residentes en Mxico en estos aos.

    En la siguiente dcada aparece, tambin en Mxico, el libro de Alberto MaraCarreo, Los espaoles en el Mxico independiente : un siglo de beneficencia, donde pasa revis-ta, como indica el ttulo, a la labor de beneficencia realizada por los espaoles enMxico a partir de que el pas inicia su vida independiente, pero slo en la ltimaparte se ocupa de los realizado en este sentido en los aos treinta. En los aos cin-

    183La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • cuenta aparece otro trabajo sobre el mismo tema, el de Pablo Lorenzo Laguarta,Historia de la Beneficencia Espaola en Mxico, si bien ste arranca desde la Conquista, alfinal se ocupa de personalidades e instituciones todava vigentes en los aos treinta.En los aos sesenta aparece un trabajo acerca del periodismo espaol en Mxico deArmando de Maria y Campos, Resea Histrica del periodismo espaol en Mxico (1821-1932), que, como su ttulo indica, se ocupa as sea tangencialmente del perodo queaqu nos interesa.

    Es hasta la siguiente dcada, en 1979, cuando se publica un trabajo fundamen-tal para el conocimiento de los espaoles en Mxico para el periodo que nos ocupa,el coordinado por el antroplogo ingls Michael Kenny, Inmigrantes y refugiados espao-les en Mxico (siglo XX). Esta investigacin se inscribe dentro de un proyecto mayorque se inici por aquellos aos sobre las minoras tnicas no indgenas en Mxico, yde l quiero destacar al menos dos novedades metodolgicas: que rene como unmismo objeto de estudio a migrantes tradicionales y refugiados, como el ttulo indi-ca, si bien, an desde el ttulo fue, al parecer, inevitable, mencionarlos separadamen-te; y pone en el centro del estudio el hecho de que el asunto a tratar es un procesomigratorio, cuestin que constantemente se omite en los estudios sobre todo del exi-lio. Adems de la interesante reflexin metodolgica de Kenny, que abre el libro, lostrabajos que lo integran son mayoritariamente de autoras descendientes de espao-les, antiguos residentes y refugiados72, y los textos ms de antropologa que de his-toria constituyen bsicamente una mirada profunda e inteligente hacia el interiordel propio grupo. Por ejemplo, as se abordan las dos principales preocupaciones delos autores: las formas de insercin econmica se explican bsicamente a partir delas relaciones al interior, y el proceso de asimilacin se entiende fundamentalmentecon referencia a las formas, institucionales o no, que se han dado estos migrantespara su organizacin. Tal vez el principal pero que se le puede poner a este traba-jo es que le falta una mayor comprensin del contexto histrico mexicano en el queel grupo acta necesariamente. Entender a los espaoles ms en funcin de lo quesucede en Mxico habra enriquecido este trabajo de por s importante y, hoy por hoy,un clsico sobre el tema.

    72 GARCA ACOSTA V.: La integracin econmica de los espaoles en la ciudad de Puebla y losasturianos en el Distrito Federal, ICAZURIAGA C.: Espaoles de Veracruz y vascos del Distrito Federal:su ubicacin en la estructura econmica de Mxico, SUREZ C. E.: Organizacin social y socializacinde los espaoles en las ciudades de Mxico y Tehuacn y ARTIS G.: La organizacin social de los hijosde los refugiados en Mxico D.F.

    184 Dolores Pla Brugat

  • Para la dcada de 1980, el principal trabajo que se public, en 1984, es Historiade dos orgullos del historiador mexicano Jos Fuentes Mares73, que se ocupa de las rela-ciones entre Espaa y Mxico durante los aos de 1910 a 1979, y si bien su intersno es propiamente la presencia espaola en Mxico, no deja de ocuparse de ella: parael perodo que nos interesa, se refiere a cmo la colonia espaola se vio afectada porla reforma agraria y, despus, a la postura de Mxico hacia la guerra civil espaola yel exilio.

    Pero es en los aos noventa cuando se dan a conocer un conjunto de trabajosde primera importancia. A mediados de la dcada se presenta en Espaa la tesis dedoctorado de Concha Pando Navarro, La colonia espaola de Mxico, 1930-194074, trabajo hasta hoy aparentemente indito pero que incluyo en el recuentoporque sin duda es una aportacin relevante. Bien documentado en materiales dearchivo tanto espaoles como mexicanos, este trabajo, revisa las relaciones Espaa-Mxico en la dcada de 1930 y la postura del gobierno mexicano ante la guerra civilen Espaa. Analiza tambin con cuidado las cifras a que ascendan tanto los anti-guos residentes como los refugiados y describe, en captulos por separado, a amboscolonias y las relaciones casi siempre rspidas en estos aos, pero no del todoinexistentes, entre una y otra.

    Tambin desde Mxico se han hecho importantes aportaciones al tema. En 1992se public el libro del historiador mexicano Ricardo Prez Montfort, Hispanismo yFalange. Los sueos imperiales de la derecha espaola, en l se revisan las relaciones Mxico-Espaa para las dcadas de 1920, 1930 y 1940, pero desde un mirador especfico: elpensamiento de la derecha espaola y su impacto en Mxico. Si bien este trabajo,como otros que hemos mencionado, tampoco tiene como intencin central el estu-dio de la comunidad espaola de Mxico, inevitablemente se refiere a ella al analizarcmo sta se involucra o se ve involucrada en los esfuerzos que la derecha espaoladespliega en este lado del Atlntico.

    Al cierre del siglo, en el 2000, el mexicano Carlos Herrero, publica tres brevestrabajos biogrficos acerca de empresarios espaoles: Adolfo Prieto y Carlos Prieto.Fundidora de Monterrey. Una hazaa empresarial; Jernimo Arango, un empresario moderno y

    73 Con anterioridad este libro se haba publicado en Espaa en 1975, bajo el ttulo no aproba-do por el autor El tesoro del Vita

    74 La copia con la que cuento de este trabajo, no indica ni el ao de su presentacin ni en queuniversidad fue, pero se puede inferir que se present en la Universidad de Murcia

    185La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • Joaqun Surez y Surez y Manuel Surez y Surez. Una familia, varios caminos, muchas empre-sas, que en buena medida se desprenden de su tesis de doctorado presentada en laUniversidad Complutense de Madrid en 1998, Emigracin espaola a Mxico y for-macin de empresarios, 1910-1950, en la que justamente la construccin de bio-grafas de empresarios es una parte medular.

    Pero sin duda quien ms se a ocupado y aportado, desde Mxico, al tema yperiodo que nos interesa es Clara E. Lida a quien de deben tres trabajos sobre eltema. En 1994 coordin el libro Una inmigracin privilegiada : comerciantes, empresarios yprofesionales espaoles en Mxico en los siglos XIX y XX. En l la propia doctora Lida, conla colaboracin de Pilar Pacheco Zamudio, establece el perfil de la emigracin espa-ola a Mxico de 1821 a 1939, mismo que se enfatiza para el periodo que nos ocupa,con mi propio trabajo incluido en este libro Caractersticas del exilio espaol enMxico en 1939 y el de Leticia Gamboa Ojeda Los espaoles en la ciudad dePuebla hacia 1930. En 1997, la doctora Lida da a conocer Emigracin y exilio.Reflexiones sobre el caso espaol, donde rene diversos textos que abordan desde cues-tiones metodolgicas para el estudio de los espaoles, anlisis cuantitativos de la pre-sencia espaola en Mxico hasta mediados de la dcada de 1930, hasta el contrasteque implica la escasa presencia numrica de espaoles en Mxico frente a la induda-ble importancia de su presencia en la vida del pas, y el libro cierra con dos textosque son una reflexin acerca del prolongado contacto de los espaoles con Amrica.El trabajo ms reciente de la doctora Lida, ya mencionado y todava en prensa, es unacompilacin de textos reunidos bajo el ttulo Los espaoles en Mxico, de la guerra civil alfranquismo 1939-1950, en los que se muestra cmo la ausencia de relaciones diplom-ticas entre Mxico y la Espaa franquista no signific la inexistencia de diversas for-mas de intercambio entre ambos pases, El trabajo que en este libro se incluye, de lapropia Lida en colaboracin con Leonor Garca Mill, entre otras cosas pone demanifiesto cmo, contra lo que habitualmente se pensaba, se reanuda la emigracintradicional de espaoles a Mxico apenas terminada la segunda guerra mundial.

    No se puede pasar por alto que en 1992, en el marco de la conmemoracin delquinto centenario del descubrimiento de Amrica, aparece una obra que bien puedemerecer el calificativo de monumental, Historia General de la emigracin a Iberoamrica.Auspiciada por instituciones gubernamentales espaolas, escrita mayoritariamentepor especialistas peninsulares y publicada en Espaa, es una excelente sntesis, cons-truida con todo rigor, de la larga presencia de espaoles en Iberoamrica. Las sec-ciones del primer volumen, Repblica, guerra y exilio y ltimas oleadas y cierre

    186 Dolores Pla Brugat

  • del proceso, son de indudable inters y utilidad para el conocimiento de la presen-cia espaola en Mxico para el periodo que nos ocupa. El segundo y ltimo volumende este trabajo, se ocupa de lo que su ttulo indica: La emigracin a Iberoamrica atravs de sus orgenes regionales. El hecho de que se haya considerado adecuado ynecesario dedicarle todo un volumen la mitad de la obra, pone de manifiestohasta que punto se ha favorecido en los ltimos tiempos el enfoque regional.

    En este sentido, sobre los catalanes se public en 1989, en cataln y enBarcelona, el libro de Miquel Mart i Soler, lOrfe Catal de Mxic (1906-1986) que,como el ttulo lo indica, trata de reconstruir la historia de la principal institucin delos catalanes de Mxico. Y tambin en el marco del quinto centenario del descubri-miento de Amrica, hicieron los catalanes su propia aportacin, publicando los resul-tados de las IV Jornades dEstudis Catalano-Americans, que haban tenido lugar en199075, y el Diccionari dels catalans dAmrica76, publicados ambos en 1992. Por lo quese refiere especficamente a los catalanes en Mxico, en 1996 Toms Bru y Josep M.Muri i Roman, bajo la coordinacin de Jos Mara Muri, publicaron en Mxico conel apoyo del gobierno cataln, Diccionario de las catalanes de Mxico.

    Pero los catalanes no son los nicos ni los que ms se han ocupado del tema.Jess Canales Ruiz public, por ejemplo, Cien cntabros en Mxico, en 1990, enSantander, bajo auspicios gubernamentales. Pero quienes ms se han interesado porsus migrantes a tierras mexicanas han sido los vascos. De ellos se ha publicado enMxico Trigo, tiempo y memoria. Molineros carranzanos de Mxico, de Mercedes GilSnchez, y Vascos, agricultura y empresa en Mxico. Rafael Arocena: la siembra empez enLa Laguna, publicados en 1998 y 1999, respectivamente, trabajos, ambos que se ocu-pan, al menos parcialmente del periodo que nos ocupa. Pero, sin duda, el trabajo msambicioso que se ha hecho en esta direccin es el coordinado por Amaya Garritz, yen el que colaboraron historiadores de ambos lados del Atlntico, Los vascos en lasregiones de Mxico. Siglos XVI al XX que, presentado en cinco volmenes, incluyevarios trabajos importantes acerca de los espaoles en el perodo que aqu interesa,de ellos tres tratan de los exiliados republicanos vascos en Mxico, otros tres de vas-cos en el mbito del comercio y la industria, y tres ms analizan en detalle la dinmi-ca de la emigracin vasca, con especial nfasis en la comunidad baztanesa de Mxico.

    75 IV Jornades dEstudis Catalano-Americans, Generalitat de Catalunya, Barcelona: 1992.76 Diccionari dels catalans dAmrica, Comissi Amrica i Catalunya, Barcelona: 1992.

    187La presencia espaola en Mxico, 1930-1990. Caracterizacin e historiografa

  • 188 Dolores Pla Brugat

    Como ya mencion, lo primero que llama la atencin de la bibliografa sobre lamigracin tradicional de espaoles a Mxico, es que sea tan escasa. Y tambin frag-mentaria. Conocemos algunos aspectos los estadsticos, por ejemplo, sobre losespaoles de determinados orgenes regionales que no son necesariamente los msimportantes, pero difcilmente se podra intentar con lo que hasta hoy sabemosconstruir una imagen del conjunto. Es cierto que para los aos de los que nos ocu-pamos aqu, est pasando ya el momento de ms esplendor de esta migracin, perosu presencia sigue siendo muy importante. Por ello este relativo vaco historiogrfi-co quiz haya que buscarlo en otras partes.

    Desde Mxico, habra que considerar que el inters por el estudio de sus extran-jeros es relativamente reciente y que, cuando lo ha habido, ste se ha manifestado enbuena medida en los descendientes de los migrantes como ha sido el caso, porejemplo, de los judos y los libaneses; miembros de las segunda y tercera genera-ciones que se han incorporado a actividades intelectuales, han elegido como uno desus temas de estudio la reconstruccin de la memoria de sus grupos de origen. Esteno es el caso de los antiguos residentes, cuyos descendientes se han incorporadomayoritariamente al mbito laboral de sus padres y abuelos. Dicho de otra manera,los antiguos residentes no han contado entre sus filas con individuos capaces dealimentar sistemticamente la memoria del grupo. Por otra parte, cuando la historio-grafa mexicana se ha ocupado de ellos el inters principal no ha sido el estudio dela colonia, sino que se les ha incorporado en estudios que tiene otras intenciones,tales como el estudio del comercio, de ciertos sectores de la industria, o bien comoparte de la relacin Mxico-Espaa. Desde Espaa, seguramente el que de la nume-rosa emigracin a Latinoamrica llegara a Mxico slo una porcin muy modesta, hahecho que las miradas y el inters de los estudiosos no se dirijan a Mxico sino aaquellos pases que fueron preferidos por los migrantes.

    Seguramente sera exagerado e injusto decir que sobre el tema que nos ocupaest todo por hacer, pero s podemos decir que falta mucho. Algo sabemos ya de lapresencia de la emigracin tradicional espaola hasta la dcada de los treinta, peroprcticamente nada, en cambio, de la que quiz podemos llamar la ltima oleada deesta migracin, la que iniciada a fines de la dcada de 1940 termina en 1960, cuandola migracin espaola se dirigir masivamente hacia los pases europeos abandonan-do as el que fuera uno de sus destinos por largos aos, la otra orilla del Atlntico.