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El análisis propuesto en el título se hará sobre el cuento La verdad sobre el caso de M. Valdemar. Barthes advierte sobre cierta divergencia a cerca del estatuto científico de la semiología. Puesto que en esta -como en el caso a seguir ahora- un análisis buscará un modelo narrativo, una suerte de gramática del Relato (la mayúscula aquí usada connota lo estructural). Se considera el texto como proceso de significaciones "en trabajo" (de algún modo, móviles), texto que, como en el caso de este cuento, está empalmado sobre otros textos u otros códigos que muestran la intertextualidad, proceso, social, histórico y citacional. El análisis que se practicará aquí, a diferencia del estructural (aplicado al relato oral) se aplica al texto escrito. Barthes, por cuestiones de extensión, refiere que lleva a cabo ese trabajo sobre un texto completo de Balzac, en su libro S/Z. Lo que se hace en este análisis es tomar un texto y clasificar "sin rigor" "algunos de sus sentidos", "avenidas" del sentido como él mismo le llama. El análisis se basa, por esta falta de rigor, en reglas de manipulación y no en principios metodológicos, que presuponen un carácter positivista. Por otro lado, existiría un problema, una laguna, si ese análisis se basara en principios metodológicos. Por lo demás, valga decir, dejaría de lado el campo simbólico. Barthes corta el texto en segmentos contiguos y cortos (una frase, una porción de frases, o hasta cuatro frases), segmentos a los que llama lexias, que son significantes textuales; la lexia es arbitraria -se habló de manipulación-, es un recorte por el cual se observa la repartición de sentidos. Estos sentidos no son los de las palabras sino los de las connotaciones, es decir, los segundos sentidos, que pueden ser asociaciones como relaciones (puesta en relación de dos lugares, a veces muy alejados, del texto). Como lo muestran estas aclaraciones previas, este análisis no comportaría una explicación, a menos que se tome el término en su sentido etimológico: ex-plicación, como despliegue del texto. La explicación clásica de un texto es imposible teniendo en cuenta lo que se ha dicho y lo que Barthes dice después: el olvido de los sentidos forma parte de la lectura; esta especie de epistemología, si vale el término, del texto, lleva a este tipo de análisis; como bien refiere Barthes lo que se hace en el análisis (aunque el análisis es, digamos, más aplicado, estudioso) como en la lectura, es mostrar, ver, las partidas de los sentidos, por aquello de su estructuración en códigos, textos, de que dependen; el texto se (funda en) o arrastra la partida del sentido hacia otros textos. En este caso, el relato de Poe es tomado en la traducción de Baudelaire, tal como él lo presenta; esto no implica que no se haga alguna que otra referencia a la transformación que implica la traducción. Como se refirió, Barthes llama lexias a esa manipulación de fragmentos arbitrarios del texto estudiado. En este caso, tomará también por cuestiones de extensión, dos grupos de lexias (una al principio, y otra al final que se corresponden respectivamente con principio del cuento y con el final). Para no dar mayor extensión a esta reseña, reduciremos las lexias a los giros o palabras cabales que llevan a Barthes a la observación de los sentidos. Cabe aclarar, justamente que este último término (sentido) tiene una relación con el de vectorización, como se verá después, con el de campos comunicantes, de remisiones. La primera lexia es, por supuesto, el título: "La verdad sobre el caso de M. Valdemar". En principio, el título es un operador de marca del principio del texto lo que implica la cosificación del texto, (artefacto), o como dice Barthes, el texto mercancía. "Verdad" tiene una función anunciativa perteneciente al código retórico e incluso anuncia un enigma. El artículo "la" esclarece que se trata de una sola verdad. En inglés, este vocablo es "facts" (hechos) que posee un orden empírico; "verdad" (lo que Baudelaire traduce) es de orden hermenéutico, por ello remite al código simbólico más que al científico. Valga decir que el enigma es en sí mismo un código también (el código del Enigma); al hablarse de lo que va a decirse, propio de títulos como éste, se desdobla el lenguaje en dos capas, por lo tanto estamos en presencia del código metalingüístico. La "verdad" misma, como hemos visto antes, pertenece al código simbólico, y tal vez dentro de ello al metalingüístico. Sirva esto de ejemplo para datar que los códigos se entremezclan en un vocablo, giro o como llama Barthes, ex profeso, lexia. El anuncio (código retórico, metalingüístico) cumple una función aperitiva (generar el apetito del lector; apetito edípico bien pudiera llamarle Barthes) y por tanto implica una función suspensiva. En todo apetito hay un cese. Este "apetecible", como le llama Barthes, es término del código narrativo (y por ello mismo del retórico). "Valdemar", pertenece al código socioétnico (se comprobará que Valdemar es polaco). Por otro lado este apellido, significa "valle del mar", abismo oceánico, este sentido, este direccionamiento tan clásico en la vieja crítica literaria, pertenece al código simbólico. "M (onsieur)", tiene una función que reafirma la realidad social, el efecto de real y pertenece al código social. Lexia 2: "el caso provocó discusiones": Barthes observa que la posición del enigma se retarda (la "posición" remite a la formulación del enigma sin su develamientoparticipación destacable del código científico); no por ello no remite a lo sobrenatural: se diría, connota una historia fantástica (horrible, dice Barthes) cubierta por la coartada científica. De modo que aquí intervienen tanto el código cultural como el científico. Lexia 3: "mantener la investigación (en secreto)": estamos ante la presencia del código científico y tal vez policial ("investigación"). Los móviles que refieren porqué se guarda secreto sobre la investigación no se enuncian y por ende ese silencio desarrolla "el sentido" hacia dos códigos: el código científico (por la deontología científica): no quieren hacerlo público por una lealtad profesional, una prudencia; y el código simbólico: el secreto se guarda a manera de tabú sobre la "muerte viviente" de Valdemar (a través, como se sabe, de la hipnosis), que comporta algo "horrible", como gusta usar Barthes. Éste, además, advierte que desde el punto de vista de las acciones narrativas aquí se da la primera: la secuencia "en secreto" comportaría operaciones consecuentes. Lexia 4: "descrédito en el público ante lo que consideran un relato falso": se vuelve a plantear el enigma; la falsedad lo remite y además hace aquí anáfora con el título, donde se observa la connotación de error que está implícita en todo enigma. Lexia 5: "exponer los hechos": el énfasis del narrador en exponer los hechos supone dos códigos: la ley, deontología científica (es el tema mítico de oposición rumor-hecho) y cumple además la función de mantener el discurso de lo real, por ende, el primer código es el científico. El segundo, es el simbólico puesto que el narrador reclama el favor del hecho en la resolución del problema lo que comporta una sospecha de la significación y mutila lo real del suplemento simbólico, rechazando "la otra escena", el inconsciente. El inconsciente, aquí tratado así por Barthes, está comprendido en el código más amplio, es decir, el

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El análisis propuesto en el título se hará sobre el cuento La verdad sobre el caso de M. Valdemar. Barthes advierte sobre ciertadivergencia a cerca del estatuto científico de la semiología. Puesto que en esta -como en el caso a seguir ahora- un análisisbuscará un modelo narrativo, una suerte de gramática del Relato (la mayúscula aquí usada connota lo estructural). Se considerael texto como proceso de significaciones "en trabajo" (de algún modo, móviles), texto que, como en el caso de este cuento, estáempalmado sobre otros textos u otros códigos que muestran la intertextualidad, proceso, social, histórico y citacional. Elanálisis que se practicará aquí, a diferencia del estructural (aplicado al relato oral) se aplica al texto escrito. Barthes, porcuestiones de extensión, refiere que lleva a cabo ese trabajo sobre un texto completo de Balzac, en su libro S/Z.

Lo que se hace en este análisis es tomar un texto y clasificar "sin rigor" "algunos de sus sentidos", "avenidas" del sentido comoél mismo le llama. El análisis se basa, por esta falta de rigor, en reglas de manipulación y no en principios metodológicos, quepresuponen un carácter positivista. Por otro lado, existiría un problema, una laguna, si ese análisis se basara en principiosmetodológicos. Por lo demás, valga decir, dejaría de lado el campo simbólico. Barthes corta el texto en segmentos contiguos ycortos (una frase, una porción de frases, o hasta cuatro frases), segmentos a los que llama lexias, que son significantestextuales; la lexia es arbitraria -se habló de manipulación-, es un recorte por el cual se observa la repartición de sentidos. Estossentidos no son los de las palabras sino los de las connotaciones, es decir, los segundos sentidos, que pueden ser asociacionescomo relaciones (puesta en relación de dos lugares, a veces muy alejados, del texto). Como lo muestran estas aclaracionesprevias, este análisis no comportaría una explicación, a menos que se tome el término en su sentido etimológico: ex-plicación,como despliegue del texto. La explicación clásica de un texto es imposible teniendo en cuenta lo que se ha dicho y lo queBarthes dice después: el olvido de los sentidos forma parte de la lectura; esta especie de epistemología, si vale el término, deltexto, lleva a este tipo de análisis; como bien refiere Barthes lo que se hace en el análisis (aunque el análisis es, digamos, másaplicado, estudioso) como en la lectura, es mostrar, ver, las partidas de los sentidos, por aquello de su estructuración encódigos, textos, de que dependen; el texto se (funda en) o arrastra la partida del sentido hacia otros textos.En este caso, el relato de Poe es tomado en la traducción de Baudelaire, tal como él lo presenta; esto no implica que no se haga

alguna que otra referencia a la transformación que implica la traducción.Como se refirió, Barthes llama lexias a esa manipulación de fragmentos arbitrarios del texto estudiado. En este caso, tomarátambién por cuestiones de extensión, dos grupos de lexias (una al principio, y otra al final que se correspondenrespectivamente con principio del cuento y con el final). Para no dar mayor extensión a esta reseña, reduciremos las lexias a losgiros o palabras cabales que llevan a Barthes a la observación de los sentidos. Cabe aclarar, justamente que este último término(sentido) tiene una relación con el de vectorización, como se verá después, con el de campos comunicantes, de remisiones.

La primera lexia es, por supuesto, el título: "La verdad sobre el caso de M. Valdemar". En principio, el título es un operador demarca del principio del texto lo que implica la cosificación del texto, (artefacto), o como dice Barthes, el texto mercancía."Verdad" tiene una función anunciativa perteneciente al código retórico e incluso anuncia un enigma. El artículo "la" esclareceque se trata de una sola verdad. En inglés, este vocablo es "facts" (hechos) que posee un orden empírico; "verdad" (lo queBaudelaire traduce) es de orden hermenéutico, por ello remite al código simbólico más que al científico. Valga decir que elenigma es en sí mismo un código también (el código del Enigma); al hablarse de lo que va a decirse, propio de títulos comoéste, se desdobla el lenguaje en dos capas, por lo tanto estamos en presencia del código metalingüístico. La "verdad" misma,como hemos visto antes, pertenece al código simbólico, y tal vez dentro de ello al metalingüístico. Sirva esto de ejemplo para

datar que los códigos se entremezclan en un vocablo, giro o como llama Barthes, ex profeso, lexia. El anuncio (código retórico,metalingüístico) cumple una función aperitiva (generar el apetito del lector; apetito edípico bien pudiera llamarle Barthes) y portanto implica una función suspensiva. En todo apetito hay un cese. Este "apetecible", como le llama Barthes, es término delcódigo narrativo (y por ello mismo del retórico). "Valdemar", pertenece al código socioétnico (se comprobará que Valdemar espolaco). Por otro lado este apellido, significa "valle del mar", abismo oceánico, este sentido, este direccionamiento tan clásicoen la vieja crítica literaria, pertenece al código simbólico. "M (onsieur)", tiene una función que reafirma la realidad social, elefecto de real y pertenece al código social.Lexia 2: "el caso provocó discusiones": Barthes observa que la posición del enigma se retarda (la "posición" remite a laformulación del enigma sin su develamientoparticipación destacable del código científico); no por ello no remite a losobrenatural: se diría, connota una historia fantástica (horrible, dice Barthes) cubierta por la coartada científica. De modo queaquí intervienen tanto el código cultural como el científico.Lexia 3: "mantener la investigación (en secreto)": estamos ante la presencia del código científico y tal vez policial("investigación"). Los móviles que refieren porqué se guarda secreto sobre la investigación no se enuncian y por ende esesilencio desarrolla "el sentido" hacia dos códigos: el código científico (por la deontología científica): no quieren hacerlo público

por una lealtad profesional, una prudencia; y el código simbólico: el secreto se guarda a manera de tabú sobre la "muerteviviente" de Valdemar (a través, como se sabe, de la hipnosis), que comporta algo "horrible", como gusta usar Barthes. Éste,además, advierte que desde el punto de vista de las acciones narrativas aquí se da la primera: la secuencia "en secreto"comportaría operaciones consecuentes.Lexia 4: "descrédito en el público ante lo que consideran un relato falso": se vuelve a plantear el enigma; la falsedad lo remite yademás hace aquí anáfora con el título, donde se observa la connotación de error que está implícita en todo enigma.Lexia 5: "exponer los hechos": el énfasis del narrador en exponer los hechos supone dos códigos: la ley, deontología científica(es el tema mítico de oposición rumor-hecho) y cumple además la función de mantener el discurso de lo real, por ende, elprimer código es el científico. El segundo, es el simbólico puesto que el narrador reclama el favor del hecho en la resolución delproblema lo que comporta una sospecha de la significación y mutila lo real del suplemento simbólico, rechazando "la otraescena", el inconsciente. El inconsciente, aquí tratado así por Barthes, está comprendido en el código más amplio, es decir, el

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simbólico, que trasciende a los demás, incluso el científico. El narrador al ampararse en los hechos toma un rol imaginario (elsabio) volviéndose "asimbólico" y la asimbolia pertenece al código simbólico. En esta lexia aparece por primera vez el "yo" delnarrador: pero este yo se desdobla en tres: el del narrador artista, que busca un efecto en el "tu" lector; el yo testigo quetestimonia una experiencia científica sobre un tu de sabios; y el yo actor, actante, que magnetizará al tu Valdemar. Estos tres yocorresponden al código de la comunicación.Lexia 6: "exponer los hechos sucintamente": el narrador declara que va referir algo, la función es el anuncio y por ellopertenece al código metalingüístico (este tipo de implicancias de este código, en este caso dentro de un relato mismo,

establecen un límite entre una historia y otra historia, niveles narrativos (diegéticos). "Sucintamente", tiene tres connotaciones:el de avisar que no será largo, que no se tema, perteneciente al código narrativo; que será breve, habida cuenta se atiene a loshechos, retomando así la superioridad del hecho por sobre el discurso (pertenece al código científico); y al jactarse de hablarbrevemente se limita el "suplemento" del discurso (código simbólico).Lexia 7: "los tres últimos años el narrador estuvo interesado por el magnetismo": el código cronológico salta a la vista (y dentrode esos tres años se observa que carecen de función diegética, esto es, siendo tres o siete u otra cifra no tendría ello incidenciaen la historia); "último" es un shifter, que cumple la función de reenviar a la situación temporal del enunciador y refuerza eltestimonio, como ya lo hace el código cronológico. A partir de esta lexia comienzan secuencias de acciones tendientes aformular el enigma (tratar de resolverlo) y que valen por una secuencia que Barthes llama "Programa", implicando unaproyección de resolución a través del deslizamiento de datos y procedimientos. De modo que tenemos aquí el código delEnigma. En la referencia al magnetismo aparece el código cultural; el fenómeno del mesmerismo es conocido por suimportancia en el siglo XIX.Hacemos nota aparte para referir que omitiremos la lexia 8, como asimismo otras.Lexia 9: "había una laguna": esta lexia permite ver que la secuencia de acciones "Programa" sigue enunciándose.Lexia 10: "ninguna persona magnetizada in articulo mortis": sigue la estructura del Programa trazado, donde "la laguna" cumple

una función anunciativa que a partir de esta lexia se empieza precisar. El latín "in articulo mortis" es efecto de cientificidad(códigos científico médico y jurídico), asimismo su función es eufemística al decir en una lengua menos conocida un tabú:magnetizar a una persona muerta. Interviene por tanto el código simbólico. También pertenece a este código la campantetransgresión del sentido que se hace entre la vida (a partir de la magnetización) y la muerte, opuestos paradigmáticos. Barthescelebra el término que utiliza Baudelaire en la traducción ("usurpación") de la muerte por parte de la vida.Lexia 11 y 12: "Quedaba ver si el paciente era receptible a la magnetización": vemos aquí la primera de las tres disyuntivas queresponden a la "laguna", las tres tienen una función diegética, esto es, se encadenan dependientemente al desenvolvimientode la historia. Por otro lado, la respuesta a este problema (si era magnetizable) se responderá más adelante, por tantoobservamos algo que le es propio a la estructura narrativa (pertenece al código narrativo).Lexia 13: "[Quedaba ver] si la magnetización era atenuada por las circunstancias": dentro de la secuencia (de acciones) del"Programa", se ve aquí la segunda disyuntiva para la concreción del experimento.Lexia 14: "hasta cuando se podía detener los avances de la muerte": de esta lexia se dirá que es la tercera disyuntiva.Lexia 15: "otros puntos por verificar": esta es una mención de otras disyuntivas de forma global; es un etcétera (según Valéry, eletcétera no existe en la naturaleza) . Vemos aquí el código retórico.Lexia 16: "aquellos puntos excitaban mi curiosidad": es un llamado global a las tres disyuntivas mencionadas, por ende, es un

resumen y a la vez un anuncio, pertenecientes al código retórico. Se puede decir, aunque no lo dice Barthes, que el resumenposee una función indicial, o indexical según se prefiera.

A partir de aquí Barthes, por razones de espacio, como se ha dicho, procederá a un impás en el análisis de las lexias, para luegoretomarlas (lexias 103-110). Entre el primer análisis de lexias y el segundo indicará las principales secuencias accionalesotorgándoles un nombre distintivo a cada una. Mencionaremos algunas (no todas) de las secuencias. Cabe decir que, lassecuencias accionales también son un código, como los otros vistos. También que las secuencias se entrelazan puesto que sunominación es propia del análisis estructural, no comprendiendo la naturaleza del texto (entretejido).La primera es el "Programa": el programa establecía la necesidad diegética del interés del narrador por llevar a cabo laexperimentación de magnetizar. Se cierra con la elección del paciente. Otra secuencia es "Muerte medicinal": ésta informa delmal estado de salud de Valdemar, el pronóstico fatal, y finaliza con la licuefacción del cuerpo. Estos episodios soncientíficamente lógicos: mala salud, diagnóstico, deterioro, agonía, mortificación y -secuencia sobre la que se hará o retomaráel análisis textual o de las lexias- la licuefacción. La siguiente secuencia accional es "Catalepsia": se hace explícito que se sucedesiete meses antes del momento narrativo; luego Valdemar está en las últimas y comienza la hipnosis in articulo mortis. Hay

otras secuencias más de las que no especificaremos sus títulos pero que corresponden a las preguntas que el narrador hace aValdemar mientras sucede la hipnosis: en la primera la respuesta es "duermo", en la segunda "muero", en la tercera "duermo,muero"; la respuesta cuarta se especificará después, como se verá, en las lexias siguientes retomadas por Barthes.Lexia 103: "el lector no creerá, pero debo seguir". Ante todo, corresponde decir que a partir de esta lexia ya se ha operado lamuerte medicinal de Valdemar y por ende la anécdota se reactiva por necesidad narrativa y a su vez aparece lo que Barthesllama "el escándalo lógico" que no es más que el episodio propiamente fantástico del relato (teniendo en cuenta que Valdemarha muerto).Primeramente en "debo seguir" hay anuncio; como ya se sabe, del código retórico y metalingüístico. El "deber" pertenece alcódigo de deontología científica.Lexia 104: "ningún signo de vida en Valdemar": en la secuencia narrativa "Muerte médica", la muerte era descripta por índices(ej.: mala salud, diagnóstico), aquí se constata a través del código metalingüístico.

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Lexia 105: "vibración, movimiento de lengua (dura un minuto)": vemos el código cronológico con dos efectos: el de realprecisión y el efecto dramático (Valdemar hablará porque se mueve la lengua), por ende, función suspensiva. Hay unsimbolismo de la lengua ineludible: ella es lo viseral, se refuerza por la oposición paradigmática (valga la redundancia) de lalengua ennegrecida propia de la muerte medicinal. Esta lengua es vital, re-presenta así la vida visceral de la palabra, palabraque por otro lado se fetichiza y por ello Barthes dice que esa lengua es fálica.Lexia 106: "brote de una voz de las mandíbulas muertas": la voz no es dental, externa, civilizada, "valorada por la cultura"; porende aquí hay código simbólico.

Lexia 107: "voz indescriptible, tal vez unos epítetos: áspera, cavernosa...": presencia del código metalingüístico por la dificultadde sostener un discurso ("voz indescriptible").Lexia 108: "voz con dos rasgos que la hacían sobrenatural: parecía llegar desde un abismo y era gelatinosa. (He hablado de...)":vemos el código metalingüístico en el anuncio ("dos rasgos"); asimismo el código simbólico en "voz lejana, desde un abismo"que remite a una distancia entre la vida y la muerte que se afirma para mejor negar esa distancia.Lexia 110: "Respondió sí... no... no dormía, ahora estoy muerto": Barthes denuncia que la connotación de "estoy muerto" esriquísima (existen relatos donde la muerte habla "pero" para decir que está viva); el encabalgamiento vida sobre muerte -queantes mencionamos como "usurpación"- es un desorden paradigmático, de sentido, en otras palabras: destruye el paradigma.Esta frase así dicha y en esas circunstancias no es descriptiva, ni constatativa sino que sólo cumple la función de proferimiento(lo que se llama preformativo). Barthes se interesa por una reflexión psicoanalítica: "estoy muerto" le hace ver que hay unretorno hacia la letra: hay retorno hacia la letra en un preformativo, en lo que no dice nada, digamos, vulgarmente, lotautológico, si se quiere. Lo simbólico es el campo de la neurosis y la letra forcluye el símbolo abriendo la psicosis.

Conclusiones aclarativas de Barthes serán las siguientes. Los códigos son campos asociativos, una organización que, en relaciónal texto, está "arriba" (o antes) de él (supratextual), por ello dan una idea de estructura. Son dèjá vu o dèjá lu (ya leído) o dèjá

fait (ya hecho); constatan la escritura del mundo que precede a todo relato. Las marcas cronológicas sirven para recortar eltiempo (la temporalidad es una ilusión que puede crearse), para la dramatización, para la semejanza científica y el efecto dereal. El código de la comunicación podría llamarse de destinación: este código merece atención por el marcado carizpsicoanalítico de estos análisis y por ciertas insistencias del propio Barthes; este código no cubre la significancia (lo que interesaal análisis textual y por ello mismo a esta identificación de códigos), designa una relación de dirección y de cambio, de ahí quela comunicación debe entenderse en sentido económico, de circulación de mercaderías. El código simbólico, tal vez más uncampo que un código, tiene un sentido psicoanalítico para Barthes: es un rasgo primordial del lenguaje que desplaza el cuerpo ydeja ver la otra escena (inconsciente). Se ha insistido en cierta palabra que es la "asimbolia" por ejemplo cuando el narrador setorna en posición de sabio, limitándose a los hechos. El código de las acciones sostiene la anécdota, sus enunciaciones seorganizan en secuencias. Los términos de la secuencia accional están ligados entre sí por una apariencia lógica que proviene denuestros hábitos de razonar, de aquí, de estas palabras "hábito de razonar" el que se le llame lógica endoxal (doxa). Esta lógicaendoxal se confunde con la cronológica, (la cronología es un hábito) y fundan una "naturalidad" o inteligibilidad de la anécdota.Es por ello que existen los argumentos (resúmenes) y cierta capacidad de transferir información: por la apariencia lógica quefunda aquella inteligibilidad mencionada. El código del Enigma (o hermenéutico) posee una posición (presentación, auspicio,propaganda) del enigma y una formulación (relacionada con su desenvolvimiento); la solución del enigma es la respuesta a la

"verdad" puesta en el título y no es una revelación, es una revulsión, según Barthes.La noción de texto remite a "tejido", trenzado de voces distintas, códigos distintos, como se ha visto aquí. El texto es, por ende,un volumen, una estereofonía.Ese volumen es llevado adelante por la distorsión (los términos de una secuencia están separados y se retoman más adelante).El volumen tiene una irreversibilidad porque dos códigos mantienen un orden vectorizado: el código accional y el del Enigma. Lasubversión moderna suele actuar sobre este punto (la irreversibilidad), ataca la empiria.Pero en los códigos hay una indecibilidad porque la escritura es una pérdida del origen, es donde aparece el volumen, donde nose puede señalar quién habla sino que ello (la otra escena) es lo que habla.http://cultivoox.blogspot.mx/2011/04/roland-barthes-analisis-textual-de-un.html 

EL ANALISIS TEXTUAL DE ROLAND BARTHES (*) XAVIER GOMEZ ROBLEDO (**)(*) Ponencia presentada en el IV Coloquio Nacional Universitario sobre Lengua Escrita, Colima, Col.

(**) Catedrático de la Universidad de Guadalajara, México. 

 

INTRODUCCIÓN Contenido Quisiera exponer brevemente un método reciente de Roland Barthes, que tiene cierta base Lingüística, y no es muycomplicado, y que creo conduce a un nuevo enfoque en la enseñanza de la lengua escrita, en su relación con la lectura de untexto.Roland Barthes es un espíritu muy activo, muy vario, con mucha penetración mental de los signos en donde quiera que losencuentra, y con gran comprensión por todo lo que es humano.Así, ha escrito libros como El Sistema de la Moda (1967), Mitologías (1970), un comentario con técnicas de la Nouvelle Critiquesobre Racine (1963) y otro comentario con métodos de análisis estructural sobre autores tan disímiles como Sade, Fourier,Loyola (1971), a todos los cuales los mira y los estudia con la misma simpatía. Esta flexibilidad de su mente, y la diversidad depuntos de vista que asume, hace difícil a veces el poder seguir su pensamiento. Pero siempre hay en él observaciones,

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intuiciones y sugerencias muy dignas de tenerse en cuenta.Su discípulo en otro tiempo, y ahora colega y amigo, Tzvetan Todorov, en su reciente visita a México dijo de él estas palabras:"Lo que considero más importante de Roland Barthes no es el contenido de sus enunciados, sino los efectos que produce alenunciarlos. Creo que Barthes es como los escribanos de la plaza de Santa Domingo de México, en el sentido de que presta suvoz para discursos diferentes y por eso irrita y disgusta mucho a sus discípulos y seguidores; le gusta mucho contradecirse perode hecho no hay contradicción, porque lo que cuenta para él es nada más prestar su voz pero no identificarse con lo que dice."Teniendo, pues, en cuenta estas características de Roland Barthes, quisiera exponer lo que es el método de estudio o lectura dela lengua escrita, llamado por él en sus últimos escritos, el análisis textual.Este modelo de análisis aparece en tres estudios sucesivos suyos uno publicado en 1970 y cuyo título es S/Z, sobre una novelacorta de 30 páginas, de Balzac, titulada Sarrasine, en la que se narran los amores trágicos de un escultor hacia una supuestamujer por nombre Zambinella que actuaba en los teatros de Roma. Otro, publicado en 1971, sobre el episodio de Pedro y elCenturión Cornelio según se narra en el capítulo 10 de los Hechos de los Apóstoles. Y el tercero, publicado en 1973, sobre unade las Historias Extraordinarias de Edgar Allan Poe, de 12 páginas, titulada "La verdad en el caso del señor Valdemar", en dondese cuenta cómo un hipnotizador con sus artes mágicas detuvo la muerte por siete meses en un enfermo que ya se encontrabain articulo mortis.De los tres estudios procuraré sacar la fundamentación teórica del modelo, y el modo práctico como se puede aplicar.Lo que no es y lo que es el análisis textual Contenido El análisis textual no es la crítica literaria que se esfuerza por encontrar un sentido al texto según la crítica marxista o la críticapsicoanalítica de tipo hermenéutico, para interpretar el texto conforme a la verdad que cree está ahí escondida.Menos aún trata de encontrar el sentido único del texto. Roland Barthes piensa que la crítica literaria va a ir desapareciendo.Este análisis se esfuerza por llegar a concebir, a imaginar y a vivir lo plural del texto, la apertura de su significancia.

El análisis textual no es tampoco una explicación del texto a la manera de las escuelas tradicionales en que se estudiaban lasgrandes masas retóricas del texto y se podía buscar una temática, tras de construir un plan del texto.Pero sí es explicación del texto en su sentido etimológico. La palabra explicar viene del verbo latino ex-plico, desplegar, de ex-y-plico-as-are, plegar. Desplegamos, por tanto, el texto al paso de la lectura.El análisis textual no es propiamente análisis estructural. Más bien reacciona contra algunos estructuralistas del relato quecreyeron reducir a una sola estructura todos los relatos del mundo. "Se parecían -dice Roland Barthes- a algunos Budistas que afuerza de ejercicios ascéticos llegan a ver todo un paisaje en un frijol."El método inductivo-deductivo que consiste en estudiar, v. g. cientos de relatos de los más diversos países del mundo paraconstruir luego un modelo, una gramática del relato, y aplicar ese modelo a los otros relatos particulares, ha dejado deparecerle a Roland Barthes satisfactorio. Porque en efecto, al tratar de reducir a un esquema todas las estructuras, llegan estosestudiosos a hacer perder al texto su diferencia, su riqueza, que está en la pluralidad. En cambio el método de leer un textofrase por frase, que es lo contrario de un corpus, ver el texto como un espacio, como un proceso de significaciones, le pareceinfinitamente más rentable.Aquí podemos recordar algunos dichos muy gratos a Roland Barthes, como que "toda lengua es plural", "todo texto estáabierto hacia el infinito", "el texto es como una galaxia de significantes que hacen desbordar las estructuras".

Esta estructuración o significancia, como él la llama, en concreto le dan los códigos según los cuales los sentidos son posibles. Eltexto se contempla como un tejido de códigos, entre cuyo número algunos pueden parecer predominantes. En vez de buscar,por tanto, la verdad del texto, su estructura profunda, se busca lo plural del texto, las unidades de sentido, las connotaciones. Yaunque no se reagrupará nada en una estructura, sí se pueden juntar algunas secuencias para seguir el hilo del relato.La connotación Contenido La connotación es la base teórica sobre la que se funda el método del análisis textual. El instrumento modesto, dice RolandBarthes, que se puede utilizar para abordar la pluralidad del texto (si el texto está bien construido) es la connotación.Toma para ello, según dice él, la definición de Luis Hjelmslev, que no cita a la letra: La connotación es un sentido segundo cuyosignificante está él mismo constituido por un signo o sistema primero de significación. En tanto que la denotación señala larelación entre el signo lingüístico y el objeto real que designa, la connotación (concepto más intuitivo) se refiere a lacomprensión del signo lingüístico, al conjunto de los caracteres evocados por el concepto, como pudiera ser eventualmente,una evocación estética, social, ideológica, etc.Definicionalmente la connotación, añade Roland Barthes, es una determinación, una relación, una anáfora, un rasgo que tieneel poder de referirse a menciones anteriores, ulteriores o exteriores, a otros lugares del texto, y a otros textos.Lo que sí hay que tener cuidado es de no confundir la connotación con la pura asociación de ideas ligadas a las vivencias decada persona. La relación de la connotación tiene un campo muy amplio y puede llamarse de modos diversos: puede provenirde un índice v. gr. la descripción física de un personaje que connota su nerviosismo, o pueden ser relaciones entre dos lugaresdistantes, o entre una acción que empiece aquí y se continúe después. Pero no puede ser el caso de la libre asociación de ideasya que ésta se refiere a sistemas muy personales; mientras que la connotación es una correlación inmanente al texto y a lostextos.Toda connotación debe ser el arranque de un código (que no será jamás reconstituido), la articulación de una voz que estátejida en el texto. En conclusión se toman las connotaciones como los sentidos que se hallan en el texto y que expresan unacorrelación.Los códigos Contenido Y ante todo, qué son en este tipo de análisis los códigos, que es lo que en concreto vamos a precisar y catalogar al ir

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desplegando el texto.Roland Barthes expresa en varios lugares su noción de código para este análisis, que según él no se debe tomar en su sentidoriguroso y científico. (En las Ciencias de la Comunicación, v. gr. se entiende por código un ensamblaje de elementos simples,conocidos y combinados según determinadas reglas.)En cambio, los códigos en el análisis textual son unos campos asociativos, pero no puramente subjetivos, una organizaciónsupratextual de notaciones que imponen una cierta idea de estructura. En un enunciado hay muchas voces, muchos códigos,sin jerarquización.Los códigos son los arranques, los puntos de partida de lo ya leído, de lo ya visto. Son los puntos de arranque de una serie designificantes. Ese carácter deshilvanado de los códigos no contradice la estructura, sino al contrario, es parte integrante de laestructuración. El deshilachamiento del texto, como él lo llama, es lo que distingue la estructura (objeto del análisis estructuralpropiamente dicho), de la estructuración objeto del análisis textual.Tomamos pues, el texto como un tejido, siguiendo su sentido etimológico, del verbo latino Tex-o-is-ere-texui-textum = tejer. Esun tejido de voces diferentes, de códigos múltiples entrelazados e inacabados. De esta acepción etimológica de la palabratexto, resulta el nombre de análisis textual.Ilustra Roland Barthes sus definiciones de código con algunas comparaciones.El código dice, "no es aquí una l ista, un paradigma que haya que reconstruir a cada paso". El código es una perspectiva de citas,un espejismo de estructuras. No se conocen de él más que las salidas y los regresos. Las unidades que salen de ahí (las que sevan inventariando) son ellas mismas siempre, las salidas del texto, son la marca, el jalón de una digresión virtual hacia el restode un catálogo.Son como resplandores de alguna cosa que ya se vio, que ya se leyó.Cada código es una de las fuerzas que pueden apoderarse del texto (si consideramos el texto como una red).

Cada código es una de las voces de las que está tejido el texto. Del concurso de estas voces, de estos códigos, se va formando laescritura del texto.Son como las avenidas de los sentidos del texto.Las lexías Contenido La lexía en el análisis textual es el instrumento de trabajo, es una unidad de lectura. La palabra lexía la toma de un verbogriego:lego-lexo,recoger-decir;lexis, discurso-frase.Se divide el texto en segmentos muy cortos, que son las lexías, y se enumeran para facilitar el trabajo. Unas veces serán unascuantas palabras, o algunas frases, lo que sea más cómodo; basta que sea el mejor espacio posible en donde se puedanobservar los sentidos.Es una división empírica y arbitraria. Su dimensión dependerá de la densidad de las connotaciones, lo cual es muy variable. Peroque no haya en cada lexía más de tres o cuatro sentidos que enumerar. Porque en efecto si se quiere estar atento a lo plural deltexto, hay que renunciar a estructurar el texto en grandes bloques, a la manera de la retórica clásica en la antigua escuela. Aquí también acude Roland Barthes a algunas imágenes para aclarar la noción de lexía.Así como el augur romano, dice, recortaba en el cielo con la punta del bastón un rectángulo ficticio para interrogar, según susprincipios, el vuelo de los pájaros, así nosotros trazamos en el texto, que es un cielo liso y profundo, zonas de lectura, para

observar cómo emigran los sentidos, cómo los códigos se ponen de manifiesto al pasar.Hay que estrellar el texto como si fuera un espejo, y luego ir separando los trozos significativos en los que se podrá ver lo queno se veía en la superficie lisa.Las lexías son como unos cedazos muy finos gracias a los cuales descremamos los sentidos del texto, las connotaciones. Son laslexías algo así como lo que se llamaría en cirugía un campo operatorio.La lectura lenta Contenido El análisis textual requiere como condición necesaria una lectura lenta.En efecto, leyendo el texto despacio, volviéndolo a leer y releer, es como se pueden encontrar los sentidos. Y leer y releer eltexto es una operación contraria a los hábitos de nuestra sociedad que recomienda tirar la historieta o la novela una vezconsumida, devorada, para pasar a otra historia, comprar otro libro. Esto, dice Roland Barthes, se toleraría entre ciertascategorías de lectores, como los niños, los viejos y los profesores, quienes a fuerza de leer de prisa, leen en todas partes lamisma historia.No olvidemos que este método del análisis textual es un constante volver al texto, a lo ya leído, a lo ya visto. Por lo tanto, unavez dividido el texto en lexías, hay que leerlo lentamente, de lexía en lexía, lo más lentamente posible, deteniéndonos tantotiempo y tan a menudo cuanto sea necesario. La calma es una dimensión esencial en este tipo de trabajo.Y así vamos tratando de encontrar y clasificar, sin mucho rigor, no todos los sentidos del texto (nadie lo puede hacer, puestoque está abierto al infinito), sino las formas, los códigos, según los cuales los sentidos son posibles. En pocas palabras, estemodo de leer es como una lectura filmada en cámara lenta.Ejemplificación Contenido Para ejemplificar tomemos una que otra lexía de la narración de Edgar Allan Poe titulada "La verdad en el caso del señorValdemar."La primera lexía es el título mismo. Ahí aparecen 5 códigos.En la palabra "verdad" (o "hechos" en el original), que anuncia algo que se va a descubrir en un suceso insólito, como es eldetener la muerte, está el código del enigma (1).En el anuncio de algo espectacular que despierta el interés del lector, aparece el código narrativo o la retórica de la narración,

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que es un subcódigo del código cultural (2).En el nombre de "Valdemar", que no es anglosajón, y sólo después sabemos que es polaco, se implica un código socio-étnico,subcódigo del código cultural (3).Del sonido del nombre que suena algo así como valle del mar, como la profundidad del mar, tema muy grato a Edgar Allan Poe,sale el código simbólico (4).Y el tratamiento de "señor" que se da a un personaje en un grupo definido, en una realidad social, está el código social,subcódigo del código cultural (5).La segunda lexía abarca las dos primeras frases del relato:"No hay por qué extrañarse ciertamente de que el caso extraordinario del señor Valdemar haya provocado discu- siones.Hubiera sido un milagro que ocurriera lo contrario, especialmente en tales circunstancias."Aquí aparecen tres códigos: En las palabras "no hay porqué extrañarse" que despiertan el interés del lector, vuelve el códigonarrativo o retórico, subcódigo del cultural (1).En la expresión "provocado discusiones" está el código del enigma (2).Y en aquello de que lo contrario hubiera sido "un milagro", nos encontramos con un código nuevo y es el código científico,subcódigo del cultural (3).Y luego se siguen repitiendo estos códigos y ya sólo aparece uno que otro nuevo, como en la lexía tercera, en las palabras"mantener en secreto el asunto", se puede ver el código accional (4).Y en la lexía quinta hay otro código nuevo, en la frase "que exponga los hechos en la medida en que yo mismo los comprendo"y es el código de la comunicación (5).Estos cinco códigos, el cultural, el de la comunicación, el simbólico, el accional y el del enigma, son como las v oces fuertes deltexto.

En el análisis de Sarrasine aparecen también curiosamente en las primeras lexías, 5 códigos que serán los que van a regir todoel texto: el accional (la voz de los comportamientos humanos), el sémico (la voz de la persona, y es el conjunto de lossignificados de connotación en el sentido corriente del término), el cultural (la voz de la ciencia), el hermenéutico (la voz de laverdad), y el simbólico (la voz del símbolo en sentido lacaniano).Y en el estudio sobre el episodio de Pedro y el Centurión Cornelio en los Hechos de los Apóstoles, también son unos 5 o 6 loscódigos que hacen la urdimbre del texto (para continuar con la imagen del texto como un tejido).Estos códigos son el accional, el anagógico (que expresa el sentido secreto del texto, código exclusivo, dice Roland Barthes, delos textos sagrados), el simbólico, el metalingüístico (que designa un discurso cuyo referente es otro discurso como v. gr., elresumen de una historia), el fático (del griego femí-feso-hablar, como serían las palabras que no tienen contenido en cuantomensaje v. gr. la interpelación renovada "bueno" cuando hablamos por teléfono), y el cultural con varios subcódigos:onomástico, topográfico, histórico, etc.De estos tres estudios de análisis textual solamente en el de Sarrasine, elaborado tras dos años de trabajo con un grupo deseminario, se analizan todas las lexías del texto.En los otros dos, nada más se estudian las principales. Las primeras lexías siempre se deben analizar, según afirma RolandBarthes, porque son de una gran importancia en todo escrito.

En el relato de Edgar Allan Poe, las lexías que no se analizan por una razón o por otra, se compendian en unas secuenciasnarrativas, y son, como las llama Roland Barthes, unas microestructuras flotantes (porque el carácter de la estructuración esflotante), que construyen no un objeto lógico, sino una expectación y una resolución.Tanto en el estudio del pasaje de Pedro y Cornelio, como en el de Edgar Allan Poe, el análisis textual parece a primera vista quese reduce a catalogar códigos con su aclaración respectiva. Pero eso se debió según Roland Barthes, entre otras cosas, a falta deespacio.En cambio, en el estudio de Sarrasine aparte de estudiar cuidadosamente las 551 lexías del texto, e ir catalogando los códigos,hay 93 comentarios como de una página cada uno, intercalados después de unas cuantas lexías, a veces 5, a veces 2, a veces 7,según el caso.Estos comentarios iluminan mucho lo que descubrieron los códigos y dan sabor al trabajo. A veces versan sobre un nombrepropio v. gr. Sarrasine, o Zambinella, o sobre un lugar o una historia de una persona, o un sema muy importante, como el de lafemineidad, etc.Observaciones finales Contenido Primera. El análisis textual se enfrenta a algunas dificultades tales como la de precisar y elegir los sentidos del texto, dada laambigüedad o irrealidad referencial propia de la connotación.Segunda. Como ha observado Algirdas Julien Greimas, puesto que se busca como objetivo la pluralidad del texto, hay querastrear en otras profundidades metafísicas algún medio para encontrar un principio de unidad.Tercera. Sí se puede lograr con este análisis lo que Roland Barthes propugna a partir de cuando empezó a practicar estemétodo, y es el encontrar en el estudio de la lengua escrita el placer del texto. Nada más deprimente -dice-, que imaginar eltexto como un objeto intelectual, de reflexión, de análisis, de comparación, de reflejo de algo. Hay que convivir con el texto,con el autor del texto que es un plural de hechizos, un canto discontinuo de amabilidades.El placer de observar lo plural del texto, su estructuración, se asemejaría al que tendríamos al contemplar cómo se va formandoel dibujo bajo los dedos de una hábil tejedora de encaje, que va tomando un hilo y luego otro, y los va trenzando sobre eltambor, mientras la imagen se va formando delante de nuestros ojos.Bibliografía sumaria Contenido 

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(Obras de Roland Barthes citadas en el texto)Roland Barthes, Mythologies, Ed. du Seuil, París, 1957. - , Sur Racine, Ed. du Seuil, París, 1963. -, Système de la Mode, Ed. duSeuil, París, 1967. -, S/Z, Ed. du Seuil, París, 1970. -, Sade, Fourier, Loyola, Ed. du Seuil, París, 1971. -, "Analyse structurale durécit, Les Actes des Apotres, ch-10", en Exègése et Hermeneutique, Ed. du Seuil, París, 1971. -, Le plaisir du texte, Ed. du Seuil,París, 1973. -, "Analyse textuelle d'un conte d'Edgar Allan Poe", en Sémiotique narrative et textuelle, Ed. Larousse, París, 1975.

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