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Lactancia Materna: guía para profesionales MONOGRAFÍAS DE LA A.E.P. Nº 5 Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría

Lactancia Materna€¦ · 8. La lactancia materna en recién nacidos pretérminos J. Aguayo Maldonado 95 9. Contraindicaciones y falsas contraindicaciones para la lactancia materna

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  • Lactancia Materna:guía para profesionales

    MONOGRAFÍAS DE LA A.E.P.

    Nº 5

    Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría

  • Lactancia Materna:guía para profesionales

    MONOGRAFÍAS DE LA A.E.P.

    Nº 5

    Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría

  • Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por

    ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabación magnética o cualquier

    almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin el previo permiso escrito de los autores.

    © 2004 Ergon

    C/ Arboleda, 1. 28220 Majadahonda (Madrid)

    ISBN: 84-8473-277-0

    Depósito Legal: M-27953-2004

    Cuadro portada: Original de Marta Balañá Parés

  • De pie, de izquierda a derecha: Isolina Riaño, Juan José Lasarte, Mª Carmen Temboury,José María Paricio, Marta Díaz-Gómez, Leonardo Landa, Ana Martínez, José Arena.Sentados, de izquierda a derecha: Adolfo Gómez-Papi, María Teresa Hernández-Aguilar,Jesús Martín-Calama, Josefa Aguayo, María José Lozano, Vicente Molina.

    Comité de Lactancia Materna de la AEPReunión de trabajo del libro

    Barcelona, Febrero 2004

  • Constituye una enorme satisfacciónprologar esta obra que como el lectorpodrá rápidamente percibir constituye ellibro más importante que hasta ahora seha editado en España sobre la LactanciaMaterna.

    Sigue siendo una realidad y probable-mente lo será siempre, que la alimentaciónal pecho materno es la opción óptima quepodemos y debemos ofrecer a los lactan-tes durante los primeros meses de la vida.

    Este libro, sencillamente extraordina-rio, está escrito por Pediatras expertos queconstituyen el Comité de Lactancia Mater-na de la Asociación Española de Pediatría.Es realmente gratificante comprobar quecontamos con Comités, dentro de nuestraAsociación, que nos ofrecen sus conoci-mientos a través de una serie de mono-grafías que suponen un caudal científicode enorme interés. Se trata de un libro queestá escrito con fe, con entusiasmo, yo diríaque con pasión sin caer en fundamentalis-mos respecto a los múltiples aspectos rela-cionados con la lactancia materna.

    A lo largo de distintos capítulos se ana-liza las diferentes facetas relacionadas conla alimentación al pecho abarcando aspec-tos históricos, epidemiológicos, fisiológi-cos, etc. con un extraordinario rigor quese conjuga plenamente con un carácterdivulgativo de tal manera que este libro tie-ne la rara virtud de interesar tanto a losprofesionales sanitarios de distintos nive-les como a cualquier persona que acuda almismo con deseos de información sobre eltema.

    Sería absolutamente imposible en elespacio de un prólogo recoger y analizarel excelente trabajo que los autores handesarrollado en esta obra. Estoy conven-cido que este libro marcará un hito y seráuna obra de referencia a nivel nacional einternacional sobre la Lactancia Materna.Acciones de este tipo consolidan y presti-gian no solo a los autores, al Comité querepresentan y a la A.E.P., también sonexpresión del nivel científico de la Pedia-tría y Puericultura españolas, y reivindi-co el término Puericultura, tan latino, tan

    Prólogo

  • clásico, porque este libro nos enseña a cui-dar, a alimentar, a “cultivar” a los niñosdesde el momento del nacimiento con lomejor que le podemos ofrecer que es elpecho materno. De esta forma estamos ins-taurando, ya en la propia sala de partos,uno de los hábitos más saludable: alimen-tarlo al pecho de su madre.

    Quiero expresar mi profundo agra-decimiento a los autores, mi respeto porel excelente trabajo que han desarrolladoque estoy seguro, será motivo de admi-ración y reconocimiento por parte de suscolegas.

    También es obligado agradecer a Pre-natal y Medela su patrocinio para que estaobra llegue no solo a los socios de la A.E.P.sino a otros sanitarios y una buena partede la sociedad, por lo que les expresamosnuestro agradecimiento y por supuesto ala editorial Ergon que una vez más cola-bora con la A.E.P. y no regatea esfuerzospara proporcionarnos una publicación deexcelente presentación y calidad.

    Prof. Alfonso Delgado RubioPresidente de la

    Asociación Española de Pediatría

  • JOSEFA AGUAYO MALDONADOPediatra-NeonatólogaProfesora Asociada de Pediatría Universidad de Sevilla Neonatología. Hospital de Valme, SevillaComité de Lactancia Materna de la AEP

    JOSÉ ARENA ANSÓTEGUIPediatra-Neonatólogo Hospital Donostia. Donostia-San SebastiánCoordinador del Programa de Salud Materno-Infantil de UNICEF Comité EspañolComité de Lactancia Materna de la AEP

    N. MARTA DÍAZ-GÓMEZPediatraCatedrática de Enfermería Materno-InfantilEscuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de La LagunaComité de Lactancia Materna de la AEP

    ADOLFO GÓMEZ PAPÍPediatra-Neonatólogo Profesor Agregado de PediatríaUniversitat Rovira i Virgili. TarragonaHospital Universitario de Tarragona "Joan XXIII"Hospital Amigo de los Niños OMS/UNICEF 1997Comité de Lactancia Materna de la AEP

    MARÍA TERESA HERNÁNDEZ-AGUILARPediatra de Atención Primaria E.A.P. Area 09, Valencia Comité de Lactancia Materna de la AEP

    LEONARDO LANDA RIVERAPediatra de Atención Primaria E.A.P. Pedreguer, Alicante Comité de Lactancia Materna de la AEP

    JUAN JOSÉ LASARTE VELILLAS Pediatra de Atención Primaria E.A.P. Zuera, Zaragoza Comité de Lactancia Materna de la AEP

    MARÍA JOSÉ LOZANO DE TORREPediatraProfesora Titular de PediatríaUniversidad de CantabriaHospital Universitario M de ValdecillaSantanderComité de Lactancia Materna de la AEP

    JESÚS MARTÍN-CALAMA VALEROPediatraHospital O. Polanco de Teruel Comité de Lactancia Materna de la AEP (coordinador)

    Autores

  • ANA MARTÍNEZ RUBIOPediatra de Atención Primaria EAP. Pilas, SevillaComité de Lactancia Materna de la AEP

    VICENTE MOLINA MORALESPediatra-NeonatólogoJefe del Departamento de PediatríaInstitut Universitari Dexeus. Barcelona. Hospital Amigo de los Niños OMS/UNICEF 2004 Comité de Lactancia Materna de la AEP

    JOSÉ MARÍA PARICIO TALAYEROPediatraJefe del Servicio de Pediatría Hospital Marina Alta (Denia, Alicante)Hospital Amigo de los Niños OMS/UNICEF 1999 Comité de Lactancia Materna de la AEP

    ISOLINA RIAÑO GALÁNPediatraJefe de Sección de PediatríaHospital Carmen y Severo Ochoa, Cangas del Narcea, AsturiasHospital Amigo de los Niños OMS/UNICEF 2002Comité de lactancia materna de la AEP

    Mª CARMEN TEMBOURY MOLINAPediatraJefe del Servicio de Pediatría de la Clínica Santa Elena, Madrid.Comité de Lactancia Materna de la AEP

    DOMINGO VILLAAMIL GÓMEZ DE LATORRE

    AbogadoJefe del Sindicato Médico Profesional de AsturiasAsesor Jurídico del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias

  • INTRODUCCIÓNJ. Martín-Calama 1

    A. ASPECTOS TEÓRICOS1. Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

    J.M. Paricio Talayero 7

    2. Aspectos antropológicos en la práctica del amamantamientoL. Landa Rivera 27

    3. Epidemiología de la lactancia materna. Prevalencia y tendencias de la lactancia materna en el mundo y en EspañaM.T. Hernández Aguilar 31

    4. LactogénesisJ. Martín-Calama 45

    5. Composición de la leche humanaM.C. Temboury Molina 59

    6. Inconvenientes de la lactancia artificialA. Gómez Papí 77

    7. Duración recomendada de la lactancia materna. Ventajas e inconvenientes I. Riaño Galán 85

    8. La lactancia materna en recién nacidos pretérminosJ. Aguayo Maldonado 95

    9. Contraindicaciones y falsas contraindicaciones para la lactancia maternaN. Marta Díaz-Gómez 107

    10. Ventajas de la lactancia materna para la madre A. Martínez Rubio 119

    11. Los Diez Pasos de la OMS y UNICEF para favorecer la lactancia materna. Aplicación y evidencia científica de su eficaciaM.J. Lozano de la Torre 125

    Indice

  • 12. Lactancia materna: otras formas de promociónJ.M. Paricio Talayero, M.C. Temboury Molina 141

    13. Importancia de los grupos de apoyoJ.J. Lasarte Velillas 147

    14. Estudios sobre el crecimiento de los lactantes amamantadosL. Landa Rivera 153

    15. Habilidades de comunicación en la lactancia maternaJ. Aguayo Maldonado 159

    B. ASPECTOS PRÁCTICOS1. Inicio de la lactancia en la maternidad

    • Introducción. Recomendaciones actuales de la OMS y Unicef: los diez pasos, la IHAN, función especial de las maternidadesJ. Arena Ansótegui 171

    • Información y preparación durante el embarazoV. Molina Morales 174

    • Conducta inmediata al nacimiento. Contacto precoz A. Gómez Papí 176

    • Cómo organizar los primeros días: lactancia a demanda, duración de las tomas, alojamiento conjunto, cuidados de la madre (descanso, limitación de visitas, educación sanitaria)V. Molina Morales 181

    • La técnica de amamantamiento correcto M.C. Temboury Molina 184

    • Problemas de los primeros días– Bebé poco exigente y bebé ansioso. El bebé que rechaza el pecho

    V. Molina Morales 190– Disfunción motora oral- Diferencia entre la succión del pecho y el biberón

    M.C. Temboury Molina 191– Suplementos y chupetes

    A. Gómez Papí 193– Retraso en la subida de la leche, pérdida de peso excesiva

    V. Molina Morales 194– Problemas tempranos de las mamas

    J. Aguayo Maldonado 196– Ictericia y lactancia materna

    A. Gómez Papí 200• Extracción y conservación de la leche materna

    M.T. Hernández Aguilar 203• Consejos al alta de maternidad. Como controlar la ingesta

    V. Molina Morales 218• Papel de los profesionales de la salud en las maternidades. Sugerencias para

    apoyar la lactancia maternaJ. Arena Ansótegui 220

  • 2. Seguimiento de la lactancia• Cuidados y problemas de la madre

    – AlimentaciónA. Martínez Rubio 225

    – Cuidados de los pezones y el pecho. Persistencia de las grietasI. Riaño Galán 231

    – Retención y mastitisN. Marta Díaz-Gómez 235

    – Ejercicio físico N. Marta Díaz-Gómez 241

    – Anticoncepción en la madre lactante A. Martínez Rubio 244

    • Cuidados y problemas del lactante– Frecuencia y duración de las tomas

    L. Landa Rivera 250– El lactante que no come

    L. Landa Rivera 253– Hipogalactia (El lactante que no queda satisfecho)

    L. Landa Rivera 258– Dificultad para regular el horario diurno y nocturno. El sueño del lactante

    A. Martínez Rubio 261– Los cólicos y el llanto

    A. Martínez Rubio 267– Suplementos vitamínicos y minerales

    N. Marta Díaz-Gómez 273– Enfermedades comunes en el lactante amamantado. La hospitalización.

    Algunas enfermedades rarasJ.M. Paricio Talayero 278

    – Papel del pediatra en el seguimiento de la lactancia materna M.C. Temboury Molina 282

    3. Prolongación de la lactancia• Inicio de la alimentación complementaria

    M.J. Lozano de la Torre 287• Vuelta al trabajo

    M.T. Hernández Aguilar 293• El proceso de destete

    M.T. Hernández Aguilar 2994. Situaciones especiales

    • Patología materna (cirugía mamaria previa, infecciones (SIDA, hepatitis), problemas endocrinológicos, etc.)I. Riaño Galán 305

    • Patología del recién nacidoJ. Aguayo Maldonado 312

    • Recién nacido ingresado en neonatología. El recién nacido enfermo o prematuro(aspectos prácticos) el método de la madre canguro A. Gómez Papí 320

  • • MúltiplesV. Molina Morales 326

    • Relación, lactancia inducida y compartida J. Martín-Calama 329

    C. DUDAS MÁS FRECUENTES DE MADRES Y PROFESIONALES1. Preguntas y respuestas más frecuentes en 2 años de funcionamiento del

    foro de lactancia materna de la AEPJ.J. Lasarte Velillas, J. Martín-Calama 339

    2. Recomendaciones populares contrastadas y mitos sobre la lactancia maternaJ. Martín-Calama 349

    D. ANEXOS1. Estrategias e iniciativas de apoyo a la lactancia materna. Declaraciones de la

    OMS y el UNICEF: IHANJ. Arena Ansotegui 365

    2. El código de la industriaJ. Aguayo Maldonado 377

    3. Legislación española relativa a la lactancia maternaD. Villaamil Gómez de la Torre 391

    4. Compatibilidad de fármacos, productos herbales, drogas de abuso y contaminantesambientales con la lactanciaJ.M. Paricio Talayero 397

    5. Grupos de apoyo a la lactancia materna (GALM)I. Riaño Galán, J.J. Lasarte Velillas 409

    6. Guías de Práctica Clínica sobre lactancia maternaM.T. Hernández Aguilar 419

    7. Investigación en lactancia materna, aspectos metodológicosM.T. Hernández Aguilar 427

    INDICE DE MATERIAS 439

  • En 1995 el Prof. Peña Guitián, enton-ces Presidente de la Asociación Españolade Pediatría (AEP), pidió a algunos pedia-tras que habíamos trabajado en temas delactancia materna, que hiciéramos un infor-me a la Junta Directiva, preparando unproyecto “para impulsar la alimentaciónal pecho en España”. El informe se hizo.Entre las causas de la baja prevalencia delactancia en España, hubo que reconocerque los pediatras habíamos tenido una par-te importante de responsabilidad. A pesardel apoyo teórico tradicional, la mayoríano había sabido dar respuesta a las difi-cultades de las madres lactantes, para lasque el biberón terminaba siendo la únicaalternativa. También hubo que reconocerque para muchos compañeros el manejode la lactancia era considerado un temamenor, al que no se le dedicaba la mismaatención que a otros capítulos “mas cien-tíficos”, y lo mas grave, que la mayoría noeran conscientes de su falta de formación.

    El informe dirigido a la Junta, tambiénse hacía eco de los avances logrados en los

    hospitales o áreas de salud en las que sehabían desarrollado labores de promociónde la lactancia, y se recomendaba crear ungrupo de expertos, que de forma seria yfundada, fuera dando recomendacionesque pudieran ir corrigiendo poco a pocolos errores cometidos.

    El 15 de diciembre del mismo año, laJunta Directiva decidía la creación de unComité de Lactancia Materna, a propues-ta del Prof. Moya, nuevo presidente de laAEP. El Comité no fue dotado de presu-puesto económico, y por razones obvias,su funcionamiento dependió, sobre todo,del entusiasmo y la generosidad de los quenos involucramos.

    Los pasos del Comité fueron necesa-riamente lentos. Se enviaron textos brevescon recomendaciones sobre lactancia a lasrevistas nacionales de pediatría, se hicie-ron cuñas radiofónicas, se diseñó unaencuesta nacional sobre lactancia y sepublicó un informe técnico sobre lactan-cia materna. Asesoramos a las publicacio-nes que nos pidieron consejo para editar

    Introducción

  • folletos de lactancia. Sugerimos cambiarlas recomendaciones oficiales de la AEP,para la asistencia a madres lactantes. Encolaboración con varios gobiernos auto-nómicos se publicaron recomendacionesprácticas para el manejo de la lactancia enlas comunidades autónomas, y se diseña-ron programas autonómicos de promo-ción. Creamos un Foro de preguntas y res-puestas para padres/madres y profesiona-les, dentro de la página web de la AEP. Par-ticipamos en los congresos nacionales dela AEP, con mesas redondas y talleres detrabajo. Colaboramos con la SociedadEspañola de Ginecología y Obstetricia, lasAsociaciones de Matronas y de Enferme-ras para organizar, por primera vez enEspaña, un Congreso de Lactancia Mater-na bajo el auspicio de la Iniciativa Hospi-tal Amigo de los Niños (IHAN). Además,hubo muchas iniciativas locales llevadasadelante de forma individual por miem-bros del Comité, como cursos de forma-ción, talleres prácticos o reuniones con gru-pos de madres. Alguna de estas iniciativaslocales acabaron teniendo alcance nacio-nal y enorme utilidad; el programa de con-sulta on-line sobre empleo de fármacosdurante la lactancia, desarrollado desde elHospital de Denia, es el mejor ejemplo.

    Sabiendo que introducir cambios enrutinas muy arraigadas no es fácil y suelesuscitar rechazo, el Comité ha tratado siem-pre de fundamentar científicamente susrecomendaciones y de evitar posturas agre-sivas. Han pasado nueve años y las cosashan cambiado a mejor para la lactanciamaterna. Los pediatras saben más de lac-tancia y en la mayoría de los hospitalesse han introducido cambios en las rutinas

    neonatales. Está claro que estos cambiostambién se deben al esfuerzo de otros gru-pos, pero en el Comité nos sentimos satis-fechos por nuestra aportación.

    Es justo recordar a los compañeros queen algún momento formaron parte del mis-mo y cuya colaboración nunca ha sido sufi-cientemente agradecida: Josefa AguayoMaldonado, José Arena Ansótegui, Mar-garita Alonso Franch, José Mª Fraga Ber-múdez, Jaime Dalmau Serra, Marta DíazGómez, Manuel García del Río, AdolfoGómez Papí, Maite Hernández Aguilar,Leonardo Landa Rivera, JuanJosé Lasar-te Velillas, Mª José Lozano de la Torre, AnaMartínez Rubio, Vicente Molina Morales,Ana Muñoz Guillén, Manuel Pajarón Ahu-mada, José Mª Paricio Talayero, IsolinaRiaño Galán, Justino Rodriguez Alarcón,Carmen Temboury Molina, y yo mismo.

    Hace un año, surgió la idea de reco-pilar en un texto, lo que habíamos apren-dido en el trabajo diario con las madreslactantes. Desde el principio tuvimos cla-ro que el libro sólo tendría éxito si era apo-yado por la AEP, y había compromiso parahacerlo llegar a la mayoría de los pedia-tras. El Presidente, Alfonso Delgado, no lodudó, se sumó al proyecto desde el princi-pio y nos garantizó el respaldo de la Jun-ta Directiva. A partir de ahí, el alma dellibro ha sido Vicente Molina. A él le encar-gamos que coordinara la edición, y lo hahecho muy bien. Suyo es el mérito de laelección en la estructura de los capítulos,la distribución de temas, el apremio paracumplir los plazos, y la supervisión gene-ral.

    Se optó por la elaboración indepen-diente de los capítulos, aceptando las inevi-

    2 Lactancia materna: teoría y práctica

  • tables repeticiones e incluso puntos de vis-ta no concordantes, en favor de la plurali-dad. Hemos buscado sobre todo un enfo-que práctico (apartado B), pero sin renun-ciar a unos conocimientos teóricos básicos(apartado A) y a datos interesantes paraentender la situación actual de la lactanciamaterna (apartado C y Anexos). Todoshemos tratado de transmitir con la mejorvoluntad lo que hemos aprendido, perosomos conscientes de que puede haberimprecisiones y lagunas. En algunos capí-tulos se ha dado por supuesto que el librova dirigido a profesionales con conoci-mientos previos de anatomía y fisiología,evitando explicaciones mas detalladas.

    Es de justicia reconocer el esfuerzo quehan hecho Medela y Prenatal, no sólo por

    ser las únicas en responder a nuestra peti-ción de ayuda, sino por amoldarse a lasexigencias de edición para que el libro for-mara parte de las monografías de la AEP.

    Puedo decir que la ejecución del libroha sido nuevamente expresión del funcio-namiento habitual del Comité, una mues-tra de entusiasmo y generosidad. Sólo conver el resultado en las manos, nos sentimossatisfechos, si además sirve para que lospediatras mejoremos nuestra asistencia alas madres lactantes y que ellas y sus hijosdisfruten, habremos cumplido nuestro obje-tivo.

    Jesus Martín-CalamaCoordinador del

    Comité de Lactancia de la AEP

    3Introducción

  • A. Aspectos teóricos

  • LACTANCIA MATERNA,LACTANCIA NATURAL. FACTORESDE LA PÉRDIDA DE UNA CULTURA

    La lactancia materna es el fenómenobiocultural por excelencia. En loshumanos, además de un proceso

    biológico, la lactancia es uncomportamiento determinado por la

    cultura. Stuart-Macadam P, Dettwyler KA.

    Breastfeeding, BioculturalPerspectives, New York, 1995.

    En torno al inicio del siglo XX se ini-cia el mayor experimento a gran escala enuna especie animal y sin comprobacionesprevias de los posibles resultados: a laespecie humana se le cambia su forma dealimentación inicial: centenares de milesde niños pasan a ser alimentados con lechemodificada de una especia distinta. Lasconsecuencias, que no se previeron, hansido desastrosas en el mundo expoliado(miles de muertos por infecciones y des-

    nutrición) y muy graves y posiblementeno del todo conocidas en las sociedadesenriquecidas de la tierra (aumento deenfermedades infecciosas e inmunitarias,de consultas médicas y de hospitalizacio-nes).

    Aún queriendo y con más conoci-mientos, no es fácil enmendar el yerro pro-ducido: en efecto, más de una generaciónde mujeres no han amamantado a sus hijos,interrumpiéndose la transmisión de cono-cimientos intergeneracional, perdiéndoseuna cultura.

    Si todo en lactancia fuese instinto, nohabría mayor problema, pero en ella hayun componente instintivo, fundamental-mente de la parte del recién nacido (refle-jos de búsqueda y succión-deglución),unos reflejos sumamente eficaces en lamadre (la estimulación del pezón que pro-voca aumento de las hormonas prolacti-na y oxitocina) y un importante compo-nente cultural transmitido (la técnica oarte femenino de amamantar, legadosabiamente de madres a hijas y que for-

    Aspectos históricos de la alimentación al seno maternoJosé María Paricio Talayero

    1

  • maba parte del acervo cultural de lahumanidad, sin que los sanitarios tuvié-semos que intervenir en ello). Pues bien,eso es lo que se ha perdido: la cultura delamamantamiento, de la crianza natural y,posiblemente, el vínculo afectivo natu-ral entre madres e hijos.

    En esa pérdida intervienen fundamen-talmente tres componentes:

    1. Modificaciones de la leche de vaca:hasta fines del siglo XIX poco se sabía dela composición de la leche y de sus dife-rencias con las de otros mamíferos. Seconocen desde la antigüedad recipientesen forma de biberón que hablan de losintentos de alimentación de niños conleches de animales, pero no es hasta fina-les de 1800 en que el progreso de las cien-cias, de la química en concreto, hizo quese empezasen a realizar modificacionesaceptables de la leche de vaca: hasta enton-ces la mortalidad de niños alimentadoscon leches distintas a la de mujer era altí-sima (de orden superior al 90% en el pri-mer año de vida).

    2. Cambios sociológicos ocurridos enla era moderna de la sociedad industrial alo largo de los siglos XIX y XX, entreellos:• La incorporación de la mujer al traba-

    jo asalariado hace ver el amamanta-miento como un problema, deriván-dose inicialmente (siglo XIX) hacia lalactancia mercenaria, que se extiendehasta los estratos más humildes de lasociedad y posteriormente (siglo XX)hacia la lactancia artificial.

    • Un cierto espíritu de modernidad concreencia ciega en avances científico-téc-nicos, que hace que el pensamiento

    dominante acepte que todo lo artificiales mejor que lo natural, encuadrándo-se en esto la llamada “maternidad cien-tífica”.

    • Pensamiento feminista inicial con pre-tensión de la mujer de todos los com-portamientos y valores del otro géne-ro, incluso los perjudiciales para laespecie. La lactancia artificial es con-siderada como una liberación.

    • Enormes intereses económicos indus-triales.

    • Una participación activa de la clasesanitaria, fundamentalmente, médi-ca, convencida inicialmente de lasmaravillas de la maternidad científi-ca aunada a una cierta prepotenciaque negaba cualquier posibilidad deintervención válida de las propiasmujeres en su parto y en la crianza desus hijos. 3. Desde hace millones de años, la espe-

    cie a la que pertenecemos (homínidos)empezó a basar su triunfo adaptativo enuna sutil y lenta modificación evolutiva desu cadera que le conduciría de la condiciónde cuadrúpedo a la bipedestación, con libe-ración de sus patas anteriores: lo que entérminos adaptativos globales supone unamejora para la supervivencia de los homí-nidos, hace que el parto, de poca distociaen los primates, suela necesitar asistenciaen los humanos, convirtiéndolo en una acti-vidad social más que en un comporta-miento solitario. Esa asistencia, a lo lar-go del último siglo y según países, se vie-ne prestando en hospitales coincidiendocon la implantación de la maternidad cien-tífica y el predominio de alimentación arti-ficial: una serie de rutinas erróneas han

    8 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • sido difundidas por nosotros los sanitariosy, la mayor parte de ellas, contribuyen adificultar enormemente la lactancia mater-na (LM).

    Hoy día, sobre todo en los países ricos,no podemos invocar ni el feminismo, ni eltrabajo asalariado de la mujer, ni la pre-sión de la industria de sucedáneos comoexcusa para no aumentar la prevalencia dela lactancia. Por otra parte, tras los desas-tres causados por empleo perverso de laciencia, lo artificial es denostado en bene-ficio de lo natural.

    Las primeras en reaccionar frente a estasituación fueron las propias mujeres: • Cecily Williams, pediatra que descri-

    bió el kwashiokor en 1933, se oponíaal uso generalizado de sustitutos deleche humana; en su conferencia Milkand Murder, pronunciada en 1939 enel Singapore Rotary Club atribuye aesa práctica miles de muertes de lac-tantes.

    • En 1956, en pleno auge de la culturadel biberón, un grupo de mujeres deChicago fundan La Liga de la Leche(LLL) para dar apoyo personal a muje-res que amamantasen. Hoy día consti-tuye el más prestigioso grupo interna-cional de apoyo a la lactancia. En Espa-ña existen más de 50 grupos de apoyoa la lactancia. Su éxito radica en laatención personalizada con base tantoen la propia experiencia como en la for-mación adquirida.Los esfuerzos para promover la lac-

    tancia materna constituyen para la OMSun elemento clave de los sistemas sanita-rios dentro de su plan Salud para todos enel año 2000.

    En 1974 la 27ª Asamblea Mundial dela Salud (AMS) advirtió el descenso de laLM en muchos países del mundo y lo rela-cionó con la promoción indiscriminada desucedáneos industriales de LM, recomen-dando a los estados miembros adoptarmedidas correctoras.

    En 1978 la 31ª AMS volvió a reco-mendar la regulación de la promoción deestos productos; en 1979 se realizó unaReunión Conjunta OMS/UNICEF SobreAlimentación del Lactante y del NiñoPequeño, y finalmente el 21.05.1981 seaprobó el Código Internacional de Comer-cialización de Sucedáneos de Leche Mater-na, al que el Gobierno Español se adhiriópor medio de Real Decreto 12 años mástarde (RD 1408/92 en BOE 13.01.93).

    Desgraciadamente, la sola recomen-dación de la OMS o la regulación estatalno consiguieron modificar las tasas de LMen países con un producto interior brutoalto, detectándose que, tanto la pérdida dela cultura social de la LM como los siste-mas sanitarios y los propios profesionalesde la salud, de modo inintencionado, porsu falta de preparación y conocimientos yla aplicación de rutinas erróneas en pari-torio, maternidad y salas de pediatría,constituían el mayor freno a la LM en paí-ses desarrollados, aumentando la morbi-mortalidad infantil y el gasto sanitario enlos mismos.

    Por ello, en 1989 OMS/UNICEF rea-lizan la Declaración conjunta sobre “Pro-tección, promoción y apoyo de la lactan-cia materna. La función especial de los ser-vicios de maternidad”, instando a quetodos los sectores de la sociedad, especial-mente los padres, tengan acceso a educa-

    9Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • ción sobre LM y reciban apoyo para poner-la en práctica.

    En 1990 en la reunión conjuntaOMS/UNICEF en Florencia sobre “La lac-tancia materna en el decenio de 1990: unainiciativa a nivel mundial” surge la Decla-ración de Innocenti instando a los gobier-nos a adoptar medidas para conseguir una“cultura de la lactancia materna”.

    En 1991 comienza la INICIATIVAHOSPITAL AMIGO DE LOS NIÑOS,acreditación que concede OMS/UNICEFa hospitales que tras ser evaluados cum-plen una serie de requisitos: más del 75%de LM al alta en la maternidad y observar10 pasos que gozan de evidencias cientí-ficas para promover en frecuencia y dura-ción la LM (Ver anexo 1).

    Los sanitarios, especialmente todos losque tratamos a diario con madres y niños,debemos hacer un esfuerzo de humildad,reconocer lo que no sabemos y aprender-lo, ya que tenemos la responsabilidad deinformar, orientar, aconsejar y ayudar aaquellas mujeres que libremente (es decir,debidamente informadas) han elegido parasus hijos lo mejor: el producto y el calorde su pecho.

    Hasta que las mujeres recuperen unacultura pérdida, y sigan dando a luz en loshospitales y confiando en nosotros, lossanitarios tenemos la obligación de actua-lizar nuestros conocimientos teóricos yprácticos para que todos trasmitamos unainformación validada y coherente a lasmadres que quieren amamantar a sus hijos,para que puedan hacerlo el primer medioaño de forma exclusiva y como comple-mento el tiempo que ambos, madre e hijo,deseen.

    ¿POR QUÉ NOS LLAMAMOSMAMÍFEROS?

    “Cuando se expulsa el feto a la luzdel día, éste mama la leche de los

    pechos para nutrirse, sin que nadie selo enseñe. Las mamas están situadas

    en el pecho y provistas de pezones.Están formadas por un material

    glandular que, mediante una fuerzainnata, convierte en leche la sangre

    que las venas le envían”.Andreas Vesalio (1514-1564) De

    humani corporis fabrica libri septem(Basilea, 1543)

    En 1758, el sueco Carl von Linné, pro-fesor de Medicina, catedrático de Biologíay autor de la moderna taxonomía de losseres vivos, en la 10ª edición de su obraSistema Naturae, crea el término mam-malia (“de mamas”) para nombrar una cla-se de vertebrados, entre los que nos encon-tramos los humanos, caracterizados, entreotros hechos, por tener glándulas mama-rias.

    Aunque algunos contemporáneos deLinné como el naturalista Buffon se opo-nían al término, en el siglo XVIII el inte-rés por el pecho femenino entre los ilus-trados y las políticas que defendían la lac-tancia materna estaban tan en boga, quela nueva nomenclatura para el grupo deanimales denominados cuadrúpedos por ydesde Aristóteles (384 a 322 a.C.) ganóamplia aceptación.

    Esta denominación o sus variantes(mammals, en inglés) ha sido adoptada enlos países de habla inglesa mientras que tér-minos significando “portador de mamas”

    10 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • (mamífero, en español) se emplean en laslenguas romances y el que significa lite-ralmente “que maman” (Säugetiere), en ale-mán.

    Pese a todo el cúmulo de pruebas enpro de los beneficios de la lactancia mater-na exclusiva, la prevalencia de la misma esbaja o muy baja en prácticamente todo elmundo, estimándola la OMS inferior al50% en niños de hasta 4 meses en muchí-simos países.

    Esta situación, que se ha agravado a lolargo de la segunda mitad del siglo XX conla sustitución indiscriminada de la lactan-cia natural por fórmulas derivadas de lechede vaca, es en realidad, nueva en el devenirde la humanidad: desde el principio de lostiempos y hasta hace menos de 150 años lainmensa mayoría de recién nacidos huma-nos habían sido alimentados con leche dela propia especie, sea de sus madres, sea demujeres contratadas para tal fin.

    LACTANCIA MERCENARIA. LAS NODRIZAS EN LA HISTORIA

    “¿Quieres que yo vaya y llame unanodriza de entre las hebreas para quete críe este niño?”. “Ve”, le contestóla hija de Faraón. Fue, pues, la joveny llamó a la madre del niño. Y la hijade Faraón le dijo: “Toma este niño y

    críamelo que yo te pagaré.”La Biblia. Éxodo 2: 7-9

    (siglo IX a.C.)

    Dejando aparte algunas culturas comola espartana clásica, en la que existían leyesque obligaban a todas las mujeres a ama-

    mantar a sus hijos, fuese cuál fuese su cla-se social, se conocen numerosos textos his-tóricos en los que se aprecia que en muchascivilizaciones, mujeres de distintas gene-raciones y clases sociales no han ama-mantado a sus hijos.

    Hay referencias antiquísimas al siste-ma de amas de cría en dos códigos babi-lónicos de las culturas paleo-semíticas dela antigua Mesopotamia: una de las Leyesde Esnunna (final del siglo XIX a.C.) esti-pula el pago debido a la nodriza, y el Códi-go de Hammurabi, unos treinta años pos-terior al anterior, contiene una disposiciónsobre las nodrizas; el hebreo Jeremías selamenta en el 600 a.C. que las mujeres dela época sean peores que chacales por noamamantar a sus hijos y se pueden encon-trar hasta diez referencias en nueve librosdiferentes de la Biblia judeocristiana y unaen el Nuevo Testamento sobre las amas decría.

    Las nodrizas eran muy comunes en laGrecia clásica, siendo preferidas a las pro-pias madres por Platón (427-347 a.C.), ya las mejores se las tenía en gran conside-ración; Aristóteles (384-322 a.C.) en suHistoria Animalium se interesa por la lac-tancia y describe métodos para determinarsi la leche de una mujer, sea la propiamadre o de una nodriza es apta para el lac-tante, llegando a la conclusión de que laleche de los primeros días o calostro nodebe ser consumida por el recién nacido.

    La mayoría de mujeres nobles del Impe-rio romano recurrían a nodrizas para ama-mantar a sus hijos. Sorano de Efeso (98-138 d.C.), en Gynecia, tratado de referen-cia de la Ginecología y la Obstetriciadurante más de 1.500 años, describe minu-

    11Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

    ^

  • ciosamente las condiciones de elección deuna buena nodriza, su dieta, régimen devida y formas de lactar. Pese a ello, la con-sideración de una buena madre en la RomaImperial era aquella que amamantaba asus hijos.

    A partir del siglo VII podemos encon-trar referencias al sistema de amas de críahasta en tres suras distintos del Corán, yen España en las Partidas de Alfonso Xel Sabio (1221-1284) se recogen las con-diciones que deben reunir las nodrizas rea-les.

    En la Francia de los siglos XIII al XIXlas mujeres de clases media y alta no ama-mantan a sus hijos, haciéndolo por mediode nodrizas, leches de diversos animalesy preparados de cereales. Ambroise Paré(1509-1590), el médico francés más famo-so de su época, titula un capítulo de unade sus obras Acerca de los senos y el pechode la nodriza y una discípula suya, LouiseBourgeoise publica en 1609 el primer librofrancés sobre obstetricia escrito por unamatrona, en el que explica los consejospara la elección de una buena nodriza.

    En Florencia, hacia 1300, en francocontraste con la moda extendida del géne-ro pictórico de la Madonna del latte (Vir-gen de leche) que exalta claramente las vir-tudes de la lactancia materna y el vínculomaterno-filial establecido por medio deella, se extiende la costumbre de enviar alos niños de las clases noble y media urba-nas con una balia o nodriza al campodurante un promedio de 2 años.

    La lactancia mercenaria se extiende detal manera durante el Renacimiento enEuropa, pero sobre todo en Francia e Ita-lia, que la mayoría de mujeres (las de la

    clase humilde) amamantaban a más de unacriatura a la vez: la suya propia y la deja-da a su cuidado. Teniendo en cuenta el efec-to anticonceptivo de la lactancia, las cla-ses populares tenían una fecundidad limi-tada por término medio a un nacimientobianual, lo que ha podido constituir unefectivo control de natalidad entre lasmasas campesinas de la Europa preindus-trial. Por el contrario, la fecundidad nocontrolada por lactancia entre las clasesacomodadas hace que la descendencia pue-da suponer de 15 a 20 hijos, pero a expen-sas de una terrible mortalidad.

    En Francia, lo que en el XVI era unapráctica exclusiva de la aristocracia, seextiende en el XVII a la burguesía y alcan-za en el XVIII a las clases populares: unasy otras mujeres dependen de la leche depago, las de clase social baja para podertrabajar y las de clase alta para atender susnumerosas obligaciones sociales. En 1780,de 21.000 niños nacidos en París, 1.801son amamantados por sus madres, 19.000por una nodriza en el domicilio familiar,nourrice sur lieu, o en la inclusa y 199 encasa de una nodriza, generalmente en elcampo.

    En este país el sistema de nodrizasalcanza enormes proporciones, siendo elúnico de Europa que reglamenta oficial-mente la lactancia mercenaria, conocién-dose legislación al respecto desde 1284; enel siglo XVIII se desarrollan disposicionespara proteger a los niños amamantadospor nodrizas y garantizar la remuneraciónde las mismas y en 1769 se crea en París elBureau des Nourrices, Oficina de Nodri-zas, dependiente del gobierno, que, entre1770 y 1776 recluta 15.000 amas de cría,

    12 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • constituyendo una próspera industria quepersiste hasta finales del siglo XIX.

    En Inglaterra, en 1700, menos del 50%de niños eran criados a pecho por susmadres y existe una precisa denominaciónen inglés para nodrizas que lactan (wet nur-se) y para las que no (dry nurse).

    En los siglos XVI y XVII los PaísesBajos constituyen la excepción al fenóme-no de lactancia mercenaria del resto deEuropa: una moral hogareña y reivindica-dora de lo natural promovida por los pode-res públicos presenta a la buena madrecomo aquella que amamanta a sus hijos;se cree por ello que hay menos nodrizas ymenor mortalidad infantil que en los paí-ses vecinos durante ese período.

    En pleno siglo XVIII, en los periódicosespañoles, a la vez que se previene de lospeligros que acarrea el empleo de amas deleche, aparecen abundantes anuncios deofertas de nodrizas, constituyendo más dela cuarta parte de anuncios de ofertas depuestos de trabajo.

    En el siglo XIX en Rusia, a excepciónde la nobleza, que sigue las costumbresfrancesas, la mayoría de niños son ama-mantados por sus madres. También enNorteamérica y desde el siglo XVII, lamayoría de mujeres lactaban a sus hijos,no siendo frecuente el sistema de crianzapor nodriza, mientras que en Alemaniatodavía en el siglo XIX era generalizado elempleo de amas de cría y raro que unamadre cuidase por sí misma a sus hijos.

    A partir de 1890, el desarrollo de diver-sas mejoras en la fabricación y conserva-ción de leche artificial va desplazando pocoa poco este sistema de crianza. Los descu-brimientos de Louis Pasteur (1822-1895)

    contribuyen a la desaparición de la lac-tancia mercenaria a partir de 1900, si bienel modelo persistió aisladamente muchotiempo después: el primer banco de lechehumana data de 1910 en Boston, hubonodrizas internas para niños hospitaliza-dos en la maternidad del hospital francésde Baudelocque hasta 1946 y se encuen-tran partidas para gastos de nodrizas en elpresupuesto de muchas clínicas suecas has-ta 1950.

    La mortalidad infantil bajo el sistemade nodrizas era muy elevada: en el sigloXVIII la tasa de mortalidad infantil (muer-tos menores de un año por mil nacidosvivos) era de 109 en los niños amaman-tados por sus madres, de 170 en los ama-mantados por nodriza a domicilio, de 381cuando la nodriza se los llevaba a ama-mantar en su casa y de 500 a 910 en losalimentados por nodrizas en la inclusa.

    Argumentos sin fundamento científicoacerca de características físicas (parecido,posibles enfermedades) y espirituales(carácter, personalidad) transmitidas porla leche, junto a las alarmantes cifras demortalidad descritas, hacen que médicos,humanistas, filósofos, sacerdotes, mora-listas, científicos y políticos de toda Euro-pa hayan clamado en los últimos seis sigloscontra la lactancia mercenaria:• En el siglo XV, el franciscano San Ber-

    nardino de Siena y el español Antoniode Nebrija.

    • A lo largo de los siglos XVI y XVII,Erasmo de Rotterdam, Juan Luis Vives,el obstetra Jacques Guillemeau y elobispo protestante checo y pedagogoComenio; Thomas Phaer en su Bokeof Children de 1544 aconseja ama-

    13Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • mantar a los propios hijos y para eltambién médico Ambroise Paré (1510-1590) una mujer no es madre si no parey amamanta.

    • En el siglo XVIII el novelista DanielDefoe, el Dr. William Cadogan (Essayupon Nursing) y Carl von Linné, padrede 7 hijos, en su obra Nutris Novercade 1752. En España, Jaume Bonells,médico de la casa de Alba es conside-rado el promotor de la puericulturacientífica en nuestro país por su obraPerjuicios que acarrean al génerohumano y al Estado las madres querehúsan criar a sus hijos y medios paracontener el abuso de ponerlos en ama,publicada en 1786 por influencia de lapropia duquesa.Pero es en Francia donde surge la prin-

    cipal y más influyente campaña contra lalactancia mercenaria de manos del filóso-fo Jean Jacques Rousseau (1712-1778)quien, en franco contraste con haber aban-donado a sus cinco hijos en un hospicio,en Emile, ou De l’éducation de 1762 afir-ma que la lactancia materna une con fir-meza a madres e hijos, cohesiona la fami-lia y proporciona los fundamentos para laregeneración social.

    La pasión que Rousseau inspiró por lalactancia traspasó barreras sociales y polí-ticas así como fronteras nacionales: ade-más de en Francia, en Alemania se pro-mulgaron a finales del XVIII leyes y ayu-das económicas en pro del amamanta-miento de los propios hijos.

    Resulta, pues, interesante analizar por-qué la opinión de tantos pensadores, médi-cos o no, que desde la antigüedad clásicahan urgido a las madres a amamantar a

    sus hijos, ha tenido tan poca influencia, enespecial entre las clases acomodadas, fun-damentalmente urbanas.

    Toda una serie de creencias popularesy erróneas teorías, muchas de ellas sus-tentadas por los mismos médicos que apo-yaban la lactancia materna, además de unaserie de factores socioeconómicos y reli-giosos, modas y estilos de vida, contri-buyeron a un rechazo de la lactanciamaterna entre las clases medias y altas demuchos países de la Europa de los siglosXV a XIX:• Hipócrates (s. V a.C.) afirma que la

    leche del pecho es una modificación dela sangre menstrual del útero, que lle-ga allí mediante conexiones internasentre ambos órganos. Esta idea subsis-te sin que nadie la ponga en duda has-ta bien entrado el siglo XVII. La nociónde indecencia, impureza o indecoro dela menstruación, sustentada en variasculturas por las grandes religionesmonoteístas, es mantenida hasta bienentrado el siglo XX por la llamadaMedicina Pastoral.

    • Desde Sorano de Efeso (s. II d.C.) exis-te la creencia de que la lactancia debi-lita a las madres y puede ser peligrosapara su salud, especialmente el primermes.

    • Durante los siglos XVI a XVIII, elcanon de belleza imperante exige a lasmujeres unos pechos pequeños y unpoco moderado sobrepeso, amboshechos reñidos con la práctica de lac-tancia. La moda dominante de vesti-dos muy ajustados, poco prácticospara acceder al pecho y los corsésceñidísimos que, desde la infancia,

    14 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • aplastaban el pecho, deformando elpezón, no contribuían a mejorar lasituación.

    • El alto índice de mortalidad infantil dela época lleva a la necesidad en las fami-lias de conseguir un número elevado devástagos de los que sólo sobrevivirá unpequeño porcentaje que asegurará laeconomía familiar y la transmisión delapellido. Era conocido en la épocacómo la lactancia materna aumentabael intervalo entre los embarazos, dis-minuyendo por tanto el número de hijosposibles.

    • Es Galeno (s. II d.C.) el primero, perono el último médico conocido, queproscribe las relaciones sexuales duran-te el período de lactancia. La ideaextendida era que se corrompía laleche, por lo que se recomendaba unaabstinencia absoluta durante el tiem-po que durase el amamantamiento.Esta creencia se mantenía vigente en elsiglo XVII y, falta de pruebas pero sutil-mente modificada, alcanza el siglo XXen los prontuarios cristianos de Medi-cina Pastoral.

    • A lo anterior se añade el que la dura-ción media recomendada de la lactan-cia materna en los textos legislativostradicionales o religiosos como el Tal-mud (siglos III a.C. a VI d.C.) o elCorán y en los escritos de Aristóteles,Sorano o Galeno era de un mínimo de24 meses.

    • Unas normas dietéticas carentes defundamento y perjudiciales para lasalud de madres y niños, vienen a difi-cultar y desacreditar más aún la lac-tancia materna: prohibición de beber

    leche la madre, purgar a la madre onodriza si el lactante está enfermo oel antiquísimo tabú del calostro: noadministrarlo por considerarlo vene-noso o impuro. La mayoría de los lla-mados pueblos primitivos actuales, aexcepción de las mujeres maoríes, queamamantan desde el primer momen-to, esperan unos días a dar pecho.Algunos autores, a la vista de todoello, aventuran que la rutina de admi-nistrar inicialmente suero glucosadoa los recién nacidos sería una remi-niscencia de este erróneo tabú ances-tral.

    • La ambigüedad del discurso sea médi-co, científico o meramente el emitidopor la “autoridad” del momento que,tras reconocer casi unánimemente quela lactancia por la propia madre es lopreferible, describe toda una retahílade circunstancias de índole física, social,sexual o de pura conveniencia que lle-va a prohibirla y recomendar un amade cría, convirtiéndose el médico enel garante de la adquisición de una bue-na nodriza. Todos estos factores contribuyen a

    crear una baja opinión social del ama-mantamiento, al que se le considera indig-no, vergonzoso, propio de clases inferio-res o de animales. Además, como tantasotras cosas, la decisión de si los propioshijos serán o no amamantados por sumadre es prerrogativa del marido, quien,por mor de bastantes de los puntos enun-ciados, se suele oponer. De esta manera, enla Europa de estos siglos se pone de modala lactancia mercenaria por medio de nodri-zas o madres de leche, siendo las mujeres

    15Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • del pueblo llano las únicas que amaman-tan a sus hijos y, mediante transacción eco-nómica, a los hijos de las clases acomoda-das.

    Las altas tasas de mortalidad infan-til derivadas de esta práctica obligarona la creación de un sistema de legislaciónextremadamente minucioso de la lactan-cia mercenaria, que no podía impedir sinembargo la extrema rotura del vínculomaterno filial, por no decir la carenciatotal del mismo que este régimen impli-caba, pese a que ya el griego Plutarco deQueronea (46-120 d.C.) en su Moralia(Obras morales y de costumbres), habíasubrayado las ventajas afectivas de la lac-tancia materna: “...esta convivencia en laalimentación es un vínculo que refuerzael afecto...”

    ALIMENTACIÓN DE LACTANTESCON LECHE DE ANIMALES

    (Una loba sedienta de los montescercanos se desvió hacia el llanto de

    los niños y, con mansedumbre, seinclinó sobre ellos y les ofreció sus

    mamas) Tito Livio (s. I a.C.) Ab Urbe

    Condita (Historia de Roma desde sufundación)

    La alimentación artificial de lactanteses conocida desde antiguo, encontrándoseen yacimientos arqueológicos desde 2.000años a.C. numerosas vasijas con boquillaque probablemente servían de biberón paraniños pequeños (investigaciones recientespropugnan que eran sacaleches para ali-

    viar la congestión mamaria). Sorano deEfeso (s. II d.C.) recomienda la leche decabra para niños que no puedan ser cria-dos a pecho.

    En Europa el empleo de cuernos comobiberones está bien documentado desdecomienzos de la Edad Media, enumerán-dose entre los útiles habituales de la nodri-za junto a pañales, fajas y baberos en unpoema del siglo XII.

    No se conocen textos médicos que des-criban la alimentación infantil desde lostiempos antiguos hasta el Renacimiento. Secreía que la leche de animales (al igual quela de la nodriza) podía transmitir al niñolos caracteres de estos, por lo que no se con-sideraba tolerable. Hay que esperar a 1472para que Bagellardo, además de referenciasrespecto a la elección de nodrizas, dé nor-mas sobre alimentación artificial.

    En 1565, Simon de Vallembert en Dela manière de nourrir et gouverner lesenfants des leur naissance, recomiendaadministrar leche de vaca o cabra en uncuerno a partir del tercer mes y se oponea la antigua costumbre de alimentar a losniños con comida masticada por la madreo nodriza por considerar que es fuente deinfecciones por gusanos.

    A lo largo del siglo XVIII, las expe-riencias de alimentación artificial de lac-tantes en medio institucional fueron desas-trosas, paradigma de lo cual fue el hospi-cio de Rouen, en el que entre 1763 y 1765sólo sobrevivieron 5 niños de un total de132 internados. Será preciso ampliar elconocimiento de la composición bioquí-mica de la leche de mujer para poder mejo-rar estos resultados; el británico Under-wood en 1799 y el alemán Simon en 1838

    16 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • llevan a cabo análisis químicos detalladosde la leche. Hay que tener en cuenta quehasta entonces la única aproximación a lascaracterísticas o composición de la leche demujer consistían en el clásico y absoluta-mente carente de rigor científico test de lauña, primeramente descrito por Sorano enel siglo II d.C.

    El Dr. George Napheys (primer con-tradictor de Aristóteles en cuanto al calos-tro), observa que la mortalidad en las inclu-sas francesas, en las que se criaba a losniños con mezclas artificiales de leche ysopas de pan, panade, eran muy superio-res, 500 a 800 por mil, a las que presen-taban inclusas en las que habitualmenteeran amamantados por nodrizas: 337 a350. En los hospicios de Nueva York, lamortalidad con leche artificial era cercanaal 100%.

    Desde antiguo era conocido el fracasoirremediable de la alimentación con lechede animales que acababa casi indefecti-blemente con la muerte del lactante; el mis-mo Tito Livio, que fija por escrito la his-toria de Rómulo y Remo, cree que es unaleyenda originada por el equívoco nombrelatino de la profesión a que se dedicaba lamujer del pastor que los recogió (lupa,loba, y también cortesana, prostituta). Laleche de cánidos como la loba contieneunas diez veces más proteínas y unas 5veces más minerales que la de mujer, lo quesupone una carga renal de solutos aún másinsoportable para el lactante humano y susupervivencia que la de la leche de vaca.

    Durante el siglo XIX todos los trata-dos médicos convienen en afirmar la supe-rioridad de la leche de mujer sobre la decualquier animal. Se suele reconocer que,

    después de la de mujer, se sitúan por ordende adecuación a las necesidades nutritivasdel niño, la de cabra, la de asna y, en últi-mo lugar, la de vaca; pero son precisamentelas modificaciones de la leche de este últi-mo animal, en especial la dilución, la adi-ción de azúcar y las ebulliciones repeti-das las que permiten a esta industria teneruna creciente prosperidad. La pasteuriza-ción vuelve más segura la leche embote-llada y hace que el biberón vaya hacién-dose popular en las ciudades de Inglaterra,aunque se introduce muy escasamente enel ambiente rural.

    Pese a que algunos médicos como Pie-rre Budin (1846-1907), pioneros de lamedicina perinatal, recomendaban la lac-tancia materna para disminuir una mor-talidad infantil en torno al 300 por 1.000a finales del siglo XIX, el desarrollo de unaindustria química cada vez más científica-mente preparada, una competencia comer-cial por un mercado, el de la alimentacióninfantil, que ofrecía pingües beneficios (quí-micos y comerciantes, como Henri Nestlé,entran en el campo de la alimentacióninfantil, inicialmente reservado a los médi-cos) y una ideología dominante que ensal-zaba el progreso y la tecnología vinieron apreconizar la “maternidad científica”, unode cuyos paradigmas era la lactancia arti-ficial, convenciendo incluso a los profe-sionales sanitarios: la ciencia de la nutri-ción desarrolla tal dependencia del cálculoy la medición, que lleva a la falsa creenciaentre población y profesionales de que loindustrial es más perfecto que lo naturalporque se puede medir, pesar, calcular“científicamente”. El mismo Budin enFrancia, Biedert y Heubner en Alemania y

    17Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • Meigs y Roth en Estados Unidos, figuranentre los promotores de bases científicaspara modificar la leche de vaca y hacerladigerible para los lactantes humanos. Des-de entonces (finales del siglo XIX), la com-petencia por dominar el mercado de lasmadres que no amamantan se ha hechodespiadada.

    Los avances obtenidos en las últimasdécadas en la composición de leches paralactantes a partir de modificaciones de lechede vaca han conseguido productos que,aunque desprovistos de las propiedadesinmunitarias de la leche materna, son quí-micamente similares a ella, y administra-dos a lactantes en condiciones culturales(bien preparados), económicas (en canti-dad suficiente) e higiénicas adecuadas, sue-len conseguir resultados nutricionales satis-factorios de entrada y alejados de los pal-mariamente catastróficos descritos en siglosanteriores, si bien las consecuencias enmuchos aspectos a largo plazo siguen sien-do desconocidas y probablemente no ópti-mas.

    Los intentos de regulación del merca-do de comercialización de sucedáneos arti-ficiales merecen un pequeño comentario:

    En 1972 la Unión Internacional deConsumidores (IOCU) presentó a laFAO/OMS un proyecto en borrador delCódigo para regular las prácticas de comer-cialización de alimentos infantiles.

    En 1973 el Protein Advisory Group(PAG), creado por OMS, FAO y UNICEF,tras varios encuentros entre gobiernos, pro-fesionales de salud y representantes de laindustria de fórmulas de alimentacióninfantil, definió en su informe número 23el papel de las tres partes implicadas.

    El mismo año, el New Internationalist,revista mensual de dos organizaciones decaridad británicas, OXFAM y Christian Aid,publica un artículo, The baby food tragedy,en el que se acusa a los fabricantes de suce-dáneos de ser responsables directos de milesde muertes de niños en países subdesarro-llados, por el consumo generalizado de susproductos tras prácticas de comercializacióninapropiadas. Era la primera vez que se acu-saba públicamente a compañías considera-das hasta entonces modelo de progreso médi-co. Meses después se publica el libro Thebaby killer en el que M. Muller, periodistade otra organización de caridad británica,War on Want, insiste en las críticas a losmétodos de comercialización; su libro espublicado en Suiza y Nestlé demanda judi-cialmente a los editores por calumnia.

    En 1975 las principales compañías delmundo quizás no sintiéndose bien repre-sentados en el PAG, crean un consejo pro-pio: el International Council of Infant FoodIndustries (ICIFI)

    En 1977 se crea el Infant FormulaAction Coalition (INFACT), vinculado alInstituto para el tercer mundo de la Uni-versidad de Minesota, para frenar la expan-sión del mercado de fórmula infantil. Seinician campañas de boicot a diversasindustrias (Bristol Myers, Nestlé), dentroy fuera de EE.UU. El senador E. Kennedy,en plena campaña electoral se interesa porel tema y, no logrando acuerdos con lascasas comerciales en audiencias del Sena-do de EE.UU., solicita la formalización porparte de la OMS de un código ético decomercialización.

    Tras más de dos años de negociacionesentre representantes gubernamentales, sani-

    18 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • tarios, de la industria y grupos activos ciu-dadanos (entre ellos, el International BabyFood Action Network (IBFAN) creado en1979 y que aglutinaba a INFACT y otrosgrupos de presión) en 1981 se aprueba por118 votos a favor, 3 abstenciones y 1 votoen contra (el de EE.UU.) el Código Inter-nacional de Comercialización de Sucedá-neos de Leche Materna, conjunto de reglasdestinadas a proteger la lactancia maternade las prácticas comerciales poco éticas. Supreámbulo declara que “la comercializaciónde los substitutos de la leche materna requie-re un tratamiento especial que hace inade-cuadas en el caso de esos productos las prác-ticas habituales de comercialización”.

    En 1990, la Asamblea Mundial deSalud de la OMS recomienda a todos losgobiernos adoptar el Código.

    Pese a que las casas comerciales aglu-tinadas desde 1985 en la InternacionalAssociation of Infant Food Manufactures(IFM) tiene su sistema propio de controlde denuncias de violaciones del Código porparte de los fabricantes, estas, muy fre-cuentes, vienen recogidas en informesperiódicos (Violando las reglas) por IBFANa través del grupo Baby Milk Action(BMA). El infome de 2001 declaraba que: • Los establecimientos de salud siguen sien-

    do el canal más usado y eficaz de lascompañías para llegar a las madres.

    • Casi todas las empresas donan gratisfórmulas infantiles a los estableci-mientos de salud.

    • Casi todas las empresas donan gratisfórmulas infantiles a los trabajadoresde salud.

    • La promoción dirigida a trabajadoresde salud, suele llegar a las madres.

    • Las madres reciben revistas, folletos,libritos y otros materiales promocio-nales en establecimientos de salud, entiendas y por correo.

    • Siete compañías utilizan “clubes parabebés” como estrategia para llegar alas madres y promocionar sus produc-tos.

    • Varias compañías patrocinan sitios Webpúblicos de temas de salud o médicos,a través de los cuales promocionan susproductos o enlazan con el sitio de lacompañía.

    • Ninguna compañía respeta las dispo-siciones del Código sobre el etiqueta-do de sus productos (imágenes deniños, idioma diferente al del país, eti-quetas similares en leches de inicio quede continuación, multiplicidad de fór-mulas especiales, etc.).

    • Hay un incumplimiento sistemático delCódigo.

    DURACIÓN DE LA LACTANCIA. DE LA PREHISTORIA AL SIGLO XIX

    “Hijo, ten compasión de mí que tellevé en el seno por nueve meses, teamamanté por tres años y te crié y

    eduqué hasta la edad que tienes”La Biblia, Segundo libro de los

    Macabeos, 7: 27. (124 años a.C.)

    Durante la mayor parte de la historiadel género humano, no ha habido sustitu-to eficaz para la leche materna. En el papi-ro egipcio encontrado en Tebas por Ebers,perteneciente al principio de la XVIII dinas-tía (1587-1328 a.C.), se describen méto-

    19Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • dos para estimular el flujo de leche en muje-res lactantes y para saber si la leche es bue-na o mala. Hasta bien entrado el siglo XX,la elevada mortalidad que acompañaba ala alimentación artificial hace que el pechode la mujer (madre o nodriza) signifique ladiferencia entre la vida y la muerte para elrecién nacido y el lactante pequeño, hacien-do del amamantamiento un hecho esencialpara la supervivencia de la especie.

    Basándose en diversos patrones de pri-mates no humanos, la edad de destete natu-ral correspondiente a los humanos estaríaentre los dos años y medio y los siete años.Muchos grandes mamíferos, incluidos losgrandes primates, destetan cuando la críaalcanza el cuádruple de su peso al nacer (24a 30 meses en humanos) o cuando alcanzanel tercio del peso de un adulto (4 a 7 añosen humanos) o en función del peso de unahembra adulta (2,8 a 3,7 años en humanos)o 6 veces el período de gestación (4,5 añosen humanos) o al erupcionar los primerosmolares permanentes (5,5 a 6 años).

    Se sabe que el tiempo de lactancia enlos humanos ha permanecido hasta hacemenos de 100 años, e incluso hasta hoy enalgunas regiones del mundo, estabilizadoentre los 18 meses y los 3 años de vida, yello desde tiempos prehistóricos o históri-cos muy antiguos, con introducción de otrosalimentos (leche de cabra o vaca, maíz)entre los 6 y 24 meses según culturas.

    Cifras similares se mantienen en laMesopotamia del segundo milenio a.C. (laley 32 del Código de Esnunna establece uncontrato con la nodriza de tres años); enla India del período Ayurvédico (1800 a1500 a.C.) se recomienda una lactanciaexclusiva durante un año con destete pro-

    gresivo hasta los tres años y en los papirosegipcios se podía leer: “cuando naciste ellate llevó a su cuello y durante tres años teamamantó”. Similar tiempo se recoge enGrecia del siglo IV a.C. y en el Imperioromano en las cuatro primeras centuriasde nuestra era.

    La cita introductoria de este capítulohace pensar que entre los judíos del segun-do siglo antes de Cristo no sería rara unalactancia de 3 años y en el Talmud se reco-mienda una duración de 24 meses. Encon-tramos en la Europa carolingia de los siglosVIII a X una lactancia media de 2 años yen la época feudal (siglos XI a XIII) de 18meses. En el sur de Francia en el siglo IXhay datos para saber que en familias cam-pesinas se destetaba a los niños a los 2 añosy a las niñas al año. En todas clases socia-les la lactancia se complementaba a menu-do y pronto con papillas de pan y leche deanimales o agua.

    Desde el siglo VII el Islam prescribe unamamantamiento de 2 años “completos”,lo que recomienda el médico persa Avice-na (Ibn Sina, 980-1037) cuatro siglos des-pués. El mallorquín Ramón Llull (1233-1315) en su Libre d’Evast e d’Aloma e deBlanquerna preconiza un año de alimen-tación al pecho, sea de madre o, en sudefecto, de “nodriza sana”.

    De nuevo en Francia, en el siglo XV losdatos apuntan a lactancias de 2 a 3 años yen el siglo XVI el obstetra francés JacquesGuillemeau (1550-1613) en su obra De lanourriture et gouvernement des enfantsrecomienda que se inicie el destete hacialos 15 meses y se acabe entre los 2 y 3 años,cuando toda la dentición temporal hayaerupcionado. En las clases altas el destete

    20 Lactancia materna: Guía para profesionales

    ^

  • solía ser brusco, mientras que entre el cam-pesinado o clases bajas era progresivo y lalactancia se prolongaba más tiempo.

    En el siglo XVI el escritor valencianoJoan Timoneda nombra dos años de ama-mantamiento, al igual que en las ciudadesdel territorio que hoy es Italia central yseptentrional en que los niños de clasemedia eran amamantados un promedio de2 años en los siglos XIV a XVI. En Ingla-terra en los siglos XV y XVI los niños reci-bían exclusivamente leche hasta que lessalían los primeros cuatro dientes y gene-ralmente eran destetados hacia el año deedad. En América del Norte en el sigloXVII los niños mamaban hasta los 12 o18 meses y en la Rusia Imperial de lossiglos XVIII y XIX, aunque la gran mayo-ría eran criados a pecho, desde las prime-ras semanas ya se les administraban otrosalimentos y al año comían lo mismo quesus padres.

    El desarrollo de la dentición ha sido unfactor decisivo tanto en la introducción dealimentos distintos de la leche maternacomo en el destete definitivo, que enmuchas sociedades han venido condicio-nados respectivamente por la aparición delos primeros dientes en el segundo semes-tre y su erupción total hacia los dos años.

    LA LACTANCIA EN EL SIGLO XX

    .... al doblar el siglo (XIX) se habíanpuesto los cimientos para la

    alimentación sistemática de lactantescon leche distinta de la humana.... La

    alimentación artificial temprana delos lactantes constituye el más vasto

    experimento sin controles delmundo.

    Profesor Bo Vahlquist, 1981A lo largo del siglo XX se han conoci-

    do prácticas de crianza de diversos pueblosque históricamente han mantenido pococontacto con la civilización predominantey gracias a la literatura etnográfica pode-mos saber que la duración media de ama-mantamiento es de tres a cuatro años ensociedades tradicionales en las que no seha diseminado el uso de fórmulas artifi-ciales de leche, variando la edad de iniciode la alimentación complementaria desdelos cuatro meses de los hotentotes africa-nos, pasando por el año de pueblos deSamoa, los uno a dos años de tribus arme-nias, los dos a tres años de aborígenes aus-tralianos, tres a cuatro de habitantes deGroenlandia, cinco años en puebloshawaianos y los siete años de ciertas pobla-ciones esquimales. En las últimas décadas,en regiones de Sudamérica el destete suelehacerse a los 2 años y en el mundo árabela media es de 18 meses, con cifras desde14 meses en Siria a 19-20 meses en Mau-ritania y Egipto; en países africanos hayamplias variaciones entre los 21 meses deGambia y los 42 de Costa de Marfil. En1989 de 46 sociedades no industrializadasdel mundo el destete ocurría entre los 2 o3 años de edad en el 75% de ellos, y a los18 meses en el resto.

    Pese a que desde el Estado con relati-va frecuencia se ha hecho promoción acti-va de la lactancia (las leyes prusianas deprincipio de siglo XX promoviendo la lac-tancia y actualmente el gobierno de Qué-bec que paga primas a las madres que ama-mantan, o el consentimiento informado

    21Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • que tienen que firmar las madres en Tas-mania si quieren alimentar a sus hijos conlactancia artificial, durante el siglo XX hanocurrido grandes cambios en la forma dealimentación de los lactantes en práctica-mente todo el mundo, pero de modo másgeneralizado en los países desarrollados.

    Estados Unidos de Norteaméricapodría ser un paradigma de este fenóme-no, como vemos en la figura 1, elaboradaa partir de datos de la literatura. En 1979,el 29% de los recién nacidos en los Hos-pitales de Nueva York recibían lactanciamaterna al alta en la maternidad; en 1996este porcentaje había subido a 58%.

    Si bien la frecuencia y duración de lalactancia materna está aumentando en losúltimos 25 años en Estados Unidos, la cul-tura de fines del siglo XX en este país ha

    sido intrínsecamente hostil a la lactancia,incluyendo la detención de mujeres poramamantar en público acusándolas deexhibicionismo: hasta bien entrada la déca-da de 1990, en varios estados no se apro-baron leyes que permitiesen hacerlo.

    Al principio de la década de 1990,prácticamente en toda Latinoamérica, másdel 95% de niños eran amamantados enalgún momento, pero las cifras de lactan-cia materna exclusiva (LME) hasta los 4meses, aunque altas para otras regiones,muestran un descenso en los últimos años,estando por debajo del 20% e incluso del10% (región caribeña) con excepción deBolivia que mantiene cifras superiores al50% de LME al 4º mes.

    En Tailandia, país en el que el 99% delos niños son amamantados en algún

    22 Lactancia materna: Guía para profesionales

    1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990

    44

    7

    35

    20 20

    55

    16

    710

    40 38

    69

    40

    2422

    63

    53Nacimiento

    3 meses

    6 meses

    Figura 1. Porcentaje de niños con lactancia materna al nacer, 3 y 6 meses. EE.UU., 1910-1990.

  • momento, las cifras de lactancia maternaexclusiva al 4º mes eran de 0,2% en 1992y del 4% en 1996; este mismo indicadorsubió en Pakistán del 12% en 1988 al 25%en 1992 y era del 55% en Arabia Saudí en1991.

    Australia y Nueva Zelanda mantienendesde el último decenio cifras de lactanciamaterna exclusiva superiores a 80, 50 y20% a los 0, 3 y 6 meses respectivamen-te.

    En casi todos los países del África sub-sahariana las cifras de lactancia maternaexclusiva a los cuatro meses de edad sonmuy bajas, inferiores al 20% y algunos deellos (Senegal, República Centro Africana,Níger y Nigeria), inferiores al 5%

    A pesar de las numerosas ventajas reco-nocidas sobre la lactancia artificial inclu-so en el mundo industrializado, los indi-

    cadores de lactancia materna son bajos conlenta recuperación en la mayoría de paísesde la región europea, que registran con 15a 20 años de retraso los índices estadou-nidenses. Muchos de ellos no llegan al 70%de LME inicial y Francia apenas alcanzaen 50%. Es preciso exceptuar a Suecia yNoruega, con cifras muy altas (más del60% de LME al 4º mes) desde hace variasdécadas y el esfuerzo realizado en otrospaíses como Armenia o Polonia, en los quese han conseguido incrementos del 1 al20% de LME al 4º mes en pocos años.

    En España diversos trabajos publica-dos en la última década nos permiten teneruna idea de que la prevalencia y duraciónde la lactancia materna en nuestro país noalcanzan el patrón óptimo recomendadopor la Organización Mundial de la Salud(ver Tabla I).

    23Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

    TABLA I. Porcentaje de niños con lactancia materna al inicio, 3 y 6 meses de vida según trabajosrealizados en distintas regiones de España

    Porcentaje LME (LMP)*Región, Autonomía Año N Inicio 3 meses 6 meses

    Comarca Cataluña 2000 200 — (78) — (67) — (39)Pueblo Aragón 1988 345 — (80) — (34) — (11)Pueblo Cataluña 1998 88 81 (83) 59 (75) 3 (6)Pueblo Ciudad Real 1993-95 170 82 (88) 34 (46) — (6)Córdoba ciudad 1995 561 — (77) — (25) — (10)Castilla-León 1998 - 75 (88) - 7 (28)Centro-Norte España 1992-93 1.175 80 (88) 27 (45) 4 (14)Asturias 1996 418 51 (73) 15 (31) 9 (20)España 1995 400 - 37 (54) 15 (33)

    1999 10.487 — (84) — (55) — (25)

    *LME: lactancia materna exclusiva. LMP: lactancia materna parcial o mixta.

  • Hay abundante literatura para com-prender que las cifras de incidencia y dura-ción de lactancia materna tienen significa-tivamente que ver con factores tales comola edad, la paridad, el nivel de educación,el grupo étnico, el tabaquismo y el traba-jo de la madre, el nivel sociocultural y deingresos familiar, el tipo de institución delnacimiento y sus normas de cuidados yatención a madres y recién nacidos, y laforma de terminación del parto, la madu-rez, el peso y el estado de salud del reciénnacido, entre otros. Como ejemplo en 1987en EE.UU., por diferentes motivos (dura-ción de estudios, ingresos familiares y hora-rios de trabajo, entre otros) los porcenta-jes de lactancia materna eran 60% en muje-res blancas, 50% en hispanas y 25% ennegras.

    RECUERDE

    La lactancia materna es un fenómenobiocultural, simbiosis de instinto y cul-tura. Es el aspecto cultural el que le con-fiere una especial vulnerabilidad: avan-ces científicos, cambios sociológicos,desinterés de sanitarios y presionescomerciales han estado a punto dehacerla desaparecer en el último siglo.

    Hasta hace unos 100 años, todos losniños eran amamantados, pero no siem-pre por sus madres. En muchas civili-zaciones los niños de clases altas erancriados por nodrizas. La mortalidad deestos niños era muy superior a la de losalimentados por sus madres.

    Los intentos, conocidos desde antiguo,de alimentar recién nacidos y lactan-tes con leches de animales o modifica-ciones de las mismas se saldaban has-ta los albores de 1900 con una morta-lidad cercana al 100%.

    Desde la prehistoria, la duración mediarecomendada y practicada de la lac-tancia en las diversas culturas se hamantenido estable entre los 2 y 4 años.

    Gracias a la intervención de grupos demujeres (Liga de la Leche y posterioresgrupos de apoyo), grupos de presión(IBFAN), organismos internacionales(OMS/UNICEF) y, posteriormente, aso-ciaciones de profesionales sanitarios, enlas últimas décadas muchos países estánempezando a remontar sus índices delactancia. Se precisará un esfuerzo con-junto y mantenido para acercarse a loideal: 100% de lactancia materna exclu-siva a los 6 meses de edad.

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    25Aspectos históricos de la alimentación al seno materno

  • “La lactancia está en el corazónmismo de nuestra identidad, inicia su

    evolución aún antes del embarazo ycada mamífero ha desarrollado por

    milenios una leche única para susnecesidades, su comportamiento y su

    entorno. Es una estrategiaespectacular de supervivencia que

    nos sitúa entre los mamíferos ...animales que alimentan a sus crías

    con su leche”Gabrielle Palmer

    The politics of lactation 1993

    Definida la lactancia como un fenó-meno cultural con implicaciones biológi-cas determinantes para la supervivencia dela especie humana, a semejanza de lo queocurre con otros mamíferos, vemos en otrocapítulo de este libro cómo se ha modifi-cado su práctica por factores sociales, eco-nómicos y psicológicos. Dos aspectos hansido particularmente influenciados porcambios de hábito en la alimentación de

    los lactantes en el mundo moderno, uno esla frecuencia de alimentación y otro la sen-sación de baja producción de leche demuchas madres en las sociedades indus-trializadas.

    FRECUENCIA DE LA SUCCIÓN

    Desde cierto tiempo a esta parte, losmédicos hemos empezado a aceptar la lac-tancia a demanda como la mejor manerade satisfacer las necesidades del pequeñolactante. De hecho, la recomendamos y asílo hacemos constar en la hoja de prescrip-ción médica. Sin embargo, no parece que-dar muy claro lo que debemos entender poruna lactancia a demanda. No resulta extra-ño pues, ver a madres aferradas a un hora-rio rígido unas veces, restringiendo lastomas nocturnas en otras o esperando aque el niño se desgañite para ofrecer elpecho. Este tipo de comportamiento se ini-cia con cambios introducidos a mediadosdel siglo XX, junto a la incorporación de

    Aspectos antropológicos en la prácticadel amamantamientoLeonardo Landa Rivera

    2

  • la mujer al mercado de trabajo y el uso agran escala de leches artificiales en el mun-do industrializado y su posterior propaga-ción a otras zonas menos favorecidas. Lasmodernas leches con más densidad que laleche humana, en gran parte debido a sumayor contenido proteico, condicionan unadigestión más lenta que requiere períodosmás largos entre las tomas y, con ello, ali-mentación menos frecuente.

    La evolución ha marcado la frecuenciade las tomas en las diferentes especies enfunción del contenido en solutos de la lechede los diferentes mamíferos. Por ejemplo,la leche de león marino contiene 62-65%de solutos y se alimenta una vez por sema-na; la de conejo contiene 33% y se alimentacada 24 horas; la de rata contiene 21% yamamanta de forma continua. La lechehumana contiene 12,4% ¿Cada cuantotiempo debería amamantar entonces unacría humana? Sabemos que el tiempo dedigestión de la leche materna es aproxi-madamente 20 minutos. ¿Resultaría razo-nable entonces pedirle a una madre queamamante a su hijo cada 3 horas? Nopodemos pasar por alto la satisfacciónemocional que supone la succión para elbebé y su reconocida importancia para eldesarrollo cerebral que determina un mejordesempeño cognoscitivo y psicoafectivo.Éste se ve alterado por el uso de biberón,puesto que no sólo interrumpe el procesofisiológico, si no que tampoco satisfacela succión no nutritiva al ser retirado unavez vacío de la boca del niño. Para com-pensar esta carencia se volvió prácticacomún el uso de chupete conocido curio-samente como “pacificador” en el idiomainglés.

    Este modelo de alimentación se viorápidamente incorporado a la enseñanzade los estudiantes de pediatría en una épo-ca de confianza ciega en los avances tec-nológicos y convertida en la norma quepor muchos años se ha venido ofreciendoa las madres. Sin considerar las diferencias,tales recomendaciones se han aplicado porigual a las madres lactantes con resultadosdesastrosos, tanto para la instauración dela lactancia materna como para su dura-ción.

    HIPOGALACTIA

    Es un hecho generalmente aceptado quetoda mujer sana es capaz de amamantarsatisfactoriamente a su hijo. Sin embargo,la causa más frecuente citada por lasmadres en las diversas encuestas como fra-caso en la lactancia es la falta de leche. Seareal o percibido, dicho fenómeno se hatransformado en una constante en las socie-dades industrializadas y sectores privile-giados de los países en desarrollo. Muchosfactores pueden contribuir a este hecho,tales como un estilo de vida a velocidad devértigo, condiciones adversas por partoscon intervención excesiva, mensajes mediá-ticos subliminales que incitan a la insegu-ridad individual en favor de productos conpretendida solución para todo, pérdida dela cultura de la lactancia como patrón dealimentación, profesionales sanitarios quedesconocen las bases del comportamientode la lactancia, influencia de la industria através de técnicas de mercadeo agresivaspara introducir alimentos infantiles, y unlargo etcétera que mina la capacidad de la

    28 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • mujer para asumir su papel de “actoraprincipal” en el proceso de alimentación yprotección de su hijo.

    La cultura del bienestar que disfruta-ban las clases privilegiadas en épocas pre-téritas tampoco veía con buenos ojos lapráctica de la lactancia, pues era frecuen-temente delegada a mujeres de la clase baja,verdaderas madres de alquiler, las llama-das nodrizas.

    Dos factores destacan en la cultura delbiberón como barrera importante para laproducción adecuada de leche: uno, el con-cepto de tiempo apegado a una prácticahoraria supeditada al reloj, y otro, el decantidad que ocupa un espacio mensura-ble dentro de nuestra sociedad capaz demedirlo todo. En las sociedades tradicio-nales, las mujeres secularmente han acep-tado amamantar a sus hijos con la fre-cuencia necesaria y por todo el tiempoposible. Esto no sólo ha sido visto connaturalidad, sino que buscado como algodeseable. La práctica de la lactancia nosólo ha constituido una fuente de vida, sinotambién de consuelo y apoyo afectivo entreambos partícipes de este juego amoroso.Hay culturas donde el contacto íntimo per-manente entre el niño y su madre se man-tiene aún como un valor asociado al vín-culo afectivo favorecido por la práctica dellevar colgado el niño a la espalda o sobreel pecho. En nuestras sociedades moder-nas donde se cultiva el individualismo y larealización personal como meta, cada díaes mayor el número de madres que acce-den a un mercado laboral que las relega apermanecer ajenas al cuidado de sus hijosy percibir la lactancia materna como unsímbolo de atadura y dependencia insos-

    layable. Con la práctica de una alimenta-ción de horario rígido que enfatiza la pau-sa entre tomas de “tres horas”, promovi-da ampliamente por la industria láctea, seinicia una nueva tendencia que invade elcampo de la lactancia materna. Este mode-lo encaja a la perfección con nuestro esti-lo de vida occidental donde “el reloj es lapiedra angular de nuestro sistema cultu-ral”.

    Por esta misma vía, el concepto de can-tidad hasta ahora desconocido por lasmadres que amamantaban se transformaen regla básica para la preparación de bibe-rones e introduce un motivo de inquietudmás para las madres. Allí donde la lactan-cia materna ha sido la norma, las madreshan permanecido ajenas a toda preocupa-ción acerca de la frecuencia y cantidad deleche consumida por sus hijos, les ha bas-tado con verles satisfechos y felices.

    Los sanitarios formados en la tradicióncientífica ávida de medición y controles pre-cisos recibieron con agrado tal exactitudofrecida por la industria de sucedáneos,tomando como válidas sus recomendacio-nes para la lactancia. Esta actitud sigueteniendo un efecto devastador sobre la prác-tica de la lactancia natural por el papel pre-ponderante de estos profesionales y por suinfluencia sobre unas madres cuyos refe-rentes culturales sobre la lactancia ya sehan perdido. Varios estudios han demos-trado el importante papel del entorno socialpara el éxito de la lactancia en diversosámbitos culturales. En las actuales cir-cunstancias, las abuelas modernas han deja-do de ser un soporte válido, como tam-poco lo es el resto de la familia, quienespueden tener un efecto contrario.

    29Aspectos antropológicos en la práctica del amamantamiento

  • El escenario moderno es entonces el deuna madre abrumada por las dudas y unentorno hostil para la práctica de la lac-tancia, sobre todo en las primeras 6 sema-nas cuando debe consolidarse el procesofisiológico de la producción de leche, conalimentación a demanda e intenso contac-to físico entre la madre y el bebé. No resul-ta extraño que sea este período en el queocurre la mayor deserción por hipogalac-tia en todos los sondeos de prevalenciaconocidos. ¿Es posible que tantas mujeresse vean afectadas por esa carencia cuandohace sólo tres generaciones ocurría lo con-trario? Resulta obvio que en la mayoría delos casos están involucrados otros factoresque los orgánicos propiamente dichos.

    Este libro representa el esfuerzo cons-ciente por desandar el camino que nos haido conduciendo a la negación misma de

    los principios de nuestra supervivenciacomo especie. Es a los pediatras y demásprofesionales sanitarios a quienes nos tocaorientar nuestra actuación apostando porun ejercicio hacia la prevención y protec-ción de nuestros niños mediante ese recur-so excepcional que es la lactancia materna.

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    30 Lactancia materna: Guía para profesionales

  • INTRODUCCIÓN

    La OMS y el UNICEF recomiendan larecogida periódica de datos sobre lactan-cia (monitorización) que permita conocerla evolución de la misma, así como la efec-tividad de las diversas iniciativas de pro-moción y apoyo.

    Hoy en día existe gran interés por larecuperación de la lactancia materna en laalimentación del lactante en todos losámbitos sociales, culturales y económicos.Además las recomendaciones internacio-nales abogan por la lactancia maternaexclusiva hasta los 6 meses y complemen-tada con otros alimentos hasta los 2 años.Por todo ello, es fundamental el estableci-miento de sistemas de registro (encuestas)para conocer la evolución de la lactanciamaterna en la sociedad. Conocer la inci-dencia, la duración y los condicionantesde la lactancia materna permite evaluar losesfuerzos que se realizan para su promo-ción y apoyo y dirigir las campañas y losprogramas en la dirección correcta, sin mal-

    gastar un solo esfuerzo o recurso. Este tipode estudios epidemiológicos y los sistemasde monitorización requieren recursoshumanos y económicos que deben serfinanciados por las administraciones de losdistintos países, ya que la lactancia mater-na es un bien para toda la sociedad que,sin embargo, no produce beneficios eco-nómicos a aquellos que trabajan para surecuperación, promoción y apoyo.

    LACTANCIA MATERNA. UN PROBLEMA MUNDIAL

    En el informe mundial sobre el estadode la infancia, publicado en 2004 por UNI-CEF, se recogen las cifras de incidencia sobrela situación de la lactancia materna en elmundo, que pueden verse en la tabla I.

    Las cifras recogidas en este informepara Europa, sobre lactancia materna,son desalentadoras. Un estudio más deta-llado del informe de UNICEF permite allector reconocer la ausencia de cifras decla-

    Epidemiología de la lactancia materna.Prevalencia y tendencias de la lactanciamaterna en el mundo y en EspañaMaría Teresa Hernández Aguilar

    3

  • radas por la mayoría de los países euro-peos, Estados Unidos y Canadá, lo queseguramente resulta en unas cifras lamen-tables que quizá sean menos pesimistas.

    En la página web de la Liga de la LecheInternacional (LLI) (www.lli.org/2003 CBIBreastfeeding Statistics.htm) se recogen losdatos de la tabla II. Aunque en la mayoríade los casos se trata de cifras recogidasde estudios locales y, por tanto, no repre-sentativos del país en su totalidad, estascifras pueden servir como una primeraaproximación a la situación real (Tabla II).

    La ausencia de cifras procedentes delmundo industrializado probablemente tra-duce una falta de interés, en estos paísesoccidentales, por el problema de la bajaincidencia y prevalencia de la lactanciamaterna, así como de la duración de la mis-ma por debajo de las recomendaciones. Esposible que esto se deba a que en el mun-do industrializado se sigue sin reconocer

    que la alimentación del lactante con ali-mentos distintos de la leche humana supo-ne un riesgo de morbilidad y mortalidadpara los lactantes de nuestro entorno y susmadres, además de un gasto familiar ysocial innecesario y del daño al medioambiente que la producción y utilizaciónde alimentos artificiales genera.

    SITUACIÓN ACTUAL DE LALACTANCIA MATERNA EN ESPAÑA

    En este momento no existe un siste-ma oficial, adecuado, de seguimiento ymonitorización de la lactancia materna anivel nacional. Los datos que se recogen,sobre prevalencia de lactancia materna anivel local por profesionales sanitarios conmuc