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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
Trabajo Fin de Grado ANÁLISIS DE ARGUMENTOS
LAICISMO Y PROSTITUCIÓN
Alumna: María Toribio Gay.
Tutora: Prof. Dña. Concepción Paredes Olay.
Dpto: Departamento de Psicología.
Diciembre, 2016.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
2
INDICE
1. Resumen…………………………………………………………….. Página 3
2. Introducción…………………………………………………………. Página 3
3. Descripción del método…………………………………………….. Página 5
4. Análisis de argumentos…………………………………………........ Página 8
5. Resumen global de los argumentos………………………………… Página 36
6. Conclusión…………………………………………………………… Página 37
7. Referencias bibliográficas………………………………………… Página 39
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
3
1. RESUMEN
Este Trabajo de Fin de Grado se va a centrar en la realización de un análisis de
argumentos extraídos de varios artículos sobre Laicismo y prostitución. El objetivo del trabajo
será determinar, en función de ese análisis, cuál es el grado de solidez de los diferentes
razonamientos (basándonos en su aceptabilidad, relevancia y suficiencia), y a partir de ahí,
concluir cuál creemos que es la postura más adecuada que el laicismo debería adoptar con
respecto a la prostitución, teniendo en cuenta si puede considerarse un “trabajo” que se ejerce
libre y voluntariamente, y si sería conveniente regularlo/legalizarlo o no.
Palabras clave: Laicismo, prostitución, Libertad de conciencia, razonamiento, grado de
solidez, regulación, legalización, abolición, aceptabilidad, relevancia, suficiencia.
ABSTRACT
This Final Degree Project is focused on the analysis of arguments extracted from several
surveys about Secularism and prostitution. The aim will be to determine, depending on the
analysis, the solidity level of the different arguments (based on their acceptability, relevance
and sufficiency), and from there, conclude what we think is the most suitable position that
Secularism should take related to prostitution, keeping in mind whether it can be considered a
"job" that is freely and willingly practised, and whether it should be regulated/legalized or
not.
Keywords: Secularism, prostitution, Freedom of conscience, reasoning, solidity level,
regulation, legalization, abolition, acceptability, relevance, sufficiency.
2. INTRODUCCIÓN.
El Trabajo de Fin de Grado que se va a presentar a continuación, está enmarcado en la
asignatura de Pensamiento y Lenguaje, del Grado en Piscología, más concretamente dentro de
la rama de Pensamiento, una materia basada en el estudio de los procesos psicológicos del
razonamiento, la solución de problemas y la toma de decisiones. Aquí se abarcan numerosos
aspectos, aunque uno de los más destacados es el del estudio del razonamiento, una
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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herramienta fundamental en nuestra vida cotidiana, ya que estaría implicado en cualquier
decisión importante que debamos tomar. Algunas definiciones a destacar pueden ser:
- El razonamiento, que consiste en derivar unas cosas de otras, inferir una idea o extraer
una conclusión de otra, inferir información nueva o inexistente a partir de las relaciones que
establecemos entre las ideas que ya conocemos.
- “Razonamiento es un proceso de pensamiento que produce una conclusión a partir de
preceptos, pensamientos o afirmaciones.” (Johnson-Laird, 1999)1.
Dos de los métodos más empleados para razonar son el deductivo y el inductivo.
Cuando hablamos de razonamiento deductivo (formal), este parte de conceptos generalizados
para intentar llegar a otros más específicos; mientras que si hablamos de razonamiento
inductivo partimos de ideas o conceptos concretos y específicos, para llegar a otros más
generales.
Centrándonos en la parte inductiva, aquí podemos hablar de “razonamiento práctico,
informal o cotidiano” (que en menor medida se da como deductivo). Este se emplea en
ámbitos cotidianos, en argumentación y en enseñanza; y es principalmente el tipo de
razonamiento que vamos a trabajar a lo largo del trabajo.
El razonamiento práctico o informal “son modos de pensamiento que no se restringen
sólo a las reglas de la lógica y de las matemáticas, sino que incluyen procesos de inferencia
como la argumentación, la cual tiene lugar en situaciones académicas y no académicas”.
(Voss, Perkins y Segal, 1991, p. XII)1.
Principalmente, el trabajo, va a consistir en la realización de un análisis de
argumentaciones sobre “Laicismo y prostitución”, un tema que conlleva un gran debate
acerca de, sí basándonos en la corriente laicista, se debería legalizar y/o regular la
prostitución. Pero es necesario, antes de seguir, hacer una breve introducción acerca de qué es
el laicismo, y cuál sería su implicación con respecto a la prostitución.
El laicismo es una doctrina o corriente ideológica que defiende la Libertad de
conciencia y actuación de cada persona. Se caracteriza por ser un principio de concordia
basado en la separación público-privado (Estado vs. Instituciones religiosas, agnósticas o
ateas, se busca la emancipación mutua) y en la neutralidad del Estado sobre las diferentes
opciones de conciencia.
1 Citado en: Fernández, P. & Santamaría, C. (2001): «Razonamiento práctico». En C.Saiz (Ed.): Manual práctico
de Psicología del Pensamiento (pp.175-192). Barcelona: Ariel.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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Sus principios fundamentales son: Libertad de conciencia, separación del Estado y las
confesiones religiosas, igualdad de trato de todos los ciudadanos y ciudadanas y búsqueda del
bien común como única razón de ser del Estado.
Su implicación en el tema de la prostitución se basa en una cuestión fundamental, y es si
se puede considerar una acción que se ejerce libremente, y por tanto, el laicismo no debería
juzgarla como algo moral o inmoral, sino que dejaría su práctica a la libre elección de cada
persona (sin prohibirla ni obligarla).
Volviendo al tema que nos atañe, para realizar el análisis de argumentos, hemos
trabajado una serie de artículos, sacados del boletín de laicismo, laicismo.org. En ellos, hemos
encontrado posturas a favor y en contra de regular/legalizar la prostitución, las más
detractoras abogan incluso por su abolición. Los artículos son:
Nuevos retos de la laicidad. (Andrés Carmona Campo, 07-11-2015).
Laicismo y feminismo. (Andrés Carmona Campo, 14-11-2015).
Reflexiones laicistas sobre la prostitución. (Eugenio Piñero Almendros,
30-12-2015).
Laicismo y prostitución. (Andrés Carmona Campo, 02-01-2016).
Laicismo y prostitución (respondiendo a Carmona). (Raquel Ortiz Piñero, 03-01-
2016).
Laicismo y prostitución – Aportaciones al debate. (Juanjo Picó, 04-01-2016).
Reflexiones laicistas sobre la prostitución (réplica a Carmona). (Eugenio Piñero
Almendros, 05-01-2016).
Laicismo y prostitución (II). (Andrés Carmona Campo, 06-01-2016).
3. DESCRIPCIÓN DEL MÉTODO
Para realizar el análisis de argumentos, existen numerosos procesos o formas que nos
permiten hacerlo, pero nosotros nos hemos basado en un programa que se centra
fundamentalmente en determinar el grado de solidez de cada uno de los razonamientos. Este
va dirigido a la aplicación de tres tipos de habilidades de razonamiento: de análisis, de
representación y de evaluación (Saiz, 1998)2. Y es que para poder establecer una
argumentación suficientemente sólida, es necesario determinar los elementos que forman la
2 Citado en: Fernández, P. & Santamaría, C. (2001): «Razonamiento práctico». En C.Saiz (Ed.): Manual práctico
de Psicología del Pensamiento (pp.175-192). Barcelona: Ariel.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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argumentación, la relación existente entre ellos y su importancia. A continuación pasamos a
describir el programa:
Análisis estructural: es el paso previo para poder construir o valorar razonamientos
sólidos. En este proceso se incluyen dos etapas:
1º Identificación de los elementos de un razonamiento.
Para determinar si una expresión o idea es un razonamiento, se debe identificar al
menos una conclusión y una razón que la apoye. Para esto, hay que saber que la conclusión
es la idea principal, tesis, planteamiento o punto de vista que se defiende (aquello de lo que
se nos quiere convencer), y las razones serían las afirmaciones que sustentan a las
conclusiones.
Para identificar más fácilmente una conclusión y una razón podemos fijarnos en
algunas palabras específicas: indicadores de conclusión (“por lo tanto”, “por
consiguiente”, “así pues”, “consecuentemente”, “se sigue de”…) e indicadores de razón
(“porque”, “puesto que”, “dado que”, “por esta razón”…).
Cada uno de estos elementos, va a estar representado por un número. (En el
programa de Saiz, se sugería que la conclusión fuese siempre (1), y las razones siguieran
un orden natural con el resto de números, pero en nuestro caso hemos ido numerando los
elementos por artículos, así que este criterio no se cumple).
2º Establecimiento de las relaciones existentes entre ellos.
Se pueden establecer dos tipos de relaciones entre los elementos del argumento:
relaciones convergentes (afirmaciones independientes entre sí, lo que dice una no afecta a
otras, cada una por separado apoya a la conclusión convergiendo en la misma) y relaciones
dependientes o encadenadas (lo que dice alguna de estas afirmaciones está relacionado o
afecta a lo que dicen otras). Podemos decir que el apoyo a las conclusiones es mayor
cuando la relación de los elementos es convergente que cuando es dependiente o
encadenada.
Representación estructural: este no es un paso estrictamente necesario a la hora de
realizar un análisis argumental, pero si es cierto que facilita el proceso. Consiste en
representar la relación de los elementos que constituyen el argumento. Esta habilidad se
correspondería con la tercera etapa del proceso de análisis:
3º Representación de los elementos y sus relaciones.
Para ello, se suelen emplear procedimientos o formas sencillas de representación,
como son los diagramas jerárquicos, en los que se trabaja con números o letras que se van
uniendo con flechas para representar su relación.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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Evaluación: este paso es el que permite establecer el grado de solidez de los
razonamientos. Esta fase es la más difícil, y a la vez la más importante del análisis. En ella
se distinguen dos etapas más:
4º Aplicación de los criterios fundamentales de solidez. (ARS)
Para determinar la solidez de una conclusión, hay que tener en cuenta dos aspectos
importantes: la veracidad de las proposiciones y la fuerza de las relaciones.
Según esto, si las proposiciones que forman el argumento son falsas y la relación
entre las razones y la conclusión es débil o inexistente, diremos que el argumento carece de
solidez y es falaz. Por el contrario, si las proposiciones son verdaderas y las relaciones
entre razones y conclusión son fuertes, estaremos hablando de un argumento sólido.
Para facilitar este proceso de evaluación, se pueden aplicar los siguientes criterios:
- Grado de aceptabilidad (A): aquí intentamos determinar la veracidad/aceptabilidad o
falsedad de las proposiciones. Esta valoración la realizamos a partir de nuestros
conocimientos o con ayuda de una fuente experta que tenga credibilidad.
- Relevancia (R): aquí debemos valorar la importancia de las relaciones entre la
conclusión y las razones. Si consideramos que las razones son irrelevantes para la
conclusión, diremos que el argumento no es sólido; pero si las razones son relevantes
para la conclusión, el argumento puede tener cierto grado de solidez, aunque también
puede darse el caso de que estas razones sean insuficientes.
- Suficiencia (S): necesitamos razones suficientemente relevantes, cualitativa o
cuantitativamente. Una sola razón suficientemente relevante puede hacer que un
argumento sea sólido, al igual que varias razones más débiles puede hacer que un
argumento tenga cierto grado de solidez.
5º Valoración global de la solidez.
Esta valoración va a ser el resultado de la aplicación de los criterios ARS, y debe
estar basada en la subjetividad de nuestro conocimiento, en nuestro buen juicio y en el
sentido crítico.
Halpern (1996)3 establece una escala cualitativa para ponderar las razones según el
apoyo que dan a la conclusión: inexistente (i), débil (d), moderado (m) y sólido (s). Así
podemos conseguir un valor cualitativo final con las razones de cada razonamiento. Un
ejemplo de esto es la metáfora ingeniosa que la misma autora propone, acerca de una mesa,
en la que el tablero es la conclusión y las patas son las razones. Las cuatro patas son finas
3 Citado en: Fernández, P. & Santamaría, C. (2001): «Razonamiento práctico». En C.Saiz (Ed.): Manual práctico
de Psicología del Pensamiento (pp.175-192). Barcelona: Ariel.
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(débiles), pero juntas hacen que la mesa se mantenga estable (sólida) y no se tambalee
(débil).
Aparte de todo este proceso, nosotros hemos incluido un paso más, y una vez hemos
tenido identificados los elementos de cada argumento, los hemos puesto en el modelo
estándar, lo que facilita su visión general y la posterior representación gráfica.
4. ANÁLISIS DE ARGUMENTOS.
Este apartado del trabajo lo vamos a dedicar a realizar el análisis y valoración de los
argumentos. En primer lugar, aparecerá cada uno de ellos presentado en modelo estándar, con
las razones y conclusiones identificadas mediante números, aparte las conclusiones llevarán el
símbolo “.·.”. A continuación, estableceremos el tipo de relación que existe entre los
elementos de cada argumento, y haremos su representación gráfica. Y por último, aplicaremos
los criterios ARS y haremos una valoración global de la solidez de cada razonamiento.
Los argumentos van a estar presentados por artículos.
Nuevos retos de la laicidad. (Andrés Carmona Campo, 07-11-2015).
(1) Las políticas públicas deben realizarse desde una perspectiva universal y de consenso,
y no desde puntos de vista privados y particulares como son los religiosos.
(2) Eso es así para garantizar la unidad y cohesión del conjunto político.
(3) La religión es un asunto privado que no puede influir en las políticas públicas. (De 1-2)
Relación encadenada
Un Estado Laico se basa fundamentalmente en la delimitación de lo público y lo
privado, es decir, no deja que asuntos privados (como la religión) interfieran en las políticas
públicas. El Estado no tiene obligación de defender ninguna ideología particular, porque se
estaría otorgando un carácter público a lo que en realidad solo tiene carácter privado, o por el
contrario, el Estado estaría adquiriendo carácter privado. Aunque sí es cierto, que desde el
ámbito público (que se rige por leyes válidas para todos y cada uno de nosotros) se debe
garantizar el respeto al ámbito personal y al ejercicio de los derechos individuales (ámbito
privado). En base a esto, encontramos que las razones (1) y (2) son aceptables y relevantes
para el apoyo a la conclusión (3). Por otro lado, al presentarse como una relación encadenada,
las razones muestran un apoyo moderado, pero podemos considerarlas suficientes.; por tanto
diremos que estamos ante un argumento sólido.
a)
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.·.
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(4) Son debates sociales1 en los que está en juego la libertad de conciencia, la igualdad y la
separación público-privado.
(5) Las decisiones al respecto deben tener en cuenta que sean tomadas desde el ámbito
público y con las reglas de este ámbito, esto es, desde la argumentación racional y no
desde coordenadas religiosas.
(6) De lo contrario, podrían darse leyes que vulneraran la libertad de conciencia de las
personas, al imponerse desde los planteamientos concretos de una ética o religión
particular y no desde una perspectiva pública y racional.
(7) En todos esos asuntos4 , la laicidad tiene algo que decir. (De 4-6)
Relación encadenada
Lo cierto es que todos los temas que se plantean en este argumento (aborto, eutanasia,
prostitución, matrimonio homosexual…) son cuestiones sociales y como tal, deben ser
juzgadas por políticas públicas, y no dejar que interfieran ideologías privadas, así se estaría
defendiendo la libertad de conciencia y forma de actuar de cada persona. Así podemos
considerar las razones (4), (5) y (6) como aceptables y relevantes para la conclusión (7).
También diremos que ofrecen un apoyo suficiente, por tanto, el argumento es sólido.
(8) Si lo hace, entonces estaría legislando desde la perspectiva particular y privada de una
parte de la sociedad, y vulnerando la libertad de conciencia de la otra.
(9) El Estado no puede vincularse a una de las opciones5. (De 8).
(10) La solución pasa por la legalización de todas esas prácticas6. (De 8-9).
Relación convergente.
En este caso tenemos un doble argumento, en el que la conclusión final (10) es legalizar
prácticas como el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual, etc, donde también se
4 Matrimonio homosexual, investigación con células madre, aborto, eutanasia… 5 Posicionarse a favor o en contra. 3 Legalizar prácticas como la interrupción voluntaria del embarazo, eutanasia, matrimonio homosexual,
experimentación con células madre…
b)
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c)
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.·.
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incluiría la prostitución. Esta viene apoyada por dos razones: la primera (9), es que el Estado
no puede vincularse a ninguna de estas opciones, y menos si es de origen religioso. No puede
mostrarse a favor o en contra de dichas prácticas. Esta razón actúa a su vez de conclusión
para la otra razón (8), (si se vincula, estaría legislando desde una perspectiva privada y no
pública). Cómo hemos dicho en los dos argumentos anteriores el Estado no puede decantarse
por ideologías privadas. Según esto, diremos que la razón (8) es aceptable y relevante para
determinar que (9) es una conclusión suficientemente sólida; por otro lado, (8) y (9) juntas
como apoyo a la conclusión (10) se consideran aceptables y relevantes, aunque su apoyo es
más moderado. Por ello, concluiremos que estamos ante un argumento con un grado de
solidez moderado.
(11) Las cosifican o mercantilizan como objetos o bienes de consumo.
(12) Hay personas que consideran que son formas de violencia contra las mujeres y que
atacan su dignidad. (De 11)
Relación encadenada.
Este argumento se puede considerar válido para la ideología abolicionista de la
prostitución, pero, aunque haya una parte de mujeres que son forzadas por mafias y por su
situación económica a prostituirse, según diversos estudios socioantropológicos, hay
muchísimas mujeres que han abandonado voluntariamente trabajos en otros sectores para
dedicarse al sector de los servicios sexuales, sin que nadie las fuerce a ello. En nuestro país
existen casos de mujeres que son prostituidas a la fuerza, pero no podemos extrapolar esta
situación de vida a todas las trabajadoras sexuales del país (como hacen los abolicionistas),
porque se estaría falseando la realidad. Por tanto, podemos decir que la razón (11) es
aceptable y relevante, pero aporta un apoyo débil para determinar que el argumento es sólido.
Sería, por tanto, un argumento de solidez baja
(13) Consideran que son actividades tan dignas como otra cualquiera
(14) y que la clave está en la libertad de quien decide dedicarse a ello.
(15) También hay mujeres, que desde otras concepciones éticas, no tienen reparos en la
prostitución, la pornografía o las modelos femeninas. (De 13)
Relación encadenada.
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En este caso, tenemos un argumento que se opone totalmente al anterior. La idea que
defienden los abolicionistas no es compartida generalmente, porque en diversos relatos de
vida, las protagonistas cuentan que han decidido ejercer la prostitución de forma consciente y
responsable, considerándola algo digno, y desde este punto de vista, la dignidad radica de esta
autodeterminación. El grado de libertad juega un papel muy importante en estas decisiones,
pero es muy difícil determinarlo de forma objetiva. Así diremos que las razones (13) y (14)
que apoyan a esta conclusión (15), son aceptables, relevantes y pero ofrecen un apoyo escaso,
dando lugar a un argumento con un grado de solidez débil.
Laicismo y feminismo. (Andrés Carmona Campo, 14-11-2015).
(1) La libertad de conciencia,
(2) y la igualdad independientemente de los contenidos de conciencia, son derechos tanto
de hombres como de mujeres.
(3) El laicismo puede y debe asumir este feminismo. (De 1-2)
Relación convergente.
El laicismo debe defender y respetar la igualdad entre hombres y mujeres, y también su
libertad de conciencia, pues son derechos fundamentales que nos acercan a la dignidad de
nuestras acciones, y son principios básicos de la posición laicista. Por eso en este aspecto,
debe asumir, o al menos compartir ciertas ideas con la postura feminista. Estamos ante dos
razones (1) y (2) que son aceptables, y existe una relación relevante entre estas y la conclusión
(3). El apoyo a la misma es suficiente, y por tanto diremos que estamos ante un argumento de
solidez elevada.
(4) Desde el punto de vista feminista, la mujer tiene el mismo derecho que el hombre a
disponer de su propio cuerpo, y a decidir sobre él.
(5) El cuerpo de la mujer no es un objeto sobre el que pueda decidir ningún hombre ni
nadie excepto la propia mujer.
(6) La decisión sobre si continuar o no un embarazo compete a la propia mujer
embarazada. (De 4-5)
Relación encadenada.
a)
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Nadie tiene derecho a decidir lo que ocurre con nuestro propio cuerpo. Aquello que
hagamos con él debe ser sólo una decisión nuestra, como en este caso la decisión de abortar.
De hecho, en España el aborto es legal y se rige por la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y
reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Según esta ley, cualquier mujer
mayor de edad puede elegir voluntariamente abortar (por las causas que sea) hasta las 14
semanas de embarazo. Así, estamos ante dos razones (4) y (5) aceptables y relevantes para la
conclusión. En este caso, también podemos que ofrecen un apoyo suficiente a (6),
determinando que el argumento es sólido.
(7) Si el Estado prohíbe el aborto, estaría asumiendo como propia una religión o moral
privada, imponiéndosela a todo el mundo, tanto a quienes la comparten como a quienes
no.
(8) El Estado laico se mantiene en la neutralidad y la separación público-privado para
garantizar la libertad de conciencia y la igualdad.
(9) Una ley que prohibiera el aborto por motivos religiosos o morales privados sería un
atentado a la libertad de conciencia y al laicismo. (De 7-8)
Relación convergente.
Como se repite varias veces a lo largo de los artículos, debe haber una separación entre
lo público y lo privado, de tal modo que el laicismo no puede en este caso prohibir el aborto u
obligar a nadie a abortar, y menos si asume una moral religiosa. Se estarían imponiendo estas
ideas a quienes no las comparten, y por tanto se violaría la libertad de conciencia. Por esto,
podemos decir que las razones de este argumento (7) y (8) son aceptables y relevantes, y
también suficientes, ofreciendo un apoyo sólido a la conclusión.
(10) La dignidad de la mujer como fin en sí misma es incompatible con la utilización de la
mujer o su cuerpo como mero medio para otros fines.
(11) Esa utilización de la mujer como medio se interpreta como una cosificación o
mercantilización de la mujer que queda reducida a mero objeto o cosa intercambiable,
vendible y negociable, lo que sería indigno para la propia mujer. (De 10)
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Relación encadenada.
De nuevo, desde la posición abolicionista de la prostitución estaríamos ante un
argumento que podría ser válido. No podemos negar que existe un porcentaje de mujeres
sometidas, utilizadas como mercancía y negocio, víctimas de una sociedad injusta y
patriarcal, totalmente indigno para ellas. Pero si decimos que la dignidad de la persona parte
de su libertad de conciencia, si esta elección se tomase libremente podría no ser indigna. La
razón (10) sería aceptable y relevante respecto a la conclusión, y pero ofrece un apoyo
moderado, así diremos que la solidez del argumento también es moderada.
(12) Acciones libres, no pueden ser indignas,
(13) por cuanto la dignidad depende de la autonomía: una acción es digna si se decide
desde la libertad. O dicho de otra forma: no hay acciones dignas o indignas en sí
mismas, sino que depende de si se hacen de forma libre o no.
(14) Pero, si es la propia mujer la que, libre y voluntariamente, decide prostituirse o hacer
una película pornográfica, su acción sería totalmente digna, porque es el resultado de
su libertad. En este caso, prohibírselo sería lo indigno. (De 12-13)
Relación encadenada.
Este argumento se opone al anterior, afirmando que, si la decisión de prostituirse se
toma de forma voluntaria y desde la libertad de conciencia, no sería ningún acto indigno,
puesto que la dignidad parte de la libertad de cada uno. Pero, ¿todas las decisiones que
tomamos libremente son dignas? Por ejemplo, si una persona decide desde su libertad de
conciencia matar a otra, no estaríamos hablando de un acto digno. Así, las razones (12) y (13)
son poco aceptables, sí relevantes, pero ofrecen un apoyo débil, por tanto, estamos ante un
argumento débil.
(15) que ninguna mujer en su sano juicio (esto es, consciente de su dignidad y no sometida
a la ideología patriarcal) elegiría nunca prostituirse ni nada de eso.
(16) El feminismo de la diferencia responde que esa libertad es una ilusión, (De 15)
(17) Que la que lo hace, o bien es forzada directamente, o indirectamente (como forma
desesperada de tener ingresos) o por influencia del patriarcado imperante. (De 15-16)
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Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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Relación encadenada.
Es cierto que hemos hablado de testimonios de mujeres que eligen libremente
prostituirse, afirmando que no lo hacen bajo ninguna presión. Pero ¿es realmente esto así? Lo
cierto es que casi siempre van a estar impulsadas a hacerlo por alguna u otra motivación
(cultural, social, económica…). Por tanto, la razón sería aceptable y relevante, de apoyo
moderado. En este caso estaríamos ante un argumento de solidez moderada.
Argumento por analogía.
(18) El laicismo se abstiene de juzgarlas7 moralmente, y solamente las plantea como
derechos para quien no tenga reparos morales en utilizarlos.
(19) Por analogía con lo que considero la posición laicista correcta en otros temas como el
aborto o la eutanasia,
(20) La posición laicista correcta es la de la legalización. (De 18-19)
Relación convergente.
El siguiente razonamiento que vamos a analizar es un argumento por analogía (que
muestra las semejanzas entre dos situaciones). En él, se asemeja la prostitución con otras
prácticas como pueden ser el aborto o la eutanasia, de las cuales, el laicismo es partidario de
su legalización, por tanto se debería legalizar la prostitución. Las defiende sin entrar a
cuestionar sin son buenas o malas prácticas, simplemente considera que aquellos que no
tengan reparos morales en realizarlas tienen derecho a hacerlas. Las razones que encontramos
en este argumento son aceptables, relevantes, pero insuficientes para considerar que el
argumento sea lo bastante sólido. Se necesitarían más razones que ofrezcan apoyo a la
legalización de la prostitución. Por tanto, el argumento tiene una solidez débil.
(21) No lo es porque es igual a la objeción antiabortista o contraria a la eutanasia que apela
al “sano juicio”.
(22) Quienes se oponen al aborto o la eutanasia argumentan que nadie en sus cabales
querría abortar o quitarse la vida, y que quienes lo hacen, en realidad, es por la presión
psicológica o de otro tipo a la que se ven sometidos.
7 A la prostitución y la pornografía.
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(23) La prueba de que no es así es toda la gente que, sin ninguna duda de saber lo que
hacen, aun así quieren abortar o terminar con su vida de una forma digna.
(24) Por la misma razón, si una mujer explícitamente dice prostituirse porque le da la gana,
no hay razón que no sea paternalista o mesianista para negar la verdad de su afirmación
o prohibirle que lo haga.
(25) La objeción de que ninguna mujer emancipada del yugo patriarcal querría prostituirse,
y que si alguna dice elegirlo libremente es que en realidad está alienada, no es de
recibo. (De 17-20)
Relación
encadenada.
En el siguiente argumento partimos de cuatro razones, alguna de ellas opuesta a las
demás. No podemos decir que todo el mundo que aborta o se quita la vida lo hace porque esté
sometido o presionado, hay gente que lo hace muy consciente de ello, y no podemos
cuestionar su dignidad por este motivo. Así, no podemos considerar aceptable la razón (22),
pero sí el resto, que también son relevantes y suficientes. Ofrecen un apoyo moderado a la
conclusión, dando al final un argumento sólido.
Reflexiones laicistas sobre la prostitución. (Eugenio Piñero Almendros, 30-12-2015).
(1) Una acción libre ha de presuponer necesariamente una conciencia libre.
(2) No hay libertad efectiva si la fuente primera de la que emanan nuestras decisiones no
es libre.
(3) La libertad de conciencia es condición necesaria para que la voluntad elija libremente
las acciones que una tras otra nos van determinando como personas situadas en el
marco de unas condiciones socio-económicas y culturales que constituyen el contexto
donde desarrollamos nuestra vida.
(4) Porque si el primer eslabón de esta cadena que conduce a la libertad de acción
estuviera cercenado, todo el proceso estaría viciado y la persona no sería libre.
(5) Por eso es de vital importancia la libertad de conciencia. (De 1-4)
Relación convergente.
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Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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Como hemos dicho ya en otros casos, la dignidad de una persona radica en su libertad
de conciencia, en su autodeterminación para actuar de una forma libre, consciente y
responsable, siempre respetando y siendo respetado por los demás. Si esta conciencia
estuviese bloqueada o coartada, no podríamos tomar decisiones libres. Por eso, en este caso
diremos que las razones son aceptables y relevantes para la conclusión; aunque forman una
relación encadenada, por lo que su apoyo es más débil (como si fuese una sola razón). Aun
así, se considera que el argumento es suficientemente sólido.
(6) si la decisión de una persona de tener una experiencia sexual con otra persona a cambio
de dinero se enmarcara en una simétrica igualdad,
(7) y si la decisión de la persona que se prostituye emanara de una voluntad realmente libre
que tiene la posibilidad de elegir entre varias opciones igualmente dignas para su
realización personal.
(8) Consideraría aceptable la prostitución, (De 6 y 7)
Relación convergente.
El siguiente argumento viene apoyado por dos razones. En primer lugar, Piñero afirma
que aceptaría la prostitución si se diese en una relación de simétrica igualdad (6). Pero lo
cierto es que esta relación no se da. El sujeto que está pagando por los servicios del otro se
encontraría en una situación de superioridad (él paga y él decide). Por lo tanto, (6) no sería
una razón aceptable. La otra razón que tenemos (7) es que si la persona decide libremente
(entre varias opciones) prostituirse estaríamos hablando de una acción digna, porque estaría
actuando según su conciencia. En este caso si estaríamos ante una razón aceptable y relevante
para la conclusión, pero que apoya débilmente a la conclusión, dando lugar a un argumento de
baja solidez.
(9) El problema viene porque la prostitución así entendida no deja de ser una situación
“ideal”, es decir, alejada por no decir contraria a lo “real”.
(10) Creo que al aceptar la prostitución (su regularización, su legalización, o su práctica,
como se quiera llamar) bajo el argumento de que “si ellas eligen y es fruto de una
8
7 6
b)
.·.
c)
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
17
decisión libre y voluntaria no somos quienes para prohibirlo o censurarlo por prejuicios
morales”, se cae en una “interpretación liberal” (propia del liberalismo más radical) de
la libertad de conciencia. (De 9)
Relación encadenada.
En el siguiente argumento encontramos que aceptar la prostitución por el mero hecho de
haber sido elegida libre y voluntariamente es un error, puesto que la prostitución se considera
una situación “ideal” alejada de la realidad. Valcárcel (2007) afirmaba: “No siempre el
consentimiento legitima una práctica, ni mucho menos la convierte en trabajo” (citado en De
Miguel, 2016). El hecho de que la prostitución haya sido elegida como un modo de vida de
forma voluntaria, no quiere decir que eso sea lo deseable. A veces se acepta voluntariamente,
pero porque no queda otro remedio. En este caso, diríamos que la razón es aceptable,
relevante y suficiente para decir que estamos ante un argumento con un grado de solidez
moderado.
(11) Porque las condiciones culturales, sociales y económicas que envuelven a la
prostitución, no permiten el pleno ejercicio de la libertad de conciencia.
(12) Defender la abolición de la prostitución creo que es lo más consecuente con la defensa
de la libertad de conciencia. (De 11)
Relación encadenada.
Para la postura abolicionista, resultaría una falacia hablar de libertad de conciencia o
libertad de elección con respecto a la práctica de la prostitución, afirmando que la mayoría de
mujeres que han recurrido a ella como modo de vida, lo hacen como víctimas de su situación
familiar, social y económica, una situación de vulnerabilidad. La prostitución no puede
considerarse una elección real, sino una opción cuando no te queda ninguna otra mejor. En
muchas ocasiones, las mujeres somos víctimas de la sociedad patriarcal en la que vivimos,
que nos enseña a estar al servicio de los hombres, así nos usan como una mercancía. También
se afirma que las mujeres que escogen prostituirse lo hacen como una forma fácil de ganar
dinero y enriquecerse, pero los que se enriquecen de verdad son los proxenetas, no ellas. Así,
no podemos decir que una opción que se toma como resultado de las presiones culturales,
9 10
11 12
d)
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
18
sociales o económicas es una elección verdaderamente libre. Por tanto, podemos tomar este
razonamiento como aceptable, relevante y con un suficiente grado de solidez, moderado.
(13) Pues porque las relaciones de dominio que se dan en la explotación derivan en una
absoluta subyugación del explotado por parte del explotador, que no le permite al
primero ser dueño de su vida y ejercer su libre voluntad.
(14) Sus condiciones económicas cercenan todo tipo de libertades.
(15) Sin embargo, muchas personas acceden “libremente” a esa explotación laboral.
Cuando se trata de vivir o no vivir, de comer o no comer, de tener una casa o vivir en la
calle, de pagar la calefacción o de pasar frío, etc. la explotación se acepta.
(16) El trabajo humaniza, la explotación laboral no (De 13-15)
Relación encadenada.
Como hemos comentado en el caso anterior, hay muchas mujeres que aceptan este
“trabajo” de forma voluntaria, aunque no como una decisión libre en sí, sino que lo hace
como consecuencia de su situación económica, por no tener otras alternativas de trabajo o por
ser una forma más rápida de conseguir dinero. Por tanto, es una decisión que se toma bajo
ciertas presiones, así la mujer queda en una posición de desigualdad frente al hombre. En este
caso, las razones son aceptables y relevantes. Su relación es encadenada, lo que hace que el
apoyo no sea tan fuerte, pero aun así se puede decir que estamos ante un argumento
moderadamente sólido.
(17) Es lógico que una sociedad democrática, igualitaria y defensora de la libertad efectiva
de las personas defienda un sistema político que considere a toda la ciudadanía en
igualdad de condiciones;
(18) Es lógico que también reivindique lo público por encima de los intereses particulares;
que denuncie situaciones de discriminación de género.
(19) Y es lógico que se trate de evitar toda relación donde predomine la desigualdad radical
entre los actores de esa relación.
15 16 13 14
e)
.·.
f)
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
19
(20) Una sociedad que busque la emancipación de la ciudadanía no puede aceptar la
prostitución. (De 17-19)
Relación convergente.
Nuestra sociedad actual va haciendo avances para terminar con la situaciones de
desigualdad entre la ciudadanía, pero el sistema patriarcal sigue anclado aun en muchos casos.
Por ejemplo, la tasa de paro femenina está duplicando a la masculina, y las mujeres suelen
ganar un salario, de media, un 30% menor que los hombres. Esta desigualdad no se ve
normalmente, se enmascara con situaciones que se han ido normalizando con el paso del
tiempo, y no nos plateamos que puedan ser de otra forma, por ejemplo, que los hijos lleven
primero el apellido del padre y en segundo lugar el de la madre. Si nos centramos en el tema
de la prostitución, volvemos a decir que la mujer que se prostituye se encuentra en una
situación de inferioridad con respecto al hombre, por tanto, si nuestra sociedad busca la
igualdad y la justicia entre hombres y mujeres no puede fomentar una relación de prostitución
entre mujeres vulnerables y hombres que quieren acceder a su cuerpo. Así, diremos que
estamos ante razones aceptables, relevantes y suficientes para determinar que el argumento es
sólido.
(21) El placer es solo para él, que es quien paga. Y quien paga manda.
(22) Para ella es un modo de vida. Ella no disfruta;
(23) y si algún hombre lo piensa así es para alimentar su fantasía y sus intereses sexuales
más que por ser fiel a la realidad.
(24) La prostitución no es solo “sexo”. O mejor, es sexo para él, pero no para ella. (De 21-
23)
Relación convergente.
Normalmente, al hablar de prostitución, se considera que la mujer tiene un papel de
sometida, complaciente con los deseos del cliente; y este tendría una posición de poder sobre
17
20
21 24
.·.
g)
.·.
19
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23 22
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
20
la mujer (como es el que paga, pues es el que manda). Se entiende pues, que los hombres que
van de putas buscan humillar y denigrar sexualmente a la mujer, la agreden, la cosifican,
creen que es de su pertenencia porque han pagado por su servicio. De hecho, en el libro
Neoliberalismo sexual de Ana de Miguel, se citan algunos comentarios extraídos de la web
inglesa punternet, donde los puteros dejan sus comentarios sobre las prostitutas. Por hacer
mención a alguno de ellos (y estos son de los más “suaves”), podemos citar: «rubia menudita.
Talla 36 con tetas grandes. 18 años. Muy guapa, con extensiones. ¡Y tiene mal polvo! No se
abre de piernas para que se la metas del todo. La taladré hasta que me corrí, me limpié y me
fui.» o «todo bastante limpio. No muy habladora, en realidad daba la impresión de que no
quería estar allí. Hicimos el misionero y se limitó a quedarse tumbada mirando el techo con
una cara que daba bastante bajón. Al final llené el chubasquero y me largué» (citado en De
Miguel, 2016) .
Ante esto, diremos que las razones que tenemos son bastante aceptables y relevantes para la
conclusión, y ofrecen un apoyo suficiente al argumento, que se puede considerar sólido.
(25) Si el laicismo se caracteriza por la defensa de la igualdad de derechos
independientemente del sexo, el color de la piel o la religión que profesen las personas,
(26) no puede defender la legalización (o regularización, como se quiera llamar) de una
actividad que coloca a la mujer en una relación completamente asimétrica con respecto
al hombre, y que, por tanto, va en contra de su dignidad y de su realización como ser
humano.
(27) Desde presupuestos laicistas no se puede defender la prostitución porque no es una
acción humanizadora. Todo lo contrario: cosifica. (De 25-26)
Relación encadenada.
Como hemos dicho en el caso anterior, la prostitución deja a la mujer en una situación
de inferioridad con respecto al hombre. No existe relación de simetría, pues ella es una
mercancía por la que el hombre paga, y por tanto, tiene poder sobre ella. En la definición de
laicismo, se dice que uno de sus principios es la igualdad de trato de todos los ciudadanos y
ciudadanas, por tanto no puede defender esta relación de desigualdad. Así diremos que las
razones son aceptables, relevantes y el argumento es suficientemente sólido.
25 26
h)
.·.
27
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
21
(28) La prostitución está enmarcada en un contexto cultural, social y económico que la
hace incompatible con la dignidad de las personas que la ejercen.
(29) El laicismo no puede, en ningún caso, defender su regularización. (De 28)
Relación encadenada.
Aceptar prostituirse bajo “presiones” sociales, culturales o económicas, hace que la
decisión no sea totalmente libre, aunque sea voluntaria, pero tampoco debe asumirse que no
sea una decisión digna, pues quizás se ha elegido para hacer frente a una situación de pobreza,
que si consideraríamos indigna para la persona. De todos modos, ya sabemos que el laicismo
no puede juzgar la prostitución como algo digno o indigno, sino defender el derecho de quien
decida ejercerla y de quien no. Así esta razón la consideraremos con una aceptabilidad baja,
aunque sí es relevante. El argumento tiene una solidez débil.
Laicismo y prostitución. (Andrés Carmona Campo, 02-01-2016).
(1) Ciudadanos no es el único partido a favor de legalizar la prostitución, ni su propuesta
concreta es tampoco la única.
(2) Desde la izquierda, también hay voces a favor, distintas de la de Ciudadanos. Por
ejemplo, la de Imma Mayol, de ICV, o IU en este enlace. Igual que hay asociaciones de
prostitutas a favor de considerar lo que hacen como un trabajo digno con todos sus
derechos. Asociaciones como AFREMTRAS (Agrupación Feminista de Trabajadores
del Sexo) y Hetaira, ambas, feministas, y por cierto, esta última contraria a la propuesta
concreta de Ciudadanos.
(3) En conclusión, no se puede relacionar directamente la posición contraria a la
prostitución con la izquierda y la favorable con la derecha. (De 1-2)
Relación encadenada.
No podemos asignar los partidos de izquierda o derecha a una postura concreta de estar
a favor o en contra de la prostitución; incluso dentro de los mismos partidos existen
discrepancias a la hora de adoptar una u otra postura. Por ejemplo, dentro del PP podíamos
encontrar la propuesta de Esperanza Aguirre, a favor de regular la prostitución, o la postura de
Ana Botella, totalmente en contra de su regulación. El PSOE tampoco es partidario de la
regular esta práctica, por considerar que las mujeres que se prostituyen están forzadas a ello.
28 29
i)
.·.
3 1 2
a)
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
22
Por otro lado, tenemos posturas como la de Ciudadanos o la de IU, que sí defienden la
regulación de la prostitución voluntaria, ya que, actualmente está en una situación alegal, en la
que las trabajadoras del sexo no tienen protección ni derechos. Dicho esto, podemos concluir
que ambas razones son aceptables y relevantes, otorgando al argumento un grado de solidez
elevado.
(4) La auténtica prostitución, la que existe de verdad en nuestra sociedad, es una
prostitución forzada por las condiciones económicas, y cuyas víctimas son las mujeres
que se prostituyen.
(5) Si no fuera por esas circunstancias económicas, ninguna mujer se prostituiría.
(6) Piñero niega que haya mujeres que elijan ser prostitutas voluntariamente.
(De 4-5)
Relación encadenada.
Como hemos aclarado en otros argumentos, existen mujeres que han dejado otros
trabajos para dedicarse al sector de los servicios sexuales, y lo han hecho de forma voluntaria,
pero la mayoría lo hacen movidas por la situación económica, por tanto no es una decisión
completamente libre. Aparte tenemos los casos de mujeres que son forzadas por las mafias,
ahí no hablaríamos de libertad ninguna. Según datos (avalados por el Congreso de los
Diputados) de distintas organizaciones, en España hay unas 300.000 prostitutas, el 95% de
ellas trabajan en contra de su voluntad. Estos datos son una estimación, pues el vacío legal en
el que se encuentra esta práctica, no permite tener cifras totalmente fiables. Por tanto, las
razones que nos da Piñero son aceptables y relevantes, ofrecen un apoyo suficiente a la
conclusión, y podemos decir que el argumento tiene un grado de solidez moderado.
(7) …porque quieren, o porque en uso de su libertad, consideran esa opción mejor
(o menos mala) que otras que podrían elegir igualmente.
(8) La opción por prostituirse, o no, es una decisión que solo atañe a la conciencia de cada
persona, de acuerdo a sus valores sobre lo que es digno o indigno, y por eso mismo no
puede prohibirse esa opción. (De 7)
6 4 5
b)
.·.
c)
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
23
(9) eso lo decidirá la conciencia de cada persona. Exactamente igual que no entramos,
como laicistas, a decidir si es mejor abortar o no, simplemente defendemos el derecho
de que quien quiera pueda hacerlo. (De 8)
(10) Desde el ámbito laicista, debemos defender el derecho a elegir esa opción o a
rechazarla, sin entrar en la cuestión sustantiva de si prostituirse, o no, es mejor o peor,
más digno o menos digno. (De 7-9)
(11) No nos corresponde, como laicistas, entrar en esas cuestiones sustantivas sobre la
dignidad o indignidad del aborto, la eutanasia, la prostitución o la pornografía, sino
defender el derecho de cada persona a pensar libremente sobre esos asuntos y poder
vivir de acuerdo a su conciencia al respecto. (De 7-9)
Relación encadenada
En el siguiente argumento que vamos a analizar nos encontramos con varias razones y
conclusiones encadenadas, además es un argumento construido por analogías. La idea
principal se puede resumir en que desde una posición laicista no podemos juzgar si
prostituirse es algo digno o indigno, como tampoco podemos cuestionar el aborto, la eutanasia
o la pornografía. Sólo podemos defender y respetar el derecho de quienes elijan esta opción
voluntariamente, porque de verdad quieren o porque la consideran menos mala que otras
opciones que también podrían elegir. En definitiva, la elección queda libre según la
conciencia de cada uno; y este es un principio fundamental que defiende el laicismo, la
Libertad de conciencia. Por tanto, estamos ante un razonamiento por analogías con razones
aceptables, relevantes entre sí, y que dan lugar a un argumento de solidez elevada. Aunque si
es cierto, que quizás en algunos casos deberíamos plantearnos valorar, la dignidad de algunas
de nuestras decisiones, pues no siempre una acción libre tiene que ser digna.
.·.
7 8 9
10
11
.·.
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
24
Laicismo y prostitución (respondiendo a Carmona). (Raquel Ortiz Piñero, 03-01-
2016).
(1) Puesto que hay también sectores dentro de la izquierda que apuestan por su
legalización (o regulación, término más light) aunque mayoritariamente es el
abolicionismo el más defendido.
(2) Las posiciones sobre la regulación de esta vieja institución no son privativas de la
derecha. (De 1)
Relación encadenada.
En el artículo anterior ya vimos un argumento en el que decíamos que no se puede
asignar la posición reguladora de la prostitución a los partidos de derechas y la posición
abolicionista a los partidos de izquierdas. En ambos extremos de la política encontramos
posiciones a favor y en contra. Como ya dijimos, por ejemplo el PP, un partido de derechas no
es partidario de regular la prostitución, mientras que IU (partido de izquierdas) sí. Por tanto,
las razones son aceptables, relevantes y el argumento es sólido.
(3) Dado que quién decide es el hombre sobre el cuerpo de las mujeres, ya que ellas son
una cosa que se adquiere por dinero, en los lugares más dispares, y cada vez por un
precio más barato.
(4) Y cada vez son chicas más jóvenes.
(5) Qué tipo de “trabajo” es este, qué escuela de desigualdad genera. (De 3-4)
Relación encadenada.
Desde la posición abolicionista, la prostitución no se ve como un trabajo, sino como una
práctica que somete a las mujeres bajo el dominio del hombre, creando una situación de
desigualdad. El hombre es el que paga por el servicio de la mujer, por eso la cree de su
propiedad y con derecho a decidir lo que puede hacer con ella. Desde este punto de vista
estaríamos ante unas razones aceptables y relevantes, aunque ofrecen un apoyo débil a la
conclusión, dando lugar a un argumento de solidez moderada.
a)
1 2
.·.
3 4 5
b)
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Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
25
Laicismo y prostitución – Aportaciones al debate. (Juanjo Picó, 04-01-2016).
En este artículo podemos ir agrupando los razonamientos para analizarlos de forma
conjunta, pues la idea principal o conclusión viene a ser la misma en algunos de ellos.
(1) De esa forma es como se respeta verdaderamente el derecho a la Libertad de
Conciencia (LdC) de las personas que quieran dedicarse a ello.
(2) Concluyendo con la opinión de que la postura más coherente del laicismo es estar a
favor de la legalización de la prostitución. (De 1)
Relación encadenada.
(3) La base argumental existente en esos artículos es que prohibir la prostitución va en
contra de la LdC individual de quien quiera prostituirse.
(4) De ello deduce que como la defensa de la LdC es un principio clave del laicismo, éste
no puede prohibir la prostitución, lo mismo que tampoco podría obligarla. (De 3)
Relación encadenada.
a) y b) Desde la postura que defiende su legalización, se entiende la prostitución como un
trabajo más en el que se intercambian servicios por dinero, y si se legaliza, estaríamos
protegiendo el bienestar de las prostitutas, defendiendo sus derechos laborales y sanitarios y
minimizando todos los riesgos que conlleva, en definitiva, estaríamos velando por la libertad
de conciencia de las que la han elegido de manera voluntaria, pero, ¿estaríamos defendiendo
la libertad de conciencia de las mujeres que están ahí en contra de su voluntad? En este caso,
no; además se cree que muchos problemas desaparecerían, pero según datos aportados por la
Organización Internacional del Trabajo en 2010, el tráfico de personas con fines de
explotación sexual hacia Holanda (país donde está legalizada la prostitución) es de 9000
personas al año. Como vemos, hay mafias que siguen actuando. Entonces debemos
cuestionarnos si regular/legalizar la prostitución es una buena solución que cumple con sus
objetivos (reducir riesgos y problemas). Ante estos datos, no podemos decir que los
planteamientos de los razonamientos a) y b) tengan una alta aceptabilidad. Son relevantes,
pero su apoyo a la conclusión es débil. Así diremos que el grado de solidez de ambos
argumentos es bastante débil.
1 2
a)
.·.
.·.
3 4
b)
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
26
(5) Esta deducción la considero simplemente errónea en términos de una dicotomía
excluyente -Prohibición versus Legalización- que, además, está ya superada en los
debates de la prostitución. De hecho, en los artículos se evita tratar la postura
Abolicionista.
(6) Discrepo de que la no prohibición de la prostitución individual suponga necesariamente
su legalización a nivel de sociedad, como así resulta del artículo, y, por tanto, que el
laicismo más coherente es el que está a su favor. (De 5)
Relación encadenada.
(7) La LdC es obvio que debe ser garantizada y protegida, de forma completamente libre,
en el estricto ámbito del fuero individual de cada persona, sin restricción de ningún
tipo, como derecho que no admite interferencia o discriminación alguna.
(8) La práctica o manifestación pública de esa individualidad también es un derecho de tal
calibre, a proteger siempre que se mantenga el respeto a los DD.HH. y al Estado de
Derecho como valor superior de convivencia democrática en pluralidad.
(9) La LdC no puede, por tanto, “estirarse como un chicle” para justificar todo, o casi, ni
tampoco como “cajón de sastre” donde todo quepa por encima de ciertos límites o
valores personales o colectivos. Menos aun cuando la LdC, y por ende el laicismo, se
esgrime como argumento de autoridad indubitada sobre posturas que salen del entorno
individual para entrar en el marco común de convivencia. (De 7-8)
Relación encadenada.
c) y d) Sabemos que si queremos respetar la libertad de conciencia de una persona, en este
caso refiriéndonos al ejercicio de la prostitución, no podemos ni obligar ni prohibir su
práctica; pero el hecho de no prohibirla, no debe implicar directamente que tengamos que
legalizarla. Durante mucho tiempo este debate se ha centrado en el consentimiento. Por un
lado, se defienden los derechos de las mujeres a elegir prostituirse y normalizar la industria
del sexo, se buscaría la legalización; por otro lado, se mantiene que es irracional argumentar
en torno al consentimiento en una sociedad que está marcada por las desigualdades étnicas,
económicas y de género. Esta parte, afirmaría que no podemos legalizar una práctica que crea
c)
.·.
5 6
7 8 9
d)
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
27
desigualdad entre hombres y mujeres. Desde esta postura se abogaría más por la abolición de
la prostitución, partiendo de la visión de que es una forma de violencia contra la mujer, como
consecuencia de las sociedades machistas, y que es un problema que hay que erradicar. Como
máximo modelo de esta postura, tenemos a Suecia, que ha regulado la situación pero con el
fin de acabar con ella. Según diversos datos, un año después de que se regulara la prostitución
en Suecia, imponiendo multas y penas de cárcel a los clientes, se redujo un 70% la
prostitución callejera y un 50% la que se practicaba en locales. Así, en este sentido
estaríamos ante dos argumentos c) y d), que pueden considerarse aceptables y relevantes, y
con un grado de solidez moderado.
(10) Cuando ocurre que tal ejercicio confronta de forma inequívoca con el principio de
Igualdad, además de con otros principios como el de la dignidad de la persona y la
violencia de género.
(11) Aunque por la LdC pudiera justificarse -que no sería el caso- que el laicismo validara
la legalización de la prostitución, es claro que estaría inmediatamente negado. (De 10)
Relación encadenada.
(12) En el marco de una realidad social y política concreta. Y esa realidad muestra la
palpable desigualdad que existe de la mujer respecto al hombre. Es el patriarcado.
(13) Y bajo esa desigualdad, no se puede invocar una LdC ni un laicismo que valide la
prostitución como categoría social a ser legalizada en el ámbito público. (De 12)
Relación encadenada.
e) y f) Estos dos argumentos pueden ser analizados de forma conjunta, pues en ambos se
afirma que la prostitución, que genera desigualdad de género entre hombres y mujeres y se
entiende como una forma de violencia contra la mujer, no puede ser legalizada o regulada
justificándonos en la libertad de conciencia. Estos se contraponen firmemente a lo que se dice
en los razonamientos a) y b), en los que se dejaba ver que para respetar la libertad de
conciencia de cada persona, no se puede ni prohibir ni obligar su práctica. Nos hemos
planteado a lo largo de varios argumentos si esta es una decisión totalmente libre, que se da
sin presiones ni coacciones de ningún tipo. Lo cierto es que en la mayoría de los casos va a
existir alguna presión, al menos del tipo económico, y por tanto, no podemos hablar de una
10 11
e)
.·.
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f)
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Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
28
elección claramente libre, aunque sea voluntaria, como tampoco podemos hablar de una
relación de simétrica igualdad, pues el hombre siempre va a estar por encima de la prostituta.
En este caso, podemos tomar las razones moderadamente aceptables, relevantes, y con apoyo
suficiente a las conclusiones, para decir que los argumentos (e y f) son de solidez moderada.
(14) La prostitución se presenta bajo el espejismo del igualitarismo y la libertad de
consentimiento, además de con otros pseudo-argumentos como el del empoderamiento
de las propias mujeres, el mal menor, los derechos “laborales”, la “libertad” individual,
contra la moralina y el victimismo de las propias mujeres o el paternalismo de las
opiniones contrarias, etc.
(15) La prostitución, como escuela de desigualdad hombre-mujer que lo es (además de
otras cosas), no puede ser asumida ni menos aún legalizada, con el paraguas de un
laicismo que debe confrontar, también, con el actual marco de un neoliberalismo
económico donde todo se compra y se vende, también en lo sexual, con tal que se tenga
capacidad económica o poder real o simbólico. (De 14)
Relación encadenada.
Diversos autores han manifestado su idea de que la prostitución es una escuela de
sexualidad para el hombre, en la que aprende que su placer es lo único que importa, y no
conoce nada acerca de la sexualidad femenina. También fomenta la concepción de las mujeres
como trozos de carne o cuerpos de los que se puede disponer en cualquier momento y tratarlas
de forma denigrante (no olvidemos los comentarios a los que hemos hecho referencia en otro
argumento, extraídos de la web punternet). La industria del sexo intenta vendernos que
trabajar en ella da poder a las chicas, que las prostitutas son las que mandan, que los clientes
sienten respeto por las trabajadoras del sexo, que muchas veces el cliente no busca sexo, sino
una amiga que lo escuche, que lo entienda… pero no es lógico pensar que estar desnuda
delante de hombres que “tienen derecho” a acceder a tu cuerpo sea una fuente de autoestima y
poder. En muchos de estos casos, el hombre está buscando placer sexual en personas que no
le desean en absoluto. El hombre puede ser rechazado por una de sus iguales, pero sabe que
puede acceder al cuerpo de otra pagando en cualquier momento, porque vive en una sociedad
que le garantiza el servicio de satisfacer sus deseos sexuales. Así la relación de poder es del
hombre sobre la mujer. Por lo tanto, estamos ante una razón aceptable, relevante, que nos da
como conclusión un argumento con un grado elevado de solidez.
14 15
g)
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Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
29
Reflexiones laicistas sobre la prostitución (réplica a Carmona). (Eugenio Piñero
Almendros, 05-01-2016).
(1) Si fuera como Carmona defiende, podríamos añadir a su lista de actividades
legalizables (además del aborto, la prostitución, eutanasia, etc.) la explotación
laboral… o el trabajo infantil… o la venta de sangre… o la venta de órganos.
(2) Todas estas personas aceptan “voluntariamente” estos “intercambios mercantiles”.
(3) Desde el punto de vista de la libertad de conciencia tomada como el único valor que
debe defender el laicismo, así sin más, todas estas actividades deberían ser legítimas.
(4) “No nos corresponde, como laicistas, entrar en esas cuestiones sustantivas sobre la
dignidad o indignidad del aborto, la eutanasia, la prostitución o la pornografía, sino
defender el derecho de cada persona a pensar libremente sobre esos asuntos y poder
vivir de acuerdo a su conciencia al respecto” (De 1-3)
(5) Creo que como laicistas sí debemos plantearnos la dignidad o indignidad que producen
en la vida de las personas determinadas circunstancias, y no limitarnos a la
consideración de la “libertad” como único valor que pueda justificar cualquier decisión
que tome una persona. (De 1-3)
Relación encadenada.
Como hemos planteado en otros casos, no podemos generalizar que todas las decisiones
que toma una persona de acuerdo a su libertad de conciencia sean acciones dignas. Dentro de
este argumento, nos encontramos un nuevo planteamiento por analogía, asumiendo, que si
acciones como el aborto, la prostitución o la eutanasia son legalizables, otras como la venta de
órganos o sangre, el trabajo infantil o la explotación laboral también deberían ser legalizadas,
partiendo de la idea de que si son acciones que se realizan libremente, no podemos
prohibirlas. En estos términos la analogía sería totalmente aceptable. Pero creo que cada una
de estas prácticas tiene tal envergadura que sería imposible compararlas y tratarlas de forma
conjunta, no podemos meterlas en el mismo saco. Habría que analizarlas cada una por
separado. Son situaciones, que en la mayoría de los casos, no podemos estar convencidos de
que la decisión que toman sea verdaderamente libre. Por ejemplo con respecto a la venta de
sangre y órganos, ¿por qué convertirla en un negocio cuando se puede donar sangre y órganos
sin recibir una compensación económica? Igual pasa con la prostitución, por qué pagar por un
servicio que podríamos tener gratis hoy en día. O el trabajo infantil… difícilmente esos niños
a)
.·.
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1 2 3 4 5
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
30
que son explotados hayan elegido libremente estar trabajando, seguramente se hayan visto
obligados por su situación familiar y económica. En la mayoría de estos casos, la libertad está
muy cuestionada, y no podemos centrarnos sólo en valorar la libertad de conciencia, sino
también habría que cuestionarse si son actos dignos o no. Por tanto, nos encontramos con que
las razones (1), (2) y (3) son relevantes, pero su apoyo es insuficiente, y se hace más débil con
el contraargumento (5), que sí consideramos que tiene mayor aceptabilidad y solidez. Así el
argumento en general tiene una solidez baja.
(6) Puesto que si una persona se prostituye,
(7) o vende un órgano,
(8) o acepta la explotación laboral porque la otra opción es la miseria pura, lo puede estar
haciendo voluntariamente.
(9) Por tanto, como asegura Carmona, la decisión sería digna. (De 6-8.)
Relación convergente.
Aquí Carmona, afirma que si una persona elige prostituirse, vender un órgano o ser
explotado laboralmente en vez de vivir en la miseria, lo estará haciendo voluntariamente y por
tanto, sería digno. De nuevo volvemos al debate anterior, de que estas decisiones no son libres
del todo, y no podemos basarnos solo en la libertad de conciencia para defender la dignidad
de nuestros actos. Si para sobrevivir a la miseria, no tienes otras alternativas mejores, acabas
aceptando algo así, pero no porque lo desees hacer de forma voluntaria, si no porque no te
queda otra opción mejor, y esto no podemos considerarlo indigno. No es lo mismo tomar esta
decisión en condiciones de pobreza (que la tomas obligado/a por tus necesidades
económicas), que si la tomas desde otra posición con un nivel económico más alto, (en este
caso habría que valorar cuáles son las razones que te llevan a decidir eso, y si es libre o no).
En este argumento, las razones son moderadamente aceptables, relevantes y por tanto el
argumento tiene un grado de solidez moderado.
9 7
.·.
b)
6
8
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
31
(10) Yo solo veo liberalismo puro y duro: libertad como único elemento que confiere valor
a las decisiones, al margen de las condiciones en la que ha de desarrollarse de una
manera efectiva.
(11) Y la defensa a ultranza de esa “libertad” me temo que no solo no ayuda a la
emancipación de las personas, sino que va en contra de ella y, desde mi punto de vista,
no cabe en el proyecto laicista de una sociedad mejor. (De 10)
Relación encadenada.
Cuando hablamos de decisiones libres, se entiende que la mayoría de los laicistas
defienden únicamente que esas decisiones se hayan tomado de forma voluntaria, pero ¿debe el
laicismo centrarse sólo en eso? Ya hemos dicho que habría que tener en cuenta otros aspectos,
por ejemplo, ver en qué condiciones reales se da esa “libertad”, y también, nosotros a nivel
particular, a la hora de tomar una decisión tenemos que valorar cuáles van a ser sus
consecuencias. Muchas veces, nuestra libertad de conciencia puede cercenar la de otros/as.
Así, la razón de este argumento se puede considerar aceptable y relevante, de suficiencia
moderada, por tanto dando lugar a un argumento de solidez moderado.
(12) Poyatos está hablando solo de las “mujeres víctimas de trata”, no de la prostitución
relacionada con la drogadicción, o con la pobreza, con las condiciones penosas de su
vida cotidiana, etc.
(13) Porque solo se habla de aquellas prostitutas que son víctimas de las mafias
internacionales.
(14) Solo una de cada 8 mujeres es víctima de trata de mujeres. Pero lo cierto es que “este
dato” no es correcto ni en su cita ni en su interpretación. (De 12-13)
(15) En conclusión, la prostitución se practica en su inmensa mayoría (al menos en Europa,
no quiero ni pensar en lo que ocurre en otros países menos vigilantes en este tema) bajo
coacción de las condiciones sociales, económicas y culturales, cuando no
explícitamente bajo amenaza de muerte o agresión. Parece que está claro hasta para
quienes defienden la regulación. (De 12-13)
Relación especial “+”
10 11
.·.
14
12
15
13
c)
.·.
.·.
d)
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
32
Diversos estudios realizados en nuestro país arrojan numerosos datos, entre los que
podemos destacar los siguientes:
- Entre 300.000 y 400.000 mujeres en España ejercen la prostitución.
- El 90% de ellas son extranjeras y sin papeles, lo que aumenta su vulnerabilidad. No
tienen un trabajo regulado, lo que les impide regular su situación en España, y son
víctimas más fáciles para las mafias.
- Según una ponencia parlamentaria presentada en el año 2007, el 90% (en otros estudios
se dice que es el 80%) de las mujeres que practican la prostitución en nuestro país lo
hacen forzadas y no como un acto voluntario. En ambos caso el porcentaje es muy alto.
- 4 millones de mujeres y niñas son vendidas cada año con fines de explotación sexual.
- Entre el año 2003 y 2008, se detuvieron en España unos 7.300 integrantes de redes
mafiosas relacionadas con la prostitución.
- Este negocio mueve unos 18.000 millones de euros al año, casi todo en dinero negro.
Basándonos en estos datos, vemos que el porcentaje de mujeres que ejercen la
prostitución bajo alguna coacción es mucho mayor que el que nos da Gloria Poyatos. Por
tanto, tomaremos como aceptables las razones del argumento, afirmando así que los datos que
ofrece Gloria Poyatos, son insuficientes para determinar el porcentaje de mujeres víctimas de
explotación sexual. También son razones relevantes, así que tomaremos el argumento como
suficientemente sólido.
(16) “El dilema no es si estamos a favor o en contra de un fenómeno que repugna a la
práctica totalidad de las mujeres, entre las que me incluyo, como también a muchos
hombres.
(17) No sólo desde el feminismo, sino desde amplios sectores de la sociedad, existe un
rechazo a una práctica que convierte las relaciones sexuales en un intercambio
mercantil con componentes de dominio y vejación, en el mejor de los casos, y de
abuso, agresión o riesgo para la salud, la seguridad y la libertad de quienes la ejercen,
en el peor.”
(18) “Es mezquino atribuir a quienes defendemos la regulación de la prostitución cualquier
pretensión de avalarla o bendecirla.
(19) Que alguien se plantee regularla no significa que necesariamente deba considerar la
prostitución como un acto voluntario que emane de la libre conciencia de las mujeres.
En este caso más bien al contrario. (De 16-18)
.·.
e)
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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(20) Con regular la prostitución no se tiene porqué defender necesariamente su legitimidad.
(De 18-19)
Relación encadenada.
Como ya hemos dicho, podemos estar a favor de regular o legalizar una práctica, lo que
no tiene que implicar que estemos de acuerdo con que la misma se realice, y en este caso
aunque estemos defendiendo los derechos de las mujeres que “aceptan libremente” no lo
estaríamos haciendo con aquellas que están ahí en una situación forzosa, pues para ellas sería
una situación de vejación y dominio, y eso no puede ser legalizable. Así este razonamiento
tiene poca aceptabilidad, relevancia y suficiencia, por tanto es de solidez baja.
Laicismo y prostitución (II). (Andrés Carmona Campo, 06-01-2016).
(1) El laicismo lo que defiende es el derecho a la libertad de conciencia para que sea cada
persona la que decida por sí misma qué opinión quiere tener con respecto a todas esas
opciones, sin que se la pueda coartar o coaccionar de ninguna forma en ese aspecto.
(2) Confunden dos planos que en el laicismo deben estar bien delimitados: el de la libertad
de conciencia y el de los contenidos concretos de cada conciencia. (De 1)
Relación encadenada.
Fácilmente se confunde el laicismo como una oposición a la religión y una postura
anticlerical. Es cierto, que se opone al clericalismo, por considerarlo un enemigo de la libertad
de conciencia (durante muchos años han intentado que la religión tomara parte en asuntos
públicos y políticos); pero no se opone a la religión en sí misma. El laicismo defiende que
cada persona elija libremente la ideología que considere más acertada, siendo compatible ser
laicista y creyente, laicista y agnóstico, laicista y ateo…; la esencia de esto es que cada
persona puede pensar de una forma u otra, tener sus propias opiniones, y a veces estos
pensamientos serán compartidos, en otros casos no, pero tenemos que saber respetarnos los
unos a los otros. Así, Podemos decir que estamos ante una razón bastante aceptable y
16 19 18 17
20
.·.
2 1
a)
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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relevante, que ofrece un apoyo suficiente a la conclusión, dando como resultado un
argumento sólido.
(3) Para algunas personas, prostituirse es una forma de vida digna, un trabajo, una forma
de ganarse la vida tan digna como pueda ser cualquier otra.
(4) Para otras personas, prostituirse no es un trabajo ni un oficio, sino una forma de
humillación y de violencia que debe ser erradicada tal y como se erradicó la esclavitud,
por ser algo indigno.
(5) El consenso mínimo sobre la dignidad no alcanza a decidir si la prostitución es
compatible o incompatible con lo que es la dignidad. (De 3-4)
Relación convergente.
Existen dos posturas tan claramente diferenciadas con respecto a la prostitución que es
muy difícil llegar a un consenso entre ambas. Por un lado tenemos la postura pro-prostitución,
que la define como un trabajo digno, un trabajo como cualquier otro, y que quien decida
ganarse la vida de esta forma está en su derecho de hacerlo. Por otro lado tenemos la postura
abolicionista, que considera la prostitución como una práctica indigna, que humilla a las
mujeres, las somete, las deja en una situación de inferioridad con respecto al hombre. Así,
podemos ver que entre estas dos vertientes tan opuestas es muy complicado llegar a un punto
o idea común. Por tanto tomamos las dos razones como aceptables y relevantes, y el
argumento se puede considerar moderadamente sólido.
(6) Alguien abolicionista puede considerar que la prostitución es algo indigno, que es una
forma de violencia de género, etc.
(7) Por eso mismo, procurará acabar con la prostitución y hará lo que tenga que hacer
(siempre sin violencia y respetando la libertad de conciencia) contra ella.
(8) Pero debe entender que otras personas no piensan igual que él o ella y que quieren
prostituirse libremente, porque no lo consideran indigno, porque lo consideran una
forma de ganarse la vida o incluso una forma de vida sin mayores problemas por eso, o
por lo que sea.
5
3
b)
.·.
c)
.·.
4
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
35
(9) En este sentido, la posición laicista adecuada me parece que es regular/legalizar la
prostitución exactamente igual que se regula el aborto. (De 5-7)
Relación encadenada.
Es un hecho la existencia de mujeres que son víctimas de trata, de explotación sexual,
etc, y ante esto no podemos decir que sea un trabajo digno, así las posturas abolicionistas
buscarían erradicarla de manera definitiva. Por otro lado, tenemos a personas que piensan
totalmente lo contrario, y ven en la prostitución una forma digna de ganarse la vida. Si nos
planteamos su legalización, como hemos visto en otros argumentos, según datos ofrecidos por
la OIT, en países donde ya está regulada siguen existiendo mafias y tráfico de mujeres con
fines de explotación sexual. Aparte cuando una actividad se legaliza, tiende a extenderse. Y
en estos casos no se estarían defendiendo los derechos de las mujeres que están siendo
forzadas a ejercerla. Abolirla definitivamente es complicado, pero eso no tiene que suponer
su legalización. Solo es cuestión de respetar a las que quieran ejercerla, y a las que no. Así
podemos considerar que las razones son aceptables y relevantes, pero no ofrecen un apoyo
suficiente a la conclusión, por tanto, el argumento tiene una solidez bastante débil.
(10) …porque quiere, porque le gusta, porque no tiene reparos en ofrecer servicios sexuales
a los demás y además lo concibe como algo digno y hasta artístico.
(11) Mientras tanto, intentar impedir por ley que se practique, que haya hombres o mujeres
que se prostituyan u otros y otras que lo consuman, y querer hacer pasar eso por
laicismo, no me parece correcto. Más acertado me parece que se regule como derecho y
que sea cada persona en conciencia la que decida si se prostituye o acude a por los
servicios de la prostitución voluntaria.(De 9)
Relación encadenada.
Para defender la libertad de conciencia de las mujeres que quieren ejercer la
prostitución no es necesario legalizarla, pues en ese caso estaríamos violando la de las que
no quieren ejercerla y están haciéndolo involuntariamente. No se puede prohibir por ley,
pero tampoco se puede obligar. Así este razonamiento es poco aceptable y relevante, y su
grado de solidez es bajo.
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10 11
d)
.·.
.·.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
36
5. RESUMEN GLOBAL DE LOS ARGUMENTOS.
En la siguiente tabla vamos a recoger los principales argumentos que hemos ido
analizando, diferenciando las dos posturas del laicismo sobre la prostitución. Por un lado, la
postura partidaria de regular y/o legalizar la prostitución, por otro lado una posición
detractora de la misma, que aboga más por el prohibicionismo y/o abolicionismo:
A FAVOR EN CONTRA
- En el laicismo debe primar la defensa de la
Libertad de conciencia sobre la dignidad o indignidad de un hecho (falta de consenso
sobre cuál es el valor que debe prevalecer:
libertad o dignidad).
- Defender la regulación/legalización de la
prostitución se haría por pragmatismo, para
minimizar los riesgos y costes negativos que tiene para el individuo y la sociedad (como
una opción menos mala entre varias).
- Si se regula o legaliza se estaría defendiendo
la Libertad de conciencia de las mujeres que
la ejercen de forma voluntaria.
- Esta voluntariedad parte de que las mujeres
que eligen prostituirse lo ven como un modo
de vida digno.
- La regulación buscaría una igualdad simétrica
en la relación prostituta-cliente, igual que se busca en otras relaciones laborales entre
hombre-mujer (por ejemplo, la desigualdad de
sueldos)
- Desde esta postura se evitan posicionamientos
morales, así se entiende la prostitución como
un intercambio mercantil, y en base a sus ventajas legales busca proteger a los actores
que intervienen en dicha práctica y sus
intereses.
-
- Se debe defender la libertad de conciencia,
pero este argumento se debilita al minimizar la dignidad o indignidad de la decisión
(libertad y dignidad son valores que se
deberían tener en cuenta de forma conjunta).
- Se basa en una defensa ferviente de la
dignidad humana, que se ve ensuciada por
una práctica que se considera humillante. Este es un principio fundamenta en la
construcción de los derechos humanos.
- Si se legaliza se estaría violando la Libertad
de conciencia y los derechos de las mujeres
que la ejercen de forma forzada.
- No toda acción que parte de la libertad de
conciencia y acción puede considerarse
digna.
- En la mayoría de los casos, vamos a hablar
de una situación de desigualdad entre la prostituta y el cliente (el hombre ejerce su
dominio y poder sobre ella, que está en una
posición de inferioridad).
- Así, una sociedad que busca la igualdad entre
hombres y mujeres no puede defender una
práctica que humilla, denigra y cosifica a la mujer tratándola como una mercancía, pues
esto es indigno para ella.
- Si se acepta la legalización de prácticas como
el aborto, la eutanasia, el matrimonio
homosexual, la pornografía… también se
debería aceptar la de la prostitución.
- Igual pasaría por ejemplo con el trabajo
infantil, la venta de órganos, de sangre, la explotación laboral…
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
37
6. CONCLUSION.
A lo largo del trabajo se ha ido tratando un tema bastante complejo como es la
prostitución, y se ha debatido acerca de cuál es la postura que el laicismo debería tomar sobre
ella, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, no es algo que se ejerza libremente, y
que conlleva muchos problemas, riesgos y aspectos negativos.
En nuestro país, la prostitución es una práctica que se encuentra en una situación alegal
(no es legal ni ilegal), y por tanto no se penaliza el ejercicio de la misma. Aunque sí está
sujeta a ciertos reglamentos que velan por el “orden público”, evitando que se ejerza en
espacios públicos, zonas transitadas por menores, etc.
El debate al respecto, se centra en tres posiciones fundamentales: regular/legalizar
(considerarla como un trabajo más para poder controlar y proteger la situación de las
mujeres), no regularla pero sí perseguir a las mafias (que sería la situación actual), o
prohibirla (con el fin de hacerla desaparecer totalmente).
Ante estas opciones, y haciendo balance de todos los argumentos que hemos analizado
anteriormente, consideraría que, desde una postura laicista, la opción más adecuada sería
regular o legalizar la prostitución, independientemente de su perspectiva moral.
La abolición o desaparición de este fenómeno puede ser algo deseable, pero sabemos
que esto solo sería posible muy a largo plazo, así, habría que buscar otras opciones que,
mientras tanto, permitan tener cierto control (aunque no completo, pues es prácticamente
imposible) sobre la situación, considerando en este caso la regulación como mejor opción.
Cierto es que al regularla, no se conseguiría que el fenómeno desapareciera, de hecho,
según algunos datos que hemos plasmado en los argumentos, en algunos países en los que sí
está legalizada (como Holanda) siguen existiendo mafias, pero es un problema tan extendido
que es casi imposible controlarlo por completo. Otros países como Suecia, la han regulado y
penalizan a los clientes con penas de cárcel y multas, lo que sí parece que está reduciendo el
porcentaje de prostitución. Esta sería otra opción a contemplar a la hora de regularla. Así, al
legalizarla podríamos lograr reducir algunos de los costes negativos y riesgos que presenta
esta práctica:
- Se regularía la situación laboral de las trabajadoras del sexo.
- Sus derechos laborales y sanitarios quedarían protegidos.
- Se podría regularizar también la situación de las mujeres que están en nuestro país sin
papeles (alguna redada policial podría significar su expulsión).
- Se activarían mecanismos legales contra las mafias y proxenetas, aunque como ya hemos
dicho es muy complicado controlarlo totalmente.
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
38
- Emergería la economía sumergida que genera este negocio ilegal.
- Habría un mayor control en el tráfico de drogas que se da dentro de los clubs de alterne.
Pero sabemos que la mayoría de estas mujeres no están en la prostitución de una forma
totalmente voluntaria, por ello, con la legalización no estaríamos defendiendo su libertad de
elección. Así, sería conveniente, a la vez, proponer otras alternativas sociales y laborales,
como programas educativos o de inserción laboral, para que aquellas mujeres que quieran
plantearse otras opciones tengan al menos una posibilidad real. No podemos ser víctimas de
un intervencionismo ingenuo y tomar medidas sin evaluar verdaderamente las consecuencias
que estas conllevan. Tomando como referencia uno de los ejemplos que hemos visto en el
tema, el de la explotación laboral infantil, ninguno de nosotros estará a favor de esta situación,
pero la solución no puede pasar simplemente por decir: “No compremos los productos que
estos niños fabrican”. En este caso les estaríamos perjudicando, al privarlos de ingresos, y no
les estamos ofreciendo ninguna alternativa viable, como podría ser por ejemplo, ofrecer una
beca a sus padres para que los niños puedan ir al colegio. Del mismo modo, en el caso de la
prostitución, habría que plantear alternativas accesibles para aquellas mujeres que quieran
optar a otras posibilidades y dejar este modo de vida.
La prostitución es un fenómeno que ha existido a lo largo de muchos siglos, y casi
siempre, cuando se habla de ella, nos referimos a la femenina, olvidando que también hay
hombres que ejercen como “trabajadores del sexo”, aunque sus condiciones suelen ser muy
diferentes a las de las mujeres (en la mayoría de los casos, no suelen padecer la sordidez del
bajo standing).
Quienes ven indigna la actividad en sí, lógicamente estarían dispuestos a pagar un
precio (por ejemplo, un trabajo mal pagado, escasez económica…) para evitarla; por el
contrario, quienes tienen como prioridad la satisfacción de las necesidades humanas, pueden
considerar la prostitución como una actividad “menos mala”. Así, en defensa de la Libertad
de conciencia, no se debe imponer a toda la sociedad unas determinadas convicciones
ideológicas, y mucho menos sus implicaciones prácticas, pues sería un abuso. Lo ideal sería
lograr unas condiciones de vida que faciliten la libre elección de todo el mundo.
Concluyendo, diré que mi postura acerca de lo que el laicismo debería defender
(independientemente de la opinión que pudiera tener sobre la prostitución, sobre si es una
práctica digna o indigna), éste debería optar por regularla, para así al menos, mejorar en cierto
modo las condiciones de las mujeres que la ejercen (ya sea voluntaria o involuntariamente).
Análisis de argumentos: Laicismo y prostitución.
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