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  • 8/17/2019 La_piramide_del_desecho_Algunas_reflexio.pdf

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    La pirámide del desecho: Algunas reflexiones sobre la formacióninstrumental a nivel superior

    Andrés Samper Arbeláez

    [email protected]

    Después de haber asistido a un reciente foro de guitarristas en Bogotá,que se enmaracaba en eI I Encuentro de Guitarras de Colombia en el

    que se habló, entre otras cosas, sobre los sistemas de formación

    musical al día de hoy, me atrevo a lanzar algunas reflexiones al

    viento… convencido de que son asuntos que hoy por hoy tienen eco

    no solo en América Latina sino también en otras partes del mundo

    globalizado….Después de varios años de estar enseñando música, constato que

    seguimos fuertemente amarrados, en todos los niveles pero enparticular en la formación profesional de los intérpretes clásicos, a lo

    que podríamos llamar un sistema de formación piramidal. Una

    estructura (quizás involuntariamente) perversa que sigue colocandocomo referentes para la formación curiosos paradigmas de perfección.

    ¿Cuánto tiempo más tardaremos en darnos cuenta de que esa cumbre

    poblada de intérpretes solistas que dominan todos los repertorios y

    estilos, o incluso que tocan en las orquestas sinfónicas profesionales,

    no existe? O que quizás existe pero para unos pocos, cada vez máspocos.

    Esta situación tiene dos caras problemáticas: primero, estamos

    formando a nuestros intérpretes para ser algo que probablemente noserán, o al menos, para algo que no serán plenamente (el intérprete

    solista que domina todos los estilos de la música clásica occidental). Y

    en el camino, poco a poco, batallones de músicos van quedando

    excluidos de la pirámide; unos, con suerte, logran armar sus vidas

    musicales echando mano de su intuición, de sus dones.Recomponerse como artistas después de dar muchas vueltas a ciegas

    por el mundo. Otros van quedando relegados, desechados… En

    cualquier caso hay tantas marcas, tantos dolores y frustraciones que

    me he encontrado a lo largo de estos años… trazos de las biografíascuya profundidad aún no detectamos. La fuerza de la reproducción

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    pedagógica que no se cuestiona, es un torrente que por momentosparece incontenible.

    La segunda cara, entonces, es la cara de las “voces ocultas”. Cuántaincapacidad seguimos teniendo para integrar los deseos de los

    estudiantes a nuestras clases: sus mundos, anhelos, talentos,sensibilidades. Nos pasamos tanto tiempo pidiéndoles que “sean

    como” que nos olvidamos de permitirles y ayudarles a preguntarse lo

    más importante: “quiénes son”. Y por tanto, nos cuesta trabajo

    adaptarnos a lo que son, porque ni siquiera lo dejamos emerger. Elcanon sigue silenciando los deseos.

    ¿Y si el “lado oculto de la pirámide” es el que realmente debe llamar

    nuestra atención? Puede haber miles de flores escondidas, listas paragerminar, pero que aún no encuentran los espacios en los imbricados

    laberintos de las academias… O, lo que es peor, que son simplementecortadas de raíz, antes de ver la luz. Quizás de la mano con la

    escucha de los deseos y las voces individuales está también una

    exposición más osada en nuestras cátedras a la creatividad, al juego,al tocar con otros, a los ecosistemas musicales vivos que nos rodean

    (clásicos, electrónicos, tradicionales, folclóricos, populares). Más salir

    al mundo y menos encierro de horas y horas trabajando para ser

    aquello que finalmente, nunca seremos. Si la educación musical esreflejo de lo que nuestros músicos son en el “mundo de la vida” hoy,

    debería estar preparando a los futuros músicos no solo para tocar biensu instrumento y su repertorio, sino también para enseñar, gestionar

    proyectos, improvisar, componer, arreglar, hacer música para teatro,

    construir espacios de democratización de la música; para estar encapacidad de dialogar con las músicas populares y tradicionales conlas que convivirán.

    Necesitamos trabajar desde nuestras clases más por el “querer ser”que por el “deber ser”. La música es energía de gozo y movimiento, no

    un objeto espinoso que nos asusta; ni una cumbre de perfección

    inalcanzable...