Las Leyes- Platon

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libro I de las Leyes de Platon. Resumen

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Alumno: Elian MorantCiencias Polticas Las leyes- Platn. Libro IEl principal tpico del libro primero de Las leyes parece ser el de la determinacin de cules son los principios que deben tomarse en cuenta para organizar el corpus legislativo de la ciudad. Los ciudadanos de Esparta y de Creta tienen ciertas costumbres comunes tales como la portacin de armas, el ejercicio fsico y las comidas en comn con el objetivo de mantenerlos preparados para la guerra. Afirman que aunque la mayora no quiera verlo, cada ciudad est en constante guerra con las vecinas, cada pueblo con otros pueblos, cada familia con otras familias e incluso cada individuo consigo mismo. Platn lo afirma de este modo:Cl.-Sin duda, me parece que condena la necedad de la plebe que no sabe que durante su vida todos estn continuamente en guerra contra todas las ciudades. Si durante la guerra deben comer en comn para protegerse y sus guardias estn organizados en jefes y subordinados, tambin hay que hacerlo en tiempo de paz, pues lo que la mayora de los hombres llama paz, lo es slo de nombre. En realidad, hay siempre por naturaleza una guerra no declarada de todas las ciudades contra todas. Si analizas de esa manera, descubrirs que el legislador de los cretenses orden casi todas nuestras costumbres y leyes como si mirara a la guerra y, precisamente con esa visin, nos encomend que guardemos las leyes, en la creencia de que no se desprende ninguna utilidad de ninguna de las otras cosas, ni posesiones ni instituciones, si alguien no se impone con la guerra, ya que todos los bienes de los vencidos caen en manos de los vencedores. (625 e)El anciano de Atenas alcanza a dilucidar en el discurso de su interlocutor que las leyes tanto de espartanos como de cretenses estn, todas ellas, orientadas hacia la virtud de la valenta, y sta frente al peligro externo, pero este no es un correcto principio para sustentar las leyes de una ciudad, ya que los peligros ms grandes para ella surgen ms bien de la sedicin y de la lucha de cada individuo con lo peor de s mismo, y no tanto de la lucha contra el enemigo externo. Los ciudadanos necesitan adems de la valenta, la fidelidad para que se impida a los peores hacerse con el poderPor lo tanto, es importante la educacin en la virtud completa que integra en primer lugar la inteligencia, luego la prudencia y la justicia, adems de la valenta. Las leyes de Esparta y Creta fomentan nicamente la valenta, y sta frente al peligro externo, la cual es una valenta incompleta o dbil. Sin embargo, el ateniense reconoce en estas leyes una norma fundamental: nunca un joven puede cuestionar la ley establecida, por su inexperiencia.En el caso, inclusive, de que las leyes cretenses y espartanas sean realmente buenas, la mejor sera sin duda la que prohbe a los jvenes el examen de cuales de ellas son buenas o malas. Ms an, obliga que estn todos de acuerdo en la bondad de todas ellas, ya que han sido dadas por los dioses y, si alguien dijese lo contrario, no permite que ste sea escuchado, mientras que si un anciano ciudadano piensa sobre las leyes, puede hacer sus reflexiones al gobernante o a los de su edad, cuando ningn joven este escuchando.Sin duda, afirma Platn, que los peligros ms temibles para la ciudad y para el individuo no son los peligros externo sino los que provienen de adentro. En la ciudad, de las sediciones y revueltas internas, y en el individuo, de lo peor de s mismo, sus impulsos a seguir ciegamente los consejos del placer y/o del dolor. Estos impulsos vuelven esclavo al hombre, incluso peor que la esclavitud externa, porque provoca la vergenza y la deshonra. En el caso de las leyes de Esparta, como es la de la prohibicin de la embriaguez en las fiestas dionisiacas, no ensean a vencerse a s mismo sino que hacen a los hombres ms dbiles. En cambio, propone el ateniense ejemplifica en el modo que lo hacen en Atenas: las bebidas comunes son el lugar donde los hombres aprenden a controlarse a s mismos, y a conocerse en sus puntos ms dbiles y en los peores instintos ya que las borracheras sacan la peor parte del fondo de cada hombre. Concluyendo que la total prohibicin espartana no es el mejor modo de lidiar con las pasiones. El vino, para Platn tiene una importancia social grande ya que ayuda al autocontrol y revela nuestros defectos.Es importante mencionar el debate sobre las costumbres sexuales en Esparta y Atenas. El espartano, Megilo, hace alarde de la camaradera masculina que se fomentan en las comidas comunes y el ejercicio fsico. El de Atenas le responde que esta camaradera fomenta, tanto en hombre como en mujeres, que se olvide de a poco la naturaleza propia de la sexualidad, ya que el hecho de pasar tanto tiempo hombres juntos y mujeres solas lleva a las uniones homosexuales. Y les reprende de haberse inventado el mito de Ganmides, para poner en Zeus las relaciones homosexuales y as justificarlas en ellos. El espartano aduce que la contencin de los placeres hace de ellos expertos en el autodominio. Pero el de Atenas le responde que sus mujeres eran bien conocidas por entregarse con facilidad a los extranjeros. Megilo, entonces, saca a relucir su principal argumento: "que las leyes espartanas son las mejores porque su pueblo siempre obtiene la victoria en la guerra", lo cual lleva al ateniense a concluir que la victoria en las armas no siempre es garanta de superioridad moral:At. Buen hombre, no digas eso, pues muchas fugas y persecuciones han sido y sern inexplicables, por tanto, nunca diramos que la victoria y la derrota en la batalla son un criterio evidente de las instituciones buenas y las que no lo son, sino discutible, puesto que las ciudades mayores vencen en la guerra a las menores y las esclavizan, los siracusanos a los locrenses, que parecen ser los que poseen un mejor orden poltico en aquella regin; los atenienses, a los ceos. Podramos descubrir un sinnmero de ejemplos semejantes. Pero procuremos alcanzar una conviccin acerca de cada institucin, sin considerar ahora las victorias y las derrotas; digamos que tal institucin es buena, que tal otra no lo es.