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Revista Cultural La Tajea fruto de La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de San Miguel de Abona

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El Rincón

Monte Cho Pancho

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EEdita:

Ilustre Ayto. de San Miguel de Abona

Ctra. a Los Abrigos, 30 - 38620

web: www.sanmigueldeabona.org

e-mail: [email protected]

Dirección y coordinación:

Concejalía de Cultura

Diseño e impresión:

Edición KA

Depósito Legal:

TF 937/2002

«La Tajea no hace necesariamente suyos las opinio-

nes y los criterios expresados por sus colaboradores.

Todos los derechos reservados. Esta publicación

no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,

ni registrada en, o transmitida por, un sistema de

recuperación de información, en ninguna forma

y por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico,

electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia,

o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de la

editorial (Concejalía de Cultura).»

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Introducción

Valentín E. González Évora

Decires, dichos... Un puñado de expresiones

Francisco Javier González Méndez

El Personaje: Dña. María Morales Domínguez

Valentín E. González Évora

C-822. La vía que sacó del aislamiento al Sur de Tenerife

Lucy González

Recuerdos de mi niñez

José Guadalupe

Un Paseo por la Biblioteca Municipal

El Trotamundos

Marian Tur Iglesias

La joya más emblemática de Aguere

Marta Rodríguez Naveiras

D. Eladio Alfonso y González

Octavio Rodríguez Delgado

¿Verde o rojo?

Ingerlise Naranjo Álvarez

Ondas Deportivas

Álvaro Toledo

Ponía huevos y encendía la luz

Clemente Feo

Festival de máscaras de Hatillo. Puerto Rico

Enrique Delgado Plasencia

Comentarios

FotoNoticia

Coleccionable de Cocina

Umberto Marinoni Lapini

Coleccionable de Alfarería

Pedro Benítez Reyes

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IntrodIntroduuccccióniónIlustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Mayo/Junio 2006

Valentín E. González Évora1er Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura

Nos encontramos ante el número corres-pondiente a los meses de mayo/junio de La Tajea; éste será el que nos despi-

da hasta el próximo mes de octubre, cuando nos encontremos después de unas merecidas vacacio-nes y de nuestras Fiestas, con el espíritu renovado para una nueva temporada.

Como en cada edición, y haciendo un mereci-do recorrido por los artículos de este ejemplar, nos debemos parar, y nunca mejor dicho, en medio de esa carretera C-822, La vía que sacó del aisla-miento al sur de Tenerife (nuestra carretera vieja); desde esta parada podremos contemplar nueva-mente la vida y los ajetreos diarios de nuestro Per-sonaje centenario, D… María Morales Domínguez, o tal vez los Recuerdos de la Niñez de aquel que se movía entre los arganeos de su madre, su tía o su abuela, todas ella viudas que, con sus dichos o decires... un puñado de expresiones, cuentan la historia del pueblo y de sus gentes. Unas gentes que en un momento dado recurrieron al verde de la penca y al rojo de la cochinilla como modo de subsistencia.

Nos llamará la atención la singular esbeltez de las casonas de La Orotava y La Laguna bajo la te-

nue luz de la luna; dejando tras nuestros pasos las tradiciones que en un momento dado nos trasla-dan a esa calle de Hatillo (Puerto Rico), ocultándo-nos los rostros que se esconden tras una máscara. Y tras ello, siempre aparecerá la vida de alguien, desconocido para algunos o para otros pilar fun-damental para la historia de este pueblo como es el caso de D. Eladio Alfonso y González.

Como siempre, nuestro deporte se verá refleja-do en Ondas Deportivas con el trabajo realizado en esta temporada de los equipos que nos repre-sentan en las diferentes categorías, especialmente el triunfo de la U.D. Las Zocas alzándose con la Copa Heliodoro Rodríguez López; a la vez que, como en cada edición, tendrán cabida nuestras secciones habituales como son los coleccionables de Cocina y Alfarería, Fotonoticias, Un Paseo por la Biblioteca o los Comentarios de Wladimiro Pa-reja.

Esperando que este número tenga la buena acogida de nuestros lectores, les cito a la próxima publicación en el mes de octubre, deseándoles un feliz verano.

„Un buen libro es como un buen viaje, se empieza con inquietud y se termina con melancolía‰

(Anónimo)

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¿Sabía que...?Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Mayo/Junio 2006

Decires, dichos...un puñado de expresionesun puñado de expresiones

¤ A trancas y barrancas y como Dios me ayudó me en-caramé por la rendija de la pared, enguruñao llegué al fechillo del postigo.

¤ Entré en la vieja sala donde se acumulan los recuer-dos del tiempo, en lo alto de la alacena columbré una caja que estaba bien requintada envuelta en un roído papel baso. Rebusque dentro de ella, encon-trando un envoltorio de tela blanca que en un san-tiamén desembrujé, eran unos viejos libros atados con hilo carreto, unos libros perdidos en el olvido y que después de desatarlos me metí en los recovecos de la memoria.

¤ Ansina hablamos, desires, dichos, alejines y alilayas, un puñado de expresiones dichas por nuestros pa-dres y abuelos.

¤ A trancas y barrancas conseguí el dinerito para com-prar una vara de tela ancarna, y un fi sco guata y chi-quito fl eje billetes no tenia el babieca de cho Bernar-do. Como pa tirarlos a la refatiña.

¤ El hombre está molio como un zurrón del estampio que se metio, gracias que la María es ageita y con unos estregones y una cataplasma de amoniaco que le puso se le fue pasando la cosa.

¤ Abanale a tu abuela, alli la columbre por la verea, seguro que fue a regoler a cas la vecina, que ayer del jilorio que tenia se metió una jarta de higos de india que se tupió toita.

¤ ¡Trasponga de aquí cristiano! Y me importa un co-mino lo que piense ese tunante, pues no estaba el carrucho de cho Juan engoruñao debajo la escalera mirando a ver si me via las verijas, por muy viejo que sea le sumbo un soplamoco por los besos que lo dejo bailando como una tornera. ¡Fuerte viejo safao!

¤ Será de la juma que lleva mi niña y al infeliz se le va el tino.

¤ ¡Chiquito puente! No te alonges y dejate ir que con

este fotingo que no sirve pa naita nos podemos en-riscar y el partigaso no es fl ojo, simplón.

¤ Ven acá alma cantaro, y no me estés llenando la ca-chimba porque te meto un traquina que acabo con-tigo, por singuango y alcahuete.

¤ Siempre estás arripiao, ponte un saco si estás tullio y en dos sancajos te acercas a la venta mientras me acabo de escarmenar.

¤ El niño llegó chijaito de cas seña Juana, porque le llenó un cachivache de perenquenes.

¤ Pos yo no me quedo con las maguas de cantarle las cuarenta.

¤ ¡Jeríngate! a na fuiste a encharcarla, chiquita nece-sidad de coger una roña ¡Puñeta! Por culpa de ese sajorín. Pos a mi plin.

¤ Malimpriaito mueble que estuviste aquellando ayer, para que hoy acabara en la fogalera, pos aprovecha las brasas pa jincarnos unas papas asadas.... Y al calor de la lumbre se dejaron embelesar.

La forma de hablar de un pueblo un importante ele-mento de identidad que debemos respetar y conser-var.

Francisco Javier González Méndez

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El Personaje

Nos recuerda doña María que nació en el Valle de San Lorenzo, de donde su padre

Antonio Morales y su madre Silveria Domínguez eran naturales, „somos siete hermanos, cinco hembras y dos varones .... Lorenzo, Pedro, Rosario, María, Edelmira, Isabel y Evaristo‰. Su infancia transcurre entre caminos empedrados y veredas estrechas en busca de hierba, pencas tiernas „... era el trabajo de los niños chicos‰. Al juego se dedicaba muy poco tiempo, había que ayudar a la familia, „... como mucho los padres te hacían algún juguete de unas pencas tiernas con unos palitos, unas patitas y los ojitos..., sólo la gente rica tenían muñe-cas de tela..., aunque hay que decir que no eran gente rica de dinero sino de fincas, el dinero no corría mucho‰.

Con cierta tristeza nos recuerda su corta experiencia escolar, dado la escasez de medios, ya que las clases costaban una peseta al mes, así nos comenta que „no se conocían maestros ni maestras, no alcancé mucha escuela, sólo conocí a los ocho años a D… Lola que no era maestra de título y que acudía a su casa cuando podía, unos días sí y otros no y nos daba alguna lección..., daba el „cartón‰, la „carti-lla‰ y luego pasaba al „manuscrito‰; el primero era un librito con letra de molde, el segundo nos enseñaba la a, e, i, o, u..., pero al „manuscrito‰ que era con letra pluma no alcance yo‰.

Muy poco tiempo había para las celebraciones festivas, pero recuerda especialmente la única fiesta que había al año, San Lorenzo, el diez de agosto. Se hacía una misa y todos acu-dían a venerar a la pequeña imagen que se encontraba en un „nichito‰ de

piedra junto al Camino de La Fuente, la cual contenía „una alcancía en la que la gente dejaba unas perritas en su camino a San Miguel. Además se organizaban un par de bailes en casas particulares‰.

Asimismo, nos relata con nostalgia el momento en que conoce a su novio, con el cual, a los cuatro meses de su vuelta del „cuartel‰, y cuando tenía doña María veintidós años, se casa; con don Teófilo Fumero Bello, con él tienen cuatro hijos/as: Lorenzo, Anto-

Dña. María Morales Domínguezmás de un siglo de vivencias

Comenzamos esta conversación con la luz de una tarde de ve-rano. D… María Morales nos traslada en el tiempo y nos lleva más allá de ciento dos años, aquellos que doña María disfru-ta. Nos recuerda que el próximo día 26 de noviembre cum-plirá 103 años. Nos sorprende a todos con su lucidez y sus ganas de vivir. Con esta tierna imagen de doña María, con su

voz amable y pausada se van desgranando los acontecimien-tos que en su dilatada vida han marcado y sigue marcando el devenir de los años, y todo ello en la entrañable compañía de su familia como excepcionales „testigos‰ de esta irrepetible experiencia: su hija D… María Luisa, su nieta, sus bisnietas y especialmente su tataranieta.

Concejalía de Cultura

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nio Miguel, Urbana y María Luisa. Nos describe con detalle, cómo se desarro-lló su boda, cuyos padrinos fueron doña Concha y don Teófilo Bello. La comitiva que estaba compuesta por varios camellos salió desde El Valle hasta la Parroquia en Arona. La novia y el novio iban en distinta montura, sólo una vez casados bajaban en un único camello y en la misma „silla‰. Mientras tanto, los invitados que podían, también lo hacían en camellos o a pie. Nos matiza doña María „que los señores ricos iban en caballos o en yeguas..., no se sabían de coches ni nada, ahora nos vuelven locos con tanto ruido‰. Continúa diciendo, „los camellos iban adornados, en las sillas llevaban las mejores fundas, se colo-caban colchas y en los zálamos del camello se ponían cascabeles‰. Como anécdota nos comenta que don Teó-filo tuvo que ir en la yegua porque no cabía en la cruz de la silla „era muy lleno de caderas‰, todo ello nos lo recuerda con mucho afecto, además señala que „le gustaba el rebumbio‰. El traje de la novia no era blanco, „te ponías el que te buscaban, no tenía que ver el color con lo que tú ibas a hacer..., por lo menos se casaba la gente, la boda era bonita‰. Además nos recuerda doña María, que la cele-bración no terminaba ahí, ya que los novios, ya esposos, tenían que dejar una prenda de oro en la parroquia, porque a los tres días de casados tenían que volver a celebrar una misa „ ...le decían el velorio‰. Recuerda que para la ocasión el anillo se lo prestó su prima Isabel García, ya que „..no tenía maldita prenda de oro, me dijo: - vamos a ver si vas a perderla. Le con-testé : a mi no me digas nada..‰. Así, una vez oída la misa, los esposos recu-peraban de manos del cura el anillo dejado en prenda, una vez cumplida ya su promesa.

A partir de ese momento, doña María combina el cuidado de sus hijos y el trabajo en el campo, donde las jornadas eran agotadoras. En las fincas de San Roque y El Cabuquero en Aldea Blanca, y en Los Fondos desarrolló su familia durante más de cuarenta años una abnegada y dura labor para sacar a todos los miembros de su familia adelante, principalmente en el cultivo del tomate, el algodón, el millo.... Señala además, que nunca le falto de nada en casa ya que su padre al estar de merianero y al tener camellos se pasaba desde septiem-bre arando... y siempre había algo en casa. Nos recuerda doña María, que hubo un cambio que transformó

especialmente las labores que hasta ese momento se venían realizando en casa, todo ello fruto de un regalo, una cocinilla de gas, que don Luciano Bello hizo a su familia. A partir de ese momento se facilitó mucho el hacer la comida, aunque matiza doña María „..antes teníamos que hacer la comida con los chamisitos que buscábamos y uno se amañaba así..., aunque me acostumbre rápido... pero hay que decir que con leña la comida sabía mejor, hacía mi caldo con dos papitas, calabaza, ajitos, un poquito de aceite y un poquito de carne de cochino,....y esto cuando venían del norte dentro de sus raposas ya que aquí habían muy pocos cochinos‰.

Además de las tareas del campo, doña María también acudía allí donde le pedían ayuda, recuerda amar-gamente „el tiempo de la fiebre‰, cuando tuvo que aprender a colocar las inyecciones, nos señala „... que llegó a colocar hasta quince al día‰. Especialmente recuerda que „dos de sus hijos se vieron afectados por estas fiebres que eran contagiosas y que tar-daron varios meses en recuperarse y coger resuello de nuevo, teniendo que quedarse ellos en casa de una de sus hermanas‰. Cuenta cómo a un vecino suyo, don Pedro García, le tuvo que poner una inyección en la barriga, expresando ella su temor porque nunca lo había hecho, manifestando este vecino, ante lo doloroso de su enfer-medad, que lo hiciera a pesar de los riesgos. Recuperándose éste al poco tiempo, en prueba de agradecimiento le regaló unas lonas, y expresando el poco valor de la contraprestación que le ofrecía, doña María le respondió que „aquella que no agradece unas lonitas tampoco agradece un zapato de tacón alto‰. Asimismo, nos indica que subía a comprar los medicamen-

tos a San Miguel, a casa de las „Niñas Gómez‰ y a la Botica en Granadilla, afirmando con satisfacción „que a nadie le crió nada y con la gracia de Dios, bastante bien nos fue‰.

Son muchas e interminables las experiencias vividas por doña María, y desde luego en estas pocas líneas no podemos más que hacer unas „poqui-tas‰ reseñas de esa amplia vida para y con los suyos, su familia: para sus cuatro hijos, sus siete nietos, sus seis bisnietos y para su tataranieta. Son muchos los años, desde luego el calen-dario no nos engaña y es testigo de ese devenir, como la mirada tierna su tataranieta, que nos acompaña muy de cerca en esta amable conversación que hemos mantenido. Gracias a doña María y a su familia por la atenta aco-gida. Con el deseo de seguir siendo testigos, aunque en la distancia de esa amplia vida, nos despedimos; no sin antes agradecer el último regalo que nos ha hecho a todos doña María, y que no es otro que sus versos que ahora reproducimos. Doña María, SIEMPRE GRACIAS.

Llorando por ti en la playami llanto en el mar cayó,mira si amargo es mi llantoque el mar me lo devolvió.

Te quiero más que a mi vidamás que la tierra y el cielomás que mi madre queridamás quererte no puedo.

Por la mañana eres rosaal mediodía eres clavela la tarde clavellinay lirio al amanecer.

Si tu madre no me quieresyo le agradezco el favorque yo nunca he pretendidoracimo de tal plantón.

Para que sepas quien soymemoria no hago de tisi te vi no me acuerdoni sé si te conocí.

Remedio para no vertesi tu quieres te daréyo te sacaré los ojosy después ya no me ves.

Alto el cielo, sol y lunadame de tu claridadpara seguirle los pasosa mi amor que se me va.

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La estampa actual de un terreno vertebrado por vías de asfalto, asfixiado por la vorágine del desarrollo y el estresante sin

vivir de los medios de transporte hacen muy difícil imaginarnos una época en la que lo común en los parajes insólitos del Sur de la Isla era presenciar las peripecias de un camello sobre un abrupto terreno cargado de cosechas en su lomo. Pero, apenas un siglo nos separan de esos años en los que la comarca vivía las deplorables consecuencias de unas deficientes e inexistentes vías básicas de comunicación.

Bajo la idea de que „las vías de comunicaciones labran la grandeza de los pueblos‰, se iniciará en el Sur de Tenerife una lucha que durará prác-ticamente un siglo para lograr salir del aislamiento en que estaba inmersa la zona. El proyecto que se reivindicaba era la carretera de circunvalación, la C-822, que data de 1858, y cuyo

objetivo era poner en comunicación los cascos municipales con Santa Cruz.

La certeza de que la economía de los pueblos mejoraba cuando a ellos

llegaban vías de comunicación, impul-sará la realización de una obra que conectará los distintos lugares de la Isla. La carretera de circunvalación resultaba, por tanto, vital para el desa-rrollo comercial y, en especial, para la producción agraria. Pero lo limitado de los presupuestos y las calamidades de la época, hacían desviar los fondos hacia otros fines, motivos por los que

las obras se prolongarán tantos años. Oasis en arideces. El estado agrí-

cola de la zona era deplorable, a pesar de que la realidad física era bastante favorable, y el desarrollo de plantacio-nes debía ser poco importante, llegán-dose a comparar con diminutos oasis en medio de arideces. Para sacar al Sur de su tradicional ÂmodorraÊ era necesario mejorar las comunicaciones, y por ello, la élite agraria, consciente de esta necesidad, presionará a los poderes públicos para cubrir estas deficiencias a través de sus represen-tantes políticos en el Cabildo y en las Cortes, o a través de las páginas de los periódicos de la época.

El estado de las vías terrestres insu-lares a lo largo del XIX fue bastante deprimente. En este sentido, algunos se referían a ellas en los siguientes térmi-nos: „Horrorosos senderos, decorados con el nombre un poco pretencioso de caminos reales‰. Las comunicaciones terrestres se vieron obstaculizadas no

C-822 En 1924, los municipios de la comarca reiniciaron una lucha conjunta que duró prácticamente un siglo

La vía que sacó del aislamienteo al Sur de TenerifeLucy González

El estado de las vías terrestres insulares a lo largo del XIX fue

bastante deprimente

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sólo por la situación de los senderos, intransitables por el abandono y los destrozos originados por la escorren-tía y el paso de los animales, sino tam-bién por el fuerte abarrancamiento del terreno.

Desde mediados de la centuria deci-monónica, Pedro de Olive manifestaba que estaba en estudio la realización de una carretera de tercer orden, que partiendo desde Santa Cruz llegaría a Buenavista y cruzaría los pueblos del Sur. En 1877, el presidente de la Cor-poración aronera en vista del estado aflictivo que atravesaba la localidad (ruina del cultivo de la cochinilla), así como los núcleos limítrofes, por la paralización de los trabajos agrícolas, proponía al Ministro de Fomento la conveniencia de llevar a efecto la pro-yectada carretera de Güímar a Adeje. De esta forma, disminuiría la alta emi-gración y se potenciarían las transac-ciones comerciales con otros pueblos.

A finales del XIX la situación no había cambiado sustancialmente. Los tradicionales caminos seguían sopor-tando el tráfico de personas y mercan-cías, puesto que la carretera general del Sur apenas pasaba de Fasnia. La lentitud de las obras propiciará la creación de carreteras de enlace entre las cabeceras municipales con sus res-pectivos puertos, se crearían así las carreteras de Granadilla a El Médano y de Arico a Abona, construidas en 1908; la de Guía de Isora a Playa San Juan; la de Arona a Los Cristianos, y la que uniría a San Miguel de Abona con Los Abrigos.

Ésta última, conectaba el puerto costero con el casco sanmiguelero, pasando por Las Chafiras, Las Zocas, El Ramonal, Garañaña, El Portillo y

Tilena. Tan importante debió de ser esta vía de comunicación para San Miguel y para los propios habitantes

del caserío de Los Abrigos, que en más de una ocasión éstos últimos solicitaron el deseo, como agrupación de vecinos, de incorporarse a aquel término. Así se refleja en las actas plenarias de 21 de febrero de 1929, en la que los resi-dentes en este pueblo costero habla-ban sobre segregarse de Granadilla, pero en armonía con este último Ayun-tamiento.

Nueva reivindicación. En 1886 y 1887 se hacía notar, desde las páginas del periódico La Opinión, el abandono que desde 1881 sufrían los pueblos del Sur. La crisis que periódicamente sacu-dían a la agricultura de la zona por la irregularidad y falta de lluvias, trata-rán de paliarse con la construcción de obras públicas. En 1987, ante la crisis que soportaba la región chasnera se reivindicará nuevamente la construc-ción de la carretera general del Sur.

La obra de esta vía de circunva-lación parecía interminable: „Muy pronto hará –cuarenta años! que se empezó, y en ese largísimo periodo apenas no hay entregado al servicio

–ni cuarenta kilómetros siquiera!; es decir, que apenas sale –a kilómetro por año!, decía un artículo de La Opinión en abril de 1897. Y es que, aún, en 1916, la carretera seguía anclada en el municipio de Fasnia.

Será a partir de 1924, cuando los municipios del Sur comenzarán a tomar conciencia de que la defensa de sus intereses debía ser una labor conjunta, necesitando incluso de la solidaridad insular. En la Asamblea de municipios de la comarca, prevista para celebrar en Vilaflor, se trataría el tema de la olvidada vía, único medio de comunicación eficaz, descontando la vía marítima por ser costosa, peli-grosa y lenta. Los trabajos comenza-rán a experimentar un impulso, en el que hay que tener presente también la labor de la burguesía agraria sureña, por ejemplo, en el caso de San Miguel de Abona, del propietario Antonio Alfonso Gorrín y su hermano Gerardo Alfonso.

Hacia 1936 se seguía exigiendo la construcción de esta carretera entre San Miguel y Arona; las obras avan-zaban lentamente, su llegada a Gra-nadilla de Abona sería en 1933, a Los Cristianos en 1946 y a Adeje en 1960.

Finalmente, tras un largo e infati-gable periplo de reivindicaciones, la carretera general del Sur concluyó. Hoy, esa vía que sobrevivió a indes-criptibles escollos en su tiempo, ha quedado relegada a nuestros más entrañables recuerdos, a algún que otro paseo dominguero o como alter-nativa, en ocasiones, del caos circu-latorio. Pero el Sur, y a pesar de ser la principal fuente de riqueza de la Isla, sigue hoy en pleno siglo XXI rei-vindicando las inversiones y las infra-estructuras básicas para poder seguir caminando.

Bibliografía- PÉREZ BARRIOS, C.R: „La Propiedad de

la tierra en la Comarca de Abona en el Sur de Tenerife (1850-1940), Tomo II‰, Ediciones Llanoazur, 2005.

- HERN˘NDEZ GONZ˘LEZ, MIGUEL ˘NGEL, y PÉREZ TORRES, PEDRO PABLO: San Miguel de Abona y su Historia. Ayuntamiento de San Miguel de Abona, 1998.

- D¸AZ FR¸AS, NELSON: Linajes de San Miguel de Abona. Editorial Ben-chomo, 2001.

- PÉREZ BARRIOS, CARMEN ROSA: Los Alfonso Gorrín: Un ejemplo de bur-guesía agraria en el Sur de Tenerife en el tránsito del siglo XIX al XX. Editorial Benchomo, 2000.

Hacia 1936 se seguía exigiendo la construcción de

esta carretera entre San Miguel y Arona; las obras avanzaban

lentamente, su llegada a Granadilla de Abona sería en

1933, a Los Cristianos en 1946 y a Adeje en 1960

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Recuerdos de mi niñezRecuerdos de mi niñez José Guadalupe

Desde que tengo uso de razón, mi vida ha estado rodeado de mujeres viudas.

Recuerdo de pequeño, aquellas mujeres vestidas con ropa negra y pañuelo a la cabeza. Recuerdo los veranos: me daba calor sólo verlas con aquellas medias gruesas en sus piernas. Andares ligeros, cabeza gacha, poca conversación.

En casa de mi abuela, a la sombra del parral, y cuando no hubiese hom-bres ni visitas, mis tías se bajaban las medias haciendo un grueso rollo en sus tobillos. Yo era pequeño, no contaba. Me llamaba la atención el contraste de aquellas piernas exageradamente blancas con el negro del tejido. Se quitaban los pañuelos y de la frente caían gotas de sudor. El pelo en la parte de atrás de la cabeza, mojado. Mi abuela sólo dejaba caer el pañuelo en su cuello. Sentadas a la sombra bebían agua fresca del tanque y yo espantaba las moscas que, insistente-mente, se posaban sobre sus brazos y piernas.

Eran mujeres fuertes y curtidas, no en vano, habían caído en desgra-cia: sus hombres habían muerto. Mi abuelo, el primero, y mis tres tíos, a uno por año. Parecía una maldición. Cuando hablaban se apiadaban de mí, con la maldición en la familia, seguro pronto me quedaría huérfano de padre, porque mi madre era la única que no estaba viuda en aquel momento. La gente las miraba mal, algo de brujas tenían aquellas que tan pronto vestían de negro.

El presagio se cumplió, aunque esta vez, varios años más tarde, y mí madre engrosó el grupo de mujeres vestidas de negro en la familia. Doña Bernarda y sus hijas, todas de negro, como la de García Lorca.

Mi madre, sus hermanas y mí abuela se parecían aún más entre

ellas. Y yo crecí con el color en la retina. El color y el olor, porque el luto olía, olía a pena, a sin vivir, a aban-dono y desdicha. Las mujeres de mi familia murieron en vida.

Siempre hubo un antes y un des-pués.

Recuerdo muy pequeño, en la matanza del cochino, cómo todos reían y comían. Mi abuelo y mis tíos, cada cual más buen mozo, guapos y fuertes. Con bigote o sin él, con las camisas remangadas y el cigarro en la oreja. Y mi padre, para mí, el más listo. Mi madre se inflaba, se

abría como una rosa cuando estaban juntos, se reía como una margarita. Los manteles en el suelo, a cuadros rojos y blancos, y ellas con faldas de colores y blusas estampadas. Eran

días de fiesta. Había comida y hom-bres en la familia. Hombres trabaja-dores... buena gente.

Y luego, fue el silencio, la soledad. Las frías sábanas en la noche, la oscu-ridad de la casa. La vida de viuda, o la no vida. La ceguera de adulto cuando ya has conocido el verdor de los campos. Vida interior, navegando en recuerdos, en fotos descoloridas, en charlas de cementerio o de mesa de noche.

Siempre he estado rodeado de mujeres viudas y sé de su sino, de su coraje y de su valor.

La vida cambia y algunas costum-bres también, pero el sentimiento de soledad, el de pérdida, el de vacío... es el mismo.

Cada vez que veo a una mujer viuda, veo a una heroína.

VIUDAS

Eran mujeres fuertes y curtidas, no en vano, habían caído en desgracia: sus hombres habían muerto.

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Un paseo por la Biblioteca MunicipalEn honor a la mujer y en especial

a la mujer canaria, se hace reali-dad la Guía Naïf de Costumbres

Canarias.Es ˘ngeles Violán quien a través

de sus pinturas naïfs se expresa hacia la mujer canaria pensando en su dul-zura, amor, modestia, fuerza y entrega y junto al poeta y escritor Rafael Aro-zarena –Premio Canarias de Litera-tura en 1988– realizan una perfecta combinación de Arte y Literatura, de colorido y sentimientos, de ingenuidad y popularidad.

Una hermosa guía con 45 cuadros naïfs. Esta corriente artística que surgió a principios del siglo XX, representa la realidad a través de la ingenuidad y sensibilidad infantil, destacando sus vivos colores y trazos de formas sim-ples.

Podemos encontrar en sus 88 páginas, escenas de la vida coti-diana, labores del campo, oficios artesanales y fiestas populares de las costumbres canarias divulgando nuestra cultura hacia el exterior con

una traducción al alemán y otra al inglés.

El reflejo de la paciencia, la extraordinaria percepción de las imá-genes y el vivo color con el que se

plasman unas escenas con trayecto-ria de recuerdo, hacen de esta obra un museo con identidad de pueblo y sueños de sentimientos con mezcla de historia y tradiciones.

„...la casa era un desastre si ella no estaba ose ponía enferma, nada funcionaba, ella era indispensable,

algo así como la fuerza de cohesión, era realmenteel alma de la casa‰.

˘ngeles Violán

Una hermosa guía con 45 cuadros

naïfs. Esta corriente artística que

surgió a principios del siglo XX,

representa la realidad a través de

la ingenuidad y sensibilidad infantil,

destacando sus vivos colores y

trazos de formas simples.

Guía Naïf de costumbres canarias. La Mujer UniversalAutor: ˘ngeles Violán y Rafael

ArozarenaEditorial: ZechFecha de publicación: Enero 2006Páginas: 84 (a todo color)ISBN:

84-933108-6-7 (castellano)84-933108-8-3 (alemán)84-933108-9-1 (inglés)

Amanece con un azul intenso y a nuestra espalda los primeros rayos solares descubren los objetos: „Allí está la casa‰, la casa parroquial es lo primero que destaca,

que no se oculta, que dejan ver las huertas y otras casas.La casa solariega del clero parroquial como un oasis

de palmeras, columnas que ascienden hacia lo alto, esca-lan las paredes, rebasan las ventanas y azotea y abren en abanico los verdes parasoles de sus hojas que protegen la alegre primavera del jardín.

„Allí está la casa‰, la casa parroquial, la otra casa, la que convocara y acogiera, la que propiciara el encuentro entre generaciones. Hoy vuelve a sonreír, a mostrar su sem-blante más amable, a recordarnos el tiempo que regresa, por un momento, en San Miguel.

–Cuántas palabras albergan sus paredes!, –cuántas ilusio-nes y proyectos se fraguaron a la sombra del jardín de aquellas aún frágiles palmas que escuchaban las voces que se alzaban, cimbreando los talles y agitando las hojas de alegría!

Reencontrarse otra vez, al doblar de una esquina, la piedra y la blancura, las verdes hojas agitadas al frescor de la tarde y, ahora, en el silencio matinal de un nuevo día, contemplar de nuevo las robustas columnas oscurecidas de un prístino azul, como apuestos guardianes que custodian la entrada, adornados sus cascos con los verdes penachos de hojas soñolientas aún.

Vosotras sois el símbolo de lo que debe ser. Así os que-rría encontrar siempre, seres y objetos que fuisteis refe-rencia en otros días, mantenidos y erguidos con ilusión, con brillo en vuestra faz y la ilusión entera, aferrados a la tierra que os vio nacer y con la mirada azul de los sueños.

No importa que te alejes, contigo van, y en un momento dado, en un claro del bosque, se muestran de repente y nuevamente evocan, y la estación, una vez más, se detiene en San Miguel.

Miguel ˘ngel Hernández González

La Estación se detiene en San Miguel de AbonaLa Estación se detiene en San Miguel de Abona

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El trotamundos Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Mayo/Junio 2006

Luz de LunaPrisas, vehículos en doble fila,

sonidos de claxon, escavado-ras y sirenas, señores en-corbatados de un lado para otro, amas de casa en su ru-

tina habitual, olor a café, máquinas registradoras a pleno rendimiento, tu-ristas descubriendo rincones para un recuerdo⁄El día a día de un pueblo.

El corazón del Valle duerme, el si-lencio se adueña de cada uno de sus rincones y el embrujo de la luna llena acompaña mis pasos a través de sus calles empinadas y adoquinadas, de sus grandes casonas y monumentos, de sus jardines históricos, iglesias y de sus conventos. La Villa de La Oro-tava se ve diferente. Se presenta ante mí con una belleza inusual, la ténue luz de sus farolas contrasta con la intensidad de la luminosidad de sus monumentos más característicos.

La soledad de sus calles me acom-paña en este paseo por la „Villa de Abajo‰ de grandes casonas de los siglos XVII y XVIII dando fe de la im-portancia que tuvo la nobleza en ese tiempo, y por la „Villa de Arriba‰ don-de se encuentra los inmuebles más hu-mildes pertenecientes a la clase obre-ra de la época.

Me encuentro frente a la Casa de los Balcones, quizás una de las edi-ficaciones más emblemáticas y foto-grafiadas de la Villa. La poca luz en su fachada me permite contemplar a duras penas su exterior. Dos casas la forman, en una de ella destaca su majestuosa fachada gracias a un gran balcón corrido de madera, típica cons-trucción de la época y en la otra sus balcones de hierro. Justo detrás de mí me encuentro con una de las viviendas más antiguas de la Villa; la Casa Mo-lina (1593) donde destaca su portada tardo renacentista, flanqueado por dos pilastras canjeadas.

Una fina lluvia se presenta sin avi-sar, también ella quiere ser protago-nista del relato. Me refugio en la Casa Ponte – Fonte o popularmente Casa Lercaro, por suerte abierta a esas horas tan intempestiva de la noche. Espectacularidad y encanto para de-finir la antigua casona del SXVII. Un remanso de paz envuelve cada una de sus paredes declarada Bien de Interés Cultural dentro del Conjunto Histórico de la Villa. Todo en ella es espectacu-

lar; patios empedrados rodeados de bellos jardines, balconadas de made-ras, vistas panorámicas, y el cobijar de uno de los molinos de agua más conservados de los trece con que con-taba la Villa para la elaboración del Gofio, hace del inmueble un espacio armónico.

La lluvia remite, es hora de continuar descubriendo nuevos espacios. No muy lejos de allí un monolito llama mi aten-ción, un pequeño modelo de alfombra y una placa conmemorativa indica que frente a ella, en la casa conocida como Casa Monteverde, se cunó en el año 1847 una de las tradiciones más arrai-gadas de la Villa, la elaboración de alfombras de flores del Corpus Chris-ti. Presumiendo también de haber sido residencia de D. Enrique de Borbón el primer miembro de la familia real que visitaba las Islas Canarias.

Necesito un pequeño descanso. La tranquilidad y belleza de sus plazas y jardines me lo ofrecerá. Mis pasos se dirigen hacia uno de ellos: la Hijuela del Jardín Botánico, romántico jardín que data del año 1788, ubicado jus-to detrás de la Casa Consistorial. Una verja de forja me impide acceder a él. El Botánico descansa, impidiéndome contemplar sus especies autóctonas, sus forma y sus colores⁄

Continúo el camino en busca de ese sitio que me permita descansar porque el trazado de sus calles hace mella en mis pies y así también poder plasmar

en mi bloc de notas lo vivido hasta ese momento. Sigo paseando por calles empinadas, adoquinadas, de grandes casonas e iglesias. A lo lejos un potente resplandor dibujado en el cielo llama mi atención, me dirijo a averiguar que se esconde detrás de él. Me aproximo y visualizo dos grandes torres con ar-querías de terminación octogonal que me da la pista para averiguar de qué se trata; la iglesia de Nuestra Seño-ra de la Concepción se presenta ante mí vestida con su „traje barroco‰. En su portada pude contemplar sus ricos capiteles sobre los que destacan dos grandes globos esféricos donde se sim-boliza el Caribe y Canarias, dando fe de la importancia del influjo de Amé-rica en los trabajos de cantería de los artesanos que la construyeron.

A lo lejos suena una guitarra, voy a su encuentro. La plaza de la Cons-titución me da la bienvenida con una Folía que unos „alegres‰ jóvenes inter-pretan rompiendo agradablemente el silencio de la noche. Sentado en un banco con el bloc de notas en mis ma-nos contemplo el entorno donde me encuentro; los jardines del Marque-sado de la Quinta Roja, la iglesia de San Agustín, la Sociedad del Liceo de Taoro, la iglesia de San Agustín, hacen del lugar un sumario de la Villa.

La luna llena quiere jugar, escon-diéndose entre las edificaciones de la Villa. Mi bloc de notas ya está acaba-do es hora de marchar.

Marián Tur Iglesiasaanaaaaann aaunaunaLuLuuuuude Lde LdededdedddeeeeLLLLuz zuz LLLLLuz duz dLLLL zuz dd L

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Mayo/Junio 2006

La joya más emblemáticade Aguere

La antigua casa Salazar, antigua sede del Obis-pado de la Diócesis

Nivariense, era uno de los ejemplos más sobresalien-tes e insólitos de la arqui-tectura civil de Canarias. Don Cristóbal Salazar de Frías, conde del Valle de Salazar, mandó construirla en 1681. Su fachada, que afortunadamente pudo sal-varse de las llamas, dise-ñada por Juan González de Castro Illada, realizada en piedra, presenta dos plantas influenciadas por el esquema que se llevó a cabo en el Palacio de Nava. Ofrece una gama

de elementos manieristas y barrocos, siendo la mejor fachada de vivienda que se conserva en Canarias. Algunas características de esta hermosa fachada son; las columnas estria-das adosadas a pilastras cajeadas que flanquean los huecos adintelados de la segunda planta, la omisión del remate en balaustrada y las pequeñas torretas situadas en los extremos de la fachada. El frontispicio, acabado en un encuadre central, recoge el bellísimo escudo de mármol donde aparecen las trece estrellas de los Salazar.

El interior, que estaba dis-tribuido en torno a un patio con columnas que sopor-taban las galerías, guar-daba importantes muestras de arte, con obras de los pintores Francisco Bonnin, José Aguiar, Mariano de Cossio, Manuel López Ruiz y Martín González, así como obras escultóricas, entre las que sobresalen los bustos de los obispos Rey Redondo y Fray Albino, de Mariano Benlliure, todas ellas desaparecidas en el incendio. Pero teniendo en cuenta las cuantiosas pér-didas de obras de arte, documentación gráfica e informática, además de un riquísimo inmobiliario en el incendio del Obispado, las protagonistas son las imágenes de San Agustín y Santa Mónica, del escul-tor genovés Antón María Maragliano, del siglo XVIII, ya que si bien fueron sal-vadas del incendio de la iglesia de San Agustín no tuvieron tanta suerte en el del día 23 y quedaron reducidas a cenizas.

Como dato anecdótico y a la vez muy importante a nivel cultural, antes de ser adquirido en el s. XIX para sede de los obispos nivarienses y de las oficinas de la Curia, funcionó en él el Casino El Porvenir, y en el piano de la sociedad compuso Teobaldo Power buena parte de sus Cantos Canarios.

De sg ra c i adamen t e , La Laguna y toda Cana-rias han perdido una joya arquitectónica, que no solo ha sido el reflejo de lo que es la ciudad de La Laguna además estaba declarado Bien de Interés Cultural y catalogado como Monu-mento Nacional.

Don Bernardo ˘lvarez, Obispo de la Diócesis, ha manifestado „la enorme gratitud que merece la corriente solidaria afec-tiva y efectiva de tantas personas, instituciones públicas, eclesiales, cul-turales y sociales, empre-sas, etc.‰

Desde que se produjo el incendio la diócesis ha venido trabajando en una triple dirección: la restau-ración del edificio; el fun-cionamiento del obispado, cuyos servicios se encuen-tran en la casa natal del Beato José de Anchieta, cedida en uso por el Ayun-tamiento de la ciudad; y la obtención de recursos.

Las autoridades se han comprometido a rehabilitar el edificio en un plazo de tres años, lo cual lo dejamos en sus manos y miremos al futuro con el entusiasmo de recuperar tal edificio carac-terístico.

Nos queda en nuestra mente la imagen de un edi-ficio que ha hecho historia y que deseamos que, aunque no vuelva a ser lo que fue, intenten lograr algo muy parecido, para así hacer el intento de obviar lo acon-tecido y centrarnos en una nueva perspectiva que es la Casa Salazar, símbolo de belleza y esplendor arqui-tectónico.

Por ello, afirmar que edificios de tal talla hay que conservarlos y pro-tegerlos; tomar las medi-das suficientes y rigurosas para no encontrarnos en situaciones semejantes a la ocurrida y finalizar con la imagen del arte manie-rista-barroco que ha mar-cado y seguirá marcando historia durante todos los siglos.

El día 23 de enero de 2006 estará en las mentes de todos los canarios y, especialmente, en la comunidad cristiana de la Diócesis Nivariense, debido al incendio que ocurrió en tal emblemático edificio, como fue la sede del Obispado de Tenerife, antigua Casa Salazar. El fuego volvió a hacerse presente en el corazón de Aguere, reduciendo a cenizas en apenas cinco horas la totalidad de sus instalaciones.

Marta Rodríguez NaveirasLicenciada en Historia del Arte

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Nuestro biografiado nació en San Miguel de Abona el 4 de octubre de 1852, siendo hijo de don Antonio Alfonso Feo,

natural del mismo pueblo, y de doña Ci-priana González Torres, que lo era del Río de Arico. Seis días después recibió las aguas bautismales en la iglesia parro-quial del Arcángel San Miguel de manos del cura párroco don Jerónimo Mora y Hernández; se le puso por nombre „Ela-dio de Santa Rita‰ y actuó como madrina su abuela materna doña Lucía de Torres, natural de dicho Pago de El Río.

Bachiller, capitán de la Compañía de la Milicia Nacional local y académico del Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife

Don Eladio creció en el seno de una familia acomodada de gran tradición mi-litar, pues su abuelo paterno, don Miguel Alfonso Martínez, fue, además de nota-rio público eclesiástico y alcalde de San Miguel, el primer capitán de Milicias de dicha localidad; su tío, don Miguel Alfon-so Feo, también llegó a capitán de Mili-cias con el sobregrado de comandante; su tío José Alfonso Feo, fue alférez de Mi-licias; y su padre, don Antonio Alfonso Feo, alcanzó el empleo de comandante de Milicias con el grado de coronel, y como tal fue comandante militar del am-plio Cantón de Abona.

Huérfano de madre desde el 8 de abril de 1856, cuando aún no había cumplido los cuatro años de edad, don Eladio vivió toda su infancia con la única compañía de su padre y su hermano Mi-guel, a los que siempre estuvo muy uni-do. Gran parte de esos años los pasó en Granadilla de Abona, donde don Anto-nio residía como comandante de la Sec-ción de Milicias Provinciales de Abona; allí estaba empadronado cuando tenía diez años.

En 1867, el ilustre sanmiguelero fi-guraba con 14 años como colegial del „colegio de internos‰ del Instituto de Ca-narias de La Laguna, que se hallaba ubi-cado en la plaza de dicho instituto, del que era rector don José Padilla y Padrón. Y en 1871 continuaba en la misma situa-ción, con 18 años.

Tras obtener el título de Bachiller en el Instituto de Canarias, regresó a San Mi-guel de Abona, donde el 12 de enero de 1874 se procedió a la elección del cuadro

de mandos de la única Compañía de la Milicia Nacional de dicha localidad, que quedó compuesto por un capitán, dos tenientes, dos alféreces, un sargento 1À, cuatro sargentos segundos, seis cabos pri-meros, seis cabos segundos y un corneta. Resultó elegido capitán jefe de la misma don Eladio Alfonso y González, quien ob-tuvo 114 votos, el número total de los vo-luntarios presentes en el acto, que estuvo presidido por el alcalde don José María Díaz y León, y asistido por el secretario del Ayuntamiento don Francisco Gómez y Gómez. Se trataba de un Cuerpo de Mi-licias no profesional, de carácter local y destinado fundamentalmente a mantener el orden público en los distintos munici-pios de las islas, con unas competencias más parecidas a las de la actual Policía municipal que a las del Ejército; y todas las plazas del cuadro de mandos se cu-brían por elección entre los milicianos.

Sus inquietudes culturales lo llevaron también a formar parte de varias insti-tuciones de la capital, como el Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife, del que fue académico, y que había sido fun-dado en septiembre de 1877, por su pri-mo el Dr. don Juan Bethencourt Alfonso, con el que colaboró como corresponsal para la recopilación de información y materiales etnográficos.

Alcalde constitucional y jurado de San Miguel de Abona, hermano del San-

tísimo Sacramento y diputado provincialEn julio de 1879 inició su andadura

política, al ser elegido alcalde 1À consti-tucional de San Miguel de Abona, cargo en el que continuaba el 31 de enero de 1880. Por entonces, ya era hermano de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia del Arcángel San Miguel de su pueblo natal y, como tal, pagó las dos ferias de las octavas del Corpus de los años 1883 y 1884.

Don Eladio perteneció durante mu-chos años a la Diputación Provincial de Canarias por el Partido Liberal de Tene-rife. Fue elegido en las elecciones cele-bradas el 9 de septiembre de 1888 por el distrito de La Orotava; como curiosi-dad, fue el candidato que obtuvo el ma-yor número de sufragios en Vilaflor, con 103 votos; y continuaba como diputado provincial en 1893. A comienzos de sep-tiembre de 1896 se celebraron nuevas elecciones para diputados provinciales y, tal como recogía el periódico „La Voz de Icod‰ del 30 de agosto anterior, dentro de los candidatos que se presentaban para dicha convocatoria electoral „el partido liberal tinerfeño presenta para el cuarto lugar a D. Eladio Alfonso y Gon-zález‰ y, más adelante, el redactor de la crónica afirmaba: „Dada la simpatía con que estos señores cuentan en el país, no dudamos del éxito de su reelección‰. Y no se equivocaban en su vaticinio, pues

Don Eladio Alfonso y González (1852-1930)

Octavio Rodríguez DelgadoProfesor Titular de la Universidad de La Laguna

Aunque en el campo del estudio obtuvo el título de Ba-chiller y fue académico del Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife, se dedicó fundamentalmente a la política, inicialmente como alcalde de San Miguel de Abona, donde

fue también capitán de la Compañía de la Milicia Nacional local, y luego como diputado provincial por el Partido Libe-ral, consejero fundador y presidente del Cabildo Insular de Tenerife, etc.

Bachiller, capitán de la Milicia Nacional Local, alcalde, jurado y miembro de la Junta Municipal de San Miguel de Abona, diputado provincial y presidente del Cabildo Insular de Tenerife

San Miguel de Abona, pueblo natal de don Eladio y del que fue alcalde.

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Ilustre Ayuntamiento de San Miguel de Abona - Mayo/Junio 2006

en el mismo periódico se publicaba el 15 de septiembre inmediato: „Ha sido ele-gido diputado provincial por este distrito D. Eladio Alfonso‰.

El 15 de enero de 1890, nuestro bio-grafiado fue incluido en la lista de jura-dos del pueblo de San Miguel de Abona, cargo en el que fue ratificado el 15 de enero de 1891, el 15 de enero de 1893, el 15 de enero de 1895, el 15 de enero de 1897 y el 15 de enero de 1898. Fi-nalmente, el 15 de enero de 1900 fue excluido de la lista.

Siempre mantuvo un estrecho contac-to familiar y político con su primo, el ilus-tre político nacional don Antonio Domín-guez Alfonso. Sirva como ejemplo el que en el verano de 1897, siendo diputado provincial, acompañó a aquel (que por entonces era diputado a Cortes) al Sur de Tenerife, para pasar unos días con su familia. Asímismo, cuando don Antonio resultó elegido senador por Canarias, en abril de 1898, fue don Eladio quien le comunicó la buena nueva, pues aquel se hallaba en Filipinas desempeñando el cargo de intendente, tal como lo recogió el „Diario de Tenerife‰ en su edición del 21 de dicho mes de abril:

Al telegrama que D. Eladio Alfonso dirigió al Intendente de Filipinas, nuestro amigo D. Antonio Domínguez Alfonso, dándole cuenta de que había sido ele-gido Senador por esta provincia, le ha contestado en los siguientes términos:

Mil gracias por honrosa distinción; dimito intendencia marcharé cumplir de-ber. Domínguez.

Miembro de la Junta Municipal de San Miguel, consejero y presidente del Cabildo Insular de Tenerife.

Con motivo de su elección como dipu-tado provincial don Eladio se había esta-blecido en Santa Cruz de Tenerife. Hacia 1898 se formó en dicha capital un „Re-gistro de inscripción para la formación en la capital del Cuerpos de voluntarios‰, en el que figuraba el Sr. Alfonso Gonzá-lez como natural de San Miguel y con 45 años de edad, soltero, propietario y veci-no de dicha ciudad en la calle San Lucas nÀ 25. Y en 1900 vivía con su padre en el mismo domicilio de Santa Cruz; por en-tonces tenía 47 años, continuaba soltero y figuraba como propietario.

Poco después contrajo matrimonio en la parroquia de San Juan Bautista de

Arico con doña Constanza Hernández González, natural y vecina del Pago de El Río e hija del capitán de Milicias don Manuel Hernández González, nacido en Santa Cruz de Tenerife y oriundo de Arico, y de doña María del Carmen González Torres, natural del mismo pue-blo.

Don Eladio continuaba como diputa-do provincial por La Orotava en 1904, ocupando además el cargo de vocal de la Comisión Permanente de la Dipu-tación. Pocos años más tarde, el 15 de enero de 1909, fue designado miembro de la Junta Municipal de San Miguel de Abona, como primer contribuyente por territorial, siendo reelegido el 15 de ene-ro de 1910.

El Sr. Alfonso también formó parte del primer Cabildo Insular de Tenerife, constituido el 16 de marzo de 1913, y permanecería en el cargo de conseje-ro, tras sucesivas reelecciones, durante más de una década; en aquella prime-ra Corporación fue nombrado vocal de la Comisión de Gobierno. Se le ratificó en el cargo de consejero el 1 de ene-ro de 1916 y de nuevo el 1 de enero de 1918; pero en esa última fecha fue elegido por sus compañeros presiden-te del Cabildo de Tenerife, cargo en el que permaneció hasta el 3 de abril de 1920. Mientras ostentaba la máxima responsabilidad insular, en noviembre de 1918 se tuvo que ausentar de la capital y fue sustituido accidentalmente por su vicepresidente don Antonio To-ribio Valle.

Por entonces, el 18 de junio de 1914 fue elegido vocal del Consejo de fami-lia que debía hacerse cargo de los dos menores huérfanos, doña María y don Antonio Alfonso y Alfonso, hijos de su hermano don Miguel Alfonso y González y de su prima doña Corina Alfonso Frías; dicho Consejo quedó presidido por su otro primo don José Hernández Alfonso. Y el 18 de enero de 1915 se constituyó en fiador principal de ambos sobrinos, ante el préstamo de 7.000 ptas que se solicitó para hacer frente a sus gastos más perentorios.

Al cesar en la Presidencia del Cabil-do, don Eladio no abandonó la principal institución tinerfeña, pues ese mismo día 3 de abril de 1920 fue confirmado nue-vamente como consejero y se le nombró vocal de la Comisión de Instrucción Públi-ca. Perteneció también a la Corporación constituida el 1 de abril de 1922, en la que también formó parte de la Comisión de Instrucción Primaria. Cesó definitiva-mente en la Corporación Insular el 29 de enero de 1924, tras casi 11 años de bri-llante labor política.

Fallecimiento y nominación de una calle en Santa Cruz de Tenerife

Nuestro biografiado vivió el resto de su vida en La Laguna, donde figu-raba como „propietario‰, aunque se-guía domiciliado oficialmente en San

Miguel. Y, como curiosidad, en 1929 figuraba entre los principales propie-tarios del municipio de Vilaflor, donde pagaba de contribución 6,66 ptas por urbana.

Don Eladio Alfonso y González falleció en su domicilio de La Laguna, en la Cruz de Piedra, el 18 de febrero de 1930, a las doce y media del me-diodía, a consecuencia de „bronquitis crónica‰; contaba 77 años de edad y había otorgado testamento ante el notario de dicha ciudad don Adolfo Carrillo „en ignorada fecha‰. Al día siguiente, su cadáver fue trasladado al pueblo natal de San Miguel de Abo-na, donde se celebraron los funerales por el cura párroco don Ignacio Pa-drón Marrero, recibiendo a continua-ción sepultura en el cementerio de la localidad, de lo que fueron testigo don Francisco Gómez y don Albi Llanos, de dicha vecindad.

Según la partida del Registro Civil de La Laguna, en el momento de su muerte figuraba como propietario y se encontra-ba viudo de doña Constanza Hernández González, con quien no había tenido su-cesión.

En la sección „De Sociedad‰ del pe-riódico „El Progreso‰ se recogía el día 19 de febrero de 1930 un obituario, con la nota necrológica de nuestro ilustre bio-grafiado:

Ayer tarde falleció casi repentina-mente en La Laguna el respetable señor don Eladio Alfonso González.

El finado era persona muy conocida y apreciada.

Perteneció a la desaparecida Diputa-ción provincial y a este Cabildo Insular, destacándose por su amor a Tenerife.

Su inesperado fallecimiento ha sido muy sentido.

Reciban sus familiares nuestro sentido pésame.

Años después de su muerte, el Ayun-tamiento de Santa Cruz de Tenerife acor-dó dar su nombre a una calle de la ciu-dad, como reconocimiento a su dilatada entrega por la isla.

Partida de bautismo de don Eladio Alfonso y González (1852).

Partida sacramental del entierro de don Eladio Alfonso y González (1930).

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Fue durante unas vaca-ciones cuando iba en una guagua de turismo

que escuché por primera vez el nombre de la cochi-nilla. Recuerdo que sólo me llamó la atención algo que dijo el guía sobre color rojo y pintura labial.

Hoy, luego de unos cuan-tos años, he escuchado algo más despertando mi curiosi-dad sobre el tema.

En primer lugar bus-cando información, des-cubro que se conoce a la penca donde se cría la co-chinilla indistintamente con los nombres de coactus, nopal, higuera de indias

e higuera chumba y hasta tunera. También, que es un insecto que parasita las hojas del nopal, tiene for-ma de grano entre rojizo y negro cubierto por un pol-vo blanco.

Luego de leer sobre el tema, me pareció interesan-te saber cómo a mediados del siglo XIX, la cochinilla generó una gran expan-sión económica en muchos lugares del Archipiélago, gracias a la demanda de la industria europea.

Es increíble lo que este muy pequeño insecto pue-de generar. La hembra vive en las hojas del nopal, de la savia extrae su alimen-to. Su color es rojo oscuro, mide de 4 a 6 mm de largo y está cubierta por una cera algodonosa. Cada hembra puede poner alrededor de 400 huevos sobre la plan-ta. Por otro lado, el macho adulto que mide unos 2,5 mm es parecido a una mos-ca blanca; su cuerpo es rojo carmín, muere a los pocos días de nacer porque no tie-ne aparato digestivo, pero

antes, fertiliza a varias hem-bras desplazándose con su par de alas.

Para poder sacar prove-cho de este maravilloso ani-malito, primero había que preparar bien el cultivo del nopal, porque de eso depen-de la alimentación de este insecto. Cuando está prepa-rado y listo, se siembran las „palas‰ con las cochinillas hembras adultas que vienen en sacos para ser instalados allí y además se puedan ir mudando de sitio para inva-dir toda la plantación. A los tres meses se comenzaban a cosechar los insectos adul-tos que eran recogidos por las mujeres y los niños para luego secarlos al sol o en es-tufas. Así, se lograban de tres a cuatro cosechas anua-les. La venta de la grana se hacía según el contenido de carmín puro.

Desde 1822, el canó-nigo de La Laguna D. José Quintero Estévez, hizo venir desde Cádiz algunos insec-tos y con éxito logró su pro-pagación hasta conseguir que el cultivo de la grana

fuese la principal riqueza de Canarias.

Poco a poco hacia 1846, los propietarios de tierras y labradores dieron importan-cia al ensayo de este cultivo y entre 1860 y 1878, se al-canzó en Tenerife el 90 por ciento de las exportaciones, lo que transformó significa-tivamente la economía del Archipiélago.

Para esta época el cul-tivo de la cochinilla logró su mayor rendimiento y San Miguel de Abona no se quedaba atrás ya que una de sus primeras activi-dades fue la agricultura y se aprovechaba para esta siembra la parte más inútil de las fincas. Hoy en día, recorriendo el Municipio, todavía podemos observar la cantidad de pencas que aún existen, reflejo de lo im-portante de este cultivo para su prosperidad, logrando su máximo apogeo entre 1850 y 1870 dada la comerciali-zación en los mercados in-ternacionales.

La utilidad de la cochi-nilla se debió gracias a la demanda causada por la industria alimentaria, cos-mética, textil y farmacoló-gica, que lamentablemente fue siendo sustituida por el descubrimiento de los co-lorantes artificiales, propi-ciando una dura etapa de crisis.

Creo que cada cosa tie-ne su lugar en el mundo, en la naturaleza y que por muy raro, extraño, feo, bonito o peligroso que parezca, tie-ne un destacado e impor-tante punto de interés que todos debemos conocer. Es el caso de las pencas y las cochinillas. Hoy, luego de descubrir lo que esta planta es y ha sido, es fácil valo-rarla y verla de otra manera y sobre todo pensar en su conservación logrando que perdure por muchos años más.

¿Verde o Rojo? Ingerlise Naranjo ˘lvarez

BibliografíaGran Enciclopedia Ca-

naria/Ediciones Cana-rias/Tomo IV/ 1994.

Hernández González, Miguel ˘ngel y Pérez Torres, Pedro Pablo:San Miguel de Abona y su historia. Ayunta-miento de San Miguel de Abona, 1998.

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OOndasndas Deportivas ˘lvaro Toledo

AMAGO DE RETIRADAEl Club Deportivo EL ROQUE, que milita en la SEGUNDA REGIIONAL INTERINSULAR desde el año 97/98 ha pasado por una crisis dentro del seno de la directiva, ocasionado por motivos varios, lo que hizo que a punto estuvieran de retirar el Club de la competición a falta de varias jorna-das para la conclusión de un ejercicio donde el equipo ha mantenido una trayectoria aceptable a lo largo de la misma; decayendo justo después del amago de retirada, donde la unidad de la plantilla se rompió, hasta el punto de que no se cosechó ningún punto más.

En un principio, el equipo fue dado de baja en la DELEGACIŁN DE SUR (F. T. de F.) por parte de varios directivos, y digo varios, ya que no todos estaban por la labor de retirar al equipo de la competición, de ahí el que fuera la buena voluntad del DELEGADO, Don Jesús Bello Martín, del ENTRENADOR, José Luis Expósito y casi toda la plantilla de jugadores, además de los socios Francisco Rodrí-guez Dorta (Paco) y Enrique Ramos Rodríguez, (el sevillano) así como la predisposición de la corporación municipal, con el Patronato de Depor-tes a la cabeza, los que han puesto lo necesario para que el conjunto roquero concluya la competición.

Vista la delicada situación del Club, se optó por celebrar una asamblea de cara a dotar al equipo de una nueva Directiva, comprometida con el Club y por el pueblo que hagan posible con su labor la continuación del más nobel

de los conjuntos municipales, en cate-goría REGIONAL.

Así que toca esperar, y ver como el representativo del barrio de El Roque continúa en competición la próxima temporada.

LA U. D. LAS ZOCAS SE VA DE COPASLa Unión Deportiva Las Zocas conti-núa haciendo historia en su corta vida deportiva, pues ha conseguido meterse por vez primera en la final de la „MADE IN CUP FROM TENERIFE‰ COPA HELIODORO RODRIGUEZ LOPEZ, tras eliminar a los siguientes equipos; Des-pués de quedar exento en la primera eliminatoria y no jugar la liguilla previa por ser TERCERDIVICIONARIO, le tocó enfrentarse al Atlético Arona, de cate-goría preferente, a partido único, donde se venció por cero a dos. En su segunda intervención, le esperaba enfrentarse a un incomodo Atlético Granadilla, a quien doblegaba, tras ganar en el Jua-nito Marrero, por 1-0 y caer por 2-1 en la vuelta, valiéndole el gol marcado en el Francisco Suárez, para llegar a la semifinal, donde se las vio y se las deseó para vencer a un correoso Unión Tejina, al cual sólo pudo vencer por uno a cero, después del empate en el par-tido de ida.

Llegó el día señalado, día 30 de mayo, donde el cuadro zoquero se medía en el Estadio H.R.L. a una Sociedad Deportiva Tenisca, que

buscaba hacerse con un trofeo que le diera la oportunidad de mejorar la temporada y de participar en la COPA FEDERACIŁN en el próximo ejercicio, el cual se resolvió desde los once metros para la U. D. Las Zocas, después de 120 Celebración sobre el césped del estadio H.R.L. de la U.D. Las Zocas.

Eran minutos donde predominó la igualdad en un encuentro con demasiadas precauciones defensivas por ambas escuadras. Tras lograr el trofeo y la consiguiente celebración en el estadio, la fiesta se trasladó hasta el Municipal Juanito Marrero, donde la hinchada rojilla, jugadores, direc-tiva y cuadro técnico, terminaron la misma con un recorrido por el muni-cipio, a modo de ofrecerle la copa, terminando la misma a altas horas de la noche.

SE LES ESCAPŁ LA LIGUILLAEl Club Deportivo San Miguel se quedó a las puertas de jugar la ligui-lla de ascenso a preferente, dado que en la recta final de liga, no estuvo lo acertado que debiera pues hubo un tropiezo ante el Barranco Hondo, más cuando lo tenía favorable a falta de pocos minutos, dando al traste con las opciones y esperanzas de regresar a una categoría más acorde con la histo-ria del representativo azul y amarillo.

U. D. Las Zocas en el Heliodoro Rodríguez López

C. D. San Miguel

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No era una gallina cualquiera, que dejó de corretear y poner huevos

cuando se agotaron las pilas, cosa que sucede a la mayoría de juguetes, pero, –oh sorpresa!, siguió encen-diendo la luz cuando los niños arrastraban las ruedi-tas por el suelo. El motorcito se había convertido en gene-rador, en magneto, como el que se pone en la rueda de la bicicleta para dar luz. Cuando el tranvía en ejecu-ción baje de La Laguna, me acordaré de la gallina de mis hijos, pues los técnicos, para justificar su eficien-cia energética, han dicho que los motores que suben el tranvía, al bajar, serán generadores que ceden electricidad a la red para ayudar a subir a otro tran-vía. También hacen lo mismo los nuevos coches híbri-

dos que

caminan con electricidad producida por un motor de gasolina que en la frenada y en las bajadas cargan el acumulador.

La electricidad es fácil obtener, así cuando nos qui-tamos la camisa de nylon saltan chispotazos, ya que por el roce o frotamiento, como lo hacían las prime-ras máquinas de producir electricidad, se acumula en el tejido y al descargarse produce chispazo. Un imán produce corriente eléctrica en un conductor cuando se mueve junto a él, es como una bomba de cargas eléc-tricas y la forma más usada industrialmente. Gracias al imán nuestra gallina encen-día la luz, o haciendo girar el manubrio sonaba el timbre en la a n t i g u a

central telefónica y en el teléfono llamado y hasta podemos recargar nuestra linterna agitándola o dán-dole a una palanquita. Tam-bién se puede obtener por presión como lo hace nues-tro chispón para encender el butano. Pero la gran difi-cultad que tiene la electri-cidad es el almacenarla en grandes cantidades, debido a que los aislantes tienen límite y por ello hay que gastarla inmediatamente de producida. Los excedentes de electricidad solamente se pueden guardar transfor-mándola en otra forma de energía como la química, en acumuladores (buen ejem-plo la batería del coche) o la obtención de hidrógeno por descomposición del agua.

La electricidad es la energía más apreciada y fácil de transportar, así hasta para cocinar, usando la vitro-cerámica eléctrica,

la preferimos al ventajoso gas butano, olvi-dados de cuando se

usaba la leña, pencas secas, el

carbón o el petróleo (queroseno), ya en la

mecha cilíndrica, ya en el infiernillo al que había que darle pre-

sión para que saliera por la fina boquilla, que con frecuencia se obstruía. También para iluminación y

para mover máqui-nas y herramien-

tas se prefiere la electricidad, siendo un sím-bolo de bien-estar. Pero su elevado c o n s u m o hace nece-sario usar motores y t u r b i n a s ,

que hagan girar al gene-

rador de electricidad, que-mando gran cantidad de los denostados derivados del petróleo.

Al recordar históri-cos utensilios y repasar las distintas formas de obtener electricidad, hemos de estar ilusionados con la espe-ranza futura en la célula de combustión de hidrógeno, que obtiene electricidad sin motores que la muevan, obteniéndola directamente de la reacción catalizada, a baja temperatura, del hidrógeno, sacado a partir del agua o de los hidrocar-buros gaseosos. Así, junto a los generadores eólicos y las células fotovoltaicas, que transforman la luz solar en electricidad, evitarán la contaminación y dependen-cia del petróleo.

Experimentados de que las novedades llegan tarde o temprano, imaginemos nuestras casas cubiertas de paneles solares, que producen la electricidad que gastamos y además, en el garaje, electrolizan el agua, que hasta puede ser del mar, produciendo hidrógeno para, mediante estas células de combus-tión, darnos electricidad por la noche y que nuestros coches caminen también con electricidad.

Ponía huevos y encendía la luz Clemente Feo

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El Festival de Máscaras de Hatillo (Puerto Rico) Una tradición canaria con raíces en San Miguel de Abona

Los emigrantes canarios comenzaron a llegar a Puerto Rico desde el inicio de su colonización. Su influencia

en nuestra formación como pueblo fue inmensa y lo podemos palpar en nues-tro acento al hablar, en el uso común de ciertas palabras, en la toponimia y en nuestras tradiciones. Una de las tradi-ciones traídas por ellos durante el siglo XIX, conocida inicialmente por el „día de correr máscaras‰, fue convertida en las últimas décadas en el festival más grande que se celebra en la isla con el nombre de El Festival de las Máscaras de Hatillo. En su definición se implica que procedía de todas las islas que forman el Archipiélago Canario.

En este festival participan miles de jóvenes y adultos de ambos sexos dis-frazados con hermosos trajes multicolo-res de diferentes diseños, cubiertas sus caras con máscaras de alambre fino, recorriendo los campos de este munici-pio en vehículos de motor que han sido preparados especialmente para la oca-sión. Aires de música y de alegría cubre los campos en este municipio en un fes-tejo donde no falta el ruido ensordece-dor de sirenas y altoparlantes. Derroche de dinero invertido en disfraces para usarlo un solo día, el 28 de diciembre, todos los años. En esa fecha la zona

urbana y rural de Hatillo se inunda por una masa de turistas internos y externos ávidos de verlas de cerca. Todas las labores y las actividades comerciales y gubernamentales son suspendidas ese día y las fuerzas policiales necesitan ser reforzadas con miembros de otros pue-blos vecinos para dirigir y organizar el tráfico y poder mantener un orden ade-cuado.

En los últimos años surgieron una serie de interrogantes: œQuiénes fueron y de donde vinieron esos canarios que introdujeron y desarrollaron ésta tradi-

ción en Hatillo? œCuándo comenzaron a celebrarla? œPor qué la celebran el 28 de diciembre? œLos hermosos trajes a colores que actualmente se usan son similares a la forma como se vestían los canarios inmigrantes que establecieron la tradición? œCanarios disfrazados de soldados de Herodes?

œQuiénes fueron y de donde vinieron los canarios que introdujeron y desarrolla-ron ésta tradición en Hatillo?Con el fin de obtener una respuesta se analizaron los datos obtenidos de inves-tigaciones genealógicas hechas de las familias isleñas hatillanas. Se hizo un listado1 de cada uno de los inmigran-tes canarios que fueron identificados residiendo en Hatillo desde la fundación del pueblo en el 1823, hasta el 1898, cuando la Isla pasó a ser posesión de EEUU al perder España la Guerra His-panoamericana. Los resultados son resumidos en las dos tablas siguientes:

Identificamos 280 canarios en Hatillo (Tabla I) durante ese período. La inmensa mayoría de ellos, 249 (88.9%), pro-cedían de la isla de Tenerife. El grupo mayor arribó a Puerto Rico entre el 1854 al 1865 y todos se establecieron en los cuatro barrios localizados al norte del municipio hatillano: Capáez, Carriza-

lez, Corcobadas y Naranjito.En estos cuatro barrios compraron la mayoría de sus propiedades, se multiplicaron y se apiñaron durante décadas, aunque algunos extendieron su capital a barrios y municipios vecinos. Esos cuatro barrios comprenden precisamente la comarca donde nació, se desarrolló y se mantuvo la tradición de „correr máscaras‰.

Desde la fundación del pueblo, en el 1823, hasta terminada esa década, no pudimos identificar canarios residiendo en los barrios hatillanos. En el censo del 1837 se informó que Hatillo tenía una

población total de 5,690 almas, de las cuales 35 eran canarios (0.62% de la población). La gran mayoría de esos 35 canarios indicados en el censo del 1837 logramos identificarlos.

Al estudiar los 249 inmigrantes que vinieron de Tenerife, encontramos (Tabla II) que 218 (87.55%) eran naturales del municipio de San Miguel de Abona.

Dos conclusiones lógicas podemos obtener de estos datos: los llamados „canarios‰ que trajeron la tradición de las máscaras a Hatillo eran en su vasta mayoría naturales de Tenerife. En segundo lugar, casi todos ellos pro-cedían del pueblo de San Miguel de Abona. Una tercera observación obte-nida del estudio fue la alta incidencia en la práctica de la endogamia entre las familias inmigrantes, costumbre que se acentuó marcadamente entre sus des-cendientes hatillanos de tal forma que en pocas décadas una gran mayoría de todas las familias descendientes estaban unidas por lazos familiares, muchos de sus miembros en el segundo, tercer y cuarto grado de consanguinidad.

La alta densidad de canarios pro-cedentes de un mismo pueblo en una comarca pequeña de Hatillo y las estre-chas relaciones familiares que les unían propició el ambiente para ensayar la

idea de salir de máscaras. Podemos llegar a la conclusión que fueron los sanmigueleros, unidos al resto de los tinerfeños y una minoría de canarios de las otras islas, los que con mayor inten-sidad impartieron a lo largo de varias décadas los elementos que fueron dán-dole forma, matizando, modificando y manteniendo la tradición de correr más-caras en Hatillo.

œCuándo comenzaron a celebrarla? En los primeros años de la década del 1820, cuando se fundó el pueblo de

Inmigrantes de las Islas Canarias Inmigrantes de TenerifeOrigen Cant % Lugar Cant %Tenerife 249 88.93% Adeje 1 0.40%

Fuerteventura 2 0.71% Arico 1 0.40%Gran Canaria 1 0.36% Arona 3 1.20%

Hierro 1 0.36% Granadilla 4 1.61%Lanzarote 10 3.57% Realejo Alto 3 1.20%

Islas Canarias 10 3.57% Realejo Bajo 8 3.21%Desconocido 7 2.50% SMA 218 87.55%

TOTAL 280 Tenerife 6 2.41%Villa Orotava 5 2.01%

TOTAL 249

1 El listado de cuatro páginas se envía a las oficinas de esta revista donde se identifica al emigrante, su cónyuge, sus padres, año de inmigración aproximada en PR y su identificación en la 2da edición del libro Linajes de San Miguel de Abona de Nelson Díaz Frías.

(Parte I)Enrique Delgado Plasencia

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Hatillo, no tenemos evidencia de la presencia de familias canarias. Posible-mente poco antes del 1830 llegaron las primeras familias canarias. En el censo del pueblo del 1837, por primera vez, se señaló su presencia; en una población de 5,690 habitantes, indican que había 35 canarios, el 0.62% de la población hatillana. Como indicara previamente, la mayoría de ellos fueron identificados a través de documentos en los registros sagrados de la iglesia pudiéndose esta-blecer su procedencia de diferentes islas canarias. Este grupo formaba un número reducido de hogares esparcidos en los campos de Hatillo que en esa época estaban terriblemente desolados. El escaso número de hogares, las grandes distancias que las separaban, la diversi-dad de su origen canario y otra serie de factores ponen en duda la capacidad y disponibilidad de ellos para iniciar para esa fecha la celebración de este tipo de actividad festiva.

Debe haber sido después del 1860, cuando llegó a la comarca una canti-dad considerable de emigrantes tinerfe-ños, que unidos por los recuerdos de su pueblo y por lazos familiares estrechos lo que propició la idea de revivir uno de los eventos más añorados de su lejana tierra. SALIR DE M˘SCARAS.

œPor qué el 28 de diciembre? Tenemos que remontarnos a San Miguel

de Abona y Hatillo a mediados del siglo XIX Ambos pueblos unidos por unos hijos que abandonaron para siempre su suelo patrio llevando a una tierra lejana tantos recuerdos inolvidables, unos tristes, otros tan hermosos. Salieron con la ilusión de mejorar su situación económica. Llegaron al Nuevo Mundo escogido donde también imperaba la pobreza y la miseria. El analfabetismo entre ellos y los criollos era rampante. Los extensos campos eran bosques impene-trables y desolados unidos con veredas y estrechos caminos por donde ocasio-nalmente viajaban a pie o a caballo. La materia prima para la construcción de sus hogares la obtenían de los árboles, las palmeras y las plantas en las fincas y los manglares. Las noches, terriblemente aburridas y solitarias, ante todo para los jóvenes, la alumbraban con jachos y quinqués. El agua la obtenían de un río o de un manantial cercano o de la lluvia que lograban almacenar. Eran tantas sus limitaciones sociales y culturales y tantos los controles de las clases gober-nantes y adineradas. Sus metas eran claras y firmes: obtener terreno, levantar una hacienda y una vivienda decente. Esa fue la razón por la que corrieron, junto a su familia, tantos riesgos en el viaje emigratorio. Le acechaban conti-nuamente los eventos naturales para no poder cumplir con el pago de sus deudas cuyo saldo descansaba al fin y al cabo

en la mayor riqueza que poseían: su capacidad y tesón para trabajar.

En sus escasos momentos de ocio, recordaban los familiares y amigos que dejaron y, ante todo, la música y las tra-diciones hermosas y alegres de su tierra. De ellas, LOS CARNAVALES. Y de los carnavales, LAS MASCARITAS.

La ocasión para revivir el recuerdo de sus carnavales se presentó un 28 de diciembre.

Ese día, en los barrios de Hatillo, los campesinos acostumbraban celebrar el Día de los Santos Inocentes. Tradición introducida por los colonizadores espa-ñoles en todas sus colonias hispano-americanas desde tiempo inmemorable. Momento para hacer bromas y tomarles el pelo a los vecinos. Pero en los campos de Hatillo y del vecino municipio de Camuy se celebraba de una forma muy peculiar. Solo participaban los niños. Se vestían con su mejor ropita, se pin-taban parte de su cara y armados de un largo palo, pintado a su vez con tizne de las ollas, carbón o achiote, salían a visitar los hogares de los vecinos cerca-nos donde les esperaban con golosinas y algunos centavos.

Algún mozo canario emigrante, solo o acompañado, sumamente aburrido, decidió revivir uno de sus recuerdos más profundos de su tierra; salir de máscaras. Disfrazarse y salir como lo hacía cuando estaba en su tierra natal. – Cuantas emociones y recuerdos debe haber levantado en los hogares de las familias canarias que visitó– Los crio-llos nunca aprendieron a entender esa tradición que para finales del siglo XIX se había convertido en una costumbre de grandes proporciones que celebra-ban exclusivamente los isleños de esta comarca. En esas primeras décadas, y aún a principios del siglo XX, se reco-nocía simplemente como „el día de correr máscaras‰. Los mismos isleños descendientes a mediados del siglo XX desconocían cual era el origen de las máscaras, excepto saber que era una tradición traída por los primero cana-rios que se establecieron en Hatillo. La gran cantidad de personas que conti-nuaron saliendo de máscaras a caballo y el consumo de alcohol hizo peligroso para los niños continuar saliendo el 28 de diciembre con su tradición del Día de los Inocentes2. Por tal motivo su día lo adelantaron para el 27 de diciembre. Simplemente los canarios, con la intro-ducción de salir de máscaras, los des-plazaron. Ahora el 27 de diciembre era el Día de los Inocentes y el 28 era para salir de máscaras.

2 María Cadilla de Martínez, nuestra insigne escritora arecibeña, narra en su obra Costumbres y tradicionalismos de mi tierra la presencia de los niños corriendo máscaras los días 27 y 28 de diciembre acompañados de adultos enmascarados a caballo con vistosos trajes de gala, sus cabal-gaduras con bridas hermosas y jaeces.

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CCoommeenntataririosos

FFoottooNNototiciciaia

Un día me dijo Rafael en el Casino de San Miguel que las abejas de aquel año estaban más piconas que de costumbre. No era apicultor pero conocía el tema del que hablábamos desde pequeños. También decía que la miel del tajinaste era una de las mejores. Me prometió llevarme un día, cuando fuera a castrar-las, me aconsejó guantes, calcetines y un sombrero con tules de protección, sin que llegásemos a ir nunca.

En casa se afirmaba que las abejas anuncian visita cuando entran dentro de la vivienda.

Al parecer muchas culturas las con-sideraban como un animal beneficioso; soñar con un enjambre presagia for-tuna, soñar que es uno el que produce la miel presagia éxitos personales, mas si soñamos que nos pican, supone que alguien nos va a traicionar.

El emblema de los cretenses era una abeja y también el de una industria espa-ñola muy febril que desapareció hace

unos cuantos años. También en Creta se consideraba que su origen era divino porque producía la miel que se utilizaba en múltiples elixires para la salud, para alargar la vida y para cremas de embe-llecimiento y cosmética. En la mitología griega la nodriza Amaltea que cuidó de Zeus lo alimentó con la miel que expre-samente para ella elaboraban las abejas del monte Ida, en Creta para evitaar que su padre se lo comiera como había hecho con sus hermanos cuando eran pequeños y estaban tiernitos.

Ejem, esto no lo digo yo, sino Ovidio.También a la cera se le atribuye un

origen divino. En casi todas las ceremo-nias religiosas está presente, ya sea en bodas, bautizos, entierros. Y para nada es conveniente mantener discusiones vio-lentas delante de una colmena. Se afirma de lanzarse el enjambre entero ante un blasfemo.

Por último leí hace tiempo que las abejas se utilizaban en extremo oriente

para practicar la acupuntura. Metidas en un vaso y colocado éste sobre la parte dolorida se procuraba que el insecto des-cargara su rabia al rodar el vaso sobre la piel para mortificarla trincándole las patas o alas. Al punto se experimentaba una mejoría, tal debido a que el dolor del aguijón sobrepasaba al que pade-cía. Puede que un dolor saque a otro de la misma manera que un clavo saca a otro clavo.

ABEJAS

Viña Vieja, Historia DormidaCasi treinta personas, pertenecientes a las diferentes Asociaciones Culturales y Colec-tivos de este municipio, recrearon durante cinco días, la vida de nuestras gentes de hace 50 años.

La Casa Granero de Viña Vieja, His-toria Dormida, es la segunda vez que se representa en San Miguel de Abona, y el porqué alude a la buena acogida tenida en su edición anterior. Durante el pasado

mes de mayo, y con motivo de la celebración del Día de Ca-narias, se mostraron las señas de identidad del pueblo cana-rio a través de la escenificación de las labores tradicionales. Para ello, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de San Miguel de Abona ambientó la casa y sus alrededores, deco-rando y adaptando 50 años atrás la distintas dependencias como los cuartos, la cocina, una cuadra, un corredor y un patio, además de aprovechar las huertas, el horno, el goro, la era y el viejo camino real que lleva el mismo nombre que la vivienda, para realizar el trabajo con los camellos, burros, cochino, cabras, ovejas y gallinas.

Umberto Marinoni y Ana D. MedinaEl Aljibe sigue albergando arteEn el mes de abril fue Umberto Marinoni, con sus ÂExpresio-nesÊ en forma de arte y sensaciones expresadas a través de la escultura y la cerámica, el que llenó las paredes de la sala de exposiciones ÂEl AljibeÊ del Ayuntamiento de San Miguel de Abona. Los colores de las cerámicas y el arte escultórico en el que se combinan elementos y materiales muy diversos con

paisajes muy tradicionales de nuestro entorno canario, son al-gunas de las escenas de las que pudimos disfrutar todo aquel que se acercó a la Sala.

Por otro lado, durante todo el mes de mayo hemos tenido la posibilidad de compartir los „Recuerdos de una Casa Ca-naria‰ de Ana D. Medina. La autora ha expresado en su exposición pictórica sus recuerdos, sensaciones y expresiones sobre una casa canaria, un lugar de vida y olores. Aquella que la vio nacer.

Jóvenes en rutaEl diez de junio concluyó el tercero de los sende-ros organizados por la Concejalía de Juventud de este Ayuntamiento en-globados dentro del pro-grama Jóvenes en Ruta. Parque Rural de Teno, Parque Nacional del Tei-de y Taganana han sido los lugares elegidos para este pri-mer semestre, participando en cada uno de ellos una media de 25 personas. Con ello se pretende ofrecer una alternati-va de ocio diferentes a los jóvenes sanmigueleros y conocer de cerca el entorno de nuestra isla.

A partir de este verano comenzará la segunda fase de Jóvenes en Ruta, si estás interesado en participar infórmate en el 922-70.10.17.

Wladimiro Pareja

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El Cocinar es un Arte

COLECCIONABLE

Umberto Marinoni Lapini

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Ingredientes:600g. de fresones, 3 cucharadas de leche condensada, 2 quesitos y 1 cucharada de miel.

Preparación:Limpiar los fresones, retirarles los pedúnculos y reservar 4 para decorar.

Los demás triturarlos con la batidora eléctrica o una li-cuadora, añadiéndoles los dos quesitos, las cucharadas de leche condensada y la miel.Si se desea más líquido, añadir un poquito de agua o leche bien fría. Repartir la espuma en cuatro copas in-dividuales, decorar con los fresones reservados y servir muy frío.

Espumade fresones

FFoottooNNototiciciaiaIV Aniversario Revista Cultural La TajeaEdición Especial y DVD-Documental de sus PersonajesLa Tajea cumplió su 4À Aniversario el pasado mes de abril. El acto, que se celebró en el Museo Casa de El Capitán, fue organizado por el Ayuntamiento de San Miguel de Abona, a través de su Concejalía de Cultura y contó con

un lleno absoluto de la sala, en la que se encontraban muchí-simos de los colabo-radores que escriben habitualmente en la misma.

Para este cuarto aniversario se pre-sentó, además de un número especial de la revista en la que se recogen los 20 artículos de la Sección El Per-sonaje, un DVD documental en el que se cuenta la vida de estos personajes a través de la palabra y la imagen. Veinte vidas contadas

a través del tiempo que ya forman parte de la historia de San

Miguel de Abona. Un DVD que usted puede adquirir en el propio Museo.

Investigaciones Arqueológicas y Manifestaciones Rupestres en San Miguel de AbonaEl pasado 18 de mayo, se pre-sentaba en nuestro municipio el libro del arqueólogo e investi-gador Vicente Valencia Afonso „Investigaciones Arqueológicas y Manifestaciones Rupestres de San Miguel de Abona‰; un libro que nace tras la celebración en nuestro municipio de las Ias Jor-nadas Juan Bethencourt Alfonso – Aborigen, en el año 2004; jornadas en las que el autor de esta publicación participó en su momento. Se trata de un tra-bajo minucioso y exhaustivo por parte de Vicente Valencia sobre parte de la realidad de nuestro pasado más cercano.

Vicente Valencia, después de mucho tiempo de trabajo, ha conseguido un resultado que se resume como la mejor forma de conocer nuestro entorno y los secretos que están escon-didos en él, pasándonos totalmente desapercibidos en el día a día. Mediante la lectura de sus investigaciones nos daremos cuenta de lo importante e imprescindible que es el valor que le demos a estos hallazgos, algunos cataloga-dos anteriormente y otros inéditos hasta ahora. Nuestra labor a partir de este momento se centra en la protección de esas manifestaciones rupestres; unas manifestaciones que, por primera vez, se dan a conocer en San Miguel de Abona y desde San Miguel de Abona.

Investigaciones Arqueológicasy Manifestaciones Rupestres

en San Miguel de Abona(Tenerife)

Vicente Valencia Afonso

San Miguel de Abona2006

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Coleccionable de alfarería tradicionalde San Miguel de Abona

COLECCIONABLE

Por Pedro Benítez Reyes

Disfruta de tu Barrio. Actividades para todo el veranoMás de medio centenar de actividades se desarrollarán en todos los barrios durante los meses de junio, julio y agosto a través del programa cultural y juvenil „Disfruta de tu ba-rrio... y mucho más‰. Excursiones, talleres, teatro, cine de verano, viajes, exposiciones... o los proyectos „Natural y Joven‰ y „Cabuquero 14-30. Jóvenes y Arqueología‰ son algunas las opciones de ocio que nos podemos encontrar durante este verano en nuestro municipio.

En lo que va de año, junto con el programa especial de abril y el „Mayo Cultural‰, ésta es la tercera de las apuestas fuertes de la Concejalía de Cultura y Juventud antes de las fiestas patronales en el mes de septiembre, convirtiéndose así el municipio en un punto de encuentro en el sur de la isla dentro del ámbito cultural y juvenil.

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Plato de loza chasnera

La I… Semana del Teatro-todo un éxito

Las artes escénicas fueron las protagonistas durante el mes de abril en el Centro cultural-deportivo del casco de San Miguel de Abona con la celebración de la I… Semana del Teatro que se llevó a cabo desde el 19 hasta el 21 de dicho mes. La iniciativa, dirigida a todos los públicos y que contó con representaciones teatrales en horario mati-nal y de noche, fue organizada por la Concejalía de Cul-tura y Juventud del Ayuntamiento sanmiguelero, además de la colaboración del Cabildo Insular de Tenerife a través de IDECO.

Compañías teatrales como Teatro KDos, Teatrofia y Zaranda Trouppe fueron las que nos acompañaron durante esta semana en la que, por coincidir con el Día del Libro, la organización regalaba a todos sus espec-tadores un ejemplar bibliográfico de diferentes escritores canarios.

Hemos dejado para el final de este espacio, el plato fuerte de la loza chasnera. Se trata de un plato de 50 cm de diá-metro por 11 cm de altura, en cuyo interior tiene incisa una

decoración que da forma a una gran flor formada por hojas en forma de cruz guarnecida por otras incisiones con una decoración más elaborada que hemos visto en la loza popular canaria. El ba-rro, el almagra y la forma de cocción son chasneras; la tipología y la decoración son una incógnita.

Hemos consultado a D. Vicente Blanco, experto en artesanía del Cabildo Insular de Tenerife, y en su opinión es una tipología extremeña portuguesa.

Ya en anteriores ocasiones nos hemos referido a los restos de un centro alfarero establecido en la zona, por lo que a nuestro entender nos parece que fue uno de los primeros que se estable-cieron después de la conquista. Pudiera ser que estas piezas, un tanto fuera de la loza cotidiana, fuera hecha por estos alfareros extremeños. En los alrededores de este espacio, donde se ubicó

el alfar, se dan las condiciones de es-tar el mejor barro de la zona (está la fuente de agua y también la leña para guisarlo)

Entre los millares de fragmentos de loza que se encuentran en la zona, se observa la falta de arena, posible causa de las roturas. Hay fragmentos de grandes tinajas que relacionamos con el comienzo del cultivo de la viña. Esta zona tan agraciada por los elementos necesarios para la elaboración de la loza a través de los años se convierte en fábrica de tejas, encontrándose los restos de un horno de planta cuadrada, como los gomeros. Si estas líneas despiertan interés de algún experto en la materia y deciden hace algún estudio, encontrarán nuestra colaboración en el Museo Casa de El Capitán, donde se ubica la Escuela de Alfarería Tradicional de San Miguel de Abona.

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Contra