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LECTURA ORANTE DE LA BIBLIA

LECTURA ORANTE DE LA BIBLIA. “La primera y primordial fuente a donde debe acudir el maestro en busca de la verdad religiosa es la fuente misma de esa

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LECTURA ORANTE DE LA BIBLIA

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“La primera y primordial fuente a donde debe acudir el maestro en busca de la verdad religiosa

es la fuente misma de esa verdad: la Sagrada Escritura. De la Sagrada Escritura tiene

que conceder especial interés al Nuevo Testamento, y dentro de éste, al Santo Evangelio , que ha de constituir su principal

estudio”

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“Estudiad con aplicación el

Evangelio… Cuanto más os apliquéis a

ello, tanto más sabios seréis en la

ciencia de los santos y en mejores disposiciones estaréis para

comunicarlo a los demás”

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“Un tipo de lectura que nos lleva a descubrir la relación religiosa que hay, por un lado, entre la historia y la situación socioeconómica de nuestros pueblos –encarnada en la vida sencilla de las gentes con la que vivimos-; y por otro, las narraciones bíblicas. Y encontrar qué relación tienen ambas con nuestra propia vida de consagrados, de asociados para buscar juntos la gloria de Dios en el ministerio educativo y evangelizador. Así, la Escritura será, de un modo renovado, nuestra primera y principal regla.” (Circ. 455, p.13).

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USOS DE LA BIBLIA

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• Uso ocasional y anecdótico de la Biblia

• Uso reduccionista

• Usada como objeto de estudio

• Uso fundamentalista

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Lectio Divina

1. Paso: Lectura (Lectio): ¿Qué dice el texto?

2. Paso: Meditación (Meditatio): ¿Qué me (nos) dice este texto bíblico?

3. Oración (Oratio): ¿Qué me inspira decirle a Dios el pasaje que he leído y meditado?

4. Contemplación (Contemplatio): ¿Qué bien debo hacer a partir de este mensaje?

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Lectura (Lectio): ¿Qué dice el texto?

• Para percibir lo que dice el texto bíblico hay realizarle las preguntas apropiadas, es como si estuviéramos entrevistando a una persona

• Debemos tener mucho cuidado pues no todo lo que se nos ocurra preguntarle al texto encontrará respuesta

• No son las preguntas que se nos ocurra sino las que permitan saber todo lo que dice el texto bíblico

• Si fuera necesario hay que ir un poco más atrás o delante de la cita para comprender mejor nuestro texto

• No dejemos de hacernos las siguientes preguntas: ¿qué dice el texto? ¿Cuál es su tema principal? ¿De qué habla? Por eso no basta con repetir el texto sino de explicarlo.

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Meditación (Meditatio): ¿Qué me (nos) dice este texto bíblico?

• La Meditación trata de establecer un diálogo entre lo que Dios nos dice en su Palabra y lo que sucede en nuestra vida.

• Si la lectura nos ayudó a saber LO QUE DICE EL TEXTO, la Meditación nos introduce EN SU SENTIDO PARA NUESTRA VIDA.

• La Biblia fue escrita hace muchos años, tanto para aquellas personas como para nosotros.

• Es muy importante que en este momento no olvidemos el tema principal del texto que hemos leído o escuchado.

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Oración (Oratio): ¿Qué me inspira decirle a Dios el pasaje que he leído y meditado?

• El diálogo que ha iniciado Dios con nosotros a través de su Palabra necesita una primera respuesta: la oración.

• Él, a través de su Palabra, ha iniciado una conversación; sigámosle la plática, no nos salgamos del tema.

• Debemos presentarle en nuestra oración sólo lo que esté en relación con la lectura y meditación que hemos hecho hasta este momento.

• Siguiendo la tradición de oración de la Iglesia: podemos darle gracias… suplicar perdón… pedir alguna gracia o especial o alabarle.

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Contemplación (Contemplatio): ¿Qué bien debo hacer a partir de este mensaje?

• Esta es la segunda y definitiva respuesta a Dios con la Palabra que hemos leído, meditado y orado.

• En este momento no sólo tenemos que preguntarnos: ¿Qué podemos? Sino también, ¿qué debemos hacer?

• Los propósitos que surjan tienen que estar en íntima relación con lo leído, meditado y orado.

• Los compromisos deben ser concretos, claros; alentadores, que nos reanimen en nuestra vida cristiana; además deben ser transformadores, es decir, deben ayudarnos a realmente ser mejores personas y a transformar nuestro ambiente familiar, eclesial, social.

• Nuestra primera preocupación no deberá ser ¿cómo ser o sentirme más bueno/o?, sino ¿qué bien debo hacer?

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