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  • 7/24/2019 Letras 46

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    UNIVERSIDAD

    PEDAG GICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

    INSTITUTO

    PEDAGGICO

    DE

    CARACAS.

    DEPARTAMENTO DE

    CASTELLANO, LITERATURA

    Y

    LATN.

    RGANO DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES LINGISTICAS

    Y LITERARIAS ANDRS

    BELLO .

    11

    PEL

  • 7/24/2019 Letras 46

    2/59

    46

    L E T R A S

    UNIVERSIDAD PEDAGGICA EXPERIMENTAL

    LIBERTADOR

    INSTITUTO PEDAGGICO DE CARACAS.

    DEPARTAMENTO DE CASTELLANO LITERATURA Y LATN.

    CARACAS-VENEZUELA

    1989

  • 7/24/2019 Letras 46

    3/59

    UNIVERSIDAD PEDAGGICA EXPERIMENTAL

    LIBERTADOR

    INSTITUTOPEDAGGICO

    DE CARACAS

    CONS E JO A CA DM ICO

    Director-Presidente

    Subdirector

    de

    Docencia-Secretario

    Subdirector

    de Investigaciny

    Postgrado

    Subdirector

    de

    Extensin

    Jos Lorenzo Prez

    Elseo Silva B.

    David A.Vivas

    Aquiles

    de J.Rojas

    J E FE S DED EP ARTAM EN TO S

    Arte

    BiologayQumica

    Castellano, Literaturay Latn

    Ciencias

    de laTierra

    EducacinEspecial

    EducacinFsica

    GeografaeHistoria

    IdiomasModernos

    Matemticas

    y Fsica

    Pedagoga

    Prcticas Docentes

    Tecnologa Educativa

    Herminia Rivero

    Jess

    R .Rojas

    Olivia

    Carmena

    CarlosSurez

    ElisaHarting

    E m m aLabrador

    MorellaJimnez

    Roberto Jimnez

    Toms Albero

    R.

    EstebanSnchez

    Hilda

    Guerra Arias

    Nelly Snchez

    de

    Noriega

    REPRESENTANTE DEL

    MINISTERIO

    D E

    ED U C AC I N

    CsarRodrguez

    Falencia

    R E P R E S E N T A N T E D E

    EGRESADOS

    Lilia

    ArveloAlemn

    REPRESENTANTES PROFESORALES

    OrnarHurtado R.

    MineliaVillalbad e Ledezma

    Manuel

    Bravo

    REPRESENTANTES ESTUDIANTILES

    B r.

    Jess lamo

    B r.Francisco Duran

    Br .

    JosCarrin

    LETRAS

    Director:

    Consejo

    d e

    Redaccin:

    DirectorArtstico:

    LuisAlvarez

    Rafaelngel Rivas

    Oriet taGarca Golding

    ElenaVera

    JosAdames

    Luis

    Domnguez Salazar

    S UMARIO

    Pginas

    Presentacin 5

    La s

    relaciones pragmticas

    del

    teatrocostumbrista venezolano

    7

    Elizabetb RaabR.

    Factibilidadde unaaplicacin lingsticaaldiscurso literario 37

    Luis Alvarez

    Voluntad testimonial

    en la

    literatura venezolana

    de los

    aos sesenta

    47

    Orietta

    Garca

    Golding

    La tcnicadel ensayo: Uninstrumento paralaenseanzade la redaccin. . 83

    RosarioRussotto

    El cdigoesttico

    de

    Daz Rodrguez

    en

    tres momentos narrativos

    97

    Orlando

    Gonzlez Moreno

    Lo

    oral-informal

    en el

    discurso literario destinado

    a

    nios

    109

    Griselda Navas

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    CENTRO DE INVESTIGACIONES LINGISTICAS

    Y

    L I TE R A R I A S A NDR S B E L L O

    CONS E J O DIR E CT IVO:

    C O O R D I N A D O R

    G E NE R A L :

    C O O R D I N A D O R E S D E

    SECCIN:

    Lingistica

    y

    Dialectologa.-

    EstudiosLiterarios:

    DocumentacinyPublicaciones:

    Taller de Expresin

    Literaria:

    REPRESENTANTE DE LAS

    C TED RAS

    D EL D EP ARTAM EN TO :

    P REP ARAD O RES:

    PERSONAL DE SECRETARIA:

    Olivia

    Carmena

    Luis

    Alvarez

    Elena Vera

    Orietta

    Garca Golding

    Jos Adames

    Hugo Obregn Muoz

    Rafael

    ngelRivas

    Luis

    Alvarez

    Hugo Obregn

    M.

    ElenaVera

    Rafael

    A.

    Rivas

    Jos Adames

    Oriet ta Garca Golding

    Mara

    E lena Quintero

    Sara

    Otero

    Elena Ochoa Le

    Isvelis SnchezdeValle

    L E T R A S

    La s

    colaboraciones

    s on

    expresamente solicitadas.

    Edicin:d os nmerosal ao.

    Canje. Se establecer con publicaciones similares, o con Instituciones

    Universi-

    tarias, Culturales y Centro s de Investigacin lingstico-literarios.

    Cualquier comunicacin, dirigirla

    a :

    Revista LETRAS. CILLAB. Inst i tuto

    Pe -

    daggico de Caracas. Av.

    J.A.

    Pez,

    E l

    Paraso. Caracas (1021) Venezuela.

    U N I V E R S I D A D

    PEDAGGICA

    E X P E R I M E N T A L

    L IB E R T AD O R

    INSTITUTO

    PEDAGGICO

    D E

    CAR ACAS

    Departamento

    de

    Castellano, Literatura

    y

    Latn

    Centro

    de

    Investigaciones L ingsticas

    y

    Literarias "Andrs Bello"

    Caracas, Venezuela, 1989.

    ISBN:

    p p.

    76-0493

    ISSN: 0459-1283

    Presentacin

    Es

    grato para nosotros presentar hoy elN 46 de la Revista

    Letras.

    En esta oportunidad, ofrecemos un conjunto de trabajos referidos al

    rea

    de l

    conocimiento

    que nos ocupa, con la finalidad de que sean

    apro-

    vechados

    por

    nuestros lectores

    de la

    manera

    mas

    funcional

    posible.

    Elizabeth Raab

    nos

    proporciona

    un anlisis

    bastante exhaustivo

    so-

    bre el teatro costumbrista venezolano. E sta manifestacin ha sido rele-

    gada en losltimos

    tiempos,

    por lo que

    consideramos

    su

    estudio

    co-

    mo un

    virtual rescate.

    Se

    reproduce

    un trabajo de

    Luis Alvarez, sobre

    la

    base

    de l

    fomento

    de la discusin sobre un tpico tratado m uchas

    veces.

    Sin

    embargo,

    aquse

    hace

    unplanteamiento un

    poco original

    qu e

    debera

    se r

    considerado

    po r

    nuestros estudiosos

    de la

    estructura

    de l

    espaol

    y sus

    implicaciones

    en e l

    tratamiento

    de l

    discurso po-

    tico.

    No menos interesante es el

    trabajo

    de Orietta

    Garca

    Golding:

    Voluntad testimonial en la literatura venezolana de los aos

    sesenta .

    En l se trabaja un corpus de tres obras fundamen tales correspon-

    dientes

    al

    gnero

    y a la

    poca

    en estudio,

    para derivar conclusiones

    pertinentes

    y

    diferenciadoras.

    Orlando Gonzlez Moreno analiza el

    cdigo

    esttico

    de Manuel Daz Rodrguez y

    Grselda

    Navas, lo oral-

    informal

    en el discurso literario destinado a nios.

    Finalmente,

    Rosario

    Russottonos

    entrega

    un

    modelo para

    la en-

    seanza

    del

    ensayo,

    como

    tcnica

    redaccional.

    No es una

    digresin

    terica

    como ya hay

    muchas .

    Es yaqu

    radica

    su

    importancia

    un

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    instrumento

    para se r colocado en manos de los maestros de lalen-

    gua. Estos debern ampliarlo,

    partiendo de sus

    experiencias, dada

    la

    flexibilidad con que ha sido concebida latcnica.

    Esperamos como

    en

    otras oportunidades

    la

    deferencia

    que nos

    hanbrindado nuestros lectores.

    Queremos, mu y especialmente, agradecer a laVicerrectora de In-

    vestigacin y Postgrado de la Universidad Pedaggica Experimental

    Libertador, el financiamiento de esta edicin y lapreocupacin que

    tuvo

    para

    que

    nuestro Centro

    de

    Investigaciones

    Lingsticas

    y

    Lite-

    rarias

    AndrsBello retome

    elcamino,

    tantas veces,

    ya

    transitado.

    Lasrelacionespragmticas

    del

    teatro costumbrista venezolano

    ELIZABETHRAABR.

    TEATRO

    D E

    FACTURA NACIONAL

    El nacimiento

    del

    costumbrismo

    en

    Venezuela

    ha sido

    ubicado

    en-

    tre los

    primeros

    aos

    de la repblica,

    hacia

    1830.

    1

    "Entra

    en su

    fase

    de

    decaimiento en los

    aos

    90 con la

    influencia

    de l

    positivismo

    y el auge

    del criollismoen la

    novela

    y en el

    cuento modernista.

    Lademarcacin temporalcom prendida entre 1830

    y

    1890,

    en la

    cual

    se inscribe la

    produccin

    de la

    narrativa romntica

    y

    costumbris-

    ta, no es

    exactamente

    vlida para la

    literatura dramtica costumbris-

    ta. Pues, como ha sido

    indicado

    po rvarios autores,e lteatro costum-

    brista comienza a manifestarse formal y

    coherentemente,

    en las lti-

    1. Cf.:

    Antologa de costumbristas venezolanos.

    Co n relacin allugarcomn de laclasifica-

    cin

    del

    costumbrismo

    recogida en

    esta antologa, participamos

    de la

    opinin

    de Di

    Prisco,

    en

    el

    sentido

    en que se

    m anifiesta contrario

    a la

    resea cronolgica carente

    de la-explica-

    cin

    de un

    proceso. ,

    .

    .e nlugar

    de su

    natural inclinacin popular

    se le ha

    querido

    ver a

    travs deunos nombres seleccionados al azar yequipados arbitrariamenteen unas falsas

    cuatro pocas

    que no

    muestran claros signos distintivos

    ms

    all

    de dos

    grandes grupos:

    los

    precursores

    y loscostumbristas. Pero mientrasse contine haciendo unareseaa

    par-

    tirde los

    nombres

    de

    Mendoza,BoletPeraza, Prez

    y

    otros

    no se

    podr construir

    una

    ima-

    gen

    que

    responda

    al

    verdaderosignificado

    de un

    movimiento

    que

    desde

    su

    nacimiento sub-

    sisti, conjuntamente con unanovela romnticay con unalricaneoclsicay romntica,

    a lo

    largo

    d e

    todo

    e l

    siglo hasta

    su

    integracin

    en la

    novela realista .

    L osorgenes

    de lano -

    vela

    venezolana, pp.82-83.

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    m as

    dcadas del siglo

    XIX,

    y en esta expresin se ha reconocido los

    antecedentes del

    teatro

    nacional venezolano.

    2

    Un

    teatro de temtica nacional no fue factible hasta llegado el mo-

    mento

    en que la

    comunidad venezolana pudo

    alcanzarcierto

    nivel

    de

    organizacin social, con una estructura tnica, poltica y econmica

    medianamente establecida,

    qu e

    hiciera asequible

    la

    expresin coheren-

    te de

    situaciones

    y

    sentimientos colectivos como producto

    de una

    concepcin de lo nacional. Este sealamiento puede relacionarse con

    la

    siguiente aseveracin: "Como un axioma umversalmente vlido po-

    demos sentar que la posibilidad de todo

    teatro

    slo queda abierta con

    el

    nacimiento de una conciencia

    nacional".

    3

    Este hecho es concomi-

    tante

    con la posicin que reconoce en la actividad creadora, el impul-

    so de la realidad objetiva y social, y el problema de la conciencia, en

    relacin con las prcticas o dominios de la actividad humana.

    4

    Ha sido un fenmeno general en Hispanoamrica que el teatro

    nacional, casi siempre, avanzara con cierto retraimiento con respecto

    a

    otros

    gneros literarios. Agustn del Saz asegura que: "en Hispano-

    amrica despus del florecimiento de la

    poesa

    y de la novela se

    ini-

    1.

    Los

    antecedentes

    del

    teatro venezolano actual pueden

    calificarse

    como

    predominante-

    mente costumbristas e histricos . Carlos M. Surez Radillo, 13 autores del nuevo teatro

    venezolano,

    p. 34.

    En

    las'dos

    ltimas dcadas del siglo pasado a l igual

    que en

    toda Amrica empieza

    a

    aparecer en Venezuela un teatro de inquietudes sociales. Y aunqueesteteatro costumbris-

    ta

    ha sido considerado poco riesgoso y superficial , sinjuzgare) ambientepolticoen

    que se desarroll, constituye el origen mismo del teatro criollo . Susana Castillo,El desa-

    rraigo en el teatro venezolano, p. 34.

    Equivalente al costumbrismo enotrosgneros literarios.

    ..

    El teatro criollo es, en rigor,

    laprimera corriente

    o

    desarrollo coherente, homogneo,reiterativo

    a l o

    largo

    del

    tiempo

    que

    se

    configura

    en el

    seno

    del

    teatro venezolano contemporneo;histricamente,

    su

    evo-

    lucinpodemosestablecerla desde principios

    d el

    siglo

    XX, con su

    apoteosis entre

    lo s

    trein-

    ta y los

    cuarenta...

    R. Monasterio,

    Un

    estudio crtico

    y

    longitudinal

    d el

    teatro venezo-

    lano,

    p. 38.

    El teatro que siempre se escribi e hizo fue provinciano, tpico y anecdtico, pendien-

    tes de las aventuras simpticas del humor venezolano . Leonardo Azparren,El teatro ve-

    nezolanoy otros teatros,p. 60.

    El

    trmino costumbrismo nos viene a auxiliar en un

    momentocomo

    el principiode

    este siglo,

    en que los

    escritores

    de

    toda Amrica,

    n o

    slo

    la

    hispnica,

    s e

    ha percatado

    de

    que

    para expresarse necesita reconocerse a s mismo e identificarse ante quienes leen sus

    obras, como algo que est cerca;

    para

    poder dar as a la literatura un rasgo familiar y ac-

    cesible.. . en cierto momento (lastres primeras dcadas deeste siglo) entodoel conti-

    nente se busca en el teatro el descubrimiento del rasgo propio . Carlos Solrzano, Teatro

    Latinoamericano del siglo XX , p. 9.

    3.

    J.G uerrero Zamora,Historia

    d el

    teatro contemporneo, p.513.

    4.

    Vase

    el

    concepto

    de

    cultura

    en

    Carlos

    Marx , Cultura,

    ideologa

    y sociedad.

    (Antolo-

    ga), p. 23 y ss.

    8

    cio el teatro".

    5

    Particularmente puede observarse en Venezuela, que

    mientras el

    real ismo

    y el

    naturalismo

    van a figurar

    como ingredien-

    tes del movimiento modernista, en el

    teatro

    se van a manifestar estas

    tendencias

    como

    un a

    prolongacin tarda

    del

    costumbrismo.

    Berenguer Carisomo

    ha

    explicado

    la s

    razones

    del

    rezagamiento

    de lteatroen los siguientes trm inos:

    Supone siempre el teatro escribe el crtico

    argentino

    una etapa supe-

    rada de organizacin social, en la que todos sus elementos integrantes

    autores,

    intrpretes, pblico

    y

    cr t ica

    ofrezcan

    seales

    de

    madurez

    in-

    telectual y, sobre todo, muestren una coherencia de sentimientos huma-

    nos y estticos que permita a los autores operar con rigor sobre la colec-

    tividad

    que

    tiene obligacin

    de

    conmover, adoctrinar

    y

    divertir.

    E l

    bloque

    de los pblicos americanos, en general, tiene grietas profundas, tanto en

    su

    estructura tnica, todava en plena ebullicin formativa, cuanto a sus

    capas sociales, an no diferenciadas ni estabilizadas,como en lo que res-

    pectaa su unidad poltica, sujeta, lo hemos visto, a peridicas revisiones,

    para concluir con una economa escasamente evolucionada y harto suje-

    ta, todava, a formas de pastoreo agrcola-ganadero.

    6

    Esta complejidad reconocida, reside en la especificidad del traba-

    jo dramtico, cuyo modo de representacin de la realidad,

    muy

    com-

    prometida,

    po r

    cierto

    con la

    experiencia

    colectiva,

    difiere

    notable-

    mente del modo de produccin de las artes plsticas, de la msica, de

    la

    literatura.

    Por lo

    general,

    el

    pintor,

    el

    escultor,

    elpoeta,s e

    m anifies-

    tan como individuos y pueden crear sus obras en el recogimiento de

    su int imidad.

    E l

    dramaturgo

    en

    cambio, pone

    en

    movimiento pasio-

    nes y

    creencias

    qu e

    animan

    la

    vida social.

    E l

    producto desborda

    los l-

    mites de la literatura escrita porque se convierte en accin social, ya

    qu e la representacin de los roles inicita a una protesta, a una adhe-

    sin, a un rechazo, a una participacin, de una manera tal que

    nin-

    gn

    otro

    arte puede suscitar en los mismos trminos. La comunica-

    cin

    qu e

    establece

    es de

    ndole colectiva, directa

    y

    recproca.

    Entre las condiciones sociales y la produccin artstica, media la

    estructura de cada campo artstico co n su lenguaje especfico o mo-

    do de representacin d e la realidad, pues aun cuando se trate de la mis-

    m a

    sociedad,

    el

    sistema

    de

    produccin

    de

    obras

    o de

    teoras

    que ge-

    neran obras teatrales, acta con relativa autonoma con respecto al

    sistema de produccin de otras expresiones artsticas. De igual mo-

    5. A. delSaz,Teatro social hispanoa mericano, p. 36.

    6. Citado por Diez Echarri, Historia de laliteratura espaola e hispanoamericana,p.1041.

    (La

    nota bibliogrfica data de 1947).

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    do, los efectos que produce en la sociedad estn mediatizados por

    las vivenciasdelos consumidores. Con este criterio se intentar rela-

    cionar la estructura social, generada aproximadamente a partir de

    1830, con el arte dramtico inmediatamente anterior al surgimiento

    delteatro costumbrista.

    ELMODELO ECONMICO-SOCIAL

    Cuando

    el

    orden

    colonial

    desaparece,

    no lo

    sustiuye

    un orden

    cn-

    sono con la nueva vida republicana. En su lugar surge un orden pri-

    mitivo impuestopor lascontinuas

    guerras

    civiles.El

    militarismo

    es

    una

    de las consecuencias de las contradicciones generadas en el proceso

    de las guerras de independencia. Se origina el caudillismo con su secuela

    deproblemas.

    7

    A partir

    de

    1830

    una

    lite econmica, poltica

    y

    cultural

    se

    ges-

    ta en torno a la figura deJosAntonio Pez, einstauraun modelode

    organizacin liberal (partido "Godo",

    "colorado",

    "Paecista" o "Con-

    servador). Hacia 1840, surge otro grupo dirigente con elpartido "Li-

    beral o Amarillo", constituido por los partidarios de las ideas de

    Bolvar.

    8

    L a

    supervivencia

    de una

    economa rgida,

    feudal ,

    arcaica, propi-

    ci el contraste entre una sociedad subjetivamente liberada por la in-

    dependencia y unas bases econmicas estereotipadas en la fidelidad

    7.

    Varios autores

    han

    atribuido

    las

    causas

    del

    caudillismo

    al

    proceso

    de

    mestizaje tnico-

    cultural.

    Segn esta interpretacin,

    el

    hispanoamericano

    ha

    heredado

    los

    vicios

    de sus an-

    cestros

    indgenas, europeos y africanos lo cual ha conformado el alma nacional o el es-

    pritupopular . Otros piensan que lascausasn o deben buscarse en lotnico, sino en las

    costumbres,en los

    hbitos negativos

    de

    obedienciahaciareyes caciques, generales

    y

    docto-

    res.Otros atribuyensuorigen a laliquidacinde lanoblezacriolla,locual desat unpro-

    ceso

    de

    anarqua.

    A

    estas explicaciones

    que

    insisten

    en lo

    tnico-cultural,

    se

    oponen

    los

    anlisis econmico-sociales:las masas vieron frustradas sus aspiraciones con la perviven-

    cia de una

    economa

    feudal.

    Vase: Napolen Franceshi

    G. ,

    quien esboza

    un

    estudio

    del

    caudillismo en

    Venezuela

    en : Caudillosy caudillismo en la historia de

    Venezuela,

    pp.

    153-

    165.

    8. Fundamentalmente estos partidos tenan lamisma base ideolgica, susdiferencias esta-

    ban definidas entorno a los enfrentamientosentrelos

    partidarios

    d eBolvary los dePez.

    De

    este modo,

    el

    proyecto

    de

    organizacin poltica

    q ue

    nuestro pas ensay, acusa

    la

    pre-

    senciade dosvariantesen contradiccin sobre lamisma

    concepcin

    liberal:a) laideade

    instauracin de una repblica federal, b) la organizacin de unestado paternalista de

    acuerdo con el

    proyecto

    de

    Bolvar:

    El trasfondo o

    base

    de

    este modelo

    era la

    idea

    d e

    que

    slo

    existan suficientes virtudes cvicasen lalite ilustradaypatriotaquehabapro-

    movido y dirigidoelmovimientod eindependencia poltica,entanto que elpueblo,por

    no haber

    tenido

    la

    oportunidad

    en los

    tres sigloscolonialesprecedentes, estaba sumido

    en

    laignorancia,lasupersticin y la barbarie [. . ]lbid. p. 15.

    10

    al pasado. Una estructura econmica dependiente de loscapitales y

    mercados extranjeros, eminentemente agrcola, no integrada regiona-

    mente, favorece la expansin del latifundio con enormes posesiones

    de tierra. Esta situacin beneficiala conformacin de una burguesa

    comercial que se va consolidando progresivamente, como fuerza so -

    cial, con la

    creacin

    de una

    banca privada.

    E l

    rgimen econmico ato-

    mizado determina un sistemapolticobasado en liderazgoslocales.

    9

    Los terratenientes actan como

    la

    clase monopolizadora

    de los

    medios

    de

    produccin:

    tierra,

    mano

    deobra

    esclava

    y

    campesina. Eran

    caudillos que contaban con la fuerza humana delpeonaje para levan-

    tar ejrcitos, desarrollar guerras e incrementar sus posesiones detierra.

    La burguesa comerciales la clase social que monopoliza elcomer-

    cio de importacin y exportacin. Actuaba como grupo de presin a

    travs

    del control

    financiero. Comparta con

    los

    terratenientes

    el po-

    dereconmico y social.

    El pueblo entendido como la mayora nacional con exclusin

    de la minora privilegiada, se estratifica en una extensa clase m e-

    dia, un proletariado urbano y un proletariado rural.

    Sobre el vasto estrato de los pardos,

    mayoritario

    en la sociedad colo-

    nial, la Revolucin

    hace nacer

    un a

    extensa clase media; all estn

    los ar-

    tesanos, los funcionariosdesegunda lnea, lospequeos propietarios ru-

    rales y los comerciantes minoristas,y a ellas

    entran

    tambinlo s

    intelec-

    tuales y profesionales de modestas posibilidades. Es, por excelencia, la

    clase vctima

    de las

    injusticias

    de l

    orden contrarrevolucionariosobre ella

    ejercen su dominio lo s latifundistas en el campo, losprestamistas

    usure-

    ros en la

    ciudad,

    y en todas partes eltirano que latropieza

    cual

    unobs-

    tculo, difcil de abatir. Junto a losaspectos negativos de laconciencia

    tpica

    de laclase media, como son alguna volubilidad ehipocresa,se han

    de

    subrayar

    su

    vocacin progresista,

    su

    laboriosidad,

    su

    patriotismo,

    su

    capacidad de

    resistencia

    a la

    opresin

    y su

    apego

    al

    igualitarismo

    y a la

    democracia.

    Elproletariado naced elestrato

    esclavizado

    y del vecinosectorde los

    sier-

    vos y peones, as como de losayudantesd e

    albailera,

    aprendicesysir-

    vientes en los

    talleres rudimentarios

    del sigloXIX [. . .].

    Frente

    a

    este sec-

    9.

    Estudiosos

    de

    la historia

    de

    Venezuela

    han

    sealado

    la

    estrecha relacin

    que

    existeentre

    la

    extensin

    del

    cultivo

    del

    caf

    y

    la aparicin

    del

    partidoliberal.

    El

    rpidodesarrollo

    del

    caf caus

    la

    desarticulacin

    de los

    sistemas existentes

    de

    comercio, precios

    y

    crdito.

    Lo s

    nuevos cultivadores se hicieron enemigos de la situacin existente y aspiraron cambiarla

    en sufavor.

    Sobre este descontento

    de los

    agricultores contra

    los

    comerciantes

    y el Gobier-

    no

    existente

    se

    echaron

    las

    bases

    del

    partido liberal,

    que tan

    importante papel

    iba a de-

    sempear

    en

    todo

    nuestro siglo XIX . ArturoUslarPietri,Laotra Amrica p. 139.

    11

  • 7/24/2019 Letras 46

    8/59

    tor obrero y u rb ano , que pronto mejora suscond iciones vitales, el prole-

    tar iado rural mucho m s

    numeroso

    acusa un nivel nfimo de existen-

    Predomina

    una

    estructura rural seccionada: haciendas, plantacio-

    nes, hatos, etc. A un rgimen econmico regionalista corresponda,

    como correlato,

    una

    mentalidad localista, razn

    por la que el

    proce-

    so de consolidacin de una conciencia nacional se oper lentamen-

    te, en un medio de generalizado analfabetismo y de arraigada tradi-

    cin de

    caciquismo,

    de

    machismo

    y de

    picaresca.

    Durante este perodo que

    se

    extiende aproximadamente hasta

    lo s aos 70, impera la anarqua y la devastacine n todo el territo-

    rio

    nacional.

    M O D A L I D A D E S T E A T R A L E S

    DE LA

    P O C A

    El

    teatro

    durante

    esta

    poca, comoel de la poca que le precedi

    careci, aparentemente,

    de fuentes

    vernculas

    o de

    inspiracin nacio-

    nal. La actividad teatral se manifest fundamentalmente en tres mo-

    dalidadesdiferentes:

    a) La pr imera de ellas cont con el favor oficial, como lodem uestra

    el

    hecho

    de las

    innum erables com paas extranjeras

    de

    pera

    y

    de zarzuelasque nos visitaron, y cuyos emolumentos fueron

    sufra-

    gados por el

    Estado.

    11

    De los

    artculos

    de

    costumbres

    a

    manera

    de

    meta-lenguaje

    se

    puede inferir que este tipo de espectculo era frecuentado por

    las

    clases

    q ue

    d isfru taban

    de

    solvencia econmica:

    Apenas viene

    una tropa lrica, hay que abonarse a la

    temporada, pues

    q u idea se podra tener de un caballero que no llevase a su consorte a

    la

    pera? Adems, ella

    no

    puede

    ir al

    teatro menos

    que susamigas,la hi-

    ja del r ico negociante y la seora del accionista en m inas; de consiguiente

    est el honor de por m edio, y de tal co nflicto no se sale sino con el traje de

    todo

    lujo

    y un

    b uen peinado

    del

    peluquero francs.

    .

    .

    12

    b)

    Otra de las manifestaciones difundidas entre la lite, fue la del

    teatro romntico de temtica extica. Contamos con una referen-

    10. J. L.SalcedoBastardo,

    Historia

    fundamentald e Venezuela,pp . 563-64.

    11 .

    Cf .Carlos Salas,Historia

    del

    teatro

    enCaracas.

    12. Felipe Tejera:

    Apuros

    de un padre de familia ,

    Antologa

    de

    costumbristas venezolanos,

    pp. 248-49.

    12

    cia

    qu e

    data

    de 1848, ao en el

    cual

    sefund la

    Com paa Dram-

    tica

    de

    Caracas. Esta compaa venezolana

    de"actores

    romnticos

    de exagerada declamacin y actitudes

    esculturales",

    13

    comenz a

    obtenerxito

    con las obras dipoetaHeraclio Martnde laGuardia,

    (1829-1907).

    El 9 de

    diciembre

    d e

    1848

    se

    estren

    su

    obra:Cosme

    II

    de Mediis.

    La obra caus sensacin

    y

    llev mucha gente

    a sus

    representaciones;

    esto

    despert gran entusiasmo entre

    los literatos,

    quienes empezaron

    a

    escri-

    b ir para el teatro . El mismo M artn de la Guard ia escrib i despus muchas

    obras como

    Don

    Pedro

    de

    P ortugal ,

    Don

    Fadrique, gran maestro

    de

    San-

    t iago,

    Un

    Capricho real , Paris ina,

    La

    Lavallire,

    Gelfos y

    Gibelinos,

    La

    lnea recta, Fbrica sobre arena, Luchas

    del

    progreso, y lazarzuela

    Los

    ale-

    manes

    en

    Italia.

    .

    4

    El xito alcanzado por este tipo de teatro parece indicar que los

    temas exticos disfrutaban de gran acogida por parte de un sector eli-

    tesco

    del

    pblico

    teatralde k

    poca. Debido

    a que no

    contamos

    con da-

    tos provenientes de investigaciones propias de la sociologa del arte,

    nos atrevemos a sealar

    a

    manera de especulacin que

    tanto

    la

    produccin como la recepcin de este tipo de obras debieron estar

    conformados,

    por la

    burguesa,

    la

    cual

    compartacon losterratenien-

    tes el poder econmico y

    social.

    15

    c)

    Tambin hubo representaciones de carcter popular a travs de un

    teatro de tipo hbrido y de autores annimos. Este teatro logr

    su

    expresin bajo

    la

    fo rma

    de "Jerusalenes"

    (pasin

    de

    Cristo),

    y

    de "Nacimientos" escenificadospo r grupos de aficionados en los

    patios de casas de familia, o en alguno queotroteatro destinado

    a

    espectculos de poca monta. En ellos se mezclaban los elemen-

    tos cristianos con losindgenas y africanos, los asuntos divinoscon

    los profanos, temas bblicos con escenas grotescas. Esta forma de

    teatro se prolong hasta principios del siglo XX. Algunos costum-

    tumbristas, entre ellos Nicanor

    Bolet

    Peraza, ilustran este tipo de

    13. JulioGaicano,citado p or Carlos Salas,op. cit., p. 26.

    14. CarlosSalas, op. cit., p. 26.

    15. Como essabido, enLatinoamricalas minoras dominantes culturalyeconmicamente,se

    han

    caracterizado por su

    extraccin social

    alta,por la

    pretensin

    de

    ejercer

    su

    dominio

    so-

    bre la mayora de la poblacin y por su tendencia a imitar modelos externos en propor-

    cin con un marcado desarraigo interno. Coneston o se quiere aseverar que las pretensio-

    nes de esta lite sean siempre contrarias u hostiles a las expresiones del arte popular y na-

    cional. Lo que ha sucedido con frecuencia es que ha interpretado y producido arte de

    acuerdo con sus intereses de clase.

    13

  • 7/24/2019 Letras 46

    9/59

    representaciones y hacen alusin a la clase de pblico que asista

    a ellas.

    Este

    modo delicado, este corts rendimiento del esposo que pide a su

    amada compaera permiso para ir a dar un corto paseo, verdadera exqui-

    sitez del autor del libreto, no los entiende el pblico sino en detrimento

    de la dignidad marital, y justificando el dicho de que no se debe arrojar

    margaritas

    a los

    puercos,

    se desbarata en risas, en

    rechiflas groseras;

    em-

    peada aquella gente ruda en agurruminart an

    finas

    y galantes expre-

    siones.

    .

    .

    Podra inferirse que este tipo de obras era frecuentado por la

    masa

    o clase social mayoritariamente

    analfabeta,

    o semianalfabeta,

    generalmente portadora

    de las

    expresiones

    artsticas

    populares, mar-

    ginales,

    annimas, localistas, cuyas formas observaban extrema longe-

    vidad,

    resultando estticamente anacrnicas.

    El sanete

    tambin tuvo alguna manifestacin,

    en

    forma espor-

    dica:

    De la Guardia domina el panorama teatral de la poca en Venezuela;a

    su

    exotismo se opone, con mucho "xito de pblico" pero con tan po-

    co respeto que apenas si merece la mencin accidental de la crtica se-

    ria, uno que

    otro sanete sobre temas

    venezolanos,

    como

    Un

    llanero

    en

    la capital, de

    Juan Vicente Camacho.

    E l

    tema venezolanista todava

    no

    es

    vlido para escribir obras de"tono

    mayor".

    17

    La dcada de los aos 70, con el arribo de Guzmn Blanco al po-

    de r (1870-1888), fue crucial para Venezuela, pues, el

    pas

    experimen-

    t

    importantes avances

    en

    varios rdenes. Desde

    ese

    m omen to

    se

    ini-

    cian lo s

    cambios segn

    un

    nuevo concepto

    de

    caudillismo.

    Al

    despo-

    tismo dictatorial

    y

    autocrtico

    se

    aade

    la

    ambicin

    de

    "occidenta-

    lizar"

    nuestra cultura

    y el

    aspecto

    an

    colonial

    de la capital. Se

    instala

    el

    proyecto

    de un

    estado

    central

    burgus

    y la

    transformacin

    de las fuerzas productivas a travs del capital extranjero. Se crean nue-

    vas

    finanzas, se

    construyen nuevas empresas,

    y se

    inicia

    la

    reconstruc-

    cin de la ciudad con el sistema de urbanizaciones, con modernas vas

    pblicas

    y

    nuevas edificaciones.

    Se

    decreta

    la

    educacin obligatoria

    ygratuita,la institucionalizacin de la moneda venezolana,y la organi-

    zacin

    de la hacienda pblica. Se protegen las artes, se permite la li-

    bertaddecultos, . . .

    Lo s cambios se centralizaron en la capital. Pero el afn de innova-

    cin

    no fue otra cosa que una parodia (a travs del falso revestimien-

    to de

    gustos, estilos, costumbres, leyes

    e

    instituciones)

    del

    mode lo

    europeo, especialmente

    d eFrancia.

    18

    El

    nuevo orden instituido va a encontrar resonancia en las obras

    costumbristas:

    .

    ..Y

    por ello es otra

    fauna

    humana la que inspira a los costumbristas de

    finesdel siglo. .

    ,

    19

    . . .De

    esta ciudad,

    la ms

    populosa

    de l

    pas,

    co n perfil

    versallesco des-

    conocido

    hasta entonces entre nosotros, habitada

    en su

    mayor parte

    po r

    hombres rudos, dejados en vacaciones por el cese de la guerra,van a sa-

    lir los ms diversos tipos, de una pintoresca psicologa, bien descritos por

    Bolet

    Peraza, Sales Prez,TostaGarca, Jos Mara Rivas. ..

    20

    En

    el primer libro sobre arte en Venezuela, escrito por don Ramn

    de

    la

    Plaza

    en 1883,en unestilomuy peculiar, nos

    describe

    las

    condi-

    ciones en que se encontraba el desarrollo del

    teatro

    nacional para ese

    momen to .

    Por

    uno de esos fenmenos verdaderamente raros en lavida de lasnacio-

    nes, Venezuela con elementos caracterizados en el talento y el amor que

    por el arte derram sobre su shijos, prdiga la naturaleza,h a presentado

    el

    contraste singular de ver abandonados por largo tiempo esos medios

    poderosos de civilizacin, que en el teatro, muy sealadamente concu-

    rrena los m s tiles y trascendentales resultados.

    En

    lavida enfermizadenuestro pas,elteatro siempre al impulsode una

    fuerza extrema

    ha

    dado sntomas

    de vida muy de

    tarde

    en

    tarde.

    En la in-

    fancia de l arte, si es as que podemos calificar nuestras primeras repre-

    sentaciones escnicas, no fu eron las tiendas de campaas que sirvieron de

    teatro a las edades remotas las que se construyeron, sino salas particula-

    res querepresentabana unm ayores ridiculeces.

    2

    Debe sealarse, que el

    autor

    dramtico se dio en Venezuela de

    un

    modo

    precario.

    Mientras en otros gneros puede

    hacerse

    mencin

    16. "ElteatrodeMaderero", Antologa

    de

    costumbristas venezolanos,p. 160.

    17. Rub n Monasterios,

    Un estudio crtico y longitudinal del teatro venezolano,

    p p.

    21-22

    Es de notar que Carlos Salasen

    Historia

    del

    Teatro

    en Caracas, tambin atribuye Unlla-

    nero

    en la

    capital

    a Juan Vicente Camacho.

    Daniel

    Mendoza escribi una obra costumbris-

    ta que

    llev

    el

    mismo

    ttulo.

    18. Vase Graz iano Gasparini,La

    ciudad colonial

    y guzmancista.

    19.

    Mariano Picn Salas, Notaprlogo

    de

    Antologadecostumbristas venezolanos,

    p. 8.

    20. Pedro Daz Seijas, Apndice de

    Antologa de c ostumbristas venezolanos,

    p. 395.

    21. Don Ramn de la Plaza,Ensayos sobre

    arteen

    Venezuela,p. 259.

    14

    15

  • 7/24/2019 Letras 46

    10/59

    de un nmero respetable de obras que comenzaron a escribirse des-

    de muy temprana formacin de la repblica, en la produccin dram-

    tica se observa la ausencia de ese mismo entusiasmo.

    Juan J. Churin,en 1924 atribua este desinters: . .."al desalien-

    to de los criollos, a la abulia de ponerse a escribir y a trabajar en obras

    qu e

    no

    iban

    a ser

    representadas

    por la

    carencia

    total de

    compaas

    de actores y an de meros aficionados".

    22

    Sealaba tambin el pro-

    blema de la carencia total de escuelas de arte dramtico para la capa-

    citacin y la profesionalizacin de actores:

    El teatro como institucin docente, como rgano didasclico de ense-

    anza positiva o siquiera como obra de simple entretenimiento, no exis-

    ti nunca en Caracas, y dicho se est que en toda Venezuela .

    Refermo-

    nos al teatro comofuncin intelectuald eingeniospatrios.

    A juicio de Churin, la fundacin de un teatro con vocacin na-

    cional,

    no

    haba cristalizado

    por la

    falta

    del

    actor nacional.

    U na

    obra

    criolla, de poca trascendencia, construida con ingredientes locales

    y

    cotidianos, requera

    de l

    actor criollo

    qu e

    supiera representarla.

    Juan Bautista Alberdi coincide

    en

    este sentido

    al

    sealar:

    Un a

    de las

    condiciones,

    po r

    otra parte,

    de la

    nacionalidad

    de l

    teatro

    es

    la nacionalidad de los actores, qu e deben hallarse penetrados del espri-

    tu del pueblo, cuyas ideas y pasiones estn destinados a expresar sobre

    las

    tablas.

    24

    Tambin

    debe tenerse

    en

    cuenta

    que los

    prejuicios heredados

    de

    Espaa, en

    cuanto

    al

    oficio histrinico, asociado siempre

    co n

    gente

    de dudosa solvencia moral, contribuy a mirar con indolencia la nece-

    sidad

    de formar actores profesionales.

    Po r

    otra

    parte,

    el

    rgimen

    a

    base casi exclusivamente,

    de

    Jersuale-

    nes y

    Nacimientos controlados

    por la

    iglesia durante

    un tiempo qu e

    se prolong en demasa, propici un condicionamiento cultural lla-

    mado

    a

    inhibir

    l as

    facultades expresivas

    de lactor criollo.

    Luis

    Peraza ha sealado problemas similares a los

    expuestos:

    D el mo do espaol corriente adqu irimo s todos los vicios. Ningu na virtud

    hemos imitado. Regularmente el cmico ignora que la interpretacin de

    un a

    comedia

    es

    como

    un

    concier to musical.

    Y si el

    m sico admite sonar

    cuatro notas de oboe durante un a suite siendo un profesor depr imera

    categora,

    un

    actor

    se

    siente ofendido

    s i

    le toca

    un

    papel

    d e

    cinco

    o

    seis

    frases.

    Po r

    otra parte ,

    u n

    auto r

    q ue

    desconoce

    lo s

    m isterios

    de l

    escenario

    no

    quie-

    re admitir que un directord e escenal e anule o le trasladeu n par lamento

    qu e

    anquilosao enloquecel aaccin.E lignora, hinchadod e vanidad, qu e

    el

    teatro

    no es

    obra

    individual

    sino

    trabajo de

    equipo.

    25

    En

    1896,El

    Cojo

    Ilustrado

    p ublica un artculo que recoge una apre-ciacin sobre los elementos co nstitutivos del teatro, y hace una referen-

    cia particular al pblico de la poca.

    [. . .] hay m ultitu d d e ideas, de sentim ientos, de creencias, de pasiones, de

    problemas, que tienen gran jugo esttico y que no pued en acercarseal es-

    cenario, porque desde fuera le s recibiran o con glacial indiferencia, o

    co n

    gritos

    d e

    escarnio.

    Po r

    eso,

    en

    f in,

    e l

    progreso

    en el

    teatro est,

    ms que en

    nadie,

    en el p-

    blico;

    es

    decir,

    en la

    ilustracin general;

    e n

    aumentar considerablemente

    el nmero

    de

    notas comunes,

    la

    sensibilidad artstica

    de la

    masa,

    y en

    aumentar la ,a lavez,en intensidady enextensin.

    26

    El

    pblico, considerado por la produccin costumbrista como la

    gran masa o pueblo, permaneci ignorado para la elaboracin de men-

    sajes

    tendentes

    al

    desarrollo

    de la

    sensibilidad

    esttica.

    Slo

    se tom

    en cuenta la satisfaccin del gusto fcil y la trama sin complicaciones

    cognoscitivas.

    En sntesis,

    la

    produccin dramtica,

    no

    igual

    al

    movimiento

    li-

    terario deotrosgnerosde inconfundible valorartstico. J. J. Churin

    cita

    lo s

    nombres

    de:

    Enrique Soublette,

    Ayala

    Michelena, Eduardo

    Innes G., Tefilo Leal, Ildemaro Urdaneta, Simn Barcel, Julio

    Rosales, ngel

    Fuenmayor,

    Rmulo Gallegos, como

    los autores ms

    destacados

    del teatro

    serio

    y la "comedia fina".

    Entre

    los escrito-

    res de

    sanetes

    y a propsitos

    nombra

    a

    Rafael

    Otazo,

    Carlos Ruiz

    Chapelln, Leoncio Martnez, R afaelGuinand.

    27

    Pero

    lo s

    cambios econmicos-sociales

    de las

    ltimas decadas

    del si-

    glo XIX, van a incidir favorablemente en eldesarrollo de l teatro vene-

    22. Juan Jos Churin,E l

    teatro

    en Caracas, p. 27.

    23.

    Ibid.,

    p. 7.

    24. Citado por Emilio Grrula:E l

    romanticismo

    en la

    Amrica hispnica,

    p. 39.

    16

    25. Notaprlogoa lTeatro seleccionado de Leopoldo Ayala Michelena.

    26.

    Jos Echegaray, Los tres elementos

    del

    drama ,

    El

    Coto Ilustrado.

    Tomo V.

    Vol.

    II.

    pp. 628-29 (ao 1896).

    27. Churin,

    o p. cit.,

    p. 212.

    17

  • 7/24/2019 Letras 46

    11/59

    zolano.

    E l

    pr imer esfuerzo coordinado para sentar

    la s

    bases

    de un

    tea-

    tro

    nacional,

    se

    debe

    a

    Guzmn Blanco, quien

    en

    1875 contrat

    un a

    compaa con el fin de que se ocupara de la formacin de actores ve -

    nezolanos

    y

    llevara

    a

    cabo

    el

    montaje

    de

    obras venezolanas.

    En

    1887

    un grupo de jvenes

    funda

    elLiceo

    Artstico

    con la finalidad de desa-

    rrollar el teatro nacional.

    A partir de entonces se comienza a escribir sanetes y dramas de

    orientacin burgu esa con tem as venezolano s. "De tod as estas formas la

    qu e trascendi el siglo y lleg a tener un papel importante en eldesa-

    rrollo del teatro venez olano fue el

    sanete".

    28

    El

    sanete

    va a significar

    para

    el

    teatro nacional,

    la

    transicin

    de l

    siglo

    XIX alsiglo XX. Se prefigura como expositor de lanacionalidad

    del teatro d e la Venezuela

    pre-petrolera.

    /.

    EL

    SANETE

    El

    sanete pertenece a un gnero menor de la comedia , de natura-

    leza jocosa

    y

    burlesca,

    en el que por lo

    general

    se

    ridiculizan defec-

    tos y malas costumbres del pueblo. Sus interlocutores suelen ser repre-

    sentados como gente de extraccin popular. Su asunto muy picaresco

    y sencillo. El estilo corresponde al denominado "bajo

    cmico".

    Tie-

    ne el

    propsito deliberado

    de

    excitar

    la

    hilaridad

    a

    travs

    d e

    personajes

    caricaturescos

    y

    chistes

    de

    gusto

    dudoso .

    29

    Este tipo de gnero teatral se remonta a la tradicin espaola del

    teatro

    breve popular, salpicado de humor algo improvisado en un me-

    dio co stumbrista y pintoresco. El sanete era una pieza intermed ia can-

    tada y bailada que se haca en las comedias espaolas entre la segunda

    y

    tercera jornada. Errneamente

    se

    haba credo

    que las

    piezas dra-

    mticas que llevaban el nombre de

    Sanetes

    en el siglo XVII, eran al-

    go esencialmente diferentes a los entremeses. Hasta mediados del si-

    28. Rubn Monasterios, Op .

    cit.,

    p. 23.

    29. El trmino

    sanete

    naci con un signiricado vinculado al arte culinarioya la cetrera, en re-

    lacin con bocado sazonado y apetitoso. Ms tarde tuvo muydiversosusos extensivos:

    Pedacito de

    gordura,

    de

    tutano

    o

    sesos

    que los

    halconeros

    o

    cazadores

    de

    volatera

    da-

    ban

    al

    halcn

    o a

    otros

    pjaro

    de

    cetrera cuando

    lo cobraban.//

    Salsa

    que se

    pone

    a

    cier-

    tos

    manjares para hacerlos

    m s

    apetitosos.// Pieza dramtica jocosa

    en un

    acto,

    y por lo

    comn

    de

    carcter popular,

    que

    suele representarse

    al final de las

    funciones

    teatrales.//

    Fig. Bocadito delicado

    y

    gustoso

    alpaladar.//

    Fig. sabor nuevo

    y

    delicado

    de unmanjar.//

    Fig.

    Lo que

    aviva

    o

    realza

    el

    mrito

    de una

    cosa

    de

    suya

    agradable.//

    Fjg. Adorno especial

    en los

    vestidos

    u

    otras cosas ver: Enciclopedia Universal Ilustrada,Espasa-Calpe.

    To-

    mo III, pp.1289-98.

    18

    glo

    XVII , sanete era un

    nombre genrico

    y

    vago

    que se

    aplicaba indis-

    tintamente al entrems, al baile,a la jcara,a lpaso, a la

    mogiganga

    y

    otros fines

    de

    fiesta, que consentan la inclusin de asuntos plebeyos.

    Tuvo un excelente precursor en Lope de Rueda (1510-1565), quien

    trabaj con maestr a la adaptacin al teatro del lenguaje, la scostum-

    bres y los

    tipos

    de

    bajo pueblo.

    En los

    "pasos", gnero breve

    y de

    sencilla trama, dise retratos realistas con escasa elaboracin. Intro-

    dujo lo s motivos cmicos, lo s cuales habran de pe rdu ra r en los en-

    tremeses de l siglo siguiente. E l h u m o r de Rueda carece decom plej i-

    dades, de crtica profunda, pues iba dirigido a un auditorio alejado de

    cualquier r eflexin especulativa.

    30

    En el siglo XV II I , otro autor costumbris ta : Ramn de la Cruz

    (1731-17 94), tuvo gran xito teatral con una serie de pequ eas obras

    o

    sanetes,

    en las que

    desfilaban

    lo s

    tipos

    y

    costumbres

    de la

    poca.

    Se

    le

    compara

    con el

    teatro

    de

    Lope

    de

    Rueda

    en el

    sentido

    de ha-

    ber constituido

    un

    teatro nacional

    y de

    haber re tomado

    la

    recrea-

    cin mimtica y jocosa de la

    realidad.

    31

    Co n Ramn de la Cruz co-

    mienza, en forma sistemtica, a denominarse

    sanete

    a las produc-

    ciones escnicas

    en

    cuadros breves, impregnadas

    de

    elementos

    na -

    cionales, con gran fuerza realista y muchocolorido.

    32

    Fue una cons-

    tante

    del gnero, la tendencia a la reduccin de determinados aspec-

    tos que dominan la poca, con un propsito de estereotipar lo shbi-

    tos de la plebe, sus caractersticas y costumbres que sirvieran para pro-

    vocar la risa y transmitir una leccin moralizante.

    Ya en la segunda mitad del siglo XIX el

    sanete

    se cultiva formal-

    mente en Espaa, como gnero de tipo breve o gnero chico,

    33

    el

    cual hizo

    un a

    gran competencia

    a la

    zarzuela. Esta ltima, segn Sainz

    de Robles, naci del

    afn

    popular de mezclar los cantos con los ver-

    so.

    Cf. Sainz de Robles.

    El teatro espaol. Historia y antologa.To mo

    I. pp.

    653-664.

    31. Cf. Valbuena

    Pratt.

    El

    sanete

    popular de Don Ramn de la Cruz .Historia de la l i teratu-

    ra

    espaola.

    Tomo III.p. 99.

    32. El

    sanete moderno escribe Cejador

    es el de Don

    Ramn

    de la

    Cruz;

    en los

    maestros

    con ms

    redondeo

    de

    accin

    y de

    pensamiento;

    en los adocenados, con

    pincel

    ms

    aguado.

    El romance octoslabo popular,

    el

    dilogo ordinario

    del

    pueblo,

    el

    habla familiar;

    en el

    fondo, la vida de las

    gentes

    comunesy bajas. Lo celebrado del gnero est en retratarla

    vidatal

    como

    es, sin

    artificio

    ni

    exageraciones, pero

    s con seleccin,

    cerniendo

    y

    aprove-

    chando lo mssaliente y tpico . Citadop orSainzde Robles.

    Diccionario de la Literatura,

    p.

    1078.

    33. La denominacin del gnero chico comprenda piezas en un acto, casi siemprecmicas;

    sanetes,

    pasillos, parodias, jugetes, revistas, bocetos, disparates;

    tambin zarzuelas cortas

    en un

    acto

    y

    revistas lricas.

    19

  • 7/24/2019 Letras 46

    12/59

    sos, lo s bailes con las obras

    dramt icas.

    34

    En Venezuelala

    zarzuela

    g o-

    z de una

    gran aceptacin entre

    el

    pbl ico burgus

    y

    pequeo bur-

    gus.

    35

    Tuvo el

    gnero

    chico su

    origen

    en la

    ocurrencia

    de haber remedado a los

    cafs-concierto,

    los

    teatros

    por

    horas,

    con el

    intento

    de

    abaratar

    los

    pre-

    cios y dar lugar a que todas las

    clases sociales

    pudieran asistir al teatro,

    como

    iban

    al caf-concierto.

    Hicironse piezas

    en un acto,

    breves,

    casi

    improvisadas: sanetes, pasillos, parodias, juguetes,

    revistas, disparates,

    bocetos. . .

    Creci

    hasta el

    inf ini to

    el nmero de autores,

    comnmente

    festivos,

    creyndose

    cualquiera capaz

    de

    indilgar

    cuatroescenas populares,

    a las

    cuales

    se aadamsicano menos popular y

    callejera.

    Los

    aires

    populares

    en que los msicos aprendan y se

    inspiraban

    volvan

    al pblico, que gusta

    orlos

    en las tablas en

    boca

    de los

    personajes.

    Todo

    ello

    prueba

    lo

    popular

    que en

    Espaa

    es el teatro y los

    cantares

    y lo po-

    pulardel gnero chico.

    Estas mutuas corrientes entre el pblico retratado en el teatro y elteatro

    que retrataalpblico,de mutua imitacin e inf lujos hicieron al gnero chi-

    co el gnero dramtico ms popular y ms

    caracterstico

    que jams se vio

    enEspaa.

    36

    La

    popularidad del gnero chico,

    tanto

    en Espaa como luego en

    Venezuela y en el resto de Hispanoamrica, se atribuye a varios fac-

    tores:

    brevedad

    de las

    obras,

    el

    precio mdico

    y la

    expresin populis-

    ta

    de los

    temas

    y de los

    tipos comunes

    de la

    sociedad.

    Se

    populariz

    34. [.. . ]la

    primera autntica zarzuela espaola

    es

    anterior

    a la

    denominacin.

    En

    1629

    se

    estren en el Alczarde

    Madrid

    la gloga pastoril de Vega, La

    selva

    sin

    amor ,

    conmsica

    de

    un

    autor hasta ahora ignorado.. .

    la

    obra entusiasm

    al

    auditorio selecto, formado

    po r

    reyes

    y

    magnates, quienes corearon estribillos muy lisonjeros a los

    odos.

    El ms

    entusiasmado

    fue el Cardena-Infante Do n

    Fernando, quien

    se

    propuso cultivar

    aquel gnero en muy bello t'eatrilloqu e tena ydirigaen su famosa

    finca

    LaZarzuela,

    aledaa los

    montes regios

    de El

    Pardo.

    L a

    primera

    de las

    representaciones.

    . . fue la

    come-

    dia

    mitolgica de Caldern de la Barca,

    El jardn de

    Falerna,

    .siendo

    un gnero

    dram-

    tico-lrico-bailable, de cortas dimensiones, de

    escasos

    argumentos semifantsticas y sin

    nombre determ inado hasta entonces, se le caracteriz con el de zar zuela por el sitio en que

    se

    present por primera vez esta clase de composicin, literariamente hablando, mas no

    por la novedad del canto en medio de la declamacin, puesto queesto tiene antigedad

    en muchas producciones, tanto poticas como dramticas .

    Sainz

    de Robles.

    Op. cit.,

    tomo

    V I I .pp. 55-57.

    35.

    Jos Antonio Espinoza en su artculo de

    costumbres;

    Da de Fiesta , asegura que la

    zarzuela

    es ladiversin favoritadel caraqueo .

    Antologa.

    , . op.

    cit.,

    p. 257.

    36. Sainz de Robles,

    o p.

    cit.,

    p. 70.

    20

    de

    tal manera el gnero chico, que surgi un nmero inusitado de auto-

    re s

    festivos, creyndose cualquiera capacitado para componer unas

    cuantas escenas populares.

    A

    pesar del tratamiento

    balad

    de los asuntos, fueron obras de un

    cierto valor extraesttico

    al

    cumpli r

    un a

    mod esta funcin social .

    En la

    distraccin se ofreci un a manera de satisfacer la tendencia regresiva

    de l

    hombre, manifestada

    en el

    deseo

    de

    evasin

    de su

    responsabilidad

    con la real idad. La ficcin dramtica represent el puente de fuga ha -

    cia

    u n

    m u n d o

    d e

    apariencia risuea.

    37

    1.1. Elsanete criollo

    El teatro,

    por su modo de representar la realidad y por ser un he-

    cho de

    proyeccin colectiva, est expuesto

    a una

    confrontacin inme-

    diata

    y a la

    exhibicin pblica

    de su

    interioridad semntica.

    En un

    sistema represivo, como

    el que le

    sirvi

    de

    contexto

    al sa-

    nete criollo, adems de atenderse al cdigo formal del gnero, pensa-

    mos que el

    teatro

    en gran medida, tuvo que estar condicionado ms

    que ningn otro

    arte

    al apego de la observacin del cdigo social. En

    sus formas de conciencia es posible que no se haya planteado como

    preocupacin

    la

    necesidad

    de

    modif icar

    elstatu

    quo.

    Al

    contrario,

    pa-

    rece

    ser que el teatro

    estuvo destinado

    a

    cumpli r

    con la

    funcin

    so -

    cial

    d e

    reintegrar

    sin

    conflictos

    el

    individuo

    al

    medio social.

    El

    sainete criollo, descendiente directo

    del

    peninsular,

    se

    mani-

    fest

    con

    marcada tendencia

    a la

    reduccin

    de

    determinados

    asuntos.

    Co n

    el

    empleo

    de

    unidades temticas

    a

    base

    de

    cdigos fuertes

    o

    im-

    genes icnicas de percepcin transparente, se descuid la sutileza con-

    notiva.

    La

    banal idad

    fue

    aceptada como algo natural

    del

    medio social

    y no

    como

    un

    hecho histrico determinado

    por las

    condiciones

    mate-

    37. A

    propsito

    de

    esta consideracin transcribimos

    el

    razonamiento

    qu e

    trae

    a

    colacin Sainz

    de

    Robles, por parecemos valedero en el caso del sainete en Venezuela.

    .

    ..E l espritu de tales piezas muestra mejor que todas las filosofas denuestros escritores

    cul es el espritu del pueblo espaol. Cansados estamos de orles proclamar lo de la tris-

    teza esp aola, lo de la parda y seca meseta castellana que la engendra, lo de la falta de sen-

    sibilidad de la raza.

    Todo ello

    es

    patarata

    d e

    fracasados,

    de

    extranjerizados escritores,

    que

    no cono cen el alma espaola ni por el forro. M ucho de los asuntos del gnero chico seran

    fuentes de dolor y luto para el arte de fuerade Espaa: el hambre, los

    cesantes.a

    los apu-

    ros caseros, lacanallera poltica, el

    caciquismo...

    Y, sin embargo, los autores del gnero

    chico convierten todas esas fuentes amargadasenchorrosdealegraybuen humor

    merced

    a

    la broma e irona con que las consideran, por observar que por ese lado las toma elpue-

    blo.

    Ibid., pp.71-72.

    21

  • 7/24/2019 Letras 46

    13/59

    r a les d e vida. Los individuos, del mismo mod o, aparecen con una na-

    turaleza inmodificable .

    En atencin a las caractersticas del gnero, el autor de sanetes, no

    se propone profun dizar en los conf l ic tos entre individuo y medio so-

    cial. Carece

    el

    gnero

    de

    complejidad

    de

    accin; esto puede apreciarse

    en la ausencia de complicacin psicolgica y filosfica de la trama.

    Frecuentemente se basa en conflictos triviales, operndose un acuer-

    do

    tcito reciproco entre emisor y receptor-espectador, quienes co n

    indicios de apego a condiciones exgenas, tratan los conflictos de

    manera satrica un tanto frivola y superficialmente. El

    final feliz

    es

    normal, un poco en contraposicin con las situaciones lgicas de la

    vida.

    El

    propsito

    del

    dramaturgo

    no es

    poner

    en

    evidencia

    la s

    contra-

    dicciones sociales. Por el contrario, en un intento de conciliarias, de

    reducir su contenido dramtico, le busca una solucin fcil para do ^

    minarla aparentemente mediante

    la

    risa.

    38

    Desde el punto de vista de la conformacin formal, como signo

    au tnomo, se trat de obras con un valor artsticoprecario, peroco-

    m o

    signo comunicativo estuvieron l lamadas

    a

    cumpl ir

    una

    funcin

    social de acuerdo con las tendencias de la poca. Desde esta pers-

    pectiva Romn Chalbaud, refirindose al

    sanete

    en Venezuela, opina:

    Personalmente

    tengo

    un

    gran respeto

    por los

    pioneros

    de la

    escena vene-

    zolana. El

    humor burdo

    de sus

    obras,

    la sal de la

    gran parroquia

    que era

    el pas, est retratada de manera viva en los gestos de An toni o Saavedr a,

    en las ocurrencias de Rafael Guinand. Ellos consiguieron que la gente,

    el pblico, los ciud adano s, se interesaran por el teatro e hicieran colas en

    la

    taquilla.

    Ese es el

    comienzo

    y la finalidad de l teatro. En esa

    poca

    el

    resto del mundo importaba menos y nuestros antecesores del escenario

    se

    conformaban con el tr iunfo local que, al mismo tiempo, era una afir-

    macin de la nacionalidad. Ellosn o tuvieron el aguijn de un

    lonesco,

    el

    reto

    de un Beckett , el ejemplo de un Brecht no porque no existiesen

    dramaturgos de esa categora en la poca sino porqu e el lmite de la am-

    bicin

    de

    tr iunfo

    era la

    seora

    de la

    esquina rica

    o pobre el

    bode-

    guero de la cuadra y los clientes de l tranva. Ellosno seplantearone lpro-

    38. De toda la produccin hispanoamericana de este gnero teatral la crtica ha distinguido,

    como

    un fenmeno aisladamente

    valioso,

    el teatro Rioplatense, representado por las fi-

    guras de Florencio Snchez, Roberto J. Payr, Gregorio Laferrre, Carlos

    Mauricio

    Pa-

    checo, Alberto Vacarezza yotros. Vase: J. Guerrero Zamora,Historia del teatro contem-

    porneo, pp .5 13y ss.

    blema de la

    universalidad

    del

    arte, sino que, autnticos, honestos, histri-

    cos, se rean y hacan rer abase de lo queestaba ocurr iendoese da alre-

    dedord el

    teatro don de trabajaron.

    1.2. La

    norma

    y la

    funcinesttica

    La norma esttica, desde

    el

    punto

    de

    vista sociolgico, permite

    ve -

    rificar la relacin entre la esfera esttica y la organizacin de la vida

    en el seno d e la sociedad.

    . .

    .el

    carcter var iable y obligator io de la no rma no pueden ser compren-

    didos y justificados simultneamenteni desdee l punto de vistad elhom-

    br e como gnero ni del hombre como individuo, sino nicamente desde

    elpunto de vista del hom bre en tanto que ser

    social.

    40

    Por medio de laco nsideracin de la sociologa de la norma estti-

    ca, puede llegarse

    a

    establecer:

    a) la

    relacin

    de la

    norma esttica

    co n

    las

    dems normas

    que

    tienen lugar

    en la

    sociedad;

    b) la

    situacin

    de

    subordinacin o de supremaca en elconjunto de

    todas

    ellas-,c) la opo-

    sicin de doscontextos de normas, correspondientes a dos medios so-

    ciales diferentes: el de la clase social

    dominante, sustentadora

    de las

    normas y de los valores culturales hegemnicos o dominantes, y el de

    la

    clase social portadora

    de la

    cultura popular.

    De manera que la explicacin de la norma en trminos

    sociales,

    re-

    mite a la

    estratificacin

    de la

    produccin

    de

    bienes culturales

    y al mo-

    do como se inserta en el

    contexto

    social diferenciado. Mukarovsky de-

    fine este problema mediante la distincin de un arte dom inado

    "supe-

    rior" y un

    arte

    "bajo" o

    popular.

    En

    torno

    al

    primero sostiene

    que

    es

    el

    portador

    del

    estrato social

    dominante,

    fuente

    de

    renovacin

    de

    las normas estticas. Convive con otras formaciones artsticas como

    por ejemplo, el arte de saln, elarte de bulevar, elarte popular, etc.,

    los

    cuales,

    por lo

    general asimilan

    la

    norma derivada

    del arte

    superior.

    41

    En

    el

    arte

    l lamado

    "superior",

    la

    norma

    esttica

    alcanza

    expedi-

    tamente

    su

    au tonom a

    y una

    evolucin

    progresiva, adquiriendo, de

    este

    m o d o ,

    la

    supremaca

    con

    relacin

    a otros

    tipos

    de

    normas (ex-

    traestticas).

    39. 400

    aos

    d e

    valoresteatrales (contraportad a). Edicin especial

    de l

    Crculo Musical.

    40. JanMukarovsky.

    Escritos

    de

    esttica

    y

    Semitica

    del

    arte,

    p. 60.

    41. bid.,p. 68.

    22

    23

  • 7/24/2019 Letras 46

    14/59

    En

    el

    arte popular

    la

    no rma

    y la

    funcin esttica aparecen inte-

    grados, y por lo general , estn subor dinado s a ot ras normas a expen-

    sas de la representacin espontnea de ciertas prcticas sociales. Ac-

    ta como especie de intermediario entre el hombre y las situacio-

    nes y cosas de uso cotidiano a travs de un lenguaje modesto, natu-

    ral y fidedigno. En el arte popular prevalece la necesidad funcional

    y no rmat iva de orden ut i l itario y emot ivo.

    El arte "superior" es aquel que co ntiene los valores "eternos", el

    qu e

    expresa

    la

    belleza

    en

    todo

    su

    esplendor. R eclama

    la

    atencin

    y la

    admiracin

    del

    perceptor,

    independientemente

    del

    origen

    o

    nacio-

    nalidad del autor. E l arte popular, desempea un a funcin ms mo-

    desta, no tiene aspiraciones de grandeza o eternidad. Su propsito se

    consume en la inmediatez de los pequ eos d etalles, mu chas veces in-

    significantes. Este es el caso que caracteriza, en gran medida, el arte

    realista interpretado por el costumbrismo.

    . . .Para los

    sbitos, para

    los epidrmicos, para aquellos que no desean

    meterse en honduras y que viven de impresiones y de expresiones rea-

    lismo era lo contrar io del r omant ic i smo . . . Realismo era el afnpor ca-

    da da y por la consecuencia del d a ; la palabra cruda y escueta; elpai-

    saje

    marco de

    nuestroretrato;

    el

    razonamiento

    muy alambricado y la co-

    razonada; el deseo desnudo de convencionalismo; la accin sin ceremo-

    nias. Lo que se

    toca.

    Lo que se huele. Lo que se masca. Lo que se ve sin

    teleraas en losojos.

    42

    En

    Venezuela, como en

    toda

    Hispanoamrica, el realismo vena

    desarrollndose como evolucin del propio romanticismo a travs

    del costumbrismo. El realismo como

    tendencia

    o actitud vital, ms

    bien

    qu e

    como mtodo,

    fu e

    entendido

    por los

    costumbristas como

    el reconocimiento de una realidad objetiva,

    reducida

    a un m u n d ome-

    ramente exterior, que existe como materia independientemente de la

    conciencia.

    El

    objetivismo tosco, primario, espontneo, como simple refrac-

    cin

    de la

    realidad observada, reducido

    a su ms

    elemental condicin

    artstica, fu e

    superado

    en la

    narrativa

    de

    finales

    de l

    siglo

    XIX con la

    irrupcin de un criollismo

    impregnado

    de

    mayor

    categora literaria,

    por la fuerza innovadora y creativa del movimiento modernista.La

    espontaneidad costumbrista qued eclipsada. La realidad com enz a

    ser abordada interactivamente, fusionndose el punto de vista crea-

    tivo

    individual con el

    aspecto

    social.La sumade las relaciones subje-

    42.

    Sainz

    d e

    Robles,

    op. cit ,, pp.

    12-13.

    24

    tivas con las objetivas proporcion una dimensin amplificada en el

    acoplam iento d e la realidad con la imaginacin.

    Como toda l i teratura naciente, la dram aturgia que com ienza a ma-

    nifestarse a

    finales

    de l

    siglo XIX,

    es una

    prolongacin

    de l

    costum-

    brismo,

    y ofrece un acusado objetivismo de muy elemental diseo,

    pero con mucho xito de pblico. Esta popularidad explica su pro-

    longada vigencia a travs de las form as saineteriles. Segn Mu karovsky,

    "la longevidad de la norma esttica se explica por integracin de la

    norma y de la

    funcin

    esttica en el sistema

    fijo

    de todas lasno rmas

    y

    d iversas funcionestpicas.

    . .

    "

    43

    Lo s

    puntosde vista expuestos hasta aqu, podran ser complemen-

    tados mediante la relacin de oposicin de dos movim ientos sincr-

    nicos,

    que se han

    venido dando

    en el

    arte latinoamericano desde

    el

    mismo

    momento en que tuvo lugar el encuentro cul tural a part i r de

    la conquista: uno de carcter marginal, localista, nacional o centr-

    peto.

    Otro

    de

    carcter erudito, expansivo, internacionalista

    o

    centr-

    fugo. E l

    primero promueve valores artsticos desde

    la

    realidad socio-

    econmica, pero pocas veces logra trascender con suerte las fronte-

    ras

    nacionales. En trminos generales, el producto

    artstico

    est des-

    tinado al consumo masivo. El segundo, por un impulso emulativo,

    lleva

    a

    cabo transferencias

    de

    algunas

    corrientes estticas

    forneas.

    Siendo

    una consecuencia desprovista de un proceso de asimilacin acli-

    matada e inventiva, resulta un tanto desvinculado de la realidad socio-

    econmica nacional. Por lo general,es la

    lite

    intelectual y social la

    qu e

    realiza

    este tipo

    de incursiones, al tiempo que trata de reseman-

    tizar

    y

    absorber

    la s

    manifestaciones

    y

    funciones

    de l

    arte nacional.

    Paradjicamente

    el arte localista, nacional, consignado al consu-

    mo masivo, no representa riesgo alguno para el orden social estable-

    cido. El arte, a travs de frmulas populistas, funciona como un tran-

    quilizador de las masas. Con frmulas desgastadas y anacrnicas se

    transita el lugar comn a travs de la utilizacin del mismo lengua-

    je, el planteamiento acrtico y de fcil compresin de un universo

    cerrado e inmutable.

    La opinin de Antonio Cornejo Polar viene a reforzar y ampliar

    los puntos que se han delineado hasta aqu en relacin con la norma y

    la

    funcinesttica:

    43. Op. cit . , p. 71.

    25

  • 7/24/2019 Letras 46

    15/59

    . .

    .Una

    observacin ligera permite, por ejemplo, establecer que nuestra

    literatura popular

    en

    espaol funciona

    en parte como un

    reciclaje

    de las

    normas

    formales y particularmente

    estilsticas

    que la

    literatura erudita

    va abandonando en su muy fluida renovacin.

    En el criollismo la convergencia se p roduce median te laapertura de l siste-

    ma

    de la li teratura erudita frente a los

    estratos

    inferiores de la sociedad

    no andinay a lali teratura que lecorresponde: la li teratura popular . Apro-

    ximacin

    en

    m a y o r

    o

    menor grado prejuiciosa

    y

    paternalista,

    sin

    emb ar -

    go, la que

    propone

    el

    criollismo

    se

    entraba

    en el

    estereotipo

    de una

    ima-

    gen popular

    no

    conflictiva

    y no

    trasciende

    del

    plano referencial: persona-

    jes y ambientes populares son evocados con simpata y hasta con admira-

    cin,

    pero

    dentro

    de un

    esquema literar io

    en el que

    estn marginados

    de

    todap roduct iv idad .

    El

    cr iollismo

    los

    sobrevuela.

    . . .De Palma para adelante el esti lo costumbrista se f u n d aen lacaptacin

    y repeticin

    de

    formas lingsticas efectivamente habladas

    por el

    pueb lo ,

    pero el resultado de esta tarea recopiladora no dejade tener un resultado

    contradictorio:

    la

    creatividad

    del

    lenguaje popular, puesta

    de

    manifiesto

    en su rapidsim a fluencia transformad ora, se solidifica en el esti lo costum-

    bristaatravsde f rmulasqueenvejecen pronto ypara siempre.

    En camb io de asumir esa creatividad,los costumbritas se apropian de sus

    productos y los paralizan. A la larga, entonces, el lenguaje popular no fun-

    ciona en el criollismo

    como

    tal

    como

    creacin libre y constante sino

    como parte

    del

    aparato

    de la

    representacin narrativa:

    un

    dicho popular

    es equivalente, as, a ladescripcin costumbrista de unam b ien te popu lar :

    amb ossoncosas,nopalabras.

    44

    La opinin de Cornejo Polar, aludems que t odo , a l ao rganizacin

    interna o

    inmanente

    de las

    obras. Nosotros insistimos

    en

    sealar

    qu e

    adems

    de las

    caractersticas formales

    de l

    cdigo

    por el

    cual

    se

    define

    el

    estilo costumbrista, es conveniente tener en cuenta el cdigo so-

    cial

    sustentado por los artificios ideolgicos del estado venezolano.

    Las condiciones polticas en Venezuela, debieron haber condicio-

    nado la eleccin de los temas y el modo de representarlos, de tal ma-

    nera que las obras no connotaran denuncias o ideas polticas adversas

    al

    rgimen dictatorial. Este modo de representar, asegur, por una par-

    te, la longevidad de la norma esttica proveniente de la tradicin in-

    'med iata, y por o tra parte, contribu y con el afianzam iento y la obser-

    vacin

    analgica de la trama con respecto a la realidad. Transgredir

    las

    normas de la dominacin supona la exposicin a las sanciones de

    crcel,

    tortura, exilio

    o

    desaparicin fsica, administradas

    por el

    apa-

    44. Antonio Cornejo Polar,Sobre l iteratura

    y

    crtica latinoamericana,pp. 27-28.

    26

    rato

    represivo del estado. Con este tipo de estructura consolidada en

    la dictadura de Gmez, se oper la afirmacin del

    statu qu o

    con sus

    respectivas jerarquizaciones sociales y la homogeneizacin de los pa-

    trones culturales.

    D e

    acuerdo

    con las

    circunstancias

    y el

    gusto esttico

    de ese mo-

    mento, el teatro aspiraba a constituirse en imagen de la organizacin

    cotidiana. La form a que ad opt como med io de expresin de las ideas,

    es un indicio del grado de dependencia respecto de los ideales y valo-

    re s

    del

    medio cultural.

    La

    funcin

    esttica

    estuvo subordinada

    a la

    fun-

    cin extraesttica. El soporte referencial aparece como un rasgo "mar-

    cado",

    con la funcin prctica-tica de proporcionar al receptor, las

    posibilidades d e encue ntro social con intencin m oralizante. A travs

    de la identificacin con los personajes en escena, pudo elreceptorvivir

    relaciones sociales correspondientes

    a su

    grupo, aprendiendo

    de

    paso,

    que la convivencia humana es factible en la med ida en que losindivi-

    duos

    renuncien

    a su

    impulso

    y se

    sometan

    a las

    norm as sociales.

    D e

    este

    m o d o ,

    la funcin esttica

    como

    componen te de lasrelaciones entre

    la colectividad y el m undo estuvo en conexin con elconjunto so -

    cial. La manera como es e conjunto social conceba la funcin esttica,

    predetermin lacreacinde losobjetoscon finalidadesttica.

    1.3. Valoresttico

    La

    colectividad

    se

    empapa

    de la

    sensibilidad caracterstica

    de un

    per odo his tr ico determinado.

    Con el

    transcurrir

    de l

    t iempo,

    el

    des-

    plazamiento

    en el

    espacio

    y los

    cambios

    en el

    ambiente social, vara

    el valor esttico.

    El

    m u n d o

    y la

    visin

    que de l

    poseemos

    no son in-

    mutables,

    sino

    que se

    encuentran

    en un

    co nstante devenir.

    La valoracin esttica,

    no es una

    cuestin

    qu e

    puede imponerse

    a

    priori, sino

    ms

    bien,debera considerarse histricamente, mediante

    la prctica social como

    un a

    consecuencia

    de l

    desarrollo histrico

    de

    lasociedad.

    Cuando

    un

    autor,

    conduce mediante

    su

    obra,

    a

    cierta apreciacin

    de

    la

    realidad,

    si el

    propsito

    es

    vlido para todos

    los que

    perciben

    es -

    tticamente

    el

    objeto artstico, significa

    que el

    valor expresado

    en

    im-

    genes, contiene

    un a

    realidad objetiva, puesto

    que se

    im pone necesaria-

    mente. Ahora bien, el realismo vara de acuerdo con la variacin de la

    realidad

    histrica

    de la que es

    expresin.

    Determinar el

    carcter objetivo

    de l

    valor esttico,

    no es una

    tarea

    de naturaleza acadmica. Es un problema que debe serconsiderado en

    27

  • 7/24/2019 Letras 46

    16/59

    estrecha

    relacin

    con la

    funcin social

    delarte.

    Nada

    tieneque ver con

    lo s

    juicios

    de

    valor

    de

    cada individuo tomados aisladamente. Pues,

    un

    determinado juicio de valor no prueba la confirmacin de preferen-

    cias

    generalizadas,

    ya que se

    trata

    de una

    apreciacin basada

    en un

    criterio.

    Para

    que el acto de

    valoracin esttica tenga lugar,

    se

    requiere

    que la

    obra, adems

    de

    impresionar sensorialmente,

    y de

    conmover

    la afectividad, posea la facultad para estimular el intelecto de los su-

    jetos.

    E l

    acto

    de

    valoracin

    se

    efecta sobre

    la

    base

    de una

    jerar-

    qua

    de

    valores. Esta escala est conformada

    por los

    intereses

    de ca-

    da

    clase

    social, de

    acuerdo

    con el

    ideal general

    de la

    clase respectiva.

    Es

    decir, el ideal esttico de una poca parece indicar qu e funciona

    como expresin ideolgica

    de los

    intereses

    de

    clase,

    los

    cuales

    se in-

    terrelacionan con las aspiraciones ticas y las realizaciones artsticas.

    Por eso es posible apreciar en el teatro costumbrista, la descripcin tan-

    to de individuos positivos como negativos y las correlaciones corres-

    pondientes entre la esttica y la tica.

    Como

    se ha

    visto,

    la

    valoracin

    de l

    arte

    no

    puede depender

    del ca-

    pricho individual. Ningn crtico puede decretar subjetivamentelo que

    posee o no posee valor, pues los criterios de valoracin parecen surgir

    en

    la conciencia social de cada clase y estar configurados por las con-diciones

    materiales

    de la

    sociedad

    en un

    momento histrico determi-

    nado. Com o dice Mukarovsky:

    . .

    .la obra artstica misma

    no es, de

    ninguna manera,

    un

    ente

    permanente,

    con

    cada cambio

    en el

    t i empo,

    en el

    espacio

    o en el

    medi social, vara

    la tradicin artsticaactual,atravsdecuyo prisma est concebida la obra;

    y bajo la influencia de estas variacionescam bia tambine lobjeto estti-

    co que corresponde, en la

    conciencia

    de los

    miembros

    de una

    colectividad

    determinada, al

    artefacto material,

    e s

    decir

    a la

    creacin

    d el

    artista.

    . . A

    menudo seobservaen lahistoria de l arte cmo elvalorde unaobra deter-

    minada se convier te , en el transcursod el t i empo, de positivoynegativo,

    de

    superior

    o

    excepcional

    en

    mediano

    y

    viceversa.

    . . hay

    obras artsticas

    qu e

    se mantienen durante mucho t iempo, si n ningn descenso, a nivel

    alto;

    son los

    llamados valores

    "eternos".

    .

    .

    4S

    D e

    este modo,

    las

    cualidades estticas

    de los

    objetos artsticos

    ofrecen

    enalguna medidalaexpresinde suscualid ades sociales.

    En cuanto al costumbrismo, podra percibirse su valor como his-

    trico-popular, cuyos

    temas

    dependan

    del

    conocimiento

    de

    deter-

    minadas circunstancias. Es un arte creado para el consum o de la po-

    ca ,

    para expresar precisos

    momen tos del

    contacto

    del

    hombre

    con la

    sociedad.

    Su

    validez

    fue

    efmera.

    En esta

    medida

    contrasta con el

    arte perdurable, cuyo valor cambia o se transforma con mayor len-

    titud

    y en

    forma m enos perceptible.

    La

    variabilidad del valor

    esttico

    no es, pues, un mero fenmeno secunda-

    rio que se

    desprende

    de la

    "imperfeccin"

    de la

    creacin

    y la

    percepcin

    artstica, de la incapacidad humana para alcanzar el ideal, sino que perte-

    nece a la

    esencia misma

    de l

    valor esttico,

    que no es un

    estado (ergn),

    sino

    un

    proceso (energa).

    . .

    El valor esttico ha resultado, pues,ser un proceso cuyo movimientoes-

    t

    determinado

    por un

    lado

    por la

    evolucin inmanente

    en la

    propia

    es-

    t ructura artstica (cf.

    la

    tradicin actual,

    bajo

    cuyo ngulo

    s e

    valora cada

    obra), y por otropor el movimientoy los cambiosde la estructura de la

    convivenciasocial.

    46

    D e

    estas observaciones

    se

    desprende

    que el

    efecto esttico

    no es

    una

    cualidad

    inmutable. Un

    juicio

    esttico es

    vlido,

    en la

    medida

    en

    qu e guar da relacin entre la obra y la sociedad desde la cual es pro du -

    cido el juicio, pues el objetivo de la valoracin esttica no se circuns-

    cribe al

    objeto material

    uobra-cosa,

    sino

    al

    objeto esttico cuyo corre-

    lato reside

    en la

    percepcin

    de l

    receptor.

    El

    objeto material participa

    en el

    surgimiento

    del

    objeto

    esttico

    a travs

    de la

    significacin

    del

    contenido como portador

    de

    valores

    extraestticos,

    qu e

    establecen relaciones complejas, positivas

    o

    nega-

    tivas.

    E s

    decir, convergencias

    o

    contradicciones

    en una

    unidad din-

    mica.

    Como criterio principal del valoresttico,

    Mukarovsky

    47

    seala la

    impresin de

    unidad

    qu e

    produce

    la

    obra. Esta unidad debe

    se r

    com-

    prendida

    dinmicam ente, como una tarea impuesta por la obra al re-

    ceptor.

    Dicha tarea puede estar propuesta

    de

    tres

    modos

    diferentes:

    a)

    Cuando

    la s

    convergencias prevalecen sobre

    las

    contradicciones,

    la base dinmica es dbil y la obra se automatiza. La tarea es suma-

    mente fcil:

    la

    eficacia

    de la

    obra

    se

    debilita, pues

    no

    exige

    al re-

    ceptor que permanezca o regrese a ella.

    46. bid., pp. 83-84 y 85.

    47. bid., pp.98-99.

    29

  • 7/24/2019 Letras 46

    17/59

    b)

    Si las

    contradicciones prevalecen sobre

    las

    convergencias,

    el

    des-

    cubrimiento de la unidad es una tarea difcil para el receptor, al

    no

    alcanzar

    la

    comprensin

    del sentido de laobra.

    Pero esta difi-

    cultad no anula el efecto en la misma medida que cuando faltan

    las

    contradicciones.

    c

    La s

    convergencias

    y las

    contradicciones

    se

    mantienen

    en

    armo-

    nioso equilibrio. Esta posibilidad es considerada ptima y se adap-

    ta

    mejor

    al

    postulado

    de l

    valor esttico autnom o.

    El

    valor esttico, es

    tanto

    ms grande y duradero, cuanto menos

    fcilmente se somete laobraa la interpretacinliteraldesdeel punto de

    vista

    de l

    sistema

    de

    valores, generalmente aceptado,

    en la

    poca

    o el

    medio en cuestin. Tomando en cuenta estas condiciones o criterios,

    se puede observar de qu modo se dieron en el costumbrismo, a tra-

    vs

    del

    grfico

    siguiente:

    es

    *1

    e

    s

    a

    i-i

    I

    >

    en

    j

    en ,2 o

    o 7, o

    c 35

    o -s

    fi >

    D

    J9

    30

  • 7/24/2019 Letras 46

    18/59

    El mensaje costumbrista esprevisible,est completamente acopla-

    do al cdigo; esestereotipado, apenas informa.

    48

    La fidelidad al c-

    digo potencia

    la

    eficaciacomu nicativa,pues, emisor

    y

    receptor

    se

    mue-

    ve n

    dentro

    de un

    mismocampo, pero disminuye

    la

    connotacin est-

    tica y el

    nivel

    de sugestin del

    mensaje.

    E l

    cdigo costumbrista

    no s-

    lo constituye la

    base

    dlacomunicacin, sino sumisma estructura.La

    sociedad se reconoci pasivamente en el cdigo preciso y estable. En

    este sentido, al no ser

    c a p a z

    de producir un a ruptura con el sistema

    de

    signos

    fijados

    mimticamente

    y considerados s