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Una evaluación de lo que han sido los 18 años de la operadora española en el Perú, sus aciertos y errores y hacia dónde va su negocio
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16 l l EL COMERCIO lunes 20 de agosto del 2012
Inversión extranjera directa (US$ millones)
Servicio telefónico fijoA marzo del 2012 A marzo del 2012 A marzo del 2012
Servicio telefónico móvil Larga distancia
1989CRONOLOGÍA
1994 1995 1998 20012000 2001 2004
Telefónica opera
en España y tiene
12 mlls. de clientes
Inversión en infraestructura (US$ millones)
1994 2000
Europa (6 países) América Latina (14 países)
45 47 45
31 35 42 41% 43% 48%
59% 57% 52%
76 82 87 100% 100% 100%
2009 2010 2011 2009 2010 2011
Ingresos globales por región
Llega Telefónica al
Perú. Pagó US$2.002
millones.
Se creó Telefónica
Multimedia (Cable
Mágico deportes,
Cable Mágico Cultural).
Se adelantó un año la
apertura al mercado
de la telefonía fija a
nuevos operadores.
Se lanza Speedy, el
servicio de Internet
de banda ancha.
Se lanza la red privada
Movistar (RPM) para
telefonía móvil.
Se lanza Movistar
Multimedia. Permite
descargar contenidos
multimedia al móvil.
T
in
e
B
EN US$ MILES DE MILLONES PORCENTAJE DEL TOTAL
2’566.674 20’326.344 1’700.05
Telefónica
acumula 20
sanciones
ante Opsitel.
250
1995
694
1996
849
1997
563
1998
450
1999
430 314
2001
207
móviles teléfonosfijos
teléfonos públicos
clientes de TV de paga
30 mil 759 mil 13 mil 5,800
INVERSIÓN DE TELEFONICA
INDICADORES NACIONES DE PENETRACIÓN Y COBERTURA
Una mirada panorámica Telefónica, con sus
aún se debate su p
$
ELINFORME Tras cumplir la mayoría de edad en el Perú, Telefónica ya no es la misma. Y mientras espera que el Estado le defina las nuevas condiciones, rediseña su negocio y se prepara para una nueva etapa.
É rase una vez una em-presa pública de tele-fonía española que,
luego de más de 50 años de constituida, decidió ampliar sus dominios al otro lado del océano. Así terminó conver-tida en una operadora de al-cance mundial, con un 85% de inversionistas globales, que enciende tanto afini-dades como desavenencias en los mercados donde está presente.
Telefónica, una compa-ñía que factura US$83 mil millones anualmente a nivel global, ha cumplido la mayo-ría de edad en el Perú en me-dio de un inexplicablemente dilatado proceso de renova-ción de licencia del servicio móvil, servicio este último que le reporta más de 19 mi-llones de clientes en el país.
En la actualidad, la em-presa española aguarda las nuevas condiciones que le fijará el Ministerio de Trans-portes y Comunicaciones, cuyo titular, Carlos Paredes, ha advertido que, de no acep-tarlas, se procederá a convo-car una licitación pública para captar otros postores.
En ese contexto, se deba-te una compañía que, con defensores y detractores, ha sido una de las principales inversionistas del país en las últimas décadas.
SEMILLAS Y RAÍCESEsta historia empezó en 1987, cuando Telefónica de-cidió cotizar en Wall Street. Casi inmediatamente, re-cuerda Carlos Huamán To-mecich, presidente de DN Consultores, la compañía se dio cuenta de que la única forma de crecer en este ne-gocio era llevar capital a su mercado natural en el exte-rior: América Latina.
Tras ganar las operacio-nes en Chile y Argentina al
iniciarse la década de los 90, el paso siguiente fue anclar en el Perú, un día de agosto de 1993, y luego en Brasil, en 1998. Al año siguiente culminó su proceso de pri-vatización en España, el cual había empezado en 1995. Su poderío en la región se consolidó con la compra de Bellsouth en el 2004.
El ingreso de Telefónica al país fue por la puerta gran-de, no solo porque recibió efusivos aplausos al ofrecer US$2.002 millones (135% más que su competidor más cercano) por la conce-sión, sino porque esta fue la primera gran privatización que vivió el Perú en la déca-da de los 90, como recuerda José Gallardo, coordinador de la maestría de Economía de la PUCP.
Hasta entonces, las gran-des empresas estatales de servicios públicos habían estado sumidas en una cri-sis de descapitalización e ineficiencia que las volvía insostenibles. No había di-nero para invertir en reflo-tarlas (la deuda externa era asfixiante) pero sí existía voluntad para llenarlas, año a año, de más trabajadores públicos. Como es lógico, los servicios eran ineficien-tes: solo 3 de cada 100 perua-nos tenían teléfono y había pagado, cada uno, más de
US$1.000 por un servicio que tomaba meses instalar en los hogares.
Liliana Ruiz, presidenta de Alterna Perú, afirma que esa situación no es compara-ble con el presente, porque no solo se tiene hoy alrede-dor de 100% de penetración de la telefonía móvil, sino porque el monopolio natu-ral de antaño ha dejado de serlo. Aunque Telefónica goza de más de 60% de par-ticipación en todos los mer-cados en los que compite, y tiene el 94% de los usuarios de telefonía fija local, la evo-lución de la tecnología y la llegada (por mandato legal a partir de 1998) de nuevos ju-gadores la obligó a competir.
Cuando los españoles recién arribaron, ni se soña-ba con las llamadas de video vía Internet; lo que impor-taba era el servicio público. Prueba de ello es que, en el contrato de concesión, una de las prioridades era opti-mizar la calidad y las tarifas del servicio público, inclu-yendo una expansión de la red de teléfonos públicos, porque esta era la forma de llegar a la mayor parte de la población.
“La transformación pú-
Llamada inEscribeMARCELA MENDOZA RIOFRÍOInfografíaALFREDO OSHIRO
blico-privada en sí fue exi-tosa para Telefónica en todo el continente”, advierte José Moquillaza Risco, coordina-dor del MBA en Centrum Católica, quien asegura que los españoles llegan al Perú como parte de una estrate-gia regional, y no porque el Perú ofreciera, puntualmen-te, una gran masa crítica de clientes, como sí la tenían Brasil o México.
El negocio en aquel en-tonces, explica Huamán, era colocar líneas fijas en gran cantidad (dejaban una ga-nancia de US$20 por equipo en 1995) y completar con la
Te
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