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54 JÜRGEN MOLTMANN NO HAY DOS MONOTEÍSMOS IGUALES El concepto de monoteísmo ha de hacer una abstracción tan grande de las religiones concretas que las diferencias entre ellas desparecen. Lo común en las diferencias entre las comunidades religiosas surge en la red multilateral de sus referencias vitales y no por medio de abs- tracciones o conceptos genéricos. Este artículo señala las diferencias entre el cristianismo, el judaísmo y el islam, que no se pueden agrupar bajo el concepto de “monoteísmo”, que originalmente sugiere una religión de dominio político. Kein Monotheismus gleicht dem anderen. Destruktion eines untaugli- chen Begriffs, Evangelische Theologie, 62/3 (2003) 112-122 El concepto de monoteísmo suena a unívoco, pero en realidad es equívoco. Los fenómenos reli- giosos designados con este con- cepto son menos polifónicos que los aludidos con el concepto “po- liteísmo”. Si hay que usar este con- cepto con sentido, primero hay que explicarlo. Y si un concepto necesita más explicaciones de las que puede dar, no es que sea muy útil. En este artículo se mostrará la situación de necesidad de ex- plicación de este concepto, para hacerlo inútil o superfluo. ¿Quién inventó el concepto y para qué lo utilizó? ¿Se puede pa- sar este concepto de un fenóme- no religioso a otro sin desdibujar sus diferencias? Monoteísmo sig- nifica fe en un único Dios, pero no dice nada de las característi- cas de esta divinidad, ni de sus fun- ciones religiosas, culturales o po- líticas. ¿Qué sentido puede tener agrupar judaísmo, cristianismo e islam como religiones monoteís- tas? ¿Qué objetivo hay detrás del intento de agrupar a todas las “re- ligiones mundiales” bajo un pun- to de unión lo más abstracto y trascendente posible? Desde la perspectiva de la his- toria de las religiones, y en la me- dida en que estemos interesados por lo que es real, cada uno de los llamados “monoteísmos” es distinto: no hay dos monoteísmos iguales. ¿Para qué, pues, este tér- mino genérico que abstrae de las diferencias reales? Desde el punto de vista lógi- co y retórico, “monoteísmo” es un concepto relacional, que sirve para excluir su contrario, el “poli- teísmo”. Análogamente sucede con el concepto sin contenido de “teísmo”: sólo tiene sentido por la exclusión de su contrario, el “ateísmo”. Está por ver a qué di- vinidad se alude con el concepto “teísmo”: puede ser monoteísmo, politeísmo, panteísmo o panen- teísmo. Como muestra esta com- binación de conceptos, se trata de los problemas lógicos de “el uno

Los Monoteismos Moltmann

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JÜRGEN MOLTMANN

NO HAY DOS MONOTEÍSMOS IGUALES

El concepto de monoteísmo ha de hacer una abstracción tan grandede las religiones concretas que las diferencias entre ellas desparecen.Lo común en las diferencias entre las comunidades religiosas surge enla red multilateral de sus referencias vitales y no por medio de abs-tracciones o conceptos genéricos. Este artículo señala las diferenciasentre el cristianismo, el judaísmo y el islam, que no se pueden agruparbajo el concepto de “monoteísmo”, que originalmente sugiere unareligión de dominio político.

Kein Monotheismus gleicht dem anderen. Destruktion eines untaugli-chen Begriffs, Evangelische Theologie, 62/3 (2003) 112-122

El concepto de monoteísmosuena a unívoco, pero en realidades equívoco. Los fenómenos reli-giosos designados con este con-cepto son menos polifónicos quelos aludidos con el concepto “po-liteísmo”. Si hay que usar este con-cepto con sentido, primero hayque explicarlo. Y si un conceptonecesita más explicaciones de lasque puede dar, no es que sea muyútil. En este artículo se mostrarála situación de necesidad de ex-plicación de este concepto, parahacerlo inútil o superfluo.

¿Quién inventó el concepto ypara qué lo utilizó? ¿Se puede pa-sar este concepto de un fenóme-no religioso a otro sin desdibujarsus diferencias? Monoteísmo sig-nifica fe en un único Dios, perono dice nada de las característi-cas de esta divinidad, ni de sus fun-ciones religiosas, culturales o po-líticas. ¿Qué sentido puede teneragrupar judaísmo, cristianismo eislam como religiones monoteís-tas? ¿Qué objetivo hay detrás del

intento de agrupar a todas las “re-ligiones mundiales” bajo un pun-to de unión lo más abstracto ytrascendente posible?

Desde la perspectiva de la his-toria de las religiones, y en la me-dida en que estemos interesadospor lo que es real, cada uno delos llamados “monoteísmos” esdistinto: no hay dos monoteísmosiguales. ¿Para qué, pues, este tér-mino genérico que abstrae de lasdiferencias reales?

Desde el punto de vista lógi-co y retórico, “monoteísmo” esun concepto relacional, que sirvepara excluir su contrario, el “poli-teísmo”. Análogamente sucedecon el concepto sin contenido de“teísmo”: sólo tiene sentido porla exclusión de su contrario, el“ateísmo”. Está por ver a qué di-vinidad se alude con el concepto“teísmo”: puede ser monoteísmo,politeísmo, panteísmo o panen-teísmo. Como muestra esta com-binación de conceptos, se trata delos problemas lógicos de “el uno

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EL MONOTEÍSMO PRIMITIVO

Religión de dominio

El concepto surge en tiemposde la Ilustración y se supone quefue acuñado por David Hume paracaracterizar la religión de domi-nio de los persas. En las estelasque Jerjes levantaba en las fron-teras de su reino su puede leer:“Yo soy Jerjes, el gran Rey, Rey dereyes, Rey de las tierras en las queviven toda clase de hombres, …”

¿En qué sentido está dichoesto monoteísticamente? Al úni-co Dios en el cielo pertenece eldominio del mundo; a su imagenen la tierra pertenece el dominiosobre los pueblos y los territo-rios: un dios, un rey, un reino. Es latransformación religiosa del po-der: cuanto más poder, tanto másdivino. De ahí que el señor terre-nal sea interpretado como dios.

Esta concepción es antiquísi-ma teología política. Se encuen-tra en la ideología china del em-perador-hijo del cielo, en el “cin-to” estatal japonés y en los mitosimperiales persas, babilonios yegipcios. Siempre ha sido una uto-pía, pues nunca ha existido unúnico imperio indiscutido.

En occidente, fue Aristótelesquien formuló el correspondien-te monoteísmo metafísico y polì-tico. En el libro XII de su Metafísi-ca expone que la divinidad es una,indivisible, inmutable, impasible,inmortal y perfecta. El universotiene una estructura monárquica,

como una pirámide en cuya cús-pide está la divinidad sola. En co-rrespondencia no es bueno quehaya muchos señores; es mejorque sólo haya uno. La monarquíapolítica del señor se ha de corres-ponder con la monarquía cósmi-ca de Dios. El imperio del mundosólo puede ser uno. Como la di-vinidad, que todo lo domina y noes dominada por nadie, el empe-rador domina a todos y no esdominado por nadie. Su dominioes absoluto, pero no arbitrario,pues debe corresponder a la vo-luntad y las leyes de la divinidad.Igualmente, la obediencia de sussúbditos es absoluta, pero no cie-ga, pues deben seguir la voluntady las leyes de la divinidad. El mo-noteísmo político encontró suúltima forma en tiempos de la ilus-tración: “un rey, una fe, una ley”(Luis XIV). En la dictadura de Hit-ler sonó más secular pero nomenos religiosamente: “un pueblo,un imperio, un Führer”.

Religión de patriarcado

Otra forma de monoteísmoprimitivo se encuentra en la reli-gión del patriarcado. Por patriar-cado se entiende el dominio delvarón sobre el poder, la propie-dad y la sucesión, que desde elprincipio de la historia se ha ex-tendido casi por toda la humani-dad. Aquí nos limitaremos al pa-triarcado romano-cristiano, por-

y los muchos” y “el uno y el otro”.Nada más. ¿Qué tiene esto quever con los fenómenos religiosos

diversos y complejos? ¿Qué acla-ran y qué oscurecen?

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que todavía hoy determina nues-tro presente de diversas maneras.El pater familias romano tenía unaposición de dominio monárquicoen la familia y en la propiedad yun poder ilimitado y de por vidasobre las personas que pertene-cían jurídicamente a la familia:mujeres, hijos y esclavos, sobrecuya vida y muerte podía, a veces,disponer. El César era visto comopater patriae del imperio y man-daba como rey sacerdote y padresacerdote, pontifex maximus. Enestos títulos se refleja por un ladola esperanza de protección de lossúbditos y, por otro, su poder ili-mitado: el pater patriae es pateromnipotens. En el escrito de Lac-tancio sobre la “ira de Dios” sepuede reconocer la transferenciade la concepción romana del pa-

dre al Dios de los cristianos: elúnico Dios es señor y padre, supoder es paternal y soberano. Noes difícil reconocer que este do-ble concepto de Dios ha acuñadola imagen de Dios en occidente.A Dios hay que amarle y temerle.

Desde Agustín y Tomás deAquino hasta Karl Barth los teó-logos cristianos han defendidoeste monoteísmo patriarcal conargumentos aparentemente bíbli-cos. Ahora bien, ¿qué tiene que vereste dios patriarcal con el miste-rio del Abba de Jesús? ¿Qué tieneque ver Júpiter (en cuyo nombrePoncio Pilato mandó crucificar aJesús como agitador contra el im-perio romano) con el padre deJesús por cuyo amor fue crucifi-cado Jesús? ¡Nada!

¿UN MONOTEÍSMO DE LA ALIANZA DE ISRAEL?

Teológicamente Israel naciógracias al éxodo. Como dice elprimer mandamiento, el Dios deIsrael será llamado señor porque“libera”, no porque legitime eldominio político o patriarcal. ElDios de Israel es subversivo y notiene nada que ver con el mono-teísmo político primitivo. Al con-trario, si se tiene en cuenta lo quereligiosamente significaba Egiptoen aquella época, el Dios del éxo-do, de Moisés, del Sinaí liberó a supueblo de la teocracia egipcia. JanAssmann ha conjeturado que“Moisés el egipcio” ha tomado sumonoteísmo del adorador del solAkenaton. Pero hay suficiente dis-tancia entre ambos como paradesignarlos simple y llanamentecomo “monoteísmos”. Llama la

atención que los faraones incor-poraban a su nombre el del diosen cuyo nombre dominaban(Aken-aton o Tutank-amon), mien-tras que el Dios de Israel era nom-brado según los hombres a losque se había revelado: el Dios deAbraham, de Isaac, de Jacob.

El Dios que ha visto la aflicciónde su pueblo en Egipto, ha escu-chado su clamor, ha conocido suopresión, ha bajado para salvarle ysacarle (Ex 3, 7-9) no tiene nadaque ver con Ammon o Aton. Cier-to que según el salmo 82 formaparte de la asamblea de dioses,pero para ser la alternativa a losdioses del poder y el sacrificio.Éstos exigen la entrega de loshombres, Yahvé se entrega porellos.

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A la experiencia del Dios libe-rador sigue la de la alianza de losliberados con este Dios. Con laautodeterminación del “Yo serévuestro Dios y vosotros seréis mipueblo”, Dios se comprometedefinitivamente con el pueblo deIsrael. Y ya que Israel debe su exis-tencia a la elección y liberaciónrealizada por Yahvé, no puede ado-rar a otros dioses junto a esteDios. No se trata de un mono-teísmo absoluto y universal: otrospueblos tienen otros dioses, peroIsrael no debe tener a estos otrosdioses junto a Yahvé. Y la famosaSch’mà (Dt 6, 4.5) dice: “EscuchaIsrael, Yahvé es nuestro Dios, sóloYahvé”. La alianza de Dios con supueblo excluye otros dioses, peroen primer lugar sólo para Israel.

Junto con la autodetermina-ción de Dios de ser el Dios de laAlianza se da también su autoli-mitación, que asegura la libertadde Israel en la alianza con Dios.Los mandamientos son instruccio-nes cuya observancia protege lalibertad del éxodo. Lo cual con-tradice el monoteísmo primitivoy su traducción religiosa en po-der absoluto y obediencia. Cier-to que en tiempos del estado deIsrael (Salomón) hubo una teolo-gía regia importada de Egipto, perosiempre estuvo limitada por laalianza del pueblo con Dios. Perola mayor parte del tiempo Israelno fue un estado independiente ypor esto el monoteísmo primiti-vo imperial le quedó lejos. Sóloen la esperanza escatológica de losgrandes profetas aparece la ideade que el Dios de Israel será, undía, el Dios de todos los pueblos.Pero en su historia sufriente valía

para Israel la afirmación de Is 26,13: “Yahvé, Dios nuestro, nos handominado otros señores fuera deti, pero no recordaremos otronombre sino el tuyo”. No se pue-de hablar, pues, de que Israel hatenido a su Dios como “la reali-dad que todo lo determina” ycomo el único y todopoderososeñor del cielo y de la tierra.

Israel sabía que el Dios de laalianza estaba de su lado comocompañero de camino y de sufri-mientos. Forma parte de la alian-za la afirmación: “Quiero habitaren medio de los israelitas”. EsteDios comparte las alegrías y su-frimientos de Israel, sus persecu-ciones y esperanzas. Si se compa-ra este Dios que habita entre elloscon el creador del cielo y de latierra entonces hay que hablar deun concepto bipolar de Dios o deuna autodistinción interna deDios. El Dios confesado por Israeles un Dios diferenciado en sí mis-mo. Su unidad se desdobla histó-ricamente y vuelve a unirse en laesperanza de su unidad universal.Cada oración de la Sch´ma de Is-rael “unifica” a Dios, pues une alDios que habita entre nosotroscon el Dios que está por encimade todos. Sólo en el Reino de Diosse hará universal lo que en la his-toria de Israel está dialécticamen-te separado y sólo particularmen-te puede ser afirmado.

Observando, pues, la constitu-ción de la fe de Israel –la autode-terminación de Dios, su autolimi-tación y su habitar en Israel- esevidente que el concepto de “mo-noteísmo” es inadecuado y noexplica nada.

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El cristianismo no es ni unareligión política de dominio ni unareligión familiar patriarcal y, aun-que a lo largo de la historia haadoptado ambas formas, sin em-bargo, el testimonio de su origenen Cristo habla otro lenguaje. Enel centro está la persona y el men-saje de Cristo y no un conceptogenérico de Dios. En la comuni-dad cristiana los creyentes tienenuna experiencia trinitaria de Dios: esel Padre de Jesucristo; y tambiéntienen una experiencia vital trinita-ria: el Espíritu de vida es el Espíri-tu de Dios y de Cristo.

En la comunidad, el Dios deCristo pasa a ser el Dios de loscreyentes. El misterio del Abbà deJesús se revela como “Padre nues-tro”. Cuando Jesús descubrió elmisterio del Abbà y a sí mismo enél como el “hijo amado”, abando-nó su familia y comenzó a vivirentre los pobres del pueblo (Mc3, 31-35). El “Padre de Jesucristo”no tiene nada que ver ni con elpater familias ni con la patria. Noes un dios de los poderosos, sinode los pequeños. En él no se ex-perimenta el paso del poder a lasuperpotencia y a la omnipoten-cia, sino el amor que se entrega ypor ello es creador. La experien-cia liberadora no es la entrega delos hombres a Dios sino la de Diosa los hombres. Y es tan fuerte queel ser de Dios es entendido comoamor (1 Jn 4, 16). El amor, que esDios mismo, es omnipotente por-que es invencible. Nada nos pue-de separar de él (Rm 8, 31-39).

A quien es amado, le crecenlas fuerzas vitales. Así, surgido del

amor de Dios es recibido el Espí-ritu de la nueva vida en la comu-nidad. En el AT, “Ruah” es la fuer-za creadora de Dios (Sal 104,29.30). Según los testimonios delNT, en la experiencia de la vidaliberada y renacida, concurren “lagracia de Cristo”, el “amor deDios” y la comunión del EspírituSanto”. Las personas que intervie-nen son personalmente distintas(Cristo–Dios–Espíritu), pero es-tán unidas en el movimiento uni-tario de salvación de la creaciónpara una comunión eterna conDios. La experiencia de liberacióndel cristianismo (liberación de lamuerte), actúa como la experien-cia del éxodo en Israel (liberaciónde la teocracia egipcia).

En la doctrina trinitaria se con-ceptualiza la experiencia trinita-ria al unir el concepto de Dios conla cristología. Jesús, el “Hijo deDios” es un único ser con el Pa-dre y el Espíritu. En su intimidad,la unidad del único Dios ha de di-ferenciarse más que en la teolo-gía judía de la inhabitación (Sche-chinah) y ha de formularse como“tri-unidad”. Para ello, hay tresposibilidades: 1. En la antigua me-tafísica de la substancia, sirvió du-rante mucho tiempo el principiode Tertuliano “una substancia, trespersonas”. 2. En el ámbito de lametafísica moderna del sujetoabsoluto, Karl Barth y Karl Rah-ner usaron la fórmula “un sujetoen tres formas de ser o subsis-tencias”. 3. La unidad de las trespersonas distintas sólo se puedepensar perijoréticamente, comoen el evangelio de Juan: “Yo estoy

¿UN “MONOTEÍSMO” TRINITARIO EN EL CRISTIANISMO?

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en el Padre, el Padre está en mí.Yo y el Padre somos uno”. La uni-dad se establece en virtud de lamutua inhabitación de las perso-nas. Y para ello dichas personashan de ser entendidas como ám-bitos que invitan y son habitables.Sólo este concepto perijoréticode la unidad del Dios trino y unolleva la experiencia trinitaria deDios a su concepto justo. Pues coneste concepto la unidad de Diosno es un punto de fuga solitario ytrascendente, sino una unidad queinvita, acoge y une consigo mis-ma. Ni el triángulo ni el círculoson buenas imágenes de esto, puesel amor, esencial al Dios trinita-rio, es un amor que se desborda,que todo lo abarca y todo lo uneconsigo: “Quien permanece en elamor, permanece en Dios y Diosen él” (1 Jn 4, 16). En el amor, Diosse abre en espacio habitable desus criaturas y éstas acogen a Diosen sí mismas.

Para la cristiandad, la univer-salidad y la totalidad del Dios deCristo pertenecen a la escatolo-gía. Con la resurrección Dios haentronizado a Jesús como Señorde su reino. Por esto, en la histo-ria, este reino tiene forma de ser-vidumbre, se caracteriza por eldominio del amor, pero es dispu-tado. En principio, Dios lo ha pues-to todo a sus pies, pero “al pre-

sente, no vemos todavía que leesté sometido todo” (Hb 2, 8). Elcumplimiento de lo que empezócon el envío de Cristo a estemundo pertenece al drama esca-tológico como esboza Pablo en 1Co 15: como todos murieron enAdán, todos resucitarán en Cris-to, primero Cristo, después los deCristo en su venida. Luego, el fin,cuando entregue a Dios Padre elReino después de haber destrui-do todo Principado, Dominacióny Potestad …el último enemigoen ser destruido será la Muerte…Entonces también el Hijo se so-meterá a Aquel que ha sometidoa él todas las cosas (1 Co 15, 22-28). Entonces el Dios trinitarioserá el Dios de todo y su gloria lopenetrará e iluminará todo. Sóloentonces se podrá decir que Dioses la “realidad que todo lo deter-mina” (R. Bultmann, W. Pannen-berg). Sólo entonces se podráhablar de un Dios omnipotente,omnipresente y omnisciente. Enla historia, estas propiedades deDios son determinadas, limitadasy conformadas por Cristo.

¿Se puede llamar “monoteísta”a este concepto trinitario-escato-lógico de Dios, a esta historia deDios? Si el cristianismo es carac-terizado como “monoteísta”, estapalabra no explica nada, sino queoculta lo mejor.

¿ES LA FE ISLÁMICA EN DIOS UN MONOTEÍSMO PURO?

El reto más difícil de la teolo-gía cristiana es el arrianismo. Arrioafirmó que Cristo era la primeracriatura de Dios, pero no el Hijounigénito de Dios. Y no lo hizopara rebajar a Cristo, sino en nom-

bre de la unidad indivisa del úni-co Dios. Su opción monoteístapura hizo de Cristo un maestromoral, profeta y modelo, peroquitó a su dolor en la cruz el efec-to salvador del sufrimiento divi-

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no por la reconciliación del mun-do. La iglesia antigua se decidiócontra Arrio y a favor de Atana-sio, es decir, del concepto trinita-rio de Dios. Pero Arrio siempreha tenido seguidores, para quie-nes ser cristiano y creer en Dioseran y son cosas distintas. Dichosseguidores preparan hoy el cami-no a una islamización del concep-to cristiano de Dios. Lo cual esun camino falso.

El concepto de Dios del Co-rán, enseñado por Mahoma, esmuy cercano al monoteísmo quehemos designado al principiocomo monoteísmo primitivo. “Aláakbar”: Dios es uno y no hay otrofuera de él, es el siempre mayor,el creador y misericordioso. Paraél vale la entrega total e indivisade los creyentes: el islam. EsteDios no tiene ningún “hijo” a sulado, pero tiene a sus profetas enel judaísmo y el cristianismo, Moi-sés y Jesús, pero Mahoma es “elsello de los profetas”, es decir, elprofeta último, perfecto, absolu-to. Y esto hace del islam la reli-gión absoluta, definitiva.

“Dios no ha procreado – Diosno ha sido engendrado”, escribenlos musulmanes a las iglesias cris-tianas. Reprochan a los cristianossu fe en tres dioses, su triteísmo.Cierto que ven al judaísmo y alcristianismo como “religiones dellibro”, pero su Dios es superioral de Israel y al Padre de Jesucris-to por cuanto es universal y totaly su adoración –islam– es el pro-yecto salvador definitivo para to-dos los pueblos y toda la tierra.

El verdadero islam es tan indi-viso como Alá: no hay separaciónentre religión y política, fe y dere-

cho, vida religiosa y vida familiar.El islam está establecido teocrá-ticamente. La teocracia islámicano puede ser ni el dominio de uncalifa ni el dominio de los mull-ahs, o dicho en analogía cristiana:ni iglesia-estado ni estado-eclesial.Ahora bien, en la sociedad moder-na el islam se encuentra con laexperiencia nueva de una separa-ción entre religión y política, co-munidad religiosa y comunidadcivil. La teocracia islámica estáestablecida imperialísticamente,pues al Dios único sólo puedecorresponder un único dominiomundial y un único culto a Dios.Como la misión cristiana, la mu-sulmana no puede extenderse enel mundo actual por la violencia,sino por el trabajo de convencer.

Y con esto llegamos a los pro-blemas teológicos del monoteís-mo islámico. Si el Dios único yeterno es indivisible (en alemán,un-teil-bar), ¿cómo puede comuni-carse (en alemán mit-teilen)? Se hacomunicado definitivamente en elCorán. ¿Será entonces el Corán,como palabra y comunicación deDios, tan eterno como Dios mis-mo? En tal caso no existiría unúnico Dios, sino junto a él su co-municación eterna en el Corán. SiDios se comunica a sí mismo enel Corán, su unidad no es moná-dica o numérica, sino una unidaddiferenciada en sí misma, una uni-dad que puede comunicarse. Porel contrario, si el Corán no es lapalabra eterna del único Dios,entonces es una obra humana,condicionada a su tiempo y quepuede tener -y necesita de- unainterpretación histórico-crítica.Un monoteísmo consecuente de-

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bería desmitologizar el Corán ytrasponerlo de la esfera divina yeterna a la humana y temporal.¿Seguiría siendo entonces Maho-ma, apocalípticamente, el “sello delos profetas”? El Dios del Islam nosólo es el único sino también eluniversal. Pero el Islam es, histó-ricamente, particular.

La “casa del Islam” ni abarcatodos los pueblos ni toda la tie-rra. Y esto da pie a la escatologíaislámica. Por supuesto, al final elDios del Islam será el Dios uni-versal, pero en la historia todavíano lo es: hay creyentes y no cre-yentes, hay el único Dios y Satán.Este Satán, como figura mítica delenemigo de Dios, puede ser ape-dreado en la Meca ritualmente,pero también puede irrumpircomo el “gran Satán” U.S.A. o el“pequeño Satán” Israel. Comoenemigo de Dios ha de ser com-

batido en todo caso y con todoslos medios. Pero esto significa queel monoteísmo aparentementepuro del Islam tiene un fundamen-to dualista. Quien cree en el po-der de Dios y de Satán, no puedeser tenido como monoteísta puro.El monoteísmo islámico es unmonoteísmo dual combativo. Locual se hace evidente en la ideacortante del amigo-enemigo delCorán sobre creyentes y no cre-yentes. El monoteísmo radical lle-va siempre (también en el cristia-nismo y el judaísmo) a este tipode dualismo apocalíptico de com-bate. Ahora bien, si el monoteís-mo consecuente acaba en un dua-lismo apocalíptico de Dios y anti-dios (Satán) y por tanto estamosante un monoteísmo dualista, ¿enqué consiste la univocidad delconcepto “monoteísmo”?

¿MONOTEÍSMO INCLUYENTE O EXCLUYENTE?

Normalmente, todo mono-teísmo es excluyente (excluye elpoliteísmo). La comunidades reli-giosas llamadas monoteístas, nor-malmente son intolerantes frentea otros dioses y religiones. En elAT la fe en Yahvé prohíbe la ado-ración de Baal y de los dioses dela fertilidad. La “idolatría” es unaabominación para el “Señor” y hade ser perseguida como el peorpecado. En los tiempos de su mi-sión violenta, el cristianismo des-truyó sistemáticamente los san-tuarios de los paganos. De la mis-ma manera, en India el islam polí-tico ha destruido a sangre y fue-go los templos de los hindúes, demanera que hoy sólo se recono-

ce su belleza original en las rui-nas. Por la misma época, en la islaElephanta, delante de Bombay, loscristianos portugueses intentarondestruir las estatuas de Vischnú yShiva. En estas religiones, que des-cansan sobre una fe personal y nosobre una experiencia común, nohay más que una única relaciónmonógama de cada persona conDios y su comunidad religiosa.

¿Es posible que el politeísmo,tal como se puede ver en el reinode los dioses de los templos hin-dúes en India, sea monoteísta? Esposible y así lo afirman los exper-tos en religión en India. Es decir,hay también un monoteísmo inclu-yente. Y es posible con ayuda de la

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idea de manifestación: Shiva apa-rece en formas siempre nuevas:como danzarín, como luchador,como eremita, etc. En las figurasde los grandes dioses Vischnú,Brahma y Shiva, se manifiesta elúnico, innombrable, imposible deconocer: lo divino. Lo que nosaparece en las muchas figuras di-vinas es la única divinidad. Lo di-vino se manifiesta tan pluriformecomo la vida misma y tan polifó-nico como la naturaleza. En nin-guna parte aparece como él mis-mo en una figura única, pues estodestruiría la vida y aniquilaría lanaturaleza.

El Único sólo puede mostrar-se en los muchos. Por esto el po-liteísmo indio es la verdadera for-ma incluyente del monoteísmo.No exige ninguna fe ni entregapersonal sino que sólo exige aten-ción a los encuentros con lo divi-

no en sus distintas formas. El po-liteísmo hindú es una religión deexperiencia, tan ligada a las expe-riencias vitales y de la naturaleza,que las supera y fortalece, comose puede ver en sus múltiples ce-lebraciones.

La gente de los países asiáti-cos raramente tiene una relaciónmonogámica con una única divi-nidad o religión. En Japón existeel “movimiento de las tres religio-nes”: el Shinto popular, el budis-mo y el cristianismo. En Taiwánexiste el “movimiento de las cin-co religiones”. Estar a bien contodos los dioses a base de peque-ñas ofrendas, da seguridad a la vida.Los dioses no toman a mal la po-ligamia religiosa.

Si el politeísmo se puede en-tender como monoteísmo inclu-yente, ¿de qué habla propiamenteel concepto de “monoteísmo”?

Tradujo y condensó: LLUÍS TUÑÍ