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H ay una mayoría silenciosa en Cataluña que no está a favor de la secesión. Una mayoría que no es tan mayoría, según demues- tran las elecciones, ni es tan si- lenciosa, según se pudo com- probar el 8 de octubre de 2017, cuando miles de ciudadanos salieron a la calle para, ¡algo insólito!, defender el statu quo político y legal en la re- gión. Sin embargo, el nacionalis- mo catalán, sabiendo de su debili- dad y la del Gobierno de España, que es a la vez la propia de la Gene- ralitat independentista –el empate infinito es algo más que una posibi- lidad–, inició un viaje con más de la mitad de la tripulación en contra de la ruta marcada y descrita en el cua- derno de bitácora. Se excitó a la po- blación, se tensionó la convivencia y quedó en evidencia que no es más que otro falso mantra aquello que se dice (también por el PSC y los comu- nes) de que «Cataluña es un solo pue- blo». Para saber cómo hemos llega- do hasta aquí hacen falta análisis pausados y extensos, analíticos y rea- listas. Se necesitará tiempo. Años. Del periodo que ocupa los últimos tres lustros, aproximadamente, sí te- nemos obra escrita. Los libros de Joan Coscubiela y Antoni Bayona tienen un punto en común: han sido protagonistas de los acontecimien- tos (sobre todo los vividos en 2017), han sido parte y, también, responsa- bles (dentro de los límites de acción que tuvieron) de lo que ha pasado en Cataluña desde el punto de vista po- lítico. Pusieron el pie en la pared cuando el nacionalismo ya se había transformado en un furibundo sece- sionismo sin vuelta atrás. Hay otras páginas firmadas por actores del mis- mo espacio ideológi- co –cada uno en el suyo– pero ningunas tan sinceras y acer- tadas como esas. Otra persona que vi- vió en primera fila el tumultuoso año 2017 fue Enric Millo. El que fuera delegado del Gobierno en Ca- taluña estaría prepa- rando un par de li- bros. Uno, en concre- to, en un formato memorialístico. Esta obra, en prin- cipio, equilibrará una balanza ideo- lógica que, ahora mismo, bascula so- bresalientemente hacia las opciones nacionalistas, moderadas o no. Al margen de los que desempeña- ron un papel determinante en el ám- bito político, también periodistas, fi- lósofos, escritores y articulistas se han atrevido a explicar lo que culmi- nó en Cataluña hace un año y medio (que todos vi- mos con nuestros ojos) e, incluso, algunos –arropados, gene- ralmente, por un coro de aduladores, que flaco favor les hacen– a dar lec- ciones de lo que se debería hacer a partir de ahora. Estos últimos son los solucionistas. «Espera que yo tengo la solución». Curiosamente, muchos han estado pontificando previamen- te durante años. Han estado en to- das las salsas. Y, ahora, cla- ro, todos indigestos. Por suerte, todavía hay personas honestas. Una cuestión que no va de co- lores ni de opciones polí- ticas personales. Una de estas personas es Sergio Fidalgo, sin duda; otra, Joan López Alegre. Este acaba de publicar La ma- yoría silenciosa (Deusto), un libro en cuyo subtítulo está recogida, directamen- te, la intención del autor: Cómo los catalanes no independen- tistas tomaron las calles y derrota- ron el golpe. López Alegre dedica el libro a «todos aquellos que acudie- ron a la manifestación del 8 de octu- bre de 2017 en Barcelona, y especial- mente a los que por miedo a ser se- ñalados por sus vecinos, amigos o jefes se quedaron en casa pero su co- razón estaba allí». Desde hace un tiempo a López Ale- gre se le conoce con el sobrenombre del «català tranquil», un añadido que se popularizó gracias al blog en in- ternet Dolça Catalunya y cuyo fun- damento justificativo está basado en las respuestas (en catalán y sin subir el tono de voz) que López Alegre so- lía dar a los tertulianos nacionalis- tas con los que compartía espacios de radio y de televisión. Nadie como Pilar Rahola sabe bien que este alias se ajusta como anillo al dedo. Un apodo del que el autor de La mayoría silenciosa se siente muy orgulloso y por el que es reconocido, incluso, por la calle. A modo de ejemplo: en un vuelo Bruselas-Barcelona (que López Alegre hacía casi cada semana, pues su empresa de comunicación asesoraba a varios euro- diputados), el protagonista acabó res- pondiendo preguntas de lo más va- riopintas (desde las más rutinarias sobre la actualidad hasta las más pun- zantes sobre los entresijos de los me- dios de comunicación) a varios estu- diantes de una universidad que le re- conocieron nada más subir al avión. Las 235 páginas del libro sobre los catalanes que salieron aquel 8 de oc- tubre de 2017 por las calles de Barcelona para decir (siete días después de la cele- bración de un referén- dum de independencia ile- gal y solo dos antes de la primera declaración de se- cesión unilateral, la de los ocho segundos) que ellos no estaban dispuestos a perder su identidad ni sus derechos como ciu- dadanos españoles son un resumen de la cara oculta del procés. Todo lo que los medios de co- municación de la Gene- ralitat han escondido durante años y que ha ido articulando una respuesta (proba- blemente única en toda Espa- ña) de la es- pañolidad en sus diversos grados y puntos de vista. Así, entre otros ejem- plos, López Alegre recuer- da la utilización que el na- cionalismo catalán hizo de los Jue- gos Olímpicos de 1992, el avance para el independentismo que supuso el pacto del Majestic, las mentiras que se contaron del Estatuto de Autono- mía de 2006, lo que fue para el ima- ginario colectivo desde la elimina- ción del toro de Osborne hasta la prohibición de las corridas de toros, el activismo no independentista sur- gido en internet, las primeras moviliza- ciones de los 12 de oc- tubre, el nacimiento de asociaciones de la sociedad civil catala- na, la participación del PSC en la mani- festación del 8 de oc- tubre (cuyo éxito dio pie a que Miquel Ice- ta acudiese a la mar- cha del 29 de octubre, solo dos días después del 155) y el discurso del Rey el 3 de octubre, todo un baño de realidad para los secesionistas. Sin reconocer lo que López Alegre recoge en su «homenaje a todos los catalanes que nos sentimos españo- les» no hay historia completa de los años que vivimos peligrosamente. DAZIBAO Los que salieron a la calle el 8 de octubre DANIEL TERCERO Honestas Todavía hay personas honestas. Una cuestión que no va de colores ni de opciones políticas. Una es Fidalgo; otra, López Alegre 29.01.2008 - Joan López Alegre, posando para ABC, tras su paso por el Parlamento de Cataluña (2004- 2006) y el Ayuntamiento de Mataró (1991-2005) como representante del PP YOLANDA CARDO Cara oculta Las 235 páginas del libro sobre los catalanes que salieron aquel 8 de octubre son un resumen de la cara oculta del «procés» abc.es/espana ABC LUNES, 22 DE ABRIL DE 2019 ESPAÑA 29

Los que salieron a la calle el 8 de octubre · Fidalgo, sin duda; otra, Joan López Alegre. Este acaba de publicar La ma-yoría silenciosa (Deusto), un libro en cuyo subtítulo está

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Page 1: Los que salieron a la calle el 8 de octubre · Fidalgo, sin duda; otra, Joan López Alegre. Este acaba de publicar La ma-yoría silenciosa (Deusto), un libro en cuyo subtítulo está

Hay una mayoría silenciosa en Cataluña que no está a favor de la secesión. Una mayoría

que no es tan mayoría, según demues-tran las elecciones, ni es tan si-lenciosa, según se pudo com-probar el 8 de octubre de 2017, cuando miles de ciudadanos salieron a la calle para, ¡algo insólito!, defender el statu quo político y legal en la re-gión. Sin embargo, el nacionalis-mo catalán, sabiendo de su debili-dad y la del Gobierno de España, que es a la vez la propia de la Gene-ralitat independentista –el empate infinito es algo más que una posibi-lidad–, inició un viaje con más de la mitad de la tripulación en contra de la ruta marcada y descrita en el cua-derno de bitácora. Se excitó a la po-blación, se tensionó la convivencia y quedó en evidencia que no es más que otro falso mantra aquello que se dice (también por el PSC y los comu-nes) de que «Cataluña es un solo pue-blo». Para saber cómo hemos llega-do hasta aquí hacen falta análisis pausados y extensos, analíticos y rea-listas. Se necesitará tiempo. Años.

Del periodo que ocupa los últimos tres lustros, aproximadamente, sí te-nemos obra escrita. Los libros de Joan Coscubiela y Antoni Bayona tienen un punto en común: han sido protagonistas de los acontecimien-tos (sobre todo los vividos en 2017), han sido parte y, también, responsa-bles (dentro de los límites de acción que tuvieron) de lo que ha pasado en Cataluña desde el punto de vista po-lítico. Pusieron el pie en la pared cuando el nacionalismo ya se había transformado en un furibundo sece-sionismo sin vuelta atrás. Hay otras páginas firmadas por actores del mis-mo espacio ideológi-co –cada uno en el suyo– pero ningunas tan sinceras y acer-tadas como esas. Otra persona que vi-vió en primera fila el tumultuoso año 2017 fue Enric Millo. El que fuera delegado del Gobierno en Ca-taluña estaría prepa-rando un par de li-bros. Uno, en concre-to, en un formato memorialístico. Esta obra, en prin-cipio, equilibrará una balanza ideo-lógica que, ahora mismo, bascula so-bresalientemente hacia las opciones nacionalistas, moderadas o no.

Al margen de los que desempeña-ron un papel determinante en el ám-

bito político, también periodistas, fi-lósofos, escritores y articulistas se han atrevido a explicar lo que culmi-nó en Cataluña hace un año y medio (que todos vi-

mos con nuestros ojos) e, incluso, algunos –arropados, gene-ralmente, por un coro de aduladores, que flaco favor les hacen– a dar lec-ciones de lo que se debería hacer a partir de ahora. Estos últimos son los solucionistas. «Espera que yo tengo la solución». Curiosamente, muchos han estado pontificando previamen-te durante años. Han estado en to-

das las salsas. Y, ahora, cla-ro, todos indigestos.

Por suerte, todavía hay personas honestas. Una cuestión que no va de co-lores ni de opciones polí-ticas personales. Una de estas personas es Sergio Fidalgo, sin duda; otra, Joan López Alegre. Este acaba de publicar La ma-yoría silenciosa (Deusto), un libro en cuyo subtítulo está recogida, directamen-te, la intención del autor:

Cómo los catalanes no independen-tistas tomaron las calles y derrota-ron el golpe. López Alegre dedica el libro a «todos aquellos que acudie-ron a la manifestación del 8 de octu-bre de 2017 en Barcelona, y especial-mente a los que por miedo a ser se-

ñalados por sus vecinos, amigos o jefes se quedaron en casa pero su co-razón estaba allí».

Desde hace un tiempo a López Ale-gre se le conoce con el sobrenombre del «català tranquil», un añadido que se popularizó gracias al blog en in-ternet Dolça Catalunya y cuyo fun-damento justificativo está basado en las respuestas (en catalán y sin subir el tono de voz) que López Alegre so-lía dar a los tertulianos nacionalis-tas con los que compartía espacios de radio y de televisión. Nadie como Pilar Rahola sabe bien que este alias se ajusta como anillo al dedo. Un apodo del que el autor de La mayoría silenciosa se siente muy orgulloso y por el que es reconocido, incluso, por la calle. A modo de ejemplo: en un vuelo Bruselas-Barcelona (que López Alegre hacía casi cada semana, pues su empresa de comunicación asesoraba a varios euro-diputados), el protagonista acabó res-pondiendo preguntas de lo más va-riopintas (desde las más rutinarias sobre la actualidad hasta las más pun-zantes sobre los entresijos de los me-dios de comunicación) a varios estu-diantes de una universidad que le re-

conocieron nada más subir al avión. Las 235 páginas del libro

sobre los catalanes que salieron aquel 8 de oc-tubre de 2017 por las

calles de Barcelona para decir (siete días

después de la cele-bración de un referén-

dum de independencia ile-gal y solo dos antes de la primera declaración de se-cesión unilateral, la de los ocho segundos) que ellos no estaban dispuestos a perder su identidad ni sus derechos como ciu-dadanos españoles son un resumen de la cara oculta del procés. Todo lo que los medios de co-municación de la Gene-ralitat han escondido durante años y que ha ido articulando una

respuesta (proba-b l e m e n t e única en toda Espa-

ña) de la es-pañolidad en

sus diversos grados y puntos de vista.

Así, entre otros ejem-plos, López Alegre recuer-da la utilización que el na-

cionalismo catalán hizo de los Jue-gos Olímpicos de 1992, el avance para el independentismo que supuso el pacto del Majestic, las mentiras que se contaron del Estatuto de Autono-mía de 2006, lo que fue para el ima-ginario colectivo desde la elimina-ción del toro de Osborne hasta la prohibición de las corridas de toros, el activismo no independentista sur-

gido en internet, las primeras moviliza-ciones de los 12 de oc-tubre, el nacimiento de asociaciones de la sociedad civil catala-na, la participación del PSC en la mani-festación del 8 de oc-tubre (cuyo éxito dio pie a que Miquel Ice-ta acudiese a la mar-cha del 29 de octubre, solo dos días después del 155) y el discurso

del Rey el 3 de octubre, todo un baño de realidad para los secesionistas.

Sin reconocer lo que López Alegre recoge en su «homenaje a todos los catalanes que nos sentimos españo-les» no hay historia completa de los años que vivimos peligrosamente.

DAZIBAO

Los que salieron a la calle el 8 de octubre

DANIEL TERCERO

Honestas Todavía hay

personas honestas. Una cuestión que

no va de colores ni de opciones

políticas. Una es Fidalgo; otra, López Alegre

29.01.2008 - Joan López Alegre, posando para ABC, tras su paso por el Parlamento de Cataluña (2004-2006) y el Ayuntamiento de Mataró (1991-2005) como representante del PP

YOLANDA CARDO

Cara oculta Las 235 páginas

del libro sobre los catalanes que

salieron aquel 8 de octubre

son un resumen de la cara oculta

del «procés»

abc.es/espanaABC LUNES, 22 DE ABRIL DE 2019 ESPAÑA 29