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LOS SUFIES

CHARLES W KING

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Los sufíes

La influencia de las Cruzadas y sus resultados sobre la mente y la vida de la Europa medieval no puede ser exagerada

Los verdaderos maestros de los bárbaros occidentales en la filosofía, la ciencia, y muchas de las artes, fueron los árabes, en primer lugar, los de Siria, después, de España. Junto con su aprendizaje se comunicaban otras ideas, muy diferentes a los originalmente contemplado por sus alumnos. Sin embargo, la conexión entre su ciencia y su credo secreto era tan íntima que, en realidad, ningún otro resultado fue que buscarlo. Gran parte de la primitiva gnosticismo, antes de su mezcla con el cristianismo, se basó en Magismo, es decir, en las ideas astrológicas, como para que sea a menudo difícil determinar si un monumento gnóstico implica una noción religiosa, o no es más que un talismán sideral.Por ejemplo, el Decani de los signos, cuyas figuras, de acuerdo a Teucro, se usa comúnmente como amuletos, son a menudo para ser visto con los nombres inscritos de Michael y otros ángeles judíos. En los tiempos florecientes de Mahommedanism, antes de la difusión de la ignorancia universal, había establecido en todas partes al torpe reinado de uninquiring ortodoxia, existía en su corazón (probablemente originario de Persia) un organismo esotérico, peinado mismos sufí, un título, evidentemente, derivada del griego Σοφοί, sus predecesores. Ahora este título aparece asumió como equivalente a la Γνωστικοί anterior, aunque con mucho más arrogancia, ya que estos hombres "sabios" reclamaron la posesión de ese conocimiento de las cosas divinas que los gnósticos, por su propia designación sólo había "deseosos de saber." Mientras tanto, los principios que tenían eran precisamente los de la vieja Antitactae, "ordenanza que odian", como a la indiferencia de todo lo relacionado con el cuerpo, y la nulidad de la ley moral judía (la mera cita del Demiurgo), como considerada la regulación de la vida del "hombre espiritual". Así como es una carga constante de los Padres contra los gnósticos primitivos que exteriormente conformaban sin escrúpulos, con el fin de escapar de toda molestia, a la religión establecida de cualquier lugar que por casualidad a habitar, es igualmente probable que los maniqueos y otros sectarios de Asia, perseguida con celo como por ortodoxo bizantino y persa de Zoroastro, con mucho gusto le ampararse bajo el fácil manto de la verdadera religión de sus conquistadores árabes, durante los dos siglos siguientes reinado de Justiniano, y, o bien guardar

su libertad por profesar Mahommedanism, o de lo contrario continuará, como afluentes, en el ejercicio sin ser molestados de su antigua fe, siendo confundida por el conquistador uninquisitive bajo el nombre general de infieles. * "Las sectas de Egipto y Siria", dice Gibbon, "disfrutado de una tolerancia libre bajo la sombra de los califas árabes", y por lo tanto se puede suponer razonablemente que han mantenido sus

nociones y observancias peculiares a la época de las Cruzadas. De tal existencia prolongada tenemos la prueba más convincente en la actualidad en los numerosos secta, los Mandaites o Nazarenos del Shat-el-Arab, y Basora; gnósticos verdaderos, la celebración de un credo, la verdadera imagen de la de Manes, en su "Libro de Adán; ' y detestado por sus vecinos cristianos y musulmanes por igual.

Ahora, en cuanto éstos Sufi fueron compuestas exclusivamente por los sabios entre los persas y sirios, en un momento en el aprendizaje significó poco más que el dominio de la medicina y la astrología (los dos puntos que llevaron a los sabios orientales en contacto amistoso con sus invasores bárbaros del West), es fácil ver cómo esta última puede haber asimilado los esotéricos doctrinas simultáneamente con la otra enseñanza de los que eran sus únicos instructores en todos los asuntos relacionados con la ciencia y el arte. Ahora la doctrina sufí se basó en que la gran idea - un credo universal que podría celebrarse en secreto bajo la profesión externa de cualquier religión establecida - toma, de hecho, prácticamente la misma vista de todos los sistemas religiosos como aquella en la que los filósofos de la viejo los había considerado. Tal demasiado había sido una característica notable en la enseñanza gnóstica: el Naaseni o ofitas, dice Hipólito, se jactó en un lenguaje verdaderamente masónica, "Nosotros, los de todos los hombres somos los únicos cristianos, de pie en la tercera puerta, y ungían con la unción inefable cabo del cuernocomo David, no de la vesse barro l como Saúl, que se juntaron con el espíritu del mal de la concupiscencia carnal ". Estos mismos auténticos cristianos al mismo tiempo celosamente celebraban todos los Misterios del Paganismo, afirmando que en su mayorconocimiento que poseían la única llave a la verdad encerrada en esas ceremonias supersticiosas. Y en nuestros días el reconocimiento

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de una religión universal, por los masones, según lo expresado por su requiriendo del candidato para el ingreso no es más que la declaración de su creencia en un solo Dios, es denunciada por el horror piadoso por los fanáticos de todas las variedades del esquema cristiano.

Este reconocimiento de una religión universal, de hecho, impregna toda la obra de las luces de la literatura mahometana. En el Makamat de Hariri los sermones predicados por su héroe el Derviche están llenos de un sentimiento más sublime al tocar en las cosas que pertenecen a Dios - un sentimiento de armonización infinitamente más estrechamente con los de los hombres religiosos progresistas de nuestro tiempo en el mismo subject-- en una palabra, estos sermones respiran un espíritu en todos los aspectos más cristiana (para usar la frase moderna) que caracteriza a los escritos de los teólogos cristianos reales, los contemporáneos del autor. * Pero esto es necesariamente así, Hariri y mahometanos como él siendo guiado por las tradiciones de la vieja filosofía sigue en secreto mantenido entre ellos, mientras que el espíritu del cristianismo moderno es fuerte, aunque inconscientemente, dirigida por, precisamente, la misma influencia revivido, aunque bajo un diferente nombre, y profesan despreciando su origen real.

Una vez más, el más grande de todos los soberanos mahometanos, el Mogul Akbar, fue un verdadero sufí; también lo fue su primer ministro e historiador, Abul Farez. Sería difícil encontrar en un libro de oraciones cristiano moderno, y mucho menos en cualquiera compuesta en su edad, una dirección a la Deidad tan sublime, tan en

consonancia con nuestras nociones actuales, ya que la apertura de su invocación Ayeen-Akbari. En todas esas efusiones de adoración Oriental hay alusión alguna a su legislador especial es que se detecta, nada que traicione ningún prejuicio sectario distintivo; el lector, si familiarizados con la historia del autor, admiraría, pero sé que no lo credo que falle la composición.Akbar, de acuerdo a su visir, "hizo un punto de no ridiculizar ni condenar cualquier forma de religión." Tenía por lo tanto, tal vez sin saberlo, volvió a la característica grande y distintiva de la religión de Grecia y Roma, en sus mejores momentos que discernir la misma gran verdad, la base real de universales

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la tolerancia, que todos los sistemas religiosos eran más que expresiones de la misma idea,

"Al santo, por salvaje, o por el sabio."

[párrafo continúa]Dondequiera que, en la antigüedad, el principio de la tolerancia al parecer fue violada, fue en los casos en que los ritos, por su corrupción, se habían convertido en perjudicial para el bienestar público, como cuando el Senado dejó el bacanales o Claudio los druidas en la Galia, a causa de sus sacrificios humanos; exactamente como héroe de Siracusa había hecho un artículo en su tratado con los cartagineses vencidos, que deben interrumpir sus holocaustos de los niños pequeños a Melcarth. La máxima de Hesíodo, μωμεύειν Μὴ ἀρρητοῖς, era el de su carrera, así como de la romana, y la misma fue el principio rector de Akbar. De un toque disminuido en su panegirista sería casi parece que el emperador había bebido un ligero matiz de la doctrina de Zoroastro, para él comenta su especial veneración por el elemento del fuego; y otra vez la circunstancia importante de su regulación de sus oraciones diarias frecuentes por la posición del sol en el cielo; y, lo que lleva directamente a nuestro tema, su ocupación favorita era conversar con el sufí y los sabios de todas las naciones y religiones. También suena muy extraño escuchar un grande mahometana, como este escritor, que declara que entre los brahmanes se encontraban "los hombres más virtuosos en la tierra," esos mismos religiosos en los que los sucesores de Akbar, como Aurungzeb, podrían (bastante de acuerdo a nuestra las ideas propias de lo que necesariamente debe haber sido su sentimiento) discernir nada más que adoradores del diablo, quien era su deber, ya sea para convertir o exterminar.

Notas al pie

415: * El semi-mago Abdallah y sus nuevos ismaelitas tienen un fuerte parecido familiar con Weishaupt y sus illuminati en el siglo pasado.

416: * Él floreció en el siglo IX.