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John M. Watanabe Cambios Económicos en Santiago Chimaltenango, Guatemala La mayoría de los estudios sobre el cambio social en los pueblos indígenas de Guatemala da por supuesto dos extremos opuestos e inmutableve1 ladino y el indígena- en *pida se asume que el cambio social sea el movimiento de éste a aquel. Parece que esta perspectiva proviene de ias tendencias analíticas de los antropólogos, por un lado. y las de los sociólogos y economistas por otro. Por parte de muchos antropólogos su preor~pació;?por la cultcra-m::chac verp.: definida implícitamente como las instituciones mas tradicionales o distintivas de un pueblo indígena-define el cambio social, como la pérdida de esa cuituia; y ei rnar,lt?niniientii de Ia eultzi~a, csmo e: efcctc positivo de los valores tradicionales del grupo local para el individuo. Los sociólogos y economistas, por su paste, tratan a los pueblos indígerias como un sector pasiiiu, econbrnica corno sociológicamente, que está por desaparecer en la lucha c f ~ clases. SP analizw a Ir)s mdígenas como una clase explotada, sin poder, que está a merced de la burguesía agraria. Nadie más que ellos aerecienhn los rangos del pra!etariado rural o el lumpen proletariado. Por su preocupación con la cultura, lgs antropólogos no se dan cuenta de la naturaleza verdadera de tos cambios que ocurren, mientras que los socióIogos no se dan cuenta de la realidad de la cultura por su preocupación con el cambio social en la estructura social nacional. Ambos se equivocan. El propósito de este informe es resolver, hasta donde sea posible, estas diferencias en perspectivas analíticas. Por medio del analisís de los cambios culturales y económicos que han oc~rrido en un municipio indígena del departamento de Huehuetenango, quiero mostrar que el cambio social en el altiplano de Guatemala no es necesariamente el mismo que la ladinización, ni conduce al desarrollo del proletariado rural. Aunque sea difícil generalizar sobre todos los pueblos indígenas John Watanabe, de nacionalidad estadounidense, sacó su maestrfa en Harvard University. Actualmente se encuentra en la misma institución, haciendo investigaciones de campo (el presente artfcuio es un resumen de sus notas) para doctorarse en Antropologfa Social. Este informe está basado en investigaciones de campo realizadas en 1978-80 por una beca del Frederick Sheldon Fund de Hmard Un~ersity.

M. - Dialnet · pra!etariado rural o el lumpen proletariado. Por su preocupación con la cultura, lgs antropólogos no se dan cuenta de la naturaleza verdadera de tos cambios que

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John M. Watanabe

Cambios Económicos en Santiago Chimaltenango, Guatemala

La mayoría de los estudios sobre el cambio social en los pueblos indígenas de Guatemala da por supuesto dos extremos opuestos e inmutableve1 ladino y el indígena- en *pida se asume que el cambio social sea el movimiento de éste a aquel. Parece que esta perspectiva proviene de ias tendencias analíticas de los antropólogos, por un lado. y las de los sociólogos y economistas por otro. Por parte de muchos antropólogos su preor~pació;? por la cultcra-m::chac verp.: definida implícitamente como las instituciones mas tradicionales o distintivas de un pueblo indígena-define el cambio social, como la pérdida de esa cuituia; y ei rnar,lt?niniientii de Ia eultzi~a, csmo e: efcctc positivo de los valores tradicionales del grupo local para el individuo. Los sociólogos y economistas, por su paste, tratan a los pueblos indígerias como un sector pasiiiu, econbrnica corno sociológicamente, que está por desaparecer en la lucha c f ~ clases. SP analizw a Ir)s mdígenas como una clase explotada, sin poder, que está a merced de la burguesía agraria. Nadie más que ellos aerecienhn los rangos del pra!etariado rural o el lumpen proletariado. Por su preocupación con la cultura, lgs antropólogos no se dan cuenta de la naturaleza verdadera de tos cambios que ocurren, mientras que los socióIogos no se dan cuenta de la realidad de la cultura por su preocupación con el cambio social en la estructura social nacional. Ambos se equivocan.

El propósito de este informe es resolver, hasta donde sea posible, estas diferencias en perspectivas analíticas. Por medio del analisís de los cambios culturales y económicos que han oc~rr ido en un municipio indígena del departamento de Huehuetenango, quiero mostrar que el cambio social en el altiplano de Guatemala no es necesariamente el mismo que la ladinización, ni conduce al desarrollo del proletariado rural. Aunque sea difícil generalizar sobre todos los pueblos indígenas

John Watanabe, de nacionalidad estadounidense, sacó su maestrfa en Harvard University. Actualmente se encuentra en la misma institución, haciendo investigaciones de campo (el presente artfcuio es un resumen de sus notas) para doctorarse en Antropologfa Social.

Este informe está basado en investigaciones de campo realizadas en 1978-80 por una beca del Frederick Sheldon Fund de Hmard Un~ersity.

de Guatemaia, me parece claro que cada pueblo ctebe tomar su propio camino hacia el futuro. Por eso, presento la descripción y el analisis siqiientes como un ejemplo. o más bien, una de muchas posibilidades dt.1 cambio social, y no como la ilustracibn de un proceso universal. Se ztpro5-echarán las ventajas de la rintropología de conocer bien una comunidad local mientras que .se tratará de meter esa comunidad en un contexto más amplio. según el método de la sociologia. De esta mancr:\, eipero mostrar que la pbrdidii de instituciories tradicionales no implic:i necesariamente la p6rdidrt de la cultura. :'i 12 vezl -.iterar6 la importancia d r la cilltura-1s visiim (lesde i?entro--pn 13 conipri>nsi6n verdadera del cambio social.

Los Cambios

1 f-Iact? cuarenta y tres años el intropólogo Charles LYagley, !Icrví> a cabo un estudio etnográfico en el n~unicipio mam de Santiago Chimaltenango, o "Chimbal," como dicen sus habitantes. Despu4s tle stt permanencia de siete meses e : ~ el pueblo, desde abril hasta octubre de 1937, escribiá dos rnonografías, The Economics of a Guatemalun Village (1941), y I'he Social and Religiorcs Life of a Guatemalan I-illuge (1939) ' publicados juntos en español por el Seminario de Integración Social Guatemalteca como Santiago Chirnaltenango, en 1957.

Lleguí. a Chimbal 1.n noviembre de 1978 con el propósito de c:stadiar !DS cainbios sociales, i.eligiosos y ecutibmicos que haltíaii ocurrido desde 1937. 141 llegar, me d i cuenta muy pronto que los cambios económicos serían los más precisos de estudiar, puesto que sin

1 una 'economía viva, tales comunidades como Chimbal no sobrevivirían

1 c:ulturalmente ni de ninguna otra manera. Además, la economía, en las actividades diarias, así como en la conversación, sobresalía en las preocupaciones de mis amigos chimaltecos.

Santiago Chimaltenango es un pequeño mtiniciuio situado en las laderas meridionales de los montes Cuchumatanes, en el departamento de EIitehu~tenango. Por el terreno qliebrado de la comarca, el pueblo

i todavía está conectado con la Carretera Interamericana sólo por una ! i

vereda de vehículos, estrecha y peligrosa. A menudo, durante las lluvias, este camino es impasable debido a los derrumbes.12 diferencia de la mayoría de las comunidades indígenas de Guatemala, la mayor parte de

1 (Menasha, Wisconsin: American Anthropological Association, 1941 y 1949, respectivamente).

John Wutanabe

los 3500 Chimaltecos viven juntos en un poblado compacto, en vez de estar dispersos en aldeas. Todos, salvo 50 ó 60 ladinos, son indígenas que hablan la lengua marn. Todas las mujeres todavía llevan el traje tradicional de huipil rojo y corte azul, pero la mayoría de los hombres de menos de 50 5 0 s de edad ya se visten al estilo Ladino. Además, muchos aspectos de la religión tradicional han caído en desuso, j11qto con el prestigio e importancia social de la jerarquía civil-religiosa. A pesar de esto, la vida diaria en Chimbal ha cambiado poco a traves de tos años, y los Chimaltecos todavía se consideran ellos mismos como una m.za aparte.

Desde el tiempo de Wagley hasta hoy, los ladinos no han tenido un papel importante en la economía chimalteca. No son grandes terratenientes ni activos comerciantes. Los Chimaltecos más ricos son indígenas, y estos han tomado papeles tradicionalmente "ladinos," tales como los de dueños de tiendas y transportes. Sobre todo, la economía chimalteca es agrícola, y el municipio no tieneotraespecíalización económica. Todos los Chimaltecos son agricultores de subsistencia, pero desde hace poco tiempo también empiezan a producir algo del café. Aunque la cabecera municipal se encuentra en un estribo de la montaña a 2246 metros sobre el nivel del mar, el terreno quebrado del municipio baja hasta 1500 metros en las barrancas más profundas, y sube hasta más de 2800 metros en las cumbres. Esta variación en altura permite una gran variedad de cultivos, incluyendo el café, el banano, y la naranja en las tierras templadas, y la manzana, la papa, y el repollo en los lugares más fríos. De todos modos, el maíz y el frijol permanecer como los cultivos principales.

Desde 1937, cuando Wagley hizo sil excelente estudio sobre la tenencia de la tierra en Chimbal, la población se ha duplicado, y la presión sobre la tierra ha crecido en conformidad. En 1937, Waqley reporta que la tenencia mediana era de 101.5 cuerdas (6.3 manzanas, puesto que la cuerda en Chimbal es 25 por 25 varas). Según sus análisis, en aquel entonces un Chimalteco tenía que sembrar 50 o 60 cuerdas de milpa cada año para alimentar a su famiiia y para producir bastantes excedentes para comprar otras necesidades. Para que las milpas pudieran descansar, se debían tener un mínimo de 120 cuerdas. Aun en 1937, el 79 por ciento de los productores chimaltecos carecían de esta cantidad de tierra. Si ésta fuera la cantidad básica que necesitara actualmente, el problema de Ia tierra en Chimbal seria muy grave. Según e¡ Censo Agropecuario de 1964 ,~ la tenencia promedio en

2 (Guatemala, Dirección General de Estadística, 1968), t. 4.

Cambios cn Santiago Chimaltenango

Chimbal había caído hasta 52.3 cuerdas (3.3 manzanas). Hoy día, según mis datos de 393 familias en la cabecera, la tenencia mediana es sólo 38.1 cuerdas (2.4 manzanas), aunque en realidad más del 60 por ciento de los Chimaltecos carecen de este promedio (ver Cuadro 1 y Figura 1).

Hay dos factores que mitigan esta carencia de la tierra. El primero es el aumento en la producción agrícola por el uso del abono químico y los insecticidas. En 1937, 1Vagley calculo que una cuerda d e milpa nueva producía aproximadamente un quintal de maíz el primer año y sólo 75 libras e1 segundo. Idealmente, habían de cambiarse las milpas cada dos o tres años para que descansaran, pero por falta de tierra. muchos no to hacían. dando lugar a una reducción correspondiente en rendimientos. Según mis amigos ehimait~cos, hace 3.5 ufio; h¿i!;;¿i que sembrar 30 o 40 cuerdas para producir SO o 25 quintales de maíz. Dt. acuerdo con el Censo i\gropecilario de 1964, ixn acctiel entonces e! rendimit:n;o medio en Chimkii Cut- un joco mer,os de 60 !ilj:-;is de m;iíz

cc \ I ) K ( l 1 DistribuciOn de la Tierra

'l'amaños en 1937, 1964' lUiY Manranas kurnero Piirienhjr %úmero Porcentaje Sumere P(~rscntaje

: I I ~ I I ~ ? < 1 - , 7- l t i . : n ; ~ i ii') iV.0'8'~ 1 1.; ,, %, . . 8 ~ , I S,- . . .,, ,>

1 3 I.9V Ii 3 . ih5 3 i ,:'::S, 107 L , 7 7 ~ , r : % ~

2 LI J,-)'J 9: .., 14 .~ 1:';; I r 8 I5.h";. 112 28 ,d'r'#,

5 2 9.99 6 i 14, ihi ., íí . 10.4'1:: . 11 ., 8.3,';;

11) :, 3l .W 47 ¡e,*'. l 3.40: i 2.0:1~#,

i? ,! h3.99 ~ ~. -. i (),2:)'.: .- -.

E:st;is cifras son cnicul»s ;ipr«ximatlos totnados del cuarir» clrr LZ;igIcy L:.<:?iori~ii~.~. p.;:]. f;,::tr, ilgnlin,"~t"rio cit. I91i4.

' Es ta s ~ i f ra . s fueron t ~ m a d i i s en abril <le I < I i Y . Calculo L I U ~ el riúnit~ro totill de pCqu<:zias fincas en Chiini>:iI cs ya iiuis de 700, ptsrii pud i tornar sí)io los datos (ir. los productores que i.ivi?n eii ei pueblo. ' t i l i~r~i t s . i v prol,al>lc r j u ~ 1;is tiwt.nci:rs ciiid;i,- c?n el cuziriro ixsttri algo ixiLs por ciehajo que la.; cifras vt:rdaiieras, Cvgún mis :~inigt,.; chirnaltt>coi, ri,icii(~ reportti tcjtio i ü tisrrcilo a íos ci~ipatlroni~iirirci de c:ualquicr censt). put~.sto <iu<' L<.meii ijui, l:is ixni:uestas wiii~ ii*:ic?:is p;ir:i impr*ii<,r inipii<'+t(>~ <i iilgn :%si. fli poiiiile quis seb iii-rrigrir' 121 supcrficir plaritatl:~ c,ri cultivos pcrrniirir?iiLos cotiro ci cnf6, pero en vuaiitc! a las i>iiIpa$ o 10s ttbrrt.il<is <>ii i)arlit~ih<!. e.; irilpoiililci. Sir1 rriihargo. tio hziy ~ iu t i a czuc' Ja pwsi¿,n i i i i~rc l:i iicrrir h:i i>n:pi.iira<io t n ii\- úitinios :iiios.

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John Watarzabe , ., , , ..,...

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FIGURA 1 Distribucion de la tierra

i . . . 1979:

1 1964

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---- menos 1 a 1.99 2 a d.99 5 a 9.9:) 10 a 32 a 64 o mas !te 1 81.99 63.99

Tamann en manzanw

:Las cifra? (fe 1979 rf.preseiitan terrenos sembrados en milpa, asi como en siemhras nermanenti's.

por cuerda. Desde fines de La década de 1960, empieza a usarse el abono químico, y la producción agricola ha aumentado en confo~midnd. Hoy día, una cuerda en Chimbal puede producir entre 1.5 y 2 quintales de maíz. EIe oído de rendimientos más altos pero cb!o "en milpas bien abonadas," como me aseguraron mis amigos. Además, can abono se puede usar la misma milpa año tras año. y no hay qiie tener tantas cuerdas en barbecho como antes.

Sin embargo, el uso del abono químico no ha cambiado por completo el patrón antiguo del uso de la tierra. Lo que s í ha permitido, es la reducción de la cantidad de tierra que cada Ghimalteco tiene que sembrar cada año, así como la prolongación del ciclo de usar y de barbechar los terrenos. Los Chimaltecos todavía ejercen el sistema de barbechar sus terrenos. Reconocen que aun con abonos químicos hay que dejar las milpas en barbecho después de unos años. Al sembrar una milpa nueva, se dice que se necesitan dos o tres años para "reconstruir" la tierra con abonos, cal, e insecticidas. Durante este período los

Cambios en Santiago Chimultettanyo 2.5

rendimientos crecen cada año. Luego que la milpa alcanza la producción mkxima, se calruta que puede usarse por siete u ocho años m&. Además, hay que notar que los Chimaltecos abonan sólo las milpns de invierno, es decir, las que se siembran al principio de las lluvias en mayo. Estas milpas estan en tierra templada cerca del pueblo y producen la mayor parte del maíz necesario cada año. Sin embargo, muchos Chimüitecos tienen dtras milpas en tierra fría iiamadas "milpas de verano." porque se siembran en febrero y se cosechan a fines de noviembre. Suplementan las reservas de maíz cuando éstas son bajas, üiites cie ia cosecha de !as rnilpas principales, en enero. La mayoría de las miipas de verano son parcelas de sólo 3 o -t cuerdas, y están lejos del pueblo, a vrcrs una caminata de dos horas o más. Por consecuencia, no se las cuida tanto como las milpas de invierno. Ye parece que se 1abra.n las milpas en tierra fría i&w;?ial como se cul¿isahan todas las milpas en tiempo de IVagley: sin abono, y sc l6.s cambia cada dos años. 1,os rendimientos de sólo 50 libras. o menos. por cilc~rda, son pr1~ebns indudables del impacto del abono qilimlco t.31 !a prodncci0n agrícola d c

Ciiimbal. A mediados dcb 1:i dk-ad:i dt, 1g70, lo:, Ciiimal~c~ros producían

grandes excedentes de maíz que sc vendían. pero hoy d ía pocas siembran maíz para vender. Pürt?i:e qri- !a rnayoría de los Chimaltectis siembrzin un promedio de 15 o 20 cuerdas di? milpa--suficiente para alimentar a su familia- deja e1 resto de sus terrc3nos para crccer leña. Algunas personas arriendan terrenos :i otros Chinl:~ltecoc;, o a sus vrt:inos itn San Juxn iltithn, i.,ilst;in~e:s de yuicnes carc3cen de sit propio ti,rreno. Ida rexducción en el niirncro de cr:c.rLias sembradas en milpa iepkesenta la tercera parte de !o yiir se tenía quil sembrar h;ice cu:rrenta ;iiios. A pesar de ii310, 10 largo drai ciclo ;igri<:ola pc:rrnanci:c, casi igual cumo antes, y sólo e! tipo de trabajo ha carnhicido. t.:! rncjora%ic:nto tBn t&cni<:as agícoias no representa una reduct:ión cit- ¿ratt;~jo sino urta intensificación dtl uso <ir1 l í i t,ic?rra

El segundo fi~ctor que mitiga ia ririisibn iiurnentada sobre !a tierra es el cafh. En 1937, la única fuente di. ingresos para los Chimaltecos era 6.1 maíz. Había cjue sembrar tnás maíz que !o que se nec~sitaha, para usar los excedentes cn 1:i compra dii otras ne(:ecidades. El c:if& ha

1 reemplazado al maiz como el principal cultivo que arriende ctinrro al contado. Hoy día, se prefiere sembrar c?i mínimo de maíz y trabajar más e n 1 cíif6-por sup~iiisto si cr tiene 1:t tierra propia para el

f ' ,i c.-compranrlo el m ~ i z "con i.1 caf;:" si hace falta. Por el ;tumento del pnlcio de (,;if'&, ;i medindos dc Iii cl&:rd;i c l ~ 1970, los ('hirnaltcicos ya

Johs Watanabe

pueden obtener más ingresos con menos tierra con el café, lo que nunca pudieran ganar con el maíz.

E R 1937 , ningún Chimalteco tenía cafetal. En 1964, 74 Chimaltecos (el 13.8 por ciento de los productores) reportaron un total de 15 manzanas de café, más 27 manzanas en plantía, con una producción total de 413 quintales. Hoy día, por lo menos 189 Chimaltecos (el 48 por ciento de los productores de los cuales tengo datos) ya tienen cafetales de una hasta 59 cuerdas. Estos cafetales representan un total de 127 manzanas, o sea el 13.6 por ciento de toda la tierra en cultivo (ver Cuadro 2). Además, algunos Chimaltecos trenen cafetales en tierra caliente, cerca del municipio de La Democracia. Uno de los grandes productores Chimaltecos tiene 3 manzanas de café en Chimbal y 7 manzanas más en La Democracia. Aproximadamente 5 manzanas ya producen y el resto está en plantía. En 1979, vendió 60 o 70 quintales de café oro. La mayoría de los caficultores chimaitecos no son tan grandes, y en 1979 el 52 por ciento de ellos produjeron 5 quintales o menos (ver Cuadro 3). Calculo que se produjeron alrededor de 1200 quintales de cafi. oro en 1979, es decir, un promedio de 9.4 quintales por manzana. La producción actual es mejor que esta cifra, puesto que nueve prodiictores reportaron que todavía no tuvieron rendimientos y muchos mas reportaron superficies todavía en plnntía. De todos modos, aun este promedio todavía es mejor que el promedio nacional de 8.5 quintales oro por m a n ~ a n a . ~

Los ingresos de café han permitido que algunos Chimaitecos lleguen a ser dueños de transportes y tiendas. Si bien todavía no existe buen camíno hasta e1 municipio, en 1979 había &es transportistas-dos indígenas y un ladino-que mantenían servicio en sus pickups entre Chimbal y Huehuetenango. En 1937, un viaje a Huehuetenango llevaba tres días a pie. Después que se construyó la Carretera Interamericana, los Chimaltecos caminaban dos horas hasta la carretera, cubriendo el resto del viaje a Huehuetenango en autobús o camión. Se compró el pr imer vehículo chimalteco en 1975, y hoy día, un viaje a Huehuetenango lleva sólo dos horas en carro con buen tiempo. Por las mejoras en el transporte hay más tiendas en Chimbal que antes. Ya es más fácil y más barato traer bienes de Huehuetenango y se puede cargar más en vehículo que por mula o a pie. En su mayor parte, las tiendas venden ropa y artículos de primera necesidad, Hay unos comerciantes

3 J. C. Cambranes y Gustavo Porras, "La realidad agrícola-rural de Guakmala,"Politica y sociedad, No.6, 11 Epoca, (julio-diciembre de 1978): 50.

CCAURO 2 Distribución de Tierras Sembradas en Café

Tamaño en Número de Cuerdas8 Productores Porcentaje

O 204 r.)(, d..

1-4 36 11'1 5-9 48 12y;

10-1 -1 30 W ': 15-19 16 *. ,

1 ' :

20-21 9 9 (-2 - Zr>.Z9 -

el ', t ." 30-39 10 (,:

40 y más 5 1 <, .. ~. . -~

TOTAL :3Y3 100%

1 La cuerda en Santiago Chimaltenango es 25 varas por 25 varas. Además de las 2032 cuerdas (127 manzanas) de café en el propio ntunicipio, algunos Chimaltecos, por lo general productores más grandes, t imen c;tfetales en tierra ealiente, cerca de La Democraciíi,que n o están inciuidos aquí. Sin embargo, la mayoría de esos caficultores todaviaviven en Chimbal.

2 De ninguna manera incluyen estas cifras a todos los caficultores chimattecos, ya que sólo tengo datos sobre los productores que viven en el pueblo. A pesar de e:*to, creo que estas cifras incluyen a la mayor parte de los eaficnltores del municipio. Los Chimaltecos prefieren vivir juntos en el puehlo, y me decían que las aldeas son "tristes". Por eso, los que pucclen hacer los gastos-que son por lo grnrral 10s mismi>s que no tienen que emigrar a las finc;tu cada ario y así puedctn c:stahlecrr sus propios cafetales en primer It~rar-tieriian casas en el pueblo y construyen "segundas casas" en las aideas, cerca de sus cafetales. Si bien pasan mucho tiempo (a menudo meses) alli, consideran sus casas en el pueblo como su domicilio "verdadero." Ida gente propia de las aldeas es considerada pobre, porque si tuviera el dinero, tendría casas en el pueblo. Así, crtho quc las cifras en la tabla representan una muestra adecuada de la caficultura en Chimbal, y en verdad, es probable que el número real d e ca£icultores chimaltecos sea menos del 48 por ciento dado en el cuadro.

que viajan hasta Guatemala para traer radios, grabadoras, relojes y otros artículos de lujo para vender en el mercado semanal. En todo caso, el margen de ganancia permanece baja por la carencia de dinero, la falta C ~ P

especialización, la competencia local v la demanda limitada.* Cuando Ct'agley visitó cl nueblo cm 19.56, sr di6 ciientít q u ~ había

Z Me piwece que los inventarias de la rnayorfa de esos conierciantes valen i ! entre $100 y $300. El inventario más grande que conocl valía aproximadamente

4 $2000 en mayo de 1980. consistiendo en 9 radio-grabadoras, 15 relojes, 16 pares de

CUADRO 3 Rendimientos de Café. 1979

PORCENTAJE Producción Número de Población Suhsector de

en Quintales' Productores Total Productores

O 213 57%" - 1-5 84 22% 52%

6-10 44 12% 27%. 11-20 25 7 ?"o 16Co 21-30 5' 1 ?o 3 yc

31 y mas 3' 1% 2 5%

TOTALES 374 100"~ 1Wmc

1 Estas cifras representan rendimientos en quintales de café oro. Por las tarifas altas del transporte a Huehuetenango, donde todos los Chimaltecos venden su café, quieren que se reduzca al mínimo el peso de su producto. Antes de que se venda el café, es limpiado y secado tres días al sol.

2 Estos productores reportaron rendimientos de 25, 25, 313, 25 y 28 quintales respectivamente.

3 Consisten en rendimientos de 50, 35, y 35 quintales.

4 La discrepancia entre esta cifra y la equivalente en el Cuadro 2 es debido al hecho que nueve productores reportaron superficie en plantía y todavia no tenian rendimientos en 1979.

más propietarios de mulas en aquel entonces que en 1937, y éstos se ganaban la vida transportando el café de las fincas, cerca de La Democracia, a Huehuetenango. Tales propietarios ya sólo ganan un poco de dinero alquilando sus bestias a otros Chimaltecos. La ocupación de transportista está actualmente en manos de los dueños de vehículos. Sin embargo, estos transportistas más que nadie alivian los problemas de los comerciantes rurales. Tienen que llenar el vacío económico entre los precios a!tos de la economía nacional de consumo

zapatos, más ropa y otros at icuios hechos a máquina. Sin embargo, hay que darse cuenta que el comercio en e¡ pueblo está enlazado estrechamente af ciclo agrfcola. Todo el capital para el comercio viene de la agricultura, y casi todas las ganancias comerciales son reinvertidas en la agricultura, no en el negocio en si. Por eso, los inventarios deloscomerciantes son más grandes y variados, y el comercio es mas activo en abril y mayo, después de la cosecha del propio café de los Chimaltecos, y cuando los trabajadores migratorios que han regresado de las fincas tienen más dinero a1 contado. En conformidad, el comercio es tr.& pasivo de septiembr? n enero, por la escasez de fondos y por ias migraciones a iü Costa.

t'crnthios en Sa~ztiago CIi imaltenango 29

y lo que los individuos de la economía locai de subsistencia pueden o quieren pagar. Aunque son ricos en sus propios términos. los - - propietarios de transportes apenas hacen gastos por el vehículo, el mantenimiento, y la gasolina. Además, el mal camino desde la Carretera Interamericana hasta el pueblo, limita el tamaño del vehículo que se puede usar, y así se limitan también la carga y los pasajeros que se lleva11 cada !?aje. El margen de ingresos es bajo y siempre a merced de los inconstantes precios de la economía nacional. Hasta cierto punto, no se puede aumentar el pasaje para compensar por gastos aumentados. Cuando el pasaje a Huehuetenango subió por el aumento del precio de la gasolina, muchos Chimaltecos empezaron a caminar de nuevo hasta la carretera para economizar Q1.OO. X veces n o se consiguen bastantes pasajeros para pagar la g a s o ~ i n a . ~ Nadie se gana la vida sólo como dueño de transporte, pero la ocupacibn hace descuidar otras actividades econbmicas, especialmente en cuanto al café, de donde vino el capital, en la mayoría de casos, para comprar el vehículo. Por eso, a los seis meses despubs de haber llegado a Chimb:if, los dos indígenas habían vendido o perdido sus carros. Volvieron a ocuparse consu trabajo como caficultores y agricultores de subsistencia.

Además, hay tres cantineros en Chimbal, dos ladipos y un indígena. Tres hombres tienen molinos de mixtamal? y hay un carnicero. Otros hombres trabajan d e vez en cuando como "doctores" y ponen inyecciones y dan pastillas; dos hombres sacan dientes por 50c. Hay unos carpinteros y albañiles que trabajan en el pueblo. Finalmente, hay muchos marimbistas que ganan dinero durante las fiestas en Chimbal, así como en otros municipios. Algunos de mis amigos ganaron bastante dinero para comprar terreno en Chimbal y en otras partes "con la marimba." Sin embargo, debe tomarse en cuenta el hecho que todas estas actividades suplementan, no reemplazan, el trabajo agrícola como la ocupación principal en el pueblo.

Consecuencias y análisis

Ecc.sumiendo, los cambios e<.onómicos más grandes en Cbiritbal ha2 sido el mejoramiento de la producción agrícola, la introduccibn del café como el principal cultivo que arriende dinero al contado, y los

5 Los gastos diarios inciuyen 520 o más para la g:isolina, y $2.0( oara el chofer, más su alimentaci6n. Al pasaje .tetual (mayo de 198') de $1.50 por mrsona, hay que llevar por lo menos 8 personas en viaje de ida y vuelta para que no e pierd~ drnero. Según uno de los dueños, no se gana más de $5.00 diarios, y esto no eutrre el abono del vehículo ni la reparacibn cuando se descompone.

John Watanabe

mejoramientos en el transporte. Por supuesto, la economía chimalteca que se ha descrito no existe en el vacío, y los cambios que han ocurrido tienen grandes implicaciones para el pueblo como para sus relaciones con el mundo exterior. El análisis de Wagley muestra que muy temprano como 1937, Chimbal había perdido definitivamente la independencia económica. La producción de productos hechos a máquina y la necesidad de dinero para comprarlos rompieron la autosuficiencia económica del uueblo. Nov día. el uso del abono . "

químico así como el crecimiento de la caficuitura y el comercio en el municipio han aumentado esta dependencia de la economía nacional.

En cuanto al mejoramiento de la producción agríenla, hay que usar entre 5 y 7 quintales de abono químico para que 15 cuerdas de milpa produzcan el maíz necesario para un año. El trabajo migratorio en las fincas de la Costa Sur sigue como la fuente de fondos más común para comprar estos abonos y otras ne~esidades.~ En 1978, el 64 por ciento de los Chimaltecos bajó a las fincas, la mayoría por dos meses o menos. El máximo fue cinco meses, pero sólo el 7 por cienko de la población total fue por más de tres meses (ver Cuadro 4). Debido 2 ciertos cambios, empero, el carácter de estas migraciones, y su efecto cTn la comunidad, han cambiado desde el tiempo de Xagley. En aquel entonces, tales comunidades como Chimbal estaban más aisladas, y en realidad, la neresidad de buscar trabajo fuera de la comunidad era un rompimiento grave para el individuo así como para la comunidad.

GUADKO 4 El Trabajo Migratorio, 1978

Número de Dias Número de familias Porcentaje

o 30 60 90

más de 90:

TOTALES 371 100%

' El ináximo fue cinco meses. Solo dos o tres familias se quedaron en las fincas por aquel periodo.

6 La mayorfa de los trabajauores tnigratorios chimaltecos v a n a las fincaz de la Costa Sur de Guatemala, entre Escuintla y la Erontera de México. En agosto, después de La fiesta titular de Santirtgo. empiezan a migrar a las fincas más haias *'**

Durante los últimos años el mejoramiento de caminos y transporte han facilitado el movimiento entre las fincas y el altiplano, y así ha sido mitigado el aislamiento producido por tales migraciones. Ya 6:s más fácil que los trabajadores migratorios mantengan lazos estrechos con sus comunidades natales. h veces, un Chimalteco va n una finca solamente para visitar a sus parientes que están trabajando allí, quedándose linos días para ayudarles y darles noticias de sus familias y amigos en el vueblo. Además, el mejoramiento de la ci>muiiicaciÓn, especialmente ia radio, ha dado lugar a una familiaridad rnás amplia del mundo fuera. del pueblo. k1uchas fincas ya anuncian en la mdio el trabajo que necesitan y el jornal que se paga, h7 los Cliimaltecos pueden escoger la finca a la ctral se van n trabajar. Ya no hay que depender riel hr,bilit;idor. En verr-iad. parece que la mayoría de los Chirnaltpcos van a las fincas sin contratos.

Hay que hacer notar ttlmbién qt ie la cosecha de cafk eri la Costa Sur no está en conflicto con el ciclo agrícola de subsistencia. Es decir, la cosecha de c:if6 tin las fincas cae durante iin período libre en e1 cuicf:ado de l:is milpas. En Chimb:rl se desmontan las miipas principrrles en :tbril y si. siembr:i~i :i mediados de mayo. En junio, cii:indo 1;i miipa y Ixs malezas tienen casi el mismo tamaño, se !-;:ice la priniera limpia. ~i principios de julio se siembra el frijol y se abonan las milpns. Se hace 1:t

s c e ~ n d a limpia antes de la fiesta titular de Santiago, a fines dc. julio, En agosto algunas personas hacen una tercera limpia y echan abono otra vez* p r o por lo gc:nt.r:il SI? puede dejrii- las milpzts sin cuidado descit. ;:gasto hasta Cines de diciembre. En estos meses c;ii> cl coiti. de caf6 en la Costa, cuando se ne>ct?sita el número más gr;indr de trabajadores ttirnporales. Parü !a Navidad, st. ha terrnin:ido !a r-ost:cha en las fincas mas altas y los trabajadores migratorios han regresado a Chimbal para cosech;tr las milpas en enero. En febrero el pueblo esta vacío otra vez por el corte del café de los mismos Chimdtecos t.tl la barranca abajo del pueblo y en la cuenca del Río Ocho, una caminata de tres horas al norte. Así, los Chimaltecos pueden ir a las fincas sin descuidar las milpas, y si bien muchos Chimaltecos trabajan por meses en las fincas cada añol In milpa permanece como 511 preoci~pación económica

la Costa, siguiendo la cosecha, mientras que eL cafe madura en las fincas mas altas. Casi todos regresan al pueblo para la fiesta de Todos Santos, a principios de noviembre, pero muchos van de nuevo, esta vez a las fincas cerca de La Democracia y la frontera de México. Desde hace pocos anos, unos Chimaitecvs van a las fincas a hléxico, donde se dice que las viviendas y la comida son mejores, y se paga más. Sin embargo, sólo los jóvenes van, y a diferencia de las migraciones a las fincas de la Costa, nadie sci lleva a sit familia a trabajar a México.

3.2 John Watanabe

principal. Los que no van a las fincas trabajan en sus propios cafetales o en otras actividades en el pueblo. En todo caso, en septiembre y octubre el pueblo está casi vacío, y muchas veces los que están allí se quedan en casa, no escuchando más que la lluvia que cae sobre el techo todo el día.

La motivación para ir a las fincas ha cambiado también. Hoy díz, casi toda la gente en Chimbal puede sembrar bastante tierra para alimentar a su familia durante el año. Sin embargo, se necesita dinero para comprar abono e insecticidas. El hecho más importante-y la diferencia más grande de la situación descrita por Wagley--es que los Chimaltecos que van a las fincas, van por falta de dinero, no por falta, en la mayoría de los casos, de tierra. Por la disminución de la cantidad de tierra que se necesita cada año para proveerse, ya es más fácii alquilar el terreno que falta, sin acumytar deudas prohibitivas a los propietarios en dinero o trabajo. Cuando un Chimaiteco va a las fincas, retiene una base económica y social en la comunidad, más segura que antes. Los trabajadores migratorios no son necesariamente "ciudadanos de segunda clase" en su propia comunidad.

Desde una perspectiva macro-sociológica, estos dos hechos-la retención de una base económica viable en el altiplano, y el mejoramiento del transporte y comunicación-tienen más implicaciones para el proceso de ladinización que las migraciones del altiplano hacia la Costa Sur podrían representar. Es decir, estas migraciones no tienen tanto efecto como se supone. Si bien los Chimaltecos participan más en la economía nacional, para la mayor parte, esta participación no in tegra verdaderamente la comunidad a la nación ni a otras comunidades. La mayoría de los Chirnaltecos participa en la economía nacional sólo como jornaleros agrícolas. Hacen el mismo trabajo agrícola que harían si pudieran quedarse en su propia comunidad. La mayor parte no aprende tampoco nuevas habilidades en las fincqs, q i ~ e les permitiera sobrevivir en el mundo ladino de cualquiera otra ?lanera que como jornalero agrícola o manual. Las fincas no los tientan a salir definitivamente de su comunidad natd. Los trabajadores miyatorios regresarán a la comunidad en tanto que el trabajo sea iguai y solamente se cambie el lugar.

Adewás, los Chimaltecos ven las migraciones como una extensión de sus propias actividades económicas, no como el movimiento a otro sistema económico. A diferencia del tiempo de Wagley, hoy día el trabajo asalariado es un hecho aceptado de la vida chimaiteca. Aunque sigue todavía el intercambio de trabajo, el trabajo asalariado es el modo

Cambios en Santinyo Chimaltenango

más común de emplear a mozos en Chimbal, así como en las fincas. Sin embargo, la necesidad de buscar tal trabajo ya no tiene la implicación tan fuerte como antes, de inseguridad económica o de carencia del prestigio social. Sin duda, se necesita mas dinero que antes. Las fincas proveen una fuente aprovechable de este dinero al contado, pero nada más. Para los Chimaltecos, el trabajo en las fincas es todavía un medio económico, no un fin en sí. Se aprovechan de tal trabajo para que se realice lo que consideran sus propias ambiciones económicas, ya sea la compra de más terreno, el comercio, la caficultura, o la agricultura de subsistencia.

Finalmente, muchas veces toda fa familia va junta a las fincas, o se va con otros compañeros. El contacto con otros indígenas o ladinos, o aun el uso del español, puede ser reducido al mínimo. Aunque se vaya lejos físicamente, no se recorre necesariamente una distancia cultural correspondiente. No es decir que no se encuentren nuevas ideas y deseos, o que no se experimenten nuevas situaciones, sino que los medios para realizar tales ideas o deseos, así como el contexto de las relaciones sociales, permanecen iguales. Todavía el trabajador chimalteco es un Chimalteco, es decir un indígena. Todavía carece de habilidades no propias d e la agricultura. Todavía tiene-y desea-sus propias responsabilidades económicas y obligaciones sociales en su pueblo. Un radio nuevo o un reloj brillante no hace un ladino, especi?lmente cuando se ha ganado el dinero para comprarlo de una manera que se ha hecho tan "indígena" corno la agricultura de subsistencia: trabajo migratorio en las fincas de la Costa Sur. Idas fincas ofrecen el trabajo que no se puede conseguir en otra parte, o más bien en la comunidad natal del individuo, pero nada más. Comparado con esto, la comunidad natal retiene un valor positivo como el foco de una vida social y económica más completa.

La introducción del café como el principal cultivo que arriende dinero ai contado en Chimbal ha dado lugar a un cambio en el uso de la. tierra así como en el significado de la tierra. Según ix.'agley, hace cuarenta años la Unica fuente de la riqueza para los Chimalteccs eran los excedentes de maíz que se producían. Cuando toda la tierra era comunal, un hombre podía tener sólo la tierra que podía cultivar por sí mismo. Así las familias más grandes tenían más tierra porque el padre aprovechaba la ayuda de sus hijos. En aquel entonces no existía el trabajo asalariado en el municipio. Al establecerse la propiedad privada, un Chimalteco tenía que contar con la herencia de su padre (la cu'l a era mks pequeña cada generación) en vez de una concesión de la

John Watanabe

municipalidad. En cambio, se podía adquirir más terreno que el que se podía cultivar. Con otro trabajo en las fincas o por medio de terreno prestado a cambio de trabajo, siempre se trataba de aumentar esta herencia. Lo más importante era producir un excedente bastante grande para comprar más terreno. Además, con los excedentes podía emplearse a mozos para cultivar las milpas, mientras el dueño se ocupaba en otras actividades todavía más lucrativas, especialmente la de transportista. A fin de cuentas, en aquel entonces, la cantidad de tierra y la habilidad de producir excedentes de maíz de ésta, eran las fuentes más importantes de la riqueza.

En 1937, Wagley predijo que sin cambios en el sistema de la tenencia de la tierra el deseo para adquirir más y más terreno-siempre realizado más fácilmente por los que ya eran ricos-daría lugar a la estratificación económica consistiendo de una "clase7' de terratenientes y otra "clase" dependiente del trabajo asalariado en las fincas o en Chimbal mismo. Sin embargo, por varias razones fa diferencia entre "rico" y "pobre" no ha crecido tanto desde 1937. El crecimiento de la poblaci.' ha fragmentado las tenencias aun de los ricos, nivelando los recursos de todos. A la vez, empero, el mejoramiento de la producción agrícola ha librado a muchos Chimaltecos de la dependencia de los grandes terratenientes del pueblo, por lo menos en cuanto a la tierra.

Más que nada, el café ha cambiado definitivamente el patrón del uso de la tierra y su relación a la riqueza descrito por Wagley. El café, como cultivo más especializado y permanente, ha cambiado el valor de la tierra misma. La tierra propia del café o un cafetal ya establecido vale más que sólo cierta cantidad de terreno. Ya no hay una relacióndirecta, como antes, entre el tamaño de los terrenos de una persona y su riqueza. En verdad, mis amigos me dijeron que los ricos mencionados por Wagley ya han perdido su dominación económica en e1 pueblo porque no se adaptaron a la nueva situación económica, especialmente en cuanto al café, y por el mejoramiento económico general del pueblo, producido por la c$icultura. Si bien 10s grandes caficultores en el pueblo emplean a muchos Chimaltecos, los ingresos de los mismos pequeños productores, aunque sean pocos, reducen la dependencia del trabajo asalariado, y han logrado prevenir el crecimiento de una marcada diferencia en la estructura socio-económica de Chimbal. Como Wagley se dió cuenta hace cuarenta años, los grandes terratenientes todavía no han ocupado el papel de patrón. Trabajan juntos con sus empleados y los consideran socialmente como iguales.

Cambios en Sa?ztiago Chimcrltenango .f 5

La educación también ha afectado este proceso de nivelar las diferencias económicas y sociales. Antes, los pocos hombres que hablaban español adelantaban en la vida pública del pueblo porque sóto estos podían tratar con oficiales gubernativos y otros ladinos. Ahora, por los mejores conocimientos del idioma, de la tecnología, y de la sociedad ladina, un Chimalteco no puede ser controlado tan fácilmente como antes por sus vecinos m& listos o por los ladinos. Más personas pueden aprovecharse de los aspectos del mundo ladino que quieran o necesiten, especialmente en cuanto a las técnicas agrícolas. Ya no hay que depender solamente de los que saben hablar español o de los mismos ladinos para superarse. Por eso, se me dijo que los Chimaltecos están emparejándose económica y socialmente más que antes. y no se habla tanto de las diferencias en la riqueza o en el prestigio como en tiempos de Ili'agley.

Paradójicamente, los cambios económicos ya mencionados han permitido e1 mantenimiento de casi todos los patrones sociales que Wagley encontró hace cuarenta 6 6 s . Además de este mantenimiento de la estructura social básica, continúan muchos de los valores sociales que lo acompañaban. Sin embargo, es difícil especificar el contenido preciso y la fuerza de estos valores. .41 hablar del cambio eri valores sociüles, empero, no se debe conceptuar el proceso de cambio como reemplazo o intercambio. como en el caso de instituciones sociales. En ciertc sentido, se puede decir que los partidos políticos han "reemplazado" a la jerarquía civil-religiosa en importancia en la vida política del pero más difícil decir, por e!ernplo. que -1 valor objetivo del dinerrz ha reemplazado el significado slxial del trabajo? sólo porque el trabajc asalariado ha sido introducido en Chimbal. El cambio en valores sociales es mucho más complicado y sutil. Prefiero conreptti:ido no como

7 Una muestra inequívoca de este proceso de "reemplazo" es que el aicalde recién electo, aunque es indfgena, no tiene más de treinta años. Antes, sólo un hombre de cincuenta aíios, o más, que ya habla servido en los cargos más bajos de la jerarquía civil-religiosa, podia ser considerado para alcalde. Pero los hombres viejos dicen que si es necesario que el alcalde sepa hablar bien el espaíiol, y sepa leer y escribir, el oficio es de los hombres más jóvenes. Quizás se restablezca el viejo patrón cuando los hombres "edueados" envejezcan. En todo caso, hay que darse cuenta que lo que ha cambiado es la función del cargo de alcalde, no el valor social de la edad. Todas las decisiones importantes para el pueblo todavfa son hechas por consenso de todos los hombres, un proceso en el cual "los viejos" todavía ejercen considerable influencia. En realidad, el alcalde ya no tiene tanto el mismo poder ni p r e s t i g i o en el pueblo como antes. Sus deberes actuales son los de tratar con los oficiales gubernativos y servir de portavoz para las necesidades del pueblo. Su autoridad se derivadel sistema legal fuera del pueblo, no del sistema social del pueblo mismo. Así también ha de dirigir sus actividades fuera del pueblo.

36' Johx Watanabe

proceso de reemplazo sino como proceso de extensihn y de incorporacibn. Viejos valores pueden ser aplicados a nuevas situaciones; nuevos valores pueden ser incorporados al sistema de valores existente, sin cambiarlo por completo. A pesar de cualquier cambio, en tanto que el individuo perciba otros valores compartidos como suyos y no como impuestos por la fuerza por otros grupos o personas, seguirán tales valores como base coherente para la acción social. Además, este sistema de valores puede proveer al individuo de la fuente de su identidad social.

1,. )S Chimaltecos todavía retienen un sistema coherente de valores sociales. Aunque han adquirido rasgos de la cultura ladina, no se consideran e l los mismos como miembros verdaderos-pero marginados-de la sociedad ladina. Mantienen la identidad y el orgullo de un grupo aparte, a pesar de las influencias de afuera. Los rasgos nuevos que sí se han adquirido se ven romo mejoramiento de la vida actual del pueblo, no como ladinización. Se puede decir que los hombres chimaltecos están aculturándose en la capacidad de hablar español, err algunas actividades económicas, y hasta cierto punto, en sus deseocy ambiciones. Sin embargo, las mujeres todavía se quedan en el hogar, con frecuencia hablan sólo la lengua indígena, y sirven de '1 preservadoras" de la cultura, especialmente en cuanto a la custodia y al entrenamiento primario de los niños.

En tanto que exista esta diferencia en la aculturación entre los sexos, hay que darse cuenta de la realidad de "la cultura indígena." Aunque el padre tenga bastante contacto con los niños, durante los primeros años estos pasan la mayoría del tiempo con la madre. Los niños son criados en un ambiente no ladino, y sólo después que han adquirido los valores y perspectivas de su propia cultura, empiezan a adquirir conocimientos y rasgos de la cultura ladina. Es decir, tal adquisición no llena un vacío, sino que representa una extensión del alcance de una base cultural ya establecida. Aunque la comunidad ya no está tan "cerrada" o contenida en sí, como en el pasado, no quiere esto decir que la cultura indígena carezca de la vitalidad de apropiarse de rasgos de la cultura "dominante" y de hacerlos íinicamente suyos. Los cambios sociales no son una cuestión simple del intercambio de rasgos de una cultura a otra, sino que el resultado de estos cambios-así como las consistencias-es una combinación verdadera de culturas que no representa necesariamente una grada hacia la asimilación de la cultura ladina. Se hace algo nuevo, en lo cual la parte indígena es tan dinámica c! indispensable como la parte ladina.

La vitalidad de la cultura chimalteca ya no descansa--c.n la creencias religiosas ni en otras instituciones como la jerarquí civil-religiosa. La fuerza de la cutrur:i se encuentra en la visión de mundo, producida por las actividades diarias de una sociedad agrícola combinadas con una herencia única e histórica de un lugar específico Es decir, los Ghimaltecos son chimaltecos, no por tener t aks o cualt. instituciones o creencias, cirio por ser recipientarios, en el tiempo y ei e1 espacio, de un desarrollo histórico y local; y no sólo por llamarsc Chimalteco. opuesto a! resto del mundo. ?;o se pueden ver La distinciones tan fáciimentc como antes, sino que !os Chimalteco: todavía t,ienen orgullo de sus habilidades y de su inedio dé vida, que lo: colocan aparte de sus vecinos. Se mti aseguró que cn presencia de todo: los cambios en la religión, la educación, la c.conomía, la medicina, y e a ~ ~ m e n t o de más amplias relaciones sociales, seguiríli la cu i tu r~ chimalteca "por el ambiente, con la alimentación."S

En t&rminos más concretos, ese "ambiente" t3s dominado por l:i: actividades agrícolas. ;\ pesar de la presencia d e ol.ras ociipaciont,: económicas, todos los Chimaltecos son agricultort.~ del maíz. En verdad, el vc>rh<il ao'naai; "tr:tbijnr" e n maml implica "l::brar milp:i coi1 azadón,'? y esta habilidad permanece como c.1 vüior central de i;i cultura, u n valor que distingue a ' k n Chimbal"-es decir un indígena chimafteco-cie un ladino. Como tVagley se dió cwn ta hace cuüuent;. años, el tr:tb;tjo en las milpas es todavía !:i mu(?str:l rnüs import:intt: de la madurez de un joven chiinaltoco. I-i;ist:i que no se aprcbnd;t a ciiltivar 1:i milpa con maña no str i.s udulto, a pesar de 1:) ?!dad. Piira sobrevivir en Chimbal, todos tienen que hacer c.1 mismo trabajo ~igrícola. Se respetan e1 éxito y la inteligencia, pero todavía la riqueza y aun el trabajo de fuentes fuera de la agricultura son sospechosos, y t,s probable que sean e1 objeto de celo y chisme.

Todavía no vale el dinero en sí. Mt? parece que los Chimaltecos i*~~spetan el modo por lo cual se gana la vida, más que el &xito mismo. Además, la riqueza no es un requisito pava el iespcto, y la pobreza ilo implica automáticamente la incompetencia o el fracaso. Ida motivación

el ?'?jeto del trabajo son proveer a la familia y dejar herencia a los hijos. Conlo me dijo uno de mis amigos: "No estimamos las cosas

8 Como muchos put.blos indtgenas de Guatemala, los Chitn~lteeos tienen creencias complejas sobre la alimentación, que no puedo elaborar aquf. Basta decir que creen que su dieta-especialmente "las hierbas," además del maíz, por supuesto- ks da la fuerza que les permite trabajar "más que los ladinos." Como verer. -ts, 13 habilidad en el trabajo es una importante parte de la identidxid social de un Chimalteco.

John Wutariabe

lujosas. Queremos vivir, nada mas. Lo más importante es cener una buena casa y comer bien." Aunque los Chimaitecos tengan más dinero que antes por el trabajo en las fincas y por la venta de su propio café, todavía no han adquirido la mentalidad de consumo de la economía nacional. Los "ricos" no viven de una manera conspicuamente diferente que sus vecinos más pobres. Artículos lujosos no se extienden mucho más allá de radios, grabadoras y relojes. Se usa e1 dinero para mejorar e1 propio modo de vida, por aumentar la producción agrícola con abonos e insecticidas, o por crear nuevas fuentes de ingresos como el comercio. Se hace trabajar el dinero para ellos, no sólo se gasta. El dinero vale por lo que puede hacer, no sólo por lo que puede comprar.

Se encuentra la misma actitud en cuanto a la educación. La quieren no para hacerse ladinos sino para que puedan tratar mejor con los ladinos. La esperanza de los padres que mandan a sus hijos a los colegios de Huehuetenango o de la Capital, no es para que sus hijos regresen al pueblo con nuevas habilidades, porque no podrían usarlas en csc ambiente. illas bien, ellos deben conseguir trabajo donde se encuentre y donde su tducación sea aplicable, y para cuando ganen "buen sueldo'' puedan ayudar a sus padres en Chimbal. La educación de la cual los Chimalkecos en eI priei>Io se aprovechan más es 1a que se aplica a la vida diaria en el pueblo, tal como cursos de medicina de primeros auxilios, de técnicas agrícolas, de comercio, de sastrería, o de zapatería.

De nuevo, debe tomarse en cuenta que los valores descritos aquí son los de una sociedad agrícola y provincial. En tanto que la agricultura permanezca como la ocupación principal, seguirán estos valores. No obstante, es difícil decir cuánta fuerza tengan estos valores, porque hoy día no hay alternativas. prácticas dentro de la comunidad misma. Por eso la he llamado "provincial." En todo caso' me parece que la sola introducción de nuevas fuentes de ingresos no cambiará aiitomáticamente tales valores. Dependerá, como siempre, de cambios en un contexto social más amplio, bspecialmente en cuanto a la creación de nuevos deseos, así como al acceso a mercados donde se podrían gastar los nuevos excedentes. Y esto todavía no ha cambiado. Es decir, los Cltiinalkcos todavía no han adquirido la ilusión modernr? de tina vida de pr>sihilidades y expectativas sin límites.

Sin ciuc~a, existe tina economía "duaI" en Guatemala, a falta de mcjorc3s thrminos, el "sector nacional" y el "sector indígena." Por medio de este irforme. espero (lile ya ?sth ciar<> nue el sector indígena

Cambios en Santiago Chimaltenango 39

es mucho más que la agricultura de subsistencia realizada por un proletariado rural. El sector indígena refleja el sector nacional, por lo menos en términos de medios económicos si no en fines, pero tiene que competir con el sector nacional mientras que dependa de este. La relación entre los dos sectores no es estructural sino una de intercambio, competencia, subordinación, y partrcularrsmo.

Los Chimaltecos que van a las fincas sólo intercam bian su trabajo por el dinero. Para ellos, el trabajo migratorio en las fincas es una extensión de sus propias actividades económicas, no participación en otro sistema económico o cultural. El dinero que se gana, se gasta en su propio sector, n o en artículos de consumo del sector nacional. En cuanto a la competencia, los "mini-finqueros" chimaltecos tienen que competir con los finqueros comerciales por e l trabajo. A veces no pueden conseguirse mozos en Chimbal aun cuando se ofrezca mas que el jornal normal. Muchas personas prefieren irse a la Costa donde pueden ganar dos veces más diario que lo que ganarían trabajando como mozos para otros Chimaltecos. Otra vez, el mejoramiento de caminos y transport,e han hecho esta alternativa más fácil y aprovechable que antes. Se ve la subordinación en todos los niveles de contacto, especialmente en cuanto a los dueños de transportes. Estos tienen que llenar el vacío entre los precios altos del sector nacional y los recursos limitados del sector indígena. Aunque sean ricos en su propio sector, estos propietarios carecen de los recursos-y muchas veces el deseo--de entrar por completo en el sector nacional. Por eso, apenas sobreviven económicamente como transportistas.

Finalmente, l'a relación entre Los dos sectores de fa economía guatemaiteca es particularista. Es decir, el sector indígena está fragmentado. No actúa junto como grupo económico, social, o cultural. En verdad, no hay conciencia de sí mismo, opuesto al sector nacional. Siempre ha habido un aislamiento cultural entre las comunidades indígenas en la forma de diferencias en el idioma-aun entre dialectos del mismo idioma-la indumentaria, y las costumbres locales. Empero, existía una interdependencia económica entre ellas en cuanto a los p r o d u c t o s artesanales y agrícolas locales producidos por cada municipio. Esto ya está cambiando a un patrón en el cual cada pueblo tiene relaciones económicas mas fuertes con centros de comercio como Huehuetenango o San Francisco El Alto, y con las fincas en la Costa Sur, que con sus vecinos. Pero en vez de acelerar el proceso de

John Watanabe

ladinización, tal contacto puede servir para reforzar la identidad local, en contra de cualquier otro grupo, ya sea ladino o indígena. <

En otro sentido de esta relación particularista entre los dos sectores, la identidad social del individuo apenas se extiende fuera de la comunidad natal. Cuando ese individuo sale de su comunidad a buscar trabajo, o por cualquier otro motivo, lo hace como individuo, y según sus propias motivaciones y necesidades. Se aprovecha de las partes del mundo fuera de su comunidad que quiera o necesite, sin asimilarlas por ... completo. Su participación en actividades fuera de su pueblo no integra .$

a éste a la sociedad o economía nacional porque tal contacto es particularista.

He hablado mucho de los valores chimaltecos y de la cultura chimalteca sin haberlos descrito por completo. A pesar de la pérdida de muchas instituciones tradicionales, siguen una perspectiva y carácter que los Chimaltecos consideran únicamente suyos. La completa descripción de esta "visión del mundo" está fuera del üicai~ce del presente informe, pero basta decir que si bien los Ghimattecos ya no tienen todas las formas sociales colectivas que sus abuelos tenían, todavía comparten mucho de ¡a vida cie esas antepasados. Se enfrentan a muchos de los mrsmos problemas, deseos y bituaciones que sus abue- los, y todavía aprovechan muchos de los mismos instrumentos-literal y figurativamente- que se usaban antes. Es tan importante para los Chi- maltecos no tener más que un pasado, que consideran únicamente de ellos, que sienten como si lo reprodujeran completamente. Una herencia parcialmente aprovechable todavía es una herencia, y la identidad que se produce no se percibe como algo menos chimalteco que antes. La vida chirnalteca ha cambiado definitivamente, pero hay que recordar que ha cambiado en algo que era diferente a la cultura ladina así como que a la de otros pueblos indígenas. Lo que fue antes todavía afecta lo que pasa ahora, aunque las apariencias superficiales hayan cambiado.

,;< Como siempre, la situación está llena de contradicciones. La ::> :~

misma tecnología que hace posible cierto grado de auto-suficiencia en 9 >" i

cuanto a la alimentación crea a la vez una dependencia mas grande en el g .>

t r aba jo asalariado fuera de la comunidad. Sin embargo, esta .$.;

dependencia, especialmente las migraciones a las fincas, no da lugar a 8 !$

una integración económica ni cultural entre los diferentes sectores de la .g

economía y sociedad guatemalteca. Quizás aumente la interdependencia 8 ,..: .c entre sí, pero las partes permanecen distintas. Así que por los cambios ,.$ ."

C(criib ios vi2 Sr~tzt ia{go CIi irn cx Ltencr?.r!p 4 1

que he mencionado como por esta falta de un proceso verdadero de integración económica y cultural, pero que persistirán tales comunida- des peqiteñas y "tradicionales" como Santiago Cl~imaltenango, aunque ya no est in tan aisladas ni "cerradas" como antes. Y quizas, si tienen la oportunidad, estos pueblos permanezcan distintos, mientras que adquie- ren nuevos rasgos-pero todavía distintos y únicamente suyos- de 13 vida moderna.