Macabeos Dos

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    II Macabeos

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    II MACAB EOS

    II Macabeos1

    1 A los hermanos judos que

    viven en Egipto, les saludan sus hermanos

    judos que estn en Jerusaln y en la regin

    de Judea, desendoles una paz dichosa.

    2 Que Dios os llene de bienes y

    recuerde su alianza con Abraham, Isaac y

    Jacob, sus fieles servidores.

    3 Que a todos os d corazn

    para adorarle y cumplir su voluntad con

    corazn grande y nimo generoso.

    4 Que abra vuestro corazn a su

    Ley y a sus preceptos, y os otorgue la paz.

    5 Que escuche vuestras splicas,

    se reconcilie con vosotros y no os abandone

    en tiempo de desgracia.

    6 Esto es lo que estamos ahora

    pidiendo por vosotros.

    7 Ya el ao 169, en el reinado

    de Demetrio, nosotros, los judos, os

    escribimos as: "En lo ms grave de la

    tribulacin que ha cado sobre nosotros en

    estos aos, desde que Jasn y sus partidarios

    traicionaron la tierra santa y el reino,

    8 incendiaron el portn (del

    Templo) y derramaron sangre inocente,

    suplicamos al Seor y hemos sido escuchados.

    Hemos ofrecido un sacrificio con flor de

    harina, hemos encendido las lmparas y

    presentado los panes."

    9 Tambin ahora os escribimos

    para que celebris la fiesta de las Tiendasen el mes de Kislu. Es el ao 188.

    10 Los que estn en Jerusaln y

    en Judea, los ancianos y Judas saludan y

    desean prosperidad a Aristbulo, preceptor

    del rey Tolomeo, del linaje de los sacerdotes

    ungidos, y a los judos que estn en Egipto.

    11 Salvados por Dios de grandes

    peligros, le damos rendidas gracias, como a

    quien nos ha guiado en la batalla contra el

    rey,

    12 ya que El ha arrojado fuera a

    los que combatan contra la ciudad santa.

    13 Pues, cuando lleg a Persia su

    jefe acompaado de un ejrcito, al parecer

    invencible, fueron desbaratados en el templo

    de Nanea, gracias al engao tramado porlos sacerdotes de Nanea.

    14 Antoco, y con l sus amigos,

    llegaron a aquel lugar como tratando de

    desposarse con la diosa, con objeto de

    apoderarse, a ttulo de dote, de abundantes

    riquezas.

    15 Una vez que los sacerdotes

    del templo de Nanea las hubieron expuesto

    y que l se hubo presentado con unas pocas

    personas en el recinto sagrado, cerraron el

    templo en cuanto entr Antoco.

    16 Abrieron la puerta secreta del

    techo y a pedradas aplastaron al jefe; le

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    descuartizaron, y cortndole la cabeza, la

    arrojaron a los que estaban fuera.

    17 En todo sea bendito nuestroDios que ha entregado los impos (a la

    muerte).

    18 A punto de celebrar en el

    veinticinco de Kislu la purificacin del

    Templo, nos ha parecido conveniente

    informaros, para que tambin vosotros la

    celebris como la fiesta de las Tiendas y del

    fuego aparecido cuando ofreci sacrificios

    Nehemas, el que construy el Templo y el

    altar.

    19 Pues, cuando nuestros padres

    fueron llevados a Persia, los sacerdotes

    piadosos de entonces, habiendo tomado

    fuego del altar, lo escondieron secretamente

    en una concavidad semejante a un pozo seco,

    en el que tan a seguro lo dejaron, que el

    lugar qued ignorado de todos.

    20 Pasados muchos aos, cuando

    a Dios le plugo, Nehemas, enviado por el

    rey de Persia, mand que buscaran el fuego

    los descendientes de los sacerdotes que lo

    haban escondido;

    21 pero como ellos informaron

    que en realidad no haban encontrado fuego,

    sino un lquido espeso, l les mand que lo

    sacasen y trajesen. Cuando estuvo dispuestoel sacrificio, Nehemas mand a los

    sacerdotes que rociaran con aquel lquido la

    lea y lo que haba colocado sobre ella.

    22 Cumplida la orden, y pasado

    algn tiempo, el sol que antes estaba

    nublado volvi a brillar, y se encendi una

    llama tan grande que todos quedaron

    maravillados.

    23 Mientras se consuma el

    sacrificio, los sacerdotes hacan oracin: todos

    los sacerdotes con Jonatn que comenzaba, y

    los dems, como Nehemas, respondan.

    24 La oracin era la siguiente:

    "Seor, Seor Dios, creador de todo, temible

    y fuerte, justo y misericordioso, t, rey nico y

    bueno,

    25 t, solo generoso, solo justo,

    todopoderoso y eterno, que salvas a Israel

    de todo mal, que elegiste a nuestros padres

    y los santificaste,

    26 acepta el sacrificio por todo tu

    pueblo Israel, guarda tu heredad y

    santifcala.

    27 Rene a los nuestros dispersos,da libertad a los que estn esclavizados

    entre las naciones, vuelve tus ojos a los

    despreciados y abominados, y conozcan los

    gentiles que t eres nuestro Dios.

    28 Aflige a los que tiranizan y

    ultrajan con arrogancia.

    29 Planta a tu pueblo en tu lugar

    santo, como dijo Moiss."

    30 Los sacerdotes salmodiaban

    los himnos.

    31 Cuando fue consumido el

    sacrificio, Nehemas mand derramar el

    lquido sobrante sobre unas grandes piedras.

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    II Macabeos

    3

    32 Hecho esto, se encendi una

    llamarada que qued absorbida por el

    mayor resplandor que brillaba en el altar.

    33 Cuando el hecho se divulg y

    se refiri al rey de los persas que en el lugar

    donde los sacerdotes deportados haban

    escondido el fuego, haba aparecido aquel

    lquido con el que haban santificado las

    ofrendas del sacrificio Nehemas y sus

    compaeros,

    34 el rey despus de verificar tal

    hecho mand alzar una cerca haciendo

    sagrado el lugar.

    35 El rey recoga grandes sumas

    y las reparta a quienes quera hacer

    favores.

    36 Nehemas y sus compaeros

    llamaron a ese lquido "neftar", que significa

    "purificacin"; pero la mayora lo llama

    "nafta".

    II Macabeos2

    1 Se encuentra en los

    documentos que el profeta Jeremas mand a

    los deportados que tomaran fuego como ya

    se ha indicado;

    2 y cmo el profeta, despus de

    darles la Ley, orden a los deportados que

    no se olvidaran de los preceptos del Seor ni

    se desviaran en sus pensamientos al ver

    dolos de oro y plata y las galas que los

    envolvan.

    3 Entre otras cosas, les

    exhortaba a no apartar la Ley de sus

    corazones.

    4 Se deca tambin en el escrito

    cmo el profeta, despus de una revelacin,

    mand llevar consigo la Tienda y el arca; y

    cmo sali hacia el monte donde Moiss

    haba subido para contemplar la heredad de

    Dios.

    5 Y cuando lleg Jeremas,

    encontr una estancia en forma de cueva; all

    meti la Tienda, el arca y el altar del

    incienso, y tap la entrada.

    6 Volvieron algunos de sus

    acompaantes para marcar el camino, pero

    no pudieron encontrarlo.

    7 En cuanto Jeremas lo supo, les

    reprendi dicindoles: "Este lugar quedar

    desconocido hasta que Dios vuelva a reunir

    a su pueblo y le sea propicio.

    8 El Seor entonces mostrar

    todo esto; y aparecer la gloria del Seor yla Nube, como se mostraba en tiempo de

    Moiss, cuando Salomn rog que el Lugar

    fuera solemnemente consagrado."

    9 Se explicaba tambin cmo

    ste, dotado de sabidura, ofreci el

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    sacrificio de la dedicacin y la terminacin

    del Templo.

    10 Como Moiss or al Seor ybaj del cielo fuego, que devor las

    ofrendas del sacrificio, as tambin or

    Salomn y baj fuego que consumi los

    holocaustos.

    11 Moiss haba dicho: "La

    vctima por el pecado ha sido consumida por

    no haber sido comida."

    12 Salomn celebr igualmente

    los ocho das de fiesta.

    13 Lo mismo se narraba tambin

    en los archivos y en las Memorias del tiempo

    de Nehemas; y cmo ste, para fundar una

    biblioteca, reuni los libros referentes a los

    reyes y a los profetas, los de David y las

    cartas de los reyes acerca de las ofrendas.

    14 De igual modo Judas reunitodos los libros dispersos a causa de la

    guerra que sufrimos, los cuales estn en

    nuestras manos.

    15 Por tanto, si tenis necesidad

    de ellos, enviad a quienes os los lleven.

    16 A punto ya de celebrar la

    purificacin, os escribimos: Bien haris

    tambin en celebrar estos das.

    17 El Dios que salv a todo su

    pueblo y que a todos otorg la heredad, el

    reino, el sacerdocio y la santidad,

    18 como haba prometido por la

    Ley, el mismo Dios, como esperamos, se

    apiadar pronto de nosotros y nos reunir de

    todas partes bajo el cielo en el Lugar Santo;

    pues nos ha sacado de grandes males y ha

    purificado el Lugar.

    19 La historia de Judas Macabeo

    y de sus hermanos, la purificacin del ms

    grande Templo, la dedicacin del altar,

    20 las guerras contra Antoco

    Epfanes y su hijo Euptor,

    21 y las manifestaciones

    celestiales en favor de los que combatieronviril y gloriosamente por el Judasmo, de

    suerte que, aun siendo pocos, saquearon toda

    la regin, ahuyentaron las hordas brbaras,

    22 recuperaron el Templo famoso

    en todo el mundo, liberaron la ciudad y

    restablecieron las leyes que estaban a punto

    de ser abolidas, pues el Seor se mostr

    propicio hacia ellos con toda benignidad;

    23 todo esto, expuesto en cinco

    libros por Jasn de Cirene, intentaremos

    nosotros compendiarlo en uno solo.

    24 Porque al considerar la marea

    de nmeros y la dificultad existente, por la

    amplitud de la materia, para los que

    quieren sumergirse en los relatos de la

    historia,

    25 nos hemos preocupado por

    ofrecer algn atractivo a los que desean leer,

    facilidad a los que gustan retenerlo de

    memoria, y utilidad a cualquiera que lo lea.

    26 Para nosotros, que nos hemos

    encargado de la fatigosa labor de este

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    resumen, no es fcil la tarea, sino de sudores

    y desvelos,

    27 como tampoco al que prepara

    un banquete y busca el provecho de los

    dems le resulta esto cmodo. Sin embargo,

    esperando la gratitud de muchos, soportamos

    con gusto esta fatiga,

    28 dejando al historiador la

    tarea de precisar cada suceso y

    esforzndonos por seguir las normas de un

    resumen.

    29 Pues as como al arquitecto de

    una casa nueva corresponde la preocupacin

    por la estructura entera; y, en cambio, al

    encargado de la encustica y pinturas, el

    cuidado de lo necesario para la decoracin,

    lo mismo me parece de nosotros:

    30 profundizar, revolver lascuestiones y examinar punto por punto

    corresponde al que compone la historia;

    31 pero buscar concisin al

    exponer y renunciar a tratar el asunto de

    forma exhaustiva debe concederse al

    divulgador.

    32 Comencemos, por tanto, desde

    ahora la narracin, despus de haber

    abundado tanto en los preliminares; pues

    sera absurdo abundar en lo que antecede a

    la historia y ser breve en la historia misma.

    II Macabeos3

    1 Mientras la ciudad santa era

    habitada en completa paz y las leyes

    guardadas a la perfeccin, gracias a la

    piedad y al aborrecimiento de mal del sumo

    sacerdote Onas,

    2 suceda que hasta los reyes

    veneraban el Lugar Santo y honraban el

    Templo con magnficos presentes,

    3 hasta el punto de que Seleuco,

    rey de Asia, provea con sus propias rentas a

    todos los gastos necesarios para el servicio

    de los sacrificios.

    4 Pero un tal Simn, de la tribu

    de Bilg, constituido administrador del

    Templo, tuvo diferencias con el sumo

    sacerdote sobre la reglamentacin del

    mercado de la ciudad.

    5 No pudiendo vencer a Onas,

    se fue donde Apolonio, hijo de Traseo,

    estratega por entonces de Celesiria y Fenicia,

    6 y le comunic que el tesoro de

    Jerusaln, estaba repleto de riquezas

    incontables, hasta el punto de ser incalculable

    la cantidad de dinero, sin equivalencia conlos gastos de los sacrificios, y que era posible

    que cayeran en poder del rey.

    7 Apolonio en conversacin con

    el rey le habl de las riquezas de que haba

    tenido noticia y entonces el rey design a

    Heliodoro, el encargado de sus negocios, y le

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    envi con la orden de realizar la trasferencia

    de las mencionadas riquezas.

    8 Enseguida Heliodoro

    emprenda el viaje con el pretexto de

    inspeccionar las ciudades de Celesiria y

    Fenicia, pero en realidad para ejecutar el

    proyecto del rey.

    9 Llegado a Jerusaln y

    amistosamente acogido por el sumo

    sacerdote y por la ciudad, expuso el hecho

    de la denuncia e hizo saber el motivo de su

    presencia; pregunt si las cosas eran

    realmente as.

    10 Manifest el sumo sacerdote

    que eran depsitos de viudas y hurfanos,

    11 que una parte perteneca a

    Hicarno, hijo de Tobas, personaje de muy

    alta posicin y, contra lo que haba

    calumniado el impo Simn, que el total era

    de cuatrocientos talentos de plata y

    doscientos de oro;

    12 que de ningn modo se poda

    perjudicar a los que tenan puesta su

    confianza en la santidad del Lugar, y en la

    majestad inviolable de aquel Templo

    venerado en todo el mundo.

    13 Pero Heliodoro, en virtud de

    las rdenes del rey, mantena de forma

    terminante que los bienes deban pasar al

    tesoro real.

    14 En la fecha fijada haca su

    entrada para realizar el inventario de los

    bienes. No era pequea la angustia en toda

    la ciudad:

    15 los sacerdotes, postrados anteel altar con sus vestiduras sacerdotales,

    suplicaban al Cielo, el que haba dado la ley

    sobre los bienes en depsito, que los

    guardara intactos para quienes los haban

    depositado.

    16 El ver la figura del sumo

    sacerdote llegaba a partir el alma, pues su

    aspecto y su color demudado manifestaban

    la angustia de su alma.

    17 Aquel hombre estaba

    embargado de miedo y temblor en su

    cuerpo, con lo que mostraba a los que le

    contemplaban el dolor que haba en su

    corazn.

    18 De las casas sala en tropel la

    gente a una rogativa pblica porque el lugar

    estaba a punto de caer en oprobio.

    19 Las mujeres, ceidas de saco

    bajo el pecho, llenaban las calles; de las

    jvenes, que estaban recluidas, unas corran

    a las puertas, otras suban a los muros, otras

    se asomaban por las ventanas.

    20 Todas, con las manos tendidas

    al cielo, tomaban parte en la splica.

    21 Daba compasin aquella

    multitud confusamente postrada y el sumo

    sacerdote angustiado en honda ansiedad.

    22 Mientras ellos invocaban al

    Seor Todopoderoso para que guardara

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    intactos, en completa seguridad, los bienes en

    depsito para quienes los haban confiado,

    23 Heliodoro llevaba a cabo loque tena decidido.

    24 Estaba ya all mismo con su

    guardia junto al Tesoro, cuando el Soberano

    de los Espritus y de toda Potestad, se

    manifest en su grandeza, de modo que

    todos los que con l juntos se haban atrevido

    a acercarse, pasmados ante el poder de

    Dios, se volvieron dbiles y cobardes.

    25 Pues se les apareci un

    caballo montado por un jinete terrible y

    guarnecido con riqusimo arns; lanzndose

    con mpetu levant contra Heliodoro sus

    patas delanteras. El que lo montaba

    apareca con una armadura de oro.

    26 Se le aparecieron adems

    otros dos jvenes de notable vigor,

    esplndida belleza y magnficos vestidos que

    colocndose a ambos lados, le azotaban sin

    cesar, molindolo a golpes.

    27 Al caer de pronto a tierra,

    rodeado de densa oscuridad, lo recogieron y

    lo pusieron en una litera;

    28 al mismo que poco antes, con

    numeroso squito y con toda su guardia,

    haba entrado en el mencionado Tesoro, lo

    llevaban ahora incapaz de valerse por s

    mismo, reconociendo todos claramente la

    soberana de Dios.

    29 Mientras l yaca mudo y

    privado de toda esperanza de salvacin, a

    causa del poder divino,

    30 otros bendecan al Seor que

    haba glorificado maravillosamente su propio

    Lugar; y el Templo, lleno poco antes de

    miedo y turbacin, rebosaba de gozo y

    alegra despus de la manifestacin del

    Seor Todopoderoso.

    31 Pronto algunos de los

    acompaantes de Heliodoro, instaban a

    Onas que invocara al Altsimo para que

    diese la gracia de vivir a aquel que yaca ya

    en su ltimo suspiro.

    32 Temiendo el sumo sacerdote

    que acaso el rey sospechara que los judos

    hubieran perpetrado alguna fechora contra

    Heliodoro, ofreci un sacrificio por la salud

    de aquel hombre.

    33 Mientras el sumo sacerdote

    ofreca el sacrificio de expiacin, se

    aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos

    jvenes, vestidos con la misma indumentaria y

    en pie le dijeron: "Da muchas gracias al sumo

    sacerdote Onas, pues por l te concede el

    Seor la gracia de vivir;

    34 y t, que has sido azotado porel Cielo, haz saber a todos la grandeza del

    poder de Dios." En diciendo esto,

    desparacieron.

    35 Heliodoro, habiendo ofrecido

    al Seor un sacrificio y tras haber orado

    largamente al que le haba concedido la

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    vida, se despidi de Onas y volvi con sus

    tropas donde el rey.

    36 Ante todos daba testimonio delas obras del Dios grande que l haba

    contemplado con sus ojos.

    37 Al preguntar el rey a

    Heliodoro a quin convendra enviar otra vez

    a Jerusaln, l respondi:

    38 "Si tienes algn enemigo

    conspirador contra el Estado, mndalo all yte volver molido a azotes, si es que salva su

    vida, porque te aseguro que rodea a aquel

    Lugar una fuerza divina.

    39 Pues el mismo que tiene en los

    cielos su morada, vela y protege aquel

    Lugar; y a los que se acercan con malas

    intenciones los hiere de muerte."

    40 As sucedieron las cosas

    relativas a Heliodoro y a la preservacin delTesoro.

    II Macabeos4

    1 En mencionado Simn, delator

    de los tesoros y de la patria, calumniaba a

    Onas como si ste hubiera maltratado a

    Heliodoro y fuera el causante de sus

    desgracias;

    2 y se atreva a decir que el

    bienhechor de la ciudad, el defensor de sus

    compatriotas y celoso observante de las

    leyes, era un conspirador contra el Estado.

    3 A tal punto lleg la hostilidad,

    que hasta se cometieron asesinatos por parte

    de uno de los esbirros de Simn.

    4 Considerando Onas que

    aquella rivalidad era intolerable y que

    Apolonio, hijo de Menesteo, estratega de

    Celesira y Fenicia, instigaba a Simn al mal,

    5 se hizo llevar donde el rey, no

    porque pretendiera acusar a sus

    conciudadanos, sino que miraba por los

    intereses generales y particulares de toda su

    gente.

    6 Pues bien vea que sin la

    intervencin real era ya imposible pacificar

    la situacin y detener a Simn en sus locuras.

    7 Cuando Seleuco dej esta

    vida y Antoco, por sobrenombre Epfanes,

    comenz a reinar, Jasn, el hermano de

    Onas, usurp el sumo pontificado,

    8 despus de haber prometido

    al rey, en una conversacin, 360 talentos de

    plata y ochenta talentos de otras rentas.

    9 Se comprometa adems a

    firmar el pago de otro 150, si se le conceda

    la facultad de instalar por su propia cuenta

    un gimnasio y una efeba, as como la de

    inscribir a los Antioquenos en Jerusaln.

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    10 Con el consentimiento del rey

    y con los poderes en su mano, pronto cambi

    las costumbres de sus compatriotas conforme

    al estilo griego.

    11 Suprimiendo los privilegios que

    los reyes haban concedido a los judos por

    medio de Juan, padre de Euplemo, el que

    fue enviado en embajada a los romanos

    para un tratado de amistad y alianza, y

    abrogando las instituciones legales, introdujo

    costumbres nuevas, contrarias a la Ley.

    12 As pues, fund a su gusto un

    gimnasio bajo la misma acrpolis e indujo a

    lo mejor de la juventud a educarse bajo el

    petaso.

    13 Era tal el auge del helenismo y

    el progreso de la moda extranjera a causa

    de la extrema perversidad de aquel Jasn,

    que tena ms de impo que de sumo

    sacerdote,

    14 que ya los sacerdotes no

    sentan celo por el servicio del altar, sino que

    despreciaban el Templo; descuidando los

    sacrificios, en cuanto se daba la seal con el

    gong se apresuraban a tomar parte en los

    ejercicios de la palestra contrarios a la ley;

    15 sin apreciar en nada la honrapatria, tenan por mejores las glorias

    helnicas.

    16 Por esto mismo, una difcil

    situacin les puso en aprieto, y tuvieron como

    enemigos y verdugos a los mismos cuya

    conducta emulaban y a quienes queran

    parecerse en todo.

    17 Pues no resulta fcil violar las

    leyes divinas; as lo mostrar el tiempo

    venidero.

    18 Cuando se celebraron en Tiro

    los juegos cuadrienales, en presencia del rey,

    19 el impuro Jasn envi

    embajadores, como Antioquenos de

    Jerusaln, que llevaban consigo trescientas

    dracmas de plata para el sacrificio de

    Hrcules. Pero los portadores prefirieron,

    dado que no convena, no emplearlas en el

    sacrificio, sino en otros gastos.

    20 Y as, el dinero que estaba

    destinado por voluntad del que lo enviaba,

    al sacrificio de Hrcules, se emple por

    deseo de los portadores, en la construccin

    de las trirremes.

    21 Apolonio, hijo de Menesteo,

    fue enviado a Egipto para la boda del rey

    Filomtor. Cuando supo Antoco que aqul se

    haba convertido en su adversario poltico se

    preocup de su propia seguridad; por eso,

    pasando por Joppe, se present en

    Jerusaln.

    22 Fue magnficamente recibido

    por Jasn y por la ciudad, e hizo su entrada

    entre antorchas y aclamaciones. Despus de

    esto llev sus tropas hasta Fenicia.

    23 Tres aos despus, Jasn envi

    a Menelao, hermano del ya mencionado

    Simn, para llevar el dinero al rey y

    gestionar la negociacin de asuntos urgentes.

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    24 Menelao se hizo presentar al

    rey, a quien impresion con su aire

    majestuoso, y logr ser investido del sumo

    sacerdocio, ofreciendo trescientos talentos de

    plata ms que Jasn.

    25 Provisto del mandato real, se

    volvi sin poseer nada digno del sumo

    sacerdocio, sino ms bien el furor de un cruel

    tirano y la furia de una bestia salvaje.

    26 Jasn, por su parte,

    suplantador de su propio hermano y l mismo

    suplantado por otro, se vio forzado a huir al

    pas de Ammn.

    27 Menelao detentaba

    ciertamente el poder, pero nada pagaba del

    dinero prometido al rey,

    28 aunque Sstrates, el alcaide

    de la Acrpolis, se lo reclamaba, pues a l

    corresponda la percepcin de los tributos.

    Por este motivo, ambos fueron convocados

    por el rey.

    29 Menelao dej como sustituto

    del sumo sacerdocio a su hermano Lismaco;

    Sstrates a Crates, jefe de los chipriotas. a

    Crates, jefe de los chipriotas.

    30 Mientras tanto, sucedi que los

    habitantes de Tarso y de Malos se

    sublevaron por haber sido cedidas sus

    ciudades como regalo a Antioquida, la

    concubina del rey.

    31 Fue, pues, el rey a toda prisa,

    para poner orden en la situacin, dejando

    como sustituto a Andrnico, uno de los

    dignatarios.

    32 Menelao pens aprovecharsede aquella buena oportunidad; arrebat

    algunos objetos de oro del Templo, y se los

    regal a Andrnico; tambin logr vender

    otros en Tiro y en las ciudades de alrededor.

    33 Cuando Onas lleg a saberlo

    con certeza, se lo reproch, no sin haberse

    retirado antes a un lugar de refugio, a

    Dafne, cerca de Antioqua.

    34 Por eso, Menelao, a solas con

    Andrnico, le incitaba a matar a Onas.

    Andrnico se lleg donde Onas, y, confiando

    en la astucia, estrechndole la mano y

    dndole la diestra con juramento, perusadi

    a Onas, aunque a ste no le faltaban

    sospechas, a salir de su refugio, e

    inmediatamente le dio muerte, sin respeto

    alguno a la justicia.

    35 Por este motivo no slo los

    judos sino tambin muchos de las dems

    naciones se indignaron y se irritaron por el

    injusto asesinato de aquel hombre.

    36 Cuando el rey volvi de las

    regiones de Cilicia, los judos de la ciudad

    junto con los griegos, que tambin odiaban elmal, fueron a su encuentro a quejarse de la

    injustificada muerte de Onas.

    37 Antoco, hondamente

    estristecido y movido a compasin, llor

    recordando la prudencia y la gran

    moderacin del difunto.

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    11/40

    II Macabeos

    11

    38 Encendido en ira, despoj

    inmediatamente a Andrnico, de la prpura ydesgarr sus vestidos. Le hizo conducir por

    toda la ciudad hasta el mismo lugar donde

    tan impamente haba tratado a Onas; all

    hizo desaparecer de este mundo al criminal,

    a quien el Seor daba el merecido castigo.

    39 Lismaco haba cometido

    muchos robos sacrlegos en la ciudad con el

    consentimiento de Menelao, y la noticia se

    haba divulgado fuera; por eso la multitud se

    amotin contra Lismaco. Pero eran ya muchos

    los objetos de oro que estaban dispersos.

    40 Como las turbas estaban

    excitadas y en el colmo de su clera,

    Lismaco arm a cerca de 3.000 hombres e

    inici la represin violenta, poniendo por

    jefe a un tal Aurano, avanzado en edad y no

    menos en locura.

    41 Cuando se dieron cuenta del

    ataque de Lismaco, unos se armaron de

    piedras, otros de estacas y otros, tomando a

    puadas ceniza que all haba, lo arrojaban

    todo junto contra las tropas de Lismaco.

    42 De este modo hirieron a

    muchos de ellos, y mataron a algunos; a

    todos los dems los pusieron en fuga, y al

    mismo ladrn sacrlego le mataron junto alTesoro.

    43 Sobre todos estos hechos se

    instruy proceso contra Menelao.

    44 Cuando el rey lleg a Tiro,

    tres hombres enviados por el Senado

    expusieron ante l el alegato.

    45 Menelao, perdido ya,

    prometi una importante suma a Tolomeo,

    hijo de Dorimeno, para que persuadiera al

    rey.

    46 Entonces Tolomeo, llevando al

    rey aparte a una galera como para tomar

    el aire, le hizo cambiar de parecer,

    47 de modo que absolvi de las

    acusaciones a Menelao, el causante de todos

    los males, y, en cambio, conden a muerte a

    aquellos infelices que hubieran sido

    absueltos, aun cuando hubieran declarado

    ante un tribunal de escitas.

    48 As que, sin dilacin, sufrieron

    aquella injusta pena los que haban

    defendido la causa de la ciudad, del pueblo

    y de los vasos sagrados.

    49 Por este motivo, algunos tirios,

    indignados contra aquella iniquidad,

    prepararon con magnificencia su sepultura.

    50 Menelao, por su parte, por la

    avaricia de aquellos gobernantes,

    permaneci en el poder, creciendo en

    maldad, constituido en el principal adversario

    de sus conciudadanos.

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    II Macabeos

    12

    II Macabeos5

    1 Por esta poca preparaba

    Antoco la segunda expedicin a Egipto.

    2 Sucedi que durante cerca de

    cuarenta das aparecieron en toda la ciudad,

    corriendo por los aires, jinetes vestidos de

    oro, tropas armadas distribuidas en cohortes,

    3 escuadrones de caballera en

    orden de batalla, ataques y cargas de una y

    otra parte, movimiento de escudos, espesurade lanzas, espadas desenvainadas,

    lanzamiento de dardos, resplandores de

    armaduras de oro y corazas de toda clase.

    4 Ante ello todos rogaban que

    aquella aparicin presagiase algn bien.

    5 Al difundirse el falso rumor de

    que Antoco haba dejado esta vida, Jasn,con no menos de mil hombres, lanz un

    ataque imprevisto contra la ciudad; al ser

    rechazados los que estaban en la muralla y

    capturada ya por fin la ciudad, Menelao se

    refugi en la Acrpolis.

    6 Jasn haca cruel matanza de

    sus propios ciudadanos sin caer en cuenta

    que un xito sobre sus compatriotas era el

    peor de los desastres; se imaginaba ganar

    trofeos de enemigos y no de sus

    compatriotas.

    7 Pero no logr el poder; sino

    que al fin, con la ignominia ganada por sus

    intrigas, se fue huyendo de nuevo al pas de

    Ammn.

    8 Por ltimo encontr un finaldesastroso: acusado ante Aretas, tirano de

    los rabes, huyendo de su ciudad,

    perseguido por todos, detestado como

    apstata de las leyes, y abominado como

    verdugo de la patria y de los conciudadanos,

    fue arrojado a Egipto.

    9 El que a muchos haba

    desterrado de la patria, en el destierro

    muri, cuando se diriga a Lacedemonia, con

    la esperanza de encontrar proteccin por

    razn de parentesco;

    10 y el que a tantos haba

    privado de sepultura, pas sin ser llorado, sin

    recibir honras fnebres ni tener un sitio en la

    sepultura de sus padres.

    11 Cuando llegaron al rey

    noticias de lo sucedido, sac la conclusin de

    que Judea se separaba; por eso regres de

    Egipto, rabioso como una fiera, tom la

    ciudad por las armas,

    12 y orden a los soldados que

    hirieran sin compasin a los que encontraran

    y que mataran a los que subiesen a los

    terrados de las casas.

    13 Perecieron jvenes y ancianos;fueron asesinados muchachos, mujeres y nios,

    y degollaron a doncellas y nios de pecho.

    14 En slo tres das perecieron

    80.000 personas, 40.000 en la refriega y

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    II Macabeos

    13

    otros, en nmero no menor que el de las

    vctimas, fueron vendidos como esclavos.

    15 Antoco, no contento con esto,se atrevi a penetrar en el Templo ms santo

    de toda la tierra, llevando como gua a

    Menelao, el traidor a las leyes y a la patria.

    16 Con sus manos impuras tom

    los vasos sagrados y arrebat con sus manos

    profanas las ofrendas presentadas por otros

    reyes para acrecentamiento de la gloria y

    honra del Lugar.

    17 Antoco estaba engredo en su

    pensamiento, sin considerar que el Soberano

    estaba irritado por poco tiempo a causa de

    los pecados de los habitantes de la ciudad y

    por eso desviaba su mirada del Lugar.

    18 Pero de no haberse dejado

    arrastrar ellos por los muchos pecados, el

    mismo Antoco, como Heliodoro, el enviado

    por el rey Seleuco para inspeccionar el

    Tesoro, al ser azotado nada ms llegar,

    habra renunciado a su osada.

    19 Pero el Seor no ha elegido a

    la nacin por el Lugar, sino el Lugar por la

    nacin.

    20 Por esto, tambin el mismo

    Lugar, despus de haber participado de las

    desgracias acaecidas a la nacin, ha tenido

    luego parte en sus beneficios; y el que haba

    sido abandonado en tiempo de la clera del

    Todopoderoso, de nuevo en tiempo de la

    reconciliacin del gran Soberano, ha sido

    restaurado con toda su gloria.

    21 As pues, Antoco, llevndose

    del Templo 1.800 talentos, se fue pronto a

    Antioqua, creyendo en su orgullo que hara

    la tierra navegable y el mar viable, por la

    arrogancia de su corazn.

    22 Dej tambin prefectos para

    hacer dao a la raza: en Jerusaln a Filipo,

    de raza frigia, que tena costumbres ms

    brbaras que el le haba nombrado;

    23 en el monte Garizim, a

    Andrnico, y adems de stos, a Menelao,

    que superaba a los dems en maldad contra

    sus conciudadanos. El rey, que albergaba

    hacia los judos sentimientos de odio,

    24 envi al Misarca Apolonio con

    un ejrcito de 22.000 hombres, y la orden de

    degollar a todos los que estaban en el vigor

    de la edad, y de vender a las mujeres y a

    los ms jvenes.

    25 Llegado ste a Jerusaln y

    fingiendo venir en son de paz esper hasta el

    da santo del sbado. Aprovechando el

    descanso de los judos, mand a sus tropas

    que se equiparan con las armas,

    26 y a todos los que salan a ver

    aquel espectculo, los hizo matar e,

    invadiendo la ciudad con los soldadosarmados, hizo caer una considerable multitud.

    27 Pero Judas, llamado tambin

    Macabeo, form un grupo de unos diez y se

    retir al desierto. Llevaba con sus

    compaeros, en las montaas, vida de fieras

    salvajes, sin comer ms alimento que hierbas,

    para no contaminarse de impureza.

  • 8/7/2019 Macabeos Dos

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    II Macabeos

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    II Macabeos6

    1 Poco tiempo despus, el rey

    envi al ateniense Geronta para obligar alos judos a que desertaran de las leyes de

    sus padres y a que dejaran de vivir segn las

    leyes de su Dios;

    2 y adems para contaminar el

    Templo de Jerusaln, dedicndolo a Zeus

    Olmpico, y el de Garizim, a Zeus

    Hospitalario, como lo haban pedido los

    habitantes del lugar.

    3 Este recrudecimiento del malera para todos penoso e insoportable.

    4 El Templo estaba lleno de

    desrdenes y orgas por parte de los

    paganos que holgaban con meretrices y que

    en los atrios sagrados andaban con mujeres,

    y hasta introducan all cosas prohibidas.

    5 El altar estaba repleto devctimas ilcitas, prohibidas por las leyes.

    6 No se poda ni celebrar el

    sbado, ni guardar las fiestas patrias, ni

    siquiera confesarse judo;

    7 antes bien eran obligados con

    amarga violencia a la celebracin mensual

    del nacimiento del rey con un banquete

    sacrificial y, cuando llegaba la fiesta de

    Diniso, eran forzados a formar parte de su

    cortejo, coronados de hiedra.

    8 Por instigacin de los

    habitantes de Tolemaida sali un decreto

    para las vecinas ciudades griegas,

    obligndolas a que procedieran de la misma

    forma contra los judos y a que les hicieran

    participar en los banquetes sacrificiales,

    9 con orden de degollar a los

    que no adoptaran el cambio a las costumbres

    griegas. Podase ya entrever la calamidad

    inminente.

    10 Dos mujeres fueron delatadas

    por haber circuncidado a sus hijos; las

    hicieron recorrer pblicamente la ciudad con

    los nios colgados del pecho, y las

    precipitaron desde la muralla.

    11 Otros que se haban reunido

    en cuevas prximas para celebrar a

    escondidas el da sptimo, fueron

    denunciados a Filipo y quemados juntos, sin

    que quisieran hacer nada en su defensa, por

    respeto a la santidad del da.

    12 Ruego a los lectores de este

    libro que no se desconcierten por estasdesgracias; piensen antes bien que estos

    castigos buscan no la destruccin, sino la

    educacin de nuestra raza;

    13 pues el no tolerar por mucho

    tiempo a los impos, de modo que pronto

    caigan en castigos, es seal de gran

    benevolencia.

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    II Macabeos

    15

    14 Pues con las dems naciones el

    Soberano, para castigarlas, aguarda

    pacientemente a que lleguen a colmar la

    medida de sus pecados; pero con nosotros

    ha decidido no proceder as,

    15 para que no tenga luego que

    castigarnos, al llegar nuestros pecados a la

    medida colmada.

    16 Por eso mismo nunca retira de

    nosotros su misericordia: cuando corrige con

    la desgracia, no est abandonando a su

    propio pueblo.

    17 Quede esto dicho a modo de

    recuerdo. Despus de estas pocas palabras,

    prosigamos la narracin.

    18 A Eleazar, uno de los

    principales escribas, varn de ya avanzada

    edad y de muy noble aspecto, le forzaban a

    abrir la boca y a comer carne de puerco.

    19 Pero l, prefiriendo una

    muerte honrosa a una vida infame, marchaba

    voluntariamente al suplicio del apaleamiento,

    20 despus de escupir todo, que

    es como deben proceder los que tienen

    valenta rechazar los alimentos que no es

    lcito probar ni por amor a la vida.

    21 Los que estaban encargados

    del banquete sacrificial contrario a la Ley,

    tomndole aparte en razn del conocimiento

    que de antiguo tenan con este hombre, le

    invitaban a traer carne preparada por l

    mismo, y que le fuera lcita; a simular como si

    comiera la mandada por el rey, tomada del

    sacrificio,

    22 para que, obrando as, se

    librara de la muerte, y por su antigua

    amistad hacia ellos alcanzara benevolencia.

    23 Pero l, tomando una noble

    resolucin digna de su edad, de la prestancia

    de su ancianidad, de sus experimentadas y

    ejemplares canas, de su inmejorable

    proceder desde nio y, sobre todo, de la

    legislacin santa dada por Dios, se mostr

    consecuente consigo diciendo que se le

    mandara pronto al Hades.

    24 "Porque a nuestra edad no es

    digno fingir, no sea que muchos jvenes

    creyendo que Eleazar, a sus noventa aos, se

    ha pasado a las costumbres paganas,

    25 tambin ellos por mi simulaciny por mi apego a este breve resto de vida,

    se desven por mi culpa y yo atraiga mancha

    y deshonra a mi vejez.

    26 Pues aunque me libre al

    presente del castigo de los hombres, sin

    embargo ni vivo ni muerto podr escapar de

    las manos del Todopoderoso.

    27 Por eso, al abandonar ahora

    valientemente la vida, me mostrar digno de

    mi ancianidad,

    28 dejando a los jvenes un

    ejemplo noble al morir generosamente con

    nimo y nobleza por las leyes venerables y

    santas." Habiendo dicho esto, se fue

    enseguida al suplicio del apaleamiento.

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    II Macabeos

    16

    29 Los que le llevaban cambiaron

    su suavidad de poco antes en dureza,despus de or las referidas palabras que

    ellos consideraban una locura;

    30 l, por su parte, a punto ya de

    morir por los golpes, dijo entre suspiros: "El

    Seor, que posee la ciencia santa, sabe bien

    que, pudiendo librarme de la muerte, soporto

    flagelado en mi cuerpo recios dolores, pero

    en mi alma los sufro con gusto por temor de

    l."

    31 De este modo lleg a su

    trnsito. (No slo a los jvenes, sino tambin

    a la gran mayora de la nacin, Eleazar dej

    su muerte como ejemplo de nobleza y

    recuerdo de virtud.)

    II Macabeos7

    1 Sucedi tambin que siete

    hermanos apresados junto con su madre, eran

    forzados por el rey, flagelados con azotes y

    nervios de buey, a probar carne de puerco

    (prohibida por la Ley).

    2 Uno de ellos, hablando en

    nombre de los dems, deca as: "Qu

    quieres preguntar y saber de nosotros?

    Estamos dispuestos a morir antes que violar

    las leyes de nuestros padres."

    3 El rey, fuera de s, ordenponer al fuego sartenes y calderas.

    4 En cuanto estuvieron al rojo,

    mand cortar la lengua al que haba

    hablado en nombre de los dems, arrancarle

    el cuero cabelludo y cortarle las

    extremidades de los miembros, en presencia

    de sus dems hermanos y de su madre.

    5 Cuando qued totalmente

    inutilizado, pero respirando todava, mand

    que le acercaran al fuego y le tostaran en la

    sartn. Mientras el humo de la sartn se

    difunda lejos, los dems hermanos junto con

    su madre se animaban mutuamente a morir

    con generosidad, y decan:

    6 "El Seor Dios vela y con toda

    seguridad se apiadar de nosotros, como

    declar Moiss en el cntico que atestigua

    claramente: "Se apiadar de sus siervos"."

    7 Cuando el primero hizo as su

    trnsito, llevaron al segundo al suplicio y

    despus de arrancarle la piel de la cabeza

    con los cabellos, le preguntaban: "Vas a

    comer antes de que tu cuerpo sea torturado

    miembro a miembro?"

    8 El respondiendo en su lenguaje

    patrio, dijo: "No!" Por ello, tambin ste

    sufri a su vez la tortura, como el primero.

    9 Al llegar a su ltimo suspiro

    dijo: "T, criminal, nos privas de la vida

    presente, pero el Rey del mundo a nosotros

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    II Macabeos

    18

    prometa hacerle rico y muy feliz, con tal de

    que abandonara las tradiciones de sus

    padres; le hara su amigo y le confiara altos

    cargos.

    25 Pero como el muchacho no le

    haca ningn caso, el rey llam a la madre y

    la invit a que aconsejara al adolescente

    para salvar su vida.

    26 Tras de instarle l varias

    veces, ella acept el persuadir a su hijo.

    27 Se inclin sobre l y

    burlndose del cruel tirano, le dijo en su

    lengua patria: "Hijo, ten compasin de m que

    te llev en el seno por nueve meses, te

    amamant por tres aos, te cri y te eduqu

    hasta la edad que tienes (y te aliment).

    28 Te ruego, hijo, que mires al

    cielo y a la tierra y, al ver todo lo que hay

    en ellos, sepas que a partir de la nada lo

    hizo Dios y que tambin el gnero humano ha

    llegado as a la existencia.

    29 No temas a este verdugo,

    antes bien, mostrndote digno de tus

    hermanos, acepta la muerte, para que vuelva

    yo a encontrarte con tus hermanos en la

    misericordia."

    30 En cuanto ella termin de

    hablar, el muchacho dijo: "Qu esperis? No

    obedezco el mandato del rey; obedezco el

    mandato de la Ley dada a nuestros padres

    por medio de Moiss.

    31 Y t, que eres el causante de

    todas las desgracias de los hebreos, no

    escapars de las manos de Dios.

    32 (Cierto que nosotros

    padecemos por nuestros pecados.)

    33 Si es verdad que nuestro

    Seor que vive, est momentneamente

    irritado para castigarnos y corregirnos,

    tambin se reconciliar de nuevo con sus

    siervos.

    34 Pero t, oh impo y el ms

    criminal de todos los hombres!, no te engras

    neciamente, entregndote a vanas

    esperanzas y alzando la mano contra sus

    siervos;

    35 porque todava no has

    escapado del juicio del Dios que todo lo

    puede y todo lo ve.

    36 Pues ahora nuestros hermanos,despus de haber soportado una corta pena

    por una vida perenne, cayeron por la

    alianza de Dios; t, en cambio, por el justo

    juicio de Dios cargars con la pena merecida

    por tu soberbia.

    37 Yo, como mis hermanos,

    entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes de

    mis padres, invocando a Dios para que

    pronto se muestre propicio con nuestra

    nacin, y que t con pruebas y azotes llegues

    a confesar que l es el nico Dios.

    38 Que en m y en mis hermanos

    se detenga la clera del Todopoderoso

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    II Macabeos

    19

    justamente descargada sobre toda nuestra

    raza."

    39 El rey, fuera de s, se ensacon ste con mayor crueldad que con los

    dems, por resultarle amargo el sarcasmo.

    40 Tambin ste tuvo un limpio

    trnsito, con entera confianza en el Seor.

    41 Por ltimo, despus de los hijos

    muri la madre.

    42 Sea esto bastante para tener

    noticia de los banquetes sacrificiales y de las

    crueldades sin medida.

    II Macabeos8

    1 Judas, llamado tambin

    Macabeo, y sus compaeros entraban

    sigilosamente en los pueblos, llamaban a sus

    hermanos de raza y acogiendo a los que

    permanecan fieles al judasmo, llegaron a

    reunir 6.000 hombres.

    2 Rogaban al Seor que mirase

    por aquel pueblo que todos conculcaban;

    que tuviese piedad del santuario profanado

    por los hombres impos;

    3 que se compadeciese de la

    ciudad destruida y a punto de ser arrasada,

    y que escuchase las voces de la sangre que

    clamaba a l;

    4 que se acordase de la inicua

    matanza de nios inocentes y de las

    blasfemias proferidas contra su nombre, y

    que mostrase su odio al mal.

    5 Macabeo, con su tropa

    organizada, fue ya invencible para los

    gentiles, al haberse cambiado en

    misericordia la clera del Seor.

    6 Llegando de improviso,

    incendiaba ciudades y pueblos; despus de

    ocupar las posiciones estratgicas, causaba

    al enemigo grandes prdidas.

    7 Prefera la noche como aliada

    para tales incursiones. La fama de su valor se

    extenda por todas partes.

    8 Al ver Filipo que este hombre

    progesaba paulatinamente y que sus xitos

    eran cada da ms frecuentes, escribi a

    Tolomeo, estratega de Celesiria y Fenicia

    para que viniese en ayuda de los intereses

    del rey.

    9 Este design enseguida a

    Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus primeros

    amigos, y le envi al frente de no menos de

    20.000 hombres de todas las naciones para

    exterminar la raza entera de Judea. Puso a

    su lado a Gorgias, general con experiencia

    en lides guerreras.

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    II Macabeos

    20

    10 Nicanor intentaba, por su

    parte, saldar con la venta de prisioneros

    judos, el tributo de 2.000 talentos que el rey

    deba a los romanos.

    11 Pronto envi a las ciudades

    martimas una invitacin para que vinieran a

    comprar esclavos judos, prometiendo

    entregar noventa esclavos por un talento sin

    esperarse el castigo del Todopoderoso que

    estaba a punto de caer sobre l.

    12 Lleg a Judas la noticia de la

    expedicin de Nicanor. Cuando comunic a

    los que le acompaaban que el ejrcito se

    acercaba,

    13 los cobardes y desconfiados

    de la justicia divina, comenzaron a escaparse

    y alejarse del lugar;

    14 los dems vendan todo lo que

    les quedaba, y pedan al mismo tiempo al

    Seor que librara a los que el impo Nicanor

    tena vendidos aun ante de haberse

    enfrentado.

    15 Si no por ellos, s por las

    alianzas con sus padres y porque invocaban

    en su favor el venerable y majestuoso

    Nombre.

    16 Despus de reunir a los suyos,

    en nmero de 6.000, el Macabeo lesexhortaba a no dejarse amedrentar por los

    enemigos y a no temer a la muchedumbre de

    gentiles que injustamente venan contra ellos,

    sino a combatir con valor,

    17 teniendo a la vista el ultraje

    que inicuamente haban inferido al Lugar

    Santo, los suplicios infligidos a la ciudad y la

    abolicin de las instituciones ancestrales.

    18 "Ellos, les dijo, confan en sus

    armas y en su audacia; pero nosotros

    tenemos nuestra confianza puesta en Dios

    Todopoderoso, que puede abatir con un

    gesto a los que vienen contra nosotros y al

    mundo entero."

    19 Les enumer los auxilios

    dispensados a sus antecesores, especialmente

    frente a Senaquerib, cuando perecieron

    185.000,

    20 y el recibido en Babilonia, en

    la batalla contra los glatas, cuando

    entraron en accin todos los 8.000 judos

    junto a los 4.000 macedonios, y cuando los

    macedonios se hallaban en apuros, los 8.000

    derrotaron a 120.000, gracias al auxilio queles lleg del cielo, y se hicieron con un gran

    botn.

    21 Despus de haberlos

    enardecido con estas palabras y de haberlos

    dispuesto a morir por las leyes y por la

    patria, dividi el ejrcito en cuatro cuerpos.

    22 Puso a sus hermanos, Simn,

    Jos y Jonatn, al frente de cada cuerpo,

    dejando a las rdenes de cada uno 1.500hombres.

    23 Adems mand a Esdras que

    leyera el libro sagrado; luego, dando como

    consigna "Auxilio de Dios", l mismo al frente

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    II Macabeos

    22

    II Macabeos9

    1 Sucedi por este tiempo que

    Antoco hubo de retirarse desordenadamente

    de las regiones de Persia.

    2 En efecto, habiendo entrado

    en la ciudad llamada Perspolis, pretendi

    saquear el santuario y oprimir la ciudad;

    ante ello, la muchedumbre sublevndose

    acudi a las armas y le puso en fuga; y

    sucedi que Antoco, ahuyentado por los

    naturales del pas, hubo de emprender una

    vergonzosa retirada.

    3 Cuando estaba en Ecbtana,

    le lleg la noticia de lo ocurrido a Nicanor y

    a las tropas de Timoteo.

    4 Arrebatado de furor, pensaba

    vengar en los judos la afrenta de los que le

    haban puesto en fuga, y por eso orden al

    conductor que hiciera avanzar el carro sin

    parar hasta el trmino del viaje. Pero ya el

    juicio del Cielo se cerna sobre l, pueshaba hablado as con orgullo: "En cuanto

    llegue a Jerusaln, har de la ciudad una

    fosa comn de judos."

    5 Pero el Seor Dios de Israel

    que todo lo ve, le hiri con una llaga

    incurable e invisible: apenas pronunciada

    esta frase, se apoder de sus entraas un

    dolor irremediable, con agudos retortijones

    internos,

    6 cosa totalmente justa para

    quien haba hecho sufrir las entraas de otros

    con numerosas y desconocidas torturas.

    7 Pero l de ningn modo

    cesaba en su arrogancia; estaba lleno

    todava de orgullo, respiraba el fuego de su

    furor contra los judos y mandaba acelerar la

    marcha. Pero sucedi que vino a caer de su

    carro que corra velozmente y, con la

    violenta cada, todos los miembros de su

    cuerpo se le descoyuntaron.

    8 El que poco antes pensaba

    dominar con su altivez de superhombre las

    olas del mar, y se imaginaba pesar en una

    balanza las cimas de las montaas, cado por

    tierra, era luego transportado en una litera,

    mostrando a todos de forma manifiesta el

    poder de Dios,

    9 hasta el punto que de los ojos

    del impo pululaban gusanos, caan a

    pedazos sus carnes, aun estando con vida,

    entre dolores y sufrimientos, y su infecto

    hedor apestaba todo el ejrcito.

    10 Al que poco antes crea tocar

    los astros del cielo, nadie poda ahorallevarlo por la insoportable repugnancia del

    hedor.

    11 As comenz entonces, herido,

    a abatir su excesivo orgullo y a llegar al

    verdadero conocimiento bajo el azote divino,

    en tensin a cada instante por los dolores.

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    II Macabeos

    23

    12 Como ni l mismo poda

    soportar su propio hedor, deca: "Justo esestar sumiso a Dios y que un mortal no

    pretenda igualarse a la divinidad."

    13 Pero aquel malvado rogaba

    al Soberano de quien ya no alcanzara

    misericordia, prometiendo

    14 que declarara libre la ciudad

    santa, a la que se haba dirigido antes a

    toda prisa para arrasarla y transformarla

    en fosa comn,

    15 que equiparara con los

    atenienses a todos aquellos judos que haba

    considerado dignos, no de una sepultura, sino

    de ser arrojados con sus nios como pasto a

    las fieras;

    16 que adornara con los ms

    bellos presentes el Templo Santo que anteshaba saqueado; que devolvera

    multiplicados todos los objetos sagrados; que

    suministrara a sus propias expensas los

    fondos que se gastaban en los sacrificios;

    17 y, adems, que se hara judo

    y recorrera todos los lugares habitados para

    proclamar el poder de Dios.

    18 Como sus dolores de ninguna

    forma se calmaban, pues haba cado sobre

    l el justo juicio de Dios, desesperado de su

    estado, escribi a los judos la carta copiada

    a continuacin, en forma de splica, con el

    siguiente contenido:

    19 "A los honrados judos,

    ciudadanos suyos, con los mejores deseos de

    dicha, salud y prosperidad, saluda el rey y

    estratega Antoco.

    20 Si os encontris bien vosotros y

    vuestros hijos, y vuestros asuntos van

    conforme a vuestros deseos, damos por ello

    rendidas gracias.

    21 En cuanto a m, me encuentro

    postrado sin fuerza en mi lecho, con un

    amistoso recuerdo de vosotros. A mi vuelta

    de las regiones de Persia, contraje una

    molesta enfermedad y he considerado

    necesario preocuparme de vuestra seguridad

    comn.

    22 No desespero de mi situacin,

    antes bien tengo grandes esperanzas de salir

    de esta enfermedad;

    23 pero considerando que

    tambin mi padre, con ocasin de salir a

    campaa hacia las regiones altas, design su

    futuro sucesor,

    24 para que, si ocurra algo

    sorprendente o si llegaba alguna noticia

    desagradable, los habitantes de las

    provincias no se perturbaran, por saber ya a

    quin quedaba confiado el gobierno;

    25 dndome cuenta adems deque los soberanos de alrededor, vecinos al

    reino, acechan las oportunidades y aguardan

    lo que pueda suceder, he nombrado rey a mi

    hijo Antoco, a quien muchas veces, al

    recorrer las satrapas altas, os he confiado y

    recomendado a gran parte de vosotros. A l

    le he escrito lo que sigue.

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    II Macabeos

    24

    26 Por tanto os exhorto y ruego

    que acordndoos de los beneficios recibidosen comn y en particular, guardis cada uno

    tambin con mi hijo la benevolencia que

    tenis hacia m.

    27 Pues estoy seguro de que l,

    realizando con moderacin y humanidad mis

    proyectos, se entender bien con vosotros."

    28 As pues, aquel asesino y

    blasfemo, sufriendo los peores

    padecimientos, como los haba hecho

    padecer a otros, termin la vida en tierra

    extranjera, entre montaas, en el ms

    lamentable infortunio.

    29 Filipo, su compaero,

    trasladaba su cuerpo; mas, por temor al hijo

    de Antoco, se retir a Egipto, junto a

    Tolomeo Filomtor.

    II Macabeos 10

    1 Macabeo y los suyos, guiados

    por el Seor, recuperaron el Templo y la

    ciudad,

    2 destruyeron los altares

    levantados por los extranjeros en la plaza

    pblica, as como los recintos sagrados.

    3 Despus de haber purificado

    el Templo, hicieron otro altar; tomando fuego

    de pedernal del que haban sacado chispas,

    tras dos aos de intervalo ofrecieron

    sacrificios, el incienso y las lmparas, y

    colocaron los panes de la Presencia.

    4 Hecho esto, rogaron al Seor,

    postrados sobre el vientre, que no les

    permitiera volver a caer en tales desgracias,

    sino que, si alguna vez pecaban, les

    corrigiera con benignidad, y no los entregara

    a los gentiles blasfemos y brbaros.

    5 Aconteci que el mismo da en

    que el Templo haba sido profanado por los

    extranjeros, es decir, el veinticinco del mismo

    mes que es Kislu, tuvo lugar la purificacin

    del Templo.

    6 Lo celebraron con alegra

    durante ocho das, como en la fiesta de las

    Tiendas, recordando cmo, poco tiempoantes, por la fiesta de las Tiendas, estaban

    cobijados como fieras en montaas y

    cavernas.

    7 Por ello, llevando tirsos, ramas

    hermosas y palmas, entonaban himnos hacia

    Aqul que haba llevado a buen trmino la

    purificacin de su lugar.

    8 Por pblico decreto y voto

    prescribieron que toda la nacin de los judos

    celebrara anualmente aquellos mismos das.

    9 Tales fueron las circunstancias

    de la muerte de Antoco, apellidado

    Epfanes.

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    II Macabeos

    25

    10 Vamos a exponer ahora lo

    referente a Antoco Euptor, hijo de aquel

    impo, resumiendo las desgracias debidas a

    las guerras.

    11 En efecto, una vez heredado

    el reino, puso al frente de sus asuntos a un tal

    Lisias, estratega supremo de Celesiria y

    Fenicia.

    12 Pues Tolomeo, el llamado

    Macrn, el primero en observar la justicia con

    los judos, debido a la injusticia con que se les

    haba tratado, procuraba resolver

    pacficamente lo que a ellos concerna;

    13 acusado ante Euptor a

    consecuencia de ello por los amigos del rey,

    oa continuamente que le llamaban traidor,

    por haber abandonado Chipre, que

    Filomtor le haba confiado, y por haberse

    pasado a Antoco Epfanes. Al no poder

    honrar debidamente la dignidad de sucargo, envenenndose, dej esta vida.

    14 Gorgias, hecho estratega de

    la regin, mantena tropas mercenarias y en

    toda ocasin hostigaba a los judos.

    15 Al mismo tiempo los idumeos,

    dueos de fortalezas estratgicas, causaban

    molestias a los judos, y acogiendo a los

    fugitivos de Jerusaln procuraban fomentar

    la guerra.

    16 Macabeo y sus compaeros,

    despus de haber celebrado una rogativa y

    haber pedido a Dios que luchara junto a

    ellos, se lanzaron contra las fortalezas de los

    idumeos;

    17 despus de atacarlos con

    mpetu, se apoderaron de las posiciones e

    hicieron retroceder a todos los que combatan

    sobre la muralla; daban muerte a cuantos

    caan en sus manos. Mataron por lo menos

    20.000.

    18 No menos de 9.000 hombres

    se haban refugiado en dos torres muy bien

    fortificadas y abastecidas de cuanto era

    necesario para resistir un sitio.

    19 Macabeo dej entonces a

    Simn y Jos, y adems a Zaqueo y a los

    suyos, en nmero suficiente para asediarles, y

    l mismo parti hacia otros lugares de mayor

    urgencia.

    20 Pero los hombres de Simn,

    vidos de dinero, se dejaron sobornar por

    algunos de los que estaban en las torres; por

    70.000 dracmas dejaron que algunos se

    escapasen.

    21 Cuando se dio a Macabeo la

    noticia de lo sucedido, reuni a los jefes del

    pueblo y acus a aquellos hombres de haber

    vendido a sus hermanos por dinero al soltar

    enemigos contra ellos.

    22 Hizo por tanto ejecutarles por

    traidores e inmediatamente se apoder delas dos torres.

    23 Con atinada direccin y con

    las armas en las manos, mat en las dos

    fortalezas a ms de 20.000 hombres.

    24 Timoteo, que antes haba sido

    vencido por los judos, despus de reclutar

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    II Macabeos

    26

    numerosas fuerzas extranjeras y de reunir no

    pocos caballos trados de Asia, se present

    con la intencin de conquistar Judea por las

    armas.

    25 Ante su avance, los hombres

    de Macabeo, en rogativas a Dios, cubrieron

    de polvo su cabeza y cieron de sayal la

    cintura;

    26 y, postrndose delante del

    Altar, a su pie, pedan a Dios que,

    mostrndose propicio con ellos, se hiciera

    enemigo de sus enemigos y adversario de sus

    adversarios, como declara la Ley.

    27 Al acabar la plegaria,

    tomaron las armas y avanzaron un buen

    trecho fuera de la ciudad; cuando estaban

    cerca de sus enemigos, se detuvieron.

    28 A poco de difundirse la

    claridad del sol naciente, ambos bandos se

    lanzaron al combate; los unos tenan como

    garanta del xito y de la victoria, adems

    de su valor, el recurso al Seor; los otros

    combatan con la furia como gua de sus

    luchas.

    29 En lo recio de la batalla,

    aparecieron desde el cielo ante los

    adversarios cinco hombres majestuososmontados en caballos con frenos de oro, que

    se pusieron al frente de los judos;

    30 colocaron a Macabeo en

    medio de ellos y, cubrindole con sus

    armaduras, le hacan invulnerable; arrojaban

    sobre los adversarios saetas y rayos, por lo

    que heridos de ceguera se dispersaban en

    completo desorden.

    31 20.500 infantes fueronmuertos y seiscientos jinetes.

    32 El mismo Timoteo se refugi en

    una fortaleza, muy bien guardada, llamada

    Gzara, cuyo estratega era Quereas.

    33 Las tropas de Macabeo,

    alborozadas, asediaron la ciudadela durante

    cuatro das.

    34 Los de dentro, confiados en lo

    seguro de la posicin, blasfemaban sin cesar

    y proferan palabras impas.

    35 Amanecido el quinto da,

    veinte jvenes de las tropas de Macabeo,

    encendidos en furor a causa de las

    blasfemias, se lanzaron valientemente contra

    la muralla y con fiera bravura heran a

    cuantos se ponan delante.

    36 Otros, subieron igualmente por

    el lado opuesto contra los de dentro,

    prendieron fuego a las torres y, encendiendo

    hogueras, quemaron vivos a los blasfemos.

    Aqullos, entretanto, rompin las puertas, y

    tras abrir paso al resto del ejrcito, se

    apoderaron de la ciudad.

    37 Mataron a Timoteo, que

    estaba escondido en una cisterna, as como a

    su hermano Quereas y a Apolfanes.

    38 Al trmino de estas proezas,

    con himnos y alabanzas bendecan al Seor

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    II Macabeos

    27

    que haca grandes beneficios a Israel y a

    ellos les daba la victoria.

    II Macabeos 11

    1 Muy poco tiempo despus,Lisias, tutor y pariente del rey, que estaba al

    frente de los negocios, muy contrariado por

    lo sucedido,

    2 reuni unos 80.000 hombres

    con toda la caballera, y se puso en marcha

    contra los judos, con la intencin de hacer de

    la ciudad una poblacin de griegos,

    3 convertir el Templo en fuente

    de recursos, como los dems recintossagrados de los gentiles, y poner cada ao

    en venta la dignidad del sumo sacerdocio.

    4 No tena en cuenta en absoluto

    el poder de Dios, engredo como estaba con

    sus miradas de infantes, sus millares de

    jinetes y sus ochenta elefantes.

    5 Entr en Judea, se acerc aBet Sur, plaza fuerte que dista de Jerusaln

    unas cinco esjenas, y la cerc estrechamente.

    6 En cuanto los hombres de

    Macabeo supieron que Lisias estaba sitiando

    las fortalezas, comenzaron a implorar al

    Seor con gemidos y lgrimas, junto con la

    multitud, que enviase un ngel bueno para

    salvar a Israel.

    7 Macabeo en persona tom elprimero las armas y exhort a los dems a

    que juntamente con l afrontaran el peligro y

    auxiliaran a sus hermanos. Ellos se lanzaron

    juntos con entusiasmo.

    8 Cuando estaban cerca de

    Jerusaln, apareci ponindose al frente de

    ellos, un jinete vestido de blanco, blandiendo

    armas de oro.

    9 Todos a una bendijeron

    entonces a Dios misericordioso y y sintieron

    enardecerse sus nimos, dispuestos a

    atravesar no slo a hombres, sino aun a las

    fieras ms salvajes murallas de hierro.

    10 Avanzaban equipados, con el

    aliado enviado del Cielo, porque el Seor se

    haba compadecido de ellos.

    11 Se lanzaron como leones sobre

    los enemigos, abatieron 11.000 infantes y

    1.600 jinetes, y obligaron a huir a todos los

    dems.

    12 La mayora de stos

    escaparon heridos y desarmados; el mismo

    Lisias se salv huyendo vergonzosamente.

    13 Pero Lisias no era hombre sin

    juicio. Reflexionando sobre la derrota que

    acababa de sufrir, y comprendiendo que los

    hebreos eran invencibles porque el Dios

    poderoso luchaba con ellos,

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    II Macabeos

    28

    14 les propuso por una embajada

    la reconciliacin bajo toda clase de

    condiciones justas; y que adems obligara al

    rey a hacerse amigo de ellos.

    15 Macabeo asinti a todo lo que

    Lisias propona, preocupado por el inters

    pblico; pues el rey concedi cuanto

    Macabeo haba pedido por escrito a Lisias

    acerca de los judos.

    16 La carta escrita por Lisias a los

    judos deca lo siguiente: "Lisias saluda a la

    poblacin de los judos.

    17 Juan y Absaln, vuestros

    enviados, al entregarme el documento

    copiado a continuacin, me han rogado una

    respuesta sobre lo que en el mismo se

    significaba.

    18 He dado cuenta al rey de

    todo lo que deba exponrsele; lo que era

    de mi competencia lo he concedido.

    19 Por consiguiente, si mantenis

    vuestra buena disposicin hacia el Estado,

    tambin yo procurar en adelante colaborar

    en vuestro favor.

    20 En cuanto a los detalles, tengo

    dada orden a vuestros enviados y a los mos

    de que los discutan con vosotros.

    21 Seguid bien. Ao 148, el

    veinticuatro de Discoro."

    22 La carta del rey deca lo

    siguiente: "El rey Antoco saluda a su hermano

    Lisias.

    23 Habiendo pasado nuestro

    padre donde los dioses, deseamos que los

    sbditos del reino vivan sin inquietudes para

    entregarse a sus propias ocupaciones.

    24 Teniendo odo que los judos

    no estn de acuerdo en adoptar las

    costumbres griegas, como era voluntad de mi

    padre, sino que prefieren seguir sus propias

    costumbres, y ruegan que se les permita

    acomodarse a sus leyes,

    25 deseosos, por tanto, de que

    esta nacin est tranquila, decidimios que se

    les restituya el Templo y que puedan vivir

    segn las costumbres de sus antepasados.

    26 Bien hars, por tanto, en

    enviarles emisarios que les den la mano,

    para que al saber nuestra determinacin, se

    sientan confiados y se dediquen con agrado

    a sus propias ocupaciones."

    27 La carta del rey a la nacin

    era como sigue: "El rey Antoco saluda al

    Senado de los judos y a los dems judos.

    28 Sera nuestro deseo que os

    encontrarais bien; tambin nosotros gozamos

    de salud.

    29 Menelao nos ha manifestado

    vuestro deseo de volver a vuestros hogares.

    30 A los que vuelvan antes del

    treinta del mes de Xntico se les ofrece la

    mano y libertad

    31 para que los judos se sirvan

    de sus propios alimentos y leyes como antes,

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    II Macabeos

    29

    y ninguno de ellos sea molestado en modo

    alguno a causa de faltas cometidas por

    ignorancia.

    32 He enviado a Menelao para

    que os anime.

    33 Seguid bien. Ao 148, da

    quince de Xntico."

    34 Tambin los romanos les

    enviaron una carta con el siguiente contenido:

    "Quinto Memmio, Tito Manilio, Manio Sergio,legados de los romanos, saludan al pueblo

    de los judos.

    35 Nosotros damos nuestro

    consentimiento a lo que Lisias, pariente del

    rey, os ha concedido.

    36 Pero en relacin con lo que l

    decidi presentar al rey, mandadnos algn

    emisario en cuanto lo hayis examinado,

    para que lo expongamos en la forma que osconviene, ya que nos dirigimos a Antioqua,

    37 Daos prisa, por tanto;

    enviadnos a algunos, para que tambin

    nosotros conozcamos cul es vuestra opinin.

    38 Seguid en buena salud. Ao

    148, da quince de Discoro."

    II Macabeos 12

    1 Una vez terminados estos

    tratados, Lisias se volvi junto al rey, mientraslos judos se entregaban a las labores del

    campo.

    2 Pero algunos de los estrategas

    en plaza, Timoteo y Apolonio, hijo de

    Genneo, y tambin Jernimo y Demofn,

    adems de Nicanor, el Chipriarca, no les

    dejaban vivir en paz ni disfrutar de sosiego.

    3 Los habitantes de Joppe, por

    su parte, perpetraron la enorme impiedad

    que sigue: invitaron a los judos que vivan

    con ellos, a subir con mujeres y nios a las

    embarcaciones que haban preparado, como

    si no guardaran contra ellos ninguna

    enemistad.

    4 Conforme a la comn decisin

    de la ciudad, aceptaron los judos, por

    mostrar sus deseos de vivir en paz y que no

    tenan el menor recelo; pero, cuando se

    hallaban en alta mar, los echaron al fondo,

    en nmero no inferior a doscientos.

    5 Cuando Judas se enter de la

    crueldad cometida con sus compatriotas, se lo

    anunci a sus hombres;

    6 y despus de invocar a Dios,

    el justo juez, se puso en camino contra losasesinos de sus hermanos, incendi por la

    noche el puerto, quem las embarcaciones y

    pas a cuchillo a los que se haban refugiado

    all.

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    II Macabeos

    30

    7 Al encontrar cerrada la plaza,

    se retir con la intencin de volver de nuevo

    y exterminar por completo a la poblacin

    de Joppe.

    8 Enterado de que tambin los

    de Yamnia queran actuar de la misma forma

    con los judos que all habitaban,

    9 atac tambin de noche a los

    yamnitas e incendi el puerto y la flota, de

    modo que el resplandor de las llamas se vea

    hasta en Jerusaln y eso que haba 240

    estadios de distancia.

    10 Marchando contra Timoteo, se

    alejaron de all nueve estadios, cuando le

    atacaron no menos de 5.000 rabes y

    quinientos jinetes.

    11 En la recia batalla trabada,

    las tropas de Judas lograron la victoria,

    gracias al auxilio recibido de Dios; los

    nmadas, vencidos, pidieron a Judas que les

    diera la mano, prometiendo entregarle

    ganado y serle tiles en adelante.

    12 Judas, dndose cuenta de que

    verdaderamente en muchos casos podan ser

    de utilidad, consinti en hacer las paces con

    ellos; estrechada la mano se retiraron a las

    tiendas.

    13 Judas atac tambin a ciertaciudad fortificada con terraplenes, rodeada

    de murallas, y habitada por una poblacin

    mixta de varias naciones, por nombre Caspn.

    14 Los sitiados, confiados en la

    solidez de las murallas y en la provisin de

    vveres, trataban groseramente con insultos a

    los hombres de Judas, profiriendo adems

    blasfemias y palabras sacrlegas.

    15 Los hombres de Judas, despus

    de invocar al gran Seor del mundo, que sin

    arietes ni mquinas de guerra haba derruido

    a Jeric en tiempo de Josu, atacaron

    ferozmente la muralla.

    16 Una vez dueos de la ciudad

    por la voluntad de Dios, hicieron una

    indescriptible carnicera hasta el punto de

    que el lago vecino, con su anchura de dos

    estadios, pareca lleno con la sangre que le

    haba llegado.

    17 Se alejaron de all 750

    estadios y llegaron a Jraca, donde los

    judos llamados tubios.

    18 Pero no encontraron en

    aquellos lugares a Timoteo, que al no lograr

    nada se haba ido de all, dejando con todo

    en determinado lugar una fortsima

    guarnicin.

    19 Dositeo y Sospatro, capitanes

    de Macabeo, en una incursin mataron a los

    hombres que Timoteo haba dejado en la

    fortaleza, ms de 10.000.

    20 Macabeo distribuy su ejrcito

    en cohortes, puso a aquellos dos a su cabezay se lanz contra Timoteo que tena consigo

    20.000 infantes y 2.500 jinetes.

    21 Al enterarse Timoteo de la

    llegada de Judas, mand por delante las

    mujeres, los nios y el resto de la

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    II Macabeos

    31

    impedimenta al sitio llamado Carnin; pues

    era un lugar inexpugnable y de acceso

    difcil, por la angostura de todos sus pasos.

    22 En cuanto apareci, la

    primera, la cohorte de Judas, se apoder de

    los enemigos el miedo y el temor al

    manifestarse ente ellos Aqul que todo lo ve,

    y se dieron a la fuga cada cual por su lado,

    de modo que muchas veces eran heridos por

    sus propios compaeros y atravesados por

    las puntas de sus espadas.

    23 Judas segua tenazmente en su

    persecucin, acuchillando a aquellos

    criminales; lleg a matar hasta 30.000

    hombres.

    24 El mismo Timoteo cay en

    manos de los hombres de Dositeo y

    Sospatro; les instaba con mucha palabrera

    que le dejaran ir salvo, pues alegaba tener

    en su poder a parientes entre los cualeshaba hermanos de muchos de ellos, de cuya

    vida nadie se cuidara.

    25 Cuando l garantiz, despus

    de muchas palabras, la determinacin de

    restituirlos sanos y salvos, le dejaron libre con

    nimo de liberar a sus hermanos.

    26 Habindose dirigido alCarnin y al Atargateion, Judas dio muerte a

    25.000 hombres.

    27 Despus de haber derrotado

    (y destruido) a estos enemigos, dirigi una

    expedicin contra la ciudad fuerte de Efrn,

    donde habitaba Lisanias, con una multitud de

    toda estirpe. Jvenes vigorosos, apostados

    ante las murallas, combatan con valor; en el

    interior haba muchas reservas de mquinas

    de guerra y proyectiles.

    28 Despus de haber invocado al

    Seor que aplasta con energa las fuerzas de

    los enemigos, los judos se apoderaron de la

    ciudad y abatieron por tierra a unos 25.000

    de los que estaban dentro.

    29 Partiendo de all se lanzaron

    contra Escitpolis, ciudad que dista de

    Jerusaln sesenta estadios.

    30 Pero como los judos all

    establecidos atestiguaron que los habitantes

    de la ciudad haban sido benvolos con ellos

    y les haban dado buena acogida en los

    tiempos de desgracia,

    31 Judas y los suyos se lo

    agradecieron y les exhortaron a que tambin

    en lo sucesivo se mostraran bien dispuestos

    con su raza. Llegaron a Jerusaln en la

    proximidad de la fiesta de las Semanas.

    32 Despus de la fiesta llamada

    de Pentecosts, se lanzaron contra Gorgias,

    el estratega de Idumea.

    33 Sali ste con 3.000 infantes y

    cuatrocientos jinetes,

    34 y sucedi que cayeron algunos

    de los judos que les haban presentado

    batalla.

    35 Un tal Dositeo, jinete valiente,

    del cuerpo de los tubios, se apoder de

    Gorgias, y agarrndole por la clmide, le

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    II Macabeos

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    arrastraba por la fuerza con el deseo de

    capturar vivo a aquel maldito; pero un jinete

    tracio se ech sobre Dositeo, le cort el

    hombro, y Gorgias huy hacia Maris.

    36 Ante la fatiga de los hombres

    de Esdras que llevaban mucho tiempo

    luchando, Judas suplic al Seor que se

    mostrase su aliado y su gua en el combate.

    37 Enton entonces en su lengua

    patria el grito de guerra y algunos himnos,

    irrumpi de improviso sobre las tropas de

    Gorgias y las derrot.

    38 Judas, despus de reorganizar

    el ejrcito, se dirigi hacia la ciudad de

    Odolam. Al llegar el da sptimo, se

    purificaron segn la costumbre y celebraron

    all el sbado.

    39 Al da siguiente, fueron enbusca de Judas (cuando se haca ya

    necesario), para recoger los cadveres de

    los que haban cado y depositarlos con sus

    parientes en los sepulcros de sus padres.

    40 Entonces encontraron bajo las

    tnicas de cada uno de los muertos objetos

    consagrados a los dolos de Yamnia, que la

    Ley prohbe a los judos. Fue entonces

    evidente para todos por qu motivo habansucumbido aquellos hombres.

    41 Bendijeron, pues, todos las

    obras del Seor, juez justo, que manifiesta las

    cosas ocultas,

    42 y pasaron a la splica,

    rogando que quedara completamente

    borrado el pecado cometido. El valeroso

    Judas recomend a la multitud que se

    mantuvieran limpios de pecado, a la vista de

    lo sucedido por el pecado de los que haban

    sucumbido.

    43 Despus de haber reunido

    entre sus hombres cerca de 2.000 dracmas,

    las mand a Jerusaln para ofrecer un

    sacrificio por el pecado, obrando muy

    hermosa y noblemente, pensando en la

    resurreccin.

    44 Pues de no esperar que los

    soldados cados resucitaran, habra sido

    superfluo y necio rogar por los muertos;

    45 mas si consideraba que una

    magnfica recompensa est reservada a los

    que duermen piadosamente, era un

    pensamiento santo y piadoso.

    46 Por eso mand hacer este

    sacrificio expiatorio en favor de los muertos,

    para que quedaran liberados del pecado.

    II Macabeos 13

    1 El ao 149, los hombres de

    Judas se enteraron de que Antoco Euptor

    marchaba sobre Judea con numerosas tropas,

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    II Macabeos

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    2 y que con l vena Lisias, su

    tutor y encargado de los negocios, cada uno

    con un ejrcito griego de 110.000 infantes,

    5.300 jinetes, veintids elefantes y trescientos

    carros armados de hoces.

    3 Tambin Menelao se uni a

    ellos e incitaba muy taimadamente a Antoco,

    no por salvar a su patria, sino con la idea de

    establecerse en el poder.

    4 Pero el Rey de reyes excit la

    clera de Antoco contra aquel malvado;

    Lisias demostr al rey que aquel hombre era

    el causante de todos los males, y Antoco

    orden conducirle a Berea y darle all

    muerte, segn las costumbres del lugar.

    5 Hay en aquel lugar una torre

    de cincuenta codos, llena de ceniza, provista

    de un dispositivo giratorio, en pendiente por

    todos los lados hacia la ceniza.

    6 Al reo de robo sacrleg o al

    que ha perpetrado algn otro crimen

    horrendo, lo suben all y lo precipitan para su

    perdicin.

    7 Y sucedi que con tal suplicio

    muri aquel inicuo Menelao que ni siquiera

    tuvo la suerte de encontrar la tierra que le

    recibiera.

    8 Y muy justamente fue as, pues,

    despus de haber cometido muchos pecados

    contra el altar, cuyo fuego y ceniza eran

    sagrados, en la ceniza encontr la muerte.

    9 Marchaba, pues, el rey

    embargado de brbaros sentimientos,

    dispuesto a mostrar a los judos peores cosas

    que las sucedidas en tiempo de su padre.

    10 Al saberlo Judas mand a latropa que invocara al Seor da y noche,

    para que tambin en esta ocasin, como en

    otras, viniera en ayuda de los que estaban a

    punto de ser privados de la Ley, de la patria

    y del Templo santo,

    11 y no permitiera que aquel

    pueblo, que todava haca poco haba

    recobrado el nimo, cayera en manos de

    gentiles de mala fama.

    12 Una vez que todos juntos

    cumplieron la orden y suplicaron al Seor

    misericordioso con lamentaciones y ayunos y

    postraciones durante tres das seguidos,

    Judas les anim y les mand que estuvieran

    preparados.

    13 Despus de reunirse en

    privado con los Ancianos, decidi que, antes

    que el ejrcito del rey entrara en Judea y se

    hiciera dueo de la ciudad, salieran los suyos

    para resolver la situacin con el auxilio de

    Dios.

    14 Judas, dejando la decisin al

    Creador del mundo, anim a sus hombres a

    combatir heroicamente hasta la muerte por lacausa de las leyes, el Templo, la ciudad, la

    patria y las instituciones; y acamp en las

    cercanas de Modn.

    15 Dio a los suyos como consigna

    "Victoria de Dios" y atac de noche con lo

    ms escogido de los jvenes la tienda del

    rey. Mat en el campamento a unos 2.000

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    II Macabeos

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    hombres y los suyos hirieron al mayor de los

    elefantes junto con su conductor;

    16 llenaron finalmente elcampamento de terror y confusin, y se

    retiraron victoriosos

    17 cuando el da despuntaba.

    Todo ello sucedi, gracias a la proteccin

    que el Seor haba brindado a Judas.

    18 El rey, que haba probado ya

    la osada de los judos, intent alcanzar lasposiciones con estratagemas.

    19 Se aproxim a Bet Sur, plaza

    fuerte de los judos; pero fue rechazado,

    derrotado y vencido.

    20 Judas hizo llegar a los de

    dentro lo que necesitaban.

    21 Pero Rodoco, uno del ejrcito

    judo, revelaba los secretos a los enemigos;fue buscado, capturado y ejecutado.

    22 El rey parlament por

    segunda vez con los de Bet Sur, dio y tom la

    mano y luego se retir. Atac a las tropas de

    Judas, y fue vencido.

    23 Supo entonces que Filipo, a

    quien haba dejado en Antioqua al frente delos negocios, se haba sublevado.

    Consternado, llam a los judos, se avino a

    sus deseos, y prest juramento sobre todas

    las condiciones justas. Se reconcili y ofreci

    un sacrificio, honr al santuario y se mostr

    generoso con el Lugar Santo.

    24 Prest buena acogida a

    Macabeo y dej a Hegemnides como

    estratega desde Tolemaida hasta la regin

    de los guerranos.

    25 Sali hacia Tolemaida; pero

    los habitantes de la ciudad estaban muy

    disgustados por este tratado: estaban en

    verdad indignados por los acuerdos, que

    ellos queran abolir.

    26 Lisias entonces subi a la

    tribuna e hizo la mejor defensa que pudo; les

    convenci y calm, y les dispuso a la

    benevolencia. Luego parti hacia Antioqua.

    As sucedi con la expedicin y la retirada

    del rey.

    II Macabeos 14

    1 Despus de tres aos de

    intervalo, los hombres de Judas supieron que

    Demetrio, hijo de Seleuco, haba atracado en

    el puerto de Trpoli con un fuerte ejrcito y

    una flota,

    2 y que se haba apoderado de

    la regin, despus de haber dado muerte a

    Antoco y a su tutor Lisias.

    3 Un tal Alcimo, que antes haba

    sido sumo sacerdote, pero que se haba

    contaminado voluntariamente en tiempo de la

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    rebelin, pensando que de ninguna forma

    haba para l salvacin ni acceso posible al

    altar sagrado,

    4 fue al encuentro del rey

    Demetrio, hacia el ao 151, y le ofreci una

    corona de oro, una palma, y adems, los

    rituales ramos de olivo del Templo. Y por

    aquel da no hizo ms.

    5 Pero encontr una ocasin

    propicia para su demencia, al ser llamado

    por Demetrio a consejo y al ser preguntado

    sobre las disposiciones y designios de los

    judos.

    6 Respondi: "Los judos

    llamados asideos, encabezados por Judas

    Macabeo, fomentan guerras y rebeliones,

    para no dejar que el reino viva en paz.

    7 Por eso aunque despojado demi dignidad ancestral, me refiero al sumo

    sacerdocio, he venido aqu

    8 en primer lugar con verdadera

    preocupacin por los intereses del rey, y en

    segundo lugar, con la mirada puesta en mis

    propios compatriotas, pues por la locura de

    los hombres que he mencionado, toda nuestra

    raza padece no pocos males.

    9 Informado con detalle de todo

    esto, oh rey!, mira por nuestro pas y por

    nuestra nacin por todas partes asediada,

    con esa accesible benevolencia que tienes

    para todos;

    10 pues mientras Judas subsista,

    le es imposible al Estado alcanzar la paz."

    11 En cuanto l dijo esto, losdems amigos que sentan aversin hacia lo

    de Judas, se apresuraron a encender ms el

    nimo de Demetrio.

    12 Design inmediatamente a

    Nicanor, que haba llegado a ser

    elefantarca, le nombr estratega de Judea y

    le envi

    13 con rdenes de hacer morir a

    Judas, dispersar a todos sus hombres y

    restablecer a Alcimo como sumo sacerdote

    del ms grande de los templos.

    14 Los gentiles de Judea, fugitivos

    de Judas, se unieron en masa a Nicanor,

    imaginndose que las desgracias y reveses

    de los judos seran sus propios xitos.

    15 Al tener noticia de laexpedicin de Nicanor y del asalto de los

    gentiles, esparcieron sobre s polvo e

    imploraron a Aqul que por siempre haba

    establecido a su pueblo y que siempre

    protega a su propia heredad con sus

    manifestaciones.

    16 Por orden de su jefe, salieron

    inmediatamente de all y trabaron lucha con

    ellos junto al pueblo de Dessu.

    17 Simn, hermano de Judas,

    haba entablado combate con Nicanor, pero,

    a causa de la repentina llegada de los

    enemigos, sufri un ligero revs.

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    II Macabeos

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    32 Aseguraron ellos con

    juramento que no saban dnde estaba el

    hombre que buscaba.

    33 Entonces l extendiendo la

    diestra hacia el santuario, hizo este

    juramento: "Si no me entregis encadenado a

    Judas, arrasar este recinto sagrado de Dios,

    destruir el altar, y aqu mismo levantar un

    esplndido Templo a Diniso."

    34 Y, dicho esto, se fue. Los

    sacerdotes con las manos tendidas al cielo,

    invocaban a Aqul que sin cesar haba

    combatido en favor de nuestra nacin,

    diciendo:

    35 "T, Seor, que nada necesitas,

    te has complacido en que el santuario de tu

    morada se halle entre nosotros.

    36 Tambin ahora, Seor santo

    de toda santidad, preserva siempre limpia

    de profanacin esta Casa recin purificada."

    37 Razas, uno de los ancianos de

    Jerusaln, fue denunciado a Nicanor. Era

    hombre amante de sus conciudadanos, muy

    bien considerado, llamado por su buen

    corazn "Padre de los judos",

    38 pues, en los tiempos que

    precedieron a la sublevacin, haba sido

    acusado de Judasmo, y por el Judasmo

    haba expuesto cuerpo y vida con gran

    constancia.

    39 Queriendo Nicanor hacer

    patente la hostilidad que le embargaba

    hacia los judos, envi ms de quinientos

    soldados para arrestarlo,

    40 pues le pareca quearrestndole causaba un gran perjuicio a los

    judos.

    41 Cuando las tropas estaban a

    punto de apoderarse de la torre, forzando la

    puerta del patio y con orden de prender

    fuego e incendiar las puertas, Razas,

    acosado por todas partes, se ech sobre la

    espada.

    42 Prefiri noblemente la muerte

    antes que caer en manos criminales y

    soportar afrentas indignas de su nobleza.

    43 Pero, como por la

    precipitacin del combate no haba acertado

    al herirse y las tropas irrumpan puertas

    adentro, subi valerosamente a lo alto del

    muro y se precipit con bravura sobre las

    tropas;

    44 pero al retroceder stas

    rpidamente, dejando un hueco, vino l a

    caer en medio del espacio libre.

    45 Con aliento todava y

    enardecido su nimo, se levant derramando

    sangre a torrentes; a pesar de las graves

    heridas, atraves corriendo por entre las

    tropas, y se puso sobre una roca escarpada.

    46 Ya completamente exange,

    se arranc las entraas y tomndolas con

    ambas manos, las arroj contra las tropas. Y

    despus de invocar al Dueo de la vida y del

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    II Macabeos

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    espritu que otra vez se dignara

    devolvrselas, lleg de este modo al trnsito.

    II Macabeos 15

    1 Supo Nicanor que los hombresde Judas se hallaban en la regin de

    Samara y decidi atacarlos sin riesgo en el

    da del descanso.

    2 Los judos, que le

    acompaaban a la fuerza, le dijeron: "No

    mates as de modo tan salvaje y brbaro;

    respeta y honra ms bien el da que con

    preferencia ha sido santificado por Aqul

    que todo lo ve."

    3 Aquel hombre tres veces

    malvado pregunt si en el cielo haba un

    Soberano que hubiera prescrito celebrar el

    da del sbado.

    4 Ellos le replicaron: "Es el mismo

    Seor que vive como Soberano en el cielo el

    que mand observar el da sptimo."

    5 Entonces el otro dijo: "Tambin

    yo soy soberano en la tierra: el que ordena

    tomar las armas y prestar servicio al rey."

    Sin embargo no pudo realizar su malvado

    designio.

    6 Nicanor, jactndose con

    altivez, deliberaba erigir un trofeo comn con

    los despojos de los hombres de Judas.

    7 Macabeo, por su parte,

    mantena incesantemente su confianza, con la

    entera esperanza de recibir ayud