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MAGIA QUE RESPIRA EN LA PALABRA:
CREACIÓN DE LENGUAJES LITERARIOS Y SIMBÓLICOS PARA EL
ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL A MUJERES
JENNY CAROLINA CUBILLOS CARDOZO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
ESPECIALIZACIÓN EN DESARROLLO HUMANO CON ÉNFASIS PROCESOS
AFECTIVOS Y CREATIVIDAD
Bogotá, 2017
Magia que respira en la palabra 2
MAGIA QUE RESPIRA EN LA PALABRA:
CREACIÓN DE LENGUAJES LITERARIOS Y SIMBÓLICOS PARA EL
ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL A MUJERES
Proyecto elaborado por
JENNY CAROLINA CUBILLOS CARDOZO
Para optar el título
Especialista en Desarrollo Humano con Énfasis en Procesos Afectivos y Creatividad
Docente asesor:
JORGE DAVID SANCHEZ ARDILA
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
ESPECIALIZACIÓN EN DESARROLLO HUMANO CON ÉNFASIS PROCESOS
AFECTIVOS Y CREATIVIDAD
Bogotá, 2017
Magia que respira en la palabra 3
DEDICATORIA
La decisión de crear este proyecto y el logro de materializarlo están dedicados a la
divina presencia de Dios que me acompaña en cada latido.
A la confianza que se descubre fuerte, y que cuando sonríe desvanece las dudas y el
miedo.
Al amor que se impulsa a sí mismo hacia la vida.
A la misión que pacté en mi contrato sagrado.
Magia que respira en la palabra 4
AGRADECIMIENTOS
A todas las personas y situaciones mágicas de mi vida.
Gracias siempre a la oscuridad, porque me enseña a encender mi luz.
Gracias siempre a la luz, porque brilla danzante en todo cuanto existe.
Magia que respira en la palabra 5
INTRODUCCIÓN
Magia que respira en la palabra es un ejercicio de creación en el campo
artístico, expresado en lenguajes creativos, propuesto para mujeres que reciben
acompañamiento psicosocial en un organismo del sector público. Corresponde a una
apuesta por aportar al desarrollo humano de las mujeres a las que está dirigido,
planteando a través de lenguajes literarios y simbólicos una posibilidad para celebrar
la vida y hacer magia con la palabra, asumiendo lo mágico como un acto transformador
orientado al bienestar.
Este documento se justifica a lo largo del camino; describe el recorrido que dio
vida a la instalación, iniciando con las bases conceptuales, transitando relatos auto-
referenciales, hasta llegar a la descripción del montaje.
Durante la descripción se expresa cómo el proceso de creación contribuye a la
dimensión personal y al quehacer laboral de la autora, quien presenta el ejercicio como
requisito de grado de la Especialización en Desarrollo Humano con Énfasis en
Procesos Afectivos y Creatividad de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Los conceptos abordados giran en clave de la mirada constructivista de la
ontología del lenguaje, las acciones de acompañamiento psicosocial y la mujer
salvaje1.
El proyecto se inscribe en el campo de formación de la especialización
“conocimiento afectivo y emocional”.
Objeto de creación:
Instalación de una creación de lenguajes literarios y simbólicos en un escenario
de acompañamiento psicosocial a mujeres de Bogotá. Consiste en un recorrido por cuatro
paisajes emocionales: primavera, verano, inverno, otoño. Cada estación ofrece un
encuentro con palabras conjuradas para despertar la sensibilidad emocional y un
encuentro con elementos simbólicos de la naturaleza para sentir el cuerpo. Las estaciones
representan los ciclos del arquetipo de la mujer salvaje y posibilita una experiencia ritual
para celebrar el ser mujer y re-crear los lenguajes del yo.
1 Término acuñado por la escritora psicoanalista Jungiana Clarisa Pinkola Estés en su libro Mujeres que
corren con lobos.
Magia que respira en la palabra 6
Justificación:
Este ejercicio de creación responde a un contexto poblacional con necesidades y
características diversas alrededor de los procesos afectivos, que al ser intervenidos a
través de un proceso que favorece el desarrollo de la sensibilidad y de la apreciación de
las expresiones humanas, aporta a la realización del perfil ocupacional de la
especialización, pues evidencia un trabajo crítico y reflexivo para interpretar la realidad
social e incidir en ella. A la vez, refleja la construcción de competencias personales para
producir conocimiento, formas de actuar y comprender el mundo de una manera integral
y así fomentar el desarrollo a nivel institucional y comunitario.
Dentro del contexto en el que tiene lugar ésta creación, se aporta una reflexión y
una propuesta que enriquece la práctica profesional cotidiana con el uso de herramientas
creativas para potenciar el desarrollo. En este sentido, la población renueva la percepción
de los relatos que ha elaborado sobre sus experiencias de vida y amplía la comprensión
de sus vivencias desde una mirada de capacidades para asumir transformaciones en las
narrativas elaboradas, afectando con ello el sistema de creencias que subyace en el campo
emocional y en el actuar - vivir.
En lo personal, es pertinente éste proyecto para expresar creativamente el
conocimiento centrado en la experiencia y el desarrollo del propio proceso expresivo y
emocional.
El lenguaje como expresión afectiva y creativa
En la búsqueda de una definición del lenguaje, el hallazgo que con mayor
precisión se acerca a la manera en que ha sido una inspiración para este proyecto la ofrece
el maravilloso poeta Octavio Paz, quien describe que
el lenguaje es poesía en estado natural. Cada palabra o grupo de palabras es
una metáfora. Y asimismo es un instrumento mágico, esto es, algo susceptible
de cambiarse en otra cosa y de trasmutar aquello que toca: la palabra pan,
tocada por la palabra sol, se vuelve efectivamente un astro; y el sol, a su vez,
se vuelve un alimento luminoso. La palabra es un símbolo que emite
símbolos. El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora
Magia que respira en la palabra 7
original que lo hizo ser otro y lo separó del mundo natural. El hombre es un
ser que se ha creado a sí mismo al crear un lenguaje (1967, pág. 12).
Me resulta fascinante afirmar que el lenguaje es un instrumento mágico, pues
a través de esa comprensión encuentro la clave para sostener de manera coloquial que
con él creamos, reflexionamos y transformamos el mundo. Este argumento tiene
mucho más valor desde la voz científica de algunos exponentes del giro lingüístico,
donde se reconoce la importancia del lenguaje en la comprensión de la vida humana y
cuyos planteamientos mencionaremos más adelante. Por ahora, nos interesa mantener
la atención en el componente mágico y transformador que subyace en la expresión
artística del lenguaje, así, por ejemplo, la creación literaria, poética o narrativa
constituye artes milenarias que han servido a la humanidad para sentir el mundo e
incidir en él. Jorge Luis Borges (1976) refiere que “la tarea del arte es transformar lo
que nos ocurre continuamente en símbolos, en música, en algo que pueda perdurar en
la memoria de los hombres… en el caso del escritor, de trasmutar en símbolos que
pueden ser colores, formas, sonidos, palabras, relatos, poesía…” La opinión de Borges
en relación con el oficio artístico me conduce a asumir en la creación literaria la
responsabilidad de usar las palabras, pronunciadas o escritas, las que narran, inventan
o describen, al servicio del bienestar de las mujeres con las que trabajo, transformando
las experiencias de dolor en una mirada esperanzadora de sí mismas.
De acuerdo con un fragmento de Alejandra Pizarnik,
“Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta.
En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y,
además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la
desgarradura.
Porque todos estamos heridos”
Sí bien, la creación artística Magia que respira en la palabra no es un poemario
como tal, sí incluye elementos poéticos y metafóricos para expresar de una manera
creativa aquello que en el quehacer profesional se ha convertido en una herramienta
terapéutica para abordar, y por qué no decirlo así, para sanar, las heridas que se han
gestado en el plano afectivo y relacional de las personas que acompaño en el escenario
de orientación psicosocial.
Magia que respira en la palabra 8
Siguiendo a Paz, en quien advierto el mejor respaldo intelectual para dar cuenta
del poder de las palabras y de la relación que encuentro entre el lenguaje y la magia:
la operación poética no es diversa del conjuro, el hechizo y otros
procedimientos de la magia. Y la actitud del poeta es muy semejante a la del
mago. Los dos utilizan el principio de analogía; los dos proceden con fines
utilitarios e inmediatos… magos y poetas, a diferencia de filósofos, técnicos
y sabios, extraen sus poderes de sí mismos… Toda operación mágica requiere
una fuerza interior, lograda a través de un penoso esfuerzo de purificación.
Las fuentes del poder mágico son dobles: las fórmulas y demás métodos de
encantamiento, y la fuerza psíquica del encantador, su afinación espiritual que
le permite acordar su ritmo con el del cosmos. Lo mismo ocurre con el poeta.
El lenguaje del poema está en él y sólo a él se le revela. La revelación poética
implica una búsqueda interior. Búsqueda que no se parece en nada a la
introspección o al análisis; más que búsqueda, actividad psíquica capaz de
provocar la pasividad propicia a la aparición de las imágenes. (Paz, 1967)
Aquello de conjurar y extraer poderes de sí mismo podría interpretarse como
un asunto fuera de lugar en un texto académico, sin embargo, al tratarse de un ejercicio
de escritura creativa, la apuesta por una versión -mágica- sensible de la vida para el
desarrollo logra adquirir sentido teniendo en cuenta que dentro de la propuesta
curricular de la especialización, “la creatividad es importante para el desarrollo
humano porque permite fortalecer la comprensión del espíritu humano y de su esencia
simbólica, que le da trascendencia y significación a la vida individual y social”
(Especialización en desarrollo humano con énfasis en procesos afectivos y creatividad,
2009, pág. 25). Hablar de fuerza psíquica, de afinación espiritual, sigue sonando
extraño, pero con insistencia tiene sentido porque justamente tales elementos,
presentes en el objeto de creación, promueven el interés en los procesos afectivos para
llenarlos de magia, es decir, para alterarlos explorando y conociendo el universo de
emociones, creencias, relatos y relaciones que hemos establecido con nosotros mismos
y con los otros en una infinita red de significados e intersubjetividades. Este ejercicio,
encaja perfectamente con la postura que asume el currículo sobre el conocimiento
afectivo y emocional, afirmando que la afectividad y emocionalidad son un modo de
acción que coadyuva a la organización social y que desde un concepto socio
antropológico impulsa la competencia ciudadana; entendiendo al ser humano como
Magia que respira en la palabra 9
sujeto social que interactúa con el universo simbólico de la cultura en su entorno social
(Especialización en desarrollo humano con énfasis en procesos afectivos y creatividad,
2009, pág. 23).
Ontología del lenguaje
Rafael Echeverría (2005), sociólogo y doctor en filosofía, apoyado en los
planteamientos de Humberto Maturana, de la filosofía del lenguaje y en el desarrollo
del giro lingüístico, sostiene que la ontología del lenguaje es una nueva comprensión
de los seres humanos. Desde ésta mirada existen tres postulados básicos que consisten
en la interpretación de los seres humanos como seres lingüísticos, la interpretación del
lenguaje como generativo y la interpretación de que los seres humanos se crean a sí
mismos en el lenguaje y a través de él. En el primer postulado explica que es en el
lenguaje que podemos comprender los fenómenos humanos, y aunque tenemos otros
dominios como el cuerpo y la emocionalidad, el lenguaje es el que nos hace ser como
somos, porque mediante él le otorgamos sentido a nuestra existencia. Habitamos en el
lenguaje. Del segundo postulado lo que se pretende explicar es que el lenguaje hace
que sucedan cosas, precede a la realidad y crea realidades, en otras palabras, es acción,
y con él participamos en los acontecimientos, modelamos nuestra identidad y el mundo
en que vivimos. Por último, la ontología del lenguaje asume que “los individuos nacen
dotados de la posibilidad de participar activamente en el diseño de su propia forma de
ser. El ser humano es un espacio de posibilidad hacia su propia creación. Y aquello
que lo posibilita es precisamente la capacidad generativa del lenguaje”
Para Humberto Maturana “el lenguaje resulta fundamental porque es el
instrumento con el que configuramos el mundo. Los seres humanos existimos en el
lenguaje, que es el espacio de coordinación de coordinaciones conductuales
consensuales en el que nos movemos” (1996, pág. 34). En la ontología del lenguaje,
éste es una estructura de relaciones, es un sistema de coordinación del comportamiento
y surge de la convivencia entre unos y otros; Alrededor de dichos elementos ofrece
una propuesta de desarrollo que expande las posibilidades humanas, por ejemplo ante
el sufrimiento y el sentido de vida,
el sufrimiento es un fenómeno lingüístico. Eso es lo que lo diferencia del
dolor. Cuando sufrimos lo hacemos a partir de nuestras interpretaciones sobre
nosotros, sobre los demás y sobre los acontecimientos en los que participamos
Magia que respira en la palabra 10
en nuestras vidas. Al intervenir mediante la conversación en nuestros juicios
e interpretaciones (relatos) somos capaces de lidiar efectivamente con el
sufrimiento. (Echeverría, 2005)
Por otro lado, una de las mayores contribuciones de la ontología del lenguaje
es la competencia que ofrece a las personas para inventar y generar un sentido en sus
vidas… Nos muestra cómo generamos sentido a través del lenguaje: mediante la
invención permanente de relatos y mediante la acción que nos permite transformarnos
como personas y transformar nuestro mundo… Nos permite hacernos plenamente
responsables de nuestras vidas… elegir las acciones que nos llevarán a convertirnos
en aquel ser que hayamos escogido. Es un instrumento de importancia fundamental en
el diseño de nuestras vidas, de nosotros y el mundo.
En tanto estamos defendiendo el supuesto de que en el lenguaje nos creamos,
Jhon Shotter, hablando del lenguaje y la construcción del sí mismo, refiere acerca de
la vida psíquica interior de los individuos, acerca de los sentimientos, la experiencia y
los pensamientos que éstos
“sólo tienen una existencia discursiva” o en otras palabras, que “nuestro ser
sólo está en el lenguaje”. Luego, plantea que las entidades de la vida interior
están en proceso de construcción, tanto construidas como abiertas a nuevas
construcciones, o incluso, reconstrucciones, de diferentes modos en
diferentes circunstancias discursivas o conversacionales, según el propio
sentido de cómo se esté ubicado, en relación tanto con nuestro propio
proyecto como con los de otros a nuestro alrededor (Shotter, 2005).
En conclusión, somos inteligibles a los otros gracias al lenguaje, el cual nos
permite crear nuestra realidad, concederle sentido y significado a nuestras
experiencias, construir una identidad discursiva y sostener nuestras relaciones.
La experiencia psicosocial
Finalizando el año 2011, dos meses después de graduarme del pregrado en
psicología me vinculé a una entidad del distrito en la que asumí a lo largo de diferentes
etapas el acompañamiento psicosocial a niñas, niños, adolescentes, jóvenes, familias
y habitantes de calle. Tras cinco años apoyando como psicóloga los procesos
pedagógicos y de construcción personal que realizaba la población, decidí que quería
Magia que respira en la palabra 11
aceptar la finalización de mi vínculo laboral y recibir de la vida un nuevo horizonte de
crecimiento personal y profesional. Fue entonces para finales de 2016 que inicié un
nuevo tiempo de trabajo -que en realidad prefiero llamar misión de servicio- en otra
entidad distrital, donde el tema de restitución y garantía de derechos seguía
prevaleciendo, pero aquí se trataba de una población distinta: mujeres. Mujeres que
especialmente han vivido experiencias de violencia basada en género.
Durante los últimos años he incorporado a mis prácticas terapéuticas varias
herramientas adquiridas en tres grandes fuentes: La primera tiene un profundo valor
en mi crecimiento espiritual y se trata de mi participación en ceremonias de sanación
con medicina tradicional indígena, la segunda corresponde a la realización de la
Especialización en Desarrollo Humano y le agradeceré por siempre los
descubrimientos vitales acerca de mi identidad familiar y acerca de los inalcanzables
recursos expresivos y corporales para explorar y comprender lo humano. La última
corresponde a la aproximación a la sanación emocional a través de enfoques bio-
energéticos. Al integrar a mi quehacer los aprendizajes generados a lo largo de tales
procesos, encontré que la experiencia de transformación personal que vivíamos la
población y yo, tenía mayor impacto que con el uso de las estrategias obtenidas en el
pregrado. Cuando observé que los relatos generados por las mujeres después de
realizar una orientación psicosocial, que además de lo conversacional incluían
ejercicios corporales o bio-energéticos, arrojaban una comprensión distinta de sí
mismas a aquella con la que iniciaban la presentación de su dilema, supe que el camino
que estaba transitando representaba un proceso de desarrollo humano donde la calidad
de vida de las mujeres, y la mía, se estaba elevando. Encontré que aventurarnos a
trabajar con el cuerpo durante la orientación, favorecía el reconocimiento de
emociones más allá de los guiones discursivos que se habían elaborado a lo largo del
tiempo para explicar aquellas situaciones de dolor. Trabajar con el cuerpo consistía en
recrear una nueva imagen y permitirse una nueva sensación frente a las experiencias
vividas. Así, la palabra obraba con intenso poder en tanto guiaba ritmos para la
respiración y para dibujar pistas que inspiraran movimientos y contacto corporal en las
mujeres. Esto sucedía más o menos así:
Con tus ojos cerrados, permítete adentrarte en un viaje íntimo hacia ti misma.
Respira profundo llevando el aire a cada parte de tu ser. Confía el peso de tu
cuerpo en el suelo, en la tierra que te sostiene. Observa el recorrido del aire
Magia que respira en la palabra 12
en ti con un color resplandeciente. Respira ese color como si te acariciara por
dentro. Muy despacio une tus manos al frente de tu corazón, ubica los dedos
direccionados al cielo. Frota tus manos hasta sentir calor. Suavemente separa
las manos. Siente lo que hay allí, en ese espacio que se tiende entre la una y
la otra. Permite que se atraigan sin encontrarse. Supón que lo que tienes entre
las manos es una fuerza mágica. Conviértete en maga. Juega con esa fuerza
entre tus dedos. Juega con el viento sintiendo en él la misma fuerza. Despliega
tus brazos como alas de mariposa. En cada aletear atrae del universo cuanta
hermosura desees, interiorízalo. En cada aletear sacúdete, espanta lo que
quieres expulsar. Respira la música. Danza encontrando tu propio ritmo.
Retoma el calor de tus manos. Bendícelas. Agradécelas. Exalta la belleza de
esas manos que obran milagros. Siente la parte de tu cuerpo donde hay
molestia, dolor. Con infinito amor, impregna esa fuerza mágica con el poder
que quieras, con lo que sientes que necesitas. Lleva tus manos a esa parte de
tu cuerpo y sánate a ti misma. Abrígate con tu dulzura. Cúrate maga.
Hasta este punto tenemos una descripción auto-referencial acerca de mi trabajo,
ahora bien, considero pertinente hilarla con una conceptualización breve de cómo se
entiende lo psicosocial, con esa claridad podré luego argumentar la importancia de
crear lenguajes literarios y simbólicos para mujeres.
Lo psicosocial, definido por las profesoras Rapacci, Rodríguez, Nensthiel
(2011)
es un foco de análisis particular, una mirada relacional desde la cual se
entiende a los individuos y colectivos, en el marco de los múltiples contextos
en los que se construyen y reconstruyen las identidades individuales y
colectivas (cultural, político, social, personal y familiar); permitiendo de esta
manera reconocer la complejidad de los diferentes órdenes de relación (pág.
16).
Esto significa que implica una lectura integral de los sujetos respecto a sus
diversas redes y relaciones y contextos. Las acciones generadas en el marco de
procesos de acompañamiento psicosocial, de acuerdo con investigaciones recientes
acerca de las perspectivas psicosociales en Colombia,
Magia que respira en la palabra 13
están ligadas a la transformación y propenden hacia el bienestar de personas
inmersas en comunidades o grupos (…), constituyen una herramienta que
intenta favorecer la armonía en la interacción de las subjetividades de
individuos inmersos en diversos escenarios (violencia, pobreza, exclusión,
etc.), con sus contextos sociales (ideológicos, culturales, históricos,
económicos, políticos) y en la permanente búsqueda de la satisfacción y la
tranquilidad” (Aya & Laverde, 2016, pág. 212).
La acción psicosocial se ha posicionado en un lugar clave al interior de
múltiples escenarios gubernamentales y no gubernamentales, en función de la
transformación de contextos, caracterizándose porque se generan especialmente
alrededor de fenómenos asociados a crisis, vulnerabilidad y violencia política que se
viven en el país. Para la población en cuestión, los servicios psicosociales reconocen
en las experiencias de las mujeres la relación entre sus subjetividades, las condiciones
socioculturales y las violencias y problemáticas que afrontan. Pretenden avanzar en la
transformación y el cuestionamiento de creencias, imaginarios y prácticas que sitúan
a las mujeres en relaciones de subordinación, dominación y violencia, por lo que se ha
logrado que las mujeres participantes construyan relatos alternativos sobre sí mismas
y sobre las situaciones que afrontan (S.D Mujer, 2015).
La naturaleza de la mujer salvaje
…Una noche
se oye un latido en la puerta.
Fuera, una mujer en la niebla
con cabellos de ramas y vestido de hierbas,
chorreando verde agua del lago.
Dice: "Soy tú
y vengo de muy lejos.
Ven conmigo, quiero mostrarte una cosa..."
Da media vuelta para marcharse, se le abre la capa.
De pronto, una luz dorada... una luz dorada
por todas partes.
Poema: La mujer que vive en el fondo del lago
Magia que respira en la palabra 14
En el momento de decidir crear lenguajes literarios y simbólicos para mujeres
no dudé en basarme en los estudios sobre la psique femenina de la poetisa, escritora,
guardiana de cuentos y psicoanalista jungiana Clarissa Pinkola Estés, pues el
acercamiento a su obra “Mujeres que corren con los lobos. Mitos y relatos del
arquetipo de la mujer salvaje”, producto de veinte años de investigación y trabajo,
muestra lo que ella denomina la naturaleza salvaje de las mujeres y que, tan pronto
conocí, supe que se refería a los temas que quería desarrollar, no sólo en mi vida sino
también en el desarrollo vital de otras mujeres. Las cuestiones que constituyen lo
profundo de nuestra psique aluden a: “lo arquetípico, lo intuitivo, lo sexual y lo cíclico,
las edades de las mujeres, la manera de actuar de una mujer, su sabiduría y su fuego
creador” (Pinkola Estes, 2012, pág. 15). He señalado atrás que la participación en
ceremonias de sanación con medicina tradicional indígena me representa una fuente
de conocimiento y transformación personal, y a la vez, una inspiración para Magia que
respira en la palabra, pues bien, uno de los aprendizajes a través de ésta escuela
mágica corresponde a establecer una relación amorosa con la tierra, afianzando las
raíces y preservando la vida. Para este fin, comprendí que era importante tejer
relaciones con otras mujeres que impulsaran espacios de re-conocimiento entre unas y
otras, aprendiendo colectivamente en el compartir de saberes y de historias de vida.
Por otro lado, consideré que para preservar la vida y la armonía con la tierra sería
necesario empezar por sentir la tierra en el cuerpo mismo, y así cada uno de los
elementos naturales presentes en nuestro ser. Afortunadamente, al revisar algunos
proyectos de grado de compañeros graduados de la especialización, encontré un
ejercicio llamado “cuadros de naturaleza humana” orientado al montaje de una danza
que se basaba precisamente en los elementos, de tal modo que no vacilé en retomarlo
como referente para la elaboración de éste proyecto.
Además de encontrar en Pinkola el concepto de la mujer salvaje, encontré una
importante conexión entre su visión curativa de los cuentos, que tal como ella lo
expresa, son una medicina, y los rituales de sanación indígena. Me cautivó la idea de
que las palabras y relatos pudieran llegar al alma para trabajar en ella hacia la
restauración de la fuerza vital, tal como lo vivía yo en aquellas noches ceremoniales.
La relación identificada reside especialmente en el uso de la palabra en el contexto
ceremonial, presente a través del rezo como género discursivo dentro del acto curativo.
Magia que respira en la palabra 15
De acuerdo a lo manifestado por el profesor Garzón en su tesis “rezar, soplar, cantar.
Etnografía de una lengua ritual”,
es la palabra rezada la que tiene como finalidad convocar, pedir y conjurar.
Al ser empleada para convocar su carácter es imperativo de llamado. En la
fuerza de su palabra, de su llamado, está la efectividad del mismo. En el
llamado se convocan las fuerzas que se requieren para producir el efecto
curativo. Cuando se emplea para pedir, adquiere el carácter de demanda, de
súplica o de ruego. Bajo esta modalidad se pone en juego la poética de la
oración, lo recitativo y repetitivo dan forma al ruego. En el conjuro, el rezo
establece las coordenadas de acción, es decir, pone en ejecución los deseos
de quien lo emplea (Garzón, 2004, pág. 133).
Con la certeza en una cualidad sanadora de las palabras, confirmé que era el
espíritu de la mujer salvaje el que quería invocar, y que la expresión afectiva y creativa
del lenguaje me permitiría hacerlo, pues “la mujer salvaje viene a través de la palabra
escrita y hablada; a veces, una palabra, una frase, un poema o un relato es tan sonoro
y tan acertado que nos induce a recordar, por lo menos durante un instante, de qué
materia estamos hechas realmente y dónde está nuestro verdadero hogar… (Pinkola
Estes, 2012, pág. 17) y que, por pretensioso que pareciera, era mi propia naturaleza
salvaje la que necesitaba poner en acción, pues ésta “acarrea consigo los fardos de la
curación; lleva todo lo que una mujer necesita para ser y saber. Lleva la medicina para
todas las cosas. Lleva relatos y sueños, palabras, cantos, signos y símbolos. Es al
mismo tiempo el vehículo y el destino” (Pinkola Estes, 2012, pág. 24).
Definir la naturaleza salvaje femenina implicaría una rigurosa labor
metodológica sobre el texto, pues toda su obra gira en torno a éste arquetipo y está
expuesto de múltiples maneras, como “la fuerza Vida/Muerte/Vida” o “patrona de
todos los pintores, escritores, escultores, bailarines, pensadores, inventores de
plegarias, buscadores, descubridores, pues todos ellos se dedican a la tarea de la
invención y ésta es la principal ocupación de la naturaleza instintiva” o “los siete
océanos del universo” o “mujer que vive al final del tiempo”, “la que vive en el borde
del mundo”. Por la facilidad para interpretarse, aquí trabajaremos especialmente con
la primera manera de entenderla: vida-muerte-vida.
Magia que respira en la palabra 16
Descripción del proceso de creación
Algunas motivaciones para el origen del proyecto.
Durante cinco años ejerciendo la psicología y realizando acompañamiento
psicosocial a diversas poblaciones pertenecientes a los sectores sociales menos
privilegiados de la ciudad, brotaba ocasionalmente en mí, un anhelo ruidoso que me
seducía a quebrantar la forma en que registraba la información del acompañamiento
en los formatos y plataformas institucionales. Aquel deseo consistía en escribir con un
estilo flexible y poético acerca de los universos humanos que sentía estar conociendo
a través del encuentro con ese otro y de sus historias relatadas. Las palabras me nacían
sin esfuerzo y la aparición de ellas en mi silencio configuraba una secreta obra de
arquitectura literaria que se producía construyendo paisajes preciosos para describir la
experiencia de vida de otras personas, dotando de sentido, fuerza y esperanza tales
historias.
La formalidad del quehacer laboral se imponía feroz a los deseos del alma y
opacaba toda idea que iluminara posible crear un compilado narrativo sobre las
reflexiones - emociones suscitadas en aquellos espacios conversacionales y de
intervención psicosocial. No obstante, lo que genuinamente pertenece al corazón suele
avanzar con ritmos perfectos para manifestarse con la magnitud y potencia necesaria
en el momento preciso donde ya nada puede detener su propósito. Fue así como la
intención de trabajar con el lenguaje se alimentó durante los últimos tiempos lo
suficiente para florecer en este proyecto, para crear desde la palabra y para sembrar
nuevas posibilidades de encuentro –poético, literario, simbólico y corporal- en las
mujeres que configuran mi cotidianidad laboral. Para cada una de ellas florece mi
gratitud y admiración.
El camino para la creación e instalación
Mencioné con anterioridad tres fuentes de inspiración y de aprendizaje
personal, refiriendo la participación en ceremonias de medicina tradicional indígena,
en contextos terapéuticos de sanación emocional y mi paso por la especialización en
desarrollo humano. Es necesario volverlos a mencionar porque son los elementos
claves que nutrieron la confianza en la pertinencia de esta creación.
Magia que respira en la palabra 17
El punto de partida lo facilitó resolver tres preguntas guías sobre cada elemento
inspirador:
¿Cómo traigo el proceso de la medicina ancestral al proyecto? –Con un
escenario ceremonial, ritual, simbólico, privilegiando la relación con la
tierra.
¿Cómo traigo el proceso de la especialización al proyecto? –Con un
escenario creativo, artístico, donde lo emocional pase por el cuerpo y el
lenguaje sea el principal protagonista.
¿Cómo traigo el proceso terapéutico al proyecto? –Con un escenario
emocional que permita a las mujeres trabajar el cuerpo con la
respiración y sintiendo su energía.
Luego vino la tarea de definir aspectos estructurales:
¿A qué población está dirigida la creación?:
A mujeres que asisten al servicio de orientación psicosocial en una sede
institucional del distrito.
¿Cuál es el propósito de la creación?:
*Crear un escenario ritual donde lo literario y lo simbólico construye
un nuevo lenguaje para las mujeres.
*Posibilitar un encuentro sensible y artístico que suscite el deseo de las
mujeres a celebrarse a sí mismas (sus cuerpos, sus experiencias).
*Aportar a la transformación de narrativas del yo para que se orienten
al bienestar.
*Dinamizar y descubrir otros objetivos durante la creación de la obra.
¿Cuál será el lenguaje literario? –Estará compuesto en gran medida por
escrituras creadas por la autora del proyecto, en menor proporción se
usarán fragmentos de canciones, poemas o textos donde intuitivamente
se hallen luces para despertar la naturaleza de la mujer salvaje.
¿Cuál será el lenguaje simbólico? –Elementos y objetos de la naturaleza
de fácil manipulación para ponerlos en contacto con las mujeres.
¿Dónde estará la magia? -En el contenido y en los lenguajes utilizados
para invitar a las mujeres a conversar con ellas mismas, desde la palabra
y los elementos simbólicos presentes en la instalación, en los actos
rituales transformadores hacia el bienestar.
Magia que respira en la palabra 18
Una vez resueltas estas cuestiones, que debían latir en toda la creación, el pulso
del corazón prescribía que sería necesario lenguajear con magia, al respecto me
inquietaba cómo despertar la naturaleza de la mujer salvaje para que fuera ella misma
la que hiciera el trabajo mágico por mí, entonces, las memorias de mi cuerpo y de mi
espíritu me devolvían la calma recordándome que la fuerza proviene del propio ser, y
que aquello de sentirse y saberse fuerte es por excelencia un acto de fe. Al respecto
encontré un pertinente fragmento en Cassirer, quien señala que
la fe en la magia constituye una de las primeras y más fuertes expresiones del
despertar de la confianza del hombre en sí mismo. Ya no se siente a la merced
de fuerzas naturales o sobrenaturales; empieza a desempeñar su papel y se
convierte en un actor en el espectáculo de la naturaleza. Toda práctica mágica
se basa en la convicción de que los efectos naturales dependen en alto grado
de los hechos humanos. La vida de la naturaleza depende de la justa
distribución y cooperación de las fuerzas humanas y sobrehumanas. Un ritual
estricto y complicado regula esta cooperación (pág. 81).
Dicho esto, la certidumbre que me invadía era que los lenguajes creativos
debían convocar la confianza de cada mujer en sí misma, que era necesario invitarlas
a nombrar su fuego interior y a versen más allá de los temores, hallándose fuertes y
bellas en el reflejo de su mirada y en los ojos de otros.
Con la claridad de que la creación estaría llena de magia, poesía, metáforas y
símbolos, venía la necesidad de definir cómo lograr el escenario para que el lenguaje
de las emociones pasara por el cuerpo, entonces vino la idea de respirar la palabra a
través de las experiencias de invocar la energía de la naturaleza y de dibujar paisajes
que danzaran, vibraran o resonaran en el cuerpo. Esto surgió encontrando que a lo
largo de los ejercicios que nos permitíamos, fluía una característica especial alrededor
del cuerpo: la respiración, el tacto y los elementos de la naturaleza se intensificaban,
hecho que me interesaba teniendo en cuenta que “la tierra representa el cuerpo, la
materia prima con la que estamos formados. Es de carácter femenino, igual que el
agua. Una de sus funciones es dar a luz, es decir, dar forma a la vida. (Rojas, 2013,
pág. 15). Lo interesante de éste escenario era la posibilidad de guiar con la palabra una
danza, la invitación a sentir el territorio corporal, a explorar movimientos e impregnar
en él emociones que elevaran el fuego interior, ese calor que enciende y transforma;
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emociones que permitieran abrazar el océano propio, serenando las aguas del temor o
la ansiedad, hasta iluminar el parto de un nuevo estado vital. La idea de vivir la tierra
en el cuerpo me llevaba a trabajar con el primer lazo de identidad y conexión, que para
la mirada bio-energética representa el chakra raíz, el soporte fundamental. Lo que más
me gustaba de ésta posibilidad de abordaje consistía en fortalecer el conocimiento y la
confianza en el “yo soy”, cosa que implicaba en principio, revisar cuáles eran las
imágenes con las que se identificaba el yo y las emociones contenidas en el cuerpo,
para luego replantear la imagen y propiciar una visión de identidad sana y equilibrada
según el sistema energético humano, así, el proceso de transformación empieza por
ocupar un lugar en el mundo, aceptando la necesidad de honrar los lazos familiares y
de tener un código de honor en nuestro interior, aceptando la responsabilidad personal
de vivir honradamente como miembro de la tribu humana y respetando todo lo que
vive en esta tierra (Myss, pág. 45), donde honrar todo incluye por supuesto, honrarse
y amarse a sí misma. Con esto, la tierra tomaba fuerza como metáfora del cuerpo, en
una relación recíproca donde el cuerpo permite vivirla a ella.
Finalmente, quedaba por definir cuál sería el montaje de la instalación,
integrando los escenarios simbólico, creativo y emocional, tejidos todos por la palabra.
Este momento tenía que concretar la forma de hacer magia con la palabra,
respirarla. La revelación para poder convocar en las mujeres formas discursivas hacia
sí mismas que las acercaran con expresiones artísticas y literarias y las llevaran a
procesos de re-creación personal, consistió en hablarle a la magia salvaje de la mujer
a lo largo de sus momentos del ciclo vital de manera metafórica, llegando a la idea de
que la metáfora de los paisajes emocionales de cada ciclo la representarían las
estaciones del año. Así, cada paisaje expresaría con palabras, símbolos e imágenes,
posibilidades dulces, sonoras, coloridas, amorosas y creativas para hablarse a sí
misma. Cada estación sería elaborada con materiales que pudieran ser palpables y
manipulables, de tal manera que la palabra-símbolo se convirtiera “ella/eso” en el
cuerpo. “Con la pluma me convierto en ave”, “Amorosa rosa, siembro mi corazón en
el centro de la tierra”, “Soy la luna contemplando la noche en mis ojos, viendo con
claridad mi brillo resplandeciente”. Afirmaciones de este tipo: poéticas, literarias,
(sanadoras), acompañadas de actos rituales alrededor de los elementos dispuestos en
cada estación, permitiría la transformación del lenguaje, retomando lo bio-energético
en la relación emoción-cuerpo focalizando el arquetipo de la mujer salvaje. Toda la
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experiencia creativa debía estar montada como un escenario ritual para celebrarse entre
palabras, magia y elementos simbólicos, invitando a la producción de un lenguaje
poético alrededor del yo.
Reflexiones sobre el proceso y el objeto de creación.
Expresar un proceso de acompañamiento psicosocial a mujeres a través de la
convergencia de lenguajes creativos, responde al desarrollo en varias vías paralelas.
Por un lado puede interpretarse como un proceso personal de encuentro con lo
artístico que constituye un acto ritual para armonizar y afianzar la certeza en que yo
soy (cosmos, con C de Carolina) y en que yo tengo (conocimiento, con C de cosmos,
fortaleza, pureza, amor).
A la luz de la teoría de desarrollo humano propuesta por Max-Neef y sus
colaboradores, el proyecto Magia que respira en la palabra puede considerarse como
un satisfactor de las necesidades de protección, afecto, creación e identidad,
evidenciando además un ejercicio social y político que confía en la capacidad de las
mujeres de diseñar su propio proyecto de vida, fortaleciendo niveles de auto-
dependencia, acompañando su empoderamiento personal para que sean ellas mismas
quienes asuman acciones que satisfagan sus necesidades y así, el desarrollo sano y
participativo de su calidad de vida, aportando al crecimiento propio y colectivo de
otras mujeres y de la sociedad. Al servir como una llave de inspiración, más allá de
una acción asistencialista de lo institucional-distrital, se convierte en un satisfactor
endógeno y sinérgico para el desarrollo, el cual, orientado hacia la satisfacción de las
necesidades humanas (…) sólo puede emanar directamente de las acciones,
aspiraciones y conciencia creativa y crítica de los propios actores sociales que, de ser
tradicionalmente objetos de desarrollo, pasan a asumir su rol protagónico de sujetos.
(Max-Neef, 1998, pág. 80).
Por tratarse de una propuesta de desarrollo para las mujeres, el proceso
realizado responde al propósito de la política pública de mujer y género del Distrito,
expuesto en el plan de igualdad de oportunidades destinado a disminuir las inequidades
y brechas que enfrentan las mujeres y avanzar hacia el disfrute de sus derechos y el
desarrollo de sus potencialidades, de forma que logren, según los proyectos vitales
Magia que respira en la palabra 21
libremente elegidos, las máximas realizaciones posibles (Departamento
Administrativo de Bienestar Social, 2005, pág. 7), destacando que en este sentido,
también aporta a uno de los objetivos de desarrollo para el milenio, correspondiente a
“promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer” (Organización de
Naciones Unidas, 2015).
Conclusiones y aportes
❖ A lo largo de la vida, cada experiencia adquiere un significado y una manera de
ser narrada. Dichos significados configuran recíprocamente los sistemas de
creencias que regulan nuestras acciones. Magia que respira en la palabra se
sostiene en el propósito de celebrar la vida aun cuando dichas experiencias hayan
podido resultar desagradables, inspirando a través de símbolos poéticos y de la
naturaleza, una reconciliación con la estructura dolorosa de dichos relatos, y así,
evocar la confianza para hacer magia, es decir, para asumir el poder personal de
protagonizar las transformaciones de vida que se requieran y deseen, logrando con
ello, crear nuevas versiones en el lenguaje para narrar lo vivido.
❖ Integrar los aprendizajes logrados durante la especialización con otros procesos
de desarrollo humano, como lo son la visión de la medicina ancestral indígena y
la visión bio-energética, amplía las posibilidades de incidir en procesos de
crecimiento personal y de transformación humana, porque establece un diálogo,
un encuentro entre el conocimiento académico y la sabiduría milenaria, no sólo
en torno al bienestar emocional de las personas, sino que también, en torno al
bienestar de la naturaleza, de la tierra y de todos los sistemas vivos.
❖ Los referentes (literarios y científicos) que se tomaron en cuenta para definir el
lenguaje, coinciden en que a través de éste nos construimos, dicho esto, el
proyecto apuesta por potenciar lenguajes amorosos y sanadores que trazan un
camino a lo emocional cruzando el territorio corporal. En complemento, favorece
una experiencia ritual y sensible para expresar la afectividad de una manera
creativa.
Aportes
❖ A la especialización: el proyecto representa un avance en la lectura crítica y
reflexiva que se tiene sobre la realidad, propiciando acciones que inciden en la
transformación de la misma. En este sentido, se evidencia el perfil ocupacional de
Magia que respira en la palabra 22
la especialización, ya que representa un compromiso constante con la
dinamización de competencias personales para producir conocimiento, acciones
y transformaciones que potencian el desarrollo a nivel institucional y comunitario.
❖ A la institución y población: Magia que respira en la palabra es un ejercicio
constante que aporta al cumplimiento de la política pública de mujer y equidad de
género y con ello aporta a las participantes, pues interviene en el empoderamiento
individual y colectivo de las mujeres desde lo más profundo de sus entrañas: su
corazón, su recinto de emotividades, la fuente de sus creencias y visiones acerca
quiénes son, su fe en su poder personal y la certeza de que el sitio que ocupan en
el universo es fundamental para el desarrollo de la vida entera.
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Referencias
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Cada una de las mujeres que ha honrado esta casa con su presencia ha llegado aquí en una
búsqueda, con una historia, cada mujer trae con ella una melodía, una sazón, una manera
única de ser, caminar, moverse, reír y mirar.
Sí estás en ésta casa es porque has vivido experiencias que te han llevado al borde de las
emociones, porque posiblemente, aunque te despertaste contenta y te regalaste una caricia
con el labial, sabes que en tu interior existe una herida. Sí así es, te estábamos esperando,
porque aunque vengas buscando respuestas, opiniones, caminos, el camino y la respuesta
eres tú, y aquí tan solo te queremos acompañar a que lo veas por ti misma.
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En principio haz de saber que estoy para acompañarte en un recorrido donde
especialmente te tienes a ti.
Eres un tesoro esperando que lo descubras.
Tómate del corazón, que para allá vas…
Lo que leas de otras te servirá como espejo,
Lo que digas de ti será un reflejo para otras.
Primavera
La imagen y el nombre para ésta estación es La Orquídea
En esta estación predominan los colores vivos, para ello se utilizan hilos colgados al techo
que crean una atmosfera mágica con muchas flores.
La metáfora con los ciclos femeninos corresponde a la vida que nace: la niña, la infancia.
Los elementos simbólicos que interactúan son: semillas, tierra, arena de colores.
El lenguaje poético está en función de palabras que evocan: la niña, la risa, el juego, las
trenzas, los vestidos.
Animales simbólicos: mariposas.
Acto ritual: Sembrar.
Verano
La imagen y el nombre para ésta estación es LA HOGUERA
En esta estación predominan los colores sepia, secos. Para ello se utilizan materiales
adheridos a la pared que crean una sensación de temperatura tibia, caliente.
La metáfora con los ciclos femeninos corresponde a la pasión y energía vital que se
enciende: la joven, doncella.
Los elementos simbólicos que interactúan son el fuego, velas, sahumerios.
El lenguaje poético está en función de palabras que evocan: la mujer joven, la seducción,
el descubrimiento, la pasión.
Acto ritual: Encender una vela.
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Otoño
La imagen y el nombre para ésta estación es La Pluma
En esta estación predominan los colores amarillo, rojo, naranja. Para ello se utilizan
materiales que cuelgan del techo, para representar la sensación del viento.
La metáfora con los ciclos femeninos corresponde a la mujer adulta.
Los elementos simbólicos que interactúan son el aire, plumas, hojas.
Animales simbólicos: pájaros, aves, colibríes.
El lenguaje poético está en función de palabras que evocan: soltar, ligereza, despedidas,
dejar ir, despejar.
Acto ritual: ofrendar.
Invierno
La imagen y el nombre para ésta estación es La Osa
En esta estación predominan los colores fríos.
La metáfora con los ciclos femeninos corresponde a la mujer anciana, sabia, bruja.
Los elementos simbólicos que interactúan son el agua, piedras, cristales.
El lenguaje poético está en función de palabras que evocan: hibernar, recogimiento,
introyección, conocimiento.
Acto ritual: beber agua.
Paisaje
Hay un espejo que está rodeado por todo el borde con varios de los elementos simbólicos.
La mujer se contempla allí, identificando con cuáles de ellos vibra más.
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