Max Scheler

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Una biografía gráfica del pensador que renovó la axiología y la ética contemporánea

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El puesto del hombre en el cosmosMax Scheler

Una de mis ms agobiantes preguntas, la cual vinase formulando desde hace ya bastante tiempo y la cual adquiro un carcter an ms sujestivo, es la de mi persona, YO como sustancia pensante, individual, como hombre singularizado, y mi incunvencia en el mismo hecho de pensar, de conocer. Ya haba, de alguna forma, especulado sobre la medida (tal ves un trmino no muy apropiado) o influencia de YO MISMO en el proceso del conocimiento. Habia pensado: si los tres ms generales objetos de la filosofa son el hombre, la naturaleza y Dios, el primero diba adquirir un carcter distinto en su autoconocimiento, pues no podra ser de otra forma, ya que el sujeto pensante sera en todo caso, inteligente e inteligible, sujeto y objeto; es decir, deba tambin dilucidar sobre la naturaleza misma del hombrede m---, para subvertir las consecuentes tareas reflexivas de los dos objetos restantes, pues de la visin misma que se pudera fraguar un hombre sobre s mismo, en cuanto hombre, dependera su concepcin sobre diversos campos del conocimiento sobre la naturaleza o Dios. He aqu, pues, el acertijo; decir, sin siquiera determinar en muchas ocaciones, cuanto corresponde a nuestra naturaleza o puesto en el cosmos, caracteriza la actual reflexin del hombre, pero no slo esto vemos presente en la historia de la filosofa, lo ms significativo es observar que bajo la visin cercana o difusa del hombre, se cobijan importantes contenidos filosficos subsiguientes. Cabe entonces, distinguir, siguendo a Scheler, la diferencia esencial del hombre con respecto a los animales, a las plantas... al resto de los seres vivientes.

La bien conocida definicin de Aristteles del hombre como animal racional, boga desde siempre en varios esenarios filosficos dentro de la historia. La de Platn, en cuanto animal poltico, parece determinar inobjetablemente, que dentre muchas caractersticas comunes entre los animales, el construir la polis, el vivir en sociedad, bajo un orden y estructura es propio de los hombres. La razn, siguiendo a Aristteles, configura el ms ineludible argumento de distincin entre todos los animales. Si bien somos animales (diran los clsicos), somos superiores y diferentes por que tenemos razn, mientras el resto, intintos. Ms a nuestros das y a sabiendas de los innumerables, diversos y detallados estudios sobre los animales, parece ser que estos, que ya de suyo considerabamos inferiores por carecer de inteligencia, ganan puntos a su fabor. La ciencia y su estudio nos descubre que hay inteligencia en los monos que cuelgan sobre las ramas y los delfines que surcan el mar, hecho, por-supuesto, que habre la discucin y da un buen golpe a una antropologa que sola simentarse en la mera distincin de racional o irracional en el hombre. No es por tanto, afirma Scheler, la inteligencia, el caracter ms determinante del hombre, una aseveracin que, a mi parecer, hecha por tierra la antigua definicin que como si de algo necesario se tratase, era considerada. Quisiera comentar que, bajo los pre-juicios que se hallan en mi concepcin (que pertenecen a otra ndole, por lo cual no ahondar) me resista a considerar al hombre un simple animal racional, sin ms. Ya precisamente, por el enorme marco al que nos introdujo la ciencia desde hace dcadas luego de su acercamiento a la naturaleza, no podamos en menos que dudar de esta definicin, pues la misma conducta de diversos animales arrojaba indicios de haber inteligencia en ellos, por lo tanto, no poda ser la inteligencia, nisiquiera la facultad de elegir, aquello por lo que se deba considerar al hombre en un puesto singular dentro de la esfera de lo vital.

Ahoran entonces, convendra buscar sobre si hay una diferencia esencial entre el hombre y los dems seres vitales, aqu ms especificamente; entre los (otros) animales, problema central en el trabajo de Max Scheler. Sin embargo, frente a la complegidad que representa la cuestin (y que pone a prueba la genialidad del pensador), un anlisis exaustivo y a la vez sinttico de la circunstancia, la constitucin del hombre individual y la naturaleza que lo rodea (plantas y dems animales), el autor realiza un sorprendente estudio que lo llevar a concluir que el nuevo principio que hace del hombre un hombre, es ajeno a todo lo que podemos llamar vida, es un principio que se opone a toda vida en general y como tal, no puede reducirse la evolucin natural de la vida, en todo caso al fundamento supremo de las cosas; a la razn. Pero no una razn concevida al neto significado que le adjudicaban los griegos, parece ser que dentro del pensar ideas, comprende adems una especie de intuicin, que le permite discernir sobre sobre actos emocionales ovolitivos. A este concepto an ms aglutinado y diferente, nuestro autor lo llama espritu y el lugar o receptculo de su manifestacin lo nombra persona; que es por tanto, un centro activo.En esto se resume la fluida discucin que Scheler realiza al respecto, empero, a la marcha se esclarecen an ms tales conceptos, de entre los cuales se despliegan sucesivas prepociciones, pues podramos decir, por ejemplo, que se habla de manifestacin del espritu sobre una perspectiva del ser infinito, por lo que se habre el amplio y distante marco de la subjetividad, el autoconocimiento, la existencia, el mundo (en su ms aprehensivo significado), etc. Y aqu, es donde hallan cabida cuestiones como la libertad, la objetividad o la conciencia de s mismo.En esto estriva y se diferencia el hombre dentro de la cadena de los seres vitales, en la posecin de un espritu que escapa al slo hecho de inteligir, y que excediendo a esta facultad como nica, es ante todo, libre, le confiere al hombre apertura al mundo; es la posibilidad de ser determinado por la manera de ser de los objetos mismos, que aqu podramos prefigurar la postura axiolgica objetivista por la que se inclina el ilustre filsofo alemn. Para l, el hombre realiza un proceso invertido de relacin al de los animales en cuanto a su medio, que se representa en tres movimientos: una conducta motivada por la pura manera de ser de un complejo intuitivo, una reprencin libre en cuanto persona y una modificacin de la objetividad en una cosa.El hombre tansforma su medio, el mundo ambiente, y en su transformacin emite, como si se tratara de una deliberada accin, la posibilidad expansiba ilimitada, mientras que, por el contrario, el animal se adapta y su crculo de relacin no trasciende. Se sigue, luego, que el hombre, en el acto de expancin, se posee a s mismo, se aprehende; es decir, toma conciencia de s mismo. Sobre el firme sedimento del espritu, Max Scheler va a desarrollar su importante teora axiolgica, as como su nueva antropologa filosfica que ve la luz en su pensamiento y a la cual designa la tarea de mostrar exactamente cmo la estructura fundamental del ser humano explica su operacin, sus facultades, como la del lenguaje, la conciencia moral, las ideas de justicia e injusticia, y tantas otras acciones de discernimiento y actuacin propias del espritu antropolgico.

Hrcules Lpez CastaedaAntropologa FilosficaProf: Luis RamosCEFTA