Medida Para Leer Entre Líneas

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  • 8/15/2019 Medida Para Leer Entre Líneas

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    Medida para leer entre líneaswww.pagina12.com.ar /diario/suplementos/espectaculos/17-37674-2016-01-07.html

    Por Silvina Friera

    Jueves, 7 de enero de 2016

    Bajo la razonable máscara de la “bibliodiversidad”, la liberación anunciadapor el Ministerio de Cultura implica efectos nada alentadores para la pequeña industria. Varios editoresindependientes alertan sobre un zarpazo del mercado hiperconcentrado.

    Nada nuevo bajo el sol de este verano. Más que “liberar los libros”, como proclaman algunos comunicadores, elGobierno libera el negocio para los monopolios de la edición, sin propiciar alternativas que protejan el trabajo delas pequeñas y medianas editoriales. El anuncio de la eliminación de las restricciones a la importación de librosque regía desde 2010, presentado en un comunicado del Ministerio de Cultura de la Nación como una medidaque busca “ampliar la bibliodiversidad y ofrecer más opciones a los lectores de todo el país”, preocupa a loseditores independientes que vienen construyendo catálogos de fondo de una calidad y una variedad

    extraordinarias. No viene mal recordar, en tiempos un tanto desmemoriados, que Pablo Avelluto, el ministro deCultura, trabajó precisamente en dos grandes grupos: Planeta (1995-1999) y Random House Mondadori, de laque fue director editorial entre 2005 y 2012, que ahora adoptó el nombre Penguin Random House Mondadori,hiperconcentración mediante. “Las grandes editoriales están esperando esto para poder imprimir en la zonafranca de Colonia (Uruguay), Chile o hasta China. Va a ingresar mucho saldo (malo y bueno) de España,impreso en países del este de Europa. Todo esto con precios a costos de salarios miserables. Nosotrosqueremos editar acá, traducir acá, diseñar acá, corregir acá, imprimir acá y vender acá y con esa plata pagarlesa todos, acá”, exige el escritor y editor Damián Ríos, de Blatt & Ríos.

    Víctor Malumian, de ediciones Godot, enciende también las alarmas y aclara algunas cuestiones a Página/12.“Las multinacionales funcionan por colocación y lo que no venden en los primeros meses luego lo destruyen. EnFrancia, por ejemplo, les piden a los libreros que sólo arranquen la tapa de los libros y la envíen como para dar muestra de la destrucción, ni siquiera devuelven todos los libros por el costo logístico que tiene. Nosotrostrabajamos con catálogos que son de fondo: el primer libro que editó Godot, Doce pruebas de la inexistencia deDios, se sigue vendiendo al mismo ritmo que se vendía cuando salió. Todos los libros que las multinacionalesproducen en España ahora tienen un mercado enorme para inundar el país con libros a un precio regalado. Lascondiciones de producción en Argentina no son las mismas que en España. Los costos del papel no son iguales.Un libro que acá me sale producir 45 pesos, en Taiwan me lo hacen por 95 centavos de dólar con el envíoincluido. Es imposible que al liberar el mercado no gane el más fuerte. Toda esa postura que parecería neutral,que es plantear que el mercado elija, me está dando un mensaje muy claro, que es defender la lógica demercado de sobreproducción de novedades y colocación a mansalva, que no es la lógica que tenemos las

    editoriales como Godot, que no estamos atadas a la novedad ni a la pauta publicitaria. Nuestros títulos semueven por recomendación de libreros y por los críticos culturales. Me llamó mucho la atención leer que laCám ara Argentina del Libro (CAL) estaba contenta con la decisión. Yo no veo nada positivo. Si me van a igualar las condiciones de producción que hay en España, yo compito de igual a igual, no tengo ningún problema. PeroGodot no puede competir con Random House. El ministro de Cultura es un ex Penguin Random House quepiensa con la lógica Penguin Random House. Para ellos está medida es excelente.”

    “Empecemos por dos perogrulladas con las cuales es difícil estar en desacuerdo: el fomento de labibliodiversidad y la protección de la industria editorial argentina”, plantea el escritor y editor de Entropía,Sebastián Martínez Daniell. “En la bisagra entre esos dos postulados, que cualquiera suscribiría con los ojosvendados, se juegan de un modo más terrenal las políticas de Estado y también las estrategias privadas. Laresponsabilidad, entonces, debiera ser pensar modos de cargar peso sobre uno de los platos de la balanza sinque el otro quede abandonado a su suerte. Y a la hora de tomar decisiones, hay algunos datos que seríainteresante tener en cuenta.” Martínez Daniel precisa cierta información que suele olvidarse. “Dos tercios de loslibros que se venden en América Latina son editados por sólo dos compañías multinacionales con cabecera en

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    http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-37674-2016-01-07.htmlhttp://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-37674-2016-01-07.html

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    Europa (Planeta y Penguin Random House Mondadori); la mitad de los libros que se venden en Argentinatienen como boca de expendio las grandes cadenas; la industria del papel local es una de las menoscompetitivas del continente y obviamente benefician a los mayores compradores”, sintetiza el editor deEntropía. “El sector editorial también ha sido víctima, globalmente, de un proceso de brutal concentración. Tener acceso a cualquier libro que esté circulando por el mundo es algo extraordinario, pero es también una obviedadque la circulación de bienes culturales no es inocente, que tiene canales privilegiados, que hay beneficiarios yperdedores. Es en ese punto donde las políticas públicas tienen que hacer su ingreso. Para buscar, comocualquier estudiante de filosofía política sabe bien, una convivencia armónica entre la libertad de la demanda yla igualdad de la oferta”, reflexiona Martínez Daniell.

    Desde El Cuenco de Plata, creado por el exquisito Edgardo Russo –que murió en julio del año pasado–, eleditor Julio Patricio Rovelli López afirma que la apertura irrestricta favorece a los grupos concentrados que hantransformado al libro sólo en mercancía. “No estamos en contra de la bibliodiversidad ni del ingreso de libros deotros países, algo que sería ilógico, ¿no? Pero esta medida nos genera mucha incertidumbre como editores. Elmonopolio del papel, en manos de Celulosa Argentina y Papelera Tucumán, afecta a las editorialesindependientes. En diciembre, cuando todavía no se había devaluado, el papel estaba 16 dólares”, recuerda eleditor. Otro independiente, que pidió que no se mencione su nombre, cree que es difícil anticipar el impacto realde la apertura. “Me preocupa más la caída del poder adquisitivo y el alza en el precio del papel que la apertura

    de las importaciones. Supongo que el lector al que apunta nuestra editorial, mal que mal, tratará de seguir comprando, si es que su economía le permite mantener los hábitos de consumo, pero no estoy tan seguro”,reconoce y agrega: “Por lo pronto, el plan editorial se mantiene, pero en junio volvemos a hablar”.

    El poeta Sandro Barrella, encargado de la librería Norte de Débora Yánover, admite que el marco regulatorioque estuvo en funcionamiento en los últimos cuatro años a veces complicaba las cosas porque “hay libros queno hay modo de que se sustituyan, lo que no implica que con una economía liberal y abierta vayan a entrar todos los libros, como se cree ingenuamente”. El poeta y librero coincide que “la liberalización absoluta va a ser perjudicial” porque hubo mucha producción de libros argentinos de autores reconocidos publicados por independientes que ninguna editorial grande se va a hacer cargo de editar. “No se puede ser feliz en un mundodonde hay tanta gente infeliz, con el libro pasa lo mismo. Todo lo que está sucediendo es espantoso. Lo del libroes muy chiquito en relación a esta especie de golpe de Estado institucional. Siento que hay una puesta enpráctica de un golpe, avalado por la corporación judicial y con el adormecimiento de la clase política”, advierteBarrella. “La patronal histórica de la oligarquía argentina invita a un baño de sangre que hay que tratar deevitar... Yo siento que hay una provocación muy grande de empujar al borde casi de la ilegalidad a cualquier intento de decir: ‘esto que están haciendo no se puede hacer’. En ese sentido digo que es casi nimio lo quepasa con el libro, cuando tenés un ministro de Economía que te amenaza con perder la fuente de trabajo sipedís el aumento que te corresponde. Si el ministro de Economía te amenaza, estamos jodidos”.

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