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Miguel de La Madrid Hurtado

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Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988)

La llegada de Miguel de la Madrid a la presidencia representó un incipiente ingreso al modeloneoliberal, y a continuación explicaré porqué así se le considera. El periodo de crisis previo a la presidenciade Miguel de la Madrid había dejado al país económicamente devastado tras dos sexenios caracterizadospor un alarmante sobreendeudamiento al exterior (fomentado principalmente por los EE.UU.) para impulsarla “industrialización”, un abuso excesivo de la intervención del Estado en los asuntos económicos del país yque, además, habían evidenciado su corrupción e ineficiencia. Así pues, se había establecido un panoramapropicio para implementar una nueva política que frenara las deficiencias del Estado y qué “mejor” políticaque la neoliberal pues, como hemos constatado, uno de sus principios consiste en limitar la intervención delEstado en asuntos económicos. Recordemos también que esta era la época en que apareció ante el mundoel modelo neoliberal impulsado por Inglaterra y los Estados Unidos. Haciendo una reflexión de las líneas anteriores, podría decirse que el neoliberalismo aparece enMéxico bajo la mecánica causa-efecto. Siguiendo esta mecánica, se puede apreciar cómo en estaadministración se trataron de solventar los problemas económicos nacionales con un “Programa Inmediatode Reordenación Económica”, PIRE, el cual consistía en un decálogo que proclamaba: 1) reducción del gastopúblico; 2) protección al empleo; 3) continuidad de la mayoría de los programas de inversión productiva; 4)honestidad y eficiencia dentro del sector público; 5) protección y estímulo para los programas queproveyeran de productos básicos al sector popular; 6) reformas fiscales para incrementar los ingresosgubernamentales; 7) canalización del crédito hacia el desarrollo nacional y operación eficiente de los bancos nacionalizados; 8) política cambiaria “realista”; 9) reestructuración del sector burocrático para volverlo máseficiente y 10) reformas constitucionales para reafirmar la Rectoría del Estado dentro de la economía mixta.

En general, los lineamientos del PIRE consistieron en un recorte al gasto público, una inversióncontrolada en actividades productivas y que generaran empleo, alza de los intereses para atraer capital,incremento en los impuestos (por ejemplo el IVA pasó de un 10 a un 15%) y una eliminación desubvenciones hacia los productos de la canasta básica.

Por otro lado, a sólo dos días de haber tomado posesión como presidente de la República, Miguel dela Madrid envió al Congreso de la Unión un par de iniciativas para modificar la Constitución, las cualesfueron aprobadas y entre las modificaciones realizadas llaman la atención las relacionadas a los artículos 25y 134 constitucionales. El nuevo artículo 25 incluyó principios muy alejados de los ideales de la RevoluciónMexicana. El papel de administrador que tenía el Estado mexicano fue suprimido, así como su facultad deser productor directo de bienes y servicios para dejarle solamente la facultad de dictar las normas a partir delas cuales deberían desarrollar sus actividades los particulares, en otras palabras, se sentaron las bases paraconvertir al Estado mexicano en algo similar al Estado vigilante pero apartado de la actividad económica,como lo propone el neoliberalismo. En cuanto al artículo 134, referente a la adquisición y disposición derecursos económicos del Estado, se modificó partiendo de un principio establecido en derechoconstitucional de que lo que no está expresamente facultado no lo puede realizar la autoridad. Así se incluyóen dicho ordenamiento el sustento jurídico que el gobierno mexicano necesitaba para poder vender lasempresas que eran propiedad del Estado, sustento que no estaba incluido en ningún otro artículoconstitucional.

Partiendo de éstas y otras tantas “perspicacias” legales, durante el sexenio de Miguel de la Madridhubo una notable reducción en el número de empresas que eran manejadas por el gobierno (paraestatales),se redujo de 1,155 a 413, ya sea privatizándolas (según su último informe de gobierno 118 empresas fueronprivatizadas), fusionándolas con otras paraestatales o bien cerrándolas definitivamente. A propósito de estetema de la privatización, se iniciaron los primeros pasos en lo referente a la banca. Un documento publicadopor BANXICO titulado: “Historia Sintética de la Banca en México” señala que si bien de la Madrid no revirtióen forma definitiva la expropiación de la misma, pugnó por volverla mixta con un 30% de accionescontroladas por la iniciativa privada e indemnizando a los accionistas de 49 instituciones. De esta forma sedieron los primeros pasos hacia lo que sería su privatización total, hecho que sobresale en el sexenio deCarlos Salinas de Gortari.Pero el aspecto de mayor trascendencia para entender los inicios de la política nacional hacia una

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doctrina neoliberal, fue la aceptación de una serie de compromisos adquiridos a partir de los créditosotorgados a México por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para larestructuración del sobreendeudamiento con el exterior, particularmente con EE.UU. En 1982, México eraincapaz de pagar no sólo su deuda externa, sino inclusive los intereses producidos por la misma. Si el país seguía bajo esa característica de insolvencia, dejaría de ser sujeto a crédito ante la comunidad internacional,lo que hubiera dado lugar a un paro en la actividad industrial de nuestro país, de manera que el entoncesSecretario de Hacienda, Jesús Silva Herzog durante los últimos días del sexenio de López Portillo, acepta latutela del FMI al firmar una “Carta Compromiso” en septiembre de 1982. El gobierno del presidente De laMadrid “hereda" dicho compromiso y debería garantizar el cumplimiento, en un plazo no mayor a 3 años(1983 a 1985), de una serie de obligaciones dictadas por dicho organismo:

Crecimiento sostenido de la producción y el empleo.Superación del desequilibrio en el sector externo.Abatimiento de la inflación.Fortalecimiento de las finanzas públicas, de modo que el déficit del sector público, comoporcentaje del PIB, disminuyera de 8.5% en 1983 a una cifra de 3.5% para 1985.Reducción de la deuda externa; pues no debería exceder los 5 mil millones de dólares en 1983.Revisión y adecuación del sistema tributario.Elevación de precios y tarifas de bienes y servicios ofrecidos por el sector publico.Racionalización del gasto, mediante la revisión de los programas de inversión no prioritarios y laracionalización de los subsidios.Fomento al ahorro a través de tasas de interés atractivas.Fomento al desarrollo de mercado de valores.Adecuación del control de cambios mediante una política cambiaria flexible.Racionalización del proteccionismo.

Revisando estos lineamientos se puede entonces entender de una manera más clara el origen de lapolítica económica presente en la administración de De la Madrid reflejados en el PIRE o en el proceso deprivatización de las paraestatales, ambos temas anteriormente expuestos. Así mismo, como también yapudimos apreciar, los criterios del FMI obligaban al gobierno federal a una “racionalización delproteccionismo”, dicho de otra manera: fomentar la competitividad en el sector productivo mexicano yabrirlo hacia el comercio exterior. Se ingresa entonces en 1985 al Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles(GATT por sus siglas en inglés, y que sería precursor del TLC firmado durante el sexenio de Salinas). Sedisminuyen considerablemente las tarifas arancelarias en México (por ejemplo en 1985 eran de un 28.5%hasta llegar a ser, después de 1987, de un 11.7%). Se libera entonces el comercio mexicano: se fomentan lasexportaciones, que iniciarían su amplio apogeo durante el siguiente sexenio salinista, pero se da pietambién, aunque en menor medida, a las importaciones. Esta liberación del comercio garantizaría ladeseada competitividad en la producción nacional.

Desafortunadamente la esperada mejoría que brindaría a México estar bajo la tutela del FMI y del BancoMundial para salir de la crisis nunca llegó, al menos no se puede apreciar durante este sexenio. Si biendentro de los primeros 3 años acordados se logró una reestructuración de la deuda externa, unadisminución de la inflación (de un incremento del 100% en los precios al consumidor a finales de 1982, baja hasta un 59% a principios de 1985), además también hubo un incremento del PIB (de una tasa del -4.7% aprincipios 1983 incrementa 10 puntos hasta alcanzar un +4.7% durante el tercer trimestre de 1984).

Estas alentadoras muestras de recuperación se desmoronarían por una serie de acontecimientos quemarcarían un lamentable retroceso en la recuperación económica del país. Para empezar, los préstamosotorgados a México por el FMI y el Banco Mundial tuvieron un costo demasiado alto para el patrimonionacional, ya que además de sus altas tasas de interés, llama la atención el hecho de que una de las tantascondiciones de pago exigidas a México, era el que los ingresos por concepto de las ventas petrolerasmexicanas deberían ser depositados en la Reserva Federal de Estados Unidos. Más claro, imposible. Ahorabien, tomemos en cuenta que la deuda externa pública pasa de $58, 874 millones de dólares en 1982 a unanueva cifra récord de $81,000 millones de dólares en 1988. Este nuevo e impresionante incremento en ladeuda externa pública se puede explicar, en parte, a partir de una baja en los precios del petróleo (de un

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promedio de $30.00 dólares por barril en 1982, baja hasta alcanzar los $13.50 dpb en 1988); el terriblesismo de 1985 donde se perdieron miles de vidas e impactó fuertemente la economía nacional por losinherentes daños materiales que sufrió la capital del país; el desplome de un 70% de la Bolsa Mexicana deValores en 1987 que agravó aún más la crisis mexicana; un crecimiento del PIB promedio de 0.22% (dichoen otras palabras, no hubo crecimiento) y una caída del PIB per cápita de -10.07% en 1988, y por último, sinser menos importante, la devaluación del peso frente al dólar, de una cotización a inicios del sexenio (1982)de $161.35 pesos por dólar, pues llega alcanzar una cotización record de $2,295.00 pesos por dólar, en1988 o sea una devaluación de 1,437.70%.

¿Qué se puede concluir de este desastroso sexenio autodenominado por De la Madrid como de“renovación moral”? (en alusión a su “decidida” determinación de acabar con los excesos característicos desus antecesores). En principio, que los lineamientos neoliberales del FMI hacia México fueron en su mayoríainútiles ya que, como hemos apreciado en los párrafos anteriores, tuvieron resultados desastrosos quehundieron las posibilidades de desarrollo para el país. Por ejemplo, el tan recomendado proceso deprivatización de las empresas públicas alentó el desarrollo de prácticas monopólicas y oligopólicas que, porlo tanto, ensombrecían el desarrollo competitivo de la nación.

La liberación del comercio mexicano hacia el exterior se vio sumamente afectado por medidascomerciales agresivas y poco éticas, como los subsidios del gobierno estadounidense hacia empresasnorteamericanas que afectaron a los exportadores mexicanos. Se comienza el deterioro del sector agrarionacional al disminuir considerablemente el presupuesto del gobierno federal para fomentar las actividadesdel campo, (subsidios en fertilizantes y otros insumos) y se fomenta la importación de productos agrícolas,principalmente de origen estadounidense, por ejemplo, más del 20% del maíz que se consumía en México alfinal de este sexenio era importado. La petrolización de la deuda no hizo otra cosa más que aumentarla, y enconsecuencia el costo social de la crisis fue muy alto: aumento en el índice de desempleo, caídas de lossalarios (cae 41% el poder adquisitivo) y el subsecuente proceso de emigración ilegal hacia los EE.UU.Además hay que agregar a este panorama las “recomendaciones del FMI” para reducir considerablemente los subsidios (apoyos estatales) en los productos de la canasta básica y en los servicios públicos como eltransporte, o la reducción del gasto público en programas sociales como el financiamiento a la viviendapopular, o el incremento de la recaudación fiscal (mayores impuestos).

Finalmente, no debe sorprendernos el costo político que tuvo que comenzar a pagar el gobiernomexicano y su partido oficial, el PRI. Le cobraron factura sus dos presidencias populistas y corruptas (1970 a1982) progenitoras de las peores crisis conocidas hasta entonces en nuestro país, o la puesta en marcha delmodelo neoliberal durante el sexenio de De la Madrid, modelo que demostró ser incapaz de neutralizar losestragos de la crisis y su desigualdad social. El régimen priísta comienza a padecer una crisis de legitimidaden las siguientes y muy controvertidas elecciones presidenciales de 1988. La célebre “caída en el sistema” decómputo para el conteo de votos anunciada por el entonces Secretario de Gobernación, Manuel BartlettDíaz, ponía en duda la legitimidad del triunfo del candidato presidencial priísta Carlos Salinas de Gortarifrente al candidato Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (hijo del ex presidente Lázaro Cárdenas). CárdenasSolórzano había logrado unificar a la izquierda mexicana en un solo partido: el Frente Democrático Nacional(FDN), siendo su candidato a la presidencia y que antes de la “caída del sistema” se perfilaba, según lascifras en los primeros conteos, como el posible vencedor de las elecciones presidenciales en ese tanpolémico 6 de julio. Si realmente las ganó, nunca lo sabremos, ya que, siendo presidente de la república,Salinas mandó quemar todos los paquetes electorales de aquellas elecciones de 1988. Y es que, en efecto,se había iniciado la “caída del sistema” presidencialista del PRI tal y como se le conocía hasta entonces, consus 59 años en el poder que llegarían a su fin 12 años mas tarde.