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MODELO DE INTERVENCION CON PERSONAS CON CONSUMO PROBLEMATICO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS RECLUIDAS EN ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS CHILENOS. GENDARMERIA DE CHILE. 81 PAGINA
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Modelo de Intervención
en Personas con Consumo
Problemático de Sustancias
Psicoactivas, Recluidas
en los Establecimientos
Penitenciarios Chilenos
Elementos Teóricos del Programa de Tratamiento,
Rehabilitación y Reinserción Social, para internos/as con
consumo problemático de sustancias psicoactivas
Tomo I
�
Santiago de Chile, Diciembre de �005
Equipo Responsable:
Área Salud Tratamiento Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes
Departamento de Readaptación Gendarmería de Chile
Unidades de Atención Médica Gendarmería de Chile
Diseño: Acción Producciones
Impresión: Gráfica Puerto Madero
colofón
5
índice
I Introducción 7
II Capitulo I Antecedentes 1�
III Capítulo II Marco Teórico 1��
IV Capítulo III Aproximación a los modelos de tratamiento �7
V Capítulo IV Aproximación a un modelo de tratamiento en el sistema penitenciario 51
VI Bibliografía 6�
Anexos 67
Anexo N° 1: Conceptos básicos sobre drogas
Anexo N° 2: ¿Cuáles son las principales drogas y sus efectos?
Anexo N° 3: Modelo Transteórico del Cambio
8
Estado y la ciudadanía está gastando suficiente dinero y recursos en resolver los
problemas de los consumidores de drogas y sus consecuencias?
Para responder a esta pregunta, es necesario considerar tres perspectivas,
que son complementarias y sinérgicas entre sí.
La primera es una perspectiva ética. Reconociendo que la
drogodependencia es una enfermedad crónica tratable, es un imperativo ético
el brindar la posibilidad de tratamiento de manera oportuna y de calidad a la
población que lo requiere.
La segunda, es una perspectiva económica. Considerar el aspecto
económico implica reconocer que a la larga, el costo en tratamiento siempre
es significativamente menor que el no tratar a las personas con este tipo de
enfermedades, dado el alto gasto social y sanitario que implica para sí mismo
como para su entorno inmediato y la sociedad en general.
Por lo tanto, invertir en tratamiento, se convierte en definitiva en ahorro
para el país.
La tercera y última perspectiva a considerar dice relación con la seguridad
ciudadana. Diversa literatura internacional respalda que invertir en tratamiento y
rehabilitación disminuye considerablemente las probabilidades de recaída, tanto en
consumo de drogas como en la comisión de nuevos delitos, en aquellas personas
consumidoras problemáticas de drogas que han tenido problemas con la justicia.
En este sentido la Oficina Contra la Droga y el Delito de las Naciones
Unidas(1), es enfática en plantear que los profesionales y técnicos encargados
de proporcionar el tratamiento de la dependencia deben ampliar sus
responsabilidades y centrarse también en los siguientes fines, importantes desde
el punto de vista social:
(1)Por qué Invertir en el Tratamiento del Abuso de Drogas. Oficina Contra la Droga y el delito Naciones Unidas
�00�.
�
• Trabajar con los empresarios y los organismos de bienestar social
para que los afectados recuperen sus puestos de trabajo o encuentren trabajo.
• Trabajar con los organismos de justicia penal y los agentes de
libertad condicional y de libertad vigilada para conseguir que la persona no
vuelva a cometer delitos relacionados con drogas y vuelva a ser encarcelado;
• Trabajar con los organismos de bienestar familiar y con las familias
para que las personas vuelvan a desempeñar su función familiar en forma
responsable, o la asuman, especialmente la de padre o madre, cuando no se
ha ejercido anteriormente.
Estos son los problemas relacionados con la dependencia que más
afectan a la sociedad, y su reducción o eliminación es lo que la sociedad
espera de toda intervención “eficaz”. Tampoco podemos dejar de señalar que
los resultados del tratamiento son sustancialmente mejores si, además de
tratarlos en el sistema privativo de libertad, se realiza un seguimiento y/o una
continuidad del tratamiento en el medio libre.
En vista de las consideraciones anteriores es que el Estado chileno
desde 1��0 hasta la fecha, ha impulsado una estrategia de abordaje del
problema de las drogas(�), creando el Consejo Nacional para el Control de
Estupefacientes (CONACE) y su Secretaría Ejecutiva; la Política y Plan Nacional
de Prevención y Control de Drogas (1���), la ley de Drogas No 1�.�66
(1��5) y sus respectivas modificaciones, Ley No �0.000 y la implementación
de un sistema de coordinación y ejecución de programas e información y
sensibilización ciudadana que se plasma en la Estrategia Nacional sobre
drogas �00� – �008 cuyo objetivo es reducir el consumo de drogas hacia el
año �008. (�00�).
(�)“El problema de las drogas se define como “el cultivo, producción,
fabricación, venta, demanda, tráfico y distribución ilícita
de estupefacientes, sustancias psicotrópicas,
incluyendo los estimulantes de tipo
anfetamínicos, el desvío de precursores y delitos
conexos” (Declaración Política del XX Período
Extraordinario de Sesiones de la Asamblea
General de Naciones Unidas, Junio de 1��8)” en Estrategia Nacional
sobre Drogas �00�-�008. Gobierno de Chile. �00�.
10
La inserción de Chile en el dinámico mundo globalizado, ha impulsado a
readecuar las “Políticas y Planes en materia de drogas, diseñando una Estrategia
más moderna y acorde a los nuevos desafíos. Se trata de conciliar el proceso de
globalización y liberalización comercial con regulaciones y políticas que permitan
prevenir el consumo, rehabilitar a los adictos y controlar el tráfico ilícito de
estupefacientes, sustancias psicotrópicas y delitos conexos” (CONACE. �00�:5).
En cuanto al vínculo entre el problema social del consumo de drogas y
la comisión de delitos, y sin querer establecer un criterio de causalidad, se ha
evidenciado que mantienen un alto nexo adquiriendo esta nueva problemática una
doble y triple complejidad.
En el “Estudio acerca del Consumo de Alcohol y otras drogas en reclusos
condenados por el delito de robo con violencia e intimidación”, realizado por CONACE
(año �001), se observa que el �6% de las personas entrevistadas, declara haber
cometido el primer delito bajo la influencia de alguna droga, y el �1% declara lo
mismo respecto al delito por el cual están actualmente condenados/as, mientras el
�0% declara haber delinquido única y exclusivamente para comprar droga. Es decir,
nos encontramos con un alto porcentaje de personas que incurre en actos delictivos
bajo la influencia de sustancias psicotrópicas y en un considerable porcentaje, se
ven motivados /as a cometer tales actos por la necesidad de financiamiento para su
consumo. Por otro lado, si agregamos su inserción en la dinámica del círculo de la
pobreza nos encontramos con una situación de marginalidad y exclusión social. Es
decir, estamos en presencia, de sujetos /as que consumen drogas, que cometen algún
delito y que se encuentran en situación de pobreza. Por lo tanto, es fundamental
tener en consideración la variabilidad y multiplicidad de factores intervinientes en
la problemática planteada y en los modos de actuar en términos de tratamiento,
rehabilitación e integración social.
En este sentido, se ha constituido en una imperiosa necesidad en el ámbito
nacional, el establecimiento de una estrategia gubernamental, interministerial que
11
aborde el problema bio-psico-socio-cultural de dependencias a drogas y
comisión de delitos, que ha tenido una evolución y desarrollo a través de la
creación e implementación de diversas iniciativas y Programas de Asistencia en
Tratamiento y Rehabilitación para esta población.
A partir del proceso de evaluación realizado por Gendarmería de Chile
y CONACE respecto al abordaje terapéutico a internos/as que presentan
problemas de drogas a través del Programa de Asistencia en Tratamiento y
Rehabilitación, se ha podido constatar la necesidad de desarrollar un plan de
intervención terapéutico estandarizado y específico para esta población, que
permita resguardar la calidad de la atención. En este sentido, se constituye en
el año �00� una mesa de trabajo con el objetivo de elaborar un programa de
intervención en drogodependencias para personas privadas de libertad, que
permita orientar a los equipos profesionales de los centros de tratamiento de
los establecimientos penitenciarios sobre los procedimientos a considerar al
momento de abordar la problemática del consumo de drogas. Esto es, definir
el marco teórico a la base de la intervención, la definición de las prestaciones
a brindar de acuerdo a los niveles de complejidad referido al consumo de
sustancias v/s magnitud del delito cometido, los criterios diagnósticos a
utilizar, el perfil de los beneficiarios, criterios de ingreso y egreso, la definición
de roles y funciones de los técnicos y profesionales del sistema. Es decir,
establecer el modelo de programa terapéutico propiamente tal a utilizar en el
sistema penitenciario chileno.
El presente documento, Tomo I: constituye el resultado del trabajo
realizado y corresponde al marco teórico que sustenta la intervención
terapéutica detallada en el Tomo II y tiene por objetivo aportar al desarrollo de
esta temática compleja y emergente.
1�
En 1��5, con la promulgación de la ley 1�.�66 que sanciona el tráfico ilícito de
estupefacientes y de sustancias psicotrópicas, el Ministerio de Salud (MINSAL) crea
el “Programa de rehabilitación de personas con problemas de drogas y alcohol”. Un
año después, se diseña y da a conocer el Reglamento para los Establecimientos de
Rehabilitación de Personas dependientes de Sustancias Psicoactivas, a través de la
modalidad Comunidad terapéutica (DFL ���8). Paralelamente el Ministerio de Salud elabora
el “Manual de Orientaciones Técnicas para el Tratamiento y Rehabilitación de Personas con
problemas de drogas” y publica un catastro de lugares de atención.
Por otra parte, el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE),
otorga apoyo financiero a organizaciones que brindan tratamiento a través de la modalidad
de proyectos concursables desde 1��6 hasta 1��8. En 1��� se establece una alianza
estratégica entre CONACE-MINSAL para la instauración del Subprograma de Tratamiento y
Rehabilitación, otorgando financiamiento a centros de tratamiento a través de la modalidad
de compra de cupos ambulatorios y residenciales (CONACE, �000).
Hacia fines del año �000 y principios del �001, CONACE en conjunto con el MINSAL,
elaboran el “Programa de Apoyo a Planes de Tratamiento y Rehabilitación para personas con
problemas derivados del consumo de sustancias estupefacientes y/o psicotrópicos”, el cual
administrado por el Fondo Nacional de Salud (FONASA), viene a apoyar el programa matriz
del Ministerio de Salud respecto a la problemática del uso y consumo de drogas. CONACE
apoya técnica y financieramente los siguientes planes de tratamiento: ambulatorio básico,
ambulatorio intensivo y residencial, quedando a disposición del Ministerio de Salud, el plan
de primera respuesta, el plan de desintoxicación, manejo del síndrome de deprivación y el
de compensación de patología dual.
En términos generales, la ayuda se sitúa en el ámbito público en Hospitales
generales, Hospitales Psiquiátricos, Hospitales y centros de día, Servicios de Psiquiatría,
Centro de Salud Mental Familiar (COSAM) y Consultorios de Atención Primaria. Y en el
ámbito privado se sitúa principalmente en Comunidades Terapéuticas (MINSAL, �000).
Como se puede observar dentro del proceso de instalación de los programas de
tratamiento y rehabilitación, las iniciativas tendientes a la atención de la población del
sistema penitenciario, inicialmente no formaban parte del diseño técnico de los programas
gubernamentales, sino sólo hasta comienzos de la presente década.
2. Estrategia Nacional sobre el Consumo de Drogas.
Dado el hecho innegable de que la drogodependencia puede acarrear problemas
individuales y sociales de gran envergadura, relacionándose muchas veces esta conducta
con una no menos grave como es la comisión de algún acto delictivo generando una
15
espiral de cada vez mayor complejidad – droga – delito – violencia - seguridad, es que el
Estado se hace cargo de esta situación.
A partir de la evolución que ha tenido el fenómeno de las drogas y del desarrollo de las
diversas iniciativas impulsadas por el gobierno a través del Consejo Nacional para el Control
de Estupefacientes – CONACE; programas de prevención comunitaria, laboral y educacional;
programas de tratamiento y rehabilitación, desarticulación de bandas y organizaciones
criminales, incautaciones de drogas, entre otras, es que surge en la presente década la
necesidad de reformular la Política y Plan Nacional de Drogas vigentes desde 1���, para
ajustarla a las exigencias y cambios acontecidos con el problema de drogas a escala nacional
e internacional. Es así como a la luz de los resultados obtenidos, la experiencia acumulada y
los nuevos conocimientos se construye la nueva Estrategia Nacional sobre Drogas �00�-�008,
que se plantea como una política sostenida en el tiempo que va más allá de la contingencia
inmediata y es capaz de ofrecer al país una línea consistente y proyectada en el horizonte del
largo plazo y cuyo fin es reducir el consumo y tráfico de drogas hacia el año �008.
La Estrategia Nacional sobre Drogas se ha estructurado a partir de ciertos principios
que expresan la forma de abordar el problema de las sustancias ilícitas en Chile y que
debieran estar presentes en los programas que las instituciones del Estado y la sociedad civil
lleven a cabo en la búsqueda del logro de los objetivos estratégicos que la componen. Estos
principios son:
1.- Integralidad de la respuesta. Implica una mirada amplia y multidimensional,
capaz de comprender que los problemas asociados tienen motivaciones
culturales, sociales y económicas; de entender que este fenómeno ejerce
impacto sobre la salud de las personas y grupos, sobre la dinámica social y
económica de la sociedad, sobre las normas que rigen el tejido social, y sobre
la seguridad nacional e internacional. Por tanto, sus soluciones requieren
considerar la conexión entre estas distintas dimensiones. Este principio implica
también la necesidad de realizar abordajes y acciones multisectoriales.
2.- Corresponsabilidad. En el ámbito público se refiere a la necesidad de
considerar la participación activa de todos los sectores y organismos públicos
para aunar esfuerzos en el cumplimiento de la Estrategia y también adecuando
ésta a los propios fines, propósitos y políticas de cada ministerio y servicio en
una relación sinérgica.
3.- Equilibrio entre las acciones destinadas a la reducción de la demanda y las
dirigidas al control de la oferta. A mayores logros en reducir la demanda y el
abuso de drogas, menos posibilidades tendrá el narcotráfico de expandir sus
mercados y menores serán los delitos y situaciones de violencia derivados
del abuso de sustancias. Por otra parte el impacto de las acciones destinadas
16
a perseguir y sancionar el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias
psicotrópicas, en la reducción de la oferta, se traduce en una menor
disponibilidad y acceso a las drogas de miles de consumidores.
4.- Participación social. Un mayor impacto en la reducción de la demanda y de
los costos asociados al consumo de drogas, resulta más eficaz y eficiente si
la comunidad se moviliza, aprovechando y reforzando sus redes e iniciativas
en el espacio local y potenciando los recursos de la propia sociedad civil para
enfrentar el problema.
Dentro de los principales objetivos planteados por la Estrategia Nacional de Drogas
están el “Rehabilitar y reinsertar socialmente a personas afectadas por el consumo de
drogas, mediante oportunidades de tratamiento y programas de reinserción” y “Disminuir el
consumo de drogas en grupos vulnerables o en riesgo social” (Objetivos estratégicos No�
y No6 respectivamente - CONACE. �00�: 18), situándose dentro de estos, el tratamiento y
rehabilitación de personas con problemas de drogas que están privadas de libertad.
En el marco de esta misión y de estos objetivos, es que se sitúa el trabajo conjunto
entre CONACE y Gendarmería de Chile.
3.- La preocupación Institucional: Gendarmería de Chile.
La misión de Gendarmería de Chile es vigilar, atender, asistir y contribuir a la
reinserción social de las personas que por disposición de la ley son recluidas en los recintos
penitenciarios del país. Para dar cumplimiento a esta misión se ha establecido el Modelo
Básico de Tratamiento Penitenciario, el cual ha dado lugar a la presencia de un ideal
resocializador como filosofía movilizadora de la ejecución de las penas, conectada también,
a una mayor humanización de las instituciones carcelarias. Es en este marco en el cual se
instala el Programa de Intervención en personas con consumo problemático de sustancias
psicoactivas, recluidas en los establecimientos penitenciarios, que se puede llevar a cabo
gracias al desarrollo social de los sistemas penitenciarios.
Cabe señalar que el año 1��6 Gendarmería inicia actividades orientadas a intervenir
en la población penal mediante acciones de prevención, en un primer momento, y de
tratamiento en una etapa posterior, desde un enfoque socio-sanitario.
El énfasis de las actividades ha estado en la prevención, luego en la investigación
y desde 1��8 en el tratamiento de internos con consumo problemático de drogas, que se
expresa en la creación de la Comunidad Terapéutica Monseñor Carlos Oviedo Cavada en el
Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Colina I (desde el año �00� denominada
“Nueva Vida”), con una capacidad de �0 internos con sistema residencial. Desde esta
17
primera iniciativa hasta la actualidad se han creado 11 centros de tratamiento para personas
con consumo problemático de drogas en � recintos penitenciarios a lo largo del país. (ver
cuadro No 1) y se ha estipulado para los próximos años y en el marco de la política de
creación de cárceles concesionadas, que éstas deberán incorporar, tanto en el proyecto
arquitectónico como en el programa de reinserción social, el tratamiento de adicciones en
población recluida.
Es necesario destacar el programa de Asistencia Sistemática de Tratamiento
y Rehabilitación (ASISTYR) que ha brindado tratamiento biopsicosocial a reclusos
dependientes de las drogas y alcohol a través de un modelo de intervención, de tipo
personalizado y multidisciplinario, estructurado en etapas y fases, con intervención de la
familia y la red de apoyo externo. El tratamiento se ha desarrollado a través de un modelo
de comunidad terapéutica, en el cual los internos viven durante, más o menos, un año
calendario en un sistema residencial o ambulatorio.
Este programa se complementa con el desarrollo de intervenciones de prevención
universal, selectiva e indicada, dirigidas al resto de la población penal y ejecutadas por los
mismos equipos de los centros de tratamiento y rehabilitación de drogas de los recintos
penitenciarios, o internos/as que se encuentran en etapas avanzadas del tratamiento,
complementándose con seminarios de capacitación en prevención y rehabilitación para los
equipos de profesionales.
Si bien, las comunidades terapéuticas intrapenitenciarias se han constituido en
una iniciativa implementada desde hace muy poco tiempo (específicamente en 1���),
su importancia en otorgar mejores condiciones de vida a los internos/as con problemas
de drogas se ha hecho fundamental. Durante el año �000, el Ministerio del Interior
y Gendarmería de Chile suscriben un convenio de colaboración, técnico-financiero,
denominado “Plan de Intervención integral en drogas dirigido a personas privadas de
libertad” (decreto exento No 1�65 del 6/1�/�000) que tiene como objetivo estratégico el
“crear condiciones institucionales para favorecer un estilo de vida saludable dentro de los
recintos penitenciarios, promocionando los beneficios de una vida comunitaria saludable,
limpia y libre del consumo de drogas en aquellos internos que presentan un mayor nivel de
vulnerabilidad, de tal modo de responder satisfactoriamente tanto a las políticas nacionales
de prevención secundaria del delito como a las políticas de prevención y rehabilitación
de personas adictas a sustancias ilícitas.....” y mediante la firma de reiterados convenios
de colaboración (anuales) se traduce en la instalación, implementación y desarrollo de
Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad. La Secretaría
Ejecutiva de CONACE, a través de su área de tratamiento y área de capacitación y proyectos,
y el Departamento de Readaptación de Gendarmería de Chile, son los responsables de
operacionalizar e implementar estos convenios.
1�
4. El contexto nacional y la relación entre el problema de la delincuencia y el consumo de drogas.
Los estudios sobre prevalencia de consumo de drogas en la población general,
realizados cada dos años, desde 1���, por CONACE, han permitido visibilizar la magnitud de la
problemática del consumo de drogas en Chile, y su evolución a lo largo del tiempo. De acuerdo
con el estudio �00� y en términos generales, se observa un aumento moderado en el consumo
de drogas respecto al informe anterior (�000), y se rescatan los siguientes datos específicos:
La tasa de consumo reciente (de acuerdo a prevalencia de consumo último año:
proporción de personas que ha probado alguna droga en los últimos 1� meses) de drogas
ilícitas (marihuana, pasta base, clorhidrato de cocaína, crack, heroína, éxtasis y/o alucinógenos,
LSD u otros ácidos, Fenilciclidina, PCP o polvo de ángel, Peyote o San Pedro y Mescalina),
alcanzó un 5,68 %, esto es, alrededor de �76 mil personas.
• La droga ilícita más consumida en Chile es la marihuana (tasa de consumo:
5,17%), le sigue el clorhidrato de cocaína (tasa de consumo:1,57) y luego la pasta
base (tasa de consumo:0,51).
• El uso de drogas se encuentra altamente concentrado en los jóvenes (entre 1� y
�5 años), le sigue el segmento de la población adulta joven entre �6 y �� años y
posteriormente los menores entre 1� y 18 años.
• Los hombres tienen prevalencias de consumo de drogas considerablemente más
altas que las mujeres, con relaciones que van de �:1 en el caso de la marihuana,
5:1 en la cocaína y 10:1 en el caso de la pasta base.
• Entre los menores estas diferencias de consumo entre hombres y mujeres son
más estrechas, especialmente en la marihuana con razón �:1, manteniéndose
inalterable respecto al consumo de cocaína y su razón 5:1, siendo levemente
mayor en las mujeres respecto al consumo de pasta base.
• El uso de drogas está presente en todos los niveles socioeconómicos, aunque
con ciertas diferencias. El consumo de marihuana oscila en alrededor del 5% en
los NSE (Nivel socio económico) Alto y Medio, y se acerca al 6% en los NSE Bajo.
La cocaína se intensifica en los NSE Medio y Bajo alcanzando diferencias de �:1
respecto al NSE Alto, y prevaleciendo el consumo de pasta base en el NSE Bajo
con diferencias de 10:1 respecto al NSE Alto.
Respecto a los estudios existentes que interconectan el consumo de drogas y la
comisión de actos delictivos en Chile, se debe mencionar la investigación realizada por
CONACE (�001) y la realizada por la Unidad Nacional de Investigación Criminológica de
�0
Gendarmería de Chile (UNICRIM-�00�). El primero consiste en una investigación centrada
principalmente en el consumo de drogas ilícitas, (prevalencia de vida) antes de su reclusión en
condenados/as, entre 18-�5 años de edad, por robo con intimidación y violencia. La población
estudiada correspondió a � establecimientos penales de todo el país (1.�17 internos), y sus
principales hallazgos son:
• 8�% de los entrevistados declara haber consumido marihuana, el 5�% pasta
base, ��% cocaína, el ��% anfetaminas y �7% chicota.
• ��.5% declara haber consumido drogas ilícitas por más de 5 años y el �5,�%
declara haber consumido diariamente.
• 7�% de las mujeres declara haber consumido pasta base de cocaína y el 50%
de haberlo realizado diariamente.
• El ��% declara consumir drogas habitualmente antes de los 1� años.
• 80% declara haber usado más de una droga en su vida y el ��% declara
haber usado 5 o más drogas.
• �6% declara haber cometido el primer delito bajo la influencia de alguna
droga, mientras que el �1% declara lo mismo respecto del delito por el cual
están actualmente condenados.
• �0% declara haber delinquido única y exclusivamente para comprar droga.
• El 60% de los que han abusado de la droga reconoce haber cometido delitos
bajo la influencia de las drogas y el 68% haber delinquido alguna vez sólo
con el propósito de conseguir drogas.
• Se observa que los reincidentes consumen una mayor cantidad de droga que
los primarios.
• �8% de los reclusos ha participado en algún programa de prevención y el
�6% declara haber participado de algún programa de rehabilitación dentro o
fuera del recinto penal.
El segundo estudio realizado durante el año �00�, tuvo por finalidad investigar sobre
el consumo de alcohol y drogas pre-carcelario e intracarcelario en la población penal de la
Quinta Región, con un tamaño muestral total de 681 personas, estratificada según subsistema
y sexo, y distribuidos según establecimiento penitenciario. Del presente estudio se rescatan
los siguientes datos:
�1
• Entre los reclusos de la V Región, las tasas de prevalencias de último año
son de 1� por 100 para marihuana, � por 100 para pasta base, 5 por 100 para
cocaína y � por 100 para anfetaminas.
• Respecto al consumo de drogas por subsistemas penitenciarios, del medio
cerrado, y respecto a los varones, las mayores tasas de consumo de
marihuana se observan en los subsistemas menores (��,1), cerrado (77,�) y
CET(�) (76,�%).
• En el caso de las mujeres, aquellas que se encuentran en el subsistema
Cerrado Adultos han consumido más que aquellas que se encuentran en el
subsistema de Libertad Vigilada (50,6% y �5,�% respectivamente).
• Un �0,�% de los hombres y un 15% de las mujeres ingería alcohol o drogas
ilícitas con la intención de delinquir.
• Un 1�% de los delitos cometidos por varones y un 15% de los delitos de las
mujeres se realizan con la intención de conseguir alcohol y/o drogas ilícitas.
• En el caso de los reclusos del subsistema menores el porcentaje de delitos
realizados para conseguir drogas asciende al ��% y a casi el �5% en los
reclusos del subsistema cerrado adultos. En las mujeres de este último
subsistema el porcentaje es de 1�%. (UNICRIM. Universidad de Chile: �00�).
Son estos los antecedentes que justifican la creación de un Modelo de Intervención
en personas con consumo problemático de sustancias psicoactivas recluidas en los
establecimientos penitenciarios, adecuado a las características y particularidades de los
internos/as con problemas de abuso y dependencia a drogas dentro de los sistemas
penitenciarios. Siendo los principales focos de atención de este programa la prevención, el
tratamiento, rehabilitación e integración social, definiendo áreas de intervención que permitan
cumplir con las temáticas planteadas.
(�)CET: Centro de Estudio y Trabajo.
Establecimiento que contempla
tratamiento de reinserción social, basado
principalmente en la capacitación y
el trabajo.
��
Respecto a las dimensiones interdependientes de la tríada, se debe señalar que:
a) la sustancia: refiere a los diversos tipos existentes, la cantidad y frecuencia de
consumo, las vías de administración en el suministro y a la existencia posible de
consumos asociados (policonsumo).
b) el sujeto: interacción de las dimensiones psicológicas y sociales (características
de la personalidad, habilidades sociales, introyección de pautas culturales,
aprendizajes y experiencias de vida, etc.) y físicas (sexo, edad, contextura física,
predisposición genética, etc.) con las distintas sustancias;
c) el contexto: refiere a las características socioculturales del ambiente en el que
se desarrolla el consumo, tales como la familia, grupo de pares, instituciones
de pertenencia, medio macrosocial geográfico y cultural (pertenencia a culturas
de consumo de sustancia, valoración cultural del consumo dentro de grupos
sociales, etc.), aceptación o sanción social, leyes, disponibilidad de la droga.
En relación con la multifactorialidad y multidimensionalidad del consumo de drogas,
se pueden considerar una serie de factores de riesgo, que favorecen en mayor o menor
medida las probabilidades de desarrollar un consumo problemático de drogas.
•Factores de riesgo y protección
Hemos señalado anteriormente que el consumo de drogas es un problema de gran
complejidad, generado por diversos factores asociados de índole individual, familiar,
escolar, comunitaria y laboral. En este contexto, ha resultado de gran utilidad la aplicación
del enfoque de riesgo en la planificación y desarrollo de intervenciones dirigidas a los
diferentes escenarios donde se presenta el consumo de drogas.
El enfoque de riesgo se basa en la observación del hecho que todas las personas,
familias o comunidades no tienen la misma probabilidad o riesgo de sufrir un daño (en este
caso, verse afectados por el consumo de drogas), sino que para algunos esta probabilidad
es mayor que para otros.
La posibilidad de medir el grado de riesgo se relaciona con la identificación,
selección y análisis de factores de riesgo. Estos últimos son definidos como características
o circunstancias de naturaleza biológica, psicológica o social cuya presencia aumenta
la probabilidad de que se presente un problema de drogas. Los factores de riesgo se
entremezclan de forma muy dinámica. Su fuerza puede cambiar de un grupo a otro o de un
individuo a otro.
�5
Los factores de protección se definen como cualquier circunstancia o evento de
naturaleza biológica, psicológica o social, cuya presencia disminuye la probabilidad de que
se presente un problema de drogas. Al igual de lo que sucede con los factores de riesgo,
tienen un carácter dinámico y varían de persona a persona, familia o comunidad a otra.
Tanto los factores de riesgo como los de protección poseen otra característica: son
complementarios. Esto significa que la presencia de un factor de riesgo por sí solo no
determina la aparición de un problema social. Lo que sí lo determina es la conjunción de
factores de tipo psicológico, social, económico, cultural, político, entre otros.
La presencia de factores de riesgo aumenta la probabilidad de que una persona
consuma drogas, mientras que los factores de protección actúan de forma contraria, ya que
contribuyen a disminuir el riesgo.
La identificación y fortalecimiento de los factores de protección en los individuos,
familias y comunidades, permite el desarrollo de potencialidades que sirven como
verdaderos “escudos” que los resguardan frente al riesgo de consumir drogas.
Como ejemplo de los principales factores de riesgo y protección asociados a la
aparición del consumo de drogas podemos citar:
FACTORES DE RIESGO FACTORES DE PROTECCIÓN
Factores de riesgo y de protección.Cuadro No 2
En lo personal:Dificultad para el manejo de las emociones.
Impulsividad.
Problemas con la autoestima y autoconcepto.
Dificultad para postergar la satisfacción.
Intolerancia a la frustración.
Curiosidad y búsqueda de nuevas sensaciones.
Predisposición genética hacia el consumo de
alcohol u otras drogas.
Poca claridad en el proyecto de vida.
En lo personal:Autoconcepto sano.
Capacidad para comunicarse.
Capacidad para manejar las emociones e
impulsos.
Capacidad para postergar la satisfacción
inmediata de necesidades.
Capacidad para manejar la presión del grupo.
Habilidad para la toma de decisiones.
Presencia de un proyecto de vida.
Habilidad para resolver problemas.
Pensamiento autónomo y crítico.
Claridad en el sistema de valores.
Sentido de trascendencia.
Valoración de la salud.
�6
FACTORES DE RIESGO FACTORES DE PROTECCIÓN
En lo familiar:Abandono.
Poco reconocimiento y expresión de afecto.
Ausencia de normas y límites claros.
Ausencia de respeto y disciplina.
Poca claridad en los valores.
Modelos paternos autoritarios o muy rígidos.
Maltrato y violencia intrafamiliar.
Problemas de comunicación.
Conflictos familiares frecuentes.
Patrones familiares de consumo de drogas.
Patrones familiares de conductas delictivas.
En lo familiar:Apego y vínculo.
Familia integrada.
Límites claros y explícitos.
Disciplina.
Comunicación abierta.
Ambiente de armonía y afecto.
Claridad en los valores familiares.
Reconocimientos de los logros.
Necesidades básicas cubiertas.
Participación en actividades y
responsabilidades del hogar.
En lo comunitario:Escasa organización y participación comunitaria.
Actitud permisiva frente al consumo de drogas.
Disponibilidad de drogas y presencia de tráfico.
Ausencia de solidaridad y espíritu de trabajo.
Desarraigo cultural.
Carencia de líderes comunitarios.
Ambiente de violencia y maltrato.
En lo comunitario:Elevados niveles de organización y participación
comunitaria.
Actitud crítica frente al consumo de drogas.
Solidaridad.
Espíritu de trabajo comunitario.
Escasa disponibilidad de las drogas.
Jóvenes incorporados al sistema escolar.
Presencia de líderes positivos.
Promoción de valores culturales.
Ambiente de seguridad.
Área de recreación, cultura y deporte.
Red de apoyo local.
En lo social:Crisis de valores.
Pocas oportunidades educativas.
Empobrecimiento creciente de la población.
Exclusión social.
Desempleo.
Programas de prevención insuficientes.
Presencia de redes de distribución de drogas.
Nuevas modalidades de penetración de las
drogas.
En lo social:Políticas y programas efectivos de prevención
del tráfico y consumo de drogas.
Red de organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales de apoyo.
Existencia de oportunidades de estudio y
empleo.
Promoción del desarrollo humano y social.
�7
En el recinto penitenciario:Subcultura carcelaria.
Internalización de pautas de la subcultura
carcelaria.
Presencia de redes de distribución de drogas
al interior del recinto.
Presión de líderes negativos al interior de la
cárcel.
Conductas que llevan consigo la aplicación
de alguna medida disciplinaria.
No incorporarse a programas de
intervención.
Carencia de redes familiares de apoyo.
En el recinto penitenciario:Participación en actividades de tratamiento.
Vinculación con las redes familiares o de apoyo.
Bajo compromiso delictivo.
Escaso nivel de internalización de normas de la
cultura carcelaria.
Escolarización.
Beneficios intrapenitenciarios.
FACTORES DE RIESGO FACTORES DE PROTECCIÓN
La manera como operan los factores de protección y los de riesgo no es estable ni
constante; su interacción es dinámica y se modifica de manera interactiva durante el curso
de la vida. Este hecho permite la posibilidad de diseñar intervenciones dirigidas a potenciar y
fortalecer los factores de protección y minimizar los factores de riesgo.
�8
2.- Drogas
Clasificación(5) :
La droga debe ser entendida como toda sustancia que, introducida en el organismo
produce cambios en la percepción, en las emociones, el juicio o el comportamiento, siendo
susceptible de generar en el usuario/a una necesidad de seguir consumiéndola(6).
Un criterio para la clasificación de las drogas es el que considera sus efectos sobre la
actividad del Sistema Nervioso Central (SNC). Sobre esa base se describen tres grupos: (para
mayor información ver anexo 1,).
Sustancias
Cocaína, pasta base,
anfetaminas, cafeína, tabaco.
Alcohol, solventes volátiles,
(Tolueno, Benceno, Kerosene,
Gases anestésicos)
tranquilizantes, Barbitúricos,
opiáceos.
Marihuana, alucinógenos.
Efectos
Se llaman drogas estimulantes,
las drogas que excitan las
funciones del SNC provocando
sensación de euforia y
bienestar, reduciendo el apetito
y el sueño.
Se llaman depresoras del SNC
a las drogas que disminuyen
la actividad de éste. En dosis
pequeñas pueden ayudar a
disminuir la ansiedad, inducir
el sueño y calmar el dolor. En
dosis mayores hacen dormir;
y en dosis muy altas pueden
provocar coma y muerte.
En esta tercera categoría
se agrupan las drogas que
desorganizan el funcionamiento
de los mecanismos cerebrales,
provocando un desorden
en la interpretación de las
percepciones sensoriales y
en la actividad intelectual
(ilusiones, alucinaciones,
despersonalización, etc.).
Grupo
Estimulantes
Depresoras
Distorsionadoras
Clasificación de las drogasCuadro No 3
(5)Ver anexo �
(6)Bajo la definición recién expuesta, el
alcohol vendría a ser considerada una droga. En este documento se
hablara indistintamente de drogas incluyendo
en ello el alcohol, sólo en situaciones
especificas se realizara la diferencia, justificando
su utilización.
��
Tipos o formas de consumo:El uso de cualquier sustancia o droga supone necesariamente un riesgo para la salud
de la persona. Este uso puede ser meramente circunstancial, con un objetivo experimental
o circunscrito a un momento determinado de la historia del individuo, y no acarrear
modificación alguna en su personalidad, y en su estilo de vida. Es la repetición de estos usos
experimentales o circunstanciales lo que puede conducir a una dependencia, lo que supone
una tendencia a la autoadministración continuada más allá de las consecuencias negativas
que ello acarrea a la persona.
Según la organización Mundial de la Salud (OMS), en su informe técnico 516, se
pueden distinguir las siguientes formas de consumo:
• Experimental: cuando una persona prueba una o más drogas, una o varias veces, sin
continuar posteriormente su consumo.
• Ocasional: cuando el consumo continúa intermitente, pero no se desarrolla
dependencia.
• Episódico: cuando el consumo se hace asociado a actividades sociales, recreativas y
puede durar desde una hora a varios días.
• Sistemático: cuando su consumo es frecuente y se ha desarrollado tolerancia y
dependencia. Es el empleo que caracteriza a las drogodependencias.
3. Respecto a la interrelación e interacción entre consumo de drogas y delincuencia.
Como se señaló anteriormente, existen diferentes tipos de consumo que implican
patrones de comportamientos y daños distintos. En términos generales, el patrón de
consumo puede ir desde un consumo experimental hasta la dependencia(7), y los pasos de
un tipo a otro “son sinuosos y están determinados por variados factores de tipo químico,
personales, ambientales y socio-culturales, entre otros” (Martín A. 1���: ��).
En este sentido, es difícil establecer una relación causal entre consumo de drogas
y comisión de delito o acto delictivo; ello, debido a que ambas conductas dependen de
diversos factores, variando su incidencia de acuerdo a cada persona.
En este caso e hipotéticamente, nos encontramos con personas que han participado
tanto de la vida delictual como del consumo de drogas; primeramente en bandas
delincuenciales juveniles, como medio de subsistencia u otro motivo, teniendo acceso
al consumo de drogas, como así también, dentro de otras posibilidades, están aquellos
(7)Ver glosario de conceptos
claves.
�0
que insertándose primero en el consumo de drogas luego cometen un delito para su
abastecimiento.
Si bien, se ha realizado numerosa investigación que intenta explicar la relación entre
el consumo de drogas y la comisión del acto delictivo o la relación inversa, existe una tercera
línea investigativa que afirma que tanto el consumo de drogas y la delincuencia forman parte
del mismo conjunto de conductas problemáticas del adolescente (teniendo alta explicabilidad
sólo en este grupo etario). Tratar de explicar un tipo de conducta apelando a la otra parece
insuficiente, constituyéndose relevante recurrir a otras variables intervinientes, tales como
sus entornos primarios (familia, escuela, grupo de iguales) y personales (búsqueda de
sensaciones, autoestima, impulsividad) siendo a su vez necesario examinarla en otros grupos
etarios (UNICRIM / Univ. de Chile: �00�), como en otros contextos étnicos, de género, etc.
El consumo de drogas y la comisión de actos delictivos bajo su consumo o para su
consumo, puede ser comprendido a partir de diversas teorías que nos permiten acercarnos a
la problemática planteada.
En la interrelación e interconexión entre ambos casos, nos encontramos con sujetos
que se han desviado de las reglas y/o normativas sociales. La desviación es entendida como
“la no-conformidad a una norma o a una serie de normas dadas que son aceptadas por un
número significativo de personas de una comunidad o sociedad” (Giddens A. 1�8�:151-15�).
La desviación social puede constituirse tanto en un acto individual como grupal (subcultura
desviada: segmento de la cultura global que posee algunas características no-normativas que
le son propias y que le hacen distinguible o particularizable del resto de la cultura). Cabe
señalar que las normas sociales van acompañadas de sanciones que protegen el orden social,
una sanción puede ser positiva (recompensas a la conformidad) o negativa (castigo por un
comportamiento distinto a la norma), así como también formales (sanción acometida por un
cuerpo o agencia que tiene por función asegurar una serie de normas) e informales (tipo de
reacción social menos organizada).
Por lo tanto, nos referimos a personas que han cometido un acto delictual
complementariamente o paralelamente a su consumo de drogas, es decir estamos en
presencia de individuos que se han desviado de las normas y reglas establecidas formal y
racionalmente en nuestra cultura (leyes), por lo cual han sido sancionados por los tribunales
de justicia, siendo encarcelados por su comisión de delito.
Por otro lado, Sutherland en su Teoría de la Asociación Diferencial, señala que la
conducta desviada y la delictual son aprehendidas, es decir, los actores sociales se convierten
en delincuentes o desviados por asociación con otros que son la expresión de las normas
delictivas. El comportamiento delictivo es aprehendido en gran parte de los grupos primarios,
y particularmente de los grupos de pares, en desmedro del aprendizaje de patrones
anticriminales. (Sutherland E. 1���). El autor no considera que estas personas presenten
�1
ciertas diferencias psicológicas que los distinguen del resto de la sociedad, sino más bien,
considera que los actos delictivos se encuentran en general orientados por las mismas
necesidades y valores que aquellos que respetan la ley, la diferencia radica en que estos
sujetos eligen modos ilegales para lograr sus objetivos.
R. Merton señala que en la sociedad moderna los valores socialmente aceptados
enfatizan el éxito económico, siendo el trabajo y el esfuerzo personal, el medio para alcanzar
estos logros, independientemente del espacio o contexto social en que las personas nacieron.
Sin embargo, la mayor parte de los sujetos que se encuentran en desventaja social tienen
posibilidades muy limitadas para progresar, por lo cual aquellos que no consiguen triunfar
se sienten condenados por su incapacidad de conseguir bienes económicos, situación que
los presiona a obtenerlos ya sea por recursos legales o ilegales. Esta sería la situación de la
mayoría de las personas que han cometido delitos.
Cloward R y Ohlin L., (siguiendo a Sutherland y a Merton) en el estudio de las bandas
de jóvenes delincuentes, señalan que estas bandas surgen en comunidades subculturales,
donde las posibilidades de triunfar de un modo legítimo son escasas, lo que genera que
ellos/as acepten algunos de los valores dominantes, sin embargo, estos se ven filtrados por la
subcultura comunitaria local. En el caso de la existencia de redes delincuenciales organizadas,
los valores existentes se ven atravesados por los patrones conductuales dominantes de
la subcultura, lo que genera el paso de los pequeños actos de robo a una vida adulta de
delincuencia. A su vez, en áreas donde no existen tales redes, la delincuencia de las bandas
tiende a adoptar la forma de peleas y vandalismo. Así también, aquellos que no encuentran su
lugar ni en el orden social legítimo ni en la subcultura de las bandas tienden a resguardarse
en la categoría de refugiado o en la dependencia a las drogas.
Las aproximaciones teóricas, anteriormente señaladas, enfatizan el peso o influencia
del contexto y de los valores imperantes en una cultura o subcultura determinada, al
momento de intentar explicar la conducta delictiva. En este sentido, la necesidad de
aproximarse al fenómeno desde una mirada integral es fundamental así como también el
generar estrategias de intervención que consideren el mayor número de actores sociales
posible (salud, educación, capacitación, trabajo, justicia, etc.)
4.- Mujeres y consumo de drogas.
El consumo problemático de drogas en las mujeres se constituye en un problema
de especial y diferencial atención, respecto a sus pares varones. Las diferencias entre los
sexos tienen estrecha relación con las relaciones de género que se han construido social y
simbólicamente a lo largo de la historia de occidente, y a partir de las cuales las mujeres,
generalmente, se han visto desprovistas de iguales condiciones económicas, políticas, sociales
y culturales, relegándolas a un papel subordinado, subvalorado y dependiente.
��
La sanción y crítica por parte de la sociedad, frente a una desviación social de
las mujeres respecto a lo normalmente estatuido a su rol de género, presenta un peso
diferencial en ellas. Generalmente son estigmatizadas y acusadas de transgresoras, lo que
las lleva muchas veces a ocultar su problemática con el consumo de drogas y/o alcohol, no
encontrando incluso igual comprensión, oferta de ayuda y acompañamiento familiar que los
varones. Incluso frecuentemente “una mujer que consume drogas (...) es abandonada por su
pareja y los hijos quedan al cuidado de terceros” (CONACE: 6).
Según planteamientos de García D., “la importancia de las relaciones para la identidad
femenina, la necesidad de conexión y el miedo a la desconexión (en especial respecto a la
pareja) es un factor de riesgo para el uso de sustancias. La tendencia a sostener y cuidar los
vínculos (extensión del rol materno) persiste en las mujeres adictas, mientras que los varones
en esa situación en general “se van” o delegan el cuidado y acompañamiento en otros
familiares (en general otras mujeres)” (García. D. en CONACE. �00�: 6).
Estudios orientados a revelar factores asociados al consumo de drogas en las
mujeres, han permitido evidenciar la distinción de la problemática. En el Manual de
Atención con Perspectiva de Género “Las Mujeres y las drogas”, publicado por la Unidad
de Tabaco, Alcohol y Drogas del Ministerio de Salud en el año �000, se han señalado los
siguientes factores de riesgo:
• Desintegración de la familia.
• Constantes conflictos de pareja, percepción de no ser apreciada por ésta.
• Sentimiento de sobre exigencia frente al desempeño de una doble jornada laboral,
sin contar con apoyo suficiente.
• Sentimiento de que su trabajo en el hogar no es reconocido.
• Crisis de identidad que aparece cuando los hijos se independizan.
• Insatisfacción de sus relaciones sexuales y afectivas.
• Aislamiento de actividades sociales y recreativas sanas, utilización inadecuada del
tiempo libre.
• Falta de oportunidades para capacitarse y desarrollarse.
• Realización de actividades frustrantes y de escaso prestigio.
• Sensación de soledad y vacío.
��
• Presión del hombre hacia la mujer, para hacerla compañera de fiestas o para
seducirla.
• Temor a ser rechazada por compañeros de trabajo o amigos que consumen y
abusan frecuentemente de otras drogas.
• Amistades con personas que trafican drogas.
• Desconocimiento acerca de los daños que el licor y otras drogas producen en el
organismo.
• Modelos de identificación superficiales, deseos de adelgazar.
Y entre las motivaciones personales de las mujeres al consumo, se señalan:
• Estar a gusto, sentir placer.
• Aumentar la capacidad de trabajo.
• Disminuir el estrés.
• Aumentar la sociabilidad y disminuir la timidez.
• Evitar el sentimiento de soledad y vacío.
• Evitar sentir tristeza, dolor o frustración.
• Evitar la ansiedad o el nerviosismo.
• Disminuir el sentimiento de minusvalía.
• Ser aceptada o valorada por la pareja.
• Acompañar a la pareja.
(MINSAL. �000 en CONACE. �00�:7).
De acuerdo con lo anteriormente señalado es que se revelan ciertas particularidades
que hacen de las mujeres y el consumo de drogas y/o alcohol una problemática de especial
atención, con un abordaje en su tratamiento y rehabilitación diferencial. Aún cuando las
mujeres se distinguen respecto a la situación de los varones y el consumo de alcohol y
drogas, no se debe olvidar que este segmento de la sociedad presenta sus diferencias
��
internas, de acuerdo a variables intervinientes tales como la edad, la clase, la etnia, etc.
necesarios de considerar, pues estamos frente a un mundo en el que su riqueza es producto
de su heterogeneidad.
5.- Delincuencia y consumo drogas en mujeres desde una perspectiva de género.
El tipo de delito comúnmente imputado a la mujer tiene estrecha relación con el rol de
género atribuido a ella, como son el infanticidio, aborto y delitos pasionales (Min. de Justicia,
Sernam y Unicrim, �000). Sin embargo, se observa que los delitos cometidos por las mujeres
han ido cambiando a lo largo del tiempo, más bien hoy nos encontramos que éstos presentan
alto grado de violencia en su ejecución, situación opuesta a las atribuciones de género
femeninas. No cabe duda que las mujeres que cometen estos tipos de delitos se alejan de los
patrones ideales impuestos a su género, pasando a constituir parte del universo masculino
delincuencial, o han tendido a masculinizar sus comportamientos delictuales, rompiendo con
lo atribuido a su género.
Explicaciones posibles a este hecho se relacionan con la paulatina inserción de la mujer
en el mundo delictual y la cultura del hampa, quien en un deseo de posicionarse de mejor
modo en esta cultura, masculiniza sus comportamientos. De hecho, una de las atribuciones
de ser una buena delincuente refiere a “tener una mente rápida como hombre”, perdiendo
paulatinamente el temor a la muerte, arriesgándose más pero con astucia e inteligencia. Sin
embargo, tampoco debe dejarse de lado el consumo de drogas que está detrás de muchos de
estos delitos violentos, pues el alto consumo entre estas mujeres, muchas veces las llevan a
aventurarse innecesariamente.
El consumo de drogas paulatinamente se ha ido constituyendo en un factor altamente
influyente en la comisión de delitos y el tipo de delito en el que incurren por sobre todo las
jóvenes mujeres. De acuerdo con los discursos de algunas de ellas(8), el consumo de drogas
y/o alcohol se constituyó en el principal motivo por el cual incidieron en actos delictuales.
La dependencia a estas sustancias y la inexistencia de medios legales para su obtención,
las motivan a adquirirlos por medios ilegales, comúnmente más rápidos para su necesidad y
consumo inmediato.
Complementariamente, las mujeres consumidoras habituales, cometen delitos altamente
violentos bajo los efectos de estas sustancias o como consecuencia de la abstinencia y
necesidad de su consumo, situaciones que les permiten un grado de desinhibición, valentía,
osadía e incremento de la agresividad que en ausencia de los efectos de su consumo
carecerían. El que se trate de mujeres jóvenes, tiene estrecha relación con la alta exposición
que presentan frente a los cambios poblacionales, comunales o societales respecto al
consumo de alcohol y/o drogas. Generalmente la mujer joven de estrato socioeconómico bajo
(8)Esta información fue extraída del material discursivo recopilado
a través de una investigación realizada
por Paula Silva J., durante el año �00� sobre “lo femenino y lo masculino en los lesbianismos
intrapenitenciarios”. Si bien la temática se
centró en la experiencia lésbica penitenciaria, la riqueza discursiva nos permitió revelar
empíricamente cambios en los tipos de actos
delictuales por parte de mujeres y la incidencia
y/o relación del consumo de drogas en
sus vidas.
�5
que no presenta un arraigo familiar fuerte o donde los problemas familiares son comunes
y altamente violentos, se aventura a la calle de su barrio y/o población, la cual presenta
una dinámica altamente caracterizada por la pobreza, marginalidad y exclusión social de
sus integrantes, insertándose en grupos de pares que le permiten obtener un grado de
pertenencia psicológica y territorial. Tanto el consumo de drogas como la comisión de actos
delictuales, se constituyen en medios que permiten la inserción de las mujeres jóvenes en los
grupos de pares que se estructuran, a su vez, en concordancia con el consumo, la comisión
de delitos o ambos factores. Es bastante común en la actualidad, la interrelación entre el
consumo de drogas y la comisión de algún acto delictual, no siendo posible causalizar tal
hecho social, pues muchas veces un acto de consumo lleva a comportamientos delictuales
pero también se puede producir la relación contraria.
Ahora bien, sea por su paulatina inserción en la cultura delictual, sea por el alto
consumo de drogas o ambas situaciones, actualmente se observa que las mujeres presentan
un alto grado de violencia en la comisión de actos delictuales, con un cambio en las
relaciones de género. Las mujeres que cometen delitos caracterizados por contener alto
grado de violencia, rompen con los roles de género atribuidos a su sexo, con alta tendencia
a masculinizar sus acciones y comportamientos. La mujer se atreve y sale a la calle, se
inserta en un espacio altamente dominado por los varones, y en su intento de inserción y
pertenencia a este espacio, se apropia de los comportamientos propiamente masculinos de
este mundo, incursionando en delitos que estando altamente valorados, le permiten un mejor
posicionamiento, prestigio social y poder.
El segundo ámbito significativo lo constituye el delito de tráfico de drogas, el que
ha pasado a constituir un acto practicado por las mujeres de todos los grupos etarios. Aún
cuando el delito de tráfico de drogas es un tipo de delito encontrado en todas las edades,
su mayor concentración se encuentra entre los grupos etarios más adultos, sobre los �5 años
de edad, “... aumentando su importancia relativa en los tramos de mayor edad (86,�% en el
tramo de �6 a 60 años)” (Min. De Justicia, SERNAM y UNICRIM, �000:�5). Según la perspectiva
de Doris Cooper “... el tráfico de drogas de pasta base, marihuana y de fármacos, se ha
convertido definitivamente en una opción de sobrevivencia para muchas mujeres mayores que
sólo tienen acceso a trabajos informales autosuficientes, que pueden ser realizados en “casa”
y en este caso, “ilegales” (Cooper D, 1��6:�8�).
Si nos atenemos a las características que asume el delito del tráfico de drogas,
podemos observar que este tipo de delito generalmente se acomoda a los roles domésticos
tradicionales que muchas de estas mujeres asumen y mantienen. Este tipo de delito es
generalmente practicado en la casa o en las inmediaciones del hogar, lo que permite a estas
mujeres no descuidar los roles atribuidos a su sexo, como son el cuidado de su hogar, familia
e hijos/as. El carácter ilegal de este tipo de comportamiento generalmente no rompe con
los patrones dominantes de género. Tal situación se encuentra altamente influenciada por el
grupo etario, pues son mujeres de mayor edad las que proporcionalmente incursionan en este
�6
tipo de acciones ilegales, siendo comúnmente este grupo de mujeres quienes presentan mayor
internalización de los patrones hegemónicos dominantes que relacionan la mujer al espacio de
la casa y/o de lo privado. Estamos en presencia de mujeres que pese a cometer un acto ilícito,
éste se constituye en prolongación de sus roles tradicionales en el mundo delictual.
Intervenir en drogodependencia en un sistema penitenciario, implica tener en
consideración que las identidades sociales se ven atravesadas y construidas a partir de la
incidencia de diversos factores. Una persona es distinta a otra en función de su historia
personal, cultural, social, económica, ciclo de vida, etc, por lo cual un modelo de intervención
para rehabilitar a personas con problemas de abuso y dependencia de drogas no es una tarea
fácil, y por lo mismo requiere a lo menos tener en consideración cierto conjunto de variables
para así abordar de modo integral el problema.
Apelando a no caer en procesos discriminatorios, es que este programa de intervención
intenta visibilizar ciertas diferenciaciones y considerarlas a la hora de construir un Modelo
Nacional de Intervención para personas con consumo problemático de drogas que están
recluidas en el Sistema Penitenciario, es decir para personas privadas de libertad y con
consumo (abuso o dependencia) a drogas. El trabajo interinstitucional e interdisciplinario de
este documento, se adhiere a los fundamentos de los derechos universales “que poseen, en
igualdad de condiciones, todos los individuos en virtud de su humanidad y por ninguna otra
razón”, y a los principios que guían la intervención estatal en cuanto al Plan Nacional para
superar la Discriminación en Chile.
�8
- Asistir a la población penal, fomentando conductas, habilidades y capacidades
que incrementen sus probabilidades de reinserción social e involucrar en este
proceso a sus familias y a las instituciones, empresas y comunidad.
- Contar con una Administración eficiente y eficaz, apoyada en sistemas de
información confiables y oportunos, que permitan optimizar la gestión y el
proceso de toma de decisiones.
En relación con el tratamiento que se realiza al interior de los establecimientos
penitenciarios y la necesidad de que se lleve a cabo, éste responde a un imperativo legal que
encuentra su fuente en distintos cuerpos legales:
Ley Orgánica de Gendarmeria, en sus artículos 1°: “Gendarmería de Chile, es un Servicio
Público dependiente del Ministerio de Justicia, que tiene por finalidad atender, vigilar y
rehabilitar a las personas que por resolución de autoridades competentes, fueron detenidas o
privadas de libertad y cumplir las demás funciones que le señala la ley”
Tiene su continuación en el artículo N°� letra e) que señala:
“Corresponde a Gendarmería de Chile: e) Readaptar a las personas privadas de
libertad en orden a eliminar su peligrosidad y lograr su reintegración al grupo social”.
Culminan las referencias en este cuerpo legal, con el articulo N°8 letra b) que define
las funciones del Departamento de Readaptación y en su N°� señala que le corresponde:
“Orientar y proponer técnicamente actividades de educación, trabajo, deportes, recreación
y asistencia social, psicológica, sanitaria, moral, religiosa y demás conducentes a la
rehabilitación de las personas antes señaladas”.
Por su parte el Reglamento de Establecimientos Penitenciarios señala en su artículo
1° que: “la actividad penitenciaria se regirá por las normas establecidas en el presente
reglamento y tendrá como fin primordial la atención, custodia y asistencia de detenidos,
sujetos a prisión preventiva y condenados, así como la acción educativa necesaria para
la reinserción social de los sentenciados a penas privativas de libertad o sustitutivas de
ellas”.
Este mismo cuerpo legal contempla un Titulo V dedicado por completo a las
actividades y acciones para la reinserción social.
Por lo tanto, el tratamiento y la rehabilitación en drogas al interior de los recintos
penitenciarios está sustentado, no solamente en aspectos sociosanitarios sino también en
lineamientos legales, que reflejan una concepción moderna de la pena, que apuesta por
la rehabilitación y reinserción social de las personas y que reconoce como fundamental la
��
intervención, aún en aquellas personas que llegan a la cárcel y que evidencia el fracaso de
otras instituciones en la tarea de adaptación social.
Gendarmería ha desarrollado el denominado “Modelo Básico de Tratamiento
Penitenciario Intramuros”, el cual tiene como sustento el siguiente marco de referencia:
La capacidad de anticiparse a los acontecimientos, como atributo humano, nos
impone el deber como sociedad de actuar antes que se produzcan situaciones contrarias al
desarrollo y crecimiento de las personas. Una de las situaciones más difíciles de enfrentar
en este sentido es la criminalidad. Como una forma de anticiparse a ella se ha desarrollado
el concepto de “Prevención General”. Prevención referida a la generación de políticas y
programas en salud, educación, empleo, vivienda, familia y cultura coherentes y eficientes
para el propósito de permitir la inserción de los individuos en la sociedad utilizando vías y
recursos social y legalmente aceptados.
Junto con este conglomerado de condiciones sociales y como parte integrante del
sistema de prevención general, el derecho penal actúa emitiendo una serie de señales
que pretenden que el individuo se abstenga de desarrollar ciertas conductas socialmente
reprobadas. Este conjunto de condiciones y señales está dirigido, de un modo general, a
todos los individuos que componen el grupo social. Cuando este nivel de acción no ha
cumplido el objetivo y se comete un delito grave surge la necesidad de anticiparse a la
reincidencia dando lugar al despliegue de la “Prevención Especial”.
En este caso se trata, de actuar sobre el individuo que ha cometido el hecho
delictivo, imponiendo la sanción penal que previamente existió como simple amenaza y
ejecutando dicha pena, no como un mero castigo, sino como una forma útil de conseguir
beneficios tanto para el penado como para la sociedad que lo sanciona.
Por tanto, para una efectiva prevención especial en necesario aumentar las
posibilidades de lograr la reinserción social de las personas que han delinquido y
disminuir la probabilidad de reincidencia en conductas delictivas a través del tratamiento
penitenciario cuyo objetivo inmediato consiste en lograr que el individuo egrese en
condiciones de decidir personalmente, si ajusta o no su conducta a los parámetros sociales
impulsando el desarrollo de capacidades de autodeterminación y competencia socio-laboral
de las personas durante su reclusión.
2.- Definición del concepto de Tratamiento Penitenciario.
Tratamiento Penitenciario es el conjunto de acciones referidas a la vigilancia, atención
y asistencia de las personas que se encuentran recluidas, con el propósito de contribuir a
su reinserción social. Así se entiende por tratamiento el conjunto de intervenciones que se
realizan en las áreas: laboral, educativa, sociocultural, personal y social.
�0
Estas intervenciones deben ser concebidas y ejecutadas de manera tal que impulsen
el desarrollo y ejercicio de habilidades personales, que incrementen las competencias de los
internos/as para integrarse a la vida en comunidad compatibilizando, sus propios intereses y
necesidades con las de los otros.
Estas competencias se sustentan en la capacidad de reconocer limitaciones y
fortalezas propias, la capacidad de autocontrol de los impulsos, la capacidad de asumir
consecuencias de los propios actos, habilidades para establecer relaciones interpersonales y
resolver conflictos, iniciativa y capacidad de tomar decisiones, capacidad para desempeñar
un trabajo u ocupación, etc.
a.- Objetivos del Tratamiento Penitenciario.Siendo el objetivo final del tratamiento penitenciario el contribuir a la reinserción social
de los internos/as, a través del promover condiciones que permitan a las personas manifestar
y desarrollar capacidades y habilidades que aumenten su competencia social, es posible
distinguir propósitos específicos de este tratamiento de acuerdo a la calidad procesal en que
se encuentren las personas bajo la custodia de Gendarmería.
En el caso de los internos en calidad de “detenidos”, el propósito básico del
tratamiento penitenciario será: evitar el daño físico y/o psicológico como consecuencia de su
estadía en reclusión.
En el caso de las personas sometidas a “proceso” y/o imputados, los objetivos del
tratamiento se orientarán tanto a evitar el daño físico y/o psicológico como consecuencia de
su estadía en reclusión, como a, por lo menos, mantener destrezas y habilidades personales
para vivir en comunidad.
Respecto de las personas que se encuentran recluidas en calidad de “condenados” los
objetivos del tratamiento serán: evitar un daño físico y/o psicológico como consecuencia de su
estadía en reclusión, mantener y facilitar el desarrollo de sus capacidades y habilidades para
integrarse a la vida en comunidad.
b.- Tratamiento Penitenciario como un proceso.En el marco del concepto y objetivos enunciados para el Tratamiento Penitenciario, éste
debe entenderse, planificarse y desarrollarse como un proceso que se indica desde el primer
ingreso del interno/a a un Establecimiento Penitenciario y se mantiene y desarrolla durante su
estadía, perseverando aún cuando cambie su calidad procesal o el establecimiento en el cual
se encuentre recluido.
Desde el punto de vista de la administración y organización del establecimiento
penitenciario, es factible distinguir, durante este proceso, dos niveles de tratamiento; el nivel
general y el nivel específico.
�1
El nivel general apunta a las condiciones básicas en que se ejercen la atención y
vigilancia de los internos/as, de modo de cumplir esencialmente con los objetivos de evitar
un daño físico o psicológico como consecuencia de la estadía en reclusión y de mantener
destrezas y habilidades personales para la vida en comunidad.
El nivel específico se orienta al objetivo de facilitar el desarrollo de capacidades y
habilidades que incrementen la competencia social del individuo. De esta forma, este nivel se
caracteriza por responder a necesidades individuales de grupos de internos/as.
Por otra parte, desde el punto de vista del interno/a, el proceso de tratamiento debe
distinguir etapas tales como:
• Diagnóstico social, psicológico y criminológico que nos permita identificar las áreas
deficitarias que el interno/a debe superar para aumentar sus probabilidades de reinserción social.
• Formulación de un programa de Intervención que contemple las actividades a
desarrollar durante su estadía en el establecimiento penitenciario, identificando objetivos a
lograr.
• Evaluación periódica del interno/a respecto al cumplimiento de los objetivos
propuestos, retroalimentación y reformulación del programa de intervención.
Es en este contexto institucional donde se sitúan los Centros de Tratamiento y
Rehabilitación para personas dependientes a drogas que surgen y se desarrollan al interior de
un recinto penitenciario. Aun cuando su objetivo primordial es tratar y rehabilitar personas que
han consumido drogas y delinquido, ésta no olvida las reglas y normas sobre las que se basa
la Institución en su totalidad.
En este sentido nos parece que existen ciertos elementos conceptuales de la Teoría de
Goffman E. respecto a las Instituciones Totales, que nos permiten comprender teóricamente los
Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad y dependientes a
drogas que se desarrollan al interior del sistema penitenciario.
Los Centros de Tratamiento y Rehabilitación para personas privadas de libertad y
consumidores problemáticos de drogas pueden ser comprendidos como una Institución total,
es decir, como un “lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en
igual situación aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo, comparten en su
encierro una rutina diaria, administrada formalmente” (Goffman E, 1���:1�).
Siguiendo los planteamientos de Goffman, básicamente en la sociedad moderna existe
un ordenamiento social en que “el individuo tiende a dormir, jugar y trabajar en distintos
lugares, con diferentes co-participantes, bajo autoridades diferentes, y sin un plan racional
��
amplio” (Goffman, 1���:1�). La institución total, esencialmente, rompe las barreras de estos
tres ámbitos (descanso, recreación y trabajo) de la vida social común.
Podemos establecer ciertas características genéricas de las instituciones totales, las que
son aplicables al funcionamiento y estructuración de los Centros Penitenciarios de Tratamiento
y Rehabilitación para personas privadas de libertad y dependientes a drogas.
Éstas se refieren a que:
Todos los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo lugar y bajo la misma
autoridad única.
Toda actividad diaria se lleva a cabo en la compañía inmediata de un gran número de
otros, a quienes se da el mismo trato.
Todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente programadas,
mediante un sistema de normas formales y un cuerpo de funcionarios (organización
burocrática).
Las diversas actividades obligatorias se integran en un solo plan racional,
deliberadamente concebido para el logro de los objetivos propios de la institución.
Siempre una institución total presenta una estructura binaria entre dos mundos: del
interno/a y del personal. Los primeros vendrían a representarse en los sujetos extraídos de
su mundo habitual, y puestos en una institución de esa índole ya sea para trabajar, sanarse,
aprender, rehabilitar, etc. Es el caso de la población penal que según sea detenido, procesado/
imputado o condenado(�), se le priva de libertad y se le encierra y segrega de la sociedad,
todo bajo pena de la coacción física. Con respecto al Centro de Tratamiento y Rehabilitación
para personas privadas de libertad y dependientes a drogas, aún cuando presenta
características de funcionamiento diferentes a las que vive el resto de los internos/as, éste
guía las actividades de rehabilitación en un sistema absolutamente cerrado y organizado bajo
los patrones normativos y reglamentarios de la institución carcelaria.
El mundo del personal está constituido por aquellos sujetos que participan de
la institución total ya sea en calidad de gendarmes, profesional, personal técnico y
administrativo, etc., quienes desempeñan los roles previamente definidos por la institución.
Es característico que los internos lleguen a la institución total con una “cultura de
presentación” derivada de un mundo habitual, un estilo de vida y una rutina de actividades
que se daban por supuesto en la sociedad civil. Las instituciones totales, para el logro de
sus objetivos, “crean y sostienen un tipo particular de tensión entre el mundo habitual y el
institucional, y usan esta tensión persistente como palanca estratégica para el manejo de los
hombres” (Goffman, 1���: �0).
(�)Se comprenderá por Procesado/a, imputado/a a la
persona recluida bajo la custodia de
Gendarmería de Chile, a la cual el tribunal correspondiente ha
abierto proceso y sometido a prisión preventiva por un
determinado delito; y como Condenado/a a la persona recluida
bajo la custodia de Gendarmería de
Chile, la cual cumple la condena que ha
dispuesto el tribunal por sentencia firme y
ejecutoriada.
��
A este proceso se verían expuestos los internos cuando ingresan al sistema carcelario,
y cuando voluntariamente ingresan a los Centros de Tratamiento y Rehabilitación del recinto
penal. Nuevamente se ven envueltos en una tensión entre su mundo habitual intracarcelario y
las nuevas disposiciones que presentan los centros, pues no se debe desconocer que la cárcel
se representa como un submundo o cultura particular para los internos.
Creemos que la ayuda terapéutica que realizan los centros de tratamiento y
rehabilitación penitenciarios, tiene por finalidad, entre otras, cambiar la concepción del
sí mismo como desviado, a partir de la convivencia con el otro, desestigmatizando y
motivando a la persona a cambiar su autoconcepto, autoevaluación, autovaloración y
autoestima. Sólo en la medida que se realiza un trabajo arduo en esta materia será posible
cambiar las circunstancias de su drogadicción y conducta delictiva.
3.- Intervención Terapéutica para el Tratamiento del consumo problemático de drogas
Reconocer la drogodependencia como un fenómeno complejo (multideterminado),
dinámico y cambiante, permite el surgimiento de ciertos principios en el ámbito de la
intervención, donde las variables biológicas, psicológicas y sociales, juegan un papel
importante:
• La constatación de que la intervención en el uso, abuso y dependencia de drogas
va a exigir de actuaciones en una serie de áreas o dimensiones básicas (educativa,
psicológica, social y orgánica).
• El trabajo interdisciplinario se convierte en un requisito imprescindible para
asegurar el éxito de las actuaciones a promover en este ámbito.
• Las diferenciaciones en el consumo de las drogodependencias (la distinción entre
uso, abuso y dependencia) requerirá de políticas amplias, que incluyan tanto
acciones de tipo preventivo como de carácter asistencial y favorecedoras de los
procesos de intervención social.
Las intervenciones en drogas, tanto desde una perspectiva preventiva como asistencial,
exige de actuaciones no sólo sobre los individuos, sino sobre los contextos microsociales en
que se desenvuelven éstos (familia, grupo de iguales, etc.) y macrosociales (la comunidad).
a).- Ámbito de intervención preventiva.Las intervenciones preventivas en el consumo de drogas, se agrupan desde dos
ámbitos generales, desde la reducción del consumo y desde su disponibilidad, llamado
reducción de la demanda y reducción de la oferta de drogas y otras sustancias de abuso,
respectivamente. La primera se orienta a evitar y prevenir el consumo de drogas, así como
��
abordar las negativas consecuencias de su ingesta, tanto para la salud personal como
para la sociedad, utilizando para ello medidas preventivas (implementadas en la escuela,
medios de comunicación, familia, trabajo, organizaciones comunitarias, etc.), programas
de tratamiento, rehabilitación y reinserción o integración social. La segunda, refiere a los
modos de hacer frente por parte de los distintos países, a los problemas ocasionados por
la disponibilidad de drogas, la producción, tráfico, y distribución ilícita de drogas y está
asociada a medidas de control (policiales, jurídicas, etc).
En el caso de la reducción de la demanda, su principal objetivo es prevenir el consumo
de drogas que pueda ocasionar daños al individuo a corto, mediano y largo plazo.
Se deben destacar tres aspectos fundamentales en el concepto de prevención, cuyo
objetivo es evitar, retardar y disminuir el consumo de drogas en la población:
• Anticipar los problemas asociados al consumo de drogas, a través de la realización
de acciones que tienden a reducir la probabilidad de aparición de éstos, fortaleciendo los
factores protectores y minimizando los de riesgo;
• Fortalecer capacidades o herramientas tanto personales (como el desarrollo de
habilidades para la toma de decisiones responsables) como del contexto, que permitan;
• Gestionar los riesgos a que toda persona se ve sometida a lo largo de su vida.
Promocionando en los individuos capacidades de resolución de los conflictos, que les
permitan enfrentar y abordar en forma sana y creativa los problemas, entre ellos el consumo
de drogas. (CONACE. �00�:6-7).
El objetivo o meta de la prevención se refiere al desarrollo integral de la persona, que
le permita estar preparada para enfrentar cualquier situación de riesgo en la vida, es decir,
utilizar sus recursos protectores.
b).- Ámbito de intervención en tratamiento y rehabilitación.La intervención terapéutica para personas con consumo problemático de drogas ha
estado sujeta a un largo proceso histórico de desarrollo, lo cual ha sido producto de la
visión explicativa que en un determinado momento se ha construido sobre la problemática
y/o fenómeno en estudio. En este sentido se ha transitado por diferentes enfoques,
ético –jurídico (su referente es la sustancia, enfatizando el problema en términos
legales y penales), médico-sanitario (su referente es la persona, la cual es considerada
enferma que requiere curación, es decir, se trata como un problema de salud mental con
repercusiones sociales), psicosocial (su centralidad es la persona y sus necesidades, es
decir, es un problema de personalidad frente a un medio adverso), a través de los cuales
se ha intentado responder a la etiología del uso, abuso y dependencia de sustancias
psicoactivas y su consecuente modo de asistencia (CONACE. �00�).
�5
En respuesta a este fenómeno, se ha llegado en la actualidad a cierto acuerdo
en la naturaleza multidimensional del consumo de drogas. Abordando la problemática
desde un enfoque de intervención bio-psico-social, con una integración interdisciplinaria y
multiparadigmática, reconociéndose las siguientes características:
• Confluencia de variables a la base de la utilización o consumo de las drogas, unas
propias de las sustancias (propiedades químicas, mecanismos de acción, formas de
administración, etc.), otras referidas a los propios consumidores (edad, sexo, historia
personal, configuración de la personalidad, etc.) y otras referidas al contexto en un
sentido amplio (aspectos familiares,sociales, culturales, legales, estereotipos, etc.);
• Interacciones entre los diferentes factores (biológico, psicológico y social);
• Diferencias individuales, basadas en las diferentes respuestas de un individuo frente
a situaciones similares, o las diferentes respuestas de distintas personas frente a
la misma situación, ya que normalmente se producen modificaciones de carácter
temporal, por lo que no existe una situación estática;
• Transferencia del problema del consumo de drogas de un plano meramente
individual, a un plano social. (CONACE. �00�:�-�).
El objetivo de la intervención terapéutica desde un enfoque
biopsicosocial es mejorar la calidad de vida de la persona con problemas
asociados al consumo de drogas, apoyándola en su integración social,
familiar y laboral y en la construcción de un estilo de vida alternativo.
La multidisciplinaridad del enfoque de intervención bio-psico-social, responde a un
“conjunto de acciones que a partir de diversas áreas profesionales, pretenden solucionar o,
por lo menos, reducir los problemas de las personas que consumen drogas de una forma
abusiva” (CONACE. �00�:18). En este tipo de intervención, o “actividad dirigida a superar
una deficiencia o suprimir un obstáculo, impulsando el cambio, el mantenimiento y la
superación de la conducta problemática” (CONACE, �00�:18), coexisten los planos: biológico,
psicológico y social.
La intervención en el plano biológico coincide, en la práctica, con la intervención que
realiza el médico (área sanitaria), con procedimientos y técnicas que generan las variables
relativas a esta área, por ejemplo la realización de la desintoxicación y otras terapias
biológicas, el seguimiento y control de las patologías, la prevención y la educación de
comportamientos y hábitos relacionados con la salud, higiene, alimentación, sueño, conducta
sexual, y el uso terapéutico de psicofármacos.
�6
La intervención en el ámbito psicológico es aplicada por el psicólogo o médico con
formación psicoterapéutica (médico psiquiatra, médico familiar con formación en terapia),
mediante la utilización de procedimientos y técnicas relativas a su campo y asumiendo con
ello, la responsabilidad de la rehabilitación.
En el plano social, la intervención es aplicada por trabajadores sociales y otros
profesionales afines, educadores, terapeutas ocupacionales y técnicos en rehabilitación
quienes deben utilizar técnicas que apoyen la integración familiar, social, educacional y laboral
de la persona. En este plano se trabaja, el desempeño ocupacional (roles, productividad y
autocuidado) el cambio de hábitos relacionados con el ocio, el tiempo libre y la adquisición
de una red de apoyo social que no esté relacionada con el anterior estilo de vida de la
persona en tratamiento. (CONACE. �00�: 5).
Etapas en el tratamientoEntendiendo el tratamiento de la drogodependencia como “un proceso cuyo objetivo
final ideal sería el de la recuperación personal y social del drogodependiente” (CONACE.
�00�:�1), se han descrito � etapas, por las cuales debe pasar la persona con consumo
problemático de drogas desde el momento en que entra en contacto con el dispositivo
de apoyo o asistencial hasta su recuperación. Estas son: desintoxicación, tratamiento/
rehabilitación e integración social.
Si la finalidad del tratamiento es la abstinencia, la primera fase es la de
desintoxicación. Dependiendo de las condiciones físicas, sociales, psicológicas y
motivacionales, ésta tendrá una intensidad y duración variable y podrá realizarse en
diversos lugares, tales como hospitales, establecimientos con planes ambulatorios o con
planes residenciales.
Luego comienza la segunda etapa del proceso que refiere a la rehabilitación bio-psico-
social o tratamiento propiamente tal. En esta fase el equipo de profesionales y técnicos
realiza un diagnóstico del consumo y una evaluación de las áreas o ejes (psicopatología
concomitante, redes de apoyo, integración socio ocupacional) afectados por las consecuencias
del consumo problemático de la persona. Realizada esta primera evaluación, se procede
a diseñar los objetivos terapéuticos necesarios para apoyar a la persona en el proceso de
construcción de un estilo de vida, apartado del consumo de drogas y/o en la disminución
de su consumo. En esta finalidad, profesionales y técnicos elaboran un plan de tratamiento
específico de acuerdo a las necesidades y características de cada persona, como parte de un
tratamiento que integra todos aquellos ámbitos relacionados con su consumo.
Una tercera parte del proceso, se refiere a la reinserción o integración social, la cual es
transversal a todas las etapas del tratamiento. La integración social implica el “cumplimiento de
objetivos a largo plazo, con una mayor repercusión en el desarrollo futuro de la vida personal y
social del drogodependiente que inicia un proceso de tratamiento, en la medida en que se trata
�7
de reajustar tanto los aspectos relacionados con la dependencia física y psicológica, como las
dificultades que esta dependencia produce en la capacidad del individuo para desenvolverse en
condiciones de normalidad en su medio social” (CONACE. �00�:7).
La dificultad, duración y objetivos del proceso de tratamiento varían de acuerdo a
las características de cada persona, el tipo de droga consumida, el tiempo de consumo el
grado de disfuncionalidad que presenta en distintos ámbitos de la vida, familiar, laboral,
educacional, etc . Variabilidad que también es considerada a la hora de evaluar los logros
del proceso de rehabilitación e integración social. Sin embargo, en términos generales, se
establecen los siguientes aspectos a tener en consideración en un proceso de rehabilitación-
integración:
• Mantenimiento de la abstinencia, y si no es posible, adoptar patrones de
acompañamiento terapéutico con el objeto de reducir riesgos de mayores daños,
• Readaptación de las relaciones sociales, familiares y laborales, de tal manera que
se reduzca o elimine el condicionamiento provocado por la drogodependencia,
• Reajuste de los patrones y estilos de ocupación del tiempo libre y participación en
la vida social,
• Mejora en la capacidad para buscar y conservar el empleo, en condiciones
equiparables a los otros ciudadanos,
• Preparación para el control de las respuestas emocionales cuando éstas puedan ser
problemáticas,
• Mejora de las condiciones sociales mínimas y mantenimiento de hábitos de salud e
higiene adecuados,
• Reducción o eliminación de los comportamientos de riesgo higiénico-sanitarios.
(CONACE. �00�:7).
Principios de los programas de tratamiento eficacesEn la actualidad, la mayoría de los países adscriben a una serie de principios
orientadores para el tratamiento y rehabilitación de personas con problemas de drogas que
el National Institute Drugs Abuse (NIDA) plantea, a partir de una serie de investigaciones
orientadas a promover el uso de tratamientos con base científica. Estos principios son:
• No existe un tratamiento apropiado para todo los individuos.
• Los programas de tratamiento deben estar disponibles y ser de fácil acceso.
�8
• Un tratamiento es efectivo cuando responde a todas las necesidades de la
persona y no sólo al uso de drogas.
• Los programas de tratamiento deben ser evaluados constantemente y
modificados para que respondan a las necesidades cambiantes de los
individuos.
• La consejería individual y grupal además de las técnicas terapéuticas deben ser
parte importante de los programas de tratamiento.
• Para muchas personas drogodependientes el uso de medicamentos es útil pero
siempre combinado con tratamiento psicoterapéutico.
• Las patologías duales(10) deben ser tratadas en forma integral.
• El proceso de desintoxicación es sólo la primera etapa de un tratamiento para
la dependencia de droga.
• Los programas de tratamiento deben evaluar a personas para detectar VIH.
Hepatitis, TBC y otras enfermedades infecciosas y a la vez ayudarlos a cambiar
conductas de riesgo.
• Los procesos de rehabilitación deben considerar las recaídas y/o lapsus como
parte del proceso de lograr abstinencia. Se debe incentivar la participación en
grupos de autoayuda (CONACE. �00�:8).
Programa de Apoyo a Planes de Tratamiento y Rehabilitación para personas con problemas derivados del consumo de sustancias estupefacientes y/o psicotrópicas
Como una forma de dar respuesta a las necesidades de atención de calidad, en el
tratamiento de los problemas derivados del consumo de drogas, el Consejo Nacional para
el Control de Estupefacientes, en conjunto con el Ministerio de Salud pone en marcha el
denominado “Programa de Apoyo al tratamiento...”, que consiste en un programa que,
administrado por el Fondo Nacional de Salud (FONASA) y en coordinación con la Unidad
de Salud Mental del Ministerio de Salud, entrega apoyo técnico y financiero a centros
de tratamiento públicos y privados acreditados e incorporados a una red asistencial de
la jurisdicción correspondiente a los �8 servicios de salud del país, para la atención de
personas con problemas derivados del consumo de sustancias ilícitas, a través de planes de
tratamiento por niveles de complejidad.
En el diseño del programa, cuyo objetivo es ampliar la cobertura y mejorar la
calidad de la atención de las personas y sus familias, se proponen planes diferenciados
(10)Patología dual, se refiere
a personas que presentan
trastornos psiquiátricos
severos asociados
a consumo abusivo y/o
dependiente a drogas.
��
de acuerdo al nivel de complejidad de la problemática de las personas consultantes(11)
y su entorno socio – familiar. Cada plan considera una descripción del equipo técnico
y profesional que debe estar a cargo del mismo, así como objetivos, actividades y
prestaciones las cuales deben implementar centros públicos o privados, acreditados por
los servicios de salud del país.
Plan de Tratamiento
Ambulatorio Básico
Ambulatorio
Intensivo
Residencial
Breve descripción
Personas abusadoras
o dependientes con
compromiso biopsicosocial
moderado, es de mediana
contención.
Personas abusadoras
o dependiente con
compromiso biopsicosocial
moderado a severo, es de
alta contención.
Personas abusadoras
o dependientes
con compromiso
biopsicosocial severo, es
de alta contención.
Duración aproximada del Tratamiento
6 meses
8 meses
1� meses
Tipo de Centro con convenio
Consultorios
Hospitales
COSAM
ONG
Comunidades
terapéuticas
Consultorios
Hospitales
COSAM
Comunidades
terapéuticas
Comunidades terapéuticas
Clínicas privadas
Planes de tratamiento por niveles de complejidad Cuadro No 4
(11)Se refiere a la severidad
del compromiso biopsicosocial
asociado al consumo de sustancias.
5�
tratamiento de las drogodependencias en España, que considera la intervención como un
proceso con tres diferentes etapas:
Acogida-motivación.
Comunidad terapéutica con régimen de internado, aislado del resto de los internos
sin tratamiento.
Reinserción socio-laboral, en régimen ambulatorio-externado, coincidente con la
participación en programas extrapenitenciarios.
El equipo de intervención lo constituyen profesionales de instituciones penitenciarias y
profesionales de Proyecto Hombre, en colaboración de todos aquellos que interactúan con los
usuarios en el ámbito penitenciario.
En términos globales el objetivo general del programa es “alcanzar la autonomía
personal, que le permita al sujeto tomar sus propias decisiones sobre la base de una escala
de valores como contrapunto a la dependencia de sustancias y vida de delincuencia”.
(Pérez L. �001:5).
En el caso colombiano, se puede observar una gran preocupación estatal por disminuir
el tráfico y consumo de drogas. Si bien, desde mediados del siglo pasado, Colombia ha ido
implementando diversas medidas para intervenir en la problemática, el Ministerio de Justicia,
a través de la Dirección General de Prisiones (hoy, Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario-
INPEC), asume que a pesar del esfuerzo hecho hasta ese entonces, existe una población de
alto riesgo que por sus condiciones de internamiento no se beneficia adecuadamente de
las estrategias que se han estado implementando en la población general. Se observa que
la población carcelaria presenta serios problemas de consumo y tráfico al interior de estos
establecimientos, lo que lleva a incrementar la violencia y conductas ilícitas, reduciéndose las
posibilidades de rehabilitación para las personas confinadas (INPEC. 1���). En este contexto,
en 1�8� y con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización del uso indebido
de Drogas y al Consejo Nacional de Estupefacientes se implementa el “Proyecto de Prevención
Integral de la Drogadicción en el Sistema Penitenciario Colombiano”, que pretende cubrir a
la población de internos, la población de guardia penitenciaria y al personal administrativo
del Sistema Penitenciario Colombiano y aborda tres niveles de prevención, de acuerdo al
Plan para la Superación del Uso de drogas: prevención primaria, prevención secundaria y
prevención terciaria. Ésta última se implementa a través de la metodología para comunidades
terapéuticas de Centro Italiano de Solidaridad (CEIS), pues no solo está orientada a disminuir
el consumo de drogas sino también a abordar otros comportamientos que impiden una
adecuada rehabilitación. La filosofía, “se centra en el hombre como ser humano capaz de
cambiar, capaz de volver a nacer, responsable, honesto y sobre todo reconocido por la
sociedad, logrando una reinserción adaptativa” (INPEC. 1���:�0).
5�
2.- Proyecto de Comunidad Terapéutica del Sistema Penitenciario Chileno.
En Chile, la preocupación por personas con problemas delictuales y de consumo
de drogas comienza a partir del año 1��8, con la creación de una Comunidad Terapéutica
al interior del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina 1. A partir del año �000, a
través de un convenio entre el Ministerio del Interior - CONACE y Gendarmería de Chile, se
inicia un programa que considera la capacitación de los equipos técnicos y profesionales,
la creación de Centros de Tratamiento y la contratación de profesionales de dedicación
exclusiva para abordar este tema, al interior de los establecimientos penitenciarios del país,
que presentan una mayor incidencia de consumo de drogas. Este programa tiene como
objetivo estratégico “otorgar a los reclusos la posibilidad de incorporarse a un programa que
brinde tratamiento bio-psicosocial del consumo de drogas, a fin de adquirir las destrezas
necesarias que permitan un cambio de estilo de vida y contribuyan a su reinserción social”.
Se establece que profesionales y técnicos, que forman parte de las áreas técnicas, las cuales
tienen por función realizar el tratamiento al interior de los establecimientos penitenciarios,
sean capacitados en contenidos y destrezas específicas para realizar intervención en
drogodependencias a usuarios que, además, se encuentran asociados a conductas delictivas
y con un alto nivel de internalización de conductas de la subcultura carcelaria.
El programa consiste en brindar tratamiento a través de un modelo integral a los
reclusos dependientes a las drogas, abordando en forma global la problemática del consumo
y la delincuencia, de tipo personalizado y multidisciplinario, estructurado en etapas o fases,
con intervención de la familia y redes de apoyo externo.
Este trabajo se complementa con el desarrollo de estrategias de prevención primaria
y secundaria, y grupos motivacionales o de conversación dirigidos tanto a los posibles
candidatos para el ingreso al centro de tratamiento como al resto de la población penal, y
ejecutados por los mismos profesionales de los equipos de los Centros de Tratamiento.
Los Centros de Tratamiento están dirigidos a internos con consumo problemático de
drogas, quienes viven durante dos años en un sistema residencial y/o ambulatorio.
Ofrece a los usuarios terapias individuales, grupales y familiares, talleres ocupacionales
y de crecimiento personal y la exigencia de abstenerse de consumir cualquier sustancia que
altere el estado normal del organismo. Se promueve una vida sana, libre de drogas. Las
principales actividades que se llevan acabo son:
• Evaluación bio-psico-social en 5 ejes (consumo, psicopatología concomitante,
criminológico, redes de apoyo e integración social).
• Elaboración de un plan de tratamiento.
5�
• Desarrollo de la rutina diaria.
• Sesiones de psicoterapia individual.
• Sesiones de intervención psicosocial de grupo.
• Sesiones de intervención familiar grupal e individual.
• Sesiones de educación y recreación.
• Actividades para promover la integración social.
• Seguimiento.
El perfil de los individuos que participan de este programa es:
• Hombres y mujeres adultos, mayores de 18 años.
• Que presentan consumo problemático de drogas.
• Compromiso biopsicosocial moderado a severo.
• Sin presencia de trastorno psiquiátrico severo (esquizofrenia, trastornos bipolares
graves, estados psicóticos crónicos).
• Calidad procesal: condenados.
• Que se encuentren a un año del tiempo mínimo para postular a beneficios.
• No presentan comisión de delitos sexuales.
• Con participación en la etapa de pre-tratamiento o grupos motivacionales(1�).
• Que accedan voluntariamente, de acuerdo a uno de los principios que inspira el
tratamiento penitenciario, toda actividad que se desarrolla con los internos tiene el
carácter de voluntaria.
La intervención está basada en el tratamiento integral de la persona, abordando en
forma global la problemática a través de un enfoque bio-psicosocial, centrado en la persona,
sus relaciones y las necesidades que lo llevan al abuso de sustancias y comisión de delitos.
Previo al ingreso al centro de tratamiento, el interno/a ha sido pesquisado a través
de un mecanismo de detección diseñado para ello, a cargo de la dupla psicosocial y/o el
equipo de salud de la unidad penal, se ha confirmado su diagnóstico a cargo del equipo
especializado del centro de tratamiento y se ha incorporado a grupos motivacionales o de
conversación con el objetivo de trabajar la motivación al cambio(1�).
Los centros de tratamiento presentan dos modalidades, dependiendo de los recursos y
espacio físico con que se cuenta:
• Modalidad residencialLos internos/as viven y permanecen durante todo el tratamiento en un espacio
determinado, construido especialmente para ese fin, segregado del resto de la población
penal. Su egreso es al medio libre en el caso que los internos cumplan su condena, sean
indultados o se beneficien de la Libertad Condicional o a sistemas de semilibertad, a través
de beneficios intrapenitenciarios, derivación a CET, etc.
(1�)Se refiere a la etapa previa al ingreso al
centro de tratamiento la que se describe
detalladamente en el Tomo II
(1�)Modelo transteórico del Cambio de
Proschaska y Di Clemente, ver anexo �
55
• Modalidad ambulatoriaEn esta Modalidad los internos/as son reunidos en un Módulo que alberga a internos
que presentan ciertas características favorables a la intervención, sea por el bajo compromiso
delictual, por la condición de trabajadores, o por estar beneficiados con permisos de salida.
Los internos en esta modalidad se trasladan y permanecen durante el día a un espacio
determinado, acondicionado para realizar tratamiento, pero durante la noche se trasladan al
módulo que alberga internos con características favorables a la intervención, segregados del
resto de la población penal.
Lo anterior representa la experiencia y el aprendizaje para enfrentar el problema
del consumo de sustancias psicoactivas y el delito en internos privados de libertad en
los establecimientos penitenciarios y sienta las bases para el desarrollo del modelo de
intervención.
Fundamentos para implementar un programa de intervención en los establecimientos
penitenciarios.
La mayoría de las sociedades están preocupadas por la delincuencia. Las estadísticas
actuales de los Estados Unidos indican que hasta un 60% de los presos de las cárceles
federales presentan trastornos que se pueden diagnosticar como dependencia de sustancias.
De las estadísticas callejeras de ese país se desprende que hasta un 50% de los delitos
contra la propiedad se cometen bajo la influencia del alcohol y/o drogas, o con la intención
de obtener alcohol y/o drogas con el producto del delito. La preocupación por la seguridad
pública y el conocimiento de la relación que existe entre la delincuencia y el abuso de
sustancias han obligado al sistema de justicia penal a considerar la posibilidad de recurrir a
alternativas de tratamiento que no sean el encarcelamiento en el caso de delitos relacionados
con las drogas. Así pues, la policía, los agentes de libertad condicional y libertad vigilada, los
jueces y otros agentes del sistema de justicia penal han pasado a ser fuentes importantes
de remisión de casos a los servicios de tratamiento del abuso de sustancias. Para ellos, la
eficacia de los tratamientos se mide en función de la reducción de la delincuencia, de las
violaciones de la libertad condicional y la libertad vigilada y del índice de encarcelamiento de
los individuos afectado.
Es necesario considerar tres aspectos de los resultados que son pertinentes tanto para
el objetivo de la rehabilitación de la persona como para los objetivos de salud y seguridad
públicas de la sociedad:
• Eliminación o reducción del alcoholismo y del consumo de drogas ilícitas.
• Mejoramiento de la salud personal (física y psíquica) y de la función social de las
personas, lo cual no sólo es importante desde una perspectiva social sino también
guarda relación con la prevención de recaídas.
56
• Reducción de los riesgos para la salud y la seguridad públicas. Los riesgos que
puede plantear el abuso de drogas para la salud y la seguridad públicas se derivan
de comportamientos que dan lugar a la propagación de enfermedades infecciosas
y comportamientos relacionados con delitos contra la persona y la propiedad. La
comisión de delitos contra la persona y la propiedad con objeto de conseguir drogas
y el uso imprudente de automóviles o equipos bajo la influencia del alcohol son
ejemplos de riesgos graves para la seguridad pública.
“La disponibilidad generalizada de tratamiento y el fácil acceso a éste generan amplios
beneficios sociales. Cada dólar invertido en tratamiento genera una reducción de � a 7
dólares del costo de la delincuencia relacionada con las drogas, la justicia penal y los hurtos.
Cuando se añaden las economías en materias de atención de la salud, el total de economías
estimadas puede superar los costos en una proporción de 1� a 1”. Departamento de salud y
servicios humanos, centros de control profilácticos. Estados Unidos de América. Policy Issues
and Challenges in Substance Abuse Treatment, �00�.
En Estados Unidos se han realizado una serie de evaluaciones de reclusos, que
después de haber cumplido su condena, han vuelto a la cárcel por delitos relacionados con
drogas. Del 70 al �8% de las personas encarceladas por delitos relacionados con drogas que
no fueron sometidas a tratamiento recayeron durante el año siguiente a su excarcelación.
Más de la mitad de los reclusos farmacodependientes regresaron a la cárcel por delitos
relacionados con drogas durante el año siguiente a su excarcelación.
Aunque el encarcelamiento en sí mismo resulte eficaz para reducir el consumo de
alcohol y drogas, no es necesariamente una alternativa rentable en comparación con el
tratamiento, dado el costo que significa el construir una celda de seguridad y su posterior
mantención versus el costo de un programa de asistencia.
Costos del tratamiento del abuso de drogas en los Estados Unidos de América por persona por año. En US$
Tratamiento ambulatorio (cocaína)
Suministro de metadona (heroína)
Tratamiento residencial (cocaína)
Libertad vigilada
Encarcelamiento
Adicción no tratada
�.700
�.500
1�.500
16.6�0
��.600
��.�00
57
Consideraciones al momento de implementar un programa de intervención para internos/as con consumo problemático de drogas en los Establecimientos Penitenciarios Chilenos
Las consideraciones que creemos se deben tener en cuenta al momento de implementar
un programa de intervención en alcohol y drogas en establecimientos penitenciarios, son a lo
menos los siguientes:
Análisis de las condiciones de
infraestructura y equipamiento
necesarios para realizar la
intervención en un espacio que
cuente con condiciones dignas
de atención. Esto se traduce en
un espacio independiente de
otras áreas del establecimiento
penitenciario, donde
permanezcan los internos/as
durante todo el proceso de
tratamiento, aislados del resto
de la población penal.
Las instalaciones en
las que se desarrollan las
actividades del programa de
tratamiento deben satisfacer
las exigencias de higiene
y seguridad para todas las
personas insertas en el
programa y para el personal
que realiza la intervención.
Espacios donde los internos/as puedan
cumplir el programa de intervención
aislados del resto de la población penal,
a lo menos en las primeras etapas del
tratamiento. Esto es necesario debido que
al inicio del proceso se requiere que el
interno/a se adapte a una nueva estructura,
cuyo centro es el tratamiento, y que esta
conformado por un conjunto de normas
y códigos distintos a los presentes en la
subcultura carcelaria, los cuales le permiten
acomodarse y sobrevivir en el sistema
carcelario.
58
Desarrollar mecanismos y
estrategias que permitan detectar
y llegar a la población penal que
presenta el problema real de
consumo, es decir el consumidor
problemático, marginal al interior
del establecimiento penitenciario,
(sospecha diagnóstica, confirmación
diagnóstica e incorporación a grupos
motivacionales o pre-tratamiento).
Interrelación
y armonización de
la intervención con
drogodelincuentes, con
los demás programas que
se desarrollan dentro del
marco del tratamiento
penitenciario.
Equipos mixtos, especializados en
tratamiento de adicciones y formación
criminológica, que permita abordar
las dos variables de intervención
relevantes: drogas y delito. No
obstante, en algunos casos se
requieren conocimientos especiales que
se relacionan con las características
propias de determinados internos/as.
5�
Integración y socialización
del programa de intervención
con las distintas instancias y
personas que se desempeñan en
el interior de un establecimiento
penitenciario: profesionales,
técnicos, administrativos,
oficiales, gendarmes y vigilantes.
Compatibilizar y adaptar el programa de
intervención con la idiosincrasia, estilo, códigos internos,
y valores utilizados en la relación interpersonal con
los privados de libertad(1�). Esto reconociendo las
características particulares de cada establecimiento
penitenciario y los perfiles específicos que reúnen
determinada población de reclusos, por ejemplo mujeres,
extranjeros, portadores de VIH, homosexuales, etc.
Realizar una evaluación
diagnostica bio-psico-socio-
criminológica y de motivación
que oriente y determine
la especificidad de la
intervención.
(1�)Lic. J.C. Mancilla, “Adictos en Prisión”,
Programa Cambio, Córdova-Argentina.
60
Realizar un
programa de tratamiento
especializado individual,
ajustando la intervención
a la integralidad de
las distintas áreas que
contempla el enfoque
biopsicosocial.
Participar de los mecanismos
existentes en el sistema penitenciario
que constituyen refuerzos a la
conducta positiva de los internos, de
tal forma de canalizar por esos medios
el proceso de egreso-seguimiento
y disminuir la generación de falsas
expectativas o frustraciones.
El Centro de Tratamiento
debe estar abierto
a la comunidad, así
como también los
establecimientos
penitenciarios, es decir
potenciar la colaboración
intersectorial con el
fin de romper con la
marginalidad en que
se encuentran muchas
veces los reclusos, y que
constituyen un importante
apoyo cuando se produce
la excarcelación o la
reinserción social en el
medio externo.
61
Contar con dispositivos
y/o redes del medio libre que
constituyan un apoyo, orientación,
inclusión y contención al
momento que los internos inicien
la etapa de integración social.
Finalizar el proceso
de intervención
otorgando permisos
de salida a los
internos, de tal
forma que ellos
puedan poner en
práctica y enfrentar
los desafíos de la
vida cotidiana con
las herramientas
que se les han
entregado durante
el tratamiento.
6�
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68
CO-DEPENDENCIA Es el conjunto de conductas y actitudes de las personas que rodea (familia, pareja, grupo
de iguales, etc) al individuo que presenta una dependencia o abuso de droga. Estos generalmente
pueden mantener o perjudicar aún más su problema de dependencia incluso llegando a compartirlo.
FORMAS DE CONSUMO De acuerdo a las diversas relaciones que una persona puede establecer con las drogas,
se distinguen diversos tipos de consumo: experimentales, ocasionales, consumos habituales,
abusivos y dependencia o adicción.
PATRÓN DE CONSUMO Son los hábitos generales de la población respecto del consumo de drogas: cuáles son
las drogas de las que más se abusa, cómo se suelen consumir, en qué contextos se consumen,
cuál es la distribución geográfica de ese consumo, etc.
SOBREDOSIS Supone la administración de una droga en un breve espacio de tiempo, en una dosis que
supera toda capacidad de asimilación por parte del organismo, generando una intoxicación de
distintas severidades que pueden llegar incluso a la muerte.
INTOXICACIÓN Es un trastorno inducido por el consumo de drogas que cumple con los siguientes
criterios: a) presencia de un síndrome reversible específico de una sustancia debido a una
ingestión reciente; b) cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos clínicamente
significativos debido al efecto de la sustancia sobre el sistema nervioso central, estos cambios se
presentan durante el consumo o poco tiempo después de consumirla; c) los síntomas no se deben
a enfermedad médica y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental. Dentro
de la intoxicación hay distintas intensidades que van desde leve, moderada, severa y aguda. La
intoxicación aguda es aquella que aparece cuando un organismo recibe en un corto lapso de
tiempo una cantidad de droga que altera sus funciones psíquicas y su comportamiento. Si es
intensa, puede provocar reacciones graves y exigir una atención médica de urgencia.
DESINTOXICACIÓN Proceso por el que pasa una persona desde que deja de consumir la/s droga/s de la/s
que depende o abusa hasta que supera las manifestaciones propias del síndrome de abstinencia
inducidos por ella.
POTENCIAL ADICTIVO Es la capacidad de determinada sustancia para generar dependencia en la persona
consumidora. Esta se da no sólo por la naturaleza de la droga utilizada (tipo, dosis, frecuencia,
vía de administración) sino también por las propias características de la persona consumidora, sus
hábitos, la utilización simultánea de más de una droga, el contexto que le rodea, etc.
6�
SÍNDROME DE ABSTINENCIA Es aquel síndrome que debe cumplir con los siguientes criterios: a) es específico de una
sustancia debido al cese o reducción de su consumo prolongado y en grandes cantidades; b)
causa malestar clínicamente significativo (irritabilidad, sudoración, angustia, temblores, dolores
abdominales, insomnio, y otros dependiendo del tipo de droga) y/o un deterioro de la actividad
laboral y social o en otra áreas importantes de la actividad del individuo; c) los síntomas no
se deben a una enfermedad médica y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno
mental. Los síntomas se alivian al volver a consumir la sustancia en la dosis que se suspendió.
TOLERANCIA Proceso mediante el cual el organismo se va adaptando a la presencia regular
de la droga, por lo que para obtener el efecto deseado es necesario incrementar
progresivamente la dosis.
POLICONSUMO Consumo combinado de distintas drogas durante un mismo período de tiempo. Esta
pauta de consumo multiplica los riesgos asociados al consumo de diversas sustancias.
REHABILITACIÓN/TRATAMIENTO Proceso que busca la superación de los problemas de abuso y/o dependencia de las
drogas. Incluye el desarrollo de acciones de carácter sanitario, psicológico, social, ocupacional
y educativo, tanto a nivel individual como grupal. Los procesos de rehabilitación de las
dependencias se realizan a través de una variada gama de opciones terapéuticas y de recursos
asistenciales y sociales.
INTEGRACIÓN SOCIAL Proceso en el cual se busca promover una situación de estabilidad emocional, personal
y de relaciones, que permita al individuo una participación activa y adecuada en su contexto
social tras haber superado su problema de drogadicción.
REFERENCIA EFICAZ Acciones que se implementan para que la persona y/o familiar con consumo
problemático de drogas (abuso o dependencia) se vincule efectivamente con un plan o
programa de tratamiento para tratar su situación de consumo y sus consecuencias. Se utilizan
instrumentos, herramientas, actitudes y conductas que logren el resultado esperado.
COMPROMISO BIOPSICOSOCIAL Se refiere a la cantidad y severidad de los problemas asociados al consumo de drogas.
La severidad del compromiso está directamente relacionado con el nivel de disfuncionalidad
que su forma de consumo produce en algunas áreas de la vida de la persona. Cuando la
persona “deja de funcionar” en lo biológico, lo psicológico y lo social, se habla que presente un
compromiso biopsicosocial desde leve, moderado a severo.
7�
Tras esta clasificación de las drogas, que aporta una mirada general respecto
de sus efectos en el ser humano, se requiere profundizar en las propiedades o
características particulares de algunas drogas lícitas o ilícitas, que ayudarán en la mejor
comprensión del fenómeno.
Drogas más consumidas nuestro país
AlcoholEl alcohol es un depresor que reduce la actividad del sistema nervioso central
(SNC). Su elemento químico activo es el alcohol etílico o etanol. El alcohol es un elemento
embriagante de las bebidas alcohólicas. La cerveza contiene entre un �% y 7% de alcohol;
el vino entre un �% y un �1%; y los licores como (como el ron, el whisky o el pisco) entre
un �5% y un 50%.
El consumo de alcohol puede generar dependencia. Cuando se consume habitualmente,
produce el síndrome de abstinencia. El delirium tremens es una forma intensa y severa del
síndrome de abstinencia, causada por la suspensión brusca del consumo en las personas que
consumen grandes cantidades. Algunos síntomas son: temblores, sudor, náuseas, insomnio,
convulsiones, ideas delirantes y alucinaciones.
Las bebidas alcohólicas más consumidas en Chile son el vino, la cerveza, el pisco y
la chicha. Influirán en las características de la embriaguez: la tolerancia, el tipo de alcohol y
la cantidad de bebida ingerida, el consumo o no de alimentos, circunstancias ambientales,
personalidad y el consumo en paralelo de algún medicamento entre otros factores.
El proceso de metabolización del alcohol está dividido en 4 etapas:La absorción del alcohol está caracterizada por ser un proceso rápido, a través
de la mucosa del estómago y del intestino delgado. La velocidad de absorción depende
principalmente de la cantidad de alimentos que se encuentra en el estómago al momento del
consumo de alcohol.
La distribución del alcohol por el organismo es a través del torrente sanguíneo,
actuando como depresor del SNC.
La metabolización del alcohol se hace en el hígado, el que lo transforma gracias a la
acción de enzimas en compuestos menos activos e inactivos. Se estima que el hígado de un
adulto hombre, sano, de 70 kilos de peso, puede metabolizar aproximadamente 15 ml de
alcohol absoluto por hora.
La eliminación se efectúa a través de la orina, transpiración y respiración. Existen
métodos bastante eficaces de detección del nivel de alcohol en la sangre, como la
alcoholemia.
7�
Efectos del alcohol en el organismo:Sistema Cardiovascular: puede producir alteraciones en el ritmo cardíaco, hipertensión
arterial, elevación de la presión sanguínea. La intoxicación de la sangre con alcohol puede
producir anemia y dificultades para la coagulación sanguínea. Su uso frecuente y prolongado
puede producir enfermedades en las arterias coronarias e insuficiencia cardíaca, llegando a
producir cardiopatía alcohólica.
Sistema Nervioso Central: Puede producir pérdida de la memoria a corto plazo,
baja concentración, pérdida de las funciones de control y coordinación motora. Su
uso frecuente y prolongado puede producir deterioro psico-orgánico, depresión y
trastornos de la conciencia como alucinaciones y psicosis.
Sistema Respiratorio: Un consumo frecuente y prolongado puede facilitar
infecciones respiratorias, neumonías y tuberculosis.
Sistema Digestivo: El consumo puede producir inflamación de esófago, gastritis. Su
uso prolongado y frecuente lleva a una deficiencia de minerales (hierro, calcio, etc.);
deficiencias de vitaminas (A,B,D, etc.), alteración del nivel de azúcar en la sangre,
aumento del colesterol, inapetencia y desnutrición.
Páncreas: Puede producir inflamación.
Hígado: Puede producir disfunción, hepatitis alcohólica, pudiendo llegar a la cirrosis
(paulatina insuficiencia hepática y fibrosis).
Sistema Reproductor: Podría provocar impotencia masculina.
Músculos: Su uso crónico podría producir aflojamiento y pérdida de la tonicidad muscular.
Alteraciones psicológicas: Puede provocar o facilitar a que se presente:
Insomnio, angustia, amnesia, alucinaciones, Delirium Tremens, abuso de
otras drogas, depresión, intentos de suicidio, disminución de la autoestima,
demencia. El consumo prolongado y crónico de alcohol puede producir una
serie de alteraciones cerebrales asociadas a las emociones y el razonamiento,
provocando un estado depresivo, alteración del juicio de realidad, acompañado
de psicosis y delirio.
Alteraciones sociales: El abuso de alcohol o dependencia puede producir una serie
de conflictos con las personas cercanas, como por ejemplo violencia intrafamiliar
con la pareja o hijos; problemas laborales que se expresan en ausentismo laboral,
accidentes de trabajo, cesantía; conflictos con la ley, accidentes y violencia
callejera; problemas económicos, etc.
7�
Efectos del alcohol en el fetoEl consumir alcohol durante el embarazo, especialmente durante los primeros tres
meses, pone en alto riesgo el desarrollo fetal. El alcohol pasa directamente del torrente
sanguíneo de la madre al feto, a través de la placenta. Las mujeres embarazadas que beben
tres o más veces al día pueden causar daños permanentes al feto, tales como: bajo peso al
nacer, crecimiento insuficiente de la cabeza y el cerebro, desarrollo incompleto del corazón,
fisura del paladar, retraso mental, crecimiento lento y defectos cardíacos y genitales.
Asimismo, investigaciones recientes muestran una predisposición de los hijos de padres
alcohólicos a desarrollar problemas con el alcohol en el futuro.
TabacoEl tabaco es una planta de la familia de las solanáceas, originaria de América. El que
se usa comercialmente proviene casi en su totalidad de la especie Nicotiana Tabacum, cuyo
cultivo está extendido por todo el mundo.
La forma más extendida de consumo de tabaco es el cigarrillo, en cuyo humo
se han identificado más de �.000 componentes tóxicos. Entre los más importantes
destacan los siguientes:
nicotina: sustancia estimulante del sistema nervioso central, responsable de los efectos
psicoactivos y de la intensa dependencia física que el tabaco provoca.
alquitranes: sustancias probadamente cancerígenas que son inhaladas por el fumador y
quienes respiran el humo tóxico que éste devuelve al ambiente.
irritantes: tóxicos responsables de la irritación del sistema respiratorio (faringitis, tos,
mucosidad, etc.), ocasionada por el consumo de tabaco.
monóxido de carbono: irritante que se adhiere a la hemoglobina, dificultando la
distribución de oxígeno a través de la sangre.
Los efectos del cigarrillo sobre el organismo son:
Sistema Cardiovascular: El consumo puede contraer venas y arterias haciendo que el
corazón trabaje más y puede provocar arritmia.
Sistema Nervioso Central: Puede disminuir la capacidad de concentración.
Sistema Respiratorio: El anhídrido carbónico entra a los pulmones, dificultando
la oxigenación normal, dificultando muchas veces la actividad física. Su consumo
frecuente puede producir bronquitis, enfisema y cáncer al pulmón en forma progresiva.
75
Nariz: El uso frecuente disminuye el olfato.
Boca: El uso frecuente daña la piel que cubre los labios, la lengua y garganta, alterando
el sentido del gusto. También puede provocar infecciones bucales y aumenta la
probabilidad de cáncer en esta zona.
Ojos: Produce irritación.
Entre los riesgos psicológicos del consumo de esta sustancia, se encuentra la
dependencia psicológica, así como reacciones de ansiedad y depresión relacionadas con la
dificultad para dejar el tabaco. El consumo de tabaco provoca una dependencia tanto física
como psicológica difícil de superar. El síndrome de abstinencia que aparece cuando se deja
de consumir esta droga, (a pocas horas de terminar el último cigarrillo) está caracterizado
por insomnio, dolor de cabeza, fatiga, aumento del apetito, dificultad de concentración, entre
otros síntomas, etc.
MarihuanaSe extrae de la planta llamada Cannabis Sativa, que contiene más de �00 químicos,
entre los cuales se encuentra un compuesto alucinógeno llamado tetrahidrocannabidol
(THC). Actualmente el THC contenido en la marihuana que se comercia, que es de producción
industrial y no artesanal, es mucho más poderoso y concentrado que en las décadas
anteriores. A eso se suma que en la actualidad, la mayor parte de la marihuana que venden
los traficantes viene con aditivos químicos solventes como kerosene y benzeno, para lograr
prensarla, lo que produce daños anexos y más graves en el cerebro (este es el caso de la
marihuana prensada o paraguaya). La marihuana actúa como depresor y desorganizador
(alucinógeno) del Sistema Nervioso Central.
Dado que el THC no es soluble en agua, las únicas formas de consumo de la
marihuana son la ingestión o la inhalación. Normalmente se fuma en cigarrillos hechos a mano
o mezclada con tabaco. Los principales efectos son de rápida aparición y varían según el
estado de ánimo de individuo, las dosis, el tipo de Cannabis, etc.
Inicialmente en dosis bajas puede producir sensaciones placenteras de calma y
bienestar, aumento del apetito, locuacidad e hilaridad, taquicardia, enrojecimiento de los ojos,
dificultades en los procesos mentales complejos, como pérdida de la memoria a corto plazo,
de la capacidad de concentración y reacción motora, alteración de la percepción del tiempo,
del tacto, olfato y gusto. Esto prosigue en una segunda fase caracterizada por la depresión y
somnolencia.
En dosis altas, el consumo de marihuana puede provocar confusión, letargo, estados
de pánico, percepción alterada de la realidad. El consumo frecuente de marihuana puede
producir alteraciones en la memoria a corto plazo, la capacidad de razonamiento, atención
76
y aprendizaje, y provocando un adormecimiento de los sentidos y la capacidad de reacción.
Llega a producir lo que se llama el “Síndrome amotivacional”, caracterizado por una falta de
interés y motivación en los proyectos y relaciones personales.
Existen evidencias que el uso crónico de la marihuana puede altera la producción de
espermatozoides en el hombre, producto de la baja en la testosterona. En las mujeres puede
producir alteración en el ciclo menstrual, afectando así la fertilidad de ambos sexos.
Sin embargo, el riesgo más importante que presenta esta sustancia es su clasificación
como droga de inicio entre los niños y jóvenes que comienzan su consumo de drogas. Es
decir, muchos de los consumidores de Cannabis Sativa parten con la marihuana para después
experimentar con otras drogas o sustancias con un poder más adictivo y más perjudiciales
para la salud. Si bien no todo usuario experimentará necesariamente con otras sustancias
más peligrosas, sí existe un riesgo derivado de ingresar en el circuito de consumos ilícitos.
Casi el 100 % de los consumidores de otras drogas ilegales iniciaron su consumo primero con
alcohol, tabaco y marihuana.
Los Efectos sobre el organismo son:
Sistema Nervioso Central: Estado inicial de excitación y euforia, luego produce
relajación (sueño, laxitud). En dosis altas: se puede afectar la memoria a corto plazo.
Provoca alteraciones en la percepción, alteración del juicio, la coordinación motora,
razonamiento y pensamiento lógico, alucinaciones (especialmente en lo que se refiere
a tiempo y espacio), ansiedad, sentimientos persecutorios. Puede provocar trastornos
mentales.
Su consumo crónico deriva en dependencia y en el “síndrome amotivacional”
(depresión, desinterés generalizado).
Sistema Reproductor: Su uso crónico puede provocar alteración de las hormonas
sexuales: disminuye la cantidad de espermatozoides en el hombre y altera el ciclo
menstrual en la mujer.
Sistema Respiratorio: Produce la aceleración del ritmo respiratorio. Al ser fumada,
provoca los mismos efectos que el cigarrillo sobre los pulmones, es decir, irritación, y
mayor probabilidad de infecciones respiratorias (neumonía, bronquitis crónica, etc.) El
fumador la inhala y retiene en sus pulmones el humo el mayor tiempo posible. Esto
inflama los pulmones y produce efectos dañinos en otros órganos, como la garganta.
Sistema Cardiovascular: Aumenta el ritmo cardíaco.
Algunos de los efectos psicológicos (además de los efectos en el Sistema Nervioso
Central) que puede producir son: desinhibición de la conducta, dificultad para expresarse
77
con claridad, episodios de pánico. Además, se distorsiona la capacidad para percibir con
claridad los peligros potenciales, como por ejemplo, cruzar la calle con autos en contra. La
dependencia psicológica de la marihuana puede presentar dificultad para disfrutar de la
vida y hacer frente a sus exigencias, a menos que se esté bajo los efectos de las drogas.
La persona empieza a creer que si no consume, no puede rendir ni funcionar en sus
actividades cotidianas.
La marihuana es una droga ilegal y su consumo está sancionado. Si la persona es
sorprendida consumiendo marihuana en un espacio público, o si se ha reunido especialmente
con un grupo para consumirla, corre el peligro de ser detenido. También es falta portarla.
Además, está penalizada su elaboración y comercialización como delito.
Clorhidrato de CocaínaLa cocaína es un alcaloide extraído de la hoja de un arbusto llamado coca, oriundo de
la región de los Andes, en América del Sur. El consumo de hojas de coca ha existido desde
hace miles de años en grupos indígenas, con fines rituales o como complemento alimenticio.
Su consumo tradicional consiste en mascar la hoja de coca para provocar su acción sobre el
organismo. Las cantidades absorbidas de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se
registran consecuencias adversas.
El procesamiento químico de las hojas de coca, da lugar a distintos derivados:
El clorhidrato de cocaína, conocida popularmente como cocaína.
El sulfato de cocaína, conocida como pasta base.
La cocaína base, conocida como crack.
La cocaína es una droga estimulante consumida generalmente por inhalación. Su
fácil absorción hace que llegue rápidamente al cerebro, provocando efectos a los pocos
minutos. Su consumo provoca una sensación de energía, vigor, alerta y rendimiento físico,
pérdida de apetito, aceleración del corazón y aumento de la presión sanguínea, sin embargo
esta sensación de potencia va acompañada de nerviosismo, aumento de la ansiedad,
palpitaciones y aumento de la presión arterial, donde las irregularidades del funcionamiento
cardíaco pueden causar un infarto. Produce tolerancia, es decir, la persona requiere de dosis
cada vez más altas para provocar los efectos deseados y síndrome de abstinencia, es decir,
la persona experimenta una serie de alteraciones físicas y sicológicas al dejar de consumir
en forma abrupta (fatiga, depresión, ansiedad, alteraciones del apetito, irritabilidad, deseo
incontrolable de consumir) Por todo esto se ha llegado a la conclusión de que la cocaína es
adictiva. Se consume habitualmente por vía nasal; unos pocos consumidores se la inyectan,
ya sea sola o mezclada con otras drogas.
Los efectos inmediatos de dosis moderadas de cocaína son principalmente los siguientes:
Ausencia de fatiga, hambre y sueño.
Exaltación del estado de ánimo.
78
Mayor seguridad en sí mismo.
Disminuyen las inhibiciones y el individuo suele percibirse a sí mismo más capaz y
competente.
Aumento de la temperatura corporal y la sudoración.
Sensación general de euforia y bienestar.
Anestésico local.
Los efectos de altas dosis son:
Ansiedad intensa y agresividad.
Alucinaciones.
Temblores y movimientos convulsivos.
Paranoia.
Los efectos de la cocaína en el organismo son:
Sistema Cardiovascular: Aumento del ritmo cardíaco y presión sanguínea. En dosis
altas puede producir arritmias e infarto.
Sistema Nervioso Central: Euforia, estado de ánimo expansivo. Alteraciones en
el sueño y apetito. Impulsividad, ansiedad y agresividad. Su uso crónico puede
producir alucinaciones, paranoia, ansiedad, psicosis (alteración del juicio),
insomnio, violencia, conducta errática.
Mucosa Nasal: Perforación del tabique nasal (por infarto de la mucosa nasal).
Hígado: Se puede contagiar la hepatitis (B y/o C) por intercambio de jeringas
usadas en los consumidores de cocaína por vía inyectable (en Chile es todavía es
poco frecuente).
Sistema Respiratorio: Puede facilitar infecciones respiratorias (como sinusitis y
otras, y puede aumentar la irritación de las vías respiratorias).
Efectos psicológicos: El consumo de cocaína puede provocar importantes trastornos
psíquicos, tales como crisis de ansiedad, insomnio, desazón, irritabilidad; desinterés por
su familia, trabajo y relaciones en general; ruptura de conductas éticas habituales; psicosis
(ideas persecutorias, alucinaciones visuales y auditivas, reacciones agresivas) y depresión. La
dependencia psíquica a esta droga es una de las más intensas.
Debido a las características toxicológicas de la cocaína, se pueden producir muertes
por sobredosis. Durante el embarazo el consumo de esta droga afecta seriamente al
desarrollo fetal.
7�
Pasta base de cocaína (Sulfato de cocaína)
La pasta base de cocaína es extraída de las hojas de coca a través de un proceso de
maceración y mezcla con solventes tales como la parafina, bencina, éter, ácido sulfúrico, etc.
Tiene apariencia de polvo blancuzco o amarillento, dependiendo de la sustancia con que ha
sido mezclada.
El sulfato de cocaína o pasta base se puede fumar y el calor no desnaturaliza o
inactiva el alcaloide. Esto si ocurre con el clorhidrato de cocaína si se expone al calor
intenso. La pasta base se fuma mezclada con tabaco (se conoce como “mono”) o marihuana
(llamado “marciano”), o directamente en pipas o antenas de TV. Contiene importantes
residuos altamente tóxicos como ácido sulfúrico, kerosene, plomo, metanol, entre otros, lo
que la hace altamente perjudicial.
El hecho de que la Pasta Base contenga el alcaloide más los solventes, y sea altamente
adictiva, la hace mucho más peligrosa para el organismo que otras drogas. Es una droga que
produce fuerte adicción, porque la sensación inicial de excitación y bienestar dura muy poco y
es seguida rápidamente por angustia. Esta angustia es lo que empuja a seguir consumiéndola,
por eso popularmente el período tras la sensación inicial se conoce con el nombre de
“angustia”, y los que la consumen se denominan “angustiados”.
Dado el carácter extremadamente adictivo de la cocaína y las particularidades químicas
de la pasta base, un consumidor de fin de semana puede fácilmente pasar a ser una persona
adicta. Se calcula que el tiempo promedio para que una persona que aspira cocaína se
convierta en adicta es de dos años, mientras que el tiempo promedio para los consumidores
de pasta base es de tres meses.
Los efectos de la Pasta Base dependen de muchas variables como el tipo de
preparación, la dosis, la frecuencia del consumo, las impurezas, etc. Sin embargo, cuando se
fuma tiene un efecto muy rápido, intenso y de corta duración. Las vías más rápidas de llegar
al sistema nervioso central y cerebro es por vía inyectada y fumada.
Los efectos de la Pasta Base en el organismo son:
Sistema Cardiovascular: Produce taquicardia, hipertensión arterial.
Sistema Nervioso Central: Provoca euforia y rigidez muscular inicial. Luego disforia,
depresión, inseguridad y ansiedad. En dosis altas se ha observado una falta de
coordinación, alucinaciones y psicosis. Las conductas generadas bajo su efecto son
agresivas y antisociales. Su uso crónico lleva a un déficit en la memoria, alteración del
juicio, paranoia, dependencia, desgano, agotamiento, deterioro psicológico y orgánico,
desinterés laboral y académico. También provoca una fuerte inhibición del apetito.
Físicamente, los consumidores de Pasta Base suelen perder peso en forma rápida, presentar palidez y taquicardia y otros efectos físicos tales como vómitos, temblores, agitación y mareos.
80
Efectos Psicológicos: Sus efectos suelen dividirse en � etapas: la primera es
de euforia, observándose una disminución de las inhibiciones, sensación de placer e
intensificación del estado de ánimo. En algunas personas puede provocar cambios en los
niveles de atención, hipervigilancia, hiperexitabilidad, impresión de ser competente y capaz,
aceleración de los procesos del pensamiento. En la siguiente etapa, llamada de disforia
o angustia, el sujeto bruscamente empieza a sentirse angustiado, deprimido e inseguro.
Se produce un deseo incontenible de consumir buscando los efectos de la primera etapa.
Se produce tristeza, apatía e indiferencia sexual. En la tercera etapa, el sujeto empieza
a consumir ininterrumpidamente para evitar los efectos de la segunda etapa angustiosa.
Finalmente se cae en la etapa de psicosis o pérdida del contacto con la realidad. Las
alucinaciones pueden ser visuales, táctiles, auditivas u olfatorias. Las psicosis se presentan
con agitación motora, ideas paranoides (sensación de persecución) y agresividad. Los
episodios de psicosis pueden durar semanas o meses.
Efectos sociales: La pasta base es una droga sumamente adictiva, y producto de las
alteraciones y efectos psicológicos inmediatos al consumo, las relaciones interpersonales
se ven sumamente alteradas. Los altos niveles de angustia en los que se sume la
persona producto del consumo compulsivo, lo llevan a realizar acciones desesperadas
para conseguir la droga, involucrándose en problemas de orden familiar, social, laboral y
judicial.
Otras drogas consumidas en Chile
Inhalantes
Bajo este nombre se agrupa a una serie de sustancias químicas que tienen en común el
ser solventes volátiles que se inhalan (barnices, acetona, tolueno, lacas, esmaltes, etc).
Los vapores inhalados llegan rápidamente al torrente sanguíneo, como si fuesen
inyectados. Los efectos de estas sustancias son náuseas, estornudos, tos, hemorragias
nasales, sensación y aspecto de cansancio, mal aliento, falta de coordinación y perdida de
apetito.
A nivel del corazón puede producir insuficiencia cardiaca por daño directo de
las células músculo cardíaco, pudiendo producir la muerte por paro cardíaco. A nivel
pulmonar, se reduce el ritmo respiratorio, y la cantidad de oxígeno en el cuerpo, y se
facilitan las infecciones de la vía respiratoria (faringitis, bronquitis, y otras). La menor
cantidad de energía y la mayor cantidad de sustancias químicas (normalmente en bajas
concentraciones en el cuerpo de un no consumidor), provoca una más rápida fatiga
muscular. Existen evidencias que los inhalantes podrían dañar la médula de los huesos,
disminuir la cantidad y movilidad de los espermios en los hombres y alterar el ciclo
menstrual en las mujeres.
81
Efectos en el organismo
Los inhalantes pasan rápidamente a la sangre y se adhieren a los tejidos grasos del
cerebro, sintiéndose casi de inmediato sus efectos. La intoxicación producida tiende a ser de
breve duración, pero puede prolongarse por varias horas si el producto se consume repetidas
veces. Aunque son diferentes en su constitución, casi todos los inhalantes que son objeto de
abuso producen efectos análogos a los anestésicos y el retardo de las funciones corporales.
En dosis bajas, las personas pueden sentirse ligeramente estimuladas. A medida que
se aumenta la cantidad se produce desinhibición, con perdida de control, y llegando incluso
a perder la conciencia cuando las dosis son muy elevadas. Entre los efectos iniciales pueden
citarse los de náuseas, tos, estornudos, sangramiento de la nariz, sentimiento y aspecto de
cansancio, mal aliento, falta de coordinación y pérdida de apetito. Además los disolventes
y aerosoles reducen el ritmo cardíaco y pulmonar y afectan la capacidad de juicio de la
persona.
A corto plazo Se observan efectos más graves al respirar profundamente estos vapores, o utilizar una
gran cantidad en un breve espacio de tiempo. En estos casos puede producirse la pérdida de
contacto con el ambiente que rodea a la persona, una pérdida de control, comportamiento
violento, pérdida del conocimiento e incluso la muerte. Esta última se puede producir por
depresión del sistema nervioso y parálisis de la respiración, por insuficiencia cardiaca aguda o
por aspiración de vómitos.
Peligros a largo plazo Pérdida de peso.
Fatiga.
Desequilibrio electrolítico (sales).
Fatiga muscular.
Daño permanente al sistema nervioso con la consiguiente reducción de las
capacidades físicas, mentales.
Daños al hígado, riñones y a la médula ósea.
Disminución de la producción de espermios en los hombres, y alteración del ciclo
menstrual en las mujeres.
Daño a las células del músculo cardíaco provocando eventual insuficiencia y paro
cardíaco.
Barbitúricos
Son medicamentos que disminuyen la actividad funcional. Son recetados por los
médicos como sedantes, para inducir el sueño, o como tranquilizantes, en dosis pequeñas
para calmar al paciente (pre-anestésicos).
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Generalmente, las personas se autorecetan ante el menor insomnio o situación de
ansiedad, sin tomar en cuenta los riesgos físicos y psicológicos que conlleva el consumo
de estas sustancias sin el debido control médico.
Los efectos de estas sustancias a corto plazo son la disminución de la ansiedad y
de la agitación, de las respuestas emocionales y del dolor, el nivel de atención baja, se
produce relajación muscular y se facilita el dormir (que no es lo mismo que descansar).
Con dosis elevadas disminuye la presión arterial y se presentan vértigos y desmayos,
puede haber depresión respiratoria.
El consumo de barbitúricos en dosis elevadas produce efectos como euforia
inicial, incapacidad de coordinar las ideas y de articular el lenguaje, y pérdida del
equilibrio. Con dosis mayores hay pérdida de conciencia y posteriormente la muerte, que
es provocada por paro respiratorio.
Anfetaminas
Las anfetaminas son estimulantes ampliamente conocidos y su consumo es
muy frecuente. Incrementan la actividad física y psicológica, el estado de alerta y la
excitación. Sus efectos ocultan la fatiga y las personas que la consumen indebidamente
exceden los límites de su resistencia f ísica sin darse cuenta.
Las anfetaminas, la dextroanfetamina y la metanfetamina, fueron utilizadas
como medicamentos en el tratamiento de enfermedades como la narcolepsia
(raro desorden que causa una tendencia incontrolable al sueño), la depresión, la
obesidad (por ser un potente inhibidor del apetito) y la hiperactividad de la niñez.
El reconocimiento por parte de los médicos de los efectos dañinos y el limitado
valor terapéutico de estas drogas, ha llevado a una marcada reducción de su uso.
Actualmente en Chile sólo se autoriza para el tratamiento del déf icit atencional con
hiperkinesia en los niños.
El consumo de anfetaminas produce una sensación temporal de exaltación de
ánimo, hiperactividad, pérdida de apetito, insomnio, vigor intenso y locuacidad. Los
síntomas físicos que produce esta droga son dilatación de las pupilas, sudor excesivo,
temblores, mareos, sequedad en la boca y labios, entre otros.
Los efectos a nivel del comportamiento son aceleración, irritabilidad, ansiedad,
agresividad, pánico y alucinaciones. Sin embargo, cuando los efectos desaparecen, sigue
un periodo de depresión (efecto de rebote).
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Drogas de Síntesis - Éxtasis
Son sustancias producidas por una síntesis química (es una droga artificial y no
natural) en laboratorios clandestinos. Generalmente se trata de derivados anfetamínicos,
a los que muchas veces se añade un componente de efectos alucinógenos. Estas drogas
se comercializan en forma de pastillas o comprimidos y sobre su superficie se graban
diversos dibujos o iniciales que sirven como elementos de identificación.
Existen varias sustancias que entran en la denominación de “drogas de síntesis”, sin
embargo nos referimos a la más conocida y consumida de ellas: el metilendioximetanfetamina
(MDMA) o comúnmente llamada “Extasis”. El consumo de esta droga tiene como efecto una
experiencia mixta de estimulación de la percepción, euforia, empatía social y muchas veces un
efecto alucinógeno visual similar al efecto de la mezcalina.
Los análisis farmacológicos de las sustancias decomisadas por la policía en Europa
han demostrado que muchas de ellas son objeto de una importante adulteración, lo que las
hace más peligrosas, pues son mezcladas con otros productos, constituyendo lo que algunos
han denominado «basura química». Su aspecto es el de comprimidos, tabletas o cápsulas de
diversas formas y colores, ilustrados con dibujos y logotipos variados.
Entre sus principales efectos psicológicos podemos nombrar a la sociabilidad, empatía,
euforia, sensación de omnipotencia, desinhibición, locuacidad, inquietud, confusión y agobio.
Los efectos fisiológicos del éxtasis son: taquicardia, arritmia e hipertensión; sequedad
de boca, sudoración, contracción de la mandíbula, temblores, deshidratación y aumento de la
temperatura corporal (hipertermia).
Mientras no existían investigaciones sobre las consecuencias del uso del éxtasis en el
organismo, se trató de presentar esta droga como inofensiva e inocua. Sin embargo, los daños
producidos en algunos consumidores revelan graves riesgos para la salud y específicamente
sobre el sistema nervioso central, tales como crisis de ansiedad, trastornos depresivos y
alteraciones psicóticas.
Cabe señalar que el consumo de éxtasis en los ambientes congestionados en los
que a menudo tiene lugar y bajo las condiciones de baile intenso a las que se asocia,
conlleva una serie de riesgos que pueden ocasionar: aumento severo de la temperatura
corporal (hipertermia severa), arritmia, convulsiones, radomiólisis (acumulación de proteínas
musculares en la sangre), insuficiencia renal, coagulopatía, hemorragias, trombosis, infartos
cerebrales e insuficiencia hepática, y deshidratación.
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1.- Precontemplación: En esta etapa la persona no se da cuenta de que existe un problema pues, realmente
no ha hecho conciencia de ello. Por esta razón el adicto no estará motivado a buscar ayuda
pues ni siquiera acepta que hay problemas. Lo que ocurrirá es que la adicción seguirá
evolucionando y se acumularán las consecuencias negativas.
Orientaciones para la acción:
La persona necesita información y feedback a fin de que pueda aumentar su conciencia
del problema y la posibilidad de cambiar.
La escucha activa es fundamental.
Aumento de la duda.
Aumento de la percepción de los riesgos y problemas de su conducta actual.
Cambiar los mitos y creencias en torno así mismo y a la droga.
Los consejos muy eventualmente le pueden ayudar.
2.- Contemplación: En esta etapa ya las evidencias del daño se hacen obvias para el adicto, desarrollando
una conciencia del problema que va de menor a mayor. La persona en contemplación,
comienza a invertir energía psicológica en pensar acerca del cambio, pero esto no se traduce
en acciones concretas.
Orientaciones para la acción:
La persona toma conciencia del problema, pero es ambivalente: considera y
rechaza el cambio a la vez.
Es necesario ayudarle a inclinar la balanza hacia las razones para cambiar y los
riesgos de no cambiar.
Aumentar la autoeficacia para el cambio de la conducta actual.
Buscar excepciones de experiencias placenteras sin consumo.
3.- Preparación: En esta etapa las personas se motivan a buscar ayuda porque saben que deben hacer
algo para resolver el problema. La persona acude a consulta, pide consejo y planifica. Aún así,
no se ha llegado al punto donde se está dispuesto a invertir mucha energía en los cambios,
por lo tanto el problema sigue evolucionando.
Orientaciones para la acción:
Frente a la afirmación: ¡Tengo que hacer algo con este problema¡, ayudar a
encontrar soluciones, convirtiendo el problema en una posibilidad para el
bienestar.
Frente a las preguntas: ¿Qué es lo que puedo hacer? ¿Cómo puedo cambiar?,
reflejar que ya esta cambiando, que el cambio es lento y paulatino que cada dia
es un avance hacia el logro de su proyectos.
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La persona da pasos hacia el cambio evidentes y necesarios.
Ayudar a la persona a determinar el mejor curso de acción que hay que seguir
para conseguir el cambio.
Aconsejarle el recurso terapéutico más adecuado, accesible, apropiado y efectivo.
La Influencia social positiva es fundamental.
Apoyo de la familia, el grupo de pares, la empresa.
4.- Acción: En esta etapa ya se ha pasado el punto de tolerancia, por lo que el adicto está listo
para hacer los cambios necesarios. Una vez llegado a este punto la persona sabe que no
quiere seguir viviendo en su actual situación y estará dispuesto a invertir energía en los
cambios. Sin embargo si no se canaliza adecuadamente puede no avanzarse en la dirección
correcta.
Orientaciones para la acción:
Ayudar a la persona a dar los pasos al cambio y a mantenerse en ellos con
firmeza.
Orientación efectiva o inicio de la terapia.
Producir el cambio para resolver el problema, encontrando soluciones eficaces.
Valorar la capacidad que tienen las personas para cambiar.
Disminución del consumo y cambio de hábitos.
5.- Mantenimiento: Una vez realizados los cambios hay que mantenerlos lo suficiente para que se hagan
permanentes. Es muy usual que las personas en recuperación, se descuiden en esta fase
porque a veces, no hay adecuada conciencia de la tendencia a la recaída, que posee la
adicción. Si la persona invierte tiempo en mantener los cambios logrados todo irá bien, pero
si se descuida o aminora la marcha, puede presentarse una recaída.
Orientaciones para la acción:
Mantenerse en abstinencia.
Ayudar a la persona a identificar y utilizar las estrategias aprendidas para evitar la
recaída.
Ayudar a la persona aprender otras habilidades y estrategias diferentes a las
iniciales, que le permiten mantener el cambio.
Ayuda al fortalecimiento de redes formales e informales de apoyo.
6.- Recaídas: La adicción tiene una tendencia natural a la recaída debido a la gran cantidad de
elementos aprendidos y estructurales, que están activos a pesar de que se hayan hechos
nuevos hábitos de comportamiento. A esto se suma el hecho de que los cambios por realizar,
pueden ser abrumadores. Si el adicto toma conciencia de estos hechos, y se hace responsable
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de mantener su recuperación en marcha, no habrá recaídas. Las recaídas son parte de un ciclo
de aprendizaje hacia el mejoramiento de la recuperación. En esto la adicción se comporta
como otras enfermedades crónicas.
Entrenamiento exhaustivo en prevención de recaída.
7.- Terminación: Una vez que los cambios son mantenidos a lo largo del tiempo, los disparadores y
conductas de búsqueda, así como los deseos de uso, dejan de poseer la fuerza que hubieran
tenido sobre el adicto; se hacen menos intensos progresivamente, hasta que cesan. Aún así la
tendencia a la recaída se mantiene, por lo que la recuperación en el adicto, es un proceso que
dura de por vida.
Este modelo transteórico del cambio hace notar que la motivación no es una cualidad
estática, sino más bien un recurso psicológico dinámico, que puede incrementarse a medida
que la persona toma conciencia de su problema.
PRINCIPIOS PARA LA MOTIVACIÓN
Expresar empatíaLa aceptación facilita el cambio.
Una escucha reflexiva adecuada es fundamental.
La ambivalencia es normal.
Crear la discrepanciaTomar conciencia de las consecuencias es importante.
Usar discrepancia entre la conducta actual y los objetivos más importantes que se
quieren conseguir, motivará el cambio.
La persona debe presentar sus propias razones para cambiar.
Evitar la discusiónLas discusiones son contraproducentes.
Defender un argumento provoca defensividad.
La resistencia es una señal que indica que se deben cambiar las estrategias que se han
estado utilizando.
No es necesario usar etiquetas.
Darle un giro a la resistencia Se debe aprovechar el momento actual con el fin de obtener el mayor
beneficio posible.
Las percepciones se pueden cambiar.
Los nuevos puntos de vista se sugieren, no se imponen.
La persona es una fuente valiosa a la hora de encontrar soluciones a los problemas.
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Fomentar la autoeficacia La creencia en la posibilidad de cambiar es un factor motivacional importante.
La persona es responsable de escoger y llevar a cabo un cambio personal.
Existe un cierto grado de esperanza en la amplia variedad de diferentes
tratamientos de los que se dispone.
Estrategias Motivacionales Efectivas
Ofreciendo ayuda: identificar el problema, explicar por qué el cambio es
importante, recomendar un cambio específico.
Eliminando obstáculos: resolver los problemas prácticos.
Ofreciendo alternativas: la posibilidad de elegir entre distintas alternativas,
disminuye la resistencia y el abandono y mejora tanto el cumplimiento como los
resultados.
Disminuyendo la deseabilidad: identificar los incentivos que la persona tiene para
continuar con su conducta o modificarla.
Practicando la empatía.
Ofreciendo un feedback: información sobre la situación actual a través de relatos
de familiares o cercanos, resultado de pruebas.
Aclarando objetivos: aclarar lo que es normal y aceptable (subcultura).
Ofreciendo ayuda activa: interés genuino, activo y proactivo.