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CATEDRA: DEONTOLOGÍA JURÍDICA
CATEDRÁTICO: Dr. CHAMORRO BALBÍN, Alcides
ALUMNA: Aclari Huayllani, Jeaneth
PONCE MUÑOZ, Crisia Miluska
TENEMAS CAMBILLO, Evelyn
CICLO: IX SECCIÓN: “A”
TURNO: Tarde
“TRABAJO MONOGRÁFICO
RELACIONADO A LA ÉTICA”
“Para todas aquellas personas que siempre están presentes
y nos ayudan
a seguir adelante...”
Si fuese derecho lo que ha sido
establecido
por decisión de los pueblos,
por decreto de los príncipes
o por sentencias de los jueces,
serian derechos el robo, el adulterio,
Los testamentos falsos,
siempre que hubiera sido admitido así
por acuerdo de la multitud.
Si se otorga a las palabras y acuerdos de los necios tanta
fuerza como para modificar la naturaleza de las cosas,
¿Por qué no mandan que se considere bueno
Lo que es malo y reprochable?,
¿Por qué si la ley hace justo lo que es injusto no va a
poder también hacer bueno lo que es malo?
pero nosotros no podemos distinguir la ley buena de la mal
por ningún otro criterio
que no sea el de la naturaleza.
CICERON.
INTRODUCCIÓN
Entender un real concepto de Ética resulta un desafío, no sólo
porque existe una concepción de entender a la ética y la moral como un código
de conducta y comportamientos sino porque se teme en caer en una discusión
eminentemente filosófica y por ello abstracta y casi irrealizable.
Sin embargo, la ética, es al contrario la máxima expresión de libertad
humana y por tanto no requiere de un cotejo de decálogos. Su realización no
es exclusiva de la filosofía y hoy en día, todas las disciplinas humanas
requieren de ella.
La ética no puede concebirse exclusivamente como parte de
tratados y textos, la ética implica una conducta humana nacida en libertad. No
se trata de estudiar, sino de actuar.
En la actualidad, en el ámbito de lo profesional como de lo social, en
la vida económica y actividad política especialmente, se prefieren las
consideraciones oportunistas a los principios morales; interesan más el triunfo
inmediato y el éxito personal que el acuerdo con las normas éticas.
Por eso, ante la quiebra de valores hoy en día, es necesario que
todos estemos obligados a analizar los ideales que nos han llevado a elegir la
actividad técnica, profesional o científica a la que estamos dedicados, a revisar
las motivaciones o razones que determinan nuestra conducta.
CAPITULO I
PRINCIPALES CORRIENTES DE ÉTICA DE SÓCRATES A LA ÉTICA DE LA
LIBERACIÓN
1.1. Ética Sofista
Los sofistas surgieron en el siglo V a.c. y eran maestros de toda clase de materias
y disciplinas que llegaron a Atenas procedentes de ciudades extranjeras con el
propósito de hacer accesible a los hombres el conocimiento. Estos individuos
cubrían la necesidad ,sentida en la Grecia de aquel tiempo de una difusión
general del conocimiento científico que se había desarrollado de manera un tanto
privado en las sociedades más cultas en realidad en ninguna otra parte del
planeta esta necesidad era más urgente que Atenas , ya que ahí la carrera política
exigía el dominio de los conocimientos intelectuales de aquel pueblo lo sofistas
llegaron a Atenas para ayudar a los jóvenes para lograr el éxito político , lo cual
suponía la subordinación de la enseñanza puramente teórica a sus fines prácticos.
De hecho, los sofistas, lejos de enseñar, lo más cercano a la verdad, predicaban
lo que le serviría para alcanzar el triunfo político. Así la elocuencia política y el arte
de la retorica pronto ocuparon el lugar de la ciencia y de la especulación pura sin
embrago en este propósito de persuadir y refutar, dinámica inducida por las
diversas opiniones opuestas que los sofistas enseñaban a sus discípulos, había
un elemento permanente que debía hacer reconocido por todos los hombres. Esta
búsqueda en lo universal en lo conocimiento y en las normal de la conducta es la
base de la investigación socrática.
Los sofistas adoptaron una postura antropocéntrica, relativista y escéptica. Con
base en estas ideas, el hombre era considerado la medida de todas las cosas ,la
verdad absoluta lo justo y lo injusto, así como el error son relativos y variables.
1.2. Ética Clásica
Este tipo de pensamiento tiene su desarrollo a partir del siglo V hasta el año 323
A.C. y sus mayores impulsores fueron Sócrates, Platón y Aristóteles en realidad
sus ideales eran muy distintos a los de los sofistas en seguida presentamos los
rasgos más representativos de esta escuela de pensamientos.
Confiesa en el destino. Según Sócrates, los niños nacen con todo el conocimiento
con todas sus almas pero necesitan ayuda para que lo recuerden. Esta idea,
desde la perspectiva de la ética, significa que el hombre debe preocuparse por ir
descubriendo de lo que no ignora. La moral es un concepto invariable que no se
escapa al cumulo del conocimiento la cual el niño asimilara junto con el resto de
las enseñanzas. Para los clásicos no existen el relativismo, lo justo es lo justo
para todos. Regresando al ejemplo que observamos con los sofistas tenemos que
un individuo aprende desde pequeño que robar es un delito y que si lo hace puede
ser recluido en la cárcel o castigado conforme a las normas de la sociedad
establecida. De hecho, esta idea es compartida con su familia por lo que en el
momento en el que llegue a cometer un delito deberá ser castigado. De esta
forma tanto el individuo como su familia deberá estar consientes recibir un castigo
por su falta es un acto de justicia, y esta a la vez como un acto de verdad.
Platón opinaba que el ser humano no se compone de un cuerpo y un alma, si no
simplemente de un alma que preexiste al cuerpo y continúa existiendo una vez
que este desaparece. Las alamas por naturaleza pertenecen al mundo espiritual,
sin embargo por haber cometido una falta, fueron condenadas a recibir en cuerpos
materiales imperfectos, y corruptibles. A estos se le conoce como reencarnación.
Las ideas de platón fueron determinantes para la ética clásica, ya que descubrió
las virtudes morales cardinales, dio valor a la gimnasia y a la ciencia como un
sinónimo del equilibrio entre el alma y el cuerpo. Finalmente, insistió en la
necesidad del esfuerzo científico como un medio para cumplir nuestros deberes.
Aristóteles defendía la teoría eudemonista, es decir la idea de que todos los seres
humanaos tienden hacer felices. Nos indican, demás que la autentica felicidad
buscarse en el ejercicio de las facultades humanas. Los seres humanos poseen
un amplio número de capacidades, algunas de las cuales son también parte de la
condición de los animales como por ejemplo correr, dormir, comer,..etc. Aunque
bien es cierto que estas facultades le pueden procurar placer, aquellas
exclusivamente reservadas a los seres humanos como el entendimiento, la razón
y la voluntad son las que efectivamente brindarán la felicidad entera.
Este personaje también sostenía la teoría sobre la diferencia entre los buenos
hábitos. Aristóteles afirmaba que los hábitos consistían en inclinaciones
permanentes y de carácter adquirido que empujaban a la voluntad a obrar de una
determinada forma. Si estos hábitos eran positivos o buenos, recibían el nombre
de virtudes y si eran negativos, eran denominados vicios.
1.3. Ética Helenista
La época helenística trajo contigo un periodo de pensamiento caracterizado por el
pesimismo y la resignación. Una de las principales causas de esta tendencia tan
negativa fue el hecho de que Alejandro Magno, en el siglo IV, hizo de todos los
cuidados un inmenso grupo de súbditos. De esta deplorable situación, surgió una
moral individualista, pesimista y resignada. Tres escuelas filosóficas fueron las
representantes de esta época.
1.3.1. Escuela Epicúrea:
Fundada por Epicuro en Atenas en el 306 a.c. el epicureísmo expreso el
deseo de un tipo refinado de la felicidad, que es la recompensa del hombre
“sabio”, adjetivo que se daba al individuo que sabia disfrutar de los placeres
de la mente y sobre los que podía adquirir mayor control que los de la
naturaleza material o sensorial. La amistad de personas nobles e
inteligentes, la paz y satisfacción que provienen de la buena conducta, una
moral recta y el goce estético eran los ideales del hombre epicúreo, el cual
se negaba a ser perturbado por cualquier doctrina metafísica o religiosa que
impusiera deberes y, por lo tanto, impidiera la libertad de la satisfacción
pura.
1.3.2. Escuela Estoica:
Fundada por Zenón de Citio en Chipre en el 308 a.c. para el estoicismo, la
virtud es el único bien y el hombre “virtuoso” es aquel que ha alcanzado la
felicidad atreves del conocimiento. Este individuo encuentra así la felicidad
en si mismo y consigue independizarse del mundo externo que ha podido
superar por medio del dominio de sus pasiones y emociones. Los estoicos
conciben el universo como un todo y doctrina es panteísta. Todas las cosas
y todas las leyes naturales ocurren por una determinación consciente de la
razón del mundo, la cual se traduce como el orden racional por el que el
hombre sabio intenta regular su vida como su deber más alto y supremo.
1.3.3. Escuela Cínica:
Esta escuela de pensamiento adopto su nombre del gimnasio de Cinos
argos, el cual fue fundado por Antistenes de Atenas. Los seguidores de
esta escuela tenían la creencia de que el hombre debía buscar la
verdadera felicidad en una vida recta e inteligente, la cual era para ellos
el sinónimo de una existencia virtuosa. Además, esta vida recta y
honrada consistía en observar una conducta que fuera lo más
independiente posible de todos los acontecimientos y factores externos al
hombre. Esta independencia solo podía lograrse mediante el domino de
los propios deseos y necesidades. Los cínicos intentaban liberar al
hombre de su sumisión a las costumbres, convencionalismos e
instituciones humanas para así reducir sus deseos y apetitos.
1.4. Corrientes sobresalientes relacionadas a la Ética
En este epígrafe vamos a plantearnos las principales corrientes de ética para
descubrir como argumentamos y fundamentamos los hombres en las cuestiones
morales a lo largo de la historia. Expondremos primero la postura y luego las
principales críticas que se le han hecho. Pretendemos con ellos evitar siempre dos
posturas: el relativismo y el fundamentalismo, que no tenemos ninguna verdad o
que tenemos toda la verdad. Consideramos brevemente unos cuantos autores
fundamentales para detenernos especialmente en las cuatro grandes tradiciones
morales que creemos hay en la historia de la ética: el aristotelismo, el utilitarismo,
Kant y la hermenéutica.
Sócrates representa el intento de establecer unos criterios racionales para
distinguir la verdadera virtud y definir las diferentes virtudes. ¿Qué es la valentía?
¿Qué es la justicia? Sócrates representa la búsqueda continua de la verdad a
través del dialogo y la reflexión frente a unos sofistas que intentaban conseguir el
éxito político mediante la persuasión por medio de la retorica y que identifican lo
moral con lo convencional. Sócrates en su constante búsqueda del verdadero bien
adopta una actitud crítica ante los dogmatismos y escepticismos. El solo se deja
convencer por el mejor argumento a diferencia de los conservadores que emplean
un vocabulario incoherente y caduco y de las innovaciones manipuladoras de los
sofistas. Para Sócrates solo llegamos a la verdad mediante la introspección (la
verdad habita en el fondo de nosotros) y el dialogo (por el que descubrimos
nuestra ignorancia) pues toda verdad es provisional, revisable y sobrepasa los
límites de la propia comunidad. Una vez llegamos a conocer el verdadero bien, no
podemos obrar mal. Quien obra mal para Sócrates es un ignorante. Es lo que se
llama el intelectualismo moral. ¨Nadie yerra voluntariamente¨.
Para Platón la moral vertebra la vida del individuo y la de la comunidad, el
alma humana y la polis. Para Platón solo podemos ser felices en el contexto de
una polis bien organizada. Lo bueno y lo justo para el individuo es lo mismo que lo
bueno y lo justo para la comunidad. Por eso hay una correlación en Platón entre
las diferentes partes del alma (racional, irascibles y concupiscible), las diferentes
virtudes (prudencia, fortaleza y templanza) y los diferentes estamentos de la polis
(gobernantes, militares y artesanos) formando todo un conjunto perfectamente
organizado. La bondad consiste en compartir una forma de vida en la que ciertos
bienes pueden ser alcanzados. El hombre malo es el incapaz de compartir una
vida en común. ¿Qué clase de hombres es justo? U ¿Cómo puede surgir el
Estado justo? son dos preguntas que se responden juntas. El hombre justo
existirá difícilmente fuera de un Estado justo que es el que educa a los hombres
sistemáticamente en la justicia y el Estado justo existirá difícilmente si no es a
partir de hombres justos. Por eso será el filosofo-rey, el que preparado en la
abstracción y en la contemplación de las formas-esencias-ideales, el adecuado
para gobernar pues tiene un conocimiento cierto de lo inmutable mas allá de las
percepciones sensibles, pues es el que ha descubierto la verdadera realidad que
hay fuera de las sombras de la caverna, pues es el que conoce lo ideal, lo que
deben ser las cosas. El problema es que no se puede hablar de la justicia y la
bondad solo desde el deber y el ideal.
Aristóteles decía lo bueno puede ser definido dentro de esta corriente como
aquello “hacia lo que tienden naturalmente todas las cosas”. Todas las cosas
tienden a algún bien. Aristóteles comienza su ética a Nicómaco con las siguientes
palabras: “todas las artes, todas las indagaciones metódicas del espíritu, lo mismo
que todos nuestros actos y todas nuestras determinaciones morales tienen, al
parecer, siempre por mira algún bien que deseamos conseguir; y por esta razón
ha sido exactamente definido el bien cuando se ha dicho que es el objeto de todas
nuestras aspiraciones”. Dos palabras son clave en esta postura: naturaleza y
tendencia (teleología). Lo bueno es seguir la tendencia de la naturaleza, actuar
conforme a ella. La tendencia a la felicidad, a lo bueno está inscrita en la
naturaleza. El seguir este orden natural se realiza a través de las virtudes (que
son un cierto término medio entre dos extremos viciosos). Este orden natural es
necesario, universal, cíclico (generación y corrupción, progresión y regresión). Se
identifica lo natural y lo sano con lo justo y lo enfermo con lo antinatural o injusto.
Bueno es lo que se ajusta a ese orden tanto en el alma humana como en la
ciudad.
Para Aristóteles, como para casi todos los griegos, la physis (de Phyei, nacer,
crecer, brotar), la naturaleza, esta ordenada, es cosmos y no caos. La experiencia
de la luz del mediterráneo hace ver un orden interno en la naturaleza. Este
principio interno es el “telos” o causal final hace tender a todas las cosas hacia su
fin (entelejeia), hace estar a todas las cosas en potencia hacia su telos, su acto.
Por eso este orden dinámico tiende a expresarse y conseguir su plenitud (el grano
de trigo en la espiga). Para el estagirita, para poder ser bueno hay que tener una
cierta naturaleza. Por eso no es bueno solo el que quiere sino el que puede. La
felicidad depende de una buena naturaleza, de una buena biología (eu-zen), de
una primera naturaleza y también de una buena educación, de una buena práctica
(eu-ptratteion) o segunda naturaleza. Por eso para ser feliz se requiere una buena
naturaleza y virtudes.
El bien de cada clase consiste en cumplir perfectamente su función propia.
Por eso Aristóteles mantiene lo que caracteriza la naturaleza del hombre es la
razón y por ello lo natural es que los hombres deliberen sobre los medios más
adecuados (virtudes) para ser felices. La felicidad es ese bien perfecto, que
perseguimos por si mismo y no por otra cosa (no como el poder o el dinero que
los buscamos para conseguir otras cosas). La felicidad es un bien deseable por si
mismo que lleva al que lo posee a no desear nada más y al que se subordinan
todos los demás bienes, que son medios para alcanzarlo. La razón lo que hace es
buscar medios para conseguir unos fines ya dados (pues la felicidad no puede
elegirse). El fin del hombre es la felicidad, que es lo que conviene a un hombre en
el conjunto de la vida, y, la moralidad es la adquisición de virtudes que conducen a
la felicidad. Lo moral, por ello, se caracteriza de ética eudaimonista
(eudaimon=felicidad). Se trata de encontrar en cada momento mediante el
intelecto los medios más adecuados para alcanzar la vida feliz. La ética, por lo
tanto, tiene su ámbito en el terreno de los medios. Por eso hablamos de una
racionalidad prudencial. El hombre delibera en condiciones de incertidumbre sobre
los medios más adecuados dentro de las circunstancias concretas del caso para
alcanzar un fin. El hombre delibera sobre la forma de desempeñar mejor su papel
dentro de la comunidad bien como militar, artista, amigo o padre. Por eso la
prudencia es una virtud central pues nos señala lo más conveniente en cada
momento.
En el aristotelismo, la bondad está en la acción misma. La felicidad se alcanza
realizando la actividad que es propia para cada tipo de seres sin mirar las
consecuencias, la aprobación o los premios que se puedan conseguir con la
actividad. Por el propio placer de escribir o pintar yo hago las cosas. El valor de
las acciones está en si mismas, en sus bienes internos. La persona encuentra
placer en la misma actuación. Juego por jugar, no por ganar. Por eso telos no
significa solo una finalidad futura sino también, y sobre todo, cumplimiento,
plenitud consumación. No es solo atinar en el blanco sino recorrer acertadamente
la trayectoria. Lo importante es la tensión que mueve la vida humana, la energía,
la orientación que perfila el recorrido.
En la teleología aristotélica la obligación queda minimizada y el deseo es lo que
mueve a la acción aunque regulado por la razón: deseo deliberado. No se trata de
obedecer sino de ser lo que realmente se es potencialmente. No se actúa contra
la inclinación sino desde una inclinación adecuada por el cultivo de las virtudes.
Así el orden natural reina en el alma.
Lo bueno para mí es llevar a la plenitud lo bueno de la comunidad. “La polis es
por naturaleza anterior al individuo” dice Aristóteles al comienzo de su “Política”.
Mi bien es el bien de la comunidad, el de la polis. Hay una armonía entre mi bien
privado, el bien de la polis, el orden de la naturaleza, el orden de los cosmos, el
orden de los dioses. La ética aristotélica representa la moral de las sociedades
tradicionales, de las sociedades que viven en contacto con la naturaleza, con los
astros, con los dioses. La vida moral es vivir conforme a ese orden donde la ética
está profundamente conectada con la política, con una polis dotada de leyes
justas. Para Aristóteles la ley política es el orden natural de la sociedad. Las leyes
naturales cumplen en el orden político una función semejante a la que las leyes
físicas cumplen con la naturaleza. Por eso su ideal es la consecución del “ordo
naturae” en todos los ámbitos.
Aristóteles se pregunta por la felicidad del hombre como tal y la sitúa en el
ejército de la inteligencia, en la contemplación, o comprensión de los
conocimientos, en el asombro de maravillarse ante la realidad. Pero esta
contemplación requiere un bienestar externo, salud del cuerpo, alimento y demás
cuidados y un haber pasado por los diferentes estados en la polis: en la juventud
el servicio militar, en la madurez los cargos de gobierno, en la ancianidad la
prudencia en el juicio. No se llega a la verdad al margen de las circunstancias
sino después de un proceso concreto.
Tomás de Aquino continuará esta tradición eudemonista pues considera la
felicidad como el fin último de la actividad humana aunque integrando la tradición
platónico-agustiniana por lo cual solo en Dios o en la Idea de Bien puede hallarse
la verdadera meta. Por eso la felicidad perfecta no es posible en esta vida sino en
otra futura y definitiva. Pero Dios ha grabado su ley eterna en la criatura racional,
que es la ley natural. Por eso todo lo que la naturaleza ha puesto en nosotros
procede en última instancia de la ley divina. Además todo hombre sabe o
comprende fácilmente cuales son los preceptos de la ley natural.
En el Aquinate, como en Aristóteles, el objeto de la ética y la política no es otro
que hacer que las leyes positivas, producto de la voluntad de los hombres,
expresen o se ajusten al orden y justicia naturales. Lo natural vuelve a ser aquí el
fundamento del edificio tomista. Lo natural entendido como ´´esencia especifica,
que es lo que se expresa en la definición ´´, como substancia segunda de la cosa
capaz de ser formulada en forma de definición esencial, como conjunto de
propiedades o notas de una cosa. Los actos humanos son buenos, por lo tanto, si
respetan el orden de la naturaleza, de la naturaleza humana, en la que lo
individual está supeditado a lo comunitario, el bien particular al bien común, la
parte al todo: ´´El bien particular se ordena al bien común como a su fin, porque el
ser de la parte es por el ser del todo; por eso el bien del pueblo es mas excelente
que el bien de un solo hombre. Además ´´el que busca el bien común de la
multitud, consecutivamente busca el bien particular suyo´´.
Para comprender bien este esquema podemos algunos sencillos ejemplos de
este razonamiento. Por ejemplo, un aristotélico diría que un embrión es un ser
humano individual identificable solo diferenciado del recién nacido por estar en
una etapa más temprana hacia la adultez. El aborto, por lo tanto, debe
condenarse pues es una interrupción de ese proceso natural. Lo mismo dirían de
la pretensión de las parejas homosexuales de adoptar niños. Su respuesta seria
que lo natural es que u niño crezca un hogar con dos padres. Desde estos
esquemas se tendrían reparos por ejemplo a aceptar la inseminación artificial
(pues lo natural es que la procreación suceda en el hecho de la pareja), la
manipulación genética o el deterioro ambiental, por ejemplo.
Críticas a estos planteamientos. Con las críticas no pretendemos de ningún
modo negar la seriedad de los razonamientos aristotélico-tomistas sino expresar
que no solucionan todos los problemas y que son peligrosos si son los únicos que
se utilizan. Creemos que lo natural no puede dejarse a un lado en la reflexión
moral, pero nunca puede solucionarlo todo.
1. Lo natural no es un concepto preciso. De ´´la naturaleza´´ se han derivado
interpretaciones contrapuestas: la esclavitud y la igualdad de los hombres, la
libertad religiosa y la persecución de los herejes, la propiedad privada y la
comunidad de bienes. Aristóteles derivada de lo natural la esclavitud y la
inferioridad de la mujer.
2. Lo natural es un concepto cambiante. No es lo mismo la idea de naturaleza de los
griegos, que la medieval, que la industria o que la actual. La naturaleza era
contemplada para ser admirada (griegos), era reflejo del creador (cristianismo),
era una objetividad externa analizable (Descartes y la modernidad), era una
maquina con sus leyes universales de funcionamiento (Newton), etc. La
naturaleza a veces es un concepto empírico, a veces una realidad metafísica o
teleológica.
3. Lo natural no soluciona o muestra normalmente reparos a muchos problemas de
la era tecnológica (clonación, inseminación artificial, alimentos transgénicos,
etc.).No podemos tachar de no-bueno el mundo de la técnica. Caeríamos en las
actitudes de los menonitas y cuáqueros que en sus pequeñas comunidades viven
de espalda al progreso negándose a utilizar lavadoras, coches, maquinaria
agrícola, etc. O seriamos como estos teólogos que rechazaron hacer una presa en
el tajo puesto que cualquier actividad humana que cambiaria los procesos
naturales iba contra el plan divino y si Dios hubiese querido que las aguas se
detuvieran, ya habría proveído adecuadamente. Llevado este argumento al
extremo deberíamos negarnos a las intervenciones médicas (Testigos de Jehová
con las transfusiones de sangre) e incluso se podría decir que las labores
agrícolas son una agresión a la naturaleza. Del mudo oriental quizás debamos
aprender que lo bueno es la armoniosa conjunción de naturaleza y técnica. No es
bueno dejar a la naturaleza crecer salvajemente sino que hay que cuidarla como
se hace en los jardines japoneses o en la famosa técnica de los bonsáis.
4. Lo natural nunca puede ser separado de lo cultural. Vivimos lo natural dentro de
nuestra cultura. No existe lo natural en si, la naturaleza pura. Nuestra cultura
occidental cristiana tiene una manera de ver la naturaleza diferente que la cultura
oriental en que se vive más unido y fundido a la naturaleza. No es lo mismo el
papel del hombre como centro de la creación en occidente que en oriente donde
la creencia en la reencarnación conlleva una mirada más respetuosa a la
naturaleza. No ve la misma manera la naturaleza un agricultor en medio de la
selva guatemalteca que un urbanita madrileño cuando sale el fin de semana a la
sierra. No se considera igualmente naturales determinadas relaciones entre
varones en Grecia, en el Imperio Carolingio o en la actualidad.
5. Lo natural no es siempre lo armónico. En la naturaleza se produce también el
conflicto, la lucha, la catástrofe. Lo natural es tanto una placida puesta de sol
como un tornado que arrasa unos campos. En la sociedad y en la evolución
psicológica son positivos los conflictos
6. No se puede derivar tan fácilmente de la premisa ´´esto es natural´´, la conclusión
que ´´esto es bueno o justo´´, La enfermedad, el dolor, la muerte, las catástrofes
naturales, las sequias seguidas de hambrunas son naturales y no parecen muy
buenas.
7. Peligro que el individuo sea diluido por la sociedad o unas elites pues los
principios inmutables de la naturaleza son siempre necesariamente conocidos o
interpretados por unos individuos que pueden utilizarlos para controlar y dominar a
otros individuos (dictadura sacerdotal).
8. Olvido de la historia procedente de las culturas orientales pre-helénicas. El
hombre cree que puede extraer por el raciocinio normas permanentes para la
convivencia. Por eso, ´´en toda su complejidad y simplicidad es, en efecto, la
ideología por excelencia de la ahistoricidad e incluso de la antihistoricidad´´. Cabe
llegar, no hay que olvidarlo, a unos principios materiales no solo desde la
naturaleza sino desde la historia.
9. Con la técnica, la publicidad y el afán de bienestar han desaparecido las
posibilidades reales de determinar lo natural. Los deseos son moldeables y la
naturaleza se transforma haciendo de lo natural un concepto menos relevante.
10. Lo natural no es algo estable sino algo que está en constante evolución como
puso de manifiesto Darwin. La naturaleza está en constante cambio. La utilización
de determinados órganos con el tiempo conlleva modificaciones orgánicas. Lo que
antes no era natural puede convertirse con el tiempo en natural (ejemplo: la vida
en la etapa o la caza).
11. Los órdenes naturales son órdenes jerárquicos donde la perfección moral que
cada uno alcanza en la comunidad depende de su posición en ella. Por eso la
perfección moral plena y perfecta solo la puede alcanzar el soberano. Los demás
no participaran de ella más que uniéndose a ella mediante la obediencia. En el
soberano su bien individual se identifica con el bien común de todos mientras que
en los súbditos los bienes individuales son morales en la medida que se orienta al
bien común del soberano. Por eso el máximo bien individual del súbdito es la
obediencia, que es la relación justa con el superior, y la piedad, puesto que el
soberano es como un padre, el padre de le patria. De ahí el paternalismo tan
propio de la tradición política naturalista.
El aristotelismo y toda la tradición griega desde Homero es la base sobre
la que se asienta el iusnaturalismo que llega hasta hoy. Durante veinticinco siglos
ha sobrevivido esta tradición aunque experimento una profunda perdida de
relevancia durante los siglos XVIII y XIX para renacer de nuevo con gran pujanza
después de la segunda guerra mundial.
Toda esta tradición considera que lo natural proporciona un fundamento
para la crítica del Derecho positivo (nuca es valor ultimo) y la desobediencia a los
preceptos de la autoridad que se desvíen del Derecho natural. Lo natural
suministra el único criterio posible para juzgar el Derecho positivo y para
fundamentar su obediencia. Por eso ´´lo natural´´ y el ´´derecho natural´´ son la
mejor vacuna contra todo tipo de barbaries, guerras, genocidios. El problema
quizá del iusnaturalismo está en su exclusivismo, pero no pensamos que sea “lo
natural” el único criterio para criticar el Derecho positivo. Además no hay que
olvidar que el iusnaturalismo también ha sido utilizado para justificar el fascismo,
el franquismo, la dictadura de Pinochet y el nacionalsocialismo. H. Dietze llegó a
decir. “El Fuhrer es infalible y su inefabilidad tiene carácter iusnaturalista
comunitario, al igual que la del Papa. La existencia del Fuhrer es una ley natural
de la comunidad”
El aristotelismo, después de hacer considerado brevemente sus
aportaciones principales y sus principales críticas, lo que nos aporta es la
dimensión teleología, la reflexión sobre la tendencia o el fin de toda realidad. Pero
Macintyre ha puesto de manifiesto, debemos dejar a un lado una teleología
(esclavos por naturaleza, su concepción de las mujeres) para concebir el “telos”
de un modo más sociológico, narrativo y existencial.
En nuestro trabajo profesional como abogados, jueces, fiscales, notarios o
abogados del Estado nos tenemos que preguntar: ¿cuál es la finalidad de mi
profesión? ¿Qué se pretende lograr y aportar a la sociedad? ¿Para qué sirven los
jueces, los abogados,…etc.? ¿Para qué sirve mi profesión? Solo la reflexión sobre
la finalidad de mi actuación me permitirá realizar un “buen” trabajo. Tomar
conciencia de lo que quiere me guiará en la búsqueda de lo más adecuado para
encarnar en la realidad esos fines y propósitos. Solo así seré un profesional. Se
trata de descubrir si de verdad deseo el bien interno que proporciona mi profesión
y que no me lo proporciona el dinero, el honor, el prestigio. En todo profesión se
van consolidando una serie de fines y metas que son los que dan sentido a la
profesión. El abogado proporciona a las personas medios para su defensa delante
de los tribunales. El juez proporciona un juicio justo e imparcial. Todo profesional
tiene que preguntarse por la finalidad, por las motivaciones, aspiraciones y por los
bienes de su práctica profesional.
En la búsqueda nace en la antigüedad otra corriente que entiende la
finalidad como placer, como satisfacción de los sentidos y ausencia de dolor. Es el
hedonismo. Lo que debe ser el hombre es lo que más le gusta, le agrada, le
proporciona placer. Para estos la razón moral es una razón calculadora que
pondera los distintos placeres y dolores con el fin de obtener el mayor posible
placer. La aparición del imperio de Alejandro alejó a los ciudadanos de los
centros políticos y como consecuencia de ello los individuos pierden interés por
los asuntos públicos. Se empiezan a preguntar por la finalidad individual. Sabio es
el que vive conforme la naturaleza. Algunos sofistas, los cirenaicos y sobre todo
los epicúreos son éticas hedonistas que identifican el bien humano con el placer.
Con Epicuro se llega a una cierta sistematización. Sabio es el que es capaz de
calcular correctamente qué actividades nos proporcionan mayor placer y menor
dolor, el que calcula la intensidad y duración de los placeres. Dos conceptos son
centrales: placer y razón calculadora. Pero Epicuro, frente a los cirenaicos que
buscaban un placer sensual e inmediato, afirma que el placer no está en los
banquetes y en las juergas constantes sino en el sobrio cálculo que investiga las
causas de toda elección y rechazo. La finalidad es el goce moderado y sereno de
los placeres.
En el s.III a.C. nace el estoicismo (Zenón, Epíteto, Marco Aurelio, Séneca
destacan en esta historia). Los Estoicos creen que el dinamismo de los seres tiene
su fundamento en una razón cósmica que hace de ley universal, que se impone
sobre la voluntad de los hombres y dioses y que hace que todo suceda
fatalmente, “tal como tenía que suceder”. La libertad supone la aceptación y
conocimiento de esta necesidad fatal. Puesto que el destino está ya escrito, la
felicidad consiste en una paz interior, en una insensibilidad ante el sufrimiento y
ante el sufrimiento y ante las opiniones de los demás, en una imperturbabilidad,
que es una mezcla de libertad interior y aceptación dela fatalidad externa. Por eso
desprecian los bienes externos y cultivan los internos. Por eso, la vida feliz y
virtuosa es vivir conforme a la naturaleza, conforme a la razón en una adecuación
al orden del mundo, a la ley natural. Para ello preciso luchar contra las pasiones
para que nada inquiete y perturbe.
Hume vincula al sentimiento, no a la razón ni a los hechos, el fundamento
de nuestras distinciones morales, sobre todo la aprobación de las acciones. La
base de la aprobación y desaprobación está en el sentimiento de agrado o
desagrado, placer o dolor. Una acción es buena si nos agrada o nos produce
placer. Para Hume la ética no reside en principios racionales sino en sentimientos.
La razón no puede decir dónde está el bien o el mal. El sentimiento es el que fija
el fin o la bondad y la razón es la esclava de los sentimientos o pasiones y sirve
solo para fijar medios. El problema es que desde criterios emotivos y utilitarios no
cabe definir lo bueno de modo estable (pues lo que produce placer o agrado
puede variar según las personas, los lugares, los momentos) ni fundamentar la
obligación de hacer determinadas acciones. Por eso Hume acude al sentimiento
universal de simpatía o compasión como fundamento de la moral. La simpatía
intenta superar la brecha entre normas que requieren adhesión general e
incondicional y los deseos, emociones e intereses fluctuantes, conflictivos y
particulares. Si llegamos acuerdos en lo moral se debe a un sentimiento común de
humanidad y simpatía que, unido al de utilidad (único origen de la justicia), permite
acuerdos básicos. Hume pone de manifiesto también lo que el llama la “falacia
naturalista” que es ese extraño paso que hay en muchos discursos entre el “es” y
el “debe”, entre los hechos y descripciones y los deberes y obligaciones. Y para
Hume de que las cosas sean así y así no se infiere que deban ser de una
determinada manera. Con ello rompe la armonía del naturalismo griego.
Kant es el representante de la moral ilustrada. Es como el Newton de la
filosofía, en la medida que construyó un sistema arquitectónico para explicar todo
en una perfecta articulación.
Kant parte de la experiencia que la búsqueda de felicidad y bienestar
individual choca muchas veces con lo que es justo. Por eso, para Kant la moral no
se sitúa en el ámbito del deseo o la felicidad sino en el del deber (deontologismo).
La ética no parte de lo que deseamos o nos apetece racionalmente sino del deber
que reconocemos racionalmente. Se trata de ser el deber, no por sentimientos o
intereses. La bondad de una acción no se juzga por la acción misma, ni por sus
consecuencias, sino por la actitud de la voluntad que actúa por respecto o deber a
la norma moral. Kant pensaba que la buena actuación era aquella hecha con recta
intención, era la realizada por deber. Dar una limosna por sentirse a gusto con uno
mismo no es moral. Lo moral es dar una limosna porque uno está convencido que
eso es obrar correctamente. Que un adolescente llegue temprano a casa porque
teme el castigo de su padre no es una acción buena. La actuación moral no busca
la felicidad o evitar el castigo si no el cumplimiento del deber. Nuestra actuación
no busca la felicidad pero nos hace dignos de ser felices. Y debe bastarnos con
merecer de ser felices. El deber moral obliga por sí mismo, no por el placer en la
realización, ni por las consecuencias. La moralidad es para Kant el ámbito de lo
interno, de la intención, del deber, no de los externos y de lo sensible. Puesto que
el deber ocupa un puesto central en esta ética se le denomina ética de ontológica.
Lo bueno es la buena voluntad que actúa conforme al deber y por deber.
La moral Kantiana podría sintetizarse en las diferentes versiones del
imperativo categórico. El imperativo categórico nos muestra como se debe actuar
siempre, absolutamente, sin condición alguna: siempre hay que decir la verdad,
cumplir las promesas (el imperativo hipotético por el contrario, son medios para
conseguir un fin: ¨si quieres a, debes hacer b¨ ). Para Kant, los hombres
experimentan ciertos mandatos como incondicionados. El imperativo categórico,
como podemos observar es una crítica tanto al utilitarismo como al aristotelismo.
Para Kant ambos determinan como los hombres actúan, no como deberían actuar.
Una formulación es ¨ Obra solo según una máxima tal que puedas querer
al mismo tiempo que se convierta en ley universal ¨ (universalidad de la norma) y
otra es ¨Obra de tal como que trates la humanidad tanto en tu persona como en la
persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca
solamente como un medio¨ (regla de la humanidad). De aquí podemos concluir
que dos son los conceptos fundamentales de la moral kantiana:1) universalidad y
2) la autonomía y dignidad de la persona. El fundamento de la moral es la
autonomía y la dignidad humanas. Los hombres son los únicos son los seres que
tienen el derecho hacer respetados y no pueden ser tratados como simples
mercancías. Los hombres tienen un valor absoluto y por eso son fines en sí
mismos. Las personas no tienen precios, si no dignidad. Por eso los derechos
humanos son exigencias y negociables. Además los hombres son autónomos
pues pueden regirse por sus propias leyes aunque las leyes que debemos darnos
a nosotros serian aquellas que cada hombre quería para todos los hombres. Por
eso la autonomía kantiana no es ¨elegir lo que quiero o hacer lo que quiero¨ si no
una autonomía vinculada a universalidad la autonomía es una independencia con
respecto a todo aquello que no es autodeterminación se trata de ser el
protagonista y autor de la propia vida, decidir por uno mismo, pero siempre desde
un horizonte de universalidad.
Esta concepción de lo moral está enraizada en su concepción del
conocimiento. El conocimiento se produce por una integración de un elemento
material empírico, las sensaciones, y un elemento formal, las formas espaciales,
temporales y las categorías. Lo único que podemos conocer, por lo tanto son los
objetos sensibles y no los conceptos metafísicos de dios, alma, libertad. Estos
conceptos no conocidos por la razón teórica constituyen sin embargo la condición
o postulado de la razón práctica, son los que hacen posible la moralidad. Por
ejemplo, sin libertad, sin poder realizar determinadas acciones, no tendríamos
obligación. Si debo es porque puedo y para Kant está muy claro que debemos
hacer determinadas cosas, que tengo ¨ la ley moral en mi¨. Por eso, por encima de
los instintos biológicos y condicionamientos sociales esta la libertad que es el
fundamento de la moralidad.
La moralidad kantiana basada en el imperativo categórico tiene, por lo
tanto las siguientes características. Es: ¨1) formal, pues no prescribe ningún
contenido ético, si no que indica meramente la forma, las condiciones formales de
la moralidad. 2) A priori, esto es, independiente de las experiencias: actuar
moralmente significa, necesariamente, actuar por el puro respeto al deber no por
motivo es píricos. 3) Autónomo, en cuanto proviene de la propia conciencia del
sujeto, no de instancia externos Kant sitúa la ética en lo que Perelman
denominaba nivel de la gente. Los actos no son en sí buenos o malos; bueno o
malo es solo el sujeto : ¨ ni el mundo ni, en general, tampoco fuera del mundo , es
posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción al no ser
tan solo una buena voluntad ¨. 4) universal, es decir, debe servir para todos los
sujetos sin restricción y en cualquier ocasión espacio –temporal. 5) univoco, en el
sentido de que debe permitir a cualquier agente racional y llegar a las mismas
conclusiones respecto a que normas o actos en concretos son morales.
Para que comprendamos los razonamientos kantianos, pondremos un
ejemplo: ¨ no puedo desear que mi madre hubiera abortado cuando estaba
embarazada de mí, salvo quizás ante la seguridad de que el embrión estuviera
muerto o gravemente dañado. Si no puedo desear esto en mi propio caso,
¿Cómo puedo consecuentemente negar a otros el derecho a la vida que reclamo
para mi mismo? Rompería la llamada Regla de Oro de la moral, y por tanto debo
negar que la madre tenga en general derecho al aborto ¨. Con los mismos
razonamientos se niega la pena de muerte, se afirma el derecho a la eutanasia en
ciertas situaciones de extremo dolor o se niega la existencia de guerras justas por
la imposibilidad actual de distinguir entre combatientes y no combatientes
inocentes. Otro típico ejemplo es el de la mentira. El que miente no puede querer
que la mentira sea la norma, porque nadie creería lo que dice y no podría mentir.
Por eso hasta el mentiroso tiene claro que no se puede mentir. El inmoral es el
que se presenta como excepción a esa norma.
Críticas a la moralidad kantiana:
1. Es una moral abstracta, independiente de la experiencia, al margen de las
consecuencias al margen del placer, de la felicidad, de las recompensas. El
hombre no es un ser angelical, sin cuerpo, sin intereses. No es humano separar
tan radicalmente moralidad y felicidad, moralidad y placer, moralidad e interés
propio. El deseo, el placer, la felicidad tiene una parte importante en la vida
humana y en la moralidad. La moralidad kantiana abre un hiato entre lo empírico
y lo moral.
2. Es muy discutible la existencia de normas universales de actuación que puedan
aplicarse a todos los casos. Creemos que en la moral son pertinentes y
fundamentales las situaciones particulares: la raza, la religión, el país, la
estructura familiar, la lengua, etc. Existe un claro enraizamiento de la
argumentación moral en las relaciones del mundo vital. No es lo mismo la vivencia
de la muerte y del valor de la vida en occidente que en el oriente. No es lo mismo
un aborto de una mujer del altiplano andino madre de seis hijos, abandonada y
con dificultades económicas que una mujer suiza casada y con un trabajo estable
y situación económica más que holgada. Las circunstancias son relevantes
moralmente. Nietzsche decía que cada acción es única y que las acciones no son
intercambiables. Lo que parece evidente es que lo moral es siempre un bien
concreto dentro de una biografía concreta , un contexto concreto y una tradición
concreta ,es lo bueno ¨para mi ¨. Es mi bien.
3. La formalidad de la moral kantiana permite justificar cualquier contenido o
comportamiento. Podemos universalizar la premisa: ¨no se puede mentir excepto
por razones de seguridad nacional o por razones de estado¨. A si se pueda
legitimar la mentira de un presidente frente a un escándalo sexual o frente a una
guerra. Siempre cabe universalizar la situación concreta en que me encuentro o
que esta circunstancia concreta sea la excepción ala regla que se tiene que
universalizar. La universalización, por lo tanto, lleva a una arbitrariedad. Como
dice agudamente Macintyre: ¨ con suficiente ingenio casi todo precepto puede
universalizado consistentemente ¨
4. La ética kantiana conlleva un rigorismo difícil de compatibilizar con una ética para
el hombre, con una ética humana. Kant llega a afirmar la obligación de no mentir
cuando ocultamos en nuestra casa a una persona condenada a muerte que
sabemos con toda seguridad que es inocente y vienen unos policías y nos
preguntan si esta en nuestra casa si escondida esta persona. Para Kant nuestro
deber es decir la verdad aunque se entregue a un inocente a la muerte. Haguese
justicia húndase el mundo – fiat iustitia et pereat mundus disecan. No importan
las consecuencias. Las personas se sacrifican en el altar de los principios.
5. La formalidad de la ética kantiana supone el triunfo del valor de los procedimientos
en la moral. Lo importante no está en el contenido ni en los fines a seguir si no en
ajustarse al procedimiento y a la forma adecuada. Es un ética vacía que no dice lo
tenemos que hacer si no actuar. No esta tan claro que cierta actuaciones
materiales no sean morales que no todo dependa de la recta intención.
6. La ética kantiana con su ideal de su autonomía y del hombre como fin de si mismo
representa la defensa de un orden individualista y liberal y posibilita una sociedad
de explotadores, hombres en sí mismo, que transforma prácticamente a los otros
hombres en instrumento de sí mismos.
CAPITULO II
NOCIONES GENERALES
2.1. Definición de ética
2.1.1. Definición etimológica:
Ética viene del griego ETHOS que significa hábito o costumbre
La ética sería pues, de acuerdo con el sentido etimológico, una TEORIA DE
LAS COSTUMBRES. Hay que advertir, sin embargo, que la palabra
costumbre no posee en nuestro idioma, la misma significación que
corresponde a los vocablos griego y latino anteriormente citados. Pues
cuando hablamos de costumbres y de hábitos, no solemos atribuirles la nota
de obligatoriedad o normatividad implícita en aquellas expresiones
2.1.2. Definición real:
La ética es la ciencia que estudia la moralidad del obrar humano: es decir,
considera los actos humanos en cuanto son buenos o malos.
En sus acciones libres, el hombre advierte de modo natural la bondad o
maldad de sus actos; todos tenemos experiencia de cierta satisfacción o
remordimiento por las acciones realizadas
Cuando este conocimiento espontaneo de la bondad o maldad de los actos
se integra en un saber ordenado, basado en el conocimiento cierto de las
causas, se origina una ciencia: la ciencia ética.
La ética es, pues, una ciencia: no es el conocimiento de lo bueno o de lo
malo que tiene cualquier hombre, son necesidad de razonamientos o
elaboraciones científicas.
Ocurre aquí lo mismo que en otros terrenos; por ejemplo, es diferente el
conocimiento de los fenómenos climáticos que tiene, por una parte, el
campesino y, por otra, el experto en metereología.
No debe haber oposición entre el conocimiento espontaneo de la bondad o
maldad de los actos y la ciencia ética, pues ambos se ordenan a la verdad.
Si la hubiera, uno de ellos o los dos seria erróneo.
Objeción: alguien podría preguntarse en ese punto si el hombre tiene el
conocimiento espontáneo de la moralidad, ¿Qué falta hace entonces la ética
como ciencia?
Respuesta: todo hombre tiene, ciertamente, un saber espontaneo de la
bueno y lo malo, de las virtudes y los vicios, de lo que ha de hacer para
lograr la felicidad, etc. Sin embargo, el estudio ordenado y completo de
estas cuestiones añade profundidad y solidez a los principios, y resulta de
enorme utilidad en la orientación de la conducta del hombre.
Sin el saber científico que le aporta la ética, resultaría mas difícil para el
individuo sortear los obstáculos que encuentra en si mismo, en el ambiente,
en las doctrinas erróneas, etc.
Existen varias definiciones sobre la Ética, así tenemos:
Según Leopoldo Saeza y Aceves: “La ética es la disciplina filosófica, y más
propiamente axiológica, que se ocupa del estudio de los valores bueno-
malo”
Según Juan Germán Prado: “La ética es la disciplina filosófica que estudia la
moral, la conducta y las obligaciones del hombre ante sus semejantes”.
Según Salazar Bondy: “Ética es una doctrina de la conducta moral de los
principios, de los ideales y de los deberes de las acciones morales”.
2.2. Objeto material y objeto formal de la ética
Como toda ciencia, la ética se especifica a través de sus objetos material y
formal.
Objeto material de la ética (o aquello que la ética estudia): los ACTOS
HUMANOS, es decir, los actos que el hombre realiza libremente.
Es necesario distinguir entre “actos humanos” y “actos del hombre”. Los primeros
son actos libres o de decisión es decir, aquellos que el hombre es dueño de
hacer u omitir, de hacer de un modo o de otro. Estos actos proceden de la
voluntad deliberada del hombre (la inteligencia que percibe y la voluntad que
acepta).
Ejemplos de actos humanos: elegir, razonar, diagnosticar, mentir, amar,
organizar, etc.
Los llamados “actos del hombre “, en cambio, no son acciones libres o de
decisión, aunque las realice un hombre. y no lo son ya por falta de conocimiento o
voluntariedad(por ejemplo, los actos de un demente), o bien porque provienen de
una potencia no sometida al dominio directo de la voluntad
(crecimiento ,digestión ,etc.)
Objeto formal de la ética (o punto de vista bajo el que se estudian los actos
humanos) es el de la bondad o maldad moral, es decir, la ética estudia los actos
humanos en cuanto que estos son o no conformes al verdadero bien de la
naturaleza del hombre, y por tanto de su fin último y de su felicidad.
Ninguna tarea ciencia o técnica donde interviene el hombre es autónomo todo de
decisión, tienen una connotación moral: o es bueno o es malo; degrada a la
persona o la engrandece.
2.3. La ética es una ciencia práctica
La ética es una ciencia práctica porque no se detiene en la contemplación de la
verdad, sino que aplica ese saber a las ciencias humanas.
Mientras las ciencias especulativas o teóricas se limitan a conocer realidades
que no dependen de la voluntad humana, la ética se ocupa de la conducta libre
del hombre, proporcionándole las normas necesarias para obrar bien. Es por ello
una ciencia normativa, que califica los actos libres.
Caber resaltar que por lo dicho antes, resulta claro que no se estudia ética para
saber lo que es bueno, sino para hacerlo. Por eso, la voluntad juega un papel
muy importante al estudiar esta ciencia: no es fácil considerar el recto orden de
las acciones si la voluntad no se encuentra dispuesta a aceptarlo.
De ahí que quien no quiere vivir rectamente no alcanza a comprender de modo
adecuado la naturaleza y el fin de esta ciencia.
2.4. La ética es una ciencia de carácter filosófico
La ética es una ciencia de carácter filosófico por un doble motivo:
Primero: porque en ele estudio de su objeto utiliza verdades ya adquiridas o
demostradas por otras disciplinas filosóficas, particularmente la metafísica y la
teología natural.
La ética no podría determinar la bondad o maldad delos actos humanos sin
atender a lo que el resto de la filosofía enseña sobre la naturaleza humana, las
nociones de bien y del mal, de fin ultimo, etc.
Segundo: porque sigue un método afín a las otras ciencias filosóficas,
particularmente a la metafísica, este método consiste en partir de la experiencia
sensible para llegar al conocimiento racional del ser de las cosas.
En otras palabras, la ética no formula a priori sus postulados, sino que se fija
primero en ele modo de ser de las cosas, en su naturaleza, para después afirmar
sus postulados. Parte del ser para llegar al debe ser.
Por ejemplo, la ética afirmara que la inteligencia y la voluntad humanas deben
gobernar a las pasiones, ya que por el ser mismo de las cosas, la inteligencia y la
voluntad son, de suyo, superiores a los apetitos sensibles.
La ética, por ser una ciencia filosófica, recibe también el nombre de filosofía
moral.
Por tanto el hecho de que la ética sea una ciencia filosófica es decir, una ciencia
que se funda en las causas últimas de las cosas, hace que este por encima de
las ciencias empíricas, y que les sirva de norma, pauta y guía.
2.5. División de la ética
La ética se divide en ética general y la ética aplicada o especial.
2.5.1. La ética general: estudia los principios básicos que determinan la
moralidad de los actos humanos: la ley moral, la conciencia, el fin último del
hombre, etc.
2.5.2. La ética aplicada o especial: aplica esos principios a la realidad concreta
del hombre: a su propia persona, al matrimonio y la familia, al ámbito del trabajo,
de la sociedad y el estado, y , por fin, a las relaciones del hombre con su creador.
2.6. Analogías y diferencias entre la ética y otras ciencias
Estudiaremos brevemente la relación de ética con la piscología, la sociología y la
teología moral
2.6.1.Ética y Psicología
Coinciden con el objeto material: ambas estudian los actos humanos. Sin
embargo, sus objetos formales son diferentes. La psicología estudia los
actos humanos en si mismos la abstracción, el conocimiento, la afectividad,
etc.la ética los estudia en su conformidad con la norma moral, tomando en
cuenta los datos obtenidos por la psicología.
Se llama psicologismo el intento de reducir la rectitud moral a la puramente
psicológica (WUND, VON EHREFELS): algo seria bueno si resultara
psicológicamente sano, y al revés.
2.6.2.Ética y Sociología
Lo mismo que en el caso anterior, ambas ciencias coinciden en su objeto
material, pero difieren en el formal. Ala sociología no le interesan los actos
humanos en cuanto a su bondad o maldad, sino en cuanto a la recurrencia
de su aparición y a los efectos sociales que conllevan. Dice lo que la gente
hace, pero no determina lo que la gente debe hacer. Sociologismo es la
tendencia a reducir la obligación moral a meros imperativos sociales.
2.6.3.Ética y Teología Moral
La ética y la teología moral coinciden en sus aspectos material y formal,
pero la segunda lo hace fundamentándose en lo que dios ha revelado al
hombre. La primera como ya explicamos es una ciencia filosófica: no utiliza
como punto de partida la revelación de dios al hombre. La teología moral
asume y eleva a la ética, basándose en los datos que esta le aporta.
Entre ética y teología moral se da la misma distinción y colaboración
mutua que existe entre filosofía y teología, razón y fe, naturaleza y gracia
2.7. El cientifismo como riesgo para la ética
Dijimos que la ética parte del ser de las cosas para llegar al debe ser.
Concretamente, se fija como es el ser del hombre, y luego postula como ha de
actuar el hombre para dirigirse a su plenitud.
En el primer momento (“ como es el hombre “), la ética ha de hacer uso
necesariamente de los datos que le aportan las ciencias humanas,
(genética,psicología,economía,geografía humana,historia,etc.). el enorme
prestigio que gozan en nuestra época las ciencias positivas entraña ,sin
embargo , un riesgo: el de aceptar los veredictos de estas como veredictos
éticos ;la tentación de otorgar a la ciencia una supremacía sobre la ética. Es el
llamado riesgo del cientifismo.
No debe perderse nunca de vista la diferencia entre ciencia positiva y ciencia
ética: la primera solo dice como son las cosas; no es su cometido la elaboración
de juicio de valor (como deben ser).
Sirva a este propósito la reflexión del matemático francés H.Poincare:” si las
premisas de un silogismo están las dos en indicativo, la conclusión esta
igualmente en indicativo. Para que la conclusión pueda estar en imperativo, haría
falta que al menos una de las premisas estuviera ella misma en imperativo.
Ahora bien, las premisas de la ciencia están y no pueden estar mas que en
indicativo. En consecuencia, el mas sutil dialectico puede jugar con su principios
como quiera, combinarlos, apoyarlos entre se; todo lo que saque e n indicativo.
Jamás obtendrá una proposición que diga: haz esto o no hagas aquello, es
decir, una proposición que confirme o contradiga la mora.
Toda ciencia, desde el momento en que se considera ciencia positiva, se sale
de su ámbito si emite juicios éticos. Hacer esto es lo propio, precisamente, de la
ética. y , al mismo tiempo, ninguna ciencia experimental queda fuera del dominio
del a ética: desde el momento en que es una actividad libre del ser racional, cae
bajo la consideración de bondad o maldad.
CAPITULO III
EL CONOCIMIENTO EN LA ÉTICA
CAPITULO IV
LA ÉTICA Y SU RELACIÓN CON OTROS CAMPOS
La palabra ética deriva del latín Ethikos, voz que proviene, a su vez, de Ethos que
significa “costumbre” o “hábito”. La connotación de este vocablo también se refiere al
estudio disciplina que se interesa por los actos de desaprobación o aprobación, los
juicios de valor sobre las acciones que son consideradas correctas o incorrectas, la
bondad o la maldad, la virtud o el vicio y lo apetecible o lo sensato. A la ética también
se le conoce como filosofía moral.
4.1.Ética y sociedad:
Los seres humanos han creado filosofía desde tiempos remotos, así pues la
conciencia ética y moral corresponde a la época que les corresponde vivir y ésta
varia en razón directa a su conveniencia por un lado y por el otro, al grado de
igualdad o consideración que se conquiste. A continuación haremos un análisis de
la ética a través de las grandes etapas de la historia.
Como te puedes imaginar, en la época de la prehistoria no existían reglas, normas
o leyes escritas, pero sí comportamientos considerados como permitidos y no
permitidos, deseados y no deseados. El comportamiento (valor) más codiciado en
ese entonces era la valentía, pues de eso dependían los hombres para comer,
conservar o perder una propiedad o simplemente para seguir con su vida.
Además, durante esa etapa los conceptos de ética y moral es tuvieron
fundamentas sobre el binomio causa – efecto. Por ejemplo, los hombres de
aquella época podían relacionar el hecho “sexo” con el efecto “hijos”, o “violencia”
con “muerte”. Asimismo, dado que en las primeras organizaciones sociales
reinaba el matriarcado, el concepto sexo – hijos no se consideraba algo fuera de
lo común o bien, algo prohibido. No es sino hasta el nacimiento de la propiedad
privada, en donde el hecho de heredar un bien es importante, cuando este
concepto se vuelve fundamental, pues nadie atesoraría bienes para dejarlos en
manos del hijo de un extraño.
La cultura egipcia pone bajo el cuidado de la religión los campos y aplicaciones de
la ética y la moral. Y aunque la esclavitud ya había nacido, es claro que una ética
para el vencedor no es la misma que la del vencido. Después de todo, el
surgimiento de un periodo de sometimiento de unos cuantos sobre otros sólo era
cuestión de tiempo.
Otra de las grandes culturas fue la Babilonia, la cual es famosa por su código
Hammurabi. Este precepto tenía por lema el conocido “ojo por ojo, diente por
diente” y aunque suena un tanto rigorista, aún en nuestros días sigue vigente. De
hecho, la Biblia establece:”Con la vara que mide serás medido” o también, “El que
a hierro mata a hierro muere”.
Entre el 776 y el 146 a.C. se dio el florecimiento de una de las civilizaciones más
importante de la humanidad, el pueblo griego. Esta cultura fue cuna de grandes
filósofos y grandes precursores del concepto filosófico de ética. A pesar de que
este pueblo practicaba la esclavitud y declaraba la guerra a los pueblos aledaños
para así reforzar su expansión, difundir su modo de vida y lengua, cobrar
impuestos e imponer un sistema de gobierno, se caracterizaba por ser
democrático. De hecho, los ciudadanos griegos votaban de una forma peculiar,
en las urnas depositaban piedra negras para manifestar un “no” al candidato y
piedras blancas un “si”. Sorprendentemente, este sistema aún se utiliza.
Al declive de la civilización griega, surge la cultura romana (759 a.C. al 533 d.C.),
la cual toma muchas de las grandes tradiciones de la anterior y aumenta sus
fronteras. Lo que es más, tuvo una gran influencia, principalmente en el terreno de
la lengua, en los lugares que llegó a conquistar. Esta nueva civilización practicó no
sólo la guerra de una manera impresionante sino también la esclavitud, la
democracia y la política. Los gobernantes aplicaban toda clase de trucos para
alcanzar el poder, incluso llegaban a matar a sus familiares, pero ¿había de la
ética y la moral? Esos temas eran para los vencidos, para el pueblo.
Hasta ahora nos damos cuenta de que la ética, la moral y los valores son
conceptos movibles y “volátiles” y que como las normas, son juguetes de los
poderosos y son empleados para someter , pacificar y, casi siempre, para ganar
más poder. Analiza al trasfondo de las campañas políticas.
Los dioses de estas antiguas civilizaciones tienen un comportamiento
prácticamente humano, o quizá menos moral que cualquiera de nosotros. Por lo
tanto, el comportamiento de la cultura romana se fundamentó en las leyes que,
por medio del emperador Justiniano, sobreviven como base de nuestros códigos.
El cristianismo en el 313, una vez que se instituyó como la religión oficial del
imperio romano, fue una medida de control que sometió a la población entera por
medios de enseñanzas de los evangelios y además se empleó como una
herramienta para convertir a los pueblos en una servidumbre exhaustiva
(mediante temores y venganzas). Como quiera que sea, la religión funcionó de
manera importante en la conservación de valores dentro de la población. Poco
después se estableció el feudalismo, un sistema de represión y poder absoluto
controlado por un señor al que se le pagaba un tributo. El resto de los hombres
eran conocidos como “siervos” (los que sirven). Dentro de este régimen el señor
feudal tenía derecho a prácticamente cualquier cosa, desde robar y castigar hasta
violar y abusar de los desamparados. Una de las ventajas de este peculiar
personaje era la protección divina con al que contaba.
Después de un largo periodo de saqueos e injusticias, llego el Renacimiento.
Esta época se considera una etapa de descubrimiento y de constantes avances
tecnológicos. De hecho, con la invención de la imprenta fue posible que más
personas comenzaran a leer y como consecuencia, se liberan de la opresión. La
reforma trajo consigo una interpretación de la biblia más libre y por fin los
principios de la ética y la moral lograron desligarse de la manipulación. De esta
forma el pueblo pudo aspirar a una vida con mayores oportunidades de libertad.
Con los ideales de la revolución francesa, la declaración de los derechos
universales del hombre, así como con los preceptos de los periodos históricos del
Enciclopedismo y la ilustración, se logro un reclamo de igualdad, libertad y
fraternidad, los cuales representaban el clímax de la ética y la moral, pues una
condicionante para el ejercicio de la ética es precisamente la libertad.
Con la expansión de la revolución industrial se dio inicio a una serie de avances
técnicos. Los diversos usos de la máquina de vapor y los energéticos permitieron
a los hombres de aquella época disfrutar una mejor calidad de vida. Asimismo,
factores como la aplicación de los derechos de los trabajadores y el mejoramiento
de los procesos producción lograron una expansión en la educación, el empleo y
la diversidad de los valores que habían regido a las sociedades antiguas.
Según I. Lakatos, la ciencia es el perro guardián de las normas científicas. Sin
embargo, lo que podemos afirmar es que a la ciencia se le puede designar como
una dotación de una forma comprensiva a la teoría en cuestión de modo tal que
se muestren con toda claridad sus aserciones empíricas y las relaciones lógicas
entre ellas.
La ética es la disciplina que logra reunir las características de una ciencia porque
elabora hipótesis y teorías sobre la moral. De hecho, a través de estos pasos,
busca encontrar conceptos, hipótesis y teorías que certifiquen y justifiquen el
quehacer de la sociedad en el transcurso de la historia.
La ética como ciencia utiliza los siguientes pasos:
Objetividad. Intenta explicar, sin ambigüedades y embrollos, tipo de temas de tal
manera que no se someta a confusión. Tomemos como ejemplo una actitud ética
de la época prehistórica, la valentía. Para el contexto de ese tiempo no existía
confusión, la valentía era la cualidad de llevar a cabo, sin contemplaciones,
acciones que terminaban en agredir, matar, rechazar, defenderse del enemigo o
de un animal.
Racionalidad: Trata de emitir conceptos, juicios y raciocinios. La definición anterior
es producto de un juicio correspondiente a la época del que se deriva, por ejemplo
a un hombre que intentara negociar para que no otro no lo agrediera o se quedara
con su cueva no se le denominaba “valiente”.
Sistematicidad: Para llegar a la conclusión “ser valiente en la época prehistórica
era una premisa para sobrevivir” tuvimos que sistematizar un cúmulo de datos,
vestigios, objetos, restos humanos, etc. La valentía en la actualidad es algo muy
diferente, pues de encontrar vestigios en el futuro, los expertos no podrían llegar a
las mismas conclusiones que tenemos de la época prehistórica.
Metodicidad: La información recabada bajo este régimen se fundamenta en
procedimientos lógicos. Antes de desarrollarse la paleontología y otras ciencias
que estudian al hombre, era frecuente pensar que el hombre fue contemporáneo
de los dinosaurios, no fue sino hasta la capacitación de informes y su
fundamentación teórica como se llegó a la conclusión de que estos seres
existieron en diferentes épocas, muy lejanas una de la otra.
4.2.Ética y filosofía:
La ética se conoce también como filosofía moral. De hecho, es el estudio y la
disciplina filosófica teórico – práctica normativa que tiene por objeto no sólo la
descripción, análisis y fundamentación de los actos humanos en cuanto a su obrar
consciente y libre, sino también en cuanto a su regulación.
Podemos observar que la ética es una rama de la filosofía, la moral su campo de
acción y ésta un comportamiento absolutamente humano.
La ética no tiene por objeto dirigir la vida de los hombres, sino explicar el concepto
de los actos morales. Tampoco intenta establecer y determinar lo que es correcto
o incorrecto y mucho menos tiene por meta presentar una lista de derechos y
obligaciones. La ética es en realidad normativa sólo en cuanto al concepto de
conciencia, no determina lo que es, sino lo que debe ser.
La ética de cada uno enciende luces de aviso a distintos niveles y aunque el
trabajo siempre implica compromiso, es importante saber en qué momento tales
acciones te hacen cruzar una línea que no quieres traspasar o bien, decidirte a
actuar de un modo coherente para estar siempre del lado bueno y ser aceptado.
Nuestras leyes son un reflejo de nuestros principios morales, los cuales a menudo
se extraen de una codificación anterior de los principios morales en la forma de
leyes espirituales: la religión. Hacer algo legal no significa hacer lo correcto. La
filosófica china establece que lo verdaderamente correcto es que al realizar una
acción el hombre quede libre de culpa. Esta idea parece estar resumida en el
axioma: “Si tus acciones causan daño a otros, no son ética”.
Federico Nietzsche solía:”Al principio las acciones no egoístas han sido alabadas
y tenidas por buenas por aquellos, a quienes prodigadas, eran útiles. Más tarde,
se ha olvidado el origen de esta alabanza y se han encontrado como buenas
Filosofía
ÉTICA
Moral
Sociedad
ValoresNormas
simplemente las acciones no egoístas porque, por hábito, siempre se les había
alabado como tales”.
Los griegos fueron los primeros que establecieron las bases de la filosofía tal y
como la conocemos en nuestros días. De hecho, como una parte de la misma,
escribieron sobre la ética, la cual fue dividida en tres etapas: ética sofista, ética
clásica y la ética helenística.
4.3.Ética y política:
En la filosofía antigua la política abarcaba también los temas que hoy
consideramos éticos. Los trabajos más importantes sobre filosofía política son La
república de Platón y los escritos de Aristóteles. La república estudia la escritura y
funciones de un estado ideal. De hecho, se convirtió en el modelo de todas las
utopías. Aristóteles, quien consideraba al hombre como una criatura
fundamentalmente social; es decir, como un animal político, creó la base de las
teorías modernas de gobierno, especialmente con su distinción entre las
diferentes formas de gobernar. El cristianismo primitivo adoptó frente al estado
una actitud negativa a través de San Agustín y su libro De Civitate Dei. En dicha
obra declaró que el estado terrenal era un civitas diavoli o dominio del demonio.
Esta idea ejerció una extraordinaria influencia a lo largo de la edad media. En las
discusiones sobre la relación entre la iglesia y el estado, que fue uno de los
tópicos fundamentales de la filosofía medieval, Santo Tomás de Aquino insistió en
el origen popular del poder real y en el derecho que tenía el pueblo de abolir o
restringir aquel poder en caso de abuso. Dante Alighieri, por su parte, fue uno de
los primeros en reconocer el valor intrínseco del estado, ya que consideraba que
la monarquía era el único medio de mantener la paz, la justicia y la libertad en el
mundo.
La filosofía no empezó a desempeñar un papel importante hasta el inicio de la
época del renacimiento, debido a la revalorización del individuo y sus derechos, y
a la constitución de estados nacionales. Nicolás Maquiavelo y Jean Boudin
sentaron las bases de las nuevas teorías sobre el estado, afirmando su
independencia frente a cualquier poder externo y su soberanía individual.
Maquiavelo escribió si obra más reconocida, El Príncipe, en 1513 y en la
actualidad es uno de los libros más leídos y discutidos. Las voces que circularon
acerca de los proyectos de León X de crear un estado a favor de sus sobrinos fue
el estímulo principal que llevó a este famoso personaje a escribir su libro. Ya caído
en desgracia y acusado por los Médecis, Nicolás Maquiavelo no encontró más
salida que la de expresar su preocupación por el destino de Florencia e Italia. Por
esta razón, plasmó en su obra toda su experiencia y pensamientos políticos y a
pesar de que fue publicada después de su muerte, la primera edición data de
1532. El siguiente párrafo es una pequeña muestra de los argumentos más
representativos de El príncipe”.
Todos los actos políticos que conocemos hoy en día tuvieron su origen en Roma,
ya que en este lugar se llevaba a cabo un importante número de asamblea,
elecciones y debate. Los romanos solían reunirse en un foro y discutir los temas
que afectaban su estabilidad social y económica. En algunas ocasiones las
actividades políticas llegaban hasta la Vía Sacra o hasta las puertas de Roma, y
en otras era posible que los senadores, los nobles y algunos caballeros lograran el
acceso a magistraturas superiores.
Una vez que el ciudadano romano había votado, elegido a sus magistrados y
ratificado una ley, éste pasaba a ser un espectador de la política. Sin embargo, el
hecho de ser espectador no significaba ser pasivo, pues el poder era un
espectáculo permanente que decidía el desenlace de una obra. En cualquier
momento el ciudadano podía abandonar su comercio, taller, huerta, banco, oficina
de escriba o simplemente su casa para acudir al foro.
Los magistrados y los senadores recorrían la cuidada con toda la majestuosidad
que les otorgaba su poder, precedidos por lictores o alguaciles. Además se abrían
paso, blancos y rojos, a través de la multitud, publicación decretos, hacían que
arrestaran y condenaran a otros ciudadanos, imponían multas y convocaban al
pueblo a asambleas. Dado que todo esto ocurría en el exterior, el magistrado se
exponía constantemente a las miradas de los cuidadnos, es por ello que podía
ejercer una censura informal de la opinión pública. Los jueces impartían justicia al
aire libre desde sus estrados, rodeados de una multitud que manifestaba su
opinión sobre los acusados o los demandantes y sus abogados. En estos foros
era común que a un orador no se le permitiera seguir hablando a causa de los
gritos y la pullas de la muchedumbre. Los magistrados que observaban estas
acciones desde la tribuna de las Rostra, la cual se situaba al pie del Capitolio, no
estaban exentos del enojo popular. Sin un bromista encaramado a una estatua
lanzada al orador bromas que desataban la risa de la multitud, el expositor se veía
obligado a retirarse. La asamblea popular era una difícil prueba de fuerza, ya que
no había dos bandos claramente determinados, uno que defendiera la legalidad y
otro que representara la injusticia. Si no había más que un interruptor
malintencionado, este era expulsado violentamente, pero si por el contrario, a este
individuo se le unía arrollada mayoría, por mucho que intentaran los alguaciles de
los magistrados contener a la multitud, no eran capaces de dominar la situación.
Tener en contra a la mayoría de una asamblea no era un buen augurio y por lo
tanto, el magistrado tenía que renunciar.
El objeto de la política es el estado y éste se compone de los siguientes
elementos:
Sociedad: Se refiere a un conjunto de individuos y agrupaciones que
constituyen la base y la manifestación de la vida social, económica,
cultural y recreativa, es decir, es un conjunto de personas que
conviven en un mismo territorio y forma parte de los diversos grupos,
comunidades y asociaciones. En este sentido, el desarrollo de la vida
social ha originado toda una amplia gama de asociaciones que son
fruto de la libre expresión y voluntad de las personas.
Estado: Se refiere a un conjunto de seres humanos que comparte un
origen, un pasado o una patria. Generalmente, este grupo de personas
está bien establecido en un determinado territorio. El concepto de
nación por otro lado, hace referencia a la idea de un pueblo con
sentimientos comunes sin que sea posible determinar de forma
precisa, ni siquiera aproximada, el elemento aglutinante de dichos
sentimientos. La idea de nación es, ante todo, una forma de
comunidad, de sociedad natural que surge y se mantiene gracias al
predominio de las relaciones de tipo afectivo, sentimental, cultural,
lingüístico, etcétera.
4.4.Ética y justicia:
Una definición general de justicia es la virtud, la cual nos hace dar a cada uno lo
que es suyo. En párrafos anteriores establecimos el concepto de virtud como el
comportamiento humano más deseable o positivo que en realidad era mejor
conocido como valor moral. Pues efectivamente, practicar e impartir justicia a
otros es actuar éticamente.
A la justicia se le ha representado desde hace mucho tiempo como una mujer con
los ojos vendados sosteniendo en una mano una balanza en equilibrio y en otra
una espada. Esta representación, o símbolo universal, señala claramente que la
justicia debe ser equitativa para todos y que la fuerza pública, representada como
la espada, deberá respaldarla. Los rasgos esenciales de la justicia son la
igualdad, la imparcialidad y la ejecutividad. Asimismo, persigue los siguientes
objeticos:
1. Dar solución a las demandas impuestas por diversos individuos, instituciones o
entidades con la finalidad de mantener sana la convivencia y la paz.
2. Vigilar que el castigo a los delitos se realice bajo los términos que marque la ley
para así asegurar el respeto a los valores sociales y defender las propiedades,
honor y seguridad de las personas.
3. Defender la seguridad del estado por medio del castigo a las violaciones de las
leyes y la prohibición de cualquier conducta violenta que tenga por objeto tomar su
lugar.
4. Proteger la libertad de los ciudadanos a través de la condena de las acciones
ilegales del poder ejecutivo.
En nuestro país el poder judicial es el responsable de administrar justicia. Por su
parte, el poder legislativo es el encargado de evaluar, dictar y establecer las leyes
y normas que rigen el sistema jurídico. Los códigos de derecho constituyen el
sustento de todas las actividades judiciales. A pesar de que las acciones de los
jueces y los tribunales se basan en las normas establecidas por el poder
legislativo, la labor de los especialistas en derecho consiste en interpretar, por una
parte, el lenguaje jurídico en que vienen formuladas las leyes y la intención del
legislador y por otra, las características de los hechos y de las personas que son
juzgadas. Sin embargo, por mucho que se busque prever y dictaminar los diversos
casos y excepciones en los que la ley se debe aplicar de cierta manera, cada
hecho sometido a la consideración de los jueces reúne circunstancias distintas.
Por esta razón, es imperativo que las leyes que rigen a las sociedades humanas
cambien.
La cultura romana legó muchos de los conceptos jurídicos que actualmente se
emplean en las cortes de justicia. Por ejemplo, en el libro El Ciudadano Romano
Durante la República, escrito por Florence Dupont, encontramos el siguiente
pasaje en el cual se puede vislumbrar la forma en la que los antiguos romanos
interpretar la justicia.
Como podemos observar, la muerte Apio es una buena muestra del
funcionamiento de la justicia romana. Como en la política, lo importante de la vida
cotidiana es no ser rechazado por la comunidad. La prisión donde se ha recluido a
Apio es un lugar de muerte, situada en la ladera sur del Capitolio, por encima del
comitium. La prisión, cárcel, es un lugar aterrador, oscuro y en donde los
detenidos se enferman y viven entre la basura. Sólo sobrevivieron aquellos a los
que la comunidad socorre.
La detención en Roma no era un castigo; de hecho significaba la muerte de quien
no había sabido acumular en vida suficiente reconocimiento y dignidad para que
un grupo pudiera presionar a los magistrados y al senado a fin de liberarlo de la
cárcel antes del proceso. Si bien el abandonado por parte del grupo condenaba al
individuo a un cierto tipo de muerte, la comunidad podía expresar su
desaprobación a una sanción y oponerse a ella eficazmente.
El sistema jurídico romano funcionaba de la siguiente manera: un magistrado
dictaba, a través de su discurso, su condena. Posteriormente, este individuo
ordenaba a su lictor que capturara al acusado. Éste tomaba al acusado por la
garganta y a menudo le ataba una cuerda al cuello y la ajustaba hasta quela
sangre brotaba de sus ojos, orejas y boca. Finalmente, lo llevaba a prisión.
Correspondía entonces a la multitud decidir el futuro del acusado. Si el acusado
callaba, todos los asistentes, amigos y parientes, lo abandonaban como respuesta
a su asombro y sus enemigos aplaudían como símbolo de su alegría. En el caso
de un contexto tiránico, los ahogados gemidos de la multitud revelaban su
consentimiento forzado. Si por el contrario, el condenado pedía ayuda la situación
podía cambiar. Sin embargo, poco importaba que ese llamado de auxilio
adquiriera una forma jurídicamente definida o que fuera informal. El acusado
provocaba al pueblo, a los tribunos de la plebe, a la multitud presente y a sus
amigos. De hecho, se trataba de resistir a la coerción de los magistrados. Al duelo
asistían sus parientes, amigos, diversos grupos sociales, los miembros del
senado, entre otros para manifestar su desacuerdo; y la forma de expresar su
tristeza era acompañar al prisionero hasta la cárcel y permanecer noche y día y fin
de amotinar a la ciudad y desestabilizar al magistrado. Esta réplica utilizaba sus
propias armas y hacía actuar a los lictores. El conflicto se extendía y se agudizaba
hasta que el senado intervenía y terminaba en un torneo oratorio.
Tanto en la vida política como en la judicial, esas divisiones de la ciudad siempre
desarrollaban en el foro. La secesión, la provocación y la intervención de los
tribunos no eran hechos aislados sino prácticas funcionales. En roma los rituales
en las instituciones políticas no estaban separados. Si bien roma ignoraba la
democracia, vemos que la legitimidad del pueblo realmente funcionaba. Los
ciudadanos romanos participaban activamente en la vida política y judicial.
Como podemos concluir, la ética en la justicia tiende a ser sumamente
complicaba, pues depende del lugar en que se encuentre el individuo. Además,
buscará una interpretación y un beneficio. Depende también de factores sociales,
políticos, económicos y hasta religiosos en la aplicación de la justicia.
El derecho es una acción que se ejecuta de acuerdo a la ley moral. Sin embargo,
en el campo legal es la acción que se tiene sobre una persona o cosa reconocida
por la ley.
Los sofistas griegos criticaron las leyes y costumbres existentes. De hecho,
afirmaban que todos los gobiernos humanos eran artificiales y creados por
decretos o convenciones que iban en contra de la ley natural. Aristóteles y los
estoicos desarrollaron más profundamente esta idea de ley natural, la cual se
basaba en la ley natural del universo. Esta ley, por su parte, era consecuencia de
la razón universal, del mismo modo que el espíritu del hombre era su
complemento. Cicerón insistía en la idea de la ley natural como una característica
innata del hombre y la identificó además con la “recta razón”, oponiéndola a la ley
escrita, la cual puede ser injusta y hasta tiránica. Santo Tomás De Aquino, por su
parte, consideró la ley eterna como la razón que existía en la mente divina y que
era capaz de controlar al universo. No fue sino hasta el renacimiento cuando se le
dio un nuevo impulso a la filosofía del derecho. La jurisprudencia, es decir, la
efectiva aplicación y práctica del derecho, tuvo su arranque en el siglo XVII,
aunque las aportaciones del derecho romano son un legado invaluable.
La misión del derecho consiste en mantener el orden y en caso de haber sido
perpetuado, procurar restablecerlo. Este orden, en sentido estricto, no es algo
acabado y estático, no se encuentra escrito ni recopilado de manera completa en
ninguna parte. En cierta manera, todos los códigos de derechos se encuentran
continuamente en vías de transformación.
La práctica judicial debe fundamentarse siempre en un sistema coherente de
derecho positivo al que puedan recurrir tanto los jueces como los magistrados
como los bogados o cualquier otra persona que exija determinados derechos. Por
tanto, podemos establecer que el sistema legal es dinámico.
En los estados de derecho impera el principio de legalidad según el cual sólo son
consideradas como delitos aquellas acciones u omisiones que la ley señala. En
declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 11.2 se establece
que: “Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de
cometerse no fueran delictivos según el Derecho Nacional o Internacional.
Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la
comisión del delito”.
Según la teoría de la ley natural, los seres humanos poseen ciertas cualidades
propias, a saber, conocimiento y libertad. Estas características expresan
exigencias innegables que deben constituir la norma o el criterio o el criterio
fundamental a la hora de legitimar cualquier sistema legal, de tal manera que sólo
las leyes que cumplan con tales requisitos pueden considerarse justas. Ahora
bien, si el ser humano posee por naturaleza estas cualidades, sus exigencias
serán expresiones de la ley natural. Aristóteles afirmaba que la justicia natural
tiene en todos los lugares el mismo valor y la misma fuerza. De acuerdo con
pensadores tales como Cicerón, Ulpiano, Gayo y Paulo, el derecho natural es
supremo, inmutable, universal y común a todos los pueblos.
Las normas y principios ético- moral y jurídico conservan similitudes y diferencias.
Entre los rasgos comunes podemos mencionar que:
Regulan las relaciones entre los ciudadanos mediante normas y dictan, por este
simple hecho, una conducta obligatoria o “debida”.
Tienen la característica de ser imperativos y encierran la exigencia del
cumplimiento.
Responden a una necesidad social o sea que regulan las relaciones de los
hombres con el fin de garantizar cierta cohesión social.
Son de condición cambiante y al sufrir una modificación, también alteran el
contenido de su función social. Además, al cambiar los valores a través de la
cultura, el derecho se ve obligado a actualizarse aunque éste tiende a ir más lento
pues siempre está a favor del comportamiento.
Entre las diferencias de estos principios podemos señalar que:
a) Se cumplen por consentimiento, pues todos los seres humanos crecemos con
ellas. De hecho, adoptamos una adhesión prácticamente inconsciente. Como
ejemplo tenemos la costumbre de salir vestidos a la calle.
b) El comportamiento jurídico, o legal, de un individuo es diferente y se adquiere con
la constante interacción que mantiene con el estado y la sociedad. Por esta razón
es común que exista cierto grado de resistencia; por ejemplo, las obligaciones
tributarias.
c) Se consideran internas y se cumplen por convicción; por ejemplo el recato, la
vergüenza, el remordimiento, etc. Aún así nada ni nadie puede obligarnos a
cumplir esta norma. El derecho, sin embrago requiere un aparato regulador y
represivo para hacer cumplir la ley.
d) Las normas jurídicas están codificadas.
e) El campo de los aspectos éticos- morales es más amplio que la de los principios
jurídicos porque la moral afecta a una gama social más amplia. Por el contario, el
derecho relaciona a los ciudadanos que son más importantes para el estado.
f) Las normas ético- morales existen aun antes que las normas jurídicas pues de las
primeras depende la integridad del individuo. Las segundas se derivan de las
primeras pero a través de su formalización y codificación.
g) Tanto las normas ético – morales como las jurídicas gozan de una distante
situación dentro de la conducta humana. La moral de un grupo social puede entrar
en contradicción con una norma jurídica. Por ejemplo, un grupo de nudistas.
h) Tanto las normas ético- morales como las jurídicas tienen un carácter histórico. La
esfera de la moral se hace más amplia a expensas del derecho. En realidad esa
idea se podría ilustrar con el aforismo:”todo lo que no está prohibido está
permitido”.
Por las razones aquí expuestas, no es necesario que las normas ético- morales se
encuentren escritas en algún documento. Por el contario, es un aspecto
imperativo para cualquier sociedad tener registradas las leyes jurídicas en:
1. La Constitución política.
2. El código civil.
3. El código penal.
4. El código mercantil.
5. Un reglamento de tránsito.
4.5.Ética y religión:
El concepto de religión se traduce como la fe o creencia en la existencia de
fuerzas sobrenaturales o bien, en un ser transcendente, sobrehumano y todo
poderoso que se encuentre ligado al ser humano.
Las relaciones entre el hombre y lo divino, a través de la religión, se caracterizan
por los siguientes rasgos:
a) Sentimiento de dependencia del hombre por Dios. Esto significa que, en su fe, el
hombre está consciente no sólo de la existencia de la divinidad sino de que el
destino puede actuar para bien o para mal, en vida o después de su muerte
(premio o castigo eterno).
b) La garantía de salvación. De hecho, las distintas religiones ofrecen un cierto tipo
de recompensa después de la muerte. A continuación numeramos las más
representativas:
Catolicismo: La gloria eterna.
Budismo: Ascendencia a una existencia superior.
Brahmanismo: Reencarnar en un ser superior.
Éticamente el hombre reconoce que su comportamiento repercutirá de alguna
manera cuando su viada trascienda al más allá. Asimismo, a firma la existencia de
Dios como sujeto y por lo tanto, renuncia a su autonomía existencial, buscando no
sólo el apoyo, sino implicándole la responsabilidad de su futuro. De hecho, es muy
común oír a las personas decir:”Ahí nos vemos si Dios quiere” o “Si Dios me
ayuda”.
Las distintas religiones proponen una solución a los males de este mundo. Sin
embrago también demandan la humilde aceptación de la miseria de sus fieles
mediante el conformismo, la resignación y el tradicionalismo.
En al roma imperial la religión sirvió a los oprimidos para sobrellevar penalidades
tales como la pobreza, al discriminación y la burla. Posteriormente, las religiones
ya instituidas sirvieron como justificación a los operadores para mantener
resignados a los pobres y sobre todo, con el vivo deseo de quedarse en el estatus
en el que se encontraban.
En la relación de la ética con la religión podemos resaltar los siguientes puntos:
La religión entraña cierta forma de control en la relación entre semejantes, es
decir, establece la moral. Se puede observar que los mandamientos contenidos en
la biblia entrañan un código de conducta de sana convivencia.
La religión y los valores s fundamentan en un solo concepto para la realización de
los preceptos religiosos. Cabe señalar que en culturas no religiosas ya existían
conductas éticas y morales que garantizaban el respeto entre los seres humanos.
Esto implica que no es absolutamente necesario que exista alguna religión para
que se observe una ética y una moral.
Como un hecho sorprendente, recientes investigaciones científicas han
comprobado que dentro de la corteza cerebral existe un comportamiento de donde
se procesa la información concerniente a los aspectos religiosos.
CAPITULO V
ANÁLISIS CRÍTICO RELACIONADO A LA ÉTICA
5.1. “Lo que esta bien lo que esta mal”
“Lo bueno y lo malo” no es algo fácilmente individual, una vieja definición nos dice que
la ética es aquella disciplina que nos indica lo qué está bien y qué está mal, esta
definición es bastante incompleta y vaga, en primer lugar, porque “lo que está bien o
mal” puede ser entendido de muchas maneras ya que algunos lo entienden en clave
subjetiva: lo que cada uno piensa que está bien o está mal. Por ejemplo, a veces una
persona piensa que está bien emborracharse, o usar de violencia contra los hijos, o
incluso vengarse y asesinar a un enemigo, otros saben que algo está siempre mal,
pero se dejan llevar por un momento de pasión, y luego se justifican: no quería
hacerlo, estaba fuera de mí, etc.
Otros entienden “lo que está bien o mal” en clave sociológica: lo que es admitido en
una sociedad se convierte en algo bueno o, al menos, tolerable, es así que la historia
nos muestra cómo cambia, en los lugares y en los siglos, la percepción sobre lo bueno
y lo malo, lo que se permite o se prohíbe en cada grupo humano.
En la actualidad predomina un cierto modo de ver “lo bueno y lo malo” que no
coincide con lo que se pensaba hace 100 años, ahora muchos ven la anticoncepción
como un progreso científico y ético, otros consideran el divorcio como algo bueno,
siendo estas ideas, hace 100 años, eran condenadas como erróneas desde el punto
de vista ético, y hoy, en cambio, son vistas como aceptables.
Lo anterior nos da a entender que “lo bueno y lo malo” no es algo fácilmente
individuadle, y que las opiniones cambian con el pasar del tiempo.
La ética, que no puede quedarse en constatar lo que es permitido o promovido en un
determinado pueblo, en un tiempo de la historia. Lo bueno y lo malo no puede
depender de opiniones ni de culturas, pues entonces lo único “malo” sería oponerse al
pensamiento dominante (¿y por qué eso sería malo?),en ese caso, Sócrates habría
sido un perverso, Cristo un fracasado que no aceptó la autoridad que dominaba en su
pueblo, Pablo de Tarso un extraño que hablaba de castidad en un mundo donde el
sexo se vivía sin traumas, Francisco de Asís un psicópata que defendía la pobreza
cuando el bienestar llamaba a las puertas de Europa.
Precisamente porque la ética no coincide con la “cultura dominante”, hay y habrá miles
y millones de seres humanos que vivirán según unos principios que valen por sí
mismos. Aunque para vivir así tengan que ir a un campo de concentración nazi o
comunista, aunque todos se rían de ellos por aceptar el tener muchos hijos, aunque se
les critique de “retrógrados” o “anticuados” por defender lo que vale por encima de la
ola de la moda.
Quizá esos hombres, esas mujeres, muestran que hay un bien y un mal superior, por
el que vale la pena estar dispuestos a morir. No es “ético”, para conservar la vida,
perder los motivos del vivir, según una famosa frase del poeta romano Juvenal. La
máxima expresión de la grandeza humana consiste en estar dispuestos a ser
condenados por el pensamiento dominante para vivir según valores que valen
siempre, porque están escritos, de un modo misterioso y profundo, en la conciencia de
cada ser humano. Aunque el polvo del “progreso” quiera sepultarlos en el olvido o
quiera rechazarlos con desprecio.
5.2. “Una ética abandonada y maltratada”
¿Cuáles son las barreras que impiden a los seres humanos definir por sí mismos sus
reglas de comportamiento?
La ética parte del reconocimiento de que todos tenemos y cada uno “tiene sus límites”,
límites en cuanto a la realización de los deseos y/o la fijación de metas u objetivos y/o
a los medios para alcanzarlos.
También parte del reconocimiento de que todos y cada uno se debe a los demás, no
sólo y no tanto porque tengamos la propiedad de ser seres sociales sino sobre todo
porque los otros forman parte de nuestro ser íntimo, en una multitud de aspectos, es
decir que estamos constituidos por una propiedad social específica: la de tener a los
demás en nosotros mismos.
La base del reconocimiento de límites y la del reconocimiento de “los demás en mí”,
fundamentan el sentimiento ético, aunque no una Ética propiamente dicha.
¿Por qué? Pues porque estos dos fundamentos no bastan por sí solos para definir los
principios a los cuales ajustar nuestra conducta.
Aquí es donde descubrimos una tercera base: la del espacio de libertad de la que
gozamos para definir qué entendemos y dónde ponemos nuestros límites; así como
también a quiénes consideramos y a quiénes excluimos como “los demás en mí”.
Por ejemplo, desde el pensador que en actitud filosófica define que “nada de lo que es
humano me es extraño”; hasta el integrante de una secta o de un grupo mafioso que
cree que solo se debe a los que pertenecen a su círculo estrecho, hay una enorme
gama de posibilidades para el ejercicio de nuestra libertad.
A través de ella constituimos nuestra individualidad como seres diferentes y únicos.
Pero notemos que se trata de un espacio de libertad para elegir nuestra forma de ser,
pero también para elegir los límites y para comprender lo humano y a nosotros
mismos, de modo que definamos a quienes aceptamos como prójimos, o sea a
quienes encarnaremos - con acierto o equivocadamente - como “los demás en mí”.
Es decir que, a través de nuestra libertad, somos seres autónomos - y responsables
en la misma medida - pero no independientes, o sea, no arbitrariamente libres (como
lo postulan los “principios” anti éticos posmodernos).
Esto significa que tenemos la libertad de fijar los límites, pero no de no tener ninguno.
Tenemos también la libertad de decidir a quiénes consideramos nuestros prójimos,
pero no la de no tener ninguno (como lo postula el individualismo egocéntrico
actualmente de moda).
Y la razón de esto es obvia: si los demás están en mí - me guste ello o no - actuar sin
que me importen nada los demás implica la destrucción de la base de mi propio ser. Ni
siquiera esta razón perfectamente egoísta parece considerar ni querer ver los
partidarios actuales del individualismo extremo.
CONCLUSIONES
Son un conjunto de valores que orientan la acción. Nos dirigen a una cierta concepción
del hombre y de la sociedad que el grupo profesional se forja por la confrontación de
principios morales con la experiencia de situaciones en el respeto de la ética personal.
Nos lleva a los valores propios de un individuo, se alimenta de sus convicciones o de
sus referencias personales filosóficas, religiosas, o políticas. Tiene como referencia
una cierta noción de lo justo y lo injusto, del bien y el mal, de lo verdadero y lo falso,
etc. Tiene que ver con las convicciones.
La ética es la ciencia que estudia la moralidad del obrar humano: es decir, considera
los actos humanos en cuanto son buenos o malos.
El objetivo material de la ética, son los actos humanos, el objeto formal es el orden que
debe existir en estos actos humanos.
El objeto formal de la ética se configura bajo el estudio de los actos humanos, siendo
el objetivo el de la bondad o maldad moral, considerando el orden en que debe existir
en estos actos.
La ética no crea normas, sino que las descubre y explica, al guiar al hombre los
valores y principios que han de orientar su marcha en el mundo, afina y desarrolla su
sentido moral e influye de este modo en su conducta.
La ética se divide en ética general y la ética aplicada o especial. La primera estudia los
principios básicos que determinan la moralidad de los actos humanos: la ley moral, la
conciencia, el fin último del hombre, etc. Y la segunda aplica esos principios a la
realidad concreta del hombre: a su propia persona, al matrimonio y la familia, al
ámbito del trabajo, de la sociedad y el estado, y , por fin, a las relaciones del hombre
con su creador.
La ética aplicada se va a configurar en la ética aplicada como la ética profesional
donde se objeto radicará en definir y explicar el conjunto de reglas de comportamiento
y formas de vida, a través de las cuales, el profesional, tiende a emplear los valores
profesionales y humanos, lo plenamente bueno, conforme a la razón y a los
lineamientos de su profesión.
La mitología y la teología son las fuentes más antiguas de la ética, aunque en la
actualidad se maneja más entre filósofos, la ética por su parte, se centra en lo teórico
piensa, ¿cómo debería castigarse a los conductores que manejan en estado de
ebriedad?, ¿todos deberíamos ser donadores de órganos? Las reglas según las
cuales vivimos constituyen la ética.
La ética no debe ser solo una disciplina establecida en papeles debe ser ideal a
cumplir en todas las personas.
RECOMENDACIONES
La ética no se preocupa sólo de una acción puntual sino de acciones que duran toda
la vida y de acciones que con el tiempo se hacen hábitos. Se trata de labrar actitudes.
Ej. no se trata de hacer una acción generosa, sino de ser generoso.
A la ética le preocupa una conducta hacia bienes, hacia el bien, hacia la madurez,
hacia lo mejor, hacia lo excelso, hacia la autorrealización, para perfeccionarse a uno
mismo.
La categoría de tu filosofía personal será insuperable si logras aunarla con éxito.
Si sabes distinguir entre el bien y el mal, si eres también capaz de decidir y determinar
si algo es correcto o equivocado.
Es importante que conozcas tus propias opciones y valores las ventajas y desventajas.
Asimismo, es fundamental que encuentres una forma de razonar moralmente sobre
las acciones que tienes que enfrentar de tal modo que puedas justificar la bondad de
tu respuesta.
Antiguamente la ética se caracterizaba por decir a las personas lo que tenían o no que
hacer (ej.: no al aborto); hoy en día la ética no pretende solucionar sino ORIENTAR,
ser una guía.
La ética no pretende orientar el pensamiento, sino las acciones. No se preocupa por lo
que se piensa sino por lo que se hace. No es un saber teórico, es un saber práctico;
las cuestiones prácticas le incumben a todo el mundo
Se intenta utilizar la razón, se intenta orientar las acciones racionalmente; se tiene que
razonar el porqué se actúa de una manera y no de otra. Las personas no sólo actúan
sino que además tienen razones.
ANEXOS
CASOS PRÁCTICOS
CASO N°1:
Problema de convivencia, poco respeto de las normas y la mala relación entre
los menores y personal que le forma. Los chavales se sienten desmotivados y pocos
valorados.
Los bajos valores se vuelven cada vez más asiduas. Actualmente se incorpora
un educador social, para cubrir la baja de un compañero.
Los problemas manifestados por los distintos profesionales son:
Escasa integración en la convivencia.
Falta de hábitos higiene y nutrición de los chavales.
Dificultad para asumir normas y responsabilidades.
Graves problemas de relación en chicos y en equipo.
BIBLIOGRAFÍA
1. DE LA TORRE DIAZ, FRANCISCO JAVIER, Ética Y Deontología Jurídica,
Madrid- España, 1°Edicion, Editorial Publicaciones Digitales.S.A., 2000.
2. GARCÍA HUIDOBRO, JOAQUIN, Una Introducción A La Tradición Central
De La Ética, Lima-Perú, 1°Edición, Editorial Palestra Editores,2009.
3. NUÑO VIZCARRA, FRANCISCO, Filosofía Ética Moral y Valores,
México ,2004.
4. SADA FERNANDEZ, RICARDO, Curso De Ética General Y Aplicada,
México-D.F., 2° Edición, Editorial Minos III Milenio, 2008.
INFOGRAFÍA
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n:http://www.gestiopolis.com/canales/gerencial/articulos/71/impoeticaadmon.
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2. BIBLIOJURIDICA,Etica y derecho ,articulo de internet publicado el
25/07/2007,acceso a internet, (11/04/2010),disponible
en :http://www.bibliojuridica.org/libros/2/756/45.pdf
ÍNDICE
ÉTICA
Dedicatoria
Epígrafe
Introducción
CAPÍTULO I
PRINCIPALES CORRIENTES DE ÉTICA DE SOCRATES A LA ÉTICA DE LA LIBERACIÓN
1.1. Ética Sofista
1.2. Ética Clásica
1.3. Ética Helenista
1.3.1. Escuela Epicúrea
1.3.2. Escuela Estoica
1.3.3. Escuela Cínica
1.4. Corrientes sobresalientes relacionadas a la Ética
CAPÍTULO IINOCIONES GENERALES
2.1. Definición de ética
2.1.1. Definición etimológica
2.1.2. Definición real
2.2. Objeto material y objeto formal de la ética
2.3. La ética es una ciencia práctica
2.4. La ética es una ciencia de carácter filosófico
2.5. División de la ética
2.5.1. La ética general
2.5.2. La ética aplicada o especial
2.6. Analogías y diferencias entre la ética y otras ciencias
2.6.1.ética y psicología
2.6.2.ética y sociología
2.6.3.ética y teología moral
2.7. El cientifismo como riesgo para la ética
CAPÍTULO IIIEL CONOCIMIENTO EN LA ÉTICA
CAPÍTULO IVLA ÉTICA Y SU RELACIÓN CON OTROS CAMPOS
4.1.Ética y sociedad
4.2.Ética y filosofía
4.3.Ética y política
4.4.Ética y justicia
4.5.Ética y religión
CAPÍTULO V
ANÁLISIS CRÍTICO RELACIONADO A LA ÉTICA
5.1. “Lo que esta bien lo que esta mal”
5.2. “Una ética abandonada y maltratada”
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
ÍNDICE