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Marina Geli, consejera de Salud Entrevista Reportaje Los líderes sanitarios demandan pactos para esta legislatura Debate ¿Hacia dónde evoluciona la Medicina privada en el siglo XXI? “Aprobaremos una ley en Cataluña para apoyar a la industria farmacéutica” Jubilación gradual: ¿solución a la discusión de los 65 o 70 años? Tema del mes LA REVISTA DE INFORMACIÓN Y OPINIÓN SANITARIA Abril 2008 año VIII núm. 87 www.sanitaria2000.com revista

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Marina Geli, consejera de Salud ¿Hacia dónde evoluciona la Medicina privada en el siglo XXI? Los líderes sanitarios demandan pactos para esta legislatura Los líderes sanitarios demandan pactos para esta legislatura Jubilación gradual: ¿solución a la discusión de los 65 o 70 años?  Abril 2008 año VIII núm. 87 Abril 2008 año VIII núm. 87    LA REVISTA DE INFORMACIÓN Y OPINIÓN SANITARIA w w w .s a n it a r ia 2 0 0 0 .c o m revistamédica 3

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  • Marina Geli, consejera de SaludEntrevista

    ReportajeLos lderes sanitarios demandan pactos para esta legislatura

    DebateHacia dnde evoluciona la Medicina privada en el siglo XXI?

    Aprobaremos una ley en Catalua para apoyar a la industria farmacutica

    Los lderes sanitarios demandan pactos para esta legislatura

    Jubilacin gradual: solucin a la discusin de los 65 o 70 aos?

    Tema del mes

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    revista

  • 3revistamdica

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  • @carta

    editorJos Mara Pino

    sta es la pregunta que se hacen los mdicos de Madrid tras la apertura de los nue-vos hospitales. No han faltado quejas, frustaciones e incluso verdaderos con ictos en algunos sectores de las sociedades cient cas madrileas. Es cierto que cada centro sanitario privado y, por supuesto, cualquier sistema sanitario pblico, tiene derecho a organizar la asistencia en la forma que estime ms equitativa y e ciente. Y cual-quier comunidad autnoma, incluida la de Madrid, tiene legitimidad para adecuar sus demandas de sanidad con las posibilidades reales, aunque esta legitimidad debe ampararse con la informacin y la transparencia. Pero en Madrid est resultando opaco y desde luego confuso y desacertado. Las protestas pblicas proceden de los sindicatos profesionales, y las no pblicas, de gran parte de los mdicos implicados en esta primera remesa de reordenacin de personal y, lo que es peor, de las sociedades cient cas que los representan.

    Cules son los criterios para la seleccin de las jefaturas y del sta ? Pareca que podran ser cient cos. Al disiparse pronto esta duda, exista la opcin de que los criterios de liderazgo de gestin fueran los pri-mados, pero la respuesta fue igual de rotunda: no. Quizs se pensara en los de cercana social, cultural y geogr ca, pero stos lo han sido slo algunas veces. Lo que el tiempo ha demostrado ha sido que el criterio reinante era el per l bajo del aspirante. El porqu de este criterio es obvio. Cuando lo previo era la temporalidad laboral, cualquier cosa es mejor, incluso renunciar al concepto de especialidad en el que se ha forma-do en los ltimos 30 aos.

    Cuando la seleccin no ha seguido este per l, el caos era la resultante. As, un jefe de servicio escogido slo en especialidad de primer nivel por su capacidad de lide-razgo, al tomar posesin de la plaza se daba cuenta de que lo esperado era irreal. A continuacin empezaban los problemas y el cese era un hecho. Cuando los criterios cient cos han sido los valorados, los seleccionados chocan con que casi la nica peti-

    cin diagnstica posible en su especialidad es una sobrecarga oral de glucosa, por lo que su descontento emerge y la renuncia es cuestin de tiempo... y as sucesivamente. El per l bajo tambin obvia estos problemas de insatisfac-cin. Las sociedades cient cas entendern ahora por qu no se les ha tenido en cuenta en la seleccin: no se precisa de su consejo.

    En los aos 80 irrumpieron las especialidades mdicas, que han aportado el gran desa-rrollo y avance de la medicina en los ltimos aos. Sin restar importancia a Medicina Interna (que la tiene), el papel casi irrelevante que se pretende dar a las especialidades mdicas (y, lo que es ms grave, de forma desigual) en estos nuevos hospitales madri-leos, hace pensar que se pre eren centros de salud grandes antes que los hospitales. Es un error que pasar factura a Madrid por el fondo y la forma. Un debate profundo, con asesores reales, la informacin y la transparencia podran evitar esta cada libre.

    Hospitales o centros de salud grandes?

    Se ha optado por el perfil bajo

    como criterio de seleccin de

    jefes y personal.

    E

    EQUIPO EDITORIAL

    Ao VIII Nmero 87 Abril 2008

    Editor: Dr. Jos Mara Pino. Director: Ricardo Lpez Garzn.

    Redactora Jefe: Eva Faria. Redaccin: Raquel Lozano Parra, Fco. Javier Barbado Cano, Marta Gmez Franco, Natalia Arias Armesto,

    Laura R. Pinto, Leire Sopuerta Biota, scar Lpez Alba. Secretaria de Redaccin: Margarita Rodrguez. Publicidad: Yolanda Jimnez.

    Director de Arte: Jos Mara Martn Snchez. Maquetacin: Miguel ngel Escobar, Julio Garca, Marta Rodrguez de S. Sez

    Fotografa: Ana Salazar. Colaboradores: Sergio Alonso, Joaqun Estvez, Julin Garca Vargas,

    Alipio Gutirrez, Ricardo de Lorenzo, Julio Snchez Fierro, Jess Snchez Martos.

    Correo electrnico: [email protected] de nmeros atrasados: 3,61Euros

    C/ General Daz Porlier n 57-1A - 28006 Madrid Tel.: 91 534 03 68 - Fax: 91 533 42 91

    Edita:www.sanitaria2000.com www.rmedica.es

    ISSN: 1577-3396 - Depsito legal: M-4824-2001 Soporte vlido: SPV 326 RCM - Imprime: Anzos

    CONSEJO EDITORIAL

    Anciones, Ventura. Jefe del Dpto. de Neurologa. Clnica La Zarzuela. Madrid.Arenas Mirave, Juan Ignacio. Jefe del Serv. de Aparato Digestivo.

    Hospital Virgen de Arnzazu. SanSebastin.Avila Snchez-Torija, Mario. Cardilogo. Unidad de Hipertensin.

    Hospital Clnico San Carlos. MadridBalsa, Alejandro. Adj. Reumatologa. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

    Barbado, Javier. Jefe de Seccin de Medicina Interna. Hospital Univ. La Paz. Madrid.Benito Ruiz, Pere. Jefe del Serv. de Reumatologa. Hospital del Mar. Barcelona

    Castro Beiras, Alfonso. Jefe del Serv. de Cardiologa. Hospital Juan Canalejo. A Corua.Conthe, Pedro. Medicina Interna.Hospital Gregorio Maran. Madrid.

    Daz Rubio, Manuel. Jefe del Serv. Aparato Digestivo. Hospital Clnico San Carlos. Madrid.Dez Tejedor, Exuperio. Jefe del Serv. de Neurologa. Hospital Univ. La Paz. Madrid.

    Dorta Delgado, Javier. Jefe del Serv. de Oncologa. Hospital Ntra. Sra. de La Candelaria. Tenerife.

    Fernndez Avils, Francisco. Jefe del Serv. de Cardiologa. Hospital Univ. Valladolid.Ferr Navarrete, Francisco. Jefe del Serv. de Salud Mental. Comunidad de Madrid.

    Formiguera, Xavier. Jefe Unidad de Trastornos de Alimentacin. Hospital Germn Trias I Pujol. Badalona.

    Garca Alegra, Javier. Jefe del Serv. de Medicina Interna. Hospital Costa del Sol. Marbella.Garca Luna, Pedro Pablo. Jefe Seccin de Nutricin. Hospital Virgen del Roco. Sevilla.Garca Rodrguez, Jos Angel. Jefe del Serv. de Microbiologa. Hospital Clnico. Madrid

    Gil Aguado, Antonio. Jefe de Seccin de Medicina Interna. Hospital Univ. La Paz. Madrid.Gil Extremera, Blas. Jefe del Serv. de Medicina Interna.

    Hospital Universitario San Cecilio. Granada.Gmez Len, M. de las Nieves. Jefe del Serv. de Radiologa.

    Hospital Universitario La Paz. Madrid.Gmez Reino, Juan. Jefe del Serv. de Reumatologa.

    Hospital Xeral.Santiago de Compostela. Gonzlez Mangado, Nicols. Jefe del Serv. de Neumologa.

    Fundacin Jimnez Daz.Madrid.Guillem Porta, Vicente. Jefe del Serv. Oncologia. Instituto Valenciano de Oncologa (IVO). Valencia.

    Herreras Gutirrez, Juan Manuel. Jefe del Serv. de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla.

    Jimnez Cidre, Miguel ngel. Serv. de Urologa. Hospital Ramn y Cajal. Madrid. Jimnez Cruz, Fernando. Jefe del Serv. de Urologia. Hospital La Fe. Valencia.

    Lanez, Jos Miguel. Jefe del Serv. de Neurologa. Hospital Clnico Universitario. Valencia.Martnez Lage, Jos Manuel. Jefe del Serv. de Neurologa.

    Clnica Universitaria de Navarra. Pamplona.Montejo Carrasco, Pedro. Jefe Unidad de Memoria. Ayuntamiento de Madrid.

    Moreno Esteban, Basilio. Serv. de Endocrinologa. Hospital Gregorio Maran. Madrid.Moreno, Alfonso. Catedrtico de Farmacologa. Hospital Clnico San Carlos. Madrid.Omeaca, Flix. Jefe Seccin de Neonatologa. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

    Prez Almeida, Esteban. Geriatra. Cadena Cope. Madrid.Petersen, Guillermo. Jefe del Serv. de Psiquiatra. Hospital Provincial. Toledo.

    Plaza Prez, Ignacio. Cardilogo. Jefe de la Unidad de Lpidos. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

    Reus, Jos Manuel. Presidente de Asoc.Med.de Residencias. Residencia Manoteras. Madrid.Ribera Casado, Jos Manuel. Servicio de Geriatra. Hospital Clnico San Carlos. Madrid.Rodicio Daz, Jos Luis. Jefe del Serv. de Nefrologa. Hospital 12 de Octubre. Madrid.Rosell, Rafael. Jefe del Serv. de Oncologa. Hospital Germn Trias I Pujol. Badalona.Saenz, Carmen. Jefe del Serv de Medicina Preventiva. Hospital Clnico. Salamanca.

    Sainz Samitier, Ricardo. Jefe del Serv. de Digestivo. Hospital Clnico. Zaragoza.Snchez Agudo, Leopoldo. Jefe del Serv. de Neumologa. Hospital Carlos III. Madrid.

    Santiago Corchado, Manuel de. Jefe de Seccin de Endocrinologa y Nutricin. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

    Sobradillo Pea, Vctor. Jefe del Serv. de Neumologa. Hospital Cruces. Baracaldo.Urea Duran, Rosario. Medicina de la Educacin Fsica y del Deporte. Madrid.

    Vzquez Iglesias, Jos Luis. Jefe del Serv. de Aparato Digestivo. Hospital Juan Canalejo. A Corua.

    Viejo Bauelos, Jos Luis. Jefe del Serv. de Neumologa. Hospital General Yage. Burgos.Villamor Len, Jos. Jefe del Serv. de Neumologa. Ex Decano de La UAM.

    Hospital Universitario La Paz. Madrid.Villasante Fernndez Montes, Carlos. Jefe de Seccin de Neumologa.

    Hospital Universitario La Paz. Madrid.

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  • sumarioAbril 2008 ao VIII n 87 www.sanitaria2000.com

    revistamdica

    Carta del editor05

    Actualidad08

    Nombres

    Reportaje

    Entrevista

    18

    Tema del mes24

    34

    38

    Ricardo de Lorenzo48

    Jess Snchez Martos55

    Industria74

    Sanidad Autonmica68

    Jorge Fernndez Ords y Agustn Rivero.

    Sanidad AutonmicaMadrid

    La jubilacin parcial: posible solucin al dficit?

    Tema del mes

    Personalidades de la sanidad examinan su futuro tras las elecciones generales.

    Reportaje

    Miguel Carrero, presidente de Previsin Sanitaria Nacional.

    Nombres

    pg. 018

    En Catalua el mdico que trabaje ms, cobrar ms.

    Actualidad

    pg. 008

    Desarrollaremos un modelo de Gobierno en el que decidan los territorios de la comunidad.

    EntrevistaMarina Geli

    pg. 038

    pg. 024

    48pg. 034

    Julio Snchez Fierro44

    Julin Garca Vargas46

    Joaqun Estvez52

    Agresiones a los mdicos.Mesa de Expertos64

    Debates Sanitarios58La Medicina privada en el siglo XXI.

    El Alquimista66Legislacin de las patentes en la UE.

    Encuesta76

    Estado del ArteGuas del Sndrome Coronario Agudo.

    78Firmas

    pg. 068

    Sergio Alonso50

    Alipio Gutirrez56

  • actualidad

    8 revistamdica

    El Consejo de la Profesin Mdica de Ca-talua, formado por Administracin, pa-tronal y sindicatos, ha sentado las bases del nuevo modelo retributivo de los profesio-

    nales de la sanidad pblica y el concepto de desarrollo profesional, en el que sern los colegios profesionales los que recono-cern a los mdicos. Las comisiones de Ordenacin de la Profesin y de Ejercicio Profesional del Consejo han elaborado un documento consensuado por todas las partes que abordan estos dos aspectos.

    El presidente del Colegio Oficial de M-dicos de Barcelona (COMB), Miquel Bruguera, seal que el documento de consenso es un paso adelante de una mag-nitud considerable, por el que los mdicos sern pagados por su calidad y aquel que quiera trabajar ms, le pagarn ms.

    Las sociedades cientficas lo apoyanJulio Zarco, presidente de la Sociedad Es-paola de Mdicos de Atencin Primaria

    (Semergen), calific de muy adecuado que se busquen nuevos modelos retribu-tivos y organizativos porque implican un nuevo modelo de asistencia sanitaria.

    Cualquier modelo que apa-rezca, en principio, es bueno porque supone experimen-tar con nuevas frmulas. El presidente de Semergen considera tambin positivo que se incentive el desarrollo y el esfuerzo del profesional por tratar de mejorar su nivel competencial

    Luis Aguilera, presidente de la Sociedad Espaola de Medicina de Familia y Co-munitaria (Semfyc), considera una buena noticia que se incentive a los profesiona-

    les, si bien fue cauto porque hay pendien-te un trabajo de concrecin de esta inicia-tiva. El presidente de Semfyc se mostr su satisfaccin por que se est buscando un nuevo marco para contar con el profesio-nal y espera que el Consejo cuente con las sociedades cientficas en el desarrollo de las iniciativas.

    Antonio Fernndez-Pro Ledesma, vi-cepresidente de la Sociedad Espaola de Mdicos Generales y de Familia (SEMG), considera que la medida presentada por el Consejo de la Profesin Mdica de Ca-talua no es mala a priori aunque reco-noce que an no se conocen demasiados datos. Estas iniciativas -reconoci- alejan al profesional de la figura de mdico-fun-cionario.

    Aprobado en el Consejo de la Profesin

    El mdico quE trabajE ms En catalua, tambin cobrar mspor> LeireSopuerta / E.P. / Barcelona

    Julio Zarco, presidente de Semergen; Luis Aguilera, presidente de Semfyc; y Francesc Jos Mara, gerente del ICS.

    Las comisiones de Ordenacin de la Profesin y de Ejercicio profesional del Consejo han elaborado un documento consensuado.

    El Boletn Oficial del Estado (BOE) public en el mes de marzo la inscripcin de la Fundacin Tecnologa y Salud en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Educacin y Ciencia. La Fundacin, entidad sin nimo de lucro, ha sido impul-sada por la Federacin Espaola de Empresas de Tecnologa Sanitaria (Fenin) para contribuir a la mejora de la salud y la calidad de vida de los ciudadanos a travs de la difusin del valor y los beneficios que la tecnologa sanitaria aporta a la sociedad. Javier Cols, presidente de la fundacin, explic que su principal objetivo es crear los mecanismos necesarios que garanticen la difusin del valor y la trascendencia social de la tecnologa sanitaria, lo que permitir a los usuarios del sistema tener mayor protagonismo y fomentar la responsabilidad en la gestin de su propia salud.

    FEnin inscribE a su Fundacin En Educacin

    Publicado en el BOE

    por> Redaccin.Madrid.

  • 9revistamdica

  • Aumentar el nme-ro de investigadores y que este incremento se refleje en los centros que tratan directa-mente a los pacientes. ste es el objetivo que quiere alcanzar el Ministerio de Sanidad y Consumo con el lanzamiento de la Accin Estratgica en Salud (AES). Esta convocato-ria, que se public en el Boletn Oficial del Estado del sbado 15 de marzo, cuenta con una financiacin de 281,5 millones de euros para 2008, y se enmarca en el Plan Nacio-nal de I+D+i 2008-2011 del Gobierno de Espaa.

    La AES es una de las cinco reas estratgi-cas del Plan Nacional de I+D+i 2008-2011, que se deriva de la puesta en marcha de la Ley de Investigacin Biomdica. En virtud de dicha norma, la Accin ser gestionada por el Instituto de Salud Carlos III, organis-mo al que corresponde la labor de promover

    y coordinar la investigacin biomdica en el SNS. Algunos de sus retos, adems de la investigacin trasnacional, son el bajo n-mero de patentes generadas desde el SNS, la

    reducida participacin privada y la limitada captacin de fondos europeos. La Accin se centrar en fomentar y asentar la investiga-cin en salud como instrumento bsico para resolver los problemas sanitarios de mayor preocupacin social para los espaoles y conseguir una mejora sustantiva en su cali-dad de vida y bienestar sanitario.

    Sobre esta base, la AES generar conoci-mientos para el desarrollo de los aspectos preventivos, curativos, rehabilitadores y pa-liativos de la enfermedad. Tambin se refor-zar la competitividad y el I+D+i del SNS y de las empresas relacionadas con el sector. Se har a travs de una nica convocatoria en este ao donde se incluyen cinco lneas de actuacin: recursos humanos, proyectos de I+D+i, infraestructuras cientfico-tecno-lgicas, articulacin del sistema, y acciones complementarias de refuerzo.

    Dentro del Plan Nacional de I+D+i 2008-2011

    Sanidad deStina 280 milloneS a la inveStigacin cercana al paciente

    Bernat Soria, ministro de Sanidad en funciones.

    Segn datos del Consejo General de Colegios Oficiales

    atencin primaria neceSita incorporar unoS 2.500 pSiclogoS

    El riesgo de mala salud mental entre los jvenes espaoles es uno de los datos ms llamativos de la En-cuesta Nacional de Salud de Espaa, pre-sentada recientemente por el Ministerio de Sanidad. El Consejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos destaca que un 21,3 por ciento de la poblacin que abarca des-de los 16 aos en adelante, y un 22,1 por ciento de la que se halla entre los 4 y los 15 aos presentan riesgo de mala salud men-tal. Desde el Consejo de Psiclogos calcu-lan que en Espaa deberan incorporarse en Atencin Primaria entre 2.500 y 3.500 psiclogos, aproximadamente uno por cada centro de salud.

    Los psiclogos aseguran que los problemas de salud mental, ya se trate de trastornos menores, moderados o graves, siguen siendo los grandes olvidados del sistema sanitario espaol y aaden que los recursos de la atencin psicolgica no crecen en conso-nancia con la demanda. Fernando Cha-cn, vicesecretario del Consejo de Psiclo-gos, asegura que Espaa est por debajo de las cifras que recomienda la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) tanto de psi-clogos como de psiquiatras. La demanda est creciendo de forma, no quiero usar la palabra alarmante, pero s a un ritmo muy elevado, asegura. En cuanto a la falta de profesionales, Chacn asegura que los pa-

    cientes no son atendidos de la forma ade-cuada. Cuando se tratan realmente, los trastornos estn avanzados, concluye.

    Fernando Chacn, vicesecretario del Consejo de Psiclogos.

    actualidad

    10 revistamdica

    por> Redaccin.Madrid.

    por > EvaFaria. Madrid.

  • actualidad

    12 revistamdica

    La falta de profesionales y la creciente presin asistencial son el caldo de cultivo de los conflictos laborales que viven en la actualidad diversas comuni-dades autnomas, segn el Comit Ejecutivo de la Confederacin Estatal de Sindicatos Mdicos (CESM).

    CESM quiere solidarizarse con los profesionales que secundan los paros y con los que previsiblemente lo harn en los prximos meses, y espera que la poblacin afectada en-tienda que estas acciones no persiguen fines corporativos, sino elevar el nivel de calidad asistencial a que tienen derecho los pacientes. La entidad que dirige Carlos Amaya ha querido dejar claro que los estudios demogrficos que realiz a finales de la dcada pa-sada ya advertan de que la sanidad sufrira un problema de falta de mdicos debido al aumento de la poblacin, a la mayor demanda de servicios y a la descompensacin entre el nmero de mdicos que se jubilan anualmente y el nmero de plazas MIR convocadas.

    Hay paros en Baleares, Castilla y Len y Galicia, y los habr en Madrid y Asturias

    la falta de mdicos y la presin asistencial, causas de las huelgas regionales, segn cesm

    Carlos Amaya, secretario general de CESM.

    El Ministerio de Sanidad y Consumo inici la ltima semana de marzo la presenta-cin a las comunidades autnomas (CCAA) y a los profesionales sanitarios del pas del Plan para la Preven-cin y Control de la Tuberculosis en Espaa. Este documento, consensuado entre el Ministerio, las CCAA y expertos y sociedades cientficas en el mbito de la Comisin de Salud Pblica del Consejo Interterritorial de Salud, tiene como objetivo homogeneizar los criterios bsicos que deben cumplir los programas implan-tados o que se vayan a implantar en todo el Estado para el mejor control de la tuberculosis.

    Por su parte, la Sociedad Espaola de Neumologa y Ciruga Torcica (Separ) record que es una enfer-medad social, ya que el principal desencadenante de la enfermedad es la desnutricin. Julio Ancochea, presidente de Separ la define como la enfermedad de la injusticia.

    Cerca del 75 por ciento de la poblacin catalana consume medicamen-tos prescritos en centros de Atencin Primaria (AP). Excepto en nios de 0 a 14 aos, el con-sumo de medicamentos prescritos en mujeres es superior que en hombres y el coste medio anual por usuario es, en 2002, de 180,45 euros, segn se desprende de un artculo sobre consumo de medicamentos prescritos en centros de Prima-ria y dispensados en las oficinas de farmacia de

    Catalua que se public en marzo en la revista British Journal of Clinical Pharmacology.

    El estudio est basado en el anlisis de 5.474.274 registros de usuarios que adquirieron en las far-macias medicamentos prescritos en los centros de AP del Instituto Cataln de Salud (ICS) du-rante 2002, y a partir de los datos aportados por el ICS y el Servicio Cataln de la Salud (CatSa-lut), que asume las funciones de aseguradora

    pblica. Los menores de 5 aos y mayores de 54 consumen ms medicamentos. El gasto econ-mico en medicamentos prescritos a mayores de 64 aos es 6,5 veces ms elevado que en edades inferiores, pero la franja de edad de 75-84 aos represent el mayor coste y consumo.

    sanidad establecer un registro nacional de casos de tuberculosis

    primaria gasta 6,5 veces ms en frmacos para mayores

    El 24 de marzo fue el Da Mundial de la Tuberculosis

    Segn un estudio realizado en Catalua

    Julio Ancochea, presidente de la Separ.

    El estudio se basa en el anlisis de 5.474.274 registros.

    por> Redaccin.Madrid.

    por> Redaccin.Madrid.

    por> Redaccin.Madrid.

  • 13revistamdica

  • actualidad

    14 revistamdica

    Las comunidades de Galicia y de Castilla y Len van a colaborar en la prestacin de la asistencia sanitaria en reas limtrofes de ambas regiones que engloban a municipios leoneses, orensanos y zamoranos. Los con-sejeros de Sanidad de la Xunta de Galicia, Mara Jos Rubio, y de la Junta de Castilla y Len, Francisco Javier lvarez Guisasola, han firmado el protoco-lo de colaboracin entre ambas comunidades para asistencia sanitaria en zonas limtrofes. Las zonas geogrficas vecinas entre estas comunidades autnomas manifiestan especiales circunstancias a la hora de acceder a las prestaciones sani-tarias, primando en ellas ms que la dependencia orgnica la realidad funcional. Esta iniciativa tiene su fundamento en los principios de solidaridad, universali-dad, equidad, calidad, coordinacin y cooperacin que son bsicos en el Sistema sanitario pblico espaol, para que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de una prestacin sanitaria de calidad y en condiciones de igualdad efectiva en su acceso.

    Iniciativa firmada por ambos consejeros de Sanidad

    Galicia y castilla y len colaborarn en la asistencia sanitaria

    El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Roberto Sabrido, y la presidenta de los colegios farmacuticos de la regin, Ana Lpez Casero, han suscrito un acuerdo para desarrollar el proyecto de receta electrnica, con una inversin del Gobierno regional de 336.400 euros, que eliminar la receta de papel y evitar desplazamientos de pacientes crnicos al centro de salud para pedir de manera pe-ridica su medicacin, inform el Ejecutivo regional. El barrio toledano de Santa Mara de Benquerencia es el escenario elegido por la Consejera y los colegios farmacuticos de Castilla-La Mancha para iniciar una experiencia piloto que se ir extendiendo al resto de la comunidad autnoma.

    Castilla-La Mancha

    la consejera pone en marcha la receta electrnica

    Junta de Extremadura

    Xunta de Galicia

    el ses citar por internet y va sms

    luz verde a la ley de salud

    El Servicio Extremeo de Salud (SES) prev poner en marcha prximamente la cita previa a travs de internet en un plazo razonable de tiempo, y tambin va SMS, aunque esta tecnologa tardar algo ms en ser una realidad. As lo anunci el director gerente del SES, Dmaso Villa, durante su intervencin en la Comisin de Sanidad y Dependencia que se celebr en la Asamblea de Extremadura. El director gerente del SES explic que en la actualidad el sistema de cita previa a travs de centralita o call-center funciona en 32 centros de salud de la regin, y este ao 2008 se prev extenderlo a tres ms. El segundo proyecto tardar algo ms porque es ms complejo tecnolgicamente. Villa explic que en 2007 este sistema otorg 1.166.830 citas previas, lo que representa un 20 por ciento ms que el ao anterior e inform de que del total de llamadas recibidas, el 75 por ciento se atiende a la primera, el 24,9 en el segundo intento, y en un pequeo porcentaje se tiene que recurrir a una tercera llamada, que evidentemente genera un problema, dijo.

    Los grupos del Partido Socialista de Galicia (PSdeG) y Bloque Nacionalista Galego (BNG) dieron el martes 25 de marzo luz verde a la toma en consideracin de la Ley de Salud de Galicia, con el fin de iniciar su trmite parlamentario, con el rechazo del Partido Popular (PPdeG), que consider innecesaria la nueva norma porque reproduce el 90 por ciento del articulado de la Ley de Ordenacin Sanitaria de Galicia (Losga), vigente desde 2003. As, nacionalistas y socialistas rechazaron la enmienda a la totalidad para la retirada del proyecto de Ley presentada por el PPdeG. En este sentido, la consejera de Sanidad, Mara Jos Rubio, recalc que con la nueva Ley se da un salto cualitativo de una norma descriptiva a un texto garantista. La titular de Sanidad manifest que el proyecto supone la culminacin y establecimiento de las bases de tramitacin de la sanidad gallega. De este modo, indic que el texto es un cdigo sanitario y un marco legal estructuralista en el que se integrarn las futuras leyes que estn en fase de redaccin.

    actualidad

    por> Redaccin.Toledo. por> Redaccin.Orense.

    por> E.P.Mrida.

    por> Redaccin.Santiago de Compostela.

  • 15revistamdica

  • 16 revistamdica

    actualidad

  • actualidad

    El presidente del Colegio de Odontlogos y Estomatlogos de la I Regin, Sabino Ochandiano, afirma que existe mucho intrusismo en la profesin y poca vigilancia, por lo que en cuatro o cinco aos notaremos mucho el exceso de profesionales que el sector no

    podr asimilar. Segn indic, el principal problema es el exceso de clnicas, ya que requiere mucha inversin para que al final atienda a pocos habitantes; adems, consi-dera que mucha gente de Europa y de Latinoamrica ven en la odontologa una opor-tunidad, lo que aumenta la saturacin de profesionales. De hecho, a da de hoy, el 20 por ciento de los odontlogos y estomatlogos colegiados en Madrid son extranjeros.

    Actualmente, segn la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), los pases desarro-llados deben tener un dentista por cada 2.500 o 3.000 habitantes. Espaa est cerca de esta cifra, un dentista por cada 1.986 habitantes, y cada habitante cuenta con un dentista prximo.

    El 20 por ciento de estos especialistas colegiados en Madrid son extranjeros

    Los odontLogos y estomatLogos aLertan deL aumento deL intrusismo

    Sabino Ochandiano, presidente del Colegio de Odontlogos y Estomatlogos de la I Regin.

    Segn la Federacin, pone en peligro el modelo espaol

    FeFe critica La Ley de Farmacia de andaLucaLa Federacin

    Empresarial de Farmacuticos Espaoles (FEFE) ha asegurado que el recurso inter-puesto a la Ley de Farmacia de Andaluca no modificar el modelo de farmacia espaol. Ms bien, aclar que es la Ley de Farmacia andaluza la que vulnera los derechos del far-macutico. Tambin generan confusin e torno a la defensa del modelo espaol, segn

    FEFE, la Carta de Bruselas y la admisin a trmite del Auto de Asturias. Isabel Vallejo, presidenta de FEFE, asegur que estas situa-ciones no parten de fisuras o debilidades del propio modelo de farmacia, sino de intereses econmicos que presionan para que ste se modifique, y as poder acceder libremente al mercado del medicamento. Para demostrar que la normativa espaola es slida, FEFE

    ha elaborado un informe que pone de mani-fiesto los pilares bsicos en los que se asienta el modelo desde el punto de vista jurdico y refuerza la tesis de que su permanencia no necesita justificaciones. La presidenta de la Federacin Empresarial record que el mo-delo de farmacia se sustenta por unos prin-cipios jurdicos slidos, no modificables por las comunidades autnomas.

    Promovido por la OMC

    castiLLa-La mancha, pionera en eL carnet de coLegiado

    Hace casi un ao, la Organizacin Mdica Co-legial (OMC) presentaba en el Senado el carnet de mdico colegiado. Este jueves, en Toledo, la corporacin firmaba el primer convenio con una comu-nidad autnoma, Castilla-La Mancha, para que comience a reconocerse este documento como elemento de identificacin de todos los mdicos colegiados en la regin.

    El presidente de los mdicos espaoles, Isacio Siguero, y el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Roberto Sabrido, rubricaron el acuerdo en presencia del gerente del Servicio de Salud regional, Juan Alfonso Ruiz Molina, y del presidente del Consejo de Mdicos auton-mico, Atanasio Ballestero, as como de los presidentes colegiales provinciales. Ballestero se mostr orgulloso por ser la primera autonoma que dispone de este servicio y destac que esta tarjeta es una llave segura que abrir una puerta a ms servicios sin renunciar a la seguridad tcnica y jurdica necesaria.

    por> E.P.Madrid

    por> LauraRodrguez.Madrid

    por> OscarLpezAlba.Toledo.

    Atanasio Ballestero, Isacio Siguero, Roberto Sabrido y Juan Alfonso Ruiz Molina, tras la firma del acuerdo.

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    18 revistamdica

    mento, ya que la mutua se encuen-tra en un periodo de renovacin con la llegada de un nuevo direc-tor general y la creacin de un ga-binete de Presidencia, aunque los cambios no le asustan, pues sta es una de las cosas por las que es interesante PSN, porque siempre empezamos nuevas etapas, siem-pre cubrimos objetivos y siempre tenemos un nuevo reto.

    Una empresa maduraEl momento actual se caracteriza por la mayora de edad de las em-presas del grupo que se ocupan de la gestin de las residencias, de las guarderas, de los temas de calidad de todas las profesiones sanitarias: consultora, auditora, certifica-cin, y de nuevas tecnologas. A esto se aade la implantacin del grupo en Portugal, donde ya se han obtenido todos los permisos.

    Estas actividades contrastan con la crisis econmica que est afec-tando en mayor o menor medida al pas, algo que se ha hecho visi-ble en el mundo de los seguros y en PSN, con un ligero descenso del beneficio neto en 2007. Sin embargo, no parece preocupar a su presidente, quien la considera

    Hace menos de un mes que el Con-sejo Gallego de Mdicos galardo-n a Miguel Carrero, presidente de Previsin Sanitaria Nacional (PSN) y ex presidente del Colegio

    de La Corua, por su continuado servicio a la profesin mdica y porque su actividad y dedicacin supone un antes y un despus en el Colegio de La Corua y en el Con-sejo Gallego, segn palabras del presidente del Consejo.

    Unas semanas antes fue la Unin Profesional de Galicia (UPG), de la que fue presidente entre 1993 y 2007; y en nombre de la mutua que preside, recogi el premio del Consejo de Psiclogos de Castilla y Len. Ante tantos y tan gratos reconocimientos, Carrero no puede ocultar su gran emocin por estas muestras de cario, don-de, como en el caso de la UPG,

    pude ver a antiguos amigos de otras profesiones despus de

    tantos aos. Quizs echa en falta algn acto por parte del Colegio de La Corua, al que ha dedicado 21 aos de su vida, pero asume que las cosas no siempre

    son inmediatas y que el simple hecho de que se acuerden de m es sufi-ciente.

    Estos reconocimientos llegan en un buen mo-

    Me he ido del mundo colegial con la satisfaccin del deber cumplido

    Miguel CarreroPresidente de Previsin Sanitaria Nacional

    por> RaquelLozanoParra / Fotos> AnaSalazar

    de Previsin Sanitaria Nacional (PSN) y ex presidente del Colegio

    supone un antes y un despus en el Colegio de La Corua y en el Con-sejo Gallego, segn palabras del presidente del Consejo.

    Unas semanas antes fue la Unin Profesional de Galicia (UPG), de la que fue presidente entre 1993 y 2007; y en nombre de la mutua que preside, recogi el premio del Consejo de Psiclogos de Castilla y Len. Ante tantos y tan gratos reconocimientos, puede ocultar su gran emocin por estas muestras de cario, don-de, como en el caso de la UPG,

    pude ver a antiguos amigos de otras profesiones despus de

    tantos aos. Quizs echa en falta algn acto por parte del Colegio de La Corua, al que ha dedicado 21 aos de su vida, pero asume que las cosas no siempre

  • 19revistamdica

    ha acarreado confrontaciones con la Organizacin Mdica Colegial, en-frentamientos que no echa de menos gracias a que me he ido con la sen-sacin del deber cumplido, el tiempo pondr las cosas en su sitio.

    Ha pasado pgina y su lucha se centra ahora en conseguir que PSN consolide sus proyectos y co-mience otros en pos del bienestar de los profesionales sanitarios.

    Ed magna aut praese estrud ea ali-quis erillum zzriustis nos nullummolor iusciliqui blamet

    una cifra ms en el conjunto de cifras evaluadoras, que son todas ellas positivas. Reconoce que la crisis ha afectado el desarrollo de nuestras actividades y de las em-presas a las que mostramos apoyo, pero el neto ha sido muy bueno y nada despreciable.

    En esto tienen mucha importancia estas empresas ya maduras; ahora tienen que dar resultados econmi-cos, pues la solvencia econmica es necesaria, aunque lo ms importan-te es el servicio que les damos. No es-tn concebidas como puras empre-sas mercantiles, sino de servicios.

    La lucha por el RETADurante aos, Carrero ha luchado porque PSN fuera una alternativa al Rgimen Especial de Trabajado-res Autnomos (RETA), una gue-rra que no da por perdida, puesto que tenemos el principal compa-ero, la razn, adems del apoyo del PNV y de Coalicin Canaria.

    Afirma que las vas seguirn sien-do las mismas, aunque las situa-ciones cambian, por lo que han planteado recursos administrati-vos y han acudido a los tribunales. La justicia se pronunciar sobre

    la validez de estas soluciones es-preas porque vemos que es una descarada competencia desleal. La Justicia no puede ampliar el con-cepto de la ley, pero s puede evitar que seamos objeto de un espolio.

    Claro y seguro de lo que dice se muestra en todo momento Miguel Carrero, un hombre que ha dedica-do su vida profesional a la lucha por la defensa de su profesin. Esto le

    JOS MARA SORIANO, nuevo director general del grupo PSN

    Miguel Carrero tiene clara la importancia de Jos Mara Soriano como di-rector general de Previsin Sanitaria Nacional. ste es un puesto clave para el funcionamiento de PSN, y hoy ms que nunca, ya que se han tomado distintas iniciativas que han dado lugar a la creacin de diversas empresas relacionadas con el sector, lo que hace necesaria esa labor de direccin y coordinacin.

    Soriano es licenciado en ciencias Econmicas y Empresariales con la especia-lidad de Auditora por la Universidad Complutense de Madrid. Experto en compaas y brokers de seguros, fondos de pensiones y sus entidades gestoras, tambin ha trabajado en el departamento tcnico de Deloitte, empresa en la que ha desarrollado diversas funciones desde 1990, y ha estado a cargo de diversos procesos de valoracin de sociedades de seguros en relacin con pro-yectos de fusin. Seguro de su profesionalidad, Carrero afirma que hemos contado con Jos Mara Soriano como nuevo director general porque rene sobradas condiciones profesiona-les y de conocimiento. Adems, sta es una empresa que audit durante varios aos.

    En el homenaje que recibi por parte del Consejo Gallego estuvieron presentes muchos presidentes de Colegios provinciales de Mdicos. ste fue el caso de Luis Campos, de Pontevedra; Kepa Urigoitia, de lava; Carlos Gonzlez-Vilardell, de Sevilla, junto a Miguel Carrero en la imagen; Carmen Rodrguez, del Principado de Asturias; Alfredo Milazzo, de La Rioja; Jess Prez Melendro, de Palencia; Jos Ignacio Vidal, del Colegio de Lugo; Jos Luis Doval, presidente de la institucin en Orense; y Luciano Vidn, de La Corua.

  • nombres n ombres

    ta Pblica de Empleo ofrecer un mnimo de 2.000 plazas, en una clara apuesta por la estabilidad y calidad en el empleo.

    Los portavoces de Osakidetza han subrayado que, con este acuerdo, se da respuesta al desarrollo de la carrera profesional. Por otra par-

    La Direccin de Osakidetza, el Sindicato Mdico de Euskadi, Satse y CCOO, han suscrito un acuerdo para el periodo 2007-2009, en el que se crearn 1.132 nuevas plazas en todas las catego-ras, aumentndose la plantilla en un cinco por ciento. Adems, el ente pblico destac que la Ofer-

    te, ante la situacin especfica que plantea la enfermera en el futuro inmediato del Servicio Vasco de Salud, sus responsables han in-formado de que el pacto supone un reconocimiento a ese colectivo profesional, de gran peso tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo.

    Osakidetza aumentar la plantilla en 1.132 profesionales

    Gloria Quesada Gerente del Servicio Vasco de Salud

    CareLink que permitir a los pa-cientes con patologa del corazn transmitir datos por va electrni-ca y de manera directa a su mdico especialista.

    Ante la deteccin de un problema como taquicardia o fibrilacin au-

    El Instituto Cardiovascular del Hospital Clnico San Carlos de Madrid ha incorporado un siste-ma de seguimiento de pacientes con implantes cardiacos.

    Se trata de una herramienta pio-nera en Espaa y bautizada como

    ricular, este tipo de dispositivos, de los que el mencionado centro hospitalario dispone ya de 30 uni-dades, est preparado para enviar una alerta a un servidor as como a los mviles del personal sanitario por medio del sistema de mensaje-ra corta (SMS).

    Internet y el mvil, tiles para seguir al enfermo de corazn

    Jos SotoDirector Gerente del Hospital Clnico de Madrid

    de Valencia seala que la institu-cin valenciana no permite que se cuestione la capacidad de los mdicos de cabecera para saber cundo deben remitir un paciente al especialista en Oftalmologa.

    El Consejo realiza estas declara-ciones ante las medidas propues-

    El Consejo Autonmico de Cole-gios de Mdicos de Valencia, por medio de su presidente, Vicente Alapont Raga, defiende que los oftalmlogos son los nicos pro-fesionales cualificados cientfica y jurdicamente para diagnosticar y tratar las enfermedades oculares. El tambin presidente del Colegio

    tas por los pticos para atender a pacientes oftalmolgicos en sus comercios. Segn el citado presi-dente, se plantean serias dudas de tica cuando el mismo profesional que vende la gafa es quien la reco-mienda. El mdico oftalmlogo debe supervisar cualquier actua-cin que afecte al ojo.

    El diagnstico de patologa ocular es exclusivo del oftalmlogo

    Vicente AlapontPresidente del Consejo Autonmico de Colegios de Mdicos de Valencia

  • 21revistamdica

    n ombres

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    22 revistamdica

    Manuel Elkin Patarroyo naci en Tolima, Colom-bia, hace 62 aos. El 10 de marzo de 1988 la presti-giosa publicacin Nature dio a conocer a la comuni-dad cientfica internacio-nal la sntesis por su equi-po de la primera vacuna qumica contra la malaria. Un hallazgo que le hizo merecedor del Premio a la Excelencia en investi-gacin latinoamericana (que concede la Academia Nobel de Suecia) y el Prn-cipe de Asturias (1994).

    Este profesor, investigador y Pre-mio Prncipe de Asturias 1994, ha expuesto el desarrollo de un revo-lucionario mtodo para la futura obtencin de vacunas frente a las enfermedades infecciosas. Su nue-vo trabajo, que se ha publicado en el nmero de marzo de la revista de ciencias qumicas Accounts of Chemical Research, va, por tanto, mucho ms all del anuncio de una prevencin antimalrica de efectividad casi plena, frente al no despreciable 34 por ciento de eficiencia de la SPF66 (Synthetic Plasmodium Falciparum), la va-cuna que descubri hace ahora veinte aos.

    El colombiano ha agradecido la invitacin de la sociedad coopera-tiva farmacutica Cofares para la visita de nuestro pas, y ha subra-yado el apoyo a sus proyectos de algunas entidades como la Caja de Ahorros de Navarra. La primera cita con el gran pblico ha queri-do tenerla en la primera Univer-sidad que me concedi el doctora-do honoris causa, la Complutense de Madrid, donde el martes 11 del pasado mes ha pronunciado la conferencia El desarrollo de

    nuevas vacunas ante un auditorio convocado en el Saln de Actos de la Facultad de Farmacia.

    Han arropado al clebre investiga-dor en este acto, tal vez algn da merecedor de la categora de his-trico, el presidente de Cofares, Carlos Gonzlez Bosch, junto con diversas autoridades acadmi-cas, como el decano de la Facultad de Farmacia, Benito del Castillo; Carlos Andrada, vicerrector de la Universidad; Rafael Rotger Anglada, vicedecano de Investiga-cin y Especialidades Farmacuti-cas de la Facultad de Farmacia; el presidente del Colegio de Farma-cuticos de Madrid, Alberto Gar-ca Romero; y Agustn Garca Suero, decano del centro de Sevi-lla y presidente de la Conferencia de Facultades de Farmacia. Entre los rostros conocidos del pblico, cabe destacar el de Po Cabanillas, ex ministro portavoz del Gobier-no de Jos Mara Aznar.

    No donar ms vacunas a la OMSPreguntado por la circunstan-cia inslita de su donacin de la SPF66 a la Organizacin Mundial

    Nuestro mtodo permitir obtener vacunas para cualquier enfermedad infecciosa

    Manuel PatarroyoDescubridor de la primera vacuna qumica antipaldica

    por> JavierBarbado / Fotos: MiguelngelEscobar

  • 23revistamdica

    La clave de Colfavac reside en el mtodo de investigacin aplicado, tan simple en apariencia como crear en el laboratorio las partculas que des-

    prende el microorganismo causante del paludismo, para despus ino-cularlas al individuo sano e inducir en l los anticuerpos que le

    inmunicen frente a la enfermedad. El problema que se encontr el grupo liderado por Patarroyo y por su hijo, Manuel Alfon-so, que trabajan en la Fundacin Instituto de Inmunologa de Colombia (Fidic), parta de que, con la reproduccin sinttica

    de la molcula para la vacuna, no lograban generar respuesta inmune en animales. Hasta que el famoso cientfico se dio

    cuenta de cmo hacer que la imitacin qumica de esas porciones del patgeno fueran reconocidas por los anti-

    cuerpos e inmunizaran as al organismo.

    El secreto reside en modificar la molcula para corregir su polaridad, que se encontraba in-vertida y por esa razn no era reconocida por los linfocitos T. Nueva era para la prevencin

    de las enfermedades infecciosas?

    Ed magna aut praese estrud ea ali-quis erillum zzriustis nos nullummolor iusciliqui blamet

    de la Salud (OMS), hace ahora trece aos, Patarroyo expresa su desencanto por lo que l mismo define como una quijotada: Fue triste, s, que la OMS no supiera qu hacer con nuestra patente. Lo primero que intent, asegura, fue negociarla con una multina-cional farmacutica, lo que no era el objetivo marcado, porque eso encarecera el coste de la produc-cin y distribucin de la vacuna, y adems, dado que nosotros no elegimos esa va, no tena sentido que ellos la eligieran.

    Por esa razn no duda de que no repetir la donacin de vacuna al-guna a este organismo, pero tam-poco caer en el extremo opuesto, es decir, en ceder la patente a una multinacional. Cul sera entonces la nica eleccin posible para sus patentes? Podemos hacerlo Espaa y Colombia juntos, replica con entusiasmo. Patarroyo hace alusin a la creacin de un consorcio hispano-colom-biano para que produzca y re-parta a coste reducido su reme-dio antimalrico de nueva cua, que estar listo en uno o dos aos y que llevar por nombre Colfa-vac (Colombian Falciparum Vacci-ne), en referencia al agente causal de la enfermedad: Ahora tene-

    mos la oportunidad de cerrarle al parsito todas las posibilidades de escape a su contencin.

    Retraso de la vacunaLa consecucin y lanzamiento de Colfavac en realidad estaban previstos para este mismo ao, segn relata el colombiano. Pero una acusacin absurda de trfico ilegal de monos por parte de un grupo ecologista, ha dado al traste de momento con el proyecto, que

    no puede obviar su previa experi-mentacin en animales. stos, de acuerdo con Patarroyo, se reclu-tan por su equipo en una estacin ubicada en el Amazonas, a esca-sos metros de la frontera selvtica imaginaria con Brasil y Per, por lo que no puedo negar que pue-dan proceder del otro lado del ro. Adems, ha dejado claro que el 95 por ciento de ellos es curado y devuelto casi al mismo lugar en el que se los captur.

    CMO ELABORAR UNA VACUNA

    Rafael Rotger, vicedecano de la Facultad de Farmacia de la UCM; Agustn Garca Suero, presidente de la Conferencia de Facultades de Farmacia; Carlos Gonzlez Bosch, presidente de Cofares; Carlos Andrada, vicerrector de la UCM; Manuel Elkin Patarroyo; Benito del Castillo, decano de la Facultad de Farmacia; y Alberto Garca Romero, presidente del Colegio de Farmacuticos de Madrid.

  • 24 revistamdica

    t ema del mest ema del mes

    legar a la jubilacin es entendi-da como llegar a la madurez vital que tiene una recompensa econ-mica en respuesta a, para muchos, demasiados aos de trabajo. Sin embargo, esta situacin no siempre da la felicidad, ya que para muchos profesionales su trabajo es su vida y el exceso de tiempo libre puede traer consigo la aparicin de depre-siones. Para la mayora de los tra-bajadores, los 65 aos son la edad mxima para continuar ejerciendo su profesin, pero hay excepciones, como es el caso de las profesionales liberales tales como arquitectura o abogaca, para las cuales esta edad se ampla hasta los 70.

    En el caso de los facultativos, la edad de jubilacin se est convir-tiendo en un arduo escollo entre Administracin y profesional. El Estatuto del Personal Mdico Bsi-co, decreto 3160/1966, en su art-

    El Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud estableci en 2003 que la jubilacin forzosa del mdico tendra lugar a los 65 aos, un lustro antes de lo que establecan otras normativas como el Estatuto del Personal Mdico. Esta norma bsica, que establece unos mnimos, ha sido puesta en marcha por Catalua y Andaluca, pese a la crtica de sindicatos y profesionales. Sin embargo, todos coinciden en una medida que puede ser beneficiosa econmica, social y personalmente: la jubilacin parcial o progresiva de los facultativos. Esta posible solucin parece contentar a todos, pues puede contribuir a paliar el dficit, a aprovecharse del conocimiento y la experiencia de los profesionales ms mayores, y permite que la llegada a la jubilacin sea paulatina y no una brusca ruptura con la forma de vida anterior.

    por> RaquelLozanoParra

    Y por qu no la jubilacin

    parcial?

    L

  • t ema del mes

    25revistamdica

    t ema del mes

    culo 17, dice que a la situacin de jubilacin forzosa se pasar al cum-plirse los setenta aos de edad pu-diendo prorrogarse el plazo para mdicos de los Servicios Sanitarios locales con servicios de la Seguri-dad Social vinculados (art. 19). En esta edad de jubilacin forzosa coinciden el Estatuto del Personal Sanitario no Facultativo (art. 138), y el Estatuto del Personal no Sani-tario (art. 23).

    Posteriormente, durante el minis-terio de Ana Pastor, se estableci la legislacin laboral del personal sanitario, que inclua la Ley del Estatuto Marco y la Ley de Orde-nacin de Profesiones Sanitarias (LOPS), entre otras. A partir de 2003, el personal de los servicios sanitarios de la Seguridad Social pasa a ser personal de los servicios de salud y el rgimen jurdico del personal transferido es el propio de la funcin pblica, que esta-

    blece la edad de jubila-cin forzosa en los 65 aos (vase cuadro 1).

    Jos Ramn Oncins de Frutos, coordinador de Juriscesm (depar-tamento jurdico de la Confederacin Estatal de Sindicatos Mdicos, CESM), en un informe hecho para el Instituto de Fomento Sanitario, afirmaba que en lo que respecta a jubilacin, el legislador ha optado por excluir al personal de los servicios de salud de la regu-lacin establecida en la legislacin funcionarial comn.

    Desde el Ministerio de Sanidad y Consumo afirman que la Ley Ge-neral de Sanidad (Ley 14/1986) no regula la jubilacin en ge-neral ni la jubilacin forzosa en particular. En cualquier caso -aaden-, el tema de la jubilacin hay que situarlo en un contexto amplio, dibujado por la Cons-titucin Espaola, vinculado al derecho-deber a trabajar. As, de la misma manera que para fijar la edad mnima para trabajar, el Es-tatuto de los Trabajadores atien-de a razones de proteccin de los menores, en el caso de la fijacin de una edad mxima para traba-jar hay que conjugar el derecho a trabajar con otras cuestiones que afectan a la igualdad de los ciudadanos, como puedan ser la promocin de polticas activas de empleo y el sostenimiento de la Seguridad Social.

    Para complicar un poco ms el asunto est la Ley General de la Seguridad Social de 2007, la cual, en su art-culo 3 referente a la ju-bilacin, da una nueva redaccin al apartado 2 del artculo 163 en los siguientes trminos: Cuando se acceda a la pensin de jubilacin

    a una edad superior a los 65 aos, siempre que al cumplir esta edad se hubiera reunido el periodo m-nimo de cotizacin establecido en el artculo 161.1.b), se reconocer al interesado un porcentaje adicio-nal consistente en un 2 por ciento por cada ao completo transcurri-do entre la fecha en que cumpli dicha edad y la del hecho causante de la pensin. Dicho porcentaje se elevar al 3 por ciento cuando el interesado hubiera acreditado al menos cuarenta aos de cotiza-cin al cumplir 65 aos.

    Para Ramn Oncins, esto es un contrasentido, puesto que para acogerse a esta medida el profe-sional tiene que requerir el acuerdo de la empresa, que es la que pone la jubilacin. Para Oncins, la nica salida real que existe es hacer lo que hace el resto de comunidades autnomas (CCAA), no aplicar la medida del Estatuto Marco, pues no hay que olvidar que esta Ley es una Ley bsica, de mnimos, y las comunidades autnomas pueden aplicarla de forma estricta o no.

    Catalua, pionera en la aplicacin del Estatuto MarcoDesde el Ministerio de Sanidad afirman que el Estatuto Marco, como norma aprobada bajo la vi-gencia de la Constitucin, es una norma respetuosa con el reparto competencial entre el Estado y las comunidades autnomas. Por su carcter de norma bsica, no pue-de entrar a regular en detalle mate-rias que son de competencia de los Servicios de Salud de las CCAA, en virtud del traspaso competen-

    Para Oncins, en lo que respecta a jubilacin, se ha excluido al personal de los servicios de salud de la regulacin establecida en la legislacin comn.

    La primera comunidad que hizo suyo el Estatuto

    Marco y aplic la jubilacin forzosa fue Catalua, en

    2004, y unos meses ms tarde lo hara Andaluca.

    Jos Ramn Oncins.

  • 26 revistamdica

    t ema del mest ema del mes

    cial en materia de Sanidad, que se traduce en una muy amplia des-centralizacin.

    La primera comunidad que hizo suyo el Estatuto y aplic la jubila-cin forzosa fue Catalua, en 2004; meses ms tarde lo hara Andalu-ca. Segn Francesc Jos Mara i Snchez, director gerente del Insti-tuto Cataln de la Salud (ICS), la jubilacin a los 65 aos incide en el mbito de la salud pblica porque tanto el Estatuto Marco como en 2007 el Estatuto Bsico del Em-pleado Pblico, son de aplicacin al empleado pblico.

    Sin embargo, en esta comunidad, la puesta en marcha del nuevo plan de ordenacin de recursos huma-nos no est siendo lo tranquila que esperaban. En la actualidad, como seala Francesc Jos Mara. estamos en un proceso de anlisis debido a la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia Catalua (TSJC) que, por razones de forma, ha echado atrs la jubila-cin obligatoria a los 65 aos. El motivo alegado por el TSJC es que han faltado indicios de procedi-miento, incompetencia del rgano que lo aprob, falta de publicidad y no haberse publicado de la forma adecuada, entre otros.

    Por este motivo, en el ICS se ha reabierto internamente el debate sobre la prolongacin de la edad de jubilacin, teniendo claro que la razn jurdica est de nuestra parte, aclara Jos Mara, pues la sala de lo Social nos da la razn por el fondo en tres sentencias.

    Jose Ramn Oncins afirma que Catalua lo hizo mal debido a la prisa y la premura, que es lo que los tribunales han sancionado. En el caso de Andaluca parece que no se va a dar esta situacin porque s hizo un plan mejor de ordenacin de recursos humanos. En cuanto a Baleares, todo indica que esta me-

    Estatuto del Personal Mdico (1966)Decreto 3160/1966:Art. 17: A la situacin de jubilacin forzosa se pasar al cumplirse lossetenta aos de edad .Art. 19: Prrroga del plazo de jubilacin. Para mdicos de los Servicios Sanitarios locales con servicios de la Seguridad Social vinculados

    Estatuto del Personal Sanitario no Facultativo (1973)Orden de 26 de abril de 1973:Art. 138: La jubilacin forzosa se declarar de oficio al cumplirse la

    edad de setenta aos. La jubilacin voluntaria podr solicitarse Art. 151: Los jubilados voluntarios que soliciten su jubilacin despus de cumplidos los sesenta aos de edad y veinticinco de cotizacin y

    servicios efectivos a la Seguridad Social y los jubilados forzosos por edad reglamentaria, que renan dichas condiciones percibirn el complemento que sea necesario para que la retribucin alcance el 100 por cien de la retribucin base...Estatuto del Personal no Sanitario (1971)

    Orden de 5 de julio de 1971:Art. 23: 1. La jubilacin forzosa se declarar de oficio al cumplir el interesado setenta aos.

    4. Proceder la jubilacin voluntaria a instancia del interesado que hubiera cumplido sesenta y cinco aos de edad.Regulacion de la jubilacin de los Funcionarios Pblicos

    La jubilacin forzosa de los funcionarios pblicos se decla-rar de oficio al cumplir los sesenta y cinco aos de edad. tal declaracin no se producir hasta que los funcionarios

    cesen en la situacin de servicio activo, en aquellos supuestos en que voluntariamente prolonguen su permanencia en la misma hasta, como mximo, los setenta aos de edad.

    Regulacion de la jubilacin del Personal Estatutario de los Servicios de Salud (2003)Estatuto Marco de 2003. Artculo 26. Jubilacin.1. La jubilacin puede ser forzosa o voluntaria.2. La jubilacin forzosa se declarar al cumplir el interesado la edad de 65 aos. No obstante, el interesado podr solicitar voluntariamente prolongar

    su permanencia en servicio activo hasta cumplir, como mximo, los 70 aos de edad. Esta prolongacin deber ser autorizada por el

    servicio de salud correspondiente, en funcin de las necesidades de la organizacin articuladas en el marco de los planes de ordenacin de

    recursos humanos.3. Proceder la prrroga en el servicio activo, a instancia del

    interesado, cuando, en el momento de cumplir la edad de jubilacin forzosa, le resten seis aos o menos

    de cotizacin para causar pensin de jubilacin.Esta prrroga no podr prolongarse ms all del da en el que el interesado complete el tiempo de cotiza-cin necesario para causar pensin de jubilacin4. Podr optar a la jubilacin, total o parcial, el perso-

    nal estatutario que rena los requisitos establecidos en la legislacin de Seguridad Social.

    Una legislacin contradictoria

    Estatuto del Personal Sanitario no Facultativo (1973)Orden de 26 de abril de 1973:Art. 138: La jubilacin forzosa se declarar de oficio al cumplirse la

    edad de setenta aos. La jubilacin voluntaria podr solicitarse Art. 151: Los jubilados voluntarios que soliciten su jubilacin despus de cumplidos los sesenta aos de edad y veinticinco de cotizacin y

    servicios efectivos a la Seguridad Social y los jubilados forzosos por edad reglamentaria, que renan dichas condiciones percibirn el complemento que sea necesario para que la retribucin alcance el 100 por cien de la retribucin base...Estatuto del Personal no Sanitario (1971)

    Orden de 5 de julio de 1971:Art. 23: 1. La jubilacin forzosa se declarar de oficio al cumplir el interesado setenta aos.

    4. Proceder la jubilacin voluntaria a instancia del interesado que hubiera cumplido sesenta y cinco aos de edad.Regulacion de la jubilacin de los Funcionarios Pblicos

    La jubilacin forzosa de los funcionarios pblicos se decla-rar de oficio al cumplir los sesenta y cinco aos de edad. tal declaracin no se producir hasta que los funcionarios

    cesen en la situacin de servicio activo, en aquellos supuestos en que voluntariamente prolonguen su permanencia en la misma hasta, como mximo, los setenta aos de edad.

    Regulacion de la jubilacin del Personal Estatutario de los Servicios de Salud (2003)Estatuto Marco de 2003. Artculo 26. Jubilacin.1. La jubilacin puede ser forzosa o voluntaria.2. La jubilacin forzosa se declarar al cumplir el interesado la edad de 65 aos. No obstante, el interesado podr solicitar voluntariamente prolongar

    su permanencia en servicio activo hasta cumplir, como mximo, los 70 aos de edad. Esta prolongacin deber ser autorizada por el

    servicio de salud correspondiente, en funcin de las necesidades de la organizacin articuladas en el marco de los planes de ordenacin de

    recursos humanos.3. Proceder la prrroga en el servicio activo, a instancia del

    interesado, cuando, en el momento de cumplir la edad de jubilacin forzosa, le resten seis aos o menos

    de cotizacin para causar pensin de jubilacin.Esta prrroga no podr prolongarse ms all del da en el que el interesado complete el tiempo de cotiza-cin necesario para causar pensin de jubilacin4. Podr optar a la jubilacin, total o parcial, el perso-

    nal estatutario que rena los requisitos establecidos en la legislacin de Seguridad Social.

    Cuadro 1

  • t ema del mes

    27revistamdica

    t ema del mes

    Padrs, secretario del Colegio de Mdicos de Barcelona, requiere de un plan de ordenacin de recursos humanos y una poltica por parte de la institucin correspondiente sobre cmo acometer la jubilacin de los mdicos. El plan de Catalua slo se basa en que dejen de trabajar, no en la forma de abordar el problema.

    En su opinin, en el sector pbli-co tenemos grandes disyuntivas, tal vez debido a la improvisacin y a la falta de planificacin.

    Qu pasa con el dficit?Una palabra, la planificacin, muy utilizada por todos durante este l-timo ao debido a la escasez de ga-lenos o a la mala distribucin de los mismos. Segn el Instituto Nacio-nal de Estadstica, en los prximos diez aos se jubilarn unos 28.000 profesionales. Esto no parece un gran problema teniendo en cuen-ta que de las facultades salen entre 4.000 y 5.000 MIR cada ao. Pero s ser una preocupacin ms acu-ciante en la siguiente dcada, con unas 72.000 jubilaciones previstas (vase tabla 1).

    En Madrid se prev que de aqu a 2018 se jubilen ms de 2.100 fa-

    que en el Estatuto Marco y despus en el Estatuto del Empleado Pbli-co, se nota mucho el peso de la or-ganizacin sindical en el hecho de acortar el servicio en activo.

    Sin embargo, esto contrasta con la posicin de Oncins, quien con-sidera estas decisiones como un acto de gobierno completamente irracional que va en contra de lo que se hace en la mayor parte de Europa, que prolonga la edad de jubilacin de los trabajadores. En su opinin, el mdico llega a la edad de 65 aos con unas buenas condiciones fsicas e intelectuales, pues su trabajo no siente el casti-go fsico del paso de los aos que pueden sufrir otras ocupaciones que acusan un desgaste corporal importante.

    Para Ceciliano Franc Rubio, direc-tor general de Asistencia Sanitaria del Servicio Extremeo de Salud, se deben homogeneizar las normativas, ya que las competencias profesiona-les de los mdicos son independien-tes del Estatuto o Ley que digan a qu edad se deben jubilar.

    Poner en marcha la jubilacin a determinada edad, segn Jaume

    dida se ha tomado con carcter testimonial sobre tres o cuatro m-dicos de un colectivo de asistencia primaria muy residual. Tambin est el caso de Canarias, que, segn Oncins, es de carcter selectivo, se jubila a aqullos colectivos de m-dicos que sealan de contingente y zona, los que en su da iniciaron el sistema de Seguridad Social (va-se grfico 1).

    Legisladorespoco coordinadosUn total de 17 comunidades au-tnomas conforman la realidad el pas, pero slo dos han aplicado el Estatuto Marco en lo referente a la jubilacin forzosa. Parece que Cantabria ha anunciado que lo har a partir de este ao y La Rioja, la Comunidad Valenciana y Ara-gn lo prevn en su plan de recur-sos humanos. Por qu cuatro aos despus? Y qu ocurre en el resto de autonomas?

    Las leyes se contradicen o, al me-nos como seala el director geren-te del ICS, no son coincidentes. En principio, estas normas son ne-gociadas y pactadas sindicalmen-te, pero, sin embargo, difieren en muchos puntos. Jos Mara afirma

    Catalua: Pionera y sin excepciones

    Andaluca: Sin excepciones

    Baleares: Testimonial

    Canarias: Selectiva

    Cantabria: Prevista su aplicacin

    este ao

    La Rioja, Comunidad Valenciana

    y Aragn: Previsto en su plan de RR.HH.

    Resto: Por el momento no prevn

    su aplicacin

    Slo Catalua y Andaluca establecen la jubilacin en 65 aos sin excepcin

    Grfico 1

  • 28 revistamdica

    t ema del mest ema del mes

    Ante la escasez de profesionales considera que no se debi jubilar a los facultativos de forma forzo-sa sin tener un recambio genera-cional. Ha sido una decisin in-oportuna, no meditada y que ha contribuido en parte a la falta de mdicos que sufrimos hoy en Es-paa y a las graves repercusiones que esto est teniendo.

    Francisco Tardguila Montero, presidente de la Sociedad Espao-la de Radiologa Mdica (Seram), otra de las que sufren escasez de profesionales, considera que la nica razn en la que puede sus-tentarse una norma que limita el derecho a seguir trabajando es que exista un exceso de profesio-nales, con las lgicas dificultades para su incorporacin al mercado laboral. Si esto no es as o, como

    Pediatra, Medicina Familiar y Co-munitaria, Psiquiatra, Radiologa, Ginecologa y Anestesiologa. Un estudio del Consejo recomenda-ba que en estas especialidades se prolongara la edad de jubilacin, acuerdo que entr en vigor en oc-tubre de 2007.

    Pediatra es una de estas espe-cialidades deficitarias no slo en Catalua, sino en toda Espaa. Alfonso Delgado, presidente de la Sociedad Espaola de Pediatra, considera que la edad que estable-ce el Estatuto Marco es buena para jubilarse, pero si se tiene salud, fuerza y ganas de seguir ejerciendo una profesin, especialmente la de mdico, que tiene tanto de voca-cional y de servicio, puede dejarse en manos del profesional llegar a los 70 aos en activo.

    cultativos. En Catalua la media de edad de los colegiados es de 48 aos, y hasta 2011 habr cerca de 800 jubilaciones (vase tabla 2), cifra que ascender de manera alarmante a partir de ese ao. Algo similar sucede en Andaluca (vase grfico 2) y en Baleares, donde el Sindicato Mdico de las islas informa de que el 30 por cien-to de los mdicos se jubilarn en tan slo siete aos.

    Tan claros y, en muchos casos, preocupantes, son los datos de la profesin mdica en nuestro pas, que el controvertido plan de or-denacin de recursos humanos de la Catalua excepcion de la jubilacin a los 65 aos a las seis especialidades que el Consejo de la Profesin Mdica en esta comu-nidad estableci como deficitarias:

    Mdicos

    Menores de 35 aos De 35 a 44 aos De 45 a 54 aos De 55 a 64 aos De 65 a 69 aos De 70 y ms aos

    Total 36.597 47.311 72.044 28.268 5.695 13.169

    Dentro de 20 aos el nmero de jubilaciones ser preocupante

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica (INE).

    28 %

    28 %

    28 %

    29 %

    30 %

    31 %

    32 %

    34 %

    34 %

    35 %

    44 %

    48 %

    63 %

    0 10 20 30 40 50 60 70

    Digestivo

    Hematologa

    Urologa

    Anestesia

    A. Patolgica

    Ciruga General

    Cardiologa

    Medicina Interna

    Traumatologa

    Obstetricia y Ginecologa

    Neurociruga

    Ciruga Peditrica

    Ciruga Cardiovascular

    N de Mdicos colegiados en Espaa distribuidos por edades

    Ciruga cardiovascular, la ms afectada en los prximos aos en AndalucaEspecialidades ms afectadas en los prximos aos. Mayores de 50 aos

    Fuente: J.R. Oncins para el Instituto de Fomento Sanitario. Grfico 2

    Tabla 1

  • t ema del mes

    29revistamdica

    t ema del mes

    ocurre actualmente, es todo lo contrario, obligar a irse a quien no quiere y que est en condiciones adecuadas para realizar su trabajo, sin tener con quin sustituirlos; es un contrasentido.

    Segn sus datos, el nmero de MIR de Radiologa que finaliza-rn en los prximos cuatro aos su formacin est en principio entre los 800 y 900. Digo en principio -aclara-, porque si se consiguiera avanzar a los cinco aos de especia-lidad, como ocurre en el resto de Europa y que a medio plazo parece inevitable, habra un ao en el que no saldran nuevos especialistas al mercado, pero s se jubilaran.

    Pero Tardguila va ms all. En su opinin, no hace falta saber mucho de economa para ser consciente de que una poblacin en la que los mayores de 65 aos son, proporcionalmente ms nu-merosos en funcin, entre otras cosas, de la mayor esperanza de vida, no se puede seguir invirtien-do la relacin poblacin activa/poblacin pasiva sin tomar otras medidas. O se es activo ms tiem-po, o se disminuye la cuanta de las prestaciones sociales.

    Pero todo parece contradecirse en este tema. Instituciones pblicas comienzan a llevar a cabo el ade-lanto de la edad de jubilacin ante la lluvia de crticas de sindicatos y profesionales que no entienden este tipo de medidas. Sin embar-go, segn los datos del ICS, de las seis especialidades que se podan acoger entre octubre y diciembre del pasado ao, diez profesionales podan retrasar su jubilacin pero ninguno lo ha hecho, afirma Francesc Jos Mara. De una plan-tilla total de 9.800 facultativos en-tre Atencin Primaria y hospitales la previsin para este ao es de 43. Veremos cuntos se acogen.

    La causa segn Oncins, que afirma haber tenido acceso a esta norma,

    Personal Facultativo que trabajar 65 aos entre el 2008 y 2011

    2008 2009 2010 2011 Total

    CATEGORIA ESPECIALIDAD

    MDICO 1 1

    MDICO DE ATENCIN CONTINUADA 1 1

    MDICO DE FAMILIA DE EAP 18 24 21 31 94

    MDICO DE FAMILIA CONTINGENTE 8 20 21 17 66

    MDICO DE SERVICIO DE URGENCIAS 2 3 1 6

    ODONTLOGOS-ESTOMATLOGOS EAP 2 3 5

    PEDIATRAS DE CONTINGENT 10 10 7 6 33

    PEDIATRAS P. DE EAP 7 13 5 12 37

    FACULTATIVOS ALERGOLOGA 1 1

    ESPECIALISTA ANLISIS CLNICOS 5 6 7 6 24

    ANATOMA PATOLGICA 1 1 2 4

    ANESTESIOLOG. Y REANIMACIN 4 5 8 4 21

    ANGIOLOGA Y CIRURGA VASC. 1 1 3 5

    APARATO DIGESTIVO 1 5 6

    BIOQUMICA CLNICA 4 2 4 1 11

    CARDIOLOIA 2 5 1 3 11

    CIRURIA CARDIOVASCULAR 2 1 3

    CIRURGA GENERAL 7 6 3 7 23

    CIRURGA ORAL Y MAXILOFAC. 1 1 2

    CIRURGA PEDITRICA 1 3 2 6

    CIRURGA PLASTICA Y REPAR. 1 1 1 1 4

    CIRURGA TORCICA 1 1 2 4

    DERMATOLOGA 1 1

    ENDOCRINOLOGA 1 1 1 3

    FARMACIA HOSPITALARIA 1 2 3

    FSICA 1 1 2

    HEMATOLOGA Y HEMOTERAPIA 2 4 2 4 12

    INMUNOLOGA 1 1

    MEDICINA FAMILIAR Y COMUN. 2 2

    MEDICINA INTENSIVA 2 4 3 6 15

    MEDICINA INTERNA 9 4 2 6 21

    MEDICINA PREVENTIVA 1 1

    MICROBIOLOGA Y PARASIT. 1 1

    NEFROLOGA 1 1 1 3 6

    NEUROCIRURGA 1 2 3

    NEUROFISIOLOGA CLNICA 2 2 1 5

    NEUROLOGA 3 1 3 7

    OBSTRETICIA Y GINECOLOGA 6 8 8 6 28

    OFTALMOLOGA 3 1 1 5

    ONCOLOGA RADIOTERPICA 1 1

    OTORRINOLARINGOLOGA 2 2 2 6

    PEDIATRA 5 6 8 7 26

    NEUMOLOGA 5 4 3 12

    PSICOLOGA 1 1 2

    PSIQUIATRA 1 3 1 1 6

    RADIODIAGNSTICO 1 2 8 4 15

    RADIOISICA PROTECC RADIOL 1 1 2

    REHABILITACIN 2 2 4 4 12

    TRAUMATOLOG. Y CIRUR.ORTOP. 4 4 5 13

    UROLOGA 1 5 5 11

    Total FACULTATIVOS ESPECIALISTAS 78 84 90 95 347

    ESPECIALISTA ANLISIS CLNICOS 3 2 4 2 11

    CONTINGENTE APARATO DIGESTIVO 4 5 8 6 23

    CIRURGA GENERAL 5 5 8 11 29

    DERMATOLOGA 1 2 1 4

    ENDOCRINOLOGA 2 2 4

    GINECOLOGA 3 4 3 1 11

    NEUROPSIQUIATRA 2 5 2 3 12

    ODONTOLOGA 1 5 2 8

    OFTALMOLOGA 4 7 3 14

    OTORRINOLARINGOLOGA 2 1 5 3 11

    NEUMOLOGA 1 1

    PULMN-COR 3 4 1 6 14

    RADIODIAGNSTICO 1 1 2

    TOCOLEG 6 8 8 2 24

    TRAUMATOLOG. Y CIRUR.ORTOP. 3 4 8 8 23

    UROLOGA 3 3 3 9

    Total general 159 203 214 214 790

    Fuente: Instituto Cataln de Salud.

    Casi 800 jubilaciones en tres aos en Catalua

    Tabla 2

  • 30 revistamdica

    t ema del mest ema del mes

    vacin generacional, pero no sera ms adecuada una convivencia en-tre mayores y jvenes que permita la transmisin de conocimientos?

    Alfonso Delgado lo tiene claro. Desde su experiencia afirma que la nica razn para seguir trabajando hasta los 70 aos es la de tener un buen rendimiento y la capacidad de transmitir experiencia, saberes y conocimientos a colegas ms jve-nes. Esta funcin en cualquier es-pecialidad mdica es fundamental y no debe ser desaprovechada.

    Oncins comparte esta opinin y aade que no todo es asistencia directa. Un facultativo de edad avanzada puede llevar a cabo la-bores de coordi-

    lona, entre el 80 y el 90 por ciento de los mdicos prejubilados por la Administracin catalana sigue desarrollando su labor profesional en el sector privado. En opinin de Padrs, son profesionales an en plenitud que pueden ser apro-vechados y la jubilacin forzosa que se produjo se utiliz por la medicina privada y asistencial de mutuas.

    La Medicina es una profesin basa-da en el conocimiento y el trabajo intelectual, algo que no tiene nece-sariamente que disminuir con los aos, sino todo lo contrario. En la mayora de los casos la experiencia es un valor aadido incalculable. Como seala el director gerente del ICS, una de las finalidades de la jubilacin obligatoria es la reno-

    se debe a que las condiciones para continuar en activo son penosas: slo se renuevan de ao en ao, el puesto de trabajo queda a las r-denes del gerente, y la persona en cuestin se va a convertir en el chi-co de los recados.

    La solucin:la jubilacin parcialPero mientras que la mayora de trabajadores suean con el da de su jubilacin, los mdicos y otras profesiones liberales parecen ser la excepcin que confirma toda regla.

    Ante esta situacin del sistema p-blico, muchos galenos optan por la Sanidad privada para seguir ejer-ciendo su profesin. Segn datos del Colegio de Mdicos de Barce-

    Respecto a la edad de jubilacin, que no es por s sola configuradora, sino simple ingrediente de la vejez, en el Estatuto Jurdico del Personal Mdico de la Seguri-dad Social, y en el Rgimen General de la Seguridad Social, se distingue entre la edad inicial o mnima, y la edad final o mxima. Es a partir de la edad inicial, y no antes, cuando el trabajador puede por su sola voluntad ejercitar su derecho a la jubilacin. La edad final juega, exclusivamente, para la jubilacin forzosa u obligada, de tal manera que alcanzada dicha edad mxima su voluntad carece de efectividad jurdica. De donde se sigue que, cuando no existe tal edad mxima, la volun-tariedad jubilatoria se considere indefinida, hasta los propios lmites de la capacidad laboral.

    El artculo 26 del Estatuto Marco establece, como re-gla general, que la jubilacin forzosa se declarar al cumplir el facultativo la edad de sesenta y cinco aos, regla general que admite la excepcin de solicitar vo-luntariamente el facultativo prolongar su permanencia en el servicio activo, siempre que rena las condiciones psicofsicas para ello, hasta cumplir, como mximo, los setenta aos de edad, aunque, a diferencia de lo que suceda en el artculo 17 del Estatuto Jurdico del Per-sonal Mdico de la Seguridad Social, en que no resulta-ba preciso solicitar autorizacin alguna, en el momen-to actual, dicha prolongacin debe ser autorizada por

    el Servicio de Salud corres-pondiente, en funcin de las necesidades de la organizacin previs-tas en el marco de los planes de ordenacin de recursos humanos elaborados por dicho servicio de salud.

    Eso es lo que no se hizo y ese ha sido el principal ar-gumento que han utilizado los magistrados Eduardo Barrachina, Maria Luisa Prez y Francisco Jos Sos-pedra para dictar en sentencia: La existencia del plan de ordenacin de recursos humanos y no de cualquier otro texto es preceptiva para poder determinar las causas que justifican que, por necesidades de la organizacin, se pueda denegar la solicitud de concesin de prrroga en la edad de jubilacin hasta alcanzar los setenta aos. Es en dicho plan donde deben estar expresamente mencio-nadas las necesidades de la organizacin, como se vuelve a reiterar, a efectos de que puedan ser la justificacin, la fundamentacin, la explicacin, en definitiva, de la de-negacin de prrroga.

    No existi un plan de recursos humanos elaborado y aprobado formal y previamente que justificase la medida de jubilar forzosamente a los facultativos, lo cual invalida todas las jubilaciones forzosas que ha realizado el ICS desde 2004.

    Jubilarse en Catalua

    avanzada puede llevar a cabo la-bores de coordi-

    las necesidades de la organizacin previs-tas en el marco de los planes de ordenacin de recursos

    Ricardo de Lorenzo, presidente de la AEDS.

  • t ema del mest ema del mes

  • 32 revistamdica

    t ema del mest ema del mesfue del 100% (IC 95%: 66,5-100). Se produjeron diez casos de infeccin persistente por VPH-16, y cuatro casos de infeccinpersistente por VPH-18, todos en el grupo control. Eficacia profilctica en mujeres nave a VPH-16 y/o VPH-18: En el estudio008 el anlisis principal de eficacia se realiz en la cohorte total de vacunacin (CTV-1). Esta cohorte inclua solo mujeresque, al inicio del estudio, fueran ADN negativas y seronegativas para los tipos relevantes de VPH (VPH-16 o VPH-18) y quehubieran recibido al menos una dosis de Cervarix o del control. Para el anlisis de eficacia se excluyeron las mujeres con CINde alto grado o sin datos de citologa (0,5%). Al inicio del estudio, un 74.0% de las mujeres incluidas en el mismo eran naveal VPH-16 y VPH -18. La eficacia de Cervarix para la prevencin de CIN2+ asociada con VPH-16 y/o VPH -18 evaluada hasta15 meses despus de la ltima dosis de vacuna o de control y las tasas de infeccin persistente de 12 meses en la cohorteCTV-1 se presentan en la tabla siguiente:

    Para el VPH-16 todas las variables alcanzaron significacin estadstica. Para el VPH-18, la diferencia entre los grupos a losque se administr la vacuna y el control no fue estadsticamente significativa para CIN2+ ni para la infeccin persistente de12 meses (cohorte CTV-1). Sin embargo, en un anlisis previamente especificado en el protocolo (CTV-2), que era idntico alanlisis de la CTV-1, excepto por el hecho de que exclua a las mujeres con citologa anormal al inicio del estudio, la variableinfeccin persistente de 12 meses para el VPH-18 alcanz significacin estadstica con una eficacia vacunal de un 89,9%(IC 97,9%: 11,3- 99,9). Se observ un caso en el grupo de la vacuna frente a 10 casos en el grupo control. Algunas de laslesiones CIN2+ contenan mltiples tipos oncognicos (incluyendo tipos de VPH no vacunales). Se realiz un anlisis adicionalpara determinar la eficacia de la vacuna frente a lesiones que pudieran estar causalmente asociadas con VPH-16 y/o VPH-18. Este anlisis post-hoc (asignacin de caso clnico) atribuy una asociacion causal de un determinado tipo de VPH con lalesin, en base a la presencia de este tipo de VPH en las muestras citolgicas previas a la deteccin de la lesin. En base aesta asignacin de casos, se excluyeron del anlisis 3 casos de CIN2+ (2 en el grupo de la vacuna y 1 en el grupo control)que no se consideraron asociados causalmente con infecciones por VPH-16 o VPH-18 adquiridas durante el ensayo clnico.En base a ste anlisis no se produjeron casos en el grupo al que se administr la vacuna mientras que se produjeron 20casos en el grupo control (Eficacia del 100%; IC 97,9%: 74,2-100). Eficacia profilctica en mujeres con infeccin actual o previapor VPH: No se observ evidencia de proteccin frente a la enfermedad causada por los tipos de VPH para los que los sujetoseran ADN positivos al inicio del estudio. Sin embargo, los individuos previamente infectados antes de la vacunacin por unode los tipos de VPH relacionados con la vacuna, estaban protegidos frente a la enfermedad clnica causada por el otro tipode VPH. En el estudio 008, aproximadamente un 26% de las mujeres presentaban evidencia de infeccin actual y/o previa.Un veinte por ciento de las mujeres presentaban evidencia de infeccin previa (es decir seropositivas para VPH-16 y/o VPH-18). Un siete por ciento de las mujeres presentaban infeccin en el momento de la vacunacin (es decir, eran ADN positivaspara el HPV-16 y/o HPV-18) de las que solo un 0,5% fueron ADN positivas para ambos tipos de VPH. Inmunogenicidad: Paralas vacunas de VPH no se ha identificado un nivel de anticuerpos mnimo asociado con la proteccin frente a CIN grados 2 3 o frente a infeccin persistente asociada con los tipos de VPH de la vacuna. La respuesta de anticuerpos frente al VPH-16 y al VPH-18 fue determinada utilizando un ELISA tipo especfico que mostr una correlacin con ensayos de neutralizacinde pseudovirin. La inmunogenicidad inducida por tres dosis de Cervarix ha sido evaluada en 5.303 mujeres de 10 a 55 aosde edad. En los ensayos clnicos, el 99,9% de los sujetos inicialmente seronegativos haban seroconvertido a ambos tiposde VPH 16 y 18 un mes despus de la tercera dosis. La vacuna nduca Titulos Medios Geomtricos de IgG (GMT) que estabanmuy por encima de los ttulos observados en mujeres previamente infectadas pero que ya no presentaban infeccin por VPH(infeccin natural). Los sujetos inicialmente seropositivos y seronegativos alcanzaron ttulos similares tras la vacunacin. Enel estudio 001/007, que inclua mujeres de 15 a 25 aos de edad en el momento de la vacunacin, se evalu la respuestainmune frente al VPH-16 y al VPH-18 hasta 64 meses despus de la primera dosis. Los Titulos Medios Geometricos (GMTs)de IgG inducidos por la vacuna tanto para VPH-16 como para VPH-18 alcanzaron un mximo en el mes 7 y despus disminuyeronhasta una meseta desde el mes 18 hasta el final del periodo de seguimiento (mes 64). Al final del periodo de seguimiento,los GMTs para ambos VPH-16 y VPH-18 seguan siendo al menos 11 veces mayores que los ttulos observados en mujerespreviamente infectadas que ya no presentaban infeccin por VPH y >98% de las mujeres seguan mantenindose seropositivaspara ambos antgenos. En el estudio 008, la inmunogenicidad en el mes 7 fue similar a la observada en el estudio 001. Enotro ensayo clnico (estudio 014) realizado en mujeres de 15 a 55 aos de edad, todos los sujetos fueron seropositivos paraambos tipos de VPH 16 y 18 despus de la tercera dosis (en el mes 7). No obstante, los GMTs fueron menores en mujeresmayores de 25 aos. Sin embargo, todos los sujetos permanecieron seropositivos para ambos tipos durante toda la fase deseguimiento (hasta el mes 18) mantenindose los niveles de anticuerpos en un orden de magnitud mayor de los encontradostras la infeccin natural. Extrapolacin de la eficacia de Cervarix en mujeres adultas jvenes a adolescentes: En dos ensayosclnicos realizados en nias y adolescentes de 10 a 14 aos de edad, todos los sujetos seroconvirtieron para ambos tipos deVPH, 16 y 18, despus de la tercera dosis (en el mes 7), con unos GMTs al menos 2 veces ms elevados en comparacincon mujeres de 15 a 25 aos. En base a estos datos de inmunogenicidad, se infiere la eficacia de Cervarix en mujeres de 10a 14 aos de edad. 5.2 Propiedades farmacocinticas: No se requiere evaluacin de las propiedades farmacocinticaspara las vacunas. 5.3 Datos preclnicos sobre seguridad: Los datos de los estudios no clnicos no muestran riesgosespeciales para los seres humanos segn los estudios convencionales de farmacologa de seguridad, toxicidad aguda y dedosis repetidas, tolerancia local, fertilidad, toxicidad embrio-fetal y postnatal (hasta el final del periodo de lactancia). Losresultados serolgicos sugieren una transferencia de anticuerpos anti-VPH-16 y anti-VPH-18 a travs de la leche durante elperiodo de lactancia en ratas. Sin embargo, se desconoce si los anticuerpos inducidos por la vacunacin se excretan en laleche humana. 6. DATOS FARMACUTICOS: 6.1. Lista de excipientes: Cloruro de sodio (NaCl). Hidrogeno fosfato de sodiodihidrato (NaH2PO4.2 H2O). Agua para preparaciones inyectables. Para adyuvantes, ver seccin 2. 6.2 Incompatibilidades:En ausencia de estudios de compatibilidad, esta vacuna no debe mezclarse con otros medicamentos. 6.3 Periodo de validez:3 aos. 6.4 Precauciones especiales de conservacin: Conservar en nevera (entre 2C y 8C). No congelar. Conservaren el embalaje original para preservarla de la luz. 6.5 Naturaleza y contenido del envase: 0.5 ml de suspensin en unajeringa percargada (vidrio tipo I) con un tapn (goma butilo) con o sin agujas en envases de 1 y 10. Puede que solamenteestn comercializados algunos tamaos de envases. 6.6 Precauciones especiales de eliminacin y otras manipulaciones:Tras el almacenamiento de la jeringa, puede observarse un depsito blanco y un sobrenadante transparente. Esto no es signode deterioro. Se debe examinar visualmente el contenido de la jeringa antes y despus de agitar para observar si existe algunapartcula extraa y/o variacin del aspecto fsico antes de la administracin. En caso de apreciarse alguna de estas circunstancias,desechar la vacuna. La vacuna debe agitarse bien antes de su uso. La eliminacin del medicamento no utilizado y de todoslos materiales que hayan estado en contacto con l se realizar de acuerdo con la normativa local. 7. TITULAR DE LAAUTORIZACIN DE COMERCIALIZACIN: GlaxoSmithKline Biologicals s.a. Rue de lInstitut 89, B-1330 Rixensart, Blgica.8. NMERO(S) DE AUTORIZACIN DE COMERCIALIZACIN: EU/1/07/419/004, EU/1/07/419/005, EU/1/07/419/006,EU/1/07/419/007, EU/1/07/419/008, EU/1/07/419/009. 9. FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIN / RENOVACINDE LA AUTORIZACIN: 20/09/2007. 10. CONDICIONES DE PRESCRIPCIN Y DISPENSACIN: Cervarix 1 jeringaprecargada: Con receta ordinaria. Financiada con fondos pblicos en el mbito del SNS en las siguientes condiciones: suprescripcin y uso se restringir a lo dispuesto en los calendarios oficiales de vacunacin infantil aprobados por el ConsejoInterterritorial del SNS y su dispensacin se realizar exclusivamente por los Servicios Farmacuticos autorizados por el SNS,para su administracin en los centros sanitarios autorizados del SNS. P.V.P. 143,90 Euros. P.V.P. IVA 149,66 Euros. Cervarix10 jeringas precargadas: Con receta ordinaria. No reembolsable por el Sistema Nacional de Salud. P.V.P. 1.034,90 Euros. P.V.P.IVA 1.076,30 Euros.FTCERJPred-1 (Diciembre 2007)

    FICHA TCNICA: 1. NOMBRE DEL MEDICAMENTO: Cervarix suspensin inyectable en jeringa precargada. Vacuna frenteal Virus del Papiloma Humano [Tipos 16, 18] (Recombinante, adyuvada, adsorbida). 2. COMPOSICIN CUALITATIVA YCUANTITATIVA: 1 dosis (0,5 ml) contiene: Protena L1 del Virus del Papiloma Humano1 tipo 162,3,4 20 microgramos. ProtenaL1 del Virus del Papiloma Humano1 tipo 182,3,4 20 microgramos. 1Virus del Papiloma Humano = VPH. 2adyuvada con AS04 quecontiene: 3-O-desacil-4- monofosforil lpido A (MPL)3 50 microgramos. 3adsorbida en hidrxido de aluminio, hidratado (Al(OH)3)en total 0,5 miligramos de Al3+. 4La protena L1 se presenta en forma de partculas no infecciosas similares al virus (VLPs)producidas por la tecnologa del ADN recombinante mediante la utilizacin de un sistema de expresin en Baculovirus queutiliza clulas Hi-5 Rix4446 derivadas de Trichoplusia ni. Para consultar la lista completa de excipientes, ver seccin 6.1 3.FORMA FARMACUTICA: Suspensin inyectable en jeringa precargada. Suspensin blanca turbia. Tras el almacenamiento,puede observarse un depsito blanco y un sobrenadante transparente incoloro. 4. DATOS CLNICOS: 4.1 Indicacionesteraputicas: Cervarix est indicada para la prevencin de la neoplasia cervical intraepitelial de alto grado (CIN grados 2 y3) y cncer de crvix relacionados causalmente con los tipos 16 y 18 del Virus del Papiloma Humano (VPH). La indicacinest basada en la demostracin de la eficacia en mujeres de 15 a 25 aos de edad tras la vacunacin con Cervarix y de lainmunogenicidad de la vacuna en nias y mujeres de 10 a 25 aos (ver seccin 5.1 para informacion sobre la evidencia queapoya la eficacia de Cervarix en la prevencin de CIN grados 2 y 3 asociados con VPH-16 y/o VPH-18). La utilizacin deCervarix debe realizarse de acuerdo con las recomendaciones oficiales. 4.2 Posologa y forma de administracin: Elesquema de vacunacin recomendado es de 0, 1, 6 meses. No se ha establecido la necesidad de una dosis de recuerdo (verseccin 5.1). Se recomienda que los sujetos que recibieron una primera dosis de Cervarix completen el ciclo de vacunacinde 3 dosis con Cervarix (ver seccin 4.4). Nias menores de 10 aos: Cervarix no est recomendada para uso en nias demenos de 10 aos de edad debido a la falta de datos de seguridad e inmunogenicidad en este grupo de edad. Cervarix sedebe inyectar por va intramuscular en la regin deltoidea (ver tambin secciones 4.4 y 4.5). 4.3 Contraindicaciones:Hipersensibilidad al principio activo o a alguno de los excipientes. Se debe posponer la administracin de Cervarix en personasque padezcan enfermedades febriles agudas graves. Sin embargo, la presencia de una infeccin leve, como un resfriado, noes una contraindicacin para la vacunacin. 4.4 Advertencias y precauciones especiales de empleo: Como con todaslas vacunas inyectables, se deber disponer en todo momento del tratamiento y supervisin mdica adecuados, para el casopoco frecuente de aparicin de una reaccin anafilctica tras la administracin de la vacuna. Cervarix no debe administrarsepor va intravascular o intradrmica bajo ninguna circunstancia. No hay datos disponibles sobre la administracin subcutneade Cervarix. Al igual que otras vacunas administradas intramuscularmente, Cervarix debe administrarse con precaucin enpersonas con trombocitopenia o con trastornos de la coagulacin, ya que en estos pacientes puede producirse una hemorragiatras la administracin intramuscular. La vacunacin no es un sustituto del cribado rutinario del cncer de crvix ni de la tomade precauciones frente a la exposicin al VPH o a las enfermedades de transmisin sexual. Como con otras vacunas, puedeque no se obtenga una respuesta inmunitaria protectora en todos los vacunados. Cervarix protege frente a la enfermedadcausada por los tipos 16 y 18 del VPH. Otros tipos de VPH oncognicos tambin pueden producir cncer de crvix, por lo queel cribado rutinario del cncer de crvix sigue siendo crtico y se deben seguir las recomendaciones locales al respecto. Cervarixno ha mostrado tener un efecto teraputico. Por lo tanto, esta vacuna no est indicada para el tratamiento del cncer de crvix,ni de la neoplasia cervical intraepitelial (CIN) ni de otras lesiones relacionadas con HPV ya establecidas. Cervarix no previenelas lesiones relacionadas con VPH en mujeres que ya estn infectadas con el VPH-16 el VPH-18 en el momento de lavacunacin. La duracin de la proteccin no ha sido totalmente establecida. No se ha estudiado ni el momento ni la necesidadde una(s) dosis de recuerdo. No hay datos sobre el uso de Cervarix en sujetos con una alteracin de la respuesta inmune talescomo pacientes infectados por VIH o pacientes que estn recibiendo tratamiento inmunosupresor. Como con otras vacunas,puede que no se obtenga una respuesta inmune protectora en estos individuos. No hay datos de seguridad, inmunogenicidado eficacia que apoyen la intercambiabilidad de Cervarix con otras vacunas de VPH. 4.5 Interaccin con otros medicamentosy otras formas de interaccin: En todos los ensayos clnicos se excluyeron los individuos que haban recibido inmunoglobulinaso hemoderivados durante los 3 meses previos a la administracin de la primera dosis de vacuna. Uso con otras vacunas: Nose han obtenido datos sobre la administracin concomitante de Cervarix y otras vacunas. Uso con anticonceptivos hormonales:Aproximadamente un 60% de las mujeres que recibieron Cervarix en los ensayos clnicos de eficacia, usaban anticonceptivoshormonales. No hay evidencia de que el uso de anticonceptivos hormonales tenga un impacto en la eficacia de Cervarix. Usocon medicamentos inmunosupresores sistmicos: Como con otras vacunas, cabe esperar que no se alcance una respuestaadecuada en pacientes que estn recibiendo una terapia inmunosupresora. 4.6 Embarazo y lactancia: No se han realizadoestudios especficos de la vacuna