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NOTAS - 148.206.53.84148.206.53.84/tesiuami/UAMR0577.pdf · la enseñanza media y el gobierno debid volver a la imagen del heroe nacional.Cuidadosamente expurgado de todo dis- curso

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NOTAS PARA EL ANALISIS DE LA CONSTITUCION

Javier Bonilla Saus

Este trabajo intenta presentar, bajo la forma ie hip6te

sis todavIa preliminares, lo que deberTa s a en nuestra opi

ni61 una problcmdtica te6brica d.e impoztancia para el anbli-

- -

sis de los sujetos politicos;. f n la m e d i a en que re su l t a - ya imposible seguir considerando a estos cmmo simples “re--

flejos” de l a s unidades anaPStzcas de ka infraestructura y

en v i s t a de que tampoco es ~ ~ s s t e n i b l c j comcptualizarlas eo-

mo agentes y soportes de una ldgica supraestruetural previa S

mente d e t e m i n a d a , se hace necesario plantear algunos e l e -

mentos te6ricos para un anblisis nzt.er%al.ista de?_ proceso -- de constituci6n de ~ S S sujetos polf.tltcos.

Sin embargo no es e s t a una preocupacidn exclusivamente

tebrica. Es tarnbien el resultado de la constatacidn pollti-

ca que el ~ ~ S C U ~ S G marxista tradicional ha llegado a un mo-

mwnto crlf.?”,ico de su propia historia en el cual su eficacia

explicztiva -(cono ciencia)- y su capacidad de convocatoria

-(como .ideologla)- se encuentran aparentemente cuestionadas.

Ante Pas urgencias de esta triple coyuntura -(triple, - ?;orque es i d e o l 6 g i c a , polftica, te6rica)- nos ha parecido e videntr?l que 6 s t e trabajo a propdsito del sujeto polltico de

bla d e s l i n d a r s e claramente de dos de las tendencias pollti-

cas que hoy s e desarrollan can mds rapidez.

3

marxista puede ser despojado de 10 que "no es estrfctamente

Pero en segundo tgrmino cabe deslindarse tanbien de a--

quel la actitud "iiquidacionista" que, ante la incapacidad -

de visualizar las limitaciones rea les del discurso marxista,

5

y la antropologsa estructural, trataremos de proponer un - camino hacia una conceptualizacidn del sujeto pQlftiC0 co-

mo sujeto que se constituye histdricamente en torno a su - discurso a prop6sito de la sociedad,

t ,

IDEOLOGICAS.

"En Po que Tabares y no dijo

"'perciblC el agreste sabor de io qx:

' 'se llamaba artiguismo: la concien-

"cia (tal vez introvertibie) de

"que el Uruguay es mds elemental c ; u ' . h

"nuestro pa ls y, por ende, m6s brav::,, e

"Recuerdo que e s a noche nos despedir t

"con exagerada e f u s i 3 n "

"EL ALEPH" -Jorge Luis Borges

. j,: 1 Hasta 1973 puede decirse que e l artiguismo es un ele -

mento pr6cticarnente irmutable en el univelcso ideol6-

gico, m6s bien sereno, del b'ruguay. La irrupci6n de

la dictadura s i g n i f i c 6 , s i n embargo, una re l a t i va -- p c r t u r b a c i 6 n en el quietisrno 13eeldgico nacional.

_ _ ." ' _.l.""-""" ."- ~ " - .. - "".l."..".--.-- -..--.-" "

la enseñanza media y el gobierno debid volver a la imagen

d e l heroe nacional. Cuidadosamente expurgado de todo d i s -

curso l iberador se l e recuperb se10 para enterrar lo ba jo

lozas de s i l e n c i o . Un A r t i g a s sin artiguismo, muds sabre s u

jacobinismo agrario, ampG;!zado de su democratismo anti-aa

tor i tar io vac iado de s u regionalismo popular.

-

En s4 rnisno ei episodio no r e s u l t 6 ser m=is que una -- simple peripecia pero las que merecen ser analizadas, en

cambio, son l a s razones que pudieron impulsar a l a d i c t a -

dura a librar senlejante escaramuza ideolbgica.

E l proyecto h i s t d r i c o de Artigas tiene hoy mbs de cien - t o cincuenta afiios. E l personaje no f u e mas que uno cie a--

quellos q u e , entre las decenas de c a u d i l l o s c r i o l l o s que - se levantaron contra l a dominaci6n espaiíola, terminaron, - cas i s i n puemeditaei6n, como fundadores de las d i ferentes

nacionalidades 3-atinoameric:anas. Su p e r f i l r e s u l t a un tan-

t o yarad6]icu. S u recorr ido mi l i tar y polftico concluird - con l a derrota; su historia. personal e n e3 e x i l i o . Ni e l - proycctc “farxer“ de colonizaciBn del futuro espacio uru- -

guayo n i e l federalism0 a wltranza, n i tampoco l a admira--

cien l : r i ~ . r ~ n t o aproximativa e ingenua ante la revoluci6n in

dcpendcnt. i .s t a norteamericana,, calaron h ~ n d o e n l a hista--

-

9

r i a del p a l s . As%, sus ensayos de colonizacidn fueron final - mente barridos por una clasc agropecuaria esenciahante -- l a t i fundis ta , su modelo federal. feneci.6 an la organizaci6n

cada vez m6s central izada de las nacionalidades uruguaya, -- argentina y paraguaya y sus afinidades doctrinarias con e l

d iscurso po l l t i co anyls-saI6n se perdieron ante l a s o l i - - -

dez d e los lazos cul tura les ex i s tentes en España y con e l

universo lat ino

No obstante, desaparecidos Artigas y los a r t i g u i s t a s -- que l o siguieron , perirnidas todas ias posibil idades h i s t b -

ricas de traducir su programa en polPticas concretas y ayo - t s d a s todas las c lases que hubi.eran podida animar dicho -.-

proyecto, e l artiguisrno es , todavía hoy , un aspecto impor - t m t e d e l panorama p o l í t i c o d e l pa4s.

En ese sentido l a escaramuza ideoldgico que el gobier-

no s e decidió a l i b r a r es el indicador de que el. a r t i g u i s -

mo 110 ha desaparecido ni ha quedado reduci,do a una simple

El artiguismo habla hoy en todas lers voces; en los tex

tos actuales de J.LoBorgea, on las propuestas da Pos par-

t idos tradicionales del Uruguay, en la angustia de la i ~ - -

quierda uruguaya exiliada y en los silencios culpables de

la dictadura.

II) P d e i n O S en consecuencia admitir La existencia de de-

terminaaos discursos p o l i t i c o s que, s i Bien son pro-

ducciones sociales al igual que los proyectos econ6-

micos, l a s propuestas esteticas o l a s soluciones tec - nolbgicas, funcionan en virtud de una temporalidad - que les es espec€fica.

En la medida en que no pueden ser considerados produc -

11

que no logra admitir la existencia concreta de elementos - d i s c u r s i v o s _I_- materia les cuya positividad y cficaci, se mani -

f i e s t a c'n L I ~ C ? h i s t o r i a propia y especlfica del discurso pg

i F t i c o presente en toc?as las configuraciones de la IGcha

de c: ' iases .

ria de los ~ ~ S C U ~ S O S polSticos en una determinada forma---

cidn social no e s analizable mds que en la ldgica del sujc - to politico que los anuncia. MSs cancretamente que sujsto(s)

pol$tico(s) y discurso(s) p o l 9 k i c o ( s ) son dos elementos -- que, al organizarse mutuamente,? determinara el campo de e r r ~ polltica", entendida esta, estrictamente, como prdctica .- de

produccien -~ de polftica. "

En segundo lugar diremos que e s t a organizacidn xecllpro -

ca entre sujeto y discurso polXtico admite una doble lectu - ra simultánea: el sujeto polltico se const i tuye , por un la -

do, en 21 discurso polltico -(en el suyo propio y en aque-

llos discursos que el sujeto heredal- y , por otro lado , el discurso polftico, a su vez, se organiza como una sintomb-

-71 t - i ea d e l sujeto.

T o real no es real. Sobre todo no.

"ES la dificultad mayor de éste con - I' cepto" .

13

Por e l cm:;trario, es precisamente lo i n d e c i b l e p a r a " ~- el.

- slaeto "_ - { e s decir fa forma humana de lo imposible)- lo que

c o n s t i t u y e una primera aproximaei6n general de ese c o n c e p -

t o que l ianaremos " l o real".

c u r s o s posibles y # en tanta que p u n t s de p a r t i d a , d i c h o -- real es e l c o n j u n t o de toda Ica q u e preexiste al su je to PO-

l l t i c o . Si se quiere, no eo msis que el conjunto d e toda -- esa " soc ia l idad" que " e s t d allfa' con antelacibn al adveni-

miento del su je to .

De esta manera e l proceso d ~ : c o n s t i t u c i 6 n del sujeto - se ver i f i ca a p a r t i r de una sociedad esencia1rnent.e hereda-

da. Pero dicha h e r e n c i a ES m n-ealidad una i m p o s i c i 6 n , t o -

da vez que el. s u j e t o polfticc txa.t.ard de comprenderla - ( s i n

poder l o g r a r l o aunca en su tota l idad)- organizsndose como

sujeto de d i s c ~ s o . De e s t a Coma, 10. uzal apa.rece para el

s u j e t o p o l l t . i c u cono un pun-to de partida incontrolable; CQ

rno algo qua 3~ desborda por definiciAn. Es m&, ~610 e n l a

medida en que podamos pensar esp.& '*exceso de IC real" f r e n

t e a las posibi l idades discursivas del sujeto, ser6 posible

clecir que el s u p t o p l l t i c a es un sujekc determinado.

-

-

""""

15

pcsici6n del. t i p o :

IE

siva abqoluta frente a sus rarfces reales que estas son .los - elementos determinantes on su discurso y de su i d e n t i d a d .

En esta 16gica, C Q R ~ e ~ i 1.2 r ie l paicoandlisks, fa "deter-

minaci6n real" d e l s u j e t c -p~J.XtLco va a descifrarse, no en

las molduras - {aunque estas, sean cocceSib$es como"eondicio-

nes necesarias~' n COrnO ~ ~ 1 L E ! i t . " S i q 4 - ?*.re :a econorr:za lmpone "

al sujeto sino m6s bien de Iraanexa ''negat.i,va':, es decir c.rrmo

los falLos que el sujeto pddecerd a le largo de su perfil.

Se trata mbs bien de una"determimci6n c y 1 'lo negativrs" en Pa

cual. la sociedad heredada, punto de partida incontrolable -- para el discurso del sujeto, aparece c m ~ conjunto determi-

nante exactamente en la medida en que el conjunto no podrd

nunca ser totalmente calculado, planificado o conocido por

el sujeto. En otras palabras, la determinaci6n del sujeto - pof.ltico por lo real - ( y , en su momento, deberd. hacerse la

distinci6n entre "lo real del sujeto" y "lo real que lo -- rodea")- reside en la imposible reducci6m de dicho real al

discurso polltico del su je to ,

111 Pero e s t e real, a la vez fugaz e irxemplazable, pue-

de s e x aproximado de otra nanera. Coma canjunto que

preexiste, 6 s t e real prc-verbal que sarece esperar - el advenimiento del sujeto/discurso, no es una so--

eiedad poblada de " C I ~ S Z P S en s1" que se presentarlan

17

Ila. Pero l a s expresiones ""BU .- sociedad" O "S conocimiento"

no tienen porque sesialar obsst6culsa i r r d ~ t i b l e s para el - conocimiento objetiva. X::iIi.car~, mSis bien, que no solamente

"'lo real existe'$ s i n o quet adernds, es tendenciaimente acce - sible, mediante ef d i s c u j t s ~ ) ~ por el. conocimiento. Lo real

es entonces cognoscible pero en el sena de una idea. de CO-

nocimiento que, dejando de 3.ado toda faneasfa de transpa--

rencia o de ~ " c i ~ n a l i d a d irunanente de 9~ social, postula - ?.a d i scon t inu idad radical existente entre EX discurso poli. - ticc; del sujeto y el pre - t ex t s real de: 3 s social. Mas con-

cretamente, lo r e a l es real., existente y cagaoscible, en - tanto no es conocido; en cuanto se transfurma en discurso

de un s u j e t o - ( e s d e c i r en cuanto es reducido a un simbo--

l.ismo) - aparece como ''realidad polXtica' t m

- En tercer lugar, lo r e a l - s o c i a l no serd trascendente

ya que funcionar para e l d i s ~ e t r ~ ~ del sujeto polltico, co-

~ e , a ,'Las significaciunes ,sffeeendidas por e l sujeto.

Es aqui donde debems insistir en que la constituci6n

del sujeto po l l t i c c? que pretendemos esboaar se separa de - tsjda i.drsa l i q u ? s t i c a del s u j e t s , 8 , para ser mSs precisos,

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- Pero exis te tambit211 sequndrj reGistro -{que es el

que soh:a-imprime en el di~eurso 10s trazos del fracaso -- del sujeto ante lo r e a l ) - d o n c 2 , ~ l o s sentidos se ordenan de

manera mds s u t i l . Aquello que el discurso po l f t i co no pue-

de decir, la que e l s u ~ e t o XIC p e d e expresar mas que como

s i l e n c i o , l o que evita la dwmtaci6n para deslizarse como

connotachBn, aquello que e s t t b presente en l a estructura -

Gel discuzso para no aparecen: en las palabras , todo ello

eon.stitüye un segundo regi5tx.o en sl cual las s igni . f ica- -

clones se ordenan,, secretmer! te , a p a r t i r de l o s elementos

no-simbolizados iie 13 r e a l d e l s u j e t o polftico. Por aqul

-,..L.. 37' *P. l . t : r , ~ r ~ ~ , c s 7 , la dimc~sitin inaginaria de i o s s u j e t o s p o l l

kicos a

-

21

""El. orden sirnb6lico" Jacques Lacan

constituyen ante todo, relaciones de significaci6n. Mds -- precisamente, podrfa decirse que es la relaci6n de signifi -

caci6n el elemento qtie autoriza la instauraciSn iie las re-

laclones sociales corno lazos sociales objetivos,

La relaciSn capitalista de produecibiq, que i m > k i c a . la

extorsi6n del trabajo no remunerado al proletario y la acu - mulacidn de capital en las manos del propietario de los mc

dios de protluccibn, no es concebible mas que si se funda--

menta sobre una "(o varias)- significaciones. Lo que hace

de la relaci6n salarial una relaci6n social es, ante todo,

que el salario posee un sentido para el asalariado y otro

para el comprador de la fuerza de trabajo.

Marx 11u oculta e s t e problema; simplemente presupone una

soluciOn y lo reenvla, conjuntamente con o t r a s cuestionesp

31 lugar de "punto ciego" de su antilisis de la sociedad ca

p i t a l i s t a . De esta manera, el proceso de producci6n, por - cjmpln, es concebido corno lana actividad "que tiene un ob-

jetivo" en la psvducciGn de valores de USO. PeraI en el -- f G : i 2 O 3 2 p,rcducci6n de &tos valores de uso no es el "ver - t lai ier :~" sentido del proceso de produccien de Marx :en "rea - lidad'* 2 1 empresario capitalista lo que "quiere" es Frodu-

cir - ( y apropiarse)- una plus-valla (5). Sin embargo, e l - hechcs de que haya una intencidn "aparenten enfrentada por

por resolver -(o por Eo menos por plantear de manera d i f e -

rente ya que, asX ?resentada, ne de ja de ser una pregunta

metaffs ical - ia cuesti6n de cual serfa el expediente por - el cual , las relaciones de producciEn que presuponen una

significaci6n, precisamente la p r ~ d u c i r l a n ('2)

En consecuencia, admitimas que toda relaci6n s o c i a l re - envda si.err,pre a una estructura sirnb6%i.ca que, en tanto que

" reg la del. jtlego" organiza Las significaciones y funda to-

da posibilidad d e sociabi l idad ( 8 ) @

11 1 Si las relaciones sociales sonsiempre relaciones d e

siynificaci6n, e l l o se debe a que e s t a s re lac iones

sociales s o n , de la manexa que se quiert,, re lac io -

nes entre - su-jetos.

Dichas sujetos podemos f u n d a r l o s de forma diferente -

y,'<> "psicoiGgico" que siempre terminar2 por converger ha

Ea simbolizaei6n que el su-jeto polxtico implica en su

existencia misma no es una trncacluccibn de '"Is real d e l su-

jeto" al nivei del discurso (11) .

- por el o t r o , el s u j e t o se "reencuentra" en el. Smbito

simbblico a traves de esa Escucha que fija su identi -

dad sobre un conjunto dc significantes cualssquiera-

(pueblo, naciaSn, camarad.as, cristiano, etc,) - En es-

te sentido es posible pensar que un s u j e t o polztico

_. es lo que los otros sujetos le escuchan decir.

Cabe entonces señalar que no serd tanto "el discurso - d e l sujeto" lo que establece su identidad cuantc? la Escu-

cha que los Otros sujetos hacen de su discurso - ( e s decir

l a s significaciones que se dignai: a t r i b u f r 1 e ) - lo que fi-

jars, relativamente, el proceso de constituci6n d e l suje-

ta pollti.cc.

"La pr6ctica polltica" y "la lucha polStica" aparecen,

como conceptos, en tanto que funciones de una -(o varias) - es t ruc t .aa (s ) simb6lica(s], aderrids de estar fundadas - en

ei discurso . La "lucha polftica", en particular, aparece

en primer termino ccxno un conflicto para hacerse escuchar

de detc ! rmlnada manera, corno un enfrentamiento "para hacer

vzlt::-" cicrtils significaciones particulares en los mate--

' !

conjunto del registro simbdlico de aque'l; estas lec turas - entraran facilmente en " l a s reglas del juego" especsf icas

que regulan l a p r d c t i c a s o c i a l AeT sujeto.

Dichas s ignif icaciones particulares asignadas a l d i $ - -

curso tienen "efectos de r e a l i b d " ya que comprcmeten a l -

conjunto de 3.0s registros simbblieo S: irnayj.in&rio de3 suje-

t o polltico. E l 1 . a ~ constituyen "Ea verdad d e l su je to" y , - en consecuencia, son capaces de or ientar la prdctica gene-

r a l de un s1:ijet.o q u e , perdido en s u re lac i6n con l o seal,

se reencuentra en s u relacit jn con s l mismo - ( identidad)-

Estas lecturas pueden s e r v i s t a s c m o s iendo las interprc

tac iones cons t i tu t ivas de l su je to po l l t i co ya que son e l l a s

l a s que van a es tab lecer , no " l o r e a l d e l sujeto", sino s u

realidad.

Lo que llamamos interpelaci6n, e n consecuencia, no se

produce porque los sujetos individuales se sientan "alcan-

z ado S '1 por e l discurso de un "emisor politico" centra l que

"apunta" b ien con el arma de la palabra. For e l contrar io

en nues t ra opini6n u n restablecimiento del a n S l i s i s mate--

rialista de Las pr6cti .cas pol1"icas e ideol6gicas requiere

d e una conccptuali.zaci6.n diferente de esta cuesti6n.

"SE" I ( 1 3 ) habla - (mediante una palabra no-polft íca) -a

pasados, los presentes y los futuros)- de manera coherente

con una modalidad simbdliea quc ha reafirmado al sujeto.

Una vez organizada la identidad polftica discursitiva,

d e l su je ta , la organizaciBn de 10s soportes se deriva mas

o menos flufdanente ya que su canvergencia es sistemdtica - mente promovida por la comunidad de lectura que el sujeto

praduce.

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“^_“..“.I-

da. TantbiEn deberemos admitir nuestra incapacidad para dar

con una fCrmulcl expositiva diferente pero capaz de garanti I

zar la inteligibilidad del texcrs.

Ser6 entonces necesario insistir sobre el. hecho que si

el sujeto polftico se constituye en su discurso y en refc-

rencia a lo real, ello no puede concebirse s i n la "entrada

en el juego" de ?.o que llamaremos un doble imaginario.

El sujeto politico recortocc a Ciertas Escuchas como e'--

portadoras d e una s i g n i f i c a c ! i 6 n "coherente con e l conjur t to

del xeg;stro sirnb6lico de aqu61" -(Vez' Cap. "Si~%bQLi~as")~-

las re interpreta Coni0 si f3r:rnasen parte de has "~.;:gjras c:,~:..,

j u e g o que orientan l a prac t i ca gener&l. Sel. sujeto". CGnvie I

ne entonces recalcar que la coherencia entxe e l d i s c u s 3 - d e l s u j e t o p o l i t i c o y l a Esc:ucha que propercSar"a 12. ,rite,"--

pretaci6rr - (intewpelacibn) - no 2s una expres~bn exclusivz.-

m ~ n t e d i s c v r s i v a ; es necesario que l a E s c ~ c k a reecv le 1 3 x 1

s igni f i cac ihn que sea coherente con l a imagen que el suje-

t o st:. h a c , de l a Escucha.

Cuancio dlecirros que " l a palzbra no-polftica" del pre-su I

Las dos imSgenes, el Art.iga2, "elemental" d e Borges 1' - la desengañada vis idn que e l Lr,. Oras Grey nos da de Scxnkz

Marfa, constituyen dos material.zs imaginarios que interesa

t r a t a r , aunque sea brevementet ':m0 i l u s t r a c i o n e s de a l q u -

nos de los elementos que se har ; in t roduc ido en e i texto,

Para un h i p o t e t i c 0 s u j e t o poartico a const .ruirse, as2

esta Santa Marla de Onetti def ine , como imager, ( í S ) , -

situacic5.n "_ cornfin de Gstos soportes.

Este discurso - (incluidas las imageries m d i c h a s ) - c:onus I*.

ES por esa razdn que podrd decirse que estas imbgenes-

(c>r,tre rstril5.); la 2e Artiga.s como identificaci6n formadora

( 2 3 ) y la diel Uruguay-Santa MarfLz como s i tuac i6n or ig ina- -

- " ._" ...

ciOn mltica que lo i d e n t i f i c a .

39

N O T A S

(81.- .... Rcqla que fundamenta todo simbolismo y todo le2 guaje: la p r o h i b i c i 6 n del incesto.

( 1 1 ) .-Ser6 necesar io e v i t a r toda tentacidn "pskcologfsta'~ q u e nos i n v i t a a ver en lo real del sujeto su incons - cier:te y en su cliscurso los slnbolos que "expresan" 6s te inconsciente por l a s vfas habituales de la "re- presentaci6n'" "e1 aesplazarniento" ,etc.

(13), ......p oseer una verdadera respuesta a la cuestih, - podrlamos adclantar la idea que los soportes del fu- turo s u j c t o pueden ser tantc individuos como masas, organizaciones intermediarias o corporatistas -(gru- pos sindicales, organizaciones barriakes, grupos de intereses, et.nias, fraccionamientos Zingursticos, co - munidades irmigrantes, ete,), un sujeto polltico "an I teriorl'en vfas de disolucibn, clases socialesp o --- fracciones de clases en el sentido ec~n6mico del t6r "I

m i n o , d i s p o s i t i v o s del poder de2 tipo concebido por N i c h e 1 Foucaut o, porque nc, ttna heterogenea combina - ci6n d c t.odo.; e l l o s . En su anblisis d e l j w t i c i a l i s - mot Gscar Landi utiliza Las expresiones "nueva d a s e

obrera" I "movimiento social", y "fuerzas trabajado" ras" para designar a los soportes d e l futuro s u j e t o

s o c i a l peronista.'El problema, en nuestra opinibn, - queda en realidad a b i e r t o .

(14). Lo que aqu€ Ilamamos "una instancia polltica cual--- quiera" e s , en realidad,la forma de designar una in- suficiencia tedrica de nuestro texto. Podrlamos no - obstante adelantar que esta instancia de poder en -- sentido estrlcto, debe ser concebida como una instan -

cia que posee una relaci6n privilegiada can el saber. Todos los ejemplos hist6ricos disponibles, as: como el caso de ciertas propuestas te6ricas -(vgase el pa - pei de las Fuerzas Armadas, el del Estado, el de la "g\:errE?.la" I e1 del partido leninista en vanguardia" y aGn l o s andlisis mSs banales sobre el "leadership(').- señalan qas el lector de los mensajes del f u t u r o su-

~ e t o politico es una ''instarlcia supuesta saber".

(15) L:: idea habitual sobre la "unidad ideolbgica y p o l l -

tics" 2s precisamente Pa de "un acuerdo" en la inter I prctaciCjr, de ciertos s i g n i f i c a n t e s . La noc iOn grams- ciaria dc "hcgemonfa" pretende en realidad ir un poco

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"""" .""" " -I"-"*.. - " .." 1"1 "."___.

(15) . . . ..m$s lejos sin llegar a expresar, no obs tante , lo que aquf queresnos decir por "coherencia simbblica" L.

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(20). La o t r a irn6rqcn que, s i n l u g a r a dudas, t e n d r d sicm-- prc en cl Uruguay una f u n c i 6 n de identificacidn for- madora, scrd la d c Jos& Batlle y Ordoñez.