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8/12/2019 Nuestra_misión
http://slidepdf.com/reader/full/nuestramision 1/2
Nuestra misión
Como personalidades en este reino en tercera dimensión, somos en esencia herramientas de la
superalma para contribuir a realizar la misión de esa misma alma. Antes de encarnar mientras
residimos en el lugar “físico espiritual”, como la Fuente (Maestros y Espíritus Guía) lo denomina,
se nos asigna el papel que interpretaremos en esta obra y aceptamos nuestro rol. Esta acción
acelerará de cierta manera la intención del alma, la cual forma parte de la evolución espiritual del
todo. Venimos a esta realidad con la plena intención de vivir nuestra vida de acuerdo a ese plan.
Al encarnar olvidamos el qué hacemos aquí y el por qué estamos aquí. Si supiésemos el plan
completo evitaríamos muchos aspectos en la creencia de que nos sería muy difícil enfrentarlo.
En este planeta Tierra, nuestro rol puede ser catalogado como malo o bueno por la sociedad; sin
embargo, nuestra misión fue planificada con amor incondicional por todos los involucrados, lo
cual incluye a la jerarquía espiritual. Todo se encuentra en orden divino y todas las elecciones
basadas en el libre albedrío son totalmente aceptables para el alma y su intención. Todo gira en
torno al amor incondicional. El alma no considera nada bueno o malo. El alma no realiza juicios y
acepta amorosamente lo que sea que se le presente para cumplir con su propósito.
En el plano físico, el plan es vago y desconocido; sin embargo, si uno está en sincronía con su
Fuente y el flujo universal con deseo e intención, se puede descubrir mucho sobre nuestra misión.
Luego, al utilizar nuestra intuición y libre albedrío, las elecciones que hagamos nos mantendrían
en cierta medida en el camino correcto. El plan inicial sería la vía más óptima para completar la
misión; no obstante, nuestra misión se ajusta a medida que avanzamos en la vida. El ego y las
elecciones basadas en libre albedrío pueden sacarnos del plan inicial, pero el reino espiritual
opera con lo que sea que se le presente. Todo se encuentra en orden divino.
Este planeta Tierra opera conforme a la ley universal del “dominio”. En pocas palabras, esto significa
que cada ser se encuentra aquí para aprender a dominarse (control sobre los pensamientos y acciones
propias) y permitir que otros hagan lo mismo sin que los demás interfieran. Al parecer, aprendemos
lentamente. El karma, como muchas personas lo denominan, y el karma racial también están
involucrados aquí. Lo que hacemos siempre produce ramificaciones, bien sean positivas o negativas.
No existe lo que se llama accidente y la mayoría delas cosas que nos suceden fueron previamente
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acordadas antes de la encarnación actual. Por supuesto, otras cosas suceden debido a las
elecciones y decisiones que tomamos día a día.
No podemos salvar el mundo entero, pero podemos contribuir con amor y energía sanadora en lugar
de rabia o miedo hacia las personas y el planeta Tierra. Esto contribuye a acelerar la evolución
espiritual de la humanidad, de manera que nuestros pensamientos y acciones sean positivos y
amorosos, y que asimismo un día nos demos cuenta de que cada persona proviene del mismo espíritu
divino y que todos estamos relacionados. Cuando lastimamos o sentimos rabia y resentimiento hacia
otro, nos estamos dañando a nosotros mismos. Lo sé por experiencia propia.
Todo el que se encuentra en una situación, llámese positiva o negativa, está allí por una razón.
Antes de reencarnar, mientras residíamos en el reino espiritual, esa razón se conocía y se acordó
por la persona o las personas involucradas. En este plano físico, no tenemos idea de cuál sea la
razón. Por ello es que cualquier interferencia en el camino y en la misión de una persona produce
ramificaciones. Se trata de una interferencia en la intención del alma, pero aun así el libre albedrío
lo permite.
El karma negativo presente entre individuos puede resolverse fácilmente. Si alguien se encuentra
en sintonía con el flujo universal, puede descubrirse y resolverse la situación kármica en un nivel
superior de consciencia. Cualquiera puede hacerlo; no hace falta que alguien lo lleve de la mano.
Tampoco requiere resolución por parte del otro, sino la resolución de tu parte. Los demás son
totalmente responsables de sus propios pensamientos y acciones en cuanto al desafío kármico,
así como lo son por cualquier otro aspecto de sus vidas. Todo lo que se requiere es que perdones
a todas las partes y a ti mismo. Somos seres soberanos y los únicos responsables por nuestras
acciones y pensamientos.
Derechos de autor © Lenred –
Consultor Paranormal –
[email protected] Traducción: Adrián Valera – [email protected] m
