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Consecuencias de la caída del muro de Berlín
El término reunificación alemana se refiere a los cambios políticos y sociales acontecidos durante
los años 1989 y 1990 en Alemania, que concluyeron en la adhesión de la antigua República
Democrática Alemana (RDA) bajo la jurisdicción de la República Federal de Alemania (RFA) dando
resultado a una sola Alemania. Este período histórico es conocido también mediante las
denominaciones unificación alemana o unidad alemana.
Las reformas políticas y económicas impulsadas por el Secretario GeneralMijaíl Gorbachov en la
Unión Soviética y la transición democrática en otros países de Europa Oriental tuvieron como
consecuencia indirecta el éxodo migratorio hacia la RFA a través de Checoslovaquia y Hungría, y la
posterior inestabilidad social en la RDA. Estos eventos forzaron la dimisión delPolitburó del Partido
Socialista Unificado de Alemania (PSUA), partido político posteriormente ilegalizado en la RDA; y la
apertura de las fronteras entre ambas Alemanias, decisión que desencadenó la caída del muro de
Berlín el 9 de noviembre de 1989.
Consecuencias
Económicas
Aunque en el corto plazo, la convertibilidad de ambas monedas se presentaba ventajoso en la RDA,
puesto que era posible adquirir productos hechos en la RFA por un menor precio. A principios de
1990, la tasa de cambio podía ser superior a 1:6 entre ambas divisas. Pese a que la tasa de cambio
entre ambas monedas no seguía una relación 1:1, el marco de la RDA, al menos en términos de
paridad de poder adquisitivo con respecto al marco alemán era similar. Sin embargo, al aplicar una
tasa de cambio 1:1 entre ambas monedas, una canasta básica ajustada a los precios de la RFA
reducía a un cuarto el poder adquisitivo del salario promedio de un trabajador en la RDA con
respecto al previo a la reunificación.
Al implementar una paridad de salarios en las empresas de la RDA se partió de que mantener los
salarios bajos prolongaría el flujo migratorio hacia la RFA. Uno de los errores fue considerar que el
recíproco de dicha premisa era verdadero, puesto que el aumento de los salarios no previno la
migración a largo plazo. En cambio, aumentaron notablemente los gastos operativos y se
revalorizaron las deudas de las empresas sin mejorar significativamente la productividad de estas.
Finalmente, muchas empresas se declararon insolventes al no poder cancelar sus deudas. Como su
productividad promedio era de un tercio con respecto a la RFA, se infiere que para se necesitaban
tres veces más recursos para la producción de una serie de artículos. Era posible evitar una oleada
generalizada de empresas insolventes y despidos por medio de aumentos de sueldo graduales
manteniendo la tasa de cambio 1:2 o implementando un área de libre comercio entre la RDA y la
RFA, en vez de una unión monetaria.
Por otra parte, se esperaba que las privatizaciones acometidas por la THA minimizarían la pérdida
de puestos de trabajo y devolverían la administración de las empresas públicas de la RDA a sus
propietarios legítimos (muchas de estas empresas habían sido expropiadas por el gobierno germano
oriental). Estas compañías constituían el 30 % del sector empresarial de la RDA, mientras que el
restante 70 % correspondía a aquellas que fueron expropiadas por la Unión Soviética en 1948 y que
pasaron a control estatal cuando se estableció la RDA en 1949; sin embargo, estas no fueron
sometidas a restituciones.
Sociales
El aislamiento de la RFA con la RDA durante la Guerra Fría (en particular, tras la construcción del
Muro de Berlín en 1961) fomentó la divergencia entre las idiosincrasias germano occidental y
germano oriental.152 La unidad alemana se centró en el establecimiento de una economía de
mercado en lugar de una planificada y la abolición del sistema político anterior,153 como parte del
Programa de los Diez Puntos; sin embargo, la reintegración de ambos colectivos alemanes se ha
obstaculizado.
Los alemanes occidentales, al favorecer los modelos económicos y políticos aplicados en los países
del primer mundo, mantenían una imagen negativa de la RDA; en particular criticaban la carencia de
libertades individuales y la economía de escasez. Sin embargo, los ciudadanos germano
occidentales mostraban simpatía hacia los habitantes de la RDA, considerándolos en muchos
aspectos similares; percepción que fue tomada en cuenta en el proceso de reunificación,
contrastando con las diferencias que manifestarían luego unos respecto de los otros.
La identificación de los ciudadanos germanos orientales respecto a la identidad nacional alemana
existía antes de que ocurrieran los eventos de 1989. Desde entonces, el sentido de identidad
nacional ha aumentado debido al fin de la dicotomía entre ambas sociedades alemanas. Los
alemanes orientales manifiestan una marcada identidad nacional alemana frente a los extranjeros,
sin importar demasiado la región a la que pertenecen. En algunos casos, se identifican también
como europeos o ciudadanos del mundo. En este contexto, la identidad nacional se refiere al sentido
de pertenencia a una nación, sin que exista afinidad alguna con ideologías nacionalistas o de
extrema derecha.
El progresivo asentamiento de las condiciones de vida de la RFA hacia la RDA fue una de las
prioridades del proceso de reunificación; estableciéndose así la identidad social germano occidental
como un grupo de referencia al que los ciudadanos de la RDA debían asimilarse. Sin embargo, los
alemanes orientales se reconocen como «ciudadanos de segunda clase» debido al desempleo que
afectaba al este de Alemania, la inferioridad de los salarios respecto al oeste de Alemania, el
menosprecio de los logros del Estado germano oriental en materia de seguridad social, educación y
deportes y que el proceso de reunificación velaba por los intereses de la economía y del bienestar
de los estados federados occidentales. Ello generó que los alemanes orientales enfatizaran y
preservaran su propia identidad nacional frente a los alemanes occidentales.
El entendimiento entre ambas identidades sociales se encauzaría por medio del diálogo; sin
embargo, la separación y el enfrentamiento ideológico a las que se vieron sometidas y el enfoque
del proceso de reunificación (en la cual se han igualado las condiciones de los alemanes
occidentales con los orientales), ha ocasionado que la conciliación entre ambos colectivos se
prolongue.
Hacia la década de 1990, los alemanes orientales se han manifestado nostálgicos por el estilo de
vida en la RDA, derivando en un sentimiento colectivo marginal conocido como Ostalgie. Este
comportamiento se atribuye a la escasa identificación con los valores implantados por Alemania
Occidental; y en menor medida, por el desempleo, la disminución del desarrollo económico en los
estados federados del este de Alemania y las falsas expectativas sobre la implantación de un estado
de bienestar similar al de la antigua RFA. Sin embargo, también es vinculante a la poca
identificación que existe entre un amplio sector de los alemanes orientales con respecto a la
sociedad germano occidental.
La creciente identificación de los alemanes orientales con su propia identidad nacional ha resultado
positiva para la difusión de algunos productos que se comercializaban en la RDA (como la Vita Cola)
y de íconos culturales como el programa de televisión infantil Sandmännchen y los
Ampelmännchen.
Políticas
El respaldo y garantía al proceso de reunificación y las promesas de mejorar la situación económica
en Alemania dieron al partido de Helmut Kohl, el CDU, la victoria en las elecciones federales de
1990, por detrás del Partido Socialdemócrata liderado por Oskar Lafontaine, el partido Liberal
Democrático liderado por Hans-Dietrich Genscher, el Partido del Socialismo Democrático liderado
por Gregor Gysi y la coalición Alianza 90/Los Verdes. En particular, ni los socialdemócratas ni los
verdes se mostraron entusiastas ante la idea de apoyar el proceso de reunificación llevado a cabo
por el gobierno de Kohl. La coalición Alianza 90/Los Verdes no formaron una coalición con el Partido
Verde de la RDA porque estos últimos sí secundaban la reunificación. Alianza 90 y Los Verdes de la
RDA obtuvieron el 6 % de los votos de los estados federados orientales, mientras que los Verdes de
la RFA solo el 4,8 % en toda Alemania; quedándose sin escaños en el Bundestag por no superar el
umbral electoral del 5 % del sistema electoral alemán. En las elecciones federales de 1994 y 1998,
el apoyo por el CDU disminuyó en vista de la ineficacia de la política económica del proceso de
reunificación. En estos comicios, el PDS se perfiló como el partido que velaría por los intereses de
los alemanes orientales tras la reunificación, ocupando escaños en los parlamentos regionales de
los estados federados orientales.
En los primeros años de la década de 1990, la política exterior alemana se centró más en el
desarrollo y planificación de la integración europea que en el cumplimiento de sus obligaciones
como miembro de la OTAN en intervenciones militares. La existencia de una Alemania unificada
reintegrada a la Comunidad Económica Europea favoreció las negociaciones entre Francia y
Alemania por la creación de la Unión Europea y el establecimiento del euro como moneda única,
que culminó con la firma del Tratado de Maastricht en febrero de 1992.
Demográficas
Aún cuando el descenso demográfico ya era visible antes de los cambios sociopolíticos en la RDA
de 1989, este se ha agudizado después de la reunificación alemana. Desde 1990, las regiones con
baja renta familiar per cápita y altos índices de desempleo se han mostrado proclives a un declive
demográfico progresivo. Sólo el estado de Brandeburgo y el de Sajonia han atenuado sus tasas de
decrecimiento poblacional por la influencia de las zonas metropolitanas de Berlín y Leipzig-Dresde,
respectivamente; las cuales gozan aún de undesarrollo económico considerable.
Las pocas oportunidades de empleo en los estados federados orientales ha ocasionado la partida de
buena parte de la población femenina activa al oeste de Alemania. En la antigua RDA, el
desequilibrio de género promedio es de 90 mujeres por 100 hombres. El saldo migratorio negativo
en los estados federados orientales (estimado en 1,1 millones de habitantes en el período 1991-
2008), el envejecimiento de la pirámide de población son otras de las consecuencias demográficas
resaltantes en la antigua RDA tras la reunificación. Además, el declive demográfico de ciertas
regiones industrializadas del este alemán como la cordillera del Harz y la Suiza sajona, ha permitido
la repoblación del lince y el lobo europeo.