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18 UNIVERSIDAD DE MEXICO
Gramsci. "sínll'Sls de la teoría)' de la trárlicá'
Por Víctor FLORES OLEA
DE
UN POLITICO:
ANTONIOGRAMSCI
debilitó tan amplias capas de la claseobrera italiana. Para "impedir que sigafuncionando ese cerebro", Mussolini decide eliminarlo de la circulación: en 1927,siendo diputado, Gramsci es puesto enprisión y sentenciado a cadena perpetua,con órdenes estrictas de incomunicaciónlotal con el exterior. A pesar de que selevanta un clamor de protestas en el mundo, encabezado por las voces de más prestigio: T. S. Eliot, Jules Romains, Thomas Mann, la sentencia es confirmada.En condiciones de vida oprobiosas, conla salud quebrantada, carente de libros einformación, sin embargo, "aquel cerebro" sigue funcionando en su celda derecluso, combatiendo con las armas a sualcance: en siete años Gramsci cubre oeuna escritura apretada, fina, alrededor detres mil cuartillas, que componen hoy losvolúmenes de sus famosos Quaderni delCarcere. Desde los primeros tiempos desu encarcelamiento, aun antes del procesoy de la condena, Gramsci se preocupa pororganizar su vida de manera que sea posible el estudio y el trabajo. En una cartadirigida a la cuñada Tatiana Schucht, el19 de marzo de 1927, Gramsci escribe:"... estoy torturado ... por esta i.dea :que sería necesario hacer algo für eW/.g. ..En síntesis, quisiera, de acuerdo con unproyecto preestablecido, ocuparme intensay sistemáticamente de algún asunto queabsorbiera y centralizara mi vida interior." Originalmente, la in ten ció n deGramsci fue la de bosquejar una granhistoria de los intelectuales en Italia; peroa la manera marxista, encoiltrando siempre la raíz histórica, el complejo de realidades que han ido condicionando la evolución cultural italiana. El tema resultómucho más vasto de lo previsto ya queimplicaba la historia íntegra -política,económica, social, cultural- de Italia. Laobra de Gramsci,. a pesar de su volumen,no realiza en todos sus términos el ambicioso proyecto original. La imposibilidadde conseguir en prisión el material bibliográfico necesario, sus mismas condicionespsicológicas y morales, le impidieron laelaboración sistemática, acabada, de aquelproyecto. A pesar de todo, sus libros contienen un enjambre de notas, de análisismás o menos desarrollados sobre una multitud de cuestiones relacionadas con lahistoria italiana; pero no sólo con la historia del pasado, sino principalmente conaquella del futuro. En otras palabars, suslibros no sólo narran la historia, en cuantotal, sino que indican la ruta que es necesario emprender para que la historia, enadelante, sea cada vez más la historia delhombre. Gramsci, en este sentido, seríael auténtico heredero de la tradición humanista de su país.
Es claro que la obra de Gramsci notiene el carácter de una obra de "erudición", sistemática y escolástica. A pesarde la riquísima variedad de los temasabordados -economía, política, sociología, derecho, literatura, filosofía, etc.,etc.- sus investigaciones guardan, de laprimera a la última línea, una profundaunidad. Impulsado por su misma prácticapolítica y por el movimiento "real" revolucionario que se había verificado enEuropa, Gramsci nos dejó por escrito lomejor de sus meditaciones sobre el problema que lo ocu.pó la vida entera: el camino que debía seguir la clase trabajadoraitaliana hacia el poder, según perspectivas
üN1CA
terminar la segunda Guerra Mundial estacultura "salió a la callé": su carácter"clandestino", en nuestros días, deriva dela falta de reconocimiento, de unción sacramental por parte de los círculos consagrados. Esto no quiere decir -precisamente afirmo lo contrario- que sus obrassean desdeñables. A mi manera de ver, lomás valioso de la cultura italiana de nuestros días está ligado en alguna forma aesta "otra" vida intelectual que ha idoabriéndose paso, aun en contra de tre-
mendas oposiciones organizadas, a lo largo de los últimos 60 o 70 años, desde losdías de Antonio Labriola.
No es el momento de extenderme conla mención de tantos nombres ilustres quehan participado activamente en la integración de esta vida política, social, económica, cultural en Italia. Recuerdo solamente uno: el de Antonio Gramsci, quellena, él solo, la historia de eSe gran movimiento de renovación italiana que se~,firma constantemente a pesar de su carácter "marginal", a pesar de que ha sidosistemáticamente "excluido" de la culturainstitucionalizada.
Más que ningún otro, en Italia, Gramsci constituye la síntesis exacta de la teoríay de la práctica, del pensador y del revolucionario, de la filosofía y de la política.Su nacimiento -hijo de una familia deobreros sardos- fue la primera afirmación de su destino: luchador infatigablea favor de los intereses de la clase trabajadora de su país. Fundador del partido comunista italiano; implacable opositor, agudo crítico de aquel "canto delas sirenas" de la demagogia fascista, que
ENTP R E S
L A VillA intelectual italiana de nuestros días -seguramente el origense remonta a los últimos años del
siglo pasado- parece estar dividida, fragmentarse en dos cauces diversos; por unlado, encontraríamos una especie de humanismo romántico y retórico que se ostenta oficialmente como el heredero legítimo de la gran tradición clásica, de lacultura que comienza a elaborarse en Italia desde los inicios del Renacimiento.El academismo sería la nota característicade esta cultura: la repetición de fórmulas, de ideas, de soluciones fncontradasen el pasado, pero despojadas ahora desu savia interna, de su fuerza vital, de susentido realista y positivo. Esta supuestaheredera de la mejor tradición italianadomina la Universidad; más exactamente,es la "tónica" dominante de las instituciones oficiales de cultura. Es la vidaintelectual vigente: la sostenida y difundida por la "inteligencia" burguesa italiana. El contacto más superficial conesta cultura nos inunda de retórica, nosimpresiona profundamente por su carencia de sentido crítico, por la distancia quese ha impuesto entre ella y los problemasreales, históricos, del pueblo italiano. Lagrandilocuencia agresiva de esta cultura,en sus momentos extremos, sirvió de fundamento teórico al fascismo.
La historia de la cultura, para esta corriente, se ha convertido en una sucesióninagotable de mitos, de mistificaciones;es decir, no existe sino como una sucesiónde obras "desprendidas" de su contextohistórico y "convertidas" en hechos autónomos, que han nacido y que viven porpropio esfuerzo y por propio mérito, hechos plenos, indiscutibles e intocables. Lomismo El Imperio Romano que La divinacomedia; 1 pl'omessi sposi que Gli inna1norati y La poesía de Leopardi. Estánfuera de discusión las excelencias, frecuentemente únicas, de la aportación italiana a la cultura occidental; pero en tanto"hechos" de cultura estamos en la obligación de conocerlos, es decir, de explicarlos, de enjuiciarlos y valorarlos críticamente.
Un inteligente italiano me decía: "EnItalia, la sola renovación posible -social,política, cultural-, no puede sino venirdel 'pueblo', tiene que ser una transformación auténticamente 'popular'. La burguesía, en mi país, no tiene nada más queofrecer. ,. Estas palabras registran la existencia en Italia ele la "otra" cultura deformación lenta pero segura, íntill1am~nteligada, profundamente comprensiva de lasnecesidades populares. A la retórica de laprimera, opone la serieelad científica. Como sustituto del humanismo románticovacuo, ele aquella, propone un hUll1anism~positivo, realista, críticamente perseguido.Sobre todo esto último: la idea de un humanismo que no se concibe sin la soluciónde los problemas del pueblo italiano, queno se concibe sino como libertad real enla historia, del pueblo italiano. '
Esta "otra" cultura tiene en Italia, porasí decirlo, una existencia "clandestina'"quiero decir, una existencia al margen d~la vida intelectual oficial. Su destino, durante más de veinte años, fUe la clandestini~ad, sin metáfora: primero, bajo elfaSCIsmo, después en la resistencia. Al
UNIVERSIDAD DE MEXICO 19
Maqu.iavel0."se prOpl!SO educar (d pueblo"
sista; en otros términos resuelve los pro-b' . ',emas esenCIales de la época y estableceun orden dentro del que es posible mover e, ~ctuar, tr~bajar tranquilamente.En.las mterpretaclOnes ele Maquiavelo seo.lvlda que la monarquía era en aquellosttempos una forma ele gobierno populary que se apoyaba en los burgueses contralos nobles ...
... ciertamente Maquiavelo no eleseabaenseñar a los principes las "máximas"que ellos conocían y utilizaban. Quería,sobre todo, enseñar la "coherencia" delarte de gobernar y la coherencia exigidapor una cierta finalidad: ]a creación deun Estado i.taliano unitario. El Príncipeno es un lIbro de "ciencia" entendido~cad~mical:nente, sino de "I;asión polit~ca InmedIata", un "manifiesto" de par~~d.o c?~ f,~ndamento en una concepciónClenttflca d~l arte de la política. En
v~rdad, MaqUlavelo enseña la "coherenCIa" de los medios "bestiales" . .. . peroesta "coh~rencia" no es algo mer~menteformal, S1l10 la forma necesaria de unadeter~inada línea ele. 1??lítica actual. Quedespues, de la expOSlCIOn ele Maquiavelos,e. puedan ,?btener elementos de una "po~¡!tlca pura , es otro problema; ello tieneque ver con el lugar que ocupa Maquiavelo ~n. el proceso de formación de la cienciapolIttca moderna, que no es nada despreciable.
Las. ,razones, por las que MaquiaveloescnbIO El Pnncipe y las otras obras noes un simple problema de cultura o depsic~logía del. autor: en parte, tal cosaexplIca la fasc1l1ación que ejercen sus escntos, ~u vivacidad y originalidad. No setrat~, CIertamente, de "tratados" de tipomedIeval; tampoco de obras de un abogado .forense que quiere justificar las operaCIOnes y la manera de actuar de sus"protectores", o incluso de su príncipe.Las obras de Maquiavelo son de carácter"in?ividual", expresiones de una persoI~ahdad que desea intervenir en la polítlca.y en. la historia de su país y en talsentIdo tienen un ongt'lJ "democrático".
Por Antonio GRAMSCI
MAQUIAVELOy EL NUEVO
PRINCIPE
L A. CARACTERÍSTICA fundamental deEl Príncipe consiste en no ser untratado sistemático sino un libro
"viviente", en el que la ideología políticay la ciencia política se confunden en laforma dramática del "mito" . " un condoitiero que representa plástica y "antropomórficamente" el símbolo de la "voluntad colectiva". El proceso de formaciónde una determinada voluntad colectivapara un determinado objetivo político, está representado ... como cualidades, características, deberes, necesidad de unapersona concreta.
. Tal parece que las intenci'ones de Maqitiavelo al escribir El Príncipe, hayansido más complejas y más "democráticas" de cuanto parece a la interpretación"democrática". Maquiave!o considera quees tan grande la necesidad de! Estadounitario-nacional que se aceptará que,para alcanzar ese fin primordial, se utilicen los medios idóneos. Por consiguiente, puede afirmarse que Maquiavelo sepropuso educar al pueblo, pero no en elsentido que comúnmente se da a esta expresión, o cuando menos, no en el sentido que le han dado ciertas corrientesdemocráticas. Pal-a Maquiavelo, educaral pueblo no significa otra cosa que darlela conciencia, convencerlo de que soloexiste una política: la realista, para alcanzar el fin deseado y que, por tanto,es preciso ceñirse a los mandatos delPríncipe que ha elegido un cierto caminopara lograr sus propósitos; puesto quesolamente quien quiere los fines quierelos medios necesarios para alcanzarlos.La posición de Maquiave1o, en este sentido, se aproxima a la de los teóricos ypolíticos de la filosofía de la praxis, quetambién se han esforzado por construiry defender un "realismo" popular, demasa, y han luchado contra una formade "jesuitismo" correspondiente a otrascircunstancias. La "democracia" de MaCJuiavelo rstá adaptada a su tiempo: elconsentimiento activo de las masas populares a favor de la monarquía absoluta.en cuanto significa la limitación v destrucción de la anarquía feudal, de la servidumbre. del poder de los papas y encuanto significa la fundación de IP-andesEstados territoriales nacionales, funciónque la monarquía absoluta no podía cumplir sin el apoyo de la burgllesía y de unejército permanente, nacional, centra!izado, etc.
En realidad, a pesar de que El Príncij)ctuvo un destino preciso. posiblemente sepueda decir que no fue escrito para nadie y que lo fue para todos; está escritopara UIT hipotético "hombre providencial"que podria manifestarse, como se manifestaron Valentino v otros condottic?'i,de la nada, sin tradición dinástica, sólopor sus cualidades militares excepcionales. La conclusión de El Príncipe justifica el libro entero, aun ante las masaspopularrs, que realmente olvidan los merlios utilizados para alcanzar un objetivosi este objetivo es históricamente progre-
íntimamente ligadas a las característicasdel desarrollo histórico de Italia. Y estrechamente relacionado con ese problema:el papel de los intelectuales en la creacióndel "nuevo" Estado, su función en el mo\ imiento revolucionario que comenzaba aponerse en marcha. Aun los temas másajenos, en apariencia, de las ideas centrales que estructuran la monumentalobra, tienen su razón de ser su "lugar"su sentido en el análisis dial¿ctico es de~cir, integral, rico y complejo, de ¡'a realidad italiana. Para Gramsci no se trata de"disecar" la realidad, sino justo lo contrario, de estudiarla como una totalidadviva y dinámica compuesta de un sinúmero de factores, de "momentos" que lainforman. La "filosofía de la praxis·", para él, es humanismo integral porque estudia Jo mismo las fuerzas económicasque las espirituales, en sus interferenciasrecíprocas, dialécticas. Las investigacionesde Gramsci son un modelo, que debieraI'studiarse siempre, de análisis marxista.:.¡ ada más alejado de su formación intelectual que el dogmatismo, que los análisis fáciles y esquemáticos, que el espíritusectario. De ahí que sus páginas nos parezcan siempre una fuente de pensamiento fresco, inteligente y diligente en laelaboración científica.
Hemos elegido un poco al azar -deaquí y de allá- los textos de Gramscique presentamos a continuación. Hemos¡>rocurado, no obstante, "trabarlos" de talIllanera que tengan un sentido unitario,que revelen el pensamiento de Gramscisobre un cierto orden de problemas; enparticular, la idea del partido político como constructor del "nuevo" Estado, comosemilla de lo que más tarde llegará a constituir una reno\·ación social, política, eincluso la renovación de una concepcióndel mundo. El partido político como agente constructor de una "voluntad unitariacolectiva" que tiende a convertirse en universal y soberana en un territorio determinado, es decir, que tiende a constituirseen Estado, que quiere ser e! Estado; ytodo ello visto con un criterio realista,científico, de la política, tomando en cuenta todos los factores que permiten, o impiden, la realización de aquella tarea infinita, si se nos permite la expresión.
Por tales motivos Gramsci nos recuerdael "mito" de! príncipe de Maquiavelo,extraordinariamente ilustrativo de lo quesignifica una política coherente, realista,profundamente ligada al proceso históricode un pueblo. En Maquiavelo, quién estádestinado a crear el nuevo Estado italiano,unitario y nacional, adecuado a las necesidades de su tiempo, es El Príncipe, elsoberano absoluto. Para Gramsci, la creación de un Estado que responda a lasexigencias de nuestra época le corresponde al partido político, y más particularmente, al partido de la clase obrera: éles el príncipe de nuestros días, El Moderno Príncipe.
Uno de los problemas más íntimamente,"inclllados con esta cuestión es el de launidad entre teoría y práctica, entre pensamiento y acción; tal pro b 1e m a, enGramsci, se presenta históricamente comoel problema de la unificación, en el partido político, de "masa" e "intelectuales",es decir. de la acción y de la razón de laacción. Pero ello entendido dialécticamente: como dos momentos cuyo contacto nosólo significa cambio cuantitativo sinotambién, y sobre todo, cualitativo.