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Jokin de Irala Carlos Beltramo Mónica Ballón
PADRESPARA
de niños de 7 a 8 años 2
RESPUESTAS INTEGRADAS ....................................................... 8
Tema 1: Crecer: una historia personal(Crecimiento y desarrollo
de una persona) ............................................................. 16
Tema 2: Los cambios en la propia edad(El sano orgullo de crecer) .......................................... 22
Tema 3: Creciendo en responsabilidad y afecto
(Las nuevas responsabilidades
de los hijos en la casa) ................................................. 28
Tema 4: Conocer los propios sentimientos(La educación del “ABC” de
emociones y sentimientos) .......................................... 36
Tema 5: Pensar antes de actuar(Cómo actuar cuando sentimos algo) ........................ 46
Tema 6: Exteriorizar los sentimientos… ¿de cualquier manera?
(Formas adecuadas y no adecuadas
de exteriorizar sentimientos) ...................................... 54
Tema 7: Aprendiendo de las frustraciones
(Tolerancia a la frustración) .......................................... 64
Tema 8: ¿Qué son las virtudes? (La virtud, una fuerza interior que
nos ayuda ser mejores personas
y a hacer el bien) ......................................................... 72
Tema 9: ¿Qué ganamos con las virtudes?(Las ventajas de vivir las virtudes) ............................. 80
Tema 10: ¿Cómo conseguimos una virtud?(Claves para desarrollar
y fortalecer las virtudes) ............................................. 88
Tema 11: Reglas para llevarnos mejor (El valor de las reglas en
el hogar y en todas partes) .......................................... 98
Tema 12: Nuestra casa, nuestro estilo (Las reglas que se
viven en la propia familia) ......................................... 108
anexo: índice del libro Quiero Querer para 2do a�o de primaria ........... 116
7
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de este libro
LOS CAMBIOSEN LA PROPIA EDAD
LA VIDA misma
Francisco está cambiando.
Además de haber perdido algunos
dientes, haber descartado algunas
de sus playeras favoritas y tener
un razonamiento cada vez más
completo, disfruta jugando horas
con sus amigos en el barrio. El
problema es que cuando ve a sus
amigos se olvida “de todo”: de las
tareas del colegio, de los encargos
en casa… ¡y hasta de comer!
Cuando vuelve a casa comenta
las anécdotas del día y lo que sus
amigos dicen, repitiendo algunas
de las malas palabras que ellos
sueltan.
Cada vez que juegan al futbol a él
no lo eligen de portero… y eso no
Tema 2Los niños y las niñas a esta
edad cambian en muchos
sentidos. Es bueno darle
sentido al cambio mediante
responsabilidades en la
casa que los hagan sentirse
orgullosos de crecer.
le gusta. Con frecuencia se enfada
con sus amigos e incluso en
ocasiones llega a enojarse tanto
que regresa a la casa llorando y
“muy ofendido”.
Sus padres están contentos al ver
que su hijo tiene muchos amigos
pero a la vez les preocupa que a
veces prefiera mucho más estar
jugando con ellos en vez de estar
en casa con su familia. También
les llama la atención que tenga
esos cambios de humor y hasta
que la relación con esos amigos
a veces sufra bandazos. Están
pensando en qué será lo mejor
para educar a Francisco en este
aspecto.
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El cuerpo va cambiando
Los cambios más evidentes en el
crecimiento de los hijos son los físicos y
los padres lo notan sobre todo en la ropa.
Suele ser frecuente que en los cambios
de temporada o en el inicio del nuevo año
escolar –que es cuando se saca la ropa
guardada del año anterior–, los pantalones
ya no lleguen a los tobillos o los zapatos
estén “más pequeños”.
En esta etapa el cambio todavía es
relativamente lento lo que le permite a
los niños más tiempo para adaptarse a
su cuerpo y ser menos torpes. Es la edad
de la habilidad motora en general: corren
mejor y con más libertad, ya saben agarrar
el lápiz, manipular las tijeras, lavarse los
dientes… en fin, una serie de habilidades
que les permiten ser más autónomos y
hacer las cosas con mayor rapidez. Ahora
son más fuertes, pueden cargar objetos más
pesados y así ayudar a papá o a mamá de
una manera más “protagónica”.
Muchas cosas cambian en realidad
En lo afectivo son más independientes
porque su campo de atención ya no se
centra solo en los padres, ahora encuentran
en los amigos una fuente de diversión y
de nueva información. Sin embargo, los
adultos cercanos a ellos seguirán siendo
la referencia de lo real y confiable (que
habitualmente suelen ser los padres y los
maestros).
Respecto al área intelectual son capaces
de diferenciar la fantasía de la realidad,
mejora la memoria y su lenguaje aumenta.
Al ser capaces de reconocer los estados
emocionales y estar abiertos a incorporar
normas, los padres pueden darles pautas
para que aprendan a conocerse y mejorar
la idea que tienen de sí mismos. También
disfrutan compartiendo las experiencias o
anécdotas pasadas. Es útil hablar de “cuando
ellos eran pequeños” –que normalmente
lo visualizan como un “hace mucho
tiempo”, aunque en realidad sean meses
los transcurridos–. Este tipo de diálogos, al
recordar eventos concretos en los que se vea
la diferencia con la situación actual, ayuda
mucho a esa clarificación progresiva de la
idea que tengan de sí mismos los niños.
A nivel social, el juego suele ser
predominantemente colectivo. Según las
preferencias el tipo de actividad variará,
pero el grupo de amigos será lo más
común, aunque aún no se llegue a la
definición del mejor amigo o amiga. En esta
etapa aprenderán a respetar las normas
entre iguales, a discutir, negociar y lograr
acuerdos, así como a disculparse. Otro
aspecto es su particular receptividad a
las normas ya sea en la escuela o en casa:
procuran cumplirlas y seguirlas al pie de
la letra porque valoran el ser considerados
mayores y responsables.
ALGUNOS CRITERIOS
Crecer es genial
En este momento junto
con la fantasía los chicos
tienen nuevas habilidades
físicas que les permiten
llevar a cabo en parte lo que
imaginan: desde animarse
a cocinar algo sencillo
hasta construir un “refugio”
con toallas y decir que es
una casa o una tienda de
campaña en la selva.
Los niños se dan cuenta
de que ya no son unos
bebés y quieren que se les
trate como “mayores” y
se sienten importantes al
respecto porque son más
independientes y saben
administrar sus espacios
de juego, diversión y hasta
de estudio. Los padres
deben tener en cuenta que
sus hijos, si bien pueden
administrar sus actividades,
no tienen la madurez
suficiente para organizar y
priorizar sus tiempos y si no
reciben una ayuda cercana
pero clara pueden distraerse,
ya que el valor del tiempo
es relativo según cuán
gratificante sea la actividad.
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¿Qué podemos hacer?Mamá y papá están de acuerdo
Conversad para definir qué nueva
responsabilidad (o responsabilidades)
van a delegar a vuestro hijo o hija en
función a su edad. Aprovechad el inicio
de la primaria para recalcar que están
mayores y que es una nueva etapa en
Interesaros por los juegos de
vuestros hijos. Preguntadles por
lo que hacen con sus amigos y
por las anécdotas del día. Ahora
los amigos son una nueva fuente
de información y conocimiento
informal que puede ser muy útil,
pero que también puede incluir
criterios y conductas que no
coinciden con lo que vosotros
queréis vivir en casa.
Organizad los tiempos de vuestros hijos: darles tiempos específicos para hacer las tareas, para jugar con los amigos, paradescansar, para ver televisión, para comer, para el aseo y paraayudar en casa. Hasta cierto punto pueden negociar aspectosde este horario, pero sed muyproactivos en plantearlo.
Aprovechad las anécdotas con losamigos para reforzarlas buenas experienciasy corregir aquellasconductas no deseadas.
Conversen con vuestros hijos
sobre lo importante que son
los amigos en la vida. Hacedles
ver que cada vez tienen más
cosas para hacer y compartir
con ellos y que por eso muchas
veces buscan su aprobación.
Que también sepan que no
siempre pensarán igual que
sus amigos y que no deben
depender de esa aprobación.
la que ya pueden hacerse cargo de algo,
tanto en el colegio como en el hogar. Fijad
entre ambos las normas para controlar la
realización de cada encargo y de qué forma
seréis flexibles. Así evitaréis aplicar una
doble vara que al final confunda al niño.
Un fin de semana preparad juntos, en familia, un
menú. Delegad aquellas actividades en las que vuestro
hijo o hija pueda asumir un cargo como el quitar la
cáscara a los huevos, hacer el adorno de la mesa,
poner los cubiertos, preparar la carne para freír u
hornear o exprimir el zumo. Todo bajo la supervisión
del padre o la madre que estará cocinando con él o ella.
Luego, a la hora de comer, todos en casa pueden
tener el buen detalle de felicitar al hermano “que
preparó la comida para la familia”.
1Para hacer en casa
Nuestra familia
crece cuando
cada uno de
nosotros crece.
Crecer es unaaventura quete permite aprender y hacercosas nuevas.
Una parte de
crecer es que
puedes tener más
responsabilidades y
ser útil a todos en la
familia… por eso nos
alegra verte crecer.
Mensajes
educativos
Creciendo
también te
preparas para
mejorar este
mundo.
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de este libro
¿Qué son las
virtudes?
virtudes?Tema 8La virtud es una fuerza
interior que nos ayuda ser
mejores personas y a hacer
el bien. Esta energía brota de
nuestras acciones de todos
los días. La manera más
efectiva de educar en la virtud
a nuestros hijos es siendo
modelos.
Cuando Paula, Gonzalo y Daniel llegan a casa
del colegio, Blanca –su madre– les recuerda que
deben dejar las mochilas en su lugar, cambiarse el
uniforme, guardarlo en su sitio y ponerse la ropa de
casa, para después comer algo antes de hacer las
tareas. Los chicos le dicen que “sí”.
Cuando llega la tarde y regresan a casa, los chicos
entran corriendo, tiran la mochila en el pasillo y
corren a la cocina buscando algo que merendar. Su
madre les dice que pongan las mochilas en su lugar
y se cambien el uniforme: sino, no hay merienda.
Los chicos corren con cierto fastidio a su habitación
y se cambian rápido porque tienen hambre, dejan la
ropa de la escuela tirada donde sea y van corriendo
a comer algo.
¿Qué hacer para que sean ordenados? ¿Están
viviendo la virtud de la obediencia? ¿Qué está
faltando para que quieran vivir lo que sus padres les
proponen?
LA VIDA MISMA
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ALGUNOS CRITERIOSaburrido y hasta difícil. Pero si lo hacemos,
hemos acumulado “puntos”, refuerzos de
“energía” para la próxima vez. Entonces,
la segunda nos parecerá que es menos
difícil y que lo hacemos más rápido. Si no
dejamos de hacerlo, al cabo de un tiempo
nos parecerá que todo se ha simplificado.
Pero no será verdad: hacer la cama es
igual de “complicado”, lo que pasa es que
adquirimos una virtud –relacionada con el
orden– y por eso nos parecerá más sencillo.
Este ejemplo de los juegos nos puede servir
también para advertir de la tendencia
contraria, esto es, la de no actuar buscando
las virtudes. Podemos también decirles a
nuestros hijos que, cuando por la razón
que sea, dejan de hacer lo que está bien,
pierden “puntos” y quedan debilitados:
Las virtudes
Las virtudes son actitudes, hábitos buenos
que viven las personas más capaces de
amar, felices y que lo pasan mejor en la
vida. Son un estilo de hacer las cosas que
busca la excelencia, amar de verdad, la
alegría, la prontitud. Ser virtuoso no es
algo del otro mundo: es buscar hacer bien
las cosas a lo largo del día, dar lo mejor de
uno a la hora de actuar. También se puede
entender como una fuerza interior que nos
ayuda a mejorar; la virtud no nos quita los
problemas, nos ayuda a resolverlos de la
mejor manera. Si nuestros hijos admiran
a algún superhéroe lo pueden entender
mejor: en cualquier aventura, cuanto más
poderoso es el “malo” más admiración le
tenemos al héroe cuando lo vence. Los
superhéroes son fantasía y su fuerza es
irreal; nosotros, en cambio, tenemos una
fuerza real que podemos obtener: las
virtudes.
Por eso podemos explicar que las virtudes
son como un juego: cada vez que hacemos
algo bien acumulamos como “puntos”
que hacen que la siguiente vez que nos
toque hacer lo mismo nos resulte más
fácil. Entonces, cuantos más “puntos”
acumulemos por acciones buenas, más
fuerza tendremos para seguir haciendo
las cosas bien. Por ejemplo, si nunca
hacemos nuestra cama al levantarnos,
la primera vez que nos “decidamos” a
hacerlo nos parecerá complicado, pesado,
la siguiente vez les costará más hacer lo
que deben y, en lugar de ser ganadores,
empezarán a perder. En el ejemplo de la
cama, si no la hacen todos los días, lo más
probable es que siempre les parezca difícil
y, finalmente, lo más probable es que no lo
hagan más. Y eso al final, como ya hemos
visto, les perjudica –no duermen bien en
una cama desarreglada– y perjudica a los
demás que viven en una casa desordenada.
El valor del ejemplo
Las personas tendemos a hacer lo que
nos resulta más cómodo, lo que nos exige
menos esfuerzo, por esa razón los padres
debemos ilusionar a nuestros hijos con vivir
las virtudes de modo que las incorporen
en sus vidas y no se dejen llevar por la
comodidad del momento. Pero no se puede
amar lo que no se conoce: esa es la razón
por la cual la educación en virtudes
se transmite mejor desde el ejemplo
personal.
Si los niños ven que sus padres buscamos
ser virtuosos, es decir, nos esforzamos en
ser buenas personas, que nos llevamos bien
con los demás y somos felices en medio de
nuestras luchas de todos los días, querrán
vivir “eso mismo que viven papá y mamá”,
porque lo asumen como un camino positivo
para sus propias vidas.
Nuestra lucha por ser mejores, por hacer
el bien, por actuar de manera correcta, por
esforzarnos es lo que nuestros hijos ven y
lo dan como algo natural, porque saben que
en parte lo hacemos porque los amamos.
Cuando nos esforzamos por curarlos si
están enfermos, pasándonos horas en vela
para cuidar que no suba la fiebre y para
darles consuelo si sienten dolor, o cuando
nos quedamos sin hacer una actividad
divertida para acompañarlos en el estudio,
o nos privamos de cosas que nos gustan
para que tengan una mejor educación y
un futuro mejor, ellos están recibiendo
la bondad de nuestra generosidad, de
nuestra fortaleza, de nuestro sentido
de responsabilidad y sacrificio por ellos.
Cualquier hijo se sabe así amado, cuidado,
protegido y agradecido… y es más fácil que
acabe queriendo, espontáneamente, repetir
el patrón.
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Algunas virtudes
Las virtudes no se pueden transmitir “por
paquetes”. La mejor escuela para aprender
las virtudes es el hogar, en donde la
entrega generosa de los padres, la ayuda
y el cuidado mutuo se pueden vivir de
manera natural día a día, en las cosas más
normales y cotidianas de la vida. Al educar
a nuestros hijos para que sean personas
autónomas y maduras, les transmitimos
una serie de valores que se traducen
en virtudes a seguir en beneficio de la
convivencia, en beneficio de toda la familia
y de la sociedad en general: solidaridad,
generosidad, esfuerzo, orden, obediencia,
servicio, moderación, prudencia, respeto,
gratitud, honradez.
Como padres formamos en virtudes a
nuestros hijos desde pequeños:
Cuando les
enseñamos a ser limpios lavándoles la cara y las manos y luego, poco a poco, esperando que ellos
lo hagan por sí mismos.
Cuando les
recordamos que sean ordenados e incluso cuando de manera insistente
logramos que ordenen sus
cosas.
Cuando les exigimos
que aprendan a comer todo lo que se les pone
en el plato.
Cuando les pedimos
que compartan o que ayuden en
casa por el bien de toda la familia.
Cuando no les
consentimos todo lo que quieren y les decimos que deben
ser pacientes y conformarse con
lo que tienen.
La educación en virtudes es de todos los
días, porque la virtud es un hábito que se
adquiere desde la constancia y el deseo de
perseguir el bien deseado para vivir mejor.
Pero esta forma de actuar no puede ser una
mera imposición, no son “solo normas”,
debemos presentarlas como pautas de
conducta que les permitirá a nuestros hijos
vivir mejor porque les dará orden, paz,
salud, alegría y satisfacción en el día a día.
Esta es la razón de fondo para proponernos
una educación en virtudes.
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Acuerdos entre papá y mamá
Buscad conversar periódicamente sobre
de cada uno de vuestros hijos para
intercambiar información acerca de cómo
lo veis respecto a sus virtudes. Es bueno
que hagáis acuerdos referidos a las virtudes
¿Qué podemos hacer?sobre las que vais a insistir durante un
tiempo, para que los niños reciban de
ambos mensajes coherentes tanto de
estímulo como de corrección. Tened en
cuenta la edad de los niños y recordad que,
sobre todo al principio, necesitarán mucho
acompañamiento y ayuda.
Rescatad lopositivo de lasvirtudes. Mostrada vuestros hijoslas ventajas de serobediente, de viviren orden, de sergenerosos, etc.
Si a uno devuestros hijos le
cuesta incorporar
una virtud,animadle por la vía
de la motivación y
no del castigo.
Demostrad vuestra alegríay felicitad a vuestros hijos cuando tenganuna actitudvirtuosa.
Cuando vuestros hijoshagan algo bueno,señalad y haced evidente la virtud que están viviendopara que aprendana identificarla y entiendan en quéconsiste.
2Se han omitido algunas
páginas en la vista previa de este libro
117
Los consejos para padres contenidos en el presente libro Para
Padres están relacionados con los contenidos del libro Quiero
Querer 2 destinado a alumnos de 2do de Primaria.
Presentamos un resumen de los contenidos de ese libro para
facilitar el seguimiento por parte de los padres en caso de que sus
hijos lo utilicen como material escolar.
índice del librOíndice del librOAnexo:Anexo:22
Perfil evolutivo de un niño de 2do Primaria (entre 7 y 8 años)…
Los niños a estas edades muestran más habilidades,
mejoran su destreza verbal y dejan las rabietas para
discutir más y argumentar, pero, sobre todo, para
preguntar. Les gusta investigar y comprender lo
que les rodea: de qué está hecho tal material, cómo
se hace el plástico o cómo funciona tal máquina
e infinidad de cuestionamientos semejantes.
Eventualmente también preguntan sobre su cuerpo,
con el mismo nivel de interés.
Sigue siendo importante para ellos adaptarse al
entorno por lo que buscan respuestas que sean
adecuadas y prácticas. Valoran que los ayuden y les
muestren cariño, por lo que no dudarán en pedir esa
ayuda ante cualquier problema.
A estas edades son abiertos y responden a las
preguntas de los adultos y cuentan sus problemas.
Su visión del mundo se remite a sus experiencias y a
lo que le cuentan los mayores.
Para el varón es importante el papel y la cercanía
afectiva del padre para acentuar las características
de su masculinidad y para la niña el rol y la
específica cercanía de afecto de su madre, aunque
para ambos es importante la presencia amorosa de
papá y mamá.
Se consolida mejor el concepto de “amigos” y se
inicia la preferencia por un grupo. Los niños se fijan
en los cambios físicos de los demás, empiezan a
comparar si un amigo o amiga destaca por ser más
grande o más hábil en alguna actividad, pero muchas
veces no se comparan a sí mismos, aunque son más
conscientes de cómo funciona su cuerpo y de las
habilidades que van adquiriendo.
El libro consta de cuatro fascículos que en
conjunto, hacen referencia al crecimiento
del niño, sus sentimientos, la importancia
de las virtudes y la necesidad de las normas
de convivencia:
Fascículo 2.B.1 “Así voy creciendo” (Corresponde al dinamismo Biológico)
Es frecuente a esta edad que los adultos
comenten que los niños han crecido,
que se están haciendo mayores y noten
que, si bien no se ven grandes cambios
en su aspecto, cada cierto tiempo la ropa
les va quedando chica. En esta etapa el
crecimiento es constante aunque todavía
relativamente poco notorio y los niños van
experimentando que cada vez son más
hábiles y fuertes.
Se trabaja el concepto de crecimiento y
cómo, a lo largo de los cambios, los padres
o los adultos a cargo de su formación van
acompañando a los niños.
Se busca rescatar el recuerdo de los
cambios que han ido registrando a lo
largo del tiempo a fin de que los niños
comprendan que cada nivel de desarrollo
les prepara para el siguiente. Para ellos el
saber qué niveles han ido superando para
llegar al actual es una forma de distinguir
actitudes nuevas y asumirlas como parte
de su maduración, en contraposición con
las que tenían anteriormente.
contenidosSe insiste en que gracias al desarrollo, los
niños van adquiriendo diferentes tipos de
habilidades y, en consecuencia, asumen
más tareas relacionadas con el cuidado de sí
mismos y la ayuda en casa. Se tiene siempre
en cuenta que el crecimiento es una realidad
que afecta a todas las personas pero el
proceso es diferente en cada una: unos niños
crecen más rápido o inician los cambios más
temprano que otros.
Un dato que también se destaca es que no
solo el cuerpo cambia, también cambian
los intereses, la forma en la que los niños
se miran a sí mismos y el gusto por ciertos
juegos. Un ejemplo que se usa como
contraste es que su juguete favorito de
dos años atrás ahora ni lo tocan y quieren
algo “para más mayores”. Se busca que
ellos entiendan la bondad de crecer y la
importancia de asumir las responsabilidades
propias de su etapa de desarrollo.
Fascículo 2.Ps.1 “¿Qué es lo que siento?” (Corresponde al dinamismo Biológico)
El libro parte del hecho de que las
diferentes situaciones de la vida generan
en los niños diferentes sentimientos
y emociones. Ellos reaccionan ante el
estímulo casi sin pensar y se suelen dejar
afectar por la situación, lo cual es normal;
el texto les indica que están llamados a
conocer cómo reaccionan y qué emociones
119
y sentimientos son más frecuentes e
intensos en ellos. Al proceso educativo que
comienza con el reconocimiento de sus
sentimientos y emociones, le llamamos
“alfabetización afectiva”.
El libro propone diferentes ejercicios para
que los niños aprendan a identificar qué
emociones suelen aparecer en ellos ante
determinadas situaciones, para que ellos
mismos puedan reconocerlos y proponerse
a sí mismos las mejores maneras de actuar.
En este nivel la alfabetización afectiva busca
que los niños comprendan que no deben
dejarse llevar por lo que sienten sin pensar
porque, con frecuencia, cometen errores.
Sentir no es malo, lo negativo es no
detenerse a pensar en lo que le sucede a
uno para después actuar con inteligencia.
Se busca que los niños acepten sus
sentimientos, los reconozcan y sepan
canalizarlos con inteligencia y buen
tino, para lo cual se analiza con ellos las
consecuencias de actuar sin pensar o
dejarse llevar.
Dentro del proceso de identificación de
sentimientos y emociones, los niños
aprenderán a distinguir aquellos que
resultan negativos, especialmente por los
efectos de dejarse llevar por ellos. Se les
propone, como una forma de gestionar
estos sentimientos y emociones, que los
reemplacen por su contraparte positiva –
frente a la tristeza, la alegría; frente a la ira,
la calma, y así con varios ejemplos–.
De este modo se busca que ellos mejoren
sus relaciones y las respuestas. El objetivo
es que aprendan a gestionar y expresar
sus sentimientos y emociones sin dañar u
ofender a otras personas.
Fascículo 2.E.1 “¿Cómo puedo ser mejor?” (Corresponde al dinamismo Espiritual)
Se propone la vivencia de las virtudes como
un camino para potenciar las respuestas
positivas y gestionar de manera adecuada
aquellas emociones que pueden ser
negativas, tanto para ellos como para los
demás.
Seguir el camino de las virtudes es una
decisión que beneficia a todos por la
bondad que encierran, pero se les deja
claro a los niños que lograrlas cuesta
un cierto esfuerzo. Se busca motivarlos
de tal manera que comprendan que ser
virtuoso cuesta, pero vale la pena. Es una
oportunidad para que los niños aprendan
a ilusionarse por algo positivo, fortalezcan
la voluntad y deseen vivir de acuerdo a
valores superiores, lo que les permitirá ser
mejores personas. Se describen las virtudes
como una acumulación de fuerza interior
que nos ayuda a amar mejor a los demás.
En el libro también se evidencian las
dificultades que surgen cuando uno de los
personajes decide no hacer lo correcto y
las cosas se le complican para aumentar
la relación entre actuar virtuoso y mejores
resultados en la vida.
Como guía, se presenta un pequeño elenco
de virtudes, especialmente relevantes:
generosidad, responsabilidad, obediencia,
sinceridad, valentía. Siempre se destaca
que toda virtud encierra un fin bueno que
lleva a realizar actos de bondad para uno
mismo y hacia las personas que se aman o
con las que se convive.
Se deja claro que no siempre ser virtuoso es
algo espontáneo: con cierta frecuencia, el
hacer el bien no coincide con los deseos o
las apetencias del momento, por lo que ser
virtuoso es un logro que no se consigue a la
primera sino cuando se practica una y otra
vez. La buena noticia es que cuanto más
se practica, cuantos más actos buenos se
realicen, más se fortalece esa virtud.
El problema es que si los niños siguen
la dirección contraria y se dejan llevar
solo por lo que desean, se alejan de la
virtud, debilitando el camino de la mejor
actuación y dificultando su propio mejor
desarollo. El texto se vuelca continuamente
a motivar a los niños para que se enamoren
de las virtudes y quieran vivirlas al ser
conscientes de cómo mejora sus vidas y la
de los demás cuando las viven.
Fascículo 2.S.1 “Conviviendo felices” (Corresponde al dinamismo Social)
El fascículo comienza con una pequeña
fábula llamada “Las reglas del hormiguero”
donde se hace explícita la importancia
de las normas de convivencia para vivir
mejor y en armonía entre todos. Los niños
repasan en clase las normas básicas
para la buena convivencia en clase como
el respeto, el trato bondadoso, el saber
saludar, levantar la mano para hablar,
respetar turnos y otras más.
Se insiste en que lo bueno de respetar las
reglas es que estas benefician a todos,
facilitan la convivencia y promueven la
ayuda mutua. Se busca que entiendan que
las normas no son una imposición sino
un medio que nos facilita a hacer mejor
las cosas porque buscan evitar o reducir
situaciones de conflicto y que finalmente
nos permiten amar mejor a las personas
cercanas.
El texto utiliza el juego para evidenciar de
manera clara y didáctica los beneficios de
las reglas: los niños ven de manera patente
que sin reglas no se puede jugar ni pasar un
rato divertido. Las reglas están presentes en
todos los aspectos de la vida en forma de
normas de convivencia: en la familia, en las
escuelas, los trabajos, lugares de diversión
y en la sociedad en general. También se
aclara que existen personas responsables
encargadas de velar por que las normas
se cumplan: en casa los responsables de
hacer cumplir las reglas son los padres –o
los adultos que los están criando– y en la
escuela, los profesores.
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