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sucedió a alguna que otra modelo, que “caminaba por la calle, me vio Pancho Dotto y me voy a Roma”. Estoy en esto hace un montón, la primera publicidad que pegó fue la del hincha que era de todos los clubes, y ahí empezó a reconocerme la gente. Incluso me hicieron el tatuaje de San Lorenzo en el brazo, y como soy “cuervo” no me lo saqué durante un tiempo. Después me reconocían por la campaña de “Todos por un pelo”. De todas formas, sí, tengo un poco de miedo. Mi familia se preocupa porque siga laburando, dicen: “¡Qué bueno, están pasando por todos lados esa publicidad que protagonizás!”, y siempre hay uno que acota: “No... que dejen de pasarla, la están dando mucho”. Te da cosa, pensás que vas a quedar pegado a eso, pero cuando hice cosas que se expusieron, después surgieron otras en cine y en radio. Cuando baja la demanda de un lado, a veces sube de otros. - Periodista: En los últimos tiempos es muy difícil encender el televisor y no verlo. - Suárez: ¡Es una locura! Te juro que por momentos me paraliza, estoy viendo la tele y si no me encuentro digo “epa, ¿qué pasa que no aparezco?” ¡Una estupidez total! Agarro el diario y si veo que redujeron la publicidad, pienso “uy, aflojaron”. Es como una enfermedad de Ricardo Fort, que todos debemos llevar adentro, ¿no? - Periodista: ¿Hay algún proyecto que no haya querido integrar? - Suárez: Rechacé dos propagandas y la conducción de ciertos programas. Siento que me desvían, si busco hacer cine, no tiene sentido que sea notero en un programa de chimentos. Sale por un televisor, es cierto, pero no es lo mismo. También surgió lo de hacer un aviso, para promocionar la campaña política de alguien, pero no me gustó... tenía que hacer de chorro. Era buen dinero, y yo tengo un hijo de dos años y medio, una mujer –Candela, maestra jardinera y actriz–, hay cosas que pagar... cerrás los ojos y pensás “capaz que no la ve nadie, pero capaz que sí”. Como a veces mi moral tiene ciertos recovecos, le consulto a mi señora, que es más moralista que yo. Me pasaron la oferta, tapé el teléfono y le dije “decidí vos, me pagan tanto, ¿lo agarro o no?”. Y ella tragó saliva y dijo no. Y capaz eran por lo menos unas vacaciones en Gesell, pero si lo hubiese hecho, seguro me salía mal. - Periodista: ¿Es de gastar mucho? - Suárez: Para nada, de hecho, creo que tengo un trauma con eso. Mi mujer siempre me quiere comprar ropa con el nombre de la marca en el pecho ¡Y me pone loco! Porque yo vivo de esto, y sé que los tipos hacen esa camperita porque así les hacés publicidad gratis. Trato de comprar marcas lo menos posible, soy lo contrario a la masividad, cuando mi hermana viene y me muestra un pantalón y yo la miro raro, pregunta: “Qué pasa, ¿los tiene todo el mundo?”. Esa cuestión de pertenecer... a mí me da un poco de claustrofobia. Las marcas trabajan para que vos te sientas grupo. Me ofrecieron mil veces la tarjeta del Galicia pero no quería quedar como un garronero. Al final, les dije que me la dieran porque tenía un 25% de descuento y quería comprarme un aire acondicionado...¡Ya fue! Noticias: - Periodista: ¿Su mujer le revienta la tarjeta, como la de Marcos? - Suárez: Gracias a Dios, no. Soy bastante parecido a Marcos: no me gusta gastar en el día a día, pero después pego un zarpazo porque soy consumista. - Periodista: ¿Cuánto te pagan? - Suárez: 1.680 pesos por el día de filmación. No está mal pero uno tiene que tener continuidad. Lo bueno de haberme hecho conocido es dejar de ir tanto a castings con 300 pibes esperando, 200 de los cuales están ahí para ver si se llevan cinco lucas por un día de trabajo Por Nicolás Berhongaray @niooberonga 5

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Por Nicolás Berhongaray @niooberonga 5

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sucedió a alguna que otra modelo, que “caminaba por la calle, me vio Pancho Dotto y me voy a Roma”. Estoy en esto hace un montón, la primera publicidad que pegó fue la del hincha que era de todos los clubes, y ahí empezó a reconocerme la gente. Incluso me hicieron el tatuaje de San Lorenzo en el brazo, y como soy “cuervo” no me lo saqué durante un tiempo. Después me reconocían por la campaña de “Todos por un pelo”. De todas formas, sí, tengo un poco de miedo. Mi familia se preocupa porque siga laburando, dicen: “¡Qué bueno, están pasando por todos lados esa publicidad que protagonizás!”, y siempre hay uno que acota: “No... que dejen de pasarla, la están dando mucho”. Te da cosa, pensás que vas a quedar pegado a eso, pero cuando hice cosas que se expusieron, después surgieron otras en cine y en radio. Cuando baja la demanda de un lado, a veces sube de otros.

- Periodista: En los últimos tiempos es muy difícil encender el televisor y no verlo.

- Suárez: ¡Es una locura! Te juro que por momentos me paraliza, estoy viendo la tele y si no me encuentro digo “epa, ¿qué pasa que no aparezco?” ¡Una estupidez total! Agarro el diario y si veo que redujeron la publicidad, pienso “uy, aflojaron”. Es como una enfermedad

de Ricardo Fort, que todos debemos llevar adentro, ¿no?

- Periodista: ¿Hay algún proyecto que no haya querido integrar?

- Suárez: Rechacé dos propagandas y la conducción de ciertos programas. Siento que me desvían, si busco hacer cine, no tiene sentido que sea notero en un programa de chimentos. Sale por un televisor, es cierto, pero no es lo mismo. También surgió lo de hacer un aviso, para promocionar la campaña política de alguien, pero no me gustó... tenía que hacer de chorro. Era buen dinero, y yo tengo un hijo de dos años y medio, una mujer –Candela, maestra jardinera y actriz–, hay cosas que pagar... cerrás los ojos y pensás “capaz que no la ve nadie, pero capaz que sí”. Como a veces mi moral tiene ciertos recovecos, le consulto a mi señora, que es más moralista que yo. Me pasaron la oferta, tapé el teléfono y le dije “decidí vos, me pagan tanto, ¿lo agarro o no?”. Y ella tragó saliva y dijo no. Y capaz eran por lo menos unas vacaciones en Gesell, pero si lo hubiese hecho, seguro me salía mal.

- Periodista: ¿Es de gastar mucho?

- Suárez: Para nada, de hecho, creo que tengo un trauma con eso. Mi mujer siempre me quiere comprar ropa con el nombre de la marca en el pecho ¡Y me pone loco! Porque yo vivo de esto, y sé que los tipos hacen esa camperita porque así les hacés publicidad gratis. Trato de comprar marcas lo menos posible, soy lo contrario a la masividad,

cuando mi hermana viene y me muestra un pantalón y yo la miro raro, pregunta: “Qué pasa, ¿los tiene todo el mundo?”. Esa cuestión de pertenecer... a mí me da un poco de claustrofobia. Las marcas trabajan para que vos te sientas grupo. Me ofrecieron mil veces la tarjeta del Galicia pero no quería quedar como un garronero. Al final, les dije que me la dieran porque tenía un 25% de descuento y quería comprarme un aire acondicionado...¡Ya fue! Noticias:

- Periodista: ¿Su mujer le revienta la tarjeta, como la de Marcos?

- Suárez: Gracias a Dios, no. Soy bastante parecido a Marcos: no me gusta gastar en el día a día, pero después pego un zarpazo porque soy consumista.

- Periodista: ¿Cuánto te pagan?

- Suárez: 1.680 pesos por el día de filmación. No está mal pero uno tiene que tener continuidad. Lo bueno de haberme hecho conocido es dejar de ir tanto a castings con 300 pibes esperando, 200 de los cuales están ahí para ver si se llevan cinco lucas por un día de trabajo

Por Nicolás Berhongaray@niooberonga

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