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Palimpsestos y cambios culturales en el límite Pleistoceno-Holoceno: el conjunto lítico de Picamoixons (Alt Camp, Tarragona) Palimpsests and cultural changes at the Pleistocene-Holocene boundary: the lithic assemblage of Picamoixons (Alt Camp, Tarragona) Sergio García Catalán (*) Manuel Vaquero Rodríguez (**) Idoia Pérez Goñi (*) Beatriz Menéndez Iglesias (*) Luna Peña García (***) Ruth Blasco López (*) Eva Mancha Flores (****) Davinia Moreno García (*****) Laura Muñoz Encinar (*) RESUMEN En este artículo se presenta el análisis tecnológico y tipológico de la industria lítica recuperada en el año 1993 en el yacimiento de Picamoixons. Dadas sus característi- cas, su estado de conservación diferencial, su distribución espacial y las dataciones radiométricas disponibles, po- demos concluir la existencia de dos conjuntos líticos per- tenecientes a dos momentos cronológicos y culturales diferentes. El primero es el conjunto patinado (CP) que debería incluirse dentro del Mesolítico macrolítico, y el segundo conjunto es el no patinado (CNP) perteneciente a los momentos finales del Paleolítico superior. ABSTRACT This paper presents the technological and typological study of the lithic assemblage recovered at Picamoixons during the field season carried out in 1993. Its technotypological features, the differential conservation of the assemblage, the spatial distribution of lithic remains and the radiometric dates allow us to divide the assemblage into two different sets and suggest that they belong to different chronological and cultural periods. The items included in the first one (CP) show a strong pa- tina and should be included in the macrolithic Mesolithic, while the second one’s items (CNP) are not patinated and belong to the final part of upper Palaeolithic. Palabras clave: Picamoixons; Sur de Cataluña; Paleolíti- co superior final; Transición Pleistoceno-Holoceno; Me- solítico macrolítico; Conjunto lítico. Key words: Picamoixons; South of Catalonia; Final upper Palaeolithic; Transition Pleistocene-Holocene; Macrolithic Mesolithic; Lithic assemblages. 1. LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA Y CONTEXTO GEOLÓGICO El yacimiento arqueológico de Picamoixons está situado a 1° 11¢ 25² de longitud E y a 41° 18¢ 21² de latitud N y se encuentra a escasa distancia de la entidad municipal descentralizada del mis- mo nombre que hace un tiempo era pedanía de Valls (Alt Camp, Tarragona) (Fig. 1 y Lám. I). TRABAJOS DE PREHISTORIA 66, N.º 2, julio-diciembre 2009, pp. 7-22, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2009.0919 (*) Área de Prehistoria-IPHES (Institut Català de Paleoeco- logia Humana i Evolució Social). Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Plaça Imperial Tarraco, 1. 43005 Tarragona (España). Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]; [email protected]; rblasco @prehistoria.urv.cat; [email protected] (**) Investigador docente de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Plaça Imperial Tarraco 1, 43005. Tarragona (España). Correo electrónico: [email protected] (***) Becaria de la Fundación Valhondo Calaff adscrita al Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució social (IPHES). Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Plaça Imperial Tarraco 1, 43005. Tarragona (España). Correo electró- nico: [email protected] (****) Becaria FPU de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Plaça Imperial Tarraco 1, 43005. Tarragona (Espa- ña). Correo electrónico: [email protected] (*****) Becaria FP1 (Ministerio de Educación y Ciencia). Correo electrónico: [email protected] Recibido: 7-I-2009; aceptado: 28-IV-2009.

Palimpsestos y cambios culturales en el límite …...Estas cuatro dataciones situaban el yaci-T. P., 66, N.º 2, julio-diciembre 2009, pp. 7-22, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2009.0919

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Palimpsestos y cambios culturales en el límitePleistoceno-Holoceno: el conjunto lítico de Picamoixons(Alt Camp, Tarragona)

Palimpsests and cultural changes at the Pleistocene-Holocene boundary: the lithicassemblage of Picamoixons (Alt Camp, Tarragona)

Sergio García Catalán (*)Manuel Vaquero Rodríguez (**)Idoia Pérez Goñi (*)Beatriz Menéndez Iglesias (*)Luna Peña García (***)

Ruth Blasco López (*)Eva Mancha Flores (****)Davinia Moreno García (*****)Laura Muñoz Encinar (*)

RESUMEN

En este artículo se presenta el análisis tecnológico ytipológico de la industria lítica recuperada en el año 1993en el yacimiento de Picamoixons. Dadas sus característi-cas, su estado de conservación diferencial, su distribuciónespacial y las dataciones radiométricas disponibles, po-demos concluir la existencia de dos conjuntos líticos per-tenecientes a dos momentos cronológicos y culturalesdiferentes. El primero es el conjunto patinado (CP) quedebería incluirse dentro del Mesolítico macrolítico, y elsegundo conjunto es el no patinado (CNP) pertenecientea los momentos finales del Paleolítico superior.

ABSTRACT

This paper presents the technological and typologicalstudy of the lithic assemblage recovered at Picamoixonsduring the field season carried out in 1993. Itstechnotypological features, the differential conservation

of the assemblage, the spatial distribution of lithicremains and the radiometric dates allow us to divide theassemblage into two different sets and suggest that theybelong to different chronological and cultural periods.The items included in the first one (CP) show a strong pa-tina and should be included in the macrolithic Mesolithic,while the second one’s items (CNP) are not patinated andbelong to the final part of upper Palaeolithic.

Palabras clave: Picamoixons; Sur de Cataluña; Paleolíti-co superior final; Transición Pleistoceno-Holoceno; Me-solítico macrolítico; Conjunto lítico.

Key words: Picamoixons; South of Catalonia; Finalupper Palaeolithic; Transition Pleistocene-Holocene;Macrolithic Mesolithic; Lithic assemblages.

1. LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICAY CONTEXTO GEOLÓGICO

El yacimiento arqueológico de Picamoixonsestá situado a 1� 11� 25� de longitud E y a 41� 18�21� de latitud N y se encuentra a escasa distanciade la entidad municipal descentralizada del mis-mo nombre que hace un tiempo era pedanía deValls (Alt Camp, Tarragona) (Fig. 1 y Lám. I).

TRABAJOS DE PREHISTORIA66, N.º 2, julio-diciembre 2009, pp. 7-22, ISSN: 0082-5638

doi: 10.3989/tp.2009.0919

(*) Área de Prehistoria-IPHES (Institut Català de Paleoeco-logia Humana i Evolució Social). Universidad Rovira i Virgilide Tarragona. Plaça Imperial Tarraco, 1. 43005 Tarragona(España). Correos electrónicos: [email protected];[email protected]; [email protected];rblasco @prehistoria.urv.cat; [email protected]

(**) Investigador docente de la Universidad Rovira i Virgilide Tarragona. Plaça Imperial Tarraco 1, 43005. Tarragona(España). Correo electrónico: [email protected]

(***) Becaria de la Fundación Valhondo Calaff adscrita alInstitut Català de Paleoecología Humana i Evolució social(IPHES). Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. PlaçaImperial Tarraco 1, 43005. Tarragona (España). Correo electró-nico: [email protected]

(****) Becaria FPU de la Universidad Rovira i Virgili deTarragona. Plaça Imperial Tarraco 1, 43005. Tarragona (Espa-ña). Correo electrónico: [email protected]

(*****) Becaria FP1 (Ministerio de Educación y Ciencia).Correo electrónico: [email protected]

Recibido: 7-I-2009; aceptado: 28-IV-2009.

El depósito arqueológico se localiza al pie deuna formación travertínica que se levanta en elmargen izquierdo del río Francolí. Desde el puntode vista geológico, el yacimiento se sitúa en elcontexto del Sistema Costero Catalán. Este siste-ma está constituido por dos alineaciones mon-tañosas paralelas (las Cordilleras Litoral y Preli-toral), de dirección NE-SW, separadas por unadepresión (la Depresión Prelitoral). El área del

yacimiento corresponde a una zona de contactoentre la Cordillera Prelitoral y la Depresión Preli-toral. En este punto el río Francolí, tras atravesarla Cordillera Prelitoral procedente de la Depre-sión del Ebro, penetra en las tierras llanas de laDepresión Prelitoral. En su curso a través dela cordillera, el Francolí aprovecha un accidentetectónico que forma el Estrecho de la Riba, pasonatural que ha sido históricamente una vía decomunicación estratégica entre la Depresión delEbro y las comarcas litorales y prelitorales del surde Cataluña. Se trata, por tanto, de un emplaza-miento estratégico que además permite un accesorápido a distintos ecosistemas: el de montaña, re-presentado por la cordillera, el de la llanura alu-vial de la Depresión Prelitoral y el fluvial, locali-zado en el río que discurre al pie del yacimiento.

2. PRECEDENTES: CAMPAÑA DE 1988

El yacimiento de Picamoixons fue descubiertoen 1972 por Josep M. Gabarró. En 1988 fue obje-to de una primera intervención arqueológica deurgencia, dirigida por Eudald Carbonell, que con-

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8 Sergio García Catalán et al.

Fig. 1. Localización del yacimiento.

Lám. I. Yacimiento arqueológico de Picamoixons.

sistió en una breve campaña de excavación, deapenas una semana de duración. Estos trabajospermitieron documentar por primera vez aspectosesenciales del yacimiento, como su secuencia es-tratigráfica, si bien los materiales encontrados encontexto estratigráfico fueron relativamente esca-sos. La mayor parte de los restos recuperados araíz de esta primera intervención procedían de unpaquete superficial de sedimento revuelto queproporcionó un abundante conjunto arqueológi-co. Los resultados de estos trabajos se dieron aconocer en una serie de publicaciones (Allué etal. 1992; Carbonell et al. 1989a y b; Estebanet al. 1989; Foguet y Prats 1989; L.A.U.B.T.1992), en las que la mayoría de los datos corres-pondían al conjunto procedente del paquete re-vuelto y no se hacía distinción entre el materialdocumentado in situ y el recuperado fuera decontexto estratigráfico.

2.1. Estratigrafía y resultados

En esta campaña se definió una secuencia es-tratigráfica formada esencialmente por dos con-

juntos. El Conjunto I formaba el techo de la se-cuencia y estaba constituido por un nivel de blo-ques procedentes de la pared travertínica. ElConjunto II estaba compuesto por una serie de ca-pas de arcillas y limos con presencia variable debloques. En este conjunto se diferenciaron cinconiveles (A-E), tres de ellos (A, B y D) con eviden-cias arqueológicas. El conjunto lítico se caracteri-zaba por el predominio de los raspadores y de losdenticulados, con presencia significativa de burilesy elementos de dorso, en el marco de unas estrate-gias técnicas en las que la talla laminar estaba bienrepresentada. En cuanto al conjunto faunístico sedocumentaron 118 restos, destacando de formaclara el conejo con el 89 % de los elementos iden-tificados. Del resto de especies destacaba la pre-sencia de la cabra (8,5 %), mientras que otros ta-xones, como el ciervo y el caballo, tenían unarepresentación testimonial. También se encontra-ron en esta campaña tres dientes humanos, todosellos procedentes del revuelto superficial.

Un nuevo estudio estratigráfico fue publicadorecientemente por Angelucci (2005), quien dife-rencia cuatro conjuntos (Fig. 2). El conjunto Brcorresponde al nivel de bloques que forman el te-cho de la secuencia y equivale al Conjunto I de laestratigrafía de 1988. A continuación aparece elconjunto Cl, que incluye las unidades IIA, IIB yIIC de 1988. Este conjunto es de textura franco li-mosa, con un contenido variable de fragmentosde travertino, y muestra el predominio de dinámi-cas de tipo coluvial. El conjunto subyacente (Tc)se diferencia del anterior por una mayor propor-ción de fragmentos de travertino y por la presen-cia de elementos redondeados. Correlacionadocon la parte superior de la unidad IID, este con-junto se atribuye a procesos de vertiente que hanredepositado sedimentos fluviales subyacentes.Finalmente, el conjunto Fl (parte inferior de launidad IID), que constituye la base de la secuen-cia, es un depósito de gravas formado por la ac-ción de deposición fluvial del Francolí.

2.2. Dataciones

Uno de los resultados principales de esta pri-mera aproximación al yacimiento de Picamoi-xons fue la obtención de una serie de cuatro fe-chas radiométricas (Tab. 1) (Allué et al. 1992)que aparecen calibradas en la figura 3 junto a lafecha obtenida en el año 1993 y que se citará másadelante. Estas cuatro dataciones situaban el yaci-

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Fig. 2. Secuencia estratigráfica de Picamoixons se-gún D. Angelucci. Modificado de Angelucci (2005:Fig. 2). Leyenda: 1. Conjuntos geoarqueológicos.2. Unidades geoarqueológicas. 3. Niveles arqueoló-gicos. A. arcilla, L. limo, S. arena, B. bloques.

miento entre los 11.000 y 9.000 BP: 10.900 � 90,9.170 � 80, 9.370 � 95 y 11.055 � 90. Sin embar-go, y como ya se ha comentado en otro lugar (Va-quero et al. 2004: 321), las tres primeras fechascorrespondían a muestras procedentes del paque-te revuelto superficial, aunque en el momento desu publicación se les diese erróneamente una atri-bución estratigráfica más o menos precisa (basedel Conjunto I-techo del Conjunto II). Solamentela cuarta fecha, procedente del nivel IIB, podíaatribuirse a un contexto estratigráfico no alterado.

3. LA CAMPAÑA DE 1993

3.1. Introducción

A pesar de que se intentó dar continuidad a lostrabajos de excavación en el marco de un proyec-

to de investigación, la denegación del permiso deexcavación significó la interrupción de las inter-venciones. En los años posteriores el yacimientofue frecuentado por excavadores clandestinos quedestruyeron una parte del depósito. Entre el sedi-mento removido por uno de estos excavadoresclandestinos se encontró, en 1993, un fragmentode plaqueta de caliza con una serie de motivos li-neales pintados (García Díez et al. 1997), cuyaprocedencia estratigráfica se desconoce. A raíz deestas actuaciones se consiguió que ese mismo añofuese concedido un nuevo permiso de excavaciónde urgencia. Esta nueva campaña se llevó a caboentre los días 2 y 18 de junio de 1993, bajo la di-rección de Jordi Rosell y Josep Vallverdú, siendohasta el momento la última de las intervencionesarqueológicas efectuadas en el yacimiento de Pi-camoixons. Dada la escasa duración de la inter-vención, la excavación se limitó nuevamente a

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10 Sergio García Catalán et al.

Campaña Nivel Conjunto Ref. lab. Material Años BP Años cal. BP

1988 AA-6010 Hueso 9.170 � 80 10.570-10.1701988 AA-6029 Hueso 9.370 � 95 10.870-10.3101988 AA-5888 Hueso 10.900 � 90 13.010-12.6901988 IIB AA-5810 Carbón 11.055 � 90 13.150-12.7501993 IIA CP Beta-214937 Hueso 9.570 � 50 11.140-10.700

Tab. 1. Dataciones radiométricas de Picamoixons obtenidas en las campañas de 1988 y 1993. Las calibraciones se hanrealizado mediante la curva CalPal 2005 SFCP (Weninger y Jöris 2004).

Fig. 3. Curva de las fechas 14C calibradas y su correlación con la curva paleoclimática �18O del sondeo GISP2. La calibra-ción se ha realizado mediante la curva CalPal 2005 SFCP (Weninger y Jöris 2004).

una superficie muy restringida del yacimiento, deapenas 4 m2, y al techo de la secuencia estratigrá-fica (Vallverdú 1994). El único nivel arqueológicoexcavado fue el situado inmediatamente por debajodel estrato de caída de bloques que forma el techode la secuencia y corresponde a la parte superior delnivel IIA de la estratigrafía descrita en 1988.

Uno de los objetivos de este artículo es dar aconocer los resultados obtenidos en la campaña de1993, los cuales han permanecido prácticamenteinéditos hasta la fecha, centrándonos única y ex-clusivamente en el registro lítico ya que la faunadocumentada en esta campaña está siendo revisadaen la actualidad. Al mismo tiempo intentaremosdar respuesta a algunos de los interrogantes surgi-dos a raíz de la campaña de 1988 y que afectan es-pecialmente a la cronología del depósito y a la atri-bución cronocultural de las fases de ocupación enél representados. Las dataciones disponibles hastala fecha se agrupaban claramente en dos segmen-tos cronológicos: uno en torno a los 11.000-10.900BP y el otro en torno a los 9.300-9.100 BP. Si tene-mos en cuenta que tres de las cuatro fechas proce-dían del depósito revuelto superficial, se abría laposibilidad de que en dicho conjunto se encontra-sen representados materiales correspondientes ados fases ocupacionales diferentes, separadas en eltiempo por un lapso de unos 2.000-1.500 años. Sibien la primera de dichas fases podía correlacio-narse con el nivel IIB, datado en 11.055 BP, la ubi-cación estratigráfica de la segunda era una incóg-nita. Por otra parte, dicha mezcla de materiales nose observó en el estudio del material lítico, por loque éste se publicó como un conjunto unitario, cu-yas características se ajustaban a las habituales enlas industrias del Paleolítico superior final/Epipa-leolítico microlaminar de la vertiente mediterráneapeninsular.

Las fechas de Picamoixons se encontraban en-tre las más recientes obtenidas hasta ese momentopara conjuntos microlaminares, por lo que pasarona ser consideradas como una evidencia de la per-duración de las industrias microlaminares hasta fi-nales del X milenio BP. Hay que tener en cuentaque el lapso temporal sugerido por las fechas dePicamoixons reviste un interés especial, ya que setrata del momento en el que se produce el paso delas industrias de tipo Paleolítico superior a lasindustrias mesolíticas. La reconstrucción de esteproceso de cambio cultural se ve dificultada porlos problemas derivados de la discontinuidad delas secuencias arqueológicas y la escasez de las

evidencias disponibles para períodos clave, comoes el X milenio BP. Mientras que para el XI y el IXmilenio la atribución cultural de los conjuntos res-ponde a un patrón más o menos bien definido (in-dustrias de filiación Paleolítico superior en el XImilenio, industrias mesolíticas de muescas y denti-culados en el IX), el panorama del X milenio esmucho menos nítido. En comparación con las fa-ses inmediatamente anteriores y posteriores, el nú-mero de conjuntos datados en este milenio es sig-nificativamente menor.

En muchos yacimientos se detectan impor-tantes hiatos sedimentarios u ocupacionales entrelos últimos niveles del Paleolítico superior y lasprimeras industrias mesolíticas. En ocasiones, es-tas discontinuidades coinciden con episodios ero-sivos importantes [p.e. Molí del Salt (Vaquero2004), Tossal de la Roca (Cacho et al. 1995), Bal-ma de Guilanyà (Casanova y Pizarro 2004)]. Porotra parte, la caracterización cultural de estosconjuntos es más diversa. Entre 10.000 y 9.000BP han sido datados niveles atribuidos, bien atecnocomplejos de tipo microlaminar (Picamoi-xons, Cova de la Guineu), bien a facies de tiposauveterroide [Abric del Filador (García-Argüe-lles et al. 2005)] o bien a un Mesolítico macrolíti-co [Abric Agut (Vaquero et al. 2002)]. En otroscasos, los niveles fechados en este milenio hanproporcionado un escaso número de artefactos yson de difícil atribución [Forcas I (Utrilla y Mazo1997)]. A esto hay que añadir que la datación dealguno de estos conjuntos, como el Abric del Fi-lador, no está exenta de interrogantes debido a laexistencia de inversiones estratigráficas o de fe-chas dispares para un mismo nivel.

Toda esta problemática aconsejaba por sí solauna nueva evaluación del yacimiento de Picamoi-xons para precisar su cronología y la atribucióncronocultural de su registro material. En este sen-tido, pronto se hicieron patentes otros factoresque hacían de Picamoixons un ejemplo interesan-te para abordar cuestiones relacionadas con losprocesos de formación de los conjuntos arqueoló-gicos. Un primer examen visual del conjunto líti-co recuperado en la campaña de 1993 reveló unamarcada heterogeneidad en el estado de conser-vación del material. Mientras que una parte de losartefactos mostraba una pátina blanquecina muyintensa, el resto del material presentaba una apa-riencia muy fresca, sin señales evidentes de al-teración. Estas diferencias de pátina, junto conlos dos lapsos temporales que evidenciaban las

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dataciones obtenidas en 1988, sugerían plantearcomo hipótesis de partida que en el conjunto líti-co podían encontrarse representados materialesde distinto origen y, tal vez, correspondientes afases de formación diferentes, a pesar de que enel momento de la excavación no se observaroncambios estratigráficos significativos. Desde estaperspectiva, se abría la posibilidad de establecercriterios arqueológicos con los que diseccionar elpalimpsesto constituido por el nivel arqueológicoy establecer en su interior conjuntos diferencia-dos. Picamoixons podía convertirse por tanto enun buen ejemplo de la capacidad del método ar-queológico para superar las limitaciones que pre-sentan los criterios exclusivamente estratigráficosa la hora de definir los conjuntos.

A partir de estas consideraciones, se ha reali-zado un análisis de la distribución espacial, paraver si dicha distribución se había producido deforma diferencial, y un estudio tecnotipológicodel registro lítico recuperado en esta campañapartiendo de la distinción de dos conjuntos: unconjunto patinado (CP) y un conjunto no patina-do (CNP). Además, se recogieron muestras dehuesos asociadas a ambos conjuntos para realizarnuevas dataciones radiométricas y así poder de-terminar hasta qué punto estos dos conjuntos co-rrespondían a momentos de ocupación tempo-ralmente diferenciados. Dicha selección se viofacilitada por la clara segregación espacial quemostraban ambos conjuntos.

3.2. Distribución espacial del registro lítico

La distribución espacial de los restos líticospermitió observar que ambos conjuntos tendían adistribuirse de forma diferencial (Fig. 4). En ge-neral, el patrón de dispersión horizontal de losrestos en la zona excavada tendía a mostrar dosacumulaciones de artefactos bien diferenciadas:una hacia el NW (cuadros K4-5) y la otra hacia elSE de la zona excavada (cuadros J5-6). Mientrasque los artefactos no patinados se concentrabanen la acumulación del NW, los patinados apare-cían preferentemente en la del SE. La secciónlongitudinal y la transversal también confirmabanestas dos acumulaciones. La longitudinal muestraque el material patinado se encuentra en la segun-da mitad de los cuadros de la línea 5 y en los de lalínea 6 y el no patinado se concentra en los cua-dros de la línea 4 y en la primera mitad de los dela línea 5, mientras que la transversal refleja ladistribución del conjunto patinado principalmen-te en los cuadros de la línea J y del no patinado enlos de la línea K. Por tanto, esta distribución delmaterial lítico evidenciaba que ambos conjuntosestaban separados espacialmente y, por tanto, po-dían haber sido depositados en momentos dife-rentes y haber experimentado una historia tafonó-mica diferente. Sin embargo, esta posibilidad noera del todo definitiva ya que la diferenciación enel estado de conservación se puede dar en objetoscoetáneos. Por tanto, para reforzar la hipótesis de

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12 Sergio García Catalán et al.

Fig. 4. Distribución del material lítico: 1- En planta. 2- Sección longitudinal. 3- Sección transversal.

que nos encontrábamos ante dos conjuntos ar-queológicos diferenciados era necesario el estu-dio de la industria lítica que posteriormente sepresenta y ver que dataciones nos ofrecían lasmuestras recogidas en ambos conjuntos.

3.3. Nuevas dataciones

Dada la controversia que generaban las data-ciones obtenidas en 1988, era preciso obtenernuevas dataciones del yacimiento para corroborarlos dos lapsos de tiempo que evidenciaban dichasdataciones. A partir de aquí se recogieron mues-tras de huesos de ambos conjuntos. Del CNP nose pudo obtener ninguna datación dada la falta decolágeno de las dos muestras recogidas. En cam-bio, para el CP se obtuvo una nueva fecha radio-métrica de 9.570 � 50 BP (Tab. 1 y Fig. 3) y, portanto, se aproxima claramente a las dos fechas delX milenio publicadas anteriormente, lo que per-mite ubicar estratigráficamente esta fase ocupa-cional.

3.4. Análisis tecnotipológico de la industrialítica

Para el estudio de la industria lítica recuperadaen la campaña de 1993 se ha utilizado parte dela metodología propuesta por el Sistema Lógi-co-Analítico (Carbonell et al. 1983; Carbonell etal. 1992), Manuel Vaquero en su Tesis Doctoral(1997) y la Tipología Analítica y Estructural deLaplace (1972). En este sentido, hay que hacer uninciso referente al uso del SLA ya que este sistemainterpreta las cadenas operativas técnicas como unproceso productivo en el que se establece una seriede etapas o fases, denominadas categorías estruc-turales, donde se ubican los restos líticos. En esteartículo no se ha utilizado su terminología para de-nominar estas categorías sino la tradicional, es de-cir, se habla de lascas, retocados y núcleos.

En esta única campaña se recuperaron un totalde 370 restos líticos, cuya distribución por mate-rias primas y categorías estructurales queda refle-jada en la tabla 2. La materia prima predominantees el sílex con un 88,9 %, mientras que el resto

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Basesnaturales

Lascas Núcleos RetocadosLascasfract.

Fragm.de lasca

Frag.Restosde talla

Total

Sílex3

,8%129

34,9%6

1,6%37

10%47

12,7%94

25,4%5

1,4%8

2,2%329

88,9%

Caliza13

3,5%2

,5%15

4,1%

Esquisto2

,5%1

,3%10

2,7%13

3,5%

Pizarra4

1,1%4

1,1%

Ágata2

,5%1

,3%3

,8%

Arenisca2

,5%2

,5%

Cuarzo1

,3%1

,3%2

,5%

Pórfido1

,3%1

,3%2

,5%

Total21

5,7%131

35,4%6

1,6%37

10%48

13%95

25,7%23

6,2%9

2,4%370

100%

Tab. 2. Distribución del conjunto lítico por materias primas y categorías estructurales.

aparecen de forma testimonial y, principalmente,como bases naturales y fragmentos. Por tanto, elsílex es la materia prima empleada casi de formaexclusiva para la talla.

A continuación se presenta el estudio morfo-técnico de todo el registro lítico sobre sílex, dife-renciando los dos conjuntos anteriormente cita-dos (CP y CNP) para ver sus posibles diferenciastecnológicas y tipológicas. También hemos dife-renciado el grupo de los poco patinados (CPP),donde los objetos presentan una ligera pátina al-rededor del filo que no es suficiente para introdu-cirlos dentro del CP, y otro grupo (Q) en el que seincluyen los objetos que presentan alteracionestérmicas que no permiten incluirlos en ningunode los otros grupos.

Dado que uno de los principales objetivos deeste artículo es ver las posibles diferencias del re-gistro lítico del CNP y CP, centraremos el estudiode la industria lítica en los objetos pertenecientesa estos dos grupos y obviaremos los objetos pocopatinados y quemados, aunque en las diferentestablas que se presentan aparecen representados.En la tabla 3 vemos la distribución del registro lí-tico sobre sílex por categorías estructurales y los4 grupos establecidos. El CNP presenta 89 efec-tivos y el CP 153, siendo las lascas la categoríaestructural más representada en ambos casos se-guidas de los fragmentos de lasca. También seobserva que el número de núcleos en ambos gru-pos es escaso, siendo mínima su presencia en elCNP (N = 1), mientras que en el CP es más desta-cable (N = 5). También se evidencia una mayorpresencia de los artefactos retocados en el CP

(N = 26) con respecto al CNP (N = 6). Dentro deeste primer conjunto los configurados represen-tan el 17 % del total en contraposición con elCNP donde no llegan al 7 %.

El núcleo documentado en el CNP (Lám. II)tiene una organización volumétrica basada en dossuperficies opuestas muy poco explotadas y sepa-radas por una arista frontal; su explotación se rea-liza desde el plano de intervención horizontaly puede considerarse que presenta una talla decarácter discoidal. En el CP se registraron 5 nú-cleos, destacando 4 de ellos por sus caracterís-ticas tecnológicas (Lám. III). En conjunto se ob-serva que son abandonados en una fase más bieninicial, lo que permitiría seguir con su explota-ción, y que presentan una cierta variabilidad en elmétodo de explotación, los cuales se centran enla obtención de lascas a excepción de uno quemuestra una estrategia laminar. Más concreta-mente, 3 de ellos tienen un carácter discoidal yaque presentan la misma estructura volumétricaque el comentado anteriormente, aunque en estecaso uno de ellos tiene una única extracción,mientras que en los otros dos el perímetro que ge-nera la arista frontal está muy explotado; entre es-tos dos últimos núcleos podemos observar dos di-ferencias: uno es de gran formato (99 � 91 � 70mm) y presenta una asimetría entre las dos caras(una convexa y otra plana), mientras que el otroes de dimensiones reducidas (50 � 42 � 38 mm) ysus dos planos opuestos muestran simetría y sonconvexos. En cuanto a los 2 núcleos restantes,uno presenta la explotación desde los planos sagi-tal y transversal, lo que genera una estructura vo-

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14 Sergio García Catalán et al.

Basesnaturales

Lascas Núcleos RetocadosLascasfract.

Fragm.de lasca

Frag.Restosde talla

Total

CNP1

1,1%37

41,6%1

1,1%6

6,7%12

13,5%30

33,7%2

2,2%89

100%

CPP15

50%5

16,7%5

16,7%5

16,7%30

100%

CP2

1,3%58

37,9%5

3,3%26

17%24

15,7%31

20,3%1

,7%6

3,9%153

100%

Q19

33,3%6

10,5%28

49,1%4

7%57

100%

Total3

,9%129

39,2%6

1,8%37

11,2%47

14,3%94

28,6%5

1,5%8

2,4%329

100%

Tab. 3. Distribución del conjunto lítico sobre sílex por categorías estructurales y conjuntos establecidos.

T. P., 66, N.º 2, julio-diciembre 2009, pp. 7-22, ISSN: 0082-5638doi: 10.3989/tp.2009.0919

Palimpsestos y cambios culturales en el límite Pleistoceno-Holoceno: conjunto lítico de Picamoixons... 15

Lám. II. Conjunto no patinado: 1- Núcleo unipolar desde el plano horizontal. 2- Raspador(G12). 3- Denticulado (D22-D23). 4- Denticulado (D21-D21) (fotografías: Gerard Campeny).

Lám. III. Conjunto patinado: 1- Núcleo de carácter discoidal. 2- Núcleo laminar. 3- Núcleo or-togonal. 4- Núcleo de carácter discoidal (fotografías: Gerard Campeny).

lumétrica ortogonal (los planos perpendicularesentre sí) y la explotación de ambos planos es es-casa. El último núcleo es el único que presentauna clara talla laminar. Su explotación se realiza apartir del plano transversal, lo que permite ma-ximizar el alargamiento de los productos, y superímetro está totalmente explotado. Además, di-cha explotación permite generar dos superficiesopuestas perpendiculares a este plano transversal:una muestra todos los levantamientos del núcleoy la otra únicamente uno.

Respecto a las lascas, se han documentado 37en el CNP y 58 en el CP, lo que supone un 41,6 %y un 37,9 % del total en cada uno de ellos. Los di-ferentes elementos analizados (tanto de la caradorsal como de la ventral y talonar) muestran re-sultados parecidos en ambos conjuntos, por loque podemos caracterizarlas desde una perspecti-va global por tener un talón no cortical, de tipoplataforma y unifacetado, una cara dorsal no cor-tical y un bulbo marcado. Respecto a la corticali-dad de las lascas, es destacable el alto porcentajede talones no corticales (en ambos casos sobrepa-san el 94 %) y de las caras dorsales no corticalesy poco corticales que representan un 86,5 % en elCNP y un 94 % para el CP. Estos datos hacen in-ferir que los nódulos de sílex eran introducidos yadesbastados y preparados para la consiguiente ex-plotación dentro del yacimiento.

Para finalizar la presentación del análisis tec-notipológico de la industria lítica haremos refe-rencia a los artefactos retocados (Láms. II y IV).En toda la intervención arqueológica se han recu-perado 37 configurados, de los cuales 18 son so-bre fragmento de lasca, 17 sobre lasca y 2 sobrelasca fracturada. Entre todos los retocados hay 4que son artefactos dobles, por lo que contamoscon un total de 41 tipos primarios: el CNP cuentacon 8 (hay que tener en cuenta que son 6 objetosy dos son dobles), mientras que en el CP su pre-sencia es mucho mayor con 28 tipos. Como pode-mos observar en la tabla 4, el modo de retoquepredominante es el simple, siendo más represen-tativo a nivel de porcentaje en el CNP ya que úni-camente hay un artefacto con retoque abrupto,mientras que en el CP este modo de retoque estámás representado. Los otros modos propuestospor Laplace, como son el plano y el buril, nose encuentran representados en el registro lítico.Respecto a los grupos tipológicos (Tab. 5), ycomo ya hemos dicho anteriormente, en el CNPlos retocados son escasos y solamente podemosdestacar la alta presencia de los denticulados con4 elementos. En cambio, en el CP la representa-ción de los retocados es más elevada y, en conse-cuencia, más relevante; destaca la alta presenciade denticulados, raspadores y elementos de dorso(láminas y puntas de dorso) con 9, 8 y 7 efectivos

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Lám. IV. Conjunto patinado: 1, 2 y 3- Denticulados (D22-D23, D23,D23). 4, 5, 6 y 7- Raspadores (G11). 8 y 9- Elementos de dorso (LD21)(fotografías: Gerard Campeny).

respectivamente. En cuanto a los tipos primarios(Tab. 6), en el CNP no hay ninguno que destaquepor encima del resto ya que los retocados estánrepartidos en diferentes tipos, mientras que en elCP podemos ver que dentro de los denticuladosdominan las raederas denticuladas (D23) con 4elementos, aunque tampoco hay que olvidar las 3muescas (D21). Hay que añadir respecto a estosdenticulados del CP que son de gran formato y deaspecto campiñense, lo cual sugería la presenciade un componente mesolítico. Dentro de los ras-padores solamente encontramos el frontal (G11)con 8 efectivos y dentro de los dorsos destacan deforma significativa las láminas de dorso (LD21)con 5.

3.5. Análisis tipométrico

Uno de los objetivos de este artículo es poderdistinguir dos conjuntos líticos a partir de sus po-

sibles diferencias evidenciadas en su estudio, yaque la estratigrafía en el momento de su excava-ción no permitió definirlos. Visto todo el materiallítico en su conjunto, parecía que los objetos in-cluidos en el CP eran de mayor formato. A partirde esta premisa, hemos llevado a cabo un análisistipométrico, tanto de las lascas como de los reto-cados de los dos conjuntos, para ver si estas dife-rencias eran suficientemente significativas.

En primer lugar hemos analizado el índice dealargamiento de las lascas de los dos conjuntospara ver la presencia de láminas y lascas con ten-dencia laminar. En este caso no se observan dife-rencias, ya que ambos presentan un 18,9 % deproductos laminares y con tendencia laminar. Sitomamos el índice de carenado, hay ligeras dife-rencias ya que en el CNP el 8 % de las lascas soncarenadas (espesas), mientras que en el CP lleganal 12 %. Los cambios más significativos se pue-den ver en los módulos volumétricos representa-dos en la tabla 7. Dentro del CNP, las lascas in-

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Palimpsestos y cambios culturales en el límite Pleistoceno-Holoceno: conjunto lítico de Picamoixons... 17

Abrupto Simple Total

CNP1

12,5%7

87,5%8

100%

CPP2

40%3

60%5

100%

CP10

35,7%18

64,3%28

100%

Total13

31,7%28

68,3%41

100%

Tab. 4. Distribución de los tipos primarios por modo de retoque y conjuntos establecidos.

D G LD PD Sind Bc Tr Total

CNP4

50%1

12,5%2

25%1

12,5%8

100%

CPP1

20%1

20%2

40%1

20%5

100%

CP9

32,1%8

28,6%6

21,4%1

3,6%1

3,6%2

7,1%1

3,6%28

100%

Total14

34,1%10

24,4%8

19,5%1

2,4%4

9,8%2

4,9%2

4,9%41

100%

Tab. 5. Distribución de los tipos primarios por grupos tipológicos y conjuntos establecidos.

cluidas en los formatos muy pequeño y pequeñorepresentan el 78,4 % del total, mientras que en elCP el porcentaje es del 68,9 %. Además, la pre-sencia de lascas en el módulo mediano es muchomás destacable en el CP y el módulo grande sóloestá representado en este conjunto, aunque en elmuy grande el porcentaje es superior dentro delCNP. Por tanto, y de forma general, hay un mayortamaño volumétrico en las lascas incluidas dentrodel CP.

Este mismo análisis tipométrico se ha intenta-do llevar a cabo en los retocados. En principio, seha de realizar en los configurados sobre lasca (sinfracturas), pero en el caso de Picamoixons esto esun obstáculo ya que dentro del CNP solamenteencontramos un artefacto sobre lasca. Dentro delCP sólo 14 son configurados sobre lasca y desta-ca el módulo volumétrico muy pequeño debido a

la presencia de los dorsos, mientras que el restode configurados se reparten de manera igualitariaentre los demás módulos. Dado el escaso númerode retocados sobre lasca, no se pueden establecerdiferencias volumétricas entre los dos conjuntos,pero al hacer un revisión en conjunto de todos es-tos retocados recuperados en esta campaña pareceque estos datos no reflejan la realidad, ya que asimple vista parece que debería haber un mayordominio de los módulos volumétricos que impli-can un mayor tamaño en el CP. Por tanto, hemoshecho una nueva distribución de los retocados enlos diferentes módulos (Tab. 8) sin tener en cuen-ta si eran lascas enteras o no. En el CNP el núme-ro de retocados sigue siendo escaso y no permiteextraer la suficiente información. En cambio, supresencia es más significativa en el CP con 26efectivos y corrobora lo observado de forma vi-

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18 Sergio García Catalán et al.

D21 D22 D23 G11 G12 LD11 LD21 PD23 Sind Bc1 T21 Total

CNP2

25%1

12,5%1

12,5%1

12,5%2

25%1

12,5%8

100%

CPP1

20%1

20%2

40%1

20%5

100%

CP3

10,7%2

7,1%4

14,3%8

28,6%1

3,6%5

17,9%1

3,6%1

3,6%2

7,1%1

3,6%28

100%

Total5

12,2%3

7,3%6

14,6%9

22%1

2,4%1

2,4%7

17,1%1

2,4%4

9,8%2

4,9%2

4,9%41

100%

Tab. 6. Distribución de los artefactos retocados por tipos primarios y conjuntos establecidos.

Muy pequeño Pequeño Mediano Grande Muy grande Total

CNP20

54,1%9

24,3%4

10,8%4

10,8%37

100%

CPP6

40%4

26,7%4

26,7%1

6,6%15

100%

CP18

31,1%22

37,9%10

17,2%4

6,9%4

6,9%58

100%

Q10

52,6%6

31,6%2

10,5%1

5,3%19

100%

Total54

41,9%41

31,8%20

15,5%5

3,9%9

7%129

100%

Tab. 7. Distribución de las lascas por módulos volumétricos y conjuntos establecidos.

sual, ya que hay una gran representación del mó-dulo volumétrico mediano y es destacable los 5objetos incluidos en los módulos que implican unmayor tamaño, a pesar de que el módulo con ma-yor representación es el muy pequeño por la granrepresentatividad de los dorsos.

4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Cuando se aborda el paso de un estadio crono-cultural a otro, se plantean siempre dos posibili-dades a la hora de interpretar este proceso decambio cultural. Por una parte, el cambio se pue-de entender como el resultado de una transicióngradual, a lo largo de la cual un tecnocomplejo vatransformándose progresivamente y adquiriendolos rasgos que definirán el estadio siguiente. Porotra parte, el cambio puede ser la consecuencia deuna ruptura brusca, por la cual un tecnocomplejodesaparece y es sustituido por otro sin que seaprecie ningún indicio de continuidad entre ellos.

En el caso de Picamoixons, se pueden dife-renciar dos períodos cronológicos separados entre1.500 y 2.000 años a partir de las dataciones obte-nidas de las excavaciones de 1988 y 1993: uno sesituaría en torno al 11.000 BP (nivel IIB) y el otroentre 9.100-9.500 BP (IIA). El material arqueo-lógico recuperado en la campaña de 1993 co-rresponde a un palimpsesto en el que no se pudoobservar ningún tipo de cambio estratigráfico du-rante los trabajos de excavación que permitiera es-tablecer dos niveles arqueológicos bien definidos.

Posteriormente, diferentes elementos permi-tieron distinguir dos conjuntos arqueológicos cla-ramente diferenciados que se incluirían en cada

uno de los dos períodos temporales que las data-ciones sugerían. Por un lado el registro líticopresentaba diferencias de conservación que per-mitían distinguir dos conjuntos: el patinado y elno patinado. El análisis consiguiente de la distri-bución espacial (tanto horizontal como vertical)de todo este material lítico deja patente que estosdos conjuntos están claramente separados en elespacio. A partir de estas evidencias podemos de-finir un primer conjunto (CNP) que se podría co-rrelacionar con los materiales documentados enel nivel IIB y con una cronología de 11.000 BP,mientras que el segundo conjunto (CP) se situaríaen torno al 9.500 BP y correspondería al nivelIIA. Para acabar de definir estos dos conjuntos ar-queológicos era necesario un análisis tecnológicoy tipológico del material lítico y en este sentidose han podido observar ciertas diferencias entreambos, sobre todo en el tamaño de las lascas y losretocados, aunque nos encontramos con el incon-veniente de la poca entidad en cuanto al númerode registros del CNP.

Esta escasez de material en el CNP es signi-ficativa y dificulta definir a qué período cro-nocultural pertenece ya que no disponemos de su-ficientes retocados, elemento principal utilizadopor los investigadores que estudian el tránsitoPleistoceno-Holoceno para situar un conjunto lí-tico dentro de un período cronocultural. Aunqueno sean suficientes, y teniendo en cuenta tambiénlas dataciones disponibles, nos inclinamos por in-cluir este conjunto dentro del Magdaleniense su-perior final/Epipaleolítico microlaminar que seproduce a lo largo de la vertiente mediterráneapeninsular, aun sabiendo que un mayor registro y,sobre todo, nuevas dataciones permitirían confir-

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Palimpsestos y cambios culturales en el límite Pleistoceno-Holoceno: conjunto lítico de Picamoixons... 19

Muy pequeño Pequeño Mediano Grande Muy grande Total

CNP1

16,7%2

33,3%3

50%6

100%

CPP2

40%1

20%1

20%1

20%5

100%

CP13

50%2

7,7%6

23,1%3

11,5%2

7,7%26

100%

Total16

43,2%3

8,1%9

24,3%3

8,1%6

16,2%37

100%

Tab. 8. Distribución de los retocados por módulos volumétricos y conjuntos establecidos.

mar con una mayor seguridad su inclusión en esteperíodo.

El segundo conjunto presenta un mayor regis-tro que, junto a las dataciones obtenidas, da unamayor seguridad a la hora de incluirlo dentro deun período cronocultural concreto. Desde un pun-to de vista tipológico hay un dominio del grupode los denticulados, los raspadores y los elemen-tos de dorso. Otro de los rasgos que se evidenciaes el aumento del tamaño de los retocados y delas lascas en contraposición al carácter microlíti-co que se produce en el Paleolítico superior finalde la vertiente mediterránea peninsular. A niveltecnológico predomina el método de explotaciónorientado a la obtención de lascas, aunque se hapodido documentar un núcleo de talla laminar yun porcentaje relativamente alto de productos la-minares y con tendencia laminar. A partir de estosdatos tecnotipológicos y la datación obtenida demediados del X milenio BP se puede situar esteconjunto en el contexto de las industrias mesolí-ticas con una alta presencia de muescas y denti-culados, también denominadas macrolíticas. Sinembargo, la presencia significativa de raspadoresy elementos de dorso y la constatación de la exis-tencia de producción laminar hacen evidente quehay un componente propio y característico de losmomentos finales del Paleolítico superior. Portanto, y a pesar de la separación temporal entrelos dos conjuntos, hay una cierta continuidad en-tre ambos con una única y clara diferencia quesupone el carácter macrolítico del CP.

El Mesolítico macrolítico es una etapa biendefinida cronológicamente (inicios del Holoceno)y diferenciada de otros períodos cronoculturales.Además, supone una ruptura tecnológica con losconjuntos enmarcados en los momentos finalesdel Paleolítico superior. Sin embargo, este perío-do presenta una variabilidad interna ya que hayconjuntos con este componente macrolítico en losque no hay ningún elemento que pueda ser aso-ciado a otro período cronocultural, como es elcaso del Abric Agut (Vaquero et al. 2002), y otrosen los que se observa la pervivencia de caracterís-ticas propias del Paleolítico superior como suce-de en el Molí del Salt (Vaquero 2004) y en el co-mentado CP de Picamoixons. En este sentido,hay que tener presente que la transición entre elMesolítico macrolítico y los períodos anteriorestodavía es muy poco conocida y faltaría muchamás información para definir con mayor claridadeste proceso transicional.

A raíz de lo expuesto, este conjunto macrolí-tico de Picamoixons adquiere mayor interés eimportancia por las dataciones obtenidas, ya quelas evidencias arqueológicas dentro del X mile-nio son muy escasas dentro de Cataluña [AbricAgut, Balma de Guilanyà y Sota Palou (CRPES1985)], y porque permite aportar nuevos datospara definir este estadio. De esta forma se puedeseguir completando toda la secuencia cronocul-tural que se desarrolla a partir del inicio del Ho-loceno.

Por tanto, contamos con dos conjuntos ar-queológicos pertenecientes a dos entidades cro-noculturales bien diferenciadas tanto a nivel tem-poral como a nivel tecnológico. La aparición delMesolítico macrolítico supone romper con lacontinuidad técnica dada en los últimos momen-tos del Pleistoceno e inicios del Holoceno, ya quese sitúa entre las dos facies geométricas que For-tea (1973) estableció y que eran sucesivas. En Pi-camoixons no vemos la presencia de la prime-ra facies geométrica posterior al Magdaleniensesuperior final/Epipaleolítico microlaminar y, enconsecuencia, se produce un salto temporal entreel período magdaleniense constatado en el nivelIIB y el Mesolítico macrolítico del nivel IIA. Estadiscontinuidad no es un hecho exclusivo de Pica-moixons, sino que es un fenómeno que se repitea menudo en yacimientos catalanes que presen-tan estas dos entidades cronoculturales (caso delMolí del Salt y Balma de Guilanyà), siendo elFilador (García-Argüelles et al. 2005) el únicoyacimiento catalán que muestra la sucesión delos tres períodos cronoculturales (Magdaleniensesuperior final, Epipaleolítico geométrico de tiposauveterriense y Mesolítico macrolítico).

AGRADECIMIENTOS

A los directores del yacimiento de Picamoi-xons Josep Vallverdú y Jordi Rosell por dar la po-sibilidad de estudiar el material recuperado en lacampaña de 1993.

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22 Sergio García Catalán et al.