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ENTOMOLOGIA Partes del insecto Sea cual sea su tamaño, la división de su cuerpo siempre es la misma: cabeza, tórax y abdomen. Hasta antes de ser adulto, un insecto crece, pero para ello debe eliminar y rehacer varias veces su exoesqueleto, formado en gran parte por una sustancia que le da resistencia, llamada quitina. Esta sustancia determina en gran medida los cambios o mudas durante la etapa juvenil. El esqueleto externo recubre todo el cuerpo del insecto, incluidas sus patas, ojos, antenas y tubo respiratorio o tráquea. El cuerpo de la mayoría de los insectos mide entre 2 y 40 milímetros, aunque hay algunos que alcanzan un largo de casi 30 centímetros. Sea cual sea su tamaño, la división de su cuerpo siempre es la misma: cabeza, tórax y abdomen. En su cabeza están el aparato bucal, las antenas y los ojos. El aparato bucal puede ser de varios tipos: chupador, masticador, lamedor, triturador, picador o succionador. Los ojos, en cambio, suelen ser de dos tipos: ojos simples y ojos compuestos. Los ojos simples se llaman ocelos. Son tres y se encuentran en el ángulo superior de la cabeza. Los otros, en cambio, son dos y se ubican a ambos lados de la cabeza del insecto. Aunque parezca increíble, algunos ojos compuestos pueden llegar a tener 30 mil unidades de visión, cada una de las cuales posee una córnea, un cristalino, retina, etc., lo mismo que posee el ojo humano. Es por esta misma razón que los insectos son dueños de una visión privilegiada, ya que en un mismo instante son capaces de ver hacia el lado, el frente, atrás, arriba o abajo. Imágenes Ciervo volante Chicharra Mantis religiosa, macho

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ENTOMOLOGIA

Partes del insecto

Sea cual sea su tamaño, la división de su cuerpo siempre es la misma: cabeza, tórax y abdomen.

Hasta antes de ser adulto, un insecto crece, pero para ello debe eliminar y rehacer varias veces su exoesqueleto, formado en gran parte por una sustancia que le da resistencia, llamada quitina. Esta sustancia determina en gran medida los cambios o mudas durante la etapa juvenil. El esqueleto externo recubre todo el cuerpo del insecto, incluidas sus patas, ojos, antenas y tubo respiratorio o tráquea.

El cuerpo de la mayoría de los insectos mide entre 2 y 40 milímetros, aunque hay algunos que alcanzan un largo de casi 30 centímetros. Sea cual sea su tamaño, la división de su cuerpo siempre es la misma: cabeza, tórax y abdomen.

En su cabeza están el aparato bucal, las antenas y los ojos. El aparato bucal puede ser de varios tipos: chupador, masticador, lamedor, triturador, picador o succionador.

Los ojos, en cambio, suelen ser de dos tipos: ojos simples y ojos compuestos. Los ojos simples se llaman ocelos. Son tres y se encuentran en el ángulo superior de la cabeza. Los otros, en cambio, son dos y se ubican a ambos lados de la cabeza del insecto. Aunque parezca increíble, algunos ojos compuestos pueden llegar a tener 30 mil unidades de visión, cada una de las cuales posee una córnea, un cristalino, retina, etc., lo mismo que posee el ojo humano.

Es por esta misma razón que los insectos son dueños de una visión privilegiada, ya que en un mismo instante son capaces de ver hacia el lado, el frente, atrás, arriba o abajo.

Pero es también diferente a la del ojo humano, puesto que las imágenes que forman tienen una constitución semejante a la de un mosaico. En cuanto a la visión de colores, son capaces de ver el ultravioleta, cosa que el hombre no puede hacer.

Por su parte, el tórax se divide en tres porciones: anterior o protórax; media o mesotórax, y parte posterior, final o metatórax,

en cada una de las cuales van insertas dos patas, sumando seis en total. Por esto los insectos se denominan hexápodos (del griego hexa = seis; podos = patas). Al presentar alas, estas se ubican en el meso y metatórax. El abdomen, por su parte, puede llegar a dividirse en 11 porciones o segmentos, y es en los últimos donde se encuentran los órganos relacionados con la reproducción.

Imágenes

Ciervo volante

Chicharra

Mantis religiosa, macho

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Las alas

Los primeros seres vivos que volaron en la Tierra fueron los insectos. Básicamente, utilizaban el vuelo para trasladarse, siendo más fácil escapar del enemigo y más rápido conseguir el alimento. Más tarde, las alas también llegaron a tener relación con la conquista de una pareja, ya que al poseer llamativos colores ayudan a atraer a la pareja más difícil.

La mayor parte de la energía para agitar las alas proviene de grandes músculos horizontales y verticales ubicados en el tórax. Al contraerse alternadamente, las superficies superiores e inferiores del tórax se acercan y luego se alejan, provocando un movimiento hacia arriba y abajo de las alas. Para determinar el rumbo del vuelo utilizan unos pequeños músculos ubicados en la base de cada ala, que rectifican el ángulo del aleteo.

Existen insectos cuyas alas, al estar en reposo, les ayudan a esconderse, camuflándose con el medio donde viven. Otros poseen alas con hermosos diseños, con forma de grandes ojos de lechuza, que solo muestran cuando se ven atacados, escondiéndolos cuando se tranquilizan.

Las patas y sus funciones

Para la mayoría de los seres vivos del planeta, las patas son muy importantes para su desenvolvimiento; es decir, para caminar, saltar o correr. Sin embargo, los insectos no se han quedado solo con esto y les han dado otros usos. Por ejemplo, las abejas tienen en sus patas traseras, unos pequeños saquitos donde almacenan el polen que van recolectando; los saltamontes pueden emitir sonidos con ellas, al frotarlas contra sus cuerpos; los grillos pueden presentar estructuras semejantes a oídos, etc.

Muchos insectos tienen patas para agarrar fuertemente, denominadas raptoras, como, por ejemplo: la mantis, que con ellas sujeta a la presa mientras se la va devorando. También pueden utilizarse También pueden utilizarse en el apareamiento, para abrazar al individuo del sexo opuesto.

Apareamiento, para abrazar al individuo del sexo opuesto.

¿Cómo respira un insecto?

Los insectos tienen el aparato respiratorio distribuido en todo el cuerpo. El proceso de respiración se realiza por medio de conductos llamados tráqueas, que nacen de unas aberturas laterales denominadas estigmas, las que se ramifican al interior de todo el cuerpo. A través de esas aberturas, el aire penetra por las tráqueas hasta las células.

Los primeros insectos

Los primeros insectos alados (que poseen alas) poblaron la Tierra hace 300 millones de años. Los fósiles que se han encontrado han demostrado que ciertos insectos de esa época, como las libélulas y las cucarachas, tenían una apariencia similar a la de los que vemos hoy en día, pero de tamaño mucho mayor. Muchos de los fósiles de insectos son de grupos que actualmente no existen, ya que habrían desaparecido hace millones de años. Sin embargo, se dispone de muy pocas muestras fósiles en que poder basar las conclusiones respecto de la real evolución de esta Clase.