CAPÍTULOS LEVANTADOS SOBRE ROCA [ Pedro Balderrain ]

El Capítulo no es exclusiva, ni principalmente, lo que acontecerá durante unos días en

un lugar determinado con la asistencia de unos pocos hermanos. Es todo un proceso, esos meses en los que cada consagrado aviva su búsqueda de los planes de Dios y su implicación en el discernimiento comunitario mientras cultiva con singular intensidad su pertenencia y su disposición a empujar hacia el futuro los proyectos compartidos. Se tiene que notar que se ha abierto un tiempo de gracia.

La planificación y estrategia no están reñidas con el Evangelio. (Lc 14, 28ss). Preguntarse cómo hacer bien las cosas, cuándo dar cada paso, acelerar o frenar el ritmo. De ahí la importancia del calendario capitular. ¿Cuándo conviene iniciar cada paso del proceso? ¿Qué plazos darles? Nada debe quedar a la improvisación. El Espíritu actúa pero debemos hacer lo que Él espera de nosotros.

Destacar ya desde el principio dos criterios que deben acompañar todo el proceso: la información y la transparencia. Quienes se pasan horas y horas dando vueltas a las cosas y estudiando problemas y alternativas pueden pensar que sus hermanos han hecho lo mismo. Alguien ha de velar de modo constante por la información. La implicación de todos dependerá en gran medida de que se vayan sintiendo informados y protagonistas corresponsables en el proceso. Se oye “a los capítulos van siempre los mismos”. Hay que tener cuidado. Valorar el camino compartido, el trabajo en equipo, el diálogo sincero. Toda palabra aporta algo. Todo comentario puede ayudar. La vida gana calidad cuando se permite a todo el mundo expresarse. Ninguna opinión sobra aunque sea interpelada o contradicha.

Que resuenen en el aula las voces de OTROS que comparten el carisma. Laicos y... Se trata de buscar ayuda para descubrir mejor el querer del Señor, tomar conciencia de nuestra realidad y diseñar su futuro. La presencia de otros nos ayuda...

Un Capítulo es muchas cosas: una costumbre, algo legislado, una realidad prevista en un calendario... Pero es sobre todo una mediación que busca ayudar a que secundemos (colaborar, apoyar, respaldar, servir...) el querer de Dios.

Tiempo de discernir, de dialogar y que lo decidido se haga realidad. Es de TODOS.

37 FORMACIÓN

PERMANENTEPasionistas SCOR, Diciembre

2016

CELEBRAR HOY UN CAPÍTULO [ Mª Rita Calvo Sanz ]

El fin de un Capítulo es promover la unión de corazones en la consecución de unos

objetivos comunes y explicitar en este momento las virtualidades contenidas en nuestro carisma. 1. PREPARAR JUNTOS: RELIGIOSOS Y LAICOS. Su convocatoria abre un tiempo que permite ir preparando el corazón para latir al unísono. Algunos aspectos a tener en cuenta en la preparación previa:

a) Acoger de manera nueva la Comunidad que somos. Hemos sido llamados, convocados, a seguir al Señor y construir su Reino. A veces olvidamos que la convocatoria es un regalo y en vez de resaltar lo que nos aporta tener hermanos, nos paramos en las dificultades que conlleva. El Capítulo invita a resaltar la convocación, recrear este don, ser humildes y bajar del ego. Llamados a la filiación y a la fraternidad. La Comunidad es el lugar, una de las formas, que Dios a escogido para encarnarse y es el cauce para entregar a Dios al mundo.

b) Abrir la experiencia a otros que enriquecen la Comunidad. Muchos laicos comparten la espiritualidad y misión complementándolas y enriqueciéndolas. Su participación en la preparación y desarrollo del Capítulo es importante. También los jóvenes. Hacer espacio para reflexionar, discernir, complementarnos y llegar a conclusiones juntos. Si es preciso salir de esquemas y lenguajes, a veces tan propios como ininteligibles. Esto crea vínculos para seguir haciendo camino desde un horizonte común.

c) Mantenernos unidos al Espíritu que sostiene y aumenta la fe. El Capítulo es un acto de fe; hay que creer para poder crear. Es un don frágil que acogemos con humildad. “Aumenta nuestra fe”.

Buscar con Él su voluntad. Cada religioso es un don que revela la fidelidad de un Dios Padre que motiva la esperanza.

2. UN ENCUENTRO PARA SEGUIR CONSTRUYENDO CON ÉL NUESTRO FUTURO. El tema es nuestra identidad-misión. Encuentro con la novedad que Dios nos ofrece para descubrir qué quiere en este momento para construir el futuro. Los materiales y dinámicas se presentan a las Comunidades para su reflexión.

Algunos elementos que posibilitan el Encuentro. a) Dar prioridad a la experiencia más que a la teoría. Se necesitan testigos más que

textos. Basta un pequeño marco teórico que favorezca situarnos y haga surgir lo que vivimos y llevamos dentro. Que todos aportemos y Dios siga actuando. La vida compartida, reflexionada y orada nos lleva a discernir. Concretar cuál es el nuevo paso para seguir mostrando a Cristo Crucificado de modo inteligible.

b) Adentrarse en cada realidad con altura de miras. La realidad multicultural y de edad no lo hace fácil. Pero la vida sigue surgiendo. Abrir expectativas, metas altas pero no

imposibles. Correr riesgos para lograr un mundo más justo. Llamada al “más amar y servir”. Generosos en la búsqueda de la voluntad de Dios. “Ser audaces y creativos al repensar objetivos, estilo y métodos evangelizadores de las Comunidades” (EG 33).

c) Unir tradición y novedad. Cada Capítulo pone de manifiesto la capacidad de interacción del carisma con la realidad. Este diálogo entre vida y momento histórico conlleva un discernimiento para separar el bien real de la “apariencia de bien” y descubrir los caminos de Dios. “Salir del propio amor, querer e interés”. Oración y examen de la vida diaria para estar abiertos al querer de Dios. 3. CON CONCIENCIA DE UNIVERSALIDAD. QUE TODOS ESTÉN REPRESENTADOS. Algunos aspectos a tener en cuenta.

a) Favorecer la interrelación y el encuentro. UNIDAD en la pluralidad. Es don y tarea Una dinámica espiritual que favorezca el encuentro, la interrelación, capacidad de complementariedad.

b) Buscar la unidad sin uniformizar. No perder matices de cada lugar y cultura. Cuidar la riqueza de lo diferente, de las minorías. “Unidad pluriforme que engendra nueva vida”.

c) Poder concretar las líneas generales en cada contexto. La fidelidad creativa. Apostar por el don recibido. Marcar horizonte hacia el que caminar para concretarlo en cada contexto con sus características y peculiaridades. 4. DESDE LA VIDA PARA SEGUIR CONSTRUYÉNDOLA. De la preparación y vivencia de cada una de las etapas depende la siguiente; hasta la vida diaria que es el lugar de verificación de las conclusiones. Algunos aspectos ayudan a la hondura y ratifican lo que se vive.

a) Pararnos para dejar hablar al corazón. Es importante programar cada momento desde la convocatoria hasta la puesta en práctica en cada Comunidad. Desde la escucha y comprensión de cómo se vive en cada Comunidad, intercambio de reflexiones, decisiones, puesta en práctica.

b) Gustar y defender la alegría. La participación de todos conlleva alegría si nos

dejamos conducir por Él. La alegría de acoger la novedad que Dios quiere. c) Dejarnos iluminar por otros. Abrir puertas: Provincias, Congregación, Iglesia.

d) Comunicar lo visto y oído. Abrirse a una nueva etapa, nuevo horizonte. Después

del Capítulo es socializar para aunar personas diversas. Que Dios sigue haciendo su obra, presencia salvadora.

NUEVOS METODOS Y MODOS PARA EL CAPÍTULO

“Nuevos métodos y modos para un Capítulo” [ Dolores Ruiz Péres ]

¿Qué quiere el Señor de nuestra Provincia (de nosotros) en este momento? El Protagonista es el Espíritu Santo. Tenemos que vivir todas las fases en un clima de

oración y discernimiento. Ser capaces de realizarlo con métodos y modos muy simples y dinámicos para que el Capítulo cumpla su misión de “globalizar la esperanza”.

Cada Capítulo es reflejo del momento histórico y dirige la mirada a las exigencias socioculturales que piden concreciones carismáticas nuevas en sus núcleos centrales: identidad, comunión y misión.

Trabajar juntos para dar continuidad al sueño que Dios puso en marcha con el Fundador. Es un tiempo de crecimiento en la relación fraterna y corresponsable en la misión. Lugar de encuentro en la fe, de diálogo compartido entre hermanos y de escucha.

En clima de acogida, admiración, unidad por el Espíritu, se logra más que en discursos. La interacción entre las diferentes culturas sea fuente de enriquecimiento. Crear ambiente para dar un rostro más humano y evangélico.

Actitud de escuchar con atención.

Apertura a la realidad del mundo y sus contradicciones; valorar sus riquezas y cambiar todo lo que sea falta de respeto a la humanidad y a la creación.

Presencia de laicos que aportan su colaboración en la marcha; ampliar la mirada sobre nuestras comunidades para una misión compartida.

La carta convocatoria pone en marcha un itinerario de preparación, camino de formación permanente para todos, oportunidad para analizar nuestra presencia en el mundo, nuestra cercanía a los pobres, nuestro anuncio de la Cruz.

La carta es un punto de partida de un período de experiencia espiritual y comunión.

Implicándose en este tiempo de preparación, camino de escucha y diálogo, profundizando en la llamada del Señor.

La finalidad del Capítulo es ayudar a la Provincia, a cada miembro, a renovar el propio ser y el ser en relación como camino de evangelización. Salir del “siempre se ha hecho así” para tomar conciencia de lo que es posible hacer y cómo hacerlo. Se nos invita a la sorpresa de Dios... Brotan nuevos caminos....

Toda acción evangelizadora es siempre nueva...