Jorgelina Burdisso Ilustraciones de Emilse Destefani

uentan que una vez, un joven no tan jovenpensaba y pensaba cómo hacerpara que en el rostro de los niñosuna sonrisa se dibujara.

—¿Cómo se hace para ser un payaso? —se dijo, de verdad. Entonces buscó y buscó, y se puso a estudiarlo que decían las enciclopedias de un tiempo atrás.Allí encontró a Arlecchino y otros tantos más…,de la Comedia del Arte de nuestra Italiahace unos siglos ya.

De una cosa estaba seguro, que un payasono se hace así no más, porque los verdaderos payasos estudian para poder alegrar a los corazones tristes,y también, alegrar porque sí, porque es lindo ver reírde felicidad.

C

Paso a paso fue pensando qué payaso quería crear.Primero, pensó en su rostro, cómo lo debía dibujar.Investigando, investigando, supo que los payasoscubrían todo su rostro, todo todito,con una capa blanca de una pintura especial.

Después pensó en sus ojos y cómo los quería destacar.Entonces, les dio formas de ventanaspara desde allí poder mirar el mundo que se le presente cuando los abra de par en par, y en un papel que había preparado dibujó:

Y arriba de esos ojos, como enmarcándolos,delineó unas cejas pequeñísimas,pequeñísimas por demás. Les dio un toque de asombro, porque es bueno asombrarse cada día un poco más.Tantas cosas hay en la vida que despiertan esa capacidad;el asombro, entre otras cosas, cada día hay que practicar. Asombro, y no susto, porque son distintos, no iguales.Me asombro cuando descubro cosas lindas de verdad.

Después, pensó de nuevo y se dijo: —Tengo la nariz que modificar.

Entonces empezó a garabatear, y en esa hoja ya dibujada agregó algo más: un enorme pompón rojo, grandísimo de verdad. ¡Esa nariz le gustaba, le daba un encanto especial!

¡Había que seguir con el rostro, y poderlo terminar!Después de un momento, se detuvo para planificarla forma que le quería dar, y sobre el blanco de la basela boca empezó cuidadosamente a delinear:una boca enorme y sonriente, que sea alegrey que emocione con lo que quiera expresar.

Observó su dibujo, lo observó tratando de encontrardetalles que mejorar. Le gustaba ese rostro simpático.

—Pero todavía le falta —pensó—. Le falta un poco más—entonces, con esmero, las mejillas comenzó a colorear.Pintó dos redondeles color arrebol, el color que da el solal amanecer—. ¡Sí, sí, así tienen que ser! —se dijomientras intensificaba el color.

Miraba y miraba su creación en ese papelque ya no era blanco, ¡ahora tenía dibujo y color!Entonces pensó otro poco, luego un lápiz tomóy, suavemente, el rostro delineó.

Y sobre esa cabeza alegre unas cintas amarillasa la manera de peluca pintó,¡tan amarillas como el mismísimo sol!

Todavía no estaba conformey en un sombrero pensó.Uno simpático y pequeño,pequeñísimo, de color verde,sobre el pelo amarillo dibujó.

Ni bien terminó con el sombrero, observó todo muy atentamente y se dijo:—¡Me gusta, me gusta cómo este rostro quedó!

Pero todavía no había terminado la creación.Había que vestir al payaso,elegir la ropa y el color.Pensó por muchos díashasta que decidióusar los coloresdel arco irisen su camisay en su pantalón.

Y tres grandes botones,además, le agregó.—Como los de un semáforo.¿Por qué no? —pensó.

Arriba, un botón rojo. El rojo es la alarma, el stop,el cuidado ante el peligro, el detenerse a pensary actuar con inteligencia en cada ocasión.En el centro, un botón amarillo colocó: la precaución,el cuidado, la prudencia. Y al final, uno verde pintó.Verde es color de esperanza, verde es ilusión,verde es el camino libre para los sueños, para abrir las alas, para volar con la imaginación.

Después de todo eso, sobre el pecho, a la izquierda,un enorme corazón rojo dibujó. Un corazón que latía TUCUTUM, TUCUTUM, TUCUTUM,

TUCUTUM con amor, con mucho amor.

Con mirada escudriñadora, un largo rato pasó,y después, seguro, guantes blancos le agregó.Blanco de pureza, de manos tendidas, de paz, de ilusión. Manos dispuestas a dar todo, para que todo sea mejor.

Y de tanto dibujar, poco a poco, hasta los pies llegó.Se decidió por unas botinetas, enormes, redondeadas,que con esmero pintó de un azul profundo,como el cielo, su color.

Después de tanto esmero y dedicación, llegó el momento esperado, el momento de ver la imagen completa,la imagen soñada y diseñada, pensada, anhelada,y paso a paso dibujada. Y fue así como quedó:

El dibujo le dio una imagen que mucho y mucho le gustó. Tanto le gustó, que lo miró y le preguntó:—¿Y ahora quién sos?

Claro, ¡el nombre le faltaba! Había que encontrar uno que bien le quedara. Con mucho cariño y admiración, lo miró, lo miró… buscando cómo llamar a este payaso multicolor.Tardó varios días, y al fin se decidió: lo llamó CHISPITAS.

Sí, CHISPITAS es el nombre que al payaso le dio.

Y esto parecía nunca acabar, porque ahora le faltabauna canción inventar. Una canción que lo identificara siempre,una canción que asociara rostro, ropa y el nombrede este payaso con sonrisa sin igual. Y fue así como, buscando inspiración, estos versos escribió:

Y esta es la historia de Chispitas y su autor, que despuésde muchos días de inspiración saldría por el mundocon una misión: alegrar a niños y grandes.A todos, ¿por qué no? Nuevos días le esperana quien en Chispitas se transformó.

Y después de tanto trabajo, Chispitas profundamente se adormeció. Y dicen los que saben que esa misma noche soñó, soñó un bello sueño, el de su primera actuación.En el sueño se vio con un gran manojo de globos multicolores mientras cantaba, feliz, esta canción:

CHISPITAS PARA EL MUNDO,POR UN MUNDO MEJOR

CHISPITAS DE AMORCHISPITAS DE ESPERANZA, CHISPITAS DE PAZ Y UNIÓN.

TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDORECIBAN ESTA CANCIÓN

QUE SALE DE MI CORAZÓN.

¿Te gustó?

¿TE ANIMÁS A CREAR TU PROPIO PERSONAJE?

Hay un espacio para vos en este libro, usalo para tu diseño.

Consejitos…

su vestimenta, sus gustos… etc.

pensando, dibujando, corrigiendo… y así, despacito,le vas dando forma y color.

que identifique a ese personaje que es TU CREACIÓN.