PEQUEÑAS HISTORIAS DE LA ARMADA ESPAÑOLA

PRESENTACIÓNEL TIRO A BARLOVENTO

O A SOTAVENTO

DE ORDEN SUPERIOR:

Colección Manu Militari Edad Modernawww.manu-militari.es

CUADERNOS DE LA ARMADA ESPAÑOLA

Del autor:Jesús María López de Uribe.

Este PDF es gratuito y ha sido compuesto por la Editorial

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Colección Manu Militari Edad Modernawww.manu-militari.es

León - 2013

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A “esos mis amigos”, porque“hoy no es día de mojar la pólvora”

A Blas de Lezo, el mejoralmirante de la

Historia de España

A Cosme Damián Churruca,Dionisio Alcalá-Galiano

y Federico Gravina, que defendieron el honor

español un aciago díade 21 de octubre de 1805

en Cabo Trafalgar

León, 29 de marzo de 2013

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PRESENTACIÓN

EL TIRO A BARLOVENTO O A SOTAVENTO

Nota: La imagen de la portada es el 'Santísima Trinidad' navegando con fragatas; la imagen del navío de la contraportada procede de la web 'Todo a Babor'; los gráficos, del libro 'La armada que venció a Napoleón', de Walter Browlee y la Editorial Akal -Cambridge, colección 'Historia del mundo para jóvenes'.

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Presentación de la colección por parte del autor:

Por desgracia nos hemos creído la Historia Naval que se cuenta en los libros anglosajones, a lo que hay que añadir la estupida Leyenda Negra española de ingleses, franceses y holandeses. Seguimos pensando que nuestros marinos eran nefastos, sucios y nuestros navíos inmaniobrables. Todo esto es una mentira de las gordas.

¿Cómo podemos pensar que un país que consiguió enviar más de 280 flotas de la Plata y Oro a la península con sólo tres o cuatro “desastres” puede tener malos marinos o barcos? En estadística, todo aquello que tenga menos del tres por ciento de error se considera irrelevante. Cuatro de 280 es no llega al 1'43% de fallo. Los ingleses se llevaban como verdaderos trofeos los navíos españoles de Trafalgar (aunque se hundió el barco más artillado de la historia de la navegación a vela y con más puentes, cuatro, el 'Santísima Trinidad', durante la tormenta posterior a la batalla; el 'San Juan Nepomuceno', de 1766, sirvió en la 'Royal Navy' hasta 1818, 13 años después de la batalla con 52 años de servicio, como el 'San Juan' siendo desguazado en ese año). Napoleón aprovechó el Tratado de San Ildefonso de 1800 para llevarse seis navíos de 71

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cañones de alta calidad de la flota Española. Los buques españoles eran “maniobreros” (salvo el 'Santísima Trinidad' al añadirle el cuarto puente) y rápidos, de “excelente construcción, navegabilidad y porte”, según los ingenieros de la época.

Pero no, nos quedamos con las novelas inglesas donde sólo el marfilíneo inglés es el mejor de todos y los españoles poco más que son sucios y huelen a ajo. No recordamos los navíos de Gaztañeta, ni el ataque a Inglaterra por parte de Carlos de Amesquita en 1595 o la invasión española del reino inglés en 1597 rompiendo el mito de la inexpugnabilidad de las Islas Británicas, (que ya el asalto sobre Londres de 1380 de la flota castellana al mando de Fernando Sánchez de Tovar deja en muy mal lugar).

Empeñados como estamos los españoles en considerarnos inferiores si no somos los primeros (y luego nos extrañamos de lo que piensan los norteamericanos que en sus juegos no hay empates), creemos que sufrimos una derrota considerable con la Grande y Felicísima Armada de 1588 (que los ingleses llaman 'Invencible' para reírse de nosotros) y que la reina Isabel I consiguió así la preponderancia de los mares. No sólo no fue así, sino que el reino de los tres leopardos

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perdió aquella guerra, firmando la paz en 1604 el hijo de María Estuardo (a la que Isabel Tudor cortó la cabeza por “traición”), Jacobo I, como rey de Inglaterra nada menos. Arruinado el reino inglés y con la colonización de Virginia paralizada desde hacía casi veinte años... los ingleses tuvieron que agachar la cabeza en su propia capital, Londres ante los españoles que decían haber vencido en 1588.

Es más, la derrota de la Grande y Felicísima Armada no se considera tan enorme hoy en día como se suponía en aquella época (más de la mitad de la flota perdida). No. Al parecer se perdieron veinte barcos de algo más de cien (lo cual no es “moco de pavo”, pero la mayoría galeazas) y sólo dos en combate. No es cierta la maniobrabilidad inferior de los galeones españoles y portugueses frente a los ingleses (navíos de navegación atlántica los primeros), pero una vez pasado el estrecho, los vientos obligaron a la flota a rodear las Islas Británicas y una vez en la costa de Escocia e Irlanda... las galernas llevaron a varios barcos contra los acantilados.

¿Pero cuál fue el resultado de aquella supuesta derrota (imagínense que una gran tormenta impidiera que la sexta flota norteamericana invadiera Galicia... la que montaríamos aquí) que no fue más que un empate?

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Pues todo lo contrario de lo que se supone. España mejoró todavía más sus buques de guerra y durante aquellos 15 años se multiplicó por tres la llegada de oro de las Américas. Los ingleses tuvieron que detener la colonización de Virginia... y terminaron perdiendo aquella guerra (eso sí, de paso nos devastaron Cádiz).

Y lo peor de todo. ¿Hablan de la Armada 'Invencible' los ingleses? ¿Y por qué no de la Contraarmada del año siguiente, 1589? ¿Quizás porque fue un sonoro desastre, con un barco hundiéndose de pronto según salían de Portsmouth y una serie de ineptitudes mayúsculas?

¿Porque los ingleses olvidan siempre las derrotas como la que les propinó Blas de Lezo en Cartagena de Indias con la Guerra de la Oreja de Jenkins, la mayor derrota naval (y con mucho) de toda la Historia de la navegación a vela? ¿Es que hay que esconder que más de 180 buques y 21.000 hombres no pudieran con seis navíos españoles y 3.000 hombres?

¿O qué decir de la odisea de 'El Glorioso', que hundió varios navíos y fragatas ingleses y éstos no pudieron capturarlo más que cuando se quedó sin municiones tras haber entregado el oro español?

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¿O de la supuesta preponderancia naval del siglo XVIII inglés, que con más de doscientos barcos en cuatro guerras con una España con menos de cincuenta fue incapaz de ganarle en tres (una victoria, una derrota y dos empates)?

Vamos, que los españoles, muy dados a desconocer nuestra propia historia, nos hemos creído la del cine (que es, casualmente, más anglosajón que otra cosa) y la de las novelas baratas de la caverna inglesa.

Aunque lo peor es discutir con “entendidos” españoles en Historia Naval que se creen todas las mentiras inglesas y francesas (capaces de decir que es el 'Santa Ana' de 112 cañones el barco más grande de toda la batalla de Trafalgar, olvidando al 'Santísima Trinidad' de cuatro puentes y más de 140 cañones) que minusvaloran la presencia española en los mares, para no tener que compararse de forma muy deficiente.

Así que estos cuadernos son, al menos, un desahogo para un divulgador histórico como yo que está más que harto de tragarse las mentiras de los extranjeros y españoles propios sobre la capacidad de la Armada Española. A ver si soy capaz de dejar las cosas claras.

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¿Qué es mejor, el tiro a barlovento o a sotavento?

En las novelas y en las películas vemos a los artilleros certeramente desplomar un palo mayor de un sólo disparo. Eso, técnicamente, es realmente improbable (salvo la parte más alta del mástil) ya que los “palos” de los navíos medían en su base unos cinco metros de ancho contenidos con cinchas de metal. Sin embargo, sí que solemos leer que los ingleses tiraban “al casco” y los españoles y franceses intentaban desarbolar los navíos para poder apresar las naves enemigas.

¿Pero por qué razón los ingleses disparaban al casco? ¿Es tan fácil hacerlo con un barco en constante movimiento y con el mar cerca de las troneras? ¿Y esa manía de los españoles y franceses de tirar al velamen? ¿Tendrá algo que ver con la forma de navegar a vela de cada una de las naciones preponderantes en la mar (junto con Holanda) en los siglos XVI a XVIII?

Lo primero, hay que tener en cuenta de que cuando hablamos de barcos de 80, 100, 110, 120 o 140 cañones (sólo podríamos hablar del 'Santísima Trinidad' de cuatro puentes en este caso), es que hay que dividir más o menos por la mitad por banda (babor y estribor), con

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lo que serían 40, 50, 55 ó 60 las piezas de artillería disponibles en cada andanada. A ésto habría que quitar unas cuatro o seis para la popa y la proa, con lo que realmente se dispararían 36, 46, 49 y 54 piezas.

Lo peor que le podría pasar a un navío o fragata (barcos con menos de 60 cañones) es que le “barrieran la

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popa”, como se ve excelentemente en la película 'Master & Commander', ya que es la parte más desprotegida del barco (minuto 1:35 en adelante, hay que tener en cuenta que allí estaban los ventanales) y una andanada desde allí entraría “barriendo” todas las cubiertas (aunque la “barrida de proa” es también terrible).

El disparo al casco podía complicar la navegabilidad de un navío rápidamente por las vías de agua. Incluso llegar a rendirlo porque la gran mayoría de la tripulación se tenía que esforzar en evitar el hundimiento del mismo (en ocasiones imposible de evitar si el combate había sido largo y duro). Mientras que el tiro a la envergadura de velas provocaba la misma situación, pero conservando el navío para su abordaje.

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Los navíos de los siglos XVI al XVIII combatían en “línea”, lo que se dice uno detrás de otro, y sólo a finales del 1700 se “rompieron” esas líneas introduciendo navíos entre uno y otro barco, que es lo que ocurrió en Trafalgar con el supuesto genial “toque Nelson”.

Este “toque” no es más que otra leyenda. Ya que fue el almirante francés De Grasse el primero en usar la ruptura de línea en la batalla de la Bahía de Chesapeake decidiendo la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América sobre Inglaterra 22 años antes.

¿Entonces por qué los ingleses navegaban a barlovento para disparar al casco y los españoles y franceses preferían el sotavento para disparar a las

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jarcias y dejar inmovilizado al navío contrario? ¿Qué ocurría cuando se enfrentaban españoles y franceses, que aunque pocas veces en el siglo XVIII eso llegó a ocurrir en alguna que otra ocasión?

En el libro 'La armada que venció a Napoleón', de Walter Brownlee, explican de los ingleses (lo copiado está en cursiva, para distinguirlo):

Mantener el barlovento. Fuera cual fuera el resultado de la batalla, el capitán sabía que sus superiores le iban a preguntar: “¿Mantuviste el barlovento?”, y que su respuesta tenía que ser

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afirmativa, de manera que enseguida daba órdenes para cerciorarse de que cuando se acercara estaría de la parte de la que soplara el viento, porque era para los ingleses la mejor posición de ataque: con el viento detrás podía moverse con rapidez y en la dirección que eligiera. Mantener el barlovento significaba que podía elegir el momento y la forma de ataque.

Sin embargo, cuando las condiciones meteorológicas eran adversas, estar a barlovento tenía la desventaja de que las portas de los cañones inferiores quedaban sumergidas, mientras que el enemigo tenía las suyas abiertas, aunque eso no tenía demasiada importancia, pues como los ingleses pretendían alcanzar el casco, los cañones hubieran apuntado hacia abajo de todas las maneras. Las técnicas navales francesas [y españolas] no siempre compartían el deseo inglés de mantenerse a barlovento, pues, para desarbolar al enemigo, les convenía estar a sotavento para que así se elevaran sus cañones.

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Así que esta es la cuestión. Depende de qué quieras elegir, si agujerear el casco del navío enemigo o desarbolar su velamen. Y sólo porque es más maniobrable y rápido el barco que va a barlovento que el de sotavento los ingleses, que no querían abordajes de ningún tipo (por eso los españoles y franceses tiraban a sus velas, para poder asaltarlos) preferían el barlovento. Y si españoles y gabachos se encontraban... pues depende de quién estuviera a un viento o a otro, pero buscando las jarcias.

Dicho de otro modo, el zorro tiene que ser ágil para que no le cace el podenco.

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Fin del Cuaderno inicial de 'Pequeñas historias de la armada española'

león – 29 de marzo de 2013

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