Perceval: la predestinación y la gracia Alejandro Adolfo Vergara Castro Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Literatura Bogotá, Colombia 2019
Alejandro Adolfo Vergara Castro
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, Colombia
Alejandro Adolfo Vergara Castro
Trabajo de grado presentado como requisito para optar al título de
Magister en
Estudios Literarios
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, Colombia
2019
3
14 δν δ ησος γανκτησεν κα επεν ατος φετε τ παιδα ρχεσθαι πρς με, μ
κωλετε ατ,
τν γρ τοιοτων στν βασιλεα το θεο. 15 μν λγω μν, ς ν μ δξηται
τν
βασιλεαν το θεο ς παιδον, ο μ εσλθ ες ατν.1
1 Mc. 10, 14-15, (2019, 01, 31) Recuperado de:
http://www.diocesisdecanarias.es/formacion/formacionbiblica/biblia-nuevo-testamento-en-
griego.html.
4
AGRADECIMIENTOS
Al Espíritu de la Bondad y la Gratuidad, que con dulce ruego de
amores
convenció las voluntades humanas que aquí y en mí convergen, para
que al
esfuerzo fatuo se uniera el toque comunicante, Inascible, concreto,
precioso de
su existencia.
5
RESUMEN
El presente trabajo explora el destino heróico del último de los
héroes de
Chrétien de Troyes, Perceval le Gallois, a través de los conceptos
de gracia y
predestinación desde el punto de vista teológico de San Agustìn de
Ipona,
estableciendo la tesis principal de que a pesar de que el héroe
tenga un papel
activo en la persecución de su aventura fundamental, en realidad
y
principalmente no se crea ni se capacita él mismo para ella sino
que
primigeniamente es elegido, formado a través de pasos rituales
de
perfeccionamiento interior y orientado al cumplimiento de su
destino por la
realidad constitutiva del Grial que es unívocamente cristiana
alto-medieval. Para
el presente trabajo, la aventura percevalina es la aventura amorosa
del alma
llamada por Dios para Sí mismo, mediada por la libertad y la
posibilidad del
pecado. El caballero es héroico en la medida que responde a un
llamado y
actualiza sus íntimas prioridades de acuerdo con las prioridades
divinas del
ejericio activo de la misericordia en favor de la persona, súbditos
y reino del Rey
Pescador. El carácter inacabado de El Cuento del Grial es
complementado aquí
con otras cuatro versiones y continuaciones del cuento realizadas
entre finales
del siglo XII hasta mediados del siglo XIII en lo que hoy comprende
el territorio
francés y alemán. Este esfuerzo académico se apoya además en el
postulado
de la inexistencia del azar por Boecio y aportes de estudiosos del
hecho y el
pensamiento medieval como Carlos García Gual, Étienne Gilson,
Robert Guiette,
Maurice Keen, Victoria Cirlot, Jaques Le Goff, Johan Huizinga, Lord
Raglan,
entre otros.
Palabras Clave:
Gracia, Aventura, Ritualidad, Amor Cortés, Destino Heróico.
6
ABSTRACT
This work is an aproach to the heroic destiny of the latest hero
narrated by
Chrétien de Troyes, Perceval le Gallois, through out Saint
Augustine’s concepts
of predestination and grace. Its main thesis states that despite
the hero’s active
role pursuing his adventure, in reality is not in him where we can
find the primary
motor of the quest for the Grail, but in God who is the biginning
and the end of
the hero’s destiny. Perceval is chosen, educated and conducted by
God’s grace
through out very specific ritual steps in a context of courtly love
and Early Midlle
Ages cristianty. Perceval becomes a hero in the messure he responds
to the
divine calling, configuring his intimate priorities with God’s will
of charity, mercy
and moral perfection, developed around the Roi Pêcheur’s kingdom,
subjetcs and
physical suffering. The “inachevé” character of Chrétien de Troyes’
Tale of the
Grail, is complemented by other four versions of the tale finished
between the
early twelfth and the middle thirteenth century in what we call
today french and
german territory. This academic effort is supported also by
Boecio’s postulate of
the inexistence of chance and the contribution of experts of Middle
Ages’ facts
and thought, such as, Carlos García Gual, Étienne Gilson, Robert
Guiette,
Maurice Keen, Victoria Cirlot, Jaques Le Goff, Johan Huizinga, Lord
Raglan,
among others.
Key Words:
Grace, Adventure, Ritual, Courtly Love, Heroic Destiny.
7
INDICE
Capítulo 1: Del siglo XII a Perceval le Galois 18
1.1 Chrétien de Troyes y su siglo 18
1.2 De la Materia de Bretaña al roman artúrico 22
1.3. El Cuento del Grial 25
Capítulo 2: La voluntad predestinadora: del mito al roman cristiano
32
2.1 Del héroe de la tradición hacia una intencionalidad cristiana
32
2.2 El Grial, La predestinación y el azar 40
2.3 La gracia, la libertad y el héroe sin mérito 46
Capítulo 3: La aventura como ética del acontecimiento en un
universo
ritual de sentido 51
3.1 La ética del acontecimiento y la voluntad predestinadora
51
3.2 El bosque como espacio ritual y el universo de sentido 55
Capítulo 4: La caballería y el amor: dos tránsitos rituales de
perfección 64
4.1 La experiencia ritual como camino de perfección interior
64
4.2 El símbolo de la orden de caballería: armas, honor
contingente y salvación eterna 65
4.2.1 Del caballero real a la mitología histórica de la
caballería 67
4.3.1 El ritual de amores 77
4.3.2 El ars amatoria medieval 79
4.3.3 Chrétien de Troyes y el adulterio 84
8
Capítulo 5: Del ritual de la gracia al cumplimiento del destino
heroico 89
5.1. Parzival de Wolfram von Eschembach 91
5.2. El Alto Libro del Grial 99
5.3. Las continuaciones de Wauchier de Denain,
Manessier y Gerbert 110
Conclusiones 121
Bibliografía 126
9
Introducción
El presente trabajo se enfoca fundamentalmente en la figura de uno
de los
personajes más emblemáticos de la escena literaria medieval, tanto
por la
misteriosa naturaleza de su aventura como por el interés que esta
suscitó en
toda Europa desde su aparición, hecho atestiguado por los quince
manuscritos
completos que sobreviven en la actualidad, datados hasta la segunda
mitad del
siglo XIV2: Perceval le Galois, héroe narrado por primera vez de
forma escrita
alrededor del año 1188 en El Cuento del Grial3, obra concebida bajo
la protección
y mecenazgo de Philippe de Flandre (1143–1191). Se trata del último
trabajo
literario de Chrétien de Troyes, clérigo y poeta al servicio del
mencionado señor
de Flandre y de la corte de Champagne, quien antes de su redacción
había
puesto a disposición del público cortés de la época otras cuatro
obras de tema
artúrico: Érec y Énide (1170); Cligès (1176); El Caballero de la
Carreta o El
Roman de Lancelot (1180); El Caballero del León o El Roman de Yvain
(1181)4,
dos “Chansons”: Amors tençon et bataille y D’amors, qui m’a tolu a
moi, escritas
hacia el año 11725 y una versión de Tristán e Iseo que no llegó
hasta nuestros
días. Un hecho que es necesario destacar acerca de El cuento del
Grial es que
no fue terminado debido al deceso de su autor, según la opinión de
especialistas
como Jean-Marie Fritz6. Esta singular circunstancia interrumpió las
aventuras del
personaje en un punto neurálgico de su trama, dejando abierta la
posibilidad a
otros escritores de llevar a término su destino heroico. En efecto,
la narración fue
desarrollada en toda Europa desde finales del siglo XII hasta la
primera mitad
del siglo XIII, fundando un nuevo tema literario cuyos ecos
sobrepasan los límites
de la Edad Media y alcanzan desarrollos artísticos en el siglo XIX
a través del
2 La relación completa de los manuscritos se recoge en: Chrétien de
Troyes, Le Conte du Graal, trad. Charles Méla, Paris, Librairie
Générale Française, Le livre de poche, 1994, pp. 940-941. 3 Li
Contes do Greal. 4 De acuerdo a la cronología propuesta por Carlos
García Gual en: García Gual, C., El redescubrimiento de la
sensibilidad en el siglo XII, Madrid, Akal, 1997, p. 37. 5 Chrétien
de Troyes, Chansons, trad. Marie-Claire Zai, Paris, Librairie
Générale Française, Le livre de poche, 1994. 6 Fritz, J. M.,
“Chrétien de Troyes, le romancier-poète”, Introducción, Chrétien de
Troyes Romans, Paris, Librairie Générale Française, Le livre de
poche, 1994, p. 13.
10
Parsifal de Richard Wagner; el tema del simple que deviene
caballero, cuyo
destino heroico se encuentra fundamentalmente relacionado con la
experiencia
de lo sagrado. Dicha experiencia es afirmada a través de un objeto
cuyo misterio
supera toda aspiración y aventura del mundo de ficción concebido
alrededor del
mítico rey Arturo: el Grial.
Esta relación entre el destino de Perceval y la realidad sagrada en
torno al Grial,
presenta, sin embargo, unos problemas de fondo mediados por la
identidad del
héroe que son de interés para plantear la propuesta de este
trabajo. En primer
lugar, Perceval en su etapa inicial (y esto hace parte de su
indiscutible diferencia
respecto a los demás héroes objeto de la narración de Chrétien), es
un perfecto
ignorante, alguien recientemente venido de lo profundo del bosque,
cuya
aproximación al mundo de la cultura cortés de la que hacían gala
todos los
miembros de la Tabla Redonda era nula. Si el Grial es el mayor
objetivo del
roman artúrico, no puede haber nadie menos dotado de méritos para
alcanzarlo
que Perceval, quien por facultades heroicas no tiene sino el
ridículo y la simpleza.
En segundo lugar, Perceval es objeto de un vaticinio que lo
predestina
explícitamente a ser “el mejor caballero del mundo” siendo todavía
un necio. Un
vaticinio de este tipo no tuvo lugar en ningún otro héroe de
Chrétien de Troyes.
No obstante, Perceval falla la aventura del Grial cuando esta se le
presenta. ¿Por
qué falla si está predestinado a ella? ¿Por qué más adelante,
cuando el
protagonista se encuentra en posesión de una identidad caballeresca
propia,
fruto de una significativa evolución personal, la aventura del
Grial no se le
presenta en cinco años de búsqueda infructuosa?7
En tercer lugar, la simpleza e ignorancia iniciales de Perceval
subrayan una
singularidad narrativa que es constante en todo su recorrido
heroico: los eventos
fundamentales que lo ponen en ruta hacia el Grial llegan a él antes
de que él los
esté buscando, es decir, preceden la voluntad del personaje.
Ciertamente,
Perceval en su tosquedad primigenia en el bosque no podía saber de
la
existencia de la caballería8, a menos que esta apareciera primero
ante sus ojos
y provocara en él la salida de su hogar en busca de ser armado por
Arturo.
7 Los elementos a partir de aquí mencionados de la trama del Cuento
del Grial serán oportunamente contextualizados dentro del resumen
general de la obra que se presentará en el capítulo 1. 8 Que de
hecho era el objetivo de su madre al criarlo lejos de la
corte.
11
Tampoco, y mucho menos, podía haber estado buscando el Grial cuando
no
sabía que existía; de hecho, el castillo del Grial se cruza
literalmente en su
camino cuando lo que buscaba era volver a casa de su madre ya
convertido en
caballero.
Los anteriores problemas parecen señalar una inconsistencia entre
la voluntad
de Perceval y los acontecimientos relacionados con el Grial, en
tanto la inmersión
del héroe en la aventura, su predestinación expresa a la más alta
caballería y las
lógicas misteriosas por las que se le presenta o esconde el
castillo del Grial, no
acontecen por iniciativa del personaje, dado que es un ígnaro, ni
dependen en
absoluto del solo ejercicio de su voluntad. Es preciso preguntarse
si
paralelamente a la voluntad de Perceval pueda existir otra voluntad
subyacente
en la obra, que sea, en efecto, el foco de su predestinación y de
las
eventualidades que le muestran el camino al Grial, y si es así, de
acuerdo con
qué lógicas opera. Si Perceval encuentra algo que no está buscando
¿es
realmente el buscador del Grial?
En este orden de ideas, el presente trabajo pretende demostrar que
Perceval no
es, en principio, el buscador del Grial, a pesar de que se pueda
describir una
línea narrativa en la que el personaje toma decisiones
fundamentales
directamente relacionadas con la culminación de su aventura, sino
que,
esencialmente, Perceval es el objeto de una búsqueda que hace de él
la realidad
sagrada constitutiva del misterio del Grial.
Respecto a este objetivo, tres consideraciones son
necesarias:
En primer lugar, ha de tenerse en cuenta que la experiencia
religiosa a la que da
acceso el Grial está directamente relacionada con la visión
cristiana de Dios. En
efecto, lo que se sirve en el Grial es revelado por la narración de
El Cuento del
Grial como el Cuerpo de Cristo y la última acción de Perceval en la
narración de
Chrétien de Troyes es la de recibir la comunión luego de confesarse
con un
personaje que tendrá gran relevancia en la trama, un ermitaño,
quien le revela la
razón por la que no le fue posible completar la aventura del Grial:
el pecado. En
este sentido, aspiro a dar cuenta de la relación que podría existir
entre la
predestinación de Perceval y la visión cristiana del destino, a
partir de los
conceptos de predestinación y gracia, planteados por un autor de
obligada
12
lectura para la comprensión de las estructuras conceptuales del
cristianismo
medieval, cuyo lugar en la patrística latina le otorga un papel de
auctoritas en el
contexto señalado: San Agustín de Ipona, no intentando en lo
absoluto sugerir
que basado en los textos mencionados, Chrétien de Troyes haya
confecionado
su Perceval9, sino buscando dar una lectura al destino de un
héroe
indiscutiblemente cristiano desde el pensamiento de un autor al
centro de las
estructuras mismas del cristianismo medieval. De la comunión o
discordancia
entre conceptos y obra dará cuenta este trabajo en toda su
extensión. Con el
desarrollo de tales conceptos se busca dar cuenta del significado
de la
predestinación y de su carácter transversal dentro del destino
heroico del
personaje, delinear una teoría de la inusual perspectiva
sentimental de Perceval,
para quien la dama, distinto a todos los héroes de Chrétien,
pareciera ser más
un paso hacia la perfección que el fin en sí mismo de sus
aventuras, y explicar
la peculiar característica de su identidad temprana, querida tabula
rasa respecto
a la cultura cortés artúrica, es decir, exenta de méritos. Para dar
cuenta de los
eventos que bajo apariencia de arbitrariedad aparecen ante Perceval
y le guían
al Grial, se coordinarán los conceptos anteriores con otra
auctoritas de la Edad
Media, que define, al menos para la etapa histórica que nos ocupa,
la concepción
de la cristiandad respecto al azar: Torcuato Severino Boecio. Esta
coordinación
buscará también dar cuenta del lugar de la libertad del héroe
cristiano
predestinado, si acaso el caballero posee en efecto, libertad, si
la predestinación
es al mismo tiempo predeterminación y en qué podría consistir su
heroicidad.
Llegados a este punto, es importante señalar que Chrétien de Troyes
no creó
sus historias de la nada, sino que hizo acopio en ellas de diversas
influencias,
entre las cuales se encuentra una tradición oral cuyas raíces se
insertan, de
acuerdo a la común opinión de la crítica, en un pasado pagano, lo
cual, en
principio, pondría en duda la teoría de que la referencia sacra del
Grial pudiera
ser leída desde una perspectiva cristiana medieval. Sin embargo,
este trabajo
aspira a sustentar que dicha lectura es válida en la medida en que
Chrétien de
Troyes efectuó sobre el trasfondo pagano un trabajo consciente
de
transformación de sentido y que dicho trasfondo, lejos de negar la
intención
9 Tema que bien podría tener un desarrollo investigativo en un
trabajo posterior que verse sobre la recepción de la obra de San
Agustín en la educación clerical en el siglo XII y su influencia
particular en la obra de Chrétien de Troyes.
13
cristiana del cuento, la refuerza, al resaltar las diferencias que
el punto de vista
medieval establece respecto al fondo mítico del que la historia
parece haber
tomado sus líneas de base. Para el efecto, se hará uso del trabajo
de Lord
Raglan sobre el origen ritual del Folktale y de los planteamientos
de la
historiadora de la literatura Paloma Gracia sobre las señales del
destino heroico.
En segundo lugar, dada la ausencia de final de El Cuento del Grial,
se buscará
hacer una lectura completa de la aventura de Perceval recurriendo a
los finales
que trabajos posteriores otorgaron a la historia para indagar en
ellas el
cumplimiento de su destino heróico, los desplazamientos de sentido
que puedan
llegar a presentarse y si puede o no llegar a establecerse una
especie de
comunión de criterios fundamentales, entre los más importantes,
la
consideración de Perceval como el buscado por Dios, capacitado y
acompañado
constantemente por la gracia. Por esta razón se seleccionaron las
siguientes
obras del repertorio artúrico: El Alto Libro del Grial10, de autor
anónimo (1191-
1212); Parzival, de Wolfram von Eschembach (1200-1210); las
llamadas
continuaciones de Wauchier de Denain, Gerbert y Manessier
(1220-1230) y
finalmente, La Demanda del Santo Grial11 (1215-1230), perteneciente
al ciclo
literario del Lancelot en prosa. Cada obra, en su diferencia, es
portadora de una
variación valiosa para la constitución del personaje, que parte de
la narración de
Chrétien de Troyes desde el punto de vista escrito, pero que no se
constituye
sólo con él sino con el conjunto de narraciones que lo trataron, de
acuerdo con
el punto de vista que en la Edad Media se tuvo de la propiedad
intelectual. En
efecto, como lo recuerda Kevin Perromat en el apartado histórico de
su tesis
doctoral sobre el plagio en las literaturas hispánicas, los textos
medievales, lejos
de agotarse en sí mismos, hacían parte de una “comunidad del
lenguaje que
consideraba cada texto como una parte de un Gran Discurso escrito,
que diluía
lo particular en una significación general propicia a la antología,
la expresión
estereotipada y la (re)combinación de elementos preexistentes: una
modalidad
de escritura/ lectura con un marcado carácter colectivo”12. El uso
de las obras
10 Li Hauz Livres du Graal. 11 La Quête du Saint-Graal. 12 Perromat
Augustín, K., El plagio en las literaturas hispánicas: historia,
teoría y práctica, tesis doctoral,
Université Paris-Sorbonne, Paris IV, París, 2010, p. 60.
14
ayudará a considerar la predestinación no solo de Perceval le
Galois, sino
también de lo que podría llamarse, el Gran Perceval, en el sentido
del Gran
Discurso al que Perromat hace referencia.
En cuanto al criterio de selección de las fuentes primarias de este
trabajo, es
necesario decir que se basó específicamente en la relación de los
textos con el
carácter místico del Grial, criterio que excluyó a Peredur son of
Evrawg13, versión
galesa del tema perteneciente a la compilación medieval que los
estudiosos del
siglo XIX denominaron “Mabinogion”, una obra cuyo manuscrito más
antiguo y
completo data del 132514 y que relaciona los misterios del castillo
del Grial con
una simple vendetta familiar. Se había contemplado la posibilidad
de incluir al
Perceval Didot, obra de principios del siglo XII de autor anónimo,
posiblemente
basada en el perdido Perceval de Robert de Boron, pero la escasa
popularidad
de la obra, incluso en sellos editoriales franceses, obstaculizó su
consecución.
En tercer lugar, el cumplimiento del destino heroico de Perceval se
lleva a cabo
narrativamente desde un proceso evolutivo, expreso al lector desde
el momento
en que el héroe es presentado al principio de su historia como el
último de todos
en mérito caballeresco y al mismo tiempo predestinado a ser “el
mejor caballero
del mundo”. No puede haber una sustentación suficiente de la
condición de
Perceval como buscado por las realidades sagradas del Grial sin dar
cuenta de
las etapas por las que su destino le alcanza y preguntarse por su
significado para
el sentido general que se quiere dar a su predestinación en tanto
llamada divina.
Dicha evolución se expresa en términos de caballería y, por lo
mismo, el trabajo
debe dar cuenta de lo que significó este concepto para la época y
sus aspectos
generales relacionados con el desarrollo del personaje. En este
punto es de gran
importancia resaltar que la caballería, tal y como fue concebida
desde los cinco
romans de Chrétien, integró el concepto de aventura y el
sentimiento amoroso
en relación directa con el destino heroico. Ambos aspectos tienen
especial
relevancia en lo que aquí denominaremos el Gran Perceval en la
medida que su
destino tiene un tinte especialmente religioso. El trabajo debe dar
cuenta del
sentido de la aventura y su relación con la cosmovisión del
medioevo, así como
13 Anónimo, “Peredur son of Evrawg”, en, The Mabinogion, trad. J.
Gautz, Nueva York, Penguin Random House, 1976. 14 Ibíd., p.
10.
15
del comportamiento amoroso del héroe y su función dentro de la
predestinación,
quien en las obras del siglo XII sirve fielmente a una dama, pero
que, para las
versiones del XIII será presentado como un caballero célibe o
incluso, virginal,
circunstancia que, como se verá desde la perspectiva de este
trabajo, no significa
una ausencia de tema amoroso.
Teniendo en mente las anteriores consideraciones y con el fin de
alcanzar el
objetivo propuesto, este trabajo se encuentra dividido en 5
capítulos.
En el primer capítulo titulado “Del siglo XII a Perceval le Galois”
se hace
necesario presentar un contexto histórico-literario del siglo en el
que surge el
tema del Grial, para contemplar en favor del objetivo del trabajo,
los elementos
de mayor relevancia para la configuración del renacimiento cultural
que hizo
posible la obra de Chrétien de Troyes, su clima político e
intelectual, los temas
literarios disponibles para la confección de nuevas obras, la
configuración del
tema artúrico y la presentación tanto del destino heroico de los
personajes
anteriores a Perceval (que constituyen en gran medida el marco a
partir del cual
éste erige sus rasgos diferenciadores), como de la trama principal
de El Cuento
del Grial.
El segundo capítulo titulado “La voluntad predestinadora: del mito
al roman
cristiano” dará cuenta del trasfondo mítico del destino de Perceval
y la
transformación de sentido realizada por Chrétien de Troyes hacia
una
intencionalidad cristiana, para luego presentar el pensamiento de
San Agustín y
Boecio, estableciendo así la clave en la que se leerá el fondo de
la aventura de
Perceval, especie de giro ptolemáico15 donde la voluntad que busca
no es en
principio la humana sino la divina, así como el establecimiento del
marco
conceptual de la experiencia amorosa de Perceval, específicamente
con ayuda
del concepto de gracia. Desde este marco se dará cuenta del porqué
Perceval
es un héroe capaz de fallar en el tratamiento del papel de la
libertad en una
predestinación que no es predeterminación.
Enfocando los desarrollos del apartado anterior, en el tercer
capítulo titulado “La
aventura como ética del acontecimiento en un universo ritual de
sentido” se
15 Imagen no exenta de objeciones, construida en sentido contrario
a la metáfora del “giro copernicano”.
16
llevará a cabo un análisis teórico de los temas que se relacionan
directamente
con el héroe del roman artúrico, en primer lugar, presentando el
concepto de
aventura y su relación directa con la especial condición de simple
del héroe y la
idea de la voluntad predestinadora, delimitando el espacio ritual
en el que se
materializa el destino del caballero a través del concepto medieval
del universo
como unidad de sentido.
En el cuarto capítulo titulado “La caballería y el amor: dos
tránsitos rituales de
perfección” se presentarán los conceptos de caballería y amor
cortés, sus
principales características en tanto ideales culturales construidos
a partir de
influencias históricas y ficcionales, para establecer luego su
sentido ritual de
perfeccionamiento interior dentro del destino evolutivo de
Perceval.
En el quinto capítulo que lleva por título “Del ritual de la gracia
al cumplimiento
del destino heroico” se abordarán las continuaciones y
reelaboraciones
escogidas de El Cuento del Grial con el fin de observar cuál es el
tratamiento
del héroe en cada una de ellas, sus condiciones de predestinación y
la solución
de sus aventuras leídas desde el aparato teórico presentado en
apartados
anteriores, notando las oscilaciones de sentido efectuadas en cada
versión que
confirmarían o negarían el objetivo de este trabajo. Para el efecto
las obras se
presentarán en el siguiente orden: Parzival, El Alto Libro del
Grial, las llamadas
“continuaciones” y La Demanda del Santo Grial, ofreciendo al lector
su
argumento general y el análisis de algunos de sus aspectos más
importantes
apoyados en las propuestas críticas de autores especializados en
estudios
medievales como Robert Guiette, David Blamires, Étienne Gilson,
Armand
Strubel, entre otros. Con base en los desarrollos llevados a cabo
se espera estar
en posición de presentar conclusiones y dar término al presente
trabajo.
Respecto a las ediciones de los textos principales selecionados se
tomaron las
siguientes decisiones: se buscó utilizar ediciones bilingües que
dieran cuenta de
un establecimiento del texto original presentado en su relación con
los diversos
manuscritos disponibles y que facilitaran el acceso a los términos
exactos en los
que los autores se expresaron, no con el ánimo de despreciar como
fuente
primaria una traducción al español en tanto traducción, sino de
ofrecer al lector
referencias más precisas de los textos de base y presentar una
bibliografía crítica
de otras latitudes que pudiera enriquecer la profundización del
tema. En este
17
sentido, se pudo tener acceso a dos obras que cumplían con la
iniciativa: una
edición crítica de toda la obra de Chrétien de Troyes, y otra de El
Alto Libro del
Grial, ambas pertenecientes a la colección Livre de Poche, París.
En cuanto a
La Demanda del Santo Grial, se tuvo acceso a una edición crítica,
que si bien no
es bilingüe, cuenta con la virtud de un preciso establecimiento de
los manuscritos
a partir de los cuales fue elaborada su versión al francés moderno,
edición por
cuenta de la casa Honoré Champion, París. Respecto a las
continuaciones
Wauchier de Denain, Manessier, Gerbert y el Parzival de Wolfram
von
Eschembach, no fue posible tener acceso a las ediciones deseadas
para el
momento en que se elaboró este trabajo, por lo mismo, se optó por
emplear las
traducciones al español preparadas por la editorial Siruela de
Barcelona.
Teniendo en cuenta las distintas procedencias y posibilidades de
los textos a
disposición, así como de la literatura secundaria empleada, serán
ofrecidas en
pié de página las citas en idioma original diferente al español,
las traducciones
se presentan a cargo del autor de este trabajo.
A continuación, se hará una breve referencia al idioma y la
procedencia de los
manuscritos correspondientes a cada fuente primaria citada en
lengua distinta al
español.
Li Contes Do Greal: Bourguignon, manuscrito “B” 354 de la
biblioteca de la Ville
de Berne, s. XIV.
Li Hauz Livres du Graal: Picard-Wallons, manuscrito “P”, BN fr.
1428, s. XIII.
La Quête du Saint Graal: francés moderno, basado en los manuscritos
“K”, “R”,
“Z” y correcciones a partir del manuscrito “A” BN fr. 339, S
XIII.
18
Del siglo XII a Perceval le Galois
A continuación, se ofrecerá un breve contexto histórico-literario
del siglo XII y su
influencia en el nacimiento del roman artúrico en occidente desde
su primer
autor, Chrétien de Troyes. Se presentarán cuatro de sus cinco obras
para llegar
al Cuento del Grial, de la que se ofrecerá el argumento
principal.
1.1 Chrétien de Troyes y su siglo
El ambiente histórico, cultural y espiritual de la Europa en la que
vivió el poeta
de Troyes ha sido llamado por los historiadores Segunda Edad Feudal
o
Renacimiento del siglo XII. En este periodo se llevó a cabo un
renovado impulso
civilizador caracterizado principalmente por el florecimiento de
los estudios
clásicos, la inquietud intelectual16 encarnada en personajes como
el lógico,
filósofo y teólogo Pierre Abélard (1079-1142) y el desarrollo y
consolidación del
estilo románico en las artes en general. El auge cultural fue
favorecido por un
importante apogeo económico en Europa Occidental, especialmente en
lo que
hoy es el territorio francés, una explosión demográfica sin
precedentes en los
siglos anteriores y una paz relativa entre los distintos reinos
europeos en medio
del conflicto de las primeras cruzadas de 1095, 1147 y 118917, que
subrayó, en
sus primeros años, el papel heroico del caballero de frente a su
misión divina
como fue expresada por Urbano II en el concilio de Clermont:
“socorrer a los
adoradores de Cristo”18, según versión de Foulcher de
Chartres19.
16 Favorecida entre otras circunstancias por el desarrollo
progresivo de las escuelas catedralicias emplazadas en los grandes
centros urbanos, educación paralela a las escuelas monásticas. 17
Duby, G., Arte y sociedad en la Edad Media, trad. Fernando
Villaverde, Madrid, Taurus, 1998, pp. 71-84. 18 Fulcher de
Chartres, « Histoire des Croisades », en Collection des mémoires
relatifs à l’histoire de France, trad. M. Guizot, París, Chez J. L.
J. Brière libraire, 1825, p. 8: “Secourir les adorateurs du
Christ”. 19 Para profundizar en esta versión del discurso de Urbano
II se puede consultar el artículo de Georg Strak, (2019, 01, 16)
“The sermon of Urban II in Clermont and the tradition of papal
oratory”, en Medieval
19
Estos factores configuraron nuevas formas literarias que,
nutriéndose de todas
las tradiciones culturales a su disposición, se apartaron
paulatinamente del latín
como lengua literaria para satisfacer un creciente público en
lengua romance
(sobre todo femenino al permanecer damas y doncellas confinadas en
las cortes
que los hombres abandonaban de continuo por asuntos políticos o
militares), de
la auctoritas de los temas de la antigüedad, de la hagiografía y
del canto épico
con sus leitmotiv propios como la toma de una plaza, el genocidio
en masa, la
referencia a un lugar geográfico real y la ausencia de tema
amoroso20, para
narrar, por primera vez en Occidente, las aventuras de personajes
fuera de toda
pretensión de veracidad histórica, es decir, “res ficta”,
personajes ficcionales.
Estas circunstancias serán el punto de partida, el nacimiento, del
roman como
género.
Con el roman los héroes ya no se diferenciarán únicamente por sus
hechos, al
uso de las literaturas anteriores, sino por la naturaleza e
intensidad de sus
conflictos y específicamente, para la pluma del “primer novelista
importante de
la Edad Media (…) también el más grande”21, Chrétien de Troyes, por
su feliz
solución dentro del orden social establecido: la armonía entre el
amor
consumado en el matrimonio, la aventura como ética caballeresca y
el encuentro
del héroe con su verdadera identidad representada por la
adquisición de un
nombre prestigioso e individualizador22.
Del poeta de Troyes poco se sabe, excepto que fue clérigo23, hecho
evidenciado
de acuerdo con Jean-Marie Fritz24, por el conocimiento que
demuestra el autor
tanto del Trivium, a través de sus traducciones de Ovidio referidas
en Cligès: el
Ars amatoria, los Remedia amoris, las Heroidas y las Metamorfosis,
como
posiblemente del Quadrivium, por la referencia a Macrobio en Erec
et Enide. En
algunas de sus novelas, Chrétien menciona su servicio en las cortes
de Marie de
Sermon Studies, 2012, vol 56, p. 30-45, recuperado de:
https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1179/1366069112Z.0000000002.
20 García Gual, C., Primeras novelas europeas, Madrid, Istmo, 1990,
pp. 57-67. 21 Fritz, J. M., 1994, p. 9: “premier romancier
important du Moyen Âge (…) aussi le plus grand”. 22 García Gual,
C., Historia del rey Arturo y de los nobles y errantes caballeros
de la Tabla Redonda, Madrid,
Alianza, 1996, pp. 70-76.
23 Si bien el término clérigo en el S. XII no indica necesariamente
la pertenencia a alguna orden religiosa o el haber accedido a las
órdenes sagradas, la poca información que se tiene de la vida del
autor no ofrece pruebas suficientes para negar que haya ejercido el
sacerdocio ministerial. 24 Fritz, J. M., 1994, p. 12.
20
Champagne (1145–1198) y Philippe de Flandre (1143–1191). Este
servicio,
especialmente en la corte de Marie, hace coincidir al poeta con
hombres de letras
cuya fama ha llegado también a nuestros días y dan una idea del
ambiente
cultural del que pudo estar rodeado: entre ellos, Pierre de Celle,
abad de Saint-
Rémi de Reims “El Claudel de su tiempo”25, Evrat, autor de una
adaptación libre
del Génesis, Gace Brûlé, trovador de gran importancia citado en el
Roman de la
Rosa, Andrés el Capellán, autor del De Amore, utilizado en este
trabajo y Geoffroi
de Villehardouin, futuro cronista de la cuarta cruzada.
Un tema del que hace acopio Chrétien a su manera es el conflicto
amoroso; su
punto de vista de las relaciones sentimentales constituye un punto
importante
del roman artúrico en general e iluminará toda una tradición
presente aún hoy en
el imaginario cultural de Occidente. Este conflicto se desarrolla a
partir del amor
cortés, amor pasión que dicotomiza y, en ocasiones, opone la
fidelidad social y
sentimental del caballero entre su señor y su amada, su señora26,
amor que
muda la rusticidad de hombres educados para la guerra en una
extrema fineza
interior y exterior, que, unida al premio de los sentidos, fijan su
árbitro absoluto
en la mujer cortejada a partir de un servicio indefinidamente
prolongado. Esta
nueva visión amorosa de factura lírica provenzal, integró aires de
la España
árabe y orientales en general al ambiente feudal occidental y fue
propagada por
todo el continente por medio de troveros y trovadores, bajo la
protección de
grandes mecenas de la época como Aliénor d’Aquitaine o su hija
Marie de
Champagne. A partir de Chrétien, el amor será la bandera bajo la
cual se
lanzarán a la aventura los primeros héroes novelescos de Europa:
los caballeros
andantes27.
El caballero, desde un punto de vista histórico, es un guerrero.
Este hecho lo
incluyó decisivamente en un orden social altamente definido y
jerárquico,
organizado según la visión de la época en Oratores (los que oran),
Bellatores
(los que gobiernan y hacen uso de las armas) y Laboratores (quienes
trabajan la
tierra)28. El campeón a caballo será joven, no sólo por su edad
sino por el estado
25 Ibíd., p. 12: “le Claudel de son temps”, Según Dom Jean
Leclercq, monje medievalista benedictino autor de L'amour des
lettres et le désir de Dieu : Initiation aux auteurs monastiques du
Moyen Âge. 26 Desde el sentido feudal del término. 27 García Gual,
C., 1990, pp. 73-76. 28 Duby, G., 1998, p. 43.
21
social que el término representa para el medioevo: si bien
perteneciente a un
linaje nobiliario por sangre, todavía soltero y carente de algún
feudo en el que
pudiera ejercer autoridad. El guerrero, que podría estar relegado a
la “juventud”
toda la vida, no lo será por elección propia sino por fatalidad, al
haber nacido hijo
segundo o tercero de una familia noble. En efecto, de acuerdo con
el derecho
feudal de sucesión francés, toda riqueza y tierras del señor debían
pasar
únicamente al primogénito, manteniendo así intacta la fortuna
familiar acumulada
por siglos29. En este sentido, al joven le quedaban dos caminos si
le era
insoportable vivir bajo la autoridad de su hermano mayor: entrar en
la vida
religiosa o partir del hogar como caballero, errando por bosques y
cortes
mostrando su valer en hechos de armas hasta que la fortuna lo
recompensara
obteniendo tierras de un señor generoso, lo cual lo habilitaría
económica y
socialmente para tomar una esposa de igual o superior rango y gozar
finalmente
del privilegio de un matrimonio conveniente y una descendencia
oficial.
El caballero es el exponente de una clase social recién ascendida
en términos
medievales: los ministeriales, aquellos que ejercían el ministerio
(servicio) de las
armas, cada vez más importantes en cuanto fuerza armada
profesional,
constantemente disponible y fiel a los grandes señores en siglos de
anarquía
legal. Ellos conformaron con el tiempo la baja nobleza, con la
asignación a
guerreros escogidos de feudos autosustentables. En el tiempo en que
se
escribían los romans que glorificaban su modo de vida, la clase
caballeresca ya
se encontraba amenazada por el creciente fortalecimiento de las
monarquías y
de un grupo social emergente que por el comercio ganaba terreno
desde un
punto de vista económico: la burguesía incipiente. Las aspiraciones
de la
caballería y su conciencia de clase son recogidas por Chrétien de
Troyes al
narrar las aventuras de jóvenes guerreros, constantemente
confirmados en la
nobleza de su estirpe.
Bebiendo del optimismo humanista que marcó su época, la esperanza
en que el
progreso de la cultura llevaría a la sociedad a un estado más
amable, el autor
hizo consistir su proverbial “happy ending” en la adquisición de
una identidad
29 Duby, G., El amor en la Edad Media y otros ensayos, trad. de
Ricardo Artola, Madrid, Alianza, 1992, p.
117.
22
gloriosa, un espléndido feudo y el matrimonio por amor mutuo con la
más bella
y noble de las damas30.
1.2 De la Materia de Bretaña al roman artúrico
Con el ánimo de hacer referencia ahora al contexto literario del
que parte
Chrétien de Troyes, se hace necesario mencionar que sus romans
se
conformaron a partir de un nicho de narraciones conocidas como “la
materia de
Bretaña”, temática grávida de tradiciones orales fantásticas de
tratamiento
céltico, llegadas al continente como consecuencia indirecta de la
unificación de
las dos Bretañas bajo la dinastía normanda Plantagenet hacia el año
1066. De
acuerdo con Carlos García Gual31 estos temas fueron recogidos por
los autores
del continente en sus elaboraciones del mito tristaniano, en los
Lais de Marie de
France y, sobretodo, en un personaje que será definitivo para la
construcción del
roman: el rey Arturo. Esta materia, junto a la “materia de
Francia”, de carácter
épico en la que es clasificada tradicionalmente La Chanson de
Roland, y la
materia antigua o de Roma tratada por Le roman d’Alexandre, Le
roman de
Thèbes y Le roman de Eneas, constituyeron el arsenal temático de
los poetas de
la época.
Arturo es situado por vez primera en la escena de la cultura
escrita hacia el año
1135 por Geoffrey de Monmouth en su Historia Regum Britanniae,
trayendo al
personaje de lo profundo de las tradiciones orales insulares a un
relato
historiográfico en latín con el objeto de glorificar el pasado
bretón y otorgar al
mismo tiempo orígenes legendarios a la dinastía Plantagenet,
mecenas de la
obra. A través del tratamiento que Geoffrey hace de Arturo se
configuran los
rasgos principales de su identidad como rey medieval ejemplar y su
relación
indisoluble con la maravilla y la caballería. R. Wace hacia el 1155
por encargo
de Henri II Plantagenet, traduce la Historia al anglo-normando,
lengua vernácula
hablada en la corte, añadiendo dos elementos definitivos al tema:
la Tabla
30 García Gual, C., 1990, pp. 222-226. 31 Ibíd., p. 95.
23
Redonda y la cortesía amorosa. La obra tuvo por título Le Roman de
Brut, y fue
dedicada a Aliénor d’Aquitaine, esposa de Henri32.
Una segunda traducción que fue de importancia para la aparición del
roman fue
la efectuada por Benedeit del Navigatio sancti Brendani abbatis
(1118-1121),
obra hagiográfica que narra las aventuras de un grupo de monjes en
busca del
paraíso terrenal, escrita a partir de un particular metro latino
que se convertiría
en el vehículo versificador de los romans del poeta de Troyes: el
octosílabo
pareado. Este verso, distinto a la Laisse y al decasílabo épico, se
prestaba más
a la declamación que al canto y representó un puente fundamental
entre el
género lírico y el narrativo33.
De la unidad temática de la Tabla Redonda y el rey Arturo, el
clérigo de Troyes
tomó la materia plástica propicia para emplazar las aventuras
maravillosas de
sus héroes idealizados, introducir distintas gamas simbólicas y, lo
que es más
importante, expresar un sueño moral34, un sentido personal que
Chrétien otorgó
a esas historias y que ofreció en adelante una nueva posición al
escritor respecto
a la tradición -donde lo que importaba no era la inventiva del
escribano sino la
transmisión fidedigna de las historias- pudiendo inmiscuirse en la
trama,
expresar su individualidad y ejercer propiamente una autoría. Esta
circunstancia
otorgó otro acento fundamental al roman que se vio reflejado
particularmente en
las cinco obras del autor, que se presentarán a continuación para
luego referir
en detalle la trama de El Cuento del Grial.
En Érec, Cligès y El Caballero del León, los héroes son desde el
principio
perfectos guerreros y cortesanos. El amor los alcanza en el
transcurso de la
salida de la corte hacia el mundo de lo desconocido ya sea para
recuperar el
orden social arrebatado por una villanía o para ser armados
caballeros, como en
el caso de Cligès, quien abandona su corte natal, un reino
bizantino, para
encontrar en Bretaña el honor de recibir armas del mejor de los
reyes cristianos.
En Érec, el gozo que le procura el lecho nupcial al protagonista es
tal que olvida
las obligaciones caballerescas de buscar aventura y romper lanzas y
se hace
reprensible ante la comunidad cortés. Su esposa, por accidente, lo
pone en
32 García Gual, C., 1996, pp. 29-44. 33 Fritz, J. M., 1994, p. 27.
34 García Gual, C., 1990, p. 223.
24
conocimiento del desprestigio que sufre; Cligès encuentra el amor
en la mujer
prometida a su tío y protector; Yvain conquista rápidamente mujer y
señorío por
vengar la honra de su primo, caballero como él, pero contrario a
Érec, es de la
amada de quien se olvida por ejercer grandes y muchas
caballerías.
Érec resulta glorificado al emprender aventuras junto a su esposa y
hacer
proezas que al mismo tiempo que restauran y aumentan su honor,
demuestran
la fidelidad de Énide; Cligès, de forma distinta al trágico
Tristán, no comete
adulterio, sino que a través de una treta, libra a su amada de su
tío al hacerla
pasar por muerta. Con ella huirá a la corte de Arturo donde se
entera poco
después del deceso de su pariente, muerto de pena por ya no tenerlo
a su lado.
Esta eventualidad lo eleva a un trono imperial en oriente por línea
hereditaria
directa y lo habilita para contraer matrimonio con su dama; Yvain
cae en un
estado de locura al ser repudiado por su esposa, enojada al
sentirse olvidada.
De ese estado se recupera a través de un proceso de transformación
personal
de vuelta al mundo de la cultura, salvando en el camino a un león
de las garras
de una serpiente. Esta proeza hace del león su fiel servidor y le
confiere un nuevo
nombre: El Caballero del León. Después de acumular gran fama por
sus hechos
de armas, obtiene el perdón de su dama y retoma el reino que venía
por su mano.
De todas las aventuras referidas, es siempre testigo y garante el
rey Arturo, en
una imagen clara de que la realización del destino heroico hasta
este momento,
no tiene otro referente legitimador ni otro horizonte que la
cultura cortés que
encuentra en la Tabla Redonda la realización de todas sus
aspiraciones.
Para las restantes novelas, El Caballero de la Carreta (Lancelot) y
El cuento del
Grial (Perceval), la naturaleza de la aventura evoluciona a la
forma de “Quête”,
es decir, de consecución de un objetivo definido. Su obtención
representa una
dificultad incomparable y exige del joven caballero un compromiso
total que
implica el más alto sacrificio y olvido de sí.
En El Caballero de la Carreta, Guenièvre, la esposa del rey Arturo
es raptada, y
Gauvain, sobrino del rey, típicamente presentado por Chrétien como
el mayor
representante de los valores corteses entre los caballeros de la
Tabla Redonda,
acude a su rescate. A él se suma de improviso un caballero
misterioso dispuesto
a todo, al punto de atravesar un puente afilado como espada y
sufrir la gran
degradación de subir a una picota medieval sólo por tener noticias
de la reina:
25
una carreta conducida por un enano en la que los condenados eran
expuestos
al oprobio público camino a su ejecución. La novela no fue
terminada, queda
interrumpida con Lancelot, (que así el lector llega a conocerlo
finalmente de
labios de Guenièvre, su amada), capturado en una torre, desgracia
cercana a la
muerte para el mundo artúrico.
1.3 El Cuento del Grial
La obra comienza con un muchacho, habitante del bosque desierto y
perdido35,
que deja su salvaje terruño buscando ser armado caballero en la
corte de Arturo,
motivado por la contemplación “por accidente” y, por vez primera en
toda su vida,
del espectáculo visual de la caballería. Su ignorancia y simpleza
son subrayadas
por la forma en que actúa respecto al estrépito sin precedentes de
seis caballeros
en busca de una dama secuestrada: el sonido en aumento le hace
pensar en
Satanás y sus esbirros, su visión le hace inclinarse y recitar
todas sus oraciones
al creer contemplar ángeles y al mismo Dios. Cuando se da cuenta
que son
hombres por cuenta de un caballero que se le acerca, no deja de
formular
preguntas afanosas y sencillas acerca de sus arreos retando la
paciencia del
guerrero, tal vez al modo de las que formula un niño al descubrir
la novedad de
la vida. La Dama Viuda36, madre de Perceval había querido que su
hijo nada
supiera de caballerías pues su esposo y sus otros dos hijos habían
sido
caballeros y todos habían muerto por esa causa. De ahí que lo
criara en el lugar
más alejado de la cultura cortés que pudo. Todo lo que le queda a
la dama es
Perceval, quien sin embargo la deja para hacerse caballero
desatendiendo todo
ruego. Al ver que no puede detenerlo, le aconseja seguir la guía de
los ancianos,
cortejar a las damas y le da una breve instrucción religiosa
centrada en la
crucifixión y muerte de Jesucristo, haciéndole prometer ir a adorar
al Hijo de Dios
en iglesias y monasterios.
Entre su salida del bosque y la llegada a la corte de Arturo,
Perceval comete
errores de todo tipo, ridículos y graves, entre los que se cuenta
el provocar la
35 La Gaste Forest Soutaine. 36 La Veve Dame.
26
muerte de su madre por el abandono que sufre, cosa que sólo llega a
saber
mucho después, el asesinato descortés de un caballero para vestir
sus armas,
el Caballero Bermejo37, (pues lo asesina de una lanzada en un ojo y
no en
singular combate) y el trato vulgar que da a una dama, la Dama de
la Tienda38,
robándole a la fuerza el anillo y un beso (prenda de amor que se
recibe, no que
se arrebata) y quien sufrirá por su causa la cólera desmesurada e
injustificada
de su señor. Militando en ese estado de anticortesía y
antiheroicidad, al
protagonista le es vaticinada por una doncella de Guenièvre la más
alta cumbre
de la caballería cuando este llega a la corte de Arturo. Los
siguientes son los
términos exactos en los que le es vaticinado a Perceval su destino:
“Joven
doncel, si vives los años que debes vivir, mi corazón me hace creer
y pensar que
en el mundo entero, no habrá, ni se verá, ni se tendrá noticia de
mejor caballero
que tú. Sí, así lo creo, así lo pienso, así lo siento”39.
Teniendo en cuenta que en la corte residían los más nobles
caballeros y era
paso de otros también muy buenos, el vaticinio al más simple de
todos los
donceles que habían pedido armas a Arturo resulta ridículo e
inadmisible, tanto,
que Keu, el senescal, hermano de leche del rey, golpea brutalmente
a la doncella
en calidad de acto recriminatorio.
El hecho de que Perceval hubiera vestido las armas del Caballero
Bermejo, no
lo hacía caballero en absoluto. La casualidad lo lleva a la
residencia de un
caballero entrado en años, Gornemant de Goort, que lo educa en la
verdadera
caballería, en la cortesía y la dimensión trascendente y lo arma
caballero a través
de un rito expreso por el autor:
El gentil hombre se inclinó entonces y le calzó la espuela derecha.
Esa era en efecto la costumbre:
que aquel que hiciese caballeros debía calzar la espuela. Había
allí muchos otros jóvenes, aquellos
que lograron acercársele ayudaron a armarle. El gentilhombre tomó
entonces la espada, se la ciñó
y le dio el beso. Le dijo que le había conferido con la espada, la
orden más elevada que Dios había
creado y dispuesto, la orden de caballería40.
37 Lo Chevalier Vermoil. 38 La Dame du Tref. 39 Fritz, J. M., 1994,
vv. 995-1000, p. 973: “Vallez, se tu viz par aaige,/Je pans et cuit
en mon coraige/K’an trestot lo monde n’avra/N’il n’iert ne l’an ni
savra/Nul chevalier meillor de toi,/Ensin lo pans et cuit et croi”.
40 Ibíd., vv. 1582- 95, p. 990: “Et li prodom s’est abaisiez/Et li
chauce l’esperon destre./La costume soloit tes estre/Que cil qui
faisoit chevalier/Li soloit l’esperon chaucier./D’autres vaslez
assez i ot,/Chacuns qui
27
Es importante resaltar la literalidad con la que Perceval se
adhiere a los consejos
que recibe, tanto de la Dama Viuda como de Gornemant, quien en los
temas de
cortesía le aconseja no ser hombre de muchas palabras. El deseo de
Perceval
de asumir el símbolo caballeresco por encima de cualquier otra cosa
le llevará
en sus comienzos a partir sin cuidarse de la suerte de su madre y a
callar las
preguntas que debía formular en el castillo del Grial.
Al uso de los mejores caballeros, Perceval por su valor y la fuerza
de su brazo
salva un castillo, Biaurepaire41, a punto de sucumbir por un asedio
y junto a la
honra que le procura su proeza, recibe el mismo castillo y la mano
de su señora,
el amor de su vida: Blanchefleur, quien es sobrina de Gornemant. El
autor ofrece
las siguientes palabras en boca de los miembros de la corte que los
ven juntos
en su primer encuentro: “Él es tan apuesto, ella tan hermosa, que
jamás
caballero y damisela han hecho tan buena pareja. Al verles parece
que Dios los
ha creado el uno para el otro a fin de que estuvieran
juntos”42.
Vencedor, Perceval decide ir a visitar a su madre, acuciado por la
incertidumbre
de su bienestar, prometiendo volver a Blanchefleur. Sin embargo, en
el
transcurso del viaje, “por azar” se encuentra un castillo al que
nunca nadie había
podido entrar, uno que aparece y desaparece a voluntad: el castillo
del Grial. A
él le invita un extraño personaje que se encontraba pescando en ese
momento,
el Rey Pescador43. En dicho castillo recibirá como regalo una
espada con una
empuñadura de oro y contemplará los misterios inefables de un Grial
(plato
hondo en el que se servían pescados, que aportaba más claridad que
el sol),
que sirve a un anciano desconocido, una lanza que sangra sin causa
aparente y
reconoce el estado de postración del rey que le invita al castillo.
La razón de su
enfermedad le será revelada después: el rey no puede valerse por sí
mismo por
causa de una lanzada en batalla en el tronco inferior de su
cuerpo,
específicamente en los genitales. Perceval sólo tenía que preguntar
por qué
avenir i pot/A lui armer a la main mise./Et li prodom l’espee a
prise,/Si li ceint et si le baisa,/Et dit que donee li a/La plus
haute ordre aviau l’espee/Que Dex ot faite et comandee,/C’est
l’ordre de chevalerie”. 41 Bello refugio. 42 Ibíd., vv. 1827-1832,
p. 997: “Tan est cist biax et cele bele/ C’onques chevaliers ne
pucele/ Si bien n’avinrent mes ensanble,/ Et de l’un et de l’autre
sanble/ Que Dex l’un et l’autre feïst/ Por ce qu’ansanble les
meïst.” 43 Lo Roi Pescheor.
28
sangraba la lanza y a quién servía el Grial. Así describe Chrétien
la aparición del
objeto:
De un grial transportado a dos manos era portadora una damisela que
avanzaba junto a los
jóvenes, bella, graciosa, elegantemente adornada (…) cuando ella
entró en la estancia con el grial
que sostenía, se manifestó tan gran claridad, que las velas
perdieron su brillo como las estrellas al
aparecer el sol o la luna (…) el grial que iba adelante estaba
hecho del oro más puro. Piedras
preciosas de toda suerte estaban engastadas en él, entre las más
ricas y raras que existen en la
tierra o en el mar44.
El héroe no pregunta y esta falla ocasionará una serie enorme de
desgracias,
pues por su causa no se curará el rey, su tierra permanecerá en
guerra, “las
damas perderán sus maridos, las tierras quedarán arruinadas,
muchos
caballeros morirán y las jovencitas, sin socorro, quedarán
huérfanas”45. Después
de esta aventura conocerá Perceval su nombre, llegado a él en un
diálogo con
una doncella que llora la muerte de su amigo, decapitado en un
combate
singular. Ella resulta ser su prima hermana y le revela las
consecuencias de su
fracaso en el castillo, ocasionado por su pecado respecto a la Dama
Viuda. De
labios de su prima el héroe se entera que ha ocasionado la muerte a
su madre.
Perceval, profundamente apesadumbrado, continúa su cabalgada.
La
casualidad le pone en situación de llevar a cabo proezas
caballerescas como el
de restaurar la honra de la Dama de la Tienda y el vencer en
combate singular a
dos caballeros de la corte de Arturo poseído por un estado extático
ocasionado
por la visión de unas manchas de sangre en la nieve que le
recuerdan la belleza
de su amada:
Cuando Perceval vio la nieve apisonada, allí donde estaba tendido
el ganso y la sangre alrededor,
él se apoya sobre la lanza para observar un hecho singular, puesto
que la sangre y la nieve juntas,
semejaban el color fresco del rostro de su amiga. En este
pensamiento, se olvidó él de sí mismo,
parecido era a su rostro ese tinte bermejo sobre el blanco, a las
tres gotas de sangre que
44 Ibíd., vv. 3158-59, 62-67, 70-75, pp. 1036-1037: “Un graal entre
ses .II. meins/Une damoisele tenoit/(…)/Quant ele fu leianz
antree/Atot lo graal qu’ele tint,/Une sigrant clartez i
vint/Qu’ausin perdirent les chandoilles/Lor clarté comme les
estoilles/Quant li solaux luist o la lune/(…)/Li graaus qui aloit
devant/De fin or esmeré estoit,/Pirres precïeuses avoit/El graal de
maintes menieres,/Des plus riches et des plus chieres/Qui an mer ne
an terre soient”. 45 Ibíd., vv. 4608-4612, p. 1079: “Dames en
perdront lor mariz,/Terres en seront essilliees/Et puceles
desconseilliees,/Qui orferines remanront,/Et maint chevalier en
morront”.
29
aparecieron en la nieve blanca. Se hizo uno con la visión ¡tan
plácida! de lo que parecía el color
todo nuevo de su amiga, tan bella. Sobre las gotas sueña Perceval
mientras que pasa el alba46.
Sólo Gauvain, el sobrino de Arturo reconocerá en el estado
contemplativo de
Perceval, la expresión más fina del amor y con delicadas maneras le
invita a
entrar por segunda vez en la corte de Arturo. Esta vez, honrado por
todos, es
admitido en la Tabla Redonda, símbolo por excelencia de la élite
caballeresca
que representa el universo artúrico.
En medio del festejo aparece una doncella descrita como una
criatura horrible
pero noble, la Doncella Fea47. Ella reprende y maldice a Perceval
de una forma
despiadada por el daño que ha causado al no haber preguntado a
quién servía
el Grial y porqué sangraba la lanza e invita a los demás caballeros
a emprender
nuevas aventuras.
A pesar de haber adquirido todo lo que la cultura cortés
consideraba deseable;
feudo, cortesía y fino amor, poder bélico y renombre, el
advenimiento de la
Doncella Fea señala a Perceval un fin que supera los méritos que lo
han hecho
miembro de la Tabla Redonda; como consecuencia, el héroe decidirá
partir hacia
lo desconocido para buscar sin tregua el castillo del Grial. A su
salida de la corte
se suma Gauvain, a quien se referirá buena parte del roman desde
allí,
paralelamente a Perceval. El hijo de la Dama Viuda se olvidará de
Dios durante
cinco años de búsqueda infructuosa y aislamiento extremo, que
sirven al ideal
cortés de valentía pero nada respecto al Grial. Así lo narra el
poeta de Troyes:
(Perceval) perdió tanto la memoria, que incluso olvidó a Dios.
Cinco veces pasaron abril y mayo
antes de que él entrara a una iglesia. Ya no adoraba ni a Dios ni
su cruz y permanece así por cinco
años. No obstante, él no dejó de estar en busca siempre de
caballerías, de aventuras extrañas,
terribles y difíciles, encontrando tantas que en ellas probó su
valentía. No había empresa tan dura
que él no supiera llevar a buen fin. En el curso de cinco años,
envía prisioneros a la corte del rey
46 Ibíd., vv. 4128-4147, p. 1065: “Quant Perevaus vit defolee/La
noif sor coi la gente jut/Et lo sanc qui entor parut,/Si s’apoia
desus sa lance/Por esgarder cele senblance./Et li sanz et la nois
ensanble/La fresche color li resanble/Qui est en la face s’amie,/Et
panse tant que toz s’oblie/Q’autresin estoit en son vis/Li vermauz
sor lo blanc asis/Con ces .III. gotes de sanc furent/Qui sor la
blanche noif parurent./En l’esgarder que il faisoit/Li est avis,
tant li plaissoit,/Qu’il veïst la color novele/De s’amie qui tant
est bele./Percevaus sor les goutes muse,/Tote la matinee i
use,/Tant que fors des tantes issirent”. 47 La damoisele
laide.
30
Arturo sesenta caballeros de valor. Tal fue el trabajo de esos
cinco años, sin que jamás Dios le
viniera a la memoria48.
“Por azar”, un Viernes Santo, el caballero encuentra unos
penitentes que
descalzos se desplazan por el bosque. Ellos, sorprendidos por verle
armado en
día tan santo, le refieren su visita a un ermitaño y le aconsejan
ir a verle, también
le indican el camino. Perceval, muy apesadumbrado, les manifiesta
su deseo de
escucharle, quiere saber qué perseguían en su visita al hombre de
Dios:
Por Dios señor ¿qué hiciste allí? ¿qué preguntaste? ¿qué buscaste?
-¿Qué señor?- preguntó una
de las damas -de nuestros pecados pedimos consejo y nos confesamos,
llevando a cabo lo más
urgente que cristiano alguno puede hacer para agradar a Dios-. Al
escuchar esto, Perceval lloró y
sintió el deseo de visitar al hombre de Dios. -Iría de buen grado a
la ermita si conociera el camino-
-Señor, quien allí quiera ir debe seguir este sendero, el mismo del
que venimos nosotros-.49
Una vez en la ermita, el religioso le revela al héroe que es su
tío, hermano de su
madre y del anciano al que servía el Grial, también le revela que
el Rey Pescador
es su primo, que en efecto sus pecados han hecho que él no
formulara las
preguntas debidas en el castillo del Grial y que lo que hace
especial al Grial es
su contenido, la especie eucarística del cuerpo de Cristo de la
cual vive el
anciano al que sirve. Las siguientes son las palabras del Tío
Ermitaño50:
(…) ¡no te imagines que contiene (el grial) lucio, lamprea o
salmón! El santo hombre de una simple
hostia que se le lleva en ese grial sostiene y fortifica su vida.
El grial es cosa tan santa y él espíritu
tan puro, que no le es necesaria otra cosa distinta a la hostia
contenida en el Grial51.
Luego de estas revelaciones el ermitaño impartirá a Perceval la
última instrucción
que completará la formación del caballero, relacionada directamente
con
48 Ibíd, vv.6144-6163, p. 1124: “A si perdue la memoire/Que de Deu
ne li sovient mais./.V. foiz passa avris et mais,/Ce sunt .V. anz
trestuit antier,/Ainz Que il entrast en mostier,/Ne Deu ne sa croiz
n’ahora./Tot ensin .V. anz demora,/Por ce ne relaissoit il mie/A
requerre chevalerie,/Que les estranges aventures,/Les felonesses et
les dures aloit querant, et s’an trova/Tant que molt bien s’i
esprova,/N’onques n’enprist chose si grief/Dom il ne venist bien a
chief./.LX. chevaliers de pris/A la cort lo roi Artu pris/Dedenz
.V. anz i enveia./Ensinc les .V. anz empleia,/N’onques de Deu ne li
sovint”. 49 Ibíd., vv. 6233-6249, pp. 1126-1127: “’Por Deu,
seignor, la que feïstes?/ que demandastes? que queïstes?/ - Coi
sire? Fait l’une des dames,/ de nos pechiez il demandasmes/
consoil, et confesse preïsmes./ Lo plus grant besoig i feïsmes/ que
nus crestïens puisse faire,/ qui a Dalmedeu voille plaire.’ Ce que
Percevaus oï ot/ lo fait plorer, et si li plot/ que au saint home
alast parler./ ‘La voldroie, fait il, aler,/ a l’ermite, se je
savoie/ tenir lo santier et la voie.’/ - Sire, qui aler i
voldroit,/ si tenist cest sentier tot droit,/ ensi con nos somes
venu.” 50 L’oncles Ermite. 51 Ibíd., vv. 6346-6354, p. 1130: “Ne ne
cuide pas que il ait/Luz ne lamproies ne salmon,/D’une sole hoiste
li sainz hom,/Que l’an en el graal li porte,/Sa vie sostient et
conforte./Tant sainte chose est li Graals/Et il, qui est
esperitax,/C’autre chose ne li covient/Que l’oiste qui el graal
vient”.
31
realidades trascendentes como el ejercicio de la caridad y el amor
de Dios
revelado en Cristo crucificado. El héroe llega a la conversión,
confiesa todos sus
pecados y recibe finalmente la comunión el día de Pascua. Esta es
la última
acción que otorgó Chrétien de Troyes a Perceval le Galois.
32
2.1 Del héroe de la tradición hacia una intencionalidad
cristiana
The hero of tradition es un término utilizado por Lord Raglan
(1885-1964)52,
miembro del Royal Anthropological Institute, para señalar al héroe
subyacente y
primigenio en el que se funda el héroe del Folktale. Se partirá de
este “hero”
prototípico para delinear el pasado mítico precristiano de
Perceval, que si bien
pasa por una elaboración céltica, hunde sus raíces en tradiciones
culturales
mucho más antiguas que podrían mostrar con más contundencia los
pilares
fundamentales en los que se asienta su narración.
Según la argumentación de Raglan, este Hero of tradition responde
a
características de relatos en las que el tratamiento del lenguaje,
los temas y los
acontecimientos que señalan pasos hacia una iniciación de tipo
regio, se
encuentran completamente alejados de la experiencia inmediata del
pueblo
(folk), de una pretensión historiográfica o de un discurso
especulativo próximo a
la filosofía53. Para el autor, tales características constituyen
señales más que
posibles de ritos referidos a un pasado por encima del tiempo y
la
circunstancialidad, ordenado específicamente a constituirse en
exempla de los
hombres de poder, así parece indicarlo cuando afirma acerca del
fondo que
anima al Folktale:
(se trata de) rituales proyectados hacia el pasado, de los que el
mito es su huella narrativa, no
referidos a un transcurrir temporal histórico sino a un eterno
pasado ritual, una descripción de qué
debe hacer un rey, sacerdote, jefe o mago para asegurar y mantener
la prosperidad de su pueblo,
transmitida a través de la narración de lo que un héroe, es decir,
un rey ideal, una vez hizo54.
52 Lord Raglan, The hero: A Study in Tradition, Myth and Drama,
Londres, Watts and Co., 1949. 53 Ibíd., p. 127. 54 Ibíd., p. 149:
“ritual projected back into the past, not an historical past of
time, but a ritual past of eternity. It is a description of what
should be done by a king (priest, chief, or magician) in order to
secure
33
Los orígenes de estos relatos que permean geografías dispares
pasando por
Grecia a las Islas Británicas, pueden rastrearse según Raglan “en
los sistemas
religiosos de Egipto, Mesopotamia y Palestina, especialmente
asociados al
reinado de tipo divino”55.
Teniendo en cuenta la posición de Raglan, el tema regio del Grial y
sus orígenes
en la oralidad tradicional, podría señalarse que en El Cuento del
Grial subyace
la narración de un rito de iniciación, toda vez que se observa, en
primer lugar,
que en él se describen con claridad las líneas generales de una
transformación
personal, una transición entre un estado de ignorancia a otro de
conocimiento,
entre un estado de ridículo a un estado de dignidad superlativa
idealizante “el
mejor caballero del mundo”; en segundo lugar, que dicha transición
se encuentra
mediada por tres “pasos” definidos que marcan un antes y un después
en la
identidad heróica de Perceval, a saber, la recepción de la orden de
caballería, la
admisión a la Tabla Redonda luego y únicamente después que Perceval
alcanza
la mayor fineza amorosa expresada en el episodio de las gotas de
sangre en la
nieve y el ritual explícito del paso por el sacramento de la
confesión en casa del
Tío Ermitaño, que para la visión cristiana en rigor de términos
representa el paso
esencial del hombre viejo al hombre nuevo56, la conversión del
alma. En tercer
lugar, que no hay en toda la narración de Chrétien, una sola
alusión que vincule
la trama a una cronología específica, a la descripción de un hecho
que se
exprese como verdad histórica o a un discurso especulativo que en
forma de
razonamientos concatenados busque dar cuenta de la realidad. Si a
esto se
añade el hecho de que Perceval, de acuerdo a la narración, es el
único heredero
al trono del Grial si se tiene en cuenta que la línea de sucesión
viene por tres
ramas: la Dama Viuda, ya muerta, el Tío Ermitaño, que renunció a
toda
mundanidad y el anciano al que sirve el Grial, que tiene un hijo
físicamente
incapacitado para dar descendencia, es más que posible afirmar
dicho trasfondo
iniciático.
and maintain the prosperity of his people, told in the form of a
narrative of what a hero, that is, an ideal king once did”. 55
Ibíd., p. 152: “religious systems of Egypt, Mesopotamia, and
Palestine, especially in connection with the divine kingship”. 56
Col. 3, 9-10.
34
Para Raglan, la ritualidad subyacente en el folktale que constituye
a su hero of
tradition se expresa fundamentalmente a través de 22 patrones que
abarcan al
héroe del nacimiento a la muerte y describen las circunstancias en
las que el
destino se materializa míticamente. Estas se presentarán a
continuación para
establecer los bloques esenciales sobre los cuales se narra el
destino de
Perceval.
Los patrones son los siguientes:
(1) La madre del héroe es una virgen pertenenciente a la realeza;
(2) Su padre es un rey, y (3) a
menudo, un pariente cercano de su madre, pero (4) las
circunstancias de su concepción son
inusuales y (5) tiene también reputación de ser hijo de un dios.
(6) Al nacer es víctima de un
atentado contra su vida, fraguado usualmente por su padre o su
abuelo materno, pero 7) él es
arrebatado a la muerte, y (8) criado por padres adoptivos en un
país lejano. 9) No se cuenta nada
de su niñez, sin embargo (10) al alcanzar la madurez, retorna a su
tierra o parte a su futuro reino.
(11) Después de su victoria sobre un rey, un gigante, dragón o
bestia salvaje, (12) se casa con una
princesa, a menudo hija de su predecesor, y (13) asciende a un
trono regio. (14) Por un tiempo
reina sin inconvenientes, y (15) prescribe leyes, pero (16) después
pierde el favor de los dioses o
de sus súbditos, y (17) es obligado a dejar el trono y la ciudad,
después de lo cual (18) encuentra
una muerte misteriosa, (19) frecuentemente en lo alto de una
colina. (20) Sus hijos, si los tiene, no
lo suceden en el trono, (21) su cuerpo no es enterrado, no obstante
(22) tiene uno o más sepulcros
sagrados57.
Respecto a los patrones referidos se puede encontrar en primer
lugar que
Perceval, de acuerdo con el punto 1, se vincula al pasado mítico a
través de una
circunstancia que resulta fundamental por las implicaciones que
tiene tanto para
los esquemas nobiliarios de la Edad Media como para la
predestinación del
héroe, haciéndola aún más íntima: la sangre. Efectivamente,
Perceval, como se
ha dicho, se encuentra vinculado a linaje real por parte de su
madre, quien es
hermana del misterioso rey del castillo del Grial. Respecto al
punto 8, el
personaje es criado fuera de cualquier contacto con la corte y
especialmente de
57 Ibíd., p. 178: “(1) The hero’s mother is a royal virgin; (2) His
father is a king, and (3) Often a near relative of his mother, but
(4) The circumstances of his conception are unusual, and (5) He is
also reputed to be the son of a god. (6) At birth an attempt is
made, usually by his father or his maternal grandfather, to kill
him, but 7) He is spirited away, and (8) Reared by foster-parents
in a far country. 9) We are told nothing of his childhood, but (10)
On reaching manhood he returns or goes to his future kingdom. (11)
After a victory over the king and/or a giant, dragon, or wild
beast, (12) He marries a princess, often the daughter of his
predecessor, and (13) Becomes king. (14) For a time he reigns
uneventfully, and (15) Prescribes laws, but (16) Later he loses
favour with the gods and/or his subjects, and (17) Is driven from
the throne and city, after which (18) He meets with a mysterious
death, (19) Often at the top of a hill. (20) His children, if any,
do not succeed him, (21) His body is not buried, but nevertheless
(22) He has one or more holy sepulchres”.
35
cualquier contacto con la caballería, hecho que provoca el
desconocimiento de
su identidad. La variación medieval de este punto, difícilmente
accidental, se
expresa en el hecho de que Perceval es criado por su propia
madre58. Respecto
al punto 9, se hayan también coincidencias: la permanencia del
héroe en el
bosque al que lo lleva su madre para criarlo, no genera ningún
detalle importante
hasta que encuentra a los caballeros en edad suficiente para tomar
armas y salir
de su tierra en búsqueda de Arturo. En cuanto al punto 10, Perceval
vencerá al
caballero que asedia Biaurepaire donde conocerá al amor de su vida,
señora del
castillo, pero no se casará con ella inmediatamente. El desenlace
de su relación,
así como la adecuación de la historia al resto de numerales, no
puede ser
determinada con certeza dado que la obra no se terminó. Sin
embargo, el final
feliz que plantean las obras que Chrétien finalizó, podría sugerir
que Perceval
llegaría a lo sumo al punto 13, terminando su vida como rey del
castillo del Grial.
Respecto a la amada de Perceval, Blanchefleur, es importante
señalar que si
bien El Cuento del Grial contempla la posibilidad mítica del Hieros
Gamos o
matrimonio sagrado59, mencionada por Lord Raglan como
circunstancia
importante pero no fundamental para el ascenso del héroe al trono,
esta es
desarrollada en Perceval de forma muy distinta a los destinos de
los demás
caballeros de Chrétien en quienes el papel de la dama es unívoco,
esencial, pues
presenta a un héroe completamente enamorado de su dama y al mismo
tiempo
acuciado por el destino hacia el castillo del Grial en una vía que
no le conduce
directamente a Blanchefleur sino que más bien le aleja de ella. En
contraste con
el papel de la dama, la relevancia del papel mítico que tiene la
posesión del poder
conferido por la divinidad es muy distinta. Esta es planteada por
el autor como
requisito indispensable60 para el ascenso al trono, hecha evidente
a través de la
58 Es importante mencionar la relevancia de este hecho para el
héroe medieval, como lo plantea Paloma Gracia en: Gracia, P., Las
señales del destino heroico, Barcelona, Montesinos, 1991, p. 145.
“Existía la convicción de que cuando el feto se hallaba en el seno
materno se alimentaba de sangre, pero que, tras el alumbramiento,
la naturaleza hacía que ascendiera hasta los pechos para que se
transformara en leche, de ahí que ama y niño quedaran unidos por un
fuerte lazo. (…) Se consideraba también por ello que tanto el
carácter como la constitución física del pequeño estaban
influenciados por la leche que había recibido. (…) Únicamente en
este caso el niño estaba a salvo de los peligros físicos y
psíquicos que corrían aquellos que eran criados por otras mujeres.
(…) Es señal de virtud que la propia madre amamante a sus hijos: el
modelo es María” En este sentido, el narrador podría estar
manifestando que la filiación de Perceval al linaje del Grial es
completamente pura. 59 Lord Raglan., 1949, p. 196. 60 Ibíd., p.
196.
36
victoria sobrehumana del héroe sobre los elementos o los hombres.
En esta vía,
para Lord Raglan es claro que el papel ritual del mito parte de una
concepción
religiosa de la realidad, como él mismo afirma respecto a los
poemas homéricos
en cita textual:
Aunque los poemas homéricos se refieren casi enteramente a los
hechos de los dioses y de héroes
a los que se rinde culto, y que además en tiempos clásicos los
poemas eran, como muestra el
profesor Thomson, poemas sagrados recitados en festivales sagrados,
muchos académicos
clásicos están tan obsesionados con su aspecto literario que se
vuelven incapaces de darse cuenta
de su carácter religioso61.
Si el carácter religioso es parte constitutiva del mito, es posible
inferir que entre
los fundamentos míticos precristianos del relato de iniciación del
héroe hacia la
regencia, el papel de la divinidad, pagana o no, tiene un papel
preponderante,
toda vez que uno de los factores del declive heroico es también la
pérdida del
favor de los dioses, como indica el punto 16 del patrón elaborado
por Raglan.
Paloma Gracia en su trabajo Las señales del destino heroico parece
estar de
acuerdo en este punto cuando trata el tema del sometimiento del
héroe recién
nacido a circunstancias adversas, en coordinación con lo que Raglan
señala en
los puntos 6, 7 y 8. En efecto, para la autora, el hecho de que el
recién nacido
sobreviva a pruebas que por lo común significarían una muerte
segura, es un
signo inequívoco no solamente de que el infante es llamado a la
supremacía
entre los demás hombres, sino también de “que el elegido goza del
favor de las
fuerzas que están por encima de él”62. Se trata de una necesidad de
hacer clara
y manifiesta la elección a la heroicidad63. Si bien en el Perceval
de Chrétien de
Troyes no se da esta manifestación desde una infancia
especialmente
amenazada, sí se hace uso de la herramienta narrativa del
vaticinio, que a través
de la doncella de la corte de Arturo, deja muy claro a todos los
caballeros de la
Tabla Redonda que Perceval, a pesar de su simpleza, es el elegido a
la
supremacía caballeresca. El carácter de las “fuerzas” que operan
sobre el
destino del héroe es precisado por Paloma Gracia señalando la
existencia de un
61 Ibíd., p. 168: “Yet although the Homeric poems are concerned
almost entirely with the doings of gods and worshipped heroes, and
although in classical times the poems were, as Professor Thomson
shows, sacred poems recited at sacred festivals, yet most classical
scholars are so obsessed by their literary aspect that they become
quite incapable of realizing their religious carácter”. 62 Gracia,
P., 1991, p. 204. 63 Ibíd., p. 203.
37
punto en común entre las infancias de la hagiografía, la poesía
épica y la
mitología clásica, que es pertinente señalar en consonancia con el
trasfondo
mítico que se busca establecer: “En el fondo de la tradicionalidad
y la pervivencia
de las formas está la pervivencia de las creencias: en el fondo de
esa superación
de la adversidad del héroe está la fe en que esta es expresión de
que la divinidad
está a su lado”64.
Es precisamente en el papel de la divinidad respecto al destino
heroico donde
puede ubicarse el cambio de sentido más importante que el medioevo
operó
sobre el trasfondo pagano. Como lo confirma Paloma Gracia, la
creencia antigua
en que la divinidad está cerca del héroe…
(…) es heredada y asumida por el medievo cristiano, que, más que
sustituir la idea pagana de la
fuerza natural que juzga y decide la suerte del individuo, respeta
ésta, sobreponiéndole la figura
de Dios tanto para el caso de los héroes como para el de los
santos, cuyas cualidades terminan
por confundirse65.
Es importante hacer hincapié en el tremendo cambio de sentido y
de
implicaciones del destino heroico que se opera con la aparente
simple sustitución
de una divinidad, cualquiera que esta fuera, por el Dios de los
Evangelios, pues,
si es Dios precisamente quien destina, necesariamente toda la
aventura heroica
se reinterpreta a partir de un sentido salvífico, que contempla
como combate
fundamental, el combate del alma dotada de libre albedrío entre el
cuplimiento
de la voluntad de Dios y la seducción de la opción posible por el
egoísmo y el
mal llevada a cabo por un enemigo definido y mortal común a todos
los héroes
a partir de ese momento: Satanás y sus secuaces, que bien