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Estimadas amigas y estimados amigos: Los bolivianos, según afirman algunos analistas, tienen la capacidad de llevar las tensiones sociales al extremo -y frenar estas dinámicas impulsivas en último momento-. Como recordó recientemente un columnista: “Todos aquellos que son analistas políticos o también los políticos saben muy bien lo que una funcionaria de Naciones Unidas expresó en los años cincuenta sobre Bolivia, ella dijo que los bolivianos son expertos en correr hasta el borde del abismo... pero que rara vez dan el último paso” (en La Razón, 24/2/07 ). Desde el último boletín del diciembre pasado las tendencias preocupantes de enfrentamientos, como el de Cochabam- ba, afortunadamente se han revertido y el proceso político recobró sus cauces insti- tucionales, especialmente con la supera- ción de las divergencias sobre el procedi- miento de votación en la Asamblea Constituyente. Claro, que no faltan reflexiones pesimis- tas o advertencias sobre la sostenibilidad de este acuerdo: “Alguien dijo alguna vez que en Bolivia nunca hay soluciones, solo salidas. Como no podemos ponernos de acuerdo, como ninguno es capaz de imponerse del todo al otro, entonces pos- tergamos el momento de la verdad hasta una próxima ocasión.” (en El Pulso, 2/3/2007 y Infolatam ). Como nos enseña la teoría del conflicto, en realidad los conflictos nunca se resuelven, se trans- forman, y ojala en una buena dirección. Evidente, los puntos de vista proliferan, según ideología y enfoque. Algunos ana- listas, como el mexicano Jorge Castane- da, ven con preocupación el fortaleci- miento de la nueva izquierda latinoameri- cana y el populismo (en “La batalla por América Latina ”, Bitácora Almendrón). Otros se muestran más optimistas, como el articulista Pablo Stefanoni en bol- press.com o Angel Guerra Cabrera en La Jornada de México: “Un año de gobierno de Evo Morales ha sido suficiente para rescatar la soberanía y la dignidad de Bolivia, así como ganar el respeto y la admiración mundial.” (“La batalla de Evo ”). He aquí una pequeña selección de la co- secha de nuestra “pesca virtual” (desde el comienzo del año) sobre temas de con- flicto, interculturalidad y construcción de paz. * “¿Cuál es el balance sobre la agenda indigenista del Gobierno boliviano”, Fer- nando Mayorga discute el tema en la revista Nueva Sociedad (todavía de di- ciembre del año pasado). * En este contexto muchos analistas revi- san y analizan con detalle los documen- tos oficiales, como el Plan Nacional de Desarrollo o propuestas de ley, como la de justicia comunitaria (ver) y los dife- rentes programas de gobierno de los par- tidos políticos, presentados en la Corte Nacional Electoral . * Los estudios de conflictividad sobre países o situaciones específicas están de boga y los métodos e instrumentos se siguen desarrollando, mezclando elemen- tos cuantitativos y cualitativos. Un buen ejemplo de un abordaje pragmático de análisis es el reporte “Escenarios de con- flicto y actores socio-políticos en Boli- via ” de Ulrich Goedeking y Moira Zua- zo, editado por la Fundación Friedrich Ebert. Pescador virtual La Fundación UNIR Bolivia contribuye a la construcción de una cultura democrática, inclusiva y deliberativa, a fin de trasformar los espacios de conflicto en otros de concertación entre la sociedad y el Estado, y al interior de sí misma. Enero-marzo de 2007 Año 2 número 2

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Desde el último boletín del diciembre pasado las tendencias preocupantes de enfrentamientos, como el de Cochabam- ba, afortunadamente se han revertido y el proceso político recobró sus cauces insti- tucionales, especialmente con la supera- ción de las divergencias sobre el procedi- miento de votación en la Asamblea Constituyente. Enero-marzo de 2007 Año 2 número 2

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Estimadas amigas y estimados amigos:

Los bolivianos, según afirman algunos analistas, tienen la capacidad de llevar las tensiones sociales al extremo -y frenar estas dinámicas impulsivas en último momento-. Como recordó recientemente un columnista: “Todos aquellos que son analistas políticos o también los políticos saben muy bien lo que una funcionaria de Naciones Unidas expresó en los años cincuenta sobre Bolivia, ella dijo que los bolivianos son expertos en correr hasta el borde del abismo... pero que rara vez dan el último paso” (en La Razón, 24/2/07). Desde el último boletín del diciembre pasado las tendencias preocupantes de enfrentamientos, como el de Cochabam-ba, afortunadamente se han revertido y el proceso político recobró sus cauces insti-tucionales, especialmente con la supera-ción de las divergencias sobre el procedi-miento de votación en la Asamblea Constituyente. Claro, que no faltan reflexiones pesimis-tas o advertencias sobre la sostenibilidad de este acuerdo: “Alguien dijo alguna vez que en Bolivia nunca hay soluciones, solo salidas. Como no podemos ponernos de acuerdo, como ninguno es capaz de imponerse del todo al otro, entonces pos-tergamos el momento de la verdad hasta una próxima ocasión.” (en El Pulso, 2/3/2007 y Infolatam). Como nos enseña la teoría del conflicto, en realidad los conflictos nunca se resuelven, se trans-forman, y ojala en una buena dirección. Evidente, los puntos de vista proliferan, según ideología y enfoque. Algunos ana-listas, como el mexicano Jorge Castane-da, ven con preocupación el fortaleci-miento de la nueva izquierda latinoameri-

cana y el populismo (en “La batalla por América Latina”, Bitácora Almendrón). Otros se muestran más optimistas, como el articulista Pablo Stefanoni en bol-press.com o Angel Guerra Cabrera en La Jornada de México: “Un año de gobierno de Evo Morales ha sido suficiente para rescatar la soberanía y la dignidad de Bolivia, así como ganar el respeto y la admiración mundial.” (“La batalla de Evo”).

He aquí una pequeña selección de la co-secha de nuestra “pesca virtual” (desde el comienzo del año) sobre temas de con-flicto, interculturalidad y construcción de paz. * “¿Cuál es el balance sobre la agenda indigenista del Gobierno boliviano”, Fer-nando Mayorga discute el tema en la revista Nueva Sociedad (todavía de di-ciembre del año pasado). * En este contexto muchos analistas revi-san y analizan con detalle los documen-tos oficiales, como el Plan Nacional de Desarrollo o propuestas de ley, como la de justicia comunitaria (ver) y los dife-rentes programas de gobierno de los par-tidos políticos, presentados en la Corte Nacional Electoral.

* Los estudios de conflictividad sobre países o situaciones específicas están de boga y los métodos e instrumentos se siguen desarrollando, mezclando elemen-tos cuantitativos y cualitativos. Un buen ejemplo de un abordaje pragmático de análisis es el reporte “Escenarios de con-flicto y actores socio-políticos en Boli-via” de Ulrich Goedeking y Moira Zua-zo, editado por la Fundación Friedrich Ebert.

Pescador virtual

La Fundación UNIR Bolivia contribuye a la construcción de una cultura democrática, inclusiva y deliberativa, a fin de trasformar los espacios de conflicto en otros de concertación entre la sociedad y el Estado, y al interior de sí misma.

Enero-marzo de 2007 Año 2 número 2

* La Fundación Fride (Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diá-logo Exterior) ha publicado una serie de documentos sobre la realidad boliviana, por ejemplo el cuaderno “La Refunda-ción del Estado en Bolivia” y el comen-tario “Bolivia, los desafíos para refor-mar el Estado”, ambos de Isabel More-no y Mariano Aguirre (ver publicacio-nes de FRIDE).

* Un trabajo reciente sistematiza herramientas y metodologías de aportes de paz del programa Pacipaz en Colombia – muy recomendable por su enfoque concreto: “Prácticas sensibles a los conflictos y la paz: contribuciones conceptua-les y ejemplos de aplicación”. * Otra sistematización se dedica a los conflic-tos medioambientales en Ecuador, un docu-mento voluminoso con una gran variedad de ejemplos: “Experiencias Metodológicas de Manejo de Conflictos Socioambientales en Ecuador”, de Víctor Hugo Torres Dávila, edi-tado por la Plataforma de Acuerdos Socio Am-bientales.

* ¿Cómo extraer lecciones aprendidas de pro-cesos educativos? ¿Cómo sistematizar expe-riencias en nuestro ámbito? La Alianza de Construcción de Cultura de Paz publicó un manual para facilitadores: “Sistematización de experiencias que contribuyen a la construcción de cultura de paz”. La página web Educación para la Paz ofrece además una serie de otras publicaciones relevantes, por ejemplo una “Gramática de la conciliación”.

* En el boletín anterior recomendamos un tra-bajo de Xavier Albó y Franz Barrios “Por una Bolivia plurinacional e intercultural con auto-nomías”. Existe una versión más actualizada y mejor editada – un estudio fundamental para quienes se interesan por nuevas formas de ins-titucionalidad democrática. * En este contexto también vale la pena mirar más allá de los confines bolivianos, como hace Ivanna Fernández Martinet en un estudio com-parativo sobre multiculturalismo, editado por PADEP/GTZ. * Por último, un análisis más estadístico sobre el tema indígena y pobreza en el contexto de las metas del milenio se encuentra en la Uni-dad de Análisis de Políticas Sociales y Econó-micas.

* Para los aficionados de indicadores y siste-mas de prevención, remito a varios documen-tos sobre la construcción metodológica en aler-ta temprana del Stockholm International Peace Research Institute (en inglés): por ejemplo, “Early Warning Indicators System for Preven-tive Policy”:, Hablando de Estocolmo, encon-tramos otro estudio para angloparlantes: “Manual for Conflict Analysis" de la coopera-ción sueca.

ANEXO Nota: UNIR no se responsabiliza por las opiniones vertidas

en los anexos. JUSTICIA COMUNITARIA.

Ensayo sobre la tolerancia Jennifer Guachalla Escóbar*

El estudio y tratamiento de la justicia comunita-ria es y será siempre un ejercicio colectivo de tolerancia –de ahí la importancia del actual debate generado por el proyecto de ley sobre justicia de los pueblos indígenas-, porque para entender a la justicia comunitaria debemos intentar –por un momento- despojarnos de nuestra lógica occidental de pensamiento y tratar de entender la “cosmovisión” de los pue-blos indígenas (conjunto de principios, creen-cias y valores a partir de los cuales se interpre-tan todos los aspectos de la vida de sus miem-bros), que nos es ajena total o parcialmente. Vamos a comenzar definiendo a la justicia co-munitaria, como lo hace el artículo 33 de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas (aprobada 29 de junio de 2006 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU) -al igual que la justicia ordinaria o for-mal- la justicia comunitaria o más propiamente el Derecho de los pueblos indigenas, es un “sistema jurídico”, compuesto por normas, valo-res, autoridades, instituciones y procedimientos que sirven para regular la vida social, resolver conflictos y organizar la convivencia en una comunidad indígena. Cabe aclarar que la justicia comunitaria no se aplica en área urbana y no es lo mismo que el linchamiento (acción delictiva realizada por muchedumbres, que no sigue ninguna norma o procedimientos y es reflejo del debilitamiento de la confianza del ciudadano en las institucio-nes públicas). La justicia comunitaria es la primera forma de administración de justicia que han conocido todas las civilizaciones, en algunos Estados al desaparecer las culturas originarias también desaparece la riqueza de sus normas de cos-tumbre, sin embargo en nuestro país así como en muchos otros con población indígena - origi-naria (como México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia, etc.), ha pesar de que su sistema formal de justicia adopta el sistema de

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Los diferentes aportes de la Escola de Cultura de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en temas de conflictividad nacional se conocen y estiman en la comunidad de los conflictólogos y trabajadores por la paz, en este caso la exploración sobre metodologías de aproximación entre partes, descrita con detalle en el Anuario de Procesos de Paz. También ofrece alertas y barómetros sobre conflictos armados o postconflictos.

Foto Internet

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Finalmente, sólo me queda decir que un debate plural, abierto y tolerante sobre Bolivia como un país diverso, debe incluir la diversidad de sistemas jurídicos existentes en nuestro país como un hecho (pluralismo jurídico), y a partir de esta constatación identificar las formas de cooperación y coordinación que deben existir entre la justicia comunitaria y la ordinaria.

* Es abogada especialista en derecho constitucional y ciencia

política [email protected]

derecho codificado de origen francés (el pri-mer código civil de Bolivia de 1830 es una co-pia resumida del francés), la justicia comunita-ria o derecho de los pueblos indígenas ha sub-sistido de “forma paralela al sistema formal y subterránea al Estado”. A partir de la década de los ochenta, como consecuencia de los procesos de globalización, los Estados co-mienzan a visualizar los derechos de los “grupos minoritarios” o “diferenciados”, en con-secuencia las Constituciones latinoamericanas inician el proceso de reconocimiento de dere-chos de los pueblos indígenas y con ellos el derecho a administrar justicia. En Bolivia esto ocurre con la aprobación del art.171 de la Constitución Política del Estado de 1994, el mismo que establece: “las autoridades natura-les de las comunidades indígenas campesinas podrán ejercer funciones de administración y aplicación de normas propias… en conformi-dad a sus costumbres y procedimientos” Con esa pequeña introducción vamos a reto-mar el tema inicial, ¿porqué decimos que en-tender la justicia comunitaria requiere un ejerci-cio de tolerancia y apertura?, porque a diferen-cia de la justicia ordinaria -que persigue la con-clusión del conflicto con un fallo que define un perdedor y un ganador (sistema adversarial) y/o la imposición de un castigo-, la justicia comu-nitaria persigue la restitución del equilibrio, la paz y la convivencia de la comunidad (considerados entre los bienes más importan-tes), adicionalmente podemos decir que la jus-ticia comunitaria es oral, rápida, gratuita, cuen-ta con la participación de los miembros de la comunidad, es flexible y se adapta a nuevas circunstancias; a nosotros los juristas bolivia-nos esto nos es particularmente dificultoso de entender, dado que nuestra formación nos condiciona a visualizar un mundo de normas escritas, codificadas y un sistema de justicia rígido y formal (dado que los procesos de la justicia ordinaria en Bolivia son predominante-mente escritos, sólo contamos con jueces ciu-dadanos en juicios penales y nuestros códigos están vigentes por décadas). Respecto al hecho de que el acusado -en un proceso de la justicia comunitaria- no cuenta con un aboga-do, esto no implica que no se respete su dere-cho a la defensa, dado que el derecho a la defensa tiene dos dimensiones: la defensa material que la realiza el mismo acusado de forma personal y la defensa técnica que se realiza a través de un profesional abogado (lo cual, dicho sea de paso, implica un costo para el litigante). Al interior de la justicia comunitaria se practica la defensa material. En referencia a las sanciones de la justicia comunitaria, estas buscan en principio la repa-ración antes que la represión y la restitución antes que el castigo, el fin de la sanción es la reconciliación, no el castigo en sí mismo. Las sanciones son principalmente de tipo moral /psicológico, como las llamadas de atención, o

materiales como la reparación del daño, multas, etc. (por lo general en cuotas establecidas por las partes) actualmente cada vez más comunidades indígenas remplazan las antiguas sanciones de tipo físico por sanciones restitutivas o reparado-ras. Dado que las comunidades no poseen “prisiones o cárceles” las sanciones más graves, son la expulsión de la comunidad y la derivación del caso a la justicia ordinaria No debemos idealizar a la justicia comunitaria, dado que todo sistema de justicia “humano” tiene sus problemas. Al igual que los jueces, las autori-dades de la justicia comunitaria pueden equivo-carse e imponer sanciones desproporcionadas al hecho, razón por la cual es importante que la ley defina el límite de la justicia comunitaria (prohibiendo la tortura y la pena de muerte) y el órgano responsable de ejercer ese control (que podría ser el Tribunal Constitucional), por otra parte la ley también debe definir el alcance de la justicia comunitaria en lo que respecta el tipo de conflictos que puede conocer, a quiénes puede juzgar y en qué lugares (competencia material, personal y territorial). En lo que respecta a la cuestión de género, dado que vivimos en una sociedad altamente patriarcal (tanto en área urbana como rural) el sistema de justicia (ordinario y comunitario) conculca los de-rechos de las mujeres, por ejemplo el art. 317 del Código Penal vigente absuelve al acusado de rapto cuando se casa con la víctima, por su parte la justicia comunitaria emite fuertes sanciones contra la mujer adultera o la que se practica un aborto, además de negar o dificultar el acceso de las mujeres a la tierra. También podemos señalar que ambos sistemas de justicia tienen problemas al momento de san-cionar a los violadores, registrándose elevados porcentajes de “delitos sexuales” resueltos me-diante la “re-conciliación y/o el resarcimiento del daño” promovidos por policías, fiscales, jueces y/o autoridades de la justicia comunitaria. Sin embargo, creo que es saludable que los boli-vianos comencemos a hablar de los problemas de la justicia en Bolivia, tanto la justicia ordinaria co-mo la comunitaria, en ese contexto es importante recordar la escasa cobertura del servicio de justi-cia ordinaria (solo el 55% de los municipios cuen-tan con jueces, el 23% con fiscales y el 3% con defensores públicos) razón por la cual, en aras de promover el derecho de acceso a la justicia de los bolivianos, es importante promover no solo el sis-tema de justicia comunitaria, sino también los jueces de paz, los medios alternativos de solución de conflictos, etc. Finalmente, sólo me queda decir que un debate plural, abierto y tolerante sobre Bolivia como un país diverso, debe incluir la diversidad de siste-mas jurídicos existentes en nuestro país como un hecho (pluralismo jurídico), y a partir de esta constatación identificar las formas de cooperación y coordinación que deben existir entre la justicia comunitaria y la ordinaria.

Agradecimientos por las sugerencias a Xavier Albó (CIPCA), Jennifer Guachalla (del Programa Ciudadanos Trabajando por la Justicia quien nos dejó un comentario sobre justicia comunitaria, ver anexo) y a los colegas en UNIR: Chiaki Kinjo, Pe-dro Gómez, Gabi Ugarte y Jorge Marío Oroxon. Saludos y muchos éxitos, C. Gregor Barié Fundación UNIR Bolivia [email protected] [email protected]

Diseño y edición: Gabriela L. Ugarte Nota: Agradecemos cualquier sugerencia o comentario sobre el Pescador Virtual. UNIR no asume responsabilidad alguna por los artículos o materiales de lectura recomendados o citados.

Agenda UNIR Bolivia

Iniciativas UNIR Bolivia de sus áreas Información, Negociación, Diálogo y Deliberación

Banco Temático

27 y 28 marzo: Presentación en Oruro del Banco Temático (www.bancotematico.org) y de los resultados del monitoreo sobre la estructura y los contenidos de los medios de comunicación, realizado por el Observa-torio Nacional de Medios.

Colectivos Interculturales

4 de abril: Inauguración de la exposi-ción fija de los Colectivos Culturales de UNIR en la Casa de Cultura de Sucre, titulada "¿Cómo asumimos nuestra diversidad? Pasado, presente y futuro de un reto nacional pendien-te". Esta muestra, realizada a solicitud de la Alcaldía de Sucre, ilustra con fotografías y relatos audiovisuales las relaciones contradictorias entre clases y culturas en Bolivia. Inicio de postgrado “Especialidad en Análisis y ma-

nejo de conflictos”

21 de mayo: Inicio de clases de la "Especialidad en Análisis y manejo de Conflictos en Bolivia", en las ciudades de Tarija, Oruro y Sucre, organizada con el auspicio de UNIR por la Universidad Católica de Bolivia, la Universidad Técni-ca de Oruro y la Universidad Andina Simón Bolívar, respectivamente.