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    Simn Mago. Septiembre de 2014.

    Blog de Antonio Piero

    Como base, no tenemos sobre este personaje ms que un tex-to de los Hechos de los Apstoles, que transcribo a continua-cin. Lo dems son todo comentarios. Vern que el tema no esfcil porque hay mucha especulacin gnstica:

    9 Haca tiempo que haba en aquella ciudad de Samaria unhombre llamado Simn, que practicaba la magia y tena fuerade s a la gente de Samaria diciendo que era alguien importan-te. 10 Todos le prestaban atencin desde el ms pequeo alms grande, y decan: ste es el llamado Gran Poder de Dios.11 Y le prestaban atencin porque durante largo tiempo los ha-ba tenido fuera de s con sus artes mgicas. 12 Pero cuandocreyeron a Felipe, que predicaba la buena nueva sobre el reinode Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban tanto hombrescomo mujeres. 13 El mismo Simn tambin crey, y una vezque se bautiz, permaneca asiduamente con Felipe, y estabafuera de s al ver los signos y grandes milagros que sucedan.

    14 Cuando los apstoles que estaban en Jerusaln oyeron queSamaria haba recibido la palabra de Dios, enviaron all a Pedroy a Juan, 15 quienes bajaron y oraron por ellos para que reci-

    bieran el Espritu Santo. 16 Porque todava no haba descendidosobre ninguno de ellos, sino que solamente haban sido bauti-zados en el nombre del Seor Jess. 17 Entonces les imponanlas manos, y reciban el Espritu Santo. 18 Cuando Simn vioque mediante la imposicin de manos de los apstoles se dabael Espritu, les ofreci dinero 19 diciendo: Dadme tambin a meste poder, para que aquel a quien yo imponga las manos reci-ba el Espritu Santo. 20 Pero Pedro le dijo: Que tu dineroquede contigo para tu perdicin, porque has pensado que el

    don de Dios se adquiere con dinero. 21 T no tienes arte ni par-te en este asunto, pues tu corazn no es recto a los ojos deDios. 22 Arrepintete, pues, de esta maldad tuya y ora al Seorpara que te perdone este pensamiento de tu corazn. 23 Puesveo que ests sumergido en amargura como la hiel y prisionerode la iniquidad. 24 Simn replic diciendo: Orad vosotros alSeor por m para que no me suceda nada de lo que habis di-cho. 25 Pero ellos, despus de dar testimonio y de hablar lapalabra del Seor, regresaban a Jerusaln y predicaban el Evan-gelio en muchas aldeas de los samaritanos.

    Transcribo unos extractos de un seminario amplio sobre Lagnosis juda, organizado por el Prof. Dr. D. Jos Montserrat ypor m mismo. La parte IV trat de Simn Mago. Los textos van

    numerados. Como se ver, el tema no es fcil.La figura de Simn Mago es el primer exponente claro de unaprotognosis juda, pero su figura pertenece parte a la historia yparte a la leyenda o a las opiniones que de Simn se fueronformando sus seguidores. Las fuentes mismas (divididas entres grupos: del siglo I; del II, y del III y IV) ayudan a discerniren las noticias sobre Simn y sus secuaces diversos estratos deinformacin. Esta distincin nos ayudar a formarnos una ideams precisa del Simn histrico y del simonianismo, o sistema

    gnstico que se form en torno a su figura.A)El primer estrato de informacin, del siglo I, corresponde alos Hechos de los apstoles (en torno al 90 d.C.): en Hch 8, 9-24 se describe a Simn como un mago samaritano.

    Texto 1:

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    Hch 8,9-13: Haba en la ciudad un hombre llamado Simn,que desde tiempo atrs ejerca la magia y traa maravillada a lagente de Samara. Deca que l era un gran personaje. Todos le

    hacan caso, grandes y pequeos, pues decan: ste es la po-tencia de Dios llamada grande. Le hacan caso porque durantebaste tiempo les haba estado embaucando con sus artes m-gicas. Pero cuando creyeron a Felipe que les evangelizabaacerca del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, se bauti-zaron hombres y mujeres. El mismo Simn crey y una vezbautizado no cesaba de acompaar a Felipe y cuando vea se-ales y grandes prodigios que sucedan se maravillaban. Vien-do Simn que por la imposicin de las manos de los apstolesse otorgaba el Espritu Santo, les ofreci dinero diciendo:

    Dadme a m tambin ese poder, de modo que aqul al queimponga yo las manos reciba el Espritu Santo. Pedro le con-test: Que tu dinero vaya contigo a la perdicin porque inten-taste comprar con dinero el don de Dios, t no tienes arte niparte en este asunto, ya que tu corazn no es recto a los ojosde Dios. Arrepintete, pues, de tu maldad y ruega al Seor aver si se aparta de ti esa idea de tu corazn, puesto que te veodestinado a la hiel amarga y a las cadenas de los inicuos. Si-mn respondi Rogad al Seor por m a fin de que no me su-

    ceda nada de lo que habis dicho.Comentario de J. Montserrat (en diversos lugares de su obra

    fundamental, Los gnsticos I y II, Gredos, Madrid, 1983).

    Esta percopa es redaccional, muestra el triunfo del cristia-nismo sobre otros grupos judos religiosos rivales. Lucas re-ajusta la figura de Simn y la coloca debajo de la de Jess y loscristianos, como ya se hizo con Juan Bautista y sus seguidores.

    Ncleo histrico: que Simn fue un taumaturgo; que desarro-ll su actividad en Samara a la vez que los primeros misione-ros cristianos, que la gente le creyera enviado de Dios o encar-

    nacin de Dios (Fuerza de Dios).Como Celso y otras fuentes (Orgenes; Eusebio) creen que lossimonianos era cristianos, es posible que el bautismo de Simnno sea un rasgo apologtico de la redaccin de Lucas.

    B) Segundo estrato: Justino Mrtir(hacia el 150 d.C.) ofrecenuevos datos sobre Simn, quizs de una fuente independien-te de Lucas (Textos: 1 Ap. 26. 56; Dial. 120) y representa unsegundo estrato. Justino escribi una breve obra (Sntagma =Compositio) sobre Simn, hoy perdida, pero que probable-

    mente utiliz Ireneo de Lyon. Textos 12, 13 y 14:

    2 Segundo estrato: Justino Mrtir(1 Ap. 26, 1-3):

    Despus de la ascensin de Cristo al cielo los demonios susci-taron a ciertos hombres que se proclamaban dioses, los cualesno slo no fueron perseguidos por vosotros, sino que los ha-llasteis dignos de recibir honores. Por ejemplo, un tal Simnsamaritano, originario de una aldea llamada Gitn, que entiempos del Csar Claudio realiz prodigios mgicos por artede los demonios que lo movan, fue tenido por Dios en vuestraciudad imperial de Roma y honrado entre vosotros con unaestatua como un Dios. Esta imagen se levant en el ro Tberentre dos puentes y lleva la siguiente inscripcin en lengualatina: Simoni Deo Sancto, es decir, A Simn Dios Santo. Casitodos los samaritanos y unos pocos hombres en las demsnaciones lo adoran y lo consideran como el primer Dios. Unacierta Helena, que lo acompaaba en sus vagabundeos en

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    aquel tiempo, y que antes haba vivido en un prostbulo, esconsiderada el primer pensamiento producido por l.

    3 Justino, 1 Ap. 56: Simn en tiempos de Claudio Csar es

    honrado con una estatua en Roma y tenido por Dios.

    4 Justino, Dilogo con Trifn, 120, 6: He comunicado por es-crito al Emperador que los samaritanos estn engaados si-guiendo al mago Simn, de su propio pueblo, que afirmanellos ser Dios por encima de todo principio (arkh), potestad(exousa) y potencia (dnamis).

    Qu aade o precisa Justino mrtir? Que Simn naci en Gi-tn, Samara, cerca de Flavia Nepolis (patria de Justino); con-firma la acusacin de magia; precisa que sus seguidores le tu-vieron por Dios, lo divinizaron. Le llamaban el Dios primero.Justino aade tambin que los samaritanos adoran tambin auna cierta Helena, que acompa a Simn en sus peregrina-ciones, rescatada por Simn de un prostbulo, y que a estaHelena le llamaban Primer pensamiento (nnoia), nacida deSimn.

    Comentario de Jos Montserrat (Los Gnsticos):

    Justino prueba esta afirmacin apelando a una supuesta esta-

    tua erigida en Roma a Simn (Simoni Deo Sancto , estatua enRoma, pro en realidad Semo [Deo] Sanco: una deidad sabina =sincretizado con Zeus).

    Puede ser histrico que a la muerte de Simn sus secuaces ledieran culto como Dios (Gran Potencia). Es imposible sabercon certeza si ese ttulo se lo dio Simn a s mismo o se lo atri-buyeron sus seguidores.

    De manera incidental es interesante observar que ya a finalesdel siglo I no slo fue divinizado Jess, sino tambin algn queotro personaje, en concreto Simn. Esto es importante a la

    hora de hacer una historia de la evolucin teolgica del cris-tianismo primitivo.

    Respecto a Helena lo ms probable es que fuera divinizada noen vida, sino tras la muerte de Simn, y que los simonianos lallamaran Primer pensamiento. Esto supone ya un sistemagnstico bastante desarrollado.

    C) El tercer estratocorresponde a las noticias sobre Simn deIreneo de Lyon e Hiplito de Roma. Texto 15.

    5 Tercer estrato: Ireneo de Lyon.

    Ireneo, Adv. Haer., I 23, 1ss: Simn ha sido glorificado pormuchos como Dios. Si bien haba aparecido como Hijo entrelos judos; haba descendido a Samara como Padre y habavenido a las dems naciones como Espritu Santo, afirmabaque l era la Potencia altsima, es decir, el Padre que est so-bre todas las cosas, aunque toleraba ser invocado por loshombres bajo variadas denominaciones. He aqu la doctrina dela secta de Simn samaritano, del que procedieron todas lasherejas. Simn rescat a una prostituta llamada Helena enTiro de Fenicia, y la llevaba consigo diciendo que era el Primerpensamiento (nnoia) de su mente, madre del universo, pormedio de la cual al principio haba pensado hacer a los ngelesy arcngeles. Este Pensamiento, surgiendo de l y sabiendo loque quera su Padre, descendi a las cosas de abajo y engen-dr ngeles y potestades, por los cuales fue creado este mun-do. Una vez engendrados, retuvieron a nnoia por envidia, ya

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    que no queran que se les tuviera por progenie de algn otro.Efectivamente, desconocan en absoluto la existencia de Si-mn, quedando la nnoia retenida por las potestades y los

    ngeles que haba emitido, quienes le hicieron sufrir toda clasede vejmenes para que no se remontase hacia su Padre; hastatal punto que la encerraron en un cuerpo humano y estuvosiglos enteros transmigrando de un cuerpo de mujer a otro,como en un continuo trasvase. De este modo se encontrabaen aquella Helena que fue la causa de la guerra de TroyaTransmigrando de cuerpo en cuerpo, sufriendo siempre veja-cin por esta causa, vino a parar de prostituta en un burdel,y sta es la oveja perdida. Por esto vino Simn, con el fin derecogerla la primera y librarla de sus cadenas, y con el fin tam-

    bin de otorgar la salvacin a los hombres por medio de laconciencia de s mismos. Dado que los ngeles gobernabanmal el mundo, ya que cada uno deseaba para s el primer lu-gar, vino para enderezar este estado de cosas, y descenditrasmudado de aspecto y hecho semejante a los principados ya las potestades y a los ngeles, hasta aparecer como hombreentre los hombres, aun sin ser l mismo hombre. Y se creyque haba sufrido pasin en Judea, cuando de hecho no la su-fri. Los profetas pronunciaron sus profecas inspirados por los

    ngeles creadores del mundo; por esto los que han puesto suesperanza en l y en su Helena no se preocupan ya ms de losprofetas y, a fuer de libres, hacen lo que quieren. Los hombresse salvan por la gracia de Simn, no por mrito de sus buenasobras, ya que no se dan acciones justas por naturaleza, sinoslo por convencin. As lo establecieron los ngeles que hicie-ron el mundo, que esclavizaron a los hombres por medio deaquellos preceptos. Por lo cual, Simn prometi que el mundo

    sera destruido y que los suyos seran liberados del dominio delos que lo crearon.

    En consecuencia, los sacerdotes de sus misterios vi ven en la

    lujuria, practicando las artes mgicas cada uno como puede.Utilizan exorcismos y encantamientos; se entregan a filtrosamorosos y excitantes, a los espritus demonacos e inductoresde sueos, y a toda clase de artes mgicas. Poseen una estatuade Simn que reproduce la figura de Jpiter, y otra de Helenaen figura de Minerva, y las adoran 216. Se les llama simonia-nos, del nombre de Simn, iniciador de su impisima doctrina;en ellos tuvo inicio el falso conocimiento, segn se deduce desus mismas afirmaciones.

    Comentario de Jos Montserrat (Los Gnsticos)

    Sus fuentes son heresilogos romanos desconocidos (deduci-do a partir de la historia de Simn en AcPe) y el Syntagma deJustino sobre Simn. Ireneo presenta ya sobre Simn un es-quema teolgico desarrollado que pertenece sin duda ms alos simonianos que a Simn y que se incardina bien en la teo-loga del siglo II.

    La frmula trinitaria debe entenderse como en el cristianismo(frmula bautismal de fines del siglo I = Mt 28,19 = no habaconciencia clara de la Trinidad = no hay an diversidad de per-sonas, sino slo diferentes modos de presencia).

    Potencia altsima: En el contexto de una angelologa conside-rablemente desarrollada, Simn en la exposicin de Ireneo sereserva la denominacin de dnamis. En otros documentoscristiano judaicos las dynmeisaparecen junto a otras desig-naciones anglicas (cf., 1 Cor 15, 24; Ef 1, 21; 1 Pe 3, 22; Igna-

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    cio de Antioqua, Ef 13, l), pero en la recensin ireneana sedistingue entre los principados, las potestades y los ngeles,de una parte y la dnamisde otra: Simn es la dnamissupre-

    ma.Helena: La prostituta Helena de Tiro ha ofrecido materialinagotable a los eruditos. Lo ms esencial es que los doctrina-rios quieren indicar que la Sabidura divina (Helena) cay en elmundo inferior (el lupanar) y fue rescatada por el Salvador. Sehan aducido suficientes paralelos en la historia de las religio-nes prximas: W. Bousset aduce que, segn Epifanio, la diosaIsis haba ejercido la prostitucin en Tiro (Hauptprobleme derGnosis. Gotinga, 1907, pg. 81). A esto agrega GRANT que Isis

    fue sincretsticamente identificada con Astart, la principaldiosa de Tiro, y con Atenea, asimilada a Helena por los simo-nianos (Gnosticism..., pgs. 81 y 83). El mismo Grant aduceuna antigua leyenda sumeria referente a la diosa Inanna, tras-vasada despus a la diosa acadia Isthar; segn estas leyendas,la diosa cay al mundo de las t inieblas y fue rescatada por undivinidad masculina (ibd., pgs. 81 y ss.). La diosa Helena rec i-bi culto en Samaria.

    Sealemos que en el episodio de la prostituta puede hallarse

    una alusin al matrimonio de Oseas con una meretriz (Oseas 3,l).

    Angeloiy exousai: (cf. Hiplito, Ref. VI 19, 3), seres demirgi-cos. La virtualidad creadora de los ngeles es un trazo tpica-mente gnstico y aparece por primera vez en Simn. El ju-dasmo tardo haba desarrollado una meticulosa angelologa,parcialmente heredada por el cristianismo, pero nunca atribu-

    y la creacin del mundo a los ngeles. Para los simonianos,Yahw debla de ser uno o el principal de estos ngeles de-miurgos; esto slo basta para evidenciar su distanciamiento de

    la ortodoxia judaica.Envidia: La envidia aproxima los ngeles simonianos a los dia-blos. Efectivamente, la envidia era pecado diablico por exce-lencia, y, por esto, Ptolomeo dice que los diablos proceden dela tristeza de Sophia Achamot, siendo la envidia una especiede la tristeza (Adv. Haer. I 5, 4).

    Trasmigracin: La doctrina se remonta a los rficos, de los quepasara a Pitgoras. Adems de los simonianos, profesan latrasmigracin otros gnsticos como Carpcrates (I 25, 4); Bas-

    lides, segn los Excerpta ex Theod. 28, etc.

    Estescoro, lrico griego que floreci hacia la segunda mitad delsiglo vi a. C., haba denigrado a Helena calificndola de mujerde dos o tres maridos, esposa infiel (Fr. 17, DIM). A causa deeste agravio, narra Platn, fue privado de la vista (Fedro 243a).Entonces escribi la Palinodia, donde declara que Helena nofue la causa de la guerra de Troya: No subiste a las naves deperfectos puentes, ni llegaste a la fortaleza de Troya (Fr. 192).Gracias a esta retractacin recobr la vista. Los simonianos

    presumen aqu de finos homeristas, pero no parecen conocerlas Palinodias.

    Oveja perdida: Mt 18, 12. Observacin probablemente de Ire-neo o de su fuente.

    Primer lugar: La doctrina de los ngeles de las naciones apare-ce por primera vez en la apocalptica judaica (Dn 10, 13; 1Henoc 89, 51; II Henoc 10, 14) y fue aceptada por los eclesis-

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    ticos (Adv. Haer. III 12, 9; Clemente de Alejandra, Strom. VI17, 159). Entre los gnsticos el tema se halla, adems, en Bas-lides (I 24, 4), en los ofitas (1 30, 5) y en Justino (Ref. V 26,

    11 14), siempre bajo un punto de vista negativo.Descendi: El tema del descenso incgnito del Salvador es ju-deocristiano. En la Ascensin de Isaas leemos: Ha sido es-condido a todos los cielos y a todos los principados y a todoslos dioses del mundo (11, 16; cf. 10, 7 ss.). Cf. 1 Cor 2, 8; Ef 3,10 12; Ignacio de Antioqua, Ef 19, 1; Epistola Apostol. 24.

    Aun sin ser l mismo hombre: La expresin no tiene por quser entendida en sentido doceta estricto (que supone la nega-cin de la humanidad de Cristo), sino en la lnea del docetismo

    mitigado propio de los gnsticos (negacin de materia crasa enel Salvador). Puede interpretarse que los simonianos no nega-ban la verdadera humanidad del Salvador (sea Jess o Simn),sino que subrayaban su divinidad. La teologa cristiana tardsiglos en aclararse sobre este punto.

    No por mrito de buenas obras: La doctrina de la salvacin porla fe y no por las obras es tambin paulina, cf. Ef 2, 8 9.

    En sntesis: segn Ireneo, Simn es el causante de todas lasherejas = el primer gnstico; que Simn era el Dios supremo yque su nnoia (femenino) era Helena, que sta (parecida a laSofa valentiniana) haba producido la creacin, pero que cayen poder de los ngeles (malos = la materia) y acab por lapresin de stos como una mujer hundida en esa materia, unaprostituta; esta Helena en una de sus mltiples reencarnacio-nes fue Helena de Troya, causante de la guerra que describiHomero. Finalmente fue liberada por Simn (= parecida al al-

    ma, que cae en las redes de la materia y la gnosis/redentor lasalvan = AcTh); que Simn descendi como redentor y engaa las potencias celestes malvadas en su muerte aparente en la

    cruz; que practicaba la magia y que los simonianos eran unoslibertinos.

    B) Hiplito habla de Simn en Ref. VI 9-18. El heresilogo re-producepor una parteuna seccin de escrito atribuido aSimn Mago, la Apphasis Megle, y por otra, noticias toma-das de Ireneo y de una obrilla propia suya sobre el mismo Si-mn, con noticias que ya sabemos.

    La doctrina que Hiplito atribuye a Simn en su primera partees ya un sistema gnstico completoque no podemos resumir

    aquy que toma por principio una exgesis alegrica delPentateuco: el principio de todo es una Potencia Infinita quese puede asimilar al fuego. Este fuego no es simple, y de lproceden todos los seres, tanto los invisibles (las potenciascelestiales [Intelecto, Voz, Nombre, etc.] como los visibles (elcielo y la tierra) y luego el hombre..., etc. Luego se afirma queSimn se declara a s mismo Dios, se describe la creacin delhombre

    Como muestra de este sistema veamos el texto del fragmento

    10 referido a las potencias primordiales. Texto 16:6 B) Hiplito de Roma, Refutacin VI 18 (Fragmento 10):

    En la Apphasis, Simn discurre largo y tendido acerca deestas materias, diciendo literalmente: Os digo lo que digo yos escribo lo que escribo, y aqu est lo que he escrito. En elconjunto de los eones hay dos brotes que no tienen ni princi-pio ni fin, procedentes de una sola raz, que es potencia, silen-

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    cio, invisible, incomprensible. De ellos, uno aparece viniendode lo alto, y es la gran Potencia, Intelecto del todo, que lo go-bierna todo, y es masculino; el otro aparece desde abajo, y es

    la gran Inteleccin, femenina, que engendra todas las cosas.En consecuencia, contraponindose el uno al otro, se unen encpula, y hacen aparecer el espacio intermedio, el aire incom-prensible que no tiene principio ni fin. En este espacio se hallael Padre que lleva sobre si y nutre todas las cosas que tienenprincipio y fin. ste es el que permanece, permaneci y per-manecer firme, y es potencia andrgina en conformidad conla potencia infinita preexistente, la cual no tiene principio ni finy mora en la unicidad, puesto que a partir de ella sali en uni-cidad la inteleccin y resultaron dos.

    Comentario de J. Montserrat (Los Gnsticos):

    En la Apphasis, Simn discurre largo y tendido acerca deestas materias, diciendo literalmente: Os digo lo que digo yos escribo lo que escribo, y aqu est lo que he escrito. En elconjunto de los eones hay dos brotes que no tienen ni princi-pio ni fin, procedentes de una sola raz, que es potencia, silen-cio, invisible, incomprensible. De ellos, uno aparece viniendode lo alto, y es la gran Potencia, Intelecto del todo, que lo go-

    bierna todo, y es masculino; el otro aparece desde abajo, y esla gran Inteleccin, femenina, que engendra todas las cosas.En consecuencia, contraponindose el uno al otro, se unen encpula, y hacen aparecer el espacio intermedio, el aire incom-prensible que no tiene principio ni fin. En este espacio se hallael Padre que lleva sobre si y nutre todas las cosas que tienenprincipio y fin. ste es el que permanece, permaneci y per-manecer firme, y es potencia andrgina en conformidad con

    la potencia infinita preexistente, la cual no tiene principio ni finy mora en la unicidad, puesto que a partir de ella sali en uni-cidad la inteleccin y resultaron dos.

    Esta sola raz es el Sumo Trascendente, ingnito, raramentealudido en los fragmentos conservados de la Apphasis.

    Se unen en cpula: Si bien la intencin del pasaje seala lateologa, las imgenes no pueden dejar de evocar el mito de launin del y la tierra. Lo alto y de abajo no deben enten-derse anacrnicamente en sentido csmico. Son expresionesque indican, en primer lugar, el carcter respectivamenteactivo y pasivo de los dos eones, y, en segundo lugar, su pro-cedencia independiente del Sumo Trascendente. Es importan-

    te observar cmo aqu, al igual que entre los valentinianos, elobjeto del acto del Intelecto viene dado por el Primer princi-pio. El Nous no comprende cualquier contenido de Dios, laparte que ste ha querido circunscribir: su economa de co-municacin.

    Inteleccin: En el desarrollo subsiguiente, Intelecto e Intelec-cin no son asumidos ya como principios activo y pasivo, sinocomo Potencia Intelecto y acto Inteleccin , En este sentido, laPotencia es Padre del acto, pero, una vez actuada, la Inte-

    leccin guarda en su seno a la potencia. El texto es bastanteconfuso debido al entrecruzamiento de las dos correlaciones(actividad-pasividad; potencia-acto).

    D) Un cuarto estratoson otros testimonios ms tardos, de lossiglos III y IV de Eusebio, Epifanio y Teodoreto, que no debenser tenidos en cuenta como fuentes primarias, pues dependende Hechos de los apstoles, Justino e Ireneo. Eusebio contiene,

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    sin embargo, un detalle interesante (en H.E. II 13, 7) a saberque los simonianos llamaban a Simn el que est de pie,referido a la pretensin de Simn (crucificado) de que habra

    de resucitar (estar de pie). Es posible que este detalle seaverdadero y que Simn de algn modo se creyera una suertede redentor/mesas cuya suerte haba de contener la resurrec-cin despus de su muerte.

    En la ltima fuente que vamos a comentar sobre Simn, losAcPe y PsClem se habla de Simn que se presenta en Romacomo la Gran fuerza, un antimesas, el que est de pie y quees derrotado por Pedro, el representante del verdadero me-sas y verdadero Dios.

    Como hemos dicho, de estos cuatro estratos la investigacinsepara lo que pudo ser el Simn histrico y el desarrollo delsimonianismo con su mito gnstico, obra de sus discpulos. Porlo general se cree que a partir de la noticia de Ireneo (segundoestrato) lo que se describe son ms las creencias y prcticassimonianas que al Simn histrico. Segundo: se suele sostenerque el mito sencillo de Simn = Dios + Ennoia /Sofa / Helenaes anterior cronolgicamente el mito de Sofa en los valenti-nianos y barbelognsticos (Int. General. 52). Se ha argumenta-

    do que en el simonianismo la divinidad que cae es nnoia, lasuprema divinidad femenina, mientras que en los setianos(ApJn, Zos, PensTr, All) posteriores es el quinto estrato, Sa-bidura, un en inferior, la que cae y produce el mundo (Barbe-l es el segundo estrato). Esta simplicidad es indicio de anti-gedad, aunque pertenezca a los simonianos y no al simnhistrico. Es decir, que muerto Simn se construy el mito dennoia / Helena. El fundamento de esta afirmacin es que Jus-

    tino en su Apologa no pone claramente en relacin este mitosimoniano con Simn, sino que dice que eran los discpulos deste los que llaman a Helena el Primer pensamiento de la

    Gran Potencia. El mito gnstico de Simn (Fuerza + nnoia)tal como lo conocemos haya sido perfilado por sus seguidores.

    Creo que esta interpretacin es verdadera porque encaja me-jor con lo que sabemos del tremendo desarrollo de la gnosisdesde el siglo I al II. Pero personalmente dudo tambin si nohay en esta distincin ciertos intereses apologticos, por noponer un sistema gnstico tan a principios del siglo I, lo cualhace que el cristianismo se pueda concebir como ms expues-to en su mismo comienzo a ser influido por la gnosis que lo

    que se deseara) modernos investigadores piensan que estesistema es propiamente de los simonianos y no del Simn his-trico.