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 UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL FACULTAD DE EDUCACIÓN – PROGRAMA DE PSICOLOGÍA Y PEDAGOGÍA Presentado por: Ra a e! Andr" s Porras S#are$% C&d'(o: )*+*),)*-. Presentado a: Ser('o Rodr/(#e$% E0e: Len(#a0e1 Le2t#ra 3 Es2r't#ra% Te4 a: Ponen2'a estrate('a para !a 2o4prens'&n de !a prod#22'&n es2r'ta% Cómo comprendemos que “Plutón no es un plnet! Desde a5#e! )- de a(osto de )**61 en 2onsenso por !a Un'&n Astron&4'2a Interna2'ona! 7UAI81 e! 4#ndo s#po +  5#e 9P!#t&n no es #n p!aneta% ;#e 'nteresante 5#e #na en#n2'a2'&n 'nsta#re #na n#e<a rea!'dad 2o4o !a a2t#a! d'spos'2'&n de! s'ste4a so!ar% Pero =C&4o comprender  5#e 9P!#t&n no es #n p!aneta> =;#" ' 4p!'2a2'ones peda(&('2as trae este 9sa?er ense@a?!e> Para responder !os 2#est'ona4'ento s1 ap#nta!o !os pres#p#estos desde !os 5#e se pretende responder 7o1 en 4e0ores t"r4'nos1 desde donde se esta?!e2e #na estrate('a peda(&('2a so?re !a prod#22'&n tet#a!8: +8 !a !&('2a1 )8 !a !'n(B/st'2a estr#2t#ra ! 3 8 !a 'nterpreta2'&n%  Prolegó menos de los pre supuestos os3 7)**81 en  Elementary number theory with applications, d'2e: 94ate4at'2s 's a !an(#a(e H't 'ts oHn s3 4? o!s1 r#!es1 ter 4s 1 de 'n't'ons1 and t eor e4s 7p%)+8% As/ 1 e! or 4a! 's4 o 4ate4t'2o es un !en(#a0e1 entre los !en(#a0es del  !en(#a0e% E4p/r'2a4ente1 =;#" se 2o4prende de !a ora2'&n anter'or> Ta! <e$1 5#e a!(o1 es a!(o1 de a!(o% Y ee2t'<a4en te1 esta 2o4prens'&n es !&('2a  por5#e e! s'ste4a de 2o4prens'&n es1 por antono4as'a1 !a !en(#a% La 2adena de !os art/2#!os1 un- los-el 1 deter4'nan 2one'ones !&('2as entre !os o?0etos d're2tos de !os 5#e se a?!an1 a sa?er1 or4a!'s4o 4ate4t'2o1 !en(#a0e + 3 !en(#a0e)% S'n e4?ar(o1 e! s'ste4a or4a! '4p!'2a a?straer ta!es 'nt#'2'ones para esta?!e2er s# <erdad 7o no8% 1  E! e4p!eo <er?a! 9s#po en !#(ar de 92ono2'& no ter('<ersa e! sent'do de !a ora2'&n1 por !a nat#ra!e$a !e'2a! a4?'(#a1 de !os dos <er?os en e! espa@o! de?'da pos'?!e4ente a !a #n'2'dad de! <er?o 'n(!"s to know 7sa?er 3 2ono2er8 . +

Ponencia Pluton No Es Un Planeta

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Ponencia Pluton No Es Un Planeta

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UNIVERSIDAD PEDAGGICA NACIONAL

FACULTAD DE EDUCACIN PROGRAMA DE PSICOLOGA Y PEDAGOGA

Presentado por: Rafael Andrs Porras Suarez.

Cdigo: 2010252048

Presentado a: Sergio Rodrguez.

Eje: Lenguaje, Lectura y Escritura.

Tema: Ponencia estrategia para la comprensin de la produccin escrita.Cmo comprendemos que Plutn no es un planetaDesde aquel 24 de agosto de 2006, en consenso por la Unin Astronmica Internacional (UAI), el mundo supo que Plutn no es un planeta. Que interesante que una enunciacin instaure una nueva realidad como la actual disposicin del sistema solar. Pero Cmo comprender que Plutn no es un planeta? Qu implicaciones pedaggicas trae este saber enseable? Para responder los cuestionamientos, apuntalo los presupuestos desde los que se pretende responder (o, en mejores trminos, desde donde se establece una estrategia pedaggica sobre la produccin textual): 1) la lgica, 2) la lingstica estructural y 3) la interpretacin.***

Prolegmenos de los presupuestosKoshy (2007), en Elementary number theory with applications, dice: mathematics is a language with its own symbols, rules, terms, definitions, and theorems (p.21). As, el formalismo matemtico es un lenguaje, entre los lenguajes del lenguaje. Empricamente, Qu se comprende de la oracin anterior? Tal vez, que algo, es algo, de algo. Y efectivamente, esta comprensin es lgica porque el sistema de comprensin es, por antonomasia, la lengua. La cadena de los artculos, un-los-el, determinan conexiones lgicas entre los objetos directos de los que se hablan, a saber, formalismo matemtico, lenguaje1 y lenguaje2. Sin embargo, el sistema formal implica abstraer tales intuiciones para establecer su verdad (o no).Dada la oracin S: El formalismo matemtico es un lenguaje, entre los lenguajes del lenguaje, interesa determinar su constitucin; para determinar su constitucin, cabe hablar de sus elementos. Tomemos S por un conjunto A. As, A esta conformado por varios elementos. Tales elementos (n) se relacionan entre s por reglas y axiomas. Las reglas y axiomas no se circunscriben al conjunto A sino a todos los conjuntos del lenguaje L (es decir, dentro del conjunto A los elementos no estn relacionados entre s). As,

A L

Aun as, la cardinalidad de los elementos de S no son los de A (SA). Gramaticalmente, S tiene 11 elementos; lgicamente, A, 9.

Esta disimetra, entre gramtica y lgica, es interesante. Por ejemplo, es comprensible el signo que el bebe emite para ser alimentado, llamar la atencin o ver a su madre ante la carencia de la competencia gramatical o fontica. Esto lo reconoci Saussure (1967) en su Curso de lingstica general: no es el lenguaje hablado el natural al hombre, sino la facultad de constituir una lengua, es decir, un sistema de signos distintos que corresponden a ideas distintas (p.38). As, el significante lenguaje1 y lenguaje2 evitan su repeticin dentro del conjunto A por representar un mismo elemento n dentro del conjunto (pese a las finitas interpretaciones que pueda tener en un contexto comunicativo).Sin embargo, cmo se comprende que se habla de dos referentes distintos de lenguaje y el. La respuesta es saussiriana: el sistema, en tanto hecho social, determina los modos de uso y comprensin de la lengua, o mejor, de los signos que componen el sistema. Pero el formalismo es an ms interesante. Cuando se habla de comprender una oracin X se dice analizar lgicamente su coherencia y confirmar (o no) su construccin. La teora de conjuntos aplicada al caso es loable para explicitar la comprensin. Cada vez que se escucha, lee o escribe una oracin como S, el sistema opera lgicamente a travs del lenguaje para elaborar categoras y relacionar y diferenciar cada dato, almacenarlo y movilizarlo de acuerdo a cada construccin oracional. Por esto, el sistema es ms complejo a mayor procesamiento de los datos e interaccin de las categoras existentes, renovadas y nuevas.As, pensar una oracin como un conjunto equivale a determinar las relaciones lgicas que permiten su comprensin (oral o escrita). En Estructuras sintcticas, Chomsky (1978) llama niveles lingsticos al modo como se construyen las gramticas de un lengua, es decir, las representaciones de las oraciones de una lengua a partir de una gramtica (reglas) particular. Cada enunciacin escuchada, leda y escrita, se incorpora al sistema para representar una modalidad comunicativa. Adems, pese a que aun el sistema no este lo bastante formalizado para comprender la gramaticalidad de la oracin, s existe el criterio de aceptabilidad que permite su significatividad (p.45). Cabe pensar, que la comprensin de S (una oracin compleja) est determinada por la maduracin del sistema. Tal maduracin, no solo depende del dominio referencial (de los significados y conceptos), sino sobre todo del juego sintctico.Si volvemos a la oracin, dentro de la enunciacin S, se tiene que:

1) se enuncia un objeto directo (formalismo matemtico).

2) los objetos indirectos enunciados (lenguaje[s]), se relacionan con el objeto directo.3) tal relacin circunscribe al objeto directo dentro de los objetos indirectos, 4) los signos de puntuacin (las comas) establecen la organizacin de los elementos del conjunto S (por subconjuntos); as:

L [S (S)]; donde S es realmente la oracin construida (dentro de las Sn posibilidades de construcciones); S es el conjunto A; y L es todos los conjuntos. Gross (1972), en Modelos matemticos en lingstica, formaliza este axioma. En su modelo S es el conjunto de elementos sin organizar de A, mientras S es una posible organizacin lgica del conjunto A. Es decir, de A se puede formar Sn oraciones. Pero recurdese que los elementos del conjunto estn regulados por las reglas y axiomas de L, es decir, que el conjunto finito de S posibles se reduce a un nmero mnimo de acuerdo a su coherencia. En este punto se podra aseverar que depende ms del sentido, el contexto, la pragmtica de la enunciacin, etc., sin embargo, es la configuracin del sistema que permite determinar los rasgos posibles, las combinaciones gramaticales y lgicas del conjunto.Por ejemplo, digamos que L es de S entre los lenguajes como conjunto de todos los conjuntos (una gran interpretacin al aplicar la secuencialidad). Si decimos que L es y, al decir que S se divide en tres segmentos:

x: El formalismo matemtico es un lenguaje; y: entre los lenguajes; y z: del lenguaje, entonces,

L=ySi L es igual a y, entonces entre los lenguajes es todos los conjuntos del lenguaje. Sin embargo, dado el dominio de L, y no puede contener o ser igual a L porque la reflexividad indicara que todos los lenguajes son entre los lenguajes (y) del objeto directo (x), es decir, que el formalismo matemtico (x) contiene a todos los lenguajes (L).Comprensin de Plutn no es un planeta

Esta abrupta integracin formal del modelo matemtico (Gross, 1972) y la lingstica estructuralista (Saussure, 1967; Chomsky, 1978) para una comprensin de la escritura podra, descabelladamente, atentar contra los avances de la psicognesis, la psicolingstica, la hermenutica, la semitica, etc., y ms aun, contra los presupuestos de la enseanza y aprendizaje de la escritura en la escuela, por ser una apuesta estructural, formal y rgida, centrada en la gramtica y la sintaxis. Pero seguramente, tales crticas -aceptadas, por supuesto- pueden ignorar el sistema mismo de escritura o, segn mi entender, sobrecoger al sujeto ya no desde el cogito cartesiano, sino desde el telos de la accin misma. El acceso a la palabra escrita, pese al sistema constituido y en desarrollo del sujeto, se adquiere conforme se relaciona y domina paulatinamente el cdigo. En un artculo del cual el titulo dice mucho, Ferreiro (2002) advierte Acerca de las no previstas pero lamentables consecuencias de pensar slo en la lectura y olvidar la escritura cuando se pretende formar al lector, y aadira, y al escritor. Aun as, vale tambin pensar acerca de las lamentables consecuencias de pensar la escritura, como un medio funcional, cuantitativo, fctico o moralmente tcnico. Ensear a comprender, no es en ningn caso ensear a decodificar los signos lingsticos (pero sin lo cual, no habra escritura), mucho menos, cuantificar el dominio lexical, las conjugaciones correctas o memorizar y enlistar de los, ahora, 8 planetas.As, comienza la estrategia. Cmo comprendemos que Plutn no es un planeta?Conjeturemos, en posicin de lectores empricos (Eco, 1992), que vamos a comprender una oracin (y s, la oracin es gramatical y sintcticamente una construccin de la lengua). Comprender una oracin es activar los niveles lingsticos necesarios para analizarla. Se dir (se objetar!) que solamente se abordar el nivel literal de la escritura, pero acceder a este nivel no es, pues, una tarea llana. Por ejemplo, la transcripcin al cuaderno caligrfica y ordenadamente en el regln, es efecto de un proceso cognitivo bastante complejo: escuchar la oracin, decodificar fonticamente cada conjugacin (fonemas/fonemas, morfemas/morfemas), codificar cada cadena fontica en un nuevo cdigo escrito, identificar y relacionar cada fonema con un grafo y cada conjunto de grafos con unas reglas composicionales que separen, unan, conjuguen y produzcan el signo, e invertir el proceso y sobrecodificar el habla en escritura, todo esto en milsimas de segundo. Y s, no se ha tocado el sentido o la interpretacin de lo escrito. Aun falta mucho para comprender la complejidad de escribir desde el plano formal.Comprender la oracin Plutn no es un planeta, es iniciar no con una afirmacin que en Ciencia Naturales se enuncia ha dejado de ser doxa, es iniciar con un problema de escritura. Sin embargo, cabe preguntar: Por qu escribimos y hacemos escribir cosas que no creemos? Por qu no dudamos de su estatuto de credibilidad? Por eso mismo, por las lamentables consecuencias de pensar slo en escribir sin saber qu se escribe y cmo se escribe (el lugar del para qu, incumbe ciertamente, a la teora interpretativa y no propiamente a la lingstica estructural).Lo interesante de escribir, adems del dominio de reglas, es el dominio lgico de lo escrito. El modelo matemtico de Gross aplicado al lenguaje invita a comprender la oracin como un conjunto complejo. Hagamos una comprensin en dos tiempos: 1) deductiva y 2) inductiva.1) Comprensin deductiva. Tomemos la oracin completa: Plutn no es un planeta como S. Qu tenemos de ella. La lingstica estructural abstrae que la cadena oracional (S) est compuesta por:

S :FN + FV (neg + V + Art. indef. + compl.)

S est compuesto por dos conjuntos gramaticales FN (Frase nominal) y FV (Frase verbal), que a su vez contienen unos subconjuntos. Interesa compartir esta lgica de conjuntos para la escritura de la oracin S, es decir, escribir representando lo escrito.La compresin de S es pensar en las condiciones de su coherencia textual. As,

1) el sujeto (FN) de la oracin es Plutn, sobre quien se refiere S;

2) la accin (FV) de Plutn es no ser.3) el objeto indirecto de S es el no ser de Plutn, a saber, un planeta.1) el sujeto de la oracin: Plutn.

Toda oracin gramaticalmente bien hecha est relacionada con un objeto directo. Es sobre Plutn sobre que S dice algo. El sistema siempre tiende a encontrar el sujeto de la accin; sin embargo, para la comprensin, esta bsqueda es un primer momento de dificultad porque a veces FN: se reduce al pronombre, no encabeza la oracin (por ejemplo, modo pasivo), la polisemia y la ambigedad de los sustantivos propios/comunes, la confusin con las frases, enunciados, proposiciones, los recortes del acto comunicativo, las anfibologas, metforas, aliteraciones, eptetos, etc. FN no dice nada sin su complemento. Por eso, no aplica el principio de identidad slo con un elemento del conjunto (S=S).2) el no ser de Plutn. S es una negacin de FN. La negacin es una de las artimaas del lenguaje ms difciles de comprender. La negacin del ser implica su opuesto en S. Aqu, el principio de no contradiccin aplica: S S. Es decir, el cambio enunciativo implica que Plutn dej de ser lo que era. La variante de cualquier estrategia pedaggica sobre produccin textual, no implica transcribir la negacin de S y su contrario (esta ltima, sera una completamente ridculo), sino en descubrir la naturaleza de su negacin. Por eso, la dialctica de la negacin es descubrir su lugar. Si no es, Qu es? Pero la escuela reproduce la escritura de moda y sabemos que Plutn ya no est de moda.

Adems, si se enseara qu si es Plutn (Plutoide), el currculo de Ciencias desbordara sus objetos al ya no con 8 planetas, sino con cientos y millares de Plutiodes, planetas enanos, transneptunianos (estas tres son las nuevas denominaciones en las que se acepta a Plutn), astros, estrellas, cometas, etc.3) lo que no es Plutn: un planeta Concatenado con el anterior punto, un absurdo escolar es ensear algo que no es un saber enseable, es decir, importan los que s son planetas (y por tanto, Plutn ya no importa). Pero la gran duda sobre la escritura de los que s son planetas es la intencin comunicativa que subyace. No hay intencin comunicativa cuando la tarea es enlistar o tachar correctamente los 8 planetas del sistema solar; mucho menos, el transcribir las distancias, el dimetro de las orbitas, el numero de lunas y satlites, etc. Estos son datos, no escritura. Jakobson y Halle (1973), en relacin con los rasgos de los fonemas, expresa que cada letra est en oposicin con el resto. Por tanto, un planeta est en oposicin no solo con los no-planetas, sino con los otros planetas. Nominar los planetas segn su orden no dice nada sobre el propsito de saber acerca de los planetas (ac entra el para qu).Veamos, con estas pinceladas sobre una comprensin deductiva como se juega con el conjunto S para hacerla plausible: sabemos que el lenguaje oral, y con mayor intensidad, el escrito, guardan una dependencia con los elementos que preceden cada signo lingstico. As, el, un, planeta, aisladamente no constituyen una oracin (a menos que est precedida de una interlocucin, pero en el caso formal presentado solo tenemos a S) y por tanto, se relacionan a partir de las reglas gramaticales que impone el sistema. Sabemos que S esta soportado por una estructura sintctica: FN + FV donde cada variable esta cobijada por una infinidad de posibilidades (Sn). Pero, las oportunidades de interpretacin se reducen cuando las conjeturas sobre lo escrito son ms plausibles (Si). As, por ejemplo, se puede jugar estratgicamente con la escritura (sin importar la veracidad de su produccin) entre el sujeto y el complemento para construir una oracin coherente:

Si por ejemplo, una produccin posible es Si: Caronte no es un estrella, el sistema lingstico opera para encontrar la agramaticalidad (un/una), incluso, la no aceptabilidad de Si. Las posibilidades son 49 formas de producir oraciones solo con dos variables (AXB). Y no hablamos de sentido aun (Caronte no es estrella? Pero Qu rayos es Caronte?). La modalidad opera tambin variando el verbo, los adjetivos y los artculos.2) Comprensin inductiva. Dado el conjunto S de 5 elementos, Sn es el nmero posible de oraciones producidas operando cada elemento con los dems. As:S: {Plutn, no, es, un, planeta}, o, S: {a, b, c, d, e}

Sn: {abcde} o Sn: {a+b+c+d+e}, (recurdese la propiedad conmutativa, asociativa y distributiva que comparten la suma y la multiplicacin). Por tanto, dado los elementos (no relacionados) la cadena de Sn puede ser (desde lo ms lgico a lo ms incoherente, incluso, el vacio ):S1= un planeta no es PlutnS2= es un no planeta PlutnS3= planeta no un Plutn es.

Sn= La produccin textual de oraciones desbordara el propsito (ms de 10000 oraciones), pero sabemos que un criterio es la coherencia textual de la construccin de la cadena oracional. Por tanto, un posible caso de un Si: es es es es es no es aceptable ni como oracin ni como algn tipo de respuesta interlocutiva aceptable por las mismas reglas que reducen las probabilidades de finitud (aunque sabemos que las artimaas del lenguaje, podran darle, como dice Eco, un horizonte de expectativas a la expresin, a saber, un tartamudo denotando).La comprensin inductiva supone manipular los elementos para determinar su posible lugar en la cadena de S. La comprensin puede convertirse en una lotera del sinsentido, sino se adecuada a una interpretacin semntica y crtica de la oracin (Eco, 1992). Es decir, una interpretacin literal de la respuesta posible a la conjugacin de los elementos de S y tambin una interpretacin estratgica sobre la infinitud de sentidos semnticos correctos de S. Una advertencia, para quienes habrn dubitado sobre la extensa produccin textual que sugiere la estrategia: Eco declara haber dado apertura a la libertad de interpretacin (en un tiempo), pero asegura, que tal libertad esta autorizada por el mismo sistema textual. Es decir, la libertad con lmites es siempre transgredida por una aoranza de interpretar sin el texto. Para nuestro caso, tal transgresin se da cuando el sistema lgico del que hemos hablado se subordina, excluye, elimina o maniquea por condicionamientos externos al mismo propsito de escritura. Implicaciones pedaggicas de la enseanza de la escritura, y s Plutn no es un planetaEco (1992) est en la defensa del sentido literal (p.33). Por tanto, comprender Plutn no es un planeta es comprender que Plutn no es un planeta (comprender el principio de igual A=A), luego vendr la interpretacin o bien no sin el sentido literal inicia la interpretacin. En calidad de qu intencionalidad esta oracin tendra cabida en la escuela. Ya se haba dicho sobre la impertinencia de ensear lo que no est de moda, o en trminos ms pedaggicos, ensear un saber desactulizado. Pero que Plutn ya no sea un planeta no es un saber desactualizado, sino un cambio cualitativo de su condicin previa. Claramente el currculo no puede continuar enseando algo que la ciencia ha excluido del conjunto P (planetas) y, por tanto, ensear a escribir una oracin sin sentido como S es anticuado.Implicacin I. La estrategia, si cabe como tal, no consiste en describir los elementos de la oracin, sino en construir oraciones comprendiendo su estructura interna. Pese a que el modo como se adopt esta comprensin del proceso escritor no es del todo claro -integra tres presupuestos asistemticamente (lgica, lingstica estructural e interpretacin)- para dar cuenta de complejas relaciones e intenciones formales de enseanza que la escuela y su dinmica no podra acotar. Adems, el prejuicio tambin es alto porque: 1) centrar la enseanza en la oracin es pensar que retrocedimos a la teora actual sobre la escritura; 2) si se parte de la oracin es porque es una construccin lgica (no solo gramatical) acerca del mundo; 3) se parte de una cadena oracional simple para ensear a comprender que Plutn no es un planeta como modelo de una cadena oracional; 4) en ningn momento se expres que la materia para impartir esta estrategia es Lenguaje (o Espaol). Adems, no se habla de la tipologa textual explicita donde surge la oracin S (Ciencias naturales) y su estatuto (afirmacin, descripcin, etc.), sino se establece como un texto que se construye autnomamente para darle un horizonte de expectativas. Implicacin II. La escritura escolar es mucho menos libre que la lectura, incluso lamentable como manifiesta Ferreiro. Siempre est autorizada y temporalizada por alguien, nunca comprendemos que la naturaleza de la lectura y la escritura subyace al sujeto, a su deseo. Es una pulsin a la que se le coacciona, y aun as, se lee y escribe trasgrediendo, o si no, Sade nos muestra lo contrario. Pero el gran peligro de todo elemento que entra al dispositivo es que, como dice Barthes (1994), se convierte en acto de aprender. La intransitividad de la accin escritural muta y nunca se asegura la condicin de escribir algo si no es sobre algo de lo dicho, para alguien determinable y por razones externas al sujeto. Por eso, a nadie le inmuta la expresin Plutn no es un planeta porque su naturaleza est reducida a la decodificacin de tales signos.Implicacin III. De naturaleza contraria a la implicacin II, la escritura se somete a un dominio que es la lengua. Para escribir, nadie escapa a ella, y para seguir escribiendo, se debe sumergir en ella. El defecto del sistema es el efecto del sujeto e inversamente. As, una creacin del lenguaje como transneptuniano se sita en el sistema y el sistema impone as lmites a la traduccin. Aunque la competencia del hablante/oyente ideal sea inconsciente, la actuacin no se demarca si no es por la maduracin de ste no-saber. La produccin textual est sujeta a reglas internas que el mismo texto impone, as la oracin construida deja o no de ser a condicin de operar como intentio operis ante un intentio lectoris. Pero indudablemente, es la intentio auctoris la que sufre si bien como autoimpuesta o desintencionada (donde el narrador y lector nunca son yo-tu sino de l y para l).Implicacin IV. Aquel que intenta ensear a escribir, debe por antonomasia, saber escribir. Entonces, como dice Zaratustra, escribe con sangre y sabrs que la sangre es espritu.***

Como autor, reconozco ms los vacios dejados en el texto para que el lector examine, dude, interprete, adecue lo sabido con lo nuevo, y piense, en todo momento, sobre la complejidad del mtodo en la enseanza. Este texto se centra en el proceso de escritura cuando se toma el lpiz y el papel, cuando el lenguaje se adopta como la forma de organizar los pensamientos, y ms aun, la experiencia. Pero, dirn mas enfticamente los que desean conocer, dnde est la poblacin que impactara, sus edades, sus modalidades de implementacin, los objetivos pedaggicos, los tiempos y espacios de trabajo, los materiales y recursos para saber y hacer saber, los criterios de evaluacin, etc. solamente puede decir: este texto es para comprender que Plutn no es un planeta. Referencias bibliogrficasBarthes, Roland. (1994). El susurro del lenguaje. (2 edicin). Barcelona, Espaa: Editorial Paidos, S.A.

Chomsky, Noam. (1978). Estructuras sintcticas. (4 edicin). Mxico: Siglo Veintiuno Editores, S.A.Eco, Umberto. (1992). Los lmites de la interpretacin. Barcelona, Espaa: Editorial Lumen, S.A.

Ferreiro, Emilia. (2002). Acerca de las no previstas pero lamentables consecuencias de pensar slo en la lectura y olvidar la escritura cuando se pretende formar al lector. Serie de cuadernos Lecturas sobre lecturas, pp. 31 37. Mxico: CONACULTA.Gross, Maurice. (1972). Modelos matemticos en lingstica. Madrid, Espaa: Editorial Gredos.

Jakobson, Roman y Halle, Morris. (1973). Fundamentos del lenguaje. (2 edicin). Madrid, Espaa: Editorial Ayuso.Saussure, Ferdinand. (1967). Curso de lingstica general. (A. Alonso, Trad.) (6 Edicin). Buenos Aires, Argentina: Editorial Losada S.A.Searle, John. (1994). Actos de habla. Ensayo de filosofa del lenguaje. Buenos Aires, Argentina: Editorial Planeta. El empleo verbal supo en lugar de conoci no tergiversa el sentido de la oracin, por la naturaleza lexical ambigua, de los dos verbos en el espaol debida posiblemente a la unicidad del verbo ingls to know (saber y conocer).

Al hablar de elementos del conjunto A, abusivamente se cuentan solamente las palabras. Se dir que la oracin sin los signos de puntuacin carece de sentido, o instaura una realidad enunciativa distinta. Sin embargo, los signos hacen parte no del conjunto en s, sino de las reglas y axiomas del conjunto L que contiene a la sintaxis.

Estos niveles lingsticos son: fonolgico, morfolgico, morfofonmico, sintctico, ahormacional y transformacional, que actan como acicate para la construccin y la comprensin gramatical de la oracin (Chomsky, 1978).

Vase ms adelante Comprensin inductiva, p. 8.

Una salvedad en este punto. Cmo se forma un escritor? Indudablemente el mtodo de decodificacin y transcripcin sobreestiman el ethos de la escritura como sistema de signos (Barthes, 1994). Escribir una oracin no hace escritores, pero no se ensea a escribir fcticamente oraciones, sino a comprender el sistema sgnico que permite la produccin textual. No solo son formas de describir la oracin, sino dar razones de su construccin lgica.

Por ejemplo, la pregunta Qu es? no contiene directamente al objeto al que se refiriere, pero el sistema ubica un fantasma del algo referido.

estar de moda es una expresin adrede porque la naturaleza de Plutn como no-planeta puede transformarse, en cualquier otro consenso de la UAI, volver a ser lo que era. Y la escuela volvera un saber enseable que Plutn es un planeta.

La salvedad es, por su supuesto necesaria. La conversacin puede, y es su naturaleza, inadvertidamente no depender de lo precedido. Mientras otra modalidad oral, como la retrica, necesariamente obedece a reglas sintcticas y gramaticales.

Eco (1992) propone estos dos tipos de interpretacin como parte de la tricotoma de la teora de la interpretacin. La interpretacin semntica se centra en la intentio lectoris de quien produce un significado, mientras la interpretacin critica, en la intentio operis del mismo texto, es decir, en las formalidades que dan lugar a la oracin, en nuestro caso.

Esta es una de las primeras condiciones de Searle (1994: 56) para lograr el efecto ilocucionario, es decir, la comprensin de eso que X quiere decir, al emitir lo que significa, a Y.

Subyace estratgicamente la enseanza de formas de comprender oraciones simples que el sistema L produce, es decir, se ensea una estructura formal para producir y comprender formas lingsticas de los textos.

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