Por Sebastian Arteaga

El pasado 24 de noviembre se lanzó al mercado La Es-tanquera de Saigón (BOA, 2014), el último trabajo has-ta la fecha de Los Chikos del Maíz (LCDM), famoso gru-po formado por unos musiquillos de origen vasco que dan ignominiosos conciertos, según fuentes oficiales. Por el contrario, medios antisistema y filopostmoes-talinista-trotzko-revi-errejonista-althusserjacometafe-ministas-annunakis-twitteros afirman con rotundidad que el segundo proyecto discográfico de los valencia-nos se compone de 14 canciones (más un ochentero hidden track) grabadas en un incendiario CD pegado al final de un libro sobre política de 51 páginas, para ahorrar cuatro duros de IVA. Y sin estar producido por el gobierno de Corea del Norte (“Nega” significa “yo” en coreano; ¿tendrá algo que ver?).

En una distópica coyuntura sociocultural y política dominada por medios musicales ostracistas (Radio 3, toma nota), self-made hipsters prosumers freelance emprendedores, políticos con camisas remangadas y El Pequeño Nicolás en Telecinco, La Estanquera de Saigón es una píldora de rap (música y literatura) com-prometido con los históricos cimientos del hip-hop —el edutainment de KRS-One— y con todos aquellos que buscamos un mínimo de cordura en este debor-diano espectáculo, en el cual tratamos de trasladar la filosofía del “sí se puede”, de Vietnam a nuestros días. El miedo, al fin, está cambiando de bando.

http://youtu.be/jaMlwJdcTDs Manteniendo la estética característica de LCDM, el disco/libro está plagado de rasgos distintivos que otorgan al grupo de esa aura benjaminiana que lo hace ser único: humor negro e ingenio sin frenos, sonidos “sucios” que evocan la herencia del vini-lo y la cultura del sampler setentera, beefs sanos propios de la competición deportiva, cientos de referencias a la cultura de los mass media (cine y literatura), (auto)parodia, y cómo no, crítica social y política a raudales, sello indiscutible de la casa. En resumen, La Estanquera de Saigón no hace sino reforzar el mensaje y poética del grupo, una ver-dadera toma de conciencia de su estilo, fruto de la evolución y la madurez artística.

Hace ya más de medio siglo, McLuhan (para los de la LOGSE: ese señor tan simpático que defiende intelec-tualmente a Woody Allen en la mítica escena de Annie Hall) afirmó que el medio era el mensaje. Como Nega, Bocah y Toni conocen bien la teoría, no dudan en lle-varla a la práctica. Por esta razón, cada obra de LCDM resulta también tan interesante desde el punto de vis-ta del diseño conceptual de cada disco. Asimismo, y pese a que los valencianos detestan ser incluidos en cualquier tipo de etiquetas, y menos aún, calificados de “vanguardistas”, uno no puede evitar acordarse de aquellos jóvenes guerreros intelectuales que propicia-ron el Mayo del 68 y catalizaron la inteligencia colecti-va en los setenta. Así, quizás no resulte descabellado afirmar que LCDM emplean el desvío situacionista en cada uno de sus trabajos. Como buenos b-boys, se (re)apropian de la cultura mediática y saben darle la vuel-ta (de tuerka) para crear algo nuevo; o mostrarnos lo de siempre de otra manera, aunando didáctica, com-promiso político y creatividad.

La portada del libro/disco, pues, no rebosa originalidad precisamente; al menos, claro está, desde el punto de vista formal. El diseño es un evidente homenaje a La Estanquera de Vallecas, gran referente del “cine quinqui”, que tuvo en el silenciado Eloy de la Iglesia una de las figuras más representativas del subgénero que por aquella época criticaba sin tapujos la sociedad vasca, junto al punk y el rock radical del momento. Como curiosidad, la fotografía de la anciana asiática fumando fue cedida por César Boillos Jimeno, profesor de se-cundaria que no dudó en acceder a la petición de que Gons incluyera esa imagen en la portada. Si abrimos el libro, vemos que en las dos primeras páginas se nos muestra el armazón intelectual del grupo (¿la estantería y el armario de Nega? A saber). El resto del libro, tendréis que descubrirlo por vosotros mismos; desde aquí recomiendo su lectura antes de escuchar el disco, pues produce una grata (y militante) experiencia. La con-traportada tampoco tiene desperdicio.

Continuando en la senda del anterior Pasión de Talibanes (BOA, 2011), Nega, Toni y Bocah han vuelto a re-unirse con su círculo (no penséis mal) de amigos, colaboradores habituales en cada uno de sus trabajos. De este modo, volvemos a contar con las colaboraciones de Charly Efe, Jerry Coke, Yoew, Loren D, Sophy ZOO, La Raíz, Habeas Corpus, más las incorporaciones de Shotta, Evaristo Páramos (La Polla Records) y Laura (Amai-ka), así como algunas producciones de Cookin Soul.

La Estanquera de Saigón probablemente sea el trabajo más variado lírica y musicalmente de LCDM, cuyos matices sonoros y samplers han alcanzado un nivel de detallismo y elaboración dignos de destacar. Es por ello que a continuación ofrecemos un breve resumen del tracklist:

1. Intro. Collage sonoro procedentes de fragmentos de documentales sobre la Guerra Fría, procesos revolu-cionarios en Latinoamérica, sonidos bélicos, discursos políticos y partes del California Dreamin (The Mama’s and The Papa’s) y Fortunate Son (Creedence), esta última del año 1969, fecha inicial tanto del hip-hop como de las manifestaciones en contra de la Guerra Fría. El entremés ideal.

2. Bobby Fischer contra Spassky. Cookin Soul estrena el disco a ritmo de rap con ecos de vieja escuela y bajo rockero. Toni desempolva el micrófono y da comienzo a un tema que critica la envidia, el infantilismo y la frustración del ‘hater’ rapero que se sube al carro del rap esperando fama y dinero a toda costa, carente de talento y principios por respetar la cultura. Polémica y beefs más o menos subliminales incluidos. “Vergüenza ajena en este safari / El rap es competición, mensaje / No borjamaris”

3. Tú al gulag y yo a California. Single y clip adelanto del disco. Egotrip, trompetas de Cookin Soul y cine ne-gro: plano-secuencia de Sed de Mal (Welles, 1958) y legendaria frase de Eastwood en Sin Perdón (Eastwood, 1992). El sueño del inconsciente de Foucault: incendiar un manicomio. “Pedro J. a cuatro patas resultó exci-tante / Me bajé el vídeo / Y entre nosotros: me puso bastante”

4. La Estanquera de Saigón. Canción que da nombre al disco. Manifiesto de Nega (famosa a capela en direc-to) y Toni aderezado por la música y estribillo de Habeas Corpus. Homenaje a The Wire y a los principios de Frank Sobotka en el puerto valenciano. Ráfagas contraculturales por segundo. “Tú tan Primavera Sound / Yo Otoño Alemán / Soy la perfección como el principio de Sed de Mal”

5. Vacaciones en Suiza. Canción dedicada a esos “Patriotas de pandereta / Con Suiza en el corazón / Y España en la muñeca”. Letra cruda disfrazada de ritmo alegre, aderezado por el optimista estribillo de Sophy Zoo. Uno de los temas mejores valorados del disco con una de las letras más cuidadas de entre toda la discografía del grupo.

6. Revisionismo o Barbarie. Tergiversación de la famosa expresión de Rosa Luxemburgo. Tema extremada-mente crítico con el sector de la izquierda política más progresista, donde tampoco falta la hipocresía y la doble moral. Exquisito sampler de Alegría, de Cirque du Soleil. Personalmente, la mejor canción del disco y una de los mejores párrafos de Nega. “Vergüenza ajena, como tu polo Lacoste / Pseudorrevolucionarios, pseudointelectuales / Yo al bar de tapas y tú al Foster / Las meto por la escuadra, nunca doy al poste”. Filigra-na verbal y clásico asegurado, con uno de los estribillos más pegadizos (“control obrero de la producción”) y sorpresa final incluida.

7. Putas y maricones. El polémico tema feminista (y uno de los más bailables) del disco, en colaboración con Evaristo Páramos, una de las grandes referencias musicales y culturales de LCDM. Tema centrado en la desarticulación de los tópicos heteropatriarcales, entre ellos, la polémica Ley del Aborto de Gallardón, con fragmento de su dimisión en público. “He visto el terror, lo narro en el micrófono / Bertín Osborne en Canal Sur contando chistes homófobos / De “esa maricona que va por Chiclana / A esa gentuza aislamiento, mar-ginación y lanzallamas”

8. Los Cuatro Fantásticos. Probablemente el tema más egotrip del disco, en colaboración con los paisanos Charly Efe y Jerry Coke. Pura competición y chulería técnica. Quizás nos encontremos con el párrafo más espectacular de Toni Mejías hasta la fecha: “Somos la banda que engancha / que encanta / que achanta / la panda / de bandals / y gangtas / sin pasta”

9. No Gods, No Masters, No Hipsters. De nuevo el sonido de Cookin Soul. La colabo con Shotta, el quid pro quo del sevillano tras Hipócritas junto a Nega en Flowesía (BOA, 2014). Reinterpretación del lema anarquis-ta, la canción es una reivindicación de la autenticidad por encima de tendencias y modas autodenominadas “modernas” convertidas en pura mercancía. “La ropita, apariencias y moditas… / Me patrocinan Barceló y Negrita”

10. Paraísos Artificiales. Baudelairiano título que responde a la canción en solitario de Nega, tema completa-mente personal y esta vez carente de toda carga política. Una introspección catártica por la psicología y sen-timientos del MC, que a ritmo de guitarra y atractivo estribillo de Laura (Amaika) expresa sus emociones casi a modo de elegía sobre una relación de (des)amor pasada. La banda sonora de un atormentado romance. Ruptura momentánea de máscaras y tema muy apreciado por el público en general. Uno de esos temas que le pondrías a alguien que cree que el rap es hablar de coches y chicas en bikini. También es la prueba evidente de que LCDM no sólo saben destripar la política, sino también sus propias emociones.

11. Los Invisibles. Yoew es el responsable de la producción en esta canción, para muchos, el mejor del disco; sin duda, es uno de los más emblemáticos, de los que mejor resume el sentido de La Estanquera de Saigón. Un mano a mano entre Nega y Toni, resumiendo la dramática situación del país, destacando el derecho y el deber que los subalternos tienen de mantener la esperanza y luchar contra lo establecido. Uno de los ritmos más serios y agradables del disco, con ecos de soul y rap clásico propio de finales de los 80. “Venimos de la larga noche: los invisibles / Hombres y mujeres libres / Por nuestros abuelos / No vine a ser marginal, yo vine a asaltar los cielos / Por nuestros abuelos”

12. Defensa de la alegría. El tema en solitario de Toni El Sucio, en colaboración con Sen-K (La Raíz) y con ritmo de Loren D. Toda una alegoría al optimismo y a creer en utopías, pues la sonrisa es de lo poco que no puede robársele al ser humano. Todo un discurso de Toni a favor de la esperanza en una de las letras más cuidadas del disco, con sabor a reggae y a humo del tabaco observando el atardecer a través de una ventana. “No te rindas, por favor, no cedas / Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda”

13. No somos indies con flequillo [pero también tenemos derecho a sonar en Radio 3]. El clásico tema que podríamos denominar “haciendo amigos”. Un derroche absoluto de skills por parte de los dos MCs para criticar el panorama musical actual, haciendo especial hincapié en esa retroalimentación entre artistas y medios, que parecen haber hecho un pacto a favor de bandas de indie y pop-rock que logran su éxito a base de manidos tópicos y letras que no trascienden las clásicas temáticas poperas vendiendo felicidad enlatada. Tema apto para dejarse llevar por el nihilismo absoluto. “Entro en la lista de ventas / Sin sonar en Los 40 / Y sin colaborar con mierdas como Love of Lesbian”

14. Balas y Fronteras (más hidden track). Yoew produce un ritmo de tinte oriental, casi místico, en el cual Nega y Toni tratan el tema de la inmigración, en la que probablemente sea la letra más dura del disco. Crítica a la criminalización de los inmigrantes por parte de la hipocresía de los medios y el Parlamento Europeo. Una excelente radiografía de la personalidad del racista en nuestro país. “El madero más peligroso es el que todos llevamos adentro / Y sale a flote con el chiste del rumano y el cobre / No te ríes del extranjero / Odias al po-bre”. Para contrarrestar la seriedad, el trabajo acaba con una canción cuya introducción nos recuerda a algún tema de Pasión de Talibanes, en el cual, a través del sampler de Mecano Hoy no me puedo levantar, Nega y Toni despachan una por una todas las falacias del régimen de La Transición en los 80, a través de una enorme lluvia de contenidos. Un tema que invita a ser escuchado una y otra vez tanto por el ingenio de ambos MCs como por las formas de rapear sobre el ritmo. Una nostálgica analogía con el Spain is Different (profunda y cañí) del mítico A D10 Le Pido.

Resumiendo: La Mazorka ha vuelto con más fuerza que nunca, cargada de cultura y compromiso a partes iguales, hecho del que no pueden presumir todos los grupos del panorama nacional. La Estanquera de Sai-gón es el vivo ejemplo que retrata perfectamente hasta qué punto una manifestación artística es fruto de su propia situación coyuntural, y al mismo tiempo, sobre cómo el arte construye nuevas situaciones que, sin duda, perdurarán por siempre en el imaginario colectivo de esta Generación Perdida… por cambiar las cosas.

Publicación redactada por Sebastian Arteaga / Diseño y maquetación por Luis M. SalidoPara ElCuaderno.es