Porchat Pereira-Verdad, Realismo y Racionalidad Escéptica

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  • 8/19/2019 Porchat Pereira-Verdad, Realismo y Racionalidad Escéptica

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    Porchat Pereira: “VERDAD, REALISMO Y RACIONALIDADESCÉPTICA”

    I

    Nuestro uso común y espontáneo del discurso tiene como presupuestos ladistinción entre las palabras y las cosas, así como nuestra capacidad de decirlas cosas con palabras = correspondencia inteligible entre nuestras palabras ylas cosas del mundo.  Así es nuestro sentir común.

    Decir verdades parece confgurarse como parte constitutiva y esencial denuestros comportamientos y hábitos lingísticos.

    Acostumbramos a !u"gar #ue un mundo real está ahí, las verdades hablanrespecto de $l, pero realidad y verdad no precisan de nosotros.

    %os dogmáticos ponen como realmente e&istentes las cosas #ue dicen con suspalabras.

    Dogmatismo asociado al realiso eta!"sico#ost$la $%a reali&a&co%ce'i&a coo e(iste%te e% s" isa 'determinada e independiente denuestra capacidad cognitiva(. )l pensamiento #ue eventualmente piense esarealidad o el discurso #ue eventualmente la diga, se conciben entonces comosusceptibles de una verdad #ue, en sí misma, no depende del su!eto #ue lapiensa o la dice. )%a *er&a& +$e es $%a relaci% &e corres#o%&e%cia-co#ia. e%tre el &isc$rso / las cosas e% s" isas0 1 Doctri%a &e la*er&a&2co#ia0

    Realiso eta!"sico* prolongación, sofsticada y elaborada en lengua!eflosófco, de una postura más tosca y no elaborada, identifcada con esesentimiento humano de #ue hay una realidad #ue nos trasciende y #ue se diceen nuestro discurso y se +ree!a- en nuestras verdades ordinarias=“Realiso&e se%ti&o co3%”0

    II 'ríticas a la noción de verdad por correspondencia(*

    )scepticismo pirrónico* cuestionó la pretensión dogmática de conocer +lascosas en sí mismas-, así como las doctrinas dogmáticas de la verdad. =suspensión del !uicio y la creencia 'epokhé(. /uspenden el !uicio sobre todas las

    aserciones #ue se hacen como verdaderas, en el sentido absoluto de esae&presión, #ue se pretenden capaces de decir las cosas +como ellas real yverdaderamente son-.

    0iloso1ías dogmáticas* distinguían entre lo evidente 'cosas #ue se dan por símismas a nuestro conocimiento=la verdad se aprehende inmediatamente( y lono2evidente 'cosas #ue no se dan inmediatamente a nuestroconocer=conocimiento mediato, por medio de signos y pruebas a partir de las

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    cosas evidentes(. /e&to ). cuestiona las nociones de verdad y de criterio deverdad, de evidencia, de signo y de prueba.

    )sta crítica de la noción de criterio, hace de la propia verdad algo no2evidentevolvi$ndose imposible para nosotros afrmar, con respecto a las cosas #ue senos aparecen, #ue ellas son por naturale"a tal como se nos aparecen. Abolidoel criterio, no hay entonces cómo cuestionar la necesidad de la epo3h$,precisamente por#ue nada de verdadero se encuentra ya sea en las cosasobvias ya sea en las oscuras 'no2evidentes(.

    )l esc$ptico reconoci$ndose incapa" de captar la esencia o naturale"a de lascosas, solamente puede relatar cómo ellas se le aparecen. 4l siempre relata lo#ue es 1enómeno, anunciando sin dogmati"ar sus a1ecciones, sin afrmarpositivamente nada sobre las realidades e&ternas, 'si usa el verbo +ser- está#ueriendo decir +aparecer-(. %a denuncia esc$ptica de las verdadesdogmáticas es integralmente solidaria con el cuestionamiento contundente de

    las ontologías a #ue ellas remiten. on el escepticismo pirrónico, el realismometa1ísico griego se pone en suspenso y cede lugar a una 1enomenología #uedescribe el aparecer.

    III

    %a mayoría de las flos modernas y contemporáneas recha"an la noción deverdad por correspondencia y el realismo meta1ísico. omo consecuencia obien se prescindió de la noción de verdad o se reempla"ó la nocióncorrespondencial de verdad por otras nociones de verdad. De entre lasnociones #ue se propusieron ganaron la noción coherentista 'una proposición

    es verdadera cuando ella es coherente con las demás proposiciones #ueaceptamos( y la noción pragmática 'la verdad de una proposición se defne porsu capacidad de satis1acer nuestros intereses prácticos( de verdad.

    5nconveniente de estas nociones* ya #ue se propone un uso de +verdad- y+verdadero- bastante di1erente de nuestro uso habitual, pareciera perderse la+intuición- #ue acompa6a a nuestra noción ordinaria de verdad. Desaparece denuestro hori"onte a#uella correspondencia habitualmente asumida entrenuestro discurso y el mundo #ue está ahí, una noción tan natural para nosotrosy #ue dicha teoría correspondencial e&plícitamente asumía. /e sacrifca, así, laremisión de nuestras palabras a las cosas #ue componen el universo de

    nuestra e&periencia cotidiana.

    7arece caber preguntarse si la eliminación propuesta de la noción de verdadcorrespondencial, cuya dimensión meta1ísica se ha cuestionado con buenosargumentos, no viene a suprimir la propia signifcatividad de nuestro discurso,volvi$ndolo simplemente ininteligible.

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    /i las nociones de descripción y correspondencia se abandonan, 8hay acasocómo determinar o comprender lo #ue se está diciendo9 %a comprensión delsignifcado de una afrmación no parece poder disociarse 1ácilmente de lautili"ación de la noción correspondencial de verdad.

    :ay #ue indagar si la noción correspondencial de verdad tiene necesariamente#ue asociarse al realismo meta1ísico y si, por tanto, la dimensión meta1ísica#ue históricamente se le reconoció constituye de hecho una propiedad esencialde la noción, inseparable de ella. /i se logra establecer adecuadamente ladisociación entre verdad correspondencial y realismo meta1ísico, difcultadesaparentemente insolubles podrían entonces deshacerse. ; la propia cuestióndel llamado +realismo del sentido común- se podría apreciar desde nuevosángulos.

    IV

    )l propósito del artículo es de1ender la idea de #ue cabe plenamente hablar deuna verdad esc$ptica, así como de un realismo escéptico asociado a ella.

    Ni /e&to ). ni los otros autores pirrónicos elaboraron una doctrina esc$ptica dela verdad, ni a eso tampoco se atrevieron los esc$pticos modernos.

     ;o sostengo #ue los pirrónicos tenían a mano todos los ingredientes necesariospara proponer una doctrina de la verdad en sustitución de la vie!a verdadclásica #ue tan duramente cuestionaron. ; eso sin vinculación alguna concual#uier 1orma de dogmatismo, epistemológico o meta1ísico. Neopirronismo*doctrina #ue, aun#ue en consonancia con una floso1ía del aparecer ypreservando una gran coherencia con las +intuiciones- del vie!o pirronismo, seempe6a en repensarlo, actuali"arlo y prolongarlo, en la convicción de #uepuede corresponder plenamente a las necesidades flosófcas de nuestros días.

    V

    /uspendidos los !uicios dogmáticos, siempre le #ueda al esc$ptico lae&periencia 1enom$nica, la vivencia de lo #ue se le aparece, el 1enómeno. Notiene el esc$ptico cómo atribuir realidad o irrealidad al 1enómeno, no ve cómopodría, sin dogmati"ar, interpretarlo desde un punto de vista meta1ísico oepistemológico.

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    en la vivencia de una vida común. >ediado por lo humano, el mundo apareceal esc$ptico ba!o el prisma de la intersub!etividad.

    >ucho de lo #ue le es 1enómeno, le aparece como siendo tambi$n 1enómenopara los otros hombres? esto es, parte considerable de los 1enómenos leaparecen como 1enómenos comunes.

    @rientándose por lo #ue le es 1enómeno, el esc$ptico vive la observanciaordinaria de la vida común, aun cuando sin dogmati"ar? $l conduce su vida+empírica y adogmáticamente según las observancias y las prenocionescomunes-. )l esc$ptico no entra en conicto con la vida común, en verdadlucha al lado de ella, dando adogmáticamente su asentimiento a a#uello en#ue ella con1ía, en tanto en #ue se opone a las fcciones privadas de losdogmáticos. 7or eso, si argumenta contra la doctrina dogmática de los signosindicativos, #ue pretende instrumentali"ar las cosas #ue nos son evidentespara hacerlas signifcativas de una pretendida realidad oculta, el esc$ptico,

    entre tanto, nada tiene #ue oponer a los signos rememorativos* comocual#uiera, $l infere el 1uego de la humareda, etc.

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    esc$ptico, como cual#uiera, a cada paso y a cada momento reconoce. %osob!etos del mundo e&hiben regularmente las mismas propiedades y producenusualmente los mismos e1ectos* nadie negará #ue el 1uego derrite la cera,endurece la arcilla y #uema la madera. 5d$ntica es la e&periencia #ue loshombres, en las mismas condiciones y disposiciones, tenemos de las cosas.

    Aprehendemos de un mismo y solo modo todos los #ue no tenemos lossentidos impedidos.

    %a problemática del escepticismo moderno, con respecto a la realidad delmundo e&terior y a nuestro conocimiento de ella, es e&tra6a al pirronismo. )lcuestionamiento pirrónico del discurso dogmático y la epokhé #ue de $l resultaconciernen igualmente al mundo sensible y al inteligible, al alma y al intelectotanto como al cuerpo y a la materia, a las 1acultades cognitivas del espíritutanto como a los poderes y las propiedades de los cuerpos, al llamado mundointerior no menos #ue al llamado mundo e&terior. 7ero ese cuestionamiento yesa epokhé siempre inciden sobre discursos dogmáticos, sobre

    interpretaciones meta1ísicas o epistemológicas de nuestra e&periencia delmundo. )&periencia $sta #ue en su carácter inmediato y vivencial se preservaentera, por defnición inmune a cual#uier procedimiento suspensivo.

     Beniendo en cuenta lo anterior se anali"a el cuarto tropo 'el de lasdisposiciones(. %a estrategia del tropo obedece al mismo plano #ue estructurala mayoría de los otros tropos* se invoca el conicto entre distintasrepresentaciones #ue se tienen de las mismas cosas para argumentar por laindecibilidad de ese conicto y por la irremediable precariedad de cual#uierprivilegio #ue se #uiera atribuir a una cual#uiera de entre las representacionesen conicto sobre las otras, lo #ue vuelve in!ustifcada toda pretensión deafrmarla capa" de presentarnos la naturale"a real del ob!eto.

    E% %i%43% oe%to se trata &e c$estio%ar %$estras *i*e%ciasha'it$ales o &e #o%er e% 5a+$e los #ar6etros +$e co%!ora% lae(#erie%cia coti&ia%a &el $%&o, si%o ta% slo &e &e%$%ciar laestrate4ia &o46tica +$e i%te%ta trasce%&er esa *i*e%cia / esae(#erie%cia '$sca%&o co%*ertir ciertas co%74$racio%es +$e e% ella se&ise8a% -e50 Perce#cio%es llaa&as %orales. e% #$%tos #ri*ile4ia&os&e acceso, 6s all6 &e lo +$e a#arece, a $%a reali&a& %o e*i&e%te0

    /i bien el esc$ptico no da ningún privilegio a las percepciones llamadasnormales sobre las anómalas desde un punto epistemológico o meta1ísico, nopor eso de!a el esc$ptico de tomar estas últimas como anómalas y comoinadecuadas desde el punto de vista de la economía general del mundo1enom$nico. )l esc$ptico se con1orma a las +prenociones comunes-. %o #uesignifca #ue distingue, en ese dominio, como cual#uier humano, entre lonormal y lo anormal, lo sano y lo patológico, lo adecuado y lo inadecuado, loenga6oso e ilusorio y lo correcto, lo cierto y lo errado. Distinciones todas #ue

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    encuentran su lugar y se dise6an y defnen en el interior de la es1era1enom$nica y #ue encuentran los criterios #ue presiden a su uso en la prácticacomún de la vida cotidiana. Si% ellas, #or otra #arte, ta#oco #or&"a% lastekhnai  estr$ct$rarse / #ro4resar0 Disti%cio%es +$e se #$e&e%reco%ocer si% e%*ol*er e% ellas la #ro'le6tica 7los7ca &e la *er&a&,

    #or+$e %o #resta a lo co3% %i%43% si4%i7ca&o trasce%&e%te0

    VII

    )n el interior del mundo 1enom$nico, el esc$ptico distingue espontáneamenteentre las palabras y las cosas. %e aparece al esc$ptico tambi$n #ue loshombres hicimos #ue las palabras digan cosas 'signifcatividad de laspalabras(. ; la signifcatividad de las palabras con relación a las cosas noconfgura más #ue un caso particular de las asociaciones signifcativas entreítemes del mundo 1enom$nico, mediati"ada por la intervención humana.5nstituyendo el lengua!e, convertimos emisiones sonoras en signos

    rememorativos de las cosas a #ue convencionalmente las asociamos. 7ero essiempre nuestra e&periencia 1enom$nica lo #ue nuestro discurso así relata, $lcuenta lo #ue nos aparece.

    a!o el prisma de esa concepción 1enom$nica del lengua!e, se puede hablartran#uilamente de una correspondencia entre las palabras y las cosas, entrelas sentencias y los eventos del mundo. %a aceptación de la doctrinaconvencionalista asociada a la de los signos rememorativos implica decir #ueuna correspondencia entre palabras y cosas 1ue instituida socialmente.orrespondencia interna al mundo 1enom$nico, correspondencia entre1enómenos y 1enómenos, #ue nos es 1enómeno, ella tambi$n. ; una tal

    correspondencia nos aparece como condición de inteligibilidad de nuestropropio discurso.

    7or otro lado, el esc$ptico no se prohíbe evaluar la eventual corrección oincorrección del uso humano del discurso, tampoco de su propio uso deldiscurso, #ue se propone como una descripción adecuada del mundo #ue see&perimenta. 4l se permitirá !u"gar si, en los casos en cuestión, las palabrascorresponden o no e1ectivamente a las cosas a #ue se pretende #ue ellascorrespondan.

    7or#ue decimos adiós a la verdad flosófca y a las teorías #ue la defnen,

    por#ue suspendemos nuestro !uicio sobre $stas, podemos ahora permitirnosredefnir la verdad, introduciendo una noción de verdad fenoménica. ; esaverdad 1enom$nica se comprenderá entonces como correspondencia entrenuestras palabras y las cosas, como correspondencia 1enom$nica entre nuestrodiscurso 1enom$nico y las cosas en nuestro mundo 1enom$nico.

    %o #ue el esc$ptico cuestiona y recha"a es sólo la teoría flosófca de la verdad.

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    )ntendida como 1enom$nica, la noción correspondencial de verdad no precisaen1rentar, en e1ecto, los problemas #ue aigen a su versión dogmática. No sepresenta la espinosa cuestión del inconcebible acceso a las cosas mismas paracon ellas comparar las palabras #ue dicen describirlas. No se lidia más con laimposible tarea de re1erirse a lo #ue no se es capa" de conceptuar. )l pirrónico

    hablará de verdad en el interior de un cuadro mundano reconocidamentemoldeado con la contribución de su aparato conceptual y lingístico.

    %a concepción 1enom$nica de la verdad hace plena !usticia a las intuiciones delsentido común y las preserva. )l coherentismo y el pragmatismo de algúnmodo rompían con nuestras intuiciones inmediatas? se mostró, sin embargo,#ue no es preciso recurrir a ello. :ace un re1erencia a Austin y lo relaciona conel pirronismo.

    %a noción meta1ísica de verdad correspondencial parece poder ahoracaracteri"arse como no más #ue una interpretación flosófca particular de la

    noción de verdad correspondencial. %a noción meta1ísica viene a agregarle lainterpretación meta1ísica del ob!eto como cosa en sí, con1orme a la perspectivainstaurada por el realismo meta1ísico. %a noción 1enom$nica, sin embargo,flosófcamente neutra en relación con esa o con cual#uiera otra interpretación,aun#ue compatible con todas ellas, les es lógicamente anterior y, por tanto,lógicamente, prescinde de ellas. )n ese sentido podemos llamar preflosófca ala verdad 1enom$nica.

    VIII

    )l 1enómeno se da en una relación, el 1enómeno es siempre para un su!eto,

    esto es, para un cierto hombre. )l 1enómeno es el #ue se nos impone y noslleva involuntariamente al asentimiento con1orme a una representación pasiva./ólo a esas a1ecciones C pathé, a esas e&periencias, #ue se producen con1ormea representación, da el esc$ptico su asentimiento. ; es esa e&periencia1enom$nica la #ue el discurso de un esc$ptico siempre relata, anunciando demodo no2dogmático su propio páthos. Al suspender nuestro !uicio acerca de lo#ue se pretende absolutamente verdadero y real estamos reconociendo #ue noes sino de nuestra e&periencia 1enom$nica #ue podemos de hecho hablar./e&to dice #ue el tropo de la relación es algo como el g$nero superior de todoslos tropos, ba!o el cual todos los otros se pueden de algún modo subsumir.Asimismo, la epokhé a #ue los otros tropos nos inducen no deriva sino de larelatividad #ue se manifesta en todas las cosas, relatividad a un su!eto y a los

     percepta concomitantes.

    %a verdad #ue recono"co se relaciona con mi mundo 1enom$nico, ella esverdad para mí , #ue a mí  se impone, 1or"ando mi asentimiento. De ahí laprecariedad de toda pretensión a una verdad absoluta. )se reconocimiento dela relatividad de las verdades 1enom$nicas, #ue necesariamente lo son siempre

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    para algún su!eto, no les confere nunca, bajo el prisma de cada sujeto, elmismo estatuto. Aun consumado el recha"o de lo absoluto, la manifesta ynecesaria relatividad de la verdad 1enom$nica no conduce a un 1ácilrelativismo.

    %a concepción 1enom$nica de la verdad antes desarrollada representainnegablemente una elaboración 'neo(pirrónica de la ense6an"a de 7rotágoras.

    /i el esc$ptico se orienta en su práctica por el 1enómeno y en $l tiene sucriterio de acción, vimos #ue adherir al 1enómeno signifca para $l, antes #uenada, vivir de modo no2dogmático según la observancia de la vida común ba!osus varios aspectos. 7or todo esto cabe hablar de verdades comunes, #uecomo tales se dise6an necesariamente para el esc$ptico en el interior de superspectiva 1enom$nica. Eerdades cuya relatividad es por cierto tambi$nmanifesta* ellas son relativas a a#uella e&periencia común, a la comunidad,#ue es el su!eto colectivo de esa e&periencia, al discurso común en #ue la

    comunidad se e&presa y en el cual ellas se dicen.Asintiendo sin dogmati"ar a#uello en lo #ue cree, el esc$ptico reservará a lasverdades comunes un lugar privilegiado, valori"ará de modo eminente elconsenso intersub!etivo. on1orme al espíritu de las tékhnai, apostará alper1eccionamiento progresivo de la investigación sistemática del mundo1enom$nico, al enri#uecimiento y per1eccionamiento de la imagen común delmundo, de ese mundo #ue le aparece de modo insistente como susceptible deuna descripción consensual. a!o ese prisma, se puede decir #ue se delineaalgo como una objetividad para nosotros, defnida precisamente por el acuerdointersub!etivo. 4ste es el único camino posible para una racionali"ación no2

    dogmática de nuestras visiones del mundo. )&actamente por#ue se de!ó atrásla ilusión del absoluto, el consenso intersub!etivo, aun#ue sólo potencial oputativo, se manifesta como la necesaria cautela y la deseable medicinacontra los e&cesos, desvíos o imprudencias de las sub!etividades.

    Aceptando plenamente la corregibilidad de su visión del mundo, interactuandocon los otros hombres, el esc$ptico valori"ará sobremanera el diálogo, únicapráctica humana potencialmente capa" de dar oportunidad al advenimiento deun deseado y necesario consenso.

    A los o!os del esc$ptico permanece evidente el carácter evolutivo de nuestra

    imagen del mundo.

    7ueden hallarse otras visiones del mundo, propias de otras culturas, #uedivergen considerablemente de la nuestra. 7ero tambi$n cabe recordar a#uí#ue la relatividad no implica un relativismo 1ácil. 7or#ue nuestra imagen1enom$nica del mundo se nos impone y no podemos sino asentir a ella,a#uellas otras visiones del mundo 1or"osamente nos aparecerán como

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    inadecuadas y como imágenes distorsionadas. Eer último párra1o del apartado'pág. FGH(.

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    /i podemos hablar de una verdad correspondencial esc$ptica, de una relación

    1enom$nica #ue asocia y hace corresponder las palabras a las cosas, debemostambi$n poder hablar de una ontología 1enom$nica y de un realismo escéptico,esto es, de un realismo 1enom$nico, íntimamente comprometido con esanoción de verdad.

    %o #ue pretendo signifcar con la noción de realismo esc$ptico es totalmentecon1orme a la postura pirrónica. Eiviendo la vida común, tambi$n el esc$pticoes llevado necesariamente a distinguir entre lo +real- y lo imaginario, fcticio,1antacioso. )l esc$ptico es un hombre común.

    )s solamente en lo #ue respecta al lógos, la ra"ón o discurso dogmático, #ue el

    pirrónico suspende su !uicio acerca de los ob!etos e&teriores, o sobre las cosas#ue parecen ser evidentes, o sobre la realidad o irrealidad de las causas, osobre la realidad e irrealidad del lugar, etc.

    %a postura realista 1enom$nica del esc$ptico parece hacer plenamente !usticiaa nuestras intuiciones comunes, a la espontaneidad y naturalidad de nuestrosentimiento de lo real. /entimiento en #ue un pirrónico no ve más #ue lapercepción de la irrecusable necesidad de adherir al 1enómeno. )l sentir común#ueda e&ento de la epokhé.

    /obre el realismo de sentido común 'esta interpretación 7orchat la considera

    errónea(* la manera como el sentido común y su discurso lidian con lasnociones de verdad y realidad muestra #ue en ellos ya está contenida engermen la postura #ue, elaborada y sofsticada, dio lugar históricamente alrealismo meta1ísico.

    7orchat piensa #ue es 1rancamente incorrecta nuestra tendencia erudita a leerel sentido común y su discurso ordinario, en lo #ue respecta sobre todo al temade la realidad, de modo de emparentarlos con la doctrina flosófca del realismometa1ísico. on 1recuencia proyectamos sobre el sentido común nuestroshábitos flosófcos, ley$ndolo desde una óptica de1ormante. %eer el sentidocomún a partir de nuestros conocimientos eruditos podrá, entonces, confgurarviolencia contra la semántica de la lengua común.

    )l realismo meta1ísico confgura una interpretación, entre otras posibles, delrealismo del sentido común, una interpretación particularmente 1eli" en elmodo como se apropió de los t$rminos mismos del lengua!e común, #ueflosófcamente +promovió-. A tal punto 1eli" #ue logró secularmentepresentarse como una elaboración doctrinaria y erudita de potencialidades y

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    tendencias alegadamente inscritas en la postura natural del hombre delantedel mundo de su e&periencia.

    7orchat va a entender el realismo de sentido común como realismo1enom$nico, le saca a las palabras el peso meta1ísico. )l vocabulario integradopor t$rminos como +verdad-, +realidad-, +conocimiento- se re1eríaoriginalmente a relaciones #ue el hombre reconocía o instituía en el interior delmundo 1enom$nico #ue le aparecía y se le imponía, a distinciones 'percepciónnormal o anormal, etc.( #ue el hombre continúa hoy estableciendo en el senode la vida común, sin remisión a trascendencia alguna.

    )sta postura realista 1enom$nica es en sí misma neutra e indi1erente conrelación a su interpretación meta1ísica, como lo es tambi$n con respecto acual#uier 1orma de idealismo o a otras posiciones meta1ísicas oepistemológicas. Bambi$n en ese sentido podemos llamar preflosófco alrealismo esc$ptico, e&actamente como anteriormente llamamos preflosófca a

    la verdad esc$ptica.9

    0also dilema #ue sucede cuando se cuestiona el realismo meta1ísico y la nociónmeta1ísica de la verdad como correspondencia, #ue son asociadas al sentidocomún* o bien abandonar el sentido común Icreencias, intuiciones ysentimientos cotidianos2 en nombre de la racionalidad? o bien, por laimposibilidad de abandonar el sentido común, privilegiar la naturale"a, elinstinto, la vida, la +1e animal- por sobre la ra"ón.

    %a denuncia esc$ptica de la arrogancia de la ra"ón dogmática, cuestionando elrealismo meta1ísico y la noción meta1ísica de verdad correspondencial no llevaal sacrifcio de nuestras intuiciones y de nuestro sentir común sobre la realidady la verdad, en nombre de la racionalidad. Al contrario, el procedimiento'neo(pirrónico confgura un e!ercicio autocrítico de la ra"ón #ue, Cre1renandosus propios e&cesos y liberándose de toda amarra dogmática, se preservaentera en el dominio de la empeiría y de la vida común y a $stas trae susoporte. )l pirronismo nos descubre la ra"ón dentro del mundo.