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VIERNES 17 DE JULIO DEL 2015 A38. EL COMERCIO E ncontré un ensayo al que Luis Loayza tituló “Inactualidad del novecientos”. Una reflexión so- bre la generación de escritores peruanos representativos del 1900 y la razón por la cual pasaron a ser abandonados en los sótanos de las Biblio- tecas. La ‘belle époque’ se vio interrumpi- da abruptamente por la Primera Guerra Mundial y la revolución bolchevique, quie- bra histórica a la que le sucedieron nuevas formas de comprender, crear y existir. El novecientos, en el Perú y en Latinoaméri- ca, surgió durante la expansión de nuestras burguesías que a su vez reflejaban el auge de las burguesías europeas, en pleno apo- geo de las artes, la economía, las ciencias, la industria. Teníamos como cierto que des- pués de la guerra con Chile entraríamos en una etapa de paz y desarrollo. Allí florecen los hermanos Ventura y Francisco García Calderón, Abraham Val- delomar, José de la Riva Agüero, Víctor Andrés Belaunde, muchos pertenecían a la élite criolla, muy jóvenes aún y brillan- tes intelectuales que son arrancados de su zona de confort desde la cual miraban ha- cia Europa y se ocupaban simultáneamen- te del Perú y su problemática. Eruditos, metidos en los libros, sabían más que sus maestros a los veintitantos años. Aporta- ban conocimiento, proponían nuevas ideas en torno a la identidad, a la realidad nacio- nal, inspirados en los grandes maestros de ideologías francesas y españolas, y en un libro que fue de cabecera para todos ellos: “Ariel”, del uruguayo José Enrique Rodó. En 1910, Francisco García Calderón acu- ñaría la frase: “El Perú se salvará solo bajo el polvo de una biblioteca”. Pero nos veríamos obligados a ser pragmáticos, porque el mun- do se mostraría poco amable cuando un tra- satlántico inundable se hundió, cuando los aviones que se usaban por placer se empeza- ron a utilizar para matar y un densa atmósfe- ra de destrucción e incertidumbre reempla- zó al optimismo y el esplendor de la ‘belle époque’. Entonces no hubo tiempo para hur- gar en los libros. Para afrancesarse ni sentir latinismos del otro lado del Atlántico. La República Aristocrática llegaba a su fin y con ella todos los productos intelectuales que habían surgido de sus canteras. El Perú se sentía más fragmentado que nunca. Y otra forma de ver el mundo arrancaría de raíz a estos jóvenes ilustres. Los volvería viejos e in- actuales antes de los 50 años. La vanguardia vendría a tomar el puesto de la modernidad y enrostraría nuevos códigos estéticos, plás- ticos, ideológicos, conceptuales. Todos ellos difíciles de asimilar. Loayza termina su ensayo, escrito en los noventa, diciendo que algo así nos ocurre a nosotros, ahora que la modernidad nos abandona: también nos volvemos inactua- les. Hoy puedo decir lo mismo que Loayza. El mundo nuevamente ha dado un vuelco y la mía es una generación a la que le cuesta en- tender los nuevos códigos de comunicación, tiempo, belleza, felicidad, y habremos en- tonces de recurrir a otras generaciones inac- tuales para sentirnos parte de una historia. JOSEFINA BARRÓN LOS INACTUALES “La incertidumbre reemplazó el optimismo de la ‘belle époque’. Entonces no hubo tiempo para hurgar en los libros”. D on Jacinto habla con voz baja, despacio. Lo acom- paña su hijo Henry. Sen- tados en una mesa, un sutil olorcito con toque oriental impide que me pueda con- centrar. —Ustedes son los protagonistas de uno de los eslóganes más anti- guos en la radio. “Ahí vienen los goles de Cubillas”, decía Pocho Rospigliosi, y tam- bién “Gooool de Pollos y Parri- lladas Hilton”. Había una amistad y nos animamos a hacer publicidad con don Alfonso en radio El Sol, luego en Ova- ción. Fue su idea: en ese tiempo, como se dice, él marcaba la ho- ra. Así que el eslogan fue: “¿Qué hay para comer? Pollos y parrilladas Hilton, ¡qué placer!”. —El Día del Pollo a la Brasa debe ser una locura para ustedes. Desde que se celebra esa fecha, de- finitivamente las ventas se levantan ese día. ¡Todos quieren comer! Di- ría que vendemos el triple. La gente está desde las 11 a.m. en la puerta. Llaman por teléfono, hay muchos pedidos. Y nosotros nos preparamos para no hacer esperar a los clientes. —¿Cuánto demora en prepararse un pollo y cuál es su peso en prome- dio? Desde su puesta en el horno hasta que llega a la mesa son 45 minutos y los pollos pesan en promedio kilo y medio. Es un peso idóneo, porque si es más grande, considero que se pierde el sabor, no es lo mismo. —¿Qué piden más los comensales? ¿Pierna o pecho? No hay mucha diferencia, la verdad. Pues el pecho, al menos acá, es bien jugoso por el mismo aderezo. —Después del cebiche, el pollo a la brasa es uno de los platos que más prefieren los peruanos. El peruano es pollero. Así es, el peruano es pollero y pane- ro. En el Perú nos gusta mucho el pollo, casi todos nues- tros platos lo llevan: los guisos, el estofado, etc. Por ejemplo, acá vienen al mediodía para almorzar y re- gresan en la noche. Me dicen: “Jacinto, ¿cuál es la receta, la cla- ve? No me cansa tu pollo”. —Pero ese ‘boom’ es solo en Li- ma y no tanto en provincias... No, en el interior del país también comen pollo a la brasa. Pero no es igual. Tengo familia en provincias, he ido al Cusco, pero no es lo mis- mo. El pollo es seco, medio insípido. ¿Cuál es su alimentación? No sé. Al POSDATA Nací en Sicuani, Cusco, en 1948. Me gusta mucho el fútbol: soy hincha de Universitario de Deportes y Cienciano. ¿Una virtud? No me doy por vencido. Puedo decir que me marco un objetivo y no paro hasta conseguirlo. Ya son más de 40 años en este local de Lince. Algunas familias de cuatro personas consumen hasta dos pollos y medio... ¡Micky Rospigliosi se comía un pollo entero! Este domingo se celebra el Día del Pollo a la Brasa. En esta ocasión podemos vender el triple, pero hay otras fechas en las que también nos compran bastante: el Día de la Madre y Año Nuevo. Jacinto Mercado Pollos y Parrilladas Hilton HUGO PÉREZ “Muchas personas van a las pollerías solo por el ají” CLAUDIA FERNáNDEZ BARRETO Una vez llegó un hombre alto y preguntó quién era Jacinto. ‘Yo, señor’, dije. ‘¿Sabes con quién estás hablando? Soy Lolo Fernández’”. Marcos Calderón vino y dijo que regresaría con su familia. Fue un sábado. Al día siguiente viajaba a Pucallpa. Murió en el accidente del Fokker. No lo podía creer”. En la historia de la publicidad en la radio, el eslogan de una po- llería tiene un lugar guardado. “¿Qué hay para comer? Pollos y parrilladas Hilton, ¡qué placer!”, parece repetir Pocho Rospigliosi, en alusión al local de Lince que ya tiene 44 años. Colecciones El Comercio @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286 -- PEDIDO -- “Gastón Acurio se llevó como 30 pollos cuando inauguró su local en Huachipa”. parecer, el pollo que entra es bolivia- no, no es tan jugoso ni rico. —Además del Día del Pollo a la Bra- sa, ¿en qué otras fechas venden más? Pues en el Día de la Madre y, des- pués, en Año Nuevo, porque la gente en Navidad ya comió su pavo, ya se cansó. —¿Son posibles nuevas fusiones? ¿Agregar otros condimentos al clá- sico pollo a la brasa? Creo que las pollerías de ahora no son como las antiguas, en el sentido de que usan casi el mismo aderezo, no tienen su ají, ni cremas o salsas. Son la misma receta. No hay un ras- go que las identifique. Casi la mayo- ría tiene sabor criollo. Nosotros, por ejemplo, tratamos de hacer una va- riante: un sabor ligeramente orien- tal. Probamos, mezclamos y nos quedamos con ese saborcito. —¿Qué hace única a una pollería? Tiene mucho que ver la papa. Noso- tros no compramos papa procesada; acá se pela, se corta. Usamos can- chán; antes, mariva, papita negrita de Huancayo. Pero recuerdo que en la época de Juan Velasco Alvarado había escasez de papa, así que em- pezaron a importarla. Claro, no era lo mismo, era un sabor pasable na- da más. Algunos trabajaban con ca- mote. Hicimos el esfuerzo por traer nuestra papa, bueno, la gente en- tendía… Otra cosa muy importante también es el ají. Diría que es vital. A veces, las personas van a las polle- rías solo por el ají. —¿El pollo a la brasa tendría la mis- ma acogida en el exterior? Creo que el pollo a la brasa ya es in- ternacional, muchas personas lo compran y lo llevan. Por ejemplo, sin tener una sucursal, este pollo ya conoce Argentina, Italia, EE.UU. ¿Cómo hacen para que pase en el aeropuerto? No sé. Una señora también se lleva el ají hasta el Ja- pón, lleva su táper. —¿En estos más de 40 años, re- cuerda con cariño alguna visita en especial? Una vez se presentó un señor alto, dijo que venía por recomendación de Pocho y preguntó quién era Ja- cinto. “Yo, señor”, dije. “Sabes con quién estás hablando?”, me pregun- tó. “La verdad que no sé”. “Soy Lolo Fernández”, me dio un abrazo… y creo que le gustó porque hasta los huesitos, todo se lo comió. Luego vi- no con su señora, sería el año 78 más o menos. Otro que vino fue Mar- cos Calderón, cuando entrenaba al Alianza. “¿Qué hay para comer?”, gritó. Al final, dijo que regresaría, pues le había gustado. Eso fue un sá- bado en la noche, se despidió y creo que viajaba a Pucallpa al día siguien- te o el lunes: murió en el accidente [del Fokker]. Yo no lo podía creer.

Posdata. El Comercio. Hilton

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Día del Pollo a la Brasa

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  • viernes 17 de julio del 2015A38. el comercio

    e ncontr un ensayo al que Luis Loayza titul Inactualidad del novecientos. Una reflexin so-bre la generacin de escritores peruanos representativos del 1900 y la razn por la cual pasaron a ser abandonados en los stanos de las Biblio-tecas. La belle poque se vio interrumpi-da abruptamente por la Primera Guerra Mundial y la revolucin bolchevique, quie-bra histrica a la que le sucedieron nuevas formas de comprender, crear y existir. El novecientos, en el Per y en Latinoamri-ca, surgi durante la expansin de nuestras burguesas que a su vez reflejaban el auge de las burguesas europeas, en pleno apo-geo de las artes, la economa, las ciencias, la industria. Tenamos como cierto que des-pus de la guerra con Chile entraramos en una etapa de paz y desarrollo.

    All florecen los hermanos Ventura y Francisco Garca Caldern, Abraham Val-delomar, Jos de la Riva Agero, Vctor Andrs Belaunde, muchos pertenecan a la lite criolla, muy jvenes an y brillan-tes intelectuales que son arrancados de su zona de confort desde la cual miraban ha-cia Europa y se ocupaban simultneamen-te del Per y su problemtica. Eruditos, metidos en los libros, saban ms que sus maestros a los veintitantos aos. Aporta-ban conocimiento, proponan nuevas ideas en torno a la identidad, a la realidad nacio-nal, inspirados en los grandes maestros de ideologas francesas y espaolas, y en un libro que fue de cabecera para todos ellos: Ariel, del uruguayo Jos Enrique Rod.

    En 1910, Francisco Garca Caldern acu-ara la frase: El Per se salvar solo bajo el polvo de una biblioteca. Pero nos veramos obligados a ser pragmticos, porque el mun-do se mostrara poco amable cuando un tra-satlntico inundable se hundi, cuando los aviones que se usaban por placer se empeza-ron a utilizar para matar y un densa atmsfe-ra de destruccin e incertidumbre reempla-z al optimismo y el esplendor de la belle poque. Entonces no hubo tiempo para hur-gar en los libros. Para afrancesarse ni sentir latinismos del otro lado del Atlntico. La Repblica Aristocrtica llegaba a su fin y con ella todos los productos intelectuales que haban surgido de sus canteras. El Per se senta ms fragmentado que nunca. Y otra forma de ver el mundo arrancara de raz a estos jvenes ilustres. Los volvera viejos e in-actuales antes de los 50 aos. La vanguardia vendra a tomar el puesto de la modernidad y enrostrara nuevos cdigos estticos, pls-ticos, ideolgicos, conceptuales. Todos ellos difciles de asimilar.

    Loayza termina su ensayo, escrito en los noventa, diciendo que algo as nos ocurre a nosotros, ahora que la modernidad nos abandona: tambin nos volvemos inactua-les. Hoy puedo decir lo mismo que Loayza. El mundo nuevamente ha dado un vuelco y la ma es una generacin a la que le cuesta en-tender los nuevos cdigos de comunicacin, tiempo, belleza, felicidad, y habremos en-tonces de recurrir a otras generaciones inac-tuales para sentirnos parte de una historia.

    Josefina barrn

    los inactualesLa incertidumbre reemplaz el optimismo

    de la belle poque. Entonces no hubo tiempo para hurgar en los libros.

    d on Jacinto habla con voz baja, despacio. Lo acom-paa su hijo Henry. Sen-tados en una mesa, un sutil olorcito con toque oriental impide que me pueda con-centrar.

    Ustedes son los protagonistas de uno de los eslganes ms anti-guos en la radio.Ah vienen los goles de Cubillas, deca Pocho Rospigliosi, y tam-bin Gooool de Pollos y Parri-lladas Hilton. Haba una amistad y nos animamos a hacer publicidad con don Alfonso en radio El Sol, luego en Ova-cin. Fue su idea: en ese tiempo, como se dice, l marcaba la ho-ra. As que el eslogan fue: Qu hay para comer? Pollos y parrilladas Hilton, qu placer!. El Da del Pollo a la Brasa debe ser una locura para ustedes. Desde que se celebra esa fecha, de-finitivamente las ventas se levantan ese da. Todos quieren comer! Di-ra que vendemos el triple. La gente

    est desde las 11 a.m. en la puerta. Llaman por telfono, hay muchos pedidos. Y nosotros nos preparamos para no hacer esperar a los clientes.Cunto demora en prepararse un pollo y cul es su peso en prome-dio?Desde su puesta en el horno hasta que llega a la mesa son 45 minutos y los pollos pesan en promedio kilo y medio. Es un peso idneo, porque si es ms grande, considero que se pierde el sabor, no es lo mismo. Qu piden ms los comensales? Pierna o pecho?No hay mucha diferencia, la verdad. Pues el pecho, al menos ac, es bien jugoso por el mismo aderezo.Despus del cebiche, el pollo a la brasa es uno de los platos que ms prefieren los peruanos. El peruano es pollero. As es, el peruano es pollero y pane-

    ro. En el Per nos gusta mucho el pollo, casi todos nues-

    tros platos lo llevan: los guisos, el estofado, etc. Por ejemplo, ac vienen al medioda para almorzar y re-gresan en la noche.

    Me dicen: Jacinto, cul es la receta, la cla-

    ve? No me cansa tu pollo.Pero ese boom es solo en Li-

    ma y no tanto en provincias... No, en el interior del pas tambin comen pollo a la brasa. Pero no es igual. Tengo familia en provincias, he ido al Cusco, pero no es lo mis-mo. El pollo es seco, medio inspido. Cul es su alimentacin? No s. Al

    Posdata

    Nac en Sicuani, Cusco, en 1948. Me gusta mucho el ftbol: soy hincha de Universitario de Deportes y Cienciano. Una virtud? No me doy por vencido. Puedo decir que me marco un objetivo y no paro hasta conseguirlo. Ya son ms de 40 aos en este local de Lince. Algunas familias de cuatro personas consumen hasta dos pollos y medio... Micky Rospigliosi se coma un pollo entero! Este domingo se celebra el Da del Pollo a la Brasa. En esta ocasin podemos vender el triple, pero hay otras fechas en las que tambin nos compran bastante: el Da de la Madre y Ao Nuevo.

    Jacinto MercadoPollos y Parrilladas Hilton

    hugo prez

    Muchas personas van a las polleras

    solo por el ajCLAUDIA FERNNDEz BARRETO

    Una vez lleg un hombre alto y pregunt quin era Jacinto. Yo, seor, dije. Sabes con quin ests hablando? Soy Lolo Fernndez.

    Marcos Caldern vino y dijo que regresara con su familia. Fue un sbado. Al da siguiente viajaba a Pucallpa. Muri en el accidente del Fokker. No lo poda creer.

    En la historia de la publicidad en la radio, el eslogan de una po-llera tiene un lugar guardado. Qu hay para comer? Pollos y parrilladas Hilton, qu placer!, parece repetir Pocho Rospigliosi, en alusin al local de Lince que ya tiene 44 aos.

    Colecciones El Comercio

    @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286

    --Pedido

    --Gastn Acurio se

    llev como 30 pollos cuando inaugur

    su local en Huachipa.

    parecer, el pollo que entra es bolivia-no, no es tan jugoso ni rico.Adems del Da del Pollo a la Bra-sa, en qu otras fechas venden ms?Pues en el Da de la Madre y, des-pus, en Ao Nuevo, porque la gente en Navidad ya comi su pavo, ya se cans.Son posibles nuevas fusiones? Agregar otros condimentos al cl-sico pollo a la brasa?Creo que las polleras de ahora no son como las antiguas, en el sentido de que usan casi el mismo aderezo, no tienen su aj, ni cremas o salsas. Son la misma receta. No hay un ras-go que las identifique. Casi la mayo-ra tiene sabor criollo. Nosotros, por

    ejemplo, tratamos de hacer una va-riante: un sabor ligeramente orien-tal. Probamos, mezclamos y nos quedamos con ese saborcito. Qu hace nica a una pollera?Tiene mucho que ver la papa. Noso-tros no compramos papa procesada; ac se pela, se corta. Usamos can-chn; antes, mariva, papita negrita de Huancayo. Pero recuerdo que en la poca de Juan Velasco Alvarado haba escasez de papa, as que em-pezaron a importarla. Claro, no era lo mismo, era un sabor pasable na-da ms. Algunos trabajaban con ca-mote. Hicimos el esfuerzo por traer nuestra papa, bueno, la gente en-tenda Otra cosa muy importante tambin es el aj. Dira que es vital. A veces, las personas van a las polle-ras solo por el aj. El pollo a la brasa tendra la mis-ma acogida en el exterior?Creo que el pollo a la brasa ya es in-ternacional, muchas personas lo compran y lo llevan. Por ejemplo, sin tener una sucursal, este pollo ya conoce Argentina, Italia, EE.UU. Cmo hacen para que pase en el aeropuerto? No s. Una seora tambin se lleva el aj hasta el Ja-pn, lleva su tper.En estos ms de 40 aos, re-cuerda con cario alguna visita en especial? Una vez se present un seor alto, dijo que vena por recomendacin de Pocho y pregunt quin era Ja-cinto. Yo, seor, dije. Sabes con quin ests hablando?, me pregun-t. La verdad que no s. Soy Lolo Fernndez, me dio un abrazo y creo que le gust porque hasta los huesitos, todo se lo comi. Luego vi-no con su seora, sera el ao 78 ms o menos. Otro que vino fue Mar-cos Caldern, cuando entrenaba al Alianza. Qu hay para comer?, grit. Al final, dijo que regresara, pues le haba gustado. Eso fue un s-bado en la noche, se despidi y creo que viajaba a Pucallpa al da siguien-te o el lunes: muri en el accidente [del Fokker]. Yo no lo poda creer.