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Miércoles 30 de marzo del 2016 POSDATA -32- @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286 JUAN PONCE Herrera cuenta que un jockey puede correr los cuatro días de competencias en Monterrico (de jueves a domingo), es decir, unas 38 carreras, pero eso depende de los preparadores y de otros factores. ENTREVISTA CARLOS JAVIER HERRERA GÓMEZ Jinete Estoy casado y tengo 4 hijos. Sumo 850 carreras ganadas. Me impuse en 70 clásicos. Los principales caballos que monté fueron Koko Mambo, FlyLexisFly, Kung Fu Mambo, Alado, Dushanbe, Buen Mar, Cruzada, Infiernillo, Murjan y Catibel. “Mi mejor carrera fue ganarle a la muerte” JULIO ALEGRÍA CUETO C arlos Javier tuvo un grave accidente en una carrera el 13 de junio del año pasado y estuvo a un paso de la muerte. Pe- ro despertó, regresó a las pistas y volvió a ganar. Hoy está ubicado entre los jine- tes más rankeados de Mon- terrico. —Provienes de una fami- lia con tradición hípica. Todos los hombres de mi fa- milia han sido jinetes. Yo fui al hipódromo a los 15 años y descubrí mi pasión. Estuve en la escuela de jockeys y en enero del 2006, cuando te- nía 17 años, debuté. Llegué quinto en mi primera carrera y luego fui elegido aprendiz revelación del año. —Lo que ganaste después no ha sido poco. Gané el Derby Nacional en 2009, 2011 y 2012. He gana- do 15 carreras Grupo 1, que son las top. Tengo 850 carre- ras ganadas y sé que aún me falta mucho más por lograr. —Luego vino el accidente. El 13 de junio del año pasa- do casi perdí la vida. Fue un clásico, la sexta carrera de un sábado. Mi yegua venía inde- cisa, la tocaron, rodamos y caí de cabeza. Estuve en co- ma cinco días. Me destrocé el maxilar inferior, me partí la lengua en cuatro pedazos, tuve afectadas 23 vértebras. Parte del casco se me incrus- tó en la cabeza, que se infla- mó y se llenó de agua. —No había esperanza... Los médicos le dijeron a mi esposa que rezara a ver si pasaba la noche. Pero a mí me salvó mi hermano Julio Guillermo. Él fue a la clínica a verme pero no lo dejaban entrar. Como pudo se metió a emergencia y cuando me vio se dio cuenta de que yo pa- taleaba a pesar de estar con oxígeno. Llamó a la doctora y le dijo que algo andaba mal. Luego de revisarme encon- traron en mi garganta pasto, tierra y sangre coagulada. Me estaba ahogando. —¿En cuánto tiempo vol- viste a correr? Siete meses. Me hicieron resonancias y encontraron otra fractura, fui a rehabilita- ción y no imaginas lo doloro- so que fue. La familia me apo- yó siempre, mi esposa, mis hermanos, padres y mi gran amigo y propietario del stud donde corro, Omar Macchi, que iba a verme a todos los días a las 5 de la mañana. —¿Cuál ha sido tu mejor carrera? Definitivamente, la que le gané a la muerte. —Muchos ven en ti el esti- lo de tu hermano Jacinto Rafael, un jockey que dio el salto al exterior. Estoy muy orgulloso de él. Se lo llevaron contratado a Argentina y luego dio el salto a Estados Unidos. Tuvo una “Estuve en coma cinco días. Me destrocé el maxilar inferior, me partí la lengua en cuatro pedazos, tuve afectadas 23 vértebras”. sentó cuando estaba a punto de morir. Me dijo: “¿A dónde vas?, regresa que te toca co- rrer”. Mi hermano me miró incrédulo cuando se lo con- té y recién allí me confesó lo mismo. A él el abuelo le dijo exactamente lo mismo. —El riesgo es alto. Uno nunca sabe si va a termi- nar entero una carrera. Ten- go un tío, Jacinto, que se cayó y falleció. Tenía 14 años y ya corría. Se desnucó. —¿Se gana mucho como para arriesgar tanto? Depende. Hay carreras fuer- tes, como los selectos, con bolsas netas de hasta 80 mil soles, de las cuales el 10% es para el jinete, otro 10% para el preparador y 3% para el vareador, que cuida el ca- ballo. El resto es para el pro- pietario. En un clásico te pa- gan 1.000 soles, 1.100 soles. En Estados Unidos se gana muy bien, y en el mundo las carreras más fuertes son en Dubái. Hay un festival que se corre una vez al año, por una carrera te pueden pagar hasta un millón y medio de dólares. —¿Te gustaría que tus hi- jos sean jockeys? Tengo cuatro hijos y dos son hombres, ambos quieren ser jinetes. Si ellos lo deciden, los apoyaré. Somos 11 jockeys en la familia, y seríamos 12 si no fuera porque un primo falleció. —¿También se cayó del caballo? No, Kike murió de cáncer. historia parecida a la mía. Se cayó del caballo cuando co- rría en Argentina. Se rom- pió las costillas, vértebras, se fracturó el fémur, la pelvis, se perforó la arteria femoral. A mis hermanos les dijeron que se despidieran porque no lo lograría. Y lo logró. Y se le apareció el abuelo, co- mo a mí. —¿Tu abuelo? Mi abuelo Teófilo, ya falleci- do y que también fue un re- conocido jinete, se me pre-

POSDATA,Diario El Comercio_2016-03-30_#32

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DIARIO EL COMERCIOEntrevista a Carlos Javier Herrera Gómez, jinete peruano.Entrevista de Julio Alegría CuetoFotografía Juan Ponce Valenzuela

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miércoles 30 de marzo del 2016Posdata-32-

@elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286

juan ponce

Herrera cuenta que un jockey puede correr los cuatro días de competencias en Monterrico (de jueves a domingo), es decir, unas 38 carreras, pero eso depende de los preparadores y de otros factores.

EntrEvista

carlos javierherrera gómezJinete

Estoy casado y tengo 4 hijos. Sumo 850 carreras ganadas. Me impuse en 70 clásicos. Los principales caballos que monté fueron Koko Mambo, FlyLexisFly, Kung Fu Mambo, Alado, Dushanbe, Buen Mar, Cruzada, Infiernillo, Murjan y Catibel.

“Mi mejor carrera fue ganarle a la muerte”julio alegría cueto

c arlos Javier tuvo un grave accidente en una carrera el 13 de junio

del año pasado y estuvo a un paso de la muerte. Pe-ro despertó, regresó a las pistas y volvió a ganar. Hoy está ubicado entre los jine-tes más rankeados de Mon-terrico.

—Provienes de una fami-lia con tradición hípica.Todos los hombres de mi fa-milia han sido jinetes. Yo fui al hipódromo a los 15 años y descubrí mi pasión. Estuve en la escuela de jockeys y en enero del 2006, cuando te-nía 17 años, debuté. Llegué quinto en mi primera carrera y luego fui elegido aprendiz revelación del año.

—Lo que ganaste después no ha sido poco.Gané el Derby Nacional en

2009, 2011 y 2012. He gana-do 15 carreras Grupo 1, que son las top. Tengo 850 carre-ras ganadas y sé que aún me falta mucho más por lograr.

—Luego vino el accidente. El 13 de junio del año pasa-do casi perdí la vida. Fue un clásico, la sexta carrera de un sábado. Mi yegua venía inde-cisa, la tocaron, rodamos y caí de cabeza. Estuve en co-ma cinco días. Me destrocé el maxilar inferior, me partí la lengua en cuatro pedazos,

tuve afectadas 23 vértebras. Parte del casco se me incrus-tó en la cabeza, que se infla-mó y se llenó de agua.

—No había esperanza...Los médicos le dijeron a mi esposa que rezara a ver si pasaba la noche. Pero a mí me salvó mi hermano Julio Guillermo. Él fue a la clínica a verme pero no lo dejaban entrar. Como pudo se metió a emergencia y cuando me vio se dio cuenta de que yo pa-taleaba a pesar de estar con oxígeno. Llamó a la doctora y le dijo que algo andaba mal. Luego de revisarme encon-traron en mi garganta pasto, tierra y sangre coagulada. Me estaba ahogando.

—¿En cuánto tiempo vol-viste a correr?Siete meses. Me hicieron resonancias y encontraron otra fractura, fui a rehabilita-ción y no imaginas lo doloro-so que fue. La familia me apo-yó siempre, mi esposa, mis hermanos, padres y mi gran amigo y propietario del stud donde corro, Omar Macchi, que iba a verme a todos los días a las 5 de la mañana.

—¿Cuál ha sido tu mejor carrera?Definitivamente, la que le gané a la muerte.

—Muchos ven en ti el esti-lo de tu hermano Jacinto Rafael, un jockey que dio el salto al exterior.Estoy muy orgulloso de él. Se lo llevaron contratado a Argentina y luego dio el salto a Estados Unidos. Tuvo una

“Estuve en coma cinco días. Me destrocé el maxilar inferior, me partí la lengua en cuatro pedazos, tuve afectadas 23 vértebras”.

sentó cuando estaba a punto de morir. Me dijo: “¿A dónde vas?, regresa que te toca co-rrer”. Mi hermano me miró incrédulo cuando se lo con-té y recién allí me confesó lo mismo. A él el abuelo le dijo exactamente lo mismo.

—El riesgo es alto.Uno nunca sabe si va a termi-nar entero una carrera. Ten-go un tío, Jacinto, que se cayó y falleció. Tenía 14 años y ya corría. Se desnucó.

—¿Se gana mucho como para arriesgar tanto?Depende. Hay carreras fuer-tes, como los selectos, con bolsas netas de hasta 80 mil soles, de las cuales el 10% es para el jinete, otro 10% para el preparador y 3% para el vareador, que cuida el ca-ballo. El resto es para el pro-pietario. En un clásico te pa-gan 1.000 soles, 1.100 soles. En Estados Unidos se gana muy bien, y en el mundo las carreras más fuertes son en Dubái. Hay un festival que se corre una vez al año, por una carrera te pueden pagar hasta un millón y medio de dólares.

—¿Te gustaría que tus hi-jos sean jockeys? Tengo cuatro hijos y dos son hombres, ambos quieren ser jinetes. Si ellos lo deciden, los apoyaré. Somos 11 jockeys en la familia, y seríamos 12 si no fuera porque un primo falleció.

—¿También se cayó del caballo?No, Kike murió de cáncer.

historia parecida a la mía. Se cayó del caballo cuando co-rría en Argentina. Se rom-pió las costillas, vértebras, se fracturó el fémur, la pelvis, se perforó la arteria femoral. A mis hermanos les dijeron que se despidieran porque no lo lograría. Y lo logró. Y se le apareció el abuelo, co-mo a mí.

—¿Tu abuelo?Mi abuelo Teófilo, ya falleci-do y que también fue un re-conocido jinete, se me pre-