Prensa y periódicos en Yecla en el siglo XIX

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Prensa y periódicos en Yecla en el siglo XIX.Aniceto López Serrano.Revista de Estudios Yeclanos. Yakka Nº 3 (1991). Yecla, 1991. ISSN. 1130-3581. pp. 23-58.

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PRENSA Y PERIDICOS EN YECLA EN EL SIGLO XIXAniceto Lpez Serrano

INTRODUCCIN. La Edad Moderna nace con la imprenta. Y la imprenta ser uno de los factores que ms decididamente empujen al mundo hacia la poca contempornea. La imprenta se constituye, desde el principio, en el medio ms apropiado para la expansin rpida de las ideas, no slo en extensin, sino tambin en intensidad. El Periodismo, adems de participar de todas las cualidades de la letra impresa, tiene la ventaja de una expansin cada vez ms rpida de los hechos y noticias que ocurren a lo largo y ancho de nuestro planeta, aprovechando el desarrollo de las modernas tcnicas. Pocos medios de comunicacin renen en s las condiciones de la prensa para servir de cauce a la manifestacin de los problemas e inquietudes, satisfacciones y frustraciones diarias del hombre de hoy. En esto, slo la radio puede igualrsele; pero la prensa tiene una ventaja sobre la radio: fija todas las manifestaciones y las descubre de nuevo a todo aquel que se acerque a las hemerotecas. La radio, en cambio, se convierte en efmera flor de un da que florece y se marchita mientras resuenan todava sus ecos en nuestros odos. Los grandes hechos, las solemnes situaciones, que se suelen reflejar en la historia, vienen precedidos y van seguidos de pequeas circunstancias que, en s mismas, aparecen como intrascendentes, pero que, iluminadas por los flashes de los grandes hechos, nos permiten una mejor comprensin de los mismos. A travs de la prensa captamos el palpitar, el pulso de la vida, de los hombres que tejen y, a su vez, son substrato de los hechos trascendentes. De este modo la prensa se convierte en fuente, por lo dems insustituible, para el estudio de la poca Contempornea a partir de 1850 - 60. No hay prcticamente libro de historia sobre las pocas recientes que no 23

recurra de una u otra forma a las hemerotecas. A travs de la prensa se expresan las inquietudes literarias, polticas, filosficas, cientficas e incluso ticas, pero no debemos de perder de vista que en la poca a la que nos referimos, es , adems, vehculo de expresin de las clases dirigentes, tanto en el aspecto cultural como en el poltico: " Por tanto, la forma de ejercer la crtica en lo poltico y en lo social, revela la mentalidad de las clases, de manera ms o menos directa"

As pues, los peridicos constituyen una de las principales fuentes para la estructuracin de la historia contempornea. Es ms, proporcionan a la historia de los pueblos una dimensin que difcilmente se descubre a travs de otros documentos. Reflejan las inquietudes, ambiciones, preocupaciones, etc. de los grupos sociales de los que proceden las publicaciones. Los problemas sociales y polticos se nos presentan sin simplificaciones esquemticas, en toda su concrecin, aunque siempre desde la perspectiva del grupo social que se manifiesta a travs del peridico. La pluralidad nos facilita una sntesis muy aproximada de la realidad social, al presentarse desde distintos puntos de vista. Por otra parte, la prensa tambin nos permite, profundizar en el anlisis de las causas que propiciaron los acontecimientos, as como el seguimiento de las consecuencias que acarrearon tales hechos, lo que es fundamental cuando queremos descubrir el sentido de la historia. La prensa tambin nos facilita la reconstruccin de costumbres y formas de vida que, con el paso del tiempo, los cambios sociales y modos de pensar han dejado en desuso y que, sin embargo, son interesantes para interpretar ciertos aspectos importantes del devenir histrico.

Ricard Blasco llega a afirmar que: "incls en les poques en les cuals un poder autocrtic intenta silenciar les opinions adverses i sotmet la premsa a rgides censures o la transforma en un monoton cor unnim, les pagines dels peridics podem ser d'utilitat per a calibrar la ndole de l'autocrcia: tan eloqent pot ser all que callen com all que malgrat les prohibicins aconsegueixen dir". La aparicin de la prensa en Yecla se produce bastante tempranamente. Nuestra ciudad se encuentra entre los primeros pueblos de la regin con prensa peridica; la influencia de Valencia y Alicante fue, en este aspecto, muy importante. No debemos de olvidar que la eclosin del fenmeno periodstico se produce en el levante espaol entre 1867 y 1882. En 1867, si dejamos fuera Madrid y Barcelona, capitales con gran tradicin periodstica, Valencia, Murcia y Alicante suponen solamente el 8 % de la prensa peridica editada en Espaa. Doce aos despus, en 1879, se duplica la cantidad de peridicos con ms del 15 % de las publicaciones. En 1882, estas provincias, juntamente con Madrid, Barcelona, Cdiz y Sevilla, se encuentran a la cabeza de la expansin periodstica espaola. Abordar el estudio sistemtico de la prensa yeclana puede suponer una clarificacin de nuestro pasado cultural y al mismo tiempo nos puede proporcionar algunas claves de las influencias ideolgicas que en el prximo pasado se han producido en los grupos sociales de nuestra ciudad. A la hora de clasificar las publicaciones se han tenido en cuenta los criterios establecidos por el Comit de Expertos en Normalizacin Internacional de Estadsticas de la Edicin de Libros y Peridicos, patrocinados por la UNESCO, reunido en Pars en abril de 1.961. De acuerdo con estos criterios, las caractersticas necesarias que debe de reunir una publicacin para ser considerada peridica son: - Que est impresa, sea cual sea su tipo de impresin. - Editada en Yecla, aunque est impresa fuera de ella. bien - Que sea ofrecida al pblico, bien a un precio o gratuitamente. - Publicada en una serie continuada bajo el mismo ttulo. - Con periodicidad regular o irregular inferior a un ao. - Que conste en cada ejemplar la fecha y la numeracin. Se han incluido, tambin, aquellas publicaciones

que han salido una sola vez, pero que manifestaron su intencin de tener una cita peridica con el pblico. No consideramos, en cambio, como publicacin aquellas que salen anualmente para anunciar el programa de actos con motivo de alguna festividad o como memoria de alguna entidad. El objetivo del presente trabajo, sera llevar a cabo el estudio de la prensa yeclana teniendo en cuenta distintas metodologas y elaborado bajo las siguientes hiptesis de trabajo: - El despegue de la prensa yeclana anda paralelo al desarrollo econmico de Yecla, coincidiendo con el ltimo tercio del siglo XIX. - La prensa yeclana, como ocurre, en el resto de Europa, en pocas anteriores a la guerra civil, es fundamentalmente prensa de opinin por lo que puede resultar interesante llevar a cabo un anlisis semitico de los textos ms significativos de cada uno de los peridicos, determinando los cdigos connotativos, los lugares comunes del discurso, las figuras retricas y los cdigos ideolgicos, siguiendo la propuesta metodolgica de Lidia Leo. - Igualmente, puede resultar interesante el estudio de la polisemia de la prensa yeclana, tratando de descubrir, dentro de la trayectoria histrica de cada uno de los peridicos, el variante, pero, sobre todo, el invariante. Es decir, su identidad ideolgica manifiesta, su trayectoria marcadamente poltica que se concretiza en los editoriales, en su lnea general y en los valores defendidos; es la personalidad profunda del peridico. - En Yecla no se desarrolla prensa obrera hasta el perodo de la Segunda Repblica, con la interesante excepcin de "La Voz de Yecla", en 1898, debido a una serie de causas, entre ellas, el elevado ndice de analfabetismo, muy superior al de otras reas geogrficas del estado espaol como queda patente en un trabajo anterior. La crisis de las sociedades obreras debido a la brutal represin con motivo de la revolucin de agosto de 1917 y la posterior restriccin de las libertades por la dictadura de Primo de Rivera, contribuyeron a retardar la aparicin de este interesante tipo de prensa. - No obstante, ante la carencia de peridicos especficamente o b r e r o s , los trabajadores m s concienciados utilizarn la prensa existente como vehculo para ofrecer al sector ms ilustrado de los trabajadores y al ms progresista de la sociedad, sus objetivos ms inmediatos. As ocurre por ejemplo con el peridico "Juventud", "Juventud de Hoy" y ms tarde con "Justicia Social".

- En Yecla, desde una poca relativamente temprana, se produce la aparicin de una prensa confesional, signo inequvoco de la organizacin de los sectores catlicos, vinculados a ideologas conservadoras, y entroncados directamente con los grupos polticos herederos del carlismo y del tradicionalismo. Aunque muchos de los individuos, que forman dichos grupos, no adopten una militancia poltica significativa en ese momento. - La fragmentacin de la prensa es como un fiel reflejo de la fragmentacin de la sociedad yeclana en la poca moderna, reflejando la duracin de las publicaciones la correlacin de fuerzas de los distintos sectores sociales, siendo significativa la marginacin de las clases populares. - Durante la dictadura de Primo de Rivera se produce, sobre todo en los primeros aos, una ralentizacin de la actividad periodstica. El dictador entendi la trascendencia de los peridicos como medio de comunicacin con las masas. Por ello, la incidencia de la dictadura sobre la prensa fue muy importante, tanto en lo referente a la censura como medio de controlar la prensa adversa, como en la potenciacin de la propia y la utilizacin de la ajena mediante las "notas" de obligada insercin. En Yecla, la dictadura debi de proporcionar un profundo respiro a las clases dirigentes. Por otra parte, en la mente de las sociedades obreras an estaba reciente el recuerdo de los traumticos sucesos de agosto de 1917, lo que desaconsejaba plantear beligerancia a la implantacin de la dictadura. No obstante, los derroteros por los que posteriormente discurri, fue configurando una situacin parecida a una olla a presin, generando insatisfaccin, incluso, en los grupos derechistas sin cuo reaccionario. Esto resulta evidente a finales de la dcada, bastante antes de la proclamacin de la II Repblica. - Finalmente, en el perodo de la II Repblica se produce una proliferacin de peridicos de todo tipo. Es el momento de mayor esplendor de la prensa yeclana. En 1934 se publican hasta nueve ttulos distintos. Esto permite una mayor difusin cultural y la posibilidad de una mejor informacin para los ciudadanos. Pero, debido a la crispacin que se genera lleg a suponer una distorsin y una mayor incomunicacin entre los diversos grupos sociales. Por otra parte, la mayora de redactores y colaboradores de la prensa yeclana durante el primer tercio de siglo se sitan en las filas ms reaccionarias, enfrentndose a los valores que representaba la Repblica, tal como afirma Jos Extramiana en Prensa e Historia: "la prensa sigue de cerca el curso tortuoso de la vida poltica. Los medios de propaganda ponen de manifies25

to que cuando las capas dirigentes se ven obligadas a compartir o ceder el poder poltico, recurren a una vasta ofensiva periodstica". Segn los datos de que disponemos, es interesante constatar que hasta 1936, en Yecla, se llegan a publicar nada menos que 74 peridicos distintos, considerando como uno slo aquellos que han tenido dos o ms pocas siempre que hayan aparecido con el mismo ttulo y la misma cabecera. "La Juventud Yeclana" de 1899 y "La Hoja Literaria" de 1934, segn los criterios antes establecidos, no los podemos considerar como publicaciones peridicas, pues en ellas no consta la numeracin y, por tanto, la intencin de periodicidad. Pero desgraciadamente slo quedan ejemplares de treinta y siete publicaciones, lo cual supone que, ms de la mitad de los peridicos publicados en Yecla, slo los conocemos de referencia. Algunos de ellos desaparecieron del propio Archivo Municipal. Fausto Soriano, en su "Historia de Yecla", declara haber consultado en el mismo hasta once ttulos que en la actualidad no se encuentran en el Archivo. De estos, ocho, pertenecen a la poca de la Repblica. Es ms, incluso la mayor parte de las colecciones conservadas estn totalmente incompletas y de casi todas faltan ejemplares de la mayor parte de los nmeros. El primer peridico yeclano del que tenemos noticias es "El Eco Regional" publicado en 1880. Pero ni de ste, ni de los dos siguientes, "El Sastre del Campillo" y "Crnicas de Yecla", se conserva ningn ejemplar. De "El Correo Regional" (1888), de los 89 nmeros publicados, slo se conservan ejemplares del n 35 y 89. "La Verdad", de ese mismo ao, es el nico peridico del que se conservan ejemplares de todos los nmeros, tal vez por estar debidamente encuadernados. Todos los peridicos del siglo XIX son de tendencia liberal o conservadora menos "La Voz de Yecla" que, fundado por Jos Roses, se declara abiertamente republicano. Esta publicacin, posteriormente, se transformara en el primer diario de Yecla. Jos Roses desarroll una interesante labor periodstica en diversos peridicos editados en Yecla. El ltimo peridico nacido en el ochocientos sera "Yecla Moderna", fundado en los umbrales del novecientos. Se imprimira mitad en Madrid y mitad en Yecla. Fundado por el poeta Maximiliano G. Soriano. Se public con grabados que incorporaban las ms modernas tcnicas de impresin. Tampoco se conserva ningn ejemplar del nico nmero publicado.

Algunos de esos peridicos tienen una profunda vocacin cientfica, pero sobretodo literaria. Con esa vocacin naci el primer peridico yeclano, fundado por Miguel Pay Santoja en 1880, "El Eco Regional", impreso en los talleres de los Escolapios. "El Defensor de Yecla" (1891) cont con las primicias literarias de Jos Martnez Ruiz, "Azorn", que entonces utilizaba el seudnimo de "Juan de Lis". Por sus ambiciones literarias destacan dos: "Acuarelas", fundado por Fausto Ibez en 1901. En el colaboraron entre otros: "Azorn", Po Baroja, Jara Carrillo, Carlos Cano, etc. Y "Sirio" en 1925, que es el que presenta un mejor palmars de colaboradores: Eliodoro Puche, Araquistain, Daz Casado, Gmez Baquero, Guillermo de la Torre, Alvarez Santullano, Fernndez Ardavn, Ramn Gmez de la Serna, R. Prez de Ayala. Pero, dado que apenas salieron dos nmeros, no todos llegaron a hacer efectiva su colaboracin. El manifiesto del primer nmero lo hara Guillermo de la Torre, proclamando los postulados modernistas de la revista. En los nmeros publicados escriben Francisco Martnez Corbaln, Julio J. Casal, Ramn Prieto Romero, Csar Vallejo, Roberto Molina, Ramn Gmez de la Serna y Amelio Qulez. La administracin estaba en Almansa. Los distintos peridicos reflejan las primeras composiciones de casi todos los escritores yeclanos. A veces con seudnimo: Francisco Momp: "El Caballero de la Triste Figura". Antonio Azorn Polo: "El Marqus del Arab". Jos Gimnez Roses, amigo ntimo de Ramn Gmez de la Serna. Eugenio Noel, tambin se asom repetidas veces a las pginas de los peridicos yeclanos. La vocacin poltica y la confrontacin ideolgica son los aspectos que ms destacan en la mayora de las publicaciones yeclanas. La lista de peridicos polticos se hace interminable. Los hay de todas las tendencias: conservadores y liberales, republicanos y socialistas, sin que falten los que representan las tendencias polticas ms reaccionarias. La primera publicacin de carcter poltico fue "El Sastre del Campillo", fundado por Miguel Pay Santoja, primer alcalde liberal de Yecla en la Restauracin. Los movimientos catlicos tendran a lo largo de la historia periodstica yeclana una presencia muy activa. En 1910 Francisco Aynat Albarracn funda "El Adalid", vinculado a los grupos polticos herederos del carlismo y tradicionalismo. Cayetano Mergelina y el Abad Jos Sola, representantes de los sectores catlicos moderados, fundan en 1914 "Alma Yeclana". Los grupos m s reaccionarios no haran acto de 26

presencia hasta despus de proclamada la Repblica, mostrndose en extremo beligerantes con las ideas republicanas y democrticas. La mayora de las publicaciones se editaron en Yecla. Pero algunas de ellas, por diversas circunstancias, pusieron su cabecera fuera de nuestra ciudad: "Crnicas de Yecla" y "El Correo Regional" en Villena; "La Opinin" , "Pueblo" y "La Justicia" , en Jumilla, "Aurora Boreal", "La Escoba" , "Juventud de Hoy" y 'Tierra Levantina" en Alicante. Algunos de ellos declaran publicarse censurados. Esto ocurre, sobretodo, durante la Dictadura de Primo de Rivera y el llamado "bienio negro" de la Repblica. A lo largo de todo el siglo XX no faltaron los peridicos humorsticos: "El Pitorreo", "La Karaba", etc. Un fenmeno generalizado que se observa en la mayor parte de los peridicos, pero sobretodo en los conservadores, es el inters en camuflar la ideologa subyacente, autodenominndose "independiente". Son muy pocos los que confiesan su ideologa abiertamente. Los que con ms claridad la declaran son los republicanos, socialistas y catlicos. Para la mayor parte de colaboradores y redactores, el oficio de escribir en un peridico constituye una sana catarsis, de los demonios que llevamos dentro. Disfrutan con la dialctica, que muchas veces raya en el insulto, sublimando en la prensa la agresividad y la beligerancia. La poca de la II Repblica forma historia aparte. Algunos tuvieron una vida efmera como "Yecla Moderna", del que slo se public un nmero. Otros, por el contrario, gozaron de una respetable longevidad. "Juventud" dur de 1914 a 1918; "Que te muerdo", el de mayor duracin, desde 1921 a 1932, aunque con varias interrupciones. "Adelante!", tambin cubre desde 1926 hasta 1936, con una larga interrupcin entre 1931 y 1936. "La Justicia" public ms de 260 nmeros. La mayora estuvieron entre los 20 y los 60 nmeros, cantidad que no deja de tener importancia, pues supone una duracin de entre seis meses y un ao a pesar de la precariedad de los medios econmicos con que contaban. Observando las fechas de su aparicin vemos que muchos de ellos supusieron un entretenimiento para los estudiantes que venan a pasar a Yecla los largos y ociosos veranos, sin apenas diversiones para emplear su tiempo, encontrando en el periodismo una ocupacin gratificante.

La prensa yeclana del siglo XIX, se inicia en 1880 con un peridico cientfico y literario, "El Sastre del Campillo" y termina con otro, tambin, literario, "Yecla Moderna". No es casualidad la temtica del primer peridico yeclano. A pesar de los nuevos aires que aportaron los liberales desde su acceso al poder, an estaba en vigor la Ley de imprenta de 1837, que impona fuertes restricciones a la libre expresin de las ideas, desconsejando la aventura de crear un peridico poltico. Pero las perspectivas generadas animaron a su creacin, aunque se amparasen en la temtica literaria o cientfica. La entrada en vigor de la ley Gulln en 1883, supuso una importante liberalizacin del derecho de libre expresin, que por lo dems garantizaba la propia Constitucin de 1876. De los doce peridicos que ven la luz, tres tratan fundamentalmente temas literarios y cientficos, siete son polticos o alternan la poltica con la literatura. En cuanto a su adscripcin ideolgica, cuatro corresponden a los liberales fusionistas, tres a los conservadores, uno a los liberales dinsticos, desgajados de los conservadores y uno a los republicanos. En cuanto a la periodicidad, de cuatro de ellos no nos consta con seguridad, dos son diarios, aunque uno empez su andadura como semanario, cuatro semanarios y dos quincenales. Nada sabemos, de momento, sobre la tirada o nmero de suscripciones de todos estos peridicos. Se ha presentado una visin de conjunto, pero debemos intentar profundizar con el fin de comprender porqu este fenmeno cultural, tan interesante, pudo producirse en una ciudad con un fuerte componente agrario, relativamente aislada y con una burguesa industrial poco desarrollada. Sin intencin de agotar un anlisis tan complejo y si la necesaria capacidad de sntesis me acompaa, intentar tratar de comprender, cmo, cundo y porqu nace la prensa yeclana. Cul era la situacin socioeconmica de Yecla en el ltimo cuarto del siglo XIX, perodo al que se circunscribe el presente trabajo y el ambiente poltico que propici su aparicin. MARCO SOCIOECONMICO. A la hora de hacer el estudio de la prensa yeclana, resulta imprescindible disear el marco socioeconmico en el que se produce. Al proceder a su reconstruccin, observamos que, el elemento fundamental sobre el que giran las coordenadas del perodo, es el proceso desamortizador. Este proceso tuvo lugar en Espaa a lo largo del segundo tercio del siglo XIX. Afect a ms de diez millones de hectreas lo que supona el 20 % del territorio nacional y el 40 % de todas las tierras cultivables. El traspaso de tan ingente cantidad de tierras desde las manos muertas de la Iglesia y de los Municipios a los subasteros privados, permiti una considera27

ble expansin de los cultivos y la mejora de su productividad consecuencia de las nuevas tcnicas introducidas por los particulares. "El propietario privado, que considera a su tierra como una inversin, procurando sacar de ella el mayor provecho posible, la explota ms racionalmente y, por lo t a n t o , con mayor eficacia." Todos estos aspectos tienen una importancia crucial para un pueblo, eminentemente agrcola, como Yecla. Este proceso no es caracterstico slo de Yecla, sino que se da en toda Espaa. Pero es en Yecla, uno de los lugares, donde aparece con ms claridad. En la Comarca de Yecla-Jumilla, en el perodo que va de 1755 a 1860, se produce una prdida de "baldos" de 30.913 fanegas en favor, precisamente, del viedo. El aumento de la poblacin de la comarca a lo largo del siglo XVIII y XIX que pas de 15.577 en 1787 a 22.694 en 1860 y 35.189 en 1900, permiti una mayor oferta de fuerza de trabajo por lo que hizo que la mano de obra fuese menos exigente. La poblacin bracera aument considerablemente, no slo debido a la desposesin de las tierras que desde siempre haban venido cultivando, sino tambin, por el aumento vegetativo de la poblacin. En 1861, el censo de jornaleros de Yecla, mayores de 25 aos, era de 2.560 y en 1915 de 3.767. El panorama social de la Yecla de finales del XIX es de absoluta ruralizacin. Entre los elementos que lo demuestran se encuentra la organizacin del Concejo. As las comisiones que se forman en el seno del Ayuntamiento son, adems de la de Festividades, Castillo y Administrador de Bulas, Peritos Agrimensores, Huerta, Herreros, Alarifes y Carpinteros, Refinadores de Pesas Medidas y Romanas, Medidas de Granos, Administracin del Agua Principal, todas ellas ntimamente relacionadas con las actividades rurales de los ciudadanos de Yecla. Ms tarde, se iran diversificando de acuerdo con las necesidades ms complejas creadas dentro de una sociedad en rpida evolucin: Hacienda, Montes y Aguas, Polica de Abastos y Mercados, Salubridad e Higiene, Beneficencia e Instituciones Pblicas, Psito y Cereales, Polica Urbana y Rural. Sin embargo, el camino hacia la modernizacin viene marcado por el desarrollo de la industria y el comercio precedido por una agricultura prspera y comercializada.

El desarrollo industrial de Yecla se encuentra ntimamente ligado al desarrollo de la agricultura, de tal forma que el auge de la primera supone el de la segunda y viceversa. Otro aspecto importante a tener en cuenta es la apertura de Yecla al circuito comercial una vez inaugurado el ferrocarril entre Madrid y Alicante - Valencia lo que se produce a partir de 1858. En el panorama de casi absoluto ruralismo de la Yecla del XIX no deja de llamar la atencin la existencia de tres imprentas; una de ellas que ya existe en 1857, propiedad de un valenciano, Leonardo Ros y Ferrer, otra de Juan Azorn Rubio, en la que se imprime "Memoria de apuntes para la H de Yecla" de Pascual Gimnez Rubio y una tercera propiedad de Joaqun Azorn. Sera interesante investigar alrededor de estas imprentas y su actividad. La tercera sabemos que provea de impresos al Ayuntamiento. Los Escolapios parece que aportaron a Yecla, al menos en un primer momento, importantes aires de renovacin cultural y acaso tecnolgica. A ellos se debe la puesta en funcionamiento de las Aulas de Fsica, Ciencias Naturales y Agricultura, creadas con subvenciones del Ayuntamiento bajo la administracin liberal de Epifanio Ibez. Tambin iniciaron las excavaciones arqueolgicas del Cerro de los Santos. Y la primera prensa yeclana se encuentra vinculada a los Padres de las Escuelas Pas. Pero al mismo tiempo, tambin, constituy un importante centro de religiosidad. Las familias importantes de Yecla acudan all para realizar los sufragios por sus familiares. En mayo se celebraba con toda solemnidad el mes de Mara. Con el paso del tiempo prevalecera este ltimo aspecto. LA ORGANIZACIN SOCIAL Y POLTICA. La organizacin caciquil se consolida en Yecla, como en el resto de las zonas del sur de Espaa, en las dcadas centrales del siglo XIX. La ausencia de una oferta de trabajo industrial suficiente, agravada por la disminucin de los salarios entre 1867 y 1900, que pasaron de seis reales a cuatro cincuenta y cinco cincuenta, facilitaron la consolidacin. Esta situacin permiti que los propietarios pudieran seguir conservando su nivel de renta e incluso mejorarlo en las coyunturas menos desfavorables. No ocurri as en los pases de Europa Occidental en los que la gran depresin de finales de siglo perjudic ms al propietario que al arrendatario obligndole a mejorar las condiciones del contrato en un contexto de precios 28

bajos. El proceso de industrializacin y el consiguiente incremento del xodo rural tuvo no poco que ver en este hecho. Aspectos que no se produjeron en Yecla con la suficiente intensidad. El carcter invertebrado de las masas campesinas yeclanas, propiciaron la consolidacin de la organizacin caciquil. El control que ejercan las clases dominantes sobre las posibilidades de empleo de la mayor parte de la poblacin, el sistema electoral con sufragio restringido e indirecto, la formacin de las mesas electorales presididas por alcalde y tenientes de alcalde y el artculo 28 de la Ley Electoral que permita la no celebracin de elecciones en aquellos distritos con un slo candidato, contribuyeron decisivamente a afianzar el cacicato y abrieron de par en par las puertas a las corruptelas polticas y al pucherazo. A pesar de los esfuerzos llevados a cabo por los sectores ms conscientes de la clase obrera, hasta la penetracin de las ideas socialistas a principios del presente siglo, no se producira la organizacin de los jornaleros para tratar de remontar la deplorable situacin social en que se vieron sumidos. Este hecho supuso una novedad decisiva para el mundo rural, que condicion la rotunda reaccin de la oligarqua terrateniente. La burguesa comercial, en principio, aliada con los trabajadores por intereses coyunturales de clase y con el objetivo de arrebatar el poder a las oligarquas terratenientes, terminara fusionndose con las mismas, al no culminar el proceso de industrializacin y producirse el hundimiento definitivo del comercio del vino. Desaparecieron como clase social diferenciada de la oligarqua. Esto aparecer con absoluta evidencia durante la Dictadura Primorriverista y el advenimiento de la Repblica. La organizacin caciquil sera, tambin, reforzada por las estructuras polticas de la Restauracin. El prestigio de las familias yeclanas no slo estribaba en su capacidad econmica, sino que tambin encarnaban, de alguna manera, el pasado de la Comunidad. Es en estas dcadas cuando empiezan a editarse las primeras historias locales, en la mayora de los casos por personajes que pertenecan a la oligarqua. Gimnez Rubio en Yecla, Cascales en Murcia, Lozano en Jumilla. Estas familias se erigan en poseedoras exclusivas del patrimonio cultural, al mismo tiempo que ofrecan al campesino analfabeto una cierta proteccin contra las exigencias del Estado en lo referente a quintas, impuestos, multas, colocaciones, etc. El poder municipal es ejercido por los detentadores de la gran propiedad y del prestigio familiar tradicional organizados alrededor de los partidos turnantes, Conservadores y Liberales. Ejercan el poder, bien directamente o, lo que empieza a ser ms frecuente en el ltimo tercio del siglo, a travs de intermediarios, que despus definiremos. Los peque-

os propietarios y arrendatarios servan de comparsa. La Junta de Asociados, formada por los mayores contribuyentes, gozaba de gran poder. Formaba parte de las Juntas Municipales y juntamente con alcalde y concejales controlaban absolutamente todos los aspectos econmicos de los Ayuntamientos. De hecho, la Corporacin Municipal era poco ms que un simple intermediario entre la Administracin Provincial del Estado y los mayores contribuyentes a travs de la Junta de Asociados y poco menos que un mero gestor de impuestos. Las condiciones de vida de los braceros, como la de los pequeos propietarios y arrendatarios, se fue deteriorando progresivamente como consecuencia del estancamiento y recesin de los salarios, la temporalidad de los trabajos: siega, trilla, siembra, vendimia, pisa, etc. y la desamortizacin de bienes de comunes que priv a una gran parte de la poblacin yeclana del aprovechamiento de arbolado, pastos y atochales que hasta 1856 haban estado abiertos al libre acceso de todos los vecinos. La Comisin de Venta de Bienes Nacionales, una vez enajenados los terrenos susceptibles de ser cultivados, sigui subastando los terrenos montuosos, a pesar de la constante oposicin de las distintas Corporaciones que se sucedieron, fueran de uno u otro signo. Estas operaciones se prolongaron hasta los albores del novecientos. Por otra parte, despus de 1856, se iran abriendo paso las subastas no slo de los servicios municipales (matadero, puestos de carnicera y pescadera, pesas y medidas, etc.), sino tambin de la explotacin de los bienes que restaban del comn de los vecinos: lea, espartos, pastos y caza. A ellas acuden licitadores que, por lo general, son de fuera de Yecla. Esto permite a algunas familias forneas consolidarse y conseguir un rpido enriquecimiento que las convierte en lacayas de las tradicionales, para ejecutar la poltica que conviene a stas y de las que dependen. As son retratados por "La Soflama". "Cmo cambian los tiempos Hace, no muchos aos,todos recordarn cmo entraron en nuestro pueblo esa plyade de hombres importantes y serios que hoy pretenden monopolizar las jerarquas sociales de Yecla; daba compasin verlos, famlicos, hambrientos, cubriendo apenas sus carnes, enflaquecidas por el ayuno, con harapos de varios colores. El ms importante, el ms serio de todos, traa por equipaje su fnebre cara y su ignorancia; otro una baraja marcada, cual un palustre y as los dems. Han pasado algunos aos, no muchos por cierto y aquella "Peste de Otrotanto" se ha convertido por arte mgica en un risueo paisaje, cuya contemplacin inspira alegra. Todos son ricos, todos son felices al parecer".

Los jornaleros terminaran por no poder llevar a pastar su pequeo ganado de subsistencia, ni suplir el paro estacional con la recogida de esparto, lea o carboneo. Con ello, el carboneo, el robo de esparto y lea, se convierte en delito que, al no ser percibido como tal por los jornaleros, generara infinidad de denuncias y procesos. Esto aparece multitud de veces en las Actas Municipales. Y la posibilidad de seguir cazando en los montes de antao pasara a ser un lujo que constara entre 33 y 42 pesetas al ao o se convertira en una actividad furtiva. La nica salida posible a esta situacin termin siendo la emigracin: bien estacional para las labores de recoleccin o bien definitiva a Catalua con un importante desarrollo industrial o al extranjero, especialmente Argelia y Francia. En algunos casos a Sudamrica. Ya en 1880 se recoge la emigracin a Francia de 30 familias. SITUACIN POLTICA. Tras el experimento democrtico del sexenio, comprendido entre 1868 y 1874, se suprimi el sufragio universal y se reorganizaron los Ayuntamientos segn el viejo modelo anterior: vuelta al sufragio censitario, designacin gubernativa de los alcaldes en pueblos de ms de seis mil habitantes, centralismo a ultranza, reforzado con la introduccin del "recurso de alzada" a la autoridad gubernativa. Los Ayuntamientos se convierten as en mquinas recolectoras de votos, en una simbiosis entre la burocracia administrativa y las oligarquas locales, a cuya influencia no se pondran cortapisas, ni se perjudicaran sus intereses, a cambio de su cooperacin en el proceso electoral. El Alcalde colabora eficazmente en el proceso, distribuyendo "convenientemente" las contribuciones impositivas y con las oportunas discriminaciones en las subastas. Alcalde y concejales no gobiernan para el comn sino para los amigos polticos y las lites. No hay ms que repasar las actas de las sesiones del Concejo para advertir rpidamente que el objetivo fundamental de las mismas es la distribucin de los impuestos y la organizacin de los distintos procesos electorales. La Corporacin Municipal se convierte en cualificado intermediario entre la Hacienda Pblica y el Ministerio de la Gobernacin de una parte y las clases dominantes organizadas en la Asociacin de Mayores Contribuyentes por otra. Aunque los presupuestos municipales son siempre absolutamente insuficientes para hacer frente a los problemas de la poblacin. Apenas hay sesin que no trate temas econmicos y son escasas aquellas en las que se plantean los problemas especficos de la ciudad. Los aspectos que preocupaban a la mayor parte de los ciudadanos casi 29

nunca se asoman a las pginas de actas de las sesiones del Concejo. Aunque la inercia del progreso har que las autoridades empiecen a preocuparse de ciertos problemas como la sanidad, la seguridad ciudadana, la beneficencia, etc. As, se establecen multas entre 1 y 25 pesetas por atentar contra la salubridad e higiene. Se establecen normas higinicas para la fabricacin del pan. Se cierran las escuelas ante las epidemias de sarampin. Se suprime la costumbre de dejar sueltos uno o dos cerdos para que los alimentara el vecindario con destino al culto de San Antn, prohibiendo a, a su vez, "dejar vagar por la poblacin toda clase de animales". Esta costumbre volvera a rebrotar en 1892 bajo la alcalda de Moncada, lo que nos indica su arraigo entre la poblacin. "Le faltaba a Moncada para su glorificacin, que resucitase en su tiempo la indecente antigualla del marrano de San Antn. Pues ni eso le falta ya. A cualquier hora podrn ustedes contemplar al respetable guarro, transitando libremente por todas partes. Como que resulta protegido por Moncada; Qu extraas simpatas!". ANLISIS DE LAS PUBLICACIONES PERIDICAS YECLANAS. Una vez enmarcado el contexto social y poltico en el que vieron la luz las primeras publicaciones yeclanas es el m o m e n t o de proceder al anlisis individualizado de los diversos ttulos, precisando la informacin que tenemos de cada uno de ellos, bien a travs de publicaciones posteriores, bien mediante el estudio directo de los ejemplares de los nmeros conservados. EL ECO REGIONAL. Es el primer peridico del que tenemos noticia y del que, desgraciadamente, no se conserva ningn ejemplar. Nos consta que fue fundado por Miguel Pay Santoja. Su edicin estuvo vinculada al Colegio de los Escolapios, en cuyos talleres se imprimi. Sus objetivos y temtica eran la Ciencia, la Literatura y la Agricultura, en la lnea de la renovacin de las Enseanzas que debieron propiciar los Escolapios. La fecha de su primer nmero fue la del 22 de enero de 1880. El Padre Carlos Lasalde Nombela, rector de los Escolapios entre 18801884, si es que no fue su impulsor, debi de colaborar en "El Eco Regional", como lo hizo en "El Semanario Murciano", peridico conservador de Murcia, en el que public algunos artculos, con el ttulo de "El aficionado a antigedades", sobre el descubrimiento del Cerro de los Santos. Miguel Pay Santoja, abogado y propietario, ha30

ba sido elegido concejal en las primeras elecciones de la Restauracin, llevadas a cabo el 10 de mayo de 1879. Formara parte del primer Ayuntamiento Constitucional, que sustituy al nombrado por el Gobernador Civil en febrero de 1874. Poco ms sabemos de esta primera publicacin, la ms veterana de las que se han dado en Yecla. Los colaboradores eran Mariano Navarro y Antonio Palao, abogado que, tambin, colaborara en las sucesivas experiencias editoriales de Miguel Pay. EL SASTRE DEL CAMPILLO. A nivel del estado, la obra de gobierno protagonizada, primero, por el Partido Constitucional y, luego, por el Partido Fusionista, permiti en la calle, en la prensa y en la ctedra, una libertad de expresin que a lo largo del siglo XIX haba estado confinada a los breves intermedios de trienios, bienios y sexenios. Los conservadores haban ocupado el poder desde la Restauracin en 1874. En 1880 se produce la constitucin del Partido Fusionista, accediendo al poder en febrero 1881. Inmediatamente despus, se anuncia un nuevo clima con el levantamiento de la suspensin que pesaba sobre algunos peridicos, el sobreseimiento de causas criminales contra delitos de imprenta, el reconocimiento explcito de la libertad de ctedra y el reintegro a sus ctedras de profesores expedientados por delitos de opinin. Esta nueva situacin posibilitaba la crtica a la accin de gobierno de los poderes pblicos, y propici el nacimiento en Yecla del primer peridico poltico en mayo de 1881: "El Sastre del Campillo", tambin fundado por Miguel Pay Santoja. El acceso al poder del Partido Fusionista, formado por el grueso del Partido Constitucional liderado por Sagasta, fusionado en 1880 con otras fuerzas que compartan con aquel el carcter de "oposicin liberal dinstica", tiene en Yecla una consecuencia inmediata, la suspensin, en abril, por el Gobernador Civil de la Provincia, de la Corporacin Municipal elegida en mayo de 1879, nombrndose una provisional. Aunque el motivo alegado fue la comprobacin en el Ayuntamiento de: "muchas faltas administrativas que constituyen hechos graves, adems de la desobediencia a todo lo mandado y cuya responsabilidad alcanza a V. y dems individuos de ese municipio". El objetivo real era la preparacin de nuevas elecciones convocadas, algunos das ms tarde, para primeros de mayo. Esta prctica, se generalizara a lo largo de todo el perodo de la Restauracin y permitira hacer efectivo el triunfo electoral de los partidos turnantes.

Jos Serrano Gonzlez del Partido Fusionista fue nombrado alcalde interino de la Corporacin y Miguel Pay Santoja sera elegido primer Teniente de Alcalde. Miguel Pay, proceda de las filas de la Unin Liberal, razn por la que fue confirmado en el cargo de concejal a pesar de haber ocupado un puesto en la Corporacin de 1879, al igual que Epifanio Ibez Alonso. La restauracin de la Monarqua y la configuracin de los nuevos partidos polticos, supuso en principio una cierta desorientacin para los militantes de los partidos anteriores a la Repblica y los formados durante el perodo republicano. De hecho, durante el primer lustro de los 80 se constata en las sesiones del Concejo yeclano esa desorientacin de sus miembros. Constituida la nueva Corporacin, despus de las elecciones, fue nombrado alcalde por el Gobierno Liberal de Su Majestad, Miguel Pay. "El Sastre del Campillo" sali a la calle, el 1 de mayo de 1881, coincidiendo con las elecciones, a las cuales se presentaba Miguel Pay como candidato. Entre los colaboradores con los que cont se encontraba Antonio Palao Ibez, redactor del primer peridico fundado por Pay. CRNICAS DE YECLA. El 7 de agosto de 1881, inmediatamente despus de la toma de posesin como alcalde de Miguel Pay, aparece en Yecla un nuevo peridico, "Crnicas de Yecla", tambin de temtica poltica, fundado por Francisco Martnez Corbaln. La cabecera la tuvo en Villena por habrsele negado el permiso gubernativo para ser editado en Yecla. La libertad de imprenta no quedara formalmente establecida hasta julio de 1883. Francisco Martnez Corbaln haba nacido en Yecla en 1833. Fue Alcalde entre 1870-1872, en fechas anteriores a la proclamacin de la I Repblica, por la Unin Liberal. Despus de la revolucin septembrista pasara a militar en las filas del Partido Conservador. Por este partido saldra elegido diputado a Cortes en las elecciones de 1876. En 1878 designado Gobernador Civil de Murcia y en 1885 de Madrid. Posteriormente ocupara los cargos de Director General en varios Ministerios y la Subsecretara de Gobernacin. Muri en Yecla en enero de 1890. De ninguno de estos tres peridicos se conservan ejemplares, aunque sabemos que de este ltimo se editaron 25 nmeros. Desde la desaparicin de "Crnicas de Yecla", en 1881, hasta la aparicin de "El Correo Regional", en enero de 1888, no hay noticias de la existencia de ningn peridico. 31

EL CORREO REGIONAL. En mayo de 1883 se realizan nuevas elecciones. Miguel Pay Santoja quedara fuera del Ayuntamiento y Epifanio Ibez Alonso le sustituira al frente de la nueva Corporacin, por eleccin, al no haber hecho uso el Gobernador Civil de su prerrogativa de nombramiento. Epifanio Ibez se impondra como lder indiscutible del Partido Liberal imponiendo su vigorosa personalidad en el Partido y una dinmica de trabajo arrolladura al frente de la Corporacin. Miguel Pay terminara disidiendo del credo liberal y se refugiara en las filas conservadoras, igual que haba ocurrido con Francisco Martnez Corbaln. Pero ser entre 1885 y 1889 cuando tendr lugar el quinquenio dorado del liberalismo yeclano, liderado por Epifanio Ibez Alonso. La poltica del alcalde liberal supuso una transformacin del paisaje urbano, igual que ocurri en las ciudades ms importantes de la Regin: Murcia, Cartagena, Lorca, apareciendo una serie de edificios para albergar las instituciones tpicas de este perodo: casinos, ateneos, teatros, que simbolizan la nueva mentalidad burguesa. Se construye el Teatro Concha Segura (iniciado en agosto de 1887), que sustituira un teatro originario en el que una sociedad llamada "El Recreo" realizaba funciones a beneficio del Hospital, recibiendo subvenciones del Ayuntamiento. Tambin se construiran el Matadero Municipal, el Casino Primitivo, la Lonja para Carnicera y Pescadera, se reedificara la Casa Consistorial y la Crcel del Partido. El arquitecto de casi todas estas obras sera Justo Milln. Se reordenan y adecentan algunas calles, eliminndose las piedras, realizando las rasantes, dejndolas preparadas para la colocacin de adoquines y construccin de aceras en las calles ms cntricas. Se cre el servicio de limpieza de vas pblicas con la dedicacin de dos peones. Se mejoran los Paseos del Jardn de San Francisco y de la Plaza de Toros. A pesar de ello, no se p r o d u c e ninguna reordenacin urbana importante, ni las infraestructuras mejoran gran cosa. De vez en cuando, se asoman a las pginas de los diarios de sesiones las ingentes carencias de la poblacin: calles llenas de tierra por el trnsito de carruajes, que obligaba a los vecinos al barrido y rociado diario. Las 121 farolas del alumbrado pblico estaban "en lamentable estado". La Fuente Principal, proveedora del agua potable para todos los vecinos estaba en psimas condiciones. Los puestos de Carnicera pblica, antes de su reedificacin, estaban en tan malas condiciones que hubo de autorizarse la venta de carne en locales privados. Estado ruinoso del Castillo y la va de acceso al mismo, hasta el extremo de ser intransitable, pero que "la aflictiva situacin de sus fondos (los

municipales) no permiten hoy por hoy como fuera de desear". En parecida situacin se encontraban los caminos vecinales. "El Correo Regional" nace para combatir ante la opinin pblica los xitos que la administracin liberal estaba consiguiendo. Es el primer peridico del que se conservan ejemplares de algunos nmeros. Semanario fundado por ngel Vinagre Alonso, rector del Colegio de Escolapios, entre 1885-1890, en sustitucin del P. Lasalde. Entre los motivos de su aparicin no debi de resultar ajeno el contencioso surgido entre la administracin liberal de Epifanio Ibez y el Rector de las Escuelas Pas. El Ayuntamiento retir al colegio de los Escolapios la subvencin directa que desde su fundacin haba venido abonando en concepto de material de la escuela elemental superior y entretenimiento del edificio por entender que de su abono se encargaba la Caja Especial Provincial, al haber sido reconocido oficialmente por el Estado, una vez nombrados los dos fiadores presentados por el Ayuntamiento. Los directores de "El Correo Regional" fueron: Ildefonso Vinagre, hermano del Rector de los Escolapios y Martn Crespo, otro personaje de la poltica conservadora. Se imprima en Villena, en la imprenta Perlsia. La administracin del mismo estaba situada en la c/ Coln, 36. Su primer nmero debi de aparecer en enero de 1888. Fue el primer peridico yeclano que goz de una cierta longevidad. El total de nmeros publicados fue de 89. El ltimo se public el 20 de octubre de 1889. Estaba impreso a tres columnas y constaba de cuatro pginas en tamao grande, 37 x 29. La suscripcin trimestral costaba 1,50 pesetas y el n suelto 15 cntimos. De temtica poltica cont con la pluma de Antonio Palao Ibez, al que se acusa de transfuguismo poltico. Antes haba colaborado en el "Eco Regional" y "El Sastre del Campillo", peridicos dirigidos por Miguel Pay Santaja, en su etapa de liberal. Slo se conservan ejemplares de dos nmeros, el 35 y el 89, de los ochenta y nueve publicados. Contaba con publicidad en la que aparecen el propio Ildefonso Vinagre Alonso, que haba abierto un colegio de nios de 1 y 2 Enseanza, Jos Azorn Azorn, ex-alcalde de Yecla en los primeros aos de la dcada de los 70 y Jos Navarro Llorente, concejal republicano en varias legislaturas, as como Enrique Cruzados, todos ellos comerciantes de vinos. Facundo Victoria e hijos con un almacn de abonos; este es un dato interesante sobre la modernizacin de la agricultura yeclana. Roque Ortuo Palao (herrero) y Evaristo Esteve Pascual (perito agrcola). La Previsora, agencia de seguros. Curiosamente aparece propaganda de un Balneario de la ciudad de Nules. De alguna forma, la publicidad presenta aquellos aspectos 32

de la vida econmica ms interesantes reflejo de la poca que nos ocupa. Y, desde luego, girando casi toda la actividad alrededor de los cultivos vitivincolas y su modernizacin. Las secciones habituales eran: Revista agrcola, Historia, Local y Noticias. En algunos nmeros de los conservados se reflejan las preocupaciones modernizadoras de los escolapios. La desaparicin de la casi totalidad de ejemplares de los nmeros publicados nos impide conocer con detalle el contenido del peridico. La mayor parte de su contenido lo conocemos por las referencias del semanario "La Verdad", y una separata de 12 pginas escrita por Epifanio Ibez en octubre de 1888, en defensa de su gestin al frente del Municipio. Por estos documentos sabemos que D. Antonio Palao Ibez escribi una Historia Municipal, por entregas, a partir del n 16, en 15 captulos. En ella va desgranando, ininterrumpidamente, su crtica a la gestin del equipo liberal que rega el Ayuntamiento de Yecla. En lneas generales supona un ataque a la poltica de obras pblicas emprendida por Epifanio Ibez. Se acusaba al Alcalde del incumplimiento de la Ley Municipal en la contratacin de las obras de reconstruccin del Teatro realizadas sin proyecto previo. El Gobernador Civil haba denegado la autorizacin para contratar las obras del Castillo hasta tanto se garantizara el cumplimiento de las obligaciones que pesaban sobre el Ayuntamiento. A la vista de esta negativa, Epifanio Ibez, decidi llevar a cabo por administracin, no slo las obras del Castillo, sino tambin las del Teatro, evitando as la obligatoriedad de la aprobacin previa de la subasta por el Gobierno de la Provincia. No debi de haber aspecto de la poltica de obras pblicas del alcalde liberal que no fuera enfilado por las crticas del peridico conservador. Por otra parte a la vista de la crtica demoledora a que fue sometido por el peridico de los Escolapios, Epifanio Ibez, no slo no atendi la reclamacin de las subvenciones indicadas sino que incluso un crdito de 1.500 ptas. con destino al montaje de un Laboratorio de Fsica fue congelado por la Corporacin, pasando a ejercicio cerrado sin hacerlo efectivo. Antonio Palao abandonara la redaccin de "El Correo" en junio de 1889. Conocemos el contenido de los n 35 y 89, directamente, porque de los mismos se conservan ejemplares en el Archivo Municipal. En el n 35, se reivindica para el gobierno conservador la realizacin de una serie de obras pblicas llevadas a cabo durante el bienio 8485 en que estuvieron al frente de la Corporacin. El n 89 insiste en la necesidad de la rebaja de impuestos, caballo de batalla de cualquier oposicin. Se critican los proyectos de instalacin de fuentes pblicas y alumbrado por

gas porque supondra un aumento de los impuestos. Hay unas referencias a las gestiones para renovar el partido liberal. Eufemismo interesado para camuflar la formacin de una faccin del Partido Liberal, por militanes del Conservador, como despus veremos. A travs de su antagnico "La Verdad" sabemos que "El Correo Regional" afirmaba no inspirarse en ningn partido, no obstante, los colaboradores y fundadores se sitan en las esferas del Partido Conservador, polemizando viva y constantemente con "La Verdad", cuando ste empez a editarse. Ninguno de los redactores conocidos figur como miembro de la Corporacin Municipal, aunque s fueron empleados de la misma, en las etapas de gobiernos conservadores. La crtica de "El Correo" era despiadada, sin rehuir el ataque personal: a Epifanio Ibez se le acusa de vanidoso, poseedor de afn de gloria, soberbio, etc. LA VERDAD. En diciembre de 1888, coincidiendo con la ofensiva de los conservadores contra el equipo de gobierno municipal, aparece un nuevo peridico local, "La Verdad". Coincide cronolgicamente, en parte, con "El Correo Regional". El subttulo de "La Verdad" era "Revista de Yecla" y se imprima en la imprenta de Juan Serrano, situada en la plaza del Teatro. Su periodicidad era quincenal, apareciendo el 1 y 15 de cada mes. Los cuatro ltimos nmeros seran mensuales. "La Verdad" se despedira del pueblo yeclano con el ao 1889. De formato pequeo 25 x 16 con un contenido entre ocho y doce pginas. Impreso a dos columnas y a tipografa. Es el nico peridico del que se conservan todos los ejemplares, tal vez por estar debidamente encuadernados. Fueron donados al Archivo Municipal por D. Jos Torregrosa, por mediacin de D. Francisco Azorn Albiana. La zona de difusin sera Yecla y ciudades limtrofes. Su precio, 1,50 ptas. al trimestre. En todos sus nmeros aparece el ttulo del peridico formando parte de una ilustracin, muy significativa del momento socioeconmico de Yecla. La figura central de la misma es Ceres, la diosa de la agricultura, situada sobre un pedestal y nimbada por un sol radiante, el escudo de Yecla en una mano y en la otra un manojo de espigas de trigo. A su derecha una prensa y a la izquierda una colmena. A su alrededor con un cierto desorden las herramientas caractersticas de los trabajos agrcolas: pico, pala, horca y azadn. Un doble ramo de laurel de entre los cuales salen dos pendoncillos con el subttulo del peridico. No figuran ni redactores, ni colaboradores, es ms, como el resto de publicaciones tambin intenta ocultar la identidad de los autores. De lo que no cabe duda es que sale de la mano de Epifanio Ibez, que posiblemente fue su director. Carece en general de

publicidad excepto el nmero 21 en el que aparecen anuncios de calzados "La Yeclana" y de timbres elctricos para instalar en los domicilios. Tambin se anuncian pararrayos y telfonos. Las secciones que solan aparecer eran: Ayuntamiento, cuyas informaciones eran el objetivo fundamental de la publicacin, Sueltos y Noticias, Movimientos de poblacin y precios y Variedaes. Como ya hemos indicado el objetivo confesado de la publicacin era hacer frente a los ataques dirigidos por "El Correo Regional" a las autoridades, apoyando a la Corporacin que rega los destinos de la ciudad. Se declara respetuoso con el hogar domstico y la vida privada, el respeto a las personas y sus opiniones. A lo largo de los 22 nmeros publicados da cuenta detallada de las sesiones municipales y bandos de la Alcalda. El resto del contenido se dedica a polemizar con "El Correo Regional". Es el primer ejemplo que se nos presenta en Yecla de la necesidad que tienen las autoridades de comunicarse con sus administrados, a fin de hacerles llegar sus decisiones y las razones de las mismas. Es un planteamiento en consonancia con la poltica, en cierto modo, populista que se intent llevar adelante por la administracin liberal de Epifanio Ibez. Haciendo un repaso a lo largo de sus pginas nos encontramos con una serie de informaciones que resultan muy interesantes para reconstruir la vida cotidiana de la Yecla de finales de siglo. Nos llama la atencin que la vigilancia nocturna quedara abandonada a partir de las tres de la maana, lo que est en relacin con la insuficiente iluminacin y consiguiente falta de seguridad, hechos que tambin ocurren, incluso, en la capital de la provincia. La inseguridad ciudadana, arma arrojadiza contra los gobiernos de todas las pocas, produce la alarma de "El Correo Regional". Los delitos son cometidos por mozalbetes de trece y catorce aos consistentes en robos de alimentos: chocolate, arroz, pichones de un palomar; penetrar en casa ajena, comerse un par de huevos, dulces y llevarse 49 reales, herir y robar a un mendigo, etc. La misma alarma creara en "La Soflama" cuando los liberales dejaron el poder. Quedan, tambin, reflejadas las mejoras que suponen las reformas legislativas llevadas a cabo por el Partido Liberal encaminadas a la racionalizacin y modernizacin del Estado, de la Administracin y del orden jurdico del pas. As, las reformas militares del general Manuel Cassola, nacido en Helln, encaminadas entre otras cosas a la democratizacin del ejrcito, mediante la implantacin del servicio militar obligatorio. A los quintos de Yecla les supuso no tener que desplazarse a Cieza para el alistamiento a partir de diciembre de 1889.

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Tambin es recogido por el peridico el esfuerzo llevado a cabo por los liberales en el mantenimiento de las fiestas patronales amenazadas por la crisis econmica, que experimentaban colonos y labradores sobre los que recaa la mayordoma de las fiestas, vindose en dificultades para hacer frente a los gastos que tal responsabilidad les supona. La aristocracia terrateniente se mantena al margen de estas fiestas, por considerarlas "populares". Para ello fue necesario la modificacin de las Ordenanzas, lo que se hizo de mutuo acuerdo entre el Municipio y el Arcipreste con la participacin de los ex-mayordomos. Estas reformas fueron encaminadas a abaratar los dispendios que las fiestas exigan, y que la crisis econmica que se abata sobre los colonos y labradores hacan muy difcil de soportar. Otro aspecto interesante es constatar cmo a lo largo de 1889, perodo que abarca la publicacin, se produce una variacin en los precios de los productos bsicos. De su anlisis se deduce la estabilidad de los precios con oscilaciones mnimas y una ligera tendencia a la baja, lo que nos indica la plena integracin de Yecla en los mercados nacionales y mundiales. Por ello, Yecla quedar inmersa en la gran crisis de los aos 80, cuyo punto de mayor inflexin se da en fechas prximas al ao que nos ocupa y cuya caracterstica ms importante no consiste en el alza sino en la contraccin de los precios. El nico producto que acusa cambios bruscos de cotizacin a lo largo del ao es el aceite, que oscila entre 0'90 ptas. kg. y (0'62. Durante 1889 constatamos el bajn de los precios de los vinos que descienden bruscamente desde 23 pesetas Hl. hasta las 15 para el vino tinto y desde las 24 hasta las 20 para el clarete, preludio de la intensificacin de la crisis y fiel reflejo de lo que ocurre a nivel nacional. Es, tambin, curioso constatar que el consumo de pescado casi duplica al de carne, a pesar de ser una poblacin de interior. "La Verdad" tambin nos proporciona datos muy interesantes para seguir la evolucin de la poblacin yeclana. Se produca un elevadsimo ndice de defunciones de prvulos, 365 por cada mil nacidos en 1888. Las defunciones de prvulos suponen casi el doble que las de adultos. Este hecho nos pone de manifiesto las psimas condiciones de vida de la poblacin yeclana. Pero al ser muy elevado el ndice de natalidad se produjo un crecimiento vegetativo importante. Durante ese mismo ao, el ndice de mortalidad fue del 29'8 por mil y el de nacimientos 52'2. Como consecuencia, se produce un aumento importante de la poblacin con saldos netos anuales de 382 personas y un ndice de crecimiento vegetativo del 22'4 por mil. Tambin podemos observar que el nacimiento de hijos ilegtimos es insignificante. Otro aspecto de la preocupacin modernizadora 34

de la administracin liberal fue la potenciacin de la Enseanza Primaria, promulgndose normas con el fin de que los Ayuntamientos recojan en sus presupuestos municipales las partidas destinadas a satisfacer los honorarios de los maestros , el material escolar y el alquiler de los locales. El Real Decreto publicado en julio de 1889 es recogido ntegramente por "La Verdad". En noviembre de 1888, se crea en el barrio de la Magdalena, situado en los alrededores del cerro de Santa Brbara, una escuela de ambos sexos. En el n 16 aparece un artculo sobre la educacin de la mujer en clave tradicional. Los liberales, no aportaran ningn cambio importante en la concepcin del papel de la mujer en la sociedad. Tambin aparecen una serie de referencias al intercambio de peridicos editados en otras localidades, algunos de los alrededores, pero, otros, de ciudades muy alejadas: se realizaban intercambios con "La Correspondencia de Totana", "La Voz de Totana", "El Pandero" y "La Rplica" de Jumilla; "El Correo Murciano", "El Furgn de Cola" de guilas y "El Monoverense" de Monvar: "El Amigo del Pueblo", de Helln , "La Publicidad" de Cartagena y "El Minero" de Mazarrn. Otros vienen de ms lejos, como "La Juventud Liberal" de Marchena y "La Crnica" de Sevilla. El ansia de modernizacin y de progreso quedan patentes en la avidez con que se reciben las noticias de los inventos: se recoge un soneto dedicado al inventor del submarino, Isaac Peral, escrito por Jos A. Garca de la Iglesia en la Revista Calasancia y una biografa del inventor sacada de "El Furgn de Cola", editado en guilas. El n 15 aporta la noticia sobre una solicitud de patente para un motor denominado "Motor de viento" solicitada por Jos Mora Parra. El n 10, coincidiendo con las fiestas de Semana Santa hace un parntesis en los ataques a "El Correo" y recoge una serie de poesas religiosas, tomadas del almanaque de la Revista Popular. A partir de abril de 1889, despus de muchas vicisitudes y con varios aos de retraso, empez a funcionar el ferrocarril a Villena para pasajeros, pues para mercancas vena funcionando desde finales de 1886 desde El Hoyo hasta Villena. Es curioso recordar horarios y precios: SALIDAS DE YECLA: 6'40 de la maana 3 de la tarde LLEGADAS A YECLA 9'58 de la maana 7'14 de la tarde

Los precios eran los siguientes: A Villena Biar Benejama Baeres Bocairente 1 2,90 4,28 5,25 6,35 7,32 2a 2,30 3,39 4,15 5,03 5,80 3a 1,57 2,32 2,84 3,44 3,97

"Zagalico, escaleras de cambra, tortiquias de aguardiente, la madre cogiendo al mocoso" Una de las acusaciones que dirige "El Correo" a los redactores de "La Verdad" es predicar "en otro tiempo la repblica roja y el petrleo" en clara referencia a la procedencia de la mayor parte de los miembros del Partido Fusionista, herederos del septembrismo y predecesor de los liberales. Algunos textos llegan a parecer dilogos para besugos. La clave de toda esta polmica debemos de buscarla en el spero enfrentamiento entre el Padre ngel Vinagre, Rector de las Escuelas Pas, con el alcalde liberal Epifanio Ibez y su hermano el arcipreste, Juan Ibez. El Rector de los Escolapios denunciara al Alcalde ante el Gobierno Civil de la Provincia, pidiendo se exijan responsabilidades a la Corporacin por "su tenaz y evidente desobediencia a las rdenes del Gobernador" por no abonar las subvenciones que se adeudan al Colegio y "por haber emprendido y terminado obras por ms de 100.000 pesetas sin subasta ni ninguna formalidad legal", en el Teatro, Ermita del Castillo y rebaje de calles. La Corporacin envi un memorndum al Provincial de los Escolapios, acusando al Rector de haber dado lugar a "la ruptura de las relaciones con la comunidad", cordiales y de colaboracin hasta el nombramiento del mismo. El padre ngel Vinagre sera trasladado al ao siguiente y pasara a ser Rector en el colegio de Escolapios de Ubeda. "La Verdad", tambin dio publicidad al coste anual que supona para el Municipio de Yecla, el colegio de las Escuelas Pas: Subvencin 6.000 ptas. Material 416,62 " Entretenimiento del edificio 250 " Rento del huerto 375 " Derechos exceptuados de Consumos 2.500 " Total 9.541,62 "

Como podemos observar, los precios no dejaban de ser astronmicos en comparacin con el nivel adquisitivo de las clases trabajadoras. Un viaje de ida y vuelta a Villena podra suponer casi el salario de dos das de trabajo. La V.A.Y. se hara cargo del Correo y, ya desde los inicios, este ferrocarril funcion con muchas dificultades y con un servicio deficiente. En 1894, la empresa suspendera el servicio y habra que recurrir al Ministerio de Fomento para ser restablecido. Como hemos indicado anteriormente es interesante seguir las polmicas con el colega de "El Correo Regional". El grueso de las mismas tiene relacin con la gestin municipal, descendiendo a veces, a los ataques personales e incluso a argumentos literarios para desprestigiar al contrario. En la mayor parte de los casos, tanto uno como otro emplean ms literatura que argumentacin. As, "La Verdad", trata a "El Correo" de "peridico bufo de los de peor calidad", de "emisario de Asmodeo" y de peridico indecente, aportando el siguiente texto sacado del n 27 de "El Correo Regional": "... una plyade de pollas, y pollitas, polluelas y polluelillas y de unos estudiantes, que daban ganas de alternar con ellos, sobre todo, aquel de... Ol Por la Flamenca; Y... qu flamenca; pues no digo nada la gallega; la turca; y por ltimo la jardinera que tiene una voz muy dulce: Vamos que uno que estaba a mi lado y no debe de tener mal gusto, le gustaron todas, s, seor." Tambin lo acusa de utilizar literatura propia de verduleras, por emplear expresiones tpicas populares del pueblo de Yecla: "Genos das; to Frasquito. Ha vendi V. ya la culumina? En fin lo dejar por ogao, y ya veremos to Frasquito: qu mansico va agora el potro que lleva V. en la lantera : no paece el de este verano que a penas se arrimaba uno si le tocaba cualquiera cosa, pegaba unos perigallos p u e m a nos bocaos que por poco le quitaba a uno una mano - Y no te pienses que lo mesmo que los animales sernos las presonas aunque sea mala comparacin".

El n 19 est dedicado monogrficamente a la visita pastoral del obispo de Murcia Toms Bryan y Livermore, con cuyo motivo aparecen una serie de poesas firmadas por V. La Corporacin Municipal se volc, colmando de honores y agasajos al prelado, como si de tiempos medievales se tratase: - Se orden colocar iluminacin en la entrada de la ciudad. 35

- Se invit a los vecinos de las calles por las que tena que pasar a hacer lo mismo y limpiarlas con esmero. - Que durante el trayecto se encendieran luces de bengalas y desde los balcones se arrojaran versos. - Se mand encender la lmpara o araa grande del Centro de la iglesia de la Concepcin. - Sali la Corporacin a recibirle a las puertas de la ciudad con banda de msica. Esta dara al prelado una serenata en la noche siguiente. - Tambin se le obsequi con una tortada para la mesa. "La Verdad" no se distingue por las aficiones literarias. Sin embargo, hay un soneto del que no se indica el autor que, dentro de las tendencias literarias decimonnicas, no est exento de inters: Tan solamente t, cigarro amigo, Eres amigo fiel y verdadero; Slo t, leal y fino compaero, Ests sin variacin siempre conmigo. T eres en mis placeres fiel testigo, T eres en mis pesares el primero, Y si quiero escucharte, un consejero Que me hable sin disfraz tengo contigo. Tu fuego las pasiones simboliza, En que ansioso yo mismo me consumo, Bebiendo el fuego que mi aliento atiza. En tus tristes reliquias me consumo Que me anuncias mi fin con la ceniza, Y me pintas mis gustos con el humo. De la lectura de "La Verdad" se deduce que tanto "El Correo Regional" como la propia "Verdad" tenan intencin de cancelar la publicacin a finales de septiembre, pero la reanudacin del primero supuso la reaparicin del segundo aunque con carcter mensual, para salir al paso de nuevas acusaciones. A partir del n 20, prximas ya las elecciones "La Verdad" arremete contra El Partido Conservador acusndolo de pagar la campaa del "El Correo" contradiciendo opiniones anteriores, en las que dejaba al margen de las campaas insidiosas de "El Correo" al Partido Conservador. A ste, en sus ltimos nmeros, tampoco se le encoga la pluma. Acus en un artculo titulado "La traicin de D. Epifanio", reflejando la divisin del Partido Liberal y el enfrentamiento de Epifanio Ibez con D. Jos Spuche y del general Cassola. "La Verdad" sale al paso de esta acusacin, pero lo cierto es que no iban desencaminadas las acusaciones de "El Correo".

Abandonado el gobierno por D. Epifanio desaparecera "La Verdad" al dejar de existir los motivos para los que haba nacido. En el ltimo nmero, el 22, se hace referencia al intento de algunos conservadores de organizar un nuevo partido. Al igual que la dcada de los ochenta fue la expresin del esplendoroso desarrollo de la economa yeclana, la de los noventa podramos representarla como un tobogn por el que se desliza la crisis galopante que se apoderar de Yecla debido al profundo deterioro de la agricultura comercial por la finalizacin del tratado con Francia y el hundimiento del comercio de vinos. La crisis del mercado de los vinos, propiciara el desarrollo fugaz de las industrias vincolas de transformacin, introduciendo mejoras tcnicas importantes en los procesos de elaboracin y destilacin de los excedentes para la fabricacin de alcoholes y aguardientes. El agua sera utilizada en los procesos industriales, para enfriar, devolvindose nuevamente al cauce. La Corporacin se mostrara receptiva a las demandas de agua por los fabricantes, con el fin de proteger la incipiente industria local. EL DEFENSOR DE YECLA. En junio de 1891 nacera un nuevo peridico "El Defensor de Yecla", con el subttulo de Semanario Poltico Independiente. Apareca los domingos. Constaba de cuatro pginas a tres columnas, de formato grande, 40'5 x 28'5. No tiene ningn tipo de ilustracin, ni siquiera en la cabecera. La zona de difusin era Yecla y nos consta que Montealegre y Jumilla, su precio de 1'50 ptas. trimestre. Su temtica poltico literaria. Los directores fueron los mismos que los de "El Correo Regional": Francisco Antonio Martnez Peir y Martn Crespo, pero su tendencia poltica ha cambiado. Ahora es Liberal - Dinstica, de acuerdo con la pirueta poltica realizada por el fundador y director. La redaccin estaba situada en la Plaza de Espaa, 3 y la administracin en la plaza del Teatro, 17. Se imprima en la imprenta Serrano. Slo se han conservado ejemplares de tres nmeros, de los setenta publicados. En ellos aparece publicidad de calzados "La Yeclana". Enrique Esteve: fotgrafo. Francisco Marco Carpena, con una fbrica de mosaicos. Toms Corts Gras: confitera. Salvador Balaguer: sombrerera y Alfonso Soriano con una fbrica de chocolate. Las secciones de que constan los nmeros conservados son: Editorial, Crnica Poltica, General y Local, Seccin Literaria y Secretos. Es una desgracia que solamente se hayan conservado ejemplares de esos tres nmeros, pues hubiramos podido reconstruir da a da la crtica situacin vivida por Yecla en las postrimeras de 1892. En "El Defensor de Yecla" colaborara Jos 36

Martnez Ruiz "Azorn". Yo creo que estos artculos de "Azorn" tienen un especial inters porque, aunque es claro que una de las pasiones de "Azorn" sera el periodismo, su colaboracin en "El Defensor de Yecla", es, posiblemente, la primera colaboracin periodstica documentada de Jos Martnez Ruiz. Uno de los mejores conocedores de la obra de "Azorn", Inman Fox, las sita en 1894 en el "Eco de Monvar" y "El Mercantil Valenciano". "Azorn", haba permanecido en Yecla hasta los 16 aos. En 1888 haba marchado a Valencia donde entr en contacto con las ltimas corrientes del pensamiento y del arte. All se sentira cautivado por las nuevas ideas polticas y sociales, que impregnaran sus primeros escritos, entre los que se encuentran sus colaboraciones en "El Defensor". Inman Fox debe desconocer la existencia de estas colaboraciones en el peridico yeclano, anteriores en dos aos a las por l constatadas y que, evidentemente, aconsejan la modificacin de su aseveracin. La colaboracin azoriniana en "La Crnica poltica" de "El Defensor de Yecla", que l titula Esto se vaLas fiestas de Coln y el pas- La nieve negra y los conservadores, firmado con el seudnimo de "Juan de Lis", reflejan las nuevas inquietudes de su etapa valenciana. Con una prosa cuidada y un gil estilo periodstico, arremete contra el gobierno conservador y muy especialmente contra Cnovas del Castillo, con una global descalificacin para solucionar los graves problemas de la nacin. "Es ms; dada la actual situacin de Espaa, creemos que ningn partido monrquico puede realizar las importantsimas reformas que son necesarsimas, porque los principios de partido y constitucin lo impiden. Necesitamos pues nuevos partidos...", Aporta como argumentacin el despilfarro que suponen los gastos destinados a la celebracin del IV centenario del descubrimiento y las profundas carencias de la mayor parte de los Pueblos de Espaa: "Estado econmico tenebroso. Maestros de instruccin primaria que no cobran lo que por legtimo derecho les corresponde. Pueblos que se encuentran en la mayor miseria a causa de los malos aos. Contribuciones exorbitantes que arruinan al pobre labrador. Inundaciones que han anegado y destruido las cosechas". Termina con una parodia sobre la nieve negra, a la que se atribuye la presencia de millones de microbios. "Microbios negros dijiste? Pues no es necesario decir ms, conservadores son seores mos, los tales bichos; No hay que darle vueltas al negocio. Si son 37

bichos negros es que son canovistas". Es un artculo caracterstico de las vivencias azorinianas en estos aos. Para Jos Pay Bernab son aos de rebelda, sus artculos son vibrantes, y revolucionarios y sita la preocupacin por los temas polticos a partir de 1896, con su llegada a Madrid. Pero a la vista del presente artculo se puedran rectificar estas afirmaciones, en el sentido que el tema poltico en "Azorn" es anterior a 1896. "El Defensor" tena relacin con los correligionarios de otras localidades, en este caso "El Eco" de la Unin y "El Comercio" de Alicante. "El Defensor de Yecla", a juzgar por las citas que aparecen en "La Soflama", tampoco se mordi la lengua cuando de hacer crtica a sus oponentes se trataba, sobre todo a los liberales, sin escatimar las lindezas que les diriga: "... truhanesca conducta del asqueroso engendro que se llama LA SOFLAMA... vertedero inmundo... libelo infamante... impdico peridico... fiera sanguinaria... manchado nombre del nauseabundo semanario... pual de la calumnia... escarbador de tumbas... estercolero donde fermenta la fraseologa indecorosa, cloaca c e n a g o s a . . . m u l a d a r de la infamia... calumniador...cobarde, miserable...rostro de rufin... lodazal insano... mujerzuela... soez y maleducada... criminal... demente... insensato... suicida... judos errantes". Francisco Antonio Martnez Peir entr en disidencia con el partido Conservador liderado por los Corbalanes, sin que se conozcan las causas. Ante el desmoronamiento del Partido Liberal, tras la desercin de Epifanio Ibez a la faccin del general Cassola, Francisco Antonio, intent fundar un nuevo partido liberal. La disidencia se consolid a lo largo de 1890, siendo reconocido en octubre de dicho ao por el Jefe Liberal de Murcia, Jos Esteve. La aprobacin definitiva como Partido Liberal de Yecla la consigui en noviembre de 1891. Pero antes, en junio, haba fundado como rgano de expresin de su tendencia, "El Defensor de Yecla". De quin pretenda defender a Yecla?. Por el contenido de los escasos nmeros que se nos han conservado, sin duda, de aquellos mismos con los que milit y que ahora ocupaban la Alcalda. Una vez confirmados los resultados de las elecciones de mayo de 1891 sacara a la calle las diferencias con sus antiguos correligionarios, poco antes de constituirse la nueva Corporacin, el 1 de julio de 1891. En septiembre aparecen los primeros nubarrones que amenazaban tormenta sobre la Corporacin. La disidencia pasara del peridico a la calle y de la calle a las sesiones del Concejo. Es posible que el orden no fuera exactamente as.

LA SOFLAMA. Haban transcurrido tres meses escasos desde la toma de posesin de la Corporacin presidida por Jos M Moncada. El lder de la minora Liberal protestara la destitucin de algunos empleados municipales, prctica comn de todos los grupos polticos que accedan al poder y permitida por la Ley. Ello hara saltar la chispa y Jos M Muoz Moncada, poco acostumbrado a ser contestado por la oposicin retir la palabra a Pascual Andrs Snchez y declar secreta la sesin. El resultado de las votaciones que se vio obligado a hacer llev a dos miembros de su equipo municipal, el segundo y tercer teniente de Alcalde a votar con la oposicin. La situacin creada en el seno de la Corporacin proporcion nuevos impulsos a la minora liberal que sac a la calle el 24 de octubre de 1891, "La Soflama". Este nuevo peridico, se declara sin empacho "Semanario poltico liberal". "La Soflama" sale al paso de la usurpacin de la bandera liberal por Francisco Antonio Martnez Peir. Su fundador, Francisco Ortuo Valcrcel, reconstruira el Comit del Partido Liberal y llevara a cabo gestiones ante el Presidente Nacional del Partido, Prxedes Sagasta, para que reconociese como autntico Partido Liberal el liderado por l. En diciembre de 1889 recibira el espaldarazo oficial de Sagasta que aceptara la Presidencia honoraria del Comit, nombrndole Presidente del Comit de Yecla, poco antes de la muerte de Jos Spuche Ibez, lder tradicional de los liberales yeclanos. En enero de 1892 se extendera por toda la provincia el esfuerzo de Joaqun Lpez Puigcerver, enviado por Sagasta, para reconciliar los dos grupos liberales murcianos y desde "La Soflama", se realizara un llamamiento a todos los grupos liberales de Yecla para conseguir la reunificacin. Coincidira en el tiempo con "El Defensor", a lo largo de casi toda su vida impresa, pero no establecera una sistemtica controversia contestando a las provocaciones del rival: "merece nuestro ms profundo desprecio". En este contexto social y poltico apareci "La Soflama". Su fundador, Francisco Ortuo Valcrcel, era lder de la minora liberal en el Ayuntamiento. La direccin la llev Jos Mart Varona y entre los redactores figuraron: el propio Francisco Ortuo, Francisco Esteve Serrano, ex-alcalde liberal, sucesor del conservador Pascual Ibez Fernndez de Crdoba, que haba estado al frente del Municipio a lo largo del primer quinquenio de la Restauracin y Pascual Andrs Snchez. Es el primer peridico que confiesa claramente su planteamiento ideolgico y poltico. Hasta ahora todos los peridicos polticos se declaraban independientes y trataban de ocultar su ideologa. El primer nmero sale a la luz el 24 de octubre de 1891. Cierra la publicacin el n 60, fechado el 15 de 38

enero de 1893. La administracin estaba en la C/ Hospital, 20 y se imprima en la imprenta de Pascual Palao Ros, c/ Nio, 10. Era un semanario que sala los domingos. De formato grande, de 42 x 30'5, con cuatro pginas, a dos columnas. El mbito de difusin es el mismo que el "El Defensor". Su precio era de 1'50 pesetas al trimestre y su temtica, poltica. Las secciones son Ecos, de Madrid a Yecla (Con fuertes crticas a la accin del Gobierno Conservador de la nacin), Ayuntamiento, Crnicas, Noticias y el Folletn de la Soflama (en esta seccin se publicaran por entregas obras cortas de Pedro Antonio de Alarcn, sacadas del libro "Las cosas que fueron"). La publicidad que aparece es: Juan Albert, pintor y decorador. M. Juli, relojero. Enrique Esteve, fotgrafo. Salvador Berenguer, sombrerero. Pascual Ferrer, lpidas. Sociedad vincola A.O.M. Jos Gras Orengo, calderero. Como puede comprobarse hay una tmida aparicin de un comercio floreciente, pero curiosamente casi en manos de apellidos forneos. Aunque no aparezca en la publicidad, hay un oficio artesanal que se desarrolla extraordinariamente durante estas dos dcadas, impulsado por la exportacin de los vinos, son los toneleros, juntamente con los carpinteros, los predecesores de la actual industria bsica de Yecla. Faltan en la hemeroteca municipal los cinco primeros nmeros, adems del 14, 16, 25, y del 32 al 38. "La Soflama" sali beligerante y llev a cabo duras crticas a la gestin municipal. La mayor parte redactadas en clave de humor y con un lenguaje muy gil, pero que a nosotros nos resulta casi totalmente crptico. Se redactan siempre en clave, haciendo referencia a la profesin, empleo, trabajo, origen, familia,etc. que nos hacen muy difcil su comprensin. A veces se tiene la sensacin de ser piezas de un puzzle, y para recomponerlo sera necesario tener delante, nmero a nmero, el resto de los peridicos coetneos. Otro elemento a destacar es el empleo de infinidad de palabras tpicas yeclanas: "prenda", "Perdulario", "rabiar", "brincaciecas", "apaijo", etc., lo que sin duda les deba de proporcionar una cierta identificacin con las clases populares, al mismo tiempo que manifestaban su distanciamiento frente a las mismas. La Corporacin presidida por Jos M Muoz Moncada sufri los embates de un triple frente: De una parte, los antiguos correligionarios a travs de "El Defensor de Yecla", de otra los liberales que arremetieron en "La Soflama", dirigida por Francisco Ortuo y a travs de la minora liberal liderada por Pascual Andrs Snchez. Desde la oposicin, la poltica liberal ira adquiriendo tintes populistas. Desde la prensa propiciada por ellos, se denunciara el abandono en que se iba sumiendo la ciudad: las farolas del alumbrado pblico

se apagaban a las once de la noche en vez de a las tres de la maana, la suciedad de las calles: "Las calles son un retrete". "Las calles de la poblacin estn hechas un asco, y por si faltaba alguna cosa, ahora las arreglan con tierra que retiran de las obras. Vamos que todo son gangas en este pas. La frecuente aparicin de animales muertos y en la poca de molienda de la oliva, arroyuelos de heces, etc. A veces las denuncias periodsticas surtan efecto inmediato. As se prohibira por la Corporacin arrojar a la calle residuos de las fbricas de aguardientes y licores, teneras y almazaras. Lo que sin duda nos indica que la prensa yeclana, a pesar de no contar con un gran nmero de lectores, va conformando la opinin pblica. Otro aspecto en que incidira la oposicin liberal sera la denuncia del abuso de los adjudicatarios de los terrenos subastados de bienes comunes por la Comisin Nacional de Ventas, en los deslindes, aprovechamiento de terrenos prximos y roturacin de los mismos, con la complicidad de la administracin provincial. Tambin arremeteran contra la usura, cuyo caldo de cultivo lo formaba la crisis del comercio de vinos. Los enfiteutas y pequeos propietarios se vean en la imposibilidad de hacer frente a los gastos de sus explotaciones o al pago de las deudas de sus inversiones. La falta de entidades de crdito, los arrojaban en los brazos de la usura como un comps de espera a la desposesin de sus plantaciones. Treinta, cuarenta e incluso el setenta por ciento. "Hoy est en su apogeo en este pueblo, es un cncer que de no combatirlo a tiempo, causara fatal y necesariamente nuestra perdicin" "ver como las fincas de los yeclanos van pasando a manos de usureros que no han de tardar en considerarnos a los yeclanos como huspedes suyos" Termina el articulista haciendo una llamada "principalmente a los hombres de posicin y estudio" y al clero "por su elevada misin en la vida". Resulta evidente la procedencia fornea de los prestamistas: "empezaron a ejercerla unos cuantos advenedizos, ansiosos de enriquecerse aun a costa de las ms infames iniquidades". La rebaja del impuesto de Consumos sera otro objetivo de la minora liberal. As en 1892, despus de ocho meses sin asistir a las sesiones presentaran una 39

mocin con el fin de reducir los gravmenes de este impuesto "como nico medio de hacer frente al penoso estado por el que atraviesan las clases jornaleras y de aliviar las cargas de los contribuyentes". El objetivo era la rebaja del tipo impositivo, cuya presin fiscal estaba en el 100 %. En cambio, el recargo de los impuestos directos era: contribucin Territorial el 18 %, Industrial el 16 % y Cdulas Personales el 50 %. La situacin de las clases trabajadoras se agravara a medida que se incrementaba el precio de las subsistencias, sobretodo de los artculos bsicos, como el pan. Los salarios, por el contrario, no aumentaban sino ms bien disminuan. La preocupacin por la complicacin de la situacin en Marruecos, tambin se asomara a las pginas de "La Soflama". Las sesiones municipales vuelven a ser borrascosas y las actas aparecen confusas, siempre contestadas, votando sistemticamente en contra los concejales liberales y llevando a las sesiones abundantes mociones. El alcalde Moncada para evitar la resonancia de las desavenencias en las sesiones realiza los plenos en la Alcalda. Los liberales protestaran y exigiran en varias ocasiones su realizacin en el saln a fin de que puedieran presenciarlas los vecinos. Moncada, para defenderse, hara uso de la prerrogativa de declararlas secretas. Se lleg a tal situacin que, desde el peridico, se pedira a los concejales liberales que o bien se hicieran de respetar o dejaran de asistir a las sesiones. "Medtenlo y vern que no tienen otro camino; pues, de continuar como hasta aqu, adems de comprometer su propia respetabilidad, se exponen a venir a las manos, dando un espectculo edificante". Dos diarios de Murcia "La Paz" y "Las Provincias de Levante" saldran en defensa de Moncada. Pero la crtica de "La Soflama" hacia su persona sera mordaz y demoledora. Se le llamaba: "pelele", "alcalde perfumado", "mantequilla que no hace nada a derechas, ni abre la boca sin decir una sandez". "Oye Moncada Joven aprovechado Gracias a Dios que has perdido la vergenza y cortedad de genio que te caracterizaba As francote, eres ms simptico..." "sacamantecas". La irona es continuamente utilizada por el peridico liberal, tanto en forma de gregueras como en retratos y semblanzas de prohombres conservadores, que constituyen el punto de mira. Casi siempre provistas de gracejo y frescura: "Convencidos todos de que los que rigen nuestro destino son una calamidad venida del Cielo, para

castigar algn pecado gordo que hemos cometido, van a hacerse en todas las iglesias rogativas, para aplacar la justa clera de Dios y que cese la epidemia que nos aflige. De Moncada y cuadrilla liberamus domine cantar el pueblo entero". "Hace pocos das omos decir a un benvolo, que el alcalde era tan bonachn que pareca de paja. De paja ya est explicada la razn porqu se lo comi la mayora con tanta prontitud" "Ha salido para Totana el ex-municipal..... Ha salido para Murcia el ex-secretario..... Ha salido para Jumilla el ex-taln... Ha salido por segunda vez para Murcia el exposibilista y ex-persona demcrata. Ha salido tambin para la capital el ex-escribano. Ha salido Pues seor estn salidos los ex." "Varios Cincinatos de la mayora, piensan dimitir y volver a sus patrios arados. Segn cuentan. Nada tendra de particular que se les hubiese olvidado el oficio en el Ayuntamiento y en vez de cogerse a la esteva, se engancharan en las varas. Y estaran en carcter; esa es la verdad; Porque no hacen ms que tirar del carro de la situacin. Y siempre puesto el horcate.; El enfrentamiento subi de tono con la suspensin de empleo y sueldo del Secretario, el ex-alcalde liberal, Epifanio Ibez, contratado por la propia Corporacin que ahora lo cesaba. Epifanio Ibez, ante la situacin de desgobierno, se revel contra las veleidades de Moncada, reflejadas en las mismas actas. Ante el hecho, "La Soflama" apostillaba: "Al fin se atrevieron con el Secretario. La cosa va a dar juego". El Gobernador Civil dara la razn al Alcalde y decretara la destitucin del secretario, y ms tarde sera confirmada por una Orden Ministerial. La convivencia municipal se haba deteriorado de tal forma que el dilogo y la disputa se sustituye por el insulto soez, "hombres que parecan mujerzuelas". Los liberales se dirigiran al Gobernador Civil para solicitar remedio a los desmanes cometidos por el Alcalde. Y "La Soflama" terminara en el juzgado denunciada por aquel. El juez secuestrara galerines, originales y ejemplares. Y como la justicia no tapaba la boca a 'La Soflama", no habra ms remedio que recurrir a las amenazas. La descomposicin penetrara en las propias filas del Partido Conservador, surgiendo graves desave40

nencias entre los tres representantes pblicos del conservadurismo yeclano. Moncada, Moragn y el barn de Solar, Eugenio Espinosa de los Monteros y Abelln. "El Criterio Yeclano" describira la situacin de enmaraada: "porque de los hechos pasmosos que se suceden no puede distinguirse quienes son conservadores o liberales en Yecla". "La Soflama" hace referencia a la existencia de concejales republicanos en 1892. Podran ser Francisco Mora Azorn calificado de republicano centralista y Jos Muoz Lpez de federal. Elegidos en las elecciones de mayo de 1891, no se manifestaron en ninguna sesin, votaron siempre con la minora liberal y dejaron de asistir a las sesiones cuando aquellos lo hicieron. Sufriran un proceso propiciado por el Alcalde Jos M Muoz Moncada, antiguo correligionario en las filas posibilistas. Algunos aos ms tarde "La Voz de Yecla" precisara: "Los Centralistas o Salmeronianos dicen que existen. Debe ser en el papel. Porque todava desde que se form este partido se les ha visto en parte alguna, en donde se trata de repblica: en cambio a los que dicen pertenecer a l, los hemos visto en inteligencia siempre con los partidos monrquicos y entrar en todas sus combinaciones como uno de tantos, sin dar para nada el nombre de republicanos... Tal es su insignificancia que el pueblo no se ha dado cuenta de que existe ese partido. Slo hay un comit de conveniencia". Retomando el hilo de la situacin municipal, cabe precisar que, ante las denuncias presentadas por un grupo de vecinos, el Gobernador Civil enviara un Delegado Gubernativo con el fin de inspeccionar la gestin administrativa del Municipio. El resultado del informe del Delegado fue la suspensin de la totalidad de la Corporacin, tanto de los que haban estado en el gobierno, como de los que haban formado parte de la oposicin. Unos y otros protestaran la destitucin. El concejal liberal Francisco Ortuo Valcrcel seal las ilegalidades cometidas por el Gobernador Civil en el nombramiento de los concejales interinos. Unos porque tomaban parte en servicios, contratas o suministros del Ayuntamiento, otros por deudores al mismo y finalmente un tercero no haba sido concejal de eleccin popular. Jos Ortega Juan, perteneciente al sector de Francisco Antonio y Ulpiano Martnez Corbaln, sera nombrado Alcalde interino. De los 21 concejales designados, slo catorce pudieron tomar posesin. "aquello pareca la consulta clnica de mdico especialista en enfermedades seniles", "de los 14, nueve

al menos, se acuerdan perfectamente de la sublevacin de Riego" "sumadas las edades de todos ellos, dan la cantidad de mil cuatrocientos aos". Tal era la profunda crisis en que estaba sumido el Partido Conservador, que se vea imposibilitado para formar una lista decente de 21 ex-concejales de su corriente. De cualquier forma, la mayor parte de los nombrados pertenecan al sector conservador de Ulpiano y Modesto Maestre que, como hemos visto, trataban de adherirse al Partido Liberal Dinstico que haba formado Francisco Antonio Martnez Peir. La ley ordenaba que la suspensin cautelar de la Corporacin slo poda hacerse por el plazo de cincuenta das. Como la autoridad judicial no encontraba motivos suficientes de delito para la suspensin, se prevea la reposicin del Ayuntamiento suspenso. El Gobernador recurrira a una de las caractersticas cacicadas de la Restauracin: enviara un nuevo Delegado para suspender a la Corporacin otros 50 das y as burlar la ley e impedir la reincorporacin de los concejales suspensos. "El Defensor", apoyara la medida del Gobernador. Al producirse la suspensin de todo el Concejo, se cambiaran de nuevo las alianzas. Jos M Muoz Moncada y Luis Garca Alonso, ste, diputado liberal fusionista por el distrito, seran detenidos por orden del juez de instruccin interino, tambin del partido liberal dinstico, acusados de atentar contra el Delegado Gubernativo que, por segunda vez, haba venido a inspeccionar el Ayuntamiento. Luis Garca Alonso redira la adhesin de Puigcerver y Alberto Aguilera. La argucia del Gobernador sera denunciada por los concejales de la anterior Corporacin en una hoja suelta dirigida "A los yeclanos". Uno de los redactores de la hoja fue Epifanio Ibez Alonso. Los enemigos de antes, por la fuerza de las circunstancias, se vieron unidos al yugo de la comn defensa. El resultado sera un nuevo cambio de militancia de Moncada. El Ayuntamiento decidira formular denuncia ante los tribunales. Por otra parte, la Audiencia, dict auto de procesamiento contra 16 de los 21 concejales suspensos. El liberal Pascual Andrs Snchez y el republicano Francisco Muoz Lpez no e s t a b a n e n t r e los p r o c e s a d o s , p o r lo q u e , automticamente, fueron reincorporados a sus cargos. La situacin poltica de Yecla apareca bastante catica. Francisco Antonio sera acusado por los liberales de haber hecho retroceder la situacin de Yecla al ao 23. "La situacin poltica que ha entrado en el Ayuntamiento por la puerta falsa y que ha inaugurado en sta pacfi