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Preparación de Tesis 1. Recorrido histórico. - Contexto - Mostrar el planteamiento de los autores. 2. Autores. - Defensores. - Contradictores. - Contexto latinoamericano y colombiano. 3. Acercamiento directo a la tesis. - Entender el discurso lógico, el conocimiento. - Discurso metafísico, el ser. - Núcleo del saber, teodicea. 4. Aplicabilidad de la tesis. Foro filosófico. 1. Implementar las sugerencias del segundo lector con el tutor. 2. Organización general de la impresión. 3. Preparar la presentación. - Estructura: Objetivo general - Tres ideas centrales desarrolladas: Objetivos específicos. ¿Qué es un totalitarismo? Ejemplos: Nazismo Alemán de Hitler, Unión Soviética de Stalin. Reconstrucción del imperio ruso por Putin.

Preparación de Tesis

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Preparación de Tesis

1. Recorrido histórico.- Contexto

- Mostrar el planteamiento de los autores.

2. Autores.- Defensores.

- Contradictores.

- Contexto latinoamericano y colombiano.

3. Acercamiento directo a la tesis.- Entender el discurso lógico, el conocimiento.

- Discurso metafísico, el ser.

- Núcleo del saber, teodicea.

4. Aplicabilidad de la tesis.

Foro filosófico.

1. Implementar las sugerencias del segundo lector con el tutor.2. Organización general de la impresión.3. Preparar la presentación.

- Estructura: Objetivo general

- Tres ideas centrales desarrolladas: Objetivos específicos. ¿Qué es un totalitarismo? Ejemplos: Nazismo Alemán de Hitler, Unión Soviética de Stalin. Reconstrucción del imperio ruso por Putin. Problema del populismo latinoamericano y la situación de Venezuela.

- Conclusión.

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DIVINIDAD:

1. Dentro de la filosofía tomista, ¿Qué implicaciones tiene hablar de una analogía del ser, al explicar la relación entre Dios y las creaturas?

a- Recorrido histórico

La escolásticaMovimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. Principal movimiento en las escuelas y universidades medievales de Europa, desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV, su ideal último fue integrar en un sistema ordenado tanto el saber natural de Grecia y Roma como el saber religioso del cristianismo. El término escolástica también se utiliza en un sentido más amplio para expresar el espíritu y métodos característicos de ese momento de la historia de la filosofía o cualquier otro espíritu o actitud similar hacia el saber encontrados en otras épocas. El término escolástica, que en su origen designaba a los maestros de las escuelas monásticas o catedralicias medievales, de las que surgieron las universidades, acabó por aplicarse a cualquiera que enseñara filosofía o teología en dichas escuelas o universidades

b- Planteamiento de los autores

La analogía tomista

Santo Tomás desarrolla el concepto de analogía a partir de las fuentes aristotélicas que posee a través de la mediación de la filosofía árabe; pero es original en algunas cuestiones capitales. En sus escritos se encuentran dos usos diversos del término analogía: el de la unidad de analogía y el de los nombres analógicos.

La unidad de analogía

El Aquinante retoma la doctrina aristotélica de la unidad de analogía entre las cosas, que también denomina unidad de proporción. Esta terminología puede crear confusión cuando distingue dos clases de unidad de analogía o proporción, porque a una de ellas también la denomina de proporción, mientras que a la otra la llama de proporcionalidad.

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La unidad analógica de proporción se da entre las cosas en cuanto «tienen una proporción mutua por el hecho de tener una distancia determinada u otra relación recíproca, como por ejemplo el dos respecto a la unidad por el hecho de ser su doble». La unidad analógica de proporcionalidad tiene lugar cuando «se considera la conveniencia recíproca no de dos cosas que son entre sí proporcionadas, sino más bien la conveniencia de dos proporciones entre sí, como por ejemplo el seis conviene con el cuatro por el hecho de que lo mismo que el seis es el doble de tres, así el cuatro es el doble de dos; la primera relación es de proporción, la segunda en cambio es de proporcionalidad» [De veritate, q. 2, a. 11, c.].

Al igual que Aristóteles, sostiene que esta unidad se da entre cosas incluso más distantes de la unidad genérica. Por ejemplo, cuando expone las distintas clases de unidad entre las cosas, escribe: «algunas cosas son lo mismo numéricamente, como Sócrates y este hombre, tratándose de Sócrates. Otras son diversas en número, pero son lo mismo en cuanto a la especie, como Sócrates y Platón, que conviene en la especie humana, aunque difieran numéricamente. Otras son diversas en la especie, pero son lo mismo en cuanto al género: como el hombre y el asno conviene en el género animal. Y otras son diversas en cuanto al género, pero son lo mismo sólo según la analogía: como la sustancia y la cantidad, que no convienen en género alguno, pero convienen sólo según analogía; pues ambos convienen sólo en ser entes, y el ente no es un género» [De principiis naturae, c. 6.]. O al describir la unidad entre Dios y la criatura enseña: «uno no se dice sólo según el número, la especie o el género, sino también según analogía o proporción; y así es la unidad o conveniencia de la criatura a Dios» [S. Th., I, q. 93, a. 1, ad. 3].

Los nombres analógicos

La doctrina sobre los nombres analógicos nació y se desarrolló en el ámbito de la llamada tradición aristotélico-tomista. Ello no es casualidad porque, como señalará Cayetano, juega un papel capital para la elaboración de una correcta metafísica realista, que ocupa la dignidad de filosofía última. Ha sido también la tradición filosófica de corte realista la que ha mantenido viva la reflexión sobre los nombres analógicos hasta la época contemporánea, gracias a sus esfuerzos por explicar el modo en que el nombre “ente” se dice de todas las cosas, y justificar que un mismo nombre pueda predicarse de Dios y de las criaturas de manera no totalmente equívoca, pero a la vez sin negar la trascendencia divina.

En su comentario al texto aristotélico en el que se sostiene que el nombre “ente” es un nombre homónimo relativo, santo Tomás explica cómo un nombre puede predicarse de diversas cosas: «a veces de modo unívoco, según un concepto completamente igual, como animal del caballo y del buey; otras de modo

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equívoco, según conceptos completamente diversos, como el nombre “osa” de una constelación y de un animal; y otras veces, cuando los conceptos son en parte diversos y en parte no: diversos según las diferentes relaciones que importan, y no diversos porque las relaciones se refieren a uno que es el mismo para todas; y esto se llama predicación analógica, es decir proporcional, en cuanto, cada uno según su propia relación, se refiere a algo uno» [In IV Met., l. 1, n. 7].

Santo Tomás recurre así al empleo de la analogía para explicar lo que Aristóteles considera un nombre homónimo relativo. De este modo aparece un uso de la analogía extraño al Estagirita: el de la denominación analógica, es decir, un modo de predicar un nombre de diversas cosas que se encuentra entre la univocidad y la pura equivocidad. Además, especifica que la analogía equivale a proporción, porque cada concepto incluye la relación a una cosa.

La definición que el Aquinante ofrece de denominación según analogía en todas sus obras es siempre la misma que la enunciada en el Comentario a la Metafísica. Así, en Los principios de la naturaleza, afirma que «se predica analógicamente aquello que se predica de muchas cosas cuyas nociones son diversas, pero se atribuyen a algo uno y lo mismo: como sano se dice del cuerpo del animal, de la orina y de la bebida, pero no significa exactamente lo mismo en todos. Pues de la orina de predica en cuanto es signo de la salud, del cuerpo en cuanto es sujeto, y de la bebida en cuanto es causa» [De principiis naturae, c. 6]. Y en la Suma Teológica dice que en «los nombres que se dicen analógicamente no hay un solo concepto, como sucede con los nombres unívocos, ni conceptos totalmente distintos, como sucede con los equívocos; porque el nombre que se dice analógicamente de muchas cosas significa diversas proporciones a algo uno, como el nombre “sano”, dicho de la orina, expresa el signo de salud del animal, y dicho de la medicina, en cambio, expresa la causa de la misma salud» [S.Th., I, q. 13, a. 5, c.].

Conforme a esta reductio ad unum lógica, el Aquinate establece la distinción en el orden lógico entre el analogado principal —aquel algo uno que entra en la definición de todos los analogados—, y los analogados secundarios —aquellos de los que se predica el nombre por alguna relación al analogado principal—. Y a partir de esta división distingue entre la analogía de muchos a uno y de uno a otro: «la primera, cuando muchas cosas se refieren a una sola: así se dice que la medicina y la orina son sanas, porque las dos se ordenan y refieren a la salud del animal, la primera como causa y la otra como indicio; la segunda, cuando una cosa se relaciona con otra: así se dice medicina sana y animal sano, en cuanto aquélla es la causa de la salud en éste» [S. Th., I, q. 13, a. 5, c; cfr. C. G., I, 34].

Santo Tomás, en armonía con su filosofía realista, señala que la denominación analógica de los nombres, si bien su ámbito inmediato es el orden lógico, tiene

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un fundamento real. En el Comentario a la Metafísica escribe que «también hay que tener en cuenta que aquel algo uno al que se refieren las diversas relaciones, es uno en número, y no sólo uno conceptualmente, como aquel uno que se designa con el nombre unívoco. Y por ello el “ente”, aunque se diga de muchas maneras, sin embargo, no se dice equívocamente, sino con relación a algo uno; pero no a algo uno que sea sólo uno conceptualmente, sino a lo que es uno como una cierta naturaleza» [In IV Met., l. 1, n. 8]. A continuación, tomando los ejemplos sacados de Aristóteles de los nombres “sano”, “medicinal” y “ente”, especifica tres relaciones a una misma cosa, y el modo en que comparece en cada caso el uno real. El uno real del primer ejemplo es el animal que posee la salud; en el segundo, el médico que posee el arte de la curación; y en el último, la substancia que tiene un ser firme y sólido, como existente per se [In IV Met., l. 1, nn. 9-11].

En su Comentario a la Ética a Nicómaco aparecen cuatro ejemplos. Los tres primeros corresponden a los mencionados en el Comentario a la Metafísica, sustituyendo medicinal por militar en el caso en que muchas cosas se comparan a una misma cosa como principio; el cuarto es el de proporcionalidad: cuando muchas cosas se comparan a una proporción. Santo Tomás, en este caso, no indica el uno real en el caso de la unidad de analogía según proporcionalidad, pero por el contexto inmediato, que es la crítica de Aristóteles a la doctrina platónica de la existencia de la idea separada de la bondad en sí que da razón de todos los bienes, se concluye que es Dios, pues Él es el ser por esencia, mientras que la criatura lo es por participación.

Según esta clasificación tomista de los modos en que comparece el uno real, podría concluirse que el orden real, fundamento de la denominación analógica, no especifica por sí mismo diversos géneros de nombres analógicos. Aunque se dan dos clases distintas de unidad de analogía entre las cosas, la de proporción y la de proporcionalidad, la denominación analógica es una y la misma.

Sin embargo, en Sobre la verdad, el Aquinante distingue dos géneros de nombres analógicos. Esta enumeración aparece cuando responde a una objeción presentada por quienes niegan que un mismo nombre pueda predicarse de Dios y de las criaturas. La objeción es la siguiente: la conveniencia entre las cosas de las que un nombre se atribuye analógicamente debe ser de proporción, puesto que una de ellas entra en la definición del nombre predicado de las demás, pero la conveniencia entre Dios y lo creado es de proporcionalidad. El Aquinante responde que la «argumentación procede sobre la base de la comunidad de analogía que se toma según una determinada relación de un término a otro; en este caso, en efecto, es preciso que uno de los términos entre en la definición del otro» [De veritate, q. 2, a. 11, ad. 6]. La interpretación inmediata de esta respuesta es que, en el caso de un nombre analógico fundado en la conveniencia de proporcionalidad, se excluye que uno de los términos entre en la definición

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del otro. En consecuencia, el concepto del nombre analógico será diverso si la unidad entre las cosas de las que se predica el nombre es de proporción o de proporcionalidad. Ahora bien, en todos sus escritos no se encuentra rastro alguno en el que santo Tomás defina este género de nombre analógico fundamentado en la unidad de proporcionalidad.

CONTRADICTORES:

Duns Scoto:

En el modelo escotista la comunidad del ser es el nexo ontológico que liga a las criaturas con Dios. Gracias a la mínima entidad del concepto de ser se puede soslayar la desemejanza existente entre las perfecciones de las criaturas y las que se predican de Dios que—a su entender— no son resolubles con la analogía. Mediante la univocidad podemos relacionar positivamente los conceptos creaturales y aplicarlos adecuadamente a Dios.

La crítica escotista a la analogía del concepto enriqueana revisa los pilares que la sustentan: la teología negativa que niega la capacidad natural del intelecto para conocer todo ser y la necesidad de la iluminación que salva la diferencia de significado entre los conceptos negativos de las criaturas y los conceptos propios de Dios. El Sutil revisa esa pseudo-analogía que encubre la equivocidad y pone en duda la unidad del concepto. Expresado en terminología formal: no cabe hablar de un concepto intermedio, o tenemos un mismo concepto o bien son dos conceptos distintos.

La doctrina escotista también disiente de la analogía tomista que contempla la realidad desde la participación del ser y la proporcionalidad. La razón de esa falta de entendimiento se debe a que Escoto niega la distinción real entre esencia y ser, dada su visión logicista de la realidad.

Bajo esta perspectiva no se entiende adecuadamente la doctrina tomista sobre la analogía essendi, que se fundamenta en la noción de ser por participación. Para Tomás de Aquino el ente creado se compone realmente de dos co-principios distintos que se relacionan como la potencia y el acto, de tal modo que la propia esencia, como potentia essendi, recibe toda su realidad del actus essendi. Precisamente la distinción real entre essentia y esse es la que proporciona la clave para entender la metafísica del ser real (por contraposición a una metafísica de la esencia), así como el papel decisivo que tiene el acto de ser en la estructura del ente. Para el Aquinate el esse es lo más propio de cada cosa porque es acto participado del Ipsum Esse Subsistens. En efecto, el ser es algo más que un mero accidente o determinación extrínseca de la esencia; el ser es perfección participada que se expresa imperfectamente por la vía analógica.De hecho la participación en el ser es el fundamento de la analogía de atribución.

Ciertamente el conocimiento analógico es menos exacto que el análisis formal, pero

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refleja mejor la realidad. La precisión formal que persigue el análisis escotista es un lastre que impide jerarquizar el valor ontológico de cada esencia, pues el contenido ontológico de un concepto no varía: la razón formal de cada cosa es idéntica a sí misma, y en tanto que tal, netamente distinta de cualquier otra. El ser común se dice tanto en las criaturas como en Dios, pero hay un salto cualitativo que se resuelve calificando a cada extremo mediante el par finito-infinito. Esta visión esencialista empobrece la condición real de los entes porque los priva de sus características peculiares. La determinación de la comunidad del ser es poco convincente porque no se sale del formalismo: se intenta explicar la realidad desde un plano lógico sin referirse directamente a las cosas.

Cuando se relega a un segundo plano el origen de toda realidad o actus essendi, y seda más relevancia a los contenidos esenciales, es decir, a poseer un contenido coherente de pensamiento (tener una consistencia interna que permita conocer cada objeto aun cuando no se esté seguro de otras determinaciones no formales) se corre el peligro de elaborar una explicación teórica de la realidad, aunque ajena a la misma realidad.

HOMBRE

2. Sobre la base de las controversias éticas como la eutanasia, el aborto, la donación de órganos, entre otras, ¿Tiene sentido pensar que estos problemas deberían estudiarse desde una perspectiva que no implique ninguna consideración religiosa, o, por el contrario, dadas sus implicaciones, es necesario el pensamiento religioso para abordarlas y proponer soluciones?

Eutanasia

Aborto

Donación de órganos

La ética no sólo aparece en el apéndice del libro de ciencia, sino también en el prólogo e incluso en las solapas. La invocación de la ética se ha convertido en una forma de demandar apoyo para ciertos tipos de investigación. Ya en 1969, Robert Sínsheímer, refiriéndose a los avances en biología molecular, declará que «por primera vez en la historia, un ser vivo puede entender sus orígenes y llegar a diseñar su futuro». A mediados de los años ochenta, Robert Sinsheírner propondría, al igual que Charles DeLisi y Renato Dulbecco, la secuenciación del genoma humano. Uno de los primeros defensores de este proyecto, el premio Nobel James Watson, ha argumentado que hay

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«poderosas razones éticas para conseguir el conocimiento genético tan pronto como nos sea posible». Y WaIter Gilbert ha calificado el proyecto genoma como el «Santo Grial» de la genética humana. Daniel Koshland, editor de Science, ha afirmado que la aplicación de la genética humana ayudará a solucionar problemas como la pobreza.

En estas defensas del proyecto genorna se difumina la distinción, otras veces esgrimida. entre la investigación y su uso, o entre ciencia y sociedad." Se argumenta que la consecución de deter- 174 minado conocimiento es un modo de conquistar metas ampliamente cornpartídas, El análisis del genorna humano se presenta como un requisito para cumplir con el deber de eliminar las enfermedades y evitar el sufrímíento, El contexto en el que se realizan estas afirmaciones se caracteriza por una fuerte competencia por recursos púhlicos y privados entre distintas líneas de investigación. Los «empresarios» científicos tratan de convencer a ciertos sectores de la opinión pública de que un determinado programa o proyecto científico o tecnológico es el mejor medio para alcanzar ciertos fines, es la mejor inversión. El mismo tipo de argumentación, aunque en sentido opuesto, ha sido seguido por los críticos del proyecto. Algunos de estos críticos consideran, al igual que los defensores, que adquirir conocimiento genético contribuirá al bienestar social.

La discrepancia se produce respecto a cuál sea la mejor estrategia. Mientras que los defensores del proyecto proponen la secuenciacíón completa del genorna, los críticos ven más acertado centrarse en la cartografía (mediante mapas de ligamiento) o en la sccuencíacíon del ADN que codifica proteínas (a partir del ARN mensajero). También se ha señalado por parte de algunos científicos que los grandes proyectos de investigación son negativos para la formación de los jó- venes científicos, que alterarán los sistemas de recompensas, burocratizarán la investigación y desnaturalizarán el ethos científico.

La ciencia y la tecnología se convíerten en problemas normativos cuando entran en conflicto con valores y estructuras normativas pre-existentes, o cuando alteran el equilibrio de fuerzas entre actores sociales."

En las páginas anteriores he tratado de mostrar algunas de las posibles modalidades en que se producen estos conflictos en las sociedades contemporáneas. Diferentes instituciones se ocupan en la actualidad de ofrecer canales de expresión a las posiciones de los distintos actores sociales en relación con el desarrollo de la biomedicina. Refiriéndose a los comités de ética de ámbito nacional, Jean Bernard ha señalado que su existencia sólo está justificada durante el período de aprendizaje social de la articulación del debate bloético." Instituciones semejantes al comité francés (Comité Consultatif National d'Étíque) se han creado en Dinamarca, Italia y Países Bajos, así como en la Unión Europea."

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Recientemente en Estados Unidos se ha planteado la posibilidad de seguir esta misma línea de actuacíón.> Los comités de ética (en sus rnúltí- ples versiones) pueden cumplir la función de dínamizar y estructurar el debate público, pero no la de reemplazarlo." La dimensión ética y política de la ciencia y la tecnología es demasiado amplia como para ser confinada en los márgenes de los comités. Los modos en los que el público puede influir sobre la ciencia y la tecnología son también diversos. Kristin Shrader-Frechette ha conceptualizado la evaluación de tecnologías como filosofía aplicada de la ciencia; y Arie Rip entiende las controversias públicas relacionadas con la ciencia y la tecnología como un modo informal de evaluación de tecnologías." Por mi parte quisiera insistir en la relevancia que para el ámbito (multídiscíplinar) de los estudios sobre ciencia y tecnología tiene el análisis del debate público sobre los aspectos éticos y políticos de la ciencia y la tecnología. Estos análisis pueden convertirse en una contribución «práctica» al propio debate.

SOCIEDAD

3. ¿Cuál es la importancia del concepto de cultura en la construcción de los sujetos y las sociedades?